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Tesis CGayo
Tesis CGayo
VIDA Y PENSAMIENTO DE
RAÚL ECHAURI
Pamplona, 2003
Índice
INTRODUCCIÓN..................................................................5
Capítulo 1.............................................................................13
Capítulo 2.............................................................................51
Capítulo 3 ..........................................................................112
Capítulo 4...........................................................................187
Capítulo 5...........................................................................239
Capítulo 6...........................................................................315
CONCLUSIONES..............................................................366
BIBLIOGRAFÍA.................................................................376
1. Escritos de Raúl Echauri.................................................376
2. Bibliografía general........................................................382
3. Páginas web consultadas y citadas..................................395
Introducción
34Cfr. LEOCATA, F., Las ideas filosóficas en Argentina, II, pp. 312-
313.
35 TRENTO, E., Santo Tomás de Aquino <http://www.st_thaquinas.8m
.com/casares.htm> (Consulta 3 octubre 2001)
36 UNIVERSIDAD CATÓLICA ARGENTINA <http://www.uca.edu.ar
/frlauniversidad.htm> (Consulta 12 octubre 2001).
EL JOVEN ECHAURI 30
65Cfr. VÁZQUEZ, J. A., Antología filosófica argentina del siglo XX, pp.
34-35.
66 Sepich se hizo cargo de la Cátedra de Ética en la Facultad de
Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de
La Plata. Cfr. “Crónica”, Sapientia, 3(1948), p. 374.
EL JOVEN ECHAURI 45
al propio Heidegger:
El lumen naturale, la luz natural, esto es, el alumbramiento
propio de la razón, supone ya el desocultamiento de la
dualidad. Semejante cosa vale para la teoría de la luz agusti-
nista y para la medieval que, callando completamente su origen
platónico, sólo pueden encontrar su posible espacio vital en el
ámbito de la a¹lh¿qeia ya imperante en el destino de la
dualidad43.
Según Echauri, este es el único texto de la obra de
Heidegger que se refiere a la cuestión, por lo que se debería
descartar definitivamente toda similitud entre el Sein y el
lumen naturale, ya que el lumen naturale supone como
condición previa para su ejercicio el desocultamiento de la
dualidad entre el ser y el ente. Por lo tanto, la tarea del pensar
consiste en lograr decir el ser en su verdad. Heidegger
confiere al lenguaje una relevancia especial, porque revela el
ser al desentrañarlo de su presencia oculta en el ente.
El segundo capítulo de El ser en la filosofía de
Heidegger expone también un tema determinante del
pensamiento heideggeriano: la vinculación entre el ser y el
verdad del ser y para que en la luz del ser, aparezca el ente
como el ente que él es49.
Pero, a pesar de su trascendencia, el ser necesita al
hombre para manifestarse. Echauri cita a Heidegger:
¿Y el ser? Pensemos el ser según su sentido inicial como
presencia. El ser no está presente al hombre, ni
incidentalmente, ni excepcionalmente. Ser se esencia y perdura
sólo al incumbir al hombre por su exigencia. Pues únicamente
el hombre, abierto al ser, deja a éste venir como presencia. Tal
presencia necesita la abertura de un claro y queda así, por
causa de ese precisar, transferido a la esencia del hombre. Esto
no quiere decir, de ninguna manera, que el ser sea puesto única
y exclusivamente por intermedio del hombre. Por el contrario,
resulta claramente: Hombre y ser están transferidos
recíprocamente. Ellos se pertenecen mutuamente50.
Echauri aprecia en este texto la correlación
fenomenológica entre el hombre y el ser: por su parte, el
hombre está abierto al ser —explica Echauri— le
corresponde y se remite a él. El ser a su vez necesita un
resquicio para iluminarse, quedando transferido al hombre
por causa de esa necesidad. Ambos polos se requieren e
implican recíprocamente. Echauri ve aquí una muestra de
cómo la fenomenología incide en el filosofar mismo. Según
él, no se trata solamente del proceso de un método sino que
impone subrepticiamente el condicionamiento del ser al
hombre. Echauri recuerda que, con respecto al lenguaje, el
60 HEIDEGGER, M., Sein und Zeit, p. 228. Citado por ECHAURI, R., El
ser en la filosofía de Heidegger, p. 63.
EL DIÁLOGO DE ECHAURI CON HEIDEGGER 77
77HEIDEGGER, M., Platons Lehre von der Wahrheit, p. 42. Citado por
ECHAURI, R., El ser en la filosofía de Heidegger, p. 76.
78HEIDEGGER, M., Platons Lehre von der Wahrheit, p. 42. Citado por
ECHAURI, R., El ser en la filosofía de Heidegger, p. 76.
EL DIÁLOGO DE ECHAURI CON HEIDEGGER 85
párrafos importantes.
En consecuencia, Heidegger no sería enteramente
responsable de su desconocimiento, aunque tampoco pueda
ser disculpado de él sin más —sostiene Echauri— pues
Heidegger ha dirigido el reproche del olvido a toda la
tradición filosófica, y, para poder afirmar lo que dice debería
procurar un conocimiento exhaustivo de los temas y tesis de
la historia de la filosofía . Echauri también menciona a otros
104
1. Docencia e investigación
La labor docente de Echauri se desarrolló
1
que las cosas antes que nada son, y por tal motivo, el ser
señala el status ontológico más propio y peculiar de lo real.
La especulación ronda el sentido de la expresión de
Parménides toì e¹oìn, que para Gilson, Fabro y Heidegger
significaría lo que es o lo que está siendo, conteniendo
implícita la dualidad del sujeto que ejerce el ser.
Echauri traduce el fragmento 6, 1-2 del poema de
Parménides, según la edición Diels-Kranz: “es necesario
decir y pensar que el ente es; pues hay ser; la nada no es”.
Según Echauri, esta es la vía misma de la verdad, el hecho
que sorprende a Parménides y que no puede menos que
admirar al filósofo: el hecho de que el ente esté siendo. Sin
embargo, Gilson ha sostenido que el ser en la concepción de
añade:
En efecto, el esse tomista, al hacer que el ente sea, real y
efectivamente, desentraña al ente en total, no afectando por ello
únicamente al rostro eidético del ente, sino al ente en sus
entrañas mismas, de modo análogo al papel que cumple el Sein
heideggeriano49.
Entre los años 1974 y 1977 el Dr. Echauri abandonó su
querida ciudad de Rosario y se trasladó a Pamplona, donde se
desempeñó como profesor extraordinario de la Facultad de
Filosofía de la Universidad de Navarra. Impartió allí cursos
de Filosofía Medieval y de Metafísica. Los profesores y
alumnos llegaron a apreciarlo mucho por su amable sencillez,
y él, a su vez, se sentía muy a gusto en Pamplona. El Dr. José
Luis Fernández recuerda que en una ocasión le solicitó a
Echauri que diera una clase sobre Cristianismo y Filosofía.
En pocos minutos generó un clima de atención muy ameno.
Recuerda el Dr. Fernández que Echauri era una persona
2. El olvido de la revelación
La publicación del El ser en la filosofía de Heidegger,
en 1964, no significó el final de la inquietud del Dr. Echauri
por estudiar, comprender y explicar el pensamiento de
Heidegger. Otros autores habían publicado sus propias obras
antes de la aparición de aquel trabajo, lo que fue para Echauri
un estímulo que le llevó a profundizar aún más en los temas
ya planteados. La nueva obra de Echauri Heidegger y la
metafísica tomista fue publicada en 1971, y enumera en la
bibliografía los trabajos de Cerezo Galán, Corvez, Fabro,
Derisi, Gilson, Meyer, Pöggeler, Richardson, Rioux, Vattimo
y Welte, entre otros, que también aportaron sus estudios
sobre el pensamiento de Heidegger.
El libro se basa en la tesis doctoral que Echauri
defendió en noviembre de 1970, tal como le comenta a
Gilson en una carta de diciembre de ese año. El jurado
desconocía las tesis centrales del tomismo, y sus miembros le
pidieron que distinguiera las tendencias que existen en la
escuela tomista . Con estas consideraciones comienza el
65
por otro lado sostiene que sólo hay ser en tanto que existe el
hombre. ¿Cómo se puede afirmar la trascendencia del ser y,
al mismo tiempo, condicionarlo al hombre? Ante esta falta de
claridad, Fabro ha planteado una cuestión denunciando la
inmanencia del pensamiento heideggeriano, según el cual la
conciencia estaría en condiciones de determinar el ser. En
efecto, después de leer Sein und Zeit cabe preguntarse si las
cosas son como son sin el hombre. Si la realidad determina al
hombre o si éste determina la realidad. Echauri estima que el
hombre sólo hace nacer el ser de una cosa en su aspecto
lógico, pero Heidegger debería ser más explícito afirmando la
inteligibilidad objetiva de lo real, distinguiendo netamente el
orden ontológico del ser (ens) del orden lógico del
pensamiento. Aunque el sentido sólo surja en la conciencia
humana, se puede reconocer una esencia propia en el ente
86Cfr. HEIDEGGER, M., Brief über den Humanismus, p. 84. Citado por
ECHAURI, R., Heidegger y la metafísica tomista, p. 71.
87 SANTO TOMÁS de AQUINO, Summa contra gentiles, I, c. 59, n. 2.
88 SANTO TOMÁS de AQUINO, De veritate, q. 1, a. 2, según la
traducción de GARCÍA LÓPEZ, J. en Doctrina de Santo Tomás sobre la
verdad, Universidad de Navarra, Pamplona 1967, p. 167.
Heidegger —según él mismo lo dice— la verdad se remite al
espíritu humano. Formalmente hablando, se encuentra en la
inteligencia y no en las cosas; pero el fundamento mismo de
la verdad está en las cosas, pues lo que la inteligencia afirma
como verdadero se basa en el hecho de que el ente sea el ente
que él es, de una manera que es “infranqueable para el
pensamiento” , como dice Gilson.
89
existencia de un entendimiento.
126 Cfr. HEIDEGGER, M., Der Satz vom Grund, Neske, Pfullingen 1958,
p. 143. Citado por ECHAURI, R., Heidegger y la metafísica tomista, p.
160.
127HEIDEGGER, M., Introducción a la metafísica, Nova, Buenos Aires
1956, p. 124. Citado por ECHAURI, R., Heidegger y la metafísica
tomista, p. 161.
SEGUNDA ETAPA DE UNA VIDA 175
del Éxodo que revela Yo soy. Dios revela que Es, pero al no
revelar que es algo, plantea un interrogante a las mentes
habituadas a pensar en las esencias. La noción tomista que
concibe a Dios como el Ser en estado puro, sin una esencia
que lo limite y aminore, es fruto de un esfuerzo intelectual, a
partir del cual Santo Tomás ha alcanzado otras verdades de
orden racional y filosófico. Así lo explica Echauri, siguiendo
a Gilson. Primero se comprendió que en Dios no hay
distinción real o diferencia ontológica —Él es, sin esencia—
y una vez vislumbrado el esse puro, se advirtió la diferencia
ontológica en las criaturas. El resultado alcanzado
intelectualmente no se desmerece en absoluto por el hecho de
que se haya originado en una revelación. Señala Echauri:
Porque uno ama la filosofía, uno ve también con agrado cómo
la religión la ilumina y la enriquece; y la fe fecunda todo lo
humano, porque la gracia perfecciona la naturaleza y, en este
caso concreto, promueve la razón misma. La filosofía, librada a
sus propias fuerzas, no avanza en la medida de las aspiraciones
intelectuales del hombre; pero en contacto con la fe, resulta
capaz de alcanzar las verdades más altas y sin renegar en
absoluto de su peculiar status epistemológico, esto es, de su
índole propiamente racional128.
La verdad de la noción de Dios es de carácter natural y
filosófico, aunque proceda de la verdad revelada. No deja de
ser una explicación satisfactoria de lo real. En este caso, la fe
ayuda a la filosofía, y ambas resultan beneficiadas. Echauri
cita a Pablo VI, quien expresó que la fe es una “gran amiga
de la inteligencia” . 129
1 LIVI. A., Etienne Gilson: Filosofía cristiana e idea del límite crítico,
EUNSA, Pamplona 1969. La bibliografía de Gilson se puede consultar en
MCGRATH, M., Etienne Gilson. A Bibliography, Pontifical Institute of
Mediaeval Studies, Toronto 1982. Otra bibliografía, realizada por Pedro
Javier Moya Obradors, se halla en Sapientia, 41 (1986), pp. 291-305.
ETIENNE GILSON, MAESTRO TOMISTA 189
primeras tesis se sigue en tercer lugar que todo ser real
se distingue de todo otro ser real, y cada cosa posee en sí
misma un acto de existir propio y distinto de todos los
demás . A continuación, Gilson expone la consecuencia de
10
125 GILSON, E., “La paix de la sagesse”, Aquinas, 1-3 (1960), p. 45.
126 Cfr. GILSON, E., “Les recherches historico-critiques et l’avenir de la
scolastique”, Antonianum, 26 (1951), p. 44.
127 Cfr. ECHAURI, R., El pensamiento de Etienne Gilson, p. 99.
CAPÍTULO 5
c) El conocimiento
El tercero de los puntos importantes que aparecen en la
filosofía medieval es el del conocimiento humano. Echauri
señala diferencias entre las concepciones gnoseológicas de
San Agustín y Santo Tomás. Ya se ha visto que el Aquinate
asignaba al entendimiento agente la función de elaborar la
inteligibilidad de la imagen producida por lo sensible.
Mediante un proceso de abstracción, el intelecto agente
extrae una inteligibilidad que desmaterializa y universaliza lo
sensible. Esa conversión de lo sensible en inteligible es, para
Santo Tomás, una participación de la luz del entendimiento
divino. En cambio, San Agustín, sin negar el conocimiento
sensible, sostenía que el entendimiento humano está
iluminado directamente, en sus operaciones, por la luz
divina, de manera que no existe un proceso de conversión de
lo sensible en inteligible. El intelecto, por la asistencia de las
ideas divinas, ve directamente lo inteligible inscripto en lo
sensible, y también ve la verdad de sus propios juicios, pues
no sería capaz de producirla por sí solo. Por el contrario,
Santo Tomás considera que el intelecto no ve
inmediatamente la verdad de sus juicios, sino que, una vez
elaborados los conceptos, debe producir los juicios de
verdad, uniendo o separando los conceptos entre sí . 17
71GILSON, E., Les idées et les lettres, Vrin, París 1955, p. 192. Citado
por ECHAURI, R., El pensamiento de Etienne Gilson, p. 172.
72 Cfr. GILSON, E., La filosofía de la Edad Media, tomo II, p. 430.
ETIENNE GILSON, PENSADOR DEL SIGLO XX 279
97Cfr. GILSON, E., Introduction aux arts du beau, Vrin, París 1963, p.
184.
ETIENNE GILSON, PENSADOR DEL SIGLO XX 291
Tomás, porque afirma que Dios creó todas las cosas de una
vez. Sin embargo, Santo Tomás completa la noción
distinguiendo, por un lado, la creación simultánea de las
cosas de modo informe con respecto a la sustancia y, por otro
lado, la creación no simultánea con respecto a su
configuración definitiva de las cosas . 103
suareciana esencialista.
Caturelli recoge lo afirmado por el Padre Juan
Rossanas acerca de la distinción real entre esencia y
existencia. Rossanas la rechaza porque “la limitación de la
entidad existencia no puede, en realidad (...) provenir sino de
su identidad con la esencia misma” . Caturelli señala que,
129
54ECHAURI, R., “La noción del esse en los primeros escritos de Santo
Tomás de Aquino”, Sapientia, 51 (1996), pp. 59-70.
55 ECHAURI, R., “Ser y no ser en El sofista de Platón”, Sapientia, 51
(1996), pp. 327-334.
56 Cfr. SANTO TOMÁS de AQUINO, In I Sententiarum, d. 8, q. 4, a. 2.
LOS ÚLTIMOS TRABAJOS DE SU VIDA 346
60Cfr. ECHAURI, R., “La noción del esse en los primeros escritos de
Santo Tomás de Aquino”, pp. 61-62.
61 Cfr. SANTO TOMÁS de AQUINO, In De hebdomadibus, lect. 2.
LOS ÚLTIMOS TRABAJOS DE SU VIDA 348
68ECHAURI, R., “La noción del esse en los primeros escritos de Santo
Tomás de Aquino”, p. 64.
69Cfr. ECHAURI, R., “La noción del esse en los primeros escritos de
Santo Tomás de Aquino”, p. 66.
LOS ÚLTIMOS TRABAJOS DE SU VIDA 350
ratio veritatis. Unde dico, quod ipsum esse rei est causa veritatis
secundum quod est in cognitione intellectus”.
75 Cfr. FABRO, C., Partecipazione e causalità secondo S. Tommaso
d’Aquino, pp. 175-176.
76 SANTO TOMÁS de AQUINO, In III Sententiarum, d. 6, q. 2, a. 2.
“Alio modo dicitur esse, quod pertinet ad naturam rei, secundum quod
dividitur secundum decem genera; et hoc quidem esse in re est, et est
actus entis resultans ex principiis rei, sicut lucere est actus lucentis”.
LOS ÚLTIMOS TRABAJOS DE SU VIDA 352
81ECHAURI, R., “La noción del esse en los primeros escritos de Santo
Tomás de Aquino”, pp. 69-70.
LOS ÚLTIMOS TRABAJOS DE SU VIDA 354
Echauri:
Uno puede estar seguro de encontrarse en la tradición del
platonismo auténtico cada vez que las nociones de existencia y
— “El ser como luz y como acto”, Cuadernos filosóficos, 2 (1961), pp.
43-52.
— “Das Sein des Seienden bey Heidegger und Thomas von Aquin”.
Trabajo presentado en el XIV Congreso Internacional de Filosofía.
Viena 1968.
— “Sein und Nichtsein bei Parmenides, Melissus, Platon und Thomas von
Aquin”, Salzburger Jahrbuch für Philosophie, 26/27 (1981/1982)
2. Bibliografía general
— Platons Lehre von der Wahrheit. Mit einem Brief über den
Humanismus, Francke Verlag, Bern 1954.
JOLIVET, R., Essai sur les rapports entre la pensée grecque et la pensée
chrétienne, Vrin, París 1955.
LIVI. A., Etienne Gilson: Filosofía cristiana e idea del límite crítico,
EUNSA, Pamplona 1969.
OTT, H., Denken und Sein. Der Weg Martin Heidegger und der Weg der
Theologie, Evangelischer Verlag A. G., Zollikon 1959.