VE, Madrid,
rogramas. Instruccién 1/199:
1. IORTV, Madrid
me Makers (understanding
): La Infografia. FUNDESCO
5
GENEROS Y TELEVISION
El género -y por extensién, el formato- en televisién, al igual que en literatura y ci-
se, se conforma a partir de unos pocos principios bésicos que facilitan una répida com-
pronsién ~accesibilidad- entre el productor ~autor— y los espectadores ~destinatarios-.
En una primera comprensi6n del concepto, género sera cada uno de los grandes
grupos en que pueden clasificarse los programas en raz6n de su contenido tematico 0
del ptiblico al que estén ditigidos.
En este sentido, el género televisivo se presenta como marbete diferensiador, co-
mo compartimiento estanco de infrecuente interrelaci6n y sobre una diferenciacién
distintiva que tiene su origen en la preceptiva literaria, y es resultado del proceso de
asimilaci6n de la television con respecto a la literatura, especialmente manifiesta en
Jas adaptaciones de obras de la ficcién narrativa (novelas y cuentos) y de la ficcién dra-
mitica (tragedias, comedias, dramas, entremeses, sainetes, etc.), as{ como de otros gé-
neros menores tales como el articulo periodistico, el guién radiofénico y cinemato-
grafico y hasta los ensayos académicos y que, incluso, cuando desarrolla una
produccién especifica lo hard recurriendo a la dramaturgia de las artes escénicas y a
Jas formas draméticas: serial o culebrén, comedia de situaci6n, variedades artisticas,
magacine, ete.
Pero, pese a esta fuerte deuda para con las formas dramatirgicas, no han faltado
quienes han planteado la productividad del concepto “segmento” o “franja” de pro-
sramaci6n frente al de género, argumentando que en las condiciones en que se ex-
perimenta la recepcién televisiva ~de fruicién, casi siempre~el espectador raramente
oes de un s6lo programa; generalmente se es espectador durante un perfodo de tiem-
po -habitualmente rutinizado como un habito més del comportamiento- yen es lap-
so se comparten diversos discursos entreverados que conforman una secuencia hete-
rogénea formada por, quizss, el objeto de la pulsién escépica ~el programa que ha
motivado el que se convierta en espectador durante un perfodo de tiempo-, pero tam-190. Realizacién de los géneros tlevisivos
bién, presumiblemente, por fragmentos del final del programa precedente y del inicio
del que contin la emisin y entre medias, fragmentando periédicamente, discursos
comerciales publicitarios, promocionales -con fragmentos de otros programas del pro-
pio canal ¢ incluso, casi con seguridad, fragmentos de otros discursos de otras cadenas
(simultaneos en el tiempo de la emisiGn), la experiencia de la programacién horizontal,
como consecuencia de la préctica del canaleo (“zapping” y “flipping”) y es que, en de-
finitiva, la experiencia perceptiva de la televisidn poco tiene que ver con las que
hasta ahora se consideraban condiciones habituales de la recepcién de los textos li-
terarios 0 audioisuales cinematogréficos.
Nada se puede objetar; como plantea Dayan (1995:13): “incluso aquellos que como
Williams y Newcomb, pioneros en la clasificaciGn de los géneros televisivos, enfocan la
‘experiencia de visualizacién no en términos de programas distintos, sino en términos de
secuencias pautadas de estfmulos (imdgenes, capftulos, mensajes, historias) que cons-
tituyen la visualizacién de una velada, prefieren hablar de ‘franjas’ ‘flujos’..” Desde es-
ta consideracién se hace asumible la nocién de supertexto, pero a la vez se ha de admit
que ciertos programas, y ciertas circunstancias, reclaman y reciben del espectador
una atenci6n concentrada y liberada de interrupciones espurias. Dayan (1995:17) ar-
gumentard que tnicamente los acontecimientos ceremoniales ~retransmisidn de even-
tos de gran transcendencia~y algunos programas especiales disfrutan de este estatuto
de no contaminaciGn discursiva, precisamente por su cardcter de excepci6n.
Desde los intereses de los productores, los programadores y las audiencias no ha
habido jamas duda alguna sobre la diferenciacién genérica de los programas; unos y
otros no dudan en clasificar segtin diversos tipos (estereotipados por la herencia y re
laci6n con otros medios narrativos: la literatura y la radio, principalmente) y recono-
cer como modelos peculiares los informativos, documentales, deportes, seriales, va-
riedades, concursos, debates, dibujos animados, etc.
No obstante, el critetio clasificador ha sido, y atin hoy lo es, bastante acritico, por la
falta de estudios que aporten una revisién sobre las caracteristicas de esas formas, sobre
sus rasgos diferenciales, sobre las relaciones entre los diferentes géneros, sus deudas pa
ra con otros comunes o préximos y sobre sus mensajes y su forma de comunicarlos.
En el medio televisivo, el género es resultado e interés de una estrategia de la pro-
gramacién que manifiesta una tendencia a diferenciar las unidades de emisién (pro-
gramas) mas alld de las diferencias bésicas: ficci6n, informaci6n, entretenimiento 0 es
pectéculo como consecuencia de:
1) La fuerza de la costumbre de identificar y diferenciar las cosas de las que nos
valemos.
2) La necesidad de comunicar y anunciar sin ambigiledades (Ia parrilla de pro-
gramacién, las promociones, etc.
3) La pragmatica de uso (clasificacién, inclusi6n en un grupo afin, ete.)
n ocasiones, el afin clasificador levard a matizaciones extremas como las que nos
diferencian las comedias de situacin en: domcoms, kidcoms, couplecoms, comcans:
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rejas, eampesinos, latin
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Caplulo 5: Génerosy television 191
hnicoms, carecoms, etc., en virtud de que sus protagonistas sean familias, nifios, pa-
rejas, campesinos, latinos 0 negros y profesionales, respectivamente,
Adem, debemos tener en cuenta que un género es un molde postico (ret6rico) que
se configura mediante ciertas marcas y estilemas y que ¢s, a la vez, fijado y definido a lo
largo de la historia y evoluci6n del mismo sirviendo, aclemés, de referencia voluntaria y
consciente al autor. Asf mismo, el género se convierte en el horizonte del texto desde el
cual se canaliza su percepcién (decodificacién) predisponiendo la actitud del receptor.
Presumiblemente, la més fecunda aproximacién a la nocién de género estarfa en
la interseccién de lo sintéctico, lo seméntico y lo pragmitico.
El género desempefia una relacién fecunda entre quien lo produce y quien lo re~
cibe, la pragmética. Asf, desde la perspectiva de la estética de la recepeién, no s6lo el
texto se crea 0 reactualiza en st encuentro con el receptor, sino que ademés, el en-
cuentro, se convierte en factor de consideraci6n en la determinaci6n del género, y é5-
te, a su vez, se caracteriza desde la consideracién de la audiencia a la que va dirigido
y desde la del ptiblico que lo sigue y valora. Ast mismo, el género -su conformacién~
sera deudor de los fenémenos sociolgicos que concita, ya sean de aceptacién masiva
‘ode rechazo, y se convierte en préctica habitual la reorientacién formal y de contenidos
de los programas en virtud de las expectativas del mercado -ptiblico real~ que crea.
El género se revela en la intencién genérica del autor, pero solo se confirma en la
interpretaciGn genérica del lector. Desde esta perspectiva hablaremos de vigencia de
género o de géneros vigentes para referirnos a aquellos que cobran sentido para el bi-
nomio autor-espectador (sin duda habrfa que establecer otra clasificacién de vigencia
para el binomio autor-critico), Pero esta nocién basada en el reconocimiento mutuo
(autor-espectador) se complica, 0 se torna més ambigua cuando nos encontramos an-
te la posibilidad (tan frecuente en el caso de la televisiGn) de la miltiple codificacion
o de la transposicién de géneros, de forma que un mismo texto puede adseribirse a dos
aénetos distintos (segiin predomine en su recepci6n un interés u otro) o bien en un mis-
‘mo texto podemos diferenciar segmentos cuyas marcas responden a géneros diferentes.
No obstante, no deberiamos dejar de considerar que la identificacién de género por
parte del espectador (destinatario) esté fuertemente condicionada por la oferta y
las denominadas marcas de género contextuales (sugeridas por el editor, por el mer-
cado, por el consumo, por la promocién, por el gusto dominante, etc.) y que, por con-
siguiente, en la identificacién o reconocimiento de las marcas de género tendré fuer-
te incidencia la imposicién interpretativa 0 de “lectura” como consecuencia de:
1) La programacién dominante -la moda-.
2) La promocién de la cadena,
3) El éxito de género.
4) El “ranking” de audiencia -éxito—
La dimensién seméntica permitira tipificar la produccién en virtud de los conte-
los tematicos y la dimensién sintdctica contribuird a su caracterizacién en virtud de
sus técnicas de construccién discursiva (estructuras narrativas, ritmo, planificacién, ete.)192 Realizacidn de los géneros televisivos
orientando Ia dimensién de la forma o formato como un rasgo tipificador, en el caso
del medio televisivo, de rango equiparable con el de los contenidos.
5.
‘Vigencia de género
Es el mercado y sus leyes quienes acaban induciendo la vigencia de los géneros,
“cada género, una vez establecido, tiene una época de vigencia més o menos larga. Las
razones de su triunfo pueden ser muy complejas, y su investigacién s6lo corresponde
al ertico si éste se desdobla en historiador de las costumbres, de Ia evolucién social, de
la politica y del gusto.” (Lazaro Carreter, 1986:118),
En el caso de la televisiGn, el alto y complejo coste de produccin apenas permi-
te una existencia independiente del mercado, por lo que los géneros vigentes son los
que actualiza y demanda el receptor (la audiencia), cuya expectativa ha sido orienta-
da y dirigida por la promoci6n del productor. De este modo, las marcas de género se-
én consolidadas en su encuentro y reconocimiento (aceptacién) por el espectador y
se reproducen por imposicién del mercado.
El aspecto més destacable sobre la vigencia de los géneros es su mutua interrela-
ci6n, al punto de compartir discursos acabando con el rasgo original de estanqueidad
entre los géneros. Como dira Torres Nebreda (1993:76) con respecto a la produceién
literaria: “Todos los maridajes, todas las direcciones, son licitas y posibles”.
‘También en el caso de la televisi6n (no s6lo en la literatura) cada vez son més los,
ejemplos de interrelacién de género como muestra de la superaci6n de las fronteras,
“un texto determinado puede pertenecer a dos 0 mas clases de géneros (seguin pre-
domine en su recepci6n un interés u otro), ¢ incluso en una misma obra un segmento
podria catalogarse desde una marca genérica determinada y otro segmento desde otra
distinta” (Torres Nebreda 1993:69).
Asf, por ejemplo, el culebrdn (soap) atina rasgos del serial radiofnico y de la te-
Iecomedia, incluso del telefilme; la comedia de situaci6n, incorpora marcas propias del
teleteatro y de la serie; el docudrama funde la informacién (el documental y el re-
portaje periodistico) con la ficeién dramética y el magacine (programa émnibus) es el
formato ecléctico por naturaleza que atina cuantos géneros ~segmentos- imaginemos
homogeneizndolos en virtud de su inclusién en el espacio programitico (formato) cu-
yo tinico factor integrador se concreta en la figura del presentador o conductor y en ss
presentacién espectacular.
Las misma historias pueden revestirse de distintas -o no tan distintas~ marcas ge-
néricas, y las fronteras entre unos géneros y otros, en ocasiones, se adelgazan hasta casi
desaparecer, como es el caso de los reportajes periodisticos convertidos en telefilmes
que han dado lugar a un género especifico de la televisién (factions y realities), los te-
Iefilmes o miniseries basadas en un crimen o delito real, en los que (Colom, 1991:11
“los espectadores buscan la realidad en la ficci6n”,
‘A esta situacién ha contribuido la transposicién de medios (0 soportes de la ex
presién) casi siempre acompafiada de aportaciones genéricas acorde a la maxima ade
cuaci6n a las exigenci
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corde a la méxima ade-
Capttlo 5: Géneros y television 193
cuacién a las exigencias del mercado impuesta en cada medio. Asf pues, la televisién
ha recurrido con frecuencia a la novela y al teatro; también, la poesfa ha tenido su
transposicién en el cine-poema, o el video de creaci6n, el relato grafico o cémic ha
devenido en series de ficci6n y de dibujos animados; el cine ha encontrado con fre-
‘cuencia recuperaciones (remakes) convertidas en mini-series y los espacios dra-
maticos radiofénicos fueron en su dfa origen de los seriales televisivos (culebrones)
y todavfa encuentran transposiciones literales (Los desayunos de RNE-1) en las que
la propia emisién radiof6nica se convierte en materia y sustancia de la retransmisién
televisiva,
La vigencia parece reconstruirse sobre la negaciGn de la pureza de género, como
sien ese concierto de la confusién que es la televisidn (programacién), la vigencia —1a
existencia- dependiera de la capacidad de hibridarse, de contaminarse, de fundir en
combinaciones evolucionadas materias y sustancias de la expresiGn tradicionalmente
alejadas (infotainment, dramadoc, factions, dramedies, etc.) como un rasgo més de esa
estética del desalifio que sin pudor alguno, con absoluta deshinibici6n, lleva a la te-
levisién a mostrar sus errores y sus deficiencias como virtudes formales y rasgos de con-
formacién estética.
No debiera ser motivo de sorpresa, por cuanto siel impulso creador de finalidad
artistica, el que conduce a la belleza, es entendido como el logro de la armonia entre
la sustancia del contenido y la sustancia de la expresién; seguramente nunca hasta aho-
ra en la televisién hubo mayor armonfa entre un discurso programético multifrag-
‘mentado, continuo e ininterrumpido -homogeneizador de todos los microdiscursos~
¥ unos segmentos (los programas, los géneros) que en su propia naturaleza hibrida re-
flejan la diversidad y la heterogeneidad en la unidad.
5.2. Géneros marginales
Se denomina de este modo a todos aquellos cuya existencia transcurre con inde-
pendencia de su vigencia o demanda de mercado, ya sea por la iniciativa individual (van-
guardias, experimentaciones formales, etc.) 0 institucional (cine video politico, de I~
cha, etc.) e incluso aquellos que por transgredir las imposiciones del formato, o de la
programacién, ofrecen una dificultad afiadida para su programacién, e incluso para su
existencia, como es el caso de las producciones tinicas o de Ios espacios de periodismo de
investigacién dificilmente acomodables a las frecuencias constantes de la programacién,
Salvo excepciones, la produccién marginal se localiza bajo el marbete de inde-
pendiente,
El denominado cine independiente o televisi6n (video) alternativa ~que no lo es,
tanto-, apenas ofrece otra cosa diferente: géneros marginales, sin vigencia, ajenos a las
demandas del mercado y también, productos perfectamente encuadrables en cualquiera
de los géneros vigentes pero cuya produccién ha sido desarrollada al margen de los me-
canismos del mercado, Serén producciones personales (de expresién o de indagacién
formal) 0 ideolégicas -politicas— al servicio de un proyecto y deudoras del colectivo al194 Realizacién de los géneros televisivos
cual se dirigen y que podemos identificar de forma genérica como: cine poemas (video
arte) y documentales (cine directo, cine verdad, etc.).
El cine poema o video-arte (también denominado video de expresién) es el género
‘més recurrido por la produccién independiente (al igual que ocurre en el dmbito de la
literatura con la poesia), no tanto por la demanda de los posibles espectadores (su pro-
duccién al margen del mercado reduce la distribucién de estas obras a poco més
que algunos concursos o certmenes), como pot la relativa faciidad de su produccién,
casi siempre obra primeriza e inmadura, en la que cualquier titubeo expresivo, ret6-
rico 0 narrativo es no s6lo aceptado, sino convertido en virtud estética.
El documental, en cualquiera de sus numerosas expresiones, es otro de los géneros
habituales de la producci6n independiente pese a la vigencia del género en el mercado;
eneste caso, la aparente facilidad de produccién y la simplificacién de los recursos de
produccién se tornan en motivacidn creativa; sin olvidar que este género es consustancial
alla expresi6n del cine (video) ideolégico (politico, militante, de lucha, ete.)
‘También la ficcién narrativa de corte realista es otro de los géneros recurridos por
la produccién marginal o independiente (cuantitativamente le corresponde un segundo
lugar, después de los cine poemas), pese a que en esta ocasién no pueda reclamarse el
argumento de la facilidad de produccién, y es que, sin duda, se pone en evidencia que
una gran parte de la produccién marginal no lo es como actitud reivindicativa de inde-
pendencia, sino que tiene como tinico horizonte alcanzar el nivel de la produccién co-
‘mercial, convirtiendo la producciGn independiente en un cierto purgatorio personal o
etapa de entrenamiento.
5.3. Nocién de formato
La noci6n de formato surge, aplicada con especial emperio al medio televisivo, co-
‘mo complemento del concepto de género frente a un despliegue de opciones tan am-
plio que indujo a reservar el término género para designar a los grandes grupos sur-
gidos desde la clasificacién por criterio tematico o por el destinatario (ficcién,
informacién, variedades, infantiles, divulgativos, etc.) y el término “formato” para de-
signar todas aquellas variaciones formales ~del género~ producto de la mixtura, Ia
transposicidn, la multicodificacién, etc., propios del medio y de Ia actitud contempo-
nea; pero también, por la necesidad de incorporar, en el caso de los medios audio-
visuales, a las caracteristicas propias del género y vinculadas al contenido, otras con-
secuencia o exigencia del criterio constructivo (la forma), de la programacisn, las leyes
del mercado (comercializacién) y la produccién tales como la duracién, soporte de pro-
ducci6n, técnica de realizacién, etc., que ademas de caracterizar el texto en ciertos as-
pectos formales acaban por incorporarse como auténticas marcas de género.
Formato -o forma~ es la consideraci6n clasificatoria en razén de la manera en que
esta construido su contenido.
EL formato, la forma o estructura del programa, es entendida como una disposicion
‘mas 0 menos fija~o sometida a ciertas reglas- de los componentes de un cierto discurso
que pasa a convertirse, e
eramacién-, en una con
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Podemos decir que «
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54. Los géneros y Ia prc
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dia, uno de Compuesta )
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Capita 5: Géneros.y television 195
pasa a convertirse, en el caso de la televisi6n ~por imposicién de las leyes de la pro-
-maci6n-, en una constante de género, de modo que se hace indisociable la consi-
seraci6n del contenido (género) y la de la forma (formato).
Podemos decir que el formato es la materializacién concreta del género en la pro-
scamacién, y que como consecuencia de la naturaleza mecénica de la creacién au-
Sovisual, algunos de los criterios constructivos o compositivos del género (disposicién
s Ia informacién o estructura narrativa, segmentaciones o cesuras de la narraciGn, etc.)
san pasado a formar parte de los caracterizadores formales o de formato de los pro-
amas de television.
“4. Los géneros y la programacién de los ditimos aiios
Durante el primer trimestre de 1994 Ia programacién parece dar un nuevo giro res-
pecto a las apetencias de la audiencia, poniendo en evidencia la vigencia de unos gé-
netos y la obsolescencia de otros, asf como la orientaciGn de la audiencia respecto a su
aceptacién,
Se atempera el fuerte tir6n de los reality-show de la temporada anterior y las re-
transmisiones de fitbol obtienen la hegemonfa en el ranking: 17 de los 25 primeros
puestos. Tras el futbol (internacional y de liga, a partes iguales), las telecomedias de
Antena-3 se sittan entre los 25 programas més vistos, seis de la serie Farmacia de guar-
dia, uno de Compuesta y sin novio y otro de Ay sefior, sefior.
El indiscutible éxito del fitbol en la aceptacién de las audiencias no es extensible
alos deportes en general, aunque sf puede subrayarse, respecto a esta temporada, el
protagonismo de cuatro deportes muy emparejados en la ocupacién de antena (pero
‘no tanto en la respuesta de la audiencia) como fueron el fatbol (486 horas), baloncesto
(287 horas), ciclismo (300 horas) y tenis (151 horas), muy distantes respecto de la pre
sencia de otros deportes como el automovilismo (18 horas), la vela (11,4 horas) o el ka-
rate (0,15 horas). Respecto a los programas de informacién deportiva, se recupera y re-
afirma la formula magacine o de programas extensos compuestos por secciones
diferentes en las que se ofrecen restimenes, entrevistas, repeticiones de jugadas, con-
cursos, participacién e incluso humor,
El cine, los largometrajes y las series siguen acaparando los porcentajes més altos
de presencia en la antena (entre el 30 y e1 20 por 100) aunque no alcancen fécilmente
los primeros puestos del ranking.
Los programas de variedades (concursos, juegos, entrevistas, chistes y actuaciones
musicales) se hacen con un importante protagonismo en la programacién de TVE (Ho-
1a, Raffaella, Un, dos, tres, Telepasion 1994, Qué apostamos...) y algo menos en las ea
denas privadas. Los programas musicales, en la férmula de retransmisiGn diferida de
conciertos de mtisica pop-rock y especiales monogrétficos dedicados a un slo interprete
experimentan un resurgimiento notable: Julio Iglesias, José Luis Perales, Amistades
Peligrosas, Paloma San Basilio,196 Realizaci6n de los géneros televisivos
La programacién divulgativa y educativa (Luz roja, Centros de poder, El lector, La
aventura del saber, La ley del Jurado,..) tendré un tratamiento amplio en TVE con mis
del 20 por 100 de la emisién muy distante respecto de las otras cadenas (8,8 por 100 Te-
le-5s 2,5 por 100 Antena-3; 6,6 por 100 Canal+).
La produccién de telecomedias (originales, comedias de situaci6n, culebrones) ex-
perimentaré un crecimiento generalizado especialmente en Antena-3 (Farmacia de
Guardia, Canguros, Los ladrones van a la oficina, Ay sefior, seftor..) y en TVE (Vi-
Uarriba y Villabajo, Villa Rosaura, Habitacién 503).
La programacién de TVE en este afio 1994 refleja asf mismo una notable atencién
por las producciones experimentales en alta definicién (Ventana de la Paz; Suefto de
la fe velada...) y por la cobertura de acontecimientos sociales ¢ institucionales (Cam-
peonato Mundial de Futbol en Estados Unidos, Reunién del Fondo Monetario In-
ternacional en Madrid, Entrega de los Premios Goya 1994, Festival de la OTI, Sépti-
mo Centenario de la Universidad Complutense...)
Al final del afio, el balance presentado por RTVE en su memoria 1994 respecto a
la presencia en antena de los diversos géneros nos dan una idea de la vigencia y ob-
solescencia en cada una de las cadenas:
(Horas emision) | TvE-1 | TvE2 | Teles | Antena3 | Canale
Largometrajes 14350 | 18360 | 23100 | 25501 | aso
Teatro 163 28 92 10,0 =
Series 172 | 6513 | 16951 | 20812 40,0
Concursos 3634 sos2 | 7582 | ana _
Variedades ais Mid 352 | 6g =
Divulgativos 47 | 12995 | 704 | 2142 | 568.7
Musicales, 1196 4760 262 334 | 6776
Infantiles nod 8781 | 10652 | 10582 | 2558
Informativos a6 | 5973 | oar 72 | 442
Religiosos 840 640 = = =
Taurinos 126.5 149 98,6 1472 816
Deportes 3328 | 10386 | 3032 1902 8484
Otros 13657 | 13376 | 6iS.1 5950 7629
Clasificados estos datos de 1994 por géneros, nos ofrecen una imagen expresiva de
los desequilibrios en el reparto y atencién por cada una de las cadenas.
‘La misma fuente nos permite apreciar de forma grafica el protagonismo de ciertas,
series o programas expresadas por el ntimero de espacios situados en el ranking de las,
emisiones de mayor audiencia y asf mismo el resultado de ponderar esos valores
agrupados por géneros.
Al final de 1995, cinco afios después de la aparicién de las televisiones privadas y
eee J seliiieall die tor eben ciesin needles adi Vidienaas es ‘teeetmaieneen Hin) ecules ce
Figur.
Figuratros de poder, Elector, La
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Capitulo 5: Géneros y television
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Figura 5.1, Presencia en antena de los géneros (1994).
Fuente: Anuario RTVE.
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Figura 5.2. Presencia en antena de los géneros (1994).
Fuente: Anuatio RTVE.
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— mercados—se presenta
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Figura 5.3. Ranking méxima audiencia de programas (1994),
Fuente: Anuatio RTVE. Hl pene
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i méxima audiencia de géneros (1994 ‘élogo) por encontr
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Captaulo 5: Géneros y television 199
‘wercados~ se presenta ligeramente favorable para la televisién pablica y més equil
seado en las fluctuaciones de las audiencias. Antena-3 y TVE se reparten el liderazgo
<=una alternancia de hegemonias y Tele-S, bastante mds por detrés se apunta de cuan-
en cuando éxitos de audiencia indiscutibles.
La baza del éxito ha girado en torno a las telecomedias de producci6n propia al
panto que de los diez programas con més audiencia durante 1995, cinco correspondian
= telecomedias espafiolas
Médico de familia (Tele-S) 9.390.000 espectadores,
‘itbol: Espaiia-Bélgica (TVE-1) ssa000 0”
itbol: At. Madrid-Barcelona (TVE-1) 8.732000”
Boda Real (TVE-1) 8.623.000”
Cine: Poli de guarderia (TVE-1) 8.404000”
Médico de familia (Tele-5) 8.367.000 espectadores,
Lanocke de Lina (TVE-1) 8294000
{Quién da ta vez? (Antena-3) 8221000”
Médico de familia (Tele-5) 8.075000”
Farmacia de guardia (Antena-3) 8.075000 *
Cine: Regreso al futuro II (TVE-1) 7.965000”
El gran éxito de la temporada es una telecomedia producida por Tele-5 con Emi-
lio Aragén y Lidia Bosch como protagonistas: Médico de familia, programada el tltimo
trimestre del afio, se estrené el 15 de septiembre y logrd no sélo desbancar a la vete-
rana ¢ imbatida Farmacia de Guardia sino que tres de sus capftulos los situar4 entre los
diez espacios de mayor audiencia de todo el aft.
El balance final mantiene el liderazgo de TVE-1 todavfa tres puntos por delante
de Antena-3, pese a las superaciones puntuales, cada vez més frecuentes, como la del
jueves 28 de diciembre, en el que la despedida de la veterana Farmacia de guardia, en
su capitulo 169 y final llegé a alcanzar una audiencia de 1.527.000 espectadores (un
33,9 por 100 de la audiencia del dia, frente al 21,6 por 100 obtenido por TVE-1),
El examen del ranking de los 30 espacios més vistos confirma la tendencia apun-
tada ya a lo largo del afio: supremacfa indiscutible de las series espaftolas: Farmacia de
Guardia, Quién da la vez, Médico de familia y Pepa y Pepe, copando 18 puestos entre
las dos primeras. Aparte de las series, figuran en el ranking: tres partidos de ftitbol in-
termacional, La noche de Lina, un especial con Lina Morgan dirigido por Valerio La-
zarov para TVE-1 emitido el dia 25 de diciembre y que se hizo con el 53 por 100 de la
audiencia -8.294,000 espectadores-, la retransmisiOn de la “Boda Real”, la entrevis-
tade Ifiaki Gabilondo al presidente Felipe Gonzélez y el telediario del dia 18 de mar-
zo, vispera de la boda real.
‘Tras varios intentos fracasados (Habitacién 503, Villa Rosaura, Aqué hay negocio
y Elsex6logo) por encontrar una formula de telecomedia para TVE capaz. de competit
on las producciones de Antena-3 Farmacia de Guardia y Ay, seftor, sefor, se produ-200 Realizacién de los géneros televisivos
ce y programa durante el afio 1995 la serie Pepe y Pepa, dirigida por Manuel Iborra y
con VerOnica Forqué como protagonista y “gancho” para la au Tras 34 capi-
tulos, consiguen por vez primera ponerse a la altura, en cuanto a la audiencia, de sus
rivales, obteniendo en algunos de sus episodios cifras de 6,5 millones de espectadores
(em la emisién de su despedida, de la primera entrega, logré superar la audiencia de Ay
sefior, sefior). La clave del éxito quizés residié en lo novedoso de la férmula, que se Se
paraba del naturalismo costumbrista para crear un producto hfbrido entre el com
tumbrismo y la caricatura (esperpento) con evocaciones de dos grandes éxitos de Ia te
Iecomedia norteamericana tales como Rosseane y Enredos.
Las iiltimas cifras correspondientes al primer trimestre de 1996 apuntan de nuews
una fluctuacién que en algunos casos puede entenderse como fruto del agotamiento d=
Ia formula y en otros como efecto de curiosidad en el arranque. Se consolida la formula
del reality “atemperado” tanto por parte de Quién sabe dénde como por Lo que ne-
cesitas es amor (y més recientemente por el tiltimo show de la factorfa Gemio Sorpresa,
sorpresa). Se afianza en el liderazgo apuntado Médico de familia y, sin embargo, no aca-
ba de funcionar Yo, una mujer, que aun partiendo con visos de telecomedia de quali-
16 su exceso melodramitico, més propio de los culebrones de sobremesa no consigue
nj acercarla al tono de las series hegeménicas. Y una vez més se confirma el conser-
vadurismo de las audiencias al reconocer, sin discusi6n, dos formulas y dos profesio-
nales de Ia eterna historia de la televisién: Lina Morgan en un show personal (tele-
comedia) de titulo Hostal Royal Manzanares y Chicho Ibafiez Serrador con un nuevo
concurso, El seméforo, con los valores de su formula: participacién intrascendente, co-
reografias, azafatas simpaticas, dinamismo, humor blanco, etc. Y aunque viviendo en
su periferia (es decir, sin incidencia en los rankings estatales) se confirma el éxito de
Goenkale, un serial 0 culebrén de la televisi6n del Pais Vasco, ETB, que més que un
logro televisivo se convierte en fenémeno social por la implicacién que consigue con
la juventud y los problemas reales que se viven en la autonomta (lingiiisticos, sociales,
laborales, politicos, etc.)
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