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Quijote SIN
Quijote SIN
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1. EL INGENIOSO HIDALGO DE DON QUIJOTE DE LA
MANCHA
1. MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA
estaba muy bien con las heridas que don Belianis daba y recibía, porque se imaginaba que
por grandes maestros que le hubiesen curado, no dejaría de tener el rostro y todo el
cuerpo lleno de cicatrices y señales; pero con todo alababa en su autor aquel acabar su
libro con la promesa de aquella inacabable aventura, y muchas veces le vino deseo de
tomar la pluma, y darle fin al pie de la letra como allí se promete; y sin duda alguna lo
hiciera, y aun saliera con ello, si otros mayores y continuos pensamientos no se lo
estorbaran.
Tuvo muchas veces competencia con el cura de su lugar (que era hombre docto
graduado en Sigüenza), sobre cuál había sido mejor caballero, Palmerín de
Inglaterra o Amadís de Gaula; mas maese Nicolás, barbero del mismo
pueblo, decía que ninguno llegaba al caballero del Febo, y que si alguno se le
podía comparar, era don Galaor, hermano de Amadís de Gaula, porque tenía muy
acomodada condición para todo; que no era caballero melindroso, ni tan llorón como su
hermano, y que en lo de la valentía no le iba en zaga.
En resolución, él se enfrascó tanto
en su lectura, que se le pasaban
Decía él, que el Cid Ruy
Díaz2 había sido muy
buen caballero; pero que no tenía que
En efecto, rematado ya su juicio, vino
a dar en el más extraño pensamiento que
las noches leyendo de claro en ver con el caballero de la ardiente jamás dio loco en el mundo, y fue que le
claro, y los días de turbio en espada, que de sólo un revés había pareció convenible y necesario, así para el
partido por medio dos fieros y aumento de su honra, como para el servicio
turbio, y así, del poco dormir y del
descomunales gigantes. Mejor estaba de su república, hacerse caballero andante,
mucho leer, se le secó el cerebro, de con Bernardo del Carpio, porque en
Roncesvalle había muerto a Roldán el
e irse por todo el mundo con sus armas y
manera que vino a perder el
encantado, valiéndose de la industria de caballo a buscar las aventuras, y a
juicio. Llenósele la fantasía de
Hércules, cuando ahogó a Anteo, el hijo ejercitarse en todo aquello que él había
todo aquello que leía en los libros, de la Tierra, entre los brazos. Decía leído, que los caballeros andantes se
así de encantamientos, como de mucho bien del gigante Morgante,
ejercitaban, deshaciendo todo género de
porque con ser de aquella generación
pendencias, batallas, desafíos, gigantesca, que todos son soberbios y agravioiii, y poniéndose en ocasiones y
heridas, requiebros, amores, descomedidos, él solo era afable y bien peligros, donde acabándolos, cobrase
criado; pero sobre todos estaba bien con eterno nombre y fama.
tormentas y disparates imposibles,
Reinaldos de Montalbán, y más cuando
y asentósele de tal modo en la le veía salir de su castillo y robar cuantos
Llamábase Aldonza Lorenzo, y a
imaginación que era verdad toda topaba, y cuando en Allende robó aquel
esta le pareció ser bien darle título
ídolo de Mahoma, que era todo de oro,
aquella máquina1 de aquellas
según dice su historia. Diera él, por dar
de señora de sus pensamientos; y
soñadas invenciones que leía, que una mano de coces al traidor de Galalón, buscándole nombre que no
al ama que tenía y aun a su sobrina de desdijese mucho del suyo, y que
para él no había otra historia
añadidura. tirase y se encaminase al de
más cierta en el mundo. princesa y gran señora, vino a
llamarla
DULCINEA DEL TOBOSO, porque era natural del Toboso,
nombre a su parecer músico y peregrino y
1 Traza, proyecto de pura imagina- significativo, como todos los demás que a él y a sus
cosas había puesto.
ción 2 Rodrigo Díaz de Vivar
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1. EL INGENIOSO HIDALGO DE DON QUIJOTE DE LA
MANCHA
1. MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA
Imaginábase
el pobre ya llevado
que
coronado por del habían luengos
el valor de su estraño sido de sus siglos
bisabuelos había que
brazo por lo gusto fue , que, estaban
menos del y así con estos tan que en se dió priesa a poner Y lo limpiar tomadas puestas y
imperio de agradables ellos en efecto lo que primero unas de orín y olvidadas
llenas de en un
Trapisonda: pensamientos, sentía, deseaba. que hizo, armas, moho, rincón.
y por
asegura
Es verdad que
rse de
para probar si este
era fuerte, y peligro,
podía estar al lo tornó
riesgo de una a hacer
y no dejó de
cuchillada, sacó de
parecerle mal la que él quedó satisfecho de su fortaleza; y, sin querer hacer nueva experiencia de ella, la
nuevo,
su espada, y le facilidad con que la
poniénd diputó y tuvo por celada finísima de encaje.
dió dos golpes, y había hecho
ole unas
con el primero y pedazos,
barras
en un punto de
deshizo lo que hierro
había hecho en por de
dentro
una semana:
de tal
manera,
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iii Ofensa a la fama o al honor de alguien.