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El problema de las escalas en los estudios sobre exilio político republicano español: el caso

de Bahía Blanca

Federico Martín Vitelli


Universidad Nacional del Sur
fedevite20@gmail.com

Introducción
En los últimos años se ha expandido la cantidad de estudios que abordan distintas
cuestiones metodológicas referidas al fenómeno exiliar, lo cual ha diversificado la agenda de
problemas a investigar. Dentro de estas dimensiones se ha avanzado en la indagación sobre la
pertinencia del uso de distintas escalas espaciales y temporales de análisis para los estudios de
caso de exilios políticos.
Este trabajo se propone estudiar las posibilidades que la interrelación entre las escalas
local y transnacional aportan al estudio del exilio de profesores republicanos arribados en Bahía
Blanca, entre la finalización de la Guerra Civil Española en 1939 y el golpe militar de 1966, que
instaura el Estado Burocrático Autoritario 1 en la Argentina y extiende el aparato represivo al
interior del sistema educativo universitario 2, restringiendo el campo de estudios de nivel superior
y condicionando las tramas de solidaridades que permitían la llegada de exiliados a la ciudad.
Partimos de la hipótesis que la apuesta por el diálogo entre escalas permite complejizar el
abordaje del fenómeno exiliar, que escapa en sus múltiples aristas y en particular en el análisis de
la formación de redes laborales, de solidaridad, intelectual y represiva, a la total comprensión
dentro de los marcos nacionales-estatales. Al respecto Jensen y Lastra nos dicen que
Estos giros en los focos de atención geográficos y temporales sobre las experiencias del
exilio están en estrecha relación con las nuevas preguntas que comienzan a formularse
sobre esta experiencia política. No se trata de que las escalas transnacional, comparada y
las redes sean la panacea. Es sólo que permiten echar luz sobre otras dinámicas, prácticas
y explicaciones que quedaban oscurecidas desde la reconstrucción egocéntrica y anclada
en los compartimentos estatales.3

1
Vide: O’DONNELL G. (2009), El Estado burocrático autoritario, Buenos Aires: Prometeo.
2
Vide: ORBE P. (2001). El impacto político del golpe de estado de 1966 en la comunidad universitaria bahiense
desde la óptica del diario La Nueva Provincia. En Historia, Política y Sociedad en el Sudoeste Bonaerense, Bahía
Blanca: EdiUNS.
3
JENSEN S. y LASTRA S. (2015), El problema de las escalas en el campo de estudio de los exilios políticos
argentinos recientes, Avances del Cesor, Año XII, V. XII, Nº 12, Primer semestre 2015, p114.
Basaremos nuestra investigación en el análisis de: actas y reglamentos de órganos de
gobierno universitario y resoluciones de altas y cesantías de la UNS; legajos de los exiliados;
documentos de los registros civiles españoles presentes en el Archivo de Salamanca; documentos
de la DIPBA y de asociaciones españolas de Bahía Blanca; y en entrevistas a exiliados y
testimonios de sus allegados publicados en distintos medios.
Estructuraremos el presente trabajo en dos apartados correspondientes en primer lugar, a
la formación y funcionamiento de redes solidaridad que permitieron la llegada de los exiliados a
Bahía Blanca y al establecimiento de redes laborales e intelectuales una vez situados en la ciudad
y en segundo lugar, a la puesta en marcha del accionar represivo de control y seguimiento que
acompaño su destierro en la misma localidad. Estos procesos serán estudiados haciendo especial
foco en la interrelación de distintas escalas como forma de complejizar y ampliar nuestro
conocimiento sobre los mismos.

La solidaridad en el exilio
La Universidad Nacional del Sur se fundó en 1956 sobre la base del Instituto Tecnológico
del Sur creado 10 años antes. Los primeros años de su funcionamiento, se caracterizaron por una
intensa labor académica, beneficiada tanto por el trabajo interdisciplinario incentivado desde la
elección de una estructura administrativa departamental, como por la llegada constante de
profesores desde otras universidades, debido, entre otros factores, a la insuficiente cantidad de
docentes con formación pedagógica/disciplinar específica disponibles en el medio local y a la
necesidad de cubrir los cargos docentes recién abiertos4.
Dicha necesidad de cubrir cargos vacantes llevó a la implementación de políticas
tendientes a la atracción de los llamados profesores viajeros, arribaron a nuestra ciudad cerca de
una decena de exiliados republicanos -ya establecidos en otras regiones de nuestro país desde la
década de 1940- provenientes en su mayoría desde otras Universidades Nacionales,
principalmente desde la Universidad Nacional de La Plata y la Universidad Nacional de Cuyo5.
La acogida de estos científicos e intelectuales era motivada mayormente por el prestigio
internacional de los mismos alcanzado por su actividad docente y de divulgación científica

4
CERNADAS, M; MARCILLESE, J; ORBE, P y TEDESCO, M. (2006) Universidad Nacional del Sur 1956-2006.
Bahía Blanca: EdiUNS. p. 44.
5
DIAZ LABAJO, A. (2004). Los profesores universitarios en el exilio republicano español en Argentina, una
aproximación a través de las fuentes del AGGC. En Actas del IV Simposio de Historia Actual: Logroño. Instituto de
Estudios Riojanos.
realizada en España antes de estallar la contienda o en los países que los albergaron durante su
primer exilio, por la relación personal y profesional que mantenían con profesores locales o
españoles ya instalados en el país y por el activo trabajo de las instituciones especialmente
creadas para tal fin.
Los profesionales eran contactados por diferentes vías. Entre ellas podemos destacar la
actuación de organismos internacionales como la Organización Internacional para Refugiados de
las Naciones Unidas6; organismos nacionales como la Institución Cultural Española (ICE) 7, la
intervención de autoridades diplomáticas argentinas en Europa y especialmente el rol que
desempeñaron los docentes que ya se encontraban en el país en la recomendación para convocar a
otros colegas que permanecían en Europa8.
Entre las vías mencionadas, destacamos la importancia de las llamadas, por las que
argentinos y españoles asentados en el país gestionaban los trámites para traer a Argentina a
colegas del mismo ámbito profesional. Conseguir contratos de trabajo facilitaba el ingreso en el
país, por lo que esta estrategia fue utilizada reiteradamente por profesores universitarios que ya
habían ejercido en España y que lograron seguir haciéndolo en Argentina. Para conseguir dichos
contratos de trabajo tuvieron que movilizarse mediadores en el país de destino como fue la
Institución Cultural Española (ICE). Esto permitió contratar profesionales que todavía se
encontraban en Europa, pero también a otros que ya se habían trasladado a América Latina. Los
mediadores eran una pieza fundamental en una situación de comunicaciones lentas y coyunturas
personales angustiosas y urgentes, con instituciones que pese a su predisposición no tenían una
gran tradición de contratar extranjeros9.
Otro aspecto a tener en cuenta en el análisis de las formas de arribo al país, se refiere al
conocimiento de muchos de los exiliados de su futuro destino de residencia debido a que en años
anteriores habían trabajado en él. En este contexto, jugaron un papel relevante las relaciones

6
La Organización internacional de refugiados (OIR) fue creada en julio de 1947 como organismo especializado no
permanente en las Naciones Unidas. La labor de OIR se circunscribió fundamentalmente en la ayuda a refugiados
europeos que abandonaron sus países de origen por la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil Española. Intento
abordar de forma exhaustiva todos los aspectos relativos a la cuestión de los refugiados, tales como su repatriación,
su identificación, su registro y clasificación, su atención y asistencia, su protección legal y política, su transporte, su
reasentamiento y su reinserción.
7
LAGO CARBALLO, Antonio. (2008). La institución cultural española de Buenos Aires. Revista del humanismo
español e iberoamericano, Nº 23, pp. 49-62.
8
CERNADAS DE BULNES, Mabel. (2006). “Universidad Nacional del Sur…” p. 49.
9
DIAZ LABAJO, A. (2004). Los profesores universitarios en el exilio republicano español en Argentina, una
aproximación a través de las fuentes del AGGC. En Actas del IV Simposio de Historia Actual: Logroño. Instituto de
Estudios Riojanos.
institucionales que se desarrollaron a través de la puesta en marcha de programas que promovían
el intercambio profesional entre docentes españoles y argentinos. Dichos programas fueron
ejecutados por la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE), por la
ICE de Buenos Aires y por centros de inmigrantes creados desde la masiva llegada de españoles a
la Argentina en la segunda mitad del siglo XIX, como el Centro de Gallegos de Buenos Aires.
Así, como parte de estos proyectos, futuros exiliados en Argentina como Pío del Río Hortega,
María de Maeztu o Claudio Sánchez Albornoz (padre de Nicolás Sánchez Albornoz), entre otros,
ya habían estado trabajando en el país durante las décadas veinte y treinta10.
Sin embargo, muchos de los exiliados tras llegar a Buenos Aires, se encontraron con
grandes dificultades para conseguir empleo como profesores. Esta situación fue aprovechada por
algunas universidades del interior del país, que tras evaluar sus antecedentes académicos les
hicieron distintas ofertas de trabajo. De esta forma arriban a Bahía Blanca para trabajar en la
Universidad Nacional del Sur prestigiosos profesores 11 y especialistas exiliados de la España
franquista, con una amplia formación en sus disciplinas –principalmente humanísticas- como son
los casos de Nicolás Sánchez Albornoz, Alberto Vilanova Rodríguez, Fernanda Monasterio,
Manuel Lamana, José Bernal Ulecia, Julio Hernández Ibáñez y Rafael Olivar Bertrand.
A modo ilustrativo de la complejidad de interrelación de redes a diferentes escalas
comentaremos las formas de arribo de algunos de ellos. Alberto Vilanova Rodríguez (1910-1985)
gallego, nacido en Orense, arribó a la Argentina en 1954 luego de dos años de contactos asiduos
con el Centro Gallego de Buenos Aires, en los cuales dicha entidad ya había premiado uno de sus
trabajos publicados12. La invitación y el arbitrio de los medios para que los exiliados pudieran
ingresar a la Argentina era un aspecto central de la ayuda a los refugiados, más aun en un periodo
en el que el gobierno argentino era contrario a la aceptación de los “inquierdistas” y por lo cual
los permisos se lograban a cuentagotas13. La ayuda a los refugiados no consistía solamente en
10
DIAZ LABAJO, Arantxa. (2010). De cómo ingresar en un país: redes migratorias y mediadores en el exilio de
los médicos republicanos en Argentina. En 200 años de Iberoamérica (1810-2010): Congreso Internacional: Actas
del XIV Encuentro de Latinoamericanistas Españoles, Santiago de Compostela.
11
El listado de profesores exiliados que trabajan en la Universidad Nacional del Sur, es deudora de la investigación
realizada por la doctora Arantxa DIAZ LABAJO en su trabajo, basado en el estudio de fuentes provenientes del
Archivo General de la Guerra Civil de Salamanca, titulado Los profesores universitarios en el exilio republicano
español en Argentina, un estudio de caso. (2001) Universidad de Salamanca. El mismo fue verificado y contrastado
mediante el entrecruzamiento con otros documentos (expedientes, entrevistas, publicaciones y actas del archivo de la
Universidad Nacional del Sur) y si bien no está exenta a ampliaciones, constituye un listado fehaciente para los
objetivos propuestos.
12
Resulta premiado por su escrito titulado Vida y Obra de Manuel Curros Enríquez (1953)
13
SCHWARTZSTEIN, Dora, (2001), Entre Franco y Perón: memoria e identidad del exilio republicano español en
argentina, Barcelona: Critica.
sacarlos de Europa sino en proveer a los mismos de sustento y trabajo durante un determinado
tiempo (Díaz, 2007:91). Así, tras recibir una invitación formal de dicho Centro, Vilanova decidió
trasladarse a la Argentina, en principio, para dictar una serie de conferencias.
Acerca de los motivos de su exilio Vilanova responde lo siguiente:
¿Por qué te fuiste a Argentina en 1954? Se debe a que mi estadía en España no era grata con
Franco. Se mantenía una persecución sobre mí, estaba “marcado” por el régimen y me hacían la
vida imposible. ¿Y se trató de ir antes? Sí, pero en los años anteriores no me habían dado la visa.
Había un requisito previo para esto: tener el certificado de adhesión al Movimiento. Y yo no
tengo. ¿Cómo vivió desde el final de la guerra hasta su marcha al exilio? Dando clases particulares
en las escuelas privadas. En Orense, y dos años en Chantada. Pero era una vida muy dura, con
problemas familiares, y la situación se hizo cada vez más insostenible para mí. ¿En vista de los
problemas que tenía, cómo llegó el momento para irse? El fin era ir a dar unas conferencias en el
Centro Gallego de Buenos Aires, en ellas coincido con Fernández del Riego, que iba a participar
en algunos eventos en el Centro Gallego. Era la época de Perón. Y, después de muchas
dificultades, consigo la radicación en ese país. Alberto Vilanova dejó el trabajo y hasta la
"Revolución Libertadora" en el ´55, no logró normalizar su situación. Después empezó a trabajar
en el mundo editorial, posteriormente, en el ´56 entró como profesor en la Universidad Nacional
de Argentina14.

Una vez llegado a la Argentina se desempeñó durante el curso 1956-57 en la cátedra de


Cultura Gallega en el Centro Lucense de Bs As, donde pudo exponer su tesis doctoral que no
había podido presentar en España. En el año 1960, enterado de la convocatoria a concursos para
cubrir distintas cátedras en la UNS, llegó a la ciudad de Bahía Blanca donde obtuvó una primera
cátedra en la Institución donde dictó clases de historia hasta su jubilación. Entre los años 1960 y
1981 fue Profesor titular de Historia Medieval, Historia de España, Historia de Grecia y Roma y
en Teoría y Metodología. Una vez jubilado partió a España en 1982 para cumplir su deseo
expresado en su frase “era una cosa viva en mí; no quería morir lejos”15.
Cabe mencionar que la llegada de Alberto Vilanova a Bs As y posteriormente a Bahía
Blanca se produjo en el clima asociacionista de posguerra caracterizado por una división de la
colectividad española y gallega por las disputas en torno a sus posicionamientos; la creación de
nuevas asociaciones de carácter político antifascista y republicano, la concentración de
sociedades afines y la llegada de numerosos exiliados que configuraron una nueva élite
intelectual de la colectividad, lo que condicionó la orientación ideológica de las sociedades en las
que participaron -en sus medios culturales, en cargos en comisiones de prensa, en la creación de
nuevas entidades políticas y formación de editoriales16.

14
Entrevista realizada a Alberto Vilanova, publicada en La Voz de Galicia. (10/01/1985)
15
Entrevista realizada a Alberto Vilanova, publicada en el diario La Región (1982).
Por su parte, Julio Hernández Ibáñez (1895- 1979), vasco, nacido en Álava, tras participar
en la Guerra Civil en el bando republicano con el cargo de Comisario Político en Valencia –al
tiempo que ejercía como Director de la Escuela para Obreros de esa ciudad- realizó un primer
exilio a Francia en febrero de 1939. En Francia trabajó en una fábrica metalúrgica y como
Profesor de español. No abandonó la militancia, organizando la evacuación del Ejercito del Norte
republicano hacia ese país, y continuó perteneciendo al Partido Socialista Obrero Español que
siguió funcionando en el exilio y del cual llegó a ser presidente. Además decidió enrolarse en las
Fuerzas Francesas del Interior peleando contra la ocupación alemana durante la Segunda Guerra
Mundial. En Francia permaneció hasta 1950 para establecerse luego en Argentina un año más
tarde. El nuevo destino fue escogido por ser considerado como un país pacífico. Hernández
Ibáñez temía que, ante un muy posible estallido de una Tercera Guerra Mundial producto de la
Guerra Fría, sus hijos fueran movilizados en la posible contienda17.
En los primeros años en Bs As no logró insertarse en el medio académico 18 pero si tomó
contacto con distintos centros asociacionistas españoles relacionados con el republicanismo y con
su origen vasco.
De esta forma se vinculó con la Sociedad Vasco-Española Laurak Bat de Bs As –fundada
en 1877- que poseía fuertes vínculos con la Unión Vasca bahiense desde su fundación 19. Estos
lazos se habían estrechados con la creación de la Federación de Entidades Vascas de la Argentina
(FEVA) de la cual las Uniones de Bs As y de Bahía Blanca fueron parte de los centros
fundadores.
En consonancia con los mandatos de la FEVA, la Unión Vasca de Bahía Blanca fundó en
1955 una subcomisión con el fin de difundir el euskera 20 y en ese mismo año decidió adherir a la

16
Vide: FERNANDEZ SANTIAGO, Marcelino, (2008), “Asociacionismo gallego en América, 1871-1960”, en
BLANCO RODRIGUEZ Juan Andrés, editor, El asociacionismo en la emigración española a América, Salamanca:
UNED-Zamora, pp. 199-233.
17
Entrevista realizada por Diana Fernández Irusta a Andrés Hernández Díaz Espada, hijo de Hernández Ibáñez,
publicada en el Diario La Nación (15/11/2009).
18
Lo que sí consiguió exitosamente en la UNS a la que ingresó en 1957. Allí, se desempeñó como Profesor de
Historia Antigua de Grecia y Roma e Historia del Antiguo Oriente (1957–1969), de Historia de las ciencias
Geográficas (1957–1960), de Geografía Histórica (1958–1961) y como de geografía humana (1959-1960). Después
de su jubilación permaneció en la ciudad de Bahía Blanca hasta su muerte.
19
Dicha relación incluía una serie de acuerdos que permitía que los socios que se trasladaban entre las ciudades sedes
de las asociaciones mencionas, fueran directamente admitidos por la Sociedad Vasca del lugar donde se radicaran.
En MINERVINO M, BRACAMONTE L, ROMERO F y RAMIREZ M, (2003), Historia de Unión Vasca de Bahía
Blanca. Bahía Blanca: Eusko Jaurlaritza, p71.
20
Libro de Actas de la Unión Vasca de Bahía Blanca.18/04/1955.
Comisión Coordinadora Pro Universidad que se encontraba trabajando en el proyecto de creación
de la futura Universidad del Sur.
Estas redes afianzadas entre las Sociedades Vascas contribuyeron a la llegada de
Hernández Ibáñez a Bahía Blanca mediante el contacto establecido con la Profesora Berta
Gaztañaga de Lejarraga21 quien anotició al exiliado de las vacantes existentes en cargos de
profesores en el Departamento de Humanidades recientemente fundado. La invitación realizada a
un exiliado vasco para que presente en los concursos docentes de la UNS, se inscribió en la
mencionada etapa de defensa y difusión de la cultura vasca que había adoptado la FEVA, y para
lo cual los exiliados republicanos constituyeron en base a su prestigio intelectual un grupo
primordial a tener en cuenta. De esta forma, Hernández Ibáñez realizó distintas conferencias de
difusión en la Asociación Bernardino Rivadavia, que tenía vínculos cercanos con la Unión Vasca
debido a la coincidencia de miembros en las Comisiones Directivas de ambas instituciones, tal
era el caso de la mencionada Berta Gaztañaga.
Como podemos observar es destacable el papel que jugaron en dichos arribos el capital
relacional afectivo y profesional generado entre los exiliados. Fue así como distintos
profesionales llegados al país una vez finalizada la Guerra Civil, como Claudio Sánchez
Albornoz -que no solo facilita la inserción de su hijo y su compañero de exilio Manuel Lamana
en el medio académico, sino que también patrocinó al historiador Rafael Olivar Bertrand para que
sea contratado por la Universidad Nacional del Sur- cumplieron un rol muy importante en la
invitación de otros exiliados para trabajar en las distintas universidades argentinas.

El funcionamiento de las escalas represivas


En paralelo a la construcción de redes de solidaridad que como vimos involucraron
espacios locales, regionales, nacionales y trasnacionales existió un importante desarrollo
colaborativo con fines persecutorios y de control hacia los exiliados -que incluyó principalmente
el intercambio sistemático de información22- entre las agencias estatales y los consulados y
21
Berta Gaztañaga de Lejarraga (1912-1989) nieta de vascos, educadora y poetisa. Escritora y activa participante del
movimiento cultural y socialista de la ciudad. Fue docente y Directora del Departamento de Humanidades de la
UNS. A su vez, intervino en la Asociación Bernardino Rivadavia y en la filial de Bahía Blanca del Colegio Libre de
Estudios Superiores presidido por su marido Pablo Lejarraga (ambas asociaciones en las cuales los exiliados tuvieron
una asidua participación), como miembro de sus comisiones directivas y conferencista, ocupándose de temas
políticamente comprometidos como se evidencia en su debate en torno a la “Poesía española en el exilio” realizado
en la ABR en 1953.
22
De hecho aparece recurrentemente el procedimiento del cruce de antecedentes a nivel internacional, ya que a través
de este era posible desarrollar una historia de vida de las personas, considerando entre ellos los antecedentes que
embajadas españolas23. Ésta colaboración se enmarcó tanto en los procesos de construcción de un
“enemigo interno” argentino como en la etapa de desenvolvimiento de los sistemas represivos del
franquismo de posguerra. En esta fase se dotó al inmenso aparato de control social configurado
en España desde 1936, de procedimientos cada vez más selectivos, volviendo al victimario y a la
víctima menos aparentes. Siguiendo a Arostegui, en la posguerra “se trataba de la puesta en
marcha de una plena función represiva, como punto extremo de los aparatos de control social, y
que no coincide exactamente con toda la dimensión de la violencia explícita, de represión física
con producción de muertes, sino que ejerce otros muchos tipos de represión”24.
Estas políticas represivas respondieron en Argentina a la construcción de un "enemigo
interno" como sujeto legitimador de la persecución por parte de la inteligencia policial. Según
constatamos en los registros, de acuerdo a que sub-etapa dentro del período analizado nos
estemos refiriendo, encontramos –de forma general y supeditada a los vaivenes propios de las
lógicas históricas del orden nacional, español e internacional- distintas otredades prioritarias a
controlar dentro de una lógica degenerativa adoptada desde los organismos de vigilancia que
buscaba aislar y represaliar a sujetos vistos como amenazantes o peligrosos.
Esta cooperación se evidenció en los procesos de control y registro que afectaron a los
exiliados republicanos y al asociacionismo español bahiense 25 en los cuales se desempeñaron.
Dentro de este conjunto societal, fueron foco de especial interés aquellos centros que durante el
conflicto se alinearon y ayudaron al bando republicano y que durante la posguerra se convirtieron
en lugares de acogida para exiliados. Éstos llevaron a cabo una importante labor en la defensa de
la cultura regional y republicana que peligraba en la península por las políticas de prohibición y
depuración del franquismo. Éstas asociaciones fueron, en primer lugar, la Unión Vasca, el

podían hacer clasificar a la persona entre española o afecta; desafecta o disidente. Además de lo anterior durante
1940 y 1950, se encontraron los registros que dejaban las personas al solicitar los documentos respectivos en la
Embajada de España. ROMERO, E. (2015), “Persecución franquista contra los disidentes: ¿Obsesión de sus
representantes en el Cono Sur (Argentina - Chile)?”. Buenos Aires. Épocas. Revista de Historia, Núm 11, primer
semestre 2015, p180.
23
Archivo Comisión Provincial por la Memoria (ACPM), "Mesa A- Estudiantil", Legajo 1, tomo 2, folio 94, Bahía
Blanca.
24
AROSTEGUI, J. (2013) “Opresión y pseudojuricidad. De nuevo sobre la naturaleza del franquismo”, en:
AGUILA, G. y ALONSO, L. (coor) Procesos represivos y actitudes sociales: Entre la España franquista y las
dictaduras del Cono Sur, Buenos Aires, Prometeo, p 40.
25
Para esta etapa, el mapa asociativo español bahiense estaba conformado por la Sociedad Española de Socorros
Mutuos (fundada en 1882), el Club Español (1915); la Unión Vasca “Laurak-Bat” (1899); el Centro Gallego (1916);
la Casa de Galicia (1920); el Casal Catalá (1912); la Asociación Española de Socorros Mutuos (1938); el Centro
Andalucía (1914); el Centro Republicano Español (1928) y la Federación Regional de Sociedades Españolas (1922).
GUARDIOLA PUBLINS, J. (1992), “Historia de los españoles en Bahía Blanca”, Bahía Blanca, Editorial
Encestando SRL, p356.
Centro Gallego y los Centros Republicanos de Bahía Blanca e Ing. White y en un segundo plano,
la Federación Regional de Sociedades Españolas y la Asociación Española de Beneficencia,
cuyos controles abarcaron el ejercicio de políticas de seguimiento y registro de la actividad de sus
miembros con mayor trascendencia pública26.
La Unión Vasca local, realizó permanentes denuncias a la actividad de censura de
Cónsules y Embajadores Franquistas y a la represión sufrida por el pueblo vasco en España 27.
Éstas, eran acompañadas con acciones concretas en favor de los republicanos exiliados como
colectas durante la Guerra Civil; colaboración material y de gestión burocrática para facilitarles el
ingreso al país y búsqueda de trabajo para su sostenimiento económico. A su vez, impulsaron
actividades culturales –con un fuerte contenido político de denuncia antidictatorial 28- en las que
los exiliados se constituyeron en una elite intelectual. Además, se propició la recepción de
representantes del gobierno vasco en el exilio como miembros y huéspedes29.
Estas acciones, fueron seguidas atentamente por los organismos de control provinciales,
los cuales optaron, según el caso, por autorizar o prohibir sus asambleas, actividades culturales,
exposiciones de simbología regionales y manifestaciones públicas. Al mismo tiempo, recabaron
todo tipo de información acerca de antecedentes policiales y posicionamientos ideológicos de la
comisión directiva30. Esta censura afectó también a gallegos y catalanes. Según el miembro de la
Unión Vasca Bahiense Lore Markiegi

26
Tal como vemos en el siguiente pedido: “Con relación a la Asociación Española de Beneficencia: interesa conocer
1) Nomina y cargo de sus componentes. 2) Concepto de la entidad (en caso de que el mismo resulte malo, informar
las causas que lo motivan). 3) Finalidades de la Sociedad. 4) En caso de que entre los componentes de la entidad
figure alguna persona con antecedentes izquierdistas o policiales, se hará mención de sus nombres y actuación”.
ACPM, "Mesa D”, Factor Social, Carpeta de Entidades Varias, Legajo 469, Bahía Blanca.
27
Entre ellas podemos mencionar la denuncia de censura del Embajador español al Padre Iñaqui de Azpiazu
(15/02/1960); el reclamo y las gestiones en favor de 16 procesados vascos en España (14/12/1970) y la denuncia para
liberar presos políticos vascos (14/4/1971). ACPM, "Mesa D”, Factor Social, Carpeta de Entidades Varias, Legajo
108, Bahía Blanca.
28
Puede afirmarse al respecto que la defensa y enseñanza de los idiomas regionales perseguidos durante el
franquismo (catalán, euskera y gallego) consistían en sí mismas un acto de rebeldía política. Siguiendo a Prada
Rodríguez “La apología del uso del castellano frente a otra lengua vernácula no tiene la misma fuerza coercitiva en el
contexto del proceso político abierto con la Segunda República que en el de la exaltación de la «españolidad» y de
condena a todo lo que remotamente suene a «separatismo» que acompaña al golpe de Estado”. PRADA
RODRÍGUEZ, J. (2012), “Entre Escila y Caribdis. Contribución a un debate necesario.” En ARÓSTEGUI J,
MARCO J. y GÓMEZ BRAVO G. (Coord.) “De Genocidios, Holocaustos, Exterminios…Sobre los procesos
represivos en España durante la Guerra Civil y la Dictadura” Hispania Nova, Revista de Historia Contemporánea.
Número 10.
29
Alojamiento del Dr. Jesús María de Leizacla (Presidente del gobierno de Euskadi en el exilio) durante julio de
1960 y del Dr. Pedro de Basaldúa (Delegado del gobierno vasco en el exilio para el ámbito argentino) en 1969.
ACPM, "Mesa D”, Factor Social, Carpeta de Entidades Varias, Legajo 108, Bahía Blanca.
30
ACPM, "Mesa D”, Factor Social, Carpeta de Entidades Varias, Legajo 108, Bahía Blanca.
La guerra hizo que se marcara el grupo español de acá. Lógicamente, como el grupo
republicano español estaba aliado con nosotros, y perseguido (…) el Centro Vasco fue un
lugar de acogida de los españoles republicanos (…) el Consulado español era franquista y
aquí en Bahía Blanca nos hizo una guerra terrible, pretendía no permitirnos sacar la
bandera vasca cuando saliéramos a la calle. O en las misas de nuestras festividades, que se
acostumbra a ir con la bandera vasca y la bandera argentina. En ese momento ninguna
colectividad salía a la calle31.

Los Centros Republicanos de Bahía Blanca e Ing. White –con las cuales la Unión Vasca y
el Centro Gallego tenían frecuentes contactos- llevaron a cabo una importante actividad de
solidaridad con el bando republicano durante la guerra y con los exiliados y opositores a Franco
durante la posguerra. Ésta estaba acompañada por importantes campañas de denuncia a las
situaciones represivas que ocurrían en la península 32 y a otros acontecimientos internacionales de
relevancia tal como lo expresa su apoyo a la revolución cubana33.
Estas denuncias se convirtieron en un espejo molesto para las autoridades locales y
nacionales. Durante el período peronista la imbricación de las figuras de Perón y Franco y la
buena relación entre ambos gobiernos, permitía trazar a través de las declaraciones de los
republicanos paralelismos incómodos. Esta situación continuó en el período posterior durante el
cual las denuncias de censura y represión tenían su correlación clara con acontecimientos del
orden nacional y local. Las acusaciones al franquismo no caían bien entre las autoridades
castrenses argentinas que ejercieron un rol tutelar o directo en los gobiernos siguientes y que eran
especialmente receptivos a las demandas de la Embajada Española. Por este motivo “la lucha
antifranquista en la Argentina debió realizarse siempre con una enorme cautela y generalmente de
forma velada”.
Frente a estas políticas de control, las asociaciones proponen como eje central la defensa
de las culturas regionales y republicanas34, amenazadas en España por el Franquismo. Esta
decisión funcionó, a su vez, como una estrategia de salvaguarda frente a las posibles
intromisiones y censuras de los aparatos coercitivos argentinos. Tal como dice Díaz, estas

31
Entrevista a Lore Markiegi de Grassi realizada por José Marcilese. Archivo de la Memoria de la UNS.
32
ACPM, "Mesa D”, Factor Social, Carpeta de Entidades Varias, Legajo 117, Bahía Blanca.
33
ACPM, "Mesa D”, Factor Social, Carpeta de Entidades Varias, Legajo 45, Bahía Blanca.
34
“la Federación debe dedicarse al arte, la poesía, la música, la pintura, el estudio de la lengua gallega, la historia y la
geografía de Galicia. (...) La situación actual de Galicia nos obliga a adaptar nuestra acción a nuevas circunstancias.
Debemos empezar por tener una gran tolerancia hacia los matices ideológicos de cada cual. Somos, eso sí,
republicanos. Es nuestra única exigencia” (Galicia, 20/1/40) Órgano de difusión de la Federación de Sociedades
Gallegas.
comprendieron ya con la Guerra Civil que la actitud que más preservaba a la colectividad
de las reacciones y las cambiantes circunstancias políticas de la Argentina era la
prescindencia absoluta en cuanto apoyos y críticas a sus autoridades. Esa era la única
manera de padecer menos prohibiciones y censuras por parte de los diferentes gobiernos,
que aun así se entrometieron bastante en la colectividad entre 1936 y 196035.

El control que se ejerció hacia estas asociaciones desde los servicios de inteligencia
estatales, supuso la búsqueda de datos personales e ideológicos de sus miembros; averiguaciones
acerca de las formas de financiamiento y sobre las relaciones que mantenían con otras
organizaciones; la vigilancia en actos públicos y asambleas internas y las clasificación de los
integrantes en una escala que abracaba las categorías de dirigente, agitador, saboteador, terrorista
y perturbador36. Los servicios, especialmente durante el peronismo, referenciaron
permanentemente en sus informes a los republicanos como antiperonistas 37 por sobre su
pertenencia de “izquierdista”, lo que podría dar la pauta que dentro de la colaboración
mencionada entre los órganos de inteligencia argentinos y españoles, la importancia de la
vigilancia sobre las instituciones republicanas se debía más a un temor de desestabilización de
política interior hacia el gobierno justicialista que a la amenaza que estos sectores podían
significar para el régimen franquista desde Argentina.
Además de la persecución institucional, los organismos de inteligencia puntualizaron en
el control de exiliados en particular que continuaron con su accionar público durante sus estadías
en Bahía Blanca. Como ejemplos nos encontramos nuevamente en estas asociaciones la
participación activa nuevamente de Julio Hernández Ibáñez y Alberto Vilanova Rodríguez,
ambos profesores exiliados republicanos que desempeñaron en las mismas un rol significativo,
siendo el primero colaborador de la Unión Vasca y presidente de Centro Republicano de Bahía
Blanca entre los años 1960-1964 y el segundo, un importante miembro del Centro Gallego y
vocal del mencionado Centro Republicano.
Ambos se convirtieron en objeto de un intenso seguimiento policial. Tal como vemos a
través del archivo de DIPBA, se registraron sus datos personales, antecedentes, traslados y
apariciones públicas, al tiempo que se indago y describió sus posiciones ideológicas. Este rastreo
que involucró su accionar en dichas asociaciones y en la UNS, en la que se desempeñaron como
profesores –pese a las cesantías sufridas durante el período peronista-, se realizó con la
35
DIAZ, H. (2007), Historia de la Federación de Sociedades Gallegas: identidades políticas y prácticas militantes,
Buenos Aires, Editorial Biblos, p 137.
36
ACPM, "Mesa D”, Factor Social, Carpeta de Entidades Varias, Legajo 117, Bahía Blanca.
37
ACPM, "Mesa D”, Factor Social, Carpeta de Entidades Varias, Legajo 117, Bahía Blanca.
colaboración del Consulado Español quien brindó información acerca de los antecedentes de los
exiliados. De esta forma, ambos son catalogados en un primer momento como dirigentes
antiperonistas y comunistas, y después de la Revolución Libertadora solo como marxistas 38,
producto del cambio de objetivo de las políticas de Estado y de las agencias de inteligencia.

Consideraciones finales
Como pudimos observar la interrelación de diferentes escalas de análisis para el estudio
de un objeto con múltiples complejidades como lo es el exilio, reviste de un necesario interés al
posibilitar generar nuevas preguntas a partir de iluminar aristas no vistas desde la utilización de
un solo recorte de análisis.
Focalizando en algunos aspectos referidos a nuestro objeto de investigación vimos como
para el análisis del arribo de desterrados republicanos a Bahía Blanca, debemos incluir en el
mismo, tanto la reconstrucción del accionar de agentes individuales o agrupados que formaron
redes personales, étnicas, laborales e intelectuales así como la investigación de instituciones que
vinculaban asociaciones en Bahía Blanca con partidos, sindicatos y universidades en España
incluyendo asimismo relaciones en escala intermedia en los niveles regionales y nacionales.
A su vez, abordamos como el control y seguimiento represivo sobre exiliados
republicanos incluía y sobrepasaba en logística, planeamiento y cooperación tanto a la esfera
local o como las nacionales siendo en el entrecruzamiento y convergencia de intereses e
identidades (peronismo/antiperonismo y republicanismo-comunismo/franquismo) a escala
transnacional un marco propicio para descifrar la problemática.
En otras palabras, esta interrelación de organismos represivos a distintas escalas, presentó
una análoga articulación entre redes de exiliados e instituciones republicanas, la cual también
implicó vinculaciones de amplio alcance en las conexiones establecidas con los gobiernos
republicanos en el exilio. Ésta concordancia, les permitió a los exiliados vías de escape a la
censura y les posibilitó actuar en el espacio público, para cumplir con sus objetivos de defensa de
las culturas regionales y de la política republicana, y poder denunciar –explicita o veladamente-
los atropellos cometidos en España, con sus consecuentes rebotes en la política nacional.

Bibliografía
38
Categoría usada para calificar a los exiliados que actuaban en el Centro Republicano y en la UNS. ACPM, "Mesa
A- Estudiantil", Legajo 1, tomo 5, folio 11-12, Bahía Blanca.
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