es preciso establecer que desde el 3 de febrero 2006 la
República Dominicana cuenta con una ley sobre Salud Mental: la ley 12-06. Esta ley, surge para regular el derecho a una mejor atención en materia de salud mental, tras considerarla una parte integral del bienestar físico, psicológico y social, y que como tal amerita la elaboración de políticas de Estado. Con este objeto claro, y, entendiendo la salud mental como un bien público que debe ser promovido y protegido por el Estado, la ley crea una Subsecretaría de Estado de Salud Mental para la formulación y ejecución de políticas en esta materia, la cual designa como autoridad encargada de la aplicación de la ley. La ley 12-06, conformada por 83 artículos, busca que la salud mental sea garantizada a todas las personas, sin discriminación alguna, incluso aunque estén cumpliendo penas de prisión, sean detenidas o investigadas. En este contexto, establece la asistencia primaria en salud mental para evitar el desencadenamiento de la alteración mental y en los casos de trastornos procurar la rehabilitación y la reinserción familiar. Por lo que, ante el contenido de la ley 12-06, podemos establecer que la República Dominicana cuenta con una normativa que regula aquellos aspectos sobre los cuales se procura la atención mundial al celebrar un día para la salud mental. Una ley, por demás interesante que reconoce los derechos de las personas que sufren alguna alteración mental, estando o no en tratamiento y/o internamiento Se crea el Colegio Dominicano de Psicólogos (CODOPSI). El ejercicio de la profesión de psicólogo en la República Dominicana queda regido por la presente ley y por el Código de Ética y Disciplina del Colegio Dominicano de Psicólogos (CODOPSI). Art. 2. Se define como ejercicio de la profesión de psicólogo la utilización del conocimiento adquirido mediante el estudio científico de los procesos cognitivos y del comportamiento humano y animal, tanto en la realización de trabajos de investigación y de docencia, como en la prestación de servicios profesionales a personas físicas y/o morales, en cualesquiera de sus áreas especializadas. Art. 3. Sólo pueden ejercer la profesión de psicólogo en el territorio nacional las personas graduadas en esta disciplina, en el país o en el extranjero, con un nivel académico, por lo menos de licenciatura, siempre que los títulos de las personas graduadas en el extranjero sean revalidados y/o reconocidos por una universidad de la República Dominicana que otorgue el título de licenciado en psicología y que las mismas cumplan con las leyes y reglamentos que rigen la materia. Párrafo I. Para el ejercicio de la psicología clínica se requerirá, además, haber completado estudios de post-grado en esa área con un nivel académico, por lo menos de especialista, expedido y/o revalidado por una universidad dominicana debidamente autorizada por los organismos competentes; y estar inscrito en el CODOPSI como psicólogo clínico. Los profesionales de la psicología que, al momento de promulgarse la presente ley se encuentren en pleno derecho de ejercer la psicología y no cumplan con este requisito, tienen un plazo máximo de cinco (5) años para realizar los estudios de especialidades. Párrafo II. Para que los profesionales de otras áreas ejerzan la psicología clínica es imprescindible que tengan el título de especialidad en psicología a un nivel de doctorado. Para las demás áreas se requiere un título en el ámbito de maestría. Párrafo III. Los profesionales de otras áreas que realicen estudios de especialidad en psicología sólo quedan autorizados a ejercer como especialistas en esa área. Párrafo IV. Quedan exceptuados de las presentes disposiciones los psicólogos graduados en el extranjero, debidamente autorizados a ejercer la profesión de psicólogos en su país de residencia, que sean contratados como docentes o consultores técnicos, para realizar servicios específicos por tiempo determinado, por personas físicas o morales, pública o privada, nacionales e internacionales. En el caso de las instituciones públicas y autónomas del Estado, se deberá consultar al Colegio Dominicano de Psicólogos (CODOPSI), antes de concertar el contrato. Dichas instituciones estarán en obligación de informar al CODOPSI su decisión al respecto. Cuando se trate de personas e instituciones privadas, esta contratación deberá estar sujeta a la aprobación previa del CODOPSI, en el caso de que en el país no hubiere personal calificado disponible. Art. 4. Para ejercer la profesión de psicólogo en el país, es necesario que la persona titulada, esté o no colegiada, cumpla los requisitos siguientes: a) Estar amparada en un exequátur expedido por el Poder Ejecutivo; b) Estar registrada en el Colegio Dominicano de Psicólogos (CODOPSI); y c) Tener residencia permanente en el país. Párrafo. Los psicólogos sólo podrán depositar la solicitud de exequatur en el Colegio Dominicano de Psicólogos (CODOPSI) quien, a su vez, lo tramitará al Poder Ejecutivo, vía la Secretaría de Estado correspondiente. Art. 5. Para prestar servicios como psicólogo en la administración pública o en las instituciones autónomas del Estado, es obligatoria la celebración de un concurso público con la participación del CODOPSI, con derecho a voz y a voto, tanto en la elaboración de los términos del concurso, como en la elección de los candidatos. Se exceptúan de este concurso los puestos puramente administrativos.