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– ¡Oh, demonios, me tengo que ir, mi madre me necesita para algo de vida
o muerte! —exclama rápidamente ante las miradas curiosas de las Betas.
Ellas abren la boca para decir algo pero Chan se les adelanta, parándose de
la silla—. Ya pagué mi parte, chicas, un gusto comer con ustedes y todo,
muy lindo, ¡Espero que se repita! —les sonríe, para volver a ver la hora en
su celular—. Maldición, me quedan cinco minutos, me voy, adiós, ¡Nos
vemos por ahí, salúdenme a sus familias, adiós!
Fue entonces cuando casi choca con un chico con un casco grande de
perros y tiene ganas de golpearlo allí mismo; pero Seungmin es mucho más
fuerte que él aunque tenga esa apariencia de enclenque. Sigue siendo un
alfa después de todo.
– ¡Oh, Chan Hyung! —exclama, sonriendo encantadoramente, para luego
abrir los ojos perplejo y borrando esa sonrisa de su rostro—. Oh... Chris
hyung, es bueno verte por aquí, ¿Quieres una pizza?
El Alfa hizo ademán de entrar a la tienda, pero Chan se lo impedía con esa
mirada seria y fulminante, capaz de cortarlo a trocitos. Empezó arreglarse
su chaleco de trabajo, sin mirarle, y por ello Chan se daba cuenta que le
estaba mintiendo o que no quería decir nada que lo delatase.
– B-bueno, en realidad si íbamos a ir, pero por eso mismo Felix se fue
donde Jeongin mientras termino mi turno —explicó, apretando los labios
en una fina línea para devolverle la mirada a Chan, quien al instante sacó su
celular, buscando entre sus contactos al Beta, no hablaban mucho pero
aun así lo tenía entre sus contactos porque le agradaba.
– Llamaré a Jeongin.
El mayor puso los ojos en blanco, dejando de cruzar sus brazos y tocándose
el puente de la nariz, suspirando con pesadez porque podría tener mucha
paciencia con todos, pero cuando se trataba de Seungmin, que la mayoría
del tiempo se comportaba como un bebé grande y caprichoso, le irritaba
de sobremanera. Más aun cuando un sentimiento que no sabe identificar
oprime su pecho con fuerza y en todo en lo que puede pensar es en
encontrar a Felix.
– Felix está ocupado, Hyung, tiene cosas que hacer... —Seungmin hizo una
mueca, tratando de esquivar a Chanaun cuando este se movía a la par que
él, sin dejarle pasar.
– ¿Qué cosas?
– No puedo decirte.
– ¡Oh, vamos, debe haber algo que quieras! —exclamó el mayor, con un
tono de voz tan vehemente que Seungmin se encogió en si mismo; nunca
había visto rogar a Chan de esa forma y en cierta parte, le daba escalofríos
porque su tono de voz era rudo y grave, casi como la de un Alfa, pero suave
e impasible como todo Beta—. ¡Necesito saber donde está Felix! Siento que
si no hablo con él ahora me arrepentiré después, me siento extraño, como
si él me necesitase ahora, no sé como explicarlo... Necesito hablar con él,
por favor, Seungminnie.
Chan tenía las manos juntas, casi como si estuviera rogándole a un Dios.
Seungmin suspiró, golpeándose la frente y volviendo a gruñir, más para así
mismo que para el mayor.
– ¡¿En serio?!
– Oye, camina más lento, ¿Es que acaso no sabes cómo son las citas?
– Bueno, no es precisamente como si disfrutara esta "cita" —contestó,
haciendo comillas con sus dedos.
– Cállate, fuiste tú el que le dio esa cartera, por tu culpa la señora casi hace
que nos echen.
Felix vuelve apresurar el paso hasta salir del lugar, siendo golpeado por el
frío de finales de otoño. Se encoge en su chaqueta, poniéndose el gorro de
su sudadera y camina hasta la parada de autobuses sin importar que
Changbin le pise los talones.
– A mí no, así que si quieres que esta estúpida cita resulte bien vas a dejar
de llamarme así.
Chan tiene otro café en sus manos frías, esperando a fuera de la tienda a
que Seungmin termine su turno en diez minutos más. Son más de las
cuatro de la tarde y aún sigue sintiendo esa clase de angustia que se
disemina por su pecho.
Cuando por fin le ve salir, jugando con unas llaves entre sus dedos, se
pregunta si de verdad hará lo que piensa que hará. Luego lo ve sacar su
celular y una expresión de sorpresa adorna su rostro lo que le hace
acercarse hacia él al instante, deseando que no se trate de Felix, pero se
equivoca al ver como Seungmin extiende su celular frente a él.
[ Pareja predestinada ]
17:30
17:32
Voy volando.
– Sí, pero le agrado a la Omega hija de la gerente, dice que podría ser su
Alfa si fuera más responsable.
El Alfa saca las cadenas que tienen sujeta la moto, se pone su casco y luego
saca otro casco de la cajuela de otra moto para dársela al Beta. Antes de
que ambos se suban y Chan se sujete en el asiento, porque ni loco pondría
sus brazos alrededor de la cintura del Alfa, exclama burlón.
Felix estaba a punto de tirarse del maldito autobús cuando por fin llegaron
a Everland y deseo con todo su corazón que Seungmin estuviera allí,
porque no aguantaba tener tan cerca a ese Alfa. Era demasiado intimidante
y no sabía hasta cuando iba aguantar mantener su faceta de chico al cual
no le interesa nada, porque tenía unas ganas terribles de echarse a correr
lejos de él.
¿Qué haría Chris si lo viera con Changbin?, ¿Lo golpearía y diría << Lee
Felix es mío >>?
No, claro que no. Chan no era esa clase de chico, de hecho, ni siquiera
podía pensar en que el mayor golpeara a alguien. Era demasiado amable,
delgado, nada celoso y hasta perezoso como para siquiera matar un
insecto. En su mayoría eso era lo que más le gustaba de Chan.
Era como si fuera un viento suave y tibio mientras que él era como un
huracán capaz de arrasarlo todo. A veces se sentía así, como si gracias a él
todos sus huracanes desaparecieran y pudiera respirar con calma, con
suma tranquilidad, deseando deteniendo el tiempo para siempre.
– Bueno, más para mí —dijo, para luego seguir caminando hacia lo que
parecía ser el juego del barco pirata, el cual iba de adelante hacia atrás
provocándote cosquilleos en el estómago y desordenando tu cabello.
– Hemos venido a Everland, maldición Felix, ¿Por qué sigues teniendo esa
cara de culo?
– ¡Porque es la única que tengo cada vez que te veo, pedazo de mier...! —
exclamó, cortando sus palabras al ver como Changbin borraba su sonrisa y
lo miraba amenazadoramente. Ya sabía lo que sus ojos querían decir
<<me insultas y haré papilla a tu amigo>>, por eso se calló.
Pensó que Changbin seguiría caminando, pero no vio venir el hecho de que
agarrara su nuca fuertemente y acercara su rostro al de él. El olor a
bergamota era insoportable y más aún la respiración agitada del Alfa
golpeando su rostro.
Las uñas del Alfa seguían clavándose con tanta fuerza que sus ojos
empezaron a lagrimear por el dolor en su cuello.
Así que antes de que algún guardia pudiera ver su discusión u otra persona,
Felix hizo fila para el juego. Prefería estar meciéndose en aquel barco que
seguir soportando una plática más con él.
– ¡Háganse a un lado, el Rey Chris está haciendo su aparición! —gritó
Seungmin, pasando su moto por entre medio de la acera a solo unos
cuantos metros donde se podían aparcar las motos. Chan detrás de él puso
los ojos en blanco y se aferro más al asiento tratando de no caerse hacia un
lado.
– Creí que el único con hábitos delictivos era Felix, qué sorpresa.
– ¡Es que hay tantas personas y este lugar es tan grande! —se quejó, para
luego bajarse de la moto cuando Seungmin aparcó por fin y apagó el motor
—. ¿Deberíamos pedir un mapa? Ni siquiera sé donde está la caseta para
comprar las entradas...
– Mira, Hyung, deberías agradecer a todos los lobos que este pecho de Alfa
que vez aquí —Seungmin se golpea el pecho extendiendo los brazos hacia
los lados— ha venido tantas veces que hasta podría considerarse mi
segunda casa.
– Eres un...
– Iba a decir idiota, pero si creer eso te hace feliz entonces está bien.
Ambos caminan a paso rápido hacia la entrada donde se dirigen todas las
personas, en donde Chan maldice al ver toda la fila que se ha formado,
pero se sorprende gratamente al ver como Seungmin le da una sonrisa a la
chica de la cabina quien lo deja pasar como si nada. Chan lo mira
boquiabierto y lo sigue por detrás.
– ¿Desde cuándo?
– ¿Qué quieres decir con eso? —Chan agarra con fuerza el brazo del Alfa,
haciendo que se detenga. Ignora el hecho de que le haya dicho idiota y se
centra en lo que sus ojos quieren decirle—. ¡Dilo, Seungmin!
– Que tal vez, sólo tal vez, Felix haya sentido lo mismo que has sentido tú
por él, incluso desde antes —dice Seungmin, desprendiéndose del agarre
del mayor ante su desconcierto—. Pero sólo tal vez, así que deberías
preguntarle y no ser un cobarde.
– Sé que lo harías feliz... creo que hasta lo harías más feliz que yo.
– ¿A rescatarlo de qué?
– Eres un tacaño.
Por primera vez, pensó que ser un Alfa no era bueno, porque si ser un Alfa
lo llevaba actuar de una forma tan horrible como Changbin entonces no
quería serlo.
Era un Omega, pero no uno sumiso ni amable, era un Omega con muchos
complejos, pero estaba bien. Sentía que ser el Omega de Chan estaba bien,
¿Por qué él podría, no?, ¿Podría ahora ser un buen Omega?, ¿Podría dejar
de darle vergüenza quién es realmente?
No sabe qué hará con Changbin, pero el hecho de pasar tiempo con él hace
que las ganas de estar con Chan sean más fuertes y desgarradoras. Lo
necesita, necesita quitarse el aroma a bergamota y embriagarse con el
aroma casi inexistente del cacao que desprende Chris. Felix se pregunta
cómo es eso posible siendo un Beta, pero luego recuerda que Chan nació
de padres Alfa-Omega, por lo que era posible que desprendiera cierto
aroma. Necesitaba tanto a Chris en ese momento que su lobo amenazaba
con salirse de su piel.
Recordó y supo que de verdad que algo estaba mal con él.
Sentía unas ganas horribles de llorar, hasta que vio como Changbin, quien
se encontraba caminando de espaldas para verle, tropezaba con un señor y
caía de espaldas en una fuente para niños, con las piernas hacia arriba y
mojándose por completo.
Las ganas de llorar habían sido reemplazadas por unas carcajadas tan
fuertes que su estómago empezó a doler haciendo que se doblara en dos.
- ¡No te rías! -gritó Changbin con furia. Felix iba a callarse por el simple
hecho de no parecer tan cruel, pero entonces un pájaro que estaba encima
de la estatua de la fuente defecó justo en la cabellera perfectamente
cortada de Changbin.- ¡¿Qué mierd...?! , ¡¡Puto pájaro asqueroso!!
Fue imposible para Felix no tirarse al piso llorando de risa y por el dolor de
estómago que le provocaban las fuertes carcajadas. No estaba siendo una
mala cita después de todo.
Estaba a punto de darse por vencido cuando escuchó aquella risa que tenía
impresa en su memoria, aquella risa que jamás confundiría porque era la
risa que le hacía más feliz escuchar.
Volvió a mirar entre todas las personas y ahí estaba, a lo lejos, la persona
que tanto quería encontrar.
– ¿Hyung?, ¿A dónde vas? —le oyó decir a Seungmin detrás de él, pero lo
ignoro caminando con rapidez hacia donde Felix se encontraba, porque
quería estar seguro que era él y no otro.
Y odió el hecho de que pudiera darse cuenta a kilómetros que era Felix,
porque tenía la vaga esperanza de que no fuera él con Changbin.
Pero era él. Y se veía precioso y su sonrisa era preciosa y se veía tan feliz
con él que era doloroso porque Changbin lo miraba de esa forma, de esa
forma en la que podría darle todo lo que él no.
Cuando solo estaba a unos pasos de él, Felix se volvió a mirar hacia donde
estaba y ambos se encontraron. La sonrisa del Omega se borró como si
nunca hubiera estado ahí y el Beta se detuvo como si hubiera chocado
contra una pared.
– Chris... –musito Felix, perplejo, para luego sonreír como si hubiera estado
esperándole.
Pero el Beta no pudo evitar darle una mirada al Alfa, quien gruñía hacía él y
estaba tan cerca de Felix, como si estuviera proclamándolo como suyo. Era
tan pesada esa aura alrededor de ambos que Chan no pensó en nada más
que en irse de allí porque no lo entendía.
Era como si en cualquier momento fuera a romperse allí mismo entre todas
las personas.
Se quedo quieto, viendo como se iba, y una ola de angustia tan fuerte azotó
sus sentidos que sus piernas inmediatamente se movieron para seguirlo,
corriendo tras él.
– ¡Tú lugar está aquí conmigo, maldita sea!, ¡Entiéndelo de una vez!
Y antes de que pudieran seguir forcejeando, Felix le pega una fuerte patada
en la entrepierna, haciendo que el Alfa se retuerza en el piso. Corre hacia
donde Chan y teme que Changbin lo siga, pero entonces se encuentra con
un Seungmin corriendo hacia él.
– ¡Sí, ya me comprarás algo más tarde, ahora corre y alcanza a ese idiota!
El Omega asiente con fervor y corre hacia donde se fue Chan, tiene la
certeza de que lo alcanzara, porque el Beta es realmente lento para
caminar. Pero aún así, pensar en que tal vez se aleje de él para siempre, lo
hace correr con todas sus fuerzas.
<< Maldición, maldición, maldición >>
¿Pero por qué con Changbin?, ¿No lo odia?, ¿Qué hace exactamente con él?
Tiene unas ganas horribles de gritar hasta quedarse sin voz, porque desea
tanto a Felix en ese momento y nunca lo había deseado con tanta fuerza,
que hasta cree que es una ilusión escuchar su voz llamándole justo detrás
de él.
Siente como Felix se tensa ante sus palabras, porque su voz se vuelve hosca
y enfurruñada.
El Beta siente como las manos del Omega se alejan de él y no puede evitar
levantar la vista para ver como Felix lo mira como si hubiera dicho algo
atroz. Y sabe que lo es.
– ¿En serio quieres eso, Chan? —pregunta Felix, arrugando el rostro como si
todo le doliera. Entonces puede darse cuenta de las heridas en el rostro del
Omega y su corazón se detiene por un instante—. ¿Por qué nos estás
haciendo esto? Nos besamos, ¿No significo nada para ti?
Esta vez fue Chan quien se acercó, aterrado porque Felix pudiera creer algo
semejante. Tomó su rostro entre sus manos delicadamente y se preguntó
con quien habría peleado esta vez.
Chan no sabia si decirlo, pero Felix lo miraba con tanta desesperación que
no se veía capaz de no hacerlo.
Y Felix lo besa, sin dejar que siguiera hablando. Posa sus labios en los suyos
sutilmente, un roce profundo que le hace suspirar y cerrar los ojos para
sentí aquel tacto cálido que empezaba albergar su pecho. Lo besa
reiteradamente y apoya su frente en la de él, rozando su nariz con la
propia.
– Te amo desde siempre, y es tan distinto a todo lo que haya sentido nunca
que me aterra de una forma que no tienes idea.
Felix sonríe, haciendo de sus ojos dos medias lunas brillosas y llenas de
dulzura.
– Es bueno saberlo, ahora podré besarte todo el tiempo que quiera —el
Omega vuelve a besarlo, ahora más profundo, pero se detiene y Chan ve
como se aleja otra vez—. Pero... no puedo estar contigo ahora, Hyung...
– Está bien —el menor sonríe, aún cuando se ve que está aguantando las
ganas de echarse a llorar—. Te amo, Chris. No lo olvides.
Pero no lo hace, lo deja ir, y esa es una prueba dolorosa que le hace darse
cuenta que entre ambos no existe esa posibilidad de estar juntos de otra
forma.
18/10/2021