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ANATOMIA Y FISIOLOGIA
PROFESOR:
Lic. MARTÍNEZ MARTÍNEZ FELIX EDUARDO
ALUMNOS:
CAMPECHANO MORALES MIGUEL ISRAEL
HERNÁNDEZ GARCÍA RICARDO RUBEN
TEMA:
PROYECTO SISTEMA CIRCULATORIO
SEMESTRE:
1ro DE ENFERMERIA
La sangre siempre ha suscitado un misterio especial. Desde
tiempos inmemoriales, las personas han visto salir sangre del
cuerpo y, con ella, han visto perder la vida a los individuos. Se
suponía que la sangre portaba una misteriosa “fuerza vital”, de
modo que los gladiadores romanos la bebían para fortificarse
para el combate. Aun hoy día, las personas se alarman cuando
sangran, y el impacto emocional de la sangre es suficiente para
hacer que muchas personas se desmayen con solo verla.
Desde el antiguo Egipto hasta Estados Unidos del siglo XIX,
los médicos drenaban la “mala sangre” de los pacientes para
tratar cualquier afección, desde la gota hasta la cefalea, desde
los calambres menstruales hasta la enfermedad mental.
Durante mucho tiempo se pensó que los rasgos hereditarios se
transmitían por la sangre, y aun se usan muchas expresiones
infundadas como “tengo una cuarta parte de sangre indígena”.
Hasta que los primeros microscopios permitieron ver sus
células, la sangre fue casi desconocida, y a pesar de que es
un tejido con un único acceso, la mayor parte del conocimiento
acerca de ella data solo de los últimos 50 años. Recientes
estudios en este campo han permitido salvar y mejorar la vida
de muchas personas que de otra manera hubieran sufrido o
perdido la vida.
Protección
Eritrocitos
Trombocitos
Leucocitos
Granulocitos
Neutrófilos
Eosinófilos
Basófilos
Agranulocitos
Linfocitos
Monocitos
Por lo tanto, hay siete tipos de elementos formes: eritrocitos,
trombocitos, y cinco tipos de leucocitos. Estos últimos se
encuentran divididos en dos categorías, los granulocitos y los
agranulocitos, explicados más adelante.
La relación entre los elementos formes y el plasma puede
observarse al tomar una muestra de sangre en un tubo de
ensayo y agitarlo por unos minutos en una máquina centrífuga
(figura 18.2).
Plasma sanguíneo
Aunque el plasma sanguíneo no tiene anatomía que pueda
estudiarse por medios visuales, su importancia como matriz de
este tejido conjuntivo líquido llamado sangre no puede
ignorarse.
El plasma es una mezcla compleja de agua, proteínas,
nutrientes, electrólitos, desechos nitrogenados, hormonas y
gases. Cuando se coagula la sangre y se retiran los sólidos, el
líquido remanente es el suero sanguíneo. En esencia, el suero
es idéntico al plasma, excepto por la ausencia del fibrinógeno
coagulante, una proteína. En cuanto a peso, las proteínas son
el soluto más abundante en el plasma, en cuanto a peso, de 6
a 9 g/100 ml. Las proteínas plasmáticas desempeñan diversos
papeles, entre los que se incluyen la coagulación, la defensa y
el transporte de otros
solutos como el hierro, el cobre, lípidos y hormonas
hidrofóbicas.
Hay tres categorías principales de proteínas plasmáticas:
albúmina, globulinas y fibrinógeno. Muchas
otras proteínas plasmáticas indispensables para la
supervivencia representan menos de 1% del total.
La albúmina es la proteína plasmática más pequeña y
abundante y sirve para transportar varios solutos y amortiguar
el pH del plasma. También contribuye de forma importante a
dos propiedades físicas de la sangre que se analizan más
adelante:
su viscosidad y su osmolaridad. Mediante sus efectos en
estas dos variables, los cambios en la concentración de
albúmina afectan de manera significativa al volumen
sanguíneo, la presión y el flujo. Las globulinas se dividen en
tres subclases, de más pequeñas a más grandes en peso
molecular: globulinas alfa (α), beta (β) y gamma (γ). Las
globulinas desempeñan diversos papeles en el transporte de
solutos, la coagulación y la inmunidad. El fibrinógeno es un
precursor soluble de la fibrina, una proteína pegajosa que
forma el armazón de un coágulo
sanguíneo.
Algunas de las demás proteínas plasmáticas son enzimas que
intervienen en el proceso de coagulación.
El hígado produce hasta 4 g de proteína plasmática por
hora y aporta todas las proteínas importantes, con excepción
de las gammaglobulinas, que provienen de las células
plasmáticas (células de tejido conjuntivo que proceden de los
leucocitos llamados linfocitos B).
Kenneth S. Saladin
Translated from the sixth English edition of:
Anatomy & Physiology: The unity of form and function
Copyright c 2012 by The McGraw-Hill Companies, Inc.