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Fisher y Wicksell
Fisher y Wicksell
“La división de la economía en teoría del valor y la distribución por una parte y teoría
del dinero por la otra, es, en mi opinión, una separación falsa. Sugiero que la dicotomía
correcta es entre la teoría de la industria o firma individual y las remuneraciones y
distribución de una cantidad dada de recursos entre diversos usos por una parte y la
teoría de la producción y la ocupación en conjunto por la otra”
“Ya tenemos una teoría para explicar los determinantes de nivel general de precios de
la economía. Esta teoría tiene tres elementos: 1. Los factores de producción y la
función de producción determinan el nivel de producción Y; 2. La oferta monetaria M,
determina el valor nominal de la producción PY. Esta conclusión se desprende de la
ecuación cuantitativa y del supuesto de que la velocidad del dinero se mantiene fija; 3.
El nivel de precios, P, es el cociente entre el valor nominal de la producción, PY, y el
nivel de producción, Y. En otras palabras, la capacidad productiva de la economía
determina el PIB real; la cantidad de dinero determina el PIB nominal; y el deflactor del
PIB es el cociente entre el PIB nominal y el real. Esta teoría explica lo que ocurre
cuando el banco central altera la oferta monetaria. Como la velocidad se mantiene fija,
cualquier variación de la oferta monetaria provoca una variación proporcional del PIB
nominal. Como los factores de producción y la función de producción ya han
determinado el PIB real, la variación del PIB nominal debe representar una variación del
nivel de precios. Por lo tanto, la teoría cuantitativa implica que el nivel de precios es
proporcional a la oferta monetaria. Como la tasa de inflación es la variación porcentual
del nivel de precios, esta teoría del nivel de precios es también una teoría de la tasa de
inflación (…) Por consiguiente, la teoría cuantitativa establece que el banco central,
que controla la oferta monetaria, tiene el control último de la tasa de inflación. Si el
banco central mantiene estable la oferta monetaria, el nivel de precios se mantiene
estable. Si eleva rápidamente la oferta monetaria, el nivel de precios sube
rápidamente”
II
“En toda compra-venta el dinero y las mercancías son equivalentes ipso facto; por
ejemplo, el dinero pagado por el azúcar, es equivalente a la cantidad de azúcar
comprada. En el conjunto de cambios de un año, el total de la moneda pagada tiene un
valor igual al valor total de los bienes comprados. Tenemos una ecuación con dos
miembros, de un lado el dinero, del otro los bienes. El lado del dinero es la cantidad de
moneda pagada y que puede ser considerada como el producto de la cantidad de
moneda por su velocidad de circulación. El lado de los bienes se compone del producto
de la cantidad de bienes por sus precios respectivos”
MV = ∑PiQi
A esta formulación, que ya está implícita en el análisis clásico, Fisher la introduce dos
modificaciones. Reemplaza los precios individuales por un índice ponderado de precios
P y todas las cantidades por un volumen global de transacciones T. Adicionalmente,
introduce otra forma de dinero además del efectivo: los depósitos bancarios
transferibles de una cuenta a otra. M´ es el volumen de esos depósitos y V´ su
velocidad de circulación. Se obtiene así la conocida ecuación de cambios:
MV + M´V´ = PT
Esta es una identidad evidente que nadie pone en duda. Para pasar de esa identidad a
una teoría del valor de la moneda es preciso establecer las relaciones que existen entre
sus términos.
En primer lugar M´ también se duplica. Según Fisher la relación M´/M está determinada
por las prácticas bancarias y es estable. Los bancos mantienen una relación constante
entre el volumen de depósitos y sus reservas de efectivo y los agentes económicos
también mantienen una relación estable entre sus operaciones en efectivo y sus
operaciones mediante depósitos.
“el nivel corriente de los negocios depende de la abundancia más o menos grande de
recursos naturales y del desarrollo más o menos avanzado de las condiciones técnicas
de producción”[10]
Fisher consideró que para el caso de una economía abierta y bajo patrón oro estricto,
es decir, con tipos de cambio fijos, el alza de P tendría un efecto sobre M. Al elevarse
los precios la balanza comercial del país se hace deficitaria lo que dará lugar a
exportaciones de oro y plata reduciéndose por tanto la cantidad de efectivo, M. Esto
hará que los precios se reduzcan en el país al tiempo que aumentan en el extranjero.
Este es el mecanismo de ajuste de la balanza comercial, ya expuesto por Hume, que de
forma alguna invalida las conclusiones de la teoría cuantitativa.
Fisher admite, era muy bien economista para no hacerlo, la existencia de efectos
transitorios que se producen antes de que se produzcan los efectos duraderos y de
largo plazo. Cuando aumenta la cantidad de dinero:
“Decir que la tasa de interés es del 4% significa que una cantidad de bienes que este
año valen $ 100 equivale a una cantidad de bienes que el año próximo tendrán un
valor de $ 104. En esta formulación se observa que los ´bienes´ no están expresados
en sus propias unidades – libras, metros, galones, etc. – sino en términos de una
medida de valor. Usualmente, el dinero es la medida de valor adoptada. Esas sumas de
dinero, $ 100 y $ 104, se cambian nominalmente, pero en realidad son solo las
medidas de los ´bienes´ que se intercambian. Cuando un hombre presta $ 100 este
año con el propósito de obtener $ 104 el año siguiente, lo que él está sacrificando no
son cien dólares de dinero sino una cantidad de bienes como alimentos, ropa, libros o
viajes que tienen un valor de $ 100 con el propósito de obtener un año más tarde cierta
cantidad de bienes que él desea y que tendrán un valor de $ 104. El hecho de que
ambos conjuntos de bienes están expresados en dinero introduce un factor monetario
en el problema del interés. El interés entendido como la prima por el intercambio entre
el valor monetario de unos bienes presentes y el valor monetario de unos bienes
futuros; no es por tanto un asunto sólo de bienes sino también un asunto monetario”.
Supongamos que alguien presta a otra persona 100 kilos de papas con el compromiso
de recibir un año más tarde 110 kilos de papas. La tasa de interés asociada a esta
transacción será del 10% y la podemos llamar “tasa de interés-papa” porque está
expresada en las mismas unidades del bien transado. Si todos los bienes se prestaran
en especie tendríamos tantas tasas de interés como bienes existen: tasa de interés
trigo, tasa de interés casas, etc. Keynes le dio el nombre de “tasa de interés propia” a
la tasa de interés de un bien medida en términos de sus propias unidades. Las
llamaremos con Fisher tasas de interés reales.
Supongamos ahora que el precio del barril de petróleo se incrementa en 20%. En ese
caso, $ 100 equivalen hoy a 100 barriles de petróleo y $ 110*1,2 equivalen 110 barriles
de petróleo un año después.
i = r + ṗ + r* ṗ
“…frecuentemente los economistas van demasiado lejos cuando suponen que las leyes
económicas deducidas para una economía de trueque, pueden aplicarse sin
calificaciones a las condiciones efectivas de la economía en las cuales la moneda
interviene prácticamente en todos los intercambios y las inversiones o transferencias
de capital. La máquina ideal funcionando sin fricciones y sin lubricante no se ha
inventado todavía.”
“Que una cantidad grande o pequeña de dinero puedan asegurar el desarrollo del
mismo nivel de actividad si el precio de los bienes se eleva o se reduce
proporcionalmente a esa cantidad es una cosa. Otra cosa es mostrar por qué tal
cambio en los precios debe seguir siempre a un cambio en la cantidad de dinero y
describir cómo se produce eso”
Como muchos de sus contemporáneos, Wicksell se interesa por los efectos sobre la
actividad económica del desarrollo del sistema bancario de reservas fraccionadas que
permite la expansión de la oferta monetaria y del crédito de forma casi ilimitada.
“El uso o el abuso de la moneda puede influenciar muy activamente los intercambios y
las transacciones de capital. Por medio del dinero, por ejemplo por el establecimiento
del papel moneda, es posible – y en realidad eso ocurre muy frecuentemente – destruir
grandes volúmenes de capital y llevar la vida económica de una sociedad a una
confusión desesperante. Por otra parte, con un uso racional de la moneda es posible
promover activamente la acumulación de capital real y la producción en general. No
significa esto que la moneda y el crédito sean un sustituto del capital real; pero con su
ayuda es posible facilitar el proceso de ahorro y la restricción al consumo presente que
es la fuente de acumulación del capital real”
Siguiendo a Wicksell, podemos distinguir entre una economía de crédito simple y una
economía de crédito organizado. En la primera no existen bancos ni ninguna clase de
intermediarios financieros. Los prestamistas y los prestatarios se relacionan
directamente unos con otros para pactar las condiciones de los créditos. La tasa de
interés depende del volumen de ahorro que se ofrece en el mercado y de la demanda
de fondos de los inversionistas. El rasgo característico de una economía de crédito
organizado es la aparición de un nuevo personaje, el banco, cuya presencia modifica
radicalmente el mercado de crédito y la determinación de la tasa de interés.
“Los bancos no son como las personas privadas, limitadas en sus préstamos por sus
propios fondos, ni incluso por los medios puestos a su disposición por los ahorradores.
Por la concentración en sus manos de los depósitos privados que son constantemente
reaprovisionados por nuevas entradas a la misma velocidad en que se producen los
retiros, ellos poseen un fondo de préstamos que siempre es elástico y que, bajo ciertas
hipótesis, inagotable. Con un sistema de puro crédito, los bancos pueden siempre
satisfacer una gran de demanda de préstamos a tasas sin embargo bajas”
“Existe una tasa de interés sobre los créditos que es neutra frente a los precios en el
sentido de que a su nivel éstos no tienen ni aumentar ni a disminuir. Esa tasa es
necesariamente la misma tasa de interés que se fijaría por la oferta y la demanda si no
existiera dinero y los préstamos se efectuaran en la forma de capital real. Esa esa es la
tasa natural de interés”
En otro texto Wicksell precisa que la tasa de interés en una economía no-monetaria se
igual finalmente a la productividad marginal del capital. La tasa normal de interés es
definida como “el beneficio realizado sobre el capital invertido el cual a su turno
depende de la productividad y de la abundancia relativa del capital real, o mejor, en el
lenguaje de la economía política moderna, de su productividad marginal”
Recapitulemos:
2. En ese mundo sin moneda la tasa de interés está determinada por la oferta y
demanda de capital real y en definitiva corresponde a la productividad marginal del
capital.
“Si las perspectivas del empleo de capital se hacen más prometedoras, la demanda
aumentará y en principio excederá a la oferta; las tasas de interés aumentará y
estimularán el ahorro y al mismo tiempo la demanda de los empresarios se contraerá
hasta el punto en que un nuevo equilibrio sea alcanzado a una tasa de interés
ligeramente más elevada”
“En principio el ahorro se desestimulará y por esta razón habrá una demanda
incrementada de bienes y servicios de consumo presente (…) En segundo lugar,
aumentarán las oportunidades de beneficio de los empresarios (…) La demanda por la
producción futura de bienes aumentará (…) Los precios de los factores de producción
se elevarán aumentando los ingresos de los trabajadores, los propietarios de tierra, etc.
”
La primera por los límites a la expansión del crédito que impone el régimen de patrón
oro. En efecto, la oferta monetaria aumenta por la acción de los bancos. Cuando estos
reducen su tasa de interés para estimular la demanda de crédito de los empresarios lo
hacen en razón de que en el conjunto del sistema se ha presentado un aumento en las
reservas de oro. La única forma de poner eso oro o el dinero convertible en circulación
es bajar la tasa de interés. Sin embargo, la relación entre reservas y depósitos impone
un límite a la expansión del crédito. Una vez alcanzado o superado éste los bancos
tienen que limitar la expansión del crédito y esto sólo pueden hacerlo aumentando la
tasa de interés.
Tanto Wicksell como Fischer explican las fases de expansión y contracción propias del
ciclo económico como un resultado de la elasticidad de la oferta monetaria propia de
un sistema bancario de reservas fraccionadas. La conclusión que se sigue para la
política monetaria es evidente. Como la tasa de interés bancaria está en su nivel
natural cuando no se presentan tendencias inflacionarias o deflacionarias, la política
que deben seguir los bancos es elevar la tasa de interés bancaria cuando los precios
muestran tendencia al alza y reducirlas en caso contrario.
En Interest and Prices, Escribe Wicksell: "Esto no quiere decir que los bancos en
realidad deberían averiguar cuál es la tasa natural antes de determinar sus propias
tasas de interés. Por supuesto, esto sería impracticable y también sería bastante
innecesario, ya que el nivel actual de los precios de los bienes proporciona una prueba
confiable de la concordancia o la desviación de las dos tasas. Más bien, el
procedimiento debería ser como sigue: Mientras los precisos se mantengan inalterados,
la tasa de interés de los bancos se debe mantener inalterada. Si los precios aumentan,
se debe aumentar las tasa de interés; y si los precios disminuyen, se debe reducir la
tasa de interés (...) En mi opinión la causa principal de la inestabilidad de los precios
reside en la incapacidad o la imposibilidad de los bancos de seguir esta regla" (Interest
and Prices, Macmillan, 1936, página 189)
Y termina con una consideración sobre el papel de los bancos en términos del bienestar
social que fundamenta la intervención del Estado en el control de la moneda:
"La objeción de que una reducción adicional de las tasas de interés no puede ser
ventajosa para los bancos, tal vez es correcta. Una disminución en las tasa de interés
puede disminuir el margen de utilidad de los bancos más de lo que probablemente se
incremente el alcance de los negocios. De manera que, con toda humildad, me gustaría
llamar la atención en el hecho de que la obligación principal de los bancos no es ganar
mucho dinero, sino proporcionarle al público un medio de intercambio y proporcionar
ese medio en una medida adecuada para llegar a una estabilidad de precios. En
cualquier caso, sus obligaciones con la sociedad son mucho más importantes que sus
obligaciones privadas y si, en última instancia, son incapaces de cumplir con sus
obligaciones con la sociedad a lo largo de esas líneas de la empresa privada, lo que
dudo mucho, entonces deberían proporcionar una actividad digna para el Estado".
(Ídem, página 190)