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POESIAS DE ORIZABA.

Poema Una Tempestad, De Noche, En Orizaba de José Joaquín Pesado


El carro del Señor, arrebatado
de noche, en tempestad que ruge y crece,
los cielos de los cielos estremece,
entre los torbellinos y el nublado.
De súbito, el relámpago inflamado
rompe la oscuridad y resplandece;
y bañado de luces aparece
sobre los montes el volcán nevado.
Arde el bosque, de viva llama herido;
y semeja de fuego la corriente
del río, por los campos extendido.
Al terrible fragor del rayo ardiente,
lanza del pecho triste y abatido,
clamor de angustia la aterrada gente.

POEMA ORIZABA.
Orizaba: eres bella y encantadora, con alma de poesía que canta, llora y enamora.
Tienes espíritu indomable de guerrero, testigo son tus puentes como saeta a los
combates, que se engrandecieron de gloria. Miro cómo se corona de estrellas tu
cielo, y los suspiros de la noche, hacen un himno; al contemplar tú histórico,
Cerro del Borrego. Orizaba:
Ciudad de las Aguas Alegres que en su alegría, eleva su canto; mi querida
Ahuilizapan, mi bella Pluviosilla, bello rinconcito veracruzano, que el Creador no lo
hizo en vano y en la alborada de luna, parece océano. Orizaba: eres culta,
soberbia y fascinante, fuiste la Manchester de la añoranza, tu esplendor, que el
tiempo te reserva. Acaso son tus calles que claman sus historias, o simples
leyendas que el tiempo reclama entre sus sombras. Tus altares y tus templos,
donde mi corazón llorara. Al contemplar tus iglesias, de piedra y de granito, donde
las almas solitarias en comunión están; con su Dios bendito. Tus personajes que
en la historia se escribieron. Tu escudo, que en el libro se imprimió. Orizaba: tus
lugares recreativos: de belleza, armonía y convivencia familiar. Espacios donde se
respira: la paz, inspiración y la tranquilidad. Deja que me acaricie y me arrulle tu
'chipi chipi' déjame soñar, en un atardecer, con tu neblina en la alameda; y
déjame, que al compás de tu música de viento, un domingo, me emocione, me
deleite y me enamore, en el quiosco de tu parque. Deja que recuerde mi primer
beso, preludio de lo eterno y de niño mil travesuras que recuerdo. Orizaba, creo en
ti; tierra generosa, fértil y fecunda porque eres donde mis ojos por primera vez, se
abrieron. Serás, por siempre y para siempre, donde descanse mi alma, donde mi
espíritu invisible con esencia de perfume misterioso, te contemple silencioso. Tu
grandeza, que Dios no me permitió, contemplaré en cada estrella; cuando la
noche, deje de ser doncella.
DR. JOSÉ ALFREDO BENITEZ PEÑA

Referencias

pressreader. (10 de septiembre de 2022). pressreader. Obtenido de pressreader:


https://www.pressreader.com/

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