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&... c¡JAJ- Ju_ J~1~ ~'"!~

MI
ENSEÑ ANZA JACQUES LA CAN

L
ACAN cae corno un paracaidista ante oyentes
ocasionales. Tiene una hora para de cirles
quién es y lo que hace. Los vuelve sensibles
al siguiente contraste:
a) El inconsciente es aceptado, ya no asombra a
MI
nadie, pero solo por un efe cto de propaganda ; se han
-
acostumbrado al psicoanálisis, pero como a una moda
terap é uti ca, auxiliad a por •charlatan erías• que lo
reducen a lo ya conocido.
~
N
~
ENSEN ANZA
b) Sin embargo, el psicoanálisis introdu ce en una ~
experiencia sin par. El inconscie nte freudiano es una I~
µ;::¡
novedad sin precedentes. Los h echos así revelados son
if1
inasimilables tanto a las evidencias del sentido común
~
como a los presupuestos de la filosofía . Tomados en µ;::¡
serio, exigen repensar todo de nuevo. Lacan mismo se ........
e ntregó a ello porque así fu eron las cosas (anécdotas). ~
Su método consiste en partir de lo que todo el mundo
sabe. Después, lentamente, astutamente, como qui en
juega, hace brotar en cascada conceptos so rprendentes:
un pe nsamiento que no se piensa a sí mismo; un
in consciente que es lenguaje; un lenguaje qu e está
•sobre el cerebro, como una araña•; una sexualidad
que •aguj erea la verd ad•; un Otro donde esta verd ad se
instaura; un deseo que provi ene de él, y que solo se
extrae de él a costa de una pérdida, siempre; y la idea
de que todas estas paradojas responden a una lógi ca,
distinta de lo qu e se llama •el psiquismo•.

~L~
}acques-Alain Miller
en
ISBN 978-950-12-3653-8

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www.paidos.co m o.. P aid ós
www. pa idos a rge n ti na.com. ar
JACQUES LACAN

PARADOJAS DE LACAN

Lo que les enseña un análisis no se obtiene por ningún


otro camino, ni por la enseñanza, ni por ningún otro ejerci-
cio espiritual. Si no, ¿para qué serviría? ¿Esto significa que
MI
hay que callar ese saber? Por muy particular que sea de cada
uno, ¿no habría forma de enseñarlo, de transmitir por lo me-
ENSEÑANZA
nos sus principios y algunas de sus consecuencias? Lacan se
lo preguntó y respondió de distintas maneras. En su Semina-
rio, argumenta a sus anchas. En sus Escritos, pretende demos-
trar, y atormenta la letra a su antojo. Pero también están sus
conferencias, sus entrevistas, sus obras improvisadas, donde
todo avanza más rápido. Se trata de sorprender las opiniones
para seducirlas mejor. Esto es lo que llamamos sus Paradojas.
¿Quién habla? Un maestro de sabiduría, pero de una sa-
biduría sin resignación, una antisabiduría, sarcástica, sardó-
nica. Cada uno es libre de trazarse una conducta según su pa-
recer.
Esta serie, primero consagrada a inéditos, publicará a
continuación fragmentos escogidos de la obra.

~11~
PAIDÓS
Buenos Aires - Barcelona - México
Título original: Mon enseignement
© Éditions du Seuil, 2005

Campo Freudiano. Colección dirigida por


Jacques-Alain Miller y Judith Miller

Lacan,Jacques
Mi enseñanza - l' ed. - Buenos Aires: Paidós, 2006.
152 p.; 18xll cm. Uacques Lacan en Campo Freudiano)
Índice
Traducido por: Nora González

ISBN 978-950-12-3653-8
l. Psicoanálisis Lacaniano. l. Nora González, trad. 11. Nota ..... .... . ···································· 9
Título
CDD 150.195
LUGAR, ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA ........ . . 11

Traducción: Nora A. González


MI ENSEÑANZA, SU NATURALEZA Y SUS FINES .. 77
Revisión: Graciela Brodsky

Cubierta de Gustavo Macri


ENTONCES, HABRÁN ESCUCHADO A LACAN .... 117
1 ª edición, 200 7

Quedan riguroamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Indicaciones biobibliog;ráficas ...................... 145
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cial de esta obra por cualquier medio o procedimienlo, comprendidos la repr0w
grafia y el tratamiento informático, y la distribución de ~jcmpl ares mediante
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Editorial Paidós SAICF
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E-mail: direccion@areapaidos.com.ar
www.paidosargentina.com.ar

Impreso en la Argentina - Printed in Argentina


Queda hecho el depósito que previene la Ley 11 .723

Impreso en Gráfica MPS, Santiago del Estero 338, Lanús,


en marzo de 2007.

Tirada: 5.000 ejemplares

ISBN 978-950-12-3653-8
Estamos en 1967, después en 1968, antes de mayo. Los
Escritos se publicaron a fines de 1966. De todas partes lo
llaman a Lacan para hablar de ellos. Él a veces acepta, via-
ja fuera de la capital. 1
Se encuentra frente a oyentes que no conocen lo que él lla-
ma su «cantinela». Improvisa, cuenta sus desengaños con
sus co/,egas, expone en el estilo más familiar los conceptos del
psicoanálisis. Es divertido. Por ejemplo: «Conocemos el in-
consciente desde siempre. Pero en el psicoanálisis se trata de
un inconsciente que piensa tenaz.mente. Entonces, ¡atención,
un minuto!».
La cosa ll,ega de vez en cuando hasta el sketch, al estilo
de Pierre Dac, de Devos, de Bedos: «Los psicoanalistas no di-
cen en absoluto que saben, pero lo dan a entender. "Nosotros
sabemos muchas cosas, pero sobre eso, ¡mutis!, lo resolvemos
entre nosotros. " Uno entra en este campo de saber por una ex-
periencia única que consiste simp!,emente en psicoanalizarse.
Después de lo cual, se puede hablar: Se puede hablar, lo que
no quiere decir que se hab/,e. Se podría. Se podría si se quisie-

l. También se traslada a Italia, donde da tres confe-


rencias cuyo texto, redactado de antemano, se recoge en
los Autres écrits, Seuil, 2001, pp. 329-359.

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JACQUES LACAN

ra, y se querría si se hablara a gente como nosotros, que sabe,


pero entonces, ¿de que serviría? Luego, uno se calla tanto
con los que saben como con los que no saben, porque los que
no saben no pueden saber".
Después vienen cosas más complejas, pero siempre intro-
ducidas con la mayor simplicidad.
Este tercer libro de las «Paradojas de Lacan" reagrupa Lugar, origen y fin
tres conferencias inéditas en un solo volumen, cuyo texto he
estab/,ecido. Se trata de:
de mi enseñanza
-«Lugar, origen y fin de mi enseñanza,,, en el Vinatier,
en Lyon, asilo fundado bajo la Monarquía de julio; a la con-
ferencia sigue un diálogo con el filósofo Henri Maldiney.
-«Mi enseñanza, su naturaleza y sus fines,,, en Burdeos,
para internos de psiquiatría.
-«Entonces, habrán escuchado a Lacan», en la Facultad
de Medicina de Estrasburgo; el título está tomado del comien-
zo de la conferencia.

Jacques-Alain Miller

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No pienso darles mi enseñanza en forma de
comprimido, me parece algo dificil.
Quizá se haga esto más tarde, ya que la co-'
sa siempre termina así. Cuando uno ha desa-
parecido desde hace suficiente tiempo, se re-
duce a tres líneas en los manuales - en lo que
a mí respecta, manuales no se sabe por otra
parte de qué. Yo no puedo anticipar en qué
manuales seré incluido, porque no anticipo
nada del porvenir de eso a lo que se refiere mi
enseñanza, es decir, el psicoanálisis. No se sa-
be qué llegará a ser este psicoanálisis. Por mi
parte, espero que llegue a ser algo, pero no es
seguro que vaya en esa dirección.
Ven así que este título, «Lugar, origen y fin
de mi enseñanza», puede empezar a cobrar un
sentido que no es solamente condensador. Se

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JACQUES LACAN LUGAR, ORIGEN Y FIN DE MI ENSENANZA

trata para mí de incluirlos a ustedes en algo Seguramente no llegaré tan lejos esta no-
que está empezado, en curso, algo que no ha che porque no puedo de ninguna manera
concluido, que solo terminará probablemente darles un condensado de mi enseñanza. «Lu-
conmigo, si no soy alcanzado por alguno de gar» tendrá así un alcance completamente dis-
esos enojosos incidentes que los hacen sobre- tinto que en la topología, en el sentido de la
vivirse a ustedes mismos. También en este caso estructura, donde se trata por ejemplo de sa-
les diré que no voy en esa dirección. ber si una superficie es una esfera o un anillo,
Está hecho como una disertación bien ar- porque lo que se puede hacer con ellos no es
mada, hay un principio, un comienzo, un fin. en absoluto lo mismo. Pero no se trata de eso.
«Lugar» es porque se debe comenzar por el El lugar puede tener un sentido por comple-
comienzo. to distinto. Se trata simplemente del lugar al
que he llegado y que me ubica en una posi-
1 ción favorable para enseñar, puesto que ense-
ñanza hay.
Al principio no está el origen, está el lugar. Y bien, este lugar debe inscribirse en el re-
Quizás haya dos o tres aquí que tengan cierta gistro de lo que es la suerte común. Se ocupa
idea de mis cantinelas. «Lugar» es un término el lugar al que un acto los empuja así, a la de-
que utilizo a menudo, porque a menudo hay recha o a la izquierda, hacia aquí o hacia allá.
referencias al lugar en el campo a propósito Hubo circunstancias en las que fue necesario
del cual se celebran mis discursos - o mi dis- que tomara las riendas de algo a lo que, a de-
curso, como ustedes quieran. Para orientarse cir verdad, no me creía en absoluto destinado.
en este campo, conviene disponer de lo que se Todo gira en torno al hecho de que la fun-
llama en otros ámbitos más seguros una topo- ción del psicoanalista no es algo evidente, no
logía y tener una idea de cómo está construi- cae de su peso en lo que hace a darle su esta-
do el soporte sobre el que se inscribe lo que tuto, sus costumbres, sus referencias y, justa-
está en juego. mente, su lugar en el mundo.

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JACQUES LACAN LUGAR , ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA

Están los lugares de los que hablé primero, mentaban, hubo desavenencias, lo que se lla-
los lugares topológicos, los lugares en el orden ma conflictos.
de la esencia, y después está el lugar en el En este barullo, me encontré con algunos
mundo, que se consigue, por lo general, a los en una balsa. Durante diez años, a fe mía, vivi-
empujones. En suma, hay esperanzas. Con un mos con los medios de que disponíamos. No
poco de suerte, todos ustedes siempre termi- nos encontrábamos absolutamente sin recur-
narán ocupando un lugar. La cosa no va mu- sos, no nos avergonzábamos. En ese lugar re-
cho más lejos. sultó que lo que yo tenía para decir sobre el
En lo que respecta a mi lugar, las cosas se psicoanálisis cobró cierta dimensión.
remontan a 1953. Estábamos entonces en un Estas no son cosas que se hagan solas. Se pue-
momento que se podía llamar de crisis en el de hablar del psicoanálisis así, ¡bah!, y es muy fá-
psicoanálisis en Francia, cuando se trataba de cil verificar que se habla de él de este modo. Es
instalar cierto dispositivo que debía regular en un poco menos fácil hablar de él cada ocho días
el futuro el estatuto de los psicoanalistas. imponiéndose verdaderamente como discipli-
Todo esto acompañado de grandes prome- na no repetir nunca lo mismo y no decir lo que
sas electorales. Se nos decía que, si seguíamos ya es habitual, aunque no sea del todo inesencial
a fulano, el estatuto de los psicoanalistas esta- conocer lo que ya es habitual. Pero cuando les
ría rápidamente acompañado de todo tipo de parece que lo que ya es habitual deja un poco
sanciones, bendiciones oficiales y, especial- que desear, falla desde el origen, entonces la
mente, médicas. consecuencia es completamente distinta.
Como es habitual en este tipo de promesas, Todo el mundo cree tener una idea sufi-
nada se hizo efectivo. Sin embargo, se efectivi- ciente sobre el psicoanálisis. «El inconsciente,
zó cierta implementación. pues bien, es el inconsciente.» Todo el mundo
Por razones extremadamente contingen- sabe ahora que hay un inconsciente. Ya no hay
tes, este cambio de hábito resultó no convenir problemas, objeciones, obstáculos. Pero ¿qué
a todo el mundo. Mientras las cosas se imple- es este inconsciente?

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JACQUES LACAN LUGAR, ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA

Conocemos el inconsciente desde siempre. Les diré de inmediato que no tomo las co-
Por supuesto, hay un montón de cosas que son sas por ese lado. Resulta que el lado por el que
inconscientes, e incluso sobre las que todo el las tomé resuelve cómodamente esta objeción,
mundo habla desde hace mucho tiempo en la pero incluso ya no es una objeción, porque to-
filosofia. Pero, en el psicoanálisis, el incons- do el mundo ya tiene al respecto sus propias
ciente es un inconsciente que piensa tenaz- ideas.
mente. Es loco lo que se elucubra en este in- Y bien, resulta que el inconsciente es algo
consciente. Son pensamientos, se dice. aceptado, y, por otra parte, se piensa haber
Entonces, ¡atención, un minuto! «Si son aceptado muchas otras cosas en paquete, a
pensamientos, eso no puede ser inconsciente. granel, gracias a lo cual todo el mundo cree sa-
Desde el momento en que se piensa, se piensa ber lo que es el psicoanálisis, salvo los psicoa-
que se piensa. El pensamiento es transparente nalistas, y eso es lo molesto. Ellos son los úni-
para sí mismo, no se puede pensar sin saber cos que no lo saben.
que se piensa.» No solo no lo saben, sino que hasta cierto
Por supuesto, hoy esta objeción ya no tiene punto es algo que se justifica completamente.
ningún alcance. No es que nadie se haya he- Si creyeran saberlo de inmediato, sería grave,
cho verdaderamente una idea de lo que tiene no habría más psicoanálisis en absoluto. A fin
de refutable. Parece refutable cuando en rea- de cuentas, todo el mundo está de acuerdo, el
lidad es irrefutable. Eso es justamente el in- psicoanálisis es un asunto definitivamente re-
consciente. Es un hecho, un hecho nuevo. Ha- glado, pero para los psicoanalistas no puede
rá falta empezar a pensar algo que dé cuenta serlo.
de que puede haber pensamientos inconscien- En este punto la cosa empieza a ponerse in-
tes. No es algo evidente. teresante, y hay dos maneras de proceder en
De hecho, nunca nadie se dedicó en ver- estos casos.
dad a esto que es sin embargo un problema al- La primera es intentar mirar de cerca lo que
tamente filosófico. pasa y cuestionarlo. Una operación, una expe-

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JACQUES LACAN LUGAR, ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA

riencia, una técnica a propósito de la cual los no es grata para todo el mundo. Ahora bien,
técnicos confiesan ser incapaces de ponerse de el psicoanálisis tiene una debilidad así en al-
acuerdo sobre lo más central, lo más esencial. .. guna parte. Se trata de una debilidad muy
No estaría nada mal ver eso, ¿no? Podría des- grande.
pertar simpatías, porque hay, pese a todo, un Todo lo que dije hasta el momento puede
montón de cosas de nuestro destino en común parecerles cómico, pero no son debilidades, es
que son de ese tipo. Son incluso precisamente coherente. Solo que hay algo que lo lleva a un
las cosas de las que se ocupa el psicoanálisis. cambio de actitud, y por eso empieza a volver-
Solo que el destino hizo que los psicoana- se incoherente.
listas adoptasen siempre la actitud opuesta. El psicoanalista sabe bien que debe evitar
No dicen en absoluto que saben, pero lo dan ceder a su debilidad, su inclinación, y en la
a entender. «Nosotros sabemos muchas cosas, práctica cotidiana, por supuesto, tiene mucho
pero sobre eso, ¡mutis!, lo resolvemos entre cuidado. En cambio, el psicoanalista conside-
nosotros.» Uno entra en este campo de saber rado en conjunto, los psicoanalistas cuando
por una experiencia única que consiste sim- hay una multitud, una caterva, quieren que se
plemente en psicoanalizarse. Después de lo sepa que están ahí por el bien de todos.
cual, se puede hablar. Se puede hablar, lo que Están asimismo muy atentos a no tener esa
no quiere decir que se hable. Se podría. Se po- debilidad de dirigirse demasiado rápido al bien
dría si se quisiera, y se querría si se hablara a de la singularidad, al bien de ese con el que tra-
gente como nosotros, que sabe, pero enton- tan, porque saben perfectamente que no es
ces, ¿de qué serviría? queriendo el bien de la gente como se lo alcan-
Luego, uno se calla tanto con los que saben za, y que la mayor parte del tiempo es incluso al
como con los que no saben, porque los que no revés. Felizmente, esta idea es, pese a todo, algo
saben no pueden saber. que ya adquirieron debido a su experiencia.
Después de todo, esta actitud es sostenible. Falta que afuera ellos sean verdaderos pro-
La prueba es que se la sostiene. Sin embargo, pagandistas del psicoanálisis, aunque sería sa-

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JACQUES LACAN LUGAR, ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA

ludable que más gente sepa que no es querien- del cuerpo está en juego en el inconsciente
do mucho el bien de su prójimo como se lo freudiano.
causa. Podría servir. Les doy este ejemplo porque no quiero ex-
No, los psicoanalistas como cuerpo repre- tenderme demasiado. Simplemente agregaré
sentado quieren absolutamente estar del la- que ellos llegarán incluso a hacer creer que la
do correcto, del lado del mango. Entonces, sexualidad de la que hablan es la misma que
para hacer valer esto, es preciso que mues- esa de la que hablan los biólogos. De ninguna
tren que lo que hacen, lo que dicen, ya se en- manera, es charlatanería.
contró en alguna parte, ya está dicho, ya se Después de Freud, el equipo psicoanalíti-
conoce. Cuando se llega a la misma encruci- co hace su propaganda en un estilo que la pa-
jada en otras ciencias, se dice algo análogo, a labra «Charlatanería» explica muy bien. Está
saber, que no es tan nuevo, que ya se ha pen- lo bueno y está el bien, del que acabo de ha-
sado en eso. blarles. Entre los psicoanalistas se ha vuelto
De este modo, se remite este inconsciente en verdad una segunda naturaleza. Cuando se
a antiguos ecos y se borra el límite que permi- reúnen, los problemas que están verdadera-
tiría ver que el inconsciente freudiano no tie- mente en juego, que se discuten, que pueden
ne nada que ver con lo que hasta ese momen- provocar incluso serios conflictos entre ellos,
to se llamó «inconsciente». son problemas para los que saben. Pero a los
Se ha utilizado esta palabra, pero que lo in- que no saben se les cuentan cosas que apun-
consciente sea inconsciente no es lo caracterís- tan a allanarles el camino, abrirles paso. Esto
tico. Lo inconsciente no es una característica es algo aceptado, forma parte del estilo psi-
negativa. Hay en mi cuerpo infinidad de cosas coanalítico.
de las que no soy consciente, lo que no forma Puede sostenerse. No está en absoluto en el
en absoluto parte del inconsciente freudiano. campo de lo que se llamaría lo coherente,
No porque el cuerpo esté comprometido de aunque, después de todo, conocemos muchas
vez en cuando el funcionamiento inconsciente cosas en el mundo que viven sobre esas bases.

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JACQUES LACAN LUGAR, ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA

Forma parte de lo que siempre se hizo en cier- 1ie nden, como «transferencia», para explicar
to registro que por algo califiqué de «propa- que el asunto dura.
ganda», término que tiene un origen comple- Estamos solamente en la puerta de las co-
tamente preciso en la historia y en la estructu- sas. Me veo forzado a comenzar por el comien-
ra sociológica. Me refiero a la Propaganda fidei, zo, si no quiero caer también en la charlatane-
que es el nombre de un edificio en alguna par- ría que consistiría en hacer como si yo creyera
te de Roma, donde todo el mundo puede ha- que ustedes saben algo relativo al psicoanálisis.

.
cer la cuenta de sus entradas y sus salidas, su
contabilidad. Luego, es algo que se hace, siem-
Me veo entonces forzado a plantear al co-
mienzo cierto número de evidencias. Nada de
pre se hizo. La cuestión es saber si es defendi- lo que digo aquí es nuevo. No solo no es nue-
ble a propósito del psicoanálisis. vo, sino que salta a la vista. Todo el mundo per-
¿El psicoanálisis es pura y simplemente una cibe perfectamente que todo lo que se cuenta
terapéutica, un medicamento, un emplasto, en materia de explicaciones ad usum del públi-
polvos de la madre Celestina, todo eso que cu- co relativas al psicoanálisis es charlatanería. Na-
ra? A primera vista, ¿por qué no? Solo que el die puede dudar de ello porque, al cabo de
psicoanálisis no es en absoluto eso. cierto tiempo, la charlatanería se reconoce.
Por otra parte, es preciso confesar que si Observen que lo curioso es que estamos en
fuera eso, uno se preguntaría verdaderamen- 1967, y que esto que comenzó en líneas gene-
te por qué imponérselo a alguien, ya que de rales a principios del siglo - digamos incluso,
todos los emplastos es verdaderamente uno cuatro o cinco años antes, si se llevan las cosas
de los más molestos de soportar. Sin embargo, un poco más lejos y se quiere llamar «psicoa-
si hay gente que se alista en este asunto infer- nálisis» a lo que Freud hacía cuando estaba so-
nal que consiste en ir a ver a un tipo tres ve- lo - , pues bien, sigue estando allí.
ces por semana durante años, es porque, pese El psicoanálisis, con toda su charlatanería,
a todo, la cosa tiene en sí cierto interés. No es fuerte como un roble y goza incluso de una
basta con manipular palabras que no se en- especie de respeto, de prestigio, de efecto de

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JACQUES LACAN LUGAR , ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA

prestancia completamente singular si se pien- De hecho, existe pese a todo gente que no
sa, pese a todo, en lo que son las exigencias sabe en absoluto qué es el psicoanálisis, que
del espíritu científico. De vez en cuando, los no está en él, pero que escuchó hablar de él, y
que son científicos se impacientan, protestan, scuchó hablar tan mal que utiliza el término
se encogen de hombros. Pero queda de todos «psicoanálisis» cuando se trata de nombrar
modos algo, hasta tal punto que la gente capaz cierta manera de operar. Les parirán un libra-
de manifestar las apreciaciones más desagra- co del tipo Psicoanálisis de la Alsacia-Lorena, por
dables sobre el psicoanálisis invocará en otros ejemplo, o del mercado común.
momentos tal o cual hecho, hasta tal o cual Este es un paso verdaderamente introduc-
principio o incluso precepto del psicoanálisis, torio, pero tiene la ventaja de enunciarse muy
citará a un psicoanalista, invocará lo adquirido claramente, y sin más referencia que la que
de cierta experiencia como si se tratara de la conviene al misterio que rodea ciertas palabras
experiencia psicoanalítica. De todos modos, es que se utilizan, palabras que conllevan su efec-
algo que invita a la reflexión. to-choque, que tienen un sentido. Después de
Hubo mucha charlatanería a lo largo de la haberlas escuchado, es preciso reaccionar y
historia, pero, si se mira con atención, no hu- empezar a plantear preguntas. Por ejemplo, la
bo ninguna que sobreviviera tanto, lo cual de- palabra «verdad». ¿Qué es «la verdad»?
be de responder a algo que el psicoanálisis re- Y bien, «psicoanálisis» es una palabra de es-
serva para sí, que constituye justamente este te tipo. A primera vista, todo el mundo perci-
peso, esta dignidad. Es algo que reserva para sí be que quiere decir algo distinto, sobre todo
en una posición que yo incluso alguna vez he que en este caso la verdad está articulada con
llamado con el nombre que merece, «extrate- un modo de representación que da su estilo a
rritorial». esa palabra, «psicoanálisis», y hace secundario
Vale la pena detenerse en esto. En todo ca- su empleo, si puedo decirlo así.
so, es una puerta de entrada al problema que La verdad de la que se trata es exactamente
intento introducir aquí. como en la imagen mítica que la representa.

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JACQUES LACAN LUGAR , ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA

Es algo escondido en la naturaleza y que des- Me gusta mucho Claudel. Es una de mis
pués sale, muy naturalmente, del pozo. Eso sa- debilidades, porque no soy en absoluto «tha-
l.e, pero no es suficiente, eso dice. Eso dice cosas, la». 1 Con ese increíble talen to adivinatorio
y cosas que uno por lo general no esperaba. Es- que tiene verdaderamente siempre, Claudel
to es lo que se escucha cuando se dice - «Fi- le dio un pequeño suplemento de vida a Pon-
nalmente sabemos la verdad sobre este asunto, cio Pilatos.
alguien empezó a confesar». Cuando se habla Cuenta que cuando este se paseaba, cada
de «psicoanálisis», es decir, cuando uno se re- vez que pasaba delante de lo que se llama, en
fiere a ese algo que da la talla, se trata de esto, lenguaje de Claudel por supuesto, un ídolo -
incluso del efecto correlativo que conviene, como si un ídolo fuera una cosa repugnante,
que es lo que llamamos el efecto sorpresa. ¡puaj!-, supongo que por haber planteado la
Uno de mis alumnos me dijo un día, cuan- cuestión de la verdad justamente allí donde
do estaba borracho - cosa que le ocurre des- no había que hacerlo, ante la Verdad misma,
de hace algún tiempo, porque, de vez en cuan- cada vez que pasaba delante de un ídolo,
do, hay en su vida cosas que se le atraviesan, ¡puf1, el vientre del ídolo se abría y se veía que
como se dice - , que yo era un tipo de la clase este no era más que una alcancía.
de Jesucristo. Es evidente, ¿no es cierto?, que Pues bien, es más o menos lo que me ocu-
se reía en mi cara. Yo no tengo la menor rela- rre a mí. No pueden saber el efecto que causo
ción con esta encarnación, soy más bien un ti- a los ídolos psicoanalíticos.
po de la clase de Poncio Pilatos. Sigamos.
Poncio Pilatos no tuvo suerte, yo tampoco.
Él dijo eso que es verdaderamente habitual y
fácil de decir- «¿Qué es la verdad?». No tuvo l. Thala o tala: en la jerga de la Escuela Normal Su-
perior, «católico militante». Se trata de la abreviatura
suerte, se lo preguntó a la Verdad misma, lo
irónica de talapoin (fraile, sacerdote) y también de (ceux
que le trajo todo tipo de problemas, y él no tie-
qui von)t a la (messe), es decir, «los que van a misa» . [N.
ne buena reputación. de la T.]

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LUGAR, ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA
JACQUES LACAN

Evidentemente hay que avanzar en estas De todos modos, hoy hay algo que cambió.
cosas paso a paso. El primer tiempo es el de la La sexualidad es algo mucho más público. A
verdad. Después de lo que se ha dicho de la ver- decir verdad, no creo que el psicoanálisis ten-
dad, o de lo que se cree que esta dice desde el ga mucho que ver. En fin, sostengamos que si
momento en que habla, el psicoanálisis, natu- el psicoanálisis tiene algo que ver, es precisa-
ralmente, ya no asombra a nadie. mente lo que estoy diciendo, a saber, que no
Cuando algo se ha dicho y repetido cierta es verdaderamente el psicoanálisis.
cantidad de veces, pasa a la conciencia común. En las circunstancias actuales, la referencia
Como decía Ma:x Jacob, y como yo accedí a re- a la sexualidad no es en absoluto en sí misma
producir al final de uno de mis escritos, «lo lo que puede constituir esta revelación de lo
verdadero es siempre nuevo», y para ser verda- oculto de la que hablaba. La sexualidad es to-
dero, es preciso que sea nuevo. Es preciso en- do tipo de cosas, los periódicos, la ropa, el mo-
tonces creer que lo que dice la verdad no lo di- do en que uno se conduce, la manera en que
ce completamente de la misma manera como los muchachos y las chicas lo hacen, un buen
lo repite el discurso común. día, al aire libre, en la plaza.
Y después hay cosas que cambiaron. Su vida sexual [sa vie sexueUe] es algo que ha-
La verdad psicoanalítica era que había algo bría que escribir con una ortografía particular.
sumamente importante en la base, en todo lo Les recomiendo vivamente el ejercicio que
que se tramaba en materia de interpretación consiste en intentar transformar la forma en la
de la verdad, a saber, la vida sexual. que se escriben las cosas. Ca visse exueUe, 2 he
¿Es verdad o no es verdad? aquí donde estamos.
Si es verdad, es preciso saber si era sola- Se trata de un ejercicio bastante revela-
mente porque se estaba aún en pleno período dor, y además está a la orden del día. Para
victoriano, cuando la sexualidad tenía en la vi-
da de cada uno el peso que ahora tiene en la 2. El cambio de escritura hace escuchar ¡;a visse (eso o
vida de todos. algo aprieta o ajusta). [N. de la T.]

30 31
JACQUES LACAN LUGA R , ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA

atraer a los aficionados, que están en vías de 111uerte! Como ven, entramos en la gran repre-
considerar como un fracaso que uno haya 1wntación, en la mitología superior.
puesto patas para arriba la lingüística, el se- Hay gente que cree verdaderamente que
ñor Derrida inventó la gramatología. Se ne- t icne la manija de todo esto, que nos habla de
cesita darle aplicaciones. Intenten jugar con <'NtO como si fueran objetos de manipulación
la ortografía, es una manera de tratar el equí- corriente, y entonces se trata de obtener entre
voco que no resulta en absoluto vana. Si es- unos y otros el buen equilibrio, la tangencia,
criben la fórmula fa visse exuelle, verán que la intersección justa, y con gran economía de
puede tener largo alcance. Aclarará ciertas fuerza.
cosas, podrá encender una chispita en los es- ¿Y saben cuál es el fin último? Obtener en
píritus. medio de todo esto, y de las sabias instancias
El hecho de que eso ajuste o encaje tan resultantes, lo que se llama con ese nombre
bien hace que haya evidentemente un gran importante: el yo fuerte, el fuerte yo.
desconcierto sobre el tema de la verdad psi- Y esto se consigue, se logran buenos em-
coanalítica. pleados. Eso es el yo fuerte. Evidentemente, es
Debo decir que los psicoanalistas han sido preciso tener un yo resistente para ser un buen
muy sensibles a esto, y por eso se ocupan de empleado. Se trata de algo que tiene lugar en
otras cosas. Nunca más escucharán hablar de todos los niveles, en el nivel de los pacientes y,
sexualidad en los círculos psicoanalíticos. después, en el nivel de los psicoanalistas.
Cuando se abren las revistas de psicoanálisis, Sin embargo, podemos preguntarnos si el
se observa que son lo más casto que hay. Ya no ideal de un final de cura psicoanalítica es que
se cuentan las historias de alcoba - lo que es un señor gane un poco más de plata que an-
bueno para los periódicos - , sino cosas que tes, y que, en el orden de su vida sexual, se
llegan lejos en el terreno de la moral, como el agregue a la asistencia moderada que deman-
instinto de vida. ¡Ah, seamos fuertemente ins- da a su compañera conyugal la de su secreta-
tintuales de vida, desconfiemos del instinto de ria. En general, se considera que esta es una

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JA C QUE S LA C AN LUG AR , ORI GE N Y FIN DE MI ENSEÑAN Z A

muy buena salida cuando el tipo estaba un po- le sus cuarteles en el mundo, y después inau-
co hasta la coronilla de problemas por ese mo- gure esta extravagante moda terapéutica. ¿Por
tivo, ya sea que haya tenido simplemente una qué tantos discursos para llegar a eso? Debe
vida infernal o que haya sufrido algunas de de haber, pese a todo, algo que no funciona.
esas pequeñas inhibiciones que pueden ocu- Tal vez habría que buscar otra cosa.
rrir en diversos niveles, oficina, trabajo, e in- Se podría pensar en primer lugar que debe
cluso en la cama, ¿por qué no? de haber habido una razón para que la sexua-
Cuando todo esto se levantó, cuando el yo lidad haya asumido una vez la función de la
está fuerte y tranquilo, cuando el sexo ha he- verdad - aunque más no fuera una vez, pero
cho las paces con el superyó, como se dice, y justamente, fue solo una vez. Después de todo,
el ello ya no pica demasiado, pues bien, la co- la sexualidad no es algo tan inaceptable. Y ade-
sa funciona. La sexualidad allí es completa- más, si la asumió una vez, la conserva.
mente secundaria. Lo que está en juego se encuentra verdade-
Mi querido amigo Alexander - porque era ramente al alcance de la mano, al alcance en
un amigo, y no era tonto, pero como vivía en todo caso del psicoanalista, que da testimonio
Norteamérica, respondía a las órdenes - ha de ello cuando habla de algo serio y no de sus
llegado a decir que, en suma, había que consi- resultados terapéuticos. Y lo que está al alcan-
derar la sexualidad como una actividad exce- ce de la mano es que la sexualidad agujerea la
dente. Entiéndase, cuando se hizo todo bien, se verdad.
pagaron regularmente los impuestos, enton- La sexualidad es justame nte el terreno, si
ces, el remanente es lo que le toca a lo sexual. puedo decirlo así, en que no se sabe con qué
Debe de haber habido un error para que la pie bailar a propósito de lo que es verdad. Y
cosa llegue hasta ese punto. Si no, uno no se respecto de la relación sexual siempre se plan-
explicaría verdaderamente la enorme apertu- tea la cuestión de lo que verdaderamente se
ra teórica que se necesitó para que el psicoa- hace, no diré cuando se le dice a alguien un
nálisis se instale e incluso asiente decentemen- «te amo», porque todo el mundo sabe que es

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JACQUES LACAN LUG AR, ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA

una declaración tramposa, sino cuando se tie- la. verdad no es, por supuesto, una metáfora
ne con ese alguien un lazo sexual, cuando la wosera, no es un agujero en la chaqueta, es
cosa tiene una continuación, cuando asume la c:1 aspecto negativo que aparece en lo que
forma de lo que se llama un acto. atañe a lo sexual, justamente, por su incapa-
Un acto no es simplemente algo que les sa- cidad para revelarse. De esto se trata en un
le así, una descarga motriz, como dice gustosa- análisis.
mente y muy a menudo la teoría analítica - Evidentemente, cuando las cosas empiezan
aun cuando, con la ayuda de cierto número de a presentarse así, uno no puede quedarse en
artificios, de diversas facilidades, o incluso del ese lugar. A partir de una pregunta como esta,
establecimiento de cierta promiscuidad, se lle- que es verdaderamente actual, presente para
ga a hacer del acto sexual algo que no tiene todos, se percibe la renovación del sentido de
más importancia, como se dice, que beber un lo que desde el origen Freud ha llamado «Se-
vaso de agua. xualidad».
No es verdad, y lo percibimos rápido, por- Los términos de Freud se reaniman, cobran
que ocurre justamente que se bebe un vaso de otra dimensión. Se percibe incluso entonces su
agua y después se tiene un cólico. La cuestión alcance literario, es decir, hasta qué punto con-
no es evidente por razones que obedecen a la vienen como letras para la manipulación de lo
esencia de la cosa, es decir que uno se pregun- que está en juego. Lo ideal es justamente llevar
ta en esta relación, cuando se es un hombre las cosas tan lejos, Dios mío, como he comen-
por ejemplo, si se es verdaderamente un hom- zado a llevarlas. Yo he llevado a los literatos al
bre, o para una mujer, si se es verdaderamen- extremo, a saber, a lo que se consigue hacer
te una mujer. No solo se lo pregunta el parte- con el lenguaje cuando se quieren evitar los
naire, sino cada uno, uno mismo se lo pregun- equívocos, es decir, reducirlo a lo literal, a las
ta, y esto cuenta para todo el mundo, cuenta letritas del álgebra.
de inmediato. Y esto nos conduce de inmediato a mi se-
Entonces cuando hablo de un agujero en gundo capítulo, el origen de mi enseñanza.

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JACQUES LACAN LUG AR, OR I GEN Y FIN DE MI E NS E ÑANZA

2 ta teoría, que es el mecanicismo. Siempre se la


i 11 terpone cuando se es psiquiatra.
Fijense, aquí es lo contrario de lo de hace Entonces uno se encuentra frente a un tipo
un momento. que tiene lo que Clérambault llamaba «auto-
Les he dicho que el lugar era el accidente. matismo mental», es decir, un tipo que no
A fin de cuentas, yo era empujado al agujero puede hacer un gesto sin que esté comanda-
del que hablamos, donde nadie quiere caer. Si do, sin que se le diga - «El muy bandido va a
me bato seriamente, es porque una vez que hacer esto» . Si ustedes no son psiquiatras, si
uno empezó, no puede detenerse así nomás. simplemente tienen una actitud digamos hu-
Ahora, sobre el tema del origen, pues bien, mana, intersubjetiva, simpática, un tipo que
esto seguramente no querrá decir lo que pue- les cuenta una cosa parecida verdaderamente
de sugerirles, y, en primer lugar, saber en qué debe de dejarlos completamente helados en
momento y por qué la cosa comenzó. alguna parte .
No estoy hablándoles de lo que se llama no- Un tipo que vive así, que no puede hacer
blemente en las tesis de la Sorbona o de otras un gesto sin que se diga - «¡Vaya, alarga el
Facultades de letras los orígenes de mi pensa- brazo, qué idiota!», es algo fabuloso, pero si
miento, ni tampoco de mi práctica. Alguien ustedes han decretado que es debido a una es-
bien intencionado quería que les hable del se- pecie de efecto mecánico en alguna parte, a
ñor de Clérambault, pero no les hablaré de él, una cosa que les cosquillea la circunvolución y
porque, verdaderamente, no corresponde. que además nunca nadie ha visto, verán que
Clérambault me aportó cosas. Me enseñó volverán a sentirse tranquilos. Clérambault me
simplemente a ver lo que tenía delante de mí, enseñó mucho sobre lo que atañe al estatuto
un loco. Como conviene a un psiquiatra, me del psiquiatra.
lo enseñó interponiendo entre yo y eso, un lo- Naturalmente, sobre d automatismo men-
co - que es, a fin de cuentas, lo más inquie- tal, como él lo llamaba, no olvidé la lección.
tante que hay en el mundo - , una muy boni- Mucha gente se dio cuenta después, y lo ex-

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LUGAR , ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA
JACQUES LACAN

presó casi en los mismos términos, pero esto Es probable que para la mayoría de ustedes
no significa que la cosa no tenga siempre su esta sea la primera vez que una idea semejan-
valor cuando alguien lo reconoce por propia te llega a sus oídos con esta incidencia, porque
iniciativa. Dicho esto, él veía muy bien las co- pienso que pese a todo hay aquí un buen nú-
sas, lo cual quiere decir que antes que él nadie mero que aún no ha entrado en el siglo de las
había percibido la naturaleza de este automa- Luces. Probablemente, un buen número de
tismo mental. ¿Por qué, si no es porque co- los presentes crea que el lenguaje es una supe-
rrían aún más los velos? Lograban poner tan- restructura, cosa que ni siquiera Stalin creía.
ta «Facultad de letras» entre ellos y sus locos Él se había dado cuenta de que, si se empeza-
que ni siquiera veían los fenómenos. ba de este modo, la cosa podía andar mal y
Aun hoy podría verse más, se podría descri- que, en un país que me atreveré a llamar avan-
bir de manera completamente diferente la zado - probablemente no tenga tiempo de
alucinación. Bastaría con ser en verdad psicoa- decirles por qué - , esto podía tener conse-
nalista, pero no se lo es. No se lo es exacta- cuencias. Es muy raro que algo que se hace en
mente en la medida en que, si se es psicoana- la Universidad pueda tener consecuencias,
lista, se permanece a esa noble distancia de lo puesto que la Universidad está hecha para que
que todavía se llama, aunque se es psicoanalis- el pensamiento nunca tenga consecuencias.
ta, el enfermo mental. En fin, dejémoslo. Pero cuando se han perdido los estribos, co-
En lo que hace al origen de mi enseñanza, mo ocurrió en alguna parte en 1917, que el se-
pues bien, se puede hablar de ese origen tan- ñor Marr declarase que el lenguaje era una su-
to como de cualquier otro. perestructura habría podido tener consecuen-
El origen de mi enseñanza es bien simple, cias, se habría podido, por ejemplo, empezar
está allí desde siempre, puesto que el tiempo a cambiar el ruso. ¡Momentito!, el tío Stalin
nació con lo que está en juego. En efecto, mi sintió que se armaría la gorda si se hacía eso.
enseñanza es simplemente el lenguaje, absolu- Ven en qué tipo de confusión se iba a entrar.
tamente ninguna otra cosa. «No digan una palabra más al respecto, el len-

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JACQUES LACAN LUGAR, ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA

guaje no es una superestructura», lanza Stalin Abran en cualquier página el libro sobre el
- y en esto está de acuerdo con Heidegger, sueño, que es el primero que apareció, y verán
«el hombre habita el lenguaje». que solo se habla de asuntos de palabras. Co-
No les hablaré esta noche de lo que Heideg- mo verán, Freud se refiere al tema de tal ma-
ger quiere decir con esto, pero, como ven, me nera que percibirán escritas con todas las le-
encuentro forzado a poner la casa en orden. tras las leyes de estructura que Saussure difun-
«El hombre habita el lenguaje», incluso extraí- dió a través del mundo. Él no fue, por otra
do del texto de Heidegger, habla por sí solo. parte, su primer inventor, aunque sí ha sido su
Quiere decir que el lenguaje está antes que el ferviente transmisor, para constituir lo más só-
hombre, lo que es evidente. No solo el hombre lido que se hace hoy bajo la rúbrica de la lin-
nace en el lenguaje, exactamente como nace güística.
en el mundo, sino que nace por el lenguaje. Un sueño en Freud no es una naturaleza
Falta designar el origen de eso de lo que se que sueña, un arquetipo que se agita, una ma-
trata. Aparentemente, antes que yo nunca na- triz del mundo, un sueño divino, el corazón
die concedió la menor importancia al hecho del alma. Freud habla de este como de cierto
de que en los primeros libros de Freud, los li- nudo, de una red asociativa de formas verbales
bros fundamentales sobre los sueños, sobre lo analizadas y que se recortan como tales, no
que se llama la psicopatología de la vida coti- por lo que estas significan sino por una espe-
diana, sobre el chiste, se encuentra un factor cie de homonimia. Cuando una misma pala-
común, salido de los traspiés de la palabra, de bra vuelva a encontrarse en tres entrecruza-
los agujeros en el discurso, de los juegos de pa- mientos de ideas que se le ocurren al sujeto,
labras, de los retruécanos y de los equívocos. ustedes se darán cuenta de que lo importante
Esto confirma las primeras interpretaciones y es esa palabra y no otra cosa. Cuando han en-
los descubrimientos inaugurales de lo que es- contrado la palabra que concentra en torno
tá en juego en la experiencia psicoanalítica, de ella la mayor cantidad de filamentos de es-
en el campo que esta determina. te micelio, saben que allí está el centro de gra-

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JA C QUES LACAN LUGAR, ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA

vedad escondido del deseo en juego. Para de- de obtener un resultado real, a saber, apresar
cirlo todo, es ese punto del que hablaba hace al otro. La verdad solo comienza a instalarse a
un momento, ese punto-núcleo que agujerea partir del momento en que hay lenguaje. Si el
el discurso. inconsciente no fuera lenguaje, no habría nin-
Si me entrego a esta prosopopeya, es sim- gún tipo de privilegio, de interés en lo que se
plemente para volver sensible lo que digo a los puede llamar, en el sentido freudiano, el in-
que aún no lo habrían escuchado. consciente.
Cuando me expreso diciendo que el in- En primer lugar, si el inconsciente no fuera
consciente está estructurado como un lengua- lenguaje, no habría inconsciente en el sentido
je, es para intentar devolver su verdadera fun- freudiano. ¿Habría lo inconsciente? Pues bien,
ción a todo lo que se estructura bajo la égida sí, lo inconsciente, de acuerdo, hablemos de
freudiana, y esto ya nos permite entrever un esto. También esta mesa es inconsciente.
paso. Son cosas que se han olvidado completa-
Porque hay lenguaje, como todos pueden mente a partir de cierta perspectiva, que es la
percatarse, hay verdad. perspectiva llamada evolucionista. En esta
¿En nombre de qué lo que se manifiesta co- perspectiva, se encontró muy natural decir
mo pulsación viviente, lo que puede pasar a un que la escala mineral desemboca naturalmen-
nivel tan vegetativo como se quiera, o al nivel te en una especie de extremo superior donde
más elaborado en lo gestual, sería más verda- vemos verdaderamente funcionar la concien-
dero que el resto? La dimensión de la verdad cia, como si el prestigio de la conciencia de-
no está en ningún lugar mientras solo se trata pendiera de lo que acabo de mencionar. Si so-
de la lucha biológica. ¿Qué agrega una osten- lo se trata de pensar la conciencia como esa
tación en el animal, aun cuando nosotros in- función de conocer que da a los seres particu-
troduzcamos la dimensión de que apunta a en- larmente evolucionados la posibilidad de re-
gañar al adversario? Es tan verdadera como flejar algo del mundo, ¿por qué esta tendría el
cualquier otra, puesto que justamente se trata menor privilegio entre todas las otras fundo-

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JACQUES LACAN LUGAR. ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA

nes que lindan con la especie biológica como lucionadas de los órganos de un organismo vi-
tal? Esas personas a las que se llamó con diver- vo y esta organización de la ciencia.
sos términos peyorativos, los idealistas, lo su- Sin embargo, no carecen completamente
brayaron muy bien. de relación. Allí también hay cables, tubos, co-
Nosotros no estamos, pese a todo, despro- nexiones. Pero un cerebro humano es incluso
vistos de términos serios para establecer la mucho más rico que todo lo que hemos podi-
comparación. Tenemos una ciencia organiza- do construir como máquina. ¿Por qué no pre-
da sobre bases que no son en absoluto las que guntarse por qué no funciona de la misma
ustedes creen. Nada que ver con una génesis. manera?
Para hacer nuestra ciencia, no hemos entrado ¿Por qué no hacemos, también nosotros,
en la pulsación de la naturaleza, sino que he- en veinte segundos tres mil millones de opera-
mos hecho intervenir letritas y numeritos, y ciones, de sumas, de multiplicaciones, y otras
con ellos construimos máquinas que funcio- operaciones usuales, como la máquina, cuan-
nan, vuelan, se desplazan en el mundo, llegan do tenemos muchas cosas más que confluyen
muy lejos, lo cual no tiene absolutamente na- en nuestro cerebro? Cosa curiosa, a veces, por
da que ver con lo que se ha podido imaginar un instante, funciona así. En el conjunto de lo
en el registro del conocimiento. Se trata de al- que podemos constatar, es en los débiles. El fe-
go que tiene su propia organización. La orga- nómeno de los débiles calculadores es muy co-
nización de la ciencia es eso, lo que termina nocido. Ellos calculan como máquinas.
saliendo de allí como su esencia misma, a sa- De ahí que todo lo que es del orden de
ber, nuestras famosas computadoras de diver- nuestro pensamiento sea quizá como la captu-
sos tipos, electrónicas o no. ra de cierto número de efectos de lenguaje so-
Por supuesto, no es algo que funcione solo, bre los que se puede operar. Quiero decir que
pero puedo hacerles notar que no hay por el podemos construir máquinas que son de algu-
momento, y hasta nuevo aviso, ningún modo na manera su equivalente, pero en un registro
de hacer un puente entre las formas más evo- evidentemente más limitado que lo que po-

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JACQUES LACAN LUGAR, ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA

dría esperarse de un rendimiento comparable débil» indica la presencia o ausencia de ciertas


si se tratara en verdad de un cerebro que fun- correlaciones fundamentales sobre las cuales
cionara de la misma manera. se edifica la tolerancia de esta lógica. Una ló-
No digo todo esto para asentar algo firme, gica más débil no es en absoluto menos intere-
sino solo para sugerirles cierta prudencia, que sante que una lógica más fuerte, es incluso
es particularmente válida allí donde la fun- mucho más interesante porque es mucho más
ción podría parecer apoyarse en lo que se lla- difícil de sostener, pero se sostiene a pesar de
ma «paralelismo». No para refutar el famoso todo. Nosotros, psicoanalistas, podemos inte-
paralelismo psicofísico, que es, como todos sa- resarnos en esta lógica, puede ser incluso ex-
ben, una fruslería demostrada hace mucho presamente nuestro objeto interesarnos en
tiempo, sino para sugerir que el corte no se ella, suponiendo que haya una.
hará entre lo físico y lo psíquico, sino entre lo Piensen un poquito en todo esto de un mo-
psíquico y lo lógico. do somero. El aparato del lenguaje está en al-
Cuando se llegó hasta aquí, se entiende pe- guna parte sobre el cerebro como una araña.
se a todo un poco qué quiero decir cuando di- Él es quien captura.
go que me parece indispensable poner en tela Sé que esto puede resultarles chocante y
de juicio lo que ocurre con el lenguaje para pueden preguntarme - «Pero, entonces, pe-
aclarar los primeros abordajes de lo que está en se a todo, ¿qué nos cuenta, de dónde viene es-
juego en cuanto a la función del inconsciente. te lenguaje?». No tengo ni idea. No estoy obli-
En efecto, quizá sea cierto que el incons- gado a saberlo todo. Además, ustedes tampo-
ciente no funciona según la misma lógica que co tienen ni idea.
el pensamiento consciente. Se trata en este ca- No vayan a imaginar que el hombre inventó
so de saber según cuál. el lenguaje. No están seguros de ello, no tienen
No funciona menos lógicamente, no es una ninguna prueba, no han visto ningún animal
prelógica, no, sino una lógica más flexible, humano volverse ante ustedes Romo sapiens.
más débil, como se dice entre los lógicos. «Más Cuando es Romo sapiens, ya tiene el lenguaje.

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JACQUES LACAN LUGAR, ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA

Cuando alguien se interesó en lo que atañe a la trar dicho aparato en el ser interrogado. Se
lingüística, un tal Helmholtz en particular, se percibe simplemente el momento en que eso
prohibió plantear la pregunta por los orígenes. prende, en que eso pica en el niño. Deducir
Fue una decisión sabia. Eso no quiere decir de ello que es el desarrollo del niño el que
que haya que mantener siempre esta interdic- construye las categorías lógicas es una pura y
ción, pero es sabio no fantasear demasiado, y simple petición de principio. Ustedes lo inte-
siempre se fantasea sobre los orígenes. rrogan en el registro de la lógica y él les res-
Esto no quita que se escriban un montón ponde en el registro de la lógica. Claramente,
de obras meritorias de las que podemos ex- él no habrá entrado de la misma manera en
traer ideas completamente divertidas. Rous- todos los niveles del campo del lenguaje. Ne-
seau escribió sobre el tema, e incluso algunos cesita tiempo, eso es seguro.
de mis queridos nuevos amigos de la genera- Un señor que no es en absoluto psicoana-
ción de la Escuela Normal, que consienten en lista había retomado muy bien a Piaget en es-
prestarme la oreja de vez en cuando, han edi- te punto. Se llamaba Vigotski, y ejercía en al-
tado de él un Ensayo sobre el origen de las "lenguas, gún lado cerca de San Petersburgo. Sobrevivió
que es muy divertido, se lo recomiendo. incluso algunos años a los exámenes revolu-
Pero, en fin, hay que prestar atención a to- cionarios, pero, como era tuberculoso, se fue
do lo que atañe a la psicología. A partir del mo- sin terminar lo que tenía que hacer. Él se dio
mento en que perciben esta especie de disocia- cuenta de que, cosa curiosa, la entrada del ni-
ción que he intentado transmitirles esta noche, ño en el aparato de la lógica no debía conce-
tal vez puedan darse cuenta de lo que hay de birse como un hecho de desarrollo psíquico
fútil en la psicología del niño de un Piaget. interior, sino que hacía falta, por el contrario,
Si se interroga a un niño a partir de un apa- considerarla como algo semejante a su mane-
rato lógico que es el del examinador, él mismo ra de aprender a jugar, por así decir.
lógico, e incluso muy buen lógico, como lo es Él había constatado, por ejemplo, que el
Piaget, entonces no debe sorprender encon- niño no accede a la noción de concepto, a lo

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JACQUES LACAN LUGAR, ORIGEN Y FIN D E MI ENSEÑANZA

que responde a un concepto, antes de la pu- mente en el momento en que digo yo. Pero el
bertad. Pero ¿por qué? La pubertad parece de- sujeto no es siempre el sujeto del enunciado,
signar una categoría de otro orden que la idea porque no todos los enunciados contienen yo.
extravagante sobre cómo empiezan a funcio- Aun cuando no hay yo, aun cuando dicen
nar las circunvoluciones cerebrales. Él perci- «llueve», hay un sujeto de la enunciación, hay
bió muy bien esto en la experiencia. un sujeto aunque ya no sea perceptible en la
No puedo no exponer aquí la función del frase.
sujeto, sea lo que fuere que me hayan dicho Todo esto permite representar muchas co-
de antemano. Exageran. Yo considero que us- sas. El sujeto que nos interesa, sujeto no en la
tedes me escuchan muy bien. Son amables y medida en que hace el discurso, sino en que
más que amables, porque no basta ser amable está hecho por el discurso, e incluso está atra-
para escuchar tan bien. pado en él, es el sujeto de la enunciación.
De modo que no veo por qué no · decirles Puedo entonces darles una fórmula que ex-
cosas un poquito más difíciles. pongo como una de las primordiales. Es una
definición de lo que se llama «elemento» en el
3 lenguaje. Siempre se lo llamó «elemento», in-
cluso en griego. Los estoicos lo llamaron «sig-
¿Por qué introduje la función del sujeto co- nifi~ante». Yo enuncio que lo que lo distingue
mo algo distinto de lo que atañe al psiquismo? del signo es que «el significante es lo que re-
No puedo verdaderamente hacerles una presenta al sujeto para otro significante», no
teoría, pero quiero mostrarles cómo se une es- para otro sujeto.
to con la función del sujeto en el lenguaje, Todo lo que pienso hacer esta noche es in-
que es una función doble. tentar interesarlos un poco. No pienso hacer
Está el sujeto que es el sujeto del enuncia- más que desafiarlos y decirles - «Intenten ha-
do, y que resulta bastante fácil localizar. Yo cerlo funcionar». Por otra parte, han tenido
quiere decir este que está hablando efectiva- pese a todo algunas indicaciones aquí y allá,

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JACQUES LA C AN LUG A R, O R I GE N Y FIN DE MI ENSENANZA

puesto que tengo alumnos que muestran de optativo, o incluso el subjuntivo. Pues bien, es-
vez en cuando cómo funciona la cosa. te lugar de verdad adquiere una dimensión
Lo fundamental es que esto necesita la ad- completamente distinta, como se percibe en
misión formal, topológica - poco importa sa- el único enunciado que acabo de decirles.
ber dónde anida - , de cierto cuadro, si uste- Nos introducimos de este modo en la refe-
des quieren, que llamaremos «Cuadro A». A rencia a una verdad muy especial que es la del
veces en el vecindario se lo llama incluso deseo. Nunca se llevó muy lejos la lógica del
«Otro», cuando se sabe lo que cuento, Otro deseo, que no está en indicativo.
[Autre] también con A mayúscula. Para poder Se comenzaron cosas llamadas «lógicas mo-
orientarse en cuanto al funcionamiento del dales», pero nunca se avanzó mucho más, sin
sujeto, hay que definir este Otro como el lu- duda porque no se percibió que el registro del
gar de la palabra. No es desde donde la pala- deseo ha de constituirse necesariamente en el
bra se emite, sino donde cobra su valor de pa- nivel del cuadro A, en otras palabras, que el
labra, es decir, donde esta inaugura la dimen- deseo es siempre lo que se inscribe como con-
sión de la verdad, lo cual es absolutamente in- secuencia de la articulación del lenguaje en el
dispensable para hacer funcionar lo que está nivel del Otro.
en juego. El deseo del hombre, he dicho un día en el
Rápidamente se percibe que, por todo tipo que hacía falta que me hiciera entender -
de razones, esto no puede funcionar por sí so- ¿por qué no habría dicho «hombre»?, en fin,
lo. La razón principal es que suele ocurrir que no es verdaderamente la palabra indicada - ,
este Otro del que les hablo esté representado el deseo a secas es siempre el deseo del Otro,
por un ser vivo real al que ustedes tienen por lo que significa que, en suma, siempre esta-
ejemplo cosas para demandarle, aunque esto mos demandando al Otro su deseo.
no es forzosamente así. Basta con que sea ese Lo que les estoy diciendo es completamen-
al que ustedes le digan algo como - «Quiera te manejable, no es incomprensible. Cuando
Dios que ... », cualquier cosa, y que empleen el salgan de aquí, percibirán de inmediato que

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JACQUES LACAN LUGAR, ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA

es verdad. Basta simplemente pensar en ello y lo no van en contra de lo que dijo Freud, sino
formularlo así. Y además deben saber que ta- que lo vuelven incluso enteramente legible.
les fórmulas son muy prácticas porque se las Son cosas que se desprenden de la lectura
puede invertir. misma de Freud si solo se consiente en no
Un sujeto cuyo deseo es que el Otro le de- leerlo a través de la lupa perfectamente opaca
mande - es simple, se invierte, se da vuelta - , que suelen usar los psicoanalistas para su tran-
pues bien, les da la definición del neurótico. Fí- quilidad personal, porque basta con llevar un
jense qué práctico puede ser para orientarse. poquitito más lejos el juego para percibir que
Solo que hay que prestar mucha atención. No se entra en terrenos muy escabrosos, que re-
se hace de un día para otro. nuevan un poco la disciplina.
Pueden ir más lejos y percibir al mismo No porque se perciba un lazo entre el neu-
tiempo por qué se pudo comparar al religioso rótico y el religioso debe hacerse una colusión
con el neurótico. algo rápida poniéndolos juntos. También hay
El religioso no es en absoluto neurótico, es que ver que, pese a todo, existe un matiz, sa-
religioso. Pero se le parece porque también ha- ber por qué es verdad, hasta dónde es verdad,
ce estratagemas en torno de lo que es el deseo por qué no lo es del todo.
del Otro. Solo que como es un Otro que no Esto no quiere decir que se vaya contra
existe puesto que se trata de Dios, hay que dar- Freud, quiere decir que se lo utiliza. Entonces
se a sí mismo una prueba. Entonces se simula se percibe por qué eso tan opaco que él conta-
que él demanda algo, por ejemplo, víctimas. ba tenía un alcance. El pobre estaba allí, se-
Por eso se confunde esto fácilmente con la ac- gún decía, como un arqueólogo, haciendo
titud del neurótico, en particular, obsesivo. Y es agujeros, zaajas, y recogiendo objetos. Quizás
que se asemeja enormemente a todas las técni- incluso no $abía muy bien lo que había que
cas de las ceremonias sacrificiales. hacer, es decir, dejar las cosas in situ o llevárse-
Todo esto es para decirles que se trata de las de inmediato a su estantería. Se ve enton-
cosas completamente manejables y que no so- ces lo que hay efectivamente de verídico en es-

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JACQUES LACAN LUGAR, ORIG E N Y FIN DE MI ENSEÑANZA

ta búsqueda de la verdad de un nuevo estilo Eso es el complejo de castración. Quiere


que comenzó con Freud. decir que en la significancia se produce nece-
Volvamos a la referencia al deseo del Otro. sariamente algo que es esta especie de pérdida
Si se han tomado el tiempo de obtener una que hace que, cuando el hombre entra en el
construcción correcta del deseo en función campo de su propio deseo como deseo sexual,
del lenguaje, vinculándolo con lo que es suba- solo pueda hacerlo por medio de esta especie
se lingüística fundamental que se llama meto- de símbolo que representa la pérdida de un
nimia, avanzan de manera mucho más riguro- órgano en la medida en que asume en ese ca-
sa en el campo por explorar, que es el campo so función significante, función del objeto
del psicoanálisis. Pueden incluso percibir muy perdido.
bien el verdadero nervio de algo que sigue Dirán que expongo algo que no por ello es
siendo tan opaco, tan obtuso, tan obstruido, más transparente. Pero yo no busco la transpa-
en la teoría psicoanalítica. rencia, busco en primer lugar aferrarme a lo
Si el deseo se constituye en el campo del Otro, que encontramos en nuestra experiencia, y
si «el deseo del hombre es el deseo del Otro », cuando no es transparente, pues bien, mala
ocurre que hace falta que el deseo del hombre suerte.
sea el suyo propio. Pues bien, como se han Hay que admitir de entrada la castración,
ejercitado antes, están en condiciones de ver que es algo a lo que evidentemente no estamos
las cosas de una manera menos precipitada acostumbrados. Esto dificulta que se pueda re-
que en un primer momento, menos consagra- cuperar, alcanzar la transparencia. Se inventan
da a encontrar de inmediato razones anecdó- entonces todo tipo de historias aburridísimas,
ticas. Cuando es preciso que el deseo del hom- incluso las amenazas de los padres, que serían
bre se extraiga del campo del Otro y sea en- los responsables, como si bastara con que los
tonces mío, pues bien, ocurre algo muy curio- padres dijeran algo así para que de ello resulte
so. Cuando le toca desear a él, se da cuenta de una estructura tan fundamental, tan general
que está castrado. como el complejo de castración.

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JA C QUES LACAN LUGAR , ORIGEN Y FIN D E MI ENS E ÑAN Z A

La cosa llega por otra parte hasta el punto pués de todo, con el lenguaje de Lacan no so-
de que la mujer se inventa un falo, el falo rei- lo se escucha a los enfermos tan bien como
vindicado, únicamente por considerarse cas- con el lenguaje generalizado y difundido por
trada, lo que ella justamente no es, la pobreci- los institutos constituidos de otro modo, sino
ta, por lo menos en lo que concierne al órga- que incluso se los escucha mejor.
no, al pene, puesto que no lo tiene en absolu- A veces ocurre que los pacientes dicen co-
to. Que no nos venga a decir que tiene un pe- sas verdaderamente astutas, y lo que dicen es
dacito, eso no sirve para nada. el discurso mismo de Lacan. Solo que si no se
Pese a todo, les diré algo que los tranquili- hubiera escuchado antes a Lacan, ni siquiera
zará, que les permitirá entender un poco más. se habría escuchado al enfermo, y se habría di-
Si hay castración, es quizá simplemente por- cho - «Es otro más de esos enfermos menta-
que el deseo, cuando se trata del suyo, no pue- les que dicen tonterías» .
de ser algo que se tiene, un órgano manipula- Bueno, entonces, pasemos al fin.
ble. No puede ser a la vez el ser y el tener. En-
tonces, el órgano sirve quizá justamente a eso 4
que opera en el nivel del deseo. Es el objeto
perdido porque ocupa allí el lugar del sujeto El fin de mi enseñanza. Si he utilizado el
como deseo. En fin, es una sugerencia. término «fin» no es porque haremos un dra-
Sobre este asunto, restablezcan la paz en su ma. No se trata del día en que esta estire la pa-
espíritu. Moderen sobre todo la impresión de ta. No, el fin es el thelos, el para qué se hace.
que hay una especie de audacia, cuando se tra- El fin de mi enseñanza, pues bien, sería
ta de intentar formalizar de manera correcta hacer psicoanalistas a la altura de esta fun-
lo que es simplemente la experiencia que te- ción que se llama sujeto, porque se verifica
nemos que controlar todos los días. que solo a partir de este punto de vista se
Tenemos alumnos que nos cuentan las his- comprende de qué se trata en el psicoaná-
torias de sus pacientes y que notan que, des- lisis.

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JACQUES LACAN LUGAR, ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA

La expresión «psicoanalistas que estén a la mente que no naciera, y sobre todo en ese ca-
altura del sujeto» puede parecerles poco clara, so, dificilmente se pueda no tenerlo en cuen-
pero es verdad. Intentaré esbozarles qué pue- ta en el hecho de su nacimiento.
de deducirse de esto en la teoría del psicoaná- Lo mínimo sería que los psicoanalistas se
lisis didáctico. dieran cuenta de que son poetas. Esto es lo
No sería una mala preparación que los psi- que tiene de gracioso, incluso de muy gracio-
coanalistas practiquen un poco de matemáti- so. Tomaré el primer ejemplo que se me pre-
cas. El sujeto es allí fluido y puro, no está ama- senta.
rrado ni sujetado en ninguna parte. Los ayu- Utilizo unas notas que he tomado en el
daría, se darían cuenta de que hay ciertos ca- tren pensando en ustedes. Naturalmente,
sos en los que la cosa no circula más porque, agrego, saco. Aunque en el tren no solo tenía
justamente, como vieron hace un rato, el Otro mis papeles, también traía un France-Soir, que
parece escindido entre el lugar de la verdad, entonces miré ...
por un lado, y el deseo del Otro, por otro. Pa- Claudine, como saben, la bonita francesa ...
ra el sujeto, es lo mismo. No sé si la han estrangulado o apuñalado, en
Un sujeto según el lenguaje es ese que se todo caso, hay un norteamericano que se to-
consigue purificar tan elegantemente en la ló- mó el buque rápidamente y que hoy está en
gica matemática. Solo que siempre queda algo un hospicio. ¡Que le aproveche!
previo por citar. El sujeto está fabricado por Pensemos. Está en un hospicio, y un psicoa-
cierto número de articulaciones que se produ- nalista va a verlo, lo cual puede ocurrir porque
jeron, y ha caído como un fruto maduro de la es de muy buena sociedad. Bueno, entonces,
cadena significante. Ya cuando nace, cae de ¿con qué se encontrará? Se encontrará con
una cadena significante - quizá complicada, que había LSD. Parece que él estaba atiborra-
en todo caso elaborada - a la que precisa- do cuando la cosa sucedió.
mente subyace lo que llamamos el deseo de Está el LSD, pero en fin, pese a todo, el
los padres. Aunque este deseo haya sido justa- LSD no debe trastornar completamente las ca-

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JA C QUES LA C AN LUGAR , ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA

denas significantes. En todo caso, esperémos- Pero, después de todo, ¿por qué? ¿Por qué lo
lo para encontrar algo que sea aceptable. Se que pasa actualmente en la transferencia no
observará un impulso asesino, como se dirá, tendría su propio valor? Quizás habría que en-
que se articula perfectamente con cierto nú- contrar otro modo de referencia para justifi-
mero de cadenas significantes que han sido car que se prefiera el punto de vista del psicoa-
completamente decisivas en tal o cual momen- nalista a propósito de los hechos y de lo que
to de su pasado. pasa.
Pero, vamos, es el psicoanalista quien dice No fui yo quien inventó esto. Un psicoana-
eso. ¿Por qué no decir simplemente que él ha lista norteamericano - no todos ellos son idio-
cepillado a la muchacha y listo? Es tan verda- tas - acaba de hacer exactamente estas obser-
dero como percibir que esto tiene causas en vaciones en un número relativamente reciente
alguna parte en el nivel de la cadena signifi- del journal officiel de la psychanalyse.
cante. El psicoanalista dice esto, y lo más fuer- Quiero terminar con cosas vivas, como se
te es que se le cree. dice. Este es un pequeño ejemplo. «Si hubiera
Discúlpenme, se le cree. Si no se le cree, sabido - dice un paciente - , me habría mea-
uno es mal visto, no está a la moda. Habría do en la cama más de dos veces por semana.»
que ver justamente qué significa que se le Les cuento de dónde surge algo semejante.
crea. No doy por sentada, por supuesto, la be- Ocurrió a continuación de toda una serie de
nevolencia de los jueces ingleses. En todo ca- consideraciones sobre diversas privaciones, y
so, se trata de algo que debería invitar al psi- después de haberse aliviado de algunas deu-
coanalista a cierta crítica en lo que es comple- das con las que se sentía sobrecargado. Se sen-
tamente análogo, cuando se trata de la trans- tía cómodo, y emitía de modo bastante extra-
ferencia, por ejemplo. ño su lamento por no haber hecho esto más a
El psicoanalista dice que la transferencia menudo.
refleja algo que estaba en el pasado. Es él Entonces, fíjense, hay algo que me sorpren-
quien lo dice, y la regla del juego es creerle. de completamente, y es que el psicoanalista

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JACQUES LACAN
LUGAR, ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA

no percibe la posición decisiva que tiene al ar-


Quizá baste con saber utilizar lo que no es
ticular, nachtraglich como expresa Freud, un a
más que la simple consecuencia de la coheren-
posteriori [ apres-coup] que funda la verdad de
cia del pensamiento consigo mismo. Cuando
lo precedente. Él no sabe verdaderamente lo
el pensamiento no es demasiado empírico, no
que hace al hacer eso.
consiste en papar moscas y en esperar que nos
Pueden encontrar el a posteriori en las pri-
llegue la inspiración ante los hechos.
meras páginas de cierto diccionario que salió
Por otra parte, ¿cómo decir incluso que es-
hace poco tiempo. Huelga decirles que nadie
taríamos en presencia de puros y simples he-
habría puesto nunca este a posteriori en un
chos en una situación tan articulada, tan inter-
diccionario freudiano si yo no lo hubiera ex-
vencionista, tan artificial como es el psicoaná-
puesto en mi enseñanza. Nadie nunca antes
lisis? No porque el psicoanalista se quede quie-
que yo había notado el alcance de este nachtra-
to y cierre el pico las tres cuartas partes del
glich, aunque esté en todas las páginas de
tiempo, las noventa y nueve centésimas partes
Freud. Sin embargo, es muy importante desta-
del tiempo, hay que considerar que es una ex-
car el a posteriori en este caso.
periencia de observación. Se trata de una ex-
Ningún psicoanalista reflexionó sobre el
periencia en la que el psicoanalista participa, y
asunto, quiero decir que, aunque esté en co-
no hay además ningún psicoanalista que in-
nexión directa con lo que hace como psicoa-
tente siquiera negarlo. Solo que es preciso sa-
nalista, nunca se escribió que cuando se les di-
ber lo que se hace. Aquí menos que en cual-
ce - «¡Dios mío, por qué no me meo en la ca-
quier otra parte, se puede desco11:(:>cer que el
ma más de dos veces por semana!», si saben es-
verdadero resorte de una estruct~~~ científica
cuchar, quiere decir que también hay que con-
es su lógica y no su aspecto empírico.
siderar el hecho de no mear más de dos veces
A partir de ese momento, quizá sea posi-
por semana, y que es preciso dar cuenta de la
ble empezar a ver algo. Y quizás el psicoana-
cifra dos introducida en correlación con el
lista esté mejor ubicado, lo que le permitirá
síntoma enurético.
no ser simplemente un psiquiatra.

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JACQUES LACAN LUGAR, ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA

Figúrense que no tenemos ninguna razón de eso. Voy a plantearles además otro enigma.
para limitar ese famoso d minúscula de A ma- Por otro lado, ¿creen que allí donde el deseo
yúscula, ese deseo del Otro, al campo de la del Otro se funda en lo que se llama la liber-
práctica psicoanalítica. Si no hay conciencia tad, es decir, la iajusticia, las cosas andan me-
colectiva, quizás uno pueda darse cuenta de jor? En este país donde puede decirse todo, in-
que es completamente esencial considerar la cluso la verdad, el resultado es que, se diga lo
función del deseo del Otro, y sobre todo en que se diga, eso no tiene en ningún caso nin-
nuestra época, en cuanto a la organización de gún tipo de consecuencia.
las sociedades. Me gustaría terminar aquí para decirles
Esta consecuencia resulta de la institución que tal vez llegue un momento en el que se
que se llama comúnmente comunismo, a sa- descubra que ser psicoanalista puede dar un
ber, de un deseo del Otro fundado en una jus- lugar en la sociedad.
ticia en el sentido distributivo del término. Ese lugar estará asegurado - espero, estoy
Quizá se pueda percibir aquí más de una co- seguro - sobre todo si en el presente solo lo
rrelación, por un lado, con el sujeto de la cien- sostienen psicoanalistas que, después de to-
cia y, por otro, con lo que resulta de este en el do, en su tiendita esquivan el bulto con habi-
nivel de la relación con la verdad. ¿No sería lidad.
curioso finalmente intentar ver la correlación Evidentemente, el psicoanálisis es quizás
que hay entre cierta instauración del deseo una moda, una moda en primer lugar científi-
del Otro en la cumbre de un régimen y el he- ca que concierne a las cosas referidas al sujeto.
cho de que es requisito indispensable sostener Sin embargo, se volverá algo cada vez más útil
con tesón durante un tiempo considerable un de preservar en medio del movimiento cada
número cada vez más extendido de puras y vez más acelerado en el que entra nuestro
simples mentiras? mundo.
No piensen que estoy sosteniendo un dis-
curso anticomunista. No se trata en absoluto

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LUGAR, ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA
JACQUES LACAN

DISCUSIÓN
ne necesidad, que le es necesaria, porque si to-
do está claro, ya no hay nada. Quiero decir que
si no hay esta resistencia del otro, él no puede
Henri Maúliney -¿Cómo discutir su discur-
so? Habría que hacerlo en una pluralidad de encontrarse a sí mismo.
Ahora bien, el yo así instituido escapa a la le-
puntos, penetrar en las articulaciones, no se lo
gislación del lenguaje, salvo en una lógica de la
puede hacer en su totalidad. Le plantearé una
simple pregunta sobre la distinción de sus dos predicación, y pienso que con la lógica de su
sujetos. exposición, al definir al sujeto del enunciado
usted entra en un sistema de predicación. Aho-
Parece que usted simplifica abusivamente
ra bien, la lógica de la predicación no es sin
el primero, ese que justamente no tiene senti-
do lexical, ese que solo está determinado por embargo más que una forma de lógica, y es se-
el acto de tomar la palabra, ese que no está guramente una lógica del objeto más que una
lógica de la relación sujeto/objeto.
definido simplemente por el conjunto de los
Precisamente, la objetivación presente en
posibles semantemas de la palabra, que por lo
demás no son nunca puros, ni por el conjun- esta lógica me parece completamente contra-
to de morfemas, sino por lo posible de una si- ria a la noción misma de insight, porque esta
tuación. no es más que el segundo tiempo de una sin-

Me parece que, al descuidarlo, se muestra gularización de esa función mucho más funda-
aquí en oposición a Heidegger, a quien usted mental que es la de estar en el mundo. Ahora
bien, estar en el seno mismo de esta lógica y
citaba hace un rato, porque arché en Heidegger
estar en el mundo no es completamente lo
es fundamentalmente presencia y articulación
antes de ser estructura morfológica, antes de mismo. Usted corre el riesgo de permanecer
en el interior del campo de la «experiencia»,
ser sentido. Esta es originariamente soberana
en lo concreto y por fuera del comprender, en para hablar como Husserl.
la situación misma. Igualmente ese yo que toma Y no veo bien qué presencia puede tener la
relación con la cosa, la articulación misma de
la palabra y ese tú, esta alteridad de la que tie-

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JACQUES LACAN LUGAR, ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA

las cosas, perpetuamente presente en Heideg- ción, dije de inmediato que tomaba prestada
ger, si el lenguaje se vuelve verdaderamente el esta fórmula, y esto es lo que he hecho aquí
signo, la forma misma de lo absoluto, más allá con ella. Lo que hace Heidegger con ella es
del principio de realidad, lo que es contrario otro tema.
a la Verneinung de Freud, de la que usted ha Por otra parte, para responder a lo que me
hecho ... parece lo esencial de lo que usted me ha di-
cho, me cuesta ver por qué dice que sacrifico
J L. -Hoy no he hablado en lo más míni- al sujeto de la articulación, de la arché, de la si-
mo de la Verneinung. tuación, el sujeto en la medida en que habla y
que escucha, en la medida en que entra en la
Henri Ma/,diney -No, y sin embargo sí, da- situación presente, en la medida en que es el
do que la represión no se levanta por el senti- ser en el mundo, como usted dice, puesto que
do intelectual de la representación, y que es el precisamente por eso hablo de «división del
sentido que se obtiene por el lenguaje. Me pa- sujeto».
rece que el lenguaje mismo no es contemporá- Digo que el sujeto, por ser sujeto, solo fun-
neo, no nace simplemente con el tiempo. En ciona dividido. Este es todo el alcance de lo
general, el lenguaje se ahorra el tiempo, el que establezco. Debo incluso decirle que esta
sentido en el fondo es reversible, pero solo en división del sujeto la consagro, la denuncio, la
el presente usted puede recuperar ese algo demuestro por vías distintas de esta, reducida,
que no está simplemente en el sentido ... que he utilizado aquí, y que, por otra parte, no
respondía en absoluto por la división misma.
J L. -Se lo ruego, no siga. No invoqué a Habría sido necesario que hiciera algo cuya
mi favor a Heidegger, aunque me he permiti- referencia incluso me he prohibido completa-
do citarlo por encontrar una fórmula sorpren- mente ofrecer esta noche, porque no hay que
dente. Suponiendo que ciertas personas de mi pensar que he hablado de lo que, si me permi-
auditorio hayan incluso pensado en esta rela- ten, llamaré, para ir rápido, no solamente mi

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JACQUES LACAN LUGAR, ORIGEN Y FIN DE MI ENSEÑANZA

enseñanza, sino mi doctrina, y de lo que resul- lenguaje. El descubrimiento del inconsciente


ta de ella. No he podido hacerlo. es eso.
En esta división hay un elemento causal Esto es verdad o no es verdad. Si es verdad,
que es lo que llamo objeto a. Están los que ya es lo que debería impedir, incluso a Heideg-
han escuchado esto y están los que no lo han ger, hablar de lo que ocurre con el sujeto
escuchado. A los que no lo han escuchado siempre de una misma manera. Por otra par-
puede parecerles una rareza, sobre todo por- te, si entramos en una controversia heidegge-
que no tengo siquiera el tiempo para recordar riana, me permitiré anticipar que la utiliza-
de qué orden puede ser, y que tiene una rela- ción que hace Heidegger del término «sujeto»
ción de lo más estrecha con la estructura del está lejos de ser homogénea.
deseo. En todo caso, este objeto a está en el
mismo lugar en que se revela esa singular au- Henri Maúliney -Él no lo utiliza casi nunca.
sencia fálica, en la raíz de lo que he querido
poner aquí en el centro, porque es el centro J L. -Exactamente. Yo lo utilizo.
de la experiencia analítica, a saber, lo que he
llamado, como todo el mundo, castración. Henri Maúliney -Con sus razones.
Entonces, para decir que este sujeto estaba
dividido, simplemente he indicado sus dos po- J L. -Con mis razones, estas que estoy in-
siciones respecto de la función del lenguaje. tentando articularles. Usted me ha hecho en
Nuestro sujeto tal cual es, el sujeto que habla, esta línea cierto número de objeciones en las
si quieren, puede reivindicar la primacía, pe- que intervienen algunos registros de la doctri-
ro nunca será posible considerarlo como pura na freudiana, la represión, la Verneinung, y mu-
y simplemente iniciador libre de su discurso, chas otras cosas. Evidentemente, todo esto ha
en la medida en que, al estar dividido, se liga desempeñado su papel, y ha pasado por el ta-
a ese otro sujeto que es el del inconsciente y miz de mi reflexión durante los diecisiete años
que resulta dependiente de una estructura de - me disculpo - , en que se ha desarrollado

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JACQUES LACAN

lo que he venido a presentar aquí, o más bien


recordar, con tres referencias que he llamado
sucesivamente «lugar, origen y fin de mi ense-
ñanza». Las objeciones que puede hacer, y que
siguen por supuesto presentes, vienen de cier-
ta perspectiva. No ignoro nada de lo que usted Mi enseñanza,
desea preservar, pero aunque solo sea para de- su naturaleza y sus fines
mostrárselo, necesitaría sin duda un diálogo
mucho más largo que el que podemos mante-
ner aquí.

Henri Maldiney -No niego lo que usted di-


ce del inconsciente. Así como usted hace de él
un lenguaje, Husserl hace de él «inactualida-
des». Por consiguiente, no se puede tener un
diálogo, sino, digamos, solamente un doble
monólogo.

J L. -No es específico de lo que pasa en-


tre filósofos. Entre marido y mujer ocurre lo
mismo.

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Si acepté visitar una clínica psiquiátrica, fue
porque tenía motivos para presumir que había
razones para que se me pidiera que participase
en lo que se llama en la jerga actual un coloquio.
No está nada mal este término. Me gusta
bastante. Hablamos juntos, quiero decir en el
mismo sitio, lo que no significa, sin embargo,
que se piense. Cada quien habla, y como es en
el mismo sitio, se coloquia. «Coloquio» es un
término sin pretensión, a diferencia del térmi-
no «diálogo». Dialogar es una de las mayores
pretensiones de nuestra época. ¿Ya han visto
gente dialogar? Las circunstancias en las que
se habla de diálogo se asemejan siempre un
poquito a circunstancias domésticas.
Yo esperaba, pues, coloquiar. Pero dado su
número, será mucho más dificil de lo que pen-
saba.

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JACQUES LACAN MI ENSEÑANZA , SU NATURALEZA Y SUS FINES

El caso es que no he preparado absoluta- porque me parecía el término más simple pa-
mente nada destinado especialmente a uste- ra designar lo que haría.
des. Me resulta fácil decirles por qué. Si me Reuní bajo este título las cosas que había
viera llevado a sostener ante ustedes algunas escrito con objeto de poner algunos puntos de
palabras sin encontrar más apoyo en su asis- referencia, algunos mojones, como postes que
tencia que su silencio, tendría la sensación de se ftjan en el agua para enganchar los barcos,
hacer el gesto de la sembradora. Pero no por- a lo que había enseñando semanalmente du-
que ustedes estén en fila se abren surcos y las rante una veintena de años. No creo haberme
semillas están seguras de encontrar un terre- repetido mucho. Estoy incluso bastante segu-
no donde brotar. Por eso me gustaría que al- ro de ello, porque me impuse como regla, co-
gunas de las personas que se escalonan en es- mo imperativo, no volver a decir nunca las
te auditorio tengan la amabilidad de plantear- mismas cosas. Entonces, esto no deja de cons-
me una pregunta. tituir cierta habilidad.
Por supuesto, es completamente inverosí- En el transcurso de estos largos años de en-
mil, pero es el pedido que hago, como cada vez señanza, de vez en cuando componía un escri-
que me tocó hablar - lo que no me ocurre to que me parecía importante colocar como
muy a menudo - en un contexto que me es un pilar, la marca de una etapa, el punto al
extraño, porque no creo que haya muchos de que se había llegado en tal año o en tal época
ustedes que hayan seguido lo que enseño. de tal año. Después lo reuní todo. Cayó en un
contexto en el que las cosas habían avanzado
1 desde la época en que yo había comenzado
con la enseñanza.
Lo que enseño ha provocado cierto ruido. Hablaba para personas a las que el asunto
La cosa data del día - que aplacé, gracias interesaba directamente, personas precisas
a Dios, tanto tiempo como pude - en que que se llaman psicoanalistas. Lo que decía
reuní algo que debí llamar Escritos, en plural, concernía a su experiencia más directa, más

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JA C QUE S LA C AN MI ENSEÑAN Z A, SU NATURALEZA Y SUS FINES

cotidiana, más urgente. Estaba pensado expre- confian. Como pueden observar, este libro no
samente para ellos, nunca estuvo pensado pa- ha sido muy criticado. Sin duda es muy denso,
ra nadie más. Pero ciertamente me di cuenta dificil de leer, oscuro, y no está pensado en ab-
de que lo que decía también podía interesar a soluto para el consumo corriente.
gente a la que no estaba dirigido y a la que no Ustedes podrían decirme que estas pala-
le concierne en absoluto. Toda producción de bras conllevan quizás una disculpa. Podrían
esta naturaleza posee siempre un carácter querer decir que pienso que debería haber he-
ejemplar, en la medida en que enfrenta una cho uno para el consumo corriente, o incluso
dificultad que se siente, una cosa verdadera, que haré uno. Sí, es posible. Quizá lo intente.
una cosa concreta, para utilizar otro término Pero no es lo que acostumbro. No es comple-
de moda. Leer lo que escribí, aun cuando no tamente seguro que tenga éxito. Quizá sea me-
se entienda muy bien, produce un efecto, re- jor que no intente forzar mi talento. Tampoco
tiene, interesa. No se tiene tan a menudo la considero que sea algo tan deseable en sí, por-
impresión de leer un escrito requerido por al- que lo que enseño terminará entrando en el
go urgente, y que se dirige a personas que tie- consumo corriente. Habrá personas que se
nen verdaderamente algo que hacer, algo que aplicarán a ello, que lo harán circular, aunque
no es fácil de hacer. no será lo mismo, por supuesto, ya que estará
Creo que es en primer lugar por esta razón un poquito reducido. Se intentará hacerlo en-
que la gente aparenta por lo menos leer o ha- trar en ciertos cuchicheos de aprobación. Se
ber leído estos Escritos que, tomados desde otro intentará, en la medida de lo posible, reubicar-
lugar, se puede estar de acuerdo en considerar lo respecto de algunas de esas convicciones
ilegibles. Naturalmente, no me refiero a la gen- bien sólidas que constituyen el sostén de cada
te cuyo oficio sería ese, es decir, los críticos. Es- uno en esta sociedad, como en cualquier otra.
ta lectura los obligaría a mostrar su capacidad No pretendo en absoluto criticar aquí la so-
escribiendo algo que tenga por lo menos una ciedad en que vivimos, la cual no es ni mejor
relación con lo que yo expongo, pero allí, des- ni peor que las demás. Una sociedad humana

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JACQUES LACAN MI ENSEÑANZA , SU NATURALEZA Y SUS FINES

siempre ha sido una locura. Las cosas no an- le produce - ¿cómo llamarlo, Dios mío, de la
dan peor ahora. Seguirán siempre, permane- manera más simple? - la evacuación de la
cerán siempre de la misma manera. Sin em- mierda.
bargo, es preciso reconocer que cada vez hay El hombre es el único animal al que esto le
más ideas desprovistas de aristas. Todo se pro- plantea un problema, pero que resulta prodi-
longa en todo, lo cual termina por causar a to- gioso. Ustedes no se dan cuenta porque tie-
do el mundo y a cada uno una especie de as- nen aparatitos que la evacuan. No imaginan
co. Hace poco, en el almuerzo, en el pequeño adónde va a continuación. A través de cañe-
círculo de quienes me han recibido tan ama- rías, todo se junta en sitios enormes que ni sos-
blemente, se hablaba de lo que se llama la TV, pechan, donde se acumula, y después hay fá-
y de que esta les permitirá llegar a cada mo- bricas que la recogen, la transforman y hacen
mento a la escena del mundo para mantener- con ella todo tipo de cosas que vuelven a la cir-
se al tanto de todo lo cultural. Ya nada se les culación por medio de la industria humana,
escapará de lo que es cultural. que es una industria muy cerrada. Resulta sor-
Me gustaría en este sentido llamarles la prendente que no haya, hasta donde yo sé,
atención sobre una diferencia mayor, que qui- cursos de economía política que le dediquen
zá no se ha destacado bastante, entre el hom- al tema una o dos lecciones. Sin duda se trata
bre y los animales. Vale la pena señalarla por- de un fenómeno de represión que, como to-
que justamente se la olvida. Hablo de una di- dos los fenómenos de represión, se liga a las
ferencia en el contexto de la naturaleza, por- necesidades de las buenas costumbres. Solo
que no quiero en absoluto hacer culturalismo. que no se entiende bien cuáles.
A diferencia de lo que ocurre en todos los Hay un hombre sagaz al que conocí hace
niveles del reino animal - la cosa comienza mucho tiempo, y lamento no haberlo visto
en el elefante y el hipopótamo y termina en la más, es bastante famoso, se llama Aldous Hux-
medusa - , el hombre se caracteriza en la na- ley. Era un hombre encantador, de buena fa-
turaleza por el extraordinario embarazo que milia, y que no era completamente idiota, na-

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JACQUES LACAN
MI ENSEÑANZA, SU NATURALEZA Y SUS FINES

da incluso. No sé si vive aún. Consigan de él Pero en lo que hace a la ecuación gran civi-
- si no recuerdo mal, en francés lo publicó lización = tubos y doacas, no hay excepción. En
Stock - , Adonis y el alfabeto. Este título no Babilonia hay cloacas, en Roma no hay más
anuncia evidentemente el capítulo que con- que eso. La Ciudad comienza por ahí, Cloaca
tiene sobre el tema que acabo de mencionar, máxima. El imperio del mundo le estaba pro-
el gran muladar. metido. Uno debería, pues, sentirse orgulloso.
Siempre resulta chocante hablar del tema, La razón por la cual no se lo está es que, si se
cuando siempre formó parte de lo que se lla- diera a este hecho su alcance, si se puede de-
ma la civilización. Una gran civilización es en cir, fundamental, se percibiría la prodigiosa
primer lugar una civilización que tiene un mu- analogía que hay entre el muladar y la cultura.
ladar. Mientras no se parta de cosas de este ti- Ahora ya no es un privilegio. Todo el mun-
po, no se dirá nada serio. do está más que cubierto en este aspecto. La
Entre los pueblos a los que desde hace cier- cultura se cuaja sobre ustedes. Envarados co-
to tiempo no sé por qué se llama primitivos, mo estamos en este caparazón de desechos
cuando no tienen absolutamente ningún ca- que vienen también de allí, intentamos darle a
rácter de primitivismo, o digamos, en las socie- la cosa vagamente una forma. ¿A qué se redu-
dades de las que se ocupan los etnólogos - ce? A grandes ideas generales, como se dice.
aunque, desde que los teóricos se metieron en La historia, por ejemplo.
ellas farfullando sobre lo primitivo, lo arcaico, La historia acomoda bien las cosas. Y no tie-
lo prelógico y otras fruslerías, ya nadie com- ne un solo sentido, tiene treinta y seis. Hay
prende nada-, pues bien, hay menos proble- gente que le dio un valor de soporte. Natural-
mas de muladar. No digo que no los haya. Qui- mente, por nada del mundo se iría a ver lo
zá porque ellos tienen menos de estos proble- que eso quiere decir exactamente en Hegel.
mas se los llamó salvajes, e incluso buenos sal- Hubo otros antes que él, Bossuet por ejemplo,
vajes, y se los considera gente más cercana a la quien había puesto todo en manos de la Pro-
naturaleza. videncia. Allí por lo menos era claro. Debo de-

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JACQUES LACAN MI ENSEÑANZA , SU NATURALEZA Y SUS FINES

cir que tengo una gran estima por el Discurso preferentemente formalizada. Mientras no se
sobre la historia universal. En primer lugar, él desemboca en una fórmula, en una formaliza-
inauguró el género, y lo hizo sobre principios ción, y en la medida de lo posible matemáti-
claros. Dios empuja los peones sobre el table- ca, no se ve su interés, ni su nobleza. No se ve
ro. He aquí lo que merece, en efecto, el nom- lo que merecería que uno se detenga en el
bre de «historia». Todo gira en torno de la his- asunto.
toria que le ocurrió a un señor. No está mal, La historia sirve para hacer la historia del
esto provocó a otros, hizo la historia mucho pensamiento, quiero decir, para desembara-
más profunda. No digo que estas ideas sean to- zarse finalmente de los pequeños esfuerzos
das inadmisibles, pero se han hecho de ellas así, tímidos, a menudo muy estimables, a me-
usos extraños. nudo escrupulosos - a decir verdad, esto es lo
No crean sin embargo que la cultura es un que sobrevive mejor-, que tal o cual ha podi-
fin que desapruebo. Estoy muy lejos de eso. do hacer para resolver ciertos problemas. Co-
La cultura alivia, alivia completamente de la mo a nuestros profesores les inquietaría enor-
función de pensar, alivia de lo único que tie- memente tirar de la cuerda y decir lo que
ne un leve interés en esta función, que es piensan de la lógica de Descartes, o de algu-
completamente inferior. No veo por qué se nos de esos despistados, les resulta más cómo-
pondría algún acento de nobleza en el hecho do, cuando la cosa resiste más allá de su ben-
de pensar. ¿En qué se piensa? En las cosas que dito tiempo, hacer la historia del pensamien-
no se dominan en absoluto, que es preciso gi- to, lo que conduce a buscar lo que se fueron
rar, dar vueltas, sesenta y seis veces en el mis- endosando unos a otros. Resulta apasionante,
mo sentido antes de lograr comprender. Esto sobre todo cuando es una boludez, y cuando
es lo que se puede llamar el pensamiento. Me- se ve lo que ha sobrevivido de este modo.
ditando muevo, hurgo. Lo cual solo comienza Este mecanismo que les hago observar ope-
a volverse interesante cuando se es responsa- ra de una manera completamente actual. No
ble, a saber, cuando se aporta una solución es teoría, no estoy aquí para destacar la teoría.

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MI ENSEÑANZA, SU NATURALEZA Y SUS FINES

Pueden verlo ante sus ojos, sin ir a la Facultad, demás muy estimable, me ha dicho - «¿Po-
donde es por otra parte lo que les enseñan dría explicar qué relación tiene lo que usted
con el nombre de «filosofia». dice, lo que hace, lo que expone, con el es-
Saben la gran tontería que nos han inven- tructuralismo?». Yo respondí - «¿Por qué
tado recientemente. Está la estructura y está no?». Entonces, planteemos bien las cosas y si-
la historia. Las personas que fueron colocadas gamos el proceso.
en el casillero de la estructura - yo lo estoy, Lo que llamamos el movimiento cultural
no fui yo quien se metió allí, sino que me han tiene una función de mezcla y de homogenei-
puesto - se supone que escupen sobre la his- zación. Cada cosa que emerge posee ciertas
toria. Es absurdo. Evidentemente, no hay es- cualidades, cierto vigor, cierta prominencia.
tructura sin referencia a la historia. Pero pri- Es un brote. Dicho movimiento cultural lo tri-
mero sería necesario saber de qué se habla tura hasta que se vuelve completamente redu-
cuando se habla de estructura. Intentaré de- cido, infame, comunicante con todo.
cirles algo al respecto. A pesar de todo, hay que decir que no satis-
Siempre es dificil pescar sin malentendido face. No por razones ligadas a exigencias inter-
de qué se trata en el campo sobre el que ver- nas, sino comercialmente. Desenraizado, se
daderamente se medita. Como las palabras a agota. Aunque haya pronunciado palabrotas,
menudo han llevado bastante a todo tipo de puedo permitirme repetirles la fórmula que se
confusiones, algunos emplean hoy la reduc- me ocurrió al respecto. Se está de acuerdo en
ción histórica, que no tiene nada que ver con comer mierda, pero no siempre la misma. En-
los derechos teóricos, si puede decirse así, de tonces, intento procurar una nueva.
la función de la historia. Entonces se lanzan El origen de la nueva moda, lo que uste-
cuestiones que conciernen, no a la estructura, des llaman «estructuralismo», es que se quie-
sino a lo que se llama el estructuralismo. re usar para un mismo propósito a hombres
Así, durante una entrevista que precedió a que habían permanecido en sus rinconcitos y
mi venida ante ustedes, una persona, por lo que no encajaban allí fácilmente. Habría que

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estudiar en su conjunto mediante qué proce- 2


sos, qué funciones de resistencia, ellos se en-
contraron aislados, y después asociados, asi- Salta a la vista que lo que enseño se relacio-
milados, aglutinados. Tengo una suerte loca na con lo que se llama la experiencia psicoa-
de ser contado entre ellos, y me hallo muy nalítica.
bien. Son todas personas que pusieron un po- Se quiere trasladar todo esto no sé dónde,
co más de seriedad en sus cosas. Lévi-Strauss, hacia algo que en ningún caso agrega saber,
¡bravo! Seguro que ya no se podrá producir eso que se llama con esa palabra amable que
tan bien en el futuro. Es aplastante. Y des- parece un estornudo, Weltanschauung. Lejos de
pués hay otros. De vez en cuando se cambia mí semejante pretensión. No hay nada a lo que
alguno. le tenga más horror. Gracias a Dios, nunca me
Por ahora, se ocupan seriamente de que to- dedicaré a eso. Ninguna W~ltanschauung. E in-
do esto entre en la circulación general, se ha- cluso todas las otras Weltanschauungen yo las
ce un gran esfuerzo para ello. ¡Ah, sí, la solu- desecho.
ción no es mala! Por ahora, resisto a la opera- Se trata, en lo que enseño, de algo comple-
ción, porque ellos no saben muy bien por qué tamente distinto, de procedimientos técnicos y
punta tomar lo que digo. No lo saben porque precisiones formales que conciernen a una ex-
no tienen la menor idea, y con razón, de a qué periencia que, o bien es seria, o bien es una in-
se refiere todo esto, aunque a sus ojos forme creíble errancia, una cosa loca, delirante. Tie-
parte de lo mismo. Necesitan ocuparse de ne todo este aspecto cuando se la ve desde el
reabsorberlo como el resto, pero no saben có- exterior. El rasgo fundamental del análisis es
mo hacerlo. que la gente termina por darse cuenta de que
Ya hallarán la forma, sobre todo si yo los ha dicho boludeces a granel durante años.
ayudo. Yo por mi parte intento mostrar, partiendo
de lo que elucida su razón de ser, por qué se
sostiene, por qué continúa, por qué llega a al-

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MI ENSEÑANZA , SU NATURALEZA Y SUS FINES
JACQUES LACAN

ta. Se la llama hipótesis. ¿Y por qué hipótesis?


go que muy a menudo no es en absoluto lo
Se trata simplemente de una pregunta correc-
que se cree deber anunciar en el exterior y re-
tamente planteada. En otras palabras, algo ha
clamar en lo que concierne a la operación.
comenzado a cobrar forma de hecho, y un he-
Salta a la vista que es una operación de discur-
cho es siempre hecho de discurso. Un hecho
so, una operación-discurso. Me dirán que hay
admitido, cosa que nadie ha visto nunca, no
quienes pasan todo su análisis callándose. En
es un hecho, es una protuberancia, uno se lo
ese caso, es un silencio elocuente.
lleva por delante, es todo lo que se puede de-
No se esperó al análisis para interesarse en
cir de algo que no está ya articulado como dis-
el discurso. Incluso de él partió todo lo que es
curso.
ciencia. No basta con imaginarse la filosofía
El psicoanálisis, que es un caso absoluta-
<m el registro que les mencionaba hace un ra-
mente inédito de discurso, nos lleva a revisar
to, a saber, cómo se han ido endosando de vez
un poquito la posición del problema desde la
en cuando bellos pensamientos. Aquí no se
raíz. Nos incita, por ejemplo, a interrogar el
trata de eso. La filosofía ha servido para preci-
fenómeno que constituyen la aparición de
sar en qué medida podrían salir de la opera-
una lógica, sus aventuras, y las cosas extrañas
ción-discurso cosas suficientemente ciertas pa-
que ha terminado por mostrarnos.
ra ser calificadas de ciencia.
Hubo un tal Aristóteles cuya posición - po-
Para que salga de allí una ciencia, la nues-
co importa lo que vayan a creer después de es-
tra, que pese a todo muestra su capacidad -
ta declaración - tenía alguna analogía con la
capacidad de qué, habrá que ver, pero en todo
mía. No se puede saber con qué, con quién tra-
caso de eficacia - , se ha dedicado tiempo. Es
taba. Se los llama confusa, vagamente, sofistas.
toda una historia de perfeccionamiento del
Es preciso desconfiar naturalmente de estos
uso correcto del discurso, y nada más.
términos, es preciso ser muy prudentes. Hay,
¿Yla experiencia?, me dirán ustedes.Justa-
en suma, un black-out sobre lo que la gente ex-
mente, la experiencia solo se constituye como
traía del oráculo de los sofistas. Sin duda era al-
tal si_se la hace partir de una pregunta corree-

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JACQUES LACAN MI ENSEÑANZA , SU NATURALEZA Y SUS FINES

go eficaz, puesto que sabemos que se les paga- personas por aquí, por allá, escucharon ha-
ba muy caro, como a los psicoanalistas. Aristó- blar de un tal Godel, sabrán que incluso la
teles extrajo algo de allí que, por otra parte, no aritmética resulta ser un cesto, no digo con
tuvo ningún efecto sobre aquellos a quienes se un doble fondo, pero con un fondo archiagu-
dirigía. A mí me ocurre algo semejante porque jereado. Todo se escapa por un agujero en el
a los psicoanalistas ya bien instalados en el fondo.
asunto lo que yo cuento no les va ni les viene. Es algo interesante, y es posible que intere-
Pero sigamos, sigamos, esperemos. sarse en esto tenga algún valor formador para
Se ha llamado lógica a todas esas cositas alguien como el psicoanalista. Pero por ahora
maravillosas que se encuentran en los Analíti- no hay salida, porque existe un problema
cos primeros, los Segundos, las Categorías. Hoy se bien particular que llamaré la cuestión de la
las menosprecia porque somos nosotros los edad. Para practicar seriamente la lógica, co-
que hacemos la lógica verdadera, la seria, des- mo para todo lo demás en la ciencia moder-
de hace no tanto tiempo, desde mediados del na, es preciso introducirse en ella antes de ha-
siglo XIX, hace un siglo y medio. ber sido por completo idiotizado, precisa-
La lógica correcta, estricta, verdadera, que mente, por la cultura. Evidentemente, siem-
comenzó con un tal Boole, nos permite revi- pre se está un poco idiotizado, uno no escapa
sar algunas ideas. Desde siempre se creyó que a la enseñanza secundaria. Por cierto, esto
cuando se habían planteado algunos buenos también puede tener su valor, porque, como
principios al comienzo, el resultado era algo todos saben, son pocos los que sobreviven a
redondo, y se estaba seguro de caer siempre ella con una verdadera vivacidad científica.
parado. Lo importante era que un sistema no Por ejemplo, mi buen amigo Leprince-Rin-
fuera contradictorio. La lógica eta únicamen- guet, que se idiotizaba al mismo tiempo que
te eso. Y luego se percibe que no es en abso- yo en el colegio en el que usé mi uniforme, se
luto así, y se descubre un mundo de cosas libró de inmediato, de manera viva y brillan-
que se nos escapan. Si por casualidad algunas te. Yo necesité el psicoanálisis para poder sa-

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JACQU E S LA C AN MI ENSEÑAN Z A , SU NA T URALEZA Y SU S FIN E S

lir. Debo decir que no hubo muchos que lo far en el debate o para discutir la3 cuestiones
aprovecharan como yo. eternas del ser y del no ser, si aquello no hu-
La lógica es algo bastante preciso que exige biera tenido efectos formadores? Stóteks inten-
algunos resortes mentales que no estén com- tó incluir ahí una técnica, lo que se llama el
pletamente fatigados por todas las estupideces Organon. De allí salió una descendencia que es
que les han hecho tragar. Sería necesario, la de los filósofos, con el resultado que ven ac-
pues, que yo los tenga bien nuevos. Solo que tualmente, a saber, que está un poquito agota-
ser muy nuevo no es tampoco la mejor condi- do, porque en filosofia estamos en la historia
ción para hacer un buen psicoanalista. Pero del pensamiento, lo que significa que se está
cuando alguien llega después de cierta expe- con la lengua afuera. Felizmente, para inten-
riencia a entrar en la profesión de psicoanalis- tar remontar todo esto, hay aún algunos mo-
ta, es demasiado tarde para enseñarle estas co- nederos falsos, que llamamos fenomenólogos.
sas tan fundamentales que lo formarían en El psicoanálisis es una oportunidad para
cierta práctica. recomenzar.
He hablado de lógica para darles un punto
de mira. No es el único, pero la lógica es ejem- 3
plar si la tomamos en el nivel de Stóteks, por-
que él ha procurado manifiestamente inaugu- Como creo haberlo hecho notar, existe la
rar algo. Ciertamente esa gente, los sofistas, ya más estrecha relación entre la aparición del
utilizaban la lógica, y de una manera sin duda psicoanálisis y la extensión verdaderamente
muy sorprendente, muy brillante, muy eficaz, soberana de las funciones de la ciencia. Aun-
en cierto plano de razonamiento. No por no que no se vea de inmediato, hay cierta rela-
haberla nombrado, la lógica dejó de estar allá, ción de contemporaneidad entre lo que se
es seguro. ¿Por qué habrían tenido tanto éxito aísla y se condensa en el campo analítico y el
en estimular a los ciudadanos, y también a los hecho de que en cualquier otra parte solo la
no ciudadanos, y en darles trucos para triun- ciencia tenga algo para decir.

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JACQUES LACAN MI ENSEÑANZA , SU NATURALEZA Y SUS FINES

Ustedes me dirán que esta es una declara- to un intermediario para saber dónde están al-
ción cientificista. Pero, sí, ¿por qué no? Sin gunos. Ellos consideran que introducir el suje-
embargo, no lo es del todo, porque no agre- to a propósito de Freud es entonces una nove-
go lo que se encuentra siempre al margen de dad, un invento.
lo que se ha convenido en llamar cientificis- Sinceramente, invoco aquí a cualquiera
mo, a saber, cierto número de artículos de fe que no sea psicoanalista, que, por otra parte,
de los que no participo en ninguna medida. no debe de haber muchos. Cualquiera, por
Por ejemplo, la idea de que todo esto repre- poco informado que esté sobre lo que habla-
sentaría un progreso. ¿Progreso en nombre mos, sabe que en Freud se trata de tres cosas.
de qué? La primera es que eso sueña. Eso no es un
Hace un rato se me presentó una objeción sujeto, ¿no? ¿Qué hacemos aquí todos? No me
que vendría aparentemente de ciertos rinco- hago ilusiones, un auditorio, por muy califica-
nes donde se etiquetan psicoanalistas. Debo do que esté, sueña mientras yo estoy aquí lu-
decir que me inspiró. Me la transmitió una se- chando. Cada uno piensa en sus asuntos, su
ñora de la que me han dicho que había dado noviecita con la que se encontrará dentro de
una conferencia sobre lo que cuenta Lacan. un rato, su auto que está fundiendo una biela,
Gracias a ella, en suma, me dejo llevar un po- algo que no anda bien.
quito. Si no entendí mal, la objeción de la que Y después, eso falla. Véase el lapsus, el acto
se trata se formularía así - «¿Por qué encon- fallido, el texto mismo de la existencia de uste-
tró necesario introducir el sujeto? ¿Dónde hay des. De ahí que resulte gracioso, grotesco, lo
huella en Freud del sujeto?». que siempre se está fomentando ante ustedes
Debo decirles que esto me noqueó. Lo ho- respecto de las funciones ideales de la con-
rroroso es que después de cierto tiempo, tiem- ciencia y todo lo que sigue, al modo de la per-
po que desperdicio, se cavó una zanja entre sona que debe llegar a un dominio. No sé de
ustedes y el efecto de la cultura, del periodis- qué se trata. Pueden notar en mis Escritos mi
mo. Ahora que estoy en primer plano, necesi- estupor cuando leo cosas que ha elucubrado

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MI ENSEÑA NZA, SU NATURALEZA Y SUS FINES

mi querido amigo - lo adoro - Henri Ey. Pa- El sujeto del que se trata no tiene nada que
ra él se trataba de civilizar a los psiquiatras, en- ver con lo que se llama lo subjetivo en sentido
tonces inventó el órgano-dinamismo, asunto vago, en el sentido de lo que mezcla todo, ni
completamente rebuscado que no se parece a tampoco con lo individual. El sujeto es lo que
nada. Desafío a cualquiera a ver una relación defino en sentido estricto como efecto del sig-
entre eso con lo que tratamos, el texto del su- nificante. Esto es un sujeto, antes de poder si-
jeto, y lo que sea que él haya elucubrado a pro- tuarse por ejemplo en tal o cual de las perso-
pósito de esta supuesta síntesis, de la construc- nas que están aquí en estado individual, antes
ción de la personalidad, y de no sé qué más. incluso de su existencia de vivientes.
¿Dónde están estas personalidades construi- Se puede, por supuesto, decir por conven-
das? No sé, las busco como Diógenes con una ción - «Es un buen o mal sujeto, es un sujeto
linterna. Lo bello es que, pese a todos los lla- moral, es el sujeto del conocimiento», o de to-
mados que se hacen a estas construcciones, en do lo que quieran. En verdad, es una historia
efecto, eso falla. Eso quiere decir algo. Nunca loca esta idea de sujeto del conocimiento, uno
tuvo éxito más que para los otros. Hay incluso se pregunta cómo se puede seguir hablando
gente en la sala que se levantó. Yo he logrado de esto en las clases de filosofía. Solo puede
acomodarme. significar una cosa, que todo lo que está vivo
En tercer lugar, eso sueña, eso falla, eso ríe. sabe siempre lo suficiente, justo lo necesario
Les pregunto, ¿estas tres cosas son subjetivas o para subsistir. No se puede decir nada más. Es-
no lo son? Habría que saber de qué hablamos. to se extiende a todo el reino animal o, por
Las personas que se preguntan qué necesidad qué no, vegetal.
tuve de restablecer el sujeto cuando se trata de En cuanto a la idea de poner lo que se lla-
Freud no saben absolutamente lo que dicen. ma el hombre en una relación con lo que se
Debo constatar que es allí donde están, cuan- llama el mundo, se necesita que considere-
do imaginaba que, pese a todo, resistían sobre mos este mundo como un objeto y que haga-
la base de algo más relevante. mos del sujeto una función de correlación. El

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JACQUES LACAN MI ENSEÑANZA, SU NATURALEZA Y SUS FINES

mundo pensado como oh-jeto supone un su-je- nes intuitivas que se había hecho y que se des-
to. Esta relación solo puede adquirir sustancia, plazan al mundo e incluso a las categorías su-
esencia, a partir de una gran imagen contem- puestamente intuitivas. Todo el tiempo hace
plativa cuyo carácter por completo mítico es falta que recomience, con el objeto incluso de
manifiesto. Imaginamos que hubo gente que alojarse, por poco que no haya quedado fuera
contemplaba el mundo. Hay evidentemente de este sistema.
en Aristóteles, en ciertos momentos, algo por Por otra parte, es el objetivo del sistema.
el estilo, cuando habla de las esferas. De mo- De otro modo, el sistema fracasa. De ese mo-
do que, simplemente, él no puede dar ningu- do, el sujeto dura. Si algo nos vuelve a causar
na otra teoría de las esferas celestes más que la sensación de que hay un lugar donde se lo
implicar en ellas un movimiento de contem- sostiene, donde se trata con él, es en ese nivel
plación. que se llama el inconsciente. Porque todo fa-
Nosotros sabemos qué es una ciencia. Nin- lla, todo ríe, todo sueña.
guno de nosotros es dueño de la ciencia en su No sueña, no falla ni ríe más que de una
conjunto. La pequeña ciencia corre a todo ga- manera perfectamente articulada. ¿Qué hace
lope por su propio movimiento, hasta tal pun- Freud durante todo el tiempo de su acerca-
to que nosotros no podemos hacer nada. Los miento, su descubrimiento, su actualización
que están más metidos son también los que es- de lo que está en juego en el inconsciente?
tán más embrollados. ¿Cómo pasa su tiempo? ¿Con qué trata? Ya sea
Todo lo que hay allí de experiencia algo texto de sueño, texto de chiste o forma de lap-
ilustrada indica que el sujeto depende de esta sus, él manipula articulaciones de lenguaje, de
cadena articulada que representa la adquisi- discurso.
ción científica. El sujeto tiene que ocupar su En el margen de un pequeño grabado de
lugar, situarse como puede en las consecuen- Goya se encuentra escrito - «El sueño de la
cias de esta cadena. Necesita revisar en cada razón engendra monstruos». Es bello, y como
momento todas las pequeñas representacio- es Goya, lo es más aún. Vemos esos monstruos.

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JACQUES LACAN MI ENSEÑAN Z A , SU NATURALEZA Y S US FI N ES

Cuando se habla, siempre habría que saber se atreven a escuchar de mi parte una breve
detenerse a tiempo. ¿No es cierto que añadir declaración de irracionalismo. Pero no, es lo
«engendra monstruos» hace bien? Es un co- contrario. Lo que se querría dejar fuera, ex-
mienzo de elucubración biológica. También la cluir, a saber, el reino del sueño, se encuentra
biología ha dedicado mucho tiempo a dar a así anexado a la razón, a su imperio, a su fun-
luz ciencia. Se han demorado largamente en ción, a la captura del discurso, al hecho de que
el becerro con seis patas. ¡Ah, los monstruos, el hombre habita el lenguaje, como dice al-
todo esto, la imaginación, nos causa un pla- guien. ¿Es irracionalismo percibir y seguir los
cer. . . ! ¡Oh, qué bien los psicópatas - dicen progresos de la razón en el texto mismo del
los psiquiatras - , algo bulle, hormiguea, in- sueño? Quizá deba transcurrir todo un análisis
venta, imagina, es estupendo! No hay más que antes que suceda lo que podría suceder, asa-
ellos para imaginárselo. No puedo decirles có- ber, que se toque un punto de despertar.
mo es para el psicópata, no lo sigo lo suficien- Freud escribió en algún lado Wo Es war, soll
te, pero por cierto no es en absoluto lo que los /ch werden. Incluso si lo tomamos en el nivel de
psiquiatras imaginan, sobre todo cuando par- su segunda tópica, ¿qué significa sino cierta
ten de no sé qué, de la fisiología de la sensa- manera de definir al sujeto? Allí donde estaba
ción o de la percepción, para pasar a la cons- el reino del sueño, debo advenir, llegar a ser,
trucción, después a la generalización, todo pa- con el acento especial que asume en alemán el
ra intentar pensar en qué lugar tropiezan, los verbo werden, al que hay que darle su alcance
pobres. Como se ve claramente, esto no tiene de progresión en el devenir. ¿Qué puede que-
absolutamente ninguna relación con sus cons- rer decir esto sino que el sujeto ya está en su
trucciones. casa en el nivel del Es?
Sería preciso, entonces, saber detenerse. No debemos perdernos en los detalles de
«El sueño de la razón» - esto es todo. ¿Qué que en la segunda tópica de Freud hay cierto
quiere decir? Que la razón favorece que se per- sistema, el de la percepción-conciencia, que él
manezca en el sueño. Aquí también no sé si no llama das /ch, con el artículo, porque no hay

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JACQUES LACAN MI ENSEÑANZA, SU NATURALEZA Y SUS FINES

en alemán palabras que funcionen como moi y hacérsela percibir mejor. La confusión del suje-
je en francés. 1 Das !ch es algo como las otras to con el mensaje es una de las grandes carac-
dos instancias, para utilizar este término vago terísticas de todas las tonterías que se dicen so-
al que se asocia, el Es y el Überich. ¿Qué es sino, bre la pretendida reducción del lenguaje a la
hablando con propiedad, el nudo del sujeto? comunicación. Lo esencial del lenguaje nunca
Podría incluso tratarse de esta función gro- fue la función de comunicación. De eso partí.
tesca, ridícula, sobre la cual se arrojaron natu- Von Frisch cree que las abejas tienen un
ralmente los que fueron durante un tiempo lenguaje porque se comunican cosas, lo cual
mis compañeros de ruta, y que venían, Dios sa- es exactamente del mismo orden que lo que
be de dónde, llenos de psicología, lo que no es dicen de vez en cuando las personas cuando
una preparación para el psicoanálisis. Hablo pierden el seso, que recibimos mensajes de
de la función de la intersubjetividad. ¡Ah, La- cuerpos estelares, con el pretexto de que nos
can, el «Discurso de Roma», «Función y cam- llega algo. ¿Por qué es un mensaje? Si damos
po de la palabra y del lenguaje», la intersubje- un sentido a la palabra «mensaje», es preciso
tividad! Estás tú, estoy yo, uno se lo dice, se en- que haya una diferencia con la transmisión de
vía cosas, entonces se es intersubjetivo. Todo lo que sea. Si no, todo en el mundo sería men-
esto es puramente confusional. saje. Por otra parte, de cierta manera todo lo
Pienso que deben de conocer mi posición es, dado lo que ponen de moda las funciones
sobre este punto, si no, estoy en condiciones de de transmisión y de vehiculación de informa-
ciones, como se dice. No es dificil percibir que
esta información se la puede formalizar como
l. El francés distingue entre je, forma átona del pro- lo que se inscribe exactamente en sentido in-
nombre personal de la primera persona del singular, que verso a la significación. Esto muestra por sí so-
representa la persona y forma bloque con el verbo, y moi,
lo que no hay que confundir una información
forma tónica de dicho pronombre, que sirve para eviden-
entendida en ese sentido con lo que resulta de
ciar la persona, y se utiliza en posición de complemento.
[N. de la T.] lo que se vehicula en el uso del lenguaje.

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JACQUES LACAN MI ENSEÑANZA, SU NATURALEZA Y SUS FINES

La articulación del lenguaje pone primero mundo lo sabe. La menor experiencia mues-
en discusión lo que está en juego en cuanto al tra justamente que lo que el otro está diciendo
sujeto de la enunciación. El sujeto de la enun- no coincide nunca con lo que dice.
ciación no se confunde en absoluto con ese Por esta razón, incluso, ustedes se matan
que, llegado el caso, dice de sí mismo yo, co- construyendo una lógica para poder poner en
mo sujeto del enunciado. Cuando tiene que el pizarrón pequeños signos sobre los cuales
hablar de él, se llama yo, lo que quiere decir no habrá duda. Se esfuerzan justamente por
simplemente yo que hablo. El yo, tal como apa- eliminar al sujeto. Y, en efecto, a partir del mo-
rece en un enunciado cualquiera, no es más mento en que han puesto letritas, por un tiem-
que lo que se llama un shifter. Los lingüistas pito está eliminado. Lo encontrarán natural-
afirman que es también sujeto de la enuncia- mente al final, bajo la forma de todo tipo de
ción. Digan lo que digan, es completamente paradojas. He aquí lo que hay de convincente
falso. De tal modo es falso que lo falso lo ve- y de apasionante en todos esos intentos de
mos claramente desde que lo conocemos. Hay acorralamiento a los que procede la lógica.
enunciaciones cuyo sujeto siempre pueden Alguien nos indica que, si queremos ha-
buscar. No está en todo caso allí para el que es blar de algo que no es absolutamente el psi-
capaz de decir yo. quismo, sino, aunque parezca imposible, una
Se necesita pese a todo reconstruir un poco metapsicología, es decir, algo completamente
el pretendido esquema de la comunicación. Si distinto de una psicología, hay que hablar del
hay algo que debe volver a discutirse, es muy es- ello, del yo y del superyó. Se actúa como si to-
pecialmente la función de la intersubjetividad, do esto fuera evidente, marchara a la perfec-
como si hubiera una simple relación dual con ción, de la manera más natural, aunque ven-
un emisor y un receptor, y la cosa funcionara ga disfrazado. No es en absoluto así. No solo
perfectamente. No es así en absoluto. se distingue de todo el blablablá de antes, si-
En la comunicación se trata en primer lu- no que, si hay una intersubjetividad de la que
gar de saber lo que eso quiere decir. Todo el se pueda hablar legítimamente, una intersub-

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jetividad no solo dramática, sino incluso trági- yo sabía mucho tiempo antes de encontrarlo
ca, que no tiene nada que ver con el orden de por primera vez en un congreso, donde me di-
la comunicación, una intersubjetividad de jo - «Todo eso está muy bien, todo lo que us-
gente que se empuja y se atasca y se ahoga en- ted dice, yo lo sigo - y se ve que lo sigue:
tre sí -pues bien, esta se presenta bajo la for- cuando escribe un artículo sobre Freud no
ma del ello, del yo y del superyó, y se las arre- puede escribir más que lo que yo he dicho - ,
gla perfectamente sin lo que llamarían un pero ¿por qué, por qué, tiene interés en lla-
mismo sujeto. marlo sujeto?».
Se me pregunta por qué hablo del sujeto, Así, cuando se acercan a ciertos campos,
por qué, según dicen, se lo añado a Freud. En hay siempre un área reservada. Entre la gen-
Freud no se habla de otra cosa. Pero se lo re- te que despunta por ahora, hay uno que se
fiere en forma imperativa, brutal. Es una espe- atrevió un día a escribir un libro sobre Raci-
cie de operación de topadora que pone en ne. ¡Oh!, pero no fue el único, porque había
carne viva todo lo que, desde hace milenios de alguien para quien Racine era su cuadro de
tradición filosófica, se intenta justamente ca- reserva. ¿Cómo se atreve?, etcétera. Aquí el fi-
muflar en lo que hace al sujeto. lósofo estaba listo para decirme - «¿Por qué
Precisamente, en este orden de cosas se seguir llamando sujeto a lo que usted articula
quiere ahora asestar un golpe, como les decía como el inconsciente estructurado como un
hace un rato. Lo que acentué, y no puedo de- lenguaje?».
cir que haya hecho aquí más que sugerir una Cuando los analistas me plantean seme-
dimensión, tiene en efecto un contrapunto jante pregunta, recibo un golpe, pero no
dado por los filósofos. Hay uno, por ejemplo, puedo decir que me sorprenda. Pero de par-
al que me referí brevemente en el primer nú- te de los filósofos es tan desconcertante que
mero de mi revista Scilicet, joven lleno de ta- no encontré ninguna respuesta para dar, sal-
lento que nos reserva aún algunos reciclajes vo decirle - «Conservo al sujeto .. . para ha-
de grandes temas clásicos, de cuya existencia cerlos hablar».

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JACQUES LACAN MI ENSEÑANZA, SU NATURALEZA Y SUS FIN ES

Sin embargo, qué locura sería no retomar ¿No es esta la razón para no abandonar el
este término, del que no sé qué ventura en la término «sujeto» en el momento en que se tra-
tradición filosófica nos conservó el hilo, desde ta finalmente de reorientar su uso?
el Organon de Aristóteles, del que hablaba ha-
ce un rato. Relean o lean las Categorías, mis
queridos amigos, los que de vez en cuando tie-
nen la idea de leer otra cosa que manuales, y
vean al comienzo la diferencia entre sujeto y
sustancia.
Hay allí algo tan crucial que los dos mile-
nios de tradición filosófica de los que hablaba
no han hecho más que intentar reabsorberlo.
Ese al que se considera la cumbre de la tradi-
ción filosófica, Hegel, con, debo decirlo, un
brío deslumbrante, expuso la negación misma
de lo que palpamos en el sueño, a saber, que la
sustancia ya es el sujeto, antes de llegar a serlo
poco después en la fórmula de Freud.
Todo parte del traumatismo inicial de la
afirmación aristotélica que separa de la mane-
ra más rigurosa el sujeto y la sustancia, y que
está completamente olvidada.
Que el sujeto haya sobrevivido a lo largo de
la tradición filosófica muestra, si puede decir-
se así, una verdadera conducta de fracaso del
pensamiento.

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No puedo decir que mi situación sea muy
difícil. Por el contrario, es extraordinariamen-
te fácil. La manera misma en que acaban de
presentarme indica que, de todos modos, ha-
bré hablado como Lacan.
Entonces, habrán escuchado a Lacan.
El género «Conferencia» no es el mío. No
es el mío porque yo doy cada ocho días desde
hace quince años algo que no es una confe-
rencia, algo que, en tiempos de entusiasmo, se
ha llamado seminario, y que es un curso. Pero
se trata, pese a todo, de un seminario, ha con-
servado ese nombre.
No soy yo quien testimoniará al respecto,
sino quienes estaban allí desde el comienzo -
algunos fueron alternando -: no hay uno so-
lo de estos cursos que se haya repetido.

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JA C QU ES LA C AN ENTON CE S, HABRAN ES C UCHADO A LACAN

Hubo un momento en el transcurso de los Es decir que el discurso habría logrado duran-
acontecimientos en que me creí en el deber te siglos constituir un orden lo suficientemen-
de explicar algo al número reducido que me te establecido para que todo se distribuya en
rodeaba, algo que se pondrá en discusión aho- compartimientos, en sectores que no habría
ra. Y es preciso que este algo, Dios mío, sea lo más que estudiar en forma separada, y cada
suficientemente extenso como para que toda- uno solo tendría para aportar su piedrita a un
vía no haya terminado de explicárselo. mosaico cuyos marcos ya estarían lo suficiente-
Es raro. Quizá se trate también de que el mente establecidos porque ya se habría traba-
desarrollo mismo de lo que tenía que explicar jado bastante para eso.
me haya planteado problemas y haya dado lu- El más simple examen de la historia contra-
gar a nuevas preguntas. Quizá. No es seguro. dice la idea de que las capas que se han asen-
Sea como fuere, hoy no puedo de ningún tado en el curso de la historia con el escalona-
modo pretender mencionar siquiera sus prin- miento de los siglos constituirían experiencias
cipales rodeos, aunque solo sea por alusión, que se suman y que al mismo tiempo pueden
para los que saben de qué hablo y conocen in- reunirse para formar esta Universidad - Uni-
cluso más o menos lo que he dicho al respec- versidad de letras, Universitas litterarum, está en
to. el principio de la organización de la enseñan-
Para los otros, que supongo que son una za que lleva este nombre.
parte de esta asamblea, y que saben poco o na- Les ruego que no entiendan por esta pala-
da al respecto, se trata de que no les dé siquie- bra «historia» lo que les enseñan con el nom-
ra una idea, si lo que acabo de decir es cierto, bre de «historia de la filosofía» o de cual-
a saber, que nunca me he repetido. quier otra cosa, que es una chapucería que
A decir verdad, el género «conferencia» su- intenta darles la ilusión de que las diversas
pone ese postulado que está en el principio etapas del pensamiento se engendran una a
mismo del nombre Universidad: hay un uni- la otra. El menor examen prueba que no es
verso, un universo del discurso, se entiende. en absoluto así, y que todo ha procedido, por

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JACQUES LACAN
ENTONCES, HABRÁN ESCUCHADO A LACAN

el contrario, por ruptura, por una sucesión En cuanto a nosotros, estamos inmersos en
de pruebas y comienzos, que han dado cada los resultados de esta ciencia. La más mínima
vez la ilusión de que se podía influir sobre cosa que está aquí, y hasta los raros asientitos
una totalidad. en los que se sientan, son verdaderamente
El resultado es que basta con ir a cualquier consecuencia de esta. Antes se hacían asientos
tienda de libros antiguos y tomar cualquier li- de cuatro patas como sólidos animales, debían
bro de la época del Renacimiento. Ábranlo, parecerse a animales. Ahora adquieren un as-
léanlo verdaderamente, se darán cuenta de pecto levemente mecánico. ¿Ustedes no se
que ya no encontrarán siquiera el hilo conduc- acostumbran? Por supuesto, les faltan los
tor de las tres cuartas partes de las cosas que les asientos antiguos.
preocupaban y les parecían esenciales. En Entonces, imparto una enseñanza que con-
cambio, lo que a ustedes puede parecerles una cierne a algo que nació en ese momento de la
evidencia se engendró en cierta época que, historia y de los siglos en el que ya se estaba
aunque no fue hace veinte, treinta, cincuenta por completo en el contexto de la ciencia, an-
años, no se remonta más allá de Descartes. tes incluso que se lo pudiera decir como aca-
Es que a partir de Descartes ocurrieron bo de decirlo. Se trata del psicoanálisis.
ciertas cosas pese a todo notables, en particu- Yo por mi parte me vi llevado a ubicarme
lar, la inauguración de nuestra propia ciencia, en una posición de enseñanza muy particular
una ciencia a la que distingue una eficacia bas- que consiste en partir otra vez desde cierto
tante sobrecogedora porque interviene hasta punto, cierto terreno, como si nada se hubie-
en lo más cotidiano de la vida de cada uno. Pe- ra hecho. El psicoanálisis significa eso.
ro, a decir verdad, quizá sea esto lo que la di- Es que en cierto campo clásico llamado
ferencia de los saberes precedentes, que siem- hasta aquí «psicología», y que se explica, por
pre se ejercieron de manera más esotérica, supuesto, por todas las condiciones históricas
quiero decir, que eran el supuesto privilegio precedentes, nada se había hecho. Quiero de-
de unos pocos. cir, se había hecho una construcción muy ele-

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JACQUES LACAN ENTONCES , HABRÁN ESCUCHADO A LACAN

gante y útil si se admiten en la base algunos que de vez en cuando hay fracturas, hay gente
postulados que además siempre es preciso que que, en efecto, supo tomar cositas de aquí y de
la psicología reconstruya retroactivamente. En allá para nutrir su discurso, y no es otra la esen-
resumidas cuentas, si se aceptan estos postula- cia de este discurso, que parte de un punto de
dos, todo funciona, pero si algo se cuestiona ruptura.
de manera radical, todo se desorganiza. Si mi enseñanza sirve para que se aprecie a
Mi enseñanza no sirve a esto, sino que esto Freud y se declara al servicio de esto, ¿qué sig-
la domina. Mi enseñanza está al servicio, sirve nifican en este caso las fuentes? Significan pre-
para poner de relieve algo que ocurrió y que cisamente que lo que me interesa no es redu-
tiene un nombre, Freud. cir a Freud a sus fuentes.
Suele suceder que ocurran cosas que lleven Mostraré, por el contrario, su función co-
un nombre. Por sí solo este es un problema mo fractura. Por supuesto, en lo que se refie-
que no se resuelve de ningún modo con la re a hacerlo entrar en vereda, reubicarlo en
ayuda de nociones como las que llamamos in- su lugar en la psicología general, hay otros
fluencias, préstamos, materia. Por supuesto, que se dedican a eso, gracias a lo cual descui-
en muchos casos puede servir saber cuáles son dan lo único interesante, que es por qué
las fuentes. Sirve justamente en el terreno lite- Freud es un nombre en torno del cual se en-
rario, en el terreno y en la perspectiva llamada gancha eso tan singular que coloca a este
Universitas litterarum. Aunque esto no resuelve nombre en la conciencia de nuestra época.
por otra parte absolutamente nada desde que ¿Por qué, después de todo, el nombre de
surge algo que existe un poco, por ejemplo, Freud goza de un prestigio del mismo orden
un gran poeta. Es pura locura querer abordar que el de Marx, sin haber tenido aún, aparen-
el problema en nombre de las fuentes. temente, ninguna de sus consecuencias cata-
El punto de vista «fuentes» puede servir clísmicas? ¿Por qué diablos? ¿Por qué hay todo
también en la enseñanza corriente, lo que lla- un campo en el que no se puede hacer más
mé hace un rato el género «conferencia». Solo que evocarlo y donde tiene incluso un valor de

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JACQUES LACAN ENTONCES , HABRÁN ESCUCHADO A LACAN

punto nodal? - se adhiera o no a lo que él ha Freud nos enseñó que entre estos enfermos
dicho y a lo que constituiría su mensaje, inclu- hay enfermos del pensamiento. Solo que se de-
so, sin que se pueda decir, hablando con pro- be prestar atención a la función así designada.
piedad, lo que esto significa, aparte de una ¿Se está enfermo del pensamiento en el senti-
suerte de mitología que circula. ¿Cómo es po- do en que se dice - «está loco», en el sentido
sible que este nombre esté tan presente en en que esto pasa en el nivel del pensamiento?
nuestras conciencias? ¿Esto es lo que quiere decir?
Que yo me dedique así a hacer valorar a Esto es, en suma, lo que se decía hasta él.
Freud es un asunto completamente distinto de Ahí está todo el problema. Se habla de «psico-
lo que llamaré victorias de pensadores. Por su- patología mental». Hay niveles en el organis-
puesto, tiene su relación con el pensamiento, mo, y está el nivel superior. En el nivel de los
pero es algo que nos instruye sobre lo que comandos, debe de haber en algún lado un ti-
puede haber de sorprendente en la inciden- po en una salita, desde donde puede apagar to-
cia, sobre nuestra historia común, de los efec- do lo que está arriba en la cabeza. Desde cier-
tos del pensamiento. to punto de vista sumario, el pensamiento se
Dado que son médicos los que por ahora imagina así. Hay en alguna parte algo rector, y
llevan la carga del mensaje de Freud, podría si en ese nivel algo se trastorna, se tendrán per-
creerse, sería posible decir que, después de turbaciones del pensamiento. Evidentemente,
todo, lo más importante no es él sino las co- si se apaga todo, se engendrará cierta pertur-
sas concretas con las que ellos se relacionan, bación, pero todos nosotros seguiremos vivos,
concretas en el sentido que esta palabra tie- nos dirigiremos a tientas hacia una puerta, y la
ne como resonancia, cosas como esto, un pe- cosa se restablecerá. Esta es la concepción clá-
dazo, un bloque, algo que se sostiene, en fin, sica del enfermo del pensamiento.
cada uno sabe, los enfermos, que tienen sim- La expresión «enfermo del pensamiento»
plemente cosas para ser tratadas, algo que re- puede entenderse en otro registro. Podríamos
siste. decir «animales enfermos del pensamiento»,

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JACQUES LACAN ENTONCES, HABRÁN ESCUCHADO A LACAN

como se dice «animales enfermos de peste». de esta gradación, de esta pirámide humana de
Es otra acepción. No llegaré a decir que el unos trepados sobre las espaldas de otros que
pensamiento en sí es una enfermedad. El ba- ha permitido en el transcurso de los siglos pro-
cilo de la peste en sí mismo tampoco es una ducir las condiciones de un puro ejercicio del
enfermedad, sino que la engendra. La engen- pensamiento, esencial de aislar para que desde
dra en los animales que no están hechos para allí el pensamiento capture, en sentido inver-
soportar el bacilo. Quizá se trate de eso. Pen- so, todo eso de lo que primero debió preser-
sar no es en sí una enfermedad, pero ocurre varse para garantizar su justo ejercicio.
que puede producir enfermos. Este proceso seguramente no es nada, pues-
Sea como fuere, Freud descubre primero to que parece que de allí se engendró por fin lo
algo bastante cercano a esto. En el nivel de la que es nuestro privilegio, una fisica correcta.
enfermedad, hay pensamiento que circula e Pero tal como se nos representa este trabajo de
incluso pensamiento común, nuestro pan y cultura y aislamiento que apunta a cierta efica-
nuestro vino, el pensamiento que comparti- cia, deja completamente de lado lo que ocurre
mos poco, ese del que se podría decir - con las relaciones del animal humano con el
«Piensen unos en otros». Se trata de ese pen- pensamiento. Ahora bien, él está implicado allí
samiento. Los fenómenos que constituyen desde el origen, y parece incluso cierto que,
cierto campo de enfermedades, el de las neu- desde el nivel más elemental, el más fisiológico
rosis, dependen estrechamente de este «Pien- en el sentido en que esta palabra designa las
sen unos en otros». Esto es con lo que Freud funciones más familiares, estas ya estén implica~
comienza. das en funciones de pensamiento como sostén,
Una tradición que se llamó a sí misma, por como cosa que se enrosca, se desplaza.
qué no, filosófica, pretende que el proceso del En resumen, el trabajo de los filósofos nos
pensamiento sea una función autónoma, o, había dejado suponer que el pensamiento es
más exactamente, que solo se sitúe, se constitu- un acto transparente para sí mismo, que un
ya por la obtención de su autonomía a partir pensamiento que se sabe pensar es el criterio

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ENTONCES, HABRÁN ESCUCHADO A LACAN
JACQUES LACAN

último, la esencia del pensamiento. Todo eso más caduco, lo más desecho, lo más inasimila-
de lo que habíamos creído que teníamos que ble, en el nivel de ciertos desfallecimientos
purificarnos, liberarnos, para aislar el proceso que, aparentemente, solo parecen deberse a la
del pensamiento, a saber, nuestras pasiones, función del déficit. En otras palabras, eso
nuestros deseos, nuestras angustias, hasta nues- piensa en un nivel donde no se aprehende en
tros cólicos, nuestros miedos, nuestras locuras, absoluto a sí mismo como pensamiento.
todo eso parecía ser testigo en nosotros de la in- Esto tiene mayor alcance. Si eso piensa en
trusión de lo que Descartes llama el cuerpo, un nivel en el que no se aprehende a sí mismo,
porque, en la cima de esta purificación del pen- es porque no quiere de ninguna manera apre-
samiento, está el hecho de que no podemos henderse. Sin duda prefiere desprenderse de
comprender de ninguna manera que el pensa- sí mismo aunque sea pensado. Más aún, no re-
miento sea divisible. Todo vendría de la pertur- cibe en absoluto gustoso las observaciones que
bación que provocan las pasiones en el funcio- pudieran venir de afuera a incitar a lo que
namiento de los órganos. Tal es el punto al que piensa a reaprehenderse como pensamiento.
se llega al término de una tradición filosófica. Esto es el descubrimiento del inconsciente.
Por el contrario, Freud, haciéndonos retro- Este descubrimiento se hizo en una época
ceder, nos indica que es en el nivel de nuestras en la que nada era menos discutible que la su-
relaciones con el pensamiento donde hay que perioridad del pensamiento. En particular,
buscar el resorte de toda una tendencia, singu- gente a la que se llamaba en ciertos registros
larmente acrecentada, parece, en el contexto los nobles descendientes de los griegos y los
de nuestra civilización, de gobernar a través romanos, civilizados, se consideraban hom-
de la prevalencia, el crecimiento del pensa- bres finalmente llegados al estadio de su pen-
miento de alguna manera encarnado en los samiento positivo y daban un crédito que la
&rain-trusts, como se dice. El pensamiento está historia nos mostró excesivo al progreso del
desde siempre encarnado, y esto es aún sensi- espíritu humano y a que en ciertas zonas, por
ble para nosotros en lo que consideramos lo poco que uno haya sido algo ayudado, que se

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JACQUES LACAN ENTON C ES , HABRÁN E SCUCHADO A LACAN

les haya tendido la mano, este podía fran- nada de todo lo que nos ha ocurrido desde su
quear una frontera y entrar en el círculo de los época, y que es capaz de inspirarnos puntos de
hombres que en el mundo podían considerar- vista más modestos sobre la perspectiva del
se ilustrados. progreso del pensamiento.
El mérito de Freud fue percibir que hacía Freud no discrepa en nada, sigue allí con su
falta juzgar esto de otro modo, y mucho antes mensaje, que es quizá tanto más fuerte en su
que la historia nos hubiera en efecto llamado incidencia cuanto que permanece aún en el es--
a más modestia. Esta nos mostró lo que palpa- tado más cerrado, más enigmático, incluso si se
mos todos los días desde tal y tal fecha, a saber, logró mantenerlo a flote gracias a cierto nivel
que no hay ninguna suerte de área privilegia- de vulgarización. En ese nivel en que el ser hu-
da en el campo humano definido como el de mano es un pensamiento que felizmente tiene
las personas provistas del poder singular de en su seno la secreta advertencia de que se ig-
manejar el lenguaje. Civilizados o no, son ca- nora a sí mismo, la gente siente que hay en el
paces de los mismos impulsos colectivos, de mensaje freudiano, aun bajo la forma en que
los mismos furores. Siempre han permaneci- por ahora boga, transformado en píldoras, al-
do en un nivel que no hay de ningún modo go precioso, alienado sin duda, pero nosotros
motivos para calificar como más alto o más ba- sabemos que estamos ligados a esta alienación,
jo, como afectivo, pasional o pretendidamente porque es nuestra propia alienación.
intelectual, o desarrollado, como se dice. To- Quienquiera que se tome el trabajo de in-
dos tienen a su alcance exactamente las mis-- tentar alcanzar el nivel al que lleva este mensa-
mas elecciones, que pueden traducirse en los je está seguro de interesar - la prueba está he-
mismos éxitos y las mismas aberraciones .. cha, aunque más no sea por esa compilación
Por reducido que esté, ya que lo transmite de desechos que son mis propios Escritos-, se-
gente más o menos impedida que son los re- guro de interesar singularmente a la gente más
presentantes oficiales de la cosa, el mensaje diversa, más dispersa, más raramente situada, y,
que lleva Freud no discrepa seguramente en para decirlo todo, a cualquiera.

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JACQUES LACAN ENTONCES , HABRÁN ES CUCHADO A LACAN

Esto se hace con gran asombro de los que nivel de «el público en general». El público en
quieren que la literatura esté siempre hecha general no me necesita a mí para apreciar a
para responder a ciertas necesidades. Ellos se Freud, lo cual funciona muy bien con lo que
preguntan por qué mis Escritos se han vendi- hacen los otros, los compañeros. Como les
do. Yo soy amable, cuando un periodista me acabo de explicar, se haga lo que se haga, e in-
pregunta esto, me pongo en su lugar, le digo cluso dejando la carga de la cosa a la corpora-
- «Estoy como usted, no sé». Y después le re- ción de psicoanalistas, de la cual soy uno de
cuerdo que estos Escritos no son más que algu- los florones, se haga lo que se haga, entién-
nos hilos, flotadores, islas, puntos de referen- danlo como quieran, e incluso como yo lo en-
cia que he puesto de vez en cuando para la tiendo, Freud está allí.
gente a la que yo enseñaba. Dejé aparte en El esfuerzo de mi enseñanza hasta aquí no
cierto rincón el comprimido, para que recuer- consiste, pues, en poner de relieve a Freud
den que ya había dicho eso en cierta fecha. para la prensa en general. No tendría razón
Pero, después de todo, los Escritos interesan de ser, y a decir verdad no veo por qué yo me
al periodista que me informa que se los lee, es habría impuesto a mí mismo la preocupación
cierto. Si interesan a tanta gente, es quizá sim- y el esfuerzo, si no se dirigiera a los psicoana-
plemente debido a lo que digo en ellos. Eviden- listas.
temente, en el nivel «necesidad», necesidad Les ofrezco esto en su fórmula más amplia.
concreta por supuesto, que es el principio de to- Necesito considerar que el pensamiento
da publicidad, uno se sorprende. ¿Por qué ten- existe en el nivel más radical y ya condiciona
drían necesidad de estos Escritos, que son, apa- por lo menos una parte inmensa de lo que co-
rentemente, incomprensibles? ¿Quizá necesi- nocemos como animal humano.
tan tener un lugar donde perciben que se habla ¿Qué es el pensamiento? La respuesta no se
de lo que ellos no comprenden? ¿Por qué no? aloja en el nivel en que se considera que su
Si el objetivo de mi enseñanza es que se esencia es ser transparente para sí mismo y sa-
aprecie a Freud, no lo es evidentemente en el berse pensado. Está más bien en el nivel del

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JACQUES LACAN ENTONCES, HABRÁN ESCUCHADO A LACAN

hecho de que todo ser humano al nacer está Freud nos conduce hacia el campo de la se-
inmerso en algo que llamamos pensamiento, xualidad en la medida en que está especial-
pero del cual un examen más profundo de- mente concernido en todos estos fenómenos.
muestra con evidencia, y esto desde los prime- Sin embargo, la estructura y el material en jue-
ros trabajos de Freud, que es completamente go designan el inconsciente, puesto que todo
imposible captar lo que está en juego, salvo esto pasa sin el menor auxilio de lo que hasta
apoyándose en su material, constituido por el entonces hemos considerado que era el pensa-
lenguaje en todo su misterio. miento, es decir, algo capaz de captarse a sí
Digo «misterio» en el sentido en que nada mismo como consciente. De aquí parten
está esclarecido a propósito de su origen, pero Freud y la báscula que él introduce.
algo es perfectamente formulable, por el con- Esto plantea problemas completamente
trario, a propósito de sus condiciones, de su nuevos.
aparato, y de cómo está hecho un lenguaje, El primero de todos es saber si la concien-
por lo menos, lo que se llama su estructura. cia misma es esa cosa que pretende ser quizá
Negar que Freud partió de allí es negar la la más imponderable de las cosas, pero segu-
evidencia, negar el testimonio que constituyen ramente la más autónoma, y si el inconscien-
para nosotros sus grandes primeras obras, es- te no sería una simple consecuencia, un deta-
pecialmen te la Traumdeutung, la Psicopatologia lle, y un detalle afectado de ilusión, en rela-
de la vida cotidiana y el Witz, que hemos tradu- ción eón lo que ocurre con los efectos de
cido como El chiste. Freud en primer lugar de- cierta articulación radical, esa que captamos
signa el campo del inconsciente en fenómenos en el lenguaje, en la medida en que sería ella,
que se presentan en apariencia como irracio- después de todo, la que habría engendrado
nales y caprichosos, como tapones: el sueño es lo que está en discusión con el nombre de
absurdo, el lapsus ridículo, e irrisorio el Witz pensamiento.
que nos hace reír no se sabe por qué. En otras palabras, el pensamiento no tiene
Me veo obligado a ir rápido. que concebirse como una especie de flor que

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JACQUES LA C AN ENTON C ES . HABRÁN ES C UCHAD O A LA C AN

apunta a la cumbre de no se sabe qué evolu- tros pueden por lo menos tener alguna efica-
ción, de la que cuesta ver por lo demás cuál se- cia para introducir la cuestión?
ría el factor común que la destinaría a produ- Sea como fuere, puesto que se trata de cier-
cir esta flor. Se trata para nosotros de volver a ta pasión, sufrimiento, puesto que se trata de
interrogar seriamente su origen. un pensamiento, del que no puede captarse
En todo caso, el pensamiento no se nos en ninguna parte quién lo piensa como una
presenta seguramente por ahora bajo la forma conciencia, un pensamiento que en ninguna
de una función calificable en ningún grado de parte se capta a sí mismo, un pensamiento so-
«superior». Es por el contrario una condición bre el que siempre es posible preguntarse
previa en el interior de la cual se alojan como quién lo piensa, esto basta para que cualquie-
pueden toda una serie de funciones animales, ra que se introduzca en esta rara dialéctica de-
desde las superiores, como se dice, que pue- ba haber renunciado, por lo menos para sí, a
den situarse en el nivel del neuroeje, hasta las la prevalencia del pensamiento en la medida
que pasan en el nivel de las tripas, y que se lla- en que se capta a sí mismo.
man, no se sabe por qué, inferiores. Quiero decir que el psicoanalista no solo
En otras palabras, lo importante es volver a debe haber leído más o menos bien a Freud y
poner en discusión todo este escalonamiento guardado para sí esos casilleros del universo
de entidades que tiende a hacernos entender psicológico gracias a lo cual está bien claro por
los mecanismos orgánicos como algo jerarqui- anticipado que «tú es tú, yo soy yo», y yo, en to-
zado, cuando de hecho quizás haya que situar- do caso, porque soy psicoanalista, soy por su-
los en el nivel de cierta discordancia radical puesto el pícaro encargado de conducirte por
del marco de quizá tres registros que designo los recovecos de un palacio con el que desde
como lo simbólico, lo imaginario y lo real. Ni hace mucho tiempo estoy familiarizado.
siquiera sus distancias recíprocas son homogé- El psicoanalista debe ser capaz, en su prác-
neas. Ponerlas en una misma lista ya tiene al- tica, de presentificarse en todo momento co-
go de arbitrario. ¿Qué importa, si estos regis- mo el que sabe cuál es su propia dependencia

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JACQUES LACAN ENTONCES, HABRÁN ESCUCHADO A LACAN

respecto de algunas cosas que en principio de- tendencia llamada primitiva, impedirá que, a
bió palpar en su experiencia inaugural, y por medida que avance la relación llamada de
ejemplo su dependencia con respecto a cierto transferencia, se lo cuestione según el modo
fantasma. Se trata de algo que está, en princi- fundamental de la neurosis, en la medida en
pio, perfectamente a su alcance. Él no debe que implica el juego huidizo de la demanda y
considerar que sabe, con el pretexto de que se el deseo. Nada podría desplazarse en un caso
lo va a ver en calidad de lo que he llamado el cuando el psicoanalista no siente efectivamen-
sujeto supuesto saber. No se lo consulta sobre te que es su deseo lo que interesa a la deman-
lo que está al margen de un saber cualquiera, da histérica, que es su demanda lo que el de-
ya sea el del sujeto o el saber común, sino so- seo del obsesivo quiere hacer surgir cueste lo
bre lo que escapa al saber, precisamente, sobre que cueste.
lo que cada uno radicalmente no quiere saber. Pero no basta con que él responda a este
¿Por qué no lo quiere saber, sino porque llamado demostrando a cada uno de sus cues-
allí hay algo que lo cuestiona como sujeto del tionadores que hay allí formas que ya pasaron
saber? Esto vale en el nivel del ser más simple, y se reprodujeron según la ley que para cada
y, digamos, el menos informado. uno regula sus relaciones con el partenaire.
Conviene que el analista no crea poder in- No basta con que él haga retroceder la cues-
troducirse en semejante cuestión aceptando tión hasta no sé qué reiteración, siempre re-
simplemente el papel que le ha sido conferido troactiva. Se trata allí sin duda de una dimen-
bajo la forma del sujeto supuesto saber. Él sa- sión esencial para que el sujeto capte lo que
be bien que no sabe y que todo lo que pueda ha abandonado de sí mismo en forma de un
forjar como saber propio corre el riesgo de hueso irreductible. Pero, sin andamiaje, tan-
constituirse solo como una defensa contra su tas construcciones complicadas destinadas a
propia verdad. dar cuenta de las resistencias, las defensas, las
Nada de lo que él construya como psicolo- operaciones del sujeto, de tal y tal beneficio
gía del obsesivo, nada de lo que encarne en tal más o menos deseable, solo pueden represen-

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JACQUES LACAN
ENTONCES , HABRÁN ESCUCHADO A LACAN

tar superestructuras, en el sentido de cons- ¡Cuán irrisoria es la voracidad con la que


trucciones ficticias. algunos que escuchan lo que enseño desde ha-
Estas construcciones solo apuntan a sepa- ce tantos años ya se abalanzan sobre mis fór-
rar al analista de eso donde a fin de cuentas es- mulas para hacer con ellas articulitos, pues no
tá acorralado. A saber, él termina representan- piensan más que en engalanarse con mis plu-
do para el sujeto eso a lo que el progreso ana- mas, y todo para presumir de haber hecho un
lítico debe finalmente hacerlo renunciar, es artículo con fundamento! Nada es más contra-
decir, ese objeto a la vez privilegiado y objeto- rio a lo que se trataría de obtener de ellos, a
desecho al que él mismo se unió. Se trata de saber, que conquisten la justa situación de de-
una posición dramática, puesto que al final es puración, de «despojamiento», diría yo, que es
preciso que el analista sepa él mismo eliminar- la del analista, en la medida en que se trata de
se de este diálogo como algo que cae, y que un hombre entre otros, que debe saber que
cae para siempre. no es saber ni conciencia, sino que depende
Así, la disciplina que se impone a sí mismo tanto del deseo del Otro como de su palabra.
es contraria a la de la autoridad sabia. No digo Mientras no existan analistas que me hayan
la del científico. El científico de la ciencia mo- escuchado lo suficientemente bien como para
derna tiene, en efecto, una relación singular llegar a ese punto, tampoco estarán las conse-
con su superficie social y con su propia digni- cuencias inmediatas de esto, a saber, esos pa-
dad, muy alejada de la forma ideal que está en sos esenciales que aún estamos esperando en
el fondo de lo que constituye su estatuto. To- el análisis y que, redoblando los pasos de
dos saben que lo que caracteriza a las formas Freud, lo harían avanzar de nuevo.
más actuales de la investigación científica no
es en modo alguno identificable con el tipo
tradicional de la autoridad sabia, del que sabe
y toca, opera y cura por la sola presencia de su
autoridad.

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Indicaciones biobibliográficas

La primera conferencia se pronunció en octubre de


1967 en el Centro Hospitalario del Vinatier en Lyon;
la segunda, el 20 de aúril de 1968 en Burdeos; la ter-
cera, el JO de junio de 1967 en la Facultad de Medici-
na de Estrasburgo.
Una trascripción de la conferencia lionesa apareció
en 1981 en una publicación fotocopiada del CES de
psiquiatría de la Facultad de Medicina de Lyon-I; esta
se volvió a publicar con mi autorización en la revista
Essairn. Han circulado transcripciones de las otras dos
conferencias.
El Asilo del Vinatier, nacido de la ley del 30 de ju-
nio de 1838, que preveía un manicomio en cada de-
partamento, durante mucho tiempo tuvo una «imagen
negativa» con el nombre de «Asilo de Bron». Remode-
lado después de la Liberación, ya se había convertido
en el Centro Hospitalario del Vinatier cuando Lacan
lo visitó. El establecimiento fue posteriormente el primer
centro psiquiátrico de Rhóne-Alpes.

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JACQUES LACAN

El filósofo Henri Maldiney, nacido en 1912, du-


rante mucho tiempo profesor en la Universidad de
Lyon, se vincula con la corriente f enomenológi,ca. Se
ha dedicado a la estética y ha escrito especialmente so-
bre la poesía, las bellas artes, el paisaje occidental y el
paisaje chino.
Existía en Estrasburgo un importante grupo laca-
niano, que se había desarrollado a partir de la segun-
da mitad de los años cincuenta en torno de Lucien Is-
rael, profesor de psiquiatría y psicoanalista. Este fue el
promotor de la invitación a Lacan.
Lacan se trasladó a Burdeos invitado por algunos
internos del Hospital Psiquiátrico (CHS) Char/,es-Pe-
rrens. La conferencia tuvo lugar en una sala munici-
pal situada frente al establecimiento.

JAM

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