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Durmiendo en Jesús

Texto: 1 Tesalonicenses 4.13-18

Introducción:
1. Hemos llegado a uno de los momentos tristes y a la vez dulces de la vida.Porque
nuestro ser amado partió de esta vida como cristiano, dejándonos herencia de
esperanza. Lloramos nuestra pérdida, porque se separó de nosotros; pero
también nos gozamos en su ganancia, puesto que ahora está mejor de lo que
estaba (Filipenses 1.23). Entonces, el sol brilla a través de las nubes y dentro de
nuestras lágrimas se forma un arco iris de promesa.

A. Felices los que mueren en Cristo (Apocalipsis 14.13).


1. Hace algún tiempo nuestro ser amado se convirtió en nueva criatura en
Cristo (2 Corintios 5.17).
2. Desde entonces, habita en Cristo (Juan 15.4).
3. Fue fiel hasta la muerte (Apocalipsis 2.10).

B. A menudo nos preguntamos por qué debemos morir.

1. Nuestro espíritu debe ser separado de este cuerpo mortal (1 Corintios


15.50; Santiago 2.26). El gusano debe convertirse en capullo primero,
antes de resurgir como mariposa.
2. Debemos ser cambiados (1 Corintios 15.51-57). Dios nos dio un cuerpo
natural para que nuestro espíritu viva en este mundo, y nos dará un
cuerpo celestial para el mundo venidero.

C. La separación es sólo por corto tiempo.

1. La pregunta de Job (Job 14.14) ha sido contestada por Jesús (Juan 11.25).
2. Nos reuniremos con él (2 Samuel 12.23).
3. Si el Señor viene antes que nosotros muramos, traerá a todos nuestros
seres queridos con él (1 Tesalonicenses 4.13-18).
 

Conclusión: Si somos cristianos fieles como lo fue nuestro hermano que ha


muerto, podremos dejar a los nuestros la misma herencia de esperanza que él nos
ha legado.

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