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laa] La intergeneracionalidad o la potencialidad de un concepto inexplorado or Juan Sex Careas (Univ, Mure, Cateértico de Pedagoga Sota ansaezeum.ee “Qué edad tienes? 1Yo tengo todas las edades en mil” (Edgar Morin, 2001) De toda Ia serie de términos que solemos asociar a esa area de conoci miento que denominamos campo intergeneracional, tales como prictica intergeneracional, proyecto © programa intergeneracional, encuentra i tergeneracional, experiencia intergeneracional y otras expresiones si lares..., no deja de ser paradojico que sea el adjetivo -lo intergeneraci nal- el que demos por mas sobreentendide cuando, como los sustantivos (proyecto, préctica, experiencia, encuentro...), precisa de una clarificacién conceptual, de un tratamiento analitico capaz de poner al dia la caja de herramientas con la que trabajamos en el territorio de la acci6n humana y social. En el caso de lo intergeneracional nos encontramos con una nocién profusamente utilizada aqui y allé que merece ser revisada al hilo de los. yndo en los mas diferentes terri torios de los saberes actuales: una intencién que, cuanto menos, debe servir para aclarar qué es lo que afiade este adjetivo a sustantivos tan frecuentemente utilizados en nuestra cultura contemporanea. Puesto que es una palabra compuesta tratemos de abordar por separado los dos elementos que la componen: inter-generacional, Este anélisis puede servir par aumentar nuestra comprensién sobre los posibles del concepto y, en consecuencia, dar racionalidad, potenciar el grado de fundamentacién de los Proyectos Intergeneracionales posi litando, progresivamente, su salida del escenario de “sensible ia” en el que algunos de ellos caen. Comencemos por el més estudiado en las Ciencias Sociales. LA NOCION DE GENERACION ‘Aunque tampoco la bbliografia © la revisién de laliteratura es- pecialzada sea muy abundante en lo que respecta al concepto do goneracién, lo cioro os que algunos auroros han tratado do acotar los diferentes significados con los que se puede usar {el término, En Sanches y Diaz (2008: 397) se puede enconirar tuna buena sintesis de las diferentes interpretaciones acerca {dol términe generacién atondiondo al estudio que sobro él rea- liz6 el italiano Pierpaolo Donati (1998), ‘A tenor de este esquema, no es difcil concluir que cuando se habla de Programas Intergeneracionales se piensa en implicar len proyectos y précticas a generaciones diferentes, no conse- cutivas, on funcién de la edad. Précticamente, de esta manera, estén convocados todos los enfoques citedos, si se exceptue ‘al manheimiano, a a hora de pensar en los diversos grupos de ‘edad que pueden intervenir en un Proyecto Intergeneracional. ‘As\, pues, el concepto de generacién con el “inter” de pretio vendiria@ traducirse por entre-generaciones-de-adad, Sin embargo, si se ravisa la iteratura especialzada, la expre- sién inter-generacional es utlizada con mucha mas frecuencia {que la de generacién. El “inter” parece haber transformado el valor de uso, también de cambio que diria Wittgenstein, de la nocién de generacién asociada a un prefio. Por si sola, la necién de generacién ya no jusga en el escenario palitco,, social y cultural: nuestra época no trabaja con esta concop- twalzacién y las ciancias sociales y humanas no han puesto ‘muchas objeciones a este abandono, quizés porque no ayuda mucho a explicara. Paradéjearente, pues, la expresién inter generacional esta jugando con mas fuerza. Se utilza mucho fn los discursos polticos y sociales y on los distintos mbites vinculados a ellos. Pero ello no evita, también, que intergene- racional sea ura nocién confusa (Bass, 2002) imorecisa, una herramienta poco clara, @ juicio del enalitico y del apasionad por encontrar signficados unWvoros a las palabras que estucla, Desde una plataforma epistemoligica, donde se aborda la so- Iidez y el rigor de los conceptos y como son éstos empleados,, la categoria intergeneracional arrastra el “edadismo” con el que es utilzeda la de generacién. Como es sabido, hoy, la edad no dice nada de los desoos, intereses, sentimientos, for talezas y percepciones de una persona. Un grupo de personas, por compartir la edad, no tienen por qué compartirideas, expe- aunque compartan, en algunos casos Y¥ dependiendo de cukuras y grupes sociales, ciertas normas Cohorte igeneracién en sentido demogrético) Grupo de edad igeneracién an sentido histérico! Unidad generacional {segun la propuesta de Manheim) Goneracién en sentido socio-antropolégico Generacién en sentido relacional Conjunto de los nacidos en un mismo af 0 en un intervalo de afos (en general pocos} Una cohorte de N afos vista como un grupo social Un subgrupo de edad que produce y gula movimien- 105 sociales y culturales El conjunto de aquellos que comparten una posicién respecto alas relaciones de descendencia (o vicever- 2), 08 decir, de acvordo con la sucesién biolégica y cultural, relaciones que son socialmente mediadas (por la sociedad) Conjunto de personas que comparten una relacion, quella que liga su colocacién en la descendencia pro- pia de la osfara famila-parantal (osto es: hij, padre, ‘abuelo, ete.) con la posicién definida en la esfera socie- ‘al con base en la edad sociales decir, de acuerdo con los grupos de edad: jévenes, adultos, ancianos, etc.) Se combina la edad hist6rica/social con la relacién do descendencia Fuentes Elaborcion propia apart de Sanches y Dig, 2008: 397 de comportamiento Manejar el concepto en esta dlreccién, con esta intencionalidad, no parece rruy plausible, en térm= nos ompiicas. Como algin tebrico so progunta: ino sord la Intergeneracién una palabra “comodin”, debide ala imposibil- dad de ponerle limites y fronteras a un vocablo excesivamente ‘movedizo? (ass, 2002: 14). "Un hombre se parece més a su époea que a otros hombres", cice un proverbio drabe y no pa- rece descabellada esta traduccién, lo que confirma la falta de precision analtice de la palabra generacién, con o sin el prefiio dolante. Quizés, por ello, no haya entrado en los diccionarios ‘mas reconocides de nuesira cultura europea (Ver, por ejemplo, «el Larousse o el Diccionario de Espasa Calpe). Volveremos so- bre esta categoria posteriormente. INTER, UN PREFIJO PODEROSO. El concepto de generacién, como atros muchos conceptos, ‘emerge y surge en una cultura substancial'sta, atravesada por una ontologia y metatisica del ser (lo cue son los entes, los in- dividuos, las cosas, los animales, las plantas...) que en sociolo- gia tiene su maximo representante en el tecrico (rancés, Erle Durkheim, alplancearse la saciadad no como una construccion producida por los sujetas en relacién sino come un organis- mo (he aqut la influoncia de Spencer) superior en el que los Individuos expresan lo social. En esta articulacién individuc- sociedad (que el socidloga francés tematizé a través de sus {dos grandas aportaciones: la sociaizacién y la moralizacién do los individuos sociales) la sociedad es superior al incividuo y éstos representan la sociedad: de aqul el substancialismo de Durkheim al homogeneizar los sujetos que estan inapelable- ‘mante viviendo bajo el mismo marco. En oposicién abierta Tarde defiende que el individuo no exoresa ni representa lo so- Cial sino que lo consiruye. La sociedad es una construccién en, donde acontecen fonémenes y dindmicas fruto dela actividad de sus miembros que se asocian para alcanzar sus logros. Lo que en Durkheim es reoresentacion, expresion y homogene- dad, en Tarde 0s diferencia, construccién, produccién. “Existir (0 aif” y la produccién del individuo en esta relacién aso- ciativa que va conformando lo social es fruto del proceso que ellos juntos materiaizan: la produccién nunca es re-produccién sino ereacién constructiva (Mucchiell, 1998; Tarde, 2006) El pensamiento durkheiniano es, pues, un pensamiento esen- cialsta, un enfoaue macro de lo sacial que ne logra dar raz6n, do sor do la dindmica social, do la rolacién ontra los indiv- duos y los nodos en los que éstos construyen sus formas de contacto, de interaccién, Por el contrario, otras cortientes y ‘endencias estan anaizando las cuestiones més diversas rela- cionadas con la naturalaza humana, Lo que se esté plantoando fen esta otra direccién es una apuesta por Un pensamiento no. del ser sino del deverir, de lo que ‘luye y acaece, de lo que 0 crea entre los sujetos que viven en relacién: la revisién de autores como Spinoza, Nietzsche, Bergson, Tarde, Simondon, Bateson, Foucault, Deleuze...ha puesto de manifiesto la po- tencialidad que encerta el pensarento relacional al romper con las l6gioas substancialstas/osenciaistas y otras matatis- 2s trascendentales que remiten a conceptos vacios de conte- ido, @ posiciones cosificadoras que reifican los substantivos ¥y obvian lo micro, o situacional, lo contingent, Io finito. Para estos autores, y otros muchos que han comenzado a percatar- se de la necesidad de mirar y analizar desde otros enfoques, laa] la vida y el mundo han sido, al fin y al cabo, una cuestién de. relacién, de vinculo, de soldamiento y lazos, de eslaoones y ceadonas on busca de cohesién, de hilos que tojon a verdad do la naturaleza humana: la goexistencia relacional en un mundo, ~ariculado y creado por tode una serie de redes y nudos por / con los que se mueven los seres humanos. Como diria Jean Luc Nancy, pensador de nuestra época, estamos en situacién, de pasar de una ontologia del ser o del ente a una ontologla il entre: todo lo que pasa acontece entre nosatras(2006). Le tesis 6s apasionante, y podemos formularla en una doble pero complerentaria direccién, 1° Son las releciones las que construyan al sujeto. La inclvidu liad fisioldgica del individue no es obs:ieulo para reconocer {que el ser humano se constituye, se hace en un haz de rele- ciones gue funciona en miltiples creociones, La naturaleza de este seres el entre yes el con, un ser'no substancializado que vva construyondo su subjotividad on relacién con otros, ontro ‘otros (Nancy, 2006) 2° Elser relacional del ser humano también se manfiesta en su naturaleza singular: a lgica que preside el desarrollo y el deve. rir do este ser singular plural no es la presidia por el recorror ‘evolutvo de edades ledacismo}, ni ampoco por la superacion de fetanas 0 fases que 4l atraviesa en un proceso de estandarze- cidn de las edades que fraliza en visiones estiticas y ceradas. sino 5 aquella que reconoce que existe una fuerte @ inexcse ble interdepencencia de las ecades de le vida, une ireductible relacién entre ells: as, desde esta perspectiva, la vojez no es ‘una etapa aislada sino que se corstraye desde la infancia. La cita Inroductoria de Morin &s expresiva a este respecto, Esta logica del “continuum vital", del atco vital, apuntalaba ademis la idea de que cada generacién reconoce en la otta {un momento evolutive de su propia existencia, La idea de es- labén y de cadena que ya tematiz6 en su da Bertrand Russell (1968) encuentra en este andlisis su mas pleno significado. La idea de intorgoneracién, rolacién entre generaciones, responde a la verdadera condicién, ala auténtice ontolo- ia de la naturaleza humana, En el recorrido de a especie estos eslabones han ido perdienco capacidad ce solda- dura y cohesién, pero son indispensables para la supe vivencia de la sociedad, una conaicién real para lograr la vverdacdlora solidaridad intorgeneracional EI sontido y ol significado de todo lo que acavee, por oso mis imo, se encuentra en la relacién. No hay duda, tras lo argu- mentado, de la pertinencia y potencialidad que se encierra en los Programas Intergeneracionales como recursos 0 vehiculos, ‘que pueden contribuira cohesionarlo que la historia y la soci dad (Morin, 2002} ha ido fragmentando y descohesionando. De esta manera nuest’os concepios, le nocién de intergeneracic- rnalidad, adauieren una inusitada fuerza que esté por explotar a la hora de fundamentar los proyectos sociales y humanos, PENSAR LO MISMO DESDE OTRA POSICIOI La intergeneracién desde la ontologia y la ética de la coexistencia. Hemos visto los elementos de la nocién de intergeneracion por soparado, Do una u otra forma lo que si ha quedado més ‘9 menos claro 8s que la intergeneracién no puede ser un con- cepto que remit, exclusivamente, a una reflexion sobre las, cedades de la vide. Tratomos de recrearlo volviendo a revisar la nocién de generacién desde perspectivas etimoldgicas. Las ra e5 latinas y griegas nos ofrecen une oportunidad para construir nuestra caja de herramiantas de mode més sdlide y congruen- te, También podemos desmenuzar el vocablo: generar-accién, La emergencia 6 raiz de la palabra, y la rica sinonimia que ha ido asociéndose con el tiempo muestra laimportancia histérica ¥y contextual del lenguaje. Generar es un vocablo ave remite a otros términos como cohabitar, crear, clfundir (so), ongon- rar, formar (se, gestar, gorar, mulilicar, orginar, produits, propagarise), suscitar..Esta polfonia conceptual tiene que ver con la generacién de “gens” que se relaciona, que entra en interaccién, que entra en contacto para lograr metas comunes, 'y personales por ls capacidad que cada una de ellas pone en el {encuentro y no por la edad, Los Programas Intorgeneracionalos son un vehiculo para dar lugar a la intergeneracionalidad, pone, fn accién a la gente, las en-red-a en procasos de articulacién, contingente, fina, situacional, a través de actividades que los reine en un “colectivo que hace colectivo”, con el afén de con- solidarse en un “nosotros” que produce, cosxiste, se expanda ¥y crea, (se) forma y {se} transforma grupal y personalmente, rmultipica les posibildades de las “gens” abriéndoles horizon- tes y nuevos fiujos existenciales, amplandojse) la fuerza que. cada uno poses y dando lugar u originando nuevos encuentros. entre cuerpos que se ven, se escuchan, se sienten, gozan, comgarten, en neas de fuga hacia el porvenir, no consideradas, ten laplanticacién que todo Proyecto exige. De esta manera, es, lo intergeneracionalla base dela ontologia sobre la que se ancla, nuestra existencia y a supervivencia del "nosotros". Ello con- cede al concepto de intergeneracionalidad una potercialiad desconocida que sélo autores como Bertrand Rusell suvieron visualzar siguiendo la estela de bidlogos/flésofos como Haec- kel cuando acufé la denominecin del par ontogénesis-ilogé- nosis para dar “fuarza do tosis, acertadamante, al nacimionto ¥y desarrollo del individuo como de la especie” (Arnal, 2008) fen un proceso de supervivencia que comenzé hace multitud de afios. Puede que manejado de esta manera la nocién de intergeneracionalidad adquiera otra capacidad de explicacién, ue juegue con mas intensidad en la red de relaciones con- ceptuales, més allé de toda retérica al uso, que van vinculadas, al campo intergeneracional, en general y, en particular, a los, Programas Intergeneracionales, De esta manera cabe argumentar que la intergeneracionalidad, rmaterialzada a través de los Programas Intergeneracionales entre otros vehicules de concrecién, pone de manifiesto: + Laindeterminacién constitutive de la especie, del ser hume- 7o, que le empyia a buscar en los otros, entre los otros y con los otros lo que no puede encontrar en él mismo, en sol. La satisfaccién de las necesidades y la respuesta a nuestros dese0s sélo son pensables desde la vida en comunidad, des- {e la vida en relacién: es en ela donde se despliegan fuerzas Yy potencias para constuit, gestar, producit, muttolarse.... en la cohabitacién entre el olor y el gozo EL, seNTIDO ¥ #1. SIGNIFTGADO DE TonO 4 Una carencia, a esa indetermina- LO QUE ACAECE, FOR ESO MISMO, SF ¥6n oincompletud de la naturaleza ENCUENTRA EN LA RELACION. No Hay humana. La intergeneracionalidad DUDA, TRAS LO ARCUMENTADO, DE La aparece as{como un concepto “sob PERTINENCIA Y POTENCIALIDAD QUE SE dor”, de amplitud semntica tan ENCIERRA EN Los PROGRAMAS INTER- ambiciosa que no se deja atrapar CENERAGIONALES COMO RECURSOS 0 ®” tadueciones analticas muy pre- VenicULOS QUE PUEDEN CONTRIBUIR 6i883. Su potencialidad, de caracter A COHFSIONAR 1.0 QUE LA HISTORIA Y _ Mtol6gic0, es mucho mayor. LA sociEpab (MORIN, 2002) HA IDO pg ahi que la intergeneneracional- FRAGMENTANDO Y DESCOHESIONANDO. gag deba ser planteade como una + Quo el “nosotros”, ol “estar juntos”, estar “con” otros y “entre” otros, representa los istintos modos de relacién, las dstintas for- mas de interaccién que con diferentes rive- les de intensidad, de acuerdo con toda una serie de variables contextuales y personales, ‘se despliega en el “encuentro” humano: este despliegue de cuerpes y fuerzas se orienta hacia la construccién de asociaciones més o menos duraderas, de colectivos orgénicos, ‘30 comunidades organzagas, produciendo ética de la transmision (Nunez, ragulaciones simbélicas inormas, insttuciones, leyes, hébi- 1898), dado que los mayores, los adultos tienen la obligacién 105, costumbres,..) y arliculaciones funcionales (creencias, __d@ pasar @ quienes les siguen y postceden aquello que a ellos saberes, ideales, proced miontos...) le pasaron en su cia y siguen consideréndolo valioso, pero ‘también, a nuestro juicio, sea el punto de partida y de llega a k dda de una ética de la coexistencia, dc una estética de la sieseo de “estar juntos”, tan vapuleado por el indvidualsmo ——FSigcigm en la gue puede event lo humano, ebiertemente, ‘exacerado de nuestro tiempo: I busqueda de la cohesion, con frangueza y autenticidad, trascendiendo la mayoria de los. '2 profuncizacion de solidaridades, responde a esta perdi, condicionamiantos que limitan la actividad creativa y produc tiva de los sujetos en su proceso de construccién personal y colectiva, ¢Puede ahora entenderse que la intergeneracional- dad aspire a convortrse an un concepta ontolégico més que analtico? w + Que las rolaciones entre los sores responde ala necesidad yal BIBLIOGRAFIA Ama M2008 ‘Donat, P1999) “Fm y goneacanes”, Revista do Aironet Soca. r2: pp. ‘torn, € (2001) “Ext un entetn als pa hee Marmou", Here te et societé N24 ctr po, 166167 Hci una secede para ods ls edades Barcelona: Fundacion "La Cat. ‘Nunes, 1900, Pedagoas Soe cars pare navegren el nuevo mien, Buenos Aes: Sania Sanenez,M.y Diz,» rogram irtergeneracionales inp. ‘Tavs, 6.2006) Monadolgi y Socolgie. BAe Ed. Cactus Name a YM. Sanene2 iis Greralgl, Musi: Pearson Premie Hell

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