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Análisis del ciclo económico venezolano (1974-1998) y (1999-2022)

Políticas macro económicas, factores coyunturales y estructurales, políticas distributivas

Bibliografias:
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http://www.foreignaffairs-esp.org/20060701faenespessay060302/michael-shifter/en-busca-de-hugo-chavez.html.Vera

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1974-1977 BONANZA PETROLERA

En este periodo se puede observar cómo se inició o como se dio lugar a esta bonanza petrolera gracias
al aumento de los precios del petróleo en los años 70, lo que elevo de manera directa los ingresos del
sector publico, y a su vez incremento la captación de divisas en el país. Esto sucedió debio a la venta
incremetada de dólares al banco central de Venezuela , dicho movimiento fue realizado por empresas y
compañías petroleras, ya que se necesitaba obtener bolívares para pagar los impuestos tan altos que se
le debían al fisco, debido a los altos ingresos que se percibían en los mercados internacionales

Finanzas publicas

las autoridades económicas del primer gobierno del Presidente Carlos Andrés Pérez, que iniciaban sus
funciones a comienzos de 1974, a concebir e implantar un ambicioso plan económico. Los objetivos
principales de dicho plan eran el desarrollo acelerado de las industrias básicas (aluminio, acero,
electrífícación, etc.), y el mejoramiento y ampliación de los servicios públicos. Ello implicó que en el
lapso 1974-1977 el gasto público consolidado experimentara un incremento sostenido y de grandes
proporciones, haciendo que su crecimiento interanual promedio fuera cercano al 30% en términos
nominales, y de 18% en términos reales.

El efecto más inmediato es el notable aumento de la deuda pública que pasa de casi 8,5 mil millones de
bolívares en 1973, a más de 10 mil millones el año siguiente, a 13 mil millones en 1975 y a 22.397 mil
mi- llones en 1976.83 Según las estimaciones de la Comisión para la cuantificación de la deuda pública,
presidida por Juan J. Bolinaga, la suma de la deuda total, el 15 de marzo de 1979, supera los 82 mil
millones de bolívares –incluyendo la deuda fluctuante– y que el déficit irreversible acumulado durante el
resto del año, lo hace subir a 100 mil millones de bolívares. Si se confrontan el saldo de la deuda pública
registrada en 1973 y el dato relativo al mes de marzo de 1979, se puede notar que el incremento
corresponde al 880%.8

Politicas monetrarias
A través del mayor gasto público se inyectaba a la economía buena parte del flujo de recursos
provenientes de las exportaciones petroleras, así como el que se obtenía por la vía del endeudamiento
externo, que comenzó a crecer rápidamente a partir de 1976. Esto se hacía con el fin de financiar los
proyectos de inversión en marcha y los déficit fiscal y de cuenta corriente que empezaron a producirse a
partir de ese año. La inyección de recursos por las vías fiscal y cambiaria fue una de las principales
causas que expandieron el dinero base o primario en magnitudes de consideración a lo largo del período
analizado, al punto de que en dicho lapso la base monetaria experimentó un crecimiento real interanual
promedio de 29,4%. El crédito bancario, por su parte, también se incrementó en fonna sostenida e
intensa. Ello se debió a la implantación de una política monetaria expansiva durante los primeros años
de la bonanza petrolera, siendo uno de sus elementos la decisión de ampliar la capacidad de captación
de recursos de la banca comercial al elevar el límite de la relación entre las obligaciones a la vista y el
capital pagado y reservas de 8 a 20. Esto, claro está, incrementó la capacidad de otorgamiento de
crédito de la banca, pudiéndose así satisfacer la mayor demanda de fondos del público. La expansión del
dinero primario, combinada con la mayor actividad crediticia hizo que la oferta monetaria mostrara una
franca y sostenida expansión, no sólo en términos nominales sino también reales. En efecto, durante los
cuatro años estudiados el crecimiento interanual promedio del circulante en poder del público (MI) fue
de 32,5% en términos nominales y de 20,4% en términos reales, mientras que el de la liquidez
monetaria (M2), fue de 31,4% y 19,4% respectivamente."

Empleo

El rápido crecimiento de la actividad productiva se reflejó en la demanda de empleo, la cual también


aumentó en grandes proporciones, haciendo disminuir la tasa de desempleo durante el período
analizado. En efecto, a pesar de que la fuerza laboral mostró un incremento interanual promedio mayor
al 4% durante este período, muy superior al de la población total debido a la masiva e incontrolada
inmigración de países vecinos, en muchos casos de carácter ilegal, el número de personas desempleadas
disminuyó durante esos años. Esto hizo que la tasa de desempleo de 1977 fuera de sólo 4,6%, la menor
tasa observada en muchas décadas.

desde el segundo semestre de 1973 la desocupación abierta de los trabajadores aumentó hasta alcanzar
a ser, en 1975, 8% de la fuerza de trabajo, disminuyendo hasta 4,3% en el segundo semestre de 1978 .Es
claro, no obstante, que la mayor desocupación se explica por el incremento ocurrido en la participación
económica, es decir, de la mayor cantidad de trabajadores, ocupados o buscando empleo, respecto de la
población total. La expansión de ingresos atrajo un contingente de inmigrantes, además del flujo de
refugiados que huían de las dictaduras militares instaladas en el sur del continente.

Inflacion

Venezuela disponía de un elevado poder adquisitivo externo que le permitió complementar la


deficiencia de oferta interna con importaciones. Esto niveló las magnitudes de oferta y demanda de
biener comercializable$)mpidiéndose~así la materialización de situaciones de desabastecimiento que
degeneraran en una inflación galopante. Sin embargo, otros factores distintos a la expansión de la
demanda también contribuyeron a crear presiones alcistas en los precios durante los años analizados.
Entre éstos podemos mencionar: 1) las mayores inflaciones de los países industrializados en los años
1974 y 1975; y, 2) la baja productividad y el ausentismo laboral, así como el aumento persistente de las
remuneraciones salariales, que se traducían en elevaciones aceleradas de los costos de producción.

ENTRE LOS 70 Y 80

Además, entre 1977 y 1980, se nota una reducción de las impor- taciones del 3,1% anual, debida
principalmente a la reducción de las inversiones brutas fijas, que bajan del 38,8% en 1977, al 25% en
1980. También la ocupación resiente de la mala coyuntura económica: el porcentaje de los
desempleados sube del 4,8% en 1977, al 6,2% en 1980, aunque si se da una reducción de la tasa de
crecimiento de la población.105 La década de los años ochenta está caracterizada por un progresivo
empeoramiento de las condiciones económicas del país, con aumento de la demanda interior y la
necesidad de contenerla. La primera es sustentada por las “expectativas de devaluación” y del gasto
público, que es todavía muy elevado; las medidas utilizadas para reducirla en- cuentran los tres factores
de restricción más importantes en la baja de las entradas reales, en el reembolso de la deuda exterior y
en la políti- ca monetaria.106 La liberalización del cambio –en 1991 se necesitan 62 bolívares para
comprar un dólar– y el contemporáneo permanecer de un tipo de cambio diferencial deteriora
ulteriormente las condiciones económicas del país, impidiendo de hecho una estabilización de la
demanda en el mercado internacional. Produce, en cambio, el dúplice efecto de sobrestimar la moneda
venezolana con respecto al dólar y de alimentar, ulteriormente, importaciones todavía muy ventajosas.

Se delinea, en fin, un período de grave recesión que atropella los sec- tores fundamentales de la
economía. Las medidas adoptadas por el Gobierno, al final de los años se- tenta, muestran la intención
de “enfriar” el curso de la economía: se comprime la circulación monetaria, se racionaliza y se reduce el
creci- miento de la deuda pública, se liberalizan los precios antes controla- dos y bajan los aranceles para
asegurar una mayor competitividad

1986-1988: Recuperación Económica A fines de 1985 se dió un vuelco a la política económica. Entonces
se decidió que era el momento de implantar una política de estímulo con el fin de salir de la situación de
estancamiento en que estaba sumida la economía por casi siete años. Si la razón principal de aquella
recesión había sido el bajo dinamismo de la demanda, era lógico inferir que la corrección de aquella
situación tenía que operarse a través de un estímulo del consumo y de la inversión. Esto, a su vez, se
podría lograr mediante una expansión del gasto público, lo cual equivaldría a la implantación de una
receta keynesiana tradicional. En aquel momento parecía lógica la aplicación de una política de este
tipo, ya que los elevados superávit fiscales acumulados desde comienzos de 1984 podrían ser utilizados
como una importante fuente de financiamiento para el mayor gasto. De allí que múltiples voceros, no
sólo gubernamentales, sino también privados -contándonos entre estos últimos-, coincidieran en el
respaldo a esta nueva decisión. No sólo el gasto público comenzó a expandirse durante los últimos
meses de 1985. La oferta monetaria también mostró durante esos meses una expansión más vigorosa,
concentrándose ésta en sus componentes más líquidos. En efecto, el circulante en poder del público, y
más específicamente los depósitos a la vista, experimentaron una considerable expansión en el segundo
semestre de 1985. Ello se debió fundamentalmente a un repunte en la demanda de créditos, estimulada
por los bajos intereses que entonces se decidieron fijar, haciendo que ya para fines de ese año
comenzara a operarse una situación de tasas de interés reales negativas. Los efectos de la nueva política
fiscal y el mayor dinamismo del crédito se observaron sin dilación, al punto de que en 1985 se operó un
crecimiento del producto, aunque modesto en su magnitud, a pesar de la recesión vivida durante la
primera parte

1999- 2022

Estas circunstancias explican en buena medida el giro político ocurrido en 1998, cuando, avalado por un
enorme impulso mayoritario, Hugo Chávez llegó a la Presidencia. En esta perspectiva, Chávez fue elegido
con la expectativa de dejar atrás la condición de Venezuela de país petrolero fracasado. Frente a ese
desafío, el discurso, así como la gestión pública, especialmente de la política económica y social,
evidencian un sesgo marcadamente progresista. Desde sus inicios en el gobierno, Chávez ha intentado
marcar distancia con el neoliberalismo imperante en Venezuela desde fines de los 80 y ha levantado casi
permanentemente las banderas de un proyecto alternativo que se hace llamar de raíces «bolivarianas».

El aspecto más visible de este proyecto no es la política macroeconómica, sino la política social y de
desarrollo hacia los sectores productivos. Es ahí donde el proyecto bolivariano ha llamado más la
atención de los analistas, sin que ello signifique que efectivamente existe una comprensión cabal o un
entendimiento claro acerca de las restricciones, los giros y las motivaciones que se encuentran detrás de
estas políticas, así como tampoco un escrutinio definitivo, o al menos más o menos objetivo, sobre sus
resultados.

Las políticas públicas destinadas a atender las demandas sociales y promover el desarrollo productivo
están presentes en el gobierno de Chávez desde 1999. Pero conviene señalar que, en esta primera
etapa, quedaron a merced de un clima de confrontación y polarización política cuyos momentos más
álgidos fueron la promulgación de la Ley Habilitante en noviembre de 2001, el intento de golpe de
Estado en abril de 2002, el paro petrolero de diciembre de 2002 y el referendo revocatorio de agosto de
2004. Esto no debería pasar inadvertido en el análisis: el caso de Venezuela parece demostrar que un
proyecto de cambio político, económico e institucional que, como el bolivariano, escoge la vía
confrontacional como eje de su gestión, requiere dosis constantes de legitimación si quiere continuar
transitando por la ruta democrática.

Conviene no obstante precisar que el gobierno de Chávez no se inició en un marco de bonanza petrolera
ni, mucho menos, de holgura fiscal. Chávez recibió una situación económica compleja con serias
restricciones externas y fiscales. Las reservas internacionales habían caído en cerca de 3.000 millones de
dólares en el último año y el déficit fiscal alcanzaba casi 4% del PIB. Parte del problema es atribuible a la
caída estrepitosa de los precios del petróleo ocurrida en 1998, que llevó a que el crudo venezolano se
cotizara entre 9 y 10 dólares, por debajo del promedio histórico de las últimas tres décadas. Pero aun
bajo estas importantes restricciones iniciales, el esfuerzo por reorientar los recursos hacia el área social
es evidente.

En general, la evaluación de esta primera etapa de la gestión de Chávez nunca ha sido muy precisa. Un
problema ha sido el rechazo del gobierno a la supervisión o rendición de cuentas, lo que expone estas
iniciativas a graves pérdidas de eficiencia. En una evaluación de la política social durante este periodo,
Thais Maingon (2004) reconoce la revalorización de la participación de la sociedad como un logro
importante, pero identifica fallas en la capacidad institucional y una concepción de las políticas sociales
excesivamente asistencial.

En esta etapa también se implementaron otras iniciativas de carácter más estructural, orientadas a crear
mecanismos de financiamiento para la economía popular y las microempresas, fórmulas de organización
empresarial tradicionalmente excluidas de los mercados financieros formales, que fueron impulsadas
por el gobierno, como desarrollaremos más adelante. Así, en noviembre de 1999 se creó el Banco del
Pueblo y meses más tarde se inauguraron el Fondo de Desarrollo Microfinanciero y el Banco de la Mujer.

Empleo:
La tasa de desempleo no dejó de ser un problema entre 1999 y 2003, periodo durante el cual se
mantuvo siempre por encima de 12%. La inflación no bajó de los dos dígitos y comenzó a acelerarse en
2002, en gran medida como resultado del colapso del régimen cambiario. 

2002 y 2003 fueron años consumidos por una aguda confrontación política que degeneró en un paro
petrolero y un intento de golpe de Estado. La caída del PIB real fue de 8,9% en 2002 y 7,9% en 2003.
Pero a pesar del terrible desplome en la actividad económica, la trayectoria del gasto público primario y
del gasto social no se vio afectada

Etapa 2003-2007: las misiones y la palanca petrolera

El quiebre en el desarrollo de la política social ocurrió a mediados de 2003, con el surgimiento de las
misiones. Una vez más, el contexto político y económico es útil para entender el cambio. Como ya
señalamos, en 2003 el PIB estaba cayendo (el crecimiento al final del año resultó ser -7,8%), la tasa de
desempleo había alcanzado su pico máximo en los últimos 20 años (16,7%), el producto por habitante se
redujo y lo mismo pasó con el salario real. En este clima, las encuestas revelaban un descenso del apoyo
a la gestión de Chávez. El 19 de agosto de 2003 se cumplía la mitad del mandato y con ello se abría,
según la nueva Constitución, el periodo para iniciar un proceso revocatorio. Los mecanismos se
activaron y, pese a los contratiempos, un año después, el 15 de agosto de 2004, se realizó el referendo,
en el que Chávez obtuvo una victoria aplastante. En otras palabras, en el escaso tiempo de un año, se
produjo un giro espectacular, de un gobierno que no lograba resolver la crisis económica a un triunfo
electoral rotundo. Esto se explica por dos factores: por un lado, una inflexión importante en la evolución
de los precios del petróleo, que generó un rápido incremento de los recursos fiscales a disposición del
gobierno; y, por otro, la rápida implementación de las misiones, una serie de programas sociales de
amplia cobertura apalancados en la bonanza petrolera. El aumento acelerado de los precios del petróleo
produjo un incremento de los ingresos fiscales del gobierno central de casi 50% en 2004. Pero además
Chávez se encontraba con una situación cualitativamente distinta en lo que respecta al control de los
recursos. Después del fallido paro petrolero ocurrido entre fines de 2002 y comienzos de 2003,
Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) había quedado bajo su control, lo que le permitió desviar recursos
hacia los nuevos programas sociales. Este aporte directo a las misiones es distinto del aporte fiscal
petrolero tradicional en concepto de dividendos, impuesto sobre la renta y regalías y se produce fuera
del presupuesto nacional. 

Pero no se trata solo de un cambio en la política social. Así como la primera etapa de gobierno de
Chávez estuvo marcada por la crisis macroeconómica, en este segundo periodo la macroeconomía
acompañó las mejoras en materia de política social. En contraste con el periodo 1999-2003, las
restricciones externas y fiscales desaparecieron y la implementación de un régimen de control de
cambios en un contexto de bonanza petrolera puso a los mercados a nadar en recursos líquidos. La
inflación no ha dejado de ser un problema y, aunque en los últimos tiempos manifiesta una aceleración,
entre 2004 y 2007 promedió 18%, por debajo del promedio de la etapa 1999-2003. La tasa de
desempleo disminuyó progresivamente hasta ubicarse en 7,4% a fines de 2007 y el salario se ha ido
recuperando gradualmente.

Desde que Hugo Chávez Frías impuso estrictos controles de cambio en el año 2003, en un intento de


implementar su sistema económico de nacionalización y expropiaciones y evitar la fuga de capitales,27 La
situación económica del país empeoró, se incrementó la corrupción durante su gobierno y se produjo
una serie de devaluaciones de la moneda. 28 En 2007 Venezuela venía presentando una inflación de
22.5% una de las más altas de la región y casi de los tres últimos años de la primera década del siglo. 29 El
país entró en recesión en el tercer trimestre de 2009 con una contracción del 3,3 % después de
experimentar crecimiento por 22 trimestres seguidos, igualmente, en el primer semestre del 2010, el
PIB de Venezuela se contrajo en 3.5 %, totalizando cinco trimestres consecutivos sin crecimiento. 30 La
corrupción produjo una crisis bancaria en el 2009, unos 28 bancos fueron intervenidos, algunos
fusionados otros liquidados. En diciembre de 2014 según reportes del Banco Central de Venezuela el
país venía en el segundo trimestre de reportar una caída de 4,9%, luego de registrar una contracción de
4,8% en los primeros tres meses del año, para el tercer trimestre el país registró una contracción de
2,3%, este comportamiento económico de Venezuela en lo que va del año 2014, de acuerdo con los
parámetros internacionales, dos trimestres continuos con contracciones económicas apuntan hacia una
recesión. De acuerdo a varios analistas estiman que Venezuela entró en un ciclo de «estanflación», que
implica contracción económica e inflación alta. 31 Para 2015, Venezuela tiene la tasa de inflación más alta
del mundo, superando el 100 % interanual, convirtiéndose en la tasa más alta en la historia del país. 32 En
noviembre de 2017 Venezuela entra por primera vez en hiperinflación con una inflación del 50,6 % solo
en el mes de octubre.33 El 2018 es un año pésimo para la economía con retraso en el pago en sus Bonos,
pérdida del volumen de sus exportaciones de petróleo, pérdida de la producción nacional de aluminio,
cemento y hierro. Al final de 2018 la inflación acumulada llega a 1 698 488.2%34 (más de un millón %) los
pronósticos para este año no son alentadores según el FMI el PBI real proyectado para 2019 caerá un
porcentaje negativo -25% y con una Tasa de inflación, precios promedio al consumidor de 10 millones
por ciento.3536 En un informe de la Asamblea Nacional de enero 2020 la inflación acumulada durante el
año 2019, asciende a 7 374.4%.37 La hiperinflación acumulada el año 2020 llegó a 3 713.00% una de las
más altas.38

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