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Los monocitos son un tipo célula sanguínea que pertenece a la clasificación de los glóbulos blancos y

que se localizan junto a los neutrófilos, basófilos, linfocitos y los eosinófilos en el torrente sanguíneo,
por lo que tienen funciones protectoras del organismo.

En la sangre se localizan diversas células que provienen de su lugar de creación en la médula ósea y que
tienen la labor de defendernos de agentes dañinos. Por lo que sus valores alterados nos sirven como un
indicativo de patologías como las inflamaciones, infecciones, cáncer, parásitos, virus y hongos.

Cómo se forman los monocitos?

Primero las células madres de la médula ósea se comienzan a diferenciar para dar origen a los diversos
tipos de leucocitos. Posterior a su creación, son enviados a la sangre para activarse cuando se presentan
las sustancias nocivas que provienen del exterior.

¿Qué función cumplen los monocitos?

Este tipo de leucocitos tienen la labor de identificar a los agentes externos y posteriormente eliminarlos
mediante un proceso celular, llamado fagocitosis. Además, se encargan de desechar a los tejidos
muertos para poder devolver la funcionalidad al tejido afectado.

¿Qué ocasiona que los monocitos se alteren?

Los valores de los monocitos en sangre pueden resultar alterados por múltiples enfermedades, siendo
las mencionadas a continuación las más frecuentes:

Mononucleosis.

Procesos infecciosos.

Virus del papiloma humano.

Tumores de la médula espinal.

Cáncer del sistema linfático.

Artritis reumatoide.

Lupus.

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