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Riesgos y consecuencias de
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deterioro de la semilla
almacenada
from Revista deRiego #105 Agosto -
Septiembre 2019
by Revista deRiego
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POR ISABEL RAZO CASTILLEJOS from 'Revista deRiego #105 Agosto -


Septiembre 2019'
El riesgo de que la semilla sea prácticamente inutilizable después de su
almacenamiento depende en gran medida de su edad, el contenido de
humedad y las condiciones de los depósitos en los cuales se reservan, y
entre las consecuencias más graves destacan un porcentaje de
germinación inferior, disminución de la velocidad de crecimiento de
plántulas débiles o de bajo vigor, características que son evidentes durante
el establecimiento de la plántula en campo y la tolerancia a condiciones La raíz y sistemas de
labranza...
adversas.
Entre los síntomas más comunes de la semilla deteriorada son observables
crecimiento anormal, daños en las estructuras principales de las plántulas,
pérdida de compuestos solubles --debido a excesiva permeabilidad de la
membrana--, reducción de la acti
vidad enzimática, daño oxidativo al ADN y las proteínas, y producción de
sustancias tóxicas. El proceso de deterioro ocurre en la semilla
relativamente seca y se expresa durante la rehidratación de la misma. Al
respecto, se sugieren tres hipótesis para describir los procesos que
determinan el deterioro: acumulación de productos deletéreos relacionados
con el rompimiento de macromoléculas que inactivan tanto a enzimas como
a los ácidos nucleicos o bien la aparición de membranas no funcionales y la
acumulación de sustancias mutagénicas; deterioro causado por el desgaste
natural, en el cual se considera que un incremento en el uso de organelos,
células y órganos, causan reducción general de su capacidad de
funcionamiento; y mutaciones somáticas que aumentan en frecuencia con
la edad de la semilla.
Al respecto, la imbibición es el proceso de toma de agua por parte de la
semilla. Esta se da mediante la inmersión de las semillas en soluciones
osmóticas o en cantidades determinadas de agua durante cierto periodo de
tiempo. La imbibición permite que un mayor número de semillas alcance
rápidamente el mismo nivel de humedad y active el aparato metabólico
relacionado con el proceso pre-germinativo. Es por ello, que mediante el
proceso de imbibición de la semilla en agua o en soluciones diversas es
factible mejorar su calidad fisiológica a través de la uniformidad en el
porcentaje de germinación. En semillas pequeñas como las de cebolla, apio,
zanahoria, tomate, pimienta y lechuga, es exitoso el acondicionamiento
osmótico, también se ha realizado estudios con semillas de tomate
(Solanum lycopersicum L.) imbibidas en agua con diferentes
concentraciones

de ácido giberélico y reportándose, diferencias estadísticas en el área foliar,


masa fresca y seca de hojas, tallo y raíces y longitud de raíces.
La permeabilidad de la semilla depende de la morfología, estructura,
composición, contenido inicial de humedad y temperatura de imbibición de
la semilla. La velocidad de penetración del agua es determinante de la
germinación: si es muy lenta la germinación se retrasa y se pierde viabilidad
y si es muy rápida, las semillas pueden sufrir daño por excesiva imbibición.
A medida que las semillas toman agua se produce una liberación de un gran
volumen de gases y una rápida pérdida de solutos solubles como azúcares,
aminoácidos y ácidos orgánicos. En el suelo estos solutos pueden estimular
el crecimiento de patógenos que invaden las semillas y la deterioran.
Cuando se embeben semillas de arveja, con la testa removida, se produce
una rápida salida de potasio y otros electrolitos, incrementándose la
conductividad de la solución que rodea la semilla también se observa una
gran salida de azúcares y proteínas. Esta pérdida de solutos inicial dura
hasta treinta minutos y se produce solo desde las capas externas de los
cotiledones. Semillas intactas no pierden solutos tan marcadamente.
Semillas de ciertas especies como soja, poroto y arveja pierden muy
rápidamente su vigor cuando se eliminan los tegumentos seminales; por lo
tanto estas cubiertas son una barrera protectora importante durante la
imbibición. Por tal motivo, daños mecánicos durante la cosecha y la siembra
reducen el vigor de la semilla.
ACUMULACIÓN DE LAS SUSTANCIAS DE RESERVA EN LA
SEMILLA
Durante la formación de la semilla se van acumulando cantidades
relativamente grandes de materiales de reserva que son los que permitirán
el crecimiento y desarrollo de la plántula, hasta que ésta pueda
establecerse como una unidad fotosintetizadora y comenzar su vida
autótrofa independiente. Estas sustancias se almacenan en el embrión
(cotiledones) o en los tejidos extraembrionarios como el endosperma o más
raramente en el perisperma. También se pueden almacenar en ambos. Las
sustancias de reserva durante la germinación son hidrolizadas y
transportadas al eje embrionario en crecimiento, lo que lleva aparejado un
cambio en las estructuras que la contienen. El carbohidrato de reserva más
importante es el almidón que se encuentra en forma de granos en el
citoplasma. Los lípidos, (constituidos principalmente como grasas neutras)
están acumulados en organoides con membrana, llamados esferosomas
que se encuentran distribuidos al azar en el citoplasma.
Además de los carbohidratos, lípidos y proteínas se encuentran otras
sustancias de reserva como fosfato orgánico y varios componentes
inorgánicos. Las proteínas de reserva denominadas de este modo por
creerse que no desempeñan función alguna metabólica o estructural, están
acumuladas en cuerpos específicos, los denominados cuerpos proteicos
que se encuentran distribuidos al azar en el citoplasma. En ocasiones es
posible distinguir dos componentes, el cristaloide (cristal de proteína) y el
globoide (lugar de deposición de fitinas, sales de potasio, magnesio y calcio
del ácido fítico). Durante la germinación, los cuerpos proteicos sufren un
proceso de vacuolización aumentando de tamaño y coalesciendo, al mismo
tiempo desaparecen las proteínas de reserva merced a la acción de las
enzimas proteolíticas que se localizan en su interior.
Para contrarrestar los efectos negativos del proceso degenerativo en
semillas, se han empleado diversos tratamientos con éxito parcial en
diversas especies, como el tratamiento químico antes de la siembra (pre-
sowing) y la prehidratación (pre-soaking) con agua o con reguladores de
crecimiento esto para mejorar la capacidad germinativa y el vigor.
PROCESO DE REHIDRATACIÓN DE LA SEMILLA
La cantidad de agua que es absorbida por una semilla imbibida depende del
tamaño, hidratabilidad de los contenidos, etc., pero en términos absolutos,
la absorción de agua es relativamente pequeña y a menudo puede no
exceder 2 a 3 veces el peso seco de la semilla. El agua es esencial para la
rehidratación de las semillas, siendo la imbibición entonces la etapa que
antecede a la germinación, la cual finaliza con la emergencia. La imbibición
es la toma de agua por parte de la semilla seca, sin importar si ésta se
encuentra viable
La propagación sexual de las plantas se da por medio de las semillas, las
cuales tienen la función de multiplicar y perpetuar la especie

o no, y la emergencia es el proceso por el cual el eje embrionario en


especies dicotiledóneas o radícula en monocotiledóneas crece, se extiende
y atraviesa las estructuras que lo rodean. La absorción de agua por parte de
la semilla está directamente influenciada por la presencia de la testa y la
permeabilidad que ésta tenga. El tejido de reserva absorbe agua a una
velocidad intermedia hasta completar su hidratación.
La germinación de las semillas puede ser definida como una serie de
procesos metabólicos y morfogenéticos, los cuales

Las semillas almacenan el más alto potencial genético que la ciencia


pudiera llegar a desarrollar siendo un elemento vital en la agricultura
moderna. Por otra parte, la semilla certificada contribuye a alcanzar una
producción más alta, aspecto esencial para la supervivencia de la
humanidad

resultan en la transformación del embrión en una plántula capaz de


convertirse en una planta adulta. Durante la germinación ocurre procesos
secuenciales y sincronizados y son reconocidos de tal manera que los
procesos anabólicos y catabólicos toman lugar de manera simultánea.
Muchas semillas colocadas en agua destilada en cápsulas de Petri bajo
condiciones óptimas para la germinación muestran un patrón trifásico de
absorción de agua. La absorción inicial de agua en la Fase 1 (llamada
imbibición) es una consecuencia de las fuerzas mátricas (ѱm) de las
paredes celulares y los contenidos de las células de la semilla y esta
absorción ocurre sin consideración a sí una semilla posee latencia o no, es
viable o no. La fase II es el periodo de retraso de absorción de agua, cuando
el potencial mátrico es alto (menos negativo), como es el potencial
osmótico o de soluto (ѱm). Semillas muertas y latentes mantienen este
nivel de típica hidratación de la fase II, pero al contrario de semillas
germinando ellas no entran a la fase III, la cual está asociado con la
protrusión de la radícula. Las longitudes de cada una de estas fases
depende de ciertas propiedades inherentes de las semillas (contenido de
substratos hidratables, permeabilidad de la cubierta de las semillas,
absorción de oxígeno, tamaño de la semilla, etc.) y de las condiciones
durante la exposición al agua (por ejemplo, niveles de humedad,
composición del substrato, temperatura, etc). Partes diferentes de una
semilla, particularmente una semilla grande, pasará a través de estas fases
a tasas diferentes.
La testa claramente es una barrera para la absorción de agua en las
leguminosas la cual sirve para proteger al embrión seco del efecto de daño
causado por una rápida absorción de agua, un rol de un considerable valor
adaptativo. Esta concepción da una mayor significancia a las rupturas en la
testa, porque ellas pueden facilitar la absorción de agua y permitir que
ocurra una rápida imbibición, con los consecuentes efectos sobre los
cotiledones y el rendimiento de la semilla. Varias características de
embriones que han sufrido daño por imbibición fueron la reminiscencia de
semillas de bajo vigor. La habilidad de germinación permaneció alta, las
áreas de tejido muerto se encontraron en las superficies abaxiales de los
cotiledones imbibidos, la retención de soluto fue pobre y los embriones
exhibieron una respiración reducida y un lento desarrollo de las plántulas.
Para el establecimiento y subsecuente desarrollo de la plántula, se requiere
un mayor y sostenido suministro de agua. Deben considerarse dos factores
principales cuando se discute la absorción de agua por una semilla. Estos
son las relaciones hídricas de la semilla y la relación entre la semilla y su
substrato, el cual en la naturaleza es el suelo.

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