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Capitulo I BL LUGAR DEL GOCE; PARADOJAS DEL SER El puntapié inicial sera dado con Subversin del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano (en adelante Subversién del sujeto), fechado en 1960. Si bien sucle considerarse que resume los desarrollos de los Seminarios 5 al 7, su primera publicacién tiene lugar en 1966 (en Escri- tos). Es valido pues conjeturar que se nutre de conceptualizaciones de esos afios, a la altura de los Seminarios 10 al 13. Tres razones nos llevan a él. Primero, porque es el escrito en el que Lacan critica la perspectiva clasica de las relaciones entre sujeto y objeto y en consecuencia trastoca la relaci6n tradicional del sujeto con la satisfaccién entendida como goce absoluto, adecuacién perfecta del ser consigo mismo cideal por alcanzar. La clave de esa intervencién es que él sujeto no es unia @encia ni una sustanicia) sino un efecto introducido por accion del signifi- cante y producido eit el lugar del Otro, lo cual es determinante respecto de cualquier consideracién sobre el goce. Segundo, porque es el primer escrito en el que presenta un desarrollo sistemitico sobre el goce y que, ademés, Segin mis “estadisticas” es uno de los que més referencias concentra. Y tercero, porque tiene la virtud de presentarlo por primera vez inserto en un Sistema conceptual ordenado como un aparato de formalizacién matemati- vada: el grafo, en el que se destaca su relacién con el deseo y la castracién. Sifuese correcto que en los iiltimos seminarios el goce muta de manera fidical constituyéndose como un concepto fundamental, aun asi, desarticu- ’rlo de las elaboraciones que lo anteceden constituye una parcializacién de ‘eorfa que no responde a ninguna razén que no sea la mera cronologiza- “ion evolutiva de su ensefianza, de lo cual solo puede resultar un abordaje ragmentario, Escaneado con CamScanner PABLO D, MUNOZ 82 VL GRAFO DEL GOCE explica como evolueiona st obra, to que se jon mis avanzados como los nudes, ante Mirmaci6n a veces confesada a boca 4, ate a partir del énfasis pues La vulgata aeaniana que rellejaria en sistemas de formali por obsolete. dlesprcciar el pale " jarro, otras transmitida subrepticiamer SO en ley sndesmedro de los anteriores. No obs ite, en lo atinengs ros semnimrios 0 obst “en le pues lo articula sinerénicamente con ng alo es impreseindil al goce el articula snerdmica : plosy conformando una “relaci6n en red de las funciones cat elem del campo dela palabra" su gran ventaja: una red conceptual que, como tal, no es ni mejor ni peor que los esquemas Z 0 R 0 cl nude borromeo. Un estudio sobre el goce que no prosiga con cuidado estas articulaciones corre cl riesgo de resquebrajar a red que integra y cambiar la relacién légica entre ellos lo cual, en conse cuencia, altera su significacion, Que se lo designe habitualmente como del deseo ~aunque Lacan jamas lo haya llamado asi~ me habilita a bautizarlo provisionalmente del goce, para enfatizar la introduccién del nuevo término en el sistema de relaciones entre conceptos que art se lo observa bien, a “simple vista” -que no mplica simpleza- dice mucho sobre el goce (como se ha indicado en el capitulo introductorio, se conserva el término jouissance en francés, para no eliminar las homofonias que desaparecen al traducirlo):2 Jouissartce (59a) Escaneado con CamScanner EL LUGAR DEL GOCE: PARADOJAS DEL SER 53 El goce ingresa en el grafo en la cadena superior (enunciacién incons- cjonte) donde se localizan los matemas de la pulsidn -§ 0 D= (homoloxo del jesoro del significante en la cadena del enunciado) y del significante de la falta en el Otro -S (A)= (homlogo del significado del Otro). Su recorride prosigue hacia el matema de la pulsidn y arriba a la eastracién. Es decir que sured primaria esta compuesta por esos tres conceptos articulados, Defi- nitlos esclarecers su relacién con el goce y a este mismo. Al respecto, es preciso dar un rodeo previo en relacién con un conjunto de formulaciones que invohucran cl concepto de Otro, tales como “hay Oro”, “no hay Otro del Otro”, “el Otro del Otro”, “el Otro no existe”, “significante de la falta del Otro”. Este rodeo tiene un fundamento claro: delimitar el punto exacto de la incidencia de la dimensién de la ofredad en ia nocién de goce. EL OTRO QUE NO EXISTE YY SUS NUEVOS GOCES El sintagma puesto de moda como marca fundamental del discurso actual es deducido de una formula extraida de Radiofonia, en la que Lacan habla del “ascenso al cenit social” del objeto a que vendria a reemplazar al Otro, lo cual justifica el planteo de una época en la que el Otro ya no existe.‘ Sin embargo, es llamativo que no se haga referencia al escrito que es, si no el primero, en el que con claridad Lacan le da su justo valor. Esto, que sera retomado en el siguiente capitulo, alcanza aqui para sefialar que la simpli- ficacién ~no matematica, que implica otros recursos— del axioma “no hay Otro del Otro” en “el Otro no existe” fuera de su contexto, tiene como correlato la proposicién de una nueva clinica, la clintica de los goces a partir dela entronizacién de una sustancia sobre la que operat. No habiendo Orro, l goce se reduce al goce del cuerpo que hay que acotar. Comienza asi el desfile de una serie de supuestos nuevos sintomas en los que el elemento comin es el cuerpo afectado, configurando una nueva clinica: anoresias, bulimias, toxicomanias, neoconversiones (sic) histéricas, ataques de piinico, &c.‘EI punto de partida es la consideracién de la época actual regida por Mutaciones producidas en el orden simbélico, en correlacién con ta caida las figuras clisicas de autoridad y ciertos ideales que antes funcionaban Somo reguladores de los lazos sociales, a la vez que esa caida muestra su {Svers0 en la prevalencia de objetos tecnol6gicos y de consumo, gadgets que 'ncionarian como estimulo fundamental de la vida actual, Estas mutacio- NCS serian consecuencia del declive del Nombre-del-Padre y el imperio del “Bieto que asciende al cenit social, a partir de lo cual se amalgama el discurso “apitalista con el de la ciencia y el desarrollo recnolégico, con la consecuen- “de dispersar los lazos sociales, debilicar las identificaciones y empujar al li. Escaneado con CamScanner panto b, MUNOZ MM fo aalichos objeto), Cabe sehaar qe Agu se produce yy ae st nsputsis al consinne Velo Bont atraetot ato contusion el dpa Pst COW el ingle ea gure ee made HEATVO, COM inno yp eink paride sexplicitada de que : a! Ahetala parte ae a exvencia we et i li ‘etianamente maligno, capitalism es lis Fate goce es pres exieanente como Wa MOdaldad donna por ser ajeno los kvzos com los ont formas clinicas ane, hw serian fas formas sintomticas ligadas al seniga ales [reuslianos= sino NUEVOS trastornos, “tastorny, is nonibya Gilles Lipovetsky.” Goce mortificame eee ale ientado por el ideal, goce indialecti : hho se ordena en relacidn con la prohibie in del goce) todas expresiones que nombran estas “nuevas formas del goce” que deheramos considerar para estar a la altura dela Gpoca. Asi, el goce deviene la justifi- cian mayor de ka intervencién analitica: “EL goce es lo que decide una vida",’ Se disemina inundéndolo todo, de un modo que nos evoca esa mal- dad liquida que Zygmunt Bauman supo sacar, aprovechando una vez més el predominio de su caracterizacién del mundo contemporaneo bautizado como liquido: “La maldad liquida, como todos los fluidos, tiene la asom- brosa capacidad de fluir rodeando los obstaculos que surgen o se encuentran en su camino”, El mal se ha vuelto més penetrante, menos visible, se oulta en el tejido mismo de la convivencia humana y en el curso de su rutina y reproduccién cotidiana, lo que da por resultado un mundo social que es comparable a un campo minado: sabemos que esta lleno de explosivos ¥ que las explosiones ocurtirin tarde © temprano, pero no tenemos idea de cuando ni d6nde, Si se sustituye en su argumento mal por goce el parevido ¢s asombroso.Dotado de semejante poder explicativo, termina rodeado de un halo magico -a la vez oscuro ¢ insondable como una sombra difusa que Nos persigue- por el que puede aparecer en cualquier momento del anslisis y que de golpe vuelve transparente cuestiones tan dificiles como el suicidio, a melancolia o la violencia de pareja, que no son nuevas pero se suman # la noc li sel ave el sgoce envuelye con su aurcola expla Te ofrecerse, Alejandea a a as a ilustracién de las tan a Resinos escolares y una perks lay a er algunos eee ist Ho inspira or oe at an Rovela de la periodista y escritora Lionel Shrives Tg cess adues de Columbine,’ cuyo personaje central es la madre A, 7m rie escolar. Coneluye que estos jévenes intentan resolver Ut ve lela pcion en el Otro por la via del acto. Es lo que dice !a ma foci a oh ae eintlniente mi hijo es un asesino”. No pudo resolver $t eras nm TOSe: era e: : oe ct aE actual par i lindo o feo. Siguiendo esa nea, caractet aio una “inexistencia del ae 7 sumrerge al suet0 © eran Otro que sumerge al suj : re pa ¥ estos actos asesinos como “alojamiento en !0 a rade sint Jace antocrotie teen ht produccion de que se caltica de Se expresaria fenomenictn mencionadas, que ¥ =comto la de los histe wos y difusos”™ como lo mente, no ori le que Escaneado con CamScanner EL LUGAR DEL GOCE: PARADOJAS DEI ER 5S tyrinica nominacion posible frente ala imposibilidad de hacerlo en relacién jesco, que Se presenta como ilocalizable en la estructura”. Lo cual Jarse cuenta de que ya aund permite d no estamos en la época del malestar freudiano, sino en la de la impasse que desecha la solucidn victoriana de la ética de las virtudes, solidaria del supery6 que hizo existir lo prohibido, el deber y la culpa, y su correlato de Otro consistente. Hoy se trata del superyé que ordena gozar, que en vez de dejar al sujeto confrontado a ese Otro, lo confronta al objeto y al plus de goce. Este argumento asf calcado se aplica a innumerables casos, situaciones yconfiguraciones clinicas. Respuesta siempre lista para el copy & paste, cuya pregnancia es tan fuerte que trasciende las diferencias entre escuelas e ins- tituciones de psicoandlisis. Tal como se ve por ejemplo en el trabajo de Marta Mor Roig,"! donde a partir del caso de un hombre con ataque de panico la analista revela su relacién con una madre muy exigente y demandante y correlaciona su demanda exagerada con la de su ambito laboral, mostrando que la angustia y la incertidumbre por la pregunta sobre qué desea el Otro reciben una respuesta inmediata. Asi, asociando el imperativo social (encar- nado en el mbito laboral) con el de la pulsién concluye: “se produce una superposicin entre el mandato social y el de la pulsién, mostrando una impresionante mutacién del sujeto deseante al de un sujeto gozante, que padece en demasia de un Ileno o de un vacio”. La confluencia entre el impe- rativo social y él pulsional equivale al planteo de la inexistencia del Otro y /a prevalencia del goce. Vale decir que con diferentes términos se conserva famisma idea del empuje al goce en la época actual. Muchas veces comple- mentada con su estricta oposicion al deseo, tal como se expresa Roland Chemama: “nuestra época es aquella en que el sujeto resultarfa mas ocupado en su goce que en su deseo”." De este modo se pretende hacer honor a la famosa frase de Lacan: “Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época”."* LA NUEVA SUBJETIVIDAD DE LA EPOCA Seria una subjetividad de goce. Repetida como un latiguillo y transformada £N aforismo —que no tiene nada que envidiar a la pobreza de los de José Narosky-, abona la tesis de un siltimo Lacan y los avances que a partir de &1 extendiendo sus términos y aplicandolos a lo nuevo de la época, vende un Psicoandlisis actualizado (nuevas: patologias, subjetividades, clinicas, técnicas, asi secuciones) por los iluminados de siempre. Se aprecia con claridad que tendida la afirmacién de Lacan opera como imagen ideal de un analista inter Escaneado con CamScanner PABLO D. MUNOZ 56 Pager enuneie qui {iio ie otra cost: que renuncie ain no pueda yy A mijuicio, ae zonte ! alana. Amici nirse 0 confi en su hori pate con la subjetin s (A). El piso superior del trafo (de la enunciacién) vuelve a plantear un circulo (el del grafo completo). : én que pasando por $ (A) desemboca o 5(A) que es el cierre de la significacién en el piso del enunciado. Enton- wi chsignificante dela falta en el Otro es donde se cierra la significacién a vel inconsciente, homdlogo del significado del Otro en el piso inferior. Es L al Escaneado con CamScanner PABLO D- MUNOZ 60 ju de s (8) pero a nivel inconsciente, El citre dg on des Fanciacin inconsciente. Al Oteo se en gr del eesoro quese localiza en AY recibe su resp, que Fesponen Pr jacian inconsciente. Es decir que partiendo de A, Pata a nivel de la eee el circulo S (A), es condici6n pasar por la pulsign gar al punto de ns 0D — S (A) mente lo que hemos formulado ya: que tro, Pero este rasgo” de la No-Fe de la verdad, sen ra valida para dar a la pregunta: qué me quiere ¢| do nosotros, analistas, Somos su portavo7?— Sezury la medida en que nuestro oficio no tiene nada de e responder de ninguna verdad dltima, especial La falta de que se trata es cierta no hay un Otro del O efecto la iltima palaby Otro? ¢Su respuesta, cuan que no, y justamente en doctrinal. No tenemos qu der mente ni pro ni contra ninguna religion. No hay en el Otro una funcién que lo garantice a él mismo, siendo que de él el sujeto demanda ser garantizado. Si la funcién de garantia se llama Otro entonces no hay esa funci6n en el Otro, no hay lenguaje que ororgue coherencia légicamente a otro lenguaje. La significaci6n siempre es del Otro, 4 la impone pero a su vez, paradéjicamente, carece de garantia: S (A), de lo cual sé deduce el problema de la No-Fe de la verdad, pues nos falta la garantia de lo verdadero de la verdad. Freud tempranamente dio cuenta de que se puede mentir diciendo la verdad a partir de una formacién del incons- ciente, el chiste: “zAdonde viajas?”, pregunta uno, “A Cracovia”, es la respuesta. “iPes0 ‘mira qué mentiroso eres! ~se encoleriza el otro-. Cuando dices que viajas@ Cracovia me quieres hacer creer que viajas a Lemberg. Pero yo sé bien qt realmente viajas a Cracovia. Por qué mientes entonces?” 2" Pala oat menins sonsenune y hace puede suponerse haber aoe pute en la medida en que lo ae Ia dnc gue cera habe sido dicho y hecho para engaarnos con ol ue creamos lo contrario, La gan tyendo en ella el que diga la verdad Pi Cidn fundamental conn re Bue alguien me dice esta siempre en un Flt en forma invert. tet Posibe, donde me envi orecibo el ens del Otro™ Ha 40 3 4 fala de garantia nombrada "No hay O° la interrog oso pansy ta dé dar respuesta religiosa 0 doctria! * cual pone ee 7 — del Otro que el analizante le di" la verdad, Ea ott Sitnificante que falta en el Oreo, 1220 Pecuencia, la tiltima palabra valida, la verdadet 4 se la tiene, N 9 . No hay palabras el lugar dal jhe PY Palabra tiltima gue. Fi jar desde Bar del Otro, pues no equ itts ue un analista pueda enunciat des iene doctri ert nas religiosas: Dios ha ml hay Escaneado con CamScanner EL LUGAR DEL GOCE: PARADOJAS DEL SER 61 j pombe de la falta de garania del Orso en filosofia, no es ir mas alld del ge aimplismo que no resiste el menor andlisis~, que es una modalidad gation. No bay Otro del Otro es la verdad ltima que el psicoandlisis sete proponer al analizante, Para enfatizar su paradoja: la verdad tltima fal psicoanalisis es que no hay verdad tiltima, pues no hay Otro del Otro. del pSonocer el lugar denominado A marcado por una falta (no hay Otro | Otro) tiene implicancias sobre los conceptos con los que se articula y de articular sobre el goce. La dificultad que trae respecto del goce ea el gran Otro y el Aes que, como a veces a este lugar se lo xan omo una figura real subjetivada, se da consistencia a un sujet due (orf gran Otro que goza y nos goza o bien del que alguien go2a, Lo cual ede ponerse a cuenta de [o que he mencionado en otra oportunidad como rrproblemia crucial del psicoanslisi, aqui aplicado al goce: la entificacion.” Mortar con el goce de esa relaciGn con alguien dafino seria una interven-

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