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LA EVOLUCION DEL NINO QUE HABLA 3 —tiende a asociar marcadores gramaticales y valores semanticos; — evita las interrupciones y las excepciones; — marca claramente las relaciones semdanticas. En conclusién parece que, al igual que el nifio estructuraba la realidad a través de los filtros de sus posibilidades representativas, adquiere las estructuras sintdcticas gramaticales construyendo sus enunciados con ele- mentos sacados del material lingilistico ofrecido por los adultos o por los otros nifios a través de los filtros de sus posibilidades categoriales u operatorias. Es evidentemente una definicién que no aclara mucho respecto a los mecanismos empleados, pero tiene el mérito de delimitar el campo de las investigaciones. «Toda conducta inteligente —vamos a seguir con Sinclair de Zwart— desde el nitio que tira de la manta para coger un objeto que esta encima, hasta el matematico que establece ccuaciones, es una accion organizada, en la cual todo lo nuevo es asimilado a lo conocido y lo conocido acomo- dado a lo nuevo. A todos los niveles, una conducta cognitiva es una accion (conereta 0 interiorizada) cuya funcidn es Ja adaptacién del sujeto a su ambiente por interaccién. La continuidad del desarrollo se encuentra, pues, en las nociones por una parte de accién y por otra de funcidn.» No entraremos mas en discusiones dialécticas para determinar el por- qué y el cémo de esta evolucién, pero los experimentos han puesto bien claro que las capacidades categoriales y operatorias se desarrollan entre cero y doce afios y que existe un paralelismo importante con el desarrollo de las estructuras morfosintacticas en el nifio, aunque no se sepa la natura- leza exacta de los intercambios entre ambas funciones. Pautas evolutivas Segun las teorias «clasicas», las primeras palabras son evidentemente sustantivos (agua, nene, coche...), pero varios autores, como Neuman, apo- yandose en el hecho de que estos sustantivos expresan exclusivamente deseos, emociones..., les conceden la calidad de «verbos». GEs que las primeras palabras tienen ya un valor gramatical? A primera vista, parecen tener unicamente un valor semantico léxico: el nifio se sirve primero de palabras tomadas en un sentido lexical para después proyectar en ellas el reflejo de las funciones gramaticales. Pero, en realidad, las primeras palabras se suelen considerar, desde un punto de vista funcional, como frases, frases «holofrasticas» (0 palabras- frases 0 frases monoremas, seguin la terminologia de cada autor), y hay que concluir entonces en la absoluta contemporaneidad de desarrollo de los aspectos semanticos, Iéxicos y gramaticales. Estas primeras frases son «monoremas» en cuanto que son expresién de una toma de posicién unitaria frente a un contenido de conciencia (a cada «unidad» de pensamiento corresponde una «unidad» de oracién, sean palabras o frases, segin las posibilidades del nifio, pero la frase no repre- 58 EL NINO QUE HABLA, senta una yuxtaposicién de ideas representadas cada una por una palabra, sino la expresién de una idea tinica, mas 0 menos compleja), pues hay que tener en cuenta el factor importantisimo del contexto concreto que rodea la emisin de esta frase: si se examina el acercamiento posterior de dos palabras en razon de la entonacién, las frases no s6lo resultan eficientes para la comunicacién, sino que pueden ser juzgadas de la misma forma que las frases gramaticales «correctas». Al principio, segtin Guillaume, para sus frases monoremas y para las primeras frases de dos o tres palabras, el nifio utiliza unicamente las pala- bras semanticamente «llenas» (sustantivos, verbos, adjetivos) y omite las «yacias» 0 «nexos» (preposiciones y conjunciones). Algunos llegaron entonces a la idea de que la frase primitiva era una especie de abreviacion del modelo adulto, provocada por las limitaciones intelectuales 0 una memoria deficiente; hemos visto anteriormente que este fendmeno resulta mas bien de una sucesién progresiva de sistemas estructurales diferentes del modelo adulto, pero en ningin momento de una copia incompleta. Otros, como Braine, adoptan una teoria segtin la cual el nifio catego- riza inicialmente las palabras en palabras «pivot» (eje) y palabras «x: El nifio selecciona en el lenguaje adulto un pequefio conjunto de palabras que va a utilizar en sus propias producciones, dandole un sitio fijo, con frecuencia al principio, pero a veces no. Es una palabra «pivot» con la que se puede combinar cualquier otra susceptible de combinacion con ésta. Ejemplo: pupa nene pupa aqui pupa malo pupa guau guau La pertenencia a la clase «pivot» 0 «x» no tiene nada que ver con las categorias habituales sustantivos-verbos, aunque existen coincidencias numerosas, y una palabra puede, ocasionalmente, pasar de P a x. Sin embargo, en la actualidad, existe una preferencia para las gramati- cas semanticas para dar cuenta de la estructuracion de los enunciados de esa etapa: parece en efecto poco probable que el nifio de esa edad disponga de categorias tan abstractas como ia de sujeto, nombre o predicado, Asi, Bloom y otros (1975) proponen un cuadro de analisis por catego- rias de interpretacién: Accién Existencia Accién con locativo Negacion Estado con locativo Recurrencia Llamada de atencién Atribucion Estado Preguntas (con marcador) Intencion Beneficiario de una accién Causalidad Tnstrumento Posesién Lugar LA EVOL ION DEL NINO QUE HABLA 9 No es ficil establecer una cronologia exacta de la evolucién de las adquisiciones estructurales: para simplificar, podemos decir que se desa- rrollan en tres niveles: El orden de la frase (el orden basico cambia de un idioma a otro: Sujeto, verbo, complemento, en castellano, francés... Sujeto, complemento, verbo, en aleman, holandés), que da sentido a la frase, pero que tiene unas normas arbitrarias que el nifio tiene que aprender a respetar. El orden de las palabras es muy importante para el nifio, porque hasta 36-40 meses dispone de pocas flexiones y nexos para matizar su mensaje, y por eso recurre a veces a construcciones personales y modifi- caciones de la entonacién para dar mas relieve a ciertas palabras. e Las flexiones, es decir, las variaciones dentro de una misma palabra (plural-singular, masculino-femenino, los tiempos en los verbos). « El uso de nexos: preposiciones, conjunciones, pronombres relativos, deicticos..., etc. De 12 a 24 meses: Frases holofrasticas: una sola palabra, generalmente un sustantivo, con un contenido amplio. De 21 a 24 meses: Aparicién de las primeras combinaciones de dos o tres palabras; el orden natural SVO no esta todavia integrado y no existen flexiones (sustantivo singular o plural, verbos infinitivos o flexionados, pero siempre bajo una sola forma) ni uso de nexos; la significacion grama- tical depende mas bien de la entonacidn, de gestos y mimica afadidos; generalmente, estas frases siguen expresando deseos, emociones, pero algu- nas veces dan un comentario sobre una persona u objeto («papa malo, mama fuera...»). los 30 meses: Enunciados de 3 6 4 palabras: aparicién del articulo indefinido y algunos pronombres personales (yo, mi, tu, ti); el orden se adapta progresivamente al idioma; uso rigido del plural y singular para las mismas palabras; imperativo, infinitivo, presente de indicativo, gerundio y predicado imperfecto son las flexiones mas habituales pero con mucha Figidez: con frecuencia, un determinado verbo sélo aparece con una sola flexién en todos los enunciados; primeras preposiciones: a, en, para, de. A los 36 meses: articulos definidos y contractos; el orden correcto de las palabras se impone generalmente en los enunciados simples; el control del plural-singular y de los tiempos se hace mds flexible; emplea la for- mula de futuro «voy a...» con «hacer, «tenem, «in»; empleo inicial de relativos, interrogativos; aparicion de nuevas preposiciones «por, «con»... pronombres él, ella, ellos, ellas, nosotros; primeras coordinaciones entre enunciados simples (y, 0). De 36 a 48 meses: Llega a formar frases correctas de seis a ocho pala- bras, aunque la media general sea de cuatro a cinco; gran niimero de adjetivos y adverbios, sobre todo de lugar; afiade formas de futuro para los verbos y distingue mejor el uso de los distintos tiempos del pasado; uso, frecuentemente incorrecto, del subjuntivo. A los 54 meses: usa adverbios de tiempo (hoy, ayer, luego). Empieza a construir propos. subord. circunstanciales de causa y consecuencia A los 60 meses: empleo generalmente correcto de los relativos y con- cy EL NINO QUE HABLA, junciones, pronombres posesivos y tiempos principales, incluyendo el con- dicional. Emplea subordinadas circunstanciales de tiempo, aunque con problemas de concordancia. Hemos hablado ya de la diferencia que existe entre los procesos de comprensién y los de expresién: a nivel estructural también se observan fenémenos que dejan perplejos a més de un investigador. Estudios ya clasicos han podido demostrar que, en la comprensién de una frase, el nifio adquiere progresivamente tres tipos de estrategias que, luego, iré empleando en funcién de la situacion: « La estrategia pragmitica, que se basa en el contenido lexical y su com- binacién mas probable. Una frase muy elaborada como «la cerilla ha sido rota por el nifio» es entendida por nifios muy pequefios, a pesar de su estructuracién sofisticada, porque la combinacién cerilla-nifio-roto solo se puede inter- pretar de una manera. Es una estrategia muy simple que empleamos también cuando intentamos entender una conversacién en un idioma que no domina- mos muy bien: «pescamosy algunas palabras y las relacionamos en funcién del significado mas légico o previsible; en general, nos saca de apuro, pero también nos lleva a cometer errores olimpicos. « La estrategia posicional se basa en el orden y en las posiciones de las palabras en la frase, y es la que cl nifio utiliza cuando es capaz de distinguir entre el nifio empuja a la nitia, la nifia empuja al nifio, pero que resulta insuficiente para entender una frase como la nifia es empujada por el nitio, donde el orden «clasico» agente-accin-paciente se ve invertido. Estas estrategias posicionales se desarrollan entre tres y scis afios, La estrategia morfo-sintactica viene a completar el proceso a partir de seis-siete afios, y se centra sobre las modificaciones sintacticas significa- tivas cuando las estrategias anteriores no pueden solucionar el problema. ‘A partir de entonces, utilizara las tres estrategias, se supone que en funcién de los problemas planteados por el mensaje y la situacién, siguiendo la ley de economia del minimo esfuerzo Sin embargo, se observa que, en su lenguaje espontaneo, el nifio no emplea este tipo de locuciones complejas utilizadas en tas pruebas de comprension; la tendencia es a producir esquemas sencillos con algunas modificaciones tipicamente infantiles para darle mas énfasis a tal o cual palabra. Esto vuelve a plantear la necesidad de disponer de descripciones mucho mas precisas, realizadas a partir de registros de lenguaje esponta- neo, en la linea de los estudios de D. Crystal con el idioma inglés. Para el castellano, desgraciadamente, s6lo disponemos de datos escasos y sueltos. Con el peligro de repetimos, insistiremos otra vez (porque es impor- tante a nivel pedagdgico) sobre el cardcter global y no-consciente de esa evolucién: el nifio llega a los cinco afios con unas construcciones sintdcti- LA EVOLUCION DEL NINO QUE HABLA 6 cas complejas, pero sin tener una idea precisa de lo que es, por ejemplo, una palabra. Cuando intentamos contar las palabras de una frase oral con los nifios sabemos cuan dificil es separar grupos como «la nifia pequefian, «mi her- mano Paco», «eres feo»... Incluso podemos observar cémo los nifios conciben ficilmente que «comer en casa» y «comer en el colegio» (lugar donde se realiza la accion) expresan la misma accién de comer; sin embargo, «comer un caramelo» y «comer un huevo» (objeto de la accidn), durante mucho tiempo se entien- den como dos acciones esencialmente diferentes.

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