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INTRODUCCION Luis Navarro Garcia N 1825 concluye, convencionalmente, el gran ciclo de la Independencia americana, que cubre medio siglo —de 1775 a 1825— y que supone la descolonizacién de casi toda la masa continental —Gnica excepcién, el Canadi— y parte de las Aimtillas, quedando ya en adelante sdlo las colonias residuales de Espafia, Inglaterra, Francia, Holanda y Dinamarca en Cuba, Puerto Rico, Jamaica y las diversas Antillas menores. Mucha menor importancia tiene el rosario de bases peleteras que Rusia conserva en las costas de Alaska. Y fuera de esto, toda América es, en 1825, un conjunto de naciones independientes. Las dos Américas Es ahora cuando se configura claramente la que sera la imagen dual de América que perdurard hasta el siglo Xx: la América angloparlante y la América hispano- Portuguesa, desligadas ya ambas de su anterior sujecién colonial, pero diferentes eiute si por otra serie de razones de no menor peso que la lengua. Tales son, Por cJemplo, la presencia © ausencia de una masa significativa de poblacin ini, distinto grado de desarrollo, en el ms amplio sentido, desde el econimico 3 Politico. La duatidad americana, que se venia insinwando dese algin temp tes $2 pesar de la existencia de otras colonizaciones y lenguas—, s¢ hace ahora mis claramente perceptible, a costa, claro esti, de prescinir en aras de a esque zacién, del hecho de que Canad y los Estados Unidos cuentan con poblaciones © auecedentes Franceses 0 espaiiles, o de que no es fieil ineluir a Haiti ene Paises iberoumericanos, ci inos comple Lo cierto es que ambas Américas parecen haber emprensito caminos, ~~ TTPO PORE ULUUEDBN a 2 un porvenir que se presei cntre las elites poco después de la rupeurs del vinculo y 2 cllo habian de conteibuir ls prdidas de todo tipo experimen- i de las guerras de la Independencia: pérdidas en hombres mucrtos , en caudales consumidos © exportados, en bienes destridos... En as las nuevas naciones empiezan por contracr ademés una onerosa deuds exterior, que ya no las abandonaré en mucho tiempo, otal vez nunca. Pero que su pésima situacién econbmica habia dese la incax laban para istaurar el nacvo orden poitco 0, La insatshacc 25 0 conservadoras que sci censayos de monarquias; la ausencia genera -y, de autoridad— en los gobiernos ahora improvisados, rotate motels material de eos isos goberbos para hace spt y frecvente immpotenct obedecer. 7 [Nada de esto era ya nuevo en la América, antes espaiola —la experiencia de 2 padecer Mico Pers por merc se don elon mit 4 ‘ndependiados aenque nose puede ots lig devorads po macion americana, sino en una de incluso a la primers de ei slo gue bos Estados Usdos, files ta, evtaron en lo posible intervenit fuera de las areas que com valer su papel hegeménico en el coatinente saliri la Unie amenczsa de 39 habitual aislamiento, Tal es el cao de la negocia las posibles rutas interoce de Monroe. Después de 1898 esto ya no fue pestle. La demostraci de poderio yan qui consiuy® una verdadera revelacién ance la cul ya nadie pocria cera Js ojos La espectacular exhibicion del noventa y ocho —coa la intervencain de las escuadras norteamericanas en el Caribe y Filipinas, y aun la preparaciin de un golpe contra las Canarias— es so, sin embargo, el sltimo peldaio —por el ‘momento— de un movimiento ascensonal poderosamente impulsado por di fuerzas. Una de flujo migratoria, sempre en aug que leva a mullones de europeos —e : logs con interior, o slo porque la esstncia ena era casi desprecable, sno porque ladores del Este era ademés elorzado de curopeosjvenes y adultos, que tras fento vegetative de los Estados fi pala de cients de y del que del xodo inocente—. E! Meco Lejano Oeste serian ast mortente humano que los eransformaron en te otra parte de la inmigracion contribuia ala de los grandes micleos urbanos eindusteaes del Est. no ¢, desde luego —sin olvidar la paalelae imparableascensién de la producciin agropecuaria—, uno de ls rsgos que desde ahora deinen a los Estados Unidos. Su velor progresion en este terreno les leva, desde la posicién te ln que acupaban hacia 1825, hasta los primers lgares que sin pala ant los representantes dé american. ly econdmico a social y politica en vieeod de ides no s6lo se alejaron sin remedio de aquel sencilla patron la buclica que sofata Jefferson, sino que pasaron a sicarse en lavanguardia 6 adelantados. ¥ esto no sin traumas, veces tan duros como la Guerra de Secesin, y a veces tan prolongados y amargos ‘como Ia larga lucha del sindicalsmo y el populism, en defensa de los intereses de La emancipacién de los | yotoa las majeresy la cada ver mis clara idad social de a que el nto «progresstas pret as as de esa maduracin acelerada que tiene lugae entre Jackson y el primer Rooseve ‘recimiento de los Estados Unidos fue en esta etapa tan rdpido por la inexistencia de cualquier freno o resistencia, que sn ningén -ndo por elo orgullo— entraron casi ifistox noreamericano habia de ser, al cumplicse el medio siglo del vaticinio ida Repablica de México, despojada primero de 1s dominios septentrionales, hasta Calif Esta agresin, tan injstficable como provechosa, sitvid para redondear el teritorio cco ' de la Unién, de ota 10 a 0 do el Suroeste y adquiindy ang importante fichada al Pac Pronto en princ pl pon : pare del globo. Salada erie de la aca ced eke vez mis importantes lis presencia y los conacosnoteamericns en Oriente, fase Chino pins interloitor, con Hawa yes acces ssn deslefar la adguiin de Alisa as Ross arta “pee and esta tendenes pnas y Guam en 1898, En esta misma feck, los Bun Unies expoltaban a Espaia del Nuevo Mondo, iastalindote en Cas y Pere co —quehabian de contol, bajo ditintasfxmas, nla seo y fea mo de Panam, donde pron harian supe un rep w ficariael dominio estadounidense sobre el paso intereceinens Con esto, la Unig emergia como una de las grandes potencias mundus, La inestabilidad iberoamericana De México hacia el Sur, los vecinos de los Estados Unidos son pueblos legados comparativamente tarde ademis, en dif su console cons nacones lependientes, en pie de igualdad con ls del occidenteeuropeo, qu es € mundo policico-cultural al que estos paises mevos pertenecen y en el que teen velantal de integrase Ladhficultad se origina, para mencionar en primer lugar una causa bien ete ¥ alu, en la dessa siacibneconbmiea ue aovican ly ig virreinats ycapitanias al emanciparse —sunque no paca decrees, at a, del Brasil, pero tampoco de otros territoros antes esafols, como Centounésca y Paraguay. Los efectos de la guerra debian ser, por otra parte, piers y com Pensarse rpidamente con los benefcios que cbia esperar dela libra de rod Y Comercio que empezaban a gozar las naciones que acababan de saul domi- racion dela metrdpoli. En general, sn embargo, no ocutis ay ell, poe una Parte sirve para demostrar cuin sin fandamento habian hecho sus pe §uienesauspiciaron la Independencia, se debe, por ota pare, ala cocurencia de otros Factores. Cabe, por ejemplo, recordar la inseguridad prolongala deriva de la amenaza que representé durante macho ticmpo la hostlidad de Ia antigua rmetrbpoli, que tard® mucho tiempo en ie parsimoniosamente reconoceno lt Independencia de sus antiguas colonis, pero que, an después de exe recongiicts, Seguiriapolticas que daban a entender su disposicién a emprender ls recongnst de algin terrtorio americano. a ero la principal causa de instbildad estaria en la casi invencibledifelal ballads para instauraren cada teritoio un nuevo reservas por eb de teyue pata el y conservadoras, 1 fisonomia Por eso cada ls desamortizadoras, de supreston de fueros, de 1 matrimonio o los cementerios. El nuevo Estado U0 cualquier observadorhubiera odio imaginar para cada uno de los indias. Des ada la sujecion de las colonias ala metrépoli lencia de ¢l primer medio siglo de vida indepen indencas disgregadoras dias de la Independencia cobran, mis ambicisos proyectos de potencia para garantizar la edficar paises de dimensiones consierab ye mente en defensa de los intereses de sus sextranjerase en esta parte del mundo, rasgo sin dda destacado de la historia de estas 1a elebidad de a Doctrina Monroe y su ciones iberoamer has le fuerza, es la mis abierta revel: Y e6 el cortectivo que los paises poderosos a 0 de sus dewdas 0 en la proteccin de los én inervenciones de mayor envergadura cl caso de la expedicin francesa a ino de Habsburgo, Positivismo y peogeeso La aventura del segundo imperio mexicano, que ocutre en la década de 1860, con la Guerra de Secesién norteamericana, marca, con otros sucesos crenolbgicamente proximos, 7 porque el fracaso de Mi liana en México significa el, do el bando conservadr, ye tal aleanza con algiin rettasoen| 188) ysupone nada menos que I ei ala abolcincela exci, marcan a través de todo el continent el abndono deh 3, de los rasgos que socialmentepodian sift ase del viejo orden colonial —lo que no gata pue lel que se desemicoden inportans sectores sociales. El triunfo del libe 10 tercio del XIX, por ota part n por la fuera ysupoe a aparcn de ala en México or Fotiio el poder sus eleciones, cmos or hes bg, ence tun margen de tolerancia suficiente pars no provacst micvos chojut eon ls conservadores, y se muestran sobre todo dispuestos a favorecer La prosperidad éconémica y a adoprar un talante progress. La paciicacén tan dient alcanzada permite ahora la captacién de eapitales en Europa ols Estados Unidos, y la realizacién de una serie de obras pai sobre todo, pero tos, telégrafos,alumbeado o abastecimiento de agua nico w= ‘os—, asi como industras, que a corto plao confers el caricter de benefacrores y amantes del progreso. Ello es asi, aunae so wns parte reducida de cada pais resute beneficada por ests mejras materials, aunque el mismo desarrollo eonémico que ells peemiten redone especiales ‘en provecho de los poseedores extranjeros del capital. El crecti es, de todos modos, real, favorecido del comercio mut tamiento de los transportes navales al generalizarse el uso del Fuertescontngente de inmigeantes, de procedncia sobre todo europe. enerst 2 acd los paies que mis oprtnidades free, yee ser un ure ee progeeso. Los déspotas mis o menos benévolos, que reglan Iberaaméris hac ctefan estar pisando, por fin, el camino de I modernizacin yd a prog sus pueblos. 5 opea, mpi

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