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REDES COMUNALES MIXE El arte, la literatura y las estéticas colectivas de la tierra Traduccidn de Yasnaya Agui En algun lugar, en algsin tiempo [...] la gente comenz6 a rascar suaves ladvillos de arcilla con varas, y después los quemaban para endurecer la superficie rascada. Y aunque ya no hagamos tales cosas muy a menudo, este gesto medio olvidado del rasgu- fio es la esencia (el eidos) de la escritura, No tiene nada que ver con construir. Es, al contrario, un retirar, una deconstruccion. ‘ VILEM FLUSSER Es de extrafiarse que, a finales del siglo xxu1, en plena explo- sion de lo que las personas esponténeamente, y en muchos lugares del mundo, comenzaron a llamar «estéticas colecti- vas de la tierra», volvamos ahora a hablar de arte y literatura. Esta voluntad de olvido parece totalmente explicable consi- no derando la dolorosa relacién que las une con el capitali en tiempos del colonialismo tardio, ese periodo de la histo- ria, hace poco mas de siglo y medio, en el que la vida humana en este planeta se volvié casi inviable. Los grandes estragos diferentes que el cambio climatico ocasioné en I: regiones del mundo y la pérdida de muchas vidas —de formas muy lacerantes y terriblemente injustas— han tenido como con- 5 actuales poco © Secuencia que las manifestaciones estéti nada quieran relacionarse con el arte y la literatura que se Produjo en la época donde se origins la gran debacle. . intencion redundar sobre lo que nuestra inter seha No es aqui la Noche Capitalista, ni debatir su nombre, sobre el llamado Ia teresantes polémicas cada cierto tiempo, Exis. eval eee andlisis sobre esa época aciaga: ya Federico rer lak en su fundamental y pionero ee Publicado hace mas de siete décadas, A Future ee e 2ist Cen- tury: How We Overcame the one of ie aie explicd los problemas del capitalismo tar ae y como egamos, con- tra toda expectativa, a esta situacion actual y a oe — en la que, en sus palabras, «el balance entre la socie ad umana y el medioambiente es algo natural». Si esta relacién armé- mice ya era concebida como algo natural y se establecié en 2097, cuando Tabellini terminé su manuscrito, hablar ahora de capitalismo y colonialismo tardios se percibe, en muchas ocasiones, como un ejercicio propio de estudiosos obsesio- nados con un periodo de evidente estupidez en el que la humanidad, en aras de un crecimiento econémico concebi- do sobre ideas ildgicas, se encamin6, inexplicablemente, ha- cia su propia extincién. Por fortuna, los novedosos circulos de historia se han empefiado en complejizar este periodo y explicar los matices que nos prevengan de hacer la lectura simplista en la que, durante el capitalismo y el colonialismo, toda la humanidad opté por el suicidio colectivo. Ahora es posible acceder a analisis complejos en los que se abunda so- bre ese periodo, las rebeliones que marcaron el inicio de un nuevo orden y cémo, lejos de |. élites enfrascad de bienes n: as grandes metrépolis y las as en el consumismo ilimit aturales limitados, sociales mindsculas, como | digen ado en un planeta la res la de los a8 y movimientos de resistence posible evitar la debacle donde las estéti stencia de estructuras Hamados pueblos in- 4 colectivista, hicieron total y crear este as colectivas de la tierr stacion mas normalizada posible d mundo actual, en a nos p arecen la ma- © ese impulso creati- vy la humanidad. ‘1 camino hacia el colapso parecia tra- ineludible, pero surgio una pequeiia posibilidad de ahora es una realidad, que ahora es la norm yode zado & Ja que vida q libradd re la k f - 8) Qauilibrada entre la humanidad y la 7 convivencia equ y la naturaleza, A humanidad que ahora se concibe como parte de ella. A diferencia de la abundante informaci6n que hay sobre el modelo social y econdmico que comenzé a desmoronar- ge hace més de ciento cincuenta afios, poco se ha hablado sobre la relacion entre las estéticas colectivas de la tierra y el arte y la literatura que se produjo durante la Noche Capitalista. Es posible que este intento por relacionarlos nos traiga criticas feroces que no estaran del todo erradas. {Qué relacién puede haber entre las manifestaciones estéti- cas actuales y el arte y la literatura que fueron funcionales ala depredacién voraz del medioambiente en tiempos del capitalismo tardfo? Ninguna, responderdn desde distintos lugares. Aunque, con justa raz6n, la Noche Capitalista ha sido tan satanizada que acusar a alguien o a algo de «capita- lista» se ha vuelto una ofensa terrible. Esta idea que flota en el ambiente actual impide complejizar sobre la diversidad de manifestaciones estéticas que existfan. El zeitgeist actual, por a: una retomar un término ya olvidado, impide que podamos ver que en pleno capitalismo tardio no todo era capitalismo, no toda manifestacién estética era arte ni toda pottica era lite- ratura. Por esta raz6n, aunque ahora las estéticas colectivas as alo que de la tierra estén tan naturali das y contrapu se llamo arte y literatura, quisiéramos hacer un ejercicio de relectura de ese periodo para lanzar un puente que, por Un sistemas | . s Ado, nos permita establecer una relacién con lo} “reativos actuales y, por otro, nos permita hacer un contras~ te entre estos y los sistemas creativos del capitalismo. Las manifestaciones estéticas durante la Noche Capitalista Convengamos que, durante la Noche Capitalista, arte crag} nombre que englobaba todas las manifestaciones €Stéticas, Por la naturaleza de nuestro trabajo, enfocado en Particulay alas Nadjxwi’nyét Y’dd Y’ayuujk («poéticas colectivas de la tierra», en una traduccion laxa desde la lengua ayuujk), nos centraremos sobre todo en la manifestacién Particular del arte que se llamé literatura. Debido a esa animadversién particular de nuestro tiempo en contra de todo lo que sea propio de la Noche Capitalista, resulta impensable que en la actualidad Hamemos arte a las manifestaciones estéticas graficas, por citar un ejemplo, o que Ilamemos literatura a las manifestaciones poéticas. Es mas, la division tajan- te en subdisciplinas que el sistema artistico planteaba no tiene ahora ninguin sentido. Arte y literatura han quedado indisolublemente ligadas al capitalismo y al colonialismo tardios, y esa relacién explica que no se les use mas para nombrar las manifestaciones estéticas de nuestros tiempos. Asi como en algtin otro momento se desprecié la poesia que se creaba en las cortes por érdenes de los monarcas, arte y literatura se leen en la actualidad como manifestaciones estéticas que hacian la corte al capitalismo, Decir que arte y literatura son capitalistas resulta, a nues- tro entendimiento contemporaneo, un evidente pleonasmo. No siempre fue asi, Hace ciento cincuenta aiios, ambas se narraban como universales y atemporales, al grado de cali- ficar como literatura a manifestaciones que evidentemente no lo eran, ya se In ro 4 por diferencias culturales © temporal is tea popular de la tradicion oral se estudiaba como mani- estacion literaria; también los Ppoemas homéricos, aunque estos se hubieran compuesto miles de afos antes del surgi- 142 ent de la literatura. Si nos acercamos con 0j05 curiosos mi > pe escudrifadores a ese periodo que deseamos olvidar, po- dremos ver que, mas alla de estas generalizaciones alas cua r ” 7 les estamos homogéene , rientes que cuestionaron y situaron el arte y la literatura de Ja epoca. En un libro casi olvidado de John Guillory, Cul- tural Capital: The Problem of Literary Canon Formation, se apunta claramente que la literatura comenzé hacia finales del siglo xviii con el surgimiento de la burguesia, es decir, acompafiando al capitalismo. Estas posturas criticas hechas en la misma época no han llegado con fuerza a nuestros dias, pero evidencian que dentro de la misma cultura de las élites hubo voces que intentaron ubicar la literatura como un fe- némeno temporal y culturalmente situado. Hubo también movimientos que intentaron dinamitar el sistema de crea- tan acostumbrados, la Noche Capitalista no fue ; durante ese tiempo existicron estructuras y co- cién del canon artistico y literario, aunque no con dema- siado éxito. Desde este punto de vista, poco tiene que ver el arte y la literatura con las correspondientes manifestaciones estéticas y las manifestaciones poéticas colectivas de la tie- rra en nuestra actualidad. A continuacién enunciaremos las diferencias que, de tan obvias, al parecer no se han enuncia- do puntualmente porque la mera comparaci6n ofende. Arte y literatura versus manifestaciones colectivas estéticas y poéticas de la tierra Para plantear una comparacién posible entre las manitesta- “ones estéticas actuales y el arte, en particular la literatura, durantela Noche Capitalista, quisiéramos tomar algunos ¢le- Mentos fundamentales del quehacer estético, y en particular el pos re Poético, desde donde establecer las principales diterenci3s- 143 y la literatura estaban totalmente relacionados con o fundamental del sistema capitalista: e| funcio. namiento del mercado; a diferencia de lo que Sucede en J, mrualidad, 1s producciones literarias y artisticas Se conver. es decir, en mercancias. Por mas extrafio E] arte un clement ‘an en productos, : andaloso que nos parezca ahora, los libros en los que se plasmaba la creaci6n literaria de una determinada Persona se convertfan en productos elaborados en serie que se ven- dian en tiendas especializadas. Estas mercancias implicaban la extraccién de insumos naturales y se incorporaban asia la cadena de produccién capitalista, tanto asi que se hablaba de una «industria editorial». En la actualidad, nos parece natu- ral que las creaciones poéticas puedan tener una gran diver- sidad de soportes fisicos o virtuales —muchos de los cuales pasan por la escritura. Estos soportes se han diversificado: escrituras que se realizan sobre arcilla a modo de esculturas, textos que tienen soportes digitales, textos que viven en la memoria de las personas, textos que pueden leerse en las in- teracciones que los sistemas de hongos realizan para mante- ner comunicados entre si a los elementos de una colonia de arboles, textos que pueden decodificarse entretejidos en las pautas de la musica que escuchamos, textos que se forman con plantaciones de cultivos y, en algunos casos, textos que viven en papeles confeccionados en pequefia produccién. Estas son solo algunas de las pocas opciones que pueden hallarse en el conglomerado de estructuras sociopoliticas mindsculas y multiculturales en que esté organizada la vida comunal de las sociedades humanas actuales. Est ci 1 ini 4 multiplicidad casi inimaginable de soportes de las manifestaciones esté ciplinas, de modo, festaciones graticas ti y ese ticas previene la segmentacion de las di por ejemplo, que la poética y las mani- © musicales se encuentran en constante sin mbiosis. Un tejido musical puede ser al mismo tiempo un 144 e¢jido postico narrativo, visual o ritual, segtin la cultura que Jo haya creado. Esto que ahora es organico a nuestras mani- festaciones estCticas, durante la Noche Capitalista era visto como una arriesgada y novedosa experimentacién interdis- ciplinaria. En contraste, casi toda la literatura se manifestaba en un soporte privilegiado, en un solo objeto que necesitaba de Ja escritura: el libro (tanto en papel como en su versién digital). Como se dijo antes, la producci6n en serie de estos objetos tenia un claro impacto en el medioambiente y se ar- ticulaba con las légicas del mercado capitalista. Si bien, el formato digital es una opcidn entre la diversidad de sopor- tes de creacién de las manifestaciones poéticas del mundo y las culturas, el entusiasmo que hace ciento cincuenta afios se mostraba por el mundo digital nos parece ahora inexplicable. De alguna manera creyeron que la materialidad del libro se veria trastocada por las posibilidades de la experimentacién estética que el mundo digital implicaba, pero perdieron de vista que los soportes digitales también dejaban una huella de carbono y que los aparatos tecnoldgicos necesarios para la existencia del mundo digital, producidos masivamente para alimentar el consumo, necesitaban insumos naturales cuya extraccién en minas a cielo abierto atentaba contra la Tierra. Aunque el soporte digital para las estéticas actuales sigue siendo utilizado, se hace de una manera organica y no deja de ser solo una posibilidad entre muchas otras. En la ac- twalidad, y en contraste con lo sucedido en la Noche Capita- lista, los soportes que existen en miles de pueblos y culturas 8uardan una estrecha relacién con las posibilidades de los enes naturales de cada entorno natural. Estas posibilidades Materiales concretas de cada ecosistema hacen que las mant- as sean una respuesta compleja a las nece- ativas y espirituales de cada sociedad y cultura, no ereane; : ore “ancias a producir para consumo del mercado. 145 Esta conexion del mundo de la creacién estéticg ae rno natural inmediato de las sociedades y culturse = ento! ; ecuencia que en varias regiones del 6 tuales tuvo como conse ‘ va mundo se le haya bautizado como

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