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Aceptacién y renuencia de la herencia y legados Augusto Ferrero L CONCEPTO on la apertura de la sucesién se produce li delacién de la herencia, Cc o sea, la puesta de la herencia a disposicién de los llamados; perso- nas que deben existir, no ser indignas, no estar incursas en las incompati- bilidades que sefiala la ley y tener el mejor derecho para suceder, Estos tie- nen claramente una opeidn en sentido estricto: elegir entre recibir la he: renciaa negarla, Para completar el proceso sucesoral, cs mecesaria la acep- tacidn, Con ésta, el llamado se convierte propiamente en sucesor. La aceptacién implica el consentimiento del sucesor de que se en- lienda con él la trasmisién. La renuncia cs la figura antagénica, contraria a la aceptacidén. Es la manifestacién de voluntad por la cual el heredero o- legatario hace constar que no se le tenga como tal. “No quiere decir aban- dono de la Merencia acepiada, sino solamente abundono del derecho de aceptarla” (1), Se utiliza como sinénime de este concepto la voz repudio, término con ef que lo trata-el derecho alemén, el] cédigo chileno y nuestra Ley Procesal de Quiebras, que no nos parece tan adecuado por tener una connotacion peyorativa. o sucesorial se da Grificamente, para aclanir conceptos, el pro. ast: Apertura de ka sucesion 63 AUGUSTO FERRERO — Vecacién hereditaria — Belacién de la herencia — Accptacién © “ Sucesian Apartamiento Estos conceptos se originan en el Derecho romano con particular trascendencia, pues existfan herederos obligatorios que adquirfan la heren- cia ipso jure, incluso contra su voluntad, y herederos volumtaries que ad- quirian la herencia mediante la aceptacién, pudiendo renunciar a ella. La herencia no aceptada tenfa la condicién de yacente, cn espera de Ie acep- tacion por el heredero. Actualmente, los institutos han perdido su importancia; sobre todo la aceptacion. En efecto, en la prictica, nadie acepta expresamente una he- rencia. Como quiera que por disposicién del artieulo 660, desde la muerte de una persona se trasmiten a sus sucesores los bienes, derechos y obliga- ciones que constituyen la herencia, aquéllos o se comportan como tales a simplemente dejan transcurrir el plazo para renunciar. Por otro lado, la eficacia de 1a renuncia se debia al hecho de que con la sucesidn se trans- mitia todo el patrimo: activo y pasivo, sin limitacién alguna. Al nacer el beneficio de inventario, que limita Ja trasmisién de las deudas y cargas de la herencia hasta donde alcancen los biemes de ésta (articulo 661), la renuncia-ha dejado de ser un mecanismo para proteger al sucesor, Re CARACTERES La aceptacién y la renuncia tienen los si ientes caracteres comu- nes: lL. Son actos juridicos En consecuencia, son aplicables a estos institutes, ademds de las hormas contenidas en los articulos 672 a 680, aquéllas que se refieren a los seer ideon er Lanatta (2) sostiene que fo expuesto es va- lida a excepcién de aceptacién tdcita, pues ésta no comporta un acto Juridica. En este mismo sentido, Borda (3) opina que, en realidad, fa acep- tacién tdcita puede resultar de simples actos que no tienen el eardeter de actos juridicos como, por ejemplo, la tala de bosques o las reparaciones de edificios, Discrepamos de estas opiniones. Estamos con Lean Baran- diardn (4) cuando sefiala que la expresin tacita resulta de aquellos actos por los cuales se puede conocer con certidumbre la existencia de la volun- 64 ACEPTACIQN ¥ RENUNCIA DE LA HERENCIA ¥ LEGADOS tad, én los casos en que mo se exige Una &xpresion positive: o cuando no haya una protesta o decla m expresa en contrario, Siendo propia de ledo acte juridice fa manifestacién de voluntad, la aceptacion tictia revela un hecho o conjunto de hechos con consecuencias juridicas. Lo que ocu- nme es que la aceptacion ticita, como indica Ferri (5), por su noturaleza no “8 formal, tratdndose por ello de un negocio juridico distinto a la aceplacién expresi, aunque ambas produzcan les mismos efectos jur(- ditos. 2. Son voluntavias Son figuras libres. No hay obligacién de aceptar 0 rencia oun legado. 3. Son unilaterales Producen sus efectos sin necesidad de encontrarse con otra volun- tad. La institucion de heredero y aceptacion por el instituido nada tienen de comin con fa oferta y la aceplacion, en cuanto ne pueden vivir sinwul- tine: ate instituyente » heredero, dado que el fallecimiento de une es el presupuesto de la sucesiGn del otro. No son voluntades conjugadas y simultineas como en el contrate, sino en todo caso, coincidencias pero superpucstas en el tiempo, 4. Son retroactivas Con la awveptacién no se adquiere Ja herencia o legado, pues ello ocurre con la apertura de la sucesién. La aceptacion significa la ratifica- clon. la confirmacién de la calidad de heredero o legatario, Con la renuncia, no se devuelve lo adquirido, El renunciante queda como si jumas hubiera side heredero. El articulo 1239 del Cédipo Civil de Chile declara expresamente este principio “Los efectos de la aceptacién o repudiacién de una heren- cia se retrotraen al momento en que ésta haya sido deferida™ AUGUSTO FERRERO: 5, Son totales El articul 677 expresa que tanto la aceptacién convo fa renuncia de la herencia no pueden ser parciales, prohibiendo. consecuente mente, la aceptacién de wna parte de la herencia renunciando a la otra. Ocurre bo mismo con el legado, a tenor de lo norniado en el articulo 773_ Sin em- bargo, nada impediria, para quien es heredero y legatario, renunciar a la herencia y aveptar el legada, o viceversa. pues una norma se refiere Gnica- mente a la herencia (articulo 677) y la otra solamente a los legados (ar- ticulo 773); opinién que comparte Lanatta (6) al sefialir que la herencia y el legado son titulos diferentes de suceder. Igualmente, como indican Planiol y Ripert (7), nada impide que un titular de distintos le unos y renuncie a otros, salve voluntad contraria del testador, los acepte El Cédige Civil espaol contiene una norma contraria a este princi- pio que se analiza, En efecto, en su articule 1009 sefala que “el que es llamado a una misma herencia por testamento y abintestado y la repudia por el primer titulo, s¢ entiende haberla repudiade por los dos", Fn esta concepcidn, la aceptacion y la renuncia resultan conceptos imdivisibles. 6. Son lisas y Nanas El cawsante puede poner condiciones a bos herederos no forzosos o a fos legatarios. dentro del marco de Ia norma contenida en ebarticulo Vv del Titulo Preliminar, que sanciona como nulo ef acto juridico contrario a las leyes que interesan al orden publico o a las buenas costunibres. No puede hacerlo sobre las legitimas, por preseripcién expresa de articulo 733, que prohibe al tesiador imponer sobre ellas gravamen, modalalad o itucién alguna Cuando decimos que ta aceptacid Hn ¥ la fenuncia son lisas y Manas, esto signific que son incendicionales respecto a la persona del heredero © legatario. Estos no pueden poner condiciones. Asi lo determina el ar- teulo 677, que prohibe ly aceptacién y la renuncia condicional o a tér- mine, El articulo 673 del Codigo derogado prohibia ta ueeptacién modal, abarcando asi las tres modalidades cel acto juridica: condicién, plaza y cargo, las cuales no podian ser impuestas por el beneficiario. evo Cédigo no menciona cl cargo, no siendo asi la nomenelatura utilizada tan completa, Lanatta (B) expresé que Ja sustitucién del vocablo modal fue hecha por sus equivalentes siguiendo el propdsita de evitar los tecnicis. mos, Sin embargo, al hacerse se ha eliminado del cantexto de la norma a una de las modalidades del acto juridico, 66 ACEPTACION Y RENUNCIA DE La HERENCIA ¥ LEGADOS El sentido de la disposicién es que el beneficiario no puede imponer condicién ni término alguno. Para mayor claridad, cl articulo del nuevo Codigo refiere el concepto a la aceptacidn y a la renuncia, a diferencia del derogado que se remitia s6lo a fa primera, 7, Son irrevorables Se pucde renunciar a la herencia ou un legado hasta producida ly aceptacién. Aceptada, no es posible revocarla. Asimismo, producida [a rénuncia, ésta es irrevocable. Asi lo disponen expresamente los articulos 677 y 773. En Argentina, Ia renuncia es revocable mientras no se haya hecho particién entre los herederos {articulo 3806), enunciado que ha provocade la critica de la doctrina. Com raz6n, Borda (9) manifiesta que mas claro-y juridico hubicra sido establecer cn cualquier hipétesis el prin- cipio de la irrevocabilidad de la renuncia La irrevocabilidad de la aceptacidn es el corolario de la perpetuidad de la institucién de heredero, como nos hace ver Vallet de Goytisolo (10). Este autor (11) explica que desde cl Derecho romano se considerd here- dero a-quien realiza el fenémeno sucesorio, y que una vez terminado éste, conserva cl nombre para siempre. “Del mismo modo que asesino de al- guien es quicn la maté, y seguind siéndolo siempre, porque ya no puede desmatar al que maté, ni nadie mds puede matar al que ya muri6, asf tam- bién el heredero de una persona, ¢s decir, aquél en quien-se operd el fend- Mitne sucesoria, ya no. puede dejar nunea de ser heredero, porque no puc- de devalver al causante los derechos y obligaciones que de él hubo. ni nadie nas pede recibirlos directamente del mismo de cuins"’ (12). 8 Son delegables No son personales; vale decir, se puede otorgar poder para ello. 9. Deben referirse a una herencia producida Elarticulo 678 sefala que no es valida la aceptacién ni la renuncia de la herencia futura (13). Es decir, tiene que haber certeza de la delacién. Lo contrario seria consagrar la sucesién contractual, que estd prohibida en nuestro ordenamiento. Concuerdan con esta norma, el articulo 1405, que sefala que es nulo todo contrato sobre el derecho de suceder en los bienes de una persona que no ha muerte o cuya muerte se ignora; y el articulo 1532. que destaca que pueden venderse los bienes existentes 0 que pucdan existir, siempre que sean determinados o susceptibles de deter- 67 AUGUSTO FERRERO minacién y cuya enajenacién no esté prohibida por la ley, y que tiene como antecedente el articulo 1396 del Codigo derogado, que sefialaba que no podia venderse la herencia de una persona que vivia, aunque ésta prestara su consentimiento. No obstante, como bien dice Borda (14), esta prohibicién no impi- de la validez de un mandato otergado para aceptar una herencia cuando el deceso se produzca. 3. ACEPTACION Son sus elementos: 1. La forma Por su forma, la aceplacion puede ser: a. Expresa: El articulo 672 designa especificamente que ésta pue- de constar en instrumento publico o privado, repitiendo, asi, la formula consignada en el articulo 475 del Codigo Civil italiano, Interpretando esta norma, Ferri (15) seflala que la aceptacion expresa es un acto formal, para el cual la ley prescribe una forma determinada; debe revestir necesaria- mente la forma escrita. No obstante. a la luz de nuestro ordenamiento, nosotros creemos que si se hiciera verbalmente, también tendria valor; pues nuestro artfculo 144 declara que cuando la ley impone una forma y no sanciona con nulidad su inobservancia, constituye sélo un medio de prueba de la existencia del acto. En todo caso, como bien destaca Albala- dejo (16), aquél a quien interese Ia aceptacién habrd de preocuparse de que conste de algin modo, pues si cuando se hizo, por ejemplo, verbal- mente, podrd haber dificultad para probar que efectivamente se acepté. El Cédigo derogado no sefialaba expresamente una forma determi- hada para aceptar la herencia, pudiendo los interesados usar la que juzga- ran conveniente en aplicacién de lo dispuesto en su articulo 1122. 'b. Teta: Cuando el heredero se comporta como tal sin expresar su voluntad de aceptar la herencia, se da el caso de aceptacién ticita. Para ello, debe actuar como propietario, realizar actos que importen la dispo- sicién de la herencia como, por ejemplo, ceder sus derechos, hipotecar, percibir frutos. Los actos de administracién dentro del Plazo para aceptar la heren- 68 ACLFLACION ¥ RENUNCIA DE LA HERENCIA ¥ LEGADOS cia no significan su uccptacién (articulo 680); Leget> Cuando el causahabiente no acepta la herencia expresa- ni se comporta como heredero, pero deja transcurrir el plazo a que me cl articulo 673 para renunciar a la herencia, nos encontramos: ante el caso del silencio; que importa manifestacién de voluntad cuando la ley le atribuye ese significado, tal come sefala el articulo 142. Por ello, a esta clase de aceptacion se le puede dar la denominacion de coactiva El Cédigo derogado disponia que la manifestacién de la voluntad podia ser expresa, ticita o presunta (articula 1076), siendo esta ultima denominacion criticada por la doctrina. Messineo (17) la rechaza por im- propia. pues no puede fingirse una voluntad que no existe. Igualmente, Barbero (18) indica que se acostumbra hablar, con poca propiedad, de acynacion presunta, cuando en realidad es un caso de adguisicidn sin aceplacion. Ledn Barandiarin (19) la califieé de “ficcional’’; a diferencia dela manifestacion real de voluntad. Utilizande Ja terminologia empleada por Lanatta en su obra, el articula 673 sefala que la herencia “se presume" aceptada, nomencla- tura que resultarfa ahora impropia por no existir la aceptacién presunta, Lo que hay es un silencio al cwal la ley le otorga cardcter de manifesta- cién de vohuntad, por lo que preferimos denominarla legal o coactiva, Dicho articulo deberfa decir que el silencio importani la vceptacion de la herencia cuando ha transcurrido el plazo, o simplemente fijar el plazo para renunciar comm to hacia el Cédigo anterior. d. Forresa: Cuando se presenta el caso contermmplado en el articulo 662, estamos frente a una aceptacién forzosa. En efecto, quien oculta dolosamente bienes hereditarios, simula deudas o dispone de los bienes dejados por el causante en perjuicio de los derechos de los acreedores de la sucesion, esta obligado # aceptar la herencia, ultra vires hereditatis. FI Anteproyecto Lanatta normé en su articulo 13 la aceptacion vita, y en el articulo 14, la denominada presunta, los mis- Ms que fucron réproducidos literalmente en el Proyecto de la Co Redactora en los articulos 719 y 720. Propuso que la aceptacion expresa fuera necesariamente solenine, debiendo constar en escritura publica o en iicta otorguda ante el juez que corresponde conocer de la sucesién, tesis expresa y la 69 AUGUSTO FERRERO gon fa cual discrepamos pablicuiente, Yes que existiendo ta figura del silencio que importa aceptacifn, no puede exigirse que la aceptacion ex- presa sea ad solemmnitatem, La solemmnidad ite tada acta jurfdicn esige su cumplimiento: de lo contrario ex nulo. Sin enibarga, ta soleninidad que plantearon al respecto el Anteproyecto y cl Proyecto de la Comision Re dactora quedaba como una declaracion sin sentido. dade que se dan los casos de aceptac’ ticita y legal, Hay declaraciones expresas, como kis escritas, que tienen mucho mas valor que las tacitas, y mds ain que kes legales, por pringipios penerales de derecho. Sin-embargo, no hubieran tenido valor a la luz de la redaceién del Anteproyecto y el Proyecto, Es mds, lo tacito y el silencio denuncian la falta de expresion, Habiendo ésta, no ha lugar a la existencia de los conceptos anotados. Si la voluntad es expresa, no hay nada facilo, y menos, un silencio que tenga consecuencias juridicas, Estos conceptos fueron objeto de una comiends importante rem daa la Comisién Revisora, en li que Lanatia modified ly posicign impera tiva originalmente planteada, pata preponer que la aceptacién expresa pudiese constar en instramento pablico o privado, lo cual fue recogida: en el articulo 672 y plasmado en el mismo numeral en el Codigo. Asi, se opté por la formula del articulo 999 del Codigo Civil espanol. Z. La capocidad Toda persona que pucile heredar puede aceptar la herencia, o sea todas los que tienen capacidad de goce, Los incapaces lo hacen por inter medio de sus representantes legales, Respecto al momento de aceptacion enel case del nasciturus, Zan- noni (20) critica la tesis de quienes sosticnen que come Iv adquisicidn de los derechos del concebide esta condicionada al nacimiente con vida, no puede aceptarse inrevocablemente fa herencia hasta el nacimiento. pues cl no nacide se encuentra em la misma situacion del heredero nacido incupar. y su representante legal en idéntica situacion a la del representante legal de cualquier otro incapay de obrar, 4. RENUNCIA Son sus elementos: 1. La forma La renuncia no puede ser tdcita; menos inferida por el sil 70 ACEPTACION Y RENUNCIA DE LA HERENCIA ¥ LEGADOS: be ser necesariamente expresa, y ademds, solemne. Asi fo dispone el ar- ticulo 675, al prescribir que debe hacerse por lica o por acta ante el jez al que corresponda conocer de la suce: jo sancidn de nulidad, debiendo protocolizarse el acta, obligatoriament 2, El plazo Lo determina el articulo 673. Es de tres meses si el heredero esta en la Republicn y de seis meses si esta en el extranjere, no interrumpien- dose por causa alguna. i aunque el Cédige no lo dice. El Proyecto ‘omision Revisora expresé que estos plazos se contaban desde la presentacion del inventario en el caso que el heredero queria succder intra vires hereditatis, y desde la muerte del cau- santé en los demas, Al no haberse tomedo en cuenta Ja obligacion de in- ventariar en el Codigo, debe aceptarse que en cualquier caso los plazos se computan desde la muerte. El Anteproyecto Lanatta y el Proyecto de la Comision Redactora omitieron deliberadamente la menciém a que el tér- ming no se interrumpia por causa alguna, Sefald (21) su autor que de esta manera se suprimia la rigidez del dispositive, que impide a la jurispruden- cia resolver adecuadamente los casos que puedan presentarse al respecto. ‘La Comisién Revisora no fue del mismo parecer, agregando el pairrafo que existia en el Codigo de 1936 y que incluydé el Cédigo, en el sentido que los plazos no se interrumpen, . Es interesante anotar que el Codigo derogado referia el plazo solo a la renuncia, mientras el actual lo legisla también en funcién de la acep- tacién, expresando en sw articulo 673 que ésta se presume cuando ha transcurrido el plazo para renunciar. 3. Sucesién por transmision El articulo 679 prevé el caso del fallecimiento del heredero dentro de dicho plazo, expresando que el derecho de aceptar o remunciar la he- rencia se transmite a los herederos; pero, en tal caso, el plazo corre a partir de la fecha de la muerte del primer Hamado, En otras palabras, se entiende el término. Los herederos del primer llamado no ocupan su lugar sino que here- dan el derecho que éste tenia de aceptar o renunciar, La doctrina deno- mina este caso sucesién por transmisién. Debe tenerse presente que el derecho que se transmite a aceptar la herencia forma parte del acervo del Th AUGUSTO FERRERO primer llamado, pudiendo sus herederos, en consecuencia, aceptar la he- rencia y renunciar a la que no acepté, No podran hacer lo inverso; 9 sea, renunciar a la herencia del transmitente y aceptar la herencia de! primer causante, dado que su derecho a ésta emana de su cardcter de heredero del primero (22). En este caso, como sefiala Trabucechi (23). la renuncia a la herencia del transmitente incluye también la renuncia a la herencia deferida en favor de aquél. Asi lo establecié Andrés Bello en el articulo 957 del Cédigo Civil de Chile, al declarar que “no se puede ejercer este derecho sin aceptar la herencia de la persona que lo transmite”, En el mismo sentido, el articulo 479 del Codigo Ci aliano prescribe que “la renuncia a la herencia propia del transmitente inchuye renuncia a la heren- cia que sea deferida al mismo”. Somoarriva (24) anota que “es ldgico que sea asi porque el fundamento del derecho de transmision es que la facul- tad de pronunciarse sobre la asignacién va incluida cn la universalidad de la herencia, y si ésta no es aceptada, tampoco puede adquirirse aquel dere- cho”. Agrega (25) que “a la inversa, no hay inconveniente alguno para llevar la asignacion propia y repudiar la que se defiere por transiuision”, opinién con la que concordamas. Al respecto, el Codigo venezolane con- tiene una norma de claridad meridiana en su articulo 1009, que a la letra dice: “Los herederos que hayan aceptado la herencia del heredero falleci- do, podran renunciar a la herencia que se habia deferido a este Gltimo y que no habia aceptado todavia; pero la renuncia de la herencia del here- dero fallecido envuelve la de aqueéila qu se le ha a deferida En ausencia de una norma clara en nuestro Codigo. la doctrina pe- ruana fue de distinto parecer. Asi, Lanatts (26) explicaba, en un ejemplo. que el hereders (transmitido) podia aceptur la herencia del primer cau- sante y renunciar fa del printer Hamado (transmitente), o viceversa. Igual- mente, Valverde (27) scfaluba que “los muicvos herederas pueden aceptar la primera herencia y rechazar la segunda e inversamente tepudiar una y no ja otra”. Aunque el nuevo Codigo no tenga una disposicidn que se re- fiera a este problema, somos de opinién que la solucién es ta que hemos dejade expuesta. Lo sefialado por fos juristas nacionales no es Correcto. Para aceptar la herencia del primer causante es menester aceplar la heren- cia del primer Hamado, Se puede uceptar ésta y renuneiar a aquélla, mas no a la inversa, La renuncia a la herencia del transmitente implica nece- sariamente la renuncia a la herencia del primer causante, En consecuencia, operan las siguientes reglas de acuerdo a este diagrama: 12 ACEPTACION Y RENUNCIA DE LA HERENCIA ¥ LEGADOS A Primer causante mer Inade (transmitente) I Cc Heredero 1, ©, para aveptar la herencia de A, tiene que aceptar la herencia de B, en cuyo activo se encuentra el derecho a aceptar 0 renunciar la he- rencia del primer causante, ra la herencia de A. 2. © puede aceptar la herencia de By renumi 3. La renuncia de C a la herencia de B lleva implicita la renuncia ala herencia de A. . 4. En cone tar la herencia de A. sién, C no de renunciar a la herencia de B y acep- El fundanento juris do hay sucesiOn por transm 1 primer llamado, en cuya heren 2a de bo expuesto lo encontramos en que cuan- n hay dos sucesiones en una (28). Se sucede a no se encuentra clacervo material del primer causante: lo que hay en ella es un derceho inmaterul a ejercer: el fs delationis o ius adeundi: es decir, el derecho ala aceptacién-o renuncia de la herencia del primer causante, Ese derecho integra la masa hereditaria. “El derecho a aceptar Ja herencia entea a formar parte del patrimonio del de coius y, consecuentemente, tambitn del acerve hereditario que se trans- mite a sus herederos™ (29), Para ejer se derecho hay que ser ¢ rdel mismo, ¥ para cllo, tiene que aceptarse ta herencia del primer Namado. Esta es larazén de la norma del articado 679 comentado que sefiala que el derecho de aceptar o renunciar la herencia se transmite.a los herederos, pero én tal caso el plazo corre a partir de la fecha de ta muerte del prinier Namado. Precisimente, In extensidn del plaxo se debe a que debe vencer conjuntamente con el plazo para renunviar a la herencia del primer [la- mado, De lo contrario, al darse por aceptada la herencia del primer cau- sante. por vencimiento del plaza, no podria renunciarse a la herencia deb Primer lamado, Ahora bien. hay que tener en cuenta que cada heredero es indepen- diente y tiene libertad para aceptar o renunciar la parte de fa herencia que le corresponde, Se plantea el problema de definir qué ocurre en el case de los herederos del primer hide que aceptande su herencia unos aceptan fi herencia del primer causante y otros renuncian a ella (30) {Se 7 AUGUSTO FERRERO contraviene la disposicién del artfeulo 677 qué prohibe ta aveptacion y la renuncia parciales? Convenimos con Cornejo Chavez (31): sf cabe en esta hipétesis la aceptacién o renuncia parcial porque se trata en realidad de dos sucesiones, El Cédigo Civil chileno autoriza expresamente esta situa- cidn en su articulo 1228, al declarar que si li i6n hecha a una per- sona se transmite a sus herederos, puede cada tos aceptar o repu- diar su cuota, Igualmente lo hace el Codigo espafiol, en su articulo 1007. Surge Ja siguiente pregunta; ga quién favorece en este cuso la renuncia? Acase favorece a los que accptan o se reintegra a la masa? Creemos lo pri- mero. Es decir, “si son varios Ins herederos y proceden de diversa manera, GRAEEDIATOGAA Tampen tesrudisd de we dewle (Sa). 4. La capacidad Be acuerdo al articulo 674 pucden renunciar herencins y legades quienes tengan la libre disposicidn de sus bienes, No nos gusta la redaccién de este art(culo, pues induce a error al abogado comin, pudiéndose pen- sar que el concepto de la norma esta ligado al de Is legitima y la porcién disponible, en el sentido que sélo podria trenunciar a la herencia quien Fste sentido equivoco ha sido tomado del Codigo Civil espafol (articula 992). Mas apropiada hubiera sido consagrar una disposicin come la del Codigo Civil de Venezuela (articulo 999) en relacién con la aceptacién de los inhabilitados, disponigndose que los in- capaces podran renunciar herencias y legados a través de sus representan- tes, Ese es el sentido de Ja norma que comentamos, Como indico Leon Barandiarin (33), para renunciar se requiere cepacidad especial, “El Cé- digo dice libre disposicion de sus bienes porque no bast * (34), nas A renunciar personalmente o por intermedio de sus apode- s: los ineapaces necesariamente a ‘rayéssleausirepresentantess median: t ial, de conformidad con lo dispuesto en los articulos 448, inciso 4, 532 y 668, tratese de patria potestad, tutela o curatela, respectivamente, Existe una limitacion dispuesta en el Libro de Familia, en el articu- lo 304, que aii que ninguno de los cényupes puede renunciar a una delotro. El fundamento de esta norma lo encontramos en que si bien los bienes hereditarios que adquiere cada cényuge tienen la condicién de bic- 74 ACLPTACION ¥ RENUNCIA DE LA HERENCIA ¥ LEGADOS nes propios (articulo 302, inciso 3), sus frutes y productos son comunes farticule 310), 5. Los efectos Son sus efe 8 a, El renuncianie queda como si no fuera sucesor. Lis remun extingue la vovacidn hereditaria, = b. La renuncia se retrotrae al momento de la apertura de la suce- sién, Por ello, el ites reprdiandé concede al llamado el derecho de dejar de ser heredero. ec, La renuneia, al igual que la indignidad, es personal. Es decir, no afecta a los descendicntes del renunciante, en la medida que exista repre- sentacion sucesoria, Si se da ésta, los deseendientes del renunciante res ben lo que a éste le hubiera correspondido recibi renunciar. Es de- . cuando se trata de una sucesién 1 e, fos descen- a sealant d. Siel inciante no tiene Uescendientes, o si no se da la repre~ sentacion, su parte acrece la de los eoherederos o pasa a otros herederos, segiin el caso. e Siel renunciante es eb anion heredera y no tiene desecndientes, Se adjudicurd ls herencia a las-entidades que sefala el artfculo 830. f. Fl renunciante no pierde el derecho de representar al causunte en otra herencia. Por ejemplo, si el hijo renuncia a la herencia de su padre, falleve su abuelo. podrd hercdar a éste en representacidn de su No s. La renincia no opera retroactivamente al falleci prende las donaciones ¥ los anticipos de herencia, “Si el donata legutario, aun siendo heredero legitimo, renuncia a la sucesién, piende todd condician de heredero y Ia lberatidad forzosamente ha de imputarse ala cuota de libre disposicion” (35). Asi, al perder la condicidn de suce- sor, pierde tambien la legitima. O sea, pucde mantener la donucidn o ef legade dentro de la cueta de libre disposicién. Obviamente, como dice 75 AUGUSTO FERRERO. el articulo $52 del Cévligo Civil lang, sicmpre yue su renuncia no dé lugar a representacidn; pues, si asf fueri, lo ceeibito por el mepresentante dejarfa sin lugar la denacion o el legado. en lo pertinente. resulta con- figura, es menes- Lo ¢apuesto hive ver con claridad como algunas ve veniente renunciar a fa herene ter poner un ejemplo: X tiene 1 i Acada ine le tecand recibir 20: de su heren Si anticipa a ano de ellos ¢l 30%. de su haber sin dispensa de volacién, mds le convendri a éste quedarse con este valor ¥ renunciar a la herencia, que wceptar ésta y tener que colacionar aqueél 6. El derecho de log acreedores EL ordenu dictado para impedir que la recupe- racion de los créditos sva burlada. Hemes visio que los acreedores tienen un derecho preferente sobre la herencia en relacién a los sucesores. Igual- mente, a fin de impedir que los herederos ejecuten actos en penjuicio de sus acreedores, el legisiador faculta a ¢stos para que reclamen la parte de sus crédites cuando aqudllos renuncien a la herencia, A diferencia del ‘Cédigo derogado, el vigente es mis explicito al normar este instituto, es- tableciendo en su articulo 676 un adecuado procedimiento para el pago de Jas deudas del renunciante, que ha tomado del articulo 1001 del Cadi- go espafiol. Reza asi: Ss La resolucion que declare furdada la demands dis- pondrd, segiin la naturalera de lox bicnes, su administracion judicial o sw venta en publica subasta. para el pago de lus deudas del renunciante, El Temanente, si lo lbicra, se transmite a los herederos a quienes favorezea la renuneia™. Es interesante analicar en este punto cadl es la aéeibn que corres: onde al dor, En interpretaci6n de lis normas del Codigo derogade, Castaneda ier Natverteg (37) y Lanatta (38) opinaron que procedia tanto la accién subrogatoria como: la revacatoria, Nosotros creemos que tenienda la accién oblicua por objeto que los acreedores cubran sus créditos subrogdndose en los derechos de sus deudores, no procede en este caso por canta nes cncontramas ante un heche corsaniade: a, Quiere decir que el derecho para subro- garse ya no existe, Por otro lado, de acuerdo con el Cédigo de 1936, con la acci6én pauliana podian revocarse los actos de disposicién a titulo pra- Te ACEPTACION Y RENUNCLA DE LA HERENCIA Y LEGADOS tuito practicados por el deudor insolvente 1098), consid {articulo 1125, inciso nats 2), Por tanto, el acto se tenia por mulo desde el dia en que q toriada Ia sentencia que lo invalidaba (artfeulo 1126), Quiere decir que no era ésta tampoco fa accién que procedia elorada la nelidad, era como si el acto jannis en tanto afectaba el derecho del acreedor. Se retrotrafa tode al momento de la apertura de la sucesion, Respeeto a este punto, cbarticulo $2 de la Ley Procesal de Quiebras dice a la letra; “Si el fallido repudiara una herencia o legado que le sobre- vinivra, el Sindica con autorizacion del Juez, fa anula entonces sino en favor de los acree- . La disposicién confir- ma lo expuesto: se trataba de declarar la nulidad, y solo de la parte corres- pondicnte. El nieve Codigo ha innovado sustancialmente los institutos del acto juridica, La aceidn pauliana ha quedado separada de la teorfa de la nuli- dad para entrar ene] campo de la ineficacia. El articulo 195 faculta asi al acreedor a pedir quese declaren Ineficaces respecto de él los actos de disposicidn del patrimonio por los cuales el deudor origine perjuicio a su derecho. Por otre lado, no constituyen ni caso de nulidad ni de anulabili- dad, Come explica Fernando Vidal (39), mientras la accién de nulidad presupone un acto incomplete en sus clementos esenciales o tachado de un vicio sustancial, la accién pauliana, por cl contrario, implica un acto vilidumente celebrado que, por razon-de un perjuicio causado aun extra- fio, es abjeto de revocacién, no siempre absoluta. ¥ no lo es, agrega (40), pues solo tiene eficacia hasta donde sta necesario para que el acreedor pueda hacerse pago. Sin embargo, el articilo 200, en el titulo sobre el fraude del acto juridico, sefialy que quedan a salvo las dispesiciones per- tinentes en materia de quicbra, Nos preguntamos jprevalece el articulo $2 citado de la ley de la materia que induce @ incoar una accién de nulidad, o fa aceidn de ineficacta contemplada en el nueva Codigo? Creemos que ahora sera de aplicactéon esta lina, precisamente porque la ineficacia no deja sin efecto todo ef acto, sino solamente respecto del acreedor, en cuanto su demvho es pemjudicado, tal como lo prescribe el articulo 195, En ese sentido, ef artieulo 676 que norma el derecho del acreedor a im- pugnar la renuncia resulta concordante, pues expresa que es para que se declare sin efecto en la parte que perjudica sus derechos. Asi, el legislador qT AUGUSTO FERRERO ha optado correctamente por Ja solucién del Codigo chileno, el cual en su arttculo 1238 dispone que “en este caso, la repudiacion no se rescinde sino en favor de los acreedores y hasta concurrencia de sus créditos; y en el sobrante subsiste”, En el derecho italiano, cuyo articulo 524 autoriza a los acreedores a aceptar en nombre del renunciaute hasta el valor de los bienes hereditarios que sirviera para satisfacer sus créditos, se reconace que esta accién tiene las caracteristicas de la revocatoria, aunque no se requiera el fraude del resunciante como presupuesto indispensable (41). Lo expuesto nos lleva a pensar con Cornejo Chavez (42) que se des- virtta la prol i i. pues se estaria dejam Nuncla en parte, subsistiende en ba otra, Pero de otra forma, se obligaria al renunciante a heredar; posterior- mente, a cubrir su deuda y finalmente, a quedarse con el salo. ¥ el ar- ticulo 676 faculta ul acreedor a que reclame, como es natural, solamente Ja parte que cubra su crédito, sin intentar complicarle en el proceso sace- soral, cuando no es sujeto de la delacién. En consecucncia, el articulo 676 debe entenderse como una excepcién a la regla general cnunciada en el articulo 676, El derecho de los acreedores que analizamos es cl de los que tienen esa condicién respecto de los herederos y. en tal virtud, es de su interés el incremento del patrimonio de ¢stos por via hereditaria para poder eje- cular sus eréditos. Pero adeniis, puede existir un interés diverso en los acreedores del causante, los cuales podrin solicitar que se deje sin efecto una renuncia cuando el heredero oculte bienes hereditarios, simule deudas 0 disponga de Jos bienes dejados por el causante en perjuicio de los dere: chos de los acreedores de la sucesion; casos en los que el articulo 662 obli- ga al heredero a una aceptacion forzosa para que responda por todas las obligaciones del causante, NOTAS BARBERO, Domenico: Sistema del Derecho Privado, tomo V, Sucesiones por Causa de Muerte, Indices Gencrales de la Oba, tmurcion de Santiago Sentis Mekeade, Bucims Altes, Ediciones Jazidicay Eveapa-América, 1967, p. 80, LANATTA, Remote E,; Derecho de Suecsiones, tomo f: Parte General, sepunda odivién, Lima, Editorial Dewrrollo §.A,, 1981, p. 290. 3 BORDA, Guillermo A.: Trataido de Derecho Civil Atgentino, Succsiones, tomo f, © eolaberaciéin de Féderico 1M. Pelizer, cepunds ediciin corrspida y aumeitada, Aires, Editorial Perret, 1964, p, 164, 4 LEGON BARANDIARAN, José: Comentarios al Codign C1 Pemano (Deroubis de Obliga- stones}, tomo f: Acto Juridica, Lima, Litweria.e mprenta Gil SA 1938, p41, 7B ACEP is 16 ACION ¥ RENUNCIA DE LA HERENCIA ¥ LEGADOS FERRI, Luigi: Commentario det Cadico Civite, a cura di Antonio Sclatoja ¢ Giuseppe Branca, libra secondo, Belle Succesioni, Sievessioni im Generale, Art, 456 - 511, Bo- fogma, Nicola Zanichelli Editore, 1966, p. 211 LANATT.A, Romulo E: Derecho de Saqusiones, tomo LOB, cit, p. 297, PLANIOL, Marcelo y RIPERT, large: Tratado Priction de Derecho Civil Francés, toro V- 6 y Testamontes, traduceiin de Marlo Daz Oruz, Habana, Cultural $.A., 1938, Donacion BIL. LANATTA, Rémulo E- Amepryecto de Reforma del Libro de Sucesiones det Codigo Civil, Lima, Pditoraal Desarrotio S.4.. L981, p. 24. HORDA, Guilterme Ac Trtado de Derecha Civil Argentino, Sucesiomes, tomo M, com la colaboractin de Federica J, M. Pelizer, segunda edicién comegida y aumentada, Buenos Aros, Editorial Peerot, 1964, 477 WALLET DE GOYTISOLO, Juan: Panorama del Derecho Civil, segunda od ictin comepida, ‘Bureelona, Bosch, Casa Editorial, 1973, p. 276. Loe © Ibid, p. 277. Et Cadigo Guleno denemina repatiacian intempestiva, no ddndole valor alguna al pemniiso concedide por un legitimario ol. que le debe la legitima para que pueda testar sin comsidlexa- cién nella farticule 1226). BORDA, Guile A.) Trade de Derecha Civil, Sucesiones, tome |, com lx colaboracibn de Federico 1M, Peltzer, sexta ickin actualizade, con las modifeackenes introducklas por tas Leyes Nox 23.264 y 23,515, Bucnos Aires, Editors] Perrot, 1987, p, 155, FERRI, Luigi: Ob cit, p. 201. ALBALADERO, Manuel: Derecho Civil, tome ¥; Derecho de Sucesiones, wolumem pri- inci: Parte General, Bareclona, Libreria Bosch, 1979, p.225. MUSSINEO, Francesco: Manual de Derecho ‘Civil y Comercial, tomo VE: Dyrectis de ins Sheesinnes por Camsa de Muccte - Pringipios de Derecio Internacional Privad, erscha de Sontiago Sentis Melende, EFA, Baoas Aires 1971, p. 243. BARBER: Ob. cit p89 LEON BARANDIARAN, Jost: Manual del Acto Juridica, Lima, Imprvnta deta Universi- dad Nacional Mayor de San Marcos, 1961p. 18 ZANNONI, Eduardo A: Derecho Civil, Derectio de lay Sucesiones, tomo E, tercera ediciin ampliads y actuakeala, Bucnos Aires, Feitorisl Astrea de Alfvedo y Ricanlo Depalma, 1983, p. 274. LANATTA, Réiulo E.; Antopreyesta , Ob. eit, p. 22. Lin el mtaio: sentido, Albolidejo sefiala gue caby repudinr la herencia del primer cansante despw's dv Buber aceptada lind} transinitente, pero wo ab revés, porpre strepudi ésta, no Tepe a niqjuitir ef us delationis qaw farimaba partede la misma {ALBALADEIO: Ob, cit, nen wsde Derecho Chil, amo TM: Oblaciones ¥ Conteatos, iscuusa, Donaciones, traducciin de la decimoquinta edici6n italian, eon Manciis al Derecto expat! por Luis Martines — Culeetrada, Editorial Re- y Privido, Madrid, 1987, p, 445, 9 @ u a] a AUGUSTO FERRERO SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel, Detecha Susewne, tercers ediciém actualizads. vorsién de Rend Abethuk, Saatingo, Editorial Juridica de Chile, 19B1 p42 Lac, sit. LANATTA, Rénwle E-Berecha de Sucesiones, tome 1 Gt cit, po 3K) VALVERDE, Emilia Fr El Deresbu de Susesioa en cl Coady Coal Wt 1 Le ma, Falletes Grafitos del Monster de Guetra, 1954, p. 20 Vattier sostiene que “nulervtras xs sqeure que estumys aque on proscneis de dus ercnicias, la del camante y la det primer thiumudo, « tammitente, es dudes, en cambio, shay on dos wicesiones, una respecto del trasamitents-¢ oltre respecte del de cuius”, Scfalando que la posture tradicional ma) dcepta la segunda sucesitm, adbiete la tesis de ta duble capecidad, afumando, por el canttaris, que la segunda sucesidn existe, “dado que bes transmisation. al Jee ha tea tide ef prime: famade, adquicren ta herenets: auante ¥, por tata, ke smecden™. Agtega qie iu debe alvidaree “ue siel trasmuiten: te adeatitiera La herencha del sausente, siquiers fistixiamente, s¢ upolario cl ius delotiueis y of derecho de trnemigen carecenis de objeto, por bo que ef tansnissrio able pucde sucedder, en usta herencha, al de ewius'" (WATTIER PUENZALIDA, Carlos: El Derecho de Reprosentacian en la Sucesiai “Mortis cousa", Madrid, Editorlul Montecarva, 8. 228). Pensamos que he alii ef error de esta tesis, El Uansmitente nc adquicre hherencia del cousamte; ni fietiviamene. Transn per ello, ef hus dtelotionis. Mis bien, nets que en ka trammiiskin cous isten dus encaciones sicesiras acietta Vattier eaundo sent ¥ una sola delacida (Ibid, p. 238). Albaludcja wstiene, gualmente, que el tansmisasio sucede al Lrancmitenty en sa hetencla y en el tus dolarionés que lorme parte de ella, y code tunthitn al primer causante cn ta heteneis de dz, aquirn aicede directamente ¥ 0 & través del transmitente, quicn cs sie un canal que teamwnitib el derecho a accplarla, Al ejerotar el dus delotioait, areptando La herencia, “se convicrte también en aucesor del Pruner causante”, No abstantc, scfiali con razén que el tramsmtsark cs Weredera del trans mitente y no del priiner cansapte, aunque coviha la berenca de date (ALBALADEIO: ‘Ob. cit, p. Eb AZZARITI, Francewo Saverio, MARTINEZ. Giovanni ¢ AZZARITI, Giuseppe: Succes sroni pet caus di morte ¢ damasieni, quinta editions omplita © coretta, Padowa, Cedar, 1969, p47 El Codigo de Napoleda, cn ow articule 742, oblica a una mercura gualdad de conducta de Jodos Tos titwlares, debiende sceptar w retnancase tour, CORMEIO CHAVEZ, Hécior, Derecho ibe Su do en bs Pontificia Universidad Cotébica del Pera, | troradiv taquigritica 2.1983, pT ct curb abica ROTONDI, Mario: Instituciones de Derecho Frivady, prabygo, trathiccidn y comcundancias Dest espatiol por Francisco F. Viflvivencin, Barcekona, Fdlitortal Labor, 5A, 1953, P64. LEON BARANDIARAN, José: Derecho de Suresiones, versie taquigrifica del curso dit- tade on ta Universidad Nocsonal Mayar de San Marcos, Lina, p. 43, Bie, cit PLANIOL y RIPERT, OW, +P}, CASTAREDA, Jone Engenio: Codigo Civ ‘alarta edict, Lima, Talieres Grificas abe kn Fditoriate tmptenta Amauta, 1949, p. 203 " wee VALVERDE; Ob, cit, p. 290 LANATTA. Romulo PF: Derecho de Sucevidiés tomol Oh. cbi, ps Mok ACEPTACION ¥ RENUNCIA DE LA HE ” a 4t 42 INCIA Y LEGADOS: VIDAL RAMIREZ, Fernando: Teosls General del sActo Juridica, Lima, Cultural Cocco S.A., Editeres, 1985, p. 367, Lae. ¢ TRABUCHE Ob cit, p 451 CORNEIO CHAVEZ. Ob carp, Ba 81

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