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LENGUAS EXTRANJERAS Y EDUCACIÓN SUPERIOR: VARIABLES PARA

UN PLANTEO CURRICULAR DESDE UN PARADIGMA DE COMPLEJIDAD

VÍCTOR GUSTAVO ZONANA


Universidad Nacional de Cuyo - CONICET

Resumen

La presente exposición aspira a reconocer un conjunto de dimensiones


emergentes que deberían considerarse para encarar la enseñanza de LE en la
universidad. Se trata de variables relevadas en contextos reales a partir del análisis
de necesidades de cada una de las unidades académicas de la Universidad Nacional
de Cuyo. Desde un paradigma de complejidad, se propone el diseño de estrategias
que atiendan a demandas y necesidades de cada unidad académica con referencia a
las LE. La exposición resumirá las categorías del pensamiento complejo
recuperadas, luego planteará las dimensiones relevadas y posibles modos de
resolución a través de la implementación de acciones concretas.

Palabras clave
Lenguas extranjeras – educación superior – teoría de la complejidad

Introducción

La presente exposición tiene un carácter complementario a la exposición de los


lineamientos para la incorporación de LE en las carreras en las carreras nuevas o
actualizadas de la UNCuyo. En este caso, la idea consiste en explicitar los principios
que han guiado la elaboración de tales lineamientos. Surge como reflexión del
trabajo realizado en la reciente Secretaría de Políticas Lingüísticas de la FFyL de la
UNCuyo. Desde la Secretaría, se han elaborado un conjunto de estrategias para el
desarrollo de las LE en la UNCuyo con una fundamentación glotopolítica (Bein.
2012; Narvaja de Arnoux, Bein. 2015; Klett. 2012; López; Tello. 2012; Varela. 2007)
y con el interés de articular prácticas y saberes que surgen de las formaciones de
grado en LE, de la investigación desarrollada en institutos y centros, de los cursos
de idiomas que ofrece la secretaría y de proyectos de implementación curricular de
LE desarrollados desde el año 2008 (Inglés Curricular para Ciencias Médicas;
Inglés para la UNCuyo). Asimismo, he incorporado a la reflexión planteos que han
sido expuestos en foros de discusión de la problemática como por ejemplo, la
reunión convocada por las Comisiones Académica y de Relaciones Internacionales
del CIN, efectuada en la sede Buenos Aires de la Universidad Nacional de Luján el
año pasado.
El propósito de la exposición es reconocer un conjunto de dimensiones
emergentes que, a nuestro entender, deberían considerarse para encarar la
enseñanza de LE en la universidad. Se trata de variables que hemos relevado con la
Prof. Esp. Silvia Patricia María Acosta en contextos reales a partir del análisis de
necesidades de cada una de las unidades académicas de la Universidad Nacional de
Cuyo.
Este relevamiento ha puesto de manifiesto que, antes de proponer un modelo
centralizado y estandarizado para toda la universidad, es preferible y posible
diseñar, desde un paradigma de la complejidad, estrategias de implementación de
acciones que atiendan a demandas y necesidades de cada unidad académica.
La exposición resumirá categorías operativas del pensamiento complejo, luego
planteará las dimensiones relevadas y los posibles modos de resolución a través de
la implementación de acciones concretas.

Categorías del pensamiento complejo rescatadas

Partimos del concepto de pensamiento complejo tal cual este ha sido concebido
por Edgar Morin (2009). Desde esta perspectiva entendemos que el desarrollo de
las lenguas extranjeras en la universidad debe abordarse desde un enfoque
multidimensional, no reduccionista, que reconozca el tejido de constituyentes
heterogéneos (eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones,
azares), inseparablemente asociados a la enseñanza de la LE en el nivel superior.
Un enfoque de distinción/conjunción que haga posible distinguir los constituyentes
del tejido pero sin desarticularlos o reducirlos.
Un enfoque desde la complejidad lleva a la generación de estrategias,
concebidas no ya como un programa invariable y aplicable a cualquier contexto,
sino como una secuencia de acciones inicial que prevé distintos escenarios para la
acción y que puede ser modificada según las informaciones que llegan en el curso
de la acción y haciéndose cargo además de los elementos aleatorios que
sobrevendrán y la perturbarán.
Este es el modelo que desde la Secretaría de Políticas Lingüísticas hemos
elaborado para la implementación de una experiencia piloto de cursos de inglés
para la Universidad Nacional de Cuyo. Se trata de un proyecto realizado en
conjunción con la Secretaría de Relaciones Institucionales de la UNCuyo y
aprobado por Consejo Superior. El diseño inicial del proyecto fue adaptado a las
necesidades de cada unidad académica conservando algunos parámetros
pedagógicos comunes de base: a) el trabajo de las cuatro competencias básicas y b)
la elección de inglés para propósitos académicos. Las sucesivas adaptaciones del
proyecto a cada unidad académica implicaron un trabajo conjunto con decanos y
secretarios académicos y una toma de conocimiento de las dimensiones que hacen
al aprendizaje de la LE en ella.
Conviene ahora explicitar cuáles son esas dimensiones identificadas durante
ese trabajo de exploración y ajuste.

Algunas dimensiones identificadas

La dimensión que nos parece fundamental a la hora de definir estrategias para


la inclusión de LE en la educación superior universitaria es la de finalidad. En el
diálogo con Decanos, Secretarios Académicos y Comisiones Asesoras de planes de
estudio se advierte que esta dimensión tiene implicancias dramáticas sobre todos
los demás aspectos.
Dos finalidades aparecen con distinto grado de insistencia. Por una parte el
aprendizaje de la LE como aspecto solidario fundamental de los procesos de
internacionalización de la educación superior, vinculado a la posibilidad de
obtención de becas para completar trayectos curriculares en el extranjero. Esta
dimensión tiene un modo de manifestación no uniforme en cada unidad académica
y está condicionada por el tipo de carrera y por los perfiles de egreso y las
competencias profesionales asociadas a ella. Así por ejemplo, en la Facultad de
Ciencias Económicas miembros calificados de las comisiones asesoras señalan que
los estudiantes de las Licenciaturas en Economía o en Administración – que prevén
la realización de trayectos en el extranjero o incluso el desempeño profesional en
contextos de internacionalización – requieren alcanzar niveles más altos en LE (por
ejemplo un B1 +) que los estudiantes de carreras como la de Contador Público
Nacional.
Los procesos de internacionalización promueven la inclusión de otras lenguas
además del inglés en función de variables como convenios específicos firmados por
las UUAA, que en algunos casos dan lugar a dobles titulaciones, o a programas. Por
ejemplo, la Facultad de Derecho desarrolla cursos de francés que preparan a los
estudiantes para participar en el Concurso Charles Rousseau, un certamen de
simulación vinculado con problemáticas del Derecho Internacional, que apunta a
promover el estudio y la investigación en esa rama jurídica, organizado por la Red
Francófona de Derecho Internacional, con sede en Bruselas. Convenios específicos
con universidades alemanas han promovido el desarrollo de cursos de alemán
médico o para ingenieros en las Facultades de Medicina y de Ciencias Aplicadas a la
Industria, o de portugués para ingenieros, en esta última unidad académica.
La firma de convenios está asociada a una segunda finalidad que aparece más
desdibujada en las demandas de los equipos de gestión o de comisiones
curriculares. Se trata de la posibilidad que la LE ofrece a su usuario para participar
plenamente en la sociedad del conocimiento y proporcionar así una mayor
democratización del saber y el desarrollo de competencias interculturales que
favorecen la descentración de las posiciones establecidas en la propia comunidad de
lengua. Esta finalidad, más vinculada a un horizonte plurilingüista de comprensión
de la enseñanza de las LE, se halla en relación con tradiciones científicas propias de
las ciencias naturales y de las ciencias sociales y humanas, de acuerdo con el
epistemólogo Jean- Marie Schaeffer (2011). Mientras que en las primeras se dan
tempranamente modos de producción y circulación del conocimiento
transnacionales, unificados en torno a criterios de validación cognitiva y
metodológica, en las segundas prevalecen tradiciones “fuertemente
individualizadas por naciones” (23) que si bien no se ignoran, alcanzan un
intercambio a través de polémicas, o “de la asimilación de la tradición extranjera a
la nativa y no como transacciones interindividuales en el interior de una tradición
epistemológica común” (25). Estas lógicas de producción y circulación del
conocimiento podrían correlacionarse con el uso del inglés como lingua franca en
las ciencias duras y del francés, el italiano o el portugués en las humanas y sociales.
Un ejemplo de esta variable se da, en el contexto de la UNCuyo, en la Facultad de
Artes y Diseño. Se trata de una unidad académica que posee el mayor número de
formaciones de la universidad con perfiles disciplinares y epistémicos muy
diferenciados como por ejemplo Diseño industrial por un lado y la Licenciatura en
Música Popular, por el otro. La primera presenta un perfil que la vincula a las
ciencias duras con materias como Matemática, Geometría Descriptiva, Física
General, Materiales y Procesos, entre otras. Por ello, mientras que las demás
formaciones de la Facultad reclamaron la incorporación de lenguas como el
portugués o el francés (vinculables incluso con trayectos de posgrado como la
Maestría en Arte Latinoamericano), por sugerencias del actual Secretario
Académico de la Facultad, Lic. Arturo Tascheret, el proyecto de Inglés UNCuyo
satisfizo la demanda de los estudiantes de Diseño Industrial y Gráfico.
Vinculada a la finalidad aparece una segunda dimensión que es la relativa a los
perfiles de ingreso y de egreso. Los perfiles de ingreso permiten identificar niveles
de conocimiento de lenguas extranjeras relacionados con trayectos formativos
previos, intereses vocacionales específicos y formas de ingreso a la universidad.
Estas variables tienen además impacto en el número de ingresantes por unidad
académica. En este sentido contrastan facultades como Educación Elemental y
Especial y Ciencias Políticas, con una matrícula promedio de 450 ingresantes la
primera y 750 la segunda y con modalidades de un ingreso predictivo casi sin
desgranamiento frente a Ciencias Médicas, con una matrícula de 100 ingresantes y
una modalidad altamente selectiva de exámenes nivelatorios (en el corriente año,
por ejemplo, 95 ingresantes frente a 1960 aspirantes). La incorporación de cursos
de LE plantea obviamente desafíos distintos a cada una de estas unidades
académicas, solo desde la perspectiva del número de estudiantes.
Asimismo, inciden los trayectos previos de conocimiento de LE que poseen los
estudiantes en cada unidad académica. Si retomamos el ejemplo actual de la
matrícula de ingresantes a Ciencias Médicas, de esos 95 estudiantes 45 cursan el
primer nivel, correspondiente a la población que expresa no poseer conocimientos
previos de inglés lengua extranjera. La cohorte está compuesta pos sujetos de un
amplio abanico social, que provienen de escuelas de gestión estatal pública, privada
y de colegios preuniversitarios de la UNCuyo. El dato es llamativo porque revela
que, si se considera los colegios de gestión estatal, se trata de estudiantes que en
teoría han tenido seis años de inglés lengua extranjera obligatorios (7º de la escuela
primaria y de 1º a 5º de la secundaria) con una carga aproximada de 70 hs. por año,
tres horas por semana.
Los niveles de conocimientos previos en LE de la población universitaria
impactan en las posibilidades de desarrollo tendientes a la determinación de un
perfil de egreso. Éstos están en estrecha relación con las demandas del espacio
profesional. Por esta razón, las expectativas en cuanto a los niveles en el dominio de
la LE a alcanzar durante el trayecto formativo presentan también una amplia
variedad. En lo que se refiere a la implementación del proyecto “Inglés UNCuyo”,
algunas Facultades como Ciencias Aplicadas a la Industria, requieren para
garantizar la inserción de sus egresados por demandas del sector laboral – me
refiero a los egresados de Ingeniería Química (con orientación Petroquímica) –
alcanzar un nivel B2 en el manejo del inglés lengua extranjera y una gran fluidez en
el empleo de la expresión oral, de acuerdo con lo que nos expresara la Decana de la
Facultad, la Dra. Ing. Alicia Lucía Ordoñez. En otras unidades académicas como
por ejemplo la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, se aspira también a
garantizar un buen dominio del inglés pero desde la perspectiva de la gestión, la
acción institucional se orientó a garantizar para el conjunto de la población
estudiantil un piso en el manejo de la LE (por ejemplo, un nivel A1/ A2) dados los
déficits de conocimientos previos.
Otra dimensión que debe ser atendida en la incorporación de la LE en la
educación superior atañe a los mecanismos de construcción curricular y su
inserción en un currículum real. En los procesos de construcción curricular se da un
conflicto de intereses cuya resolución pone en juego mecanismos de negociación y
de imposición1. La determinación de un espacio de la formación para las lenguas
extranjeras se da en el marco de este conflicto ya que no todos los sectores que
intervienen en el proceso de construcción curricular acuerdan en aspectos como la
finalidad de la lengua extranjera, sus modos de incorporación al curriculum (por
ejemplo, si como espacio obligatorio o como espacio acreditable), su necesidad con
respecto a un perfil de egreso y, en relación con ello, la carga horaria asignable a su
aprendizaje o, finalmente, la elección de qué lengua extranjera debe enseñarse.
Por otra parte, una vez logrados los consensos sobre estos puntos, queda
resolver el paso de lo que podría concebirse como el curriculum prescripto al
curriculum real. Uno de los indicadores de que el aprendizaje de la lengua
extranjera impacta en la formación es su empleo fuera del curso específico y en el
interior del resto de las materias del diseño curricular (López; Tello. 1012, 84-85).
En esta dirección es necesario evaluar el porcentaje de docentes que leen en LE,
que la incorporan en la bibliografía obligatoria o complementaria para sus
estudiantes y que la trabajan con ellos (Ibid.).
Un ejemplo de esta forma de trabajar se ha dado en el marco del proyecto
“Inglés para Ciencias Médicas”. Consiste en un desarrollo de espacio curricular
optativo del ciclo clínico de la carrera de Medicina (4º-5º año) desarrollado
mediante la convocatoria a proyectos curriculares de Internacionalización en casa
de la Secretaría de Relaciones Internacionales de la UNCuyo. En conjunción con la
coordinadora general del proyecto “Inglés para ciencias médicas” – Prof. Mirta
Rena – y la Cátedra de Dermatología, se ha desarrollado desde el año 2014 el
módulo “Mendoza under the magnifying glass”. El módulo se dicta enteramente en

1
Por currículum se entiende a la síntesis de elementos culturales (conocimientos, valores,
costumbres, creencias, hábitos) que conforman una propuesta político-educativa pensada 3
e impulsada por diversos grupos y sectores sociales cuyos intereses son diversos y
contradictorios, aunque algunos tiendan a ser dominantes o hegemónicos, y otros tiendan
a oponerse y resistirse a tal dominación o hegemonía. Síntesis a la cual se arriba a través
de diversos mecanismos de negociación e imposición social. Propuesta conformada por
aspectos estructurales-formales y procesales-prácticos, así como por dimensiones
generales y particulares que interactúan en el devenir de los currícula en las instituciones
sociales educativas. (De Alba. 1996, 59-60)
inglés con las tres profesoras de la cátedra y una adscripta al área de Dermatología
en el Hospital Luis Lagomagiore. Está constituido por una carga horaria de 28
horas, 8 presenciales en el hospital y 20 en la plataforma virtual de la UNCuyo. Los
estudiantes se animan a realizarlo porque ya tienen la formación del inglés
curricular que han recibido durante los años anteriores. Clases, actividades,
trabajos prácticos y bibliografía están en inglés. Los contenidos atañen al estudio de
patologías frecuentes en la provincia de Mendoza (patologías primarias y
secundarias de la piel, arsenicismo, cáncer de piel por exposición al sol, por
ejemplo). Las actividades incluyen instancias de activación del vocabulario
mediante estudio de casos, ejercicios de comprensión auditiva y comprensión
lectora y redacción de informes. Por su carácter optativo los cursos oscilan, en el
periodo señalado, entre 6 y 10 estudiantes.
La implementación de proyectos de la índole que venimos reseñando está
relacionada con otra dimensión importantísima que atañe a la infraestructura y a
los recursos humanos. Por una parte, la planificación de estrategias para la
incorporación de LE en la educación superior no puede desentenderse de la
asignación de espacios que dispongan de las dimensiones y de la tecnología
apropiadas para el desarrollo de las clases. Por otra, durante la implementación del
proyecto “Inglés para la UNCuyo”, hemos podido constatar que las distintas
unidades académicas disponen de uno o más docentes de LE a quienes se les había
asignado la formación, fuese esta con carácter de promocional u obligatoria. Estos
docentes poseen, a través del ejercicio de sus prácticas, conocimientos valiosos a la
hora de realizar un planteo verdaderamente estratégico de la enseñanza de LE: por
ejemplo, el conocimiento del perfil de los estudiantes, los materiales con los que se
puede trabajar y otros aspectos relacionados con la cultura institucional de cada
unidad académica. Asimismo, en algunos casos han desarrollado actividades que se
ajustan a los contenidos disciplinares de las formaciones para las que se
desempeñan. La conformación de equipos docentes que reflexionan periódicamente
sobre sus prácticas y que evalúan actividades, modos de articulación LE/
contenidos disciplinares, bibliografía, recursos didácticos permite construir un
espacio fundamental para la profundización del conocimiento en torno a la
didáctica de la LE en el nivel superior.
Otras dimensiones que impactan en la implementación de acciones relativas a
la incorporación de LE en la universidad son las relaciones interinstitucionales
necesarias para la elaboración de los proyectos, el estudio presupuestario para su
implementación, las formas de certificación de los trayectos en LE, el impacto de
los entornos virtuales de enseñanza aprendizaje en el diseño de las estrategias, el
seguimiento pedagógico y la evaluación de las estrategias implementadas. Por
razones de tiempo estas dimensiones, que han aparecido mencionadas en un
segundo plano, no serán desarrolladas en la presente exposición.

A modo de conclusión
He intentado reseñar en esta memoria los principios que guían las acciones
efectuadas desde la Secretaría de Políticas Lingüísticas de la FFyL con relación a la
incorporación de las LE en la UNCuyo. Son principios vinculados a un modelo de la
complejidad, aplicado a la enseñanza de las LE, que permiten identificar algunas de
las dimensiones que es necesario considerar a la hora de tomar decisiones de
política lingüística que impacten sobre el espacio de la universidad en su conjunto.
Un último aspecto que me parece necesario subrayar atañe a la articulación de
funciones sustantivas de la universidad (docencia/ investigación/ extensión) en el
diseño de estas políticas. Las estrategias reseñadas han surgido inicialmente con el
formato de proyectos piloto, en los que es posible recoger los resultados de las
investigaciones que se desarrollan en la propia universidad y fuera de ella. Surgen
asimismo, del conocimiento que, como señalara anteriormente, se produce en el
ejercicio de la práctica docente concreta en escenarios reales. La conjunción de las
funciones docencia/ investigación a su vez permite el diseño de instancias de
capacitación o de formación permanente para la transferencia de ese capital de
conocimientos generados a través de la investigación y careados en la práctica. El
formato de proyecto se aviene con ese horizonte de la complejidad que permite la
modificación y el enriquecimiento de las acciones inicialmente previstas a través de
su implementación en escenarios concretos y variables. La evaluación de las
acciones desarrolladas y de sus variaciones permite así el desarrollo de marcos
estratégicos más flexibles y más efectivos, es decir, más ajustados a la diversidad
que supone el horizonte complejo de una universidad.

Referencias bibliográficas

Bein, Roberto (2012) La política lingüística respecto de las lenguas extranjeras en la


Argentina a partir de 1993. Tesis presentada en la Universität Wein.
De Alba, Alicia (1995) Curriculum: crisis, mito y perspectivas. Buenos Aires, Miño y
Dávila Editores.
López, M; Tello, A. (2012) “Las lenguas extranjeras en la educación superior: la
condición de extranjeridad y la búsqueda por trascender las fronteras
disciplinares”. Argonautas, 2, pp. 80-93.
Klett, E. (2012) “El docente de lenguas extranjeras y su relación con la política
lingüística”. [en línea]. V Jornadas de Filología y Lingüística, 21, 22 y 23 de
marzo de 2012, La Plata, Argentina. Identidades dinámicas. Variación y cambio
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http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.3791/ev.3791.pdf
Morin, Edgar (2009) Introducción al pensamiento complejo. Barcelona, Gedisa.
Narvaja de Arnoux, E.; Bein, R. (2015) “Hacia una historización de las políticas en
la enseñanza de lenguas”. En: Narvaja de Arnoux, Elvira; Bein, Roberto. Políticas
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Varela, Lía (2007) “Política linguistic: ¿qué está pasando en la Argentina?”. Revista
Indicadores Culturales,3, pp. 164-173. En línea:
http://www.untref.edu.ar/documentos/indicadores2007/Politica%20linguistica
%20que%20esta%20pasando%20en%20Argentina%20Lia%20Varela.pdf

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