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Todo lo que querías saber sobre las

estrellas
Estas bolas de gas luminosas contribuyeron a que
los antiguos exploradores navegaran los mares y,
hoy en día, ayudan a los científicos a recorrer el
universo.
POR CATHERINE ZUCKERMAN
PUBLICADO 4 JUL 2019, 14:10 GMT-3, ACTUALIZADO 23 FEB 2021, 13:12 GMT-
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V E R G A L E R Í A

Si cantáramos suavemente "¿Estrellita dónde estás?", podríamos arrullar a un bebé


hasta dormirlo, pero más allá de los límites de la atmósfera terrestre, estas palabras
no son muy precisas. Una interpretación correcta, aunque menos tranquilizadora,
sería: "Emite, emite, bola de gas gigante". 

Las estrellas son cuerpos celestes gigantes, compuestos principalmente por


hidrógeno y helio, que producen luz y calor desde sus arremolinadas fundiciones
nucleares. Aparte del Sol, todos los puntos luminosos que vemos en el cielo se
encuentran a años luz de la Tierra. Las estrellas son los bloques de construcción de
las galaxias, y existen mil millones en el universo. Es imposible saber cuántas
estrellas hay, pero los astrónomos calculan que solo en la galaxia de la Vía Láctea
hay aproximadamente 300 mil millones. 

Nace una estrella 


El ciclo de vida de una estrella dura mil millones de años. En general, mientras más
grande sea una estrella, más corto es su tiempo de vida. 

El nacimiento de una estrella ocurre dentro de las nebulosas, que son nubes de


polvo constituidas por hidrógeno. A lo largo de miles de años, la gravedad provoca
que las cavidades de materia densa dentro de la nebulosa colapsen bajo su propio
peso. Una de estas masas de gas que se contrae, denominada protoestrella,
representa la etapa naciente de la estrella. Debido a que el polvo de las nebulosas
las oculta, las protoestrellas son difíciles de detectar.  

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A medida que una protoestrella se hace más pequeña, gira más rápido debido a la
conservación del momento angular (el mismo principio que explica por qué
aumenta la velocidad a la que un patinador gira cuando aprieta sus brazos). La
presión en aumento provoca temperaturas elevadas, y durante este tiempo, una
estrella ingresa en lo que se denomina la fase T Tauri, una etapa relativamente
breve.  

Millones de años después, cuando la temperatura del núcleo llega a los 27 millones
de grados Fahrenheit (es decir, 15 millones de grados Celsius), la fusión nuclear
comienza, encendiendo el núcleo y desencadenando la próxima (y más larga) fase
de la vida de una estrella, conocida como la secuencia principal. 

La mayor parte de las estrellas de nuestra galaxia, incluyendo al Sol, se clasifican


como estrellas de secuencia principal. Existen en un estado estable de fusión
nuclear, en el que transforman al hidrógeno en helio e irradian rayos X. En este
proceso se emite una gran cantidad de energía, ya que se mantiene alta la
temperatura de la estrella, que brilla intensamente.  

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¿QUÉ SON LAS ESTRELLAS Y CÓMO SE FORMAN?
Innumerables estrellas salpican el cielo nocturno. Aprende cómo se forman estos
objetos celestes, cómo se clasifican por el brillo y la temperatura, y qué sucede
cuando las estrellas mueren.
Todo lo que brilla 
Algunas estrellas brillan más que otras. Su brillo es un factor que depende de
cuánta energía irradien (es decir, su luminosidad) y de cuán lejos de la Tierra se
encuentren. El color de las estrellas también puede variar, porque su temperatura
no es siempre la misma. Las estrellas más calientes son blancas o azules, mientras
que las más frías son de tonos naranjas o rojos. 

Al graficar estas y otras variables en un esquema que se denomina diagrama


de Hertzsprung-Russell, los astrónomos pueden clasificar las estrellas en grupos.
Además de las estrellas de secuencia principal y las enanas blancas, podemos
mencionar otros grupos, como las estrellas enanas, las gigantes y las
supergigantes. Las supergigantes pueden llegar a tener un radio mil veces mayor
al del mismísimo Sol. 
El 90 por ciento del tiempo de vida de las estrellas transcurre en la fase de
secuencia principal. El Sol terrestre, de unos 4,6 mil millones de años de
antigüedad, es una estrella enana amarilla de tamaño promedio; y los astrónomos
prevén que continuará en la fase de secuencia principal por algunos miles de
millones de años más. 

A medida que avanza la vida de las estrellas hacia el final, gran parte de su
hidrógeno se convierte en helio. El helio desciende hacia el núcleo de la estrella,
aumentando su temperatura y provocando que su capa externa de gases calientes
se expanda. Estas estrellas inmensas y expansivas se denominan gigantes rojas.
Hay muchas formas en las que la vida de una estrella puede finalizar, y su destino
depende de cuán gigante sea.  

La fase de gigante roja es, en realidad, el paso previo a que una estrella se
desprenda de sus capas externas y se convierta en un cuerpo pequeño y denso
denominado enana blanca. Las enanas blancas enfrían su temperatura durante mil
millones de años. Algunas, si existen como parte de un sistema de estrellas
binarias, pueden acumular la materia excedente de sus estrellas compañeras hasta
que sus superficies exploten; y así se producen las novas brillantes. Con el tiempo,
todas las enanas blancas se oscurecen y dejan de producir energía. En ese
momento, que los científicos aún no han observado, pasan a denominarse enanas
negras.  

Una gran explosión 


Las estrellas masivas evaden esta evolución estelar, y en cambio, se apagan con una
explosión. Así es como surgen las supernovas. Si bien superficialmente pueden
parecer gigantes rojas en expansión, sus núcleos están contrayéndose, y con el
tiempo su densidad es tal que colapsan, y producen una explosión estelar. Estas
explosiones catastróficas dejan un pequeño núcleo que puede convertirse en
una estrella de neutrones, e incluso, si el remanente es lo suficientemente masivo,
en un agujero negro. 
Debido a que determinadas supernovas tienen patrones previsibles de destrucción
y de luminosidad resultante, los astrónomos las utilizan como “luces estándar”, o
instrumentos de medición astronómica, que los ayudan a medir las distancias en el
universo y a calcular su velocidad de expansión.  
CÚMULO QUÍNTUPLE - Una imagen tomada por el telescopio espacial Hubble
da la vista más clara del cúmulo estelar Quíntuple, una colección gigante de
estrellas jóvenes a 25.000 años luz de la Tierra, pero solo a cien años luz del
centro de la Vía Láctea. La proximidad de la constelación al centro de nuestra
galaxia significa que su destino es romperse en solo unos pocos millones de
años.

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