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Seminario Historia de Patagonia/Patrimonio Cultural - U.N.P.S.J.B.Capitruto 3
UNA UTOPIA CELTA EN LA PATAGONIA
“El futuro oculia en st
alegria y dolor;
sin embargo, seguimos siempre adelante.
Nada de lo que esté en A
nos desalienta, jadelante!”
Tiomas Cartyte, Pasado y presente?!
Los colonos galeses se asentaron en el Valle Inferior del rio Chubut en julio
de 1865, cuando atin no se habia concretado la ocupacién militar por parte de Julio A.
Roca. Supieron narrar a través de sus cronistas la historia de lo que consideraron
una epopeya con toda la fuerza de su mentalidad fundacional. La riqueza de estos
testimonios, junto a una amplia bibliografia de historiadores galeses y argentinos
actuales, permite reconstruir esa mirada. Se puede citar a Abraham Matthews (1977),
con su Crénica de la colonia galesa del Chubut, cuya edicion original es de 1894;
Lewis Jones (1983), La colonia galesa. Historia de una Nueva Gales en el Territo-
rio del Chubut en la Repiiblica Argentina, Sudamérica, que fue escrita en 1898;
William Hughes (1993), A orillas del rio Chubut en la Patagonia, cuya primera
edicidn es de 1927; Thomas Jones —“Glan Camwy’ (1999), con la Historia de los
comienzos de la colonia en la Patagonia, publicada en 1926 en Y Drafod; John
Murray Thomas (1985) y su Diario de viaje de la expedicion de los rifleros, entre
OOS Cronistas,
Entre los autores contempordneos que estudiaron ta colonizacién galesa en
Chubut, seleceionamos ¢
Cilyn Willian,
Saur, Bowen, Ldpez, Hernandez, Lloyd y, principalmente,
1 Citido por Matthews (1077) 24)
an.Suyana Mabel Lape
Analizaremos cual era la situacién de Gales enel momento de gestacién de la
idea colonizadora; por qué se eligid a la Patagonia para asentarse; c6mo se constitu-
yo el mito del hacer, las expectativas de cambio. Nos interes6 asimismo pensar c6mo
se incorporé una nacién inmigrante (en este caso, los galeses) a un Estado-nacién
que atravesaba un proceso formativo (como era la Argentina) y las formas de rela-
cidn que se generaron; cémo plasmaron los colonos su visién de la telacién de su
comunidad con los pobladores originarios y con el gobierno argentino.
Para abordar las tematicas propuestas se enfocé la nacin, principalmente en
el caso galés, desde una perspectiva analftica en que contemplamos especialmente
Ja cuesti6n del imaginario. La nacién es también una cuestidn de imaginario social si
es pensada desde la cultura, el origen y la fundacién de una identidad.
Existié una construccidn de la tradicién por parte del pueblo galés en la Edad
Media, con una dimensién profética o mesidnica. Se proyectaba su pasado hacia el
futuro. Lo profético tomé gran importancia en la literatura de todo el periodo poste-
rior a 1282, aiio en que Gales perdid su independencia. Entre Jos elementos que
impregnaron esta nacionalidad sc encuentra —en la literatura, el idioma, la poesia y la
mtisica— un redescubrimiento de la influencia de los druidas y su larga historia de
resistencia ala dominacién romana, asf como la preservacién del origen céltico de la
nacién galesa.” Pueden remontarse los orfgenes de su literatura a la etapa de los
druidas (siglo I a. C.). Entre los galeses de Londres, después de 1714 aparecis el
simbolo de su nacionalidad en las elaboradas ceremonias del Dia de San David,
patrono de Gales.”*
Una tradicién que se contintia atin hoy en el Valle Inferior del rio Chubut (ciuda-
des de Trelew y Gaiman) y, por supuesto, en Gales, es la de los Eisteddfod (competen-
cias de canto y poesfa) traducidos como Juegos Florales. El primer certamen que se
recuerda tuvo lugar en 1176. Incluso el origen se lleva, en algunos estudios sobre el
tema, a tiempos anteriores a la era cristiana, y provenia de las reuniones que mantenian
los legendarios druidas con su culto al 4rbol, en especial al roble.
Eisteddfod en galés deriva del verbo eisted que significa literalmente estar
sentado. Su aplicacién como nombre del festival parece referirse a la costumbre dela
fraternidad de los bardos —poetas 0 sabios— de reunirse, sentados en asamblea, para
exponer ante ella sus poemas 0 canticos.
Las reuniones se fueron transformando en competencias de canto y poesia
donde se premiaba a los bardos elegidos. El premio mas tradicional era un colgante,
primero de plata con forma de sill6n 0 trono, y luego, un sill6n de madera de roble.
22 Los celtas son pueblos indoeuropeos cuyas migraciones se dicron en los tempos prehistoricos.
Ocuparon Europa central y fueron avanzando hasta las Galias, Espafia y las islas Briténicas. En
Bretaiia, el Pais de Gales, Irlanda y Galicia es donde mejor se ha conservado cl tipo celta.
23 San David se ubica en la época de la evangelizacién de Europa y fue quien Ievd a cabo esa tarea
entre los celtas de ese pats.
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REPRESENTACIONES DILLA PATAGONIA! Colanos, cleniificey ¥ politicos
A mediados del siglo XIX, en un momento de gran fervor nacionalista, cuan
do se gesté la idea de una colonia galesa en la Patagonia, se revalorizaron los
Eisteddfod con mucha fuerza, asi como el galés como lengua nacional.
3.1 La gestacién de la idea colonizadora de la Patagonia
Casi todos los que analizan el momento de gestacién de la idea de establecer
una colonia galesa en América del Sur, mencionan como lideres del movimiento al
reverendo Michael D. Jones, eminente literato, politico y rector del prestigioso cole-
gio religioso de Bala; a Lewis Jones, tipdgrafo de Liverpool, y a un chacarero de
Wisconsin, Edwyn Roberts, gran impulsor de la localizacion de |a colonia galesa en
la Patagonia.
Para explicar en general este movimiento migratorio se deben tener en cuenta
los factores econdmicos que movilizaron al grueso de los migrantes, pero conjugan-
dolos con las explicaciones de naturaleza ideoldgico-politica, que motivaron princi-
palmente a sus lideres.
La industrializacién en Gales perturbé la vida tradicional y condujo a una
relocalizaci6n de poblacién en gran escala, lo que a su vez produjo intranquilidad
social e insatisfaccién. Es necesario considerar Ja situacién no solo durante el perio-
do especifico de la emigracion sino también en tiempos anteriores, para comprender
mejor los factores que explicanel fendmeno.
A partir del cese de las guerras napolednicas en 1815, comenzé una etapa de
depresién econémica que continud, con fluctuaciones menores, hasta mediados de
siglo. Desde el Acta de Cercamientos, en 1801, se dieron cambios en la economfa rural
tradicional y se produjo una creciente tensidn en las relaciones entre terratenientes y
arrendatarios. Los trabajadores rurales se convirtieron en espectadores de esa tensa
relaciOn y su situacién empeord como consecuencia del aumento del costo de vida.
Desde la unidn con Inglaterra durante el reinado de Enrique VIII, la vida
politica y la sociedad galesa fueron dominadas por la gentry, propietarios de tierras
ligados con los grandes magnates. A diferencia de la gentry irlandesa, los terrate-
nientes galeses no eran extranjeros. Nacfan y permanecian alli, pero a través del
tiempo se fueron anglicanizando.
Desde la tardia Edad Media se habfan vuelto gradualmente ingleses en len-
gua y educacion, y dependian de las leyes inglesas en lo referente a la herencia de la
tierra y el derecho de primogenitura. Se fueron distanciando de la vida de la comuni-
dad a Ja que pertenecfan. Asi se produjo una distincidn en la estructura social galesa
entre los propietarios —de religién anglicana, tories en politica y angloparlantes- y
sus arrendatarios —no conformistas, radicales en politica y de lengua galesa.
39)Susana Mabel Lopes
Si a esto agregamos que en Ja base econdémica de la sociedad agraria prevale-
cfa un gran nimero de pequefias propiedades campesinas, cuya tenencia era cada
vez menos segura por el proceso de cercamientos que se iba extendiendo cada vez
mas, nos encontramos con un cuadro de inestabilidad econdémica y separaci6n cul-
tural que dividié cada valle y cada poblacién.
Entonces, en el siglo XIX, dos fuerzas muy profundas transformaron la socie-
dad galesa: el avance del industrialismo y la expansi6n de las religiones no confor-
mistas. Estas tiltimas correspondfan a protestantes, entre los que se cuentan
congregacionistas, metodistas y bautistas, y las capillas de sus iglesias fueron los
mas importantes centros de protesta. El conformismo estaba representado por la
Iglesia oficial, la anglicana.
Antes de la Revolucién Industrial, la poblaci6n del sur de Gales era escasa,
siendo mas importantes las areas bajas, productoras de trigo, 0 las montafiosas,
dedicadas a la explotacién ovina. Pero a partir de mediados de siglo, fue en centros
del sur donde se dio un acentuado crecimiento, por la demanda en aumento de
carbén y de hierro que se explotaban alli, esto ultimo ligado al propio proceso de
expansion de sus comunicaciones internas, principalmente ferroviarias
Las pocas industrias rurales que subsistian en el norte de Gales decayeron por
la entrada masiva de mercaderfas provenientes de Inglaterra. El proceso industrial,
tardio pero brusco, tuvo repercusiones sociales intensas. En el sur de ese pais se
produjo el fendmeno de concentracién de una poblaci6n en crecimiento, una urbaniza-
ciénacelerada, y la llegada masiva de poblaci6n desde las dreas rurales galesas, o desde
fuera del pais (ingleses, irlandeses). Fue este influjo de poblacién no galesa al que mas
temieron los nacionalistas, pues significaba la pérdida de su lengua y su cultura.
Los campesinos galeses que emigrarona las dreas carboniferas lo hicieron como
una forma de complementar sus minimos ingresos, pero siempre pensando en retornar
al campo para la cosecha, Esto es enfatizado por Glyn Williams cuando explica que los
valores de muchos de los que emigraron, aunque provinieran de areas urbanas, estaban
ligados al campo.
El crecimiento fue fundamentalmente en industrias extractivas y no manufactu-
reras. Por ello, su impacto fue restringido y la oferta de empleo se orient6 a mano de obra
no calificada.
Ademis de los factores economicos, se busc6 preservar la identidad lingilfs-
tica y cultural. Es necesario referirse a los galeses que en afios anteriores habfan
emigrado a Australia, Sudafrica y principalmente a Estados Unidos, y que notaban la
pérdida de su cultura, sofiando con instalarse en una colonia aislada geograficamente,
en la que pudieran establecer un gobierno Io mas auténomo posible.
Lewis Jones cita en su obra varios testimonios de galeses asentados en
Pensilvania y Ohio, que se quejaban de la pérdida acelerada de su cultura. Uno de los
principales organizadores del movimiento en Estados Unidos fue Edwyn Roberts,
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RUPRESENPACIONES DE LA PATAGONIA: Colonoy, cleniificos ¥ paliicas
quien sefalaba ese mévil: preservar su cultura como determinante en la migra
cién a ese pais.
También se debe tener en cuenta que en el Valle de Scrampton, en Pensilvania,
donde residfa una importante comunidad galesa, en 1869 ocurrié una catastrofe en las
minas de carbén en la que murieron muchos obreros, entre ellos varios de origen galés.
Esto contribuy6 a la idea de migrar.
Para comprender cémo visualizaban Ja Patagonia como tierra de promisién, de-
bemos referirnos a su cosmovisi6n histérica, al cruce de memorias atdvicas, experien-
cias vitales de abandono de suelos natales, y exilios forzados que forjaron ideales
colectivos de migracién. De algtin modo, fue una fuerza utdpica la que los impulsaba.
Desde fines del siglo XVIII los suefios de una sociedad distinta se ubicaron no en islas
imaginarias sino en este mundo y en el futuro.
La utopia como lugar privilegiado donde se ejercia la imaginacién social se
vinculd estrechamente con Jas mitologias nacionales. En el caso de los galeses, la patria
a la que se empezé a aspirar y que se concretarja en esa colonia en los margenes del
mundo civilizado, fue una tierra de acogida, de refugio para los suefios y las esperanzas.
Se fue forjando el mito del hacer, de la tierra prédiga. Estas representaciones ut6picas
se articulaban con cierto mesianismo.
Para 1850, aproximadamente, etapa anterior a la concrecién del asentamiento
galés en Chubut, cuando se discutfan posibles lugares para el asentamiento de una
colonia donde fuera posible preservar su cultura, el cronista Lewis Jones cita a un
misionero galés entre los judios de Londres, un tal John Mills, que proponia el pais de
Canaan como lugar adecuado para establecerse. Se vinculaba con una visi6n comin
entre los galeses que arribaron a Chubut, el sentirse como los hijos de Israel en el
desierto, una vision biblica de la peregrinacion de los judios antes de llegar a la tierra
prometida.
Segtin Abraham Matthews, la idea de fundar una colonia galesa en la Patagonia
surgid por primera vez entre un grupo de galeses de San Francisco, hacia 1852, quienes
habian experimentado en carne propia cémo una emigracién desorganizada y suelta
habia Ilevado a la total aculturacién. Menciona a Edwyn Roberts, quien para concretar
la iniciativa viajé a Gales y se puso en contacto con Michael Jones de Bala. Se formaron
comisiones organizadoras en todo Gales y Estados Unidos.
E! historiador Glyn Williams opina que en el caso de la planificacién de la emigra-
cidn a la Patagonia se gesté un verdadero movimiento en pos de su concrecién.
Una de las primeras ocasiones en que se mencionéd a la Patagonia como
posible lugar para el establecimiento de la colonia galesa fue en 1856, en un periddi-
co, The Independent, en Estados Unidos. En 1861 se publicd en Gales un Manual de
la colonia galesa.
Las imagenes de la Patagonia no se transmitfan por la escuela sino por
los periddicos. La prensa jug6 un gran papel, no s6lo como medio propagandis-Suva Mabel Lépes
tico sino en la difusién del idioma galés. El crecimiento de una prensa popular
fue un elemento poderoso en la conformacién de una opinién nacionalista y
proclive ala emigracién.
Debemos tener en cuenta que Lewis Jones, uno de los principales lideres
del asentamiento, era tipégrafo y tempranamente puso en circulacién en la colo-
nia un periddico que se llamaba Ein Breiniad, que significa Nuestros Derechos
(el primer numero aparecié el 21 de mayo de 1878).
Lewis Jones posefa cierto ideal utdépico de sociedad igualitaria al estilo
del cooperativismo de Owen.
En julio de 1862 aparecié en Gales un periddico quincenal, Ddraig Goch
(Drag6n Rojo), que fomentaba también esa emigracién. El drag6n rojo figura en
todo emblema galés y ha tenido una gran fuerza simb6lica en distintas culturas
y épocas.
La informacion sobre la Patagonia se seleccionaba y se publicaban sélo
los informes favorables. Por eso algunos testimonios de los primeros colonos
que arribaron son quejas por haber sido engafiados acerca de las bondades de
la regién, como lo hace Thomas Jones —“Glan Camwy’— en su obra, cuando
narra que al llegar con el Mimosa a Madryn, se preguntaban dénde estaban los
bosques de los que habfa hablado, en Gales, David Williams. Cuenta también
que en el barco se leia el Manual de la colonia con una visién optimista de la
Patagonia. Con respecto a las charlas que fueron dando los propagandistas de
la emigraci6n, dice:
“En esas reuniones ptiblicas describian lo adecuada, espaciosa, exce-
lente y fértil que era la regién. Tanto es asf que hasta algunos muy bien
establecidos y prdsperos en Gales tuvieron ganas de emigrar. jNi qué
hablar de la clase de trabajadores comunes, que no tenfan ni una casa ni
una pocilga!” (Jones, 1999: 21).
La Sociedad de Emigracién de Gales inici6 tratativas con el ministro del Inte-
rior argentino, el doctor Guillermo Rawson, y se firmé un contrato de colonizacién
entre ambas partes que fue presentado al Congreso para su aprobaci6n en 1863. En
ese contrato se visualizaban las expectativas de la Asociacién Colonizadora Galesa
y el porqué de la eleccidn de una regién deshabitada como la Patagonia, ya que se
pretendia traer de trescientas a quinientas familias de inmigrantes cada afio, por el
término de diez afios:
“Cuando la poblacién de la colonia haya Iegado al nimero de 20.000 habi-
tantes, entrara como una nueva provincia a formar parte de la nacién y como
eos : wt
tal le acordara todos los privilegios y derechos competentes”.
24 Congreso Nacional, Camara de Senadores, Sesi6n Ordinaria del 27 de agosto de 1863
62
REHMESENTACIONDS DELA PATAGONIA: colonoy, eleificas ¥ polliicas
Aunque el convenio no fue aprobado por el Congreso, se asentaron amparados
por una ley de octubre de 1862 que otorgaba tierra ptiblica en propiedad a razén de unos
124 acres a toda familia que se estableciera en territorio nacional. Por esta ley quedaban
bajo dependencia del gobierno nacional los territorios situados fuera de las jurisdic-
clones provinciales.
3.2 Los galeses y el gobierno argentino. Dos proyectos y una
nacién
Para contextualizar el arribo de los colonos galeses a Chubut y en qué estadio
formativo se encontraba la Argentina, es necesario destacar el caracter atin no con-
solidado del Estado. Se estaba saliendo de una confrontacién armada y un periodo
de secesién politica entre Buenos Aires y la Confeder
ficar el interior del pais; no se habja dado atin la federalizacién de Buenos Aires.
ion Argentina; faltaba paci-
Esta debilidad en la conformacién estatal y en la idea de nacin, se evidencia
en el debate suscitado en la Camara de Senadores en 1863, cuando se presenté para
su aprobacién el contrato celebrado entre el gobierno argentino y la Sociedad de
Inmigracién de Gales.
El mayor opositor fue el senador Félix Frias, quien se opuso tundamentalmen-
te por su condicién de protestantes. Y agregd a su argumentacién el peligro de que
una vez asentados favorecieran una ocupacién inglesa.
Para Guillermo Rawson, que apoyé la iniciativa, el objetivo fue “‘poblar los
desiertos”, expresando de este modo el concepto de nacidn liberal. En el mismo
sentido se manifesté Cullen, representante por Santa Fe e impulsor de la coloniza-
cin europea en su provincia, cuando expresd que yotaria en favor de todo proyecto
cuyo objeto fuera traer inmigraci6n extranjera.
Se evidenciaba, en forma bastante generalizada, un desconocimiento de la
historia de resistencia del pueblo galés a la dominaci6n briténica; s6lo algunas vo-
ces planteaban la hist6rica tensi6n entre galeses e ingleses que relativizaba el temor
de una anexi6n de ese territorio por Gran Bretafia. Sin embargo, hay un argumento de
peso esgrimido por Mariano Fragueiro: se refiere a que Inglaterra y Francia hacia
muy poco habian protestado contra la ley de ciudadanfa argentina, de modo que era
de temer que se mantuviese una postura similar en cuanto a que estos colonos
siguieran siendo stibditos briténicos.
A eso se sum6 lo distante del asentamiento, que no servia para defender la
frontera. Hablaban desde la debilidad del Estado. De todos modos, es interesante
transcribir algunos parrafos que ilustran los temores de Jos senadores que se opo-
nian y de qué modo estos prejuicios contra Gran Bretafia se fueron disipando en lasSavana Mabel Lopes
décadas siguientes, cuando se propagandizaron tanto desde las esferas oficiales —
incluso lo veremos en los exploradores de la Patagonia— los beneficios de la penetra-
cidn del capital britanico.
Uno de los senadores que se opuso al convenio fue el sefior Bustamante,
quien aleg6:
“Este pais de Gales es un pais que esté en condiciones algo excepcio-
nales en Inglaterra misma. Su agricultura, segtin he lefdo, esta atrasada
de un siglo. Sus gentes son de un cardcter irascible e independiente de
tal modo que la historia muestra que este pafs se mantuvo durante dos
siglos sin someterse al régimen comin y pretendiendo hacer una espe-
cie de isla independiente del suelo en que esta situado; tiene un dialec-
to propio y costumbres raras”.>
En general, esta impresidn sobre Jos galeses persistié por bastante tiempo y se
evidencia en distintos viajeros que se sorprendian de algunas de sus costumbres.
Aunque el proyecto de convenio resulté desechado por 21 votos contra 5, la
Asociacion Colonizadora igualmente logré la aceptacién para asentarse, aunque en
condiciones menos favorables.
Cuando el cronista Abraham Matthews narra el momento de la partida del
primer contingente colonizador hacia Chubut a bordo del Mimosa, explica la peculia-
tidad de esa emigraci6n: iban a un lugar incu/to, para establecer una primera colonia
enun pais nuevo, aislado completamente de toda organizaci6n social, y por lo tanto,
era necesario plantar lo que debia ser el nticleo de la futura sociedad y gobierno. En
vista de ello se eligié en Liverpool, por voto secreto y dentro del contingente colo-
nizador, una comisién de doce miembros, con un presidente, un secretario y un
tesorero (Matthews, 1977: 18).
Esto nos recuerda el Pacto del Mayflower, con todo el peso de la tradi-
cién consuetudinaria y contractualista inglesa. Recordemos que en ese barco
legaron a la costa este de los actuales Estados Unidos, treinta y cinco Padres
peregriuos con otros sesenta y siete emigrantes, en 1620, y fundaron Nueva
Plymouth. El grupo pertenecia a los separatistas 0 congregacionistas puritanos
que habian huido de Inglaterra a Holanda hacia mas de diez afios, por las perse-
cuciones religiosas de los Estuardo y con el fin de poder practicar el culto a su
modo. Disconformes en Holanda, emprendieron el viaje a Nueva Inglaterra, pero
antes de desembarcar, firmaron una carta sobre la organizacion de su gobierno,
que adoptaron un principio pactista que se convirtid en la constitucidn origina-
ria de la colonia.
25 Ibidem. El destacado es nuestro.
64
REPRESENTACIONS DELA PATAGONIAS Colonas, clentificos v paliiicas
Hubo cierta periodicidad en el proceso de emigracién galesa, con tres
etapas de mayor intensidad: 1874-1876, 1880-1887 y 1904-1912 (G. Williams, 1976).
En el primer contingente embarcaron personas sin recursos econdémicos, pero
fuertemente ligados a sus pastores y, aunque provenfan de zonas industriales,
la Sociedad de Emigracién Galesa traté de que tuvieran orfgenes rurales. Ya los
del segundo grupo, los provenientes de Estados Unidos, trajeron capital. Las
condiciones econémicas de los obreros galeses en ese momento eran pésimas,
debido a una fuerte recesi6n, principalmente en la industria del carbén.
EI primer periodo en la Patagonia significé para los colonos una dura expe-
riencia de adaptacién a un medio desconocido. La regi6n central est4 dominada por
mesetas sobre las cuales se levantan algunas montafias de escasa altura, que alter-
nan con depresiones y valles fluviales profundos y anchos, originados por caudales
hidricos mas importantes que los actuales.
En cuanto al Valle Inferior del rfo Chubut, es medianamente extenso; su limite
occidental esta a 1a altura de Boca Toma, y el oriental, en cercanfas de la costa atlantica.
Los limites septentrionales y meridionales, a lo largo del mismo, estan delimitados en su
mayoria por el pie de las laderas del talud (bardas) norte y sur. El rio Chubut carece de
factores naturales de regulacidn (lagos, bosques) y, apenas originado, se lanza por un
caj6n angosto y quebrado hasta su curso inferior. Arrastra abundante material s6lido en
suspensi6n, factor determinante de la formacién de una fuerte barra aluvial frente a su
desembocadura. En consecuencia, antes de la construccién del dique Florentino
Ameghino, las terrazas bajas cultivadas estuvieron constantemente expuestas a violen-
tas inundaciones. Es un rea ventosa y con escasas Iluvias.
El grupo que desembarcé en Puerto Madryn en 1865 debio vivir gran canti-
dad de vicisitudes para subsistir. El desconocimiento de las condiciones climaticas
de la regidn, la siembra en época inapropiada, la ignorancia de las variedades de
calidad de suelo, caudal del rio y Iluvias irregulares; la falta de maquinarias agricolas
y de capital impidieron en un primer momento lograr algtin éxito en las cosechas. De
allf que fuera necesario recurrir al trueque con los aborigenes como principal alterna-
tiva para la subsistencia.
Para 1873-1874 se obtuvo una cosecha abundante, de modo que se pudo
exportar una considerable cantidad de trigo. Esto permitid que a partir de 1874, conel
establecimiento de algunas casas mercantiles en la colonia, se iniciara un comercio
estable y en amplia escala. Se cultivaba fundamentalmente tri go —porque, en general,
era el cereal que mas rendia y tenia probabilidades en casi todas las temporadas— y
cebada, que a veces alcanzaba mejores precios.
La expansion de la red de canales que fueron solucionando el problema del
riego, el nuevo impulso inmigratorio y lamayor eficiencia en la faz comercial y financiera,
con la creaci6n de la Compafifa Mercantil Chubut y el trazado del ferrocarril, permitieron
acelerar esa etapa de notable crecimiento de la produccién triguera. Se fue conformando
65Susan Mabel Lopes
entonces en la zona una estructura de cardcter dependiente por el tipo monoproductor
de laeconomia, que impuso una relacién de subordinacién frente alos mercados nacio-
nal y mundial. La produccién del trigo era econdmicamente viable mientras mantuviera
sus ventajas de ubicacidn en relacién con areas rivales.
Sabemos que el pais atravesaba en 1890 una crisis profunda, al borde mismo
de la cesacién de pagos. En ese momento, el trigo fue un recurso casi milagroso. El
incremento mayor del drea bajo cultivo se dio principalmente en la regidn pampeana.
En Chubut, la economia no fue afectada por la crisis del 90, ya que mientras otras
zonas trigueras tuvieron dificultades tales como plagas de langostas 0 atraso de las
cosechas por las Iluvias (por ejemplo, en 1892), nuestra regidn no las padecid; pero
de todos modos, y a medida que las vias de comunicacién se extendieron a zonas
cercanas a Buenos Aires, cuyos climas eran mas favorables para la produccién de
trigo, la colonia fue excluida del mercado. Sia esto le sumamos las graves inundacio-
nes de 1899, 1901 y 1902 que produjeron un dajfio del que a la colonia le costé tres
afios recobrarse, se pone en evidencia la necesidad que tuvo de producir un cambio
econdémico en respuesta a nuevas condiciones del mercado.
Para 1890 ya habia signos de que la economia agricola habia comenzado a
diversificarse. Las cifras de exportacién desde 1890-1896 indican la importancia cre-
ciente de la cebada, la lana y la alfalfa en la economia local, aunque el trigo continua-
ba siendo el principal cultivo. La alfalfa aumenté mucho; se sostenia que daba mas
ganancias. El cultivo del trigo se vio afectado por algunos factores como aridez del
suelo, insectos, resembrado del grano local, que reducia su calidad. También el
impacto de las inundaciones sucesivas de comienzos de siglo y el efecto de las
fluctuaciones de los precios en el mercado afectaron su producci6n. La extensidn de
la cria de ovejas en amplias regiones de la Patagonia cred ademas una demanda de
alfalfa para el forraje de invierno.
Desde el punto de vista politico, durante diez afios la colonia goz6 de autono-
mia administrativa. Posefan un Consejo o Comisién Ejecutiva conformada por un
presidente, doce consejeros, un juez de paz, un secretario y un tesorero. Ademas
existian dos tribunales: el de Justicia y el de Arbitraje, que se reunfan mensualmente.
Esta situacidn se prolong6 hasta 1876, cuando se establecié un “Comisario
de Colonia”, Antonio Oneto, elegido por el gobierno nacional. A partir de ese mo-
mento se inicié una cantidad de conflictos con el poder central, que se agudizaron
mas atin por la presencia del comisario Finoquietto, ya que las atribuciones de los
distintos funcionarios de la colonia no estaban definidas claramente.
En las instrucciones que el jefe de la Ofi
al primer comisario de la colonia se hablaba de mantener y respetar las organizacio-
nes locales y a eso se aferraron los colonos en todos los casos en que se intenté
desconocerlas. En el marco de la lucha por sus derechos a un gobierno municipal
propio, Lewis Jones, cuando recibié la parte que le faltaba de su imprenta, edit6 en
ina de Inmigracién, Juan Dillon, dio
66
REPRESENTACIONES DE LA PATAGONtAs Colonay, clentificos ¥ politicos
1878 el periddico Fin Breiniad. Alli s
hablaba el galés, y en ese idioma se ensefiaba y se publicaban los periddicos locales.
relata lo que Ilamaba la tirana oficial. Se
Oneto, alarmado, solicitaba al gobierno el envio de maestros que ensefiaran
en castellano en las escuelas. Un episodio que marcé un momento de gran tensién se
dio durante la gestién de Finoquietto como comisario de Ja colonia, cuando ordené
apresar a Lewis Jones. Hay versiones encontradas sobre los motivos de esta deter-
minaci6n. Su envio, junto con otro colono, Berwyn, a Buenos Aires, causé conmo-
ci6n en varios medios periodisticos de la Capital. El ministro del Interior, Bernardo de
Irigoyen, intervino para dejarlos en libertad.
Recién el 16 de octubre de 1884 se crearon, por ley 1532, nueve territorios
nacionales, entre ellos el de Chubut. Con la Ilegada del primer gobernador, Luis Jorge
Fontana, comenzé un periodo de relativa paz, se organizé el gobierno municipal del
que pudieron participar los galeses y se modificé la actitud de confrontacién por una
de colaboracién, funcional a ambos proyectos.
La expansién econémica se pensaba unida no sélo a la agricultura sino tam-
bién al potencial minero de la regién. El éxito de la fiebre del oro en Norteamérica
habfa creado la impresién entre muchos galeses de que el oeste de Ja Patagonia
poseia riquezas minerales equivalentes. Los lideres del movimiento reconocieron
que cualquier descubrimiento mineral seria beneficioso, no sélo para los miembros
de la colonia, sino que servirfa también para atraer a los recién Ilegados que se
sumarian.
Durante los primeros afios, el medio ambiente era considerado por los
colonos como algo hostil, vinculado a una concepcién negativa de la idea de
desierto. Uno de los ministros de! grupo, al predicar su primer serm6n, lo tituld
Israel en la desolacion. Esta forma de autoidentificacién con los escritos bibli-
cos parece haber sido prevaleciente entre estos primeros colonos galeses de la
Patagonia.
Debemos considerar que en las historias y mitos galeses, muchos de
ellos derivados del periodo de la literatura celta, abundan los relatos sobre la
tierra inhdéspita y drida. Algunos estaban relacionados con los santos celtas,
quienes veian el aislamiento en lo salvaje como un lugar de prueba donde los
hombres sufrian para obtener comunicacién con Dios.
Al principio, el Valle Inferior del rio Chubut fue considerado como una
isla de esperanza. Su relacién con la poblacién indigena hizo entender a los
colonos que el desierto no era tan hostil como habian imaginado. De hecho,
podia ser un aliado. A través del contacto con los indios, aprendieron a desa-
rrollar una buena relacién con el ambiente, descubrieron que contaban con
recursos extremadamente ttiles y que con su utilizaci6n correcta podrian vivir y
viajar por el desierto. Asi desarrollaron un sentimiento fuerte de respeto hacia
los indios y valoraron la habilidad para relacionarse con el medio.
67Susana Mabel Lopes
Para 1882, diecisiete afios después del arribo a la Patagonia y aunque se habian
realizado varias expediciones exploratorias de la parte central del territorio, los colonos
no habian descubierto El Dorado que supuestamente yacfa en el oeste. De hecho,
algunos empezaban a dudar de que existiera tal lugar.
El gobernador de Chubut, Luis Jorge Fontana, decidié iniciar una serie de viajes
exploratorios acompafiado por los galeses, A. P. Bell y otros colonos.
Los galeses tenfan noticias, por los tehuelches —y después, por el libro de George
Musters sobre su viaje-, de la fertilidad de la zona cordillerana. Tardaron veinte afios en
colonizarla porque estaba muy alejada de los asentamientos en la costa, y también puede
haber contribuido la cuestionada soberania argentina en el area fronteriza.
El gobierno argentino, en la persona del primer gobernador del Territorio Nacional del
Chubut, Luis Jorge Fontana, deseaba asegurar la expansi6n territorial hacia el oeste, de modo
que coincidieron ambas motivaciones, la de los galeses que deseaban obtener més tierras
cultivables en mejores terrenos, y la del gobierno central, que necesitaba afianzar la penetra-
ci6n estatal. El personaje que sirvid de nexo para la organizacién de lo que se conoce como
Expedicion de los rifleros del Chubut fue el colono Murray Thomas.
Thomas era comerciante, residid en Buenos Aires, conocfa perfectamente el
castellano y fue quien mas favorecié la integracién definitiva de los galeses con el
proyecto estatal argentino.
La expedicidn al oeste se llevé a cabo en 1885 y fruto de la misma se fundé la
Colonia 16 de Octubre. Recién después de 1902, los que se establecieron en la
colonia cordillerana obtuvieron los titulos de propiedad de sus tierras. Aunque se
realizaron algunos cultivos, los campos se dedicaron principalmente a la cria de
ganado vacuno.”
El concepto de paraiso de los colonos coincidia con el terreno montafioso de
exuberante vegetacién que, se suponja, yacia en el oeste. Esta expansion significé
cumplir con el suefio de ocupar una zona paradisiaca en cuanto a sus paisajes. En la
toponimia que va jalonando el paso de los expedicionarios, se nota la prodigalidad
de la naturaleza que los iba deslumbrando: Valle de los Corintos, Valle de las
Frutillas, Valle Hermoso (en galés, Cwm Hyfryd, que es como lo Hlamaban en la
colonia). Lewis Jones, en su libro, dedica un capitulo a narrar la expansi6n al oeste y
lo titula: “El feraz regazo de la cordillera”.
En general, los galeses prefirieron utilizar nombres vinculados a lo magico, al
éxtasis que producfan las bellezas naturales, o a la aventura. Por ejemplo, la denomi-
naci6n que le dieron en un comienzo a la actual ciudad de Rawson, haciendo alusi6n
al fuerte que allf habia dejado Henry Libanus Jones: Caer Antur (significa fortaleza
de la aventura).
26 Sobre esta colonizacién se consultaron los trabajos de Williams (1975 a), Mulhall (1999),
Thomas (1985) y Evans (1995).
68
RR SENTACIONES DE LA PArAcONtA: colonoys, Clentifleay y paliticas
Fontana fue una bisagra entre la etapa confrontativa de los colonos y su
integraci6n a la naci6n. De allf que el mismo Lewis Jones opinase que con la llegada
de Fontana se puede aplicar la frase biblica: “Hubo paz en la tierra y se inicié una era
de prosperidad” (Jones, 1983: 179).
Se registraron, sin embargo, otras situaciones conflictivas. Al recrudecerse el
problema limitrofe con Chile, el gobierno decidié convocar nuevamente a la guardia
nacional. Los galeses solicitaron que los ejercicios militares se trasladasen del do-
mingo a otro dia de la semana, por motivos religiosos. Las desavenencias se produ-
jeron con el gobernador de Chubut en ese momento, Eugenio Tello, y sdlo se recom-
puso con la visita del presidente Julio A. Roca a la colonia en 1899. Finalmente, la
tensidn se disipd cuando los galeses de la zona cordillerana, en 1902, respondieron
aun plebiscito convocado por el arbitro inglés en la cuesti6n de limites con Chile,
optando por la nacionalidad argentina. Esta actitud permitié que esa zona permane-
ciera bajo la soberanja territorial de nuestro pais. Este hecho se toma, desde una
visién geopolitica, para integrar a los galeses a la memoria oficial.
En las memorias reivindicativas de las gestas colonizadoras de distintos gru-
pos de inmigrantes, en la costa y la zona cordillerana de Esquel-Trevelin, los galeses
son considerados pioneros en la construccidn histérico-social de estos espacios.
También se esta armando un vector de memoria vinculado a la reivindicacién
de los pueblos originarios, en este caso, los tehuelches. Por eso incluiremos la
modalidad que asumi ese contacto.
3.3 El contacto entre galeses y tehuelches. La construccién de
una memoria
Entre los primeros colonos galeses era comtin escuchar la frase “7 Qué hubié-
ramos hecho sin los indios?”’. Efectivamente, su ayuda fue imprescindibie en los
primeros afios del asentamiento e inicid una relacién pacifica entre ambos grupos,
que perduré por muchos ajios. El fracaso de los primeros ensayos agricolas propicié
el contacto con los tehuelches.
El establecimiento de la primera colonia agricola al sur del rfo Negro tuvo una
significacién distinta segtin se tratara del gobierno argentino, de los tehuelches 0 de
los propios colonos. Para Jas autoridades politicas argentinas, el interés se centraba
en la posibilidad de establecer un centro de control de la regién en constante disputa
con Chile. Para los ocupantes nativos era una posibilidad de comercializar sus pro-
ductos y obtener ayuda del Estado, en un lugar menos distante que donde lo hacian
tradicionalmente, Carmen de Patagones, lo que también disminufa las situaciones de
tensién con otros grupos indigenas asentados en territorios intermedios. Para los
69Susana Mabel Lopes
colonos, como ya se explicit6, era la oportunidad de recrear aspectos basicos de su
propia identidad cultural.””
Los galeses se preocuparon por realizar gestiones para asegurar que los indios
recibieran las provisiones que les enviaba el gobierno, y que no se trasladara a la regi6n
el enfrentamiento que el ejército sostenfa con éstos. Una prueba es la carta enviada por
el colono Lewis Jones al ministro de Guerra y Marina, Julio A. Roca, donde sefialé las
diversas razones por las que serfa perjudicial para la colonia la presencia de tropas.
En las ultimas campaifias militares al sur, cuando el ejército nacional ya tenia
muy cercados a los indios de la zona, los colonos apelaban por clemencia:
“Deseamos, como viejos conocidos de los indios, expresar nuestra es-
peranza de que podais mostrar hacia ellos toda la benevolencia y ampa-
ro que permita vuestro deber. De nuestra parte, aprovechamos la opor-
tunidad de declarar que hemos recibido mucha ayuda de estos indios
desde que se establecié la Colonia y no sentimos nunca entre ellos el
menor temor por nuestra propia seguridad. En realidad los indios fue-
ron un muro de seguridad y amparo para nosotros. Creemos que las
pequefias comunidades indigenas en los confines favorecieron siempre
la entrada hacia el interior de nuevos establecimientos, tal como fue su
comercio con nosotros. Anhelamos que podais, al cumplir vuestra obli-
gacién militar y de acuerdo con vuestra prudencia, dejar a nuestros
viejos vecinos indfgenas en sus hogares mientras permanezcan tan pa-
cfificos e inofensivos como hasta hoy. Los nombres de todos, 20 de julio
de 1883” (Jones, 1983: 136).
Sin embargo, la valoracién que hacian los galeses de los componentes de
raza, lengua y religién como datos a partir de los cuales recortar su nacidén, son
criterios que definen mas al otro que al nosotros.
Aqui es interesante preguntarse cual es el recorte inclusivo que hace cada
proyecto nacional. Las medidas adoptadas por el gobierno argentino trasuntaban
un proyecto con un perfil de nacién excluyente. En su politica con respecto a los
indigenas se evidencié en forma mas descarnada que se estaba dispuesto a la inclu-
sién bajo el supuesto de la mds férrea borradura de las diferencias.
No es posible equiparar la posicién de galeses y tehuelches ante el poder
central. En este tltimo caso, el gobierno argentino decidié su exterminio. Los colo-
nos galeses, en cambio, tuvieron una mayor posibilidad negociadora. Se valieron de
los funcionarios del consulado britanico en Buenos Aires para interceder por la
colonia ante las autoridades argentinas. Aprovecharon su status de ciudadanos
briténicos. También utilizaron la prensa de Buenos Aires —argentina o britanica—
27 En este punto se sigue el articulo de Lopez, Mejido, Western y Fernandez Picolo (1991).
70
TR PRESENTACIONES DELLA PATAGONIA! colanoy, clentificay y politieay
para hacer ofr sus reclamos, escribfan directamente a las autoridades nacionales para
exponer sus quejas, 0 usaban sus Contactos con importantes firmas comerciales
inglesas en Buenos Aires. El Estado argentino, a su vez, intenté mds que nada la
homogeneizaci6n cultural frente a la colonizacién extranjera, fundamentalmente a
partir de la educacién.
Si hay que describir la mirada galesa frente a la Patagonia, comparandola con
la de los exploradores y gobernantes argentinos, es semejante en cuanto se trata de
una mirada colonizadora. Los galeses también visualizaban la Patagonia como un
vacio, de allf su suefio de fundar en estas tierras una colonia lo més aut6noma
posible del poder central.
Castoriadis se refiere a un concepto de nacidn en que cada individuo se
define y es definido por los demas en funcién de un nosotros. El nosotros, en el caso
de los galeses, se visualizaba muy fuertemente para ese momento, en términos de
pasado, homogeneidad y voluntad.
Los dos proyectos, el galés y el argentino, que en determinado momento
entraron en conflicto, la profundidad de la tensidn entre los colonos y los represen-
tantes del gobierno central, calé hondo en la memoria de los cronistas galeses, y
principalmente en uno de sus lideres: Lewis Jones, quien lo calificé como “la opre-
sidn gubernativa’’. En esta confrontaci6n se visualizan proyectos de nacién en pug-
na y un Estado central que atin no era nacional, tratando de imponer su dominacidn,
mediante distintas modalidades de penetracién.
El celo de los funcionarios nacionales y la imposibilidad de que la emi-
graci6n de galeses al Chubut tuviera continuidad, llevé a que los colonos redu-
jeran sus pretensiones de autonomia y modificaran, en el momento de pasar a
depender directamente del gobernador del Territorio, su actitud confrontativa
por otra de integracién a un proyecto de transformaci6n acelerada del desierto.
Este proyecto se volvié predominante en la construccién de la Patagonia y de
su imaginario.
La mirada de los colonos galeses con respecto a los tehuelches fue de respe-
to por su cultura y se tradujo en un contacto pacifico, pero no dejé de tener el
distanciamiento propio de una visidn del ofro cultural.
En estos tiltimos afios, en cada aniversario del arribo de los galeses a Puerto
Madryn el 28 de julio, representantes de la comunidad galesa y algunos de la tehuelche
reconstruyen el desembarco y el abrazo fraterno de bienvenida de los tehuelches.
Como en toda recreaci6n conmemorativa, la relacidn se presenta como idiflica y cola-
bora en la construccién de una memoria sobre la actuacidn galesa que es calificada
de epopeya o gesta, con un fuerte sentido épico.
Sin embargo, la relacién de intercambio con log indios fue muy beneficiosa
para los colonos en sus primeros afios. El reverendo Abraham Matthews explica
claramente qué se sentia por los indios y por qué los aceptaron:
7Susana Mabel Lopes
“Aunque las tribus de indios significaban un estorbo bastante grande para
los colonos, porque estaban continuamente en las casas, mendigando siem-
pre alguna cosa u otra, sin embargo fueron para nosotros una gran ventaja
en esa época, pues contribuian con sus caballos y aperos para montar y nos
daban mucha carne a cambio de pan y otras cosas. Ese afio vendian muy
baratas sus mercaderias, al parecer porque vefan que los colonos no tenian
mayormente nada que dar por ellas. Era posible comprar un caballo por unos
pocos panes y un poco de azticar o si no por unas yardas de algod6n y uno
o dos panes” (Matthews, 1977: 36-37).
De todos modos, es de destacar que, en una época en que se estaba llevando a
cabo el exterminio de los indfgenas por las tropas del gobierno argentino, ellos -como lo
hicieron Lewis Jones y Eluned Morgan- denunciaron ese atropello.
Es necesario considerar que existen distintos vectores de memoria, que cuestio-
nan y buscan posicionar a su colectividad como central para la construccién de la
memoria local, regional y provincial.
Una tensié6n a la que podemos referirnos es la suscitada en Chubut con
respecto a quiénes fueron los primeros que se asentaron en el territorio con una idea
colonizadora. La colectividad espafiola ha destacado la expedicién de Simén de
Alcazaba, que busc6 establecerse fundando la Provincia de Nueva Leén. Dicho
acontecimiento logr6 su reivindicacién al ser declarado como feriado provincial el 9
de marzo.
En esta puja, también han participado representantes de la comunidad
salesiana, que reivindican las gestas espafiolas y 1a tarea evangelizadora de esa
orden, que denominan conquista espiritual de la Patagonia. La obra de Juan Muzio
y de otros religiosos es permanentemente evocada en nuestras ciudades: plazas,
escuelas, calles.
Los galeses fueron un grupo inmigrante minoritario en comparacién con otras
colectividades, como espafioles 0 italianos. El cese de la emigracidn de galeses a
Chubut, que se dio con la Primera Guerra Mundial, obedecié al mismo conflicto y
a otras circunstancias como las siguientes: los problemas que tuvieron los pri-
meros pobladores con el gobierno argentino; las consecuencias econémicas
desfavorables que significaron sucesivas inundaciones en el Valle Inferior del
Chubut en 1899, 1901 y 1902; las continuas salidas de colonos desde Chubut
hacia otros pafses Canada, Australia— y otras regiones de la Argentina —Santa
Fe y Rfo Negro-, que reflejan un fuerte sentimiento de frustracién por parte de
muchos colonos.
Sin embargo, esta comunidad étnica minoritaria ha logrado distinguirse entre
los circuitos turisticos que atraen visitantes a esta zona para disfrutar de las reservas
faunisticas de Penisula Valdés, los avistajes de la ballena franca del sur y la reserva
de pingitinos ubicada en Punta Tombo. En Gaiman se ofrece el tradicional té galés y,
72
RerRiNENTACIONDS DELLA PATAGONtAL colonios, clentifieay y politicns
también en Trelew, se desarrollan los tradicionales festivales de canto y poesia, y
certémenes corales alos que hoy se suma esa singular relacién que mantuvieron en
los primeros afos de la colonia con los indigenas de la zona.