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Análisis del libro “El mundo de Sofía” de Jostein Gaarder

La protagonista, Sofía, está a punto de cumplir quince años. Jamás se ha


cuestionado nada hasta el día que abre el buzón y encuentra una extraña carta
anónima con dos preguntas: «¿Quién eres? ¿De dónde vienes?». Las dudas la
asaltan de pronto; más aún, cuando unas horas después, recibe otra carta con su
primer curso postal de filosofía. Está a punto de conocer a los presocráticos.

Durante semanas, Sofía sigue el extraño curso por correspondencia mientras trata
de desenmascarar al filósofo que se esconde detrás. Pero ese no es el único
misterio al que se enfrenta en la víspera de su cumpleaños: también recibe
mensajes destinados a una tal Hilde, a la que se supone que está a punto de
conocer y que cumple años el mismo día que ella. ¿Por qué el padre de la chica
escribe a Sofía, si no se conocen? ¿Tiene relación con el filósofo? Todo eso sin
olvidar las dudas filosóficas que recibe cada día.

El mundo de Sofía es un ejemplo extraordinario y excepcional de un buen libro de


conocimiento camuflado y adaptado a una novela de calidad, un ejercicio que muy
pocos escritores podrían lograr. Gaarder consigue escribir una trama que
engancha y anima a avanzar, y a la vez interrumpirla a cada momento con
lecciones de filosofía, de un modo ameno y muy bien explicado. Nada sobra en El
mundo de Sofía, y a medida que avanzamos hacia la resolución, descubrimos que
es una novela sumamente arriesgada y original donde las cosas no son lo que
parecen. Es un mérito destacable mantener atrapado al lector tanto si Sofía se
atreve a salir de casa por la noche como si nos introduce en el pensamiento de
Spinoza.

Así se entiende, en vísperas del veinticinco aniversario de este clásico de la


literatura juvenil, que todavía despierte pasiones y cambie el modo de pensar de
los que han pasado por sus páginas. Estos son los libros que más me gustan.

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