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MIQUEL BASSOLS ie LO FEMENINO, ENTRE CENTRO Y AUSENCIA ere meraa et ier Miquel Bassols Lo femenino, entre centro y ausencia Wie © Grama ediciones, 2017, ‘Av Mapa 3511, 1° A (1636) Olivos. Pei. de Buenos Aires ‘Tol: 5209-2275 + grama@gramaediciones.com.ar Iitp:/ /wrwewe.geamaediciones.com.ar © Miquel Bassols, 2017 Bases Puig. Miguel, ‘ip lemenio, ene canto y ausencia / Miquel Basses § Pus. ~ steed, lvoe: Grama Batons, 20:7 ‘lop 21x }4em IBN 97Es87-136.086 1.Cinkn Pscoanalten. tule, Goins Dae de tape: Goro Mac Tustracion: Exvasis ela beta Laudovica Alberton de Gin Lovenzo Bernini (1674), en a iglesia de San Francesco a Ripa (Roms) Hecho el depésito que determina la ley 1.723 ‘Queda prohibida la reproduccion total o parcial de este libro [por medios grificos,fotoststicos, electrénico o cualquier oto sin permiso del editor. Impreso en Argentina : +: i : : a Sumario Prefacio L-Lugares de lo femenino Lo fomenina, entre contr y Use Sita I coma, Desbordada y desbordade. Borde, limite fomteranncne Delaesfera ala elipsen. Soledad ala segunda potencia Violencia de género.. Ecolalas : Alteridad radical del Uno solo (Cherchee la fort nc Abel 2 LaDioss Banca nn Eleamino de per en el agua ~ Esa passjera que atraviesa su muerte sn eral La feminidad y lo femenino... Blobjeto W020. Sinton Hetero Freud y la tora falocéntiea ‘La mujer Otra para sf misma ‘Mis allé de los ener. Laltbido, color de vacio nn nvr “Hetero es aquello que ama as meres. a SROSEREE RELBEEsa seenes ‘ ret aasons Lo eareo, ETRE CORO ALEC 7 Lo femenino ya cena Chto preliminaries Us meet yi 6 Teen len ct sre goce fmenina yo uniter en pts ~ 66 ingore a = : ne Bp temmney on Dire sexe api ie iPorquemediesquewssiCracatat ren 74 Sian et ett is argue ie Cn 4 Bucur mening um we ‘sobmiafalaguetieneier neon 8 El inconsciente, femertino, 1 ciet Cid nmrmanssne 83 Tres mujeres y la soledad octinary media goeckmening? nnms 8H Sealey Det eset rape cere 158 Eincoracte weno. a Taverdad nds ininanrenene 1 rin do ce pri i Seriya con a, us ; cn Revelacsn fen cum se {Eman blanen de cd mt ee fs Ethorizoe dee mje. = 95 Tesch de Dio. ia Lemur cnc cn % Reps Bo ih ee Vi Dos mujeres itera ak Die. fen ep en oc ws sey ymca] 1 Lo midgino to blans, ova Ural y rt i tae de abi ict. Fa Freud, misdigino contra orn bad ‘Un discurso sin palabras... 176 ra de Antigone yl pret de Aeron 1S Coniegendas damier. nn Mane Kin yell de Co aS Sia on, we jd a a earns 189 Tdaaateidadelaaretccnsc ch Taran ue erteent Uno Oto. ‘tar cordon cde spats dverson ‘so ‘Trauma y passa acto ena votenca ein ere is una cpey blenciesale nen DS Unpuontede lta en 16 ewuma del altri Elmalentendio dal gates 8 cata Ce aisctaleialega HS ee BS [atin oj deol os arti ge nnemnmnnnms BR Pasar on ge geek sci pra sere 136 i ee ~— ome 7 renigma dels inagen a ee = Cita a Lariat entre conte et absence, urea, dans le wid de Bll. Henei Michaus" Entre conte et adsence, entre seo et onisan til yaitoral ine tre itera qu ce que fe vtage, vous pussex Ie prere fe me a tout Instat Jacques Lacan** “Bie a legada, entre centro yautencia,enel Busch, ent nidode Durbujs..”- Hana Michaux "Entre canuoy ausercls ene saber y goo, hay oval que eo vir 2 loiter pudiesen, ¢ eve vr, consideraro el mismo en todo instante” Jaques Lace iii ln Prefacio 6 femenino no es un género. Este podria haber sido otro ulo parae libro que tiene usted en las manos y que apun- ‘aria sin duda un poco mas a la actualidad. Cierta actualidad al menos suele suponer de entrada que lo femenino es un gé- nero, ya.sea opuestoal género masculinoo situado como uno ms en la serie de generos que tiencen hoy a multiplicarse hasta el infinito siguiendo la mascarada del baile de los exos, Para Lacan, sin embargo, cuando se tata de los sexos se trata de das y no més de ios, Aunque tampoco menos. Es [3 condicién de estructura que el lenguaje impone 2 los cuerpos ‘que hablan, se pongan como se pongan, y que estén habitados [por esa extrafoza que llamamos goce. Lo femenino no tiene aqui a condicién de un género entre otros sino lade hacer del goce una alteridad ieredctble, el Otro goce, siempre extra jero, tanto para los hombres como para las mujeres. Es por ‘esta misma razén que no puede haber relacién posible entre ellos entendidos como dos formas de goce, dos formas que no pueden funcionar de manera simétricanireefproca, Puede parecer una maldicién pero en realidad es la mejor forma de Aecirlo para fallar esa selacin que no existe, para fallarla de la buena manera, Flector encontrar algunas razones de este feliz desaguisadio en las pdginas que siguen. Son, de hecho, paginas que se han ido escibiendo un poco por solas, sin que su autor se lo hubiera propuesto de entra- dda. Son el fruto de una serie de encuentros contingentes que fen nuestro campo, el Campo Freudiano, se han ido sucedien- 2 eure aassous do los ltimos aos con el tema de fo femenino como causa Gai trabajo en Congresos, Jomadas y Seminarios diversos. Sen, pues el resultado de una elaboracién colectiva en esta Comunidad de soledades que llamamos Escuela Tach fata que alguien, una mujer, me hiciera notar que estos textos podian ponerse muy bien en serie para daries Sita unidad de libro. Los he reeserito para que parezca asi ‘sung el lector Io Verd enseguide, s un Uno que ests de ritivamente atravesado por ef Otro. Miquel Bassols Febrero de 2017 Lugares de lo femenino : i : : i Lo femenino, entre centro y ausencia Geicomssi hoy un “feminzacin del mando La expe. én podria hacernos creer que todos sabemos de qué se trata cuando hablamos de lo femenino. Nada menos cierto. La pregunta por lo femenino insiste, mae sicabe, tanto en la ol- nica como en la politica. Cuando se trata de lo femenino nos encontramas con algo que no tiene una medidla coma en el campo del lenguaje para ser representado por un significant. Lo intentamos, cada uno losintenta a su manera: através de Jas diversas figuras contemporsneas de a feminidad, a través de la maternidad o de las diversas significaciones e imagenes, nds o menos fslicas, con las que se revise lo femenino. De hecho, siempre ha sido dificil ocalizarel lugar delofemenino enlos distintos momentos de nuestra civilizacién. Hl conocido aforismo lacaniano —"La mujer no existe”— leva al limite esta dificultad seRalando la imposibiidad de pensar lo femenino como un universal y la necesidad ogica de considerario en fo singular de cada mujer, tomadas tina por una, como solemos deci siguiendo la arientacién laca- hana. En su texto “Lituratere” Lacan evoea, sin embargo, tina Jocalizacién que puede ser acertada para lo femenino: "entre centro y ausencia”. Es de hecho una referencia implicta xn ppoema de Henri Michaux y nos indica un espacio muy sing ‘1 Teatoreserito de I intervencin ex las sat Jornada de In Exel del Orentacion Tacaniana, con eta Bove de frei, en ‘Buenos Aire el 30 do noviembre de 201 16 aqui sass {ar una loclizacion paradejica dela gue voy a servirme pata abordar el tema de estas Jomadas anunciadas con el titulo Bordes de lo femenino. Situer i coma Debo decir en primer lugar que hice un lapsus escrito — yo, al menos, lo consideré un lapsus—, cuando Nilda Her- ‘ann'me pid el titulo de mi intervenci6n, En un primer mo~ ‘mento, al proponer el ttulo, yo habia escrito: “Lo femenino entre centzo y ausencia’, sin coma, Después me di cuenta que teste titulo necesitaba una puntsacién, una coma, Puede pa- zecer lo mismo pero no To es en absolute. Una cosa es deci: Lo femenino entre centro y ausencia”, y otra: “Lo femenino, centre centro y ausencia”. El lapsus que hice fue al intentar frgumentarle a ella la importancia de esta coma: “por certo, ‘mejor poner una coma entre lo femenino ¥ centro". E30 €3 Io {gue eserib. Luego me di cuenta de que no era ala coma ha~ bia que ponerla entre “lo femenino” y “entre”. Y me di cuents de gue ya estaba metido en un buen lo, bastante parecido al {que tenfa Aquiles con la tortuga que Lacan evoca en su se- ‘minario Asin, Se da un desencuentro radical en este espacio distin designala tome desntorizacin de amined o como protest mas. fans La revindeain ea toma ene mujra forma de eon en el hombre fn a forna dl temor aa ease Per una y ot son leas falmente por Freud como tin dexatorzaion Lo femenino apazeeyaaqucoma el to lado—Otro con inayaclas~ den pon fen de a protest maselina EnFrud ste Otro lade posi lise quees nombrado tn cetto momento como el foro “cosnente nro” dela feminidad como un espacio Gesconoeda como un enigma Inesctao, coon la een inctgta deo fermen. Ath Chto sco queesté en juego ene! ral de ass fewdiano Sina suerte de objeto con tna sola ar a ntl de fas Siuco de Odin Gel cuonto de Borges, eve doco ie neta Sola carey que cunndo gun gure obs al te, cae F dsaparce porque ce dl lado de acre flan Es una [npc cel beta pritodiaimentperdldo que est preset tae jet como su Oro fad. Cac objeto es ex objeto seencontrado cu cuando cae del Or lado, se revea como Pid, como una fala ieee Ea esse de Oot ue compare estar cone bet fo el irl de nd This un ebjeto que pace Feud ene sempre el Or lado au- Sent epresetable, Ser Lacan quien pond de manifesto sta erature del objeto de manera ms clara con a formal {actin desu objeto hero seta del disco ce O8 Tania expresion, “desutotzacon de I Femina”, huis apmecito yo unos aos aes ene texto de Freud de 1923 “Una reurois demonsac en elit" un breve at Calo soe a historia cel prt Chitoph Haizmana, donde ‘ord el chazo de mening como'unrechoza dea cas i i | LoD, eNIRE caso ¥AUEENELA 38 tzacén simbsica, educindla a lo imaginario de Ie cste- ‘nen la fantasia de catrar al padre Freud escebe ais" ‘estutoriacon dla acid ferneina en pot tnt, a cone: uenca dela revue frente ala casa por ela gene cuenta a expresign mds intense en la fantasaopuest Ie {de casvar al padre mismo hacerlo mujer’ Es decirqueen la feminizacion cl pa habia para Freud, panndijeamente una desoutorizacin de la feriidad, una ‘tsautorzaln dea actd femenina Sabemos lo paraico {ue es lo femenino para Freud leno de poqueos trampas, de poquenasopoiciones que note resulvenenrunguna it tel utara La feminidad aparece entonces en Feud como spaincgnta ge pude ees con valores compltmen- tr opuesiny contradictrie, E una abjecon al pane de idenidad ef un content neg, ogee esplfedo¢ ex plotable co os istamentoneartogetco de alge flica ‘eaipica donde cada elemento e define en elacon or en tna relacin dacretayrecipoca. Enel ortinente negro dele femenino no hay defini una dekida pec de loele ares. ee luga en todo cso, de un chaz para ambos ‘exon, Bs el lagar de un enil tnerior dl ser haat, Ms au situa lo femenino en un ms all, ms all el alo, ms Ala del goe fico, queria stale ahora enn mds a8 en tlamblige mismo del ser que habla, como ee har defo fel {nmeprstnable que marae exo interior de ogo sr de ln gun Ela rain de una desautosizacén, al donde el suet ‘Ro puede haces ator desu propio dscueo, no puede auto rare enel sentido de hacer aujeto-ator de su cmuncadén Ta pregunta puede plantar entonces. Como suri se en fo femenino sin desauitoriaro? Autoriarse como un ser hoblant ex autorizarse en lofernenino también leno en la problematica del autamo por ejemplo, dande os encom trams con ln difcltad extrema del sujeto para autoriarse ‘una plabra, en un dseurso que constnta ala divisn en: 23 Freud, Sigmund, “Ura neurosis demontaca del siglo x", en Obras Compas Amoco ta, Buenos Ales, 1989, p92. Ps aque easons| ‘treenunciaciGn y enunciado, El sujeto autistaes un sujeto que’ hho puede autorizazse como ser hablante, se sientearrasaclo, tixiamos, por ese Otro goce no atemperado por el significant falico, Pero esto vale también para la autorizacion del ana lista, como veremos mds adelante. Veamos antes adnde le- 6 Freud mismo con esta ineégnita que Lacan explorard més adelante en su enseranza. La Diose Blanca Freud empieza por constatar uta asimetria entre los sexos, es algo que aparece de manera especial en su texto del aio 1991 *Sobre Ia sexulicad femenina”. Pero es precisamente la sexualidad femenina la que introduce la asimetrfa ent los sexof, simetria que seria un factor de Io imaginario, donde lo especular es siempre simétrico. La diferencia introducida por la sexualidad femenina es la asimetrfa, no hay entonces| ‘especularidad posible entre Ia posicién masculina y la feme- rina. Yello pesar de todas los mitos, incluso los defends ‘a veces por los psicoanalistas postfreudianos que intentaron mantener esta simetra en la supuesta harmonfa final entre los sexos. Podemos recordar al respecto el famoso Soneto at de Shakespeare: "Mira en el espejoy dile al ostro que ves que ese rostro debe ya cambiar s forma, debe convertise en obr0 rosto [...] Eres el expejo de tu madre". No dice “tu madre es tu espe)o” de modo que se mantendria la reciprocidad, Preci- samente, en este punto la especularidad no es una operacién, reversible, El hecho de que yo sea espejo para mi madre me deja incluso un poco cego para ver qué soy yoeen el deseo del (Otto, No encuentro ahi ninguna imagen que me devuelva la ‘unidad imaginaria. Es de alggin modo un estadio del espejo ‘imposible. Haas la asimetria y la no reciprocidad entre os e- ‘as introducida por lo femenino. La asimetria entre los sexos se produce, como sefalaré Freud, por el hecho de que la ma- dry, en Ia medida en que es también una mujer, es el primer ‘objeto para ambos sexos. o ENaIUNO, BITRE GRO ¥ AUSENCAA a Cabe preguntarse si este es hoy todavia un hecho incon testable. 2No puede ser hoy el padre eve primer objeto? 20 bien ya no podemos hablar de padre y madre como hace unas <écadas 0 como en la época de Freud? Las nuevas formas de reproduccign deciden algo en este asurto? Seguimos consta- tando, con todo, que el cuerpo de la madge ocupa tn lugar primordial para cada sujeto, Por eso es que Freud sefala de entrada que no hay para la nia un camino directo hacia el padre y que tiene que hacer una serie de rodeos para llegar al padre, para tomar al padre como objeto. Y Freud toma como Felerencia a las mujeres con un fierte vinculo de amor con el padre, un vineulo de amor-odio, para estudiar la sexualidad femenina, Detrés del pade se encontraré siempre la madre, se lazo, esa relacin de la mujer con sui madte. Igualmen- te, detrés de la relaci6n con un hombre siempre aparece la relacidn con la made. Es algo que se constata todavia en el andlsis de modo cotidiano, Detrs de las queas dirigidas al hombre se encuentra siempre algo de las quejas drigcas ala rare. Pero, de hecho, Freud deja de lado en este textolo que serdl verdadero problems del vinculo dela mujer con la ma- dee, vinculo insondable al que Lacan se rfisid muy pronto, por ejemplo en su texto “intervencidn sobre la transferencia” ‘cuando habla de Dora y de su primer objeto, de ee primitivo deseo oral que vineula a cada mujer con la madre, Freud en- cuentra el vineulo con la made dtrés del padre, hay solo un cambio de objeto, Peto la posicin de goce y de amor proviene del vinculo con la madze que queda siempre opaco para el propio Freud. Se trata del vinculo con aquello que hay de lo femenino en la madre y que no se deja atrapar por [a funcién {élica, Exe es el punto que hace imposible para Preud la sime- teia entre ls sexos. “Hace mucho que hemos resignado toda cexpectativa de hallar un peralelismo uniforme ene el dese rrollo sexual masculino y femenino”.* Esta es la constatacin deFreud. 4 Freud Sigmund, “Sobela sexe dad femening”en bras Compe, -Amorsotu ou, Buenos Aires, 1989, p.228 aeperrrereseceeereeeeas s aces anos No hay pues simetria, la raz6n se encuentra en este Otro ado que Io femenino hace presente tanto pare el hombre ‘como para la mujer. En Freud podemos rastrear este Otro lado fen sus referencias ala vertiente proedipica en el desarrollo i- bidinal dela nifia, Podriamos rastreario mucho mejor siguien- do a referencia de Lacan cuando evoca, por elemplo, la figura de la Diosa blanca estudiada por Robert Graves, una de Jas figuras de lo femenino previa al patriarcado, previa 16gica- ‘mente al Nombre del Padre, Se trata de la mujer antes de la lparicign histérica de las formas patriarcales, antes del com- piso de Edipo, antes de cualquier dialéctica entre el Deseo de {a Madre y el Nombre del Padre. Ahf aparece la figura de la Diosa blanca que para Lacan tuvo un interés especial porque justamente se vineula con el goce femenino y su imposibil {dad de ser contablizado por el significant fico, Tanto es asi {qu lejos de que esta figura de lo femenino surja a partir de Ta ldgia fica, dela Idgica edipica gobernada por el Nombre del Padre ella misma, escrbe Lacan, puede sez ser uno de los ‘nombres del padre: "Cémo saber si, como lo formula Robert Graves, e1 Padre mismo, el padre eterno de todos nosotros, no es mds que el Nombre entre otros dela Diosa blanca, quella (que su decir se pierde en la noche de os tiempos, por ser la Diferente, Otra siempre en su goce”* Bs una observacion crucial para adentrarse en este espacio de la alteridad del goce no falico que Io femenino hace presen te, mas all de [a simbolizacion del falo y su l6gica metrica. Tiacan iguala esta dimension de fo femenino, “Otra siempre fen su goce”, con “esas formas de infnito cuya enuumeracién ‘slo comenzamos al saber que es ella la que nos suspenders a nosotros” * Volveremos més adelante a este espacio de la al- teridad del gace que no se deja tampoco atrapar con la Bgua, siempre simétrica, del supuesto goce del Oto, 5 Lacan, jacques, “Et despertar dela primavers, en Interencioes y ‘ets Manan Buenos Ate pp. 112-113. 6 them | | Lo FEMENIG NRE CENTHO Y AURINCA 3 Et camino del pez en el agua Freud, pos pate, toma referencia ena posi lamada respi donde ve eltn ee vnclo primordia dea mer Ella made para mer I astra ne el Gea solo sexual ascalno y fermen, Y hace referencia as thats ners det pce, come ean Lampde Groot Helen Deutsch dctendo gue estén neo stains que pre tna ma iy ah near esata, para toler a tsar dl trina, del propio Feu ante eg dels anata mujeres, Lacan temo Semints ‘hte coespondea alas mujeres dec algo sabe Oso goce nd all del alo pro apna presoamene ala posits {Eteina mde ald den atria as alle del relecon de Taner one ho sintboizado como fl, Tred parte mf bin dea ien que anata muer sel stn smi gn a arts de eet tel ertid que estos abordando equ La pregunta que ppeiemos planes e enfonces hay anaisi sso de lo [eseninatPodemoe intents yuna respuesta no bay sue tnd lo feneninoporuena hay mets quem an le, Ty en odo cao metonnia fa del ads eto mening Nolhay metator de mer soo mena ii ot {octable del goce que nose de straparporeleinbol al, Hiay ahem ele, n cece Ie forme peo 8 un cherie infto que no la encunta, “La tur eee dita que el camito por donde en el agua pasa el peo”? die tna peas sede Oscar Mista 8 muy cit encore tin emino en el agua por donde pasa el pez porque en Canin inpoble de tar. red encuentra sn baqueda de ete caino del pez nel sua condo exc: “En primer ugar es megable gue Ieee, que egn unt eee pste de capo zs no ser tina mera quiere. Digaos qu en agar Fecedatis como un sro de no exe como und qulmera el {nconscente inate en ralzarse “vbr el tere txming la cienl,digamos que es oto de Jos unverele dal que también podemos planearnos si ‘rise oo como tal. Cerin orientacén epstemoldgia sos fendi que la Ceca —con maydculo~ es fundamental trent la isin también con mayeula—nacida ene siglo {Ea y no mucho mis, Nila Quimica i a Biolog nia New ‘ocknc, por muchas maysculas gue evcibanos,pareceria tsi en esta perspectiva sno se feduce ada una de ellas Snalmente al ino eo st nivera de la Psy u metodo tea perspective epstemologia puede sstenet, sn embar fo, gue hey una muliplicidad de clencins, ada una con Su Ineodoy su modo de vesifacon cada una tambidn con st ‘bjt parece que la perspectiva de igo ues mantener fe multplicdad de as clnciae que cada vez haee menos ‘ister ls Clenca como un univer a psa des efuer os por master un nico mato centic, cada vez més puto en cuestin por ora parte El gocefemenino y o wniversa en pedazos ‘Ast que parece que vamos a tratar sobre tres universales inexistentes, Tal vez fengan algo mis en comin que el hecho ‘den exists, de no existir del todo al menos. Son en todo cas0 tres términos que podsfamos combinar de dos en dos, para Ihacer de cada combinacion el tema de una conferencia. Po- rfamos hablar de la mujer y el inconsciente, de la mujer ¥ Ja ciencia y también podriaios hablar del inconsciente y 1a 2 Lacan Jaques, £1 Sernari Lib 1, Lascostroconceptafindeentles fet psoas, Pads, Buenos Ales 1987, p38. Lo rea eT CTO AUBENCIA o ‘iencia Son tres parejas que nos darian modulaciones distin- tas, Aunque por mi parte voy a intentar articular aqut los tres términos mas bien como una trinidad Podefamos retomar el tema desce una perspectiva histéri- «a constatar por ejemplo lo que se ha dade en Lamar la fem rizacion del mundo”, aunque mas bien parece una mundia- lizacion, una globalizaciGn de cierta figura de la feminidad. Enel campo de la politica y dela ciencia se constata en los dl: timos tiempos una mayor participacién de mujeres pero ello no impide que lo femenino siga siendo excluido del campo de Ia ciencia, del mismo modo que hay algo del inconsciente {que sigue siendo excluido de él. Y parece que hay algunas razones para que esto sea asi Hay, para decio con el términa de aca una forelusién del sujeto del inconsciente en el cam- po de la ciencia, asi como hay también una forclusion de la mujer. Ali debemos pasar de una perspectiva histérica a una perspectiva estructural sobre la pregunta por el goce femeni- zo, En la historia de la ciencia es notable la exclusion de las mujeres, no tanto del campo de investiga sino del campo dol saber como tal, por ejemplo en las universidades. Pad mucho tiempo hasta que las mujeres pudieron introduciese enel campo del saber universitario, cuando de hecho tentan ya cierto lugar en e} campo del saber, por ejempla del saber [pedagégico. Hay estructuralmente un punto de convergencia entre feminidad y Sujeto supuesto Seber. Y no es por nada {queenel eampo anaitico, yen muestzo Campo freudiano mss particularmente, hay una mayor proporcion de mujeres en to- dos los lugares. Pero en el campo dela cienciaelasica habia ‘un rechazo no solo de a mujer como sujto de laciencia sino ‘también de la cuestion misma de la feminidad como un ‘extrafo. Lo femenino se encontraba mis bien situado en el amplio abanico que va desde lo sagrada hasta Ia bruja. Y ‘esto fue asf hasta el encuentro del discurso del sujto histéri- , sostenido primordialmente por mujeres, con el deseo de Freud. Hay que sefialarlo, se ha dicho muchas veces, pero es Jmportante situar de nuevo este momento, porque significa ‘el retorno en el seno del discurso de la ciencia de algo que « saqueLansots haba sido excluido de 61a cuestin del goce femenino.Y as primeras mujeres con sintomas histéricos que se encontaron on Feud signficaron, en efecto, un desencuentro que ests en “Torigen del psicoanalisis como retomo del suetoexciuido de Tacienca, Fue un desencuenteo fructifero, que oblipé a Freud a plantearse una serie de cuestiones, ‘En todo caso, en la ciencia del siglo xv, si fechamos ahi el acimiento de la Gencla modema, constatamos que hay un predomino casi absolute de lo masculino y una excusién de fo femenino. ¥ ello no solo por la presencia masiva de hor ‘bres en el discurso de Ia ciencia sino —y esto es menos evi- dente por la naturaleza del propio método cientfico. Uno {de los principio del método cientifico, septin a frase famosa {de Galileo, es ‘medir todo lo que es medible y haces medible fquello que no lo es". Este principio galileano de la ciencia ‘Bal siglo va, que la actual Ideologéa de la evaluacion quiere ‘Extender a todos los émbitos de a vide, es desde nuestra pers- pectiva un principio eminentementefalico, gabernado por la {igica dl significant flico en el impetio de la cifra. Medi y ‘dantifiear hacer estadisticas y deducir desde alila supuesta fhatursleza de la norma, de Io normal, parece hoy el colmo te la centificidad, Es también desde este imperativo como ‘teri de cientificidad que se plantean hoy exticas al psicoa~ Inalisis que no considera la medicién, la cra y la estadistica ‘leiterio de validacién de su experiencia. Conocen tal vez fequivoao con el que Lacan juega a propésito de la norma y {de lo normal, la orme-mdle, la norma-macko, que encuentra ten Ja medicién, en la evantificacion y en la norma estadistica ‘3 principio y su finalidad. Pero en realidad la propia clencia rho progeesa hoy segtin este principio. Jean Clsude Milner ha fefalado muy bien esta condicion en su libro titulado precisa- mente Lunoersel en élas, el universal estallado en pedazos Para ia cencia clésia la verdad era igual a la exactitud de tuna medicion mientras que “para la doctrina més eciente, 80 Solo es posible que la verdad proceda dela inexsetitud, sino ‘que ay que tener en cuenta que Ia inexactitud es Ja forma ori, wir caso yuseNca o smisma de la verdad para ciertos desarzolos dela enc" Iie ets de Lacan sta ear on ene cnet seamen por eenp, gal ne de La desin de aa y los prinipis de su poder” donde se refer a una i tervencign de Freud en el caso del Hombrede as Ratas.Ahila verdad del antasma del sujeto aparece precisamente a parr de una interpretacin inexacta que Freud realiza sobre si his tori Es en una inexactitud sobre la eronologia que aparece ‘una verdad sobre su padre, sole ladeuda y's relacén con Jas mujeres una verdad que seré contra en a neurosis del su- jet, Son los efectos de verdad de una interpretacion inexact, Pero Jean Claude Milner sta esta dimensiGn dea verdad en elpropio discurso dela ciencia sealando que reductrla exac- thd oa edie simplemente un pln, La ceca siglo xl saa ya nau manera. EL leo se ale det model do lo apneraores ea de de on eons de éreas en la agrcaltura, para encontear st referencia en los Jhumanistas en lo editores minuciosos de ls textos griegos Ylatinos Por eso, sefala Jean Claude Milnes, hoy se hace ne cesara una nueva doctrina dela exactud que incluya le re Jncién con la verdad como aquello que surge de lo inexact. Para el psiconnalista es algo muy cotdiano, Sabemos gue en ef lapsus,en el acto fal, en lo inexact, aparece la verdad Gethin Seen noosa Yeree a clencia que se dirge a su manera hacia cl aguero ue a receenladiferencia entiecxactind yverdads Si hay algo que hace etal To univereal y planta pro bemas alimperio dea cia y de Ia exactitud es precisamen- tela cuestion del goce y més especialmente del goce sexal femenino, siempre dificil de localizaee imposible de medi. La sexologfay la neurociencia se siguen empetiando en ello, siempre en vano. En realidad esl goce como tle que escapa ala pretension de la medica y de a normalizacin fae. Bs tun dimensin que aparear en la historia de a clencia con la 3 Wes fade ini on, Kions Yds, Pes 2014, p. 15 (la traduccién es nuestra). Nets Pac n aque nassots imposibilidad de distinguiro vivo de lo no vivo. No sabemos cen realidad qué es Jo vivo. Ya desde los affos teinta del si- jlo pasado, con Ja pregunta de Brwin Schrédinger en su libro {Qué esl vida?, se izo dificil trazar una linea exacta entre lo ‘vivoyylono vivo. El famoso gen, por ejemplo, que carga con la, {area de ser el soporte del llamado “libro dela vida", no tiene en realidad nada que podamos definir como lo vivo. Para no otros, paicoanalistas, lo vivo es aquetlo que tiene un vinculo ‘con el goce,Fslé vivo aquello que goza, que hace signo de un [g0ce. Es el goceel que introduce lo vivo ya la vez el hecho de ‘ser morta es el oce el que intgoduce la pulsiOn de muerte en, ‘érminos freudianos, < ‘Sefalemes que en el siglo xu, con la Ilutracion, el pro- blema del goce femenino se plantea a partir de un hecho que sigue teniendo toda su importancia, v que es la defensa de la ‘gualdad de todos los swetos ante Isley. De ahfarzanca el dis- ‘curso de Ia igsaldad de la mujer en téeminos de sujet sociat ‘yen términos jurtcios. Es importante subrayar este momen= te porgue inttoduce la problemética de la diferencia de los ‘sexos como algo irecuctible. Es con la Iustracion, contem- pordnea del nacimiento de la ciencia moderna, que se plan tea la euestin de a igualdad de todos los sujetos ante Ia ley. [Lo que, de hecho, hace aparecer de manera més manifiest ix ccestién de la diferencia de los sexos como irteductible a La {gualdad de los sujetos en el registro socal. La diferencia de Jos sexos habfa quedado de hecho obliterada, enmascarada por la desigualdad en el registro de los derechos. ¥, en efec- to, la llastracién fue el momento crucial que hizo posible fa conquista de los derechos de las mujeres. A la vez, con la de- fensa de la igualdad de derechos reaparece la cuestién de la diferencia sexval, Ja diferencia del goce femenino con todas ‘sus paradojas. "Todos los hombres son iguales ante la ley", dlice el universal masculino, pensandi incluir en este "todos" también a cada mujer, Pezo-n0, hay algo de la singularidad de Jo femenino que no puede entrar en la ldgica det "todo", algo ‘que se tomaré su tiempo para reaparecer y que requeri a Io- gica del “no-todo”. En realidad requerré tanto tiempo come : | {SOFAKING BUTE CENTIO¥ ALS a el que io fata para a paride cus nai, con Si oment inaugural dead gue nttamos en ely face Sued a palate aa mec come sto de esto como Soeon det gore anton La gis del "todo qe Lacan ino pra sitar Ia cet dl goe fein, del got nico oe eal Aad una tein dst elt igualad de generon En Sicha gen no hay posbldad de steer el weer tecrar conidenr cada ues aro por une ia dance ten perspec hay un pts onelalinen que vader Sela Heatacion hain dns de igual Se genes hs forma actualy alien gu v dead el mint de iden moderna Mat i opaion del ics del psn toll Lat dor ten ge ttzan names cone chen Att goce ening gu suns peda en tpto taro pare By Seen tenp epee eattp mite sow EL ge sin medida Eotamos en un moment especialmente stom con rope enn Ls awn de ro", Que toma en algunos laze rode deeper foul evn sgn de gua promest de guakad port ds Cero versal ea cada vee nd oor de davon ara Sigutaidad dela posicionfomenins Cannio assem re logic iia Gel “tocar mn separ la gis el “roto” come inlereble Digs con as eos ue Jeg Alain Nr intoduo ace emp: ay un rane ent lo sexo la vce cor lt mee coun sgn de tse ractamo de oc. 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