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Ses ión 15 -
CAPÍTULO VII
Nos dedicamos ahora al estudio de nuestro segundo caso de grupo p eq ue ño . Trát ase del estudio
realizado por William Foote Whyte sobre un grupo al que llama la pandilla de la calle Norton, que
holgazaneaba en una esquina de Cornerville, distrito pobre perteneciente a Eastern City . 1
Podríamos haber comenzado con este caso, en ciertos aspectos el más simple e interesante de
cuantos poseemos, pero la sala de observación de la conexión de horneras tenía la ventaja (que en
cambio éste no nos ofrece) de permitirnos desarrollar la mayoría de nuestras ideas principales. Y
nosotros queríamos dejar sentadas nuestras principales ideas tan pronto como fuera posible.
EL METODO DE ESTUDIO
1
Este estudio constituye una parte del libro de Whyte, Street Comer Society (1943) en especial pp. 3-25,
225-68. Puesto que el grupo se describe en este corto número de páginas, no se hará otra referencia detallada
a ellas. Se agradece: reconocimiento al autor y al editor (Chicago University Presa) la autorización para hacer
citas de este libro, todos los nombres de lugares y de personas son fictos.
La pandilla de la calle Norton, así llamada porque sus miembros holgazaneaban juntos en
una esquina de dicha calle, incluía en la primavera de 1937 a trece jóvenes.- Doc, Mike, Danny,
Long Tohn, Nutsy, Frank, Toe, Alee, Angel o, Fred, Lou, Cari y Tommy. Todos ellos habían vivido
cuando niños en el mismo vecindario de Cornerville y habían concurrido a la misma escuela.
Muchos habían pertenecido con anterioridad a una pandilla de adolescentes. Los hogares de la
mayoría estaban toda vía en Cornervil le. Aun Fred y Lou, cuyas familias pos eían por entonces casas
en un suburbio de Eastem Cit y, volvían a la calle Norton para vagar con la pandilla. El hogar, sin
embargo, ocupa poco tiempo en la vida de un muchacho de la esquina. "Es difícil hallarlo en la
casa, salvo cuando come, duerme o está enfermo, y sus amigos, cuando quieren verlo, siempre se
dirigen primero a su esquina. Hasta el nombre del muchacho de la esquina indica la importancia
dominante que la pandilla tiene en sus actividades. Es posible mantener relaciones durante meses
con un grupo de hombres, sin descubrir jamá s los apellidos de má s de unos pocos. A la mayoría de
ellos se los conoce por los apodos que les da el grupo."
1937 fue un año de depresión, y la depresión golpeó duro en Cornerville. Todos los
miembros de la pandilla te nían alrededor de veinte año s, , de edad. Los mayores, que eran Doc ,
Nuts y y Mi ke, te nían 29: Tommy» el más joven, 20. Sin embargo, solo dos de ellos contaban con
empleos estables. Cari y Tommy trabajaban en fabricas: los demás se hallaban desocupados o solo
obtenían trabajos temporales. Danny y Mike dirigían un local en el que se jugaban a los dados y
Doc trabajaba, con intervalos, en la WP A (Wor ks Progress Administ rat ion) . La falta de empleo
ejerció una importante influencia en la formación del grupo; en efecto, todos los hombres se
hallaban en una edad en la cual, en épocas normales, hubieran contado con un trabajo que los
alejara de la esquina. Asimismo, habrían podido casarse y establecerse fuera de Cornerville.
Doc era el líder de la pandilla, ff abía nacido en la calle Norton en 1908. Su madre y su padre
fueron los primeros italiandf^Hel s&t qíle^e instalaron en dicha calle. "Doc era, en una familia
numerosa, el hijo menor y el favorifb de su madre. Su padre murió cuando él era muy peq ueño . A
los tres años la paráli si s infant il le contrajo el brazo izquierdo, de forma tal que ya no pudo recobrar
la normalidad, pero con ejercicio Gormante logró desarrollarlo hasta aue le fue Dos'Me su '^Mización
para iodo cuanto no signifi cara uñ tr aóájo pesado." Doc había sido líder de la pandilla de chicos que
pr ecedió a la de la calle Nort on. Anteriormente, esa posición la ocupaba Nuts y, pero Doc lo ven ció
en una pelea y, como decía el propio Doc: "Después de darle una tunda, fui yo quien indicó a los
chicos lo que había que hacer." Desde entonces la única amenaza seria a su posición había
provenido de Ton y Fontana, quien durante breve tiempo act uó como luchador profesi onal. En cierta
oportunidad empe zó a "meterse" con Doc , a importunarlo y a echar bravatas. Do c le pegó, pero,
como le dij o má s tarde a Whyte: "No quiso pelear conmigo. ¿P or qu é? Cuesti ón de prestigio,
supongo. De spu és arreglamos el asunto, provistos de guantes en el patio de recreo. Era demasiado
bueno para mí, B i l l . Y o le hice frente, pero era demasiado fuerte... ¡ C ó m o pegaba!" Evidentemente,
Tony no deseaba asumir la responsabilidad del liderazgo. Esta derrota no dañ ó la posi ción de Doc,
ya que Tony no cumplió su amenaza de dominarlo en presencia de la pandilla.
La pandilla infantil se disgregó cuando los miembros llegaron a los diecisiete o dieciocho
años . El propio Doc trabajó durante un tiempo en el centro vecinal de la calle Norton. Siempre le
había interesado la pintura, para la cual poseía ciertas dotes, y por intermedio del centro vecinal
obtuvo un empleo en un taller que fabricaba vidrieras de colores. La depr esió n se hizo entonces
más intensa, la firma que se ocupaba de las vidrieras de colores quebró y Doc, desocupado, volvió a
la esquina. A comienzos de la primavera de 1937 la pandi lla de la calle Norton emp ez ó a reunirse
en torno de él. Nuts y, Frank, Joe, Alee , Car i y Tommy eran amigos de Do c desde tiempo atr ás, y se
incorporaron a la pandilla. A ellos siguieron Angel o, Fred y Lou. Danny y Mi ke se vieron atraídos
a la calle Norton tanto por su amistad con Doc como por la ubicación de su local de juego, situado
al lado de "la esquina". Long John siguió a Danny y Mike.
O R G A N I Z A C I Ó N D E L A P A N D I L L A
En Cornerville, una pandilla (y había allí muchas como la de la calle Norton) se entrega
pronto a un r égi men estricto. Ad emás de su propia esquina cuenta a menudo con un lugar fijo de
reunión nocturna, que puede ser una cafetería o una taberna, a las que la pandilla concurre alrededor
de las nueve para tomar café o cerveza antes de irse a su casa. "Las posiciones en las mesas est án
fijadas por la costumbre. Noche tras noche, cada grupo se re úne alrededor de las mismas mesas. El
derecho a esas posiciones es reconocido por los otros grupos de Cornerville." Un muchacho de la
esquina nunca se aleja de su propia esquina y de sus propias costumbres. La falta de una experiencia
social más amplia contribuye a su asociación íntima con un pequeño grupo de amigos, y es
asimismo un resultado de ésta. Aun cuando no se halle en la esquina, la pandi lla tiene su diversi ón
favorita y, de acuerdo con esta pauta, la de la calle Norton dedicaba una noche por semana a jugar a
los bolos.
La pandilla asigna alto valor a ciertas formas de conducta. Una de ellas es la habil idad en
los deportes: hay que ser buen boxeador, jugador de bolos o jugador de béisbol. En estrecha
relación con la habilidad deportiva se halla la reciedumbre: la capacidad de hacer bromas y
aceptarlas. Pero para ser recio, un hombre no necesita ser un tahúr, y ciertas formas de conducta
están por debajo del muchacho de la esquina. Doc decía de su pandi lla de chicos: "Eramos la mejor
calle de Cornerville. No le escamoteábamos bebida a un borracho ni jugábamos a los dados. A
veces nos colábamo s en los espectácul os sin pagar, pero qué querí as que hic ié ra mos ?" En lo que a
mujeres at añ e, se espera que uno "consiga" una chica si puede. Eso es lo que debe hacerse, pero es
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muy diferente de mantener una relación formal o casarse con una chica que "no es decente". Quien
lo hace puede seguir siendo miembro de la pandilla, pero se expone a que se rjan-^e él, y lo traten
de gorrón. En los momentos malos, como en los buenos, se" espera que^si a uno-le sobran algunos
centavos se los dé al amigo que los pide. Uno se los da, porque s&irata de un amigo; al mismo
tiempo, el obsequio le crea una obligación: él puede ayudar, a su vez, cuándo uno lo necesite, y la
balanza de los favores debe hallarse siempre en equilibrio aproximado. El sentimiento dé la
obligacion esta siempre presente y si uno se olvida de retribuir un favor se lo recordaran con
rudeza. Esta red de ayuda mutua y de deberes re cí procos se extiende por toda la pandilla, y Whyte
muestra en forma muy interesante como se prolonga esa pauta yendo de la pandilla a la policía y a
las organizaciones de ext orsi ón.
Whyte proporciona un diagrama, reproducido en la figura 12, de la organización de la
pandil la en la primavera y verano de 1937. El diagrama parece simple, pero en realidad muestra
dos cosas a un tiempo. En primer lugar, las líneas que unen a los miembros de la pandilla son líneas
de "inf luencia". Est o, en la conducta real, parece ría significar que si Doc consideraba que el grupo
debía adoptar una línea particular de acción, probablemente empezaba por discutir el asunto con
Mike y Danny y quizá con Long John. Si la decisión llegaba a Long john, no avanzaba más lejos;
éste no ejercía influencia sobre nadie. Pero si llegaba a Mi ke, él la pasaba a Nutsy y a travé s de
Nutsy llegaba a Frank, Joe, Alee, Car i y Tommy.
L , J muchacho de ta,esquina
— linca de influencia
Í'K- 1
2. Organiiacfón' «odal de U pandilla de la calle Xortoti. (La posición
de lui cadila* indica el rango relativo.)
Fig. 12. Organización social de la pandilla de calle Norton (La posición de las casillas indica el
rango relativo)
Pero Doc podía influir directamente sobre Nutsy. En cuanto a la influencia en la dirección opuesta
si Tommy, por ejemplo consideraba que la pandilla debía dar determinado paso, la idea
probablemente llegaba a Doc a tra vés de Ca ri y Nutsy. El diagrama resume cientos de casos en los
que la comunicación entre los miembros del grupo ocurría a través de esas vías. En segundo lugar,
señala Whyte que las posiciones de las casillas en el diagrama indican el status relativo. Doc era,
pues, la persona que ocupaba el status o rango social más elevado. M i k e y Danny se hallaban
aproximadamente a un mismo nivel, debajo de Doc; Tommy y Alee ocupaban las posiciones
inferiores.
Dóc era el líder reconocido de la pandilla, y Mike y Danny actuaban cqmp síis
lugartenientes; los demá s hombres eran seguidores. Lo s tres primeros eran mayores que el resto de^
los miembros, con excepc ión de Nutsy. Mike y Danny, además, dir igían el local del juego dV
dados. Esta circunstancia, al mis mo tiempo que les impedía tener con el resto de la pan dilla una
asocia ci ón tan frecuente como la de Doc , les otorgaba distinción. Lo s hombres que manejan un
local de juego son hombres de negocios: los que arrojan Jos dados son pa rás it os , y un parásit o,
aunque tenga conci encia de serlo, no es muy bien visto en Corner vil le. Por otra parte, Doc, Mi ke y
Danny estaban menos limitados a la pandilla, en sus contactos sociales, que cualquiera de los otros
miembros. Los demás grupos de Cornerville los conocían bien y tenían una favorable opinión a su
respecto, y además se trataban como iguales con los otros líderes. Doc contaba sin duda con
bastante inf luencia para haberse presentado, aunque sin éxi to, a las elecciones de representantes
para la legislatura del estado. A los tres se les alababa tanto por su habi lidad para pelear, aunque
ninguno de ellos era estimulado a exhibirla, como por sus facultades de auto-expresión. "Doc, en
particular, se destacaba por su habi lidad en los debates." Pocas veces se dejaba arrastrar a una
di scusió n, pero cuando lo hací a sabía aventajar a su oponente sin humil lar lo.
Lo ng John ocupaba una posi ción especial, en tanto ejer cía poca influencia sobre el resto de
la pandilla (los demás no lo seguían), y estaba sin embargo muy cerca de los líderes: Doc, Mike y
Danny. Estos siempre lo llevaban consigo cuando iban a algún lugar y así compartían en cierto
modo su prestigio. Al mismo tiempo, acostumbraba perder a los dados cualquier dinero que
pudiera caer en sus manos y esto lo conve rt ía en un pará si to .
EL JUEGO DE BOLOS
Ta l como nos lo ense ñara la sala de obse rv aci ón de la conex ió n de horneras, algunas formas
de conducta que pueden parecer trivi ales a los extra ño s (la clase de dulces que come un hombre, por
ejemplo constituyen a veces signos de rango social o, para utilizar una frase más c o m ú n , del status
social ocupado en un grupo. Con el objeto de ilustrar el sentido que para él tiene el status social,
Whyte describe con todo detalle una actividad favorita de la pandilla Norton: el juego de bolos.
Durante el invi erno y la primavera de 1937-38, Long John, Al ee, Joe y Frank juga ron varias noches
por semana, y los s áb ad os a la noche toda la pandil la se reunía en las boleras para jugar partidos en
equipo e individuales. Éstos se convirtieron en la culminación de los acontecimientos deportivos de
la semana; durante el resto de ella, los hombres discutían largamente lo sucedido el sábado anterior
a la noche y lo que habría de suceder el sábado siguiente. Doc seleccionó un equipo de cinco
hombres para jugar en rep re sent aci ón de los de la calle Norton, contra otras pandillas y clubes. En
primer tér mi no eligió a Danny, a Lon g j ohn y a él mismo, es decir, a tres hombres que eran
miembros importantes de la pandilla por razones ajenas a su habili dad en los bolos. Mi k e no fue
incluido; nunca había sido buen jugador y solamente por entonces empezaba a jugar con
regularidad. Los otros dos miembros del equipo no fueron tomados del grupo de seguidores de la
propia pandilla; Doc no mbr ó en cambio a Chri s Teludo, primo mayor de Nutsy, y a un hombre
llamado Mark Ciampa. Ninguno de ellos pertenecía a la pandilla en otras oportunidades, pero
ambos eran buenos jugadores de bolos. Lo s cinco, Do c, Danny, Lo ng . Chris y Mar k, jugaban para
la pandilla de Norton. Solo cuando faltaba un miembro del equipo estable se llamaba a uno de los
seguidores, y en tales ocasiones éste nunca se destacaba.
"A los seguidores no les agradaba hacer las veces de sustitutos. Protestaban porque no se les
había dado una ocasión de demostrar su habilidad. Un sábado en la noche, en febrero de 1938, Mi ke
or gani zó un partido interno. Su equipo estaba formado por Chris Telud o, Dec , Lon g John, él mismo
y B i l l Whyte. Danny se encontraba enfermo y fue sustituido por B i l l . Frank, Alee, Joe, Lou y
Tommy formaron el\otro eguipp. ETinterés en este partido era más intenso que el suscitado por los
partidos «s elecci ona das», comunes ,~pér o los seguidores hicieron un juego muy pobre y no tuvieron
ninguna oportunidad." Los^ seguidores, como equipo, no volvie ron a desafiar j amá s al primer
equipo.
Del mismo modo, Alee jugaba a menudo bien. En realidad, "obtuvo el puntaje individual más
alto de la temporada y con frecuencia se destacaba, durante la semana, cuando jugaba con Frank,
L o n g John, Joe Dodge y B i l l Whyte, pero los sábados en la noche, cuando todo el grupo se hallaba
reunido, su desempe ño era muy distinto". Un a noche alarde ó ante Lon g John de que podía dar una
paliza a cualquier integrante del primer equipo. Lo ng John re sp ondi ó "Te crees que puedes
ganarnos, pero si te apuran, estás incierto." Alee estaba furioso, aunque reconocía la opinión del
grupo acerca de su juego. Pero Lon g John demo st ró estar en lo cierto. Poco tiempo de sp ué s de esta
conversación Alee tuvo varias oportunidades de probarse a sí mismo, pero siempre se trataba de una
"mala noche" y fracasaba. El resto de los seguidores, excepto Tommy, no, era en ningún caso lo
suficientemente bueno para hacer alardes. Tommy era buen jugador, pero casi siempre jugaba con
un grupo más joven.
Hacia fines de abril de 1938, a Doc se le ocurrió la idea de que la terminación de la temporada
de bí a celebrarse con un partido individual entre los miembros del grupo. "Per suadió al du eñ o de las
boleras para que contribuyera con un premio en efectivo de diez dól ar es , él cual ser ía dividido entre
los tres jugadores que obtuvieran el puntaje más alto. Se decidió que solo serí an elegibles aquellos
que hubieran jugado con regularidad, y de acuerdo con ello fueron eliminados Lou, Fred y
Tommy." Esta era la primera vez que se planeaba una competencia con todas las de la ley, y corrían
muchas conjeturas acerca del orden final en que se colocarían los jugadores. Doc, Danny y Long
John publicaron sus predicciones. Los tres estaban de acuerdo en que los hombres del primer equipo
obtendrían los puntales más altos; es decir, ellos tres, juinto con Mark Ciampa y Chris Teludo,
serían los cinco primeros. Después según ellos, seguirían o B i l l White o M i k e . Ubicaron a Alee,
Frank Cari cerca del final y asignaróna Joe Dodge el último lugar.
El día del partido, Chris no apareció. Alee anunció a los muchachos que se disponía a hacer
una demos tr ació n, y despué s de los primeros cuatro tiros llevaba la delantera por varios bolos. "Se
volvió hacia Doc y dijo: "Esta noche estoy decidido a darles una paliza muchachos". Pero entonces
comenzó a cerrar los tiros y, como un error seguiría a otro, dejó de esforzarse, en los intervalos salía
para beber, de modo que ter minó con el rostro congestionado y el paso inseguro. Arr ojaba la bola
sin cuidado alguno, fingiendo que la competencia no le interesaba. Su derrumbe fue repentino y
completo; en el espacio de unos pocos tiros descendió del primer al último lugar." Al terminar el
partido, los jugadores se clasificaron, seg ún su puntaje, de la forma siguiente:
S OC IO L OG Í A N O R T E A M E R I C A N A 1212
Obsérvese que solo huoo tres diferencias con respecto a las predicciones publicadas por
Doc , Danny y Long John. Whyte y Joe Dodge actuaron mucho mejor de lo que habían esperado los
lí dere s, y Mar k un Poco menos bien. No estamos tratando de explicar esas diferencias, pero puede
ser digno de señalarse el hecho de que tanto Whyte como Mark se hallaban en Posiciones sociales
algo ambiguas. Whyte, originalmente, era un extr año. Aunque tenía intimidad con todos los
muchachos, estaba más cerca de los líderes que de los seguidores y Doc era su amigo paticular.
Mark no pertenecía a la pandilla y solo se asociaba con ella en las boleras.
Después del partido, Doc y Long John comentaron los resultados con Whyte. La
conversación se desarrolló así:
Long John Lo único que me interesaba era que no ganaran Alee ni Joe Dodge. No hubiera
estado bien.
Whyte preguntó a Doc qué hubiera sucedido en caso de haber ganado Alee o Joe. Su
respuesta fue: "No habría sabido cómo tomarlo. Por eso estábamos Decididos a derrotarlos. De
haber ganado ellos, hubiera habido mucho bochinche. Un montón de discusiones. Hubiéramos
dicho que era cuestión de suerte y cosas por el estilo, tratando entonces de ganarles otro partido,
para arruinarlos. Hub ié ra mos tenido que ponerlos en su lugar."
Aunque Whyte se había puesto a la cabeza casi desde el comienzo del partido, solo fue
víctima de bromas amistosas. Como él mismo dice: "En sentido muy real, a mí me permitieran
ganar." Al mismo tiempo, ni siquiera los líderes habían esperado que ganara, y no lo dejaron
engr eírse. Lo aclamaron como "el Campe ón" y aun como "el Campe ón del queso'. Antes de admitir
que su victoria fuera una chiripa, re cl amó su derecho al título de jugador de primera cat egor ía. Doc
or gani zó entonces un partido entre Whyte y Long John. Si aquél ganaba, te ndr ía el derecho de
desafiar a Doc o a Danny. Los cuatro fueron juntos a las boleras. Lon g John, apremiado por Doc y
Danny, obtuvo una victoria decisiva.
Alee solo se sintió temporariamente anonadado por su derrota en el partido entre los
miembros del grupo. "Durante algunos días no se dej ó ver en la esquina, pero luego volvió y trató
de reafirmarse. Cuando los muchachos fueron a jugar a los bolos, desafió a Long John en un partido
indiv idua l, y lo der rot ó. Ale e em pe zó a hablar de nuevo. Vo lvi ó a desafiar a Lo ng John y le gan ó
otra vez. Cuando se reanudó el juego, en el otoño, Long John se convirtió en el adversario favorito
de Al ee y durante un tiempo éste res ultó casi siempre el ganador. Se mostraba gozoso. Lo ng John
explicaba. "Parecería que me hubiera marcado". Y así interpretaban los demás esos incidentes: tan
solo como curiosas vueltas del juego.
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derecho propio.
"En la reunión siguiente, Long John derrotó a Alee. No pudo hacerlo siempre, pero se
pus ieron tan a la par que A l ee pe rdi ó int er és en esa compe te ncia ."
Es evidente que el grupo, y en particular los líderes, tenían una idea bien definida acerca de
cuá l de bí a ser la posic ión ocupada por cada uno en el juego de bolos, y esta idea pr oducía un efecto
real en su manera de jugar. El buen juego no era cues ti ón de simple habilidad indivi dual, si es que
algo quiere decir la habili dad indi vidua l. Al ee y Frank demostraron que podían jugar bien en
algunas oportunidades pero no fueron capaces de hacerlo siempre. Como ocurre en todos los juegos
que exigen coordinación muscular, un nombre que juega a los bolos se coloca en situación muy
desventajosa cuando "se pone tenso". Su habilidad para controlar la bola y hacer un tiro difícil
depende, en enormes medidas, de que confíe en poder hacerlo. El mero calor de la contienda no
bast ar á para ayudarlo hasta el fin. Si compite en un equipo de cinco hombres, el jugador debe
esperar su turno en las boleras y dispone así de sobrado tiempo para rumiar sus errores. Y entonces,
cuando le llegue el turno, corr er á el peligro de hallarse en tens ión .
Hemos visto eivqué forma la opinión afectaba los resultados de la competencia individual
entre los miembros-de la pandilla, a fuerza de la opi nió n era ta mbi én visi ble cuando aqu élla escogí a
bandos para un partido intèrno en equipos. "Cuando Doc, Danny, Long John o Mike jugaban en
1
bandos puestos, se h áe ía ñ linos a otros bromas amistosas. Todos esperaban que obtuvieran buenos
puntajes, y si éstos resultaban bajos los atr ibuí an a la mala suerte o al no estar mome nt án ea me nt e en
buenas condici ones Cuando un seguidor amenazaba non mejorar su posicion. .las observaciones.,
aooptaoan una forma harto diferente. los muchachos le gritaban que la suerte estaba de su lado, y
que "jugaba como si él no tuviera nada que ver en el asunto'*. Trataban de convencerlo de que él no
podí a jugar tan bien como lo estaba haciendo, que en su caso un buen de se mp eñ o resultaba
anormal. Esta clase de ataque verbal tení a mucha importancia para mantener a los miembros «en
sus lugares. Lo utilizaban los seguidores, en particular, de suerte que trataban, en efecto, de
sujetarse los unos a los otros. Mientra s que Lo ng John, uno de los blancos más frecuentes de tales
ataques, r espon dí a con la misma moneda, Doc, Danny y Mi k e casi nunca usaban esta arma. Sin
embargo, con esas presiones psicológicas los líderes hubieran encontrado una verdadera amenaza
para Al ee o Joe"
"Suponque nos hubiesen ganadoy que el San Marcos nos propusiera un partido. Enese
caso les diríamos que esos muchachos son realmente el primer equipo, pero el San Marcos nos
contestaría: "No queremos jugar con ellos; queremos jugar con ustedes. " Nosotros le diríamos:
Muy bien, ¿quieren jugar con el
equipo de Doc?, y jugaríamos con ellos. "
LID E RA Z G O .
AI final de su libro, Whyte formula algunas observaciones generales acerca del líder de una
pandil la en Co raervill e. No dice literalmente que todas ellas se apliquen a Doc, el líder de la calle
Norton, pero es muy posible que así sea, ya que esta pandill a era la que Whyte conocí a mejor. De
todos modos, supondremos que se aplican a Doc.
El líder es el hombre que, en términos generales, actúa más de acuerdo con el patrón de
conducta valorado por el grupo. Si ést e se interesa en el boxeo o en los bolos (y cualquier grupo de
jóv en es en los Estados Unidos otorga gran importancia a la habi lidad en los deportes), el l íder debe
ser un boxeador o jugador de bolos idóneo. AI mismo tiempo, promueve naturalmente las
actividades en las cuales se destaca y su elevada posición social lo ayuda, como hemos visto, a
destacarse en ellas. Ac túa asimismo de acuerdo con las exigencias de la ayuda mutua en grado
mayor que el resto del grupo. "El hombre que ocupa una posición bajá puede violar sus
obligaciones sin que ella sufra grandes cambios. Sus co mpañ er os saben que en el pasado ha dejado
de cumpli r ciertas obligaciones y su posic ión refleja el de se mpe ño anterior. Por otra parte, todos los
miembros confían en que el líder cumpla sus obligaciones personales. No puede dejar de hacerlo sin
producir confusiones y poner en peligro su propia posición.. . Cuando da su palabra a uno de sus
muchachos, la cumple."
Con el objeto de mostrarse siempre solvente en lo que a favores atañe, el líder tiene buen
cuidado de no crearse, con respecto a uno de sus seguidores, obligaciones excesivas o duraderas. Si
pide algo prestado, es má s fácil que lo pida a alguno de sus lugartenientes o, mejor aún, a otra
persona ajena al grupo. En este caso lo ayuda rá n sus contactos sociales fuera de la pandilla, mucho
más frecuentes que los de sus seguidores, y ta mbi én le se rá útil el hecho mismo de su liderazgo. En
la polí tica de Corne rvi lle, por ejemplo, si alguien quiere obtener el apoyo de la pandilla se dirigi rá al
líder, y para él serán los mezquinos favores con que se paga el apoyo. De ello se sigue que el líder
da siempre más a sus seguidores, en dinero y favores, de lo que jamás recibe de ellos, y que puede
hacerlo, precisamente,, porque es un líder: dispone de mayor patrocinio para distribuir. Él les paga
en dinero; ellos le retribuyen con la moneda del liderazgo aceptado.
La comunicación fluye pues hacia el líder. Así ocurre en las conversaciones generales, y
también en las privadas. Los seguidores van a él con sus problemas y confidencias. Así se halla
mejor informado que nadie acerca de lo que ocurre en la pandilla. Cuando hay una disputa entre los
muchachos, sabe cuáles son sus fuentes y se halla en mejor posición que la de ningún otro para
dirigirla. Puesto que su opinión es el factor individual de mayor peso para determinar la posición de
un hombre en el grupo, cada una de las partes, en una disputa, va a él con su versión del asunto y
puede recurrir a él para que act úe como juez y arregle las diferencias. En este caso, debe ta mbi én
actuar de acuerdo con los patrones del grupo, o de lo contrario arriesgar su pos ición. Debe ser
escrupulosamente justo, aun cuando, estén en juego sus amigos más íntimos (y no todos los
miembros del grupo tienen con él una,intimidad igual)
S O C I O L O G Í A N O R T E A M E R I C A N A 1216
Así como la comun ic aci ón fluye hacia el líder, tambié n parte deseH Él es quien d é c í i ^
quien ini cia la ac ci ón, y todos esperan que así lo haga. Los demás pueden ofrecer sugerencias, peto:
ellas deben llegar al líder y recibir su aprobación antes de que la pandilla las adopte y las utilice.
Además, sus decisiones seguirán vías definidas: el líder asegura la acción del gcupo.tratando
primero con sus lugartenientes.Doc explicaba en una oportunidad: "E n cualquier esquina
encontrarás no solo un líder sino, probablemente, un par de lugartenientes. Ellos tambien podran
ser ncieres, pero dejan que aquel los dirija. Tú dirás: "Dejan que los dirija porque les gusta la forma
en que él hace las cosas". Por supuesto, pero la autoridad del líder se apoya en ellos."
Por ultimo, la posición del líder depende de que "haga lo que se debe", es decir
simplemente, de que sus decisiones resulten en general aceptables para el grupo. "Un a noche en
que la pandilla jugaba un partido de bolos, Long John, no tuvo dinero para su apuesta y aceptó que
Chi ck Mo rel li jugara en su lugar. Despué s del partido, Danny le dijo a Doc : " No debiste ponerlo a,
Chic k" . Doc , un poco irritado, le contest ó: "Oy e, Danny, tú mismo propusiste que Chi ck jugara en
lugar de Lon g John". A lo cual res pond ió Danny: " Y a lo sé, pero tú no deberí as haberlo permitido."
Danny habí a confiado, aun, contra su propia opi nión, en que Doc tom ar ía la decis ión correcta. La
capacidad de ganarse a los seguidores es la fuente de autoridad de cualquier líder.
CAPÍTULO VIII
Si bien hemos de aplicar nuestro método de idéntica manera a todo nuevo grupo, no
haremos hincapié siempre en los mismos puntos. Ello solo nos conduciría a una monótona
repetición, cuando solamente deseamos introducir una o dos ideas nuevas por capítulo. En cada
grupo tienden a reaparecer los mismos rasgos, mas no todos elaborados en igual medida. El rasgo
más notable de la sala de observac ión de la con exi ón de bomeras fue la forma ci ón de las camarillas
y su vínculo con la organ iz ación del trabajo. " El liderazgo era allí rudimentario. En la pandilla de la
Como siempre, empezaron con eí ambiente y su influencia sobre el grupo. Los coñéctóres
de horneras fueron reunidos, originariamente, por una organ ización comercial. No sucedió así en el
caso de la pandilla de la calle Norton, pero hubo en cambio otras características de su ambiente que
conspiraban para aumentar y mantener la interacción entre los miembros. Sus familias, como vimos,
habían vivido mucho tiempo en la vecindad de la calle Norton de Corner vil le: habían ido juntos a la
escuela; habían pertenecido a una pandilla anterior de adolescentes y todos, excepto dos, seguían
viviendo en Cornerville. El ambiente, pues, los había reunido hasta el punto de volver habitual su
interacción, y el efecto del ambiente sobre el incremento de la interacción constituye el punto de
partida para la formación de un grupo.
Las miembros de la pandilla, podrían haber concurrido al centro vecinal de la calle Norton
cuya finalidad, después de todo, era proporcionar un centro de recreación más adecuado que una
esquina y ayudar a los jóvenes italianos a adaptarse a la vida norteamericana. Pero se hallaban en
juego fuerzas que limitaban la efectividad del centro vecinal. Los patrones de conducta de sus
administradores correspondían a los de la sociedad norteamericana de clase media, a los de la
"gente decente" de Eastern City. El centro vecinal podía hacer mucho en favor de los jóvenes de
ascendencia italiana que tuvieran el deseo y la capacidad de trabajar para alcanzar esos patrones.
Podía iniciarlos, y lo hacía, en el camino que conduce al éxito y a la asimilación completa. Pero
esos jó ve ne s representan una minor ía. Si los patrones de Corner ville no corre spond ía n enteramente
a los viejos patrones italianos, tampoco correspondían por entero a los de la gente decente de
Eastern City. Los líderes de las pandillas juveniles de Cornerville se ajustaban, naturalmente, a los
patrones de Cornerville; ello era condición de su liderazgo. No se sentían cómodos en el centro
vecinal que, al no lograr atraer a los líderes, tampoco conseguía atraer a los seguidores. El centro
vecinal, en efecto, quería que los muchachos fueran a él aceptando sus propias condiciones, y no las
de ellos. 1
1
Véase Street ComerSociety, 98-104
miembros de la pandilla Norton andaban ya muy cerca de los treinta años y, sin embargó, seguían
1
Pero aun cuando no hubiese existido la depresión, los integrantes de la pandilla habrían
tropezado con dificultades para escapar de la esquina. Whyte muestra que dentro de Cornerville el
ascenso social se produce en gran medida siguiendo vías ofrecidas por, la política local y las
organizaciones de extorsión, estrechamente vinculadas con la pauta de conducta del muchacho de la
esquina.
El ascenso fuera de Cornerville, en el mundo de los negocios y de las profesiones, exige que
uno se aparte de los viejos amigos y de la vieja forma de vida (cosa que no todos los jóvenes, en
Cornervil le o fuera de ella, consideran fácil de hacer).2
En el ambiente de la pandilla no había nada, sin embargo, que pudiera compararse con la
Western Electric Company, ni nada tan específico como la organización del trabajo, determinada
por l a c o m p a ñ í a , en lo que atañe a su influencia sobre la diferenciación dentro del grupo. El sistema
externo de la pandilla consistía solo en una frecuente interacción entre los miembros, la ausencia de
algunas clases de actividades y cierta tendencia a cumplir otras, tales como los juegos que
entrañaban habilidad deportiva. La mayor parte de la conducta del grupo era en alto grado
espontánea; es decir, no se hallaba directamente condicionada por el ambiente. Por esta razón,
podemos hablar de la pandi lla como de un grupo au tón om o, con la condición de recordar que la
3
autonomía es siempre una cuestión de grado y que ningún grupo escapa del todo a las influencias
ambientales. Al comparar esta pandilla con el próximo grupo que estudiemos, habremos de
preguntarnos si la a ut on omía de un grupo ejerce algún efecto sobre el cará ct er de su liderazgo.
2
Véase ibid., 94-108.
Este término ha sido tomado de la revista Autanomous Groups Bvlíelin, dirigida por R. Spence y M. Rogers.
3
La diferencia entre la pandilla de la calle Norton y el grupo de la conexión de horneras se asemeja a las
diferencias entre el Psicogrupo y el sociogrupo, en H. H. Jennings, "Socionetric DifFerentiation of the
Psychegroup and the Sociogroup'S Sociometry, X (1947), 71-9.
Los integrantes de la pandilla holgazaneaban juntos. Ésta era su manera de decir que
interactuaban a menudo unos con otros. Los contactos sociales repetidos definen al grupo. Y esta
interacción frecuente iba asociada con sentimiento de mutua simpatía: los miembros de la pandilla
Norton eran amigos. Aparte de esos contactos repetidos, no hay sentimientos "naturales" entre la
gente, ni siquiera entre madre e hijo, aunque algunos de nosotros hablemos todavía como si ellos
existieran. Ciertos miembros del grupo, sin duda, interactuaban entre sí con más frecuencia y eran
particularmente amigos. Doc, Danny, Mi k e y Long John, por ejemplo, se veían muy seguido
(obsérvese cuan a menudo frases de la vida diaria, como ésta, denotan la mera interacción, sin
especificar que actividad la acompaña) y además eran amigos especialmente íntimos. Pero cuando
la pandilla estaba reunida en alguno de los lugares que solía frecuentar, cada uno de los demás y
todos, en cierta medida, eran amigos. Debemos tener siempre presente la sabia observación de
Roethlisberger y Dickson en el sentido de que, al analizar la diferenciación dentro del grupo, es
fácil perder de vista su unidad total. Ambas, diferenciación y unidad, se hallaban siempre presentes.
Ad em ás , la frecuente interac ción dentro del grupo ent rañaba una int eracc ión poco frecuente
fuera de él. Esto, nuevamente, era más característico de ciertos miembros del grupo que de otro.
Algunos de ellos apenas si contaban con amigos fuera del grupo. Siempre veían a su pandilla
familiar. Esta pobreza de contacto social era mucho menos característica en el caso de los líderes.
Y, como siempre, una interacción poco frecuente con los extraños se vinculaba con sentimientos
desfavorables a su respecto. La pandilla Norton se consideraba "superior" a las demás pandillas de
Cornerville.
El sentimiento no existe en un vacío, sino que necesita ser sustentado por la actividad. Una
de las formas en que se expresaba la amistad entre los miembros de la pandilla consistía en prestar
dinero y hacer otros favores a quien pasara por algún momento difícil, obsérvese el triple
significado que posee una actividad de esta índole: un préstamo representa un sacrificio del propio
interés inmediato por parte de quien lo hace; constituye además una expresión de amistad
presupuesao por las normas del grupo. Ad emá s de estos intercambios que vinculaban entre si a los
individuos, a semejanza de la ayuda en la sala de observación de la conexión de horneras, el grupo
tenía otras actividades que cumplía como unidad: haraganear y charlar simplemente en la esquina, ir
a una cafetería para tomar café y charlar otro poco, jugar a juegos como el de bolos e intervenir en
las campañas políticas. Por último, para completar el círculo, esas actividades sustentaban la
interacción, del mismo modo que eran estimuladas por ella.
El mismo género de razonamiento puede utilizarse para analizar la relación entre costumbre
y expectativa. Si uno es miembro de una pandil la, sabe que a cierta hora ella esta rá haraganeando
en la esquina y que, de no ser así, se encontrará en alguno de otros pocos lugares. La rutina
establecida le permite a uno encontrar a sus amigos, actuar en forma juiciosa y coherente sin perder
tiempo, y esta clase de ac ci ón es recompensadora. Muc hos hombres sensatos han se ña la do que la
gente se siente perdida cuando le falta algún esquema de conducta esperada. Pero la necesidad de
rutina no explica su aparición. Las cosas útiles no aparecen, excepto en los cuentos de hadas, por la
mera razón de que se las necesite. Lo interesante es que, al actuar de acuerdo con las propias
esperanzas, uno mismo y otras personas semejantes contribuyen a crear, precisamente, aquello que
todos necesitan. El hecho es el de que si la pandilla llega a estar en el lugar que se esperaba, y si uno
se reú ne all í con ella, habrá contribuido a crear la rutina sobre la cual se bas ar án las futuras
esperanzas propias y las de los de má s. Esta zambullida en el problema de la costumbre y el control
ser á continuada más adelante, con un ca pítulo entero sobre el tema.
La pandilla Norton, como, todos los grupos, valoraba la conducta de cada miembro según
determinadas normas. Se esperaba que fuera fuerte y hábil en los juegos y deportes, sobre todo en
aquellos que interesaban al grupo; debía ser generoso y estar dispuesto a asumir sus obligaciones;
tenía que ser capaz de "hacer broma, y aceptarlas", no debía conducirse como un parásito, etc.
Aunque el grupo pudiera no haber formulado sus normas de modo tan explícito, ellas, empero,
gobernaban sus juicios. Cuanto más se ajustaban las actividades de un hombre a esos patrones, más
popular era él y má s elevado resultaba su rango soci al.
Siguiendo a Whyte, podríamos haber hablado de status, en lugar de rango, pero el término
status, tal como lo utilizan corrientemente los sociólogos, se refiere a varias clases diferentes de 1
SOCIOLOGÍA NO RT EA ME RI CA NA /281
hechos, mientras nosotros deseamos una palabra que se refiera a una sola clase. Hemos hablado ya
de esto, mas ahora quizá sea necesario recordarlo.. Cuando un sociólogo dice que un hombre ocupa
un status elevado en una organizacion puede referirse a todas oa cualquiera de las siguientes cosas:
(a) el hombre está muy próximo al centro de la red de comunicaciones de la organización; (b) lleva
a cabo una clase particular de actividad o mantiene determinado nivel de actividad, y (c) a causa de
su posición en la red de comunicaciones y a la clase de tarea que realiza, resulta altamente
clarificado o valorado ocurre asi que en una fabrica determinada el gerente general inrorma ai
presidente, está a cargo de la manufactura y goza de alto prestigio. No queremos amontonar los tres
aspectos de su posición bajo el nombre de status, sino separarlos Yobservar sus relaciones mutuas.
Yde los tres aspectos, asignamos el nombre de rango al que se refiere a la valoración o prestigio: el
aspecto sentimental, para utili zar nuestra terminologí a.
En el grupo de la conexión de horneras vimos que las personas y subgrupos que más se
ajustaban al cumplimiento de las normas del grupo eran también los que poseían el rango social más
elevado. Si bien pudimos observar más claramente esta rel aci ón en lo que tocaba a la produ cció n,
porque podí a medirse, aq uéll a parec ía valer ta mbié n para actividades tales como la de conversar: el
grupo que hablaba con menos ruido y mayor refinamiento poseía el rango social más alto. Las
actividades de la pandilla Norton son algo distintas de las de los conectores de barreras, pero la
relación subyacente entre actividad y sentimiento se mantiene, y también en este caso es dable
observarla con mayor claridad allí donde se puede medir fácilmente la calidad de la actividad: en
este caso, por medio de los puntales obtenidos en el juego de bolos Ésta, quizá, fue la razón por la
cual Whyte consagró tanto tiempo a la conducta de la pandilla Norton en los juegos de bolos. Sea
como fuere, sus datos en especial los resultados de la competencias internas demuestran con
claridad que quienes obtenían los mejores puntajes en los bolos (Danny, Doc, Mike, Long John)
gozaban todos de un rango social más elevado que el de aquellos tenían los más bajos (Joe, Mark,
Cari, Frank y Alee). Y así como el enlace del rango y producción, en la sala de observación de la
conexión de horneras, era de mutua dependencia, también lo era el que se daba entre el rango y el
jue go de bolos en la pandilla Norton. La habilidad en los bolos contri buía por cierto a otorgar un
rango social elevado, mas éste contribuía también a hacer que un hombre tuviera habilidad en el
juego. Se esperaba de él que actuara bien; t enía confianza, y los lí der es lo apoyaban.
Frente a esto, cabría haber esperado que un hombre se desempeñara en algunas actividades
mucho mejor que en otras; es decir, que si era un buen jugador de bolos podía mostrarse remiso en
la devolución de un favor. Pero, en realidad, la clase de relación que existía entre el rango y el
puntaje en el juego de bolos se conservaba, para la mayorí a de los hombres, en el resto de sus
actividades. Los líderes eran buenos jugadores de bolos y también buenos boxeadores. Ponían
particul ar esmero en devolver favores; tanto, por cierto, que los seguidores obte ní an m ás dinero del
que daban en cambio. Los líder es, a de más , eran imparciales y justos en sus decisiones. Y así como
Taylor (C3), el obrero más popular y el líder incipiente de los conectores de horneras, se
aproximaba en mayor medida que ios demás a la realización de todas las normas del grupo, lo
mismo ocu rr ía con Doc, el l íder y el hombre más popular de la pandilla Norton.
La cuestión es que un buen desempeño en una actividad no basta para otorgar a un hombre
un rango social elevado. Entre los conectores de borneras, Krupa (C6) actuaba de acuerdo con las
normas del grupo en lo que tocaba a la producción, pero no en otros aspectos, y entre los miembros
de la pandilla Nort on, Al ee podí a ser comparado con Krupa. En los partidos individuales de bolos, y
cuando los lídere s del grupo no se unía n en contra de él, era capaz de des em pe ña rs e muy bien, pero
en las otras actividades no se ajustaba demasiado a los patrones del grupo. Er a jactancioso y se
mostraba agresivo en su tentativa por mejorar su rango social. Dedicaba más tiempo que los demás
miembros de la pandilla a perseguir muchachas y, lo cual era peor aún, cuando andaba de ronda
S O CI OL O GÍ A N O R T E A M E R I C A N A I2%2
Véase Street Córner Society, 25-35.
4
Algunos teóricos han tratado de definir la posición del líder, caracterizándolo como un
hombre que origina interacción para muchas personas a la vez; así ocurre cuando un oficial da una
orden que es cumplida por el conjunto de sus soldados. Así, para transmitir una idea a Doc, Lou
5
podía interactuar solo con Angel o, Angel o solo con Danny y Danny solo con Doc, mientras que este
último,, en caso de adoptar la idea, tenía la posibilidad de transmitirla a todos los subordinados a la
vez. Podía hacerlo, mas no lo hacia necesariamente. En grupos de diversas clases, el líder no
necesita dar sus órdenes a todos los seguidores de una vez. Si él mismo habla con cada
lugarteniente, puede seguir controlando la organización. En lo que toca a la interacción, es mejor
definir el líder por el lugar ocupado en la juntura de las vías de interacción antes que por la
circunstancia, no simpre presenta, de que origina interacción para muchos otros a un mismo tiempo.
Más si es verdad que cuanto más elevado sea el rango de un hombre mayor será el número
de personas que originen interacción para él, ¿cómo puede disponer de tiempo para tantas
interacciones?. Tratase de un problema real, como bien lo saben todos aquellos que desempeñan
cargos ejecutivos, y se lo resuelve haciendo que las interacciones pasen a través de intermediarios,
de manera que el líder de cualquier nivel solo int eractúa muy a menudo con unos pocos
lugartenientes. En el capítulo IV hablamos del alcance del control. Un alcance limitado (es decir,
un número pequeño de subordinados que informan a un solo líder) representa una necesidad, en
cualquier grupo, para una comunicación efectiva en dos direcciones. Pero el hecho de que
determinada clase de conducta sea necesaria no explica por qué ha de aparecer, de especial modo en
un grupo como el de la pandill a Nort on, cuya cadena de órde nes se desarrollaba espon táneame nte y
no se había establecido, como la que existe en una organización de negocios, con miras a la
comunicación efectiva.
El hecho es que en cualquier grupo existe otra tendencia, además de aquella por la cual la
interacción fluye hacia un líder, y la vinculación entre sentimiento e interacción representa un
equilibrio entre ambas tendencias. Doc, Danny, Mike y Long John (el líder de la pandilla Norton,
con sus principales lugartenientes y amigos) interactuaban entre sí con ^ran frecuencia. Se veía n
muy a menudo y andaban juntos. Lo mismo ocurría con los seguidores. Estos se hallaban divididos
en grupos, el de los amigei-^e Angel© y el de-Jos de Nut sy. Es decir, un subgrupo, en lugar de estar
formado por hombres que cumplia tareas semejantes, como ocurría en la sala de observación de la
conexión de horneras, estaba^©*hstirllidcr por hombres que eran amigos e interactuaban con un solo
sublíder . Pero dentro de cada sub-grupo, y quiz á dentro del conjunto de los seguidores como un
todo, la interacción era frecuente. Podernos decir entonces que cuanto más semejante sea el rango
social de un coniunto de hombres mayor sera la frecuencia interactuen unos con otros. o
como diran algunos sociólogos, la interacción será más frecuente cuanto menor sea la distancia
social . Co mo de costumbre, este proceso actúa en ambas direcci ones.
Una disminución en el rango de un hombre hará que cambien sus asociados, pero si la
situación de ellos empeora, el rango de aquél sufrirá un cambio. La experiencia soc ial demuestra
6
que una persona evitará una asociación frecuente con otra de rango inferior porque, a menos que se
sienta socialmente muy segura, al actuar de ese modo hace peligrar su propio rango.
Las hipótesis que hemos formulado parecerán quizás irreconciliables, mas no lo son del
todo. Amb as proposiciones pueden ser verdaderas a un mismo tiempo: cualquier persona particular
interactúa más a menudo con sus iguales, y, cuanto más elevado sea el rango de un hombre, mayor
será el número de personas que originen interacción para él. El equilibrio entre ambas tendencias
ejerce por cierto importante efecto en la organización de un grupo. Significa que si unapersona
origina interacción para otra que ocupa un rango más elevado, tenderá a hacerlo con el miembro
de su Propio subgrupo que más se acerque a su propio rango. Por este motivo, si el líder tiene
lugartenientes, la interacción que va de un seguidor a un líder tenderá con frecuencia a dirigirse
primero al lugarteniente, sin pasar en forma directa al l íder. Q ue da rán a sí establecidas las vías de la
interacción, y el líder no se verá sobrecargado de interacción. La frecuencia relativa de la
interacción con los superiores inmediatos y con el líder máximo tiene que diferir entre un grupo y
otro, de acuerdo con una serie de circunstancias, dos de las cuales son el tamaño del grupo y la
severidad de su ambiente. Cuanto más pequeño sea el grupo, más fácil será que la comunicación
llegue en forma directa al líder máximo. Cuanto más severo sea el ambiente en el cual deba
sobrevivir el grupo (buques y ejércitos nos sirven otra vez de ejemplos), más probable será que la
int era cci ón resulte estrictamente limitada a ciertas vías.
Volvamos ahora al grupo superior de la pandilla Norton: Doc, Danny, Mike y Long John.
Todos interactuaban con frecuencia entre sí y todos, excepto Long John, eran líderes por derecho
propio. Los lídere s t endí an, en resumen, a interactuar con otros lí deres, y este proceso era el que
mantenía unida a la pandilla. Cuando Doc no se hallaba en la esquina, la pandilla tendía a
disgregarse en los subgrupos que la constituían. Cuando aparecía Doc, la interacción de los líderes
de subgrupos con él vol vía a reunir al grupo. Long John ocupaba una pos ic ión especial. Se hallaba,
como hemos visto, cerca de los líderes; éstos lo llevaban a todas partes ¿a dónde iban, y por su
condición de amigo íntimo de los poseedores de altos rangos, gozaba a su vez de cierto rango. Pero
no era líder por derecho propio; las vías de influencia que llegaban hasta él no con duc ía n a ningú n
otro hombre y sus actividades no se ajustaban por completo a las normas del grupo; era un jugador
de bolos lo bastante bueno, pero jugaba todo su dinero a los dados por tanto lo consideraban un
pará si to . La posic ió n de Lo ng John en la pandilla Norton resultaba semejante a la que ocupan los
aristócratas arruinados, dentro de la estructura de clases de una nación. Éstos poseen un elevado
rango social, y a menudo mantienen relaciones sociales con los hombres que dirigen las empresas
productivas y administrativas de la naci ón, mas ya no pueden, como lo hací an sus antepasados,
dirigir por sí mismos tales empresas. Los nouveaux riches, por otra parte, son hombres importantes
6
con respecto a 4a distancia social, véase R: E: Park, "The Concept of Social Distance", Journal or Applied
Sociology, VIII (1924), 339.
en las organizaciones de la sociedad, pero no se Ies concede todavía un rango elevado ni se les
admite en la interacción social con otros líderes, en parte a causa de^que-no raüfddquirido aún el
estilo adecuado de conducta. Cuando decimos que la posi ción de Lo n g í o n n o la de un aristóc rata
arruinado es "ambigua" o "vulnerable", queremos significar que para la determinación del rango
social elevado de un hombre no cuenta un solo factor, sino varios: su liderazgo, su asociación con
otros lí der es, y la medida en que sus actividades se ajustan a las normasde su erupo Para que su
alto mando resulta mem orable, debe obtener un alto puntaje, en todos estos factores, si es deficiente en cualquiera de ellos, su rang
Al ee , ansioso por avanzar socialmente en la pandilla, lo es cog ió para vencerlo en el juego de bolos.
Por últim o, los líder es de la pandilla Norto n, Do c en especial, ten ían con los miembros de
otras pandillas de Coraerville y sobre todo con sus líderes, contactos más amplios que los de
cualquiera de los seguidores, hecho que contribuía a su elevado rango social. A este respecto Taylor
(C3), entre los conectores de horneras, se parecía un poco a Doc. Taylor tuvo éxito cuando otros
obreros no conseguían obtener una provisión de buen alambre fuera de la sala. Debió pues de saber
a quién tenía que pedirla. Podemos decir entonces que cuanto más elevado sea el rango social de
un hombre, mayor será la frecuencia de su interacción conpersonas ajenas al propio grupo. Esta
regla, en realidad, es solo una forma particular de la regla más general que establece la tendencia de
los iguales sociales a interactuar con gran frecuencia entre sí. En lo que toca al líder de una pandilla
de Cornerville, sus iguales son los líderes de otras pandillas. Nada tiene de extraño que entre ellos
una interacción frecuente. Si en lugar de concentrarnos en la pandilla Norton hubiésemos observado
la organización de Cornerville como un todo, habríamos descubierto una red de interacción que
vincul aba a los líderes de pandillas y quiz á tambi én, por encima de ésto s, un conjunto superior aún
de líderes (políticos y extorsionadores) a los cuales estaban subordinados los líderes de pandillas.
No debemos ol vidar, de paso, que Doc, Mi k e y Danny eran mayores que cualquiera de los
otros miembros de la pandilla, con la exce pci ón de Nuts y. No era la edad en sí la que los conver tía
7
en líderes, sino las cosas que ella puede brindar: habilidad en las actividades admiradas por la
pandilla, amplio conocimiento de los demás líderes y, sobre todo, el hábit o de originar interacci ón
para los más jóv ene s. En la sociedad adolescente (y la conducta de la pandi lla es una prolong ación
de la conducta adolescente), la persona de mayor edad es más susceptible aún de dominar a los más
jóv ene s, que en otros grupos de coet áneos. Cuando se hal la en juego la a dqu isic ión del liderazgo,
los dados se cargan en favor de los hombres mayores.
En resumen, la pandilla Norton desarr oll ó en pequeña escala la misma clase de pirámide de
órdenes que en escala mayor hallamos en las organizaciones comerciales y militares.- los
seguidores interactúan con los lugartenientes y éstos, a su vez, lo hacen con los líderes de nivel más
alto. La pirámide puede verse con claridad en el diagrama de Whyte que muestra las líneas de
influencia entre los miembros de la pandilla. Aquélla no era tan regular como aparece en las
organizaciones mayores, pero, aun en éstas, las vías reales de interacción no son tan regulares como
las vías oficiales que aparecen en el cuadro de organización. Además, la pirámide no había sido
elaborada con miras a establecer una comunicación efectiva para lograr los propósitos del grupo.
Tal fue, es cierto, su resultado, pero ese resultado no había sido previsto. La pirámide evolucionó,
en cambio, en forma espontáne a, es decir, a través de las relaciones diná mic as entre las hormas del
grupo, sus actividades, sentimientos e interacciones. El hecho es que la organizaci ón de las grandes
empresas formales de la sociedad moderna, sean gubernamentales o privadas, es modelada según
las tendencias propias de todos los grupos humanos y constituye una racionalización de éstas.
1
Véase Street Córner Society, 13.
La posición de los líderes de la pandilla, en las cadenas de interacción dentro del grupo y
entre el grupo y otros semejantes a él, les permitía llevar a cabo la actividad especial de controlar o
supervisar la conducta de acuella Como la interacicon fluía hacia ell os, estaban mejor informados
acerca de los problemas y deseos de los miembros del grupo que cualquiera de los seguidores, y por
lo tanto se encontraban en mejores condiciones para concertar la acc ió n adecuada. Puesto que se
hallaban en íntimo contacto con otros líderes de pandillas, estaban además mejor informados que
sus seguidores acerca de la situ aci ón general de Corner vil le. Ad em ás , por la posi ción que ocupaban
en el foco de las cadenas de interacción, les resultaba más fácil que a cualquier seguidor transmitir
al grupo las decisiones adoptadas. Obsérvese que ejercían su control, por así decirlo, tanto en los
asuntos externos como en los internos. Decidían lo que la pandilla había de hacer cuando, por
ejemplo, se trataba de elegir entre holgazanear en la esquina o jugar a los bolos, y trataban de
mantener la graduación social establecida de los seguidores, apoyando a Long John y sujetando a
Alee. Con todo, por muchas ventajas que Ies brindara su posición, sus decisiones solo eran
cumplidas mientras resultaran aceptadas. El elevado rango social de los líderes establecía una
pr es unci ón in ic ia l en el sentido de que sus decisiones ser ían de hecho aceptadas, pero ellas t enían
que ajustarse a las normas y satisfacer los deseos del grupo. En una disputa entre seguidores, el
j ui c i o de l líd er de bí a ser ju st o; si él sug er ía una det ermin ada acción, és ta te ní a que resultar
satisfactoria para el grupo; en caso contrario, podía ocurrir que los miembros no siguieran su
pr óx ima dec is ió n. El rango social del líder c ontr ib uí a a hacer que su dec is ió n fuera seguida, pero
una decisión, si resultaba satisfactoria para los seguidores, confirmaba a su vez el rango del líder.
Comenzamos aquí a estudiar la autoridad del líder, tema que más adelante nos ocupará
extensamente.
Así como la presión del ambiente sobre la pandilla Norton no era tan específica para
determinar la diferenciación dentro del grupo como en el caso de los conectores de horneras, de
igual modo la or ganiza ci ón del grupo no producía sobre el ambiente un impacto tan obvio como el
que representa la rest ricción de la pr odu cc ión, en el caso mencionado. La pandilla, con todo, eje rci ó
un efecto sobre el ambiente, efecto digno de notarse aunque más no sea para completar el cuadro
lógico. La pandilla concurría a determinados restaurantes, tiendas y locales en que se jugaba a los
bolos; en ellos gastaba su dinero. El ambiente soc ial inculcaba a los miembros, en parte, las normas
de la pandilla; y en parte, pandillas como la de Norton creaban y recreaban las normas de
Corne rvil le. Whyte muestra claramente cóm o, en Cornervil le, tanto la polí tic a como la extorsión
tenían sus fundamentos en las actitudes y la organización de las pandillas. Estas, en particular, crean
líderes, con los cuales deben tratar los políticos y los extorsionadores a fin de obtener apoyo para
sus actividades, y aquellos son susceptibles, a su vez, de convertirse en políticos o extorsionadores.
Doc, por su condición de jefe de la pandilla Norton, era muy bien conocido por los demás líderes y
grupos de Cornerville, y en los registros de su popularidad se inscribió una campaña para obtener
una banca de representante en la legislatura del estado, a la cual, sin embargo, debió renunciar.
extrañas, pero mientras sean__sinceramente aceptadas por el grupo, el líder, en ese grupo, debe
en ca rna ría s* Es fá en ca rn ac ió n de las normas le otorga su alto rango y su rango atrae a la gente; el
líder es el hombre al cuall la gente recurre; el esquema de la interacción se centraliza en él. Al
mismo tiempo, su a!to--rango entraña el derecho implícito de asumir el control del grupo, y el
ejercicio del control ayuda a mantener el prestigio del líder. Se halla particularmente bien dotado
para manejar este control, a causa de su p os ic ió n en la c im a de la pi rá mi de de inte racción. Est á
1
—_ • r .«u»rj^r^zz ü?'..i_r,c y Ú M ^ W H I uc mds vía» paja emiin »us óiucucs. Cuimuia e l
.
grupo y en cierto sentido, sin embargo, está más controlado por él que los demás, pues una
condición de su liderazgo es que sus acciones y decisiones se conformen más estrechamente que las
de los demá s a una norma abstracta. Ad em ás , todos esos elementos' y rto solo uno o dos de ellos,
integran el liderazgo; todos se relacionan entre sí y, para bien o para, mal, se refuerzan mutuamente.