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| : Roman Jakobson F.Ps, Lenguaje infantil y afasia { | ae yes MN 4.03.07 J251 Db Jakobson. Roman Lenguaje infantil y afasia editorial ayuso ‘Titulo original: Langage enfantin et aphasi ‘Traduccién: Esther Beniter CCubierta: Juan Manuel Dominguez. Editorial Ayuso. ‘San Bernardo, 34-Madrid& Depésito legal: M. $6197 ISBN 8433600567 (Ristca.) Impreso en Breogén, I. G, S. A. } Brijuta, s/a.-Torrején de Ardoz- Madrid Printed in Spain INDICE Prefacio 7 Nota de los traductores deta edicién francesa ‘Lexoutse INFUNTIL, APASIA LIVES GENERALES 98 1A ‘ermcru rich L. fa evolucidn fonica det tenguaje infantit y de fa ajasa como probiema ingustco 1a ppecen de ara enn, 19-2 tte Peg tracer ernd SOR EP RL ames ie as seh coat ge asprin ait emerson Scorer te ee a Sasi mene ee ae oe ee ieee ae Artest ces nite ieee canted ete, he SER, sie saaees = parent saree ees sey beer atic icoendie Sit eerie ee erin tis IL Bstratiticacin det sistema fonemético 12, Cronologiarelatva y eronologia absohe- ea ef atralio fonemsticn, 3. Cag Stnatismo y voealismo, misimo, 6—ie a entidad de tas leyes de solidaridad en elSdesarofto fnigo del Teaguajetntantil ¥ enla sipcronta de las lenguas del sa flor 7415" Adguisleiones Renieas ‘raras, 6 tatalas, 816 *Utlieacon relativa de los ‘Sonido, HIT. Pancronta. ds las leyes de Solidaridad, 85.—18 Leyes de solidar\aad y patologia del lenguaje, 85-10" Pereurbacic. fies éaleas.normales, 90-30" Usiformidad deta estratiieacion, 93 TL Fundamento de tas Leyes estructurales 2, Tentatins de epg atoms Be Tones eerie Ble ak oe fe Stam ie woes covione: Sy cece sa Se recone as peace i es cule Laan | #2 ities irae dco, Bete, genie soe Seca eich ee setters lc, Cation fon Brice demi pees ‘eon aes Se nates ae Soha Be nies, IV. Conctusiones 31 Ferspectivas, 13522. Glotogonia,136— BL Mincpio' dé cambio’ de eguaher 17 [La arasia como rnantema tnusotsrico Pon QUE ns ¥ eases? Hacia uN4 rurotocts LiNeUistiea ne 108 TRASTORNOS ‘rastens| 3 Frimera colon: Tratoros Is ca icacion (combinaciéa, eamtigiidad) y as: formes" de i decoaficacion (esleceidn, se. Imejanra), 163.“Sequnda dicotomia: Lite clon y desintegracion, 192 Tercera dicot ‘na: ‘Secuencia (sueesividad) y copretencia Fmultaneldad), 15. Cancion, Bs — ‘Tiros uinasricos be anasts ‘Brourocuarts Pégs. 2s 19 159 15 a PREFACIO Han transcurrido treinta afios desde mi primera tentativa de abordar los problemas lingiisticos de In primera edad. Fl resumen de esta comunicacién escrita en Dinamarca en el verano de 1939 para el V Congreso Internacional de Lingiistas aparecié en tun opiisculo preliminar al congreso, convocado en Bruselas en septiembre de 1939, ¢ interrumpido por el comienzo de la guerra; sélo diez atios después fue puesto al dia el texto original de mi comunicacién «Las leyes fénicas del lenguaje infantil y su puesto fen Ia fonologia generals, como suplemento a los Principios de fonologia de N. S. Trubetzkoy, traduci dos por J. Cantineats (Paris, 1949). Durante mi estancia en Noruega y Suecia (otofio de 1939, primavera de 1941) el aprendizaje y los tras- tomos del lenguaje constituyeron para mi el tema de investigaciones més detalladas, que aspiraban a un estudio comparado de los sistemas linglfsticos, en especial los fonolégicos, en devenir y en disgrega. ° 0 Roman Jakobson tn, Ea monogratia impress en 194 bajo los auspi- Gow de le Soeedad de Linguistica de Upsala (¥ r= opidn al principio de este voumen) taza Is Kneas (gnerals de dicho investigaciones. TE orden que siguen fos nos en Is adguisiién gradual del stoma fonoldgen de su entorno revela Sipunasleyes generales,o por fo menos «que Genden itor generates, seyin tna formula ms modesta> onsidcrada desde el principio en nuestro trabajo. reonstancia—ya ser invariable 0 sproximativa= (que puede observarse en la cronologia rlativa de ‘ents oporiciones fonolégicas adqutidas por el sito enctontra una fatima corespondencia en las Teves estructuales de las lenguas dl mundo fact Tin la iterpretacion de ess leyes Tos numerosos trabajos aparecidos después de Ia a enrquecen ls datos sobre el lenge infant Ue la diversas regiones del mundo étnico y refuer- tan el principio de las constant en Is sucesion de iar oposiiones fonolgicas adguiidas y dominadas por los peqletios sujetos hablantes, En lineas gene Pies thos trabajos confirman, con ceria correc ‘ones 0 expecticaciones eo s, las eyes de impli aeton ales que hemos consderado responsabls del nde de las‘adquisiciones sucesivas (ef, mucstros asats de Tngutstique générale, taducidos por N. Rurwet, pig. 136 y ses) Fl orden de ls cualidades opositivas percibidas 1y puestas en prictica por elniio slo se pede des abrir tas haber esplado dia tras diay en todo mo- tmonto las manifestaciones, condiciones y funciones de su actividad, tal y como nos enseia Antoine Gré foe, el praninvestigador del longue infant. Las Fores aceidentales,fragmentarias y dlpersas slo fe presan aconclusiones apresuradasy dudoras. Por Lenguaje infantil y afasia 0 ejemplo, nada podria afirmarse sobre el crecimiento lingistico y mental de la pequenta Catherine Marti- ret que, sin haber encontrado palabras de llamada para su padre o su madre, hizo a la edad de trece ‘meses —segiin nos refiere su padre— «su debut pro- piamente lingiiistico» con la tinica palabra cochon Coerdo’), desfigurada en ale, y después en Ja —con ‘el mojadas sordas», desencadenada al parecer por la influencia de Los tres cerditos de Walt Disney «para cualquier imagen que representara personas». Estos indicios aislados no nos dicen nada sobre el repertorio de palabras frases emitidas por esta enifia sumamente personal» en el curso de la etapa inicial de su desarrollo lingistico, al tratar de otros temas que la imagen grafica de los seres porcinos © huma- nos. En particular, no nos ensefian nada sobre Ia serie de las primeras oposiciones fonolégicas cuyo dominio ha debido ganar paso a paso la principian: te, ni sobre su contenido relativo, ni sobre el orden de su utilizacién, En Ia actualidad se admite ampliamente la idea de que toda lengua, en todos sus niveles, esté estruc- turada con vistas 2 las finalidades para las que sir ve; de ello se sigue que ese mismo principio debe aplicarse a la estitica y a la dinimica de cada lengua ¥ a todas las etapas del desarrollo lingiistico del in. dividuo desde su primera infancia, Tan pronto como se sometié a un anilisis compa rativo el despliegue gradual del lenguaje infantil en dl nivel fonolgico y se le comparé con la tipologia de las lenguas del mundo, se plantes naturalmente Ja cuestin de averiguar si la misma «regla de la superposicién de valores» rige también el sistema de conceptos gramaticales en las lenguas de los pue- blos de todo el mundo y en el progreso lingiiistico 2 ‘Roman Jakobson del niflo. Las nuevas investigaciones nos permiten hhoy dar una respuesta afirmativa a esta pregunta fundamental, y una vez més, y esta vez en el analisis morfolégico y sintéctico, la dindmica constructiva nos guia y nos ayuda a descubrir las leyes de impli cacién, La nocién de marca y de la relacién entre los tér- ‘minos opositivos, uno marcado y otro no marcado, ces un ull cada vez mas importante en el andlisis de los sistemas lingiisticos. Por supuesto, esta nocién estrictamente relativa ha de tratarse con la misma precisién metodolégica que exigen todos los demas elementos de la teoria del lenguaje, es decir, teniendo fen cuenta el todo de que las parejas en cuestién for- man parte, y con un enorme cuidado de no sucumbir fa tendencias restrictivas de cardcter simplista y me- ‘cénico, La idea de marca resulta particularmente in- dispensable cuando se trata de explicar cualquier superposicién de valores linglfsticos y de interpre- tar Ja estructuracién jerdrquica de la lengua humana yel orden de Ja construccién del lenguaje, 0, con ‘otras palabras, el orden de la adquisicion de las mar- cas suplementarias, ‘Al abordar temas emparentados —el aprendizaje y los trastornos del lenguaje— y al considerar los sistemas fonol6gicos en devenir y en disolucion he- ‘mos creido poder admitir que «los datios afisicos reproducen a la inversa el orden de las adquisiciones infantiless. Ahora bien, la patologia del lenguaje, examinada més de cerca, presenta cierta diversidad de sindromes en comparacién con el proceso esen- cialmente uniforme de la iniciacién infantil al len- guaje. La simetria especular entre la construccién, y el desmantelamiento del sistema fonoldgico s6lo resulta vilida en algunas de las diversas formas de Lenguaje infantil y afasia 3 afasia, La investigacién internacional interdisci- plinaria esté a punto de demostrar la pluralidad de los sindromes afisicos, asf como el rigor de las leyes lingiisticas que Ios distinguen y los especifican. a tipologia de los trastornos afésicos se hace cada vez mas neta y exacta y despeja inesperadas perspec- tivas sobre innumerables cuestiones complejas y 0s- curas que la disposicion de la lengua no cesa de plantearnos. La delimitacién estrictamente li ca de los diferentes tipos de afasia (e incluso podria decirse que de las diversas afasias) promete contri- buir no sélo a Ia teoria de los desarreglos del len- guaje sino también a su terapéutica, ‘Ademés, en cuanto se comparan prudente y siste- maticamente los testimonios con los datos topogré- ficos concernientes a las lesiones corticales, la tipo- logia linglifstica de las afasins parece destinada a aclarar las complejas relaciones entre el sistema nervioso central y las actividades intelectuales con- troladas y dirigidas por él, RI. unio de 1969) NOTA DE LOS TRADUCTORES DE LA EDICION FRANCESA Los cine’ articulos reunidos en este volumen lo estin por primera vez. Aunque todos tienen como tema comiin el estudio lingiistico de los sindromes affisicos 0 el de la adquisicién del lenguaje en el nifio; el primero difiere de los otros cuatro en mu hos aspectos. Kindersprache, Aphasie und Allgemet ne Lautgesetze fue redactado en aleman en Oslo y Estocolmo entre 1939 y 1941, y se publicé en esa poca en Forma de libro. Este texto es, pues, cla- ramente anterior a los recogidos por Nicolis Ruwet, en los Essais de linguistique générale'. Los otros cuatro, mas breves, fueron redactados en inglés en. fecha mas tardia (1955-1963) y son contemporincos de los Ensayos. 1 Editions de Minit, Collection Arguments, 1963. 16 Roman Jakobson Las diferencias no aeaban ahi, Aunque el Kinders- prache trata prineipalmente los problemas de la ad- Guisicion del lenguaje desde el punto de vista de la fonologia, no utiliza el vocabulario especifico de es: ta disciplina, fijado desde los trabajos de la escuela de Praga. La anéedota siguiente explica por qué ese texto, en muchos de sus aspectos —que la traduc- ion aqui offecida trata de respetar— parece ante- rior a la fecha de su redaccién real. «Cuando yo estaba en Suecia, Collinder, que detesta la fonologia, ime dijo que le gustaria que escribiera un libro para la Sociedad Lingtistica de Upsala. ‘Pero, por favor, nada de fonologia’. Yo estaba a punto de terminar ‘i libro sobre Ia fonologia del lenguaje infantil y la afasia y, me limité simplemente a eliminar los té rinos demasiados fonoldgicos, con lo cual me dijo: “Asi, perfecto’. El libro fue bien acogido y entendido por un amplio circu, y yo comprendi a mi vez que tra posible, incluso al abordar temas absolutamente nuevos, prescindir de los neologismoss De los articulos americanos, s6lo Why Mama and Paps trata del lenguaje infantil, y también principal- mente desde un punto de vista fonoldgico. Los otros tres estén consagrados exclusivamente a los trastor nos afisicos. Al contrario del Kindersprache, estu: dian también el impacto de estos trastornos sobre lunidades lingiistcas —rnorfema, sintagma, frase, dliscurso— més amplias que el fonema. [La tradue- cidn de esos articulos no ha planteado especiales problemas. Hemos caleado la traduceién de los té- ‘minos fonol6gicos sobre las convenciones adoptadas en los Ensayos.] Op. cit, p29, LENGUAJE INFANTIL, AFASIA Y LEYES GENERALES DE LA ESTRUCTURA FONICA* Tt min venn Al. + Escrito en alemén, en Oslo y Estocolmo a finales de 1939 —comiengos de 194i. Publicado con el titulo «Kinders: prache, Aphasic und Allgemeine Lautgesetze> en Sprakve- Tenskapliga Sillskapets Forhandlingar de 1940 a 1982, 9 en forma de opdsculo en Upsala en 19, Lo que to une verdaderamente t0- 440 Son Tas relaciomes de furdacion. ‘tussert No hay diferencia de principio cnt ist Stems jouaicor Wet ‘mul, auvigue exstan, naturale Tesrmucnosfomemas cow tan Grea de stension relaivonsentelimitade Sommerfett (1928) I LA EVOLUCION FONICA DEL LENGUAJE INFANTIL Y DE LA AFASIA COMO PROBLEMA LINGUISTICO 4. Tres aspectos de una lengua sSélo el nifio nos da Ja oportunidad de observar 1 lenguaje humano in statu nascendi» escribia re- cientemente Karl Bilhler , Se podria perfectamente agregar, jendo esta cita, que «sélo las pertur- baciones lingifsticas cuya patologia es de origen cen- tral nos dan Ia oportunidad de observar la deterio- racién del lenguaje humano». El nacimiento y la decadencia de la estructura de una lengua son muy instructivos para el lingiista consagrado el estudio de su forma acabada. Sin em- * Arete fd. ges. Psychol, 1935; 94, p. 410. » 2» Roman Jakobson Dargo, estos tres aspectos de Ja lengua nunca han sido sometidos hasta ahora a un andlisis compara- tivo sistemitico. 2. Interaceién de lenguaje infantil y lenguas na turales No querriamos, en absoluto, subestimar los mé ritos de las investigaciones consagradas hasta el pre- sente al lenguaje infantil en general y, més particular. ‘mente, a los problemas de su fonética, a los que nos Jimitaremos aqui. Por supuesto, hace tiempo que se han observado ciertos puntos comunes manifies- tos entre el desarrollo lingifstico del nino y las len- ‘guas existentes, pero los estudios se han contentado rincipalmente con mencionar las influencias rec procas entre los dos terrenos. Mientras que el ro- ‘manticismo subrayaba la creatividad del nifio, las tendencias autodenominadas realistas, como la de Wundt o la.de Maringer, trataban de reducir a una imitacién ‘pura y simple todas las actividades inte- lectuales del nifio, y sus actividades lingiiisticas en particular. Estas dos tendencias tienen a la vez ra- z6n y estén equivocadas. Aunque Ia ereacién en el nifio no es, en ningtin caso, una creacién ex niilo, tun puro descubrimiento (cfr. Stern, pag. 131), sus Jmitaciones no son por ello copias mecénicas y past- vvas, El nifio crea al tomar en préstamo. La objecién planteada por la concepeién que niega todo valor préstamo no es una copia exacta; cada imitacién necesita una bpeién y origina asf una distancia crea- dora respecto al modelo; ciertas partes de éste son climinadas y otras ampliamente remodeladas. Pue- Lenguaje infantil y afasia a de ocurrir entonées que el sistema fénico del nifio presente, a pesar de su dependencia del sistma adul- to, elementos totalmente ajenos al modelo. ‘Asi, ciertos nifios que ain no han adquirido el fonema r restituyen a veces la pareja «vocal + r de la misma s(labas mediante un aumento de la du- racion de la voeal. El marka (‘marca’) ruso, por ejemplo, se da como maka, lo cual introduce una foposicién de cantidades que, por otra parte, no existe en la lengua’, El consonantismo francés es tipicamente un sis tema triangular en el que los tres tipos de oclusivas toman cada uno una forma sonora, una forma sorda yuna forma nasal, y en el que los tres tipos de cons- ttictivas son bien sonoras, bien sordas; se obtiene asi para cada tipo una labial, una dental y una pa- Tatal, Los nifios que adn no han adquirido las cons: trictivas escinden la serie palatal en una velar y tuna palatal y crean al lado de & una oclusiva pala: tal (més 0 menos africada) partiendo de la f fran cesa (0 también de la f y Ia s), constituyendo ast lun sistema consonéntico provisional de tipo cua: drangular cfr. § 25)’. Mientras que las oclusivas no han sido escindidas atin en dos series por la laringe son sordas y no as: piradas; el nif generaliza estos juegos independien temente del modelo local ofrecido por su lengua + Grégoire sefialé ya este tipo de alargamiento sustite tivo en nlf Franceses: lan por tartine; «pds por poire, tee por terre: 3 por dehors, ete. (1937, pp. 172,217 ¥ 88). 5 Cte. Bloch (1821 a, p. My ss.). Una mutacin pareck da de la en una oclusiva palatal se encuentra igualmente fen otras lenguss, y ha sido observada especialmente en Tengun tagoy del Sudan’ egipcio por C. Meinhof (Zeitschr § Kolonialspr 191516, 6, p16). 2 Roman Sakobson (oF ejemplo las lenguas eslavas y romdnicas), aun- aque ésta presente las series opuestas de elementos Sonoroso aspirados y sordovaspirados (como en danés), Esto ocuree incliso cuando la lengua ma- temna se earscteriza por una oposicién neta entre ssonoras no aspiradas /sordas aspiradas» y no po- fee, por lo tanto, oclusiva sorda y no aspirada. Pre cisamente este timo caréeter es utilizado prefe rentemente en el lengua infantil, como ha obser vado Somerfelt en. los misos noruegos (1929, pagina 273) y como ha confirmado el profesor Knut Kanutson en el caso del dan¢s. ‘cure a veces que se obferva en el niflo una es pecie de emutacién consonéhtica». Asi lo comprobé Aleksandrov en un nifo ruso de-dos afios que ut lizaba ten lugar de f, pero que en cambio reempla- taba sisteméticamente g por k (witi» por ruki y nik» por knigi «akdne por ogdn!), Puede’ supo- nerse que al principio sustitua tanto g como i por fy que sélo tras haber adquirido la ke sustituyé con elia Ia oclusiva velar que més contrasta con fen la lengua de su pas, en este enso la velar sonora, mien- tras que Ia sorda sepia siendo sustituida port. Este mismo nifio omitia Inj evando repetia una palabra {or ejemplo «akod'i» por jagodi,«db'otka> por ja bloeko) y reemplazaba sistematicamente por j Is Ik auida mas destacada del modelo («idmpo» por la ‘pa, «jas’k 9» por lozka, «juka: py,ruka). De manera andloga, una nifiita inglesa, segin nos informa Sully, tenia la costumbre de - sr eal ta yo 2 i et ee Se te ome Fr rte a ora cose pt ob me spr i os ip ae = ve drome = ai 9 et oes im mela ra Bt eae isc et ec, Sa wt Encl aom ae i tet dane ow inn Si a ls ae re pone ee Sangeet ce ne te carga tx ecient crs te emo oe a ete Roe me ete, Reveux (1982, p. 125); Barmatan (1939, p. 496) > Gfe, Masuxace (1908, p. 212. Lenguaje infantil y afasia 7 riencia prueba lo contrario. El hijo del lingiista fervio Pavlovic, de un aito de edad, reconociay dis tinguia sin error las palabras «rata» y kaka cuando se pronunciaban ante ¢l, pero seguia diciendo stata» en vez de kaka, aunque producia sin la menor dificultad las oclusivas velares en la orquestacién de su balbuceo (1920, pag. 39). La lengua reviste para cl nifio dos aspectos, casi podria decirse dos estilos: tuno, del que dispone activamente, y otro, el lenguaje adulto, del que s6lo dispone pasivamente (esto re- ccuerda la diferencia existente en numerosas etnias centre la lengua de los hombres y la de las mujeres; cada uno habla solamente una, pero entiende la otra). Durante cierto tiempo el nifio no puede, y a vyoces incluso no quiere, franquear ese limite y exi- ‘ge que los adultos, por su parte, hagan lo mismo. Se- agin el bien conocido ejemplo de Passy, una nifita francesa decia «fosson» tanto para cochon como para garcon, pero protestaba enérgicamente si al- gulen de su entorno Hlamaba cochon a un nifio 0 garcon a un cerdo', Este ejemplo se aplica sobre todo a los nifios mayorcitos que aunque hablan aiin SE ore tances phn er racers neat (Par p=) Ce eres (8, nae) Vs ems (B17 p 8) hinge obese Spr de perce mas sonidos Gd fon i ila en lo pe ‘ions eas der adguiinde egune no ea de er Glee que mo enlénde muchas oponcons Teles de Su lemon matena,cigos sonidos et in embargo presenter tarts ballncr. El hijo mayor de Grigote, de declte me szrno puede promicnrcoretament fa palabra Defeat (Gbaroos)sunque a teconoos sl se die delete de el pero no peel la oposcin ene as vocals nals y a ore, Siando 22 protunci halon creo entender Baloo © i {Udo elas sirens (97.138), aunque ya haya asa leo voces en 0 erso de a period de elbere (9 lel 2} st ondmeno se observa tambien 8 menudo x Roman Jakobson como bebis se enfadan si por darles gusto, Tos ada cor tmnitan, Resulta divertido oles protestay °™ tos los aro amd, jhablame en francésén (Vor once opt, pag. 124) 0 «kan fanten ince tala rent?> (Sjoholm, 1933, pg. 189). "EI balbuceo por un lado y a comprension no scompatiada de palabras (HOrstuneit) Por ott» etfeban que no puede tratarse de una caren de Prnagen motriz ni de una carencia de Ta ise ve tien: esto mo impide que la mayoria de les se” aGjos oo pierdan de repente. Podtfa suponerse ave nidos sate en el nifio ninguna relacion funcional > no foe sonidos promunciados por otra persona Y S¥s roplas sensaciones articulatorias pero, os 5 victeign tambien es desmentida por las obser Posies todo, se consigue a menudo que él niso evita como un loro sonidos y sflabas aistados ane weplarecen en st discurso esponténeo ™. En Sex ne eger, puede ocurrir que el nifio utiles Corse se ente esos, sonidos dentro de palabras recisnte: tment dguiridas, pero una ver que esas palabras sare hecho familiares y el vorabulario conta Se Muecigndose, esos mismos sonidos wuelven SRettarecer sin’ dejar rastro, Puede citarse » este ‘a vatpueo de tos nifiosslemanes (tt. Sen, 1925 Bp Wy i balouces nel ejemplo citado por Bloch del ito, ahs Yeas eFitingule nn palabras promunciadas ante 7m 20 pr ma, poseire y piser, pase yeassé (1521 & én 52). > Bunun (1929, P21). Bama, ( ejemplo, Abrabsmsén: ct. también Obs cones gas en el campo de 1a paoloni del lenses ome amen aun atdsico. tras mucho wabalo scum 5 Geir por cll, la palabra no PO pach ord deci ile expontineamente (GUTAMACS 1, p. 175). Leojuaje infantil y afas 38 respect ol eemplo de I sbrins del palcslog ip fail Ament: en sus primera palabras tratabe de senciar ¢ y k, pero pronto renuncié a esta dis- tincién para generalizar el solo empleo de sncon ars ea leo de ¢ (1899, 6. Aparicién de los sonidos de ta lengua No se’ puede explicar, pues, Ia select nose pues, Ja sleceién de Ios 30° dos retonidos en el momento del paso del batbu- feo al lenguaje mis que por ese mismo paso, c= decir pbr la nueva funcién que corresponde al 50. nido lands éste se convierte en un sonido de Ta aut? concretamente, adquiere en ese motbento iz valor fonemétco Asi, paalelamente al mondlogo Sgouéntico y sin Tnalidad, se forma y desarvolla peo a povo en el no na intenetn de comunic- Son que vat sustituir exe edlirio de Ta lenguas teen Ia expresion de Preyer atin anclado en I ‘biolégico. Asistimos entonces a las primeras nai, isan et vi oi i at de es ponder nein rane yap odoin os vain nesta de sus interloeutores", El pequetio princpiante +B pct main dn mente observado y 1 cgoire; ett. $ waar ehe 8 Gree ie” G9 Kon mers Eat uti cbr gn erat de apd incapacidad nem nur ete sno ann acne inns psc mes ‘Be trig ae Philot, VILL, 1, 193836). Of a ligne cme oh ‘came an 1 wats as popsoaee A ace com oa susuro, 9 de bajaro‘lovar In wor segin su interlocutor Ia bale ia alce. Cir, Gnésom: bak Cr. Gaacome, p. By $5, y Ch, BUHL Roman Jakobson oa ree sonore que eh produce y el ve oye prod {hy conserva on la memoria para reproduc a rrincipio de manera inmediata y después me¢ iat Praca) Lo distingue del rest de los feném i ae Ns aoe ae i nla 3 $EGAeI de desgnacion» ae a aleaneado Ta etapa . Pero estas primeras distinciones fénicas arbitra Cen simples, lars ¥ esuble, 2 Spee eatida ala de Jos colores En hugar de la cee Las (986, p 95 st, Sonn (1928 0 DD ne oat funciona pride de oe trmprigncs te paar fal com Ios Prenat OnteOm (IST, pp 9,125) bas Pe fa sy josamnen Shas ewes sm yrds ae sles Ines aa comiconey ae rlcionan con stuns Ses deo elo enieran una significaciin ‘sien al fina, demasiado vas tov vende Ineaiitaris ston Taiores que actan sobre I a 2 rere memoria de ete rtienc» (iden p88. Lite ¥ Suncom, Mattrsprahe wd Gestesbiung ooning. 152), 2 Lenguaje Infantil y afasta a abundancia fonética del balbuceo se instala la sus- teridad fonemitica de los primeros escalones de! Tenguaje; una especie de deflacién transforma los «sonidos salvajes» del balbuceo en valores lingiis- tleos. 7. Interjecciones La estrecha relacién entre la seleccién de los so- nidos de la lengua y el cardcter arbitrario e inmoti- vado del signo lingufstico —segin la expresion de Saussure— resulta confirmada por el hecho de que las exclamaciones (sonidos emitidos espontanes ‘mente por el niflo) y las formaciones onomatopéyi- ‘cas (imitaciones de sonidos) no tienen practicamen. te en cuenta esta seleccién. Parece, ademés, que las exclamaciones —que tenderian a formar también en el adulto un nivel distinto®— utilizan con predilee: A titulo de ejemplo, citemos el caso de la Viquida 1 bial intermitente que, a nuestro entender, no tiene en nit lengua del mundo una funcién de Fonem autSnomo, pero que se encuentra con frecuencia en las exclamacionct (cfr. P. Antste, Zhe Labial Vibrant bn Estonian, Tart, 195), Y que aparece con esta funcidn desde la primera infanc Ia hija de Hoyer, de once meses, lo produce cuando tra tuna correa (1924, p. 381), y Edniond Grégoir, de la misma ceded, emientras el nino se paca la mano por la cara’ de arriba @ abajo... sigulendo un Juego... que renueva de vez fn cuando» (p. 9); en los nlfos griegos se ha ebservado 4 iilizacién de Ia Uguida para designar de inanera ono. matopéyica el agua (Dianantanas, 1905, p. 69). Este misino sonido persiste obstinadamente en el afacico como «sonida ie horror» (Kuss, 1916, p. 138) La diferencia entre une simple oclusiva labial y un ehasquida con el mismo punto de artculacién (@) nunca tene valor fonemtic: el fonema ‘clusivo Inbal y sordo esté representada ea bosquimanio pot 38 Roman Jakobson cién los sonidos que han quedado sin empleo en una Tengua dada, Se ha observado que ntfios que atin no aban dominado los fonemas velares imitaban la caida de una persiana con un «gi», el graznido de un Cuervo con +krakra>, expresaban el bienestar con gages, Ia alegria con xchch», y lamaban «Kha» a todo Io sucio, ete.”, Aunque Tas constrictivas estén fain sustituidas por oclusivas en-el «lenguaje deno- inativo concreto» del nifio, pueden figurar como medio sonoro expresivo en sus onomatopeyas: el tranvia estard representado por «yin-zin, y ass» de- signaré para un nifio al gato, para otro a la mosca™; fen muchos casos una efs servira tanto para imitar el ruido de un avién como para espantar perros ¥ gallinas ®. Aunque la liquids r falte ain en Tas pala- ras tomadas de los adultos, se utilizaré perfecta: mente para reproducir el canto de los pajaros o el chirriar de una carreta%; del mismo modo, nifios {que atin no saben emplear normalmente lai, imitan tun alic nbial (més exsctamente, por Ja ssociaetén de un ‘lc labial con un fonema de transicion p; eft. Meicot en Zeltsche.f. Eingebor. Spr, XIX, p. 127); en tas otras len ipoas naturales est representado por una simple oclusiva [abiat; en las exclamaciones («exclamations, and imitations of sounds), en cambio, 1o que se utiliza en bosquimano es Uh p left. D. F. Buscx,ibidem, p. 82) y el lic Iabial en as tras lenguas. Ese sonido se encuentra ya en el nito hacia final de su primer ao, como sonido onomatopévico, ado «sonido del beso» (Ste, 128, p. 378), "> Gir. VaN Grxnsxex (1917, p. 1), Botss (1916, p. 161), ‘Stun (1928, pp. 173 y 85.176). % Cir. Pawovie (1920, p. 70), ManoetiSonsers (1935, pégina 489), Surin (1907, p. $2) "Clr. Pavzovie, p. 35 y Gaocomne (1937, p. 89 ¥ 58) » Raswusses, 1913, p. 76, Sram. p. 374 Lenguaje infantil y atasia » al ladrido del perro con didi» 0 los gritos de tos goriones con wile, «minimis, «bib y «pip? "Ya se vate de exclamacionesexpontancas 0 con vercionales, de creciones originales 0 de onomste- oye la natualeza de esas producciones Tonicas Exige un sentido relativamente avanvado de su con- Figuracion sonora. Elempleo por el nito de vocales Palatales redondeadas en sus palabras onomatope Fleas mientras que en el resto ds vorabulaio Jigue sutituyendolas por vocales no redondeadas 0 telares se debe mis bien al valor expresivo de lo scepcional que’ a una imitacion acistca fel. Se Eonocen iversos ejemplos: un no aleman de once ees enctonao or Se (928, pe 381) se ducia con 600 ello de eabalosy de vebculs en toarcha; el peavetio Edmond Gregoire, de diecinae te meses, se aervia de ese sonido para imitar los Toques de eampana (1937, pg, 153), esas inmas tevalesservian ala hija de Marcel Coben, de quince tess, para imitar los laridos de un perro (1925, psi 11) En est ultimo caso exta imagen act eiie convirti despuds en una simple desigacion dat perro por 0, lo notable es que el voclismo haya sido adaptado en esta ocasign al sistema fone mtco usual del nifo (pag. 117), Pero tambien pede Sbservarse el fendmeno invrso; lo que al principio tra une onomatopeya se converte, sin sufi a me tor transformacion fonematice, en una simple de Signacign usualy de aun enriquecimiento del sis tema de ls fonemas. Por timo, tambien puede fcurrie que un sonido onomatopéyico ocasional pre- pave y faite en ierto sentido Ia aparieién defo ema correspondiente, sin que esa expresin haya * cfr, Bamvsrmax-Pruvrravsen, 1930, p. 290, Grecome (1987, pp. 11,217 ” ‘Roman Jakobson cocupado previamente su lugar en el vocabulario constituido del nifo. Ese proceso es el que se re- produce artificialmente cuando se reeduca a nifios que presentan un retraso en la adquisicion de los sonidos de su Iengua; se inculea con facilidad al niffo la pronunciacién de la r haciéndole imitar por ejemplo el ruido de un motor, y la pronunciacién de la s haciéndole imitar un silbido; después se le hhace tomar conciencia de la identidad de dicha tacién con el fonema que le falta (efr. Feyeux, 1932, pagina 279). 8, Excepciones supuestas en ef orden de aparicién de los sonidos ‘Los sonidos, como ya se ha dicho, sufren una se- leceién por parte del nifio, a consecuencia de la cual sélo se convierten en sonidos del discurso en Ia me- dida en que se refieren al lenguaje en el sentido es: tricto del término, a saber a los esignos lingiifsticos arbitrarios» de Saussure (op. cit., pigs. 130 y sg) Esta seleceién esta inseparablemente ligada con Ix naturaleza semictica del lenguaje; se trata de un problema puramente linglifstico, pues los sonidos s6lo estén considerados desde el punto de vista de su funcién de signo, La cuestion de los sonidos pre- Hinglifsticos del balbucco resulta, en cambio, de na- ‘turaleza exclusivamente fonética, esencialmente ar- ticulatoria; es significativo que no se pueda poner de relieve en este caso un orden general de las ad- quisiciones. Asi, una de las més escrupulosas obser- vadoras del desarrollo fonético en el nifio, Jeanne- Andrée Feyeux, ha podido notar a propésito de la aparicién de los sonidos del balbuceo: «Todas las Lenguaje infantil y afasia 0 reapuestas divergn on cuanto el orden de pati Sion (1932, pig 12) ero une ver alcanzada Ta primera etapa del len se propiamcnte dicho, oh canto se iia las (Scuba de'os sonidos yf consrwecign de un sist Se tonemic, se observa un orden de sucesion Tictamente reulado. y_universlmente.vélio fa torprendeneuniforinidad det desarollo fone. Titi del lenguoje dl noha sido reconocida en MRalupicsceasonts y con total Independencia por Tnvetligadones de alsiplinasy nalonalidades diver EeeEino por ejemplo la medico francesa anes ch ‘alam au compatriota el eminente fonético P.Pas- er palsloge jeponés Yestkazu Oba, el autor Higa de ta mejor monograta Tingstca sobre la Folin infanca, Antoine Grégit, cl lingsta ale lan Meringor y el vienés Labisch, uno de lo pr tnerorobseradores del lenguaje infantil or mucho que se seflen siempre unas constan- ten do sucston en ln adguisicén de To Fonemas, en IE Mteatora clenca se aban repetidas objciones ate hipstesis de un orden regulate adquls- fonvhasta el punto de que la cuestin de sus lees Seda de momento. en suspenso. Pero todas esas fine se apoyan eo una insifiiente delimitacion Ge lor consttayentes pertinentes de una Tengoa tos elementos prlinglsticoso extalinglistios, © Ingitcamente no pertinentes Ast, porejempl, la Jhisima eomprobecin hecha por Schultze de que Ing y ln perenoan alas adgusicions més tardlas del lengafe infant no gua conradicha mi siuie fa merimalg por la obseracion de Peyer sobre In » sparecen deducirse clertas constantes, que se hallan sin grandes motificaciones en cast todos ios niios» (FE ‘eux, p. 1). _—X—Ssa—__ TT en ‘Roman Jakobson precoctsima aparicién, prelingifstica, en el balbw Poo, de esas mismas vocales palatales redondeadas (1895, paz 367), ya que Ta aparicién de los fonemas Gh el sistema lingitistico no tiene nada en comtin ean jas emisiones sonoras efimeras del perfodo del Galbuceo, destinadas a desaparecer. Esos mismos fonemas 9 e y no aparecian tampoco en el Lenguaje el hijo mayor de Grégoire hasta el final de su se- fgindo aio, aungue en su balbuceo emitia espont Suimente, a mediados del primer afi, sonidos de frticulacion idéntica, Por otro lado, se observa en eI balbuceo de los bebés checos la aparicién de esas Snismas vocales, mientras que en tanto que fonemas wpo aparecen en la lengua checa y constituyen para Tos naturales de esa lengua una de las dificultades cen el aprendizaje del francés. ‘Come ya indicaba Meumann (1903, pg. 23) existe fen cierto’ nilios, entre la etapa del balbuceo espon- faneo y la del comienzo del lenguaje, un breve pe- iodo durante el cual son completamente mudos, Ta mayoria de las veces, sin embargo, pasan imper~ ceptiblemente de una etapa a otra, de manera que Te adquisicién del vocabulario se realiza paralela- mente a la desaparicién progresiva de los elementos prelingisticos ®. Conviene, pues, distinguir euids Sosamente, en primer higar, los sonidos lingtifsticos Spermanentess, como los llama Gutzmann (1894, pagina 17), y 10s sonidos del balbuceo destinados a Resaparecer —los embriones de palabras y los res- tos prelingliisticos. La perennidad del sonido, el tcardcter intencionalmente significante de la cons- fruccién en la que éste aparece y el alcance social de In expresion constituyen los principales criterios ‘que permiten distinguir el sonido Tingilistico del so- © Chr, Ronis, 1913, p. 41, Comer, 1925, p. 110 Lenguaje infantil y ia s nido del balbuceo. Con el crecimiento del nifio, el aspecto social se hace cada dia mis determinante y el balbuceo sélo aparece ya en los momentos de los juegos solitarios al acostarse y al levantarse, para ‘quedar Finalmente relegado después a las manifes- taciones del sueno (cfr. Gréfoire, 1937, pég. 138). En segundo lugar, como ya se ha subrayado, no hay que confundir en ningin caso, en el terreno fo- nemético, la lengua en el sentido estricto del térmi- no (es decir, como sistema de signos arbitrarios), con las producciones sonoras cuya forma fénica es motivada. En tercer lugar ha de mfntenerse una estricta se- paracién entre los elementos significativos en cuan- toa la distineién de las palabras y los que no lo son. Ciertas parejas de sonidos constiluyen para nos- ‘otros una oposicidn neta y_significativa (fonemat cea), pero no representan al principio para el nifio ‘sing dos variantes de un mismo fonema, sea cual sea la importancia de su variacién. La eleccién de las variantes est determinada en ciertos casos por los sonidos vecinos, como demuestra el ejemplo de Olinka H., una nifia checa de un afl que hemos ‘observads: utilizaba ¢ y u como una tinica vocal cerrada; e y 0 eran también para ella un solo fone- ma de abertura media; i y e solo aparecfan detras de dentales, « y o solamente después de labiales, mientras que tanto las dentales como las labiales podian presentarse delante de a. En otros casos, en, cambio, son variantes facultativas las que se susti- fuyen una a otra, Asi, antes de la aparicién de una serie fonemética auténoma de dentales no existe para representarla mas que un tinico fonema oral ‘a menudo concretado en una oclusiva labial, susti tuible si es preciso, sin cambio de valor, por una a Roman Jakobson articulacién vecina, a saber una oclusiva dental, Lo mismo ocurre con’#, principal variante del tinico fonema nasal, a la que sustituye n®. Después de la ivisién de las consonantes en dos series foneméti- ‘cas, labial y no labial, esta tiltima se concreta nor- naimente en dentales, eventualmente reemplazadas por palatales, Ocurre a menudo que i y e funcionen fl principio como variantes facultativas, conmutati Yas de un mismo fonema «cerrado»; la primera, la Inds alejada del fonema a «abiertas, es més fuerte y inés diferenciada, Ia segunda, ms débil y més rela- jada™. Las constrictivas no son al principio més ‘que una articulacién aproximada, incompleta y es- ‘quematica del fonema oclusivo, opuesto la vocal (chr. infra, § 23). Ast, con motivo de la repeticién si labica, puede aparecer, por debilitamiento o dife- ' eWerosimilmente, ¢ y dno deben ser consideradas, cen los primeros tiempos, mas que como modifica ficalatarias de la lablales,cuyos sustitutos ocasions teniendo en ef fondo cast cl mismo valor de sonido, y tam- pica de sentimiento, para el nifo. Son varlantes, igual que 2 veces se encientra la consonante nasal n como sinénimo db, af puede emplearse este término, es decir una modi Fieacldn que repite cl prototipo... la consonante nasal m Sr confunde también con Ia otra nasal y puede sustituelo Gy Semsiones, Se trata de observar al principio Is impotex- a del nfo para distinguir entre fonemas que poseen cierto fgrado de parecido: la nasalizacion dem y n las acerca, al flempo que las diferencia intensamente de otros fonemas feue poseen la misma articulaelén bueal; m no se confun Gira con p o con 6, de in misma manera que no se con fundird con fo. con > (Gnecons, 1957, pp. 61, Ty eft SSrERN, 1928, p35. = ePero no son més que debiltamientes a los que 1os ‘nifos no dan el valor de una vocal particular. Los matices {dl vocsbulario ain no let Imponen la necesidad de diso- Se (Gracorne, 1937, pp. 70, 129) Lenguaje infantil y afasis 4s rencialdn, una constructiva lablal como sustituto de Ta oclusiva correspondiente La opoeteiéa de ns consonantes constrictive y cclasives diferenciadora de las palabras, también llamada fonemdtien, es una adqusiinrelativamen- te tarda ene lenguaje del ni. Un observador que “grabera tolas las prodateones artiulatoras pos! ies elnino sin tenor en cuenta la varedad de sus fanclones podtia ebjetar que es frecuent percbir apt alll lado de las prmeras palabras y ene] fmomento de si aparicién,slabas del balbucco de provilas dp. sentido. que-contienen constrctiva, Enmo lef, duotnadas a ceowpareoe poco daspuce! © bien que fate mismo sonido es ulllzado por el fo porn iitar o espanar gains peros, 0 tam- Bhan que en ver Gol habitual papa se puede en oct slonesolsepafde. Sse metea en ol misma snc to das ns aticulaciones de un nif, es evdente gu fesulin entonces imposible descubrir las lyes del Sesarrollo, pero una delimitacién precisa de los fe fpomenos ace aparecer claramente la suteslon Tete Tar d ls oposctonesfonematica adqurida. 9. Deteriaro del sistema fonematico Estas mismas consideraciones valen, mutatis mu tandis, para los trastornos afsicos. No existen por desgracia més que unas pocas descripciones lingits: ticas utilizables de la afasia, y aquellas de que dis- ponemos sélo conciernen a un pequeflo nimero de Tenguas. Aunque las observaciones lingiiisticas de Ia primera infancia tienen el defecto de ser excesiva- mente sumarias, los lingiistas tenfan por lo me- © Clr. Gnecoms, 1937, p. 6 y ss, p. 97 GS | oe Roman Jakobson nos la ventaja de disponer de muchos mas bebés {que afasicos. Debemos a los psiquiatras y a los neu Sologos umerosas ideas estimulantes 'y fecundas Sobre clertas funciones verbales aisladas, especial Tneate sobre el lenguaje interno, pero salvo raras Gxcepefones han dado prucba hasta el presente de {una asombrosa desatencién, o bien de una perpleji- ‘dad igualmente asombrosa en cuanto a In descrip- Cin y al andlisis concreto de los hechos lingtifsti- os, y en particular de los hechos fénicos. Es inne- fgable, empero, que para una comprensién exacta de Ios trastornos en cuestién se necesita su descripcién detallada, y que para una sintomatologia resulta in- dispensable disponer de un andlisis linglstico es trieto. Arnold Pick exitica muy oportunamente la po- breza de las aportaciones de la patologia en este te- reno, la parsimonia de los informes y Ia habitual causencia de transcripeiones palabra por palabra de fas formas patoldgicas halladas» (1915 a, pag. 50). Y sin embargo, incluso este investigador tan meritorio, (que ha tratado de aplicar al maximo el punto de vis- fa linglfstico en el terreno de la afasia, llega a hacer cesta extrafia declaracién en un estudio centrado pre: Cisamente sobre las modificaciones fonéticas del discurso del afasico: «Naturalmente, no éramos ca- paces de transcribir exactamente Jo que ofamos; eso Slo hubiera podido hacerse gracias a una escritura fonética cuyo manejo ignoramos totalmente, de la misma manera que yo No Soy personalmente capaz de proponer un andlisis fonético preciso» (1919, pé- gina 230). En uno de los estudios mas recientes y profundos sobre la afasis, Karl Kleist subraya la importancia de las lagunas que ain hay que colmar a este respecto, cuando se ve obligado a comprobar {que «muy a menudo las observaciones que nos pro- Lenguaje infantil y afasia " porciona la literatura sobre la ‘sordera verbal pura’ no contienen por desgracia indicaciones sobre la de- limitacién de lo que el paciente no puede ya o puede todavia captar de las impresiones linglfsticas que recibe —en suma, sobre la forma en que ove el len: guaje> (1934, pig. 692). Podrian formularse and Toes eriteas sobre las obseracionesconcernentes al emutismo verbal puros, la incapacidad para pro- Guar aiden in La patologia del lenguaje distingue radicalmente, ‘por una parte, los trastornos affsicos propiamente dichos, y por. dos a lesiones del aparato bulbar efere tao, de praveda, se Inblede daria o-de Sa tria), a lesiones inmediatas del aparato circulatorio (islalia, alali riba df hay lesida del aparato articulator, ni de nos auditivos, ni del aparato bulbar «del pende la formacién de los sonidos. S bien de calgo que sea 3a indsion que-se pletder,Y entonaes, que os Jp determinante en esa adquisicién mnésica? No la capacidad en si de producir o percibir sonidos, que ‘era importante sobre todo cuando aprendiamos a hablar de nis, sino el valor distntiv lingtistico de los sonidos en cuestiom, Lo mismo ocurre con su pérdida en el aldsico, lo que importa no es el em Dobrecimiento. de Tos sonidos artculables 0 audi bes, sino cl de los sonidos con funcién distintiva En ello reside el verdadero origen de los trastornos de la producciino Ia comprension de sonidos. A ve- cts el afésico es capaz de emitir los sonidos. que le faltan, los cuales persisten.a menudo en-sus gestos » Chr, Lancman, 1909, p. 465, Kustst, 1934, p, 928 | | | a Roman Jakobson vyocales, pero es0 no impide que exista una pérdida Ae ator tistiativo fonemétio) en el interior de los ‘Signos arbitrarios del lenguajes. En ciertos casos Soe perdida engendra en el paciente fusiones © in [fricaciones de los sonidos entre si, y en otros su per lida irreversible: el sonido desaparece sin que nada lio recmplace, En ambos casos se pierde una distin- ‘ign. En checo, por ejemplo, Ia pérdida del fonema r entraia la de ta distineién entre r y el sonido cero {Nullaut) en el ditimo caso, entre r'y Ten el prime: for ry £ pueden confundirse (had, «villas, had, “hambre») 0 bien funcionar como variantes faculta- {ivas y conmutativas (tanto hirad como iilad pueden fer pronunciadas por el enfermo indiferentemente con una 7,0 una 2). Las archisabidas dificultades que surgen habitual ‘mente cuando se trata de describir las afasias Ila- fnadas epurase 0 «extrinsecasy, de establecer y cla- fificar sus diferentes formas y grados o de exami har y someter a tests a ciertos enfermos, caen por st propio peso si se intenta ante todo responder a 1a | pregunta siguiente: zqué modificaciones sufre en | Stina) stema fonematico, es decir, el sistema de ‘Tos valores sonoros que distinguen las significe ciones? ‘Teniends en cuenta esta pregunta, la sucesion de tos cambios resulta rigurosamente regulada, mien: tas que los trastornos articulatorios se reducen a este 0 aquel misculo fonatorio, esta o aquella serie cualquiera de sonidos (cfr. § 8). Los elementos aisla- ddos del sistema fonemético desaparecen en la afasia fonica siguiendo un orden determinado. Micntlas subsisten partes del sistema, éstas for ‘man un sistema bien ordenado, aunque empobrect do, Igual que el nifio que no se contenta con reducir Lenguaje infantil y afasia ° pura y simplemente el modelo lingifstco, sino que Aribaye nuevos valores al sistema simplificado, el afisico no se limita a ofrecer un desmantelamiento de su sistema antes mas rico, sino que incluso a ve- ces ofrece una reestructuracién. Cuando, por ejem- plo, el afésico de lengua checa examinado por Pick (1919) susttuye en su lengua materna la acen- twacién de la primera silaba por lade la penitima, convene relacionar esta extrafia modificacién con Ja tendencia simuleanca la desaparieidn de las opo- siciones de cantidad en las vocales de esta lengua. En varios momentos de In historia de las lenguas sslavas oceidentales (el polaco, y fiertos dialectos checos y eslovacos), se ha asistdo al fenémeno de pérdida de oposicién cuantitative, enlazado con el paso det acento de la primera silaba a Ia penta. Esta relacin se explica porque, cuando se pierde tuna cantidad, Ia acentuacion se vuelve naturalmen te preponderante; y precisamente Ia oposicisn entre Ja peniltima y la primera silaba favorece la acentus cidn, Las diferencias de intensidad som mas contan- dentes en el relieve de las palabras con entonacién ascendente-descendente que en las de entonacién slo descendente, y més destacadas cuando el aces to cae alternativamente sobre la peniltima y la ini ca silaba que ceando cae uniformemente sobre Ia primera. El_desmantelamiento del sistema. fonc- Initico del afasico va acompariado, pues, de un as yevio constructive que puede recordar” esta. «Fa cin de recambio reparatora» abservada innuimera- bles vetes en las formacioncs imievas del agrama % Chr, Jaxossow, O ceSskom stiche (Berlin, 192), pp. 5t yal

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