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Sistema excretor: ¿qué es?

El sistema excretor es uno de los sistemas del cuerpo humano, y es el encargado de eliminar las
sustancias que nuestro organismo no necesita una vez ha aprovechado los nutrientes que éstas le
han proporcionado. Este sistema es de gran importancia para el organismo, ya que permite la
eliminación de toxinas y residuos y, por extensión, el correcto funcionamiento del cuerpo.

El aparato excretor se encarga de expulsar de nuestro cuerpo los desechos. Para ello utiliza el
sistema urinario y las glándulas sudoríparas. El sistema urinario filtra la sangre para limpiarla de
desechos y produce la orina. Las glándulas sudoríparas producen el sudor y regulan la temperatura
de nuestro cuerpo

¿Cuáles son las estructuras del sistema excretor?


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Los riñones, uréteres, vejiga y uretra son las principales estructuras del sistema urinario. Filtran la
sangre y eliminan residuos del cuerpo en forma de orina

Los riñones son el órgano principal del sistema excretor. Se trata de dos estructuras en forma de
judías, que pesan alrededor de 150 gramos y que miden unos 12 centímetros de largo y unos 5
centímetros de anchura. Estos órganos se sitúan debajo de la caja torácica, donde se encuentran
las costillas. Tenemos dos, cada uno localizado en un lado de la columna vertebral.

La función básica de los riñones es la de filtrar la sangre y eliminar los residuos o desechos de la
misma, produciendo la orina. Además, también filtra el exceso de agua que consumimos.

Los órganos más importantes del aparato urinario son los riñones, que son dos órganos
dispuestos simétricamente en torno a la columna vertebral, a la altura del vientre y que pesan
unos 140 gramos.

Son estructuras de filtrado irrigadas por la vena renal, donde se albergan los desechos metabólicos
y se produce el líquido que los contendrá, la orina.

Aparte de ello, los riñones cumplen funciones metabólicas esenciales, como la secreción de
hormonas en las glándulas suprarrenales, ubicadas en tope de cada riñón.

Estos órganos se dividen en tres regiones: corteza, médula y pelvis. Y están rodeados de una fina
cápsula de tejido que los protege y aísla.
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Los riñones están envueltos por una cápsula conjuntiva bajo la cual se encuentra la corteza renal,
e internamente a ella se dispone la médula. En la médula se aprecian unas estructuras en forma
de pirámides denominadas pirámides medulares.

La unidad estructural y fisiológica del riñón es la nefrona (Figura 2). De hecho, el riñón está
formado por numerosas repeticiones de esta estructura. La nefrona está formada por el
corpúsculo renal, donde se produce el primer filtrado de la sangre. éste se encauza hacia el túbulo
renal. Se pueden distinguir varios segmentos en el túbulo renal: túbulo proximal con su porción
contorneada y su porción recta, un túbulo intermedio con su porcion descendente y su porción
ascendente, un túbulo distal con su porción recta y su porción contorneada y el túbulo de
conexión. La porción recta del túbulo proximal, el túbulo intermedio y la porción recta del túbulo
distal forman lo que se llama el asa de Henle.

La distribución de las nefronas y sus segmentos siguen un modelo muy organizado que se puede
ver a la lupa o macroscópicamente. Así, los glomérulos y la porción contorneada de los túbulos
proximales y distales forman la corteza renal, mientras que el asa de Henle y finalmente el
conducto colector le confieren una arquitectura típica a la médula, formando las pirámides
renales.
Los uréteres

Se llama así a los conductos de 21 a 30 cm de largo y unos 3 a 4 milímetros de diámetro, que


conducen la orina hacia la vejiga.

Allí terminan en los meatos ureterales, una estructura en forma de válvula que permite el paso del
líquido hacia afuera pero no que éste se devuelva por el conducto, manteniendo a los riñones lo
más libres posible de la orina.

Los uréteres, igual que los riñones, son dos. Se trata de una especie de conductos o “tubos”
excretores finos, cada uno de los cuales desciende desde los riñones hasta la vejiga, lugar donde se
almacena la orina.

Estos conductos miden de largo aproximadamente 30 centímetros, y tienen un diámetro de 0,5


centímetros. Las paredes de los uréteres son gruesas y están recubiertas internamente por
mucosa.

La orina desciende por los uréteres a través de una serie de ondas peristálticas, que son
contracciones de la musculatura del sistema digestivo y del excretor.

Los uréteres son los conductos que conducen la orina desde la pelvis renal hasta la vejiga. Las
capas musculares que los componen se contraen impulsando la orina hasta la vejiga.
Consisten en dos tubos largos que comunican la pelvis renal con la vejiga. Están compuestos por
fibra muscular lisa y epitelio musculoso, además de terminaciones nerviosas. Estos componentes
se encargan de regular el paso de la orina hacia la vejiga, impulsándola.

Las terminaciones nerviosas son muy sensibles, por ese motivo, las personas que sufren de algún
tipo de obstrucción como un cálculo renal sienten mucho dolor.

Vejiga urinaria

La vejiga urinaria es la estructura encargada de almacenar la orina antes de que ésta se expulse
por la uretra. Su capacidad de almacenamiento varía de una persona a otra, pero suele oscilar
entre los 500 centímetros cúbicos y el litro de orina.

La vejiga urinaria es un órgano hueco que recibe y almacena la orina, luego la expulsa a través de
la uretra durante la micción. Cuando la vejiga está llena el sistema nervioso recibe la señal y se
produce la micción, es decir, la expulsión de la orina al exterior.

La uretra

Se llama así al conducto que lleva la orina de la vejiga hacia afuera del cuerpo, y es distinto de
acuerdo al género masculino o femenino:

En la mujer. Es un canal simple, de 3 o 4 cm de largo, casi vertical y pasa por delante de la vagina,
donde culmina en la vulva por encima de la entrada de la vagina.

En el hombre. Mide de 18 a 20 cm de longitud y es irregular, con formas anchas y delgadas,


pasando frente a la próstata, el cuerpo esponjoso y culmina en un esfínter. Este último trayecto
cumple no sólo con la función excretora de expulsión de la orina, sino también de emisión del
semen durante la reproducción.

La uretra es la estructura que permite que la orina salga hacia el exterior del cuerpo; es decir,
permite el proceso denominado “micción” (en lenguaje ordinario: “hacer pis" o "hacer pipí”).

A nivel anatómico, la uretra consiste en un pequeño conducto en forma de tubo. Dispone de dos
esfínteres en su inicio que permiten el control de paso de la orina. Estos esfínteres, cuando
nacemos y somos pequeños, son involuntarios, pero progresivamente acaban siendo voluntarios;
de esta manera, el control de esfínteres se suele adquirir entre el segundo y el cuarto año de vida.

Por otro lado, cabe mencionar que en los hombres, la uretra, además de cumplir una función
excretora, también tiene una función reproductora

Piel

La piel es otro de los órganos del sistema excretor, que permite la eliminación
de toxinas, agua, sustancias orgánicas y sales , además de cumplir otras
funciones. Se trata del órgano más grande del cuerpo humano.

En la piel se localizan las glándulas sudoríparas, encargadas de segregar el


sudor, un líquido transparente compuesto por agua, minerales, urea y
ácido láctico. Los poros de la piel son los que se encargan de expulsar
dicho sudor.

Así, la sudoración es el proceso que permite, además de expulsar toxinas,


regular nuestra temperatura corporal. Sudamos cuando realizamos
ejercicio físico, cuando estamos nerviosos, cuando tenemos mucho calor,
cuando padecemos sobrepeso o cuando ingerimos alimentos picantes.

Tipos de glándulas sudoríparas


Concretamente, encontramos dos tipos de glándulas sudoríparas: las ecrinas
y las apocrinas . Mientras que las primeras se encuentran en casi todo el
cuerpo y se abren en la propia superficie de la piel, las segundas sólo se
encuentran en zonas donde abundan los folículos pilosos (cuero
cabelludo, axilas, ingle…), ya que se abren en ellos.

3. Pulmones

Los pulmones, aunque forman parte del sistema respiratorio, también se


consideran parte del sistema excretor , ya que son los órganos encargados
de expulsar el dióxido de carbono (CO2) y por lo tanto de eliminar
sustancias nocivas.

Concretamente, a los pulmones llegan a través de la sangre los desechos


celulares que el organismo necesita eliminar, y que no han podido ser
eliminados por los dos órganos anteriores (ni los riñones ni la piel).
A través del proceso de la respiración, se libera agua del organismo, y
éste, a su vez, obtiene oxígeno.

4. Hígado
El hígado es otro órgano del sistema excretor, encargado de eliminar toxinas
y lípidos , que son sustancias orgánicas insolubles (grasas). Se localiza en la
parte superior derecha del abdomen.

Además, el hígado transforma el amoníaco (sustancia altamente


venenosa) en urea (sustancia menos tóxica), que pasa a la sangre y se
excreta en los riñones. Como hemos visto, en los riñones se excretan las
sustancias nocivas o no aprovechables por el organismo.

Por otro lado, otra función que cumple el hígado es la de descomponer la


hemoglobina de los glóbulos rojos muertos para poder volver a utilizarse.

Funciones
Así, como hemos ido viendo a lo largo del artículo, a modo de síntesi, las
principales funciones del sistema excretor son básicamente la eliminación de
residuos o sustancias tóxicas y la regulación del equilibrio  de los fluidos
corporales.

Como hemos constatado, el sistema excretor es de vital importancia para


el organismo, ya que elimina aquellas sustancias tóxicas, así como
desechos y residuos que nuestro cuerpo no necesita y que, de
acumularse, podrían ocasionar problemas (por ejemplo piedras en el
riñón). Es decir, tiene un papel “depurador” importante.

El incorrecto funcionamiento del sistema excretor se traduce en


problemas de insuficiencia renal, cistitis o nefritis, entre otros.

Otra de las funciones del sistema excretor es regular los niveles de agua y
los fluidos corporales, facilitando la homeostasis y la osmorregulación .

El sistema excretor se compone fundamentalmente de dos etapas:

Órganos de filtrado. Los riñones encargados de filtrar y generar la orina y la vía excretora que
recibe la orina para ser expulsada.

Conductos de expulsión. La vejiga excretora donde se almacena la orina, los uréteres por donde se
expulsa y la uretra u orificio de micción por donde abandona el organismo.

 Formación de la orina

La sangre que llega a los riñones donde las nefronas se encargan de retirar los
productos de desechos que se encuentran diluidos en ella. 

En la formación de la orina se dan tres procesos:

1. La filtración: cuando la sangre llega a las nefronas las sustancias que


son filtradas son de pequeño tamaño. El líquido que queda en este
proceso es parecido al plasma sanguíneo y puede contener sustancias
beneficiosas para el organismo.
2. Reabsorción: el líquido es enviado a través de las nefronas, siendo
reabsorbido, pero seleccionando las sustancias beneficiosas para que
vuelvan a la sangre.
3. Secreción: algunas sustancias no aprovechables, pero que se han
reabsorbido de forma equivocada son secretadas desde los capilares
sanguíneos hasta el interior de la nefrona, obteniéndose finalmente la
orina.

¿Cuál es el órgano que produce la orina?

Los riñones filtran diariamente alrededor de 120 a 150 litros de sangre para
eliminar las toxinas y equilibrar los líquidos. Este proceso produce alrededor de
1 a 2 litros de orina por día. Los uréteres son tubos delgados de músculo que
conectan los riñones con la vejiga y transportan la orina a la vejiga.

Enfermedades del sistema excretor

Cáncer de riñón.

Diabetes insípida.

Diálisis.

Enfermedad renal crónica.

Enfermedades de los riñones.

Infecciones de las vías urinarias.


Insuficiencia renal.

Orina y micción.

Los cálculos renales es la cristalización de sales sanguíneas. 

Existen complicaciones y patologías del sistema excretor, que suelen ser atendidas
con atención, dada la importancia vital que posee para el organismo. Algunas son:

 Cistitis. Se llama así a la infección e inflamación crónica o aguda de la


vejiga urinaria o los conductos cercanos. Es una enfermedad común, cuya
reincidencia puede poner en riesgo estructuras superiores.
 Cálculo renal. Dado que en los riñones se filtran sales sanguíneas, el
exceso o la mala asimilación del calcio y otras sales pueden conducir a la
cristalización de las mismas en el interior del riñón, formando así arenillas o,
peor, piedras que deben ser expulsadas dolorosamente por el conducto
urinario.
 Insuficiencia renal. La falla del funcionamiento de los riñones que
conduce a un filtrado deficiente o irregular, y que puede ser producto de
elementos congénitos o de enfermedades adquiridas, o exposición a toxinas
violentas. Existe la insuficiencia renal aguda (repentina) o grave (crónica).

Cómo mantener un sistema urinario sano
 Reducir el consumo de sodio. Excederse afecta a los riñones a través de un
aumento de la presión arterial e incluso con la
posibilidad de desarrollo de cálculos renales.
 No retenga la orina. ...
 Tómese su tiempo para orinar. ...
 Evitar hacer fuerza al orinar y cortar la orina.

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