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Adictos a la Filosofía Enric F.

Gel

TODO René Descartes para Selectividad1

¡Hola, filoadictos! Hoy os hago un resumen resumido de la filosofía de Renée


Descartes

ENTRADA

Hace tiempo que quiero tratar a Descartes en este canal, porque la verdad es que tengo
muchas críticas para hacerle.

Pero hoy os traigo sencillamente un resumen de su pensamiento, que os puede servir


a aquellos de vosotros que no lo conozcáis de nada, o a los que estéis preparando ahora
el examen de Selectividad. Si queréis coger boli y papel, adelante; os dejaré también en
la descripción un pequeño esquema que os puede ayudar a ordenar las ideas.

Así que, nada, ¡vayamos al grano!

Renato Descartes, padre de la filosofía moderna, todo su pensamiento está marcado


por la búsqueda incesante de la certeza. Esto es clave: el criterio de verdad será la certeza,
el convencimiento subjetivo, de tal modo que si de algo puedo tener la más mínima duda,
es mejor rechazarlo y tenerlo por falso.
En este punto, Descartes está muy influencia por el esplendor del nuevo método
científico, y por la rigurosidad de las matemáticas, que dan resultados exactos, precisos e
indudables. Por el contrario, le decepcionan los filósofos, que nunca consiguen ponerse
de acuerdo en nada, con el resultado de que la filosofía no avanza y está siempre en el
mismo lugar.

Por esto propone que la filosofía tiene que cambiar de método, y adoptar un método
riguroso de conocimiento que sea similar al de las matemáticas. Y en este nuevo método
va cobrando un papel importantísimo la duda. Sólo dudando de todo “al menos una vez
en la vida”, dice, podremos alcanzar alguna verdad.

Sólo a través de la duda, de una duda que a veces puede ser forzosa, podremos llegar
a establecer las bases indiscutibles del edificio de la Filosofía y fundamentar el
conocimiento de una manera sólida y segura. La duda, curiosamente, es un método, un
camino, para llegar a la certeza.

Este método tendrá 4 reglas:


1) Regla de la evidencia: no aceptar nunca ninguna cosa como verdadera sin conocer
de manera evidente que lo es, es decir: evitar la precipitación en el juicio. El criterio de
verdad es la evidencia o, como Descartes lo dice, la claridad y la distinción. Se trata, por
tanto, de buscar ideas claras y distintas.

1
Para ver el vídeo, dale aquí: https://youtu.be/trwXp6hMN8M
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2) Regla del análisis: dividir los problemas en tantas partes como sea necesario,
dividir lo complejo en lo simple, precisamente con el objetivo de llegar a estas ideas claras
y distintas que no puedan tomarse más que por verdaderas.
3) Regla de la síntesis: una vez he llegado a lo más simple, conducir con orden mi
pensamiento e ir ascendiendo poco a poco hasta lo más complejo. Se trata de ir
trasladando la evidencia de lo simple, de lo claro y distinto, hasta lo complejo, por medio
de cuidadosos pasos racionales y lógicos, hasta conseguir clarificar y evidenciar lo
complejo.
4) Regla de la enumeración: repetir y revisar los pasos seguidos tantas veces como
sea necesario hasta estar seguro de que no me he dejado nada.

Así que vamos a repetir otra vez las 4 reglas, sólo por si acaso! Bueno, mejor pensado,
si queréis, tiráis para atrás y lo volvéis a ver ;)

Su texto más importante son las 6 Meditaciones metafísicas, en las que despliega paso
a paso el nuevo método de pensamiento.

En la primera meditación, Descartes se propone dudar de todas sus opiniones antiguas


(“vetus opinio”, en latín), hasta encontrar entre ellas alguna que sea absolutamente
indudable, sobre la que fundamentar el conocimiento. Con este objetivo, se aparta del
mundo y de todos, se recluye en una habitación y se confía sólo a su pensamiento.

En lo que respecta a resultados, la primera meditación es un fiasco: Descartes no


encuentra la verdad indudable que está buscando.
Empieza dudando del conocimiento de sus sentidos, y se da cuenta de que no se puede
fiar de ellos. Los sentidos ya le han engañado alguna vez, como cuando mete un palo
entero en el agua y lo ve como si estuviera roto (AGUA Y BOLI), o cuando le parece ver
a Pedro a lo lejos y resulta que era Juana. Por otro lado, tampoco hay un criterio indudable
para distinguir cuándo estoy soñando de cuándo estoy despierto, porque hay muchos
sueños que me parecen muy reales… (imagen de Morfeo)
Así que los sentidos no pasan el examen de la duda, y con ellos se va a la basura el
mundo entero. No puedo estar seguro de que el mundo que me muestran mis sentidos
exista.
Pero al menos de las verdades matemáticas parece que uno puede estar seguro… 2 +
2 son 4 aquí y en la China popular. Pero Descartes dice: “Podría ser que existiera un genio
maligno que me hiciera pensar que 2 + 2 son 4 cuando en realidad son 5… ¡así que
tampoco puedo estar seguro de las verdades matemáticas!”.
Si antes estábamos con la duda metódica, esto de ahora es lo que se llama la duda
hiperbólica, porque Descartes está llevando la duda a su extremo, a su exageración.
Vamos, que acaba la meditación y no está seguro ni de que su madre le quiera!

Quizás por eso se puso a pensar todo este rollo… Pobrecito…


Adictos a la Filosofía Enric F. Gel

En fin, ¡segunda meditación! Se produce el gran descubrimiento, Descartes se topa


con una verdad indudable, in-du-bi-ta-ble.
Por mucho que exista un genio maligno, no me puede engañar respecto de que dudo.
Y si dudo, pienso. Y si pienso, existo. Cogito, sum.
“Yo existo” se erige como la primera verdad indudable, el primer principio de la
filosofía. Y yo existo precisamente como sustancia pensante, como res cogitans (vaca
coja: muuu).

Yo existo, ¿pero qué soy?: una cosa que piensa. Importante: sólo soy, de momento,
una cosa que piensa. El cuerpo lo ha desechado Descartes con todo el mundo sensible.
No puedo estar seguro de que exista mi cuerpo. Empieza aquí la radical separación entre
alma y cuerpo que será la base del dualismo cartesiano.

Más cosas: Yo existo, ¿pero y los demás? No lo sé. Sólo sé que yo, si pienso, existo…
al menos cuando pienso. Por eso os digo siempre que le deis al coco, porque si no pasa
que dejáis de existir y eso no lo quiere nadie! Si es que existís, claro…
Ahora en serio, la intermitencia del cogito es un problema que Descartes no resuelve
todavía en esta meditación. Sólo cuando demuestre la existencia de Dios podrá afirmar
que yo existo también cuando no pienso (cuando duermo, por ejemplo), porque Dios, que
me piensa, me sostiene en la existencia.

En fin, en la segunda meditación descubro que yo existo, pero todavía no sé si existe


nada fuera de mí: estoy solo, radicalmente solo. Por eso hay que seguir caminando.

Tercera meditación: Descartes mira dentro de sí y encuentra tres tipos de ideas:


a) Ideas innatas: que creo que han nacido conmigo.
b) Ideas adventicias: que creo que me vienen de fuera.
c) Ideas facticias: que construyo e invento yo mismo.
A partir de aquí ensaya dos argumentos para probar la existencia de Dios.
1) El primer argumento dice que encuentro en mí la idea de un Dios perfecto e
infinito, y que esta idea no puede provenir de mí, no la puedo haber inventado yo,
porque yo soy una sustancia finita. La idea de infinito sólo la puede haber puesto en
mí una sustancia que sea igual de infinita, y esa es Dios. Dios es, por tanto, causa de
la idea de infinito que tengo en mí, y la ha puesto en mí como el artista que pone el
sello sobre su obra. Dios es la única explicación de que yo tenga en mí una idea de
infinito.
2) El segundo argumento dice que yo no podría existir si no hubiera Dios. Como
soy una sustancia finita e imperfecta, no me he creado a mí mismo, y soy consciente
de que no he existido desde siempre. Por lo tanto, alguien tiene que haberme causado,
y ese alguien sólo puede ser Dios. Dios es, por tanto, no sólo causa de la idea de infinito
que tengo en mí, sino también causa de mí. Dios es la única explicación de que yo
exista.
Este Dios, además, es perfecto y, por tanto, no puede ser engañador.
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La cuarta meditación es como un pequeño paréntesis, y Descartes lo dedica a explicar


cómo puede ser que, si Dios es bueno, exista el error.
Descartes explica que tenemos dos facultades: la inteligencia y la voluntad. Y que, si
bien la inteligencia es finita, la voluntad es una capacidad infinita. Por decirlo de algún
modo, es más larga la voluntad que la inteligencia.
El error, entonces, sucede cuando mi voluntad quiere correr más rápido que mi
inteligencia, y no se atiene a los límites que ella le muestra. Es decir, sucede cuando me
precipito con los juicios, porque mi voluntad quiere hacer el juicio ya.
Yo tenía un profesor que lo explicaba del siguiente modo: si la inteligencia es la manga
y la voluntad, el brazo, el error sucede cuando estiro más el brazo que la manga.
Pero esto, dice Descartes, no tiene nada que ver con que Dios sea malo, sino con que
la voluntad no se atiene a los límites que le presenta mi pensamiento. Dios nos ha dado
justamente un método para no equivocarnos en los juicios, que consiste en las 4 sencillas
reglas que os he enumerado antes.

En la quinta meditación, Descartes presenta un tercer argumento para demostrar la


existencia de Dios. No tenía suficiente con dos.
Este argumento se conoce como el “argumento ontológico”, y es como sigue: Igual
que la idea de montaña es inseparable de la idea de valle, es decir, que no puede haber
montaña sin valle, o triángulo sin tres lados, la idea de Dios implica necesariamente que
Dios existe.
¿Por qué? Porque yo tengo la idea de un Dios sumamente perfecto, y a este Dios no
podría faltarla la existencia, porque entonces le faltaría una perfección y no sería perfecto.
Si se piensa bien, no se puede concebir a Dios sin la existencia, porque la esencia y la
existencia de Dios son inseparables, como la montaña y el valle. O, mejor dicho: a la
esencia de Dios le compete la existencia. A la esencia de un ser sumamente perfecto le
compete tener todas las perfecciones, entre ellas la existencia.
Puedo pensar en un caballo con alas o sin alas, pero estrictamente hablando no puedo
pensar en un Dios que no exista, igual que no puedo pensar en un triángulo de cuatro
lados. La idea de Dios implica necesariamente su existencia.

Y este Dios, como es perfecto, no puede ser malo ni engañador. Cae, por lo tanto, la
hipótesis del genio maligno, y Descartes recupera las verdades matemáticas. Dios se
vuelve el garante de mi conocimiento. Ahora que sé que Dios existe y que no me puede
engañar, puedo fiarme de mis conocimientos.

Por último, pasamos a la sexta meditación, donde Descartes recuperará el mundo


sensible. ¿Cómo lo hace? Bueno, es un poco complejo, pero básicamente del siguiente
modo:
Como ya ha demostrado que Dios existe y no es engañador, me puedo fiar de los datos
de mis sentidos, siempre que siga el método de las 4 reglas de antes. Sería contrario a la
bondad divina hacer que las ideas que yo recibo como de un mundo exterior no se
correspondieran con nada real exterior a mí.
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Como estoy seguro de que Dios no me engaña, dudar de la existencia del mundo
sensible y de mi cuerpo es exagerado.
Una tesis curiosa que enuncia hacia el final de la meditación es que, aunque tengo que
ir con cuidado con mis juicios, en lo esencial, me puedo fiar de lo que la naturaleza me
enseña, porque la naturaleza, considerada en general, no es otra cosa que Dios mismo, y
Dios no me engaña.
¿De dónde se saca Descartes esto de que la Naturaleza es Dios? Pues un poco de aquí,
de la manga.

Pero, bueno, lo suyo está en ver que, aunque con mis sentidos me puedo equivocar,
también dispongo de un método que, si lo sigo a rajatabla, me salva del error, y como
Dios no me engaña, me puedo fiar de mi conocimiento.
Y así obtenemos tres sustancias en total: Hasta ahora teníamos la res cogitans, que
somos nosotros, la sustancia pensante finita, la res infinita, que es Dios, la sustancia
infinita, y ahora ha deducido la existencia de lo que él va a llamar res extensa, la realidad
material o extramental.
La realidad exterior queda reducida, entonces, a la extensión, y esto dará lugar al
mecanicismo cartesiano, pues una realidad reducida a pura extensión sólo puede ser
entendida de manera mecánica. Esto añade más dificultades a la relación entre alma y
cuerpo, pues no se explica como una sustancia puramente inmaterial, inextensa y pensante
como el alma puede afectar en otra sustancia puramente material y mecánica como el
cuerpo.
Los animales, también, quedarán recudidos a puras máquinas sin vida, en nada
distintas de un reloj.

Pero, en fin, vamos a dejar las críticas para otro día que hay para un buen rato.
¿Vosotros qué pensáis? ¿Os convence Descartes? ¿Compráis sus argumentos de la
existencia de Dios? ¿Cómo sabes que estás viendo un vídeo y no estás soñando? ¿Estás
seguro de que tu madre te quiere?

Si estás seguro de que te ha gustado el vídeo, no dudes y dale a like, compártelo con
esos amigos tuyos que quizás no existen y suscríbete antes de que el genio maligno te
convenza de que no vale la pena hacerlo.

Y nada, me despido, voy a dejar de pensar un rato. (Desaparezco: Toc toc)

Pikachu
–Oh, Dios mío. ¿Dónde ha ido? ¿Ha dejado de existir? ¿Qué voy a hacer sin él? Pero,
¿de quién hablo? ¿No estoy acaso solo en el universo? ¿No existo sólo yo? Yo y mis
ideas, y nada más. Pienso porque existo y existo porque pienso. Pero si dejo de pensar,
dejo de existir… Bien, Pikachu, no dejes de pensar. Piensa en cosas bonitas, como el
poder mundial…
– ¿Eh, Pikachu? Que ha sido sólo un efecto de estos del iMovie. Tranqui, tío.
– Ah. (Pausa) Tráeme agua.
Adictos a la Filosofía Enric F. Gel

Bibliografía recomendada2
R. DESCARTES, Discurso del método: https://amzn.to/2uyPdpN
R. DESCARTES, Meditaciones metafísicas: https://amzn.to/32vB0GR
J. L. FERNÁNDEZ / M. J. SOTO, Historia de la filosofía moderna:
https://amzn.to/2HZv6En
V. SANZ, De Descartes a Kant: https://amzn.to/2T6DgBf
F. COPLESTON, Historia de la filosofía, vol. 2: https://amzn.to/2TyaVTB

ESQUEMA

Descartes:
- Búsqueda de la certeza.
- Quiere para la filosofía un método tan exacto y riguroso como el de las
matemáticas:
1) Regla de la evidencia: aceptar como verdadero sólo lo evidente (lo claro y
distinto)
- Importancia de la duda: dudar de todo “al menos una vez en la vida”.
- La duda sirve para llegar a la certeza.
- Fundamentar el conocimiento de modo sólido.
2) Regla del análisis: dividir lo complejo en lo simple, para llegar a ideas claras
y distintas
3) Regla de la síntesis: ascender desde lo simple (lo claro y distinto) hasta lo
complejo
4) Regla de la enumeración: revisar los pasos para comprobar que no me he
saltado nada.

Primera Meditación:
- Descartes duda de todas sus opiniones antiguas (vetus opinio).
- No me puedo fiar de mis sentidos
(i) Ya me han engañado alguna vez (ejemplo del palo en el agua).
(ii) ¿Cómo puedo distinguir el sueño de la vigilia?
- No puedo aceptar como evidente que exista el mundo exterior
- Tampoco que exista mi cuerpo
- ¿Y las verdades matemáticas? Quizás hay un genio maligno que me engaña (duda
hiperbólica).
- Termina la meditación y Descartes no alcanza ninguna verdad indudable

Segunda Meditación:
- Descubrimiento del “cogito”, del “yo pienso”
- Si dudo, pienso, y si pienso, existo.


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Adictos a la Filosofía Enric F. Gel

- “Yo existo” es la primera verdad indudable


- ¿Qué soy? Una cosa que piensa (res cogitans)
- Problema de la intermitencia del cogito: sólo sé que existo cuando pienso

Tercera Meditación:
- Tipos de ideas:
a) Ideas innatas: parece que han nacido conmigo
b) Ideas adventicias: parece que me vienen de fuera
c) Ideas facticias: yo las construyo (centauro)
- Dos argumentos de la existencia de Dios:
1) Dios como causa de mi idea de infinito
(P1) Tengo en mí una idea de infinito
(P2) Pero yo soy un ser finito
(P3) No puedo haber creado yo esta idea de infinito
(C) Alguien, igualmente infinito, la ha tenido que poner en mí: Dios
2) Dios como causa de mí:
(P1) Yo soy un ser finito e imperfecto
(P2) No me he creado a mí mismo, ni existo desde siempre
P3) Si fuera perfecto, no tendría la duda
(C) Por tanto, si existo, alguien más perfecto que yo tiene que haberme
creado: Dios
- Este Dios, como es perfecto, es totalmente bueno
- ERGO no puede ser engañador

Cuarta Meditación: explicación del error


- Tenemos dos facultades:
a) La inteligencia: finita
b) La voluntad: infinita
- El error sucede cuando la voluntad no se atiene a los límites de la inteligencia
- Es decir, cuando no se sigue el método de las 4 reglas

Quinta Meditación: argumento ontológico de la existencia de Dios


(P1) La esencia de Dios implica necesariamente la existencia
(P2) La existencia es una perfección
(C) Dios, que es el ser sumamente perfecto, no sería perfecto si le faltara la
perfección de la existencia
- Igual que no puede existir la montaña sin el valle, no puede ser que Dios no
exista.
- Quien piensa en Dios como inexistente, en realidad no sabe lo que piensa
- Este Dios es bueno y no me engaña: cae la hipótesis del genio maligno
- Recupero las verdades matemáticas
- Dios es la garantía de mi conocimiento

Sexta Meditación: recuperación del mundo sensible


Adictos a la Filosofía Enric F. Gel

- Como Dios es bueno y no me engaña, me puedo fiar de mis sentidos


- El error no es lo común y lo puedo evitar con el método de las 4 reglas
- Sería contrario a la bondad divina que las ideas que percibo como que vienen de
fuera no provinieran de nada externo
- Obtengo tres sustancias:
a) Res cogitans (sustancia pensante finita)
b) Res infinita (Dios)
c) Res extensa (la realidad extramental, reducida a extensión)
- Mecanicismo
Problema del dualismo:
- ¿Cómo se relacionan el alma y el cuerpo si son dos sustancias distintas y tan distintas?

Para más CRÍTICAS a Descartes, mira estos vídeos:


* Pikachu critica a Descartes: https://youtu.be/CfruYqQgX_A
* 3 críticas más a Descartes: https://youtu.be/IzkzNRo_qhA

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