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Capitulo 7 Kan : la buena voluntad Jacinto Rivera de Rewales 7.1. Texto (1) Noes posible pensar nada en el mundo, ni siquiera fuera de €l, que pudicra ser tenido como moralmente bueno sin tesiziecidn alguna excepto tuna buena voluntad. (2a) Entendimiento, ingenio, juicio, » como quicran Hamarse tos ralentos del espirity, 2b) 0 valentia, decision, perseverancia, cen el propésito, como cualidades del remperamento, son, sin ducks, en aly ‘hos axpectos moralmente buenos y deseables: pero pueden llegar a ser tan bien extremadlamente malos y dino si la voluntad, que debe hacer us dle esos dones de to carieter. no es moralmente buena. ( de la fortuna, Poder, riqueza, honor, incluso la salud, y odo ese encontrar se bien y estar contento con su situacién que even haj el nombre de felt dad, dan valentia, y 2 través de ella muy & menudo arrogancia donde ‘existe una buena voluntad que (3) no rectifique y haya adecuads univer sailmente a fines (4) su influjo sobre el inimo y (3) eon él tambi principio de la avcisn: (6) sin meneionar yue incluso un espectador race nal e imparcial nunea puede tener eomplacencia al contemyplar que 3 un se ‘que no ostenta ningun rasgo de una voluntad pura y buena, le va ininte Frumpidamente bien, y por tanto la buena voluntad parece constitur ka con- icién indispensable misina que nos hace dignos de ser felices, (Fund ‘mentacicn de la metafisica de las costumbres, Primer capitulo Ak. LV. 393, traducein propia) turalera y cuya peculiar constitucion se Hatt porta c) Lo mismno sucede con los dines texlo el Kant: be buena veluntad Ey ist uberall nichts in der Welt, ja berhaupt auch auBer derselben zavdenkea wi ich, was ohne Finschrankung fir gut kinnte gehalten wer- den, als allein ein guter Wille, Verstand, Wits, Urtheilskrall und wie die ‘Talente des Geistes sonst heibien mégen, oder Muth, Entschlossenbeit Beharrlichkeit ion Vorsatze als Eigenschalten des Temperaments sind ohne ‘Pveilel in mancher Absicht gut und wiinschenswerth: aber sie Kbnnen auch dulierst hive und schiidlich werden, wenn der Wille, der von diesen Naturgaben Gebrauch machen soll und dessen eigenthimliche Beschal fenheit darum Charakter heiBt, nicht gut ist, Mit den Glicksgaben ist es eben so bewandi, Macht, Reichthum, Ehre, selbst Gesundheit und das ve Wolilbefinden und Zufriedenheit mit seinem Zustande unter dem Namen der Glicksetigkeit machen Muth und hiedurch dfters auch Ub ruth, wo nicht ein guter Wille da ist, der den EinfluB derselben auts Genutth und hiemit auch das ganze Princip zu handetn berichtige und al ;weckmaig mache: ohne 7u erwahnen, dal vin verniinftiger ‘ununterbrochenen ns cines Wesens, das kein Zug eines reinen und guten Willens Aer, nimmermehr ein Wohlgetallen haben kann, und so der gute Wille die unerlabliche Bedingung selbst der Wiirdigheit glicklich a sei aL ‘zumachen sch 7.2. Comentario 7.2.1. Ideas 1) La buena voluntad como piedra angular del conocimiento moral comtin, lo Gnico que para él tiene un valor moral no condicionado, Estamos cen fa buisqueda del primer principio moral. 2) Todo lo demas: (2a) las capacidades te6ricas, (2h) psicoligicas 0 2c) la feliz fortuna tienen carter de medios. ¥ ser bueno si es utiizado por tna buena voluntad. En caso contrario, puede servir para hacer el imal. Quedan en consecuencia descartadas todas ellas como criterio tilti- mo de moralidad, también la felicidad, el ema clisico de la étic 3) Exa buena voluntad es 1a que tiene que ver con los fines universales. Ella abrira fo que Kant tama et reino de fines © reino de los seres. e libres, pues fa buena voluntad es fa libertad racional, y la razén es la comprensidn de Ia universalidad y de los distintos imodos de ser. La buena voluntad suede en el animo, en fa refacidn de fa subjeti- vidad consigo misma. Es ahi donde hemos de busear el primer prin- 4 122 Como se-comenta un texto files cipio moral, lo cual no quiere decir que ahi se agote todo el ambito de lo moral. 5) EI principio moral es el que nos guia en ditima instancia en ka accién real y no se queda en el mero dnimo interior sin obras, no es una volun tad que se eree buena pero que no pasa o intenta pasar a la acci6n rea, 6) A.una voluntad moral le disgusta que ef malo sea feliz, es decir, que le vaya bien en el mundo. Por tanto, la buena voluntad debe ser la condi- cidn moral de ser felices. De aqui saldré el postulado de Dios 7.2.2. El planteamiento anterior de la Critica de la razon pura (KrV) Encuadremos primeramente en la obra kantiana este texto, con el que se inicia cel capitulo primero de kt Fundumentacién de la Metufisica de las costunbres (GMS), Aparecida en 1785. es la primera obra de la filosofia critica dedicada moral, pero no era fla primera vez que ésta hablaba de moral Ya lo habia hecho en ta Critica de la ra: ditada en 1781. Kant pens6, muy probablemente, que ésa iba a ser la tiniea critica que escribiria, con lo cual encontramos en ella, en concreto en la solucién de la tercera antinomia yen “El canon de la razén pura”, unas reflexiones basicas sobre el deber y la moral!, mientras que a teleologia, el tema de le tercera Critica. ya aparece al final de la Dialéctica, al tratarse el uso regulative de la razén?, y en ese mistno Canon, Cuando, en contra de lo que fue posiblemente planeado. aparecen las otras dos Criticas, Kant siente la necesidad de explicar el titulo de la primera’ Pronto descubte, por tanto, que la Critica de la razén pure no podtia dar et marco critico a las dos partes de Ia metafisica en cuanto desarrollos del sis- tema completo: la de la naturaleza y 1a de las costumbres o ética. Ein esta tt ma, que retoma ka denominacidn de la disciplina wolffiana “Metaphysica mora- lis”, se encuadra nuestro texto, En él se inicia el proceso de su fundamentacién, ‘como ya indica su titulo, cPor qué hay dos clases de metafisica, o dos partes en la metafisica? En la Critica del Juicio (KU), en el punto I de ka Introduc- civn, nos aclara Kant que hay dos clases de conceptos que determinan la posi- bilidad de las cosas: primero, los conceptos (tedricos) de la naturaleza, que dicen lo que sucede o lo que puede técnicamente suceder, leyes cuyo funda- mento fue estudiado en la Kr, y, segundo, el concepto de ta libertad, que dicen lo que debe suceder, expuesto en la KpV: “Prictico es todo lo que es posible mediante libertad”, Esos conceptos abren dmbitos de la metafisica porque nos hhablan de La realidad, unos de Ia realidad de fos objetos de la naturaleza y el Kant: la buena voluntad otro de la realidad de las aeciones libres. No metafisico, por el contratio, es cl concepto de la finalidad en la naturaleza, nos sigue explicando Kant en esa Introduceién; ese concepto, que articula toda la tercera Critica, es un prinei- pio meramente trascendental, porque no es capaz de determina ninguna rea lidad, ni objetiva ni libre, y Ginicamente sirve como guia del juicio reflexio- ante en orden a la comprensiGn de cierta clase de fendmenos (los estéticos, los seres vivos, la expecificacién de la experiencia y lu historia), de manera ‘que posce una validez meramente regulativa’. Por eso fo tratado en la KU for- Ina parte de fa critica, pero no abre ningdin ambito a la metafisica, La Metafisica de la naturateza ta inicia Kant en lox Principios metafisicos de la viencia de ta naturaleza (1786), y todavia en el Opus postumum sigue «indole vueltas, sin lograr una solucién que le satisfaga. La Metafisica de las costumbres, por st pate, inicia su camino en esta obra, Fundamentacién de la Metafisica de las costumbres (1785). Pero el proyecto encalla y Kant ve enton= cesidad de abordar una segunda Critica (1788) con ese mismo tem ido se completa en Lat Metafisica de las costumbres (1797), dividida ‘en dos partes: “Primeros principios metatisicos del derecho”, que fundamenta- n la legalidad, y “Primeros principios metafisicos de la teoria de la virtud”, ‘que dessuvollan ka: moralidad, En este dmbito prctico o de metatisica ética habria «que colocar también la filosofia de la eligidn, segiin la cul ka comunidad éti- cca ha de configurarse para combatir juntos el mal moral y sus consecueneias. Pero, por qué encalla el proyecto? El pensamiento ético de Kant da un eiro.en y tras la GMS, un giro que resulta esencial para la comprensicn de nies- tro texto, pties se inicia justamente con el concepto de buena voluntad y aca- cio de la KpV. {Qué es lo que ha ocurrido? Veamos. Los dos primeros ccapitulos de la GMS investigan el principio supremo de la moral de ma en el fondo hipotética: si existe la ley moral, entonces ha de expresarse como un imperative categérico y conllevar tales y tales caracteristicas, y Kant us tres conocidas Formulas: sobre la universalidad, el fin en siy ka sus variantes. El tercer capitulo plantea fa cuestion que se ontinucidn: {pero tiene realidad esa ley moral’? La tendra solo si ibertad, pues tinicamente ella podria atender a tal demands. Ahora bien, ¢cémo probar la existencia o realidad de ta libertad requerida por ka moral? Aqui surge el problema, que queda imesuelto en el tercer capitulo de ka GMS. Porque Kant ya no puede recurrir una libertad meramente pricti- ca, como en ef Canon de ta KrV. Necesita en el dimbito préctico también ka Tibertad trascendental como consecuencia del analisis del deber moral que se inicia aqut eon el concepto de ta buen Voluntad, pero Kant no sabe e6mno rect! perarla ahora, después de haberla defenestrado en la primera Critica. baal ina For ofrece al autonomi impone a Como se-comenta un texte filossitice La libertad trascendental es en principio un asunto cosmol fa conceptiia como la causa no determinada por otra y eapaz por tanto de ini- cr por siuna serie de fendmenos, 0 sea, no heterodeterminada, sino auténo- init en cuanto accidn real que parte de sf. Por eso Kant la ubiew en la tercera aantinomia de la KV, la que se apoya en el tereer grupo de categorias, las de relacidn, en donde se sitia la causalidad, Alli fa tesis afirma que existe la liber tad, no ciertamente una libertad infinita que pudiera crear ef mundo ex niile ¥y en cuanto a st sustancia (tema de la cuarta antinomia), sino una Tibertad Finis ‘a que, suponiendo la existencia de la 0 Jas sustancias del mundo, fuera capa de ser causa inivial (no causada) de sus cambios © modificaciones (aeciden- tes). ‘aduce como fundamento de su afirmacién de fa libertad la nece~ sidad racional de que toda serie de cambios en el mundo tenga un inicio, de que toda serie de Fenémenos (enlazados por la ley de ta causalidad) eneuentre Sti comienzo en una absolut espontaneidad causal, que ya no puede ser nat ral’. Es un regreso al infinito que encontramos en kas vias de Santo Tomas. Pero aqui no vamos hasta e! primer principio de todo ef mundo (Dios), sino silo a parte de él, a algunas de sus series fenoménicas 0 series particulares de causas y efectos, una debilidad argumentativa que aprovechara la antitesis Esta bisqueda o exigencia estd guiada en realidad por la necesidad de asignar ‘una “espontaneidad absoluta de la accién como el fundamento propiamente dicho de la imputabilidad de tan ‘0 sea, por un interés moral en pro de fa libertad”. Segiin la anitesis, por el contrario, “no hay libertad", todo est (héteroydeter- minado, pues a todo fenmeno se le ha de asignar una causa segtin las leyes de la naturaleza, La libertad trascendental, 0 sea, la capacidad de actuar inde pendientemente de las leyes de fa naturaleza, romperia la unidad y legalidad de la experiencia, ésta se haria imprevisible y convertirfa en imposibles la cien- cia y el conocimiento objetivo en general; esta hipotesis no nos ayuda, por tan- to, en la investigacidn y el dominio cientifico-técnico de la naturaleza. En eso tiene razdn la antitesis, pero como ella pretende absolutizarse, es deci para todos los modos de realidad, en verdad es dogmatica pues afirma mis de To que sabe. Esto conviene aclararlo, porque no pocas veces se ha confundido Ja posici6n kantiana con esta antitesis, haciéndole decir que, segtin él, todo esti determinado, hétero-determinado. En realidad hay que dar la vuelta a esa pro- posicidn, y proponerla como tarea, para comprendcrla en sentido trascenden- tal, segtin el cual es el sujeto el que da la regia al objeto: sélo en la medida en {que Vayamos descubriendo Jas causas naturales de lo que ocurre puedo mos trarsu (hétero)determinacién, y en ka medida en que no sea asi, el principio de ccausalidad queda como exigeneia trascendental para ka comprensi6n objetivit- 10, pes se na valer Kant: fa buena voluntad 126 dora, como tarea, como “principio regutativo” 0 regla de haisqueda’, En el herisonte de la comprensi6n objetivadora, la analizada en 1a Kr¥, es contre stati introduce el principio de la libertad, pero si exe horizonte pretends Hlegar #[o incondicionado, la totaidad del ser, también se contradics, pws sae regs ns lanza aun proceso infinito sin limit alguno. aun conocineht que ex siempre en proceso", Por eso ess antes son dogmtias, Poets se pauade elas dice mas de lo que sabe”, dado que el conocimiento obje- tivo ne Tega a fo incondicionado (contra la esis), ni por tanto tampoco a tela de las condiciones, debido al continuo espacio-temporal-causal (CO to nitesis). La libertad trascendental no puede ser ni afirmada ni rettials these ol punto de vista objetivante, Pane limites ontotbzices al mado de ser de In objetividad, conviemte en principio regulative del conocimiento Leonie ala aeesisy deja un espacio ontol6gico vacio para otro modo de ser nto objet ‘vo como es el de fa Hbertad!™. “Ahora bien, en la KV Kant distingue entre libertad trascendental y fiber tad prietica, una distineion que hari aguas en ta GMS justamente & partir del ainifis de ta "buena voluntad”, y que se disolvera en la KpV. dejando entre- aaevotraen vl seno mismo de esa libertad: libertad come principio y liber: Ter ealizada, alfa y omega, En primer lugar cqué entiende Kant por “Hbertad peti” a a altura de la KV? “La libertad en su sentido prietico es fa inde- prendencia det albedrio respecte a ka impostein (NOtiqune) de los impulsos, petta comibilidad™", En eso fa distingue Kant de la voluntad animal (arbi «tun bratum), solo determinable por estimulos sensibles, por objetos, mien” tea que la voluntad libre (arbitrianyfiberam) del hombre (Ho ae ser el eas de brbuena voluntad) “puede ser determinada por motivos que s6lo son repre sentados por fa razGn"", es decir, que no estin presentes sino come repr Telones. Esto dnicamente puede tener lugar si la razén, mediante su cone Gepto de deber, que no tiene cabida en el decurso de ta naturales, es Tandamento suficiente para la determinaci6n de las acciones!”. Pero sla ante” tenis de fa tercera antinomia hubiera triunfado como principio constitulivo tle toda realidad, haciendo desaparecer asi todo vestigio de Hibertad, enton~ ibertad prictica seria también una quimera, signficaria sonar con los ojos abiertos, ‘Sin embargo, ;no es una quimera esa libertad prictica, siendo asi que Ia Tike nad waseendental es, al menos todavéa, un lugar vaefo? En “EL canon de Hieaeon pura” Kant lo nigga. :Por qué “eanon"? La Analitiea tascendental tle ler ex ef canon del entendimiento, pues muestra las reghas y principios cron tos que ate contigura los objetos reales, La Diakética traseendental sit= Ne. por elcontrario, no de “canon”, sino de “diseiplina” a la razén te6rics, Come se comenta un texto filesifica seftalando sus ton fa determinacidn de ta realidad, y s6lo ahi cabe un canon de fa razsn que Jo en su uso prictico la razén puede y debe ser pura muestre su capacidad para dar reglas reales (metafisica de las Costumbres). La aspiracién de fa razén de rebasar lo empirico se basaba por tanto en sit interés prictico, en su interés por ser libre y determinar [a reali dad (autonomia). El modo de ser de lo metafisico tendra que ser tradueido de objeto a accidn, Las leyes morales no procederin dela experiencia, sino de Ia rain pura, Pero, ;puede la ruzsn para determinar ka yoluntad humana’, pede mos mostrar que la voluntad humana es capaz de determinarse por la sol Hazon? En el canon, Kant afirma que, al contrario de lo que ocurre con la fibertad en sentido trascendental, “la libertad priictica puede demostrarse por experiencia. La razén que da de ello Kant es que, mientras fos animales Larbitrium brutum) solo se mueven por lo que les estimula o afeeta directa- mente a sus sentidos (hoy sabemos que fos animales superiores no son tan primitivos). la voluntad humana tiene la capacidad de superar esas impre~ Sones presentes, y actuar "por representaciones de to que nos es ineluse pro. echoso 6 perjudicial de una manera mas lejana”™ © sea, podemos diferit el Ueseo, y por tanto también Somos capaces de actuar por leyes objetivas de la fibertad. Y eso es asi, afirma aqui Kant, independientemente de que la razon ¥ fa voluntad mismas estén determinadas 0 no por causas supertores, cues tidn que él estima por ahora como meramente te6rica sobre ba libertad tr ceondental™. Ese “por tanto” (daher)", esa proximidad racional entre Io provechoso ¥ Jo moral, es desmontado en ka GMS mediante la introduccién de ka necesarta pureza moral en el motivo de fa aecidn: ésta no solo ha de ser confortne al Ueber, sino ser levada a cabo por mor del deber, fo que pone entre paréntests © en un segundo plano lo provechoso. En eso consistra la buena voluntad, en haver el deber por el deber. Luego que seamos capaces de diferir lo provechoso hoes fo mismo que ser morales, ni tiene el mismo fundamento, Este es un paso evolucionario més alld de toda ética de la felicidad, que se encamina a pen Car con toda st fuerza ta autonomia de la libertad racional y su modo de ser Originario, Ya en la Kr¥ Kant distingue claramente por un lado kas leyes pre rmaticas de fa r4zén, que armonizan nuestras inclinaciones o deseos (muchits ces contrapuestos entre si) para fa obtencién inteligente de la felicidad, y por iro las leyes pricticas morales de ta razén pura’, pero atin no saca de ello todas sus consecuencias. Es algo parecido a lo que le ocurri6 en la Disserta tio de 1770 con el mundo inteligible, Me explico, Suet dde manera preci le queen el canon de fa KV la ley moral no es Formulads osiblemente por es0, para reflexionar sobre ese asunto, Kant Kans ta buena voluntad 128 semtiria fa necesidad de eseribir ka GMS, y al hacerlo, da un paso decisivo hacks su ética critica, En ef canon de la KrV sélo se dice 1°) que existe la ley moral, porque fa razdin pura debe tener st uso adecuado y Este no es el tedrico, pues Este conduce a kt dialéctica, luego tendrit que ser el prictico; este argumento se repite en el capitulo I de la GMS, y viene a decir que el hombre no puede ser un ser absurd. 2.°) Como hemos visto, se distingue la ley moral de las leyes prag- iiticas de fa felicidad, basadas éstas en principios empiricos que preseriben en Lérminos hipotéticos, mientras que aquélla es una ley a priori y expresada en t&r- Iinos absolutos, es decit, no dependiente de las circunstancias. 3.°) Pero se la formu ligada a la felicidad y de manera imprecisa “Haz aquelio mediante lo ceual te haces digno de ser feliz”2*. Qué puede ser eso, no to sabemos, no se pre civ ni se intenta determinar con esta proposicién. Es lo contrario de lo que se pretende en ka GMS con sus formulas del imperativo categorico, las cuales, come con una brijuta en ka mano” quieren ayudarnos at saber con exactitud nate inaitica qué es lo bueno y lo malo moral en todos fos casos Pero ef dinico problema aqui no es a imprecisisn, sino sobre todo que se liga el principio de la moralidad con el de la felicidad. En efecto, aunque se afirma que es la disposicién moral del énimo (moralixche Gesinnung) la .ce posible participar moralmente en la felicidad y no a fa inverse, sin -speranza de la felicidad, expresada en la tercera cuesti6n: cqué puedo experar?, se convierte a su vez en un requisito de validez. de fa misma ley moral, como si la accién moral fuera el medio racional y bueno para ser feliz. En efecto, Kant alirma que necesitamos Dios y fa vida futura como antes para kx necesaria figazén entre moralidad y felicidad, pues sin ellos endriamos que “considerar a las leyes morales como vanas quimeras, porque el necesario éxito de las mismas fel bien supremo}, que fa misma razén enka za con elas, tendrfa que quedar suprimido sin ese presupuesto. De abi tam- ign que todos consideren fas leyes morales como mandamientos [de Dios, cosa quee sin embargo no podrian ser siellas no Figaran a priori a su regla con- secuencias apropiadas. esto es, si no implicaran promesas y amenazas"* (O sea, si fa razdn no enlazara con la ley moral un Dios que Te asegure al justo la realizacidn proporcional de su felicidad en una vida futura, a ley moral seria tuna vana quimera, ;Por qué? Porque sin Dios ni vida futura seria imposible ‘que las leyes practicas se conviertan en indiximas o fundamentos subjetivos de accion, pues “las excelentes ideas de la moralidad son ciertamente objetos de taplauso y admiracién, pero no resorts (Triebfeder) del propévito y de la pr tica, ya que no colman el fin completo que a todos y a cada uno de los seres racionales Te es necesaio y le esti determinado de manera natural y por medio de la misma razén pura a priori”™%, En consecuencia, la no creencia en Dios y Com se-conienta un texto files cen la vida futura, es decir, la no esperanza de una felicidad asegurada, “echa- ria abajo mis mismos principios morales”. Esto cambiard radicalmente en la GMS y serd tachado de moral de mercaderes, justamente porque abi Kant pro- cede a “separar cuidadosamente la parte empirica de la parte racional”™ en teste terreno de fa moral, de igual modo que la primera Critica lo hizo en rel cidn con la objetividad, y “elaborar una Filosofia moral pura”. El eambio se iciard con el concepto de “buena voluntad” y su correspondiente concepto filoséfico de imperativo categérico, conceptos clave que no apare primera Critica, como tampoco el de respeto. 7.2.3. La pureza del resorte 0 motivo impulsor En la GMS ta acciGn moral se hace mas exigente, pues Kant profundiza en el significado ontoldgico originario de la misma, aunque él no utilice este tér- ‘ino, sino que habla de la dignidad de la persona y de que Ia libertad no pue- de ser tratada en ningiin caso como un simple medio, tampoco para la conse: cucidn de la felicidad. La ley moral se expresa en un imperativo categorico, ro en un imperativo hipotético que dijera por ejemplo: si quieres ser Feliz y Vivir en el cielo en una vida Futura asegurada por Dios, entonces cumple con cl deber. EI principio moral hace abstraccidn (en é1, no en el mbito global a él subordinado de infinitas posibilidades) de todo cdlculo de felicidad © prove- cho, de promesas o amenazas. La ley moral ha de ser tenid en cuenta no por ‘una promesa de felicidad, sino por ella misma; en eso consiste la buena volun: tad, y lo contrario es dejar de ser libres, quedarse en un espiritu de esclavos y mercaderes. Luego la promesa futura de felicidad no puede ser el resorte moral ‘© motivo impulsor de la accidn, Se consigue aqui una mayor distincidn entre moralidad y felicidad, que requiere ser explicada, Hay tres momentos clave en el dmbito de la moralidud que Yo enmarean, 1) Su primer principio objetivo. Este es la libertad como fundamento de accion real, mis la razdn préctica que es su conciencia o saber de si el cual se expre= siten la exigencia moral o imperativo categérico. 2) El segundo momento es el principio subjetivo (resorte o motivo impulsor, Triebfeder) por el que un sujelo racional aetia, aqui en conereto por el que acoge en st maxima la ley moral y actia en conformidad con ella, Este principio subjetivo es, segtn la primera Critica, la promesa de felicidad, garantizada por Dios y la vida fut Ta. Eto es lo que se modifica con los conceptos de “buena voluntad”, de “impe- rativo categorico” y de “respeto” que se introducen en la GMS y posterior ‘mente en kt KpV: el motivo impulsor ha de ser el mismo deber. el respeto por Kants la buena voluntad Ls 130. fa ley, o sea, la misma libertad; se ha de ser fibre para ser libre. 3) Con la apa rividn de este segundo elemento, Dios y fa vida futura son desplazados a un tercer momento de la moralidad, situado al final, con vistas a hacer posible e! hien supremo como su fin ultimo, aunque no dejarin de representar tambié ahi una fuente de tensidn en la tecepeidn del texto Kantiano: {no est do por Dios y su recompensa en la inmortalidad’? actuan= Pero si ahora el resorte © motivo impulsor de la acci6n ha de ser fa misma ley moral, a fin de no convertirla en medio para otra Cosa, entonces no es sufi ciente la libertad experimentada o libertad meramente practica defendida en la KrV. Ya no basta la conciencia psicolégica de que hayamos actuado por deber, pues es imposible determinar por experiencia (del sentido interno), kt ho existencia de tin motivo empirico en nuestra accién moral como sltimo determinante de la misma, Slo podemos decir que atin no lo hemos encon- trado, Hemos de tener en cuenta que en relacidn con nuestro “querido yo" ten- demos a engaiamos, y que el alma humana es insondable, Por todo ello pre cabe x sospechit, Eso ya lo habja reconocido Kant en fa Kr¥, aunque Tuera sélo de pasada, Lo que se anula aqui es ademis ese recurso a la distin- idn entre fa libertad trascendental y la libertad prictica, como si Esta pudiera scr simplemente “una de las causas naturales”, pues, muy al contrario, ins=* tara una legalidad roto genere distintaa la de ta naturaleza, dado que no sigue los conceptos de la naturaleza sino el concepto de ka libertad objetiva y subje~ tivamente™. Ese es el problema con el que se encuentra Kant en el tercer capi- tulo de fa GMS: gemo sé que el imperativo categsrico tiene reaidad y no es tnera fantasia? Solo podré afirmar su realidad si existe a libertad moral y logro demostrarla, Pero ésta no puede ya mostearse en fa experiencia". Mas si que remos mostrarla a priori hemos de echar mano del imperativo eateg6rico, con Jo cual caemos en un citculo, Ese tercer capitulo acaba torturado. En la KpV Kant invierte entonees los términos: no es fa fibertad moral fa que muestra kt realidad de la ley moral, sino a fa inversa, fa ley moral es un factum de fa razén, que s6lo puede explicarse desde la libertad”, pues tnica- mente un ser libre puede tener conciencia de deber y puede serle imputados sus actos (Zurechnungsfihigkeit) Por tanto, ta ley moral es ka ratio cognascendi de la libertad, porque ésta es la tiniea rario essendi posible de ella. Esa liber tad moral no es captable desde la experiencia sensible, dado que no sigue la Fegalidad heterénomia de ka naturaleza, ni objetiva ni subjetivamente, y por tan- to requiere lo mismo que se asignaba en ka KrV ala libertad trascendental: “una independencia de esa voluntad misma respecto de todas las causas determi- nantes del mundo sensible”. Kant se ve obligado a conclu dda Critica, que la fibertad requetida por el imperativo categ6rio (y cen su segun= oF ka buena Com se-comenta un texto tilssticn voluntad) es la misma libertad (rascendental”. sa es “la magnifica apertu {que nos sucede por ka raz6n pura prictica mediante fa Tey m tira de un mundo inteligible gracias a la realizacién det conce| Uc otra manera trascendente™, Elli es la nica idea ractonal que muestra st fealidad mediante el Factum moral. Pero entonces hemos de comprender que Au realidad es de tal suerte que no estd enteramente realizada, sino que kt mis- hu libertad la a de Hevar a cabo, o ea, es una cuyo ser se fe plantet como tarea p deber para si misma De ese modo se introduce en a identidad la dualidad {y con ella la exterioridad del mundo), necesaria para ta conciencia de si y por ‘oto también para kt libertad propia del sujeto, en cuanto accién real que sie de sty se realiza ibremente, Dicha dualidad es la siguiente: en la mia liber tad distinguimos 1) el inicio de una libertad que se busca, que tiene come tare su! propia realizacin, y que incluso puede destruise (€ye es el mal moral), y 3) el final de una libertad realizada, alfa y omega cuyo tortuoso camino nos lo cuenta la historia en su vertiente externa la de a Legaidad, y Lat relic den trode los limites de la mera razén en su vertinte interna, la de kx moralidad 7.2.4. La idea central Reflexionemos tematicamente sobre fa idea central de este giro que se pro~ duce en nuestro texto sobre la buena voluntad, y que ataite justamente Concepto, antes de pasar a analizar dicho texto més en su literalidad, Hemos Visto que, con la introduccién del motive impulsor de la aeeiGn (Triehfeder) para la moralidad no basta con que ka aceidn sea eonforme {gemciss) Ia hey troral, sino que es preciso tambign que suceda en dltimo término por (aus) fa ley moral: no otfa costes ka buena voluntad, nos dice Kant, {Que signtti- ca esto? La nueva precisién conlleva fa clara comprensi6n del principio de ka mor Jidad. y forma parte del vuelco copernicano de Kant en la ética, Se produce tuna inieriorizacidn de la moralidad, o mejor dicho, del principio de la moral ‘dad, situndolo también en la disposicién de dnimo (Gesinnung) 0 buena volun- tad, en la relacion de la subjetividad consigo misma, y se fo distingue de toda tnterioridad, incluido lo que de exterioridad tiene la mera legalidad (coucein), Tax dos partes de la Metafisica de las costumbres. Esa interiorizaciGn, ya lo hemos dicho, no seria posible sin dualidad (la libertad se ordena a si misma) {sin exterioridad (se ordena realizarse en el mundo), pero esta exterioridad, iendo st conditio sine qua non (sin distincién no hay conciencia), no es st fundamento, pues éste es la libertad en cuanto espontaneidad real-ideal del Kant: fa buena volontad sujeto. Como consecuencia de ello hay agui una mis neta distinciGn entre mora- Tidad y felicidad, al menos de la felicidad como la entiende Kant (hay que com: prender los términos en su significado sistematico). Esto es importante cap- {arlo, porque nos permite comprender a qué interiorizacidn nos estab: rofiriendo antes y por qué la moralidad ya no es el arte de ser felices, algo que suele producir esciindalo y eriticas de rigorismo o de moral para no humanos Vedmoslo. El hombre es a la vez finitud (dependencia) y espontaneidad (aceidn real e ideal que parte de si). “ET hombre es un ser finito” significa {que depende del mundo (natural y social) en cuanto sujeto empirico, y si esa dependencia le es favorable, é es feliz, Pero esa cualidad de la necesaria depen- dencia no te hace ingresar ni salir del mbito de fo moral, wi tampoco Te hace inmoral. Bsa depe 1 una tendeneia o inelinaci6n (Neixung). un deseo de hacer que el mundo responda positivamente ella, inelinacidn que compartimos con los animales, Esa biisqueda de ta felicidad es una ley natu- ral, expresa nuestra heteronomfa, No somos ni morales, ni inmorales ni amo- rales por buscar la felicidad, Por ef hecho de ser felices 0 desgraciados habre~ mos mostrado sélo ser mis © menos hibiles 0 prudentes en ef manejo del mundo y de nuestras relaciones con los otros, o haber tenido mis © menos suerte con nuestro entorno, Un hombre moral puede ser feliz o infeliz Lo que nos hace ingresar en el mbit de lo moral, Jo que nos constituye cen seres morales, no es fa felicidad o la desgracia, no es ka dependencia, sino Ia fibertad, ef que seamos libres con una espontaneidad que sabe de sf, 0 se riginariedad de nuestro ser-acci6n-saber, nuestra subjetividad real e id mente no fenoménica. La experiencia moral es la experiencia de la responsi bilidad o imputabilidad (Zurechnungsfiihigkeit) de la accién real (ni siquiiera del mero “Yo pienso”, ideal), Desde ella se postul la libertad como su ratio cessendi. Ahi ya no Hegan los animales, pues en ese dimbito Gnicamente ingre~ Samos por medio de la razén, y valdré por tanto para todo ser racional (la moral Kantian no es antropocéntrica o defensa exclusiva de la especie humana). En efecto, 1) et sentimiento implica siempre conciencia de limite y pasividad, incluido el sentimiento de respeto moral, en donde se experimenta el limite gue la ley moral pone at ln libertad en su necesidad (moral) de atenerse a st ser, y con ello el limite que impone a algunos deseos, 2) El entendimiento se mueve ya en el ambito universal del concepto, pero no sale del paisaje, de tos objetos alcanzables por la experiencia, es decir, sélo pide sintesis relativas. 3) La peticidn de lo incondicionado y de la totalidad, a eso le Hamamos razde: 3) Pero li raz6n (tedrica) no Hega a objetos incondicionados o absolutos; hubiera sido contradictorio encontrar algo absoluto siguicndo el hilo conduc tor de una comprensidn que exige que todo lo que en ella entre (que todo obje- Come se comenta un texto tiles to) sea condicionado. Pidiendo fo incondicionado, lo que no se da entre lox bjetos, la razén se muestra a si misma como querer y 3b) y como querer ori- ginario, Pues bien, en ese dmbito lo tinico absoluto 0 incondicionado que ka ragén (ya prictica) alcanza es la libertad tal y como se exige en fa conciencia moral, en el sentido de tener que estar ab-suelta de toda otra condicién aparte de si misma. La raz6n moral se muestra entonces como la concienciat de la pro- pia espontaneidad, de nuestro ser-accidn originario. Hay que ver, en cons Cueneta, que aqui por ley moral se esté entendiendo algo diferente a lo que se suele ver en ella, y en esto consiste el vuelco copernicano: la ley moral no representa tna heteronomia para el ser racional, sino que es fa concieneia que su ser-libertad tiene de sf como ser originario que no puede ser utilizado como simple medio para conseguirse otras cosas, para tener 0 no tener o tener ms 6 menos, sino como algo en que nos va e! ser 0.no ser. Por eso, s6lo las accio- nes hechas desde la libertad y por la libertad (no primariamente y en dltimo término por la finitud) son las que la han comprendido plenamente en su modo de ser, con una conciencia ontolégica adecuada, y tienen un significado moral verdadero. Algunas acciones hechas sélo por inclinacién podran ver legales. incluso amables, pero ellas no nos hacen ingresar en To moral, no han captado ni realizado nuestro modo originario de ser. Ese es el punto biisico No somos morales por ser finitos, sino por ser libres, pues moralidad y Feli- cidad son dos respectos diferentes. La felicidad es el acuerdo del mundo con Jos deseos de ka subjetividad finita, mientras que la moralidad es el acuerdo 0 identificacidn del hombre racional consigo mismo, un principio de identidad ten la accién y como tarea, que incluye dualidad y exteriorizacién o mundo. ‘como vimos. A eso sefialabi el término de “interiorizacién”. Este acuerdo con- sigo mismo produce indudablemente su paz y su felicidad, su “contento de si moral” (Selbstzufriedenheit) en la acci6n realizada™, Pero eso no usegur que tel undo (a empezar por mi yo empirico) responder a mis expectativas Facio- ales, y ademas los deseos o inelinaciones ejercerin siempre sus presiones pro- pias, expondran sts exigencias, que no siempre sera asumibles por fa ley oral, Ademas ese desacuerdo forma parte de la conciencia de la Hibertud, pues conciencia requiere distincién, contraposicidn. Es cierto también que la no observancia de la ley moral es una fuente importante de las desgracias y la infelicidad del mundo, pero su observancia, 0 sea, la buena voluntad no ase ura tampoco la felicidad. Lo que afiade la finitud a la moralidad es que la ley moral se expres por medio de un imperativo, de un mandato, de una constriceién, es decir, como tun deber, mientras que para un ser puramente racional (Dios) la ley moral cexpresaria su mera espontaneidad y seria la ley de todo su ser, de su natura Kant ly buena vetuntacd 4 leza!, Esta constriccion que representa la libertad para el ser racional sen- sible (racional si, pero también sensible o finito) se basa en que en si mis sivinterioridad habita la dualidad del doble respecto que acabamos de v Kant habla en ese sentido de dos facultades de desear (Begelhrungsvermégen), de dos deseos o intereses bisicos. Por un Tado kas inclinaciones, que tienden a solventar positivamente la finitud, y por otro la raz6n préetica, que es la con- Ciencia que la libertad tiene de sf como tarea o voluntad pura (objetiva). Pues bien, entre esas dos instancias podriamos situar el fibre albedrio ( Willkii). el "Yo acttio”, oscilando entre las dos, aceptado en su miixima de aceién © bien fas inclinaciones o bien ka raz6n prictica como gufa ditima: “De la volun tad proceden las leyes; del albedrio lay maximas. Este ditimo es en el hom- bre un libre albedrio; fa voluntad, que no se ditige a otra cosa que a fa ley, no puede denominarse ni fibre ni no Tibre, porque no se dirige a acciones, sino Girectamente a la legislacién para fa maxima de fas aeciones (por tanto a la raz6n prictiew misma), por fo cual es también absolutamente necesaria y no susceptible, ella misma, de ninguna obligacién. Sélo el albedrfo, por tanto, puede denominarse libre™?. Cuando ese libre albedrio se decide a aceptar la azn prictica 0 voluntad pura como iltimo (no kinico) criterio de actuaciGn, se convierte en la buena voluntad de ta que habla la GMS. En caso contrario Se produce el mal moral. Este no procede de fas inelinaciones, sino de! libre albedrio cuando acoge en su mixima ef deseo de las inclinaciones como el ditimo criterio de accidn'*, Gracias « ese conflicto entre inclinaciones y azn prictica, la ley moral Hega a la conciencia como obligacién y muestra su realidad como fuerza y exigencia, y con elo et ser libre toma concienc! de su libertad. Estos son Jos dos pliegues de la voluntad: inclinaciones ~fibertad albedrio ~ razén préctica o voluntad, Y con ellos una doble contraposicisn: 1. Hibertad ~ inclinaciones © deseo (no Tibertad}: contraposic fuerzas gracias ala cual ambas Megan a fa coneiencia, Aqui el mal se presenta como debilidad de la libertad frente a las inelinacio- nes (= inercia, Fichte). 2, albedrio ~ voluntad pura (maxima — ley) = accién ~ forma = individuo y universalidad o intersubjetividad. Aqui el mal moral Como se camenta un teste flosotien se presenta como acto de libertad que procede & una inversion de principios, sélo solucionable por medio de una revolucisn interior. La moralidad no es, por tanto, la doctrina de edmo ser felices, por muy importante que ésta sig siendo. Para a felicidad se requiere pradencs, abl Tied. eonocimiento del mundo. La felicidad puede ser diferente para distin~ tor sujetos empiricos, por Ho que ahi solo caben consejos, pero no leyes. Bus ‘amor ka felicidad primariamente por ley de fa naturaleza, no por deer ¥ ne hacerlo seria propiamente una locura. La moralidad es para Kant la docttina de como ser libre por mor de Ia misma libertad, no como medio para otra Cows pes al ser originario no se le ha de degradar ontol6gieamente & pura medio. fo que en palabras de Kant significa que la persona no ha de ser tratada Com mera cosa, sino respetada en su dignidad (ontolégica) de ser fin en sf misma central que se express en el imperativo categorico y en Ta bue Grico porque la libertad no puede ser subordinada en nin puna circunstancia,inchuidos ef miedo Ia pereza”. ¥ es un imperative mora porgue It libertad slo moralmente puede ser obliga, invitada, exhortada tue se reconozca y se fealice como tal, en cuanto accion responsable de si Caalguer otro tipo de coaccion la hubria destrudo, y ninguna coaccion la de} ia sin conciencia de si, pues no existe conciencia de si sin ningin tipo de im te real, La aceién moral no es, en consecueneia, sino una correcta conciencks SontolGgica puesta en aceidn: significa tratar al ser originario como tal y no como coxa instrumentalizable. En eso nos va el sero no ser y su comprension {que es posiblemente una sui igeteza para quien sélo esté interest en [a dominavién de este mundo o en Ta posesién de un cielo. Pero entiéndase bien. Aqui se ha excluido ta felicidad o finitud solo del pr iver principio, no del mbito global de Ia moralidad. En ningkin momento petia ser entdicada como algo inmoral: serfa falso y una Focura, hemos visto. Lo que egice es que li felicidad ha de ser buscada dentro del marco de la ley moral p vea, sin hacerse ni hacerle al otro esclavo, Incluso para Kant serfa un ide stunar lax dos instancias, y hacer con amor lo ordenado por deber, lo que sue die es que eso nunca lo lograremos en nosotros plenamente™, Mas atin, fa tna felicidad ocupa su puesto entre Los deberes: cuidar de la felicidad ajena es Un deber directo, y cuidar de la propia es un deber indirecto™. Por ditimo bas- te wcondar que ki felicidad es e! otro miembro del bien supremo, pues éste con- iste en la plenitud de las dos relaciones que constituyen al ser raetonal sensi ble o finito: su espontaneidad (libertad 0 virtud) y su finitud (dependencia o Felieidad), Si la conciencia moral es ka correcta afirmacién ontolégica de los ants ht buena voluntact y 136 imodlos de ser, también fo ser de la individualidad empirica del sujeto y de sw plenitud como tarea en ka medida de fo posible. La felicidad aparece ciert mente como el miembro subordinado, seguin se apunta también en el final de ‘nuestro texto, pues en Kant fa libertad es Ta que expresa el primer analogado del ser, Para asegurar esa correcta subordinacién se postula a Dios, no solo como juez o “espectador racional e imparcial”, sino como capaz. de resolver la situaci6n injusta que observamos en el mundo. Es muy posible que exe Dios ‘omnipotente, omnisciente y santo sea para la esperanza y libre un “reaxewura” excesivo, y resuelva tanto el problema de nuestra inseguridad en cl ser, que. como un boomerang, ponga en peligro el principio sobre el que se ha construido todo este sistema, la libertad, aparte de que resulta trascenden- talmente contradictorio pensar un ser infinito con coneiencia®’, Es muy pro bable que en este punto se haya de repensar la tradicién cristiana, a la que se acoge Kant, con parimetros mis apropiados a su filosofia eritica, No obstan- te, tendriamos que decir que la fe moral en Dios (y en la inmortalidad, tos dos postulados) no es para Kant algo exterior a Ja acci6n moral misma, sino que es lla x que postula o pide que algo mas poderoso que el sujeto finito la Hleve a sit plenitud, y que por tanto una fe (tedrica) en Dios que destruya la autonomia de la morafidad, destruye la base kantiana misma de su postulado y se muda ten supersticién (Aberglauben), Pero también podriamos pensar que fas exi- xencias morales no se convierten en absurdas porque nunea se cumplan 0 se realicen plenamente en la realidad efectiva de un mundo (Wirklichkeit), Sila Subjetividad es una tafea libre para si el fracaso y sus diversos grados siempre Son posibles, aungue ella sea ciertamente més aimplia que as estreehas miras y fuerzas con las que cuenta normal y conscientemente un individuo, Por tiltimo, una consideracién sobre la universalidad y kt atttonomia, Se ha podido ver que mi explicacisn utifizaba sobre todo lo que seria ka segunda formulacién del imperativo categérico en la GMS: “cbra de tal modo que uses a bumanidad. tanto en tt persona como en la persona de cualquier otro, tam- bien siempre como un fin y nunca meramente como un medio". Pero esto implica asimismo la universaidad (para todos fos actos y para todas las pet sonas) y fa autonomia (de todos), como Kant mismo se encarga de explicar en el capitulo IT de ka GMS. El ambito de la razéin es el imbito universal, nece- sario e incondicionado, y dicha universalidad no sélo incumbe a todos mis actos, sino tambien a todos los seres racionales. BI sujeto kantiano no es mono- ogico* ni monsidico, no es solipsista®, sino que construe, en virtud de dicha ley, fo que Kant denomina un “reino de fines”, Ese reconocimiento activo, prictivo, det otro como otro, como siendo algo no meramente fenoménico ni manipulable, sino siempre un fin, fuente originaria de accién y de sentido, 0 Come se comenta un texto filsstico sea, un ser libre, es lo que denomina Kant “respeto” (Achtung). Solo so libre, capto y realizo mi libertad, si respeto en ka comprensi6n y en fa aeciGn la libertad de los dems, y esto no sélo en omision de fa agresion, pero l bicn mediante ta accion de ayuda, pues en caso contrario, en el solipsisino. he tomado mi libertad en el modo de ser de la cosa que dice: si yo soy libre los demas no pueden serlo, de igual manera que si yo poseo algo los dems no pueden tenerlo, La légiea o modo de ser de la libertad es justo la contraria sélo entre hombres soy un ser racional y libre, Gnicamente en el espejo de cra libertad, y en la comprensidn prictica de su set libre, comprendo adecus damente kt mia y su: modo originario de ser 7.2.5. La buena voluntad. El texto Centrémonos por tiltime en el andlisis del texto sobre la buena voluntad, con: tando ya con lo adquirido. En el Prélogo de ka GMS nos advierte Kant que en cesta obra slo se investigard el principio de la moralidad, no todo el éimbito de a misma, fo cual muchas veces no se ha tenido en cuenta, como si con el con- cepto de “buena voluntad” o de “imperativo categérico” hubigramos dicho ya todo lo que hay que decir en este tema, Muy al contrario, después se hace nece- sario el desarrollo 0 aplicacién de ese principio, y Kant mismo fo Hlev6 a cabo een la segunda parte de su Metafisica de las costumbres El capitulo primero de la GMS se propone el “Transito def conocimiento ‘moral y racional comin al conocimiento filosofico”. Kant parte de lo que pien- sa que es el concepto moral clave para fa conciencia ractonal comtin de los hombres: la buena voluntad. Fsta no se presenta, por tanto, primariamente ‘como un concepto propio del pensamiento kantiano, ai Kant fo wtifiza mucho después de estat obra, stunque en la historia de fa Filosofia le ha quedado asig~ nado. Cuando Kant expone su ética segtin el orden propio de la filovotia criti ca, lo cual ocurre en la KpV, no comienza con el concepto de “buena volun- tad”, Esta segunda Critica no arranca con la Analitica de los coneeptos. los de bien y mal, sino con la deduecidn de la ley moral, lo que correspond a la Ani litica de los principios. Solo en el capitulo segundo, y provisto ya de dicha ley © principio moral, pasa Kant a determinar qué sea bueno © malo, gut 0 bise, pues no es el objeto el que determina lo moral (heteronomia), sino que es la libertad con su ley la que determina qué es bueno o malo; haber hecho lo con trario él lo considera como “el fundamento que ha ocasionado todos los ext vvios de los filésofos en relacidn con el principio supremo de la moralidad™*. Exen ese segundo capitulo, en un momento derivado, donde aparece abora el Kant: ka buena volontad Ww 18 concepto de “buena voluntad”; cuando “Ia fey moral determina inmediatae son Ta voluntad [del individuol, la accién conforme a ext ley es en sf is iret rea una voluntad Cuya maxima es siempre conforme a esa Key panne puna en todos los sentidosy ka condicién suprenma de todo bien. shes tacenckn subjerva suprema de toda aeeiGn moral, pero 0 eS 10 aN Tatamente primero en el orden de lo principios (objetivos) morales Sing algo a aaaayeeuicionado: la voluntad es buena si aeeptaen st siima de accion [a fey moral que ese modo de ser de a fiber. La moval Kantiana 1 dice que Frynoe de ser buenos para ser buenos, pues “bueno” entonces seria un uBe se que cada eval podria Henar con sus preferencias empiricas eullaras puiutares,o tal vez con un nareisismo hipderita Geass vod oT de han eivntitieaday en Kant, pero mal traidas), sino que fa buena voluntad, come To bueno, queda determinada por la ley moral, n0 va fa sino plena con el modo lle wer de la libertad y su proyecto de realizacion. Tenemos, por consiguieht ae vfen un entero para saber si alguien, que dice tener buena voluntad. a tiene 0 n0!. Pero hay ademas una segunda condicién para que muestra votuntad 9 snonutente buen, y que en Tt estructura del discurso Kantiano, ef dela Kp¥. sipargee en un tereer momento, en el capitulo HH “Sobre el motive impulsor dh fa razdn pura prictica’, La voluntad no soto ha de acoger en su masini i ley moral, sino que ha de acogerla por respecto a ka mist. Pat mor de kt trina libertad no porque asi pudiea lograr mis poder o felicidad en el um reer cana contrario degraduria a medio el seroFiginario, o como divia Kant ta dighidad de ka persona. “La ley misma, se nox dice en ese tet 8 pitulo, Heer ef motivo impulsar en una voluntad moralmente buct ast cian aubjetivede Ia ley moral como Gnico motive o motivo ultimo de acct” frovoca en el sujet el sentimiento moral de respeto (Actus). due es Gon pre taud del sbdito ante el soberano, pero agut es el misimo steto €} ee deol en los dos papeles. Es sentimiento porque fa key moral pane Him teva otras posibilidades de aecidn y a nuestras inclinaciones o deseos, ¥ 6 Tnoral porque se trata de un efecto en la conciencia de la ley moral que 10S impornemos nosotros mismos; es el sentimiento, que nos produce nue dig- snp de sores libres, en el que tomamos conciencia afectiva de nuestro sr Griginaro. Aparece aq por primera vez en fa ilosofia katana un SCO” aacanatnmente empiico 0 patol6gico, sino con Fundamentos a priori. come 10 an despuis tambigin [os sentimientos estticos de To bello y o sublime: exe x ethno de To sublime es el mismo sentimiento de respeto pero mediatia- Kr plistcamente por ki contemplacion estétca de algo sensible que nos dex tarda vn lo fisico. El “respeto” es un concepto que Kant introduce por prime- Como se-cemmenta un texto filosoticn ra vez enel capitulo Ide la GMS como estando tambign implicito en el de “bue- ha voluntad”®: “Deber es la necesidad de una accién por respeto a fa ley" Pero dado que éste es un sentimiento, y la accién moral ha de ser evada des- de la pura espontaneidad, no s6lo no es causa de ft ley moral, como ya se la rifica en ka GMS, tampoco puede ser tomado en rigor como el motivo impul sor de la accién moral, sino como su consecuencia o eco subjetive: “Y asi. el respeto por la ley no es motivo impulsor para la moralidad, sino fa moralidad misma considerada subjetivamente como motivo impulsor""* Bajo esas dos condiciones seftaladas, por tanto, podemos hablar de una buena voluntad como la puerta de entrada a la moralidad, 0 como fa con- dicidn bajo la cual la existencia del hombre tiene valor absolute", En cconsecuencia, si Kant inicia con ese concepto sw indagaci6n acerca del prin- cipio moral en la GMS no es porque piense que la buena voluntad es tal principio, sino porque quiere llevar al lector (a la conciencia comin) des Ue sus conceptos morales comunes hasta el desarrollo claro y filoséfico de Jo que alli esta siendo correctamente pensado, 0 sea, de sus fundamentos* 6 principios®”, “porque el fil6sofo no puede disponer de otro prineipio que faquél”, el del entendimiento comin, mas puede y debe establecerlo con cclaridad frente a las pretensiones dialécticas de la felicidad, Partamos. se ces el programa, del concepto de una buena voluntad “tal como ya se halla cn el sano entendimiento natural, que no precisa tanto ensefiarlo cuanto mas bien solo aclararlo, concepto que se halla siempre en la ctispide de la esti- macién de todo el valor de nuestras acciones y constituye 1a condici6n de todo lo demas; quetemos poner ante nosotros el concepto de deber que con- ie el de una buena voluntad””. Sélo en ella o a través de ella encuentra Kant que todo lo demas (talentos personales, fortuna, incluso otras capaci- dades consideradas morales) puede ser valorado moralmente de manera positiva, en la medida en que sirve de medio para la buena voluntad esti siendo utilizado por ella o esta bajo su égida. E} caso mas importante es el de la felicidad, respecto a la cual viene a ser un clamor moral de todos los tiempos el gue el injusto a la postre no puede 0 no deberia triunfar, como magistralmente se muestra, por ejemplo, en el didlogo platénico Gorgias En la conciencia moral quedan de ese modo expresadas dos cosas: prime- 10, que la felicidad o éxito en el mundo no es el valor moral incondicion: do o supremo y, segundo, que sin embargo debe estar vinculado con éste. vinculacién es la que sirve de fundamento al postulado de la existe cia de Dios ‘Ademis, no parece tampoco que ka razén haya sido hecha para hacemos _ pues a felicidad es mas bien un ideal de la imaginacién’". Para ese fin Kat: fa buena volantad i) 140 ef mejor instrumento hubiera sido el instinto, mientras que fa razdn pareve ae jamnos de la verdadera satislacciGn; pidiendo lo incondicionado o la totalidad, ta razon nos muestra siempre ka incompletud de todo bien aleanzado y nos deja siempre insatisfechos, Esta idea la desarrolla Kant con cierto dramatimo en Un articulo que redacta un ao después y que ttula: “Presumible comienzo de ta historia humana”, Siguiendo el relato del Génesis, vemos que la razén nos aranca del paraiso terrenal, de las andaderas del instinto natural, porque no Te ra atficientemente amplio, y nos coloca ante el abismo de la misma ruz6n, es Ueeir, de la libertad, La soluci6n no esta en una desconfianza respecto a la razon, o en una misologia (Kant alude aqui a Rousseau, sin nombrarto), sino al igual que ocurre con la dialéctica de la razén en su uso tedrico, eso nos debe Hlevar a descubrir en ella otra finalidad més alta: la de servir de guia moral y fundar en nosotros fa buena voluntad, Sin embargo tendriamos que hacer past este argumento teleol6givo por la criba de la tercera Critica, que Kant publi- cari cinco aiios después, para damos cuenta de que, como mucho, nos sirve Ue criterio subjetivo (“como si") de comprensién, pero no le podemos dar una validez objetiva. Sisuiendo el hilo conductor de esa buena voluntad, Kant quiere Hevarnos hasta st Formulacién de fa ley moral, “con la que también concuerda plens- mente ka razsn comiin humana en su enjuiciamiento prictico, y siempre tiene ‘ante la vista el principio pensado””", En primer lugar, it voluntad no es huena por lo que Consiga, 0 s6l0 si tiene éxito, sino tinicamente por s{ misma, por st intencidn, aunque fracase, como le puede ocutrir a la Tibertad, que es tarea lariesgada para un ser finito como es el hombre. Eso si, sabiendo que la bue- tha voluntad no es un simple deseo inane de hacer el bien, sino una voluntad teal que hace acopio de todos fos medios que estin en su poder part realizar- qo"! Faa buena voluntad es vista con mayor nitidez. cuando al sujeto no fe He~ va alli su deseo o inclinacién, pues en eve contraste queda mis claro que st. Voluntad acta entonces por deber y se percibe fa fuerza del mismo. Pero de ahi no se pede concluir que cuando exista inclinacion sea imposible obrar por deber, como criticaba Schiller en sus famosos Epignamas Escripulo de conciencia: Gustoso sirvo al amigo, pero desgraciadamente fo ha cin, y asi me allige a menudo el que no sey viTtwose. ~ Decision: No hay mas remedio, tienes que procurar despreciarlos y actuatr enton ces con aversisn como te ordena el deber”™ Com se coments un texto filesstico EI deseo puede acompatiar a la buena voluntad, pero si él xe eonvirtiera en el principio primero de la acciGn, entonces cuando este deseo desapare- Ciera, también lo harfa el deber. Cuando el deseo acompata, puede quedar la dduda ante la no distincién de direcciones, pero fa duda no quita un apices. ‘moralidad, y en realidad no debe importar al que ucta 4 no ser para no vanae eloriarse, aungue s{al que reflexiona. En realidad siempre eabe ha dud y la Sospecha, pues nunca sabremos si hay otra inelinacidn oculta. Decir que stem pre la hay es dogmatico, es afirmar mas de fo que se sabe y negar fa posibt- Tidad de la libertad, contra lo cual, como hemos visto, Kant escribi6 su pri mera Critica, Bl ideal es que cultiveros nuestro espiritu para que no tengamos tanta inelinacién contra el deber, 0 incluso que lo hagamos con amor, Lo eon. trurio revelaria una personalidad poco cultivada, 0 patolégica. Pero siempre habri roce. Ahora bien, sila voluntad es buena no por el éxito de su accidn, entonces significa que la concieneia comin estima que lo es por el principio formal de su querer, porque acta por la representacién racional del deber, de la ley mora Y como aqui se hace abstracci6n de todo objeto, “no queda nada mas qu universal legalidad de las acciones en general, que deba ser lo tinico q} va de principio a la voluntad, es decir, yo no debo proceder nunca mis que de modo que pueda querer también que mi maxima deba convertirse en ley versal”, De ese modo, purtiendo del concepto moral comin de “buena volun- tad", Heva a cabo Kant la primera deduccién de su ley moral en este primer capitulo de la GMS, De una manera ms desarrollada y académica, menor popular, es lo mismo que hard al inicio de la KpV. Bibliografia Las obras de Kant se citan de acuerdo con la siguiente edicién considerada candnica: Kent's gesammelte Schrifien. Hrsg, von der Preussischen, bew. von der Deuts- chen Akademie der Wissenschaften, Berlin, 1902-1983. 29 vols. Citado como Ak, seguido del nimero de volumen, Se utilizan lay siguientes abreviaturas: Kp. Critica de ta re n prictica. KIN. Critica de la razén pura. ‘Kant ha buena veluntacl a KU, Critica del Juicio. GMS, Fundamentacién de la metafisica de las costambres: Existen numero as traducciones de las obras de Kant citadas: Kant, 1, Antropologia en sentido pragmatico. Alianza, Madrid, 1991 Conflicto de las Facultades. Losada, Buenos Aires, 2004 — Critica del Juicio. Espasa Calpe, Madrid, 1977, — Critica de la razén pura. Taurus, Madrid, 2005. ~ Critica de la razén préctica. E ‘alpe, Madrid, 1975. ~ En defensa de la Hlustracién, Alba Editorial, Barcelona, 1999. Fimdamemacién de ta Metafisica de las costumbres, Espasa Calp 1981 — deus para una historia universal en clave cosmopolira, Teenox, Madrid, 1987. — Metatisica de las costumbres, Teenos, Madrid, 2005, — Prolegdmenos a toda metafisica futura que haya de poder presentarse como ciencia, Istmno, Madrid, 1999, Qué significa orientarse en el pensamiento, Universidad Complutense, Madrid, 1995, — La religion dentro de los limites de la mera raziin, Alianza, Madrid, 1986. Madrid, COtras obras utilizadas en el comentario’ Holle, O., “Eine republikanische Vernunft. Zur Kritik des Solipsismusvor warts, en Kant und die Diskussion der Moderne. Schinrich y Kato, Subt- Kampf, Franefort, 1996, Rivera rosales, ., El punto de partida de la metafisica transcendental. Unie versidad Nacional de Educacién a Distancia, Madrid, 1993. Schiller, Fr. Stimiliche Werke, Hanser, Miinchen, 1987. Notas | RIVA S46-558, BSTA-S86 y A T95-831, B 823-859. Allis eeplos prdeticos se relieren siempre a cuestiones de agrado y desagrado. 0 sea. al rascenudental (KPV A X01, B $29 nolal. y en conseeuencia kampoco “a nuestra eritica en sf misma” (XPV A, 80S, B N33, nos dice que Tos con- Sentimiento, y que por tanto no pertenceen atl filose Comme se comenta un texto flossticn KrV A.691-10, B 719-728: A 772-774, B 800-802: A 814-817, B 842-845, KU Prologo, BL-VI En KpV A 14 la Hama “Critica de ta razén especulativa y “Critica de la racsin pura especulativa’” en KpV A 32, y en GMS, Prilogo. Ak. I. 391. trad, 22 [si bien todas lus citas estin traducids dinectamen necesariamente con las traducciones indicadas}, donde queda contrapuesta 3 una ‘Critica de la razdn pura prctica”, que es la denominacién que se recoge en ef Ter cer capitulo de nuestra obra, y que en fa segunds Critica se mo-ditica de la Fain prvtica”, Kant descubre su (erreno haciendo el ca-mino. Kr¥ A800, B 828, En el Prologo a la GMS Kant explica asimismo esa duatidad de las metatisicas, KU Introduecién V. KrV A533, B SOL KrV Aad0, BATS “A veces” "de vee en cuando” © "en algunos cason”, se dice en KrV A 488, B S16. ‘Aqui descubrimos en la (esis una gran debilidad argumentativa en el plano n mente tedrico, una arbitrariedad, KrV A448, B ATO. KrV A466, B49 y ss KrV A 178-180, B22 “Y dado que ef mundo no existe en sf feome cosa en si] (independiente de la serie rogresiva de mis representaciones [pues depende de las condiciones transcenden- tules que hacen posible su objetivacidn)), no existe ni como un todo infinite en sf ri com un todo finite en si, Solo puede ser encontrado en el regreso empiricn de Ja serie de los fensimenos y en medo alguno por si mismo. En conseeuen serie ey siempre condizionada, nunca nos es dada por entero y. por tanto, el mun ddo no 65 un todo incondicionado ni existe como tal todo. ni de magoitud infinita ni finita” (KrV A 505, B 533), “Si los fendmenos fueran covay en si mismas. [| tentonces lus condiciones, junto con To condicionado, serian miembros de unt y ki ‘misma serie” (KrV A 535, B 563), pero "si los fen6menos son cosas en Si mists, centonces no se puede salvar la libertad” (KrV A 536. B S64) KrV.A472, B 500. KrV B XXX. “[,..] ideas transcendentales por las cuales propiamente silo se cone tee que no se sabe nada” (KrV A 470. B 498), KrV A S34, B S02. KV A802, B 830. KrV A S47-SS8, B 575-586, KrV A802, B30. KrV A802. B 830, KrV A803, B 831 KV A802. B 830: A 806, BBM. KrV A 800, B X28. KrV A 8089, B 836-7. GMS, Ak. IV, 404, trad. 44. ¥y no eoinciden Critica L siesta Kant: fa buena voluntad las Mad * KpV A 14 nota, & KeV A809 y 813, BROT y 837. KrV ASI B39. KV A813, BRL KrV A828, B8S6, GMS, Prologo, Ak. TV, 388, trad. 17. Op. cit, Ak. AV, 389, tad, 18, Por el contrario, en fa KrV se exeluye a fa filosolia picts oe la trascendental, pues aquella se rel sentimiento (KrV, A SOL. B 829 nota) © GMS capitulo I, Ak. LV, 406-408. 419, trad. pp. 49-51 y 69-70. A S51, B S79 nota, KrV A803, B31 Vease KU Intruduceidn | © GMS capitulo IL, Ak, 447-448, a. 113. [La libertad que fa trascendente para kt raz6n térica, y que por tanto abt slo podia ser pensada, ued contirmada en su realidad "por medio de un factum” en el ambi- to de ke razén prictica (KpV A9, Ak. V, 6. trad. 14-15), Véase también KpV, parte 1. tito 1°, capitulo 1° P'Sobre la deduecidn de fos prineipios ke la raz6n pura pric~ rica’ en donde leems: “Ademis, la ley moral es por decirlo asi dada como factum de la razdn pura, del cual somos conscientes a priori y que es cierto apoditicamen- fe aun suponiendo que no se pueda halla en ka experiencia ningsin ejemplo de qué se haya seguiddo exactamente, Por consiguiente, la realidad objetiva de la ley moral no puede ser demostrad por ninguna dedueci6n ni por todos los esfveros de la razén fedrica, especulativa 0 empiricamente apoyada. |... y sin embargo se mantiene Tie tne por si misma’ (A BI-R2, Ak, V, 47, tru. 73), En otto lugar el factum es que “kt savin pura se muestra en nosotros de hecho prictica, © sea la autonomia en el prin Cipio de hi moralidad, mediante lo cust ella determina a Ja voluntad a la accion, Yiel lactam estd inseparablemente enlazado con fa conciencia de la libertad de la ‘oluntaa” (A 72, Ak, V. 42, rad 66: véave tambien A 163, Ak. V. 9D. trad, 132). Pero ambos. ley moral y razsn préitica, son lo mismo (KpV A 56, Ak. V. 31-32. tra. 52) KpV AS nota. tad. 12 nota, KrV A803, B31 ‘Veanse las primera paginas del Prologo a la KpV y ka parte central de fa “Acta civin eritica de ka Analitiea de a razGn pura prictiea” (A 3-13, 167-174), Vease tan bien la Metafisicu de las costimbres, “Iairoducci6n a la Metalisica de kay Costu bres HL Ak. VIL 221 2 KpV A 168. trad. 136 © KU B 465-469, en § 91 y Nota general ata teleologia. or ese no se proxluce aqui un paso ilegitime del ser al de al agrado o desagrado, 0 sea, al come evitieahs Hume Ta naturaleca humane libro I pa coin 1). ¥ que se ha dado en Hamar “falacia naturalist 11 Vease dk ka Kp¥ "Sobre los méviles [o motives impulsores,o resortes| de fa azn pura prictiea en donde se habla del respeto moral de los sistemas ilosificos (Tratudo. Come se-comenta un texto filosatien 48 GMS AK. IV, 396, tral, 32. KpV. Ak. V, 38, HI6-1IK, Religién, Ak, VIL 46 nota, 67- 68, 75 nota, 113-114. MS, Ak, VI, 377-378, 440. Claro que, en este itimo caso, no comprendemos trascendentalmente emo ese set puede llegar a ser consciente de si 8) MS. Ak. VI. 226, rad, 83, Véase tambign VMS, Ak, XXII 248, Por eso ni Dios ni los seres puramente inteligibles pueden ser lamados propiamente libres (Prute ‘gomena, Ak. LV, 344 nota). ‘Veéase la Primera Parte de La religién dentro de tos lémites de la mera racin, que ces donde eon nxis propiedad Kant habla del mal moral Eso serfan los vieis basicos que impiden fa ustracién, ef pensar y acu por si ios. Véase el eonocide articulo de Kant "Sobre la euestion: zqué es Mustracion 1 eva del ser a quién le importa, si no promete ni Silo procufa ka comprensisin realy reslizacion (= en ka wevin said, real « ideal) de los diferentes modos de ser. de loreal de su sentido de apuesta 0 auto- posicidn, de construccicn y juego. Veéuse KpW A 146-152 y 166-167, Ak. V. 82-85 y 93, trad. 120-125 y 134-135. y tambicn la primera parte de “Sobre el tGpico: Eo puede ser correcto en teoria, pero no vale pata la prictica”. No es lo mismo actuar por (aus) inclinaci6n, que exclu ye la moral del prineipio. que con (if) una inclinaciGn que acompae a la key moral Y este subordinad i el Talos estos deberes estan expuestos em la se sunbres De Dios y de la inmortalidad no comprendemos ni siquiera su posibilidad (KV A4S) GMS, Ak, IV, 429 trad. 84, Véase tam vale nda parte de la Metafiviea de lay ev {que ésat es la consideraci6n que pre ‘uando Kant pasa concretar los deberes éticos en la parte segunda de su Metafisica de las costumbres. ‘Veuse. por ejemplo. el § 40 de la KU. Veanse. por ejemplo, los puntos V4 y IX. 5 de mi libro £ punto de partida de la netafisica transcendental, o el articulo de Oultied Hote, “Eine republikunisehe Vernuntt, Zur Kritik des Solipsismusvorwurls”. en ef libro Kant und die Diskus sion der Moderne (ed. Schdnrich und Kato, Subrkampt. Frankfurt, 1996. pp. 396: 407, Véase Antropologia (Ak. VIL, 279-280), donde se habla del solipsismts com victorii. de aquello que comen solos, perdiende la alegria y la vida que da la ‘compaia 0 del egosmo (Selbstsucht del que se deja Hevar en titima instaneia por as inclinaciones comes un solipsivme prictice frente a la universalidad de kt key tnoral, que sabe tomar en consideracidn tambign fa felicidad de los otros, en Kp tcapituly II (AK. V. 73) y en Metafisica de las costwmbres, Parte HW. $8 10, 26-27 (Ak, VI, 433-434 y 450-451; véase tammbicn Ak. XXII. 140) Vease, por ejemplo, Metafsica de las costumbres, Parte IL. §§ 37-41 (Ak. VIL 462. 465). S KpVA 112. Ak, V, 64, trad. 96, © KpVA 109. AK, V, 62, tad. 93-94 ants by buena voluntadd Lo. “1a ley moral es pata Kant incluso el eriterio para saber sie! Dios de una retigisn ces bueno. © malo moralmente, Seysin esto, Abraham tendria que haber rechavadlo a tun Dios que fe pedia matar injustamente a su hijo (Conflicto entre las Facultades 1.2. AK. VIE. 63 nota; La refigivn dentro de fos limites de la mera raciin WW. 84, Ak. VI 187) KpW Ak, V. 79. tra 117. “Ps la condicidn de una buena voluntad en si” (GMS 6. GMS 1, Ak, TV. 400, trad. 38, S KpV A134, AK, V, 76. trad. 113, ! KU SO, Ak, V, 442-443, “Para Esta [Hexislacin universal] la azn me impone un respeto inmediato, del cual ahora cierlamente no capto en déinde se funda (el fildsoto habra de indagarloy (GMS IL. Ak. IV, 403, trad, 43), Ese fundamento to pone Kant en la libertad. Como rexel inicio del Tercer capitulo de la GMS. “el concepto de libertad es la clave 1a a explieacivin de la autonomia de ka voluntad” (Ak, IV, 446. trad. 111). Ese es Su descubrimiente filoséfico: “Se vefa al hombre atado at Leyes por su deber. pero nadie le vino fa idea de que sélo estaba Subordinado a sti propia y sin embargo universal legislacidn, y que sélo estaba obligado a actuar conforme a su propia ‘voluntad, que legisla segdn el Fin natural, pero de manera universal” (GMS I. Ak, LV, 432, tral, 89-90), De este modo, concluye Kant en ese capitulo 1 de la GMS, hemos legado en el Cconocimiento moral de ka razsin humana comdn hasta su principio” (Ak, TV. 403, trad. 43), con el que ella actia y juga aungue no tenga una eonciencia tan precis de él. Véanse tambien KpV A 14 nota y 463, Ak. V.8 nota y 91 trad. 17 y 132 OMSL. Ak. TV, 404, trad. 45. Pues “no se precisa de ninguna cieneia y filosofia para saber fo que se ha de hacer en vistas at ser honrado y bueno, incluso sabio y viru: So” (AK. TV, 404, trad H), Si esa razén natural eswviera cotrompida, fe seria impo sible al fikisoo reetificarla, pues él no cuenta con otra herramienta que la rasa. ® GMS, AK IV, 405. trad, 45-46, GMS. Ak. IV, 397, tras, 32-33. Basta, habia dieho en la primera Critica, con que acudamos “al juicio ético de todo hombre, cuando quiere pensar con claridad tn ley semejante” (KrV A 807, B 835). | GMS, AK. IN, 418-419, ad. 68, Ak. VIII, 107-124, Se encuentra traduceidn en Kant, Ideas para una historia uni vena en clave cosmopolita, Tecnos, Madrid, 1987, pp. 57-77. 0 en Kant, En defen sade ta Husteacicn, Alla Editorial, Barcelona, 1999. pp. 145-163. GMS 1. Ak. LV, 402, trad. 4 GMS capitulo 1, AK IV, 394. trad, 29. Friedrich Schiller, Sdintliche Werke, Hanser, Minchen, 1987.1. 1. pp. 299-300, Este iltimo verve lo eita Hegel en su erties Ta moralidad kantiana (Filosofia det dere~ cho 8 124 Az W VII, 233). Otro epigrama en este sentido es: “Charlatin moral {Camo nos torturan a nosotres, Jos Sucios, con su moral pural/ jCiertamente no eben tener ninguna confianza en la yrosera naturale!” (op. cit, p. 307), Hay eier |. Ak, LV, 403, trad, 43). Cone se conmenta un texte ilositicn tamente algunas exageraciones retGricas en este texto kantiano. como cuando dive (que, alguien por su temperamento no siente ninguna simpatfa por hos ottes, sine ids bien indiferencia o repulsisn (un hombre “que no seria de seguro el peor pre ‘ducts de la naturale” [por tanto Kant no fo ve como un ideal), ayudara al tt. ‘silo entonces posee esta accidin su auténtice valor moral” (GMS 1, Ak. LV. 39%. wad, p.35).O cuando afirma que un hombre racional queria mas bien verse fibre dl las inclinaciones, que representan una carga pesuda, Pero hay otras anuchs pest jes donde se corrigen esas exageraciones tendentes a mostrar la pureza del primer principio moral GMS 1. Ak. IV, 402. trad. 41. Yo he intentado poner de relieve en este exerito que detrs de esa moral Formal ¢ forma moral (Forma en retacion con todo objeto emp rico) se encuentra la realidad de la Tibertad, que es voluntad y ser Kant hr buena votuntacl 17 COMO SE COMENTA UN TEXTO FILOSOFICO Juan José Garcia Norro Ramon Rodriguez (eds.) EDITORIAL SINTESIS Consulte nuestra pigina web: www.sintesis.com En ella encontrari el catdlogo completo y comentado Reservas tea hn dees. Fst pri, bj las Sanches enue vel ream iment civil previtos eas eyes, tte ie eee ‘oteaninitr eta publican, integra o pcs, ‘or caulquicr sistema de ecaeracigny ut cused, seo ne deel teanien, magnetic, electri, pn! oop ‘par eaiguie oto, se alee ac iin prea por exit dle Loria Sitesi, 8. "0 an fs Gani Ney Rann Retest © EDHORIAL SINTESIS, S.A, alleen, $4. 20015 Madd Teton 1 59 2018 hawwwesinesicom ISBN: 97484-9750 1) Dapenit Legale M. 19,11 2007 Inpressen Fspana Printed in Spin indice Prélogo n Capitulo 1. La técnica del comentario filésofico de texto 13 1.1. :Cémo se hace un buen comentario iloséfico de un texto filosdfico? 13 TLL. Los requisitas previos del comentario de texto B 112, sQué es un comentario filosfico de wn testo fil 5 1.1.3. Lo que nunca es uni comentario filosofico 16 114. Las fases del método 1s Bibliografla 41 Capitulo 2. “Orie 4s 2.1, Elautor 44 2.2. Los érficos 6 2.3. Las tres versiones del himno a Zeus 46 2.3.1, Primena version 7 23.2, Segunda version 51 2.3.3. Tercera version 33 Indice 2.4, Conclusion 61 Bibliogralia 2 Capitulo 3. Heréclito, el profeta del Logos 0 3.1. Texto o (3.2, Comentario 67 Bibliografia 7 Capitulo 4. Sobre hablar y ensefiar. Un comentario de texto a propésito del De Magistro 81 4.1. Texto 81 4.2. Comentario 83 Bibliogeatia 95 Capitulo 5. El individuo en el primer comentario de Boecio ala Isagoge de Porfirio 7 Texto ” Comentario 98 5.2.1. Contexto histbrico 99 5.2.2. El marco conceptual 101 5.2.3, Blandlisis textual 102 5.24. Conclusiones 106 Bibliogratia 106 Jo 6, Hume: el equilibrio racional de la vida 107 6.1. ‘texto 107 6.2. Comentario 108 Bibliogratia no Conic se conmenta an texte filossticn Capitulo 7. Kant: la buena voluntad 12 7.1. Texto 1 7.2. Comentario 12 7.2.1. Ideas 12 7.2.2. El planteamiento anterior dela Critica de la razén pura (KrV) 123 7.2.3. La pureaa del resorte 0 mosivo impulsor 129 7.2.4. La idea central 131 7.2.5. La buena voluntad. El resto 137 Bibliografia Mi Capitulo 8. Nietzsche: Romanticismo y pesimismo 8.1, Texto 8.2, Comentario 18.2.1. Primera parte: problemas del texto y tess del autor 153 8.2.2. Segunda parte: analissy division en partes 14 8.2.3. Tencera parte: sintesisy reconstruccién del testo 158 8.2.4, Cuarea parte waloracién personal y conelusiones 163 Bibliogralia 168 Capitulo 9. Heidegger: la metafisica del Dase? 9.1. Texto 9.2. Comentario Bibliograf Capitulo 10, Hannah Arendt y ta precariedad insuperable de la acci6n 189) 10.1. Texto 189 10.2. Comentario 190 Bibliogratia 199 Inelice Capitulo 11, Del arte de romper hechizos. Un texto de Gadamer TLD, Texto 201 11.2. Comentario 201 Bibliogratia 205 10 Como se-comenta un texte filositiow

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