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Osvaldo Contreras Strauch DERECHO DE SEGUROS LEGALPUBLISHING AGT Veve Ue) INTRODUCCION GESTACION DE LA Nueva Ley CHILENA SOBRE CONTRATO DE SEGURO (1990-2013) 1. El proyecto original y sus frustrados avatares legislativos. Revisiones posteriores. En abril de 1990, el autor de esta obra toms la iniciativa de sugerirle al entonces recién asumido Superintendente de Valores y Seguros, don Hugo Lavados Mon- tes, la conveniencia de preparar un proyecto de ley para actualizar las normas del C.Com., que en materia de seguros habian quedado por completo al margen de la enorme evolucién que habfa experimentado la actividad y el contrato de seguro en todo el mundo, a lo largo del siglo y medio que llevaban en vigencia, Luego de una primera entrevista, la sugerencia se materializé en una carta que enviamos al Superintendente el 11 de abril de 1990, quien en definitiva la aceptd, procediendo a formar una comisién redactora integrada por un grupo de abogados especialistas en el ramo. Dicha comisién quedé constituida por los abogados sefio- res Juan Achurra Larrain (Q.E.PD,), Sergio Baeza Pinto, Presidente (Q.E.PD.), Osvaldo Contreras Strauch, Francisco Gazmuri Schleyer, José Tomas Guzman Salcedo', Oscar Andrés Illanes Edwards, Juan Eduardo Infante Barros, Aurora E.PD.), Ricardo Peralta Valenzuela, Gonzalo Quiroga Riobé y Juan José Vives Rojas, todos reconocidos Laneza Menéndez, Luis Herndn Merino Espifieira (Q. especialistas en el Derecho de Seguros. Actué como secretario de la comisién el abogado de la Superintendencia don Fernando Pérez Jiménez. La primera reunién se celebré el 7 de junio de 1990. 1 Se integrd poco tiempo después de que la Comisién habia empezado a funcionar. 14 Irropuccion EI Profesor Sergio Baeza Pinto, que la presidfa, fallecié repentinamente, a ratz de lo cual, en la Décimo Cuarta Reunién, el autor de esta obra fue designado Presidente en su reemplazo, con fecha 10 de enero de 1991. La comisién dio término a su trabajo en la Reunién Quincuagésima Sexta, efectuada el 20 de agosto de 1992, entregando al Superintendente un anteproyecto de ley que, ademas de modificar el Titulo VIII del Libro Segundo del Cédigo de Comercio, reemplazdndolo enteramente, y de revisar algunas normas del Titulo VII de su Libro Tercero, sobre el seguro maritimo, modificaba también el D.EL. N° 251 de 1931, en aspectos que por entonces interesaban a la Superintendencia, varios de los cuales fueron recogidos en otras leyes dictadas con posterioridad; y también modificaba el Cédigo Penal en materia de fraude al seguro, parte del proyecto esta tiltima, que fue redactada a peticién nuestra por el distinguido pro- fesor de Derecho Penal don Alfredo Etcheberry Orthustegui. Convertido en proyecto de ley, el texto redactado por la comisién fue enviado por Mensaje del Ejecutivo con fecha 27 de Julio de 1993, dirigido a la Camara de Diputados (Mensaje N° 206-326). No logré avance alguno. Varios intentos frustrados por reactivar la iniciativa se sucedieron en los afios siguientes. En 1995, siendo Ministra de Justicia dofia Soledad Alvear, se obtuvo su apoyo para reimpulsar el proyecto de 1993, previo a lo cual se efectué una revisin de sus hormas?, pero reingresada esta versién remozada a tramite legislativo, finalmente fue retirada por el mismo Poder Ejecutivo, a mediados del 2000, en el contexto de una reordenacién de la agenda legislativa (Oficio SEGPRES 10-342, de 5 de Junio de 2000). En Diciembre de 2003, el Ministro de Justicia de la época, don Luis Bates Hidalgo, se interesé en revisar el proyecto y actualizar sus disposiciones, con el objetivo de reimpulsar la iniciativa y reiniciar su tramitacién legislativa. ‘Acsos efectos, volvieron a revisatse y a ser actualizadas algunas de las normas del texto anterior del proyecto’, pero finalmente, después de un proceso que se 2 Al efecto se organizaron dos reuniones (el 23 y el 30 de mayo de 1995), en las que participaron, la abogada del Ministerio de Justicia dofia Mimi Esquivel Usreras, y los miembros de la Comisién Redactora del proyecto original don Juan Achurra Larrain, don Ricardo Peralta Valenzuela, don Gonzalo Quiroga Riobé, don Fernando Péter Jiménez y el autor de esta obra, agregéndose en esta oportunidad don Sergio Arellano Teurriaga. 3 En esta segunda revisién participaron los abogados don Ricardo Peralta Valenzuela, don Ricardo Sateler, don Sergio Arellano y el autor de esta obra, y contribuyeron en las especialidades de reaseguro y derecho maritimo don Alejandro Acufia y don José Tomés Guzman, respectivamente, Osvato CONTRERAS STRAUCH [ extendié hasta fines de 2005 y que exigié ingente trabajo adicional, tales gestiones no fructificaron. 2. La mocién parlamentaria de 2007 y su tramitacién legislativa. Perseverando en la idea de sacar adelante el proyecto, a pesat de los frustrantes procesos anteriores, el autor de esta obra buscé una via alternativa: presentar el proyecto como una iniciativa parlamentaria, a objeto de lo cual tomé contacto con el Diputado Sefior Jorge Burgos Varela que se interesé vivamente en presentarla como mocién parlamentaria en la Cémara baja, a efectos de lo cual convencié de patrocinarlo a un selecto grupo de diputados, tarea en la cual lo acompafié su colega Edmundo Eluchans. En preparacién de esta iniciativa revisamos una vex més el texto del proyecto, introduciéndole algunas modificaciones y nuevas actualizaciones en seguimiento de las més modernas tendencias del Derecho de Seguros en el mundo, cuya evolucién seguiamos muy de cerca, en el seno de la Asociacién Internacional de Derecho de Seguros (AIDA), de la cual en ese momento detentébamos el cargo de Presidente de su Comité Ibero Latinoame- ricano (CILA). Preparada de esta forma, la mocién parlamentaria fue ingresada al Congreso el martes 10 de Julio de 2007, con la firma de los Diputados sefiores Jorge Burgos, Alberto Cardemil, Edmundo Eluchans, Sergio Ojeda, Patricio Vallespin y Mario Venegas, y de los ex Diputados sefiores Juan Bustos, Marcelo Forni, Rendn Fuentealba, y Eduardo Saffirio, quedando registrada con el Boletin N° 5185-03. El texto de la Mocién era el siguiente: “Mocion PROYECTO DE LEY SOBRE CONTRATO DE SEGURO Cuando el 5 de octubre de 1865, el Presidente Don José Joaquin Pérez envid al Congreso Nacional el proyecto de ley sobre Codigo de Comercio, al referirse al Titulo VIII de su Libro Il, sobre contrato de seguro, no pudo dejar de hacer presente en el Mensaje, con orgullo, que “bastard a excitar vuestra atencién el conocimiento de que muchas de las naciones europeas carecen hasta hoy de leyes sobre esta impor- tante materia y que ella es completamente nueva en el pais”. Este comentario era vigurosamente cierto. Pero han transcurrido desde esa fecha mds de ciento cuarenta afios y todavia siguen rigiendo dichas normas, sin modificacién ni actualizacién alguna, a pesar de que el seguro ha experimentado una notable evolucién a escala nacional y mundial, de tal modo que poco a poco la realidad contractual se fue distanciando del contenido de las 16 InrRopUCCION normas del Codigo de Comercio, las que en algunos casos se convirtieron en insuficientes, erréneas o decididamente inaplicables. Llevado de la mano por la libertad contractual, que preside todo el derecho privado, el contrato de seguro fue supliendo esas carencias, sobre la base de las estipulaciones contenidas en las cléusulas de las pélizas, hasta tal punto que llegs un momento en que se formé una realidad jurtdica al margen de las normas del Cédigo. Desde hace muchos ahos los agentes del mercado de seguros y los especialistas han venido propiciando la urgente necesidad de actualizarlas, poniendo de relieve que en esta materia el divorcio entre la ley y la realidad econdmica es fuerte hasta tal punto, que se han ido formando costumbres que van, incluso, contra el texto expreso de la ley, pero que son estrictamente observadas por las partes, porque los contratos que se ajustan a dichas costumbres, pero no a la ley, obedecen a una necesidad econdmica prdctica imperativa. En abril de 1990, la Superintendencia de Valores y Seguros se hizo eco de la opinién generalizada y formé una comisiin de especialistas, redactora de un anteproyecto de nueva ley sobre contrato de seguro, que fue presidida en un comienzo por el Profesor Sergio Baeza Pinto, y asu muerte por el Profesor Osvaldo Contreras Strauch, la que inicié su trabajo en junio del mismo afto y lo concluyd en agosto de 1992, entregando un texto que, a través del Ministerio de Justicia, fue enviado al Parlamento en 1993. Sin embargo, a proyecto no registré avance legislativo alguno, hasta que en el afio 2000 fue retirado por el Ejecutivo en el marco de un reordenamiento de la agenda legislativa. En el ao 2003, el Ministerio de Justicia decidié reimpulsar esta iniciativa, y nombr6 una comisién para que revisara y actualizara el referido anteproyecto, teniendo en cuenta los tltimos avances que registra la disciplina del Derecho de Seguros en el mundo, la que finalizé sus labores en agosto de 2004, Dicha nueva versién comenzd aser revisada en el seno de la Superintendencia de Valores y Seguros, pero la iniciativa no progresé posteriormente, Sobre la base de todos estos antecedentes, el reconocido especialista, don Osvaldo Contreras Strauch, profesor de Derecho Comercial y Presidente del Comité Ibero- latinoamericano de AIDA (Asociacién Internacional de Derecho de Seguros), ha elaborado un anteproyecto de ley que incorpora los tiltimos avances en la doctrina y la legislacion mundial, sobre la base del cual se estructura, esencialmente, la presente mocién. Este proyecto viene, ast, a continuar el camino abierto por otras iniciativas legales recientes de gran importancia en materias propias del derecho comercial y econdmico, que ya se han materializado, como las modificaciones a la ley de proteccién al con- sumidor, a la ley de defensa de la libre competencia, la ley sobre arbitraje comercial internacional y la ley sobre la competencia desleal. OsvaLbo CONTRERAS STRAUCH ic Creemos firmemente que la actualizacién constante de la legislacién debe ser, en gene- ral, preocupacién prioritaria en paises como el nuestro, regidos por elsistema ‘continental’ hela ley escrita, sobre todo en aguellas materias que guardan relacién con el gjercicio de actividades econdmicas relevantes para el desarrollo de nuestras instituciones. En particular, es indispensable que nuestra legislacién de seguros se ponga a tono con la de los patses a quienes nos vinculan nuestras crecientes relaciones econdmicas internacionales”. Ingresado de esta forma, careciendo de urgencia, el proyecto de ley avanzé en la Camara de Diputados con lentitud, logrando, eso si, recibir diversas indicaciones formuladas por el Gobierno, originadas en la Superintendencia de Valores y Seguros. En agosto de 2010, el proyecto de ley recibié un fuerte espaldarazo del Poder Bjecutivo, al asignarle éste el cardcter de urgencia a su tramitacién. Paralelamente procedié a retirar las indicaciones formuladas por el Gobierno anterior, presen- tando otras nuevas. Incidié decisivamente en este crucial respaldo, el impacto del fuerte terremoto del 27 de febrero de 2010* La Cdmara de Diputados remitié el proyecto al estudio particular de la Comi- sign de Economfa, donde fue analizado con detalle, recibiendo algunas indicaciones importantes, hasta que con fecha 6 de agosto de 2011 fue aprobado en Primer ‘Trdmite Constitucional. En el Senado, el proyecto fue analizado por los senadores integrantes de la Comisién de Hacienda, mds sus asesores, altos funcionarios del Ministerio de Hacienda y de la Superintendencia de Valores y Seguros, el profesor de Derecho Comercial Roberto Rios y el autor de esta obra, logrindose un texto de consenso en enero de 2013, que la citada Comisidn envié a la Sala del Senado que lo aprobé en Segundo Tramite Constitucional con fecha 5 de marzo de 2013. Afortunadamente, en ese momento Ia tramitacién finalizé aceleradamente porque tan sdlo una semana después, con fecha 12 de marzo de 2013 la Sala de la Cémara de Diputados, conociendo del proyecto en Tercer y tiltimo Trdmite Constitucional, aprobé integramente las modificaciones introducidas por el Senado, remitiéndose al dfa siguiente el texto aprobado al Presidente de la Repti- blica, quien con fecha 15 de marzo contest6 el respectivo oficio con que le habia 4 Bl quinto de mayor intensidad registrado en la historia, s6lo superado por el ocurrido el 22 de mayo de 1960, que también afecté a Chile y que ostenta el cardcter de ser el mayor de que se tenga noticia y registro en el mundo. No es de extrafiar que las catdstrofes naturales influyan en la legislacién de seguros. Quiz el mejor ejemplo esté dado por la ley de seguros de Australia (Insurance Contract Act de 1984), que dedi algunas disposiciones al seguro de inundacién (flood), lo que no se da en ninguna otra ley del mundo. Eile se debe a que periddicamente las inundaciones que afectan a amplios sectores de la geografia de ese enorme pais, sobre todo en el Estado de Queensland son de efectos muy ruinosos y abarcan a veces zonas de una extensién comparable a la mitad de Europa. 18 Inrropuccion sido enviado, mediante otro en el cual declard que no harfa uso de su facultad de veto. El Tribunal Constitucional le presté también su aprobacién, de lo que quedé constancia el 9 de abril, publicdndose en el Diario Oficial como ley de la Republica, con fecha 9 de mayo de 2013, bajo el N° 20.6675. 3. PRINCIPALES CARACTERISTICAS FE. INNOVACIONES QUE INTRODUCE LA NUEVA LEY La ley reemplaza en su totalidad el Titulo VIII del Libro II del Cédigo de Comercio, que trata del seguro en general y de los seguros terrestres en particular (articulos 512 al 601). Se estructura sobre la base de reconocer, en su articulo 544, la clasificacién universalmente aceptada, que distingue entre seguros de dafios y seguros de per- sonas, proporcionando en primer lugar normas generales 0 comunes a todo tipo de seguros (Seccién Primera), regulando —luego— de manera especifica, los seguros de daitos, sean estos reales 0 pattimoniales (Seccién Segunda), y finalmente los seguros de personas (Seccién Tercera), La ley introduce algunas modificaciones menores al texto legal que rige a los seguros maritimos (Titulo VII del Libro III del C. de C.), pero una de ellas tiene gran importancia: las normas generales que contempla la Seccién Primera del Titulo VIII del Libro II establecidas por la nueva ley pasan a ser aplicables al seguro maritimo, salvo que tengan una regulacién especial diferente en dicho Titulo VII del Libro III. ‘También contiene un par de modificaciones al D.EL. 251 y finalmente, in- troduce en el Cédigo Penal la figura del fraude al seguro, que nuestra legislacién no contemplaba. Sus principales caracterfsticas son las siguientes: 1. Es una ley inspitada por el propésito de brindar proteccién a los pequefios y medianos asegurados, lo que se traduce en una multiplicidad de normas que los favorecen®, las que ademas tienen cardcter imperativo, con el propésito de evitar que dichas normas legales protectoras de los asegurados puedan set convencional- mente eludidas. El principio anterior solo reconoce como excepciones, la primera > Luego de publicada la ley en el Diario Oficial, recibimos dos cattas de agradecimiento por nuestra participacién en la gestacién de esta ley, una del Diputado don Jorge Burgos Varela, en nombre de los parlamentarios que presentaron la Mociéa, y otra de fecha 29 del mismo mes, de parte del Sr. Ministro de Hacienda (8), Sr. Julio Dittborn Cordua, que lleva la firma tambign de dofia Rosario Celedén Férster, Coordinadora de Mercado de Capitales de dicho Ministerio, que puso un especial empefio en sacar adelante la Ley durante su tramitacién en el Senado (Vid. Documentos 9. y 10.)- 6 Son mis de cuarenta, 7 : | i ‘Osvaino CONTRERAS STRAUCHL 19 do las estipulaciones contractuales sean més favorables que las legales para los seegurados, yen segundo término, en el caso de que se trate de seguros de grandes riesgos, en los que la proteccidn del asegurado es innecesaria”, 2, Es una ley “pedagégica” en el sentido que se preocupa especialmente por definir los términos usuales comunes, para facilitar la comprensién de las institu- ciones del derecho de seguros y la interpretacién de las normas que utilicen dichos conceptos, en aras de la seguridad o certeza juridicas®. ‘A esos efectos, la ley dedica un articulo especial, el 513, pero su intencién cual de conceptualizar no se agota en éste, ya que a lo largo de todo el articulado, se definen muchas otras instituciones del derecho de seguros. Incluso antes de entrar en vigencia la ley, la decisién de haber optado por definir las principales instituciones del Derecho de Seguros ha demostrado haber sido acertada: los nuevos modelos de péliza inscritos en el Depésito de Pélizas a cargo de la SVS hacen suyas, por regla general, las definiciones que contempla la nueva legislacién. 3. Flexibiliza la formacién del contrato, que pasa a ser consensual y cuya existencia y condiciones se pueden acreditar por todos los medios de prueba que contemplen las leyes, siempre que exista un principio de prueba por escrito, que emane de cualquier documento que conste en telex, fax, mensajes de correo electrénico y, en general, cualquier sistema de transmisidn y registro digital 0 electrénico de la palabra escrita o verbal, lo que abre la puerta para todos los modernos sistemas de contratacién “a distancia’. Asimismo, para que el asegu- rado pueda presentar informadamente su propuesta de celebrar el contrato al asegurador, este Ultimo debe poner en su conocimiento todos los antecedentes necesarios para individualizar la cobertura y las demds condiciones de la péliza, evitando asf que el asegurado contrate a ciegas. Tanto esta informacién previa a la propuesta como las modificaciones a una péliza en vigencia deben hacerse Por escrito. 4, La ley tiene el propésito de que el asegurado reciba informacién adecuada, tanto al momento de contratar, durante la vigencia del contrato y especialmente en caso de siniestro. Para ello prescribe que el asegurador en caso de contratacién Segiin més adelante veremos, este propésito no ha sido completamente logrado por la nueva ley. 5 Laidea de introducir un arrfculo que recogiera los conceptos o definiciones mas usuales relacionadas con el contrato de seguro fixe acordada undnimemente por los miembros de la comisién redactora del proyecto original, en la segunda sesién, de fecha 12 de julio de 1990, dejéndose constancia en actas que ..."para ello se tuvo presente que las definiciones buscan unificar el significado de los conceptos biisicos en materia de segutos, evitando contemplar en la ley la posibilidad que se les dé una significacién distinea, salvo voluntad en contrario de los contratantes”, 20 IntRoDUCCION directa o por intermedio de sus agentes de ventas, estd obligado a prestar al ase- gurado asesorfa sobre los seguros que convienen a sus necesidades y durante toda la duracién del contrato, especialmente cuando ocurra un siniestro, respondiendo de los perjuicios que se deban a mal servicio, lo que complementa la regulacién actual, que en el D.EL. 251 establecta esta obligacién sdlo pata los corredores de seguros. 5. En materia de solucién de conflictos y con la finalidad de permitir un mejor acceso de los asegurados a la justicia, sobre todo en caso de conflictos en los cuales el costo de un arbitraje puede constituir un obstaculo para ello, la ley establece que, sin perjuicio de que la regla general es el arbitraje, el asegu- rado puede optar por acudir a la justicia ordinaria en las disputas por siniestros de un monto inferior a UF. 10.000. Ademés, se determina que serd tribunal competente para conocerlos, el ordinario o arbitral que corresponda al domi- cilio del asegurado, lo que pone término a una situacién muy injusta para los asegurados de provincia, que estaban obligados a litigar en Santiago, por los pactos de prdrroga de jurisdiccién contemplados en las pélizas, los que ahora no podrén estipularse. 6. Valida seguros que antes la legislacién no aceptaba, como la cobertura de lucto cesante 0 de “pérdida de beneficios”, la de siniestros originados por culpa grave del propio asegurado, los seguros a valor de reposicién, etc., y establece normas particulares para algunos de los més importantes seguros reales y patrimo- niles, entre estos iltimos al seguro de responsabilidad civil, en el cual la quiebra, muerte, imposibilidad 0 inactividad del asegurado no afectan los derechos del tercero a la indemnizacién, porque el asegurador debe pagarle la indemnizacién a dy no al asegurado; y al de caucién, cuya eficacia se refuerza al establecerse que el asegurador puede pagar al acteedor no obstante las excepciones o defensas que oponga el asegurado (art. 582); se consagra legalmente, ademds, el seguro de cauci6n a primer requetimiento en cuyo caso la indemnizacién deberd ser pagada en el plazo establecido en la péliza, no obstante, la aparicién de excepciones por parte del afianzado, 7. Se regula apropiadamente el contrato de reaseguro, particularmente en lo concerniente a que 1) servirdn para interpretarlo los usos y costumbres interna- cionales; 2) se admite la posibilidad de que en él se convenga que los pagos por siniestros se hagan directamente por el reasegurador al asegurado; y que en caso de siniestro el asegurador directo ceda al asegurado los derechos que emanen del reaseguro para cobrarle al reasegurador; y 3) se acepta que las partes podran acordar que las controversias sobre reaseguros se resuelvan conforme a las normas sobre arbitraje mercantil internacional previstas en la ley chilena. svai0 Conrrenas STRAUCH 21 8, Regula apropiadamente a los seguros de personas, muy especialmente el se- guro de vida, normando instituciones que se regfan solamente por las clausulas de Ias pélizas, como las diversas situaciones relacionadas con la figura del beneficiario, Ia indisputabilidad, la cobertura de suicidios luego de transcurrido un plazo de vigencia de la péliza (dos afios) y al igual que las legislaciones més modernas, exige elconsentimiento del asegurado cuando éste es un tercero y prohibe la contratacién de seguros de vida sobre la cabeza de menotes ¢ incapaces. 9. Por tiltimo, es ciertamente destacable, también, la introduccién de la figura del “fraude al seguro” en el Codigo Penal, ya que hasta la fecha lo tinico que estaba directamente penado era la contratacién dolosa de seguros, por lo que Jos casos mas frecuentes, que son justamente aquellos en los cuales se intenta cometer 0 se comete fraude al cobrar una indemnizacién, no estaban penados, lo que obligaba a recurrir a la figura genérica de la estafa. A propésito de esto es digno de destacar que se sanciona penalmente, incluso el intento de cobrar n (con una pena menor), lo que remedia la si tuacién anterior en la que muchas veces el asegurador pagaba la indemnizacién dolosamente una indemnizaci sélo con la finalidad de poder perseguir penalmente el cobro doloso en calidad de consumado. Hay muchisimas otras innovaciones dignas de ser destacadas en Ia ley 20.667. Las iremos estudiando més adelante, durante el andlisis sistematico de sus dis- posiciones, 4, FUENTES DE LA NUEVA LEY. CRITICA Fuera de las pocas normas titiles del texto antiguo del C.Com. de 1865, fueron fuentes principales de la nueva ley chilena sobre contrato de seguro, la ley espafiola de 1980; la ley francesa de 1936, varias veces modificada e inserta hoy en dia en el Code des Assurances; la nueva ley alemana de noviembre de 2007, que entré en vigencia el 1° de enero de 2008, cuyo texto fue ordenado traducir al castellano por el Congreso chileno; la ley colombiana de 1971, y en menor medida, la ley argentina de 1967, la italiana de 1942, la belga de 1994 y la mexicana de 1935. Pensamos que, de la misma manera que las antiguas normas del Cédigo de 1865 que nos ha regido hasta ahora habian Ilegado a ser de las mds atrasadas y obsoletas del mundo, las de la nueva ley resisten en buen pie, la comparacién con aquellas que disfrutan la fama de ser consideradas como las mejores legislaciones del mundo. No en vano las ha tomado como inspiracién para muchas de sus disposiciones y ha tratado de mejorar aquellas en que existfa la conviccién de que era posible una solucién mejor o expresar una regla de mejor manera. 22 INTRODUCCION Peto a pesar de sus indudables aspectos positivos, admite eriticas, incluso las del autor de esta obra, que a su vez lo es del texto de la mocién con la que el proyecto ingresé a trémite legislativo en el Parlamento: nada hay perfecto; ya lo decian con acietto y prudencia, ilustres legisladores como don Andrés Bello y don José Gabriel Ocampo. No tenemos la menor duda que, habiéndose atrevido a definir sino todas, gran parte de las instituciones del derecho de seguro (no sélo en el mencionado art, 513), en cada una de ellas se podra encontrar defectos o sostener con mayor 0 menor acierto, que habfa alternativas de definicién mejores (0 que lo mejor era no haber intentado ninguna definicién). Por otta parte, ellistado de las obligaciones del asegurado y el asegurador puede ser estimado repetitivo con las normas que regulan dichas obligaciones, y el del tiltimo omite dos obligaciones que figuran en otras. No nos parece enteramente justificable la diferencia que permanece en el tra- tamiento de algunas materias conforme a las reglas generales de la Seccién I del Titulo VIII del Libro I y las normas especiales que contiene respecto a ellas el Titulo VII del Libro Ill, que regula al seguro maritimo, que no son suficiente- mente explicables por el “particularismo del derecho maritimo”. Particularmente nos parece inapropiado e injustificado, que un tema tan importante como la de- claracién precontractual de los riesgos tenga un tratamiento distinto en el seguro maritimo al del régimen general. No obstante el empefio puesto en cuidar la correcta redaccién castellana, no ha sido posible evitar que algunas normas hayan sido aprobadas con un texto que podrfa haber sido mejor. Hay, ademas, un error en el texto publicado de la ley, que el texto aprobado por el Parlamento no contiene. En efecto, el texto del inciso tercero del art. 525 dela ley publicado dice: “errores, reticencias 0 inexactitudes SOBRE EL contrarante”, en circunstancias que se trata de los errores “DEL contratante”, o sea, los cometidos por dl, El texto que ambas ramas del Congreso aprobaron, estaba bien, no contenta el ertor, y segtin hemos podido detectar, en los antecedentes registrados sobre la tramitacién de esta ley (BOLETIN 5185-03), el error se generé en la remisién, por la Camara de Diputados al Presidente de la Reptiblica, del Oficio N° 10.657 de 9 de abril de 2013, comunicdndole la aprobacién final de la ley. Todos los esfuerzos que hemos empleado para corregir esta situacién, que oportunamente advertimos, no han tenido éxito. Por otra parte, nos parece muy reducido el campo de los seguros de grandes riesgos a los que no se aplica la imperatividad de las normas legales protectoras de los asegurados. En efecto, el inciso segundo del articulo 542 regula los deno- ‘Osvaino Conmnenas Srrauctt 3 minados “seguros de grandes riesgos”, a los cuales no se les aplican dichas normas protecroras, las que, cabe recordar, pasan a ser de carécter imperative. Pero el limite ha quedado demasiado bajo y por lo tanto serén muchas, mas de las que debieran, las pélizas que se podrdn contratar en formatos no aprobados ni sujetos al control de la autoridad y a las que no les seran aplicadas dicha normas protec- toras imperativas?. A lo anterior hay que agregar que se atribuye la calidad de grandes riesgos a todos los seguros de Casco y Transporte Maritimo y Aéreo, en citcunstancias que, sobre todo en las dos ultimas categorias, se celebran infinidad de contratos de pequefios seguros a favor de personas naturales o juridicas de nulo o muy escaso poder de negociacién. El resultado de lo expresado en relacién a este punto serd que los afectados tien- dan en ese caso a utilizar la Ley de Proteccién del Consumidor, en circunstancias que el propésito era establecer una ley de seguros equilibradamente protectora y justa, que hiciera innecesario recurrir a aquélla. Por iiltimo, la norma penal que define la nueva figura del fraude al seguro cometido al reclamar una indemnizacién, no tiene a nuestro juicio una redaccién felizy no fue redactada por un especialista!®, Nosotros tampoco lo somos, de modo que concedemos el beneficio de la duda y atin mds, de la divergencia. Sin embargo, el proceso de gestacién de una ley es muy complejo, Intervienen muchas personas sin conocimientos especiales en el ramo de que se trata, con todo el derecho a opinar, porque lo hacen en el desempefio de las funciones consti- tucionales a que estan obligados. En otros casos se ponen en juego argumentos que estén encaminados a proteger determinados intereses. Sin embargo, justo es decirlo, muchas veces esas intervenciones generan debates que conducen a aprobar mejores ideas 0 a perfeccionar las que los proyectos proponen. En ottos casos no esas yel texto final es inferior al propuesto, pero esa es la forma en que funciona a democracia; por lo demas, sumando y restando, es la solucién més equitativa, En todo caso, justo es decirlo, la tramitacién de este proyecto de ley y las ideas debatidas durante ella, no estuvieton contaminadas en ninguna forma por la defensa de posiciones politicas. Probablemente ello se haya debido al cardcter ° La suma de UF 200 por concepto de prima (menos de US$ 10.000), nos parece que puede ser al- canzada con facilidad por una empresa mediana, una PYME, y es claro que esas empresas, carecen de fxerza negociadora, no disfrutan del conocimiento suficiente sobre el seguro, ni tampoco cuentan normalmente con especialistas que velen por sus intereses. '© Las normas del texto original del proyecto habfan sido redactadas por wn reconocido y reputado Penalista, pero parecieron de mucha amplicud y fueron reemplazadas por un texto elaborado en el seno de la Comisién de Economia de la Cémata de Diputados. 24 INTRODUCCION técnico (mejor dicho, especializado) de esta iniciativa. Pero en todo caso, eso fue muy positivo. Al final del camino, luego de 23 afios de esfuerzos, lo que cuenta es que finalmente fue aprobada una ley que era muy necesaria. Y se ha obtenido este importante logro a pesar de que el proyecto de ley no era “vote winning”, ni para el gobierno ni para los legisladores que lo discutieron, como me lo comenté un colega inglés, al saber de su aprobacién!!, n Ast opin6, al saber de la aprobacién de la ley chilena Tim Hardy, un distinguido especialisca inglés. En el Reino Unido se debace desde hace muchos afios una nueva ley reguladora del contrato de seguro, que ‘en ese pais sigue rigiéndose por las normas de la Marine Insurance Act de 1906. Capiruto I (GENERALIDADES 1, FINALIDADES DEL SEGURO Cualquiera que sea la naturaleza de los ingresos o los medios de vida de que una persona pueda disponer, ya sea que éstos consistan en los honorarios y estipen- dios que perciba por la prestacién de sus servicios, los ingresos por el sueldo que obtiene como empleado, las utilidades que le reporte el ejercicio de una actividad empresarial independiente, del comercio, la agricultura, Ja minerfa, la industria, la renta que le proporciona un capital, u otras inversiones, etc., dicha persona esta sujeta a contingencias adversas que pueden afectarlo. Tal tipo de contingencias pueden consistir en hechos que dafian los bienes de que disponga o directamente sus fuentes de ingreso, en diversos grados de extensidn, asi como también pueden afectar su vida, integridad fisica o su salud. Asimismo, esas contingencias pueden afectar ya sea a personas naturales o jurfdicas en forma individual, como también a amplios sectores de la sociedad 0 de una zona geogrifica determinada, como en el caso de las catdstrofes ocasionadas por los fenémenos de la naturaleza, tales como los terremotos, huracanes, inunda- ciones, las grandes depresiones econémicas, las crisis monerarias, las epidemias, las guerras, etc. Las repercusiones de tales contingencias pueden consistir solamente en dafios 0 pérdidas experimentados por una persona o un determinado grupo de personas pero a veces, por una parte muy extensa de la colectividad. En general, la institucién del seguro privado tiene por finalidad dar pro- teccién a las personas naturales o juridicas individualmente consideradas, sin petjuicio de que ellas tengan la posibilidad de remediar las consecuencias de los fenémenos adversos, individuales o de repercusién global o masiva, por otros medios. 26 (GENERALIDADES En sintesis, la finalidad del seguro es evitar que las personas sufran bruscas alteraciones en su nivel de vida, con motivo de las eventualidades que afecten 0 puedan afectar a sus medios de subsistencia.! El hombre que se preocupa del futuro, y que trata de evitar estas eventualida- des dafiosas, dispone de diversos medios con el fin de ponerse a cubierto de los trastornos que pueda depararle el porvenir, y cualquiera de estos medios o formas de precaucién se conocen bajo la denominacién comin de previsién de riesgos. Uno de esos medios consiste precisamente en el seguro. En general podemos definir a la previsién diciendo que ella consiste en cual- quier acto que implique tomar medidas para hacer frente a un acontecimiento fururo que acarree consecuencias perjudiciales.2 Examinaremos a continuacién las diversas alternativas que pueden emplearse con esa finalidad. La primera y més clemental forma de previsidn es el ahorro, y en general, cualquier sacrificio del consumo actual, realizado con la finalidad de proveer de fondos para la contingencia de necesidades futuras. Sin embargo, la previsién verdaderamente eficaz no puede ser simplemente particular o individual. Las mds clementales normas técnicas recomiendan las formas colectivas de previsién técnicamente organizadas. Entendemos como normas técnicas de previsién colectiva, aquellos métodos que permiten paliar los efectos materiales de los riesgos, mediante la participacién anticipada, colectiva y organizada de todas 0 una gran proporcién de personas amenazadas por determinadas contingencias econémicamente perjudiciales. El seguro es una de las clasicas formas técnicas de encarar la previsién de riesgos futuros, y sin duda la més eficiente. Desde luego, es la tinica que entra a cubrir a las personas en riesgo, hasta por la suma total a que puedan ascender los perjui- cios que cause, a partir del mismo momento en que es utilizada, a diferencia del ahorro, por ejemplo, en que la autoproteccién plena alcanza a ser total siempre y cuando el ahorrante retina por anticipado los medios econdmicos para afrontar toda contingencia. 2. NOCION ECONOMICA DEL SEGURO El seguro es und actividad comercial. Es un negocio al que se dedica una gran cantidad de empresas ¢ individuos y que mueve enormes cantidades de dinero alo ' "Un evento futuro ¢ incierto, en efecto, puede ser econdmicamente indiferente, favorable o desfa- vorable... La posibilidad de un evento econémicamente desfavorable que provoque una necesidad, se llama riesgo". Donart, Antigono, Los Seguros Privados, Bosch, Barcelona, 1960, pag. 7. ? Vid. “Diccionario Espasa de Economta y Negocios”. Espasa Calpe S.A., Madrid, 1997, pag. 515. | : = COsvatoo Contreras Srraucit n largo y ancho de todo el planeta. Hay amplios sectores que se refieren a esta acti- vidad denominandola con el apelativo de “industria aseguradora”, denominacién impropia dado que, a lo menos en el derecho continental y particularmente en el chileno, la industria es una actividad comercial que se dedica a la produccién, transformacién o transporte de uno 0 varios productos tangibles y la actividad aseguradora? se dedica a la prestacién de servicios, particularmente servicios fi- nancieros de proteccién de riesgos, es decir, intangibles. Se dedican directamente a la actividad aseguradora las compaiifas de seguros y reaseguros, los corredores, los agentes de seguros, los liquidadores 0 ajustadores de siniestros, los actuarios y analistas de riesgos, los abogados de la especialidad, los investigadores de siniestros, etc. Indirectamente, una serie de empresas ¢ institucio- nes que prestan auxilio a las empresas aseguradoras, como laboratorios, empresas de evaluacién y clasificacién de riesgos, expertos, peritos, técnicos y cientificos, que ayudan a determinar las causas probables de siniestros complejos, y otras personas y expertos en las més diversas dreas del conocimiento que puedan estar relacio- nadas con los siniestros, martilleros, empresas constructoras y de ingenierfa, etc. En esta parte nos interesa, primeramente, precisar la nocién del seguro, cons- truida a partir de la consideracién de los aspectos econdmicos y técnicos de la actividad aseguradora. En el marco del derecho inglés se ha definido al contrato de seguros como “ano donde una parte (el asegurador) promete a cambio de una compensacién moneraria (la prima) pagar a la otra parte (el asegurado) una suma de dinero 0 proveerlo con algtin correspondiente beneficio, en caso de ocurrencia de uno o mas eventos especificados”. 4 Otientado al concepto genético de la actividad comercial que aborda, Alfredo Manes define el seguro como “aquel recurso por medio del cual, un gran ntimero de existencias econdmicas amenazadas por peligtos andlogos, se organizan para atender mutuamente a posibles necesidades tasables y fortuitas de dinero”>. Por su parte, desde el mismo punto de vista A.H. Willett lo define como “un instrumento social por el que se hacen acumulaciones de dineto que sirven para enfrentar a pérdidas inciertas de capital, lo que se lleva a cabo transfiriendo los —— = > Conjunto de operaciones materiales ejecutadas para la obtencién, transformacién o transporte de uno. © vatios productos naturales. Diccionario RAE, 2013. Definicién elaborada por Channell en el fallo recaido en “Prudential Insurance Company v, Inland Revenue Comissioners”, (1904) K.B, 658, reproducida en MacGillivray and Parkington on Insurance Law, Octava Edicién, Bd. Sweet and Maxwell, Londres, 1988. ? AUPREDO Manes, Teoréa General del Seguro, Editorial Logos, Madrid, 1930, pag. 2. 28 GENERALIDADES riesgos de muchos individuos, sobre una persona distinta que acepta cubritlos”, Este concepto es un clisico en la materia®, Por su parte Mark R. Greene, intentando comprender, tanto al seguro como una institucién econémico-social y como contrato, lo define diciendo que “el seguro es una institucién econémica que reduce el riesgo, combinando bajo una sola di- reccidn, un grupo de objetos situados de tal manera que las pérdidas accidentales acumuladas a que el grupo estd expuesto, se vuelven predecibles dentro de limites reducidos. El seguro se lleva a efecto mediante ciertos contratos legales bajo los cuales el asegurador, por el pago de una prima, promete reembolsar al asegurado © prestarle determinados servicios en caso de sufrir ciertas pérdidas accidentales que se describen, durante la duracién del acuerdo”. Intentando mds que dar un concepto propio, refundir las definiciones més arriba expuestas, rescatando a la ver, sus mejores valores, podriamos decir que el seguro es una institucién mediante la utilizacién de la cual, un gran niimero de personas naturales y jurtdicas amenazadas por la ocurrencia eventual de sucesos que les afecten econdmicamente, transfieren dichos riesgos a una institucién especializada en cubrirlos a cambio del pago de una remuneracién llamada prima. Este concepto se refiere a la institucién comercial de la actividad aseguradora, al comercio de seguros. Pero esa actividad comercial ~y desde un punto de vista més amplio atin, econémica~ se concreta a través de las pélizas 0 coberturas que emiten las compafifas aseguradoras, y ellas no son otra cosa que la expresién de un contrato, el contrato de seguro, a través del cual dicho comercio se implementa, contrato que tiene particularidades y regulaciones que le son propias. Volveremos sobre estos conceptos con mayor amplitud en el Capitulo IL. 3, EL RIESGO. CLASIFICACIONES Hemos dicho que el seguro existe como forma de prevencién de riesgos y que hay otras maneras de hacerlo. Pero lo que interesa ahora es enfatizar la idea de que la existencia de riesgos es la que justifica la existencia del seguro. Segtin el nuevo texto de la ley chilena sobre el contrato de seguro, el riesgo es “la eventualidad de un suceso que ocasione al asegurado o beneficiario una pérdida o una necesidad susceptible de estimarse en dinero” (art. 513, letra t)®. 6 A, H. Winern, “Phe Economic Theory of Risk and Insurance”, Editorial University of Pennsylvania Press, pig 15. Esta obra es la reimpresién de la tesis doctoral del autor publicada originalmente por la Uni- versidad de Columbia, New York, USA, en 1901 7 Mant R. Greene, Riesgo y Seguro, Editorial Mapfie, Madrid, 1979, pig. 74. S Origen: La determinacién de dedicar un articulo de la ley a las definiciones mas relevantes de uso en el seguro se adopté en Ia Segunda Sesidn de Trabajo de la Comisién Redactora del Proyecto de 1990, celebrada 8 pr Bh j ys = svard0 Conraesas Srrauics 29 La finalidad esencial del seguro es evitar las pérdidas que pueden ser producidas por ka existencia de riesgos es decir por la amenaza latente de que ocurran hechos que afecten econdmicamente a las personas. En realidad, todas las personas naturales o jut{dicas, los bienes, las cosas y los patrimonios estén expuestos, en mayor o menor grado, ala posibilidad de perderse 6 deteriorarse, como consecuencia de la ocurrencia imprevista de eventos dafiosos que puedan afectarlos. Garrigues expone la idea en los siguientes términos: “El riesgo es un fenémeno consustancial a la vida humana. Estamos en riesgo permanente desde que nace- mos hasta que morimos. Riesgo de perder Ia vida misma y riesgo de perder los bienes materiales que la acompafian (cosas, dinero, salud). Todo riesgo engendra una preocupacién y ésta, a su vez, un deseo de seguridad. La finalidad del seguro consiste en dar seguridad contra el riesgo”.? Los acontecimientos imprevistos y dafiosos son precisamente la esencia de lo que sellama riesgo, el que doctrinalmente puede definirse entonces, como la posibilidad de que ocurra un evento desfavorable, que provoque un desmedro de tipo econdmico. La caracteristica de que el riesgo constituya un evento econdmicamente desfavo- table, se traduce en la potencialidad de producit una pétdida o un desembolso ¢ incluso, en la cteacin de una necesidad de tipo econdmico.!° Sin embargo, en un sentido menos amplio, la expresién riesgo est reservada, técnicamente, para seftalar el peligro concreto que amenaza la vida o el patrimonio de las personas, y as{ hablamos del riesgo de muerte, de incendio, de choque, de robo, de volca- miento, de naufragio, de accidentes personales, etc. Por eso, corrientemente se dice que una casa esté asegurada contra el riesgo de incendio, o que un vehiculo esta cubierto contra el riesgo de colisién. Del concepto que hemos expresado precedentemente se desprende que no hay riesgo cuando hay imposibilidad 0 cuando hay certeza absoluta de que ocurriré el evento desfavorable que lo constituye. 21 de junio de 1990, comisiondndose a don Sergio Baeza Pinto para hacer una propuesta al respecto. Su texto no tiene precedentes en el texto del Cédigo de 1865 ni en el derecho comparado. ° Joaquin Garaicues. Contrato de Seguro Terrestre. Imprenta Aguirre, Madrid, 1982, pag. 11 © En el lenguaje comiin del medio asegurador, con frecuencia se ocupa el concepto de riesgo pata teferitse, también, al objeto o al sujeto de la proteccién que brinda el seguro. Hacemos referencia al riesgo, en cuanto objeto del seguro, cuando decimos, por ejemplo, que los taxis son un mal riesgo, 0 cuando lo ocupamos para dlesignar el objeto, mueble o inmueble, que se desea asegurar, como un auto, una casa, una fébrica, un barco, etc, Se hace referencia al riesgo en cuanto al sujeto del seguro, cuando usamos la expresin aludiendo 2 la persona del asegurado expuesta a riesgo que cubre dicho seguro. 30 (GeNeRALIDADES Es de su esencia que el riesgo constituya una eventualidad, algo que puede ocurrir 0 no, pero en ningtin caso, algo que es seguro que ocurra 0 algo que es imposible que ocurra. Asi, por ejemplo, un objeto que no puede quemarse, no puede estar afecto al riesgo de incendio, porque no hay riesgo en lo que no puede ocurrir; aunque parezca exagerado, tampoco cabe cubrir contra el riesgo de salida de mar a una casa habitacién construida en Santiago, a mds de 100 km. del océano y a 550 metros sobre el nivel medio del mar. Por otro lado, tampoco constituye un riesgo el simple deterioro que las cosas experimentan por su uso natural, por cuanto ese es un perjuicio cierto ¢ inevitable, que afecta a todas las cosas. Pero s{ puede cubrirse tal evento si se plantea vinculado a un espacio de tiempo dentro del cual el deterioro debe materializarse u ocurrir, porque de ese modo deviene en un hecho incierto. Los eventos que no pueden ocurrir, y aquellos de los cuales se tiene certeza absoluta de que ocurrirdn, no pueden ser objeto de seguro, precisamente porque no se configura respecto de ellos, uno de los elementos esenciales que condicionan su existencia valida, el riesgo, el que, segtin hemos dicho, implica una posibilidad de ocurrencia y en ningtin caso imposibilidad, o por el contrario, certeza. En el momento oportuno, veremos que nuestra legislacién positiva da aplicacién espe- cifica a estos principios tedricos, Cabe dejar en claro que incluso en el seguro de vida, atin cuando la muerte es un hecho cierto ¢ inevitable, de todas formas esta presente el elemento riesgo, justamente porque en ese tipo de seguros se da la condicién a que aludiamos precedentemente: la ignorancia acerca de cudndo ocurrird el evento, es decir, la muerte!!, Desde el punto de vista de la técnica aseguradora, un riesgo es més peligroso mientras mayor es la posibilidad de que ocurra, o sea, mientras mds préximo esté al grado de certeza, y ser menos peligroso, mientras menor sea la posibilidad de que ocurra, 0 sea, mientras ms préximo esté el grado de imposibilidad. Existen diversas clasificaciones de los riesgos. En primer lugar, y en atencidn a la naturaleza de los intereses que pueden afectar, los riesgos se clasifican en personales, reales y patrimoniales. Son riesgos personales, aquellos que amenazan la vida, salud ¢ integridad fisica de las personas, o que pueden disminuir su capacidad de trabajo (por ejemplo, el riesgo de accidentes). Son riesgos reales aquellos que afectan la integridad de las cosas fisicas, sean muebles o inmuebles (por ejemplo, el riesgo de incendio). 1 Ossa, Eften Teoria General del Seguro, Temis, Bogots, 1991, pags. 93 y siguientes. & Osva.oo ConTRERAS StRAUCH 31 Por tiltimo, son riesgos patrimoniales aquellos que afectan al patrimonio de Jas personas como un todo, es decir, los que pueden traducirse en una deuda, un desembolso o detrimento patrimonial, tales como los riesgos de responsabilidad civil, lucro cesante, etc. En segundo término y desde el punto de vista de su periodicidad y extensidn, Jos riesgos se clasifican en riesgos puros y simples, llamados también corrientes, que son aquellos que afectan aislada y normalmente a personas o cosas, y riesgos catastr6ficos, que son aquellos que afectan simultanea y gravemente a un gran mimero de personas 0 cosas, como los terremotos, la guerra, los huracanes, las inundaciones, etc. La tiltima gran clasificacién de los riesgos es aquella que, de acuerdo al grado de variacién del peligro, los divide en constantes, que son aquellos en que la amenaza se manifiesta con intensidad pareja a lo largo del tiempo, sin grandes variaciones, como por ejemplo el riesgo de incendio 0 el de robo; crecientes, que son aquellos que aumentan a medida que transcurre el tiempo, como es el caso del riesgo de muerte; y decrecientes, que son aquellos en que, por el contrario, el peligro se hace cada vez, menos intenso a medida que transcurte el tiempo, como sucede con el riesgo de supervivencia. 4, EL SEGURO Y LAS OTRAS FORMAS DE PREVISION DE RIESGOS Ya hemos dicho que existen diversas formas de evitar los riesgos o de precaverse, en suma, de prevenitlos!2, La mds importante de dichas formas es, precisamente, el seguro. A continuacién examinaremos las diversas formas que puede revestir a protec- cién frence a los riesgos que afectan a las personas e instituciones. 1. En primer lugar constituyen una proteccién frente a los riesgos las llamadas medidas preventivas, cuyo objeto es atacar y reducir a la més minima expresién posible, las fuentes mismas del riesgo, para que el evento dafioso no pucda llegar a ocuttir, o si ocurre, cause el menor estrago posible. Entre las medidas preventivas mds habituales, estén los materiales y las técnicas Para prevenir o luchar contra los incendios, como las redes secas, los sprinklers (0 rociadores) que se instalan en los edificios; los materiales resistentes al ftegos los sistemas de deformacidn progresiva de los automéviles; los cinturones de seguridad ¥ las “air bags”; los cursos e instrucciones de conduccién; los sistemas de preven- Cién de enfermedades y riesgos profesionales; los sistemas de seguridad en faenas induseriales; la legislacién y reglamentacién de construcciones y urbanizacién, cuyo a "* Bavzs Pato, Sergio El Seguro, Editorial Juridica de Chile, 4 Edicién 2001, pig. 16 32 (Generauipapes objeto es resguardar la seguridad de los edificios frente a incendios 0 tetremotos; las alarmas y sistemas para detectar y evitar robos; los sistemas de transportes de caudales, etc. Las compaiifas de seguro y principalmente las de reaseguro, invierten gtandes sumas de dineto en investigar la causa de los distintos tipos de riesgos y en buscar los medios para evitarlos, prevenirlos o mitigarlos, puesto que de esa manera contribuyen, precisamente, a beneficiarse econémicamente con la dismi- nucién consiguiente de la siniestralidad. No obstante que las medidas preventivas indicadas y otras que existen 0 pue- dan existir, tienen una gran importancia, resulta indispensable destacar que ellas constituyen sdlo una forma para prevenir o disminuir las posibilidades de riesgo, pero en ningtin caso para erradicar su ocurtencia por completo, Las medidas preventivas se complementan con las otras formas de previsién que se expresan a continuacién. 2. La segunda de las medidas o de los sistemas de proteccién frente a los riesgos es el ahorro, que consiste en sacrificar el consumo actual, con el objeto de disponer de un patrimonio para hacer frente a eventualidades riesgosas que ocurran en lo futuro. Mediante este sistema, que est4 intimamente ligado con el concepto de la previ- sién, una persona puede hacer frente con el capital acumulado, a las contingencias dafiosas derivadas de un siniestro que la afecte. No obstante sus enormes ventajas y su importancia como valor cultural, no es recomendable que las personas elijan aplicar el ahorro como tinico sistema efectivo para la prevencién eficaz de siniestros. En efecto, normalmente una persona requiere de un plazo muy largo para consolidarse econémicamente y para llegar a formar un capital de reserva suficien- temente grande como para hacer frente a riesgos de gran magnitud y resulta muy probable, en todo caso, posible, que dichos riesgos puedan ocurrir cuando todavia la persona no haya alcanzado la situacién de solidez econémica necesati ‘Atin cuando ésta haya constituido un capital grande, los efectos del siniestro pueden ser atin superiores al monto del capital acumulado y atin cuando sean inferiores, el siniestro y el consecuente desembolso para remediarlo puede afectar la solvencia del individuo y por ende su productividad. Por tiltimo, el ahorro depende de la capacidad econémica de cada persona, y en algunos casos dicha capacidad de ahorro es escasa, de modo que hay personas que definitivamente no estén en situacién de constituir un capital que les permita hacer frente a las eventualidades constitutivas de riesgo. Elconcepto de ahorro esté muy ligado con el de autoseguro, siendo este ultimo el ahorto especificamente destinado a finalidades de prevencién de riesgos. Osvato CONTRERAS STRAUCH 33 3. El tercero y ms importante de los sistemas de proteccién contra los riesgos ¢s, como dijimos, precisamente el seguro, y lo es porque sin duda es el medio més eficaz.que se conoce para compensar los efectos dafiinos que ocasiona la ocurrencia de un siniestro, ya que empieza a cubrirlos, desde el mismo momento en que la respectiva péliza entra en vigencia. En el seguro y mediante el pago de una pequefia cantidad de dinero denomi- nada prima, el afectado sransfiere los efectos econdmicos desfavorables del riesgo a una empresa que, en caso de ocurtir el siniestro, le indemnizaré los perjuicios que aquel pueda haber experimentado. El seguro es, entonces, un sistema de prevencién sencillo, de bajo costo, y cuya eficacia se obtiene mediante la acumulacién de pequefias contribuciones monetarias de muchas personas o entidades expuestas a peligros similares. De lo dicho se infiere que el seguro tiene por finalidad evitar el deterioro del patrimonio de las personas, lo que equivale a decir que su objeto es mantener la continuidad de su nivel de vida. Para lograr esa finalidad, el seguro actiia de diversas maneras. Para proteger a los duefios de un objeto, garantizando el pago de los dafios, su reparacién o re- posicién en el caso de siniestro, En el caso de las pensiones que prestan servicios, constituyendo un patrimonio productor de rentas para cuando dichas personas no puedan seguir desempefiando sus actividades, temporal o definitivamente (seguros de capitalizacién). La persona 0 institucién que toma sobre sf la obligacién de pagar, restituir o reparar los bienes que puedan ser destruidos por un siniestro, o que toma sobre sf la obligacién de formar un capital productor de renta, es el asegurador. Este asegurador proporciona el servicio de cobertura del riesgo respectivo, a cambio de un precio que se llama prima; es él quien administra el capital que forma con el conjunto de primas recaudadas; quien garantiza su entrega en determinadas circunstancias 0 que paga, repone o repara los bienes, si ello es posible. El asegurador esta en condiciones de hacerlo, porque se ha organizado previa- mente para encauzar los esfuerzos previsionales de muchas personas individuales, formando con las primas que recauda, un patrimonio reservado 0 fondo de reserva destinado a pagar los siniestros y que invierte en determinados bienes y ttulos para mantenerlos y acrecentarlos. La diferencia entre, por una parte, los fondos que recaude y los frutos que rindan las inversiones que con ellos haga, y por otra, los siniestros que deba pagar Y sus gastos fijos, constituye la utilidad de su negocio. El asegurador hace un negocio, pero al mismo tiempo, garantiza la continuidad y més atin el incremento de la riqueza, y por ende, el progreso y la paz social. 34 GeneratiDapes Silos actos de encauzamiento de dichos esfuerzos previsionales individuales los hace la comunidad, representada por el Estado, estaremos frente a los llamados seguros sociales. En el caso que se trate de entidades particulares, que reciben las primas que libremente les paguen sus clientes también particulares, nos encontra- mos ante los llamados seguros privados, que son el objeto de la presente obra. Determinar cules seguros serdn sociales y cudles privados, es una simple cues- tién de politica publica, que varia de pais en pais. En Chile, los accidentes del trabajo y enfermedades profesionales a cargo de las Mutualidades de Seguridad; la previsién social encaminada al pago de pensiones de vejez, invalidez 0 muerte acargo de las AFP y los seguros ordinarios de salud que administran las Isapres!, son seguros sociales. En otros paises, los accidentes del trabajo y enfermedades profesionales son segutos privados, en otros lo son los seguros de salud. No hay criterios fijos al respecto. 5, Et DERECHO DE SEGUROS COMO PARTE DEL DERECHO COMERCIAL Dentro del concepto de Derecho Privado, quedan comprendidos el Derecho Civil, el Derecho de Minerfa, el Derecho del Trabajo (con una enorme influencia del Derecho Publico) y, por supuesto, el Derecho Comercial, al que pertenece el Derecho de Seguros. Sin embargo, para muchos podria ser objeto de controversia, a lo menos, la afirmacién de que el Derecho de Seguros es una rama o forma parte del Derecho Comercial!4, Unos dirén que hoy en dfa el seguro ha adquirido tan alto grado de desarrollo y envergadura, que se justificarfa en exceso atribuirle la calidad de una rama au- ténoma del derecho privado. Razones para sostener esta tesis, sobran. Otros dirdn que el seguro es un contrato que se practica a gran escala en todas las colectividades humanas y que con mucha mayor frecuencia revisten la calidad de asegurados personas que no son comerciantes, que aquéllos que sf lo son. Sin desmerecer ninguna de ambas posturas, cabe simplemente constatar que tradicionalmente el derecho de seguros ha formado parte del derecho comercial, ademds que en este contrato siempre una de las partes —el asegurador— tiene la calidad de comerciante, sin perjuicio de tener muy en cuenta la consideracién de que el seguro es una de las mds indispensables herramientas para el desarrollo del comercio. 18 Instituciones de Salud Previsional. Un tipo de instituciones queen Chile brindan cobercuras de salud, bajo una legislacién especial. Son realmente empresas aseguradoras, pero sometidas a un estatuto especial 4 Batza, ob. cit. pag, 19 Osvauno CONTRERAS STRAUCH 7 Se entiende por comercio, aquella actividad lucrativa que tiene por objeto proporcionar bienes y servicios al consumidor por medio del cambio, El comercio es el arte y la practica del cambio, y en efecto, cualquiera que sean as proyecciones, naturaleza y volumen de las operaciones comerciales, ya se trate de mescaderias, servicios, monedas o valores, como tiltima finalidad de dichas operaciones, aparece la de llevar a cabo una intermediacién. Este tipo de operaciones lleva envuelto ademds, y por esencia, la nocién del ucto, de la ganancia, en ultimo término de un beneficio. En efecto, para que el intercambio de bienes y servicios entre dos personas se produzca, es necesario que para una y otra dicho cambio 0 intercambio represente la satisfaccién de una necesidad o de un interés; que persiga, en consecuencia, un beneficio. La palabra comercio es de origen latino y se descompone etimoldgicamente en dos vocablos, cum y merx, que significan respectivamente, con y mercade- tla. Originalmente el comercio consiste pues, segtin su acepcién etimoldgica, en una actividad que se relaciona con las mercaderfas. A su vez, estas tiltimas son, en general, toda cosa mueble que es objeto de una convencién o especificamente de una venta, Con mayor precisién, el término mercaderias (0 mercancfas), alude a todo tipo de bienes genéricos vendibles'9, En el concepto corriente, la palabra comercio se aplica en general a cualquier tréfico 0 actividad mds 0 menos continuada y asi, en un sentido figurado se com- prende en ella toda clase de intercambio de cosas, efectos o relaciones econdmicas e incluso de servicios, como en el transporte y, desde luego, en el seguro. Sin embargo, y desde un punto de vista estrictamente juridico, deberemos coneluir que la legislacién positiva chilena, inspirada en la francesa, tiene de esta actividad un concepto eminentemente legalista y que de acuerdo con ella, debe entenderse por comercio, el tréfico de los actos que el C.Com, sefiala o entiende que son mercantiles. En efecto, nuestra legislacién, al igual que la mayoria de las de su época, y muchas de las modernas, configura el derecho mercantil 0 comercial, alrededor dela nocién bisica del acto de comercio y prefiere enumerar los actos y operaciones que deben ser reputados comerciales y a los cuales deben aplicarse las reglas que contempla. Hay otros Cédigos, como el espafiol, que en vez de enumerar los actos que deben ser reputados comerciales, opta por proporcionar un concepto genérico de Segiin el diccionario de la RAE, mercaderfas o mercancfas, son las “cosas muebles que se hacen objeto de trato o venta’. 36 (GENERALIDADES lo que debe entenderse por actividad comercial, de modo que deberd estudiarse cada caso conforme a dicho patrén, para establecer si se trata o no de un acto de comercio. Elarticulo 3° de nuestro Cédigo de Comercio, que data del afio 1865, enumera los actos de comercio y en su numeral 9) estatuye que son actos de comercio las empresas de seguros terrestres a prima y en el 16), que lo son los seguros mariti- mos. Posteriormente, en el Titulo VIII del Libro Il, se refiere al seguro en general ya las modalidades de seguros de dafios, reales y patrimoniales y a los seguros de personas, mientras que el Titulo VIT del Libro III se refiere espectficamente a los seguros de dafios maritimos. Alguna parte de la doctrina, basandose en el tenor literal de los numerales del art, 3° del Cédigo que se refieren a esta materia, estiman que no serfa claro que los seguros terrestres sean mercantiles para ambas partes, que para el asegurado lo seria si el seguro esté destinado a “complementar accesoriamente una actividad comercial” y en caso contrario no. No hay duda ni discrepancias en la doctrina respecto a que todos los seguros marftimos son siempre mercantiles. El texto de la nueva legislacién no ha contribuido a zanjar esta discrepancia ya que no reconoce la impostancia de la divisin entre seguros terrestres, aéreos y maritimos atin cuando mantiene el Titulo VII del Libro III del C.Com. destinado a regular estos tiltimos. En cambio, el nuevo texto del Titulo VIII del Libro If del Cédigo ni siquiera menciona los términos “terrestre” ni “aéreo”. En todo caso, la legislacién que regula el contrato de seguro ha sido y es parte de la legislacién mercantil, en Chile, del propio Cédigo de Comercio, de modo que de acuerdo a nuestra legislacién positiva, el Derecho de Seguros forma parte del Derecho Comercial. El Derecho Comercial se caracteriza, en primer lugar, por ser equitativo, y loes, porque su estructuracién descansa en la buena fe de las partes, lo que se enfatiza particularmente en el campo del seguro. Por otro lado, el comercio necesita de un alto grado de libertad ¢ informalidads todas las formalidades estrictas, repugnan al comercio, que vive del crédito y de la buena fe, tanto en sus més simples expresiones como en las formas juridicas que se refieren a grandes operaciones comerciales, financieras y bursitiles, que coti- dianamente se convienen informalmente, de mera palabra, ¢ incluso por teléfono, sin presencia de testigo alguno. Es por ello que actualmente el contrato de seguro ha pasado a ser consensual. Como contrapartida a la buena fe, exige la seriedad comercial, el cumplimiento riguroso de las obligaciones contraidas. La obligacién aceptada o comprometida en el comercio, requiere ser ejecutada con la maxima exactitud y puntualidad. Quien a as ‘osvaio CONTRERAS STRAUCH 37 contrata comercialmente, desea estar cierto de que la otra parte cumpliré lo esti- ulado, y que si no lo hace, podra sancionarlo judicialmente con el mayor rigor. EI Derecho Comercial es también progresivo o evolutivo; cambia y se renueva constantemente, porque la especulacién y el espiritu de lucro que gufan la actividad dlelos comerciantes, exigen la evolucién y adaptacién de este derecho para satisfacer las necesidades juridicas de los comerciantes y de los empresatios en un sentido ampli, sobre todo en el campo de los contratos y obligaciones. No es exagerado afirmar que esta rama del Derecho, es la de mayor y mas répido progreso entre todas las ciencias jurdicas y continuamente reclama o impone formas y reglas juridicas nuevas, en armonfa con los progresos que experimentan los negocios, caracter(stica que se extiende también al Ambito del derecho econémico. El Derecho Comercial descansa también, en buena parte, (y ésta es una de gus caracteristicas principales), en los usos y costumbres, porque la costumbre es la primera manifestacién externa de normas juridicas, que se implantan por la fuerza de los hechos que derivan de la conducta humana esponténea, que requie- ren posteriormente de instituciones juridicas adecuadas, mds estables, puiblicas y conocidas. Otra de las caracteristicas importantes del Derecho Comercial es la progresiva tendencia a la utilizacién de los llamados métodos alternativos de resolucién de los conflictos que surgen de las relaciones juridicas de indole mercantil. Esta caracte- ristica es una consecuencia natural de la especializacién, de su répida evolucién y de la influencia que tiene la costumbre en la creacién de nuevas figuras juridicas, toda vez que todo ello tiende a que los empresarios quieran que sus conflictos sean resueltos por personas que estén familiarizadas con las instituciones propias del ramo y que estén al tanto de sus nuevas instituciones. De entre todos los métodos alternativos de solucién de conflictos, el mas usado y de mayor efectividad es el arbitraje comercial, sin que pueda descartarse un significativo incremento de las mediaciones en el tiltimo tiempo. El Derecho Comercial es, por tiltimo, una rama de las Ciencias Jurfdicas en la que mas se observa la rendencia a su integracién internacional, porque el Comercio posce precisamente el atributo de ser intrinsecamente internacional. Se comercia con todo el mundo. Y ello es atin mds valido para el seguro cuyas instituciones juridicas y expresiones contractuales tienen una clara rafz comin y evolucionan con muchas mas coincidencias que divergencias, lo que llega a su maxima expresién en el reaseguro, internacional por su propia naturaleza. Volveremos sobre este punto més adelante, con mayor amplitud. Volviendo sobre el tema, de acuerdo con las normas legales vigentes en Chile, el seguro maritimo constituye un acto de comercio tanto para el asegurador como 38 GeneRAuipapes para el asegurado, cualquiera que sean las partes y las condiciones o términos del contrato, en tanto que para los seguros no maritimos, en cambio, ser4 siempre acto de comercio para el asegurador (las empresas de seguros), pero para el asegurado sdlo cuando el respective contrato complemente accesoriamente una operacién principal de naturaleza mercantil. Asi, por ejemplo, el seguro de incendio que cubre el menaje de casa de un comerciante ser un contrato civil y en cambio, el seguro de incendio relativo a la mercaderfa de su establecimiento comercial, ser un acto mercantil. En cuanto al asegurador, el carécter mercantil de los seguros terrestres descansa en la nocién de empresa, de acuerdo al art. 3° N° 9, de modo que segtin esa dis- posicién tendrd cardcter de acto de comercio para el asegurador, cuando éste esté organizado como una empresa y cuando se trata de comerciar seguros a base de primas, condicionantes que han perdido toda relevancia en la actualidad, porque el comercio de seguros no puede practicarse por ninguna otra persona que no sea de las personas juridicas que sefiala la ley y siempre por medio de seguros a base de primas!®, Por lo tanto, hoy en dia el seguro se asegurador. En estas circunstancias, como ya lo adelantamos, objetivamente el derecho de los seguros privados, es en nuestro pais una rama o un objeto de estudio del Derecho Comercial. Pero como ya hemos dicho, existe un sector de la doctrina que sostiene que en verdad no existen razones para estudiar el seguro como una rama del Derecho siempre un acto de comercio para el Comercial, recordando que esa circunstancia proviene mas bien de antecedentes histéricos. Sostienen, y no sin razdn, que el seguro es por su objeto o finalidad, una for- ma de previsién y como tal, no tiene por qué estar vinculado al comercio. Los tiesgos susceptibles de asegurarse afectan tanto a los comerciantes como a los no comerciantes y a los bienes adscritos a la actividad comercial, como a cualquiera otra clase de bienes. Yendo atin més all, no son pocos los que afirman que el derecho de seguros ha evolucionado tanto y es tal la importancia econémica y social de este contrato en la actualidad, como para justificarse de sobra considerarlo como una rama auténoma del derecho privado, lo que también habiamos adclantado. "6 Segrin lo determina el art. 5° del D.EL. N° 251, que regula la actividad aseguradora o comercio de seguros. Osvaipo CONTRERAS STRAUCH 39 6. FUENTES DEL DERECHO DE SEGUROS CHILENO Las principales fuentes del Derecho de Seguros Privados, son en Chile las siguientes” ; 1. Fl Cédigo de Comercio Nuestro Codigo de Comercio data del afio 1865 y debe su origen, principal- mente, ala obra del distinguido jurisconsulto argentino, radicado en nuestro pats, don José Gabriel Ocampo. Sus afiejas normas quedaron obsoletas por el avance de la ciencia del derecho de seguros en Chile y en el mundo y por la préctica misma del comercio de seguros, que paulatinamente fue separndose de la regulacién legal atendida su absoluta desactualizaci6n, hasta que por fin, luego de largas vicisitudes que se extendieron por mds de 23 afios, con fecha 9 de mayo de 2013 se dicté la ley N° 20.667 que yino a ponerlo al dia con el estado actual del avance del derecho de seguros en el mundo. El Cédigo de Comercio da normas comunes a todos los seguros en los articulos 512 al 544, inclusive, agrupados en la Seccién Primera del Titulo VIII del Libro Segundo. Trata en particular de los seguros de dafios, reales y patrimoniales, en su Seccién Segunda, que abarca, los articulos 545 al 587, inclusive, del mismo Titulo y Libro y en particular del seguro de vida en su seccién tercera, entre los articulos 588 al G01. Dentro de los seguros de dafios dicta algunas normas especiales para algunos ramos. Asi, al seguro de incendio se refieren los articulos 566 y 567; a los se- guros de robo, hurto y otras sustracciones los articulos 568 y 569; al seguro de responsabilidad civil los articulos 570 al 574; al seguro de transporte terrestre los articulos 575 a 577; al seguro de pérdida de beneficios el articulo 578; al seguro de crédito los articulos 579 al 581; al seguro de caucién los articulos 582 y 583 yal reaseguro los articulos 584 a 587. El seguro maritimo se encuentra tratado separadamente en el Titulo VII del Libro III del Cédigo, entre los articulos 1158 y 1202, pero al igual que a todos los otros seguros le son a éste aplicables las normas de la Seccién Primera del Titulo VII del Libro II, a que mds arriba hicimos referencia. Por tiltimo, cabe hacer presente que numerosas disposiciones ubicadas en otras partes del C.Com., son aplicables directa o indirectamente al seguro. "7 Especialmente valiosas para ilustrarse en este punto, son las obras de don Juan José Vives, que se citan en la Bibliografia y que contienen recopilaciones muy completas de las normas imperantes en Chile. 40 (GENERALIDADES Asi por ejemplo, le son aplicables las disposiciones del Titulo I del Libro Se- gundo, que se refieren a la formacién del consentimiento en materia mercantil, yala constitucién, forma, efectos y prueba de los contratos y obligaciones mer- cantiles. También son aplicables al seguro, en particular al maritimo, las normas sobre prescripcidn y la excepcidén de inadmisibilidad, a que se refiere el titulo VIII del Libro Tercero del Cédigo. 2. El Cédigo Civil ‘También es aplicable al contrato de seguros en forma indirecta, el Cédigo Civil, dictado en 1857, y que es obra del distinguido jurisconsulto venezolano y chileno don Andrés Bello. De acuerdo a lo dispuesto en el propio Cédigo de Comercio y en particular por el articulo 96, son aplicables en materia mercantil, todas las disposiciones del Cédigo Civil que sean necesarias para complementar la ley comercial o aclarar los pasajes oscuros 0 vagos con normas de orden general. Particularmente, revisten gran importancia las normas del Cédigo Civil en relacién a los actos y contratos ya las obligaciones, la formacién del consentimien- to, los vicios del consentimiento, la nulidad y la rescisién, las incapacidades y la reptesentacién y las reglas particulares sobre interpretacién de los contratos. 3. Fl Decreto con Fuerza de Ley N° 251 Fuente muy importante del derecho de seguros es en Chile, también, el de- creto con fuerza de ley N° 251 del afio 1931, texto legal en el que se contienen las normas que integran lo que podrfamos llamar, el derecho de la actividad ase- guradora 0 comercio de seguros, y que incluye ademds una serie de disposiciones que reglamentan las funciones y atribuciones de la Superintendencia de Valores y Seguros, normas sobe el reaseguro y en fin, diversas disposiciones que guardan relacién con aquellos aspectos del seguro que se ha considerado que forman parte del Derecho Puiblico!®, 4, El Decreto Ley N° 3.538 El decreto ley N° 3.538, de fecha 23 de Diciembre de 1980, que crea la Super- intendencia de Valores y Seguros, Institucién auténoma con personalidad juridica 'S En la ley N° 20.667 se traté de sustraer del D.RL. N° 251 todas las normas contenidas en este cuerpo legal sobre el contrato, dejindolo para regular exclusivamente la actividad aseguradora. El propésito no se logré completamente. evaipo CONTRERAS STRAUCH 7 patsimonio propio, sucesora legal de la Superintendencia de Compaaias de Segu- ae Sociedades Anénimas y Bolsas de Comercio, tiene cierta importancia, porque omplementa al D.EL, No 251, fundamentalmente en cuanto a las sanciones aplicables alos actores del comercio de seguro y los recursos para impugnarlas. 5. FID.S. 1.055 El antiguo Decreto Supremo Reglamentario de Hacienda N° 863, que fue publicado en el Diario Oficial del 5 de Abril de 1990 contenfa las normas regla- mentarias aplicables a los denominados “auxiliares del comercio de seguro”, es decir, los corredores y los liquidadores de seguros, asf como también las normas de ese tipo que regulaban la liquidacién o “ajuste” de siniestros. Ese reglamento fue reemplazado por el D.S. 1.055, publicado el 29 de diciembre de 2012, que entré en vigencia el 1° de junio de 2013, que con variados ajustes de texto, reglamenta los mismos temas. 6. La costumbre mercantil También es fuente del Derecho de Seguros, la costumbre mercantil, o sea la observancia constante y uniforme de una determinada préctica o regla de conducta, por muchas personas y durante un largo espacio de tiempo, ya que, segiin lo que ya expresdbamos anteriormente, en nuestra legislacién comercial la costumbre suple al silencio de la Ley. En caso de dudas sobre su existencia™, ella debe ser acreditada por medio de dos sentencias judiciales que hayan dejado constancia de su efectividad, o mediante a lo menos, tres escrituras ptiblicas extendidas con antetioridad al hecho que se discute, Cabe hacer presente que en el campo del reaseguro, la ley hace referencia especialmente a los usos y costumbres internacio- nales para interpretar los contratos de reaseguro. 7. Las estipulaciones de las condiciones generales de las pélizas de seguro Otra de las fuentes del Derecho de Seguros y una de las mds importantes, esté constituida por las normas que emanan de los contratos mismos de seguro, 0 sea, por la voluntad de las partes contratantes, expresada en las correspondientes pé- lizas. No obstante, cabe advertir que de acuerdo a la nueva ley que rige al seguro a partir de 2013, el texto de las pélizas no puede vulnerar las normas del Titulo 19 Blart. 5° del Cédigo de Comercio expresa textualmente “no constando a los juzgados de comercio que conocen de una contienda entre partes, la autenticidad de la costumbre que se invoque”, cabe aplicar los dos medios que previene para acreditatlo, De ello se infiere que el juez puede aplicar la costumbre sia él le consta su existencia, sin necesidad de las pruebas que contemplan los numerales 1° y 2° del art. 5° del C.Com. 2 GENERALIDADEs VIII del Libro II del Cédigo de Comercio, porque en virtud del art. 542, todas ellas son imperativas, salvo en cuanto a que las estipulaciones contractuales sean mis beneficiosas para el asegurado y excepto también, que se trate de seguros de grandes riesgos. Las cléusulas o estipulaciones del contrato de seguro se denominan técnicamente “condiciones” de las pélizas. En este documento, las partes estipulan todo lo concerniente a sus derechos y obligaciones; especifican los riesgos cubiertos; el plazo de vigencia del contratos las cosas objeto del seguro, las primas, el monto del seguro, etc. La poliza de seguro es un documento que casi en Ia generalidad absoluta de los casos, esté redactado e impreso en formularios, de modo que todos los seguros de un mismo tipo o ramo, son convenidos entre las partes en conformidad a las mismas estipulaciones, salvo pequefias alternativas o variaciones, que también han sido previstas y son objeto de formularios. Por lo tanto, salvo raras excepciones, lo tinico que es particular a cada contrato, son las circunstancias o antecedentes relacionados con el asegurado, con la ubicacién y particularidades del riesgo y el monto y extensidn de la cobertura. Como consecuencia de lo anterior, en la péliza se distinguen asi, dos partes: las condiciones particulares y las condiciones generales. En las condiciones particulares se especifica todo lo que cada seguro tiene de especial o singular: la persona del asegurado, las cosas aseguradas, el monto del seguro, el valor de la prima, la vigencia de la péliza, las caracteristicas del interés asegurable, etc. En esta parte, el formulario de pdliza contiene espacios en blanco, que se llenan con los datos necesarios, Las condiciones generales en cambio, van impresas y ellas valen para todo contrato tipo a que corresponda el formulario. Como es natural, existen algunas variaciones que se pueden introducir a cada tipo de contrato y que, como hemos dicho, estén impresas, sea en el mismo formulario o en impresos separados Ilamados “cldusulas adicionales”, de manera que tales modificaciones se hacen valer o se suprimen, solo mediante una simple constancia estampada en el mismo formulario, Deeeste modo, la péliza contra incendio, por ejemplo, podré extenderse en favor de tuna persona dererminada, para asegutar bienes determinados, por un plazo dado, por un monto fijado especialmente, y con la estipulacién de prima que corresponda, pero esa péliza y cualquiera otra péliza contra incendio, estardn sujetas, por regla genera, a las mismas condiciones generales 0 a algunas que son muy semejantes entre sf. Las condiciones generales pueden ser elaboradas por una compaiifa aseguradora en particular o por un acuerdo entre varias de ellas; por la Asociacién de Asegu- “ Osvai0 CONTRERAS StRAUCH . tadores de Chile, 0 por corredores de seguros, pero en todo caso, de acuerdo a lo dispuesto en el decreto con fuerza de ley N° 251, todo modelo de péliza debe ser previamente autorizado por la Superintendencia de Valores y Seguros, lo que se traduce en su inscripcién en lo que se denomina “Depésito de Pélizas”, antes de ser utilizado en los contratos correspondientes. Mas adelante nos referiremos a este “depésito” y sus caracteristicas legales, 8. Normas internacionales Por tiltimo, son también parte de la ordenacidn juridica del seguro, ciertas normas de aplicacién internacional generalmente aceptadas en forma contractual por los interesados en determinados contratos de seguro. Asi por ejemplo, en el contrato de seguro maritimo se da aplicacién a las reglas de York y Amberes sobre la averfa comin; también se pueden citar las normas de aplicacién internacional relativas a los créditos documentatios, los Incoterms, etc. Como ya lo hemos adelantado, son aplicables también los usos y costumbres internacionales en materia de reaseguros, tema que trataremos con mayor amplitud cuando nos refiramos a esta institucién. 7. CARACTERISTICA INTERNACIONAL DEL DERECHO DE SEGUROS Ya decfamos anteriormente, que como la gran mayorfa de las instituciones del Derecho Comercial, el seguro tiene una marcada caracteristica internacional. Si bien cada pais tiene su propia legislacién interna que rige al contrato y al co- mercio de seguros, dichas normas internas tienden a fijar las normas, establecer instituciones y regulaciones, que en lo fundamental son similares. Por su parte las coberturas que se ofrecen a efectos de la contratacién son también, bdsicamente, similares. El fenémeno es facilmente explicable por la influencia del reaseguro y la retro- cesién, que es su complemento natural, ya que por esa via las coberturas tienden a uniformarse y las soluciones juridicas a los problemas més comunes también. A.su vez, los mercados de reaseguro mas importantes, el Reino Unido, Alemania, Suiza y Estados Unidos, prevalecen e influyen sobre todos los demas, de forma que por esa via la influencia que el reaseguro ejerce sobre los mercados nacionales de seguro, tiende a que estos sigan criterios semejantes, pero no idénticos. Por su parte, también tienden a internacionalizarse y armonizar sus criterios los organismos gubernamentales que controlan el funcionamiento de los mercados nacionales de seguros, los que se encuentran organizados en la Asociacién Inter- nacional de Supervisores de Seguros (ASSAL). Por su parte, los abogados que se dedican al seguro y al reaseguro se organizan nacional, regional y mundialmente 44 GeneRALIDADES, en la Asociacién Internacional de Derecho de Seguros (AIDA)”®, la que se retine periddicamente en conferencias, seminarios y congresos nacionales, regionales y mundiales, sin contar con la existencia de numerosos estudios de abogados con presencia en multiples pafses. Por su parte, un gran ntimero de compafifas de seguro de primer nivel y de grandes capitales abren sucursales o se asocian con compafifas situadas en paises extranjeros, fendémeno que se extiende también, a los mds grandes corredores 0 intermediarios de seguros y reaseguros y por si lo anterior no fuera suficiente, también tienden a actuar transnacionalmente los ajustadores, liquidadores o peritos de seguros. En suma, todos los actores del comercio de seguros y las actividades conexas a su actividad, tienden a una cada vez mayor y mas profunda internacionali- zacion, 8. ORIGEN Y EVOLUCION HISTORICA DEL SEGURO EN EL MUNDO?!, Se encuentran en la antigiiedad algunos ejemplos histéricos de formas muy rudimentarias de seguro, de cardcter mutual. En Asiria, por ejemplo, la reedifi- cacién de los templos destruidos por incendio, era de cargo de toda la ciudad en que ellos estaban situados. En Babilonia, los comerciantes que tomaban parte en el tréfico comercial en caravanas, acordaban indemnizatse reciprocamente conforme a normas muy pare- cidas a las que actualmente regulan la averfa comtin, por concepto de las pérdidas debidas a asaltos 0 robos, muy frecuentes en esos tiempos. De Fenicia provienen, aparentemente, las primeras instituciones relacionadas con el préstamo a la gruesa ventura 0 a riesgo marftimo, institucién de muchisima relacién con el seguro, mediante la cual los armadores duefios de las naves obtenfan financiamiento pata las expediciones maritimas, con cargo de pagar los préstamos més sus intereses en caso de completarse la expedici6n sin contratiempos, pero quedando liberados de pagar en caso de naufragio, captura de la nave u otro siniestro mayor. En la antigua Grecia se practicé un sistema en virtud del cual los propietarios de esclavos, convenfan con banqueros el pago de indemnizaciones para los casos de fuga. 20 La sigla deriva del nombre de la institucién en francés: “Association International de Droit des Assurances”, 21 PiccarD, Maurice y Besson, André Les Assurances Terrestres en Droit Francais, Editorial LDGI, Paris, 1950, p. 3 y sigts. osvatoo Conrrnenas STRAUCH 45 En el Derecho Romano varias instituciones muestran algunos de los rasgos de Jo que seria posteriormente el seguro y entre ellas las siguientes: 1. La constitucién de asociaciones de legionarios cuyo objeto era costear los tos de viaje del legionario y de su familia a otras guarniciones. 2. El phoenus nauticum, que equivale al préstamo a la gruesa ventura de los fenicios y que fue también usado en alguna forma por los griegos. Como dijimos a propésito de aquélla, el phoenus nauticum se caracteriza porque un comerciante da en préstamo al transportista, una cantidad de dinero a una tasa més alta que la normal, con garantia ya sea del buque o de la carga, pero en el evento de que o el buque o la carga se pierdan por alguna causa del mar, el préstamo queda cancelado y nada deberd el transportista o su familia al prestamista. Esta forma contractual recibfa también en Roma, el nombre de “pecunia traiecticia”. 3, El assecuratio, pacto muy parecido a la apuesta y que daba derecho a una persona a cobrar una determinada suma estipulada en el caso de ocurrir el siniestro previsto. 4, También se organizaron en Roma sociedades funerarias que pagaban un “funeraticum” o beneficio en caso de muerte de uno de sus miembros a los res- pectivos familiares. El ingreso de estas asociaciones proventa tanto de cuotas de incorporacién como de cuotas mensuales. En el siglo X aparecen, en las ciudades del norte de Europa, asociaciones lla- madas gildas, que eran organizaciones de mutua defensa de un vecindario y cuyos miembros se resarcfan mutuamente mediante el sistema de reparto, los gastos de funerales o las pérdidas por incendio, avenidas, robos, ¢ incluso pérdida de cosechas y animales como consecuencia de desastres climdticos. Por otra parte, los gremios, es deci profesién dentro de una ciudad determinada, crearon diversas formas de asistencia r la unién de trabajadores de una misma mutua. No obstante lo anterior, es el seguro maritimo el que se desarrolla enorme- mente a partir de la segunda parte de la edad media (la “baja” edad media). Es el primero en que comienzan a destacarse con caracteristicas especiales, instituciones de seguro semejantes a las actuales. El primer desarrollo y ordenacién jutidica de este tipo de instituciones, tiene lugar en los pafses de la cuenca mediterranea, principalmente en las ciudades de Génova, Florencia y Barcelona. En los libros de comerciantes de Florencia que datan de 1319, ya aparecen asientos relativos a contratos celebrados entre comerciantes, que muestran todos los caracteres de un verdadero seguro maritimo. 46 GeNeRALiDaDEs Las primeras leyes conocidas regulando a este tipo incipiente de instituciones de seguro se dictan en las ciudades italianas, en Génova en el afio 1369, en Florencia en 1393 y en Venecia en 1411 y se refieren al seguro de un modo indirecto, tal como prohibir el seguro de los extranjeros, la apuesta, el seguro por el valor total de las cosas, etc.” El seguro terrestre se desarrollé con mucha mayor lentitud. Se sabe que en 1424, existfa en Génova una empresa que contrataba seguros de este tipo. En Espafia el seguro maritimo llegé a tener una especial reglamentacién. Las diferentes ordenanzas le dieron un estatuto orgdnico sistematizado, primero la Ordenanza de Barcelona de 1435 y més tarde la primitiva Ordenanza de Bilbao de fecha 21 de Julio de 1494, que con sucesivas modificaciones, rigié el seguro casi hasta fines del siglo XIX. La Ordenanza de Bilbao es uno de los documentos mds interesantes de la historia del seguro en los paises de habla espafiola; su capitulo 22 se ocupa especialmente de los seguros, las pélizas y las formas en que éstas deben efectuarse, Pero es entre los siglos XVII y XVIIL, que el seguro toma definitivamente las formas en que hoy se le conoce. El gran incendio de Londres, ocurrido el 2 de Septiembre de 1666, dio un tremendo estimulo en Inglaterra a la introduccién y crecimiento del seguro de incendio, En 1667, el Doctor Nicholas Barbon fue el primer empresario en In- glaterra en tener éxito con los seguros de incendio® y su negocio derivd en que en 1680 se formara una Compafifa por acciones dedicada a este seguro, siendo la primera en Inglaterra y probablemente en el mundo. Por otro lado, se debe al astrénomo inglés Halley una importantisima contri- bucién al negocio de seguro de vida, toda vez que la primera tabla de mortalidad es obra de él. Los mateméticos Pascal y Fermant, dieron a conocer en 1671 la teoria del célculo de probabilidades, que es otro de los fundamentos cientificos del seguro de vida. Paralelamente en el afio 1668 se sientan las bases para la organizacién de lo que hoy diaes el famoso Lloyd's de Londres, en base al comercio maritimo. En un café 2 Donati, ob. cit., pag. 20. 23 Nicholas Barbon fue un médico, economista y especulador financieto, contrario al mercantilismo y uno de los primeros en apoyar el sistema de libre mercado. Luego del gran incendio de Londres, se involucté en el desarrollo del seguro de incendio, a la vez que jugé un papel fundamental en la reconsttuccién de la ciudad y el desarrollo de la banca. Entre 1680-81, funds junto a otros once asociados, la llamada “Insu- tance Office for Houses” (de hecho una empresa de seguros), que oftecié y colocé en el mercado mas de 5.000 seguros de incendio para propierarios de inmuebles en Londres, contribuyendo a la popularizacién y consolidacidn de este seguro en Inglaterra. iL AI Cosvauno CONTRERAS SRAUCH : de propiedad de Edward Lloyd que era muy frecuentado por armadores”, comer- ciantes y aseguradores, que tenfan un interés comuin en el transporte naviero y en Jos segutos maritimos, se fijaba en una pared, varias veces por semana, un boletin con informaciones maritimas, conocido con el nombre de “Lloyd’s News”. All mismo, y sobre la base de las informaciones que se daban a conocer, los armadores negociantes, convenfan transportes, seguros y otras transacciones. El Lloyd’s no nacié como, ni es hoy en dia tampoco, una sociedad, empresa o corporacion aseguradora, sino que es un mercado, una bolsa cuidadosamente reglamentada en la que se transan masivamente operaciones de seguros y rea~ seguros. Su caracteristica mds importante es que la responsabilidad en los riesgos asegu- rados es asumida por personas naturales, en forma individual y respondiendo con la totalidad de sus bienes, con lo que se diferencia de la casi totalidad de los otros mercados, en que el aseguramiento estd reservado a empresas organizadas en forma de sociedades anénimas, mutualidades 0 cooperativas, como es el caso de Chile. ‘Toda persona que desee actuar en el Lloyd’s como asegurador, debe inscribirse en un registro y recibir la aprobacién de un comité especial, previo el cumpli- miento de rigurosas exigencias morales y comerciales y constituir una garantia para responder a sus obligaciones. Quienes asumen el rol de aseguradores, reciben el nombre de underwriters (en castellano, “suscriptores”), normalmente agrupados en sindicatos que facilitan la celebracién de los negocios, que se concluyen a través de un delegado que repre- senta simulténeamente a todos los miembros del sindicato. Resulta indispensable reiterar que, sin embargo, la responsabilidad de cada miembro de un sindicato es de todas formas individual y que alcanza hasta la totalidad de sus bienes personales. Cada suscriptor acepta una parte de la responsabilidad en una péliza de seguros y uno a uno se van agregando adhesiones de otros suscriptores hasta completar una cobertura que alcanza casi siempre a un 125% del total de la responsabilidad, ello con el objeto de absorber la probabilidad de que algtin suscriptor no pueda hacer frente a un siniestro. Junto a los suscriptores, operan en el mercado de Lloyd’s, los brokers (0 co- tredores en el lenguaje castellano), que son las unicas personas, generalmente jurfdicas, constitutivas de grandes empresas a escala mundial (por ej. AON y Marsh), a través de las cuales se puede formalizar la celebracién de los contratos de seguro 0 reaseguro. * Donan, ob. cit,, pag. 21. 48 GENERALIDADES Los brokers reciben una comisidn sobre el monto de las primas de los negocios en que intervienen y acttian como agentes o representantes del asegurado y en tal cardcter les corresponde proporcionar a los suscriptores una informacién completa y fidedigna de los riesgos oftecidos. Sélo ante un broker puede un asegurado solicitar la cobertura de un determi- nado riesgo. El broker esta encargado ademds, de la cobranza y pago al suscriptor de las primas que deba recaudar del asegurado y en caso de siniestro representa al asegurado en los reclamos tendientes a obtener el pago de las indemnizaciones que correspondan. Materialmente, la colocacién de los seguros se efecttia mediante la firma que los suscriptores estampan, junto a una cifra que representa el monto de su res- ponsabilidad, en un documento llamado slip. Completada la colocacién del seguro, se procede a emitir la correspondiente poliza. No cabe duda, que el Lloyd’s de Londres es un mercado internacional que constituye el centro mds importante de los negocios de seguros del mundo, li- derazgo que emana de su especialidad y profundo conocimiento en la materia, seriedad y correccién en el cumplimiento de sus obligaciones”® y a la garantia de una experiencia mds que tres veces centenatia. A partir de la consolidacién del seguro en Inglaterra y la formacién del Lloyd’s, el seguro se expandié por todo el mundo, a lo que contribuyé grandemente la for- macién de las compafifas de reaseguro. Su consolidacién y expansién, que prosigue a paso firme en la actualidad, ha sido un pilar del desarrollo econémico mundial. Posteriormente, desde fines del siglo XVIII, pero con particular fuerza a partir de mediados del Siglo XIX; se organizé y consolidé el negocio del reaseguro, que estudiaremos en particular en un Cap/tulo especial, sin el cual la expansién del seguro no habria sido posible. Uno de los mds importantes orfgenes del reaseguro fue precisamente el Lloyd’s de Londres y luego la formacién de compaiifas ale- manas, suizas, norteamericanas y francesas de reaseguro. 9. DESARROLLO DE LA INSTITUCION DEL SEGURO EN CHILE Con anterioridad a la independencia rigid en toda América Hispana la legisla- cién y la actividad aseguradora provenientes de la peninsula ibérica. 25 Sin embargo, ¢s una opinién muy generalizada en el mercado de seguros que en el campo del reaseguro “las cosas no son como antes”, aludiendo al hecho de que antafio los reaseguradores honraban sus coberturas “siguiendo las aguas del asegurador”, lo que estaria siendo reemplazado por un control muy estricto de los siniestros a través de las llamadas “cléusulas de cooperacidn y control”, Volvetemos sobre esto, més adelante, en el capitulo destinado al reaseguro. svarno CONTRERAS SrRAUCH 49 En Espafia la actividad de intercambio mercantil con las colonias se intensifica en Sevilla a partir de 1503, con el establecimiento de la Casa de Contratacién, y a partir de 1550 figuran aseguradores mencionados en los registros notariales de ssa ciudad. En cl siglo XVIII comenzaron a aparecer las primeras compafifas de ceguros en Cédiz, centro importante del comercio con las Indias. La legistacién de seguros pasa en 1680 a formar parte de la Recopilacién de las Leyes de Indias, y durance el siglo XVII se dictan en Espatia diversas ordenanzas relativas al fun- cionamiento del seguro. En el siglo XVIII aparecen las primeras entidades aseguradoras y en 1785 se establecen dos Direcciones Generales de Seguros, una en Madrid para los seguros de incendio y otra en Cadiz. para los seguros maritimos. En los virteinatos americanos también se practicé el seguro maritimo. La “Real Compafifa de Seguros ‘Terrestres y Maritimos de Madrid” suscribié contratos de este tipo de seguros en las colonias, toda vez que no existia ninguna entidad aseguradora en los virreinatos y los comerciantes locales debfan recurrir a los de la metrépoli. Enestas regiones rigieron inicialmente las Ordenanzas del Consulado de Sevilla; también se aplicaron el Consulado del Mar y las Ordenanzas de Burgos, pero a fines del Siglo XVIII regfan en toda su aplicacién las Ordenanzas de Bilbao, que recibieron su confirmacién real para regir en toda Espafia el 4 de Agosto de 1737, yque también rigieron en Chile desde el afio 1794 y hasta 1867, afio en que entré en vigencia nuestro Cédigo de Comercio. En Veracruz, México, se forma en 1789 una Compafifa de Seguro Maritimo, mientras que en Buenos Aires se establece en 1784, una agencia local de la “Real Compara de Seguros Terrestres y Marftimos de Madrid”. En Brasil la primera entidad aseguradora, “Boa Fe”, fue constituida en Febrero de 1806 en la ciudad de Bahfa, y se dedicé a la practica del seguro maritimo. Producida la independencia, en las principales ciudades de Latinoamérica, especialmente en aquellas que tenfan comercio maritimo, se establecieron las primeras representaciones de compafifas de seguros extranjeras, particularmente inglesas. En Chile, en 1853 inicia sus actividades la entidad “La Chilena”, compafifa aseguradora nacional que funciona actualmente bajo la raz6n social de La Chilena Consolidada, y que es la mds antigua de las compaiifas aseguradoras de la América Hispana que operan en la actualidad. En 1861 se funda la Compafifa de Seguros “La América’, que se dedicé exclusivamente al ramo de incendio, pasando posteriormente a fusionarse con 50 GENERALIDADES, la Compafiia de Seguros “La ‘Trasandina’, antecedentes de la actual compafiia “Consorcio Nacional de Seguros”. El Cédigo de Comercio chileno, promulgado el 5 de Octubre de 1865 sobre la base de un proyecto del distinguido jurisconsulto argentino don José Gabriel Ocampo y que entré a regir el 1° de enero de 1867, senté las bases que regulan el seguro en general. Sin embargo, el cédigo no contenia reglas sobre la actividad aseguradora misma, 0 sea, no hubo ninguna normativa especial para las Compafifas aseguradoras hasta el afto 1904 con la dictacién de la ley N° 1.712, al punto que el cddigo aceptaba que el asegurador pudiera ser una “persona natural 0 jurfdica”. Innovador y acertado en muchos conceptos pero erréneo en otros, el Cédigo contenia la legislacién bésica aplicable a toda clase de contratos de seguros, y en la materia, no obstante algunas criticas que pudo merecer y que recibié, constituys un notable éxito y avance jurfdico para su época. Cabe destacar que a la fecha de la dictacién del C.Com., précticamente ningin pais del mundo regulaba en forma orgénica el contrato de seguros como lo hacfa el nuestro2®, Por lo demés, la legislacién bsica en materia de seguros contenida en el Cédigo, se mantuvo en vigencia, précticamente sin modificacién hasta nuestros dias. Enel afio 1899, se forma la actual Asociacién de Aseguradores de Chile, esta- blecida con el fin basico de organizar gremialmente a las Compafifas de Seguros y promover la aplicacién de tarifas y primas adecuadas, evitando la insolvencia del negocio de seguros y la “competencia ruinosa”. En esa época efectuaban el negocio de seguros algunas compaiifas nacionales constituidas como sociedades andnimas y las agencias de compaiifas extranjeras de seguros representadas por firmas de casas comerciales, también extranjeras, radicadas en el pais, todo ello en forma muy limitada, por la poca o ninguna previsidn de los comerciantes y particulares que entregaban al azar sus cuantiosos intereses sin meditar en las consecuencias que podia acarrearles un siniestro, La previsién de riesgos era una nocién casi absolutamente desconocida. Después de una larga tramitacién legislativa, el 19 de Noviembre de 1904, se dict6 la ya referida ley N° 1.712, que por primera vez establecié normas reglamen- tarias de la actividad aseguradora. Regulaba el funcionamiento de las compafiias de seguros extranjeras, los impuestos a que éstas quedaban afectas; de las garantfas que debfan otorgar para poder trabajar en Chile; de las distintas categorfas en que debian clasificarse las compafifas nacionales y extranjeras segiin fuera su capital 26 Fl mismo afio 1865 fue dictado el Cédigo de Comercio de Uruguay. abi neon 2 7 : 2 Osvaino Conreras Smeauci 51 pagado para los efecros de un depésito de garantia en arcas fiscaless egulaba la designacién de Inspectores fiscales, encargados de vigilar las operaciones, libros y cuentas de las Compafifas Nacionales y de las agencias de las Compatiias Ex- tranjetas: y las sanciones aplicables a quienes se presentaban o ejercfan funciones como agentes de Compaiifas de Seguros no estando autorizados por el Presidente de la Reptiblica. El siguiente hito en el desarrollo histérico del seguro en Chile se dio con la ley N° 4.228, de 21 de diciembre de 1927, por medio de la cual se llevé a cabo la nacionalizacidén del comercio de seguros en Chile. Las finalidades primordiales de esta ley fueron en lo concerniente a seguros— fundamentalmente dos: a) La nacionalizacién del comercio de seguros, lo que se obtuvo mediante la reserva del comercio de seguros a las compaiifas nacionales y la creacién de una organizacién especial que permititfa al Estado gozar de parte de la utilidad del negocio de los reaseguros; y b) La organizacién de la fiscalizacién y vigilancia de las compafitas de seguros que operaban en Chile, mediante la creacién de la Superintendencia de Compa- filas de Seguros. Laley N° 4.228 fue de gran importancia en su época, puesto que vino a llenar un vacio de nuestra legislacién comercial en materia de seguros, al deslindar el campo de accién de las compaiifas de seguros nacionales y extranjeras, some- tiéndolas a unas y otras a la supervigilancia de la Superintendencia de Seguros que ella cred; reglamenté el reaseguro y cred la Caja Reaseguradora de Chile; establecié normas generales para la contratacién de los seguros; determing el modo de pagar los siniestros, fijando ~asimismo- las bases especiales para la liquidacién del siniestro producido por incendio, y afiadié reglas a la forma de substanciar la investigacién y los juicios criminales por incendio. Durante los afios inmediatamente posteriores a la dictacidn de la ley N° 4.228 el Gobierno llegé a la conviccién de que, para que se pudieran cumplir en forma mis eficaz sus objetivos, era conveniente efectuar algunas modificaciones a sus disposiciones, que permitieran depurarla de vaguedades y excesos y llenar las omi- siones de que adolecfa, lo que ~en definitiva— se realizé mediante la dictacién del decreto con fuerza de ley N° 251, de 20 de mayo de 1931, que es la norma que actualmente rige a la actividad aseguradora en Chile, atin cuando con numerosas modificaciones posteriores que luego veremos. Esta norma legal fusioné en un solo texto las disposiciones legales que regulaban el fancionamiento de las Compafifas de Seguros, de las Sociedades Anénimas y de las Bolsas de Comercio, credndose para este objeto una sola Superintendencia 52 GeNeRALIDADES que supervigilara estas tres actividades, bajo la denominacién, precisamente, de Superintendencia de Compaaias de Seguros, Sociedades Andnimas y Bolsas de Comercio. La reparticién creada para este efecto dependia del Ministerio de Hacienda y quedaban excluidas de sus disposiciones las actividades de las sociedades anénimas, sujetas a otro tipo de vigilancia, como los bancos. Fue el primer oxganismo de esta naturaleza constituido en un pafs de América del Sur. EI D.EL. No 251, en su versidn original, tiene importancia especialisima porque tuvo vigencia en Chile durante casi 50 afios sin grandes modificaciones y con posterioridad a 1980, afio en que fue objeto de cambios sustantivos, ha seguido rigiendo la actividad aseguradora hasta nuestros dias, aunque con mu- chas otras modificaciones posteriores. En su versidn original este nuevo cuerpo legal mantuvo el principio de la nacionalizacién del comercio de segutos, establecié como entidad piiblica auté- noma la Caja Reaseguradora de Chile y continué con la linea de supervigilancia activa de las entidades aseguradoras iniciada por la ley N° 4.228. Continuando con Ia politica estatal intervencionista en materia de seguros, el 21 de Julio de 1953 se cred en Chile el Instituto de Seguros del Estado como una entidad estatal destinada fundamental, pero no exclusivamente, a cubrir los riesgos que pudieran afectar a los bienes del Estado, de instituciones semifiscales y empresas fiscales de la administracién autdnoma del Estado, fusiondndose para este efecto los departamentos de seguros de vida, incendio, desgravamen hipotecario y de garantia, de las diversas Cajas de Previsién Social, instituciones semifiscales, fiscales o empresas fiscales y de administracién auténoma del Estado y, en general de todas las personas jurfdicas creadas por ley en que el Estado tenia aporte de capital o representacidn. Més adelante, en virtud del D.RL. N° 7, de 23 de Octubre de 1970, se dis- puso que todas las instituciones mencionadas debfan asegurar sus bienes en el instituto de Seguros del Estado, lo que significé darle a esta entidad cl monopolio de todos los seguros fiscales y semifiscales. Reforzando la tendencia reguladora del comercio de seguro, en 1967 se dicts el DS. de Hacienda N° 2.098, que aprobé el Reglamento sobre Productores de Seguros, el que establecfa que los seguros podian ser contratados directamente ante las compafifas aseguradoras, o bien, por intermedio de productores de seguros, normando su actividad detalladamente. ‘Atin cuando desde el afio 1978, se venfa insinuando un cambio paulatino de mentalidad que se encaminaba a abandonar el excesivo intervencionismo del Estado, ese propésito vino a materializarse con la dictacién del decreto ley 1 LAOS ee osn.v0 CONTRERAS STRAUCH 33 N° 3.057 de fecha 10 de Enero de 1980, el que significé un cambio radical y dréstico en los principios de organizacién y reglamentacién del comercio de seguros en Chile respecto a como habia estado caracterizado en el periodo an- terior, desde la dictacién de la ley N° 4.228 de 1927. Poco tiempo después se dicté el decreto ley N° 3.538, de fecha 23 de Di- ciembre de 1980, mediante el cual se creé un organismo denominado Superin- tendencia de Valores y Seguros, institucién auténoma con personalidad jurfdica y pacrimonio propios, sucesora legal de la Superintendencia de Compafifas de Seguros, Sociedades Anénimas y Bolsas de Comercio, destinado tinica y exclu- sivamente a controlar el mercado de valores y la actividad aseguradora”’. La nueva legislacién modificé sustancialmente las bases del comercio de seguros, aplicando los principios de la libre competencia, eliminando el inter- n extranjera yencionismo del Estado y las barreras para la actuacién de la invers en el campo de los seguros. Resulta evidente, que el criterio inspirador de esta nueva legislacién fue por completo distinto al que inspiraba la legislacién del ramo que rigid entre 1927 y 1980, inspirada como vimos, por la idea de “nacionalizar” el comercio de seguros, por lo que fue materia de un largo debate en que tanto las autoridades de gobierno como los técnicos y las entidades aseguradoras y productoras de seguro plantearon sus diferentes puntos de vista. Las principales reformas introducidas por dicha ley fueron, decretar la liber- tad de tasas y tarifas para el cobro de las primas de seguros; incentivar la libre competencia, en el precio del seguro y sancionando cualquier otra conducta que tendiera a evitar o limitar la libre competencia; decretar la libertad de rea- seguro, quedando las entidades aseguradoras en libertad de poder contratar sus reaseguros con otras entidades aseguradoras o reaseguradoras que operen en el mercado nacional, o bien con empresas de reaseguro extranjeras 0 a través de corredores de reaseguro extranjero; otorgar libertad para la inversién de capita- les extranjeros en el ramo; fijacién de normas para la inversién del capital y las teservas técnicas, en resguardo de la solvencia de las compafifas aseguradoras, complementado con el requisito de un capital minimo; un nuevo estatuto para los intermediarios, eliminando el sistema de comisiones reguladas y uniformes; se decreta un sistema de reajuste automatico de los montos asegurados y de las primas, las que deberdn fijarse en base a Unidades de Fomento 0 con otras 77 Como hitos importantes pueden agregarse también, la circular 081, de 8 de septiembre de 1981, dictada Por la Superintendencia para reglamentar el Estatuto de los Corredores de Seguros, y la ley N° 18.046, de fecha 22 de octubre de 1981, que contiene el nuevo régimen legal de las Sociedad Anénimas y que introdujo diversas modificaciones a leyes relacionadas con el Seguro, en particular, al D.BL. No 251.

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