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PRESENTACION JAR! FIDEICOANSO HISTORIA DE LAS AMERICAS nace de Ia idea y la 4 conviceién de que In mayor comprensién de muestra historia nos permitixd pensarnos como una comunidad plural de americanos, al mismo tempo unidos y diferenciades, La obsesién por definir y carace terizar Jas icentidades nacionales nos ha hecho olvidar que la realidad es mds vasta, que supera nuestras fronteras, en cuanto se inserta en procesos que engloban al mundo americano, primero, y a Occidente, Recuperas Ia originalidad del mundo americano y su contibucién a ‘ria Universal es el objetivo que con optimismo intelectual tra- taremos de desasrollar en esta serie de Ensayos, que en esta ocesia nta una trilogia de textes sobre historia econdmica: El otro Occi- dente, América Latina desde la invasion europea basta la globaliza- in, cle Marcello Carmagnan'; Las polintcas de desarrollo en la region perdido, de Victor L. Urey iene en sus manos, de Ruggiero Romano, qui do la revisién total de su libro; a Marcello Carmagnani encomendé su cuidado. alidad de esta serie es promover investigaciones en histo y fue patzocinada por el Fideicomiso Historia Eco- nemica de Banamex, fundado en 1989, gracias al incerés de don An. tonio Ortiz Mena, entonces director general del Banco Nacional de México, AI banco y a clon Antonio Ortiz Mena les expresamos nuestro reconocimiento, El Colegioncle México promueve y encabeza este proyecto que fue acogicio por el gobiemo federal, Al estimulo de ésve se suma el entu- siasmo det Fondo 8 Cultura EconGmica en la producciOn editorial y ia difusién de nuestras series de Ensayos y Estudios que entregamos al Aucis Hemannez Craver Presiclenta Fideicomiso Historia de las Américas = ‘A TRANSPORMACION 1B LOS RECURSOS NATURALES Empero, el problema de fondo de la industria iberoamericay telacionado con una consideracién de orcen general: la cond Folonial, Se fia dicho antes que en. el curso de! siglo xv In actividad, los obrajes fe muy importante tanto en Pent coro en México 9 Auciiencia de Quito, lo que se debié ciertamente a la alta disponi; Gad ce mano de obra gracias a la estrecha zelacién existente ents obraje y Ja encomienda, pero también al hecho de que la “p imperial” de Espaita prohibi6, en algunos momentos durante el sig avi, las exportaciones de textiles hacia las Indias, temiendo que ane provecaran en la metr6polis una disminucién de la oferta y un con, guiente aumenco de precios. A partir del siglo xn se aplicd, en Gin bio, una politica por completo distinta, que se tradujo en una contre ci6n de la capacidad “industrial” de las colonias. Ast, Gil de Tabosd Lemas, virrey del Pert, comentando ley de 1778 que establecty’ {ibre comercio, escribia al soberano gue el aumento de las mercader portadas pecjudicaba la actividad productiva local y se felicitaba por clo, pues “el que las fébricas del Reyna [del Peril 0 sus inmedianos be Y. LA CIRCULACION DE LOS BIENES E> AL ABORDAR EL TEMA DEL TRAFICO COMERCIAL en América, sera AL covenienteesabiocer une ple duneion cone Se /tercontinental, teramericano (© interprovincial, 0 sea el comercio ence sefiere a Chile y Ecuacior] vayan en decadencia con motivos de la mul. ciSn y baja de precios ese es un bien muy grande para el Esuds nse ‘or ejemplo, el cacdo venezolano se vende y se consume localmente, "pero también se exporta a México y a Espafa (para no hablar de! con’ tabanclo hacia Holanda ¢ Inglatetra). A pesar de dichas advertencias “ne parece que la distinci6n conserva un valot practico y me atendré a , Por lo menos en. Ja primera parte de este capitulo. it cleseribir de casi *anturales™ (z colonial a Ja activida anera ms elocuente y concisa los limi \é otra palabra usar?) que imponia la ca: inctuscrial : CauZaNDO LOS CCEANOS: BL COMERCIO HtsPANCAMERICANO No serfa tar arriesgado hablar ya de un comercio transocednico entre Espa y América desde el segundo viaje de Col6n. Sin embargo, es mejor pasar por alto estos primeros balbuceos y comenzar a partir del Periode para el que se dispone de datos estadisticos relativamente conBiables. El pumto de partida no puede ser otro que la “organizacién” de ese tifico, de la cual se dice fue muy rigurosa y de tipo monopolista. Lo alided documenta cero le comercio es 9 le Mane agai, oars ota de le = socleté colonial be Chit pacitn clean, Samlage, Eder LA CIRCULACION DE LOS BIENES que €5 cierto en el sentido de que dicha orgenizacin se prop exchitr a los extranjeros del comercio americano. Sin embargo, objetivo se alcanz6 en medidas diferentes en el curso de los tes sigh del period coionial, Durante In primera mitad del siglo x7 los na espatoles zappaban cuando lo consideraban oportuno, sin plantes In necesidad de escoltas, 1o que estaba provecando graves pérdid, clebidas a la actividad de corsarios y piratas, Hasta 1561 una R Cédula orden6 Ia organizacién de un sistema de ‘flotas y geleones’, fia de proteger la navegaciGn de los navios mercantiles con escoltas ye nayes de guerra (las cuales a su vez cargaban mercaderias redluciendgieee su capacicad de maniobra). Estas lotas zarpaban wna vez ai afo en fines de marzo y prineipios de abril, Tras una escala en Santo Do: 20 © Puerto Rico el grupo se dividia en dos: la flora tomaba el rush de Cartagena (donde se descargaban las mercancias destinadas a Nu va Granada) y Portohelo (para fa carga destinada a Pet y Chile) entras, per su parte, los galeones se dirigian a Nueva Espaia. Luego, 18 tras la cayga de los bnscos para el resorno (sobre toda con mettles pre | ciosos, pero también otras mercancias}, inieiaba desde Cuba el viaje def vuelta a Espafia en un solo canvoy. Este sistema siguié funcionando sin grandes modificaciones 1739, fecha en la que se autoria6 también el viaje de navios “de re 0", algunos de los cuuales legaron hasta Per eruzando el Cabo Homos, De hecho, este sistema de riguroso contzol de la navegacié anda la excepcidn de los barcos de regisiro y de otros mados, precisamente, “ce excepciéa’— duro hasta 1778, es decir, J proclamacién del libre come: He insisticlo en estos aspectos de la organizacién del comercio trans: oeeinico —sin ninguna presensién de originalicad o de agotar el 4 4 q : les En primer fugas, si bien es incliscutible que se wata de un comervio dle alto valor (sobre todo en los viajes de vuelta a Espaia con los barcas cargadlos de oro y plata), por otre lado y s: se tienen en cuenta las ientes necesiclacies de las colonias, es evidente la insuficiencia de este viajes de ida hacia América, la misma que abrié la penetracién del contrabando inglés, holandés y francés. tema—* porque ello permite adelantar algunas consideraciones gene tumbo a Espada, 1A CIRCULACION De 10s BIENES as @ Pero hay owe aspecto no menos importante. Con el sistema de flo- pias y galeones se favorecia la concentracién de una gran cantidad de ‘mercondios en los lugares de desembarco de los navios, lo que obliga: bea agmupar en un periodo muy corto las transacciones comerciales _ ce los bienes imporados, Eran famosas las ferias de Cartagena, Porto- belo y Jalapa, donde, a causa del temible clima de Veracruz, se teunian Jos comerciantes de México pare negociar las mercancias desembarca. por un lado esta ongenizacién del transpor- “fg lnvorecia la formaci6n ele monopotios en el sector de los fletes, por s.olro Ja comercializacién concentrada en poces dias se tradueia en un monopolio de quienes disponian de sumas importantes de dinero 6 “de metales preciosos, Pedro Pérez Herrero ha recopilado los datos de este comercio tans continental, a partir de la bibliografiat acumulada entre los aos cin. cuenta a ochenta, en un gréfico que expone las “cifras oficiales” (como Wvierte el mismo Pérez Herrero) del movirniento de ida y vuelta de las emibircaciones que cubrian la navegaci6n entre Espafia y América Este es sélo el esqueleto del trafico oficial, ya que se omiten los bar. £05 negreros, las embarcaciones destinadas al transporte rfpido de -mercurio, otras naves "sueltas” y aquellas que zarpan clandestinament= Se podria abjetar que estas ciftas se refieren solo al mimero de na- vios y no a su tonelaje, Sin embargo, aparte el hecho de gue resulta bastante complicado saber exactamente qué es una “tonelada",> me parece, de acuerdo con L, Garcia Fuentes,® que “Ia serie que nos ofrece s erlas de Jalapa, Sevilla, sta, 1959. Vénase adem los ensayo de sro" y M Cumuynani, “Lasse colonials tessians’, en Gases toner speguata dat wc ase seca, Palermo, Sotet Sodaing 935-1960, 12 vo 1650-2700, unm, Sevilla, 1960; &. Gavia Baguere ic, 1717, 1780, Se 1978, 2 voin, GF, Walle, Politfca epattolay ‘omer cofomueh, 4756-1789, 1979, 1. Fisher, Commarea Ratarfon betwee 9 vd Spanish Arica jx ibe Bis of Free Tele, 1778-1 8 Lwerpool Univers; eke ree vercio ente Espahs y Amesiea HT7HIBHD), urls ae atone ellealos vétse N. Morines, Jauges er méibecee 3 Pans Arie Calin, 3365, D238 seta sexcos por eseuge rca "Blvomereia espera, sities 6 LA CIRCULACION DE (08 BENES Gnamica vs. Comercio Atléntica. Espana-américa (otales cifras oficiz Siresreson casi mayor garantia es precisamente Ja de! movimiento uni Por lo demas, sl comaparar . hicieron H. y F Chauou, L. Garefa Fuentes A. Garcia-Baquero, no 5 cbtiene una de navios", fn Io que atafie a las tenclencias de largo plazo, que son las mis intere. caciones con el valor de la carga, existe una clea coincidencia, A pesar de los limites seftaiados, se tata entonces de un indicadar confiable, lo que permite por lo menos an‘icipar algunas consideracio. * nes generales para un periods de tiempo de wes siglos. Desde este Punto de vista es facil iclentificar tres grandes ciclos: 4) 1510-1600; expansién: 4) 1609 (1610-1620)-1700: contraceién; © 1700 (17203-1800; expansién, muy acelerada después de 1780, aunque cabe,adlvertir que durante et siglo xvm el conelaje de cada unk dad Uende a disminuir, especialmente tras la proclamacién cel comercio en 1778.7 Estas tees fases seculares aparecen confirmadas en toda una serie de *P Pez Herre, Comercio, pas whmero de navios con los tonelajes, como erencia notable entre ambos movimiertos, por lo menos. tes. Por su parte, cuando se puede comparar el ntimero de embar- EA CIRCULACION DE LOS BIENES = dicaclores econdmicos de la historia de la economia europea: trifico Eesmercial, movimientos pormarios, fluctuacién de les precios y de las iferentes procucciones “industriales", demografia, Se trata de datos {yn TANTO repetitivos que han dado lugar a un esquema algo simplista, segtin el cual se verificarfa una fase de contraccién (la “crisis” del siglo xu) colocada entre dos fases ce expansion (sigios x y xvim), Pero las cosis nO Parecen ser tan lineales, Si bien es cierto que los sigios x1 y sot Se caracterizan por un crecimiento en toda Europa y en todos los sectores, no se puede sostener que Europa entera se vio afectada por In aisis del sigio x0, ya que Inglaterra y Holanda la evitaron, mientras _que precisamente Espafa y Portugal (unto con Italia) aparecen como los paises mas duramente afectados. Sin embargo, es indudable que ‘existe una concordancia entre la cuva del tréfico oficial entre Espana y américa y los grandes ciclos europeos (con la excepcién, repetimos, de Holancia ¢ Inglaterra en el siglo xv). Con base en ello seria legiti mo preguntarse si la grifica v.: representa de modo fiel las fases del comercio interocednica de Hispanamérica, o si, en cambio, tiene valor picamente como una estadistica comercial espanola, Para responder a esta pregunta habeé que detenerse en la siguiente consicieraci6n: el comercio entre la metropolis y sus colonias expresa —0 deberfa expresar— principalmente dos realidades: a} la capacidad de las colonias para recibir productos de la meté= polis y la capacicad de ésta para absorber los bienes que las colonias procucen; })la capacidad de Ia metr6polis para satisfacer las necesidades de tas colonias. En otros términos, tanto la metrépolis como las cotonias deberian desempehar un papel de seciproco abastecimiemto y capacidad de consume cle Jos bienes producides, y esta con mayor saz6n en un sis- tema en que el intercambio comercial est4 sometido a un régimen de monopolio por parte de la metrépolis. Planteado el problema en estos términos, es facil constatar que la Btifica y sus eventuales deducciones son insuficientes. O mejor dicho, estas deducciones podrian ser satisfactorias por lo que se refiere al siglo sa, en e! sentido de que en esa época la metr6polis fue capaz de hacer respetar el monopolio aunque las colonias debian afrontar numerosas dificultades.® Es cierto, hay que reconocer que el esfuerzo "Gf el exsayo de |. 11 Olvat Melgar, “Reali! y ficcisn en st monopole de Inlas: una rfl in sve ef stoma Imperial expatel ea el siglo svr Manuscrin~ Revue ora Madore zs UA CIRCULACION DE LOS BENES EA CIRGULACION DE 1105 BIENES as Crganizativo espaol ea el siglo xv, destinadlo a abastecer su Ameria €f4 enorme, pero es obvio que no fue suficiente, A partir del siglo cipits por completo y la incapacidad ce Espana p, Fesponder a le demanda americana se vuelve cada vez més evidenie 15 carga de Tos baicos que zaspan cle Espana se revela insuficiente ey relacion con la milltipie y creciente demaada (papel, texti i nas, menales y objetos metilicos, alambiques, calderas, ma grafico) de un mundo en fase de construccién, As llega absorber en cantidad sufciente muchos de k 10s (salvo parcialmente cweros, aztcar, tinnsras), En pleno siglo wrt 0% del valor de la carga de vuelta a Espaiia consiste todavia en sre {es preciosos y habra que esperar haste los sos achenta para que ey Proporci6n baje a 60 por ciento> En otros términos, Espafa intenta defender sw monopolio, pero ng posee ni Ia fuerza politico-militar ni la capacidad ecanémica pa hacerlo, zNo es una prueba de esta incapacidad el hecho de que enue 1650 v 1689 el promedio de tonelaje en los viajes de ila sea de 4 3554 anuales, mientras el ce vuelta llegue s6lo a 1903 ti ademas se res tia estas tonalaclas el peso de! tanspone de agua y viveres pars la th (in y los pasajeros, lo que queda no es mucho, Ror ots pase, estos promedios ai son engafloses, ye que los viajes no ern tegulares; por ejemplo, en el curso de Ia segunda mitad del siglo wr ‘A rumbo a Expaha 25 flotas (una cada des afios), y rambo a? Fume sdlo 16 (una cada tes afios)." Es cierto que hay que con mbién los “navios sueltos" o los destinados exclusivamente al trans. porte cle mercurio, pero es claro de todas maneres que un concineate entero se ve privado durante muchos meses ¢ incluso afios del sum nist de bienes fundamer cambiard hasta més o menos 1740, justo cuando los navios sueltos © ocupen el Ligar del sistema de las flotes, ”? novedad que, sin embargo, £2 no moclificara mucho las cosas, La proclamacién del “comercio libre" Fen 1778 ebriva sin duda las puercas a una intensificacién del ti&co | comercial, sin llegar a resolver, sin embargo, los nudos burocréticos y |g enestion de las elevacas rasas fiscales. Por otra parte, la fuerte eeu pericion del wafico entre Espafia y América no alcanza a compensar el = crecimiento demogrifico americano, En efecto, en 1770, cuando recién el nimero de unidaces que cruzaban el Atlantico recuperaba el nivel _ de 1600. la poblacin americana se habfa multiplicado en los sectores | blancos y mestizos, los mas interesados en productos de importacién, Resumiendo, las cifras de Ia grafica v1 reflejan sobre todo las difi- cultades espafiolas para abastecer a América y absorber una parte de “$15 FECUISOS, Pero no muestran la verdadera siiacién ameticana EL TRARICO INTERNACIONAL: VAMANTES DEL CONERCIO ILEGAL yA fin de entencler plenamente el cardcter del comercio transocednico, hay que analizar un fendmeno de crucial importancia: el contraban. do." Y advertir desde ahort que no se teata de detalles, de pequetas operaciones clandestinas, sino le ingentes cantidades de mercancias introducidas por barcos extanjeros con la complicidad de sus pares hispanoamericanos y la comupcién de las autoridades locales. Las for. mas de contabando son multiples, algunas toralmente ilegales, como Jo demuestra la actividad de las naves holandesas, inglesas y francesas que recorren las costas del "imperio" espaitol anunciando su presencia # cscnazos y desembarcando su carga en pequeftas embarcaciones suministraclas por los cOmplices locales, Owa forma de contrabando, especialmente en el Caribe, consistia en el envio de pecuedas unida. es (el Usmado “comercio de balandras”) desde las islas inglesas, 163 y a i ests punt, pues no hay gue elvidur ce to tod is mee fe nroduecion esnahala; in hay francesss inglesis,Ramencae, cle ls mercancias amencanse que legun « Eopats eas dente tse puss Considers ene comersio coma “epaPaiy peta ae ee mtanjeros. No ove detencl€ un esl PURO. pOwue, mio, ae tats de ‘Spoon ¥ aa hikpanaamercins is general dal fenémeno per Z. Moutculess, “Uns forme de opesieion” lenmo, Soceti Sienna per » ora Pai tat 1p. 335.358 280 LA CIRCULACION DE LOS BIENES holendesas 0 francesas hacia las costas hispenoamericanas, A todo to se abade el contrabando efectuado por les Companias comerc Gxcttanjeras oficialmente auiorizacias a import esciavos en las colegt gspaniolas, las cuales gozehan adenyis de un “derecho de intermacrs de uns ciena cantidad de mezeaderias, un ‘ban amplia y sistemsiticamente. Por dl de cons a amar “oficial”: las “arnibadas forzosas llamadas también “malicicsas", Se trataba de navfos que sin ninguna auviorzacién oficial espaftola se presentaban en tia puesto y, alegenae Pretextos varios (casi siempre reparaciones), abtenian de las autorid.. des locales Gagando pecos derechos ¥ muchas proginas) la auton zacién para vender alii sus mereancias, Antes de seguir adelante con este fenémeno, que afectaba de mode Sspecial (pero no exclusiva) a le vertiente atlintica, examinemos riot, Jamente la situacién clel wrifico comercial entre Acapulco y Manth auc aqui se verifcaba no era tanto una intervenciéa extaniesa, sino, ya en el sigio x1, una forma dle conttabande “interno”. También en ef caso del Galeén de Manila'* la legislacioa espaiola era incretblemene Hasta 1720 estén autorizacas a navegar cada ato dos embar, més ce 300 toneladas cada una; mas tarde se aumenta el tonelaje 1. Esta gs la situacién *de derecho”, pero en ios hechos navegea £8 1718 es navies, de 610, 909 y 1000 toneladas, respectivamerty ¥ €0 1762 aparece otro guleda de 2000 tonelaclas (casi cuatro veces &) tonelaje permitido).* Mss atin, las “piezas” Cunidades de embalive le meccaclerias) autorizadas a entrar en Acapuilea no podian ser més de 80). pero es evitente que a un galeéa de mayor envergadura corres. un mimero mayor de “piezas’, y asi el galedn EY Rosario, en i ene 1740 y 1751, era capaz de mansportar 18 667 pieras Sen ator clamorosos, que aparecen confirmades por et hecho de que, ene a autorizaciones oficiales de expostacion de monedas por un ‘xime le 250 690 pesos ene 1604 y 1734, de 500 000 pesos ene 1767, y de 750 000 pesos después de esa fecha, los eéleulos : ‘Humboldt *sdlo” de 2! te 1A CIRCULACION DE LOS BIENES 7a __ de exportaci6n Ge monedas a finales del siglo xan denuncian un mon- ;o de tes millones de pesos o —con mayor prudencia segtin A von 300 000 pesos.” Cifras confirmadas ademis ia documentaci6n china: Chuan Hang-Sheng™ sefala, sélo para el comercio chino de Manila, importaciones de monedas mexicanas por valores muy similares (y a veces superiores) a los mencionados ante- siommente, Este contmbando de ida y vuelta entre Acapulco y Manila seria s6lo en apariencia un fenémeno exclusivamente espaol, pues los abaste- cedores de las mercancias reexportadas de Manila a Acapulco son extranjeros (chinos, indios, ingleses), lo que implicaba una enorme hemortagia de cinero del circuito mexicano, y en general “imperial” Pero volwamos a Ja vertiente atlintica, donde el contrabando es cier- amente més significative. A fnales del siglo x, Gregorio de Robles recorte en dos oportunidades tienras e islas de América, ce Cuba al Ro Ge la Plata, de Brasil a Peril, de Colombia a Venezuela, y en todas par tes encuentra pruebas de este fenémeno. En su primera experiencia americana, en Cuba, iclentifica las causas del contrabando en el hecho de que alli “entrave raras veces embarcacién espanola”; en los raros casos én que se vela aparecer una, Io que vendia era “tan caro por cada género”; ademds, los comerciantes espaoles vendsan solamente contra dinero en efectivo, mientras que los contrabandistes ingleses y holandeses avepraban tambiéa los “fructos" locales (tabaco, cueros). Asi que, como le aseguraban los mercantes del lugar, esa la “extrema necesidad" lo que les obligaba al comercio ilegal.#? El monopolio comercial espaol, que habia resistido durante el siglo x en Ia medi- da en que la metrépolis pudo imponerse a los feanceses, ingleses y holandeses (lo que nada nos dice de su capacidad para responder a anaes 2 Cae sxvordar eo entre Acapulco y Manila se lleva 2 cise an réginen de ues abl ino esrcridieasrelacioneseivecet ten 380 prohibit en 1582 y aslo despues de 1774 se iciones comerciles erie El Calo Filipinas, Véuee W. Boule Comrento, ae pines end the Americss during the Seatenth cad Sevens: Gusldee, steals and anes tn am Ernerging Clobol Bee 1959, 233, ores deales of Resnano, Sloned eit es, mera a ne de sige =v Netitae de es hagas de contraband, Valadoe seo de Colon, 1986. 0 40 ae 1A CIRCULACION DE 108 Benes S necesidades americanas), debi6 ceder finsimente ante la crecienges presion ejercica por los extianjeros, Si se afade a esto la crisis econt mica que atenazaba a Espafa, es claro que se intentaba a Jo sumo ti sutlar la incapacidad de respuesta a Ia wigle “extrema necesidact nericana de contar con wn tifico comercial que cumpliera con de. ferminadhis cameteristicas. : 4) que fuera regular y sufciente pare cubrir ls demanda local; ig exigencia de “regularicad!” del wifco es de verdad importane —quizé la mds importante de todas— si se considera que duran. seguncla mitadl del sigio vr se environ solamente 25 _ Rotas a Nueva Espaia y 16 a Tierra Firma; entre 1700 y 1740 las fo, (as que zarparon fueron respectivamente 13 (una cada tres afos) y siete (una cada seis aflos); sin tenet en cuenta que estos pro. medios son engaftosos, puesto que, por ejemplo, entre 1595 y 1706, ne zatpa ninguna fleca hacia Tierra Firme; 2) a precios ventajosos; ©) que ofrecieva también mercancias, y no sélo moneda a cambio de dienes indo cuibria a Ia perfecci6n los requisites a) y B2, y sélo & parcial el o)* Es necesario, pues, Considerar con gran atencisn el tema del conta bando al estudiar Ia economia iberoamericana, y para entende:lo mejor habri que secordar algunas fechas que evecan aeoniecimientos | Ge gran imponancia. En 1595 Waker Raleigh lleva a cabo el primer nto inglés estable en Guyana, al que seguirin, entre 1610 9 1653, Ins conguistas de San CristObal, Santa Jascta, Jamaica y owas islas Jos holandeses ya acupan las costas de Guayana en 1624 (For: Nassau) ¥ entre 1621 y 1640 llegan a Curagzo, Bonaize, Anbu; los franceses, s hutber intentado sin éxito instalarse en Brasil en los aos teinta del siglo xvi, ocupan Cayena en 1650, la Martinica y Guadelupe en 1635, entrar 2 le Tortuga en 1640 y ocupan Saint Domingue (actual Heit) en 1655. Se creabs asi aquel espacio que Espafa habia considerado como f: “islas intitiles" y que se convierte en la principal cuna de penewacion comescial de las tres principales potencias euopeas de la época. [nsis- timos en que serix equivocado creer que estas islas sirvieron sélo Lt CERCULACION DE 105 SIENES 285 como base del wafico ilegal en Ia zona del Caribe, porque en realidad # desde alli las mercancias y las naves prolongaron su radio de accién “hacia Beasi! e incluso hasta e! Rio de la Plara. Veamos algunos sjemplos concretos, A pesar de las dificultades jo de un fenémeno como el contrabando, existe icitas en el es: a posibilidad de contar con datos bastante precisos, ya que, de hecho, que en las costas americanas se Hlamaba “contrabando”, recibia sen- - qillamente ef nombre de “comercio” en Amsterdam, Londres 0 Saint- Malo. Un caiculo muy ingenioso (y muy sélido) de Ramén Aizpurua®® demuestra que entre 1700 y 1756 las exportaciones de cacao venezola- no alcanzaron un total de, por lo menos, 2235 278 libras; de éstas, 27% se dirigié « Espaita, 42.29 a México y 30.2%, en contrabando, a Curae s0y, Cesde alii, a Amsterdam. No menos imponentes son las exporta- clones de Curagao @ Amsterdam de tabaco venezolano y portorriqueno y de otras 2onas hispanoamericanas en el mismo periodo:? Origen indeterminado: 538 649 arrobas Puero Rico 327 310 Bavinas 36.437 Toral 722 396 Al cacao y al tabaco hay que afadir los cueros y, sobre todo, las monedas de plata verdidas a cambio dle harina, bebidas alcohélicas, textiles, metales ferrosos y productos metilicos (de hachas a agujas) ¥, por titimo, los esclavos. Estos representan un caso interesante. FP Bowser® estima (es demasiado optimista, en mi opiniéa) que en la primera mitad del siglo xvnr 10% de los esclaves fureron introducicios a Lima ‘de contrabando”; segtin los cflculos de F. P. Figueroa,” entre 1721 y 1799, 20% de los esclavos importados en Venezuela habrian lie- geclo “de mala entrada” gracias a las “arribadas forzosas" 0 “maliciosas”, Y posteriormente su situacién habria sido regularizada con las aos taumbradas propinas y e! pago de un minimo de impuestos. Es légico pensar que muchos otros esclavos entraron de forma completamente Slandestina y que su situaci6n nunca fue regularizada, * Curaseo pla esta tee om fiom if a Cr sone} des Steteers, p35. 2 Bfeseleu acai en el Pent colowal, éxieo, Siglo XX!, E977, p. 134, * Lo eatrchina eonndies vis phe WED ia el contraband a Pret 1780), Caress, Bbbowecs Ce 1083, pp. 382-325 284 LA CIRCTLACION 08 LOS BIENES Esro por lo que se seflere a Curagao, Vemos ahora a Jamaica, ott. bases dei contrabando. Gregorio de Robles fue testigo, durum ureinta dias de su estadia en la isla en 1690. de la partida de diez embarcaciones de aque! puerto que se encaminavan a Busse rgadas cle fructos de los dominios de 8. M. mbre de 1718 na Venezuela a Veracruz, y su capitin es llevacio prisionero a Jam, donde permanece hasta septiembre de 1719, Durante esos diez mese! ' hombre anota con paciencia y precisiéa €l movimiento de 201 une an con rumbo @ las costas hispanoamericanas, dades inglesas que zar otras 13 se ditigen a Curacao, y en el caso de $8 barcos no se espec; ¢a el destino. Para toda 1a primera mitad del siglo xvni, la annie, Historia y descripeién general de los intereses del comercio de todas fa naciones de Europa en las cuatro partes det mundo? seconocia que “ninguna de sus [de los ingleses] colonias produce a la Inglaterra tanto como Ia Jamaica por el comercio de contrebando con los espaiioles Y en 1803 el viney de Nueva Espada, Marquina, en unas instrucciones 8 su sucesor# sefialaba cuatro problemas graves en e! gobierno del versinaco, el principal dle les cusles era 21 contrabando. Marq conacia muy bien el sema, porque durante el viaje hacia México nal sido tomade prisioneso por los ingleses y conducido a Jamaica, doncle puclo enteraise “de las entradas y salidas diarias con que tataban y negociabsn nuestros espaioles con los ingleses bajo diferentes rete. tos, y del perjudicialisimo tato clandestine que después se haclz con as, cle donde consignentemente se verificaba una frav- mitt asombrosa extraccién de aummerar‘o por el pafs enemigo", ¥ est geurrig incluso en tempo de guerra. En otras palabras, los ingleses sor los patrones del trdfico ilegal g apaignlcmense Jegal Coiniencemos precisamente Con esiz Ultimo En 1713 Inglaterra obtiene, mediante el fameso “Tratado de asiento de hnegros” con Espatia, le aucorizacin para introducis en la Amaérica es la, a través de Los puertos atlénticos, por Jo menos 144 000 esela- vos en teinta afos. Le que significaba de hecho la formacién de un Zire 2 ol Rio de a Plata curande ul stlo sing, Buseon Ans 1958, pp iH 108 acquires con los pre 4 tos aus iagleses y holandeses mancienen en tas Indias". pa ga Un navio espafiol que wansporta cacao de-Le | os ingleses, del que ya se ha hzblado, entre 1747, jamais. Foe adquiriendo us 1A CIRCULACION DE Los srENES 298 onopolio inglés en el suministro de enengia a las colonias espafolas. ro el tatado permitfa adems que un barco inglés de 500 t pudiese gecalas cada ac en los puertos de Veracruz y Portobelo y vender su "carga sin pagar singin derecho aduanero, Hasta aqui se tata de activi- J:{> dades legales, pero el problema es que éstas genesaban comercio ile- ‘gal, pues los navios ingleses desembarcaban mas mercaderfas de [as Fe que Oficialmente declazaban, y la trata de esclavos en realidad cubria comercio mucho mis amplio, de modo que al final “tan importante -omo le wata de negros, o quizd més, fse el contrabando”.* Volviendo a aquelias formas "puras" de contrabando practicado por ia Tas Ulimas décadas del siglo xvur le presencia inglesa mayor importancia, como se infere de las impor- antes obras de Elisabeth Boody Schumpeter, *6 Lowell Ragatz’” y R. Davis,** cuyos datos sobre las exportaciones hacia las tein enormes cantic cietamente no podfan absorber los mercados de Jamaica o Barbad qué con tock evidencia s¢ dinigian de contabando hacia la América espa Pam hacerse una idea de lo absurdo de la sinsacién conven- ‘is Exarninar algunos datos relatives a las exportaciones inglesas en el petiodo 2784-1796. fies ——-Exportactones inglesas América Latina Aniilias (rota) 841786 T1869 O00 bras 7 000 libras——1°274 000 bras 3794-1796 20613 000 63 000 3°900 000, > conicter completamente avevo. Las colonias siguen expostando zticar pero entonces suministran sobre todo oro y diamantes y, por lo tanto, tienen més posibilidades de importar productos europeos | de calidad, Portugal podia cubrir s6lo une parte de esta demanda y ‘una vez mas el gran protagonista de Ia escena sera el contrabando, Un. ‘ereciente contrabanclo que cubrité no sélo lz demanda brasilefa sino Inde todo un espacio espaiol, incluyendo el Alto Peni con su abun- dante producci6n de plata, Aqui el problema del coatabando se vuel- ‘8 coimplejo porque converge con ona cuestién que preocupa “ constantemente a los hombres de los siglos xvr-xux, esto es, el equil brie necesario entre la produccién cle oro y plata. Desde este punto de vista, la plata peruana y e! oro brasileno se complementaban de mane- my perfecta, No es Ficil reconstruir con precision ef tafico entre Portugal y Brasil: sien 1610 la flota cuenta con 74 “velas*, en 1618 hay 46 embarcaciones sélo en le lot de Behia; en 1631, 28 0 30 unidades legen a Lisboa procedentes de los puertox de Brasil; mientras en 1693 se cuentan mas de 80 unidadles.” No es posible fiarse ciegamente de estas cifras, que, embargo, pueden dar una idea aproximada del ntimero de embar- Gaciones emplendas en esta actividad en el curso del siglo x y, sobre todo, de cémo la cantidad de estas “frotas” oscilaba constantemente de un ano a otro, Los datos referidos al siglo xvm son més seguros, aun- que no dei tode precisos. Corcina Medeiros dos Santos® afirma que entre 1739 y 1763 habrian entrado en el puerto de Lisboa procedences de Brasil y de Extremo Oziente 1539 embarcaciones mercantiles, junto «110 naves de guerra Gin promedio de 69 unidaces anuales).> Una ea interesante, A partir de los datos que Michel Morineau recopila se puede constuir una grafica para sefalar el movimiento (un cfleulo por defecto) de naves entre Portugal y Brasil (véase grifica v.2) ca ome! LA CIBCURACION DE LOS BIENES 2 Los datos presentados en la grafica v.2. son resultado de divers tetates que he calculado a partir de los datos de Morineau.*° Nout cligo con el fin de atribuinme méritos especiales, sino sélo parm seats auc M, Morinemt quiza cuca la hora de establecer cifras totiles per que a él, mas que desccibir el movimiento en su conjuato, bbun solve todo los movimientes desde o hacia lo 2 Entre los siglos xr y so el promedio de las unidades empleadas fen el trifico entre la metrépolis y la colonia cambiaba, desde luego, fa menos de lo que se podria imaginar tenienco en cuenta ss habituales ele aquelios dlos siglos. La composicion de la caren le interes s de ida s¢ mantuvo casi inalterada a través de los siglos: = diferentes puer, jnuniciones, armas, nesite, vino, procuetos alimenticios, telas inglesas cle Brasil (las “frows" de Rio, Peraamibuco, Babin, Maranhao), que, = -y francesas. Los mayores cambios se produjeron en el viaje de vuelt efecto, presentan notables oscilaciones en €] cuxso del tiempo." Berg jertamente la azticar y las tinturas seguian desempenando un papel ‘ora yO me planteo otto problema: establecer un balance tora! —aune maportante, pero a ellos se fueron afadiendo poco a poco algunos © aproximado— del trifico comercial entre la metrpolis y Iss co. © bienes “nuevos”, como aceite de ballena, tabaco, arroz, cacao, algo- Jonias. "_don® y. sobre todo, oro y diamantes. Precisamente estos timos son Desde esta perspectiva, I grafica ofrece un pumo de paride pars | los que contribuyen durante el siglo xm a aumentar el volumen de la algunas consiceraciones. Zn primer iugar, se notar que —al contents carga que legs a Portugal, como se puede constatar en la grifica v. de lo que ocurre con las Aoras espafiola— los viajes pornigueses Ia grifica v.3 es muy interesante porque no solo muestra lo ya dicho mnuestean una gran regulavidad, son raros los ahos en que no se veri sobre el papel del oro, sino ademas €] modo en que se compensé la can Cy en esos casos no esti claro si se trata de una ausencia reat o de contraccion dle las exportaciones brasilenas de oro, por lo menos en goa carencia de fuentes), y se realizan con pocas unidades paste, con las expartaciones de estas productos “nuevas” mencionados Gnamen v. 2, Ritmos ele la navegacion entre Brasil) Portugal, Gainca v. 5, Valor total del ora brasileno, 1701-1800 ITLS-1766 Cniimero de nawios) (millones de pesos, medias guinquenales) aero xa ba ate Coles Bez, 750, en The ose, 2 LLACIGN DE LOS BIENES 1A CIRCLIACION DE Los BIENES 2s antes, Muy probublemente estas nuevas importaciones de mercanes pesicias conwibuyeron al aumento —en especial después de {72035 cuaade el comercio dle las otas— dei atimero de ung @ Gaces usilizadas en, el tréfico brasileno hacia [a metr6polis; lo que noe excluye el fensmeno dei aumento de las entindas clandestinas de oa y clkumantes en Portugal : s Un rasgo cameteristico del comercio interocednico brasileao cons {e en que ia colonia mantuvo siempre relnciones directas con ei leans Oriente y Africa. Numerosos navios que vuelven de Macao, Gong Coromandel y en general de las “Indias Orientais’, recalan en, Puertos 254 bbrasilenos parm descargar mercancias astéticas (en particular tela) ore, aaticar y tintusas."* En lo que se refiere a Airica, las telacion jeron cnuy intensas, ya que entre 1681 y 1710 se verifica un pro: medio de més de 12 navios brasiletos que comercian en la Coste Mina. mientras entre 1689 y 1765 las exportaciones descle Brasil hee! Costa da Mina experimentan un constante crecimiento." Por lo demis el moror principul de lus relaciones entre Afsica y Brasil eva la tats de wos, hasta el punto de que se creé una compania claadest i de comercio que, entre 1734 y 1735, exportaba oro a Altica a cam, de ls imponiciéa de es Un comercio que los Srasilenos Won at Veces en coltboracidn con los holandleses— transpor, s" fueron sobre tado el jo xv1. Durante el siglo svt, Virgilio Noya Pinto™ registea la presencia “inual de wnas treinta navios ingleses a lo largo de Jas costas brasileas, UNS “BALANZA commRciat’? foc No es fill resistis a Ja tentacién de establecer una balanza de actives y __. pasives de estas relaciones comerciales transocednicas. Pero la tenta- jon debe ceder lugar a la prudencia, una prudencia aconsejacla por la seolided, sobze todo In realidad de los documentos, que son pocos, incompletos, parciales y no del todo fidedignos Desde Inego, el primer problema es el contrabando. és posible caleu- lar ua balance comercial cuando casi todo el comercio de esclavos no | consta en Ia documentacién (en especial en el siglo xvi, justo cuando el fendmeno adquiere la mayor importanciay? Como se ha visto en el primer capitulo, al analizar fos problemas demogrificos, el mundo ibe- "ino importé una considerable masa de esclavos. Ya se ha vos intoducides en las posesiones ndesas y francesas del Caribe fue reexporiada hacia las sinente de dominio espaol y porngués, Pero ahora no se intidacl de esclavos, sino de su valor, puesta que se aborels el aspecto comercial del trifico, Se ofrecer’in al respecto datos mais concretos y puntuales que demuestran que los ingresos clandesti- nos de esclaves representaron tna enorme sangria de moneda pars la economia hispanoamericana, mientras que la ausencia total de regis- tros en los datos oftciales impide cualquier intente de configu balenza comer Se puede asrancar entonces de los 578 600 esclavos que habsfan entrado ea la América espaiola durante el siglo xvi. Caleulando por to bajo un valor de 150 pesos cada uno, resulta un total de 86'790 000 pesos. esta sumu se debe afadir el valor de los esclavos introducidos de moclo ilegal. Recuérdese que entre 1721 y 1799 por lo menos 70% Ge fos esclavos fue Hevado a Venezuela “de mala entrada” mediante el sistema de las “amtibadas maliciosas” (y el porcentaje podria ser | mucho mas alto). A Cuba legan 2 847 esclavos eatre enero y junio Baba de Tee do 1790, 2 O15 de los cuales proceden directamente de Guinea, mientras 852 ilegun de puestos de Nomteamérica y de los clominios ingleses det ico y alticano Ia escasez de comercio con lt metidpalis 8 compensacion mis importante fue el cantrabando." Asi, co sly Neliciss de navios franceses constmuidos en Le Havre que "gat €e las Costas de Brasil.” Por otra parte, los principales pret gonistas del conteabando en Brasil son fos ingleses, qui pan en el trffico clandestine con Bahia inchiso desde jenes part 16951790, Bewiey-Las Aayetes, Universi of cle eB dei a er shel, card wir Pat teh. 1.58 pease. 9, donde {de “enorme coment te

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