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Recomendaciones generales para la escritura

En este documento dejamos algunas sugerencias para la redacción de un texto académico.


Como son recomendaciones, su eventual aplicación exige prestar atención al caso particular
que tengamos que afrontar. Es bueno tener en mente estas ideas mientras estamos
escribiendo, pero también es especialmente útil hacerlo cuando releemos nuestro texto
después de haber terminado su primera redacción.

● Nunca usar coma entre sujeto y verbo del predicado. Por ejemplo: es correcto
escribir “La casa era linda” y es incorrecto escribir “La casa, era linda”. Aunque el
sujeto sea largo, no debe utilizarse coma. Por ejemplo: es correcto escribir “Los
consejos médicos sobre el uso del barbijo casero o hecho a mano fueron cambiantes”
y es incorrecto escribir “Los consejos médicos sobre el uso del barbijo casero o
hecho a mano, fueron cambiantes”. En algunos casos necesitamos introducir en
nuestra oración alguna información que exige incorporar una nueva estructura. En
esas situaciones puntuales, la nueva información puede ir entre comas. Por ejemplo,
es correcto escribir: “La casa, antigua propiedad de Bartolomé Mitre, hoy funciona
como museo” o “La casa, construida a fines del siglo XIX, tiene dos galerías”. En este
último caso, también es posible escribir: “La casa construida a fines del siglo XIX
tiene dos galerías”. La diferencia entre las dos últimas oraciones depende del sentido
que queramos expresar en cada caso y del tema del que estemos hablando en el resto
del texto.
● Mantener siempre la concordancia entre género y/o número de los sustantivos,
adjetivos y verbos. Por ejemplo, es incorrecto escribir: “El piano y el violín se
destaca en la música del siglo XIX”. Lo correcto es escribir: “El piano y el violín se
destacan en la música del siglo XIX”. Es incorrecto escribir: “Lo musical y lo
literario avanzan por caminos separadas”. Es correcto escribir: “Lo musical y lo
literario avanzan por caminos separados”.
● Si una oración contiene varias ideas o expresiones separadas por comas, conviene
revisarla y analizar si en alguna parte no sería adecuado colocar un punto (o un punto
y coma) o utilizar alguna otra manera de conectar las ideas. Por ejemplo: no es
apropiado escribir “La película de Tarantino es violenta, la sangre se ve por todos
lados, hay golpes, disparos, ¿no sería mejor filmar películas que tengan otro
contenido?, porque la violencia es demasiado explícita, demasiado brutal, agotador”.
Sería mejor escribir: “La película de Tarantino es violenta; la sangre se ve por todos
lados y hay golpes y disparos. Entonces, nos preguntamos: ¿no sería mejor filmar
películas que tengan otro contenido? Porque la violencia es demasiado explícita y
brutal, lo que termina agotando al espectador”.
● No citar los materiales subidos al campus. Los materiales (sean audios, Power
Point, cuadros, etc.) subidos al campus por los docentes, diseñados exclusivamente
para acompañar la cursada del seminario, no son fuentes que puedan ser citadas en sus
trabajos.
● Explicitar las ideas. No corresponde confiar en que el lector va a descifrar lo que
queremos decir. Por el contrario, hay que tener en cuenta que la comunicación entre
los seres humanos es muy ardua. Pensemos cuántas veces entendemos mal lo que nos
quiere decir un amigo, un familiar o un compañero de trabajo. Si esos malentendidos
ocurren en la vida cotidiana, es lógico pensar que cuando expresamos conceptos más
complejos los malentendidos pueden ser mayores. Por eso, hay que esforzarse por
expresar las ideas con claridad; si hace falta, se puede formular dos o tres veces la
misma idea con palabras distintas o recurrir a alguna cita que ayude a formular lo que
queremos expresar. Un escritor académico (a diferencia de un poeta, un novelista, un
cuentista o un dramaturgo) tiene que ser generoso con su lector, porque lo importante
de un texto académico es que sus ideas se entiendan (cosa que no es necesaria en una
obra literaria).
● Utilizar citas únicamente cuando sea conveniente. Las citas tienen que servir para
aclarar, profundizar, ejemplificar o exponer una idea. Cuando elegimos una cita,
debemos reparar en que efectivamente sea útil para nuestros propósitos. Por eso
mismo, es esencial introducir la cita con alguna explicación de la razón por la cual la
incluimos en el trabajo (por ejemplo, “Lo que hemos dicho recién puede verse
plasmado en el siguiente pasaje de Jorge Luis Borges”) y luego, después de la cita,
explicitar la relación entre la cita y nuestro texto (por ejemplo, “El personaje de ‘El
Aleph’, como se ve en este pasaje, duda sobre la belleza del poema en los mismos
términos en que nosotros presentamos el problema en la sección anterior”).
● Si citamos un texto, la cita tiene que ir entre comillas y con una referencia
bibliográfica. No se puede citar un texto sin ponerlo entre comillas. En términos
académicos, citar un texto sin ponerlo entre comillas es un engaño al lector. En
términos jurídicos, es un delito conocido como “plagio”. Para incluir referencias
bibliográficas hay varias modalidades, todas ellas igualmente válidas (Sistema Clásico
Francés, APA, Harvard, etc.). En cada texto solamente puede haber un modo de citar
(no se pueden “mezclar” los sistemas). A veces podemos elegir de qué modo citar,
pero otras veces debemos respetar el sistema señalado por quien nos pide el texto (un
docente, una editorial, una revista científica, etc.).
● No utilizar expresiones como “En mi opinión”, “Me parece”, “Tiendo a pensar”,
“Creo que”, etc. No corresponde utilizarlas porque se supone que, cuando escribimos
un texto académico, no estamos dando opiniones personales, sino construyendo un
argumento. Si en alguna oportunidad es necesario marcar algún matiz de duda,
sospecha o indecisión sobre algún tema, conviene utilizar expresiones en la primera
persona del plural: “Creemos que…”, “Nuestra postura…”, “Nos inclinamos por…”.
● No escribir una sucesión de párrafos sueltos ni escribir párrafos de una sola
oración. Los párrafos deben ir encadenados o conectados de una manera clara. No
hay que suponer que la conexión entre los párrafos es evidente. Conviene explicitar el
vínculo entre los párrafos si notamos que estamos avanzando demasiado rápido en la
exposición de las ideas. Además, no conviene que los párrafos tengan una sola
oración. Un párrafo debe ser una unidad de sentido compuesta de varias partes, ya que
lo que se busca expresar en él es una idea compleja. Por lo tanto, un párrafo de una
sola oración no es apropiado.
● Por último, respetar las pautas formales indicadas en cada trabajo, si las hubiera
(por ejemplo, tipo y tamaño de letra, modo de citado, extensión).

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