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Abril-2018
2022
EL RECURSO CONTENCIOSO
ADMINISTRATIVO EN
MATERIA DE DISCIPLINA
URBANÍSTICA:
RESTAURACIÓN DE LA
LEGALIDAD DEL ORDEN
INFRINGIDO Y SANCIONADOR
1. PLAZO PARA INTERPONER EL RECURSO CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO FRENTE A ACTO EXPRESO Y FRENTE A ACTO
PRESUNTO. ........................................................................................................................................................... 57
El artículo 250 del TRLOTUP, establece que las actuaciones que contravengan la ordenación
urbanística darán lugar a la adopción por la administración competente de las siguientes medidas:
El citado artículo, establece los principios que deben regir la actuación de las Administraciones
Públicas, entre los que destacan el de eficacia y el de legalidad, al imponer el sometimiento pleno de
la actividad administrativa a la Ley y al Derecho. La materialización de estos principios se produce en
el procedimiento, constituido por una serie de cauces formales que han de garantizar el adecuado
equilibrio entre la eficacia de la actuación administrativa y la imprescindible salvaguarda de los
derechos de la ciudadanía y de las empresas, que deben ejercerse en condiciones básicas de igualdad
en cualquier parte del territorio, con independencia de la Administración con la que se relacionen sus
titulares.
Estas actuaciones “ad extra” de las Administraciones cuentan con mención expresa en el artículo
105 de la CE, que establece que la Ley regulará la audiencia de los ciudadanos, directamente o a
través de las organizaciones y asociaciones reconocidas por la Ley, en el procedimiento de
elaboración de las disposiciones administrativas que les afecten, así como el procedimiento a través
del cual deben producirse los actos administrativos, garantizando, cuando proceda, la audiencia a
los interesados.
Una gran parte de la pericia del Letrado, en la defensa de los derechos de sus representados
frente a la reacción de la Administración a los actos de indisciplina urbanística, estriba en el
conocimiento del procedimiento administrativo en el que se desenvuelve la restauración de la
legalidad urbanística infringida y la consecuente sanción conexa, pero independiente, por la
infracción cometida.
Por lo tanto, veremos cada uno de estos dos procedimientos (restauración y sancionador) de
manera sucinta y con referencias al procedimiento jurisdiccional correspondiente, el contencioso
administrativo.
La jurisprudencia ha seguido una línea uniforme a lo largo del tiempo calificando esta facultad
conferida a la Administración por el ordenamiento jurídico como una “potestad-deber” (STS 8-11-
1978 y 15-02-2012). La calificación de “deber” viene dado por su carácter reglado que ya recogía el
art 179.2 del TR76 al exigir la necesaria motivación de la denegación. La Administración, en el
restablecimiento de la legalidad urbanística, trata en primer lugar de constatar un hecho: se ha
realizado una obra sin licencia o excediéndose de la licencia concedida. Hecha la verificación, no
tiene opción: necesariamente debe actuar y restablecer el orden jurídico conculcado.
El artículo 251 del TRLOTUP indica el carácter inexcusable del ejercicio de la potestad: “La
adopción de las medidas de restauración del orden urbanístico infringido es una competencia
irrenunciable y de inexcusable ejercicio por la administración actuante. Ni la instrucción del
expediente sancionador, ni la imposición de multas exonera a la administración de su deber de
adoptar las medidas tendentes a la restauración del orden urbanístico infringido, en los términos
establecidos en este texto refundido.”
La fecha en que finalizó la obra o cesó el uso del suelo, determina el plazo de caducidad de la
acción que ha sido aumentado paulatinamente por la Comunidad Autónoma Valenciana. La
legislación valenciana ha optado por el plazo de quince años, en el artículo 255 del TRLOTUP.
“1. Siempre que no hubieren transcurrido más de quince años desde la total terminación de
las obras o usos del suelo realizados sin licencia u orden de ejecución o sin ajustarse a las
condiciones señaladas en la misma, la alcaldía y, en su caso, la Agencia Valenciana de
Protección del Territorio, requerirá a la persona propietaria para que, en el plazo de dos meses,
solicite la oportuna autorización urbanística o ajuste las obras a las condiciones de la licencia
otorgada. El referido plazo, de caducidad de acción de la administración, empezará a contar
desde la total terminación de las obras o desde que cesen los usos del suelo de que se trate.
2. A los efectos previstos en este texto refundido, se presume que unas obras realizadas sin
licencia u orden de ejecución están totalmente terminadas, cuando quedan dispuestas para
servir al fin previsto sin necesidad de ninguna actividad material posterior referida a la propia
obra o así lo reconozca de oficio la autoridad que incoe el expediente, previo informe de los
servicios técnicos correspondientes.
(…)
Dadas las modificaciones sufridas en cuanto a estos plazos el plazo de caducidad de la acción
de restauración que se aplique será el que establece la ley urbanística en vigor, a fecha de
finalización de la actuación urbanística3.
Esto es, debemos determinar previamente en qué momento se finalizó la construcción y, una
vez determinada la fecha, debemos acudir a la Ley urbanística que estuviere en vigor en ese
momento.
A título de ejemplo, y refiriéndose a los supuestos del Suelo No Urbanizable (que suelen ser los
de mayor rigor jurídico) debemos hacer un histórico de las diferentes legislaciones urbanísticas de la
Comunidad Valenciana que han estado en vigor y que han establecido diferentes plazos para el
Suelo No Urbanizable Común (SNUC) y para el Suelo No Urbanizable Protegido (SNUP):
El Real Decreto 1346/1976, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley sobre
Régimen del Suelo y Ordenación Urbana (TR76), en su redacción original, vigente desde el
06/07/1976 al 21/10/1981 el plazo de caducidad era de un año en SNUC y en SNUP.
TR76, tras la reforma operada por el Real Decreto-Ley 16/1981, vigente del 22/10/1981 al
30/01/2006 el plazo de caducidad era de 4 años en SNUC y en SNUP.
1
Que, en inmuebles, de conformidad con la Ley 4/1998, de 11 de junio, del Patrimonio Cultural
Valenciano, serán los declarados de Interés Cultural y los de Relevancia Local (BIC y BRL).
2
Modificación que proviene del artículo número ciento cuarenta y uno del anexo de la Ley 1/2019,
de 5 de febrero, de la Generalitat, de modificación de la Ley 5/2014, de 25 de julio, de ordenación
del territorio, urbanismo y paisaje de la Comunitat Valenciana («D.O.C.V.» 7 febrero). Vigencia: 8
febrero 2019, antes era el “suelo sujeto a protección”.
3
Apartado éste que fue introducido por el artículo 95 de la Ley 9/2019, de 23 de diciembre, de la
Generalitat, de medidas fiscales, de gestión administrativa y financiera y de organización de la
Generalitat («D.O.C.V.» 30 diciembre). Vigencia: 1 enero 2020
Como vemos no es fácil moverse en dicho régimen jurídico, con gran confusión e inseguridad
jurídica para todos los operadores urbanísticos, tanto en la función pública, como profesionales y
promotores.
Así, para facilitar un poco más los efectos prácticos del instituto de la caducidad de la acción
de la Administración para llevar a cabo la potestad de restauración diremos:
1º.- Que toda edificación totalmente finalizada antes del 20/08/2014 (fecha en la que entró
en vigor la LOTUP), en SNUC ya es INATACABLE.
Ejemplo: una vivienda finalizada en 2013 (vigente la LUV, plazo de 4 años) en SNUC, por
aplicación del art. 236.5 LOTUP, pudo ser atacada durante dicho plazo de 4 años, es decir
hasta 2017, no más allá.
Ejemplo: una vivienda finalizada en 2017 (vigente la LOTUP original, plazo 15 años), en
SNUC, será atacable hasta 2032, pero no más allá.
3º.- Toda edificación totalmente finalizada con posterioridad al 08/02/2019 en SNUC, será
ATACABLE y sin sometimiento a plazo de limitación del ejercicio de la potestad de
restauración (NO CADUCA).
Ejemplo: una vivienda finalizada en 2021 (tras la modificación de la LOTUP en SNUC, será
atacable hasta 2030, 2040 o 2050…
1º.- Toda edificación totalmente finalizada antes del 01/02/2006 (fecha en la que entró en
vigor la LUV), en SNUP ya es INATACABLE.
Ejemplo: una vivienda finalizada en 2004 (vigente el TR76, plazo de 4 años) en SNUP, por
aplicación del art. 236.5 LOTUP, pudo ser atacada durante dicho plazo de 4 años, es decir
hasta 2008, no más allá.
Ejemplo: una vivienda finalizada en 2007, en SNUP, es atacable en 2022, 2032, 2042, etc.
Es el artículo 255.6 del TRLOTUP el que sustenta esta argumentación (antes era el 236 de la
LOTUP), el cuál fue introducido por el artículo 95 de la Ley 9/2019, de 23 de diciembre, de la
Generalitat, de medidas fiscales, de gestión administrativa y financiera y de organización de la
Generalitat4. Esta es la argumentación vigente y, por tanto, aplicable hoy. Con anterioridad al
01/01/2020, fecha de entrada en vigor dicho artículo, se realizaba otra interpretación, a partir de
una doctrina jurisprudencial del TSJCV5. La introducción del art. 255.6 ha solventado
4
(D.O.C.V. 30 diciembre). Vigencia: 1 enero 2020.
5
Con anterioridad al 1/1/2020, fecha de entrada en vigor de la Ley 9/2019, dos eran las interpretaciones
posibles: la primera, si a la entrada en vigor del cambio legislativo no se había aún ganado la prescripción,
entonces debía aplicarse el plazo previsto en la nueva legislación. Frente a esa interpretación, la sentencia del
Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana de 22 de febrero de 2019 (recurso 293/2017),
sostuvo otra muy diferente. A partir de lo establecido en el artículo 1.939 del Código Civil, el Tribunal Superior
de Justicia valenciano entendió que la prescripción comenzada antes de la publicación de la nueva Ley se ha
definitivamente el problema, y ya no hay duda en la aplicación de estos plazos pero, antes del
01/01/2020, se aplicaron otros criterios de determinación de plazos.
El procedimiento de restauración de la legalidad se regula en los artículos 255 a 260 del Texto
Refundido de la Ley de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Paisaje, aprobado por Decreto
Legislativo 1/2021, de 18 de junio, resultando también aplicable al mismo el artículo 82 de la Ley
39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones
Públicas, respecto al trámite de audiencia, el artículo 21.1.s) de la Ley 7/1985, de 2 de abril,
Reguladora de las Bases del Régimen Local, en cuanto a la competencia y el Real Decreto
1093/1997, de 4 de julio, por el que se aprueban las normas complementarias al Reglamento para
la ejecución de la Ley Hipotecaria sobre inscripción en el Registro de la Propiedad de actos de
naturaleza urbanística.
Se presume que unas obras realizadas sin licencia u orden de ejecución están totalmente
terminadas cuando quedan dispuestas para servir al fin previsto, sin necesidad de ninguna actividad
material posterior referida a la propia obra o así lo reconozca de oficio la autoridad que incoe el
expediente, previo informe de los Servicios Técnicos correspondientes.
Siempre que no hubieren transcurrido más de quince años desde la total terminación de las
obras o usos del suelo realizados sin licencia, u orden de ejecución o sin ajustarse a las condiciones
señaladas en la misma, la alcaldía y, en su caso, la Agencia Valenciana de Protección del Territorio,
se requerirá a la persona propietaria para que, en el plazo de dos meses, solicite la oportuna
autorización urbanística o ajuste las obras a las condiciones de la licencia otorgada.
de regir por el plazo de prescripción de la Ley antigua, aunque en el momento de la entrada en vigor de la Ley
nueva todavía no se hubiera consumado aquella prescripción.
Como hemos visto, el plazo de quince años no será de aplicación a las actuaciones que se
hubiesen ejecutado sobre terrenos calificados en el planeamiento como zonas verdes, viales,
espacios libres o usos dotacionales públicos, terrenos o edificios que pertenezcan al dominio
público o estén incluidos en el Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano, tampoco será
de aplicación sobre suelo no urbanizable. En estos casos no existirá plazo de caducidad de la acción,
en cuanto a la posibilidad de restauración de la legalidad y de la reparación al estado anterior de los
bienes referidos.
El mero transcurso del plazo de quince años, al que se refiere el punto anterior, no conllevará la
legalización de las obras y construcciones ejecutadas sin cumplir con la legalidad urbanística y, en
consecuencia, mientras persista la vulneración de la ordenación urbanística, no podrán llevarse a
cabo obras de reforma, ampliación o consolidación de lo ilegalmente construido.
A la vista del resultado del informe, si las obras terminadas pueden ser legalizadas y son
compatibles con el planeamiento urbanístico, el Alcalde requerirá al propietario para que, en el
plazo de dos meses, legalice su situación solicitando la oportuna autorización urbanística o
ajustando las obras a las condiciones de la autorización concedida.
Cuando los actos de edificación o uso del suelo se realizasen con licencia u orden de
ejecución, pero sin ajustarse a las condiciones en ella establecidas, la alcaldía, de oficio o a
instancia de parte interesada, se dirigirá a la empresa promotora, constructora y a la dirección
técnica, señalándoles las anomalías observadas y concediéndoles el plazo de diez días para alegar
lo que a su derecho convenga. La falta injustificada de contestación, dentro de dicho plazo, implica
la aceptación de las irregularidades señaladas, por lo que se acordará de modo inmediato, por la
alcaldía, la paralización de las obras o la prohibición de los usos, con comunicación a las compañías
suministradoras de servicios públicos.
Si, por las partes responsables, se aduce la conformidad de la licencia u orden de ejecución
con la actuación urbanística, se les convocará para que, dentro de los quince días siguientes, se
personen en el lugar donde esta se venga desarrollando, examinándose los pormenores de la
misma conjuntamente con la inspección urbanística y extendiéndose la correspondiente acta
suscrita por todas las personas comparecientes, a la vista de la cual la alcaldía se pronunciará según
proceda, permitiendo la prosecución de la actividad o especificando un plazo para su adecuación a
las condiciones de la licencia, vencido el cual sin que esta se produzca tendrá lugar la paralización.
El expediente de restauración de la legalidad se incoará con base a los antecedentes que han
sido indicados en el apartado anterior, y si se dio trámite de audiencia frente a la incoación, con
simultaneidad al requerimiento de legalización, se continuará con el expediente una vez finalizado
el plazo de legalización.
Informadas las alegaciones frente a la incoación del expediente, se solicitarán, en su caso, los
informes que resulten preceptivos y se emitirán los correspondientes informes técnicos y jurídicos
con la valoración de las obras ejecutadas, su compatibilidad o incompatibilidad con el
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En caso de que el interesado solicite licencia, deberá aportar el correspondiente proyecto técnico visado, de
conformidad con el artículo 2.c) del Real Decreto 1000/2010, de 5 de Agosto, sobre Visado Colegial
Obligatorio: “deberá aportarse el Visado Colegial en los proyectos de ejecución de edificación y certificado
final de obra que deban ser aportados en los procedimientos administrativos de legalización de obras de
edificación, de acuerdo con la normativa urbanística aplicable”.
planeamiento, parámetros que infringe, etc. Ello dará lugar al informe-propuesta de la medida de
restauración que proceda, que será notificada a las personas interesadas, con carácter previo a su
adopción por el órgano competente. Dicho trámite de audiencia se exige específicamente en el
artículo 259.1 del TRLOTUP.
En virtud del artículo 259.2 del Texto Refundido de la Ley de Ordenación del Territorio,
Urbanismo y Paisaje, aprobado por Decreto Legislativo 1/2021, de 18 de junio, el plazo máximo
para notificar y resolver el expediente de restauración de la legalidad urbanística será de seis
meses, plazo que comenzará a contarse:
El artículo 257.2 del Texto Refundido de la Ley de Ordenación del Territorio, Urbanismo y
Paisaje, aprobado por Decreto Legislativo 1/2021, de 18 de junio, establece que,
complementariamente a las medidas adoptadas, la administración actuante acordará:
a) El cese del suministro de agua, de energía eléctrica, gas y telefonía. A tal efecto, la
administración urbanística actuante notificará la orden de restauración de la legalidad a
las empresas o entidades suministradoras de energía eléctrica, agua, gas y telefonía, a fin
de que procedan, en el plazo de diez días, a la suspensión de los correspondientes
suministros. La suspensión de los suministros sólo podrá levantarse una vez que se haya
procedido a la legalización de las obras, usos o edificaciones respectivas, mediante
notificación expresa en tal sentido de la administración a las empresas suministradoras.
b) La inhabilitación de accesos, cuando ello resulte procedente, de acuerdo con el
procedimiento y las garantías establecidos por la legislación estatal vigente.
c) La anotación de la resolución administrativa, ordenando la restauración de la legalidad
infringida en el Registro de la Propiedad, en los términos establecidos en la normativa
registral.
d) La comunicación de la orden de restauración al organismo encargado del Catastro
inmobiliario, para su constancia.
a). Que la parte interesada acredite que ha pedido, en la forma debida, las licencias o
autorizaciones necesarias por la legalización, así como la documentación que debe
acompañar la solicitud de las licencias o las autorizaciones.
b). Que la parte interesada formalice, ante la administración, una garantía en cuantía no
inferior al 50% del presupuesto de las actuaciones de reposición, mediante alguna de las
formas admitidas en la legislación de contratos de las administraciones públicas.
Sin embargo, téngase en cuenta que las medidas de protección de la legalidad urbanística y
el restablecimiento del orden jurídico perturbado, tienen carácter real y alcanzan a las terceras
personas adquirentes de los inmuebles objeto de tales medidas, por ello, se requiere de la
Administración el traslado de todas las actuaciones (incoación, informe-propuesta de medida de
restauración y resolución, al Registro de la Propiedad).
Esta terminología, sumamente ambigua ante la ausencia de una delimitación del sujeto
pasivo de los expedientes de restauración del orden vulnerado, admitiría la interpretación de que
puede dirigirse el procedimiento tanto frente al promotor de las obras, como frente al propietario
de la finca donde se realizan.
Tal y como establece el artículo 252.2 del TRLOTUP, la medida de suspensión inmediata de
las obras en curso de ejecución que se efectúen sin licencia, o sin ajustarse a sus determinaciones,
puede ser notificada de forma indistinta a la parte promotora, a la persona propietaria, al o la
responsable del acto o, en su defecto, a cualquier persona que se encuentre en el lugar de
ejecución, realización o desarrollo, y esté relacionada con las obras, así como a las compañías
suministradoras de servicios públicos, para que suspendan el suministro.
En resumen, las órdenes de demolición deben dirigirse contra las personas propietarias y no
contra el promotor, ya que son las personas propietarias las obligadas a realizar las acciones
tendentes a la restauración de la legalidad urbanística. La falta de notificación de esta orden a las
personas propietarias daría lugar a la nulidad del acto administrativo, circunstancia que podría ser
puesta de relieve en un procedimiento contencioso-administrativo.
6. Régimen de las edificaciones una vez trans currido el plazo para dictar la
orden de restauración de la legalidad .
El mero transcurso de los plazos que han sido expuestos no conlleva la legalización de las
obras y de las construcciones ejecutadas, quedando las mismas en una suerte de “congelación” con
lo construido, en un régimen de fuera de ordenación, en el que mientras persista la vulneración de
la ordenación urbanística no podrán llevarse a cabo obras de reforma, ampliación o consolidación
de lo ilegalmente construido. Ello, no obstante, con la finalidad de reducir el impacto negativo de
estas construcciones y edificaciones, la administración podrá ordenar obras necesarias para no
perturbar la seguridad, salubridad y el ornato o paisaje del entorno.
Téngase en cuenta además el artículo 28.4 del Decreto Legislativo 7/2015, por el que se
aprueba el texto refundido de la ley del suelo y rehabilitación urbana, referido a la obligación de
inscribir en el Registro de la Propiedad la terminación de las obras de construcciones, edificaciones
e instalaciones fuera de ordenación urbanística y respecto de las cuales ya no proceda su
demolición, por haber transcurrido los plazos de prescripción correspondientes, que obliga a los
ayuntamientos a dictar resolución sobre la situación urbanística de estos inmuebles, para que así
conste en nota al margen de la inscripción en el Registro. En caso de omisión de tal resolución,
serán los propios ayuntamientos los responsables de cualquier perjuicio que se pueda producir en
la compra de buena fe de estas edificaciones, teniendo que indemnizar al adquirente por los daños
económicos de una posible sobrevaloración, causada por no hacer constar su situación urbanística
de la propiedad.
Entrar en uno o en otro procedimiento dependerá de la densidad de viviendas por ha, siendo
los técnicos municipales los que decidan cuando exista duda, si por la implantación de los servicios
que deben ser suministrados conviene un régimen u otro.
Las obras de minimización que les serán exigidas a los propietarios de las viviendas para
obtener esta regularización son las siguientes:
Aunque, debemos tener claro que las obras de minimización no son asimilables a las propias
de un proceso de desarrollo urbanístico.
Este régimen tampoco afecta a las viviendas construidas antes del año 1975, que se asimilan
a las edificadas con licencia por mor de D.T. vigesimosexta del TRLOTUP7, pero ello no obsta que
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Disposición transitoria vigesimosexta. Situación de determinadas edificaciones aisladas sin
licencia.
“Las edificaciones aisladas en suelo no urbanizable, construidas con anterioridad a la entrada en
vigor de la Ley 19/1975, de 2 de mayo, de reforma de la Ley sobre el Régimen del Suelo y
Ordenación Urbana, y que no posean licencia urbanística municipal para su ubicación en esta clase
éstas, si están enclavadas o próximas a un ámbito de minimización densa (Plan Especial MIT)
puedan incluirse o participar, para dotarlas de algún servicio básico y mejorar su huella ambiental, a
solicitud de las personas propietarias interesadas, dada la oportunidad del coste.
Las viviendas, tras la tramitación del procedimiento de minimización y, una vez concluidas las
infraestructuras programadas para la minimización del impacto territorial, podrán ser legalizadas,
mediante la solicitud de la preceptiva licencia de obras de legalización a los efectos de acreditar que
el inmueble cumple lo establecido en el plan especial de la actuación de minimización de impacto
territorial o en la DSI. En estos supuestos, no son de aplicación los requisitos para las viviendas
unifamiliares regulados en el artículo 211.1.b del TRLOTUP, en cuanto a los parámetros para la
vivienda aislada y familiar.
En estas edificaciones no se podrá conceder ninguna licencia de obra o uso que implique una
ampliación de la edificabilidad patrimonializada, ni siquiera con elementos desmontables
provisionales, aunque el plan y la licencia de minimización sí podrá regular la autorización futura de
obras de reforma interior, o para la ejecución de pequeños elementos auxiliares, que no
incrementen edificabilidad.
de suelo, se asimilarán en su régimen a las edificaciones con licencia siempre que estuvieran
terminadas en dicha fecha, sigan manteniendo en la actualidad el uso y las características
tipológicas que tenían a la entrada en vigor de la citada ley y no se encuentren en situación legal de
ruina urbanística.”
Las Administraciones Públicas, a través de sus órganos competentes en cada caso, podrán
proceder, previo apercibimiento, a la ejecución forzosa de los actos administrativos, salvo en los
supuestos en que se suspenda la ejecución de acuerdo con la Ley, o cuando la Constitución o la Ley
exijan la intervención de un órgano judicial.
Los actos administrativos que impongan una obligación personalísima, de no hacer o soportar,
podrán ser ejecutados por compulsión directa sobre las personas en los casos en que la ley
expresamente lo autorice, y dentro siempre del respeto debido a su dignidad y a los derechos
reconocidos en la Constitución.
Si fuese necesario entrar en el domicilio del afectado, o en los restantes lugares que requieran
la autorización de su titular, las Administraciones Públicas deberán obtener el consentimiento del
mismo o, en su defecto, la oportuna autorización judicial.
Los plazos de 15 años y SIN LÍMITE, que hemos visto, son los referidos a la apertura de
expediente por restablecimiento de la legalidad urbanística, pero una vez que el procedimiento ha
finalizado y la orden está emitida y ésta sea firme, estaremos ante otro plazo, el plazo para el
ejercicio de la acción municipal tendente a llevar a cabo la ejecución subsidiaria de las órdenes de
restauración (normalmente demoliciones).
Dicho plazo de 15 años que establecía el artículo 1964 del CC, quedó reducido a 5 años en
virtud de la modificación de dicho precepto llevada a cabo, por la Disposición Adicional Primera, de la
citada Ley 42/2015, de 5 de octubre. No obstante, habrá que estar al Régimen Transitorio,
contemplado en la Disposición Transitoria 5ª de la Ley 42/2015, que se remite al artículo 1939 del
Código Civil, en cuya virtud debe entenderse que la prescripción iniciada antes de la referida entrada
en vigor se regirá por la regla anterior (15 años), si bien, si desde dicha entrada en vigor transcurriese
todo el plazo requerido por la nueva norma (cinco años), la prescripción surtirá efecto. Dicho de otro
modo, la prescripción iniciada antes del 7 de octubre de 2015 surtirá efecto en la fecha que antes se
alcance: bien el quinto aniversario de dicha entrada en vigor, bien la fecha en la que finalice el plazo
de 15 años desde su inicio.
El artículo 260 del TRLOTUP, establece que el incumplimiento por parte de la persona
INTERESADA DE LA ORDEN DE RESTAURACIÓN DE LA LEGALIDAD, DARÁ LUGAR A LA ADOPCIÓN
DE LAS siguientes medidas:
1. Multas coercitivas.
Hasta lograr la ejecución de las medidas de restauración por la persona que se encuentre
obligada. Las multas coercitivas se podrán imponer por períodos de un mes y en cuantía de
seiscientos a tres mil euros cada una de ellas, según sean las medidas previstas, con un máximo de
diez. Estas multas coercitivas se impondrán con independencia de las que puedan imponerse con
ocasión del correspondiente expediente sancionador.
2. Ejecución subsidiaria.
1) No es, en rigor, un proceso entre partes sino un proceso frente al acto administrativo, que
es el que se enjuicia, aunque la autoría de éste imponga la presencia formal de una parte -la
Administración Pública-.
2) El control judicial se produce, normalmente, ex post facto, una vez dictado el acto y, a
menudo, desplegados sus efectos jurídicos, que la ley declara ejecutivos.
4) La pretensión que se puede ejercitar frente al acto justiciable es, prima facie, la de nulidad,
que se puede acompañar, bajo condición del éxito de aquélla, de pretensiones de plena
jurisdicción, indemnizatorias, o de reconocimiento de situación jurídica individualizada.
Por tanto, sólo son viables pretensiones de nulidad y, en su caso, de condena a dar, hacer o
no hacer, supeditadas a la declaración de nulidad. O sea, si el acto es nulo, cabe agregar la
pretensión de restauración de una situación jurídica individualizada.
6) No todo acto es recurrible, sino sólo los que dispongan de cierta aptitud jurídica: que no
sean de mero trámite; que no hayan ganado firmeza; que hayan agotado la vía impugnatoria
previa; que no hayan sido consentidos, etc. (ejemplo medidas cautelares o suspensión de las
obras, pero no el inicio del procedimiento de restauración).
7) El objeto del recurso debe limitarse a un núcleo irreductible constituido, de una parte, por
el acto que se impugna y, de otro lado, por la pretensión ejercitada frente a ese acto, que no
puede ser diferente de la articulada ante la Administración.
Ello no impide que se pueda afrontar la impugnación desde una perspectiva diferente a la vía
previa. Así:
Cabe suscitar hechos nuevos o distintos de los apreciados por la Administración. Además, los
hechos plasmados en el expediente que son presupuesto del acto pueden y suelen ser
controvertidos en el proceso.
Cabe esgrimir motivos nuevos -no pretensiones- no aducidos en las vías precedentes,
existiendo libertad de configuración para su invocación. Así, el fundamental art. 56.1 LJCA
reconoce que "(...)1. En los escritos de demanda y de contestación se consignarán...las
pretensiones que se deduzcan, en justificación de las cuales podrán alegarse cuantos motivos
procedan, hayan sido o no planteados ante la Administración (...)".
Cabe solicitar que el Tribunal entre en el fondo del asunto cuando el órgano revisor
administrativo no lo ha hecho, sin necesidad de retrotraer el procedimiento para que dicho
órgano se pronuncie.
Los defectos de forma y la alegación de indefensión: según el art. 48.2 de la Ley 39/2015,
PACAP, "(...) el defecto de forma sólo determinará la anulabilidad cuando el acto carezca
de los requisitos formales indispensables para alcanzar su fin o de lugar a la indefensión de
los interesados".
Si cualquier motivo de nulidad puede ser aducido, aun cuando no se hiciera valer en la vía
previa, no hay razón para impedir que se denuncie por vez primera un defecto de forma que,
a juicio del actor, le haya causado indefensión -que es el requisito para que ese vicio no sea
una mera irregularidad no invalidante-.
Sin embargo, aunque la alegación sería admisible, los Tribunales suelen desestimar las quejas
de indefensión que, de ser real y cierta, tendría que haber provocado su denuncia inmediata,
en el primer trámite posible pues, de lo contrario, pierde credibilidad su alegación posterior.
Ello no entrañaría la improcedencia preliminar del motivo, aun siendo nuevo, sino el rechazo
de su idoneidad para desencadenar la nulidad del acto fundada en indefensión.
V. EL PROCEDIMIENTO SANCIONADOR
El artículo 538.2 del Decreto 67/2006, de 19 de mayo, del Consell, por el que se aprobó el
Reglamento de Ordenación y Gestión Territorial y Urbanística, establecía expresamente que el
procedimiento sancionador no podía ser iniciado hasta tanto no terminara el de protección de la
legalidad, y que éste no se iniciaría si, antes de terminar el procedimiento de restauración, ésta se
llevase a efecto por el interesado voluntariamente.
Esta cuestión, derogado el ROGTU, no ha vuelto a tener una clara regulación, dado que no
existe alusión alguna en el TRLOTUP, respecto de si cabe iniciar el sancionador simultáneamente o
con carencia del de restauración de la legalidad, no obstante, de la lectura de alguno de sus artículos,
como el 278.3 denota que debe ser previo el de restauración de la legalidad. De otro lado, pensemos
que en el expediente de restauración de la legalidad es en el que se determina el ilícito y sus efectos,
cuestiones necesarias para poder determinar la conducta infractora y los parámetros que ésta
incumple para poder tipificar la sanción a imponer.
(aplicable al procedimiento administrativo sancionador), sin embargo, esta vía no ha obtenido éxito
dada la distinta naturaleza de uno y otro procedimiento, siendo compatibles y distintos.
El Tribunal Supremo, entre otras, en su Sentencia de 12 de julio de 2012 dejó dicho que: “La
coercibilidad de la norma urbanística se disocia así en estos dos mecanismos de protección
conectados entre sí y compatibles entre ellos pero perfectamente diferenciables y diferenciados, sin
que su dualidad infrinja, como es obvio, el principio» non bis in ídem» y sin que sea necesario esperar
a que concluya el primero para iniciar o tramitar el segundo”.
El artículo 276 del TRLOTUP establece que, el procedimiento sancionador, será el establecido
en la legislación general aplicable, por lo tanto, acudiremos a los principios generales de la potestad
sancionadora, en cuanto a que atañen a aspectos más orgánicos que procedimentales, regulados en
la Ley 40/2015, de Régimen Jurídico del Sector Público (en adelante LRJSP) y al procedimiento
administrativo común, así como las especialidades del sancionador, establecidos en la Ley 39/2015,
del Procedimiento Administrativo Común (en adelante LPAC).
Los principios generales del Derecho penal han servido para nutrir, sin perjuicio de las
debidas adaptaciones, el Derecho administrativo sancionador, artículos 25 y siguientes de la LRJSP.
Los principios más destacables son:
ello, el nuevo Título XI de la Ley Reguladora de la Bases del Régimen Local de 1985
(introducido en 2003) vino a paliar esta situación, regulando con carácter general, las
sanciones de competencia local. Así, las ordenanzas locales, pueden tipificar infracciones y
sanciones al amparo de esta Ley.
“1. Sólo podrán ser sancionadas por hechos constitutivos de infracción administrativa
las personas físicas y jurídicas, así como, cuando una Ley les reconozca capacidad de
obrar, los grupos de afectados, las uniones y entidades sin personalidad jurídica y
los patrimonios independientes o autónomos, que resulten responsables de los
mismos a título de dolo o culpa.
3. Cuando el cumplimiento de una obligación establecida por una norma con rango
de Ley corresponda a varias personas conjuntamente, responderán de forma
solidaria de las infracciones que, en su caso, se cometan y de las sanciones que se
impongan. No obstante, cuando la sanción sea pecuniaria y sea posible, se
individualizará en la resolución en función del grado de participación de cada
responsable.
4. Cuando lo justifique la debida adecuación entre la sanción que deba aplicarse con
la gravedad del hecho constitutivo de la infracción y las circunstancias concurrentes,
el órgano competente para resolver podrá imponer la sanción en el grado inferior.
1. Las infracciones y sanciones prescribirán según lo dispuesto en las leyes que las
establezcan. Si éstas no fijan plazos de prescripción, las infracciones muy graves
prescribirán a los tres años, las graves a los dos años y las leves a los seis meses; las
sanciones impuestas por faltas muy graves prescribirán a los tres años, las
impuestas por faltas graves a los dos años y las impuestas por faltas leves al año.
f) Concurrencia de sanciones (principio non bis in ídem): Nadie puede ser castigado dos
veces por los mismos hechos. Resultan particularmente importantes las relaciones entre las
sanciones penales y las administrativas. Si una conducta está tipificada como delito y encaja
también en un supuesto de infracción administrativa, tiene prioridad el proceso penal
debiendo la administración abstenerse de intervenir. Las sentencias penales de condena,
vinculan a la Administración, que no puede imponer una nueva sanción por los mismos
hechos. Si la sentencia es absolutoria porque los hechos no han existido o no pueden
imputarse al acusado, la Administración queda vinculada por el fallo y no cabe imponer
sanción administrativa alguna. En cambio, si absuelve por no producirse la adecuación a tipo
penal, puede proseguirse en vía administrativa. Regulado en el artículo 31 de la Ley 40/2015:
“1. No podrán sancionarse los hechos que lo hayan sido penal o administrativamente,
en los casos en que se aprecie identidad del sujeto, hecho y fundamento.
2. Cuando un órgano de la Unión Europea hubiera impuesto una sanción por los
mismos hechos, y siempre que no concurra la identidad de sujeto y fundamento, el
órgano competente para resolver deberá tenerla en cuenta a efectos de graduar la
que, en su caso, deba imponer, pudiendo minorarla, sin perjuicio de declarar la
comisión de la infracción.”
En los casos en los que sea posible la iniciación de un nuevo procedimiento por no haberse
producido la prescripción, podrán incorporarse a éste los actos y trámites cuyo contenido
se hubiera mantenido igual de no haberse producido la caducidad. En todo caso, en el
nuevo procedimiento deberán cumplimentarse los trámites de alegaciones, proposición de
prueba y audiencia al interesado.
Una de las principales novedades que trajo la Ley 39/2015, es que integra en el
procedimiento administrativo común, las particularidades del procedimiento sancionador y deroga el
antiguo Reglamento para el Ejercicio de la Potestad Sancionadora, aprobado por Real Decreto Real
Decreto 1398/1993, de 4 de agosto.
a) Actuaciones previas
Con anterioridad al inicio del procedimiento, el órgano competente podrá abrir un período
de información o actuaciones previas con el fin de conocer las circunstancias del caso concreto, y la
conveniencia o no de iniciar el procedimiento.
Las actuaciones previas serán realizadas por los órganos que tengan atribuidas funciones de
investigación, averiguación e inspección en la materia y, en defecto de éstos, por la persona u
órgano administrativo que se determine por el órgano competente para la iniciación o resolución
del procedimiento.
que deberá efectuarse dentro de los quince días siguientes a su adopción, el cual podrá ser objeto
del recurso que proceda.
En todo caso, dichas medidas quedarán sin efecto si no se inicia el procedimiento en dicho
plazo o cuando el acuerdo de iniciación no contenga un pronunciamiento expreso acerca de las
mismas.
De acuerdo con lo previsto en los dos apartados anteriores, podrán acordarse medidas
provisionales, en los términos previstos en la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil.
b) Iniciación
En ningún caso se podrá imponer una sanción sin que se haya tramitado el oportuno
procedimiento. No se podrán iniciar nuevos procedimientos de carácter sancionador por hechos o
conductas tipificadas como infracciones en cuya comisión el infractor persista de forma continuada,
en tanto no haya recaído una primera resolución sancionadora, con carácter ejecutivo.
Las denuncias deberán expresar la identidad de la persona o personas que las presentan, y el
relato de los hechos que se ponen en conocimiento de la Administración. Cuando dichos hechos
pudieran constituir una infracción administrativa, recogerán la fecha de su comisión y, cuando sea
posible, la identificación de los presuntos responsables.
Pago voluntario de la sanción: Una de las principales novedades que trajo la ley 39/2015, es
la relativa al pago voluntario de la sanción en cualquier momento anterior a la resolución final del
procedimiento. Para que se pueda hacer uso de esta opción, las reducciones deben estar
determinadas en la notificación de iniciación del procedimiento y, además, para que sean efectivas
deben ir acompañadas del desistimiento o renuncia a cualquier acción o recurso en vía
administrativa.
La Ley establece que se aplicarán reducciones de, al menos, el 20% sobre el importe de la
sanción propuesta. Por tanto, habrá que estar a lo que disponga cada norma sectorial para
determinar el importe de la reducción a aplicar.
Con carácter general, la LPACAP en su art. 82.2 regula el plazo del trámite de audiencia: “Los
interesados, en un plazo no inferior a diez días ni superior a quince, podrán alegar y presentar los
documentos y justificaciones que estimen pertinentes”. Y también es de significar que el legislador sí
ha concretado el plazo de alegaciones, igualmente con carácter general y, por tanto, aplicable a los
procedimientos sancionadores, cuando se aplique la tramitación simplificada del procedimiento: 5
días (art. 96.6.c).
Cuando en virtud de una norma sea preciso remitir el expediente electrónico, se hará de
acuerdo con lo previsto en el Esquema Nacional de Interoperabilidad y en las correspondientes
Normas Técnicas de Interoperabilidad, y se enviará completo, foliado, autentificado y acompañado
de un índice, asimismo autentificado, de los documentos que contenga. La autenticación del citado
índice garantizará la integridad e inmutabilidad del expediente electrónico generado desde el
momento de su firma y permitirá su recuperación siempre que sea preciso, siendo admisible que un
mismo documento forme parte de distintos expedientes electrónicos.
No formará parte del expediente administrativo la información que tenga carácter auxiliar o
de apoyo, como la contenida en aplicaciones, ficheros y bases de datos informáticas, notas,
borradores, opiniones, resúmenes, comunicaciones e informes internos o entre órganos o
entidades administrativas, así como los juicios de valor emitidos por las Administraciones Públicas,
salvo que se trate de informes, preceptivos y facultativos, solicitados antes de la resolución
administrativa que ponga fin al procedimiento.
Las personas designadas como órgano instructor o, en su caso, los titulares de las unidades
administrativas que tengan atribuida tal función serán responsables directos de la tramitación del
procedimiento y, en especial, del cumplimiento de los plazos establecidos.
Se acordarán en un solo acto todos los trámites que, por su naturaleza, admitan un impulso
simultáneo y no sea obligado su cumplimiento sucesivo
Las cuestiones incidentales que se susciten en el procedimiento, incluso las que se refieran a
la nulidad de actuaciones, no suspenderán la tramitación del mismo, salvo la recusación.
d) Instrucción
Fase en la que se llevan a cabo los actos de instrucción necesarios para la determinación,
conocimiento y comprobación de los hechos, en virtud de los cuales deba pronunciarse la
resolución, se realizarán de oficio y a través de medios electrónicos, por el órgano que tramite el
procedimiento, sin perjuicio del derecho de los interesados a proponer aquellas actuaciones que
requieran su intervención o constituyan trámites legal o reglamentariamente establecidos.
Cuando la Administración no tenga por ciertos los hechos alegados por los interesados, o la
naturaleza del procedimiento lo exija, el instructor del mismo acordará la apertura de un período de
prueba por un plazo, no superior a treinta días ni inferior a diez, a fin de que puedan practicarse
cuantas juzgue pertinentes. Asimismo, cuando lo considere necesario, el instructor, a petición de los
interesados, podrá decidir la apertura de un período extraordinario de prueba por un plazo no
superior a diez días.
El instructor del procedimiento sólo podrá rechazar las pruebas propuestas por los
interesados cuando sean manifiestamente improcedentes o innecesarias, mediante resolución
motivada.
Los hechos declarados probados por resoluciones judiciales penales firmes, vincularán a las
Administraciones Públicas respecto de los procedimientos sancionadores que substancien.
Los documentos formalizados por los funcionarios a los que se reconoce la condición de
autoridad y en los que, observándose los requisitos legales correspondientes, se recojan los hechos
constatados por aquéllos harán prueba de éstos, salvo que se acredite lo contrario. Cuando la
prueba consista en la emisión de un informe de un órgano administrativo, organismo público o
Entidad de derecho público, se entenderá que éste tiene carácter preceptivo. Cuando la valoración
de las pruebas practicadas pueda constituir el fundamento básico de la decisión que se adopte en el
procedimiento, por ser pieza imprescindible para la correcta evaluación de los hechos, deberá
incluirse en la propuesta de resolución.
En los casos en que, a petición del interesado, deban efectuarse pruebas cuya realización
implique gastos que no deba soportar la Administración, ésta podrá exigir el anticipo de los mismos,
a reserva de la liquidación definitiva, una vez practicada la prueba. La liquidación de los gastos se
practicará uniendo los comprobantes que acrediten la realidad y cuantía de los mismos.
Una vez concluida la instrucción del procedimiento, el órgano instructor formulará una
propuesta de resolución que deberá ser notificada a los interesados (trámite esencial). La
propuesta de resolución deberá indicar la puesta de manifiesto del procedimiento y el plazo para
formular alegaciones, y presentar los documentos e informaciones que se estimen pertinentes.
e) Resolución
La resolución que ponga fin al procedimiento será ejecutiva cuando no quepa contra ella
ningún recurso ordinario en vía administrativa, pudiendo adoptarse en la misma las disposiciones
cautelares precisas para garantizar su eficacia en tanto no sea ejecutiva y que podrán consistir en el
mantenimiento de las medidas provisionales que, en su caso, se hubieran adoptado.
a) Haya transcurrido el plazo legalmente previsto sin que el interesado haya interpuesto
recurso contencioso administrativo.
b) Habiendo el interesado interpuesto recurso contencioso-administrativo:
No se fija un plazo máximo para resolver: una de las cuestiones más importantes a destacar
de la resolución es que la Ley no ha fijado un plazo para la tramitación del procedimiento
sancionador por lo que, si las leyes reguladoras específicas no fijan un plazo máximo, este será de
tres meses y tramitar un expediente sancionador en este plazo, debiendo notificar una propuesta
de resolución, es prácticamente imposible.
Los actos administrativos que pongan fin a la vía administrativa, podrán ser recurridos
potestativamente en reposición ante el mismo órgano que los hubiera dictado o ser impugnados
directamente ante el orden jurisdiccional contencioso-administrativo, de conformidad con los
artículos 123 y siguientes de la LPACAP.
El plazo para la interposición del recurso de reposición será de un mes, si el acto fuera
expreso. Transcurrido dicho plazo, únicamente podrá interponerse recurso contencioso-
administrativo, sin perjuicio, en su caso, de la procedencia del recurso extraordinario de revisión.
El plazo máximo para dictar y notificar la resolución del recurso será de un mes y contra la
resolución de un recurso de reposición no podrá interponerse de nuevo dicho recurso.
Es decir, contra la Resolución, que pone fin a la vía administrativa, puede interponerse
alternativamente:
Frente a la Agencia Valenciana de Protección del Territorio, asimismo, únicamente cabe recurso
de reposición, en virtud del artículo 25.2 del Decreto 52/2021, de 9 de abril, del Consell, de
aprobación de los estatutos de la Agència Valenciana de Protecció del Territori.
El art. 286 del TRLOTUP, establece cuáles serán las Administraciones competentes en disciplina
urbanística distinguiendo entre la municipal y la autonómica:
Serán competencias propias de los municipios (salvo cuando la Ley establezca que su ejercicio
corresponde a la comunidad autónoma en régimen concurrente o exclusivo) el ejercicio de:
La potestad sancionadora (incluso imponer multas cuya cuantía supere los importes
previstos en la legislación de régimen local).
g) Competencias de la Generalitat
2. NORMATIVA APLICABLE
El Decreto Legislativo 1/2021, de 18 de junio, del Consell por el que se aprueba el texto
refundido de la Ley de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Paisaje, de la Comunitat Valenciana:
3. INFRACCIONES Y SU CLASIFICACIÓN
El artículo 265 del TRLOTUP, clasifica las infracciones en muy graves, graves y leves.
Son igualmente infracciones muy graves Son igualmente infracciones graves el incumplimiento
las parcelaciones ilegales en suelo culpable por el agente urbanizador de los
pendiente de programación o respecto al compromisos asumidos con la administración o
que el planeamiento no autorice su propietarios, salvo incumplimiento de plazos no superior
urbanización. a 1/3 del establecido.
o Multa, cuya cuantía se gradúa en la Ley. En todo caso, no cabrá que el coste de las
actuaciones de reposición resulte inferior al beneficio obtenido con la actividad
ilegal por lo que, en estos casos, se incrementará el importe de la multa para que
no exista beneficio alguno para la persona infractora, de conformidad con lo
establecido en el artículo 267.3
i) Infracciones conexas
En los supuestos en que se instruyera expediente sancionador, por dos o más infracciones
tipificadas entre las que exista relación de causa a efecto, se impondrá una sola sanción, que será
la que corresponda a la más grave en su cuantía máxima. En los demás casos, a los responsables
de dos o más infracciones urbanísticas, se le impondrán las multas correspondientes a cada una
de las diversas infracciones cometidas.
También procederá la imposición de una única sanción, pese a la existencia de varias infracciones
urbanísticas concurrentes, cuando una de ellas haya sido medio imprescindible para cometer la
otra, o cuando de la comisión de una derive necesariamente la de otras. En estos casos se
impondrá la sanción más grave de las que correspondan a las diversas infracciones urbanísticas
cometidas, y dentro de los márgenes establecidos legalmente para ella.
El legislador establece una regla de cuantía variable, para las multas a imponer por ejecución de
obras o instalaciones realizadas sin licencia u orden de ejecución , según veremos en el apartado
siguiente, y deja en una especie de cajón de sastre o resto, a “Las demás infracciones
urbanísticas”, que serán sancionadas conforme a la horquilla de importes siguiente, por lo que, si
todas las obras, instalaciones y/o usos realizados sin licencia se encuadran en la regla variable, por
contradicción, hemos de entender que esta primera regla que limita el importe de las sanciones,
sólo podrá ser utilizada para aquellas obras o instalaciones que no se ajustan a la licencia u orden
de ejecución otorgada:
a) Las leves, con multa de 300,00 hasta 3.000,00 €.
b) Las graves, se sancionarán con multa de 3.001,00 a 30.000,00 €.
c) Las muy graves, se sancionarán con multa de 30.001,00 a 1.500.000,00 €.
Cuando la suma de la sanción impuesta y del coste de las actuaciones de reposición de los bienes y
situaciones a su primitivo estado, arrojase una cifra inferior al beneficio obtenido con la actividad
ilegal, se incrementará la cuantía de la multa hasta alcanzar el valor del mismo. En ningún caso, la
infracción urbanística puede suponer un beneficio económico para el infractor.
En los casos en que la restauración del orden urbanístico infringido no exigiere actuación material
ninguna, la sanción que se imponga al infractor no podrá ser inferior al beneficio obtenido con la
actividad ilegal.
Actuaciones ilegales en suelos protegidos : Realizar en terrenos destinados por el planeamiento a zonas
Del 100 al 200 % del valor de las obras ilegales ejecutadas, con un
verdes, espacios libres, dotaciones y equipamientos públicos, o en ámbitos de suelo no urbanizable sujetos
mínimo de 3.000,00 €.
a protección, obras, instalaciones o acciones que incumplan las normas relativas al uso y a la edificación
Del 20 al 30 % del valor en venta de los lotes fraccionados. Se
MUY GRAVE
impondrá en su cuantía máxima si la división realizada lesiona el valor
Parcelaciones en el suelo no urbanizable o en el suelo urbanizable sin programación: Quienes realicen
específico que, en su caso, proteja el ordenamiento urbanístico. En
parcelaciones urbanísticas ilegales en el suelo no urbanizable o en el suelo urbanizable sin programación,
cualquier caso, el importe de la multa no será nunca inferior a la
tipificadas muy graves, o quienes las autoricen,
diferencia entre el valor inicial y el de venta de la parcela
correspondiente.
Infracciones en materia de edificación: Realizar obras de edificación que no correspondan con el uso del
suelo en el que se ejecuten, o que superen la ocupación permitida de la parcela o solar, o la altura, la
superficie o volumen edificables, o que incumplan los retranqueos a linderos o que superen el
aprovechamiento resultante del planeamiento. Entre otras, las siguientes:
a) La realización de acciones constructivas o no constructivas en contra del uso, destino y naturaleza que
corresponda al suelo en el que se ejecuten.
b) El incumplimiento del aprovechamiento urbanístico fijado en el planeamiento.
c) El exceso de edificación sobre la permitida por el planeamiento. Del 25 al 50% del valor de la obra ilegal ejecutada, Con un mínimo de
d) La edificación de sótanos, semisótanos, áticos o entreplantas no permitidos por el planeamiento. 600,00€.
e) El exceso sobre la altura determinada en el planeamiento.
f) El incumplimiento de las reglas de distancia de las edificaciones entre sí y en relación con las vías públicas,
espacios libres y linderos.
g) La edificación en parcelas cuya superficie sea inferior a la establecida como mínima edificable. En este
caso, la multa se graduará en función de la mayor o menor desproporción que exista entre la superficie de
la parcela edificada y la superficie de la parcela mínima según el plan.
h) La demolición de edificaciones no permitida por el planeamiento urbanístico.
i) Ejecución de obras prohibidas en edificios calificados fuera de ordenación.
Actuación en edificios catalogados:
a) Arruinar o destruir ilegalmente un edificio catalogado.
b) La destrucción o deformación en cualquier otra forma, total o parcialmente, de construcciones, edificios
Del 25 al 50% del valor del suelo. Mínimo 600 €
y otros inmuebles objeto de protección especial por el planeamiento urbanístico por su carácter
monumental, histórico, artístico, arqueológico, cultural, típico o tradicional, o, en su caso, del daño
GRAVES
producido al bien protegido.
C) La realización de construcciones en lugares inmediatos o en inmuebles que formen parte de un grupo de
edificios de carácter histórico-artístico, arqueológico, típico o tradicional que, infringiendo las Del 25 al 50% del valor de la obra ejecutada. Mínimo 600 € . En
correspondientes normas o régimen jurídico de protección, quebranten la armonía del grupo o produzcan ambos casos, e importe de la multa no podrá ser inferior al 50% del
el mismo efecto en relación con algún edificio de gran importancia o calidad de los caracteres indicados. La valor de la parte de la edificación arruinada o destruida.
graduación de la multa se realizará en atención al carácter grave o leve de la afectación producida.
Otras infracciones:
El incumplimiento de las obligaciones legales o compromisos asumidos mediante convenio urbanístico para
Conforme a lo previsto en el Convenio
la ejecución del planeamiento se sancionará conforme a lo previsto en el convenio.
Los propietarios que no efectuaren la inspección periódica de construcciones, estando obligados
De 600 a 6.000,00 €
legalmente a ello.
Realizar división de terrenos o parcelaciones urbanísticas en zona urbana que contradigan las
Del 10 al 15% del valor de los terrenos afectados. Mínimo 600,00 €
determinaciones de la ordenación urbanística
A las compañias suministradoras de servicios por otorgar éstos incumpliendo sus obligaciones. Se presume
que se presta servicio cuando la compañía percibe contraprestación del usuario aunque no se haya De 6.000 a 60.000,00 €
formalizado contrato o acuerdo alguno entre aquella y el perceptor del servicio.
Alterar el uso a que estuviese destinado el inmueble, por el planeamiento urbanístico. Del 25 al 50% del valor del edificio, planta o local. Mínimo 600,00 €.
Del 25 al 50% del valor de las obras. Mínimo 600,00 €. En suelo
Urbanizar e implantación de servicios sin la correspondiente autorización urbanística, en suelo no ubanizable o con programa aprobado, la sanción será del 50 al 100%
urbanizable. del valor de la obra ejecutada, salvo que fuere posible la legalización
en cuyo caso, será del 5% de la obra ejecutda.
Del 2 al 6% del valor de la obra o instalación ejecutada, con un
Actuaciones sin licencia legalizables y otras infracciones
mínimo de 300,00 €.
Del 2 al 6% del valor de los terrenos afecados por las parcelaciones,
Parcelaciones que, sin contradecir el planeamiento en vigor, se realicen sin título habilitante.
con un mínimo de 300,00 €.
LEVES
Llevar a cabo sin licencia cierres y vallados de fincas.
Del 1 al 5% de su valor, con un mínimo de 300,00 €.
Las compañías de suministros y servicios que incumplan los requerimientos de información sobre la
Del 600,00 a 3.000,00 €.
prestación de sus servicios por la autoridad competente para el mantenimiento de la disciplina urbanística.
a) Reincidir. Existe reincidencia cuando se comete una infracción del mismo tipo que la que
motivó una sanción anterior, en el plazo de los cuatro años siguientes a la notificación de ésta;
en tal supuesto, se requerirá que la resolución sancionadora haya adquirido firmeza.
b) Utilizar violencia o cualquier otro tipo de coacción sobre la autoridad o funcionario público,
encargado del cumplimiento de la legalidad urbanística, o mediar soborno.
c) Alterar los supuestos de hecho que presuntamente legitiman la actuación, o falsificar los
documentos en que se acredita el fundamento legal de la actuación.
d) Realizarla aprovechándose o explotando en su beneficio una grave necesidad pública, o del
particular o particulares, que resultaron perjudicados.
e) Resistirse a las órdenes emanadas de la autoridad relativas a la defensa de la legalidad
urbanística o su cumplimiento defectuoso.
f) Iniciar las obras sin orden escrita del técnico director y las modificaciones que aquel
introdujere en la ejecución del proyecto, sin instrucciones expresas de dicho técnico, cuando
tales variaciones comporten una infracción urbanística, quedando exento de responsabilidad el
empresario constructor en todos aquellos casos en que justifique, suficientemente, haberse
atenido a las instrucciones recibidas de la dirección facultativa de la obra.
g) Haberse prevalido, para cometerla, de la titularidad de un oficio o cargo público, salvo que el
hecho constitutivo de la infracción haya sido realizado, precisamente, en el ejercicio del deber
funcional propio del cargo u oficio.
h) No haber procedido a la suspensión de las obras tras la inspección y pertinente advertencia
del agente de la autoridad.
Las multas que se impongan a los distintos grupos de responsables por una misma
infracción tendrán entre sí carácter independiente. Si la condición de promotor, constructor o
director de la obra recayera en dos o más personas, el importe de la multa, dentro de cada uno de
estos grupos, se distribuirá entre ellas en proporción a su grado de participación en la comisión de
la infracción, o a partes iguales, si ello no pudiera determinarse.
La base para el cálculo de las multas consistentes en un porcentaje del valor de la obra o
instalación ejecutada estará integrada por el coste de los materiales o de la instalación y el de su
Cuando, con posterioridad a la imposición de la multa, pero antes del inicio del
procedimiento de apremio, la persona obligada proceda voluntariamente a la completa reposición
de la realidad física ilegalmente alterada y a la reparación de los posibles daños causados, la
administración actuante condonará la multa en el 50 % de su cuantía.
8. SUJETOS RESPONSABLES
Serán sujetos responsables todas las personas físicas o jurídicas que incurran en infracción
urbanística en sus conductas, obras, actuaciones o bien mediante el incumplimiento de sus
obligaciones o de las órdenes de las que sean destinatarios.
Las personas jurídicas serán sancionadas por las infracciones urbanísticas cometidas por sus
órganos y agentes y asumirán el coste de las medidas de reparación del orden urbanístico
vulnerado, sin perjuicio de la responsabilidad que, en su caso, corresponda a sus gestores.
Transcurrido el plazo máximo para resolver sin que se dictase resolución, se entenderá
caducado el procedimiento. En el supuesto de que la infracción no hubiese prescrito, deberá
iniciarse un nuevo procedimiento sancionador.
8
https://blog.sepin.es/2020/10/restablecimiento-legalidad-urbanistica-sancionador/: La cuestión
que había llegado, apreciando interés casacional para la fijación de doctrina, al Tribunal Supremo y
que dio origen a este relevante fallo fue la siguiente:
En el caso de la normativa de Castilla y León (art. 358 del Reglamento de Urbanismo de Castilla y
León – SP/LEG/5508-), sí se prevé un plazo para resolver el procedimiento sancionador (6 meses)
sin embargo la norma no establece plazo máximo para resolver el de restablecimiento de la
legalidad urbanística;
Como ya adelantaba, el Tribunal Supremo estima el recurso y casa la sentencia del TSJ castellano
leonés, rechazando esa comunicación de plazos entre sendos procedimientos independientes
(incluso tramitados en un único expediente) además, afirma, que ese plazo de 3 meses para
solicitar la licencia, tal y como está regulado en el artículo 343.3 del Reglamento de Urbanismo de
Castilla y León, solo tiene lugar después de finalizado el procedimiento de restauración con la
declaración de posibilidad de legalización.
Las sanciones graves y muy graves prescriben a los cuatro años, y las leves al año.
La LPACAP regula con carácter primordial los derechos del interesado en el procedimiento
administrativo. Así, cabe destacar que se tendrá derecho a conocer, en cualquier momento, el
estado de tramitación de los procedimientos y consultar dicha información en el Punto de Acceso
General electrónico de la Administración que funcionará como un portal de acceso. También, a
identificar a las autoridades y al personal al servicio de las Administraciones Públicas bajo cuya
responsabilidad se tramiten los procedimientos y a no presentar documentos originales salvo que,
de manera excepcional, la normativa reguladora aplicable establezca lo contrario, incluso a no
presentar datos y documentos no exigidos por las normas aplicables al procedimiento de que se
trate, que ya se encuentren en poder de las Administraciones Públicas o que hayan sido elaborados
por éstas. También a cumplir las obligaciones de pago a través de los medios electrónicos. Se
destaca que, en los procedimientos administrativos de naturaleza sancionadora, los presuntos
responsables tendrán derecho a ser notificados de los hechos que se le imputen, de las
infracciones que tales hechos puedan constituir y de las sanciones que, en su caso, se les
pudieran imponer, así como de la identidad del instructor, de la autoridad competente para
imponer la sanción y de la norma que atribuya tal competencia.
2. Jurisdicción y competencia.
El art. 1º de la LJCA, en relación con el Artículo 8, nos indica que serán los Juzgados de lo
Contencioso-administrativo los que conocerán, en única o primera instancia según lo dispuesto en
esta ley, de los recursos que se deduzcan frente a los actos de las entidades locales o de las
entidades y corporaciones dependientes o vinculadas a las mismas, excluidas las impugnaciones
de cualquier clase de instrumentos de planeamiento urbanístico. Por lo tanto, el órgano
jurisdiccional competente para interponer el recurso frente a la sanción administrativa urbanística
será el Juzgado de lo Contencioso-administrativo.
Lo anterior siempre que el importe de la multa no sea superior a 60.000 euros, pues si
supera esta cuantía, para el recurso será competente el Tribunal Superior de Justicia en el que
tenga su sede el órgano que ha dictado el acto,
Una cuestión interesante es recordar, que en este tipo de contencioso no se recurre frente
a la inactividad administrativa prevista en el artículo 29 de la LJCA, pues pensemos que el
inculpado nunca va a exigir de la administración que le sancione y que, al contrario de lo que
ocurre con el expediente de restauración de la legalidad urbanística en el que por ejemplo, el
vecino puede exigir de la administración la demolición de las obras que denunció y que le
perjudican, no tiene por el contrario legitimación activa para venir a exigir que se le sancione,
pues como ya ha dicho el Tribunal Constitucional (Sentencia 42/2009, de 23 de febrero), la
potestad sancionadora no está al servicio de la inquina personal.
A tal fin deviene necesario traer a colación la STS de 16 de diciembre de 2008 (Rec.
6339/2004) dictada respecto de una resolución del Director de la Agencia Española de Protección
de Datos que acordó el archivo de un procedimiento incoado en virtud de una denuncia
formulada por los recurrentes, y que apreció tal falta de legitimación activa, al no justificar dichos
actores que ni la apertura del expediente disciplinario ni la sanción de la entidad denunciada
pudieran producir un efecto positivo en la esfera jurídica de los mismos, o eliminar una carga o
gravamen en esa esfera.
4. Postulación.
Habrá que citar el precepto que indique que el acto que se recurre ha puesto fin a la vía
administrativa (el precepto general es el art. 109 de la Ley 30/92, de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común).
6. Tipo de procedimiento.
B) Prescripción de la infracción.
C) Error en la tipificación de la infracción.
D) Caducidad del expediente sancionador.
E) Indefensión generada en el expediente sancionador.
F) Que se hayan otorgado los dos trámites de audiencia que indica la LPACAP (frente a la
incoación y tras la redacción de la propuesta de resolución).
G) Prórrogas no justificadas y motivadas en la tramitación del expediente.
H) Errores en la práctica de las notificaciones practicadas.
I) Valoración económica de las obras e instalaciones.
J) No apreciación de atenuantes.
K) Vulneración de los principios de la potestad sancionadora.
Sin embargo, habitualmente en esta clase de procedimientos, las pruebas más habituales se
circunscriben a los apartados 2, 3 y 4.
9. El petitum de la demanda.
Las pretensiones de las partes son el verdadero objeto del procedimiento contencioso-
administrativo. Demandante y demandado formulan sus pretensiones en el escrito de demanda y
en el escrito de contestación, respectivamente. A tales pretensiones habrá de atenerse el órgano
jurisdiccional a la hora de dictar sentencia, de acuerdo con el principio de congruencia.
Para acabar, las partes podrán solicitar la condena en costas, consistente en el abono de los
gastos procesales que suponga el propio proceso para la parte contraria.
ejecución del acto administrativo sancionador, y mucho menos aportado un principio de prueba,
debe denegarse la suspensión.
“La lectura del auto de la Sala de instancia sugiere la configuración de una doctrina
general aplicable a todos los casos en los que se imponga una sanción administrativa -no
sólo tributaria-, pues en el mismo no hay dato alguno ni valoración alguna particularizada
respecto del caso concreto. La tesis que se recoge en el mismo es predicable de toda sanción
administrativa cuya suspensión se solicita en sede jurisdiccional y cuya formulación no es
otra que la suspensión automática sin fianza en sede jurisdiccional de cualquier sanción
administrativa -no sólo tributaria- pecuniaria. Así es, se prescinde de analizar la
concurrencia o no del " periculum in mora", presupuesto esencial para la adopción de la
medida cautelar, puesto que si con esta se pretende asegurar la eficacia de la resolución
que ponga fin al proceso, evitando que el transcurso del tiempo ponga en peligro el
cumplimiento de la resolución de terminación del mismo, esto es, " asegurar la efectividad
de la sentencia " (artículo 129 de la LJCA), el " periculum in mora ", se erige como
presupuesto esencial para la adopción de la medida cautelar, al tener que tomar en
consideración, en la decisión cautelar, que " la ejecución del acto o la aplicación de la
disposición pudieran hacer perder su finalidad legítima al recurso ". Presupuesto esencial
pero no único, sino que debe añadirse que debe ponderarse también el criterio del fumus
boni iuris, en el que sí tendría cabida la valoración jurídica de la sanción impuesta, con las
limitaciones propias de esta pieza incidental, desde la perspectiva de la insuficiencia de
prueba de cargo suficiente -presunción de inocencia- o la exigencia de culpabilidad,
piénsese en una sanción impuesta de plano, sin haber seguido procedimiento alguno o
derivada de una simple responsabilidad objetiva. Y por último, debe exigirse la valoración
circunstanciada de los intereses en conflicto, por su parte, es, en este sentido, adicional o
suplementario al de la pérdida de la finalidad legítima del recurso, como tantas veces
hemos señalado, por todas la Sentencia de esta Sala de 10 de noviembre de 2003 (recurso
de casación n.º 5648/2000) destacando que el criterio de ponderación de los intereses
concurrentes es complementario del de la pérdida de la finalidad legítima del recurso y ha
sido destacado frecuentemente por la jurisprudencia: "al juzgar sobre la procedencia (de la
suspensión) se debe ponderar, ante todo, la medida en que el interés público exija la
ejecución, para otorgar la suspensión, con mayor o menor amplitud, según el grado en que
el interés público esté en juego".