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MINISTERIO DE DAMAS, DEC Y AÑOS DORADOS

CICLO: UN AMOR INCONDICIONAL


TEMA: LA FE ES LA ACCIÓN DE UN CORAZÓN QUE VUELVE AL PRIMER
AMOR

Observación

Desarrolle una lluvia de ideas en la que las mujeres definan que es la fe para
ellas.

Vinculación

El pequeño Roberto asistía a la primaria y la maestra les encargó una tarea:


“investigar qué es la fe en Dios”. Intrigado, de regreso a casa le preguntó a su
tío: ¿Qué es la fe en Dios? Me la dejaron de tarea en la escuela.
Con una amplia sonrisa, su tío le respondió: ¿En verdad quieres saber lo que
es la fe en Dios?
- Sí, respondió Roberto.
- Bien, vamos a la playa y te lo enseñaré.
Roberto vivía en las paradisíacas playas de Cancún. Una vez que llegaron, le
entregó el chaleco salvavidas y las aletas.
- Pero yo no sé nadar, dijo Roberto.
- Lo sé, le dijo el tío, póntelos de todas maneras. Lo hizo. - Ahora, comienza a
caminar hacia el mar de espaldas. Llegará un momento en el que sentirás que
tus pies no tocan tierra, déjate ir y arrójate de espaldas, no te hundirás, ya que
el chaleco te hará flotar.
Roberto estaba aterrado: - No tío, no quiero.
- ¡Hazlo! Le respondió, - Estaré junto a ti para que no temas. Así que tranquilo.
Roberto confió en su tío. Mientras caminaba de espaldas llegó un momento en
el que sintió que no tocaba tierra, dudó, pero recordó las palabras de su tío,
aparte de que lo tenía cerca. En un acto de valor, dio el siguiente paso ¡Ya no
tocaba tierra! Sin embargo, flotó en el mar gracias al chaleco.
Se sintió emocionado ante la experiencia y feliz. Ambos salieron del mar.
Camino a casa, su tío le explicó: En esto consiste la fe en Dios; el mar
representa la vida, yo represento a Dios y el chaleco representa la fe. Cuando
te adentres en el mar de la vida y sientas que la lógica no puede ayudarte a
salir a flote de tus problemas, hasta perder el piso, debes creer que el chaleco
de la fe te salvará. Dios estará siempre cerca de ti, pero depende de que te
atrevas a dar el primer paso de confiar en Él, vistiéndote con el chaleco de la fe
y arrojándote con él, para que puedas flotar en el mar de la vida con total paz y
tranquilidad.
Roberto quedó maravillado con la explicación de su tío y le dio las gracias.
Cabe mencionar que la maestra quedó impresionada con la tarea y sacó la
nota más alta de la clase.
CONCIENTIZACIÓN: LA FE ES LA ACCIÓN DE UN CORAZÓN QUE
VUELVE AL PRIMER AMOR

Introducción

En la reunión pasada aprendimos con el ejemplo de Marta, que solamente


cuando amamos al Señor, podremos confiar en Él, y al hacerlo disfrutaremos
de la tan anhelada fe de los milagros. Marta vive una situación familiar muy
dolorosa y al morir su hermano, su fe es probada. Para nuestro Señor Jesús,
su familia era muy especial y por ello viene a verlos en medio de la dificultad.
Vemos que Marta es una mujer con fe personal en el Señor, le creía, tenía la
plena certeza de quien era Él: “Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el
Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo” Juan 11:27.
Pocos minutos atrás le había expresado que creía en Él, pero cuando llegan a
la tumba, donde estaba sepultado Lázaro, su cuerpo ya estaba en
descomposición, habían pasado cuatro días, “Dijo Jesús: Quitad la piedra.
Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de
cuatro días” Juan 11:39.
“Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” Juan
11:40 Que maravilloso como el Señor le dice: Marta, solo cree, no pongas
atención en lo que ves, solo cree. Y por ello vio al Señor resucitar a su
hermano.

Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús,
alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo
sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está
alrededor, para que crean que tú me has enviado. Y habiendo dicho esto,
clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió, atadas las
manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo:
Desatadle, y dejadle ir” Juan 11:41-44.

1. Para que una mujer vea la gloria de Dios, necesita amarle y creerle.

 “Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y
había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada
había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por
detrás entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente
su manto, seré salva” Marcos 5:25-28.

El evangelio según Marcos, nos deja ver la historia de la mujer con flujo de
sangre, su vida estaba llena de sufrimiento, padecimiento, deudas, escasez y
como dice el versículo 26 “nada había aprovechado, antes le iba peor” y los
costosos tratamientos médicos que no funcionaban. Su situación era muy
difícil, la enfermedad afectaba toda su vida y en medio de la desesperación
escucha hablar de Jesús, y decide creer en Él, estaba plenamente segura de
que solo debía tocar su manto para ser sanada. Su confianza en el Señor le
lleva a acercarse, a ser arriesgada, incluso, a estar entre la multitud y le toca y
se produce su milagro.
Qué gran desafío nos deja esta mujer, quién nos invita a seguir su ejemplo, a
acercarnos al Señor con la plena certeza de que seremos escuchas, a veces lo
hacemos, pero llenas de dudas, es más, posiblemente no esperamos que
suceda nada. No podemos acostumbrarnos a aquellas situaciones que nos
generan tanto dolor y sufrimiento, es necesario tomar la decisión en el corazón,
de decir: voy a orar, voy a buscar a mi Señor, yo sé que Él me ayudará, pues
solo así veremos su gloria.

Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba
sana de aquel azote” Marcos 5:29.

La fe en el Señor le llevó a esta mujer a levantarse y a actuar confiada, qué


especial y extraordinario ver cómo le sana del azote o aflicción.

2. Es por nuestra fe que Él responde.

Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido


 “

hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad.  Y él le dijo: Hija,
tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote” Marcos 5:33-34.

La mujer cuando fue descubierta sintió mucho temor, se postra, le cuenta la


verdad. Y el Señor le responde con tanto amor “hija tu fe te ha salvado”, la
llama hija y por ello es importante que nos preguntemos ¿Cómo nos estamos
acercando al Señor? Sabemos que somos hijas, pero no nos sentimos como
hijas, muchas respuestas, a veces, no llegan porque necesitamos hacer el clic
de la paternidad que trae libertad. Cuántos sentimientos de soledad, orfandad y
abandono experimentaba esta mujer, ya que la enfermedad le obligaba a estar
aislada, era considerada impura, y el Señor lo sabía, por ello le trata como su
hija.

Aplicación Teoterápica

Hemos sido escogidas para caminar de la mano de nuestro Creador, pero ello
lo debemos hacer con la plena certeza de que Él nos ama y ahora espera que
correspondamos a ese amor, mostrando confianza en sus promesas,
acercándonos con libertad, sintiéndonos hijas, para así disfrutar de su
paternidad que trae seguridad, valía, pertenencia y estabilidad.
Siempre tendremos desafíos muy grandes, pero solo quien cree, logra
alcanzarlos.

Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os
vendrá” Marcos 11:24.

Determinación
Quien coordina deberá distribuir una hoja de papel y un bolígrafo a cada
participante para que escriban un temor o una inquietud que tengan en este
momento. Se les debe decir que sean lo más específicos y honestos posible,
pero no de tal manera que puedan identificarse fácilmente.
Una vez que todos hayan terminado de escribir los introducen en la caja y se
revuelven.

Quien lidera lee todos rápidamente, los vuelve a introducir y ahora saca 3 al
azar, y desafía al grupo a buscar en 1 minuto pasajes bíblicos sobre la fe, que
sean de respuesta para cada temor.
Una vez leídos y compartidos todos los temores, se debe abrir un espacio de
reflexión. ¿Aparecieron miedos o temores en común? ¿Cuáles eran los más
recurrentes?

Consagración

Pedir a las asistentes que hagan una oración de 1 minuto, basada en la


enseñanza del tema, establezca un orden previo, para que cada una
sepa cuándo sigue. Quien esté a cargo puede iniciar y finalizar.

Reproducción

Desafíe a las asistentes a escribir en una hoja o cuaderno las promesas de


vida que Dios le ha regalado desde que le conoció.
Desafíe a las mujeres a subir durante la semana una foto, imagen o el
pasaje bíblico y desafíeles a creer que Dios les cumplirá.
.

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