Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Científica
Colección Historia
•
serie sumaria
Afecciones en juego
Remedios anunciados en El País de 1909 a 1914
•
Paul Hersch Martínez
Secretaría de cultura
INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA
Programa Actores Sociales de la Flora Medicinal en México
Hersch Martínez, Paul.
Afecciones en juego. Remedios anunciados en El País de 1909 a 1914 / Paul Hersch Martínez
— México: Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2018.
418 p., il.; 23 × 17 cm — (Colec. Historia. Ser. Sumaria)
ISBN: 978-607-484-741-3
Producción:
Secretaría de Cultura
Instituto Nacional de Antropología e Historia
ISBN: 978-607-484-741-3
Introducción 11
Contexto 29
Algunos rasgos de la publicidad de remedios 30
en la prensa de la época
El momento farmacéutico 36
El momento sanitario 47
Publicidad de remedios y realidad epidemiológica 52
Motivos de uso de las mercancías anunciadas 55
La tonificación requerida 57
Revitalizadores y tónicos 58
La vitalidad de la neurastenia 67
Munyon 71
La tonificación energética 76
La debilidad instrumentada 85
La exteriorización de la decrepitud 93
Conclusiones 353
Bibliografía 377
Índices 391
Introducción
•
Los remedios y su publicidad reflejan a las sociedades que los producen y con-
sumen. Ya sea entre visitantes y puesteros en las ferias de cuaresma de Xochi-
tepec o de Tepalcingo en el sur de Puebla y Morelos, respectivamente, entre
compradores de súper-tónicos vegetales en boutiques naturistas, o de fitomedica-
mentos en farmacias, entre los actualizados consumidores de productos por in-
ternet, entre trasnochados televidentes de comerciales o entre otros blancos de
una industria atenta a modelar la demanda, lo que la gente espera de un medi-
camento o lo que el vendedor de la panacea anuncia para mercarla, a menudo
expresa una búsqueda de cura que no incomode o trastorne la manera de vivir
del cliente; mientras, del otro lado del puesto, del mostrador, de la pantalla o
de la cadena de producción, se encuentra el ávido rastreo de un comprador
potencial cuyo bolsillo alivie la afección carencial del mercader.
11
Por supuesto, no todo constituye un asunto comercial, pues detrás del fenó-
meno se encuentran a su vez alteraciones y trastornos objetivables, manifiestos,
físicos o emocionales, tangibles o también imaginados.
Habrá que remitir el inicio de este trabajo a una tarde nublada de agosto de
1982 en el patio de una antigua casa de Tulancingo, Hidalgo. Allí estaban,
formando frágiles columnas de diversa altura, viejos periódicos perfectamente
doblados y alineados, esperando el agua que ya se anunciaba.
Era el patio de la casa de Pepita, fallecida unos días antes a la edad de 97
años, siguiendo la ruta recientemente marcada por Raquel, quien compartiera
casa con ella por varias décadas. Ambas eran tías de mi abuelo, Rafael Martínez
Barranco: Raquel por el lado materno y Josefina por el paterno. Aquellos pila-
res de papel emergían a la luz a la muerte de Pepita, gracias al cuidado que tuvo
su hermano, Rafael Martínez Illescas —mi bisabuelo—, por años suscriptor del
periódico El País, de guardar los diarios que le llegaban por tren desde la capital.
12
Figura 3. El “Papá Grande” entre su nieto Armando y su hijo Rafael, 1937.
Como católico practicante que era, aunque no tomó las armas contra el
gobierno, se le opuso públicamente durante el conflicto religioso y por ello fue
encarcelado en la capital del estado.
En diciembre de 1938, don Rafael Martínez Illescas sufrió la pérdida de
Armando, el mayor de sus nietos, fallecido en un accidente aéreo a los 21 años
de edad, como copiloto de Mexicana de Aviación. “El Papá Grande” (figura 3)
murió al mes siguiente, en enero de 1939. Entonces sus tres hijas, Concepción,
Carmen y Regina, almacenaron entre otros objetos los periódicos que ahora nos
ocupan, y luego los pusieron a resguardo en la casa vecina de la tía Pepita.
Ellos no imaginaban que el cuidado procurado a esos diarios desde su llega-
da a Tulancingo permitiría su consulta, un siglo después de haber sido impresos.
Dicho acervo es la principal fuente documental de lo que sigue. Así, ante la
larga cadena de hechos que se encuentran detrás de un cúmulo de viejos perió-
dicos sobrevivientes, quiero destacar aquí la determinante contribución de
quienes los protegieron de la incuria y rendirles homenaje.
Encuadre y propósito
13
envolver mercancías, limpiar vidrios, recoger restos, toda una gama de aplica-
ciones prácticas y no letradas donde ese papel puede ser de utilidad. Es decir,
como bien destaca Hellion, de acuerdo con Ricœur (1995), al ser el periódico
una publicación destinada al consumo cotidiano, no se piensa como un registro
para la posteridad, de modo que, con el paso de los años, se convierte en una
“huella”. Y así, despojado de la solemnidad de un registro histórico formal, el
periódico demanda una serie de prevenciones como producto instantáneo de
un momento determinado de la vida social:
La investigación que hace uso de la prensa como fuente confronta la letra impresa para
la obtención de datos en una abundante gama de matices [...] ¿no es un periódico una
huella del pasado? [...] el trabajo desde la historiografía es la búsqueda de su significación.
Más aún, a partir de la elaboración de Ricœur, la huella deviene elemento perturbador
del orden: es transhistórica en el sentido de que significa “sin mostrar” directamente,
puesto que no fue dejada como monumento explícito, sino como resultado de una acción
que no consideraba su permanencia ante sucesores (Hellion, 2008: 29).
Más allá de la corporeidad de la huella, la manera en que ésta se construye como objeto de
estudio está definida por la perspectiva del investigador. Una huella debe, entonces, ser
interpretada, y en ello radica gran parte de la labor de investigación [...] en los impresos
14
periodísticos coexisten distintas grafías que se relacionan con discursos que deben ser
tratados de manera diferenciada [...] los discursos contenidos pueden ser interpretados
en función de los intereses de quienes los publican, de las preocupaciones de la sociedad
y aun hacer referencia a prácticas sociales que, presuntamente ajenas a la prensa, han
dejado en ella su huella [...] en el último paso, aquel que estudia las prácticas de lectura,
es necesario colocar al propio investigador. La relación que establecemos con la lectura
de la prensa periódica pasada supone no sólo los prejuicios que hemos mencionado,
sino también una experiencia concreta en la cual está implícito el propio horizonte y la
multiplicidad de formas de abordar la prensa como objeto de estudio (Hellion, 2008: 30).
15
El propósito principal de esta obra, como un ejercicio de índole introducto-
ria, es doble: en primer término consiste en seleccionar y presentar imágenes y
textos publicitarios de remedios publicados en ejemplares de prensa mexicanos
a principios del siglo pasado, de modo que los lectores puedan acceder directa-
mente a dicho material gráfico y escrito como fuente para su propia reflexión.
En ese sentido, el libro constituye un catálogo no exhaustivo de anuncios, lo
que explica el lugar destacado que se les concede. En segundo término, a nivel
analítico se exploran, en esa fuente periodística de hace un siglo, las implica-
ciones de la publicidad comercial de productos y servicios relacionados con la
atención de las enfermedades, en el fenómeno de la construcción social de éstas
como integrantes de un perfil epidemiológico sociocultural. Tal proceso se
puede poner de relieve en el estudio de este tipo de materiales y comprenderse
mejor al contrastar esos referentes con algunos ejemplos actuales, ilustrando la
larga data que tiene la construcción social de enfermedades como nichos de
mercado, denominado actualmente disease mongering, o trama de enfermedades
(Moynihan et al., 2002 y 2006; Pignarre, 2005: 144-147).
Al encuadrar este trabajo en el campo de la denominada epidemiología so-
ciocultural, se considera al análisis del material publicitario de remedios cura-
tivos como una fuente de referencia en la conformación de las representaciones
sociales de la patología, en un escenario que preside la percepción lega y profe-
sional de los problemas de salud. La vivencia de la enfermedad se moldea en el
entorno social, que influye en los comportamientos de los enfermos y de quienes
los atienden o desatienden. El estudio no pretende determinar en qué grado se
concretó esa influencia, ni su alcance, sino que se reduce a analizar una de sus
fuentes en un momento histórico determinado. La investigación tampoco se
ocupa focalmente del emisor de esos anuncios, ni de todos los productos que
esos anuncios publicitan, sino, parcialmente, de su mensaje textual y gráfico
y de algunas de sus connotaciones e implicaciones. En este proceso, estamos
lejos de la detección directa del daño que constituye un elemento esencial de
la epidemiología: nos ubicamos en una periferia que, a pesar de su condición
indirecta, permite indagar contextos. Y es que la epidemiología sociocultural
no tiene una vocación meramente explicativa: es también contextual, porque
postula como un elemento central el cometido de comprender el daño a la salud
desde diversas perspectivas, y la construcción de esas perspectivas pasa por las
representaciones sociales. Lo que se pretende es entonces una indagación de
reflejos y como tal debe tomarse, como el acopio de pistas que parecen secun-
darias y por tanto prescindibles, pero que al final envían señales para disponer
de un cuadro más equilibrado de los procesos de atención y desatención que
subyacen en la salud y la enfermedad. Una perspectiva epidemiológica inclu-
yente incorpora como elemento legítimo la subjetividad de los individuos y
explora su dimensión sanitaria colectiva. Muchos de estos anuncios juegan con
16
niveles de percepción que no son eminentemente racionales; es decir, apelan
a imágenes y valores diversos, conducen la manipulación, se nutren de las in-
seguridades e incertidumbres, así como de las ilusiones, esperanzas, necesidades,
atavismos y estereotipos que a su vez cultivan y reproducen. Y todo eso tiene
una dimensión sanitaria.
Método
Este trabajo se llevó a cabo a partir del material impreso de una parte del Acer-
vo Rafael Martínez Illescas, el cual se encuentra en custodia del Programa
Actores Sociales de la Flora Medicinal en México, en su sede en Cuernavaca,
en la Delegación Morelos del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
El acervo también cuenta con ejemplares de otras publicaciones, como El
Mundo Ilustrado, Revista de Revistas y La Ciudad de Dios, que no fueron motivo
de este trabajo, excepto en el sentido de que se incorporaron algunas imágenes de
la publicidad de remedios procedentes de ellas como ejemplos complementarios
de referencia.
La colección de El País contiene un total de 490 ejemplares y cubre de ma-
nera incompleta el lapso comprendido entre 1909 y 1914, pues abarca solamen-
te cerca de la quinta parte (22.37%) de las posibles ediciones. Así, los años
menos representados son 1910, con un solo un ejemplar, y 1914, con 17; 1913
tiene 161 ejemplares; 1909 tiene 157, 1911 cuenta con 94, y 1912 tiene 60. La
distribución se puede apreciar en la figura 4.
180
160
140
120
100
80
60
40
20
0
1909 1910 1911 1912 1913 1914
Año
17
Ignoro la causa de la casi total ausencia de ejemplares del significativo año
1910 y la escasa cantidad disponible de los años 1912 y 1914. En las siguientes
figuras (figuras 5 a 7) se presentan los años con mayor número de ejemplares
(1909, 1911 y 1913), así como la distribución de los existentes por mes.
Los ejemplares referidos de El País se registraron con fotografía digital
mediantetomas específicas de anuncios relativos a remedios y temas de salud.
A partir de ese registro se seleccionó y analizó material publicitario de “productos
30
25
20
15
10
0
o
e
e
e
il
zo
sto
re
o
ro
lio
o
br
ay
br
br
br
er
ni
ub
ar
e
m
Ju
m
go
M
m
A
br
En
Ju
M
ct
ie
ie
ie
A
Fe
ic
pt
ov
D
Se
18
16
14
12
10
0
il
sto
re
zo
lio
ro
e
o
e
br
ay
br
br
er
ni
br
ub
ar
e
Ju
go
m
br
m
En
Ju
em
M
ct
ie
A
ie
Fe
i
pt
ic
ov
D
Se
18
25
20
15
10
e
e
il
e
o
zo
sto
re
o
o
lio
o
br
br
br
br
ay
er
er
ni
ub
ar
m
Ju
m
go
m
br
A
En
Ju
M
ct
ie
tie
ie
A
Fe
ic
ov
p
D
Se
N
Figura 7. Distribución de ejemplares disponibles de El País por mes, México, 1913.
19
Fuente
El diario de a centavo, frente a los seis que costaban otros, provocó la reducción del
número de periódicos en circulación en la capital. Entre 1876 y 1896 hubo 20.4 perió-
dicos por año, mientras entre 1897 y 1910 el promedio se redujo a 9.8 por año [...] El
elemento de mayor novedad [en El Imparcial] eran las cada vez más profusas imágenes
[...] se construyó un lenguaje visual cotidiano que, en ocasiones, reemplazó a la reseña
y a la crónica [...] este uso de la imagen alentó su incorporación en las inserciones pu-
blicitarias. Los textos se modificaron y redujeron, y el peso visual se fue construyendo
como narración fundamental (Hellion, 2008: 35-36).
Ahora bien, en concordancia con lo que refiere Hellion (2008: 19) para El
Imparcial, la mayor parte de los anuncios de remedios aparecidos en El País
provenía de agencias publicitarias estadunidenses y europeas; de hecho, la pu-
blicidad de El País estaba a cargo de B. y G. Goetschel, que tenía como agente
en Europa a la Société Mutuelle de Publicité, en París.
El País fue sin duda un periódico conservador e incluso por épocas notoria-
mente reaccionario, como lo atestiguan sus editoriales y la orientación de sus
noticias y reportajes. En los números previos al surgimiento de la Revolución,
la tónica es de apoyo irrestricto al régimen porfiriano y también reivindicativo
de los intereses de la Iglesia católica. Se anuncian misas en memoria de Maxi-
miliano y de Iturbide; se argumenta sobre diversos temas en las editoriales, a
menudo reflejando el carácter confesional de la publicación; de ello son expre-
siones, entre otras, los ataques a Darwin y su teoría.
Sin la pretensión de abundar en otras vertientes de la publicidad aparecida
en El País en esos años, cabe presentar unos cuantos anuncios que ilustren de
forma mínima el momento del país y el tipo de mensajes que se emitían. Era,
por ejemplo, una época en que se debía promover el uso de la luz eléctrica,
aduciendo para ello 12 razones, como atestigua un anuncio de la Compañía
20
Mexicana de Luz y Fuerza Motriz (figuras 8 y 9), ancestra directa de la empresa
nacional que sería irresponsablemente liquidada cien años después, dejando en
el desempleo y la incertidumbre a cerca de 45 mil trabajadores.
Era el momento de promover el uso de la Naftolina (figura 10), producida
por la Compañía Mexicana de Petróleo El Aguila, tan mexicana que fue nacio-
nalizada años después, aunque ahora bien podría regresar al país mediante la
21
Figura 11. Domingo 19 de diciembre de 1909, núm. 3229, p. 4.
22
Hace cien años ya se señalaba la transformación profunda en el tren de vida;
de acuerdo con la publicidad, los tiempos habían cambiado, ya no había tiem-
po de sobra, ya no se dormía siesta y ya no era posible tomar el chocolatito a
media tarde, o al menos eso se aducía para promover el consumo de la cerveza
Saturno, de “cualidades altamente nutritivas” (figuras 13 y 14).
23
Figura 17. Sábado 1 de febrero de 1914, núm. 4170, p. 6.
24
Figura 19. Sábado 8 de marzo de 1913,
Figura 18. Viernes 5 de diciembre núm. 4195, p. 3.
de 1913, núm. 4467, p. 6.
Agradecimientos
Agradezco el apoyo inicial de Blanca Valdiviezo y Emiliano Soriano, y luego el
dedicado trabajo de Mariana Solorio en el registro fotográfico de los materiales
y su participación en la selección de los mismos, así como las sugerencias de
Fernando Sánchez respecto a la toma de fotografías y las adecuaciones realizadas
en algunas de ellas por Xóchitl Zambrano. A su vez, agradezco el apoyo de la
compañera Elvira Pruneda en la restauración de varios ejemplares.
Agradezco a Emiliano Hersch su colaboración en el registro de anunciantes
y en el análisis de distribución de ejemplares y anuncios publicitarios. Tanto él
como Lilián y León aportaron sus respectivas dosis de lo que peculiarmente
suelen prescribir y dispensar.
Agradezco su participación en la elaboración de los índices a Mariana Bestard
y a Berenice Rodríguez.
26
Todos ellos, incluyendo a Ana Catalina Sedano y Alejandra Ramírez, del
Programa Actores Sociales de la Flora Medicinal en México, a su vez, segura-
mente reconocerán agradecidos que este trabajo les permitió librarse de mí por
muchas horas. Pero eso tiene remedio.
Agradezco los comentarios que aportaron a este trabajo Carlos Viesca, Ri-
cardo Melgar, Gilberto López y Rivas, Javier Pérez Siller, Gema Lozano y
Stanley Brandes. Para su alivio, sin embargo, ninguno de ellos es responsable,
por supuesto, de lo que a continuación se presenta.
Agradezco las pertinentes observaciones de los revisores anónimos del texto
y el apoyo del personal del área de Publicaciones del Instituto Nacional de
Antropología e Historia; en particular, el dedicado trabajo, en esa área, de
Enrique César García y de Martín Hernández, quien se encargó de afinar las
imágenes para la presente edición.
Concluyo advirtiendo que este producto puede resultar un remedio ineficaz
para quienes gozan de una peculiar afección, denominada solemnidad académica.
27
Contexto
•
29
Algunos rasgos de la publicidad de remedios
en la prensa de la época
A inicios del siglo xx se contaba ya con una perspectiva del futuro fincada en la con-
fianza en el progreso continuo, ascendente y en buena medida irremediable [...] sobre
esta forma de ver el futuro se estableció una concepción general del mundo, en la que
el cosmopolitismo era el objeto de los afanes modernistas [...] la modernización incluía
un progreso difícil de entender y vivir, pero fácil de imitar (Hellion, 2008: 22).
Por una parte, nos encontramos ante una estrategia publicitaria notablemente moderna
por sus mecanismos de persuasión; por otra, el carácter tradicional de los roles y de las
funciones del cuerpo promueve sutilmente una ideología del rendimiento y cierta manera
de percibir el cuerpo como soporte del trabajo y de la producción (Goulet, 1987: 20).
30
En medio de la diversidad de tópicos, afecciones o síntomas particulares, la
imagen en estos anuncios de remedios constituye un elemento fundamental,
cuya preeminencia obedece a un propósito claro de accesibilidad:
Con mayor frecuencia, los periódicos emplearon las imágenes para suplir la palabra
o darle un carácter diferente [...] El anuncio debía ser analizado como la conjunción
de la palabra con la imagen. Esta última se empleó para la descripción de formas, o
bien para reforzar y evocar situaciones ideales. Los anuncios, más allá de la expo-
sición de la baratura de los productos o de sus características, tendían a hacer uso
de la imagen como evocación de valores vinculados a una casa comercial o a una
mercancía. La imagen publicitaria construyó una situación ideal, imaginaria, que se
añadía al producto para comprar. En este sentido, estamos en la etapa de la novedad
publicitaria, en la que se despliegan lenguajes que serán ampliamente explotados en
las décadas siguientes, hasta trastocarse en una realidad cotidiana que satura la vida
actual (Hellion, 2008: 22).
Una de las características distintivas de los anuncios [...] es la incorporación de las imáge-
nes, que era ya frecuente en las notas de prensa, pero cuyo empleo publicitario afectó la
integración del mensaje y su lectura es indisociable de la relación con los textos verbales. Esta
integración [...] identifica la publicidad a lo largo del siglo xx y remite sus antecedentes a
la impresión con innovaciones técnicas que amplió las posibilidades de comunicación (Hellion,
2008: 21) (cursivas añadidas por el autor).
Ahora bien, lejos de una concepción neutra del anuncio, que supuestamen-
te no incide ni modela el patrón de necesidades y de consumidores, se ha des-
tacado su papel activo, potenciado con el aporte conjunto de texto e imagen,
donde a través de las mercancías se vincula la promoción del consumo con las
representaciones sociales en juego. A lo anterior hay que sumar la relevancia
económica de la publicidad para los mismos periódicos:
31
Representaciones del cuerpo y de la enfermedad
Dennis Goulet (1987: 19), al analizar la publicidad de medicamentos corres-
pondiente a los años 1900-1910 en Canadá, destacaba que el enunciado publi-
citario es muy rico en información de tipo económico, social e ideológico, pero
poco se ha tenido en cuenta en la historia de las representaciones, a pesar de
que constituye un discurso tan revelador de los imaginarios sociales.
Y justo, dos de los ámbitos de representaciones que la publicidad analizada
involucra tienen que ver con la construcción social de la enfermedad: uno es el
ámbito del cuerpo y otro refiere directamente a la enfermedad misma.
Como veremos en los ejemplos que siguen, las representaciones del cuerpo
aparecen de manera reiterada, ya sea de forma sutil o directa, planteando pa-
trones a seguir destacados por Goulet (1987: 20):
32
y, además, la vivencia y perspectiva de quienes lo atienden en ese marco o fuera de
él. Este juego de percepciones diferenciales ha sido abordado lúcidamente por
Laplantine (1992: 28 y ss.) al analizar las representaciones de la enfermedad en
la literatura francesa.
Sin embargo, estas vivencias y experiencias ocurren y a su vez se socializan
en un marco más amplio, en un contexto que trasciende la reducción publici-
taria que incorpora lecturas de diverso alcance respecto a la enfermedad, inter-
pretaciones que forman parte de los saberes que se van conformando en la
trama de legado e innovación que constituye la cultura de cualquier pueblo.
Los publicistas tenían por mandato persuadir a cualquier precio en relación a que el arte
de curar es una mercancía que se vende [...] sin duda había que dar a los productos una
imagen concreta y convincente, presentarlos según sus características más atractivas, a
fin de persuadir al consumidor de que la curación compensaba el gasto ocasionado por
la compra. El arte de curar se convierte en este contexto en una cosa que el reclamo publi-
citario reduce a sus dimensiones mercantiles. En cuanto al acto terapéutico, es también
transformado en una simple absorción de medicamentos de todo género, dado que se
encuentran dotados de la facultad de curar una cantidad considerable de enfermedades
(Goulet, 1987: 22) (cursivas añadidas por el autor).
33
La publicidad comercial, en coherencia elemental con su cometido de promo-
ver mercancías y servicios, focaliza a los consumidores en función de su oferta.
Osler convocaba precisamente a focalizar al individuo en su particularidad, mien-
tras que la preeminencia del medicamento-mercancía, estandarizado, requiere a
su vez la estandarización del motivo o de la categoría misma de consumo: la afec-
ción, la dolencia, la enfermedad. Cómo llega el organismo de cada paciente a
configurar reactivamente su enfermedad, en el marco de su particularidad sociocul-
tural y fisiológica, resulta en esa perspectiva un asunto banal, aunque las enferme-
dades nunca se generen al margen de una particularidad relacional de los individuos.
La preeminencia orientada a la enfermedad como un eje es funcional al
capital, porque delimita un campo idóneo para la mercancía; en cambio, la es-
pecificidad orientada al enfermo despliega un campo heterogéneo de incidencias,
de modos de vida: una realidad eminentemente relacional que no abarca ni
resuelve una mercancía, lo que no quita pertinencia al medicamento como
recurso subordinado.
La construcción de enfermedades ha sido en nuestra sociedad un rasgo fun-
damental para el proceso de producción y comercialización de medicamentos.
El postulado usual es que una enfermedad tipo demanda un medicamento tipo.
Menos presente está el reconocer que ese medicamento es, a su vez, una mer-
cancía tipo. Y en ese sentido, desde la práctica de tramar enfermedades (la ya
mencionada disease mongering) el asunto es al revés: esa mercancía tipo es la que
demanda un cliente tipo. Y es que en la lógica del capital, si las enfermedades
generan clientes, es insensato prescindir de ellas. Lo demás es “pan pintado”,
como diría Frida Kahlo. El cliente tipo es un ente estandarizado funcional, muy
similar al votante tipo. De hecho, en ambos casos se trata de condiciones pató-
genas. Un paciente individualizado demanda, en cambio, una diversificación
terapéutica, lo que a su vez requiere expandir el margen de posibilidades y
romper con el dominio de la farmacoterapia como uno de los dos ejes actuales
de la terapéutica biomédica, siendo su otro eje actual el de la cirugía. En este
proceso, la publicidad de remedios de hace un siglo anuncia ya la preeminencia
de la terapéutica monológica dominante en la biomedicina actual. Es decir, la
limitación de la diversidad terapéutica tiene una de sus raíces en la naturaleza
mercantil del remedio y se instrumenta en su promoción publicitaria.
34
Las pociones de todo tipo propuestas por la industria farmacéutica invadieron la superfi-
cie redaccional de la prensa de gran tiraje. Más allá de la función del medicamento [...]
la retórica publicitaria imagina un escenario de la condición sufriente en una verdadera
antropología del cuerpo enfermo. Particularmente adaptada a un receptor poco escolariza-
do, la enunciación “hiperbolizada” de los síntomas sugiere, suscita una búsqueda de salud
preservada, reencontrada gracias a las virtudes “mágicas” de los remedios propuestos. En los
encuadres publicitarios, los beneficiarios de los milagros de la química moderna dan cuenta
de su curación siguiendo escenarios que parecen tomados de las anécdotas consignadas en
los centros de peregrinaje y reproducidos en los “archivos” dedicados a los taumaturgos.
En efecto, como se verá más adelante, los testimonios agradecidos que con-
forman los exvotos que podemos encontrar en diversos santuarios mexicanos,
como los del Tepeyac, Chalma o Juquila, presentan cierta similitud con el tono
de algunos testimonios publicitarios de hace un siglo. Pero, sigue Gagnon (1987:
12-13), contextualizando esa publicidad:
Esta transposición del discurso sagrado se inserta en una estrategia mercantil acorde con
la cultura ambiente. La mediación publicitaria [...] reedita los valores morales aceptados:
1) hay que preservar la salud porque la suspensión del trabajo amenaza la seguridad de
las familias, 2) la obligación de curarse es igualmente imperativa para la madre, ella
necesita la salud para dedicarse a los cuidados de los niños y responder a las exigencias
de la economía doméstica. En breve, el disfrute de la salud está subordinado al deber. El
propósito buscado se encuentra en las antípodas de los valores hedonistas que sostienen la oferta
terapéutica de hoy en día [...] En ausencia de cuidados médicos accesibles y gratuitos, los
trabajadores de 1900, crónicamente amenazados por el desempleo sin prestaciones,
se contentan con no estar demasiado enfermos, a fin de ganarse la vida penosamente
(cursivas añadidas por el autor).
1
Dicho principio se pretende evadir con eufemismos, como el del “Seguro Popular”, que elude la
obligación del Estado de brindar cobertura íntegra y de acceso universal de acuerdo con la Constitu-
35
(1987), un elemento fundamental en la publicidad de los medicamentos es la
condición de quién es sujeto a ella. La naturaleza superflua de un producto lo hace
requerir mayor impulso publicitario.
Así, se puede establecer un paralelismo en cuanto al fenómeno que desta-
cara Ernesto de Martino respecto a la magia y sus factores contextuales con-
dicionantes, donde la crisis de presencia, resultante de la confluencia de diversos
órdenes de precariedad en la vida cotidiana, incluida de manera relevante la
material, favorece una atmósfera propicia para las representaciones, las prác-
ticas mágicas y las alusiones al mundo de lo sobrenatural y al terreno del mi-
lagro:
En general, el drama mágico —es decir, la lucha del ser acechado y amenazado, y el
correspondiente rescate— se manifiesta en determinados momentos críticos de la
existencia, cuando se exige a la presencia que realice un esfuerzo mayor que de cos-
tumbre [...] la conexión del mundo mágico con determinados momentos críticos de la
presencia se torna evidente en muchas otras situaciones existenciales (De Martino,
2004: 146-147).
El momento farmacéutico
El contexto del tema que nos ocupa también incluye el proceso de cambio
progresivo en el perfil y alcance de los remedios, de las boticas e incluso de la
farmacia en cuanto profesión. Las industrias productoras de medicamentos, en
los últimos cien años que precisamente distan de la publicación de El País,
ción, soslayando enfermedades que no son cubiertas por tal sistema, al fin ni seguro, ni popular. Hay
enfermedades tan inoportunas que no tienen cabida en la relación de enfermedades cubiertas por
dicho simulacro.
36
modificaron profundamente el quehacer del farmacéutico y el perfil mismo de
la farmacia.2
La transición entre la farmacia clásica que confeccionaba medicamentos a
partir de las prescripciones individualizadas y la industrial, que como estableci-
miento se convierte en dispensadora de medicamentos de línea, tiene justamen-
te en el inicio del siglo xx un momento determinante con un producto de tran-
sición emblemático: la especialidad. Al margen de la farmacia como disciplina, lo
que se anuncia en la publicidad analizada no es principalmente el establecimiento
ni el profesional, es decir, no es la farmacia o el farmacéutico en sí, y ni siquiera
los productos que ese establecimiento puede elaborar a solicitud del médico en
virtud de su responsabilidad como prescriptor: lo que se anuncia primordialmen-
te en la prensa, como veremos, es un producto particular, un específico.
En la tensión entre especificidad y estandarización, el producto es específi-
co y no el consumidor, quien tiene una condición subordinada. El producto es
particular en el sentido de que lo elaboró un fabricante específico, lo ideó un
médico, farmacéutico o empresario en particular que otorga su nombre al ob-
jeto. Ese producto se generará de forma estandarizada, es decir, de manera fija,
firme, siempre igual.3 La producción industrial genera mercancías en una línea
precisa y en serie, confiable, siempre igual, y demanda consumidores previsibles,
acordes con ese perfil de productos. El específico rompe con la farmacia que
operaba regularmente con variantes y cuyo ejercicio mediaba entre el médico y el
paciente, figurando ambos, a su vez, como actores sociales no estandarizados.4
Y›es que la mirada que particulariza, la focalización, es desplazada del destina-
tario al producto.
Las especialidades farmacéuticas destacarán entonces de las formulaciones que
los médicos hacían tomando en cuenta, al menos teóricamente, la especificidad
del paciente. El sastre-médico que formula la prescripción a la medida y el
sastre-farmacéutico que la prepara y dispensa, ambos teniendo como referente
los requerimientos específicos de un paciente que ha sido destacado del conjun-
to de enfermos, al hacer evidentes sus particularidades mediante el ejercicio
clínico que produce un diagnóstico individualizado, forman, uno y otro, parte
de un modelo que coloca el foco en el destinatario de los remedios y no en los
2
Es pertinente resaltar la relevancia de diversos estudios que se han ocupado del tema directa o in-
directamente en nuestro país, como los de Huerta (1994), Azuela y Guevara (1998), Hinke (2001),
Agostoni (2001, 2002), Álvarez (2005) y Aceves (2007), entre otros.
3
No es casual que la palabra estándar, del inglés standard, provenga en su etimología de stand-hard,
del germánico standan (estar de pie) y hard (duro, firme). Es la misma raíz del término estandarte
(algo que marca un lugar de reunión porque está firmemente de pie) (Gómez de Silva, 1989: 278).
4
Específico deriva a su vez de especie: clase, variedad, tipo; el latín species implica un aspecto particular,
apariencia, imagen, clase determinada; mientras que specere significa mirar, examinar (Gómez de
Silva, 1989: 273).
37
productos, cuya particularidad incrementa su potencial mercantil en virtud de
una demanda generalizable. Tal vez la preeminencia del remedio y su formula-
ción estandarizada constituyen un avance en las ciencias farmacéuticas, pero
sus implicaciones no desdeñables pueden significar, por el contrario, un retro-
ceso desde el dominio de la clínica:
38
de Salubridad, de título profesional para el ejercicio de la farmacia. Al fundamen
tar la responsabilidad profesional del farmacéutico, Río de la Loza planteaba la
necesidad de que la enseñanza de dicha profesión fuera emancipada de la Es-
cuela de Medicina mediante el establecimiento de una escuela especial de
farmacia. Además, señalaba la función del farmacéutico como vigía constante de
las prescripciones médicas y hombre de confianza pública y gubernativa frente al uso
de sustancias incompatibles o venenosas y de dosis elevadas. Las boticas no
debieran estar en manos de los médicos, pero en particular, Río de la Loza (1898:
10) se preguntaba:
39
merciantes de la vida, que valiéndose de la ignorancia en medicina del que sufre, le hace
perder, no solo el dinero que puede despreciarse, si no la salud, porque esas panaceas, son
imposibles; los pomposos anuncios solo sirven para embaucar al desgraciado á quien los dolores
le ofuscan la razón. Así tenemos anuncios de medicamentos que siendo una la medicina,
cura todas las enfermedades gastro-intestinales por ejemplo: en tanto que otras curan las
enfermedades de la cintura, es decir, que sirven para toda clase de enfermedades que se
llaman de la cintura. La facultad médica en general, debería protestar contra semejante
absurdo, no hacerlo es admitir la existencia de medicinas universales, lo cual repugna
á la razón [...] Reglamentar prohibiendo en lo absoluto la venta de especialidades cuya
eficacia no esté comprobada, es urgentísimo (Río de la Loza, 1898: 11) (texto como en
el original) (cursivas añadidas por el autor).
5
Si bien es posible contar hoy con mayor claridad respecto al aporte diferencial de los saberes
médicos sulbalternos, estos se siguen descalificando. En el momento de Río de la Loza, las limitaciones
diagnósticas y terapéuticas de la misma medicina formal, una perspectiva excluyente de esos saberes
y el cometido de alcanzar un único modelo de modernidad dificultaban dicha clarificación, pues se
pasaba por alto la legitimidad de otras racionalidades médicas.
40
cicio legal de la farmacia llevaba aparejado el de la fabricación y venta respon-
sable de preparados de uso medicinal; lo contrario resultaba
ilegal, atentatorio y aun criminal. Ilegal porque la ley les prohibe expresamente ejercer
una profesión para la que no están autorizados; atentatorio, porque la salud pública á cada
paso está en inminente peligro haciendo uso de preparaciones imperfectas, y criminal,
porque el resultado de tal industria es privar de la salud ó de la vida á los desgraciados á
quienes la miseria, la seducción ó la ignorancia obliga á que se sirvan de tales compuestos
(Mayora et al., 1891: 255).
[...] ser útil á la humanidad doliente, ver por el bien de la salud pública y de sus semejan-
tes, procurando al elaborar y expender sus medicamentos ya magistrales ú oficinales,
confeccionarlos con la mayor exactitud y perfección posible y no limitarse á la parte
puramente mercantil de nuestra profesión, abandonando por completo la científica en
ella (Lasso de la Vega, 1895: 52-53) (cursivas añadidas por el autor).
41
mente desprestigian nuestra profesión, honrada e incapaz de engañar á nadie, sino que
en muchos casos, ponen en peligro la salud del enfermo ó porque agrava el mal ó porque no
lo alivian, y aun el mismo farmacéutico se encuentra orillado á sufrir un castigo penal,
porque la legislación vigente, impone la pena no directamente al que fabrica una me-
dicina nociva, sino al que la expende (cursivas añadidas por el autor).
No pasa día sin que tengamos el anuncio de alguna substancia nueva, más ó menos
recomendada para curar determinadas afecciones, y la recomendación viene alguna
vez recomendada por médicos, pero otras lo son por los inventores, los fabricantes ó las
empresas, pues estas las hay, y se establecen como lo verifican las empresas de Teatros, de
Ferrocarriles, de Diversiones, etc., etc.; en estos casos se trata de lucrar, y sólo se consulta
la parte pecuniaria, dejando al acaso los resultados saludables (Río de la Loza, 1899: 165).
Vergonzoso es lo que se ve en las plazas y principales calles de la Capital, con esos ex-
pendedores de medicamentos que el vulgo llama Merolicos. Estos individuos, llenos de
grandes medallas que envidiaría el mejor general, y sus paleros al lado, están rodeados
de un público ignorante que palpa una mentida realidad, y con esto y mucho hablar,
entusiasman á los incautos y les sacan el dinero. Vergonzoso digo que es este espectáculo,
porque nos da á conocer como hombres inciviles, de la más crasa ignorancia. Para bien
del pobre desheredado y honra nacional, debería prohibirse este ignominioso comercio.
42
¡A qué situación han llegado la Medicina y la Farmacia! Así vemos personas que nunca
han estudiado, autorizadas como Profesores en farmacia, como también encontramos
individuos que se firman Doctores, siendo únicamente curanderos, y aun mancebos de
Botica curando en ellas públicamente. La clase baja de nuestro pueblo es incivil, ignorante,
crédula y aun supersticiosa; es lo más fácil engañarla, y á esta clase de gente se dirigen los
especuladores antes mencionados, pues nunca se verán en presencia de un público sensato;
si esto fuera, no tardarían en emigrar; pero hay que advertir que ese pueblo inculto se
encuentra en las condiciones de los menores de edad, y es el Gobierno del Distrito quien
debe velar por él y cuidarlo en sus intereses y en su vida (Río de la Loza, 1899: 168).
Así como la autoridad cuida de que los alimentos que se vendan sean sanos y castiga lo
que puede dañar ó menoscabar los intereses públicos, así deberíase evitar la venta de
medicinas de composición ignorada, que menoscaban los intereses del pobre y le dañan,
porque como dije antes, entre tanto se da á conocer lo inútil de algún medicamento, se ha
perdido el tiempo y tal vez convertida en incurable la enfermedad [...] el vulgo y los charlata-
nes serán más tarde los médicos de la humanidad, y las empresas y los compositores de
Drogas, los que proporcionarán la medicina (Río de la Loza 1899: 168-169) (cursivas
añadidas por el autor).
43
que por el pronto trastorna y aún da en tierra con las preparaciones que la experiencia
de los siglos colocó en puesto principal de la terapéutica (La Farmacia, 1903: 49-50).
El enfoque intentaba llegar al origen del problema, subrayando que tal situa-
ción —la oferta de semejantes remedios— requería a su vez un remedio que
pudiese:
Detener, cuando menos, una invasión que desnaturaliza la práctica de las ciencias médicas,
de la cual práctica, si ha de mantenerse su carácter genuinamente científico, es preciso
apartar todo industrialismo, porque al fin y al cabo el tal conduce en derechura á una
retrogradación á los tiempos del empirismo, á los tiempos aquellos del misterio y del
curanderismo que positivamente produjeron tanto daño á la humanidad (La Farmacia,
1903: 50-51) (cursivas añadidas por el autor).
Dan libre paso á las medicinas que llaman de patente las naciones que no consideran in-
dispensable título alguno académico para el ejercicio de la medicina y la farmacia; dictan
órdenes severas contra tales preparaciones envasadas, los países en que la reglamentación
del ejercicio de las profesiones médicas constriñe á los profesores en círculo estrecho
á cambiar de derechos bien definidos y respetados; y en los demás, como en España y
en Francia y en Italia, se deja hacer y pasar, sin dirección fija (La Farmacia, 1903: 51).
Francia ha luchado y lucha por contener este movimiento invasor; sin que haya logrado,
en tantos años, despejar siquiera los términos ciertamente confusos del problema; y año
tras año, ha ido aumentando en la nación vecina este industrialismo terapéutico, sin que
los conspicuos y los humildes, todos los bien intencionados hayan conseguido siquiera
reducir la especialidad, antes por el contrario, con parciales medidas han complicado la
cuestión por modo tal que allá queda, estancada en sus Cámaras legislativas, la reforma
intentada en su vieja legislación farmacéutica que había de servir para armonizar los prin-
cipios de la sabia ley germinal con las necesidades y exigencias de los tiempos modernos.
Y Alemania acapara el mercado con sus productos sintéticos, que explora sirviéndose, como
puede, de patentes y de marcas de fábrica, procedimiento el adoptado por los especuladores
44
terapéuticos de esta nación, que ha venido á perturbar, más aún que las especialidades farma-
céuticas, la ordenada, metódica y científica dispensación de los medicamentos (La Farmacia,
1903: 51-52) (cursivas añadidas por el autor).
Con estudios más ó menos laboriosos y dilatados puede llegarse al conocimiento perfecto de
la etiología de una enfermedad, de las alteraciones sufridas por los elementos histológicos,
de las modificaciones celulares de los tejidos que engendran los procesos patológicos que
6
En efecto, en España, como a principios del siglo xx también ocurrió en México, se estuvieron
promoviendo aún 30 años después de las líneas citadas, remedios secretos cuya composición ya había
sido develada claramente como inútil, como los Polvos de Coza contra el alcoholismo o la Tuberculozina
de Yonkermen contra la tuberculosis, como veremos más adelante.
45
las originan; puede asimismo llegarse á descubrir, conocer y clasificar los microorganis-
mos patógenos y patognomónicos de cada entidad, pero tarea dificilísima es en verdad
encontrar los medios de encarrilar la función desviada, de oponerse á la irrupción del
gérmen morboso, de perseguirlo y aniquilarlo en la intimidad de los tejidos sin herir la
vida y entorpecer las actividades y los cambios intracelulares. Las reacciones químicas y los
experimentos in vitro tienen que ser y son engañosos; la falta del medio en que tan oscuros
y complexos fenómenos se verifican, hace que las indicaciones obtenidas sólo puedan
ser aproximadas y sólo nos quede, como más idóneo y seguro guía en el estado actual de
la ciencia, la experimentación clínica, sagaz y concienzuda (Abogado, 1903: 268-269).
46
El momento sanitario
47
modados— sólo pudo obtener 35 reemplazos, pues la mayor parte tuvieron que
ser desechados como inútiles por pintos7 o palúdicos (Pineda, 1997: 97).8
Una proporción significativa de la población infantil, ni siquiera cuantifica-
da satisfactoriamente, sufría de enfermedades carenciales. La deficiencia misma
de la estructura sanitaria formal derivaba a su vez en el subregistro de numero-
sas enfermedades y muertes. En un escenario sociosanitario como ése, y en un
esquema de pluralismo asistencial reflejo que no ha dejado de operar, la pobla-
ción recurría a la medicina doméstica y a los recursos diagnósticos y terapéuticos
de raigambre popular o indígena como parte de sus estrategias de supervivencia.
Expresión de ello era justamente la publicación de textos médicos de referen-
cia para la atención en poblaciones rurales y en haciendas carentes de faculta-
tivo, como los de Velasco (1886), Díaz y Díaz (1892), Barajas (1919) y López
Tilghman (1920) (Hersch Martínez, 2004).
De manera sintomática también, los periódicos, revistas y almanaques cons-
tituían un medio asequible para acceder a información práctica y enfrentar la
falta de atención médica facultada.
Si se analiza la evolución de las tasas brutas de mortalidad y de natalidad en
el país a lo largo del siglo xx, vemos que en el transcurso de la primera década
de esa centuria, la tasa por mil habitantes era similar, y oscilaba entre los 30 y
los 35 en ambos indicadores. En términos aproximados, moría cada año la mis-
ma cantidad de gente que nacía. Ambas tasas empezaron a separarse progresi-
vamente desde entonces, de modo que para la década de los años setenta del
siglo pasado la tasa de mortalidad había descendido a menos de 10 fallecimientos
por cada mil habitantes, mientras que la tasa de natalidad se había incrementa
do hasta una cifra tan alta como 45 nacidos vivos por cada mil habitantes
(López Acuña, 1989: 28), en una tendencia que ha disminuido desde entonces en
virtud de las políticas de impulso a la anticoncepción.
Expresión del panorama sanitario de aquel tiempo es que no fue hasta 1922
cuando se inició un registro sistemático de morbimortalidad lo suficientemen-
te satisfactorio como para analizar tendencias comparativas, al aplicarse crite-
rios uniformes, apegados a la Clasificación Internacional de Enfermedades.
Desde entonces, el paludismo, la tuberculosis y la fiebre tifoidea disminuyeron
de manera progresiva, y si bien algunas enfermedades incluso se incrementaron
en los siguientes decenios, como fue el caso de la sífilis, influenza, neumonía,
gastroenteritis y colitis, cuyo descenso sostenido no comenzó hasta 1940, y de
la viruela, tosferina y sarampión, que empezaron a descender en 1930, la mor-
7
Es decir, por sufrir el “mal del pinto”, infección bacteriana de la piel causada por Treponema herrejoni
y endémica entonces en varios estados de la república.
8
Como se verá más adelante, entre los políticos que recomendaban remedios se encontraba precisa
mente ese gobernador de Colima.
48
talidad por todos esos padecimientos infecciosos disminuyó progresivamente
a lo largo del siglo pasado (Álvarez Amézquita, 1960: 255 y ss.; López Acuña,
1989: 57).
En 1889, el doctor Domingo Orvañanos, del Consejo Superior de Salubridad
del Distrito Federal, publicó su “Ensayo de geografía médica y climatología de
la República Mexicana”, que consigna como las principales enfermedades que
se observaban entonces en la República, las que se presentan en el cuadro 1.
Cuadro 1
Principales enfermedades en la República
Mexicana según Orvañanos, México, 1889
Enfermedades zimóticas y constitucionales
Mal de San Lázaro (lepra)
Mal del pinto
Bosio (sic) y cretinismo (hipotiroidismo)
Reumatismo
Enfermedades tifoideas
Fiebre amarilla
Tifo
Enfermedades telúricas
Fiebres intermitentes
Cólera asiático
Fiebres eruptivas
Viruela
Sarampión
Escarlatina
Afecciones intestinales
Diarrea
Catarro intestinal
Enteritis
Colitis
Enterocolitis
Nota: paréntesis añadidos por el autor.
49
su vez en el cuadro 2, también basado en la obra de Orvañanos, el cual muestra
las enfermedades que a su juicio provocaban mayor mortalidad y que de hecho
motivan una de las cartas geográficas de su obra.
Cuadro 2
Enfermedades que causaban mayor
mortalidad en cada distrito de la República
Mexicana según Orvañanos, México, 1889
1. Fiebres continuas
2. Neumonía
3. Fiebres intermitentes
4. Viruela
5. Afecciones intestinales
Cuadro 3
Principales causas de defunción en la ciudad de México
según Orvañanos, México, 1889
Tasa por mil
Enfermedad
fallecimientos
Enteritis y enterocolitis 193.30
Neumonía y bronquitis 159.70
Tuberculosis 66.00
Abortos, nacidos muertos y asfixia de recién nacidos 52.00
Tifo 37.60
Eclampsia infantil 37.00
Afecciones orgánicas del corazón 31.50
Meningitis cerebral 29.38
Congestión y hemorragia cerebral 26.80
Viruela 22.30
Cirrosis hepáticas 21.77
Heridas, contusiones, fracturas, quemaduras y asfixia 20.20
Hepatitis y abscesos hepáticos 17.63
Alcoholismo crónico 12.00
Erisipelas 11.82
Cáncer 11.38
Tosferina 10.50
50
Cuadro 3
Principales causas de defunción en la ciudad de México
según Orvañanos, México, 1889 (continuación)
Tasa por mil
Enfermedad
fallecimientos
Peritonitis 10.28
Fiebres intermitentes 9.10
Nefritis, mal de Bright y uremia 8.37
Congestión pulmonar 8.00
Enfisema pulmonar 6.46
Disentería 5.87
Infección puerperal 4.70
Sífilis 3.96
Pleuresía 3.60
Encefalitis y meningo-encefalitis 3.37
Hemorragia pulmonar 3.23
Sarampión 3.00
Reblandecimiento cerebral 2.42
Mielitis 2.42
Laringitis 2.20
Fiebre tifoidea 2.13
Septicemia 2.05
Gastritis 2.00
Escrofulosis 1.97
Escarlatina 1.90
Gangrena de la boca 1.83
Angina de pecho 1.12
Aneurisma de la aorta 1.10
Piohemia 0.87
Tétanos 0.80
Ateroma 0.80
Enajenación mental 0.30
Causas no clasificadas 145.27
Fuente: Orvañanos, 1889: 189-193.
Así, los datos previos sirven como referente para abordar el cúmulo de pa-
tologías consignadas en los anuncios de remedios que siguen. Si bien muchas
de estas enfermedades figuran en la publicidad que nos ocupa en este trabajo,
otras no, como es el caso del reblandecimiento cerebral —y la gangrena cardia-
ca—, tan característicos de la clase política del país en la actualidad.
También es preciso considerar el momento de desarrollo en que se encontra
ba la medicina oficial de la época. Por mencionar solamente algunos ejemplos,
pocos años hacía que se había inventado en Italia el primer esfigmomanómetro,
en 1896. No se conocía la insulina, ni su relación con la diabetes, que se diluci
dó con los trabajos de Paulesco y luego, en particular, de Banting y colaboradores
51
a principios de los años veinte del siglo pasado. A pesar de que desde 1855
Addison había atribuido a las glándulas suprarrenales su papel fundamental para
la vida, pasarían cerca de 70 años para que ello fuese reconocido. Además, hace
un siglo tampoco estaba cabalmente comprendida en su conjunto la relevancia
exocrina y endocrina del páncreas, y apenas en esos primeros años del siglo
pasado empezaban a destacarse las implicaciones clínicas del sistema neurove-
getativo.
Por tanto, en la publicidad también habrá ausencias que reflejan lo anterior:
diversas entidades hoy comunes no estaban identificadas como tales y otras, a
pesar de ser ya reconocidas, simplemente no figuraban como motivo de consumo
de los remedios en venta, como las hiperlipidemias, la depresión como tal, el taba-
quismo, gran parte de las malformaciones congénitas y trastornos de origen me-
tabólico y bioquímico, así como los accidentes vasculares cerebrales, neurosis y
psicosis, Parkinson, hipertensión, muchos tipos de cáncer, gota, Alzheimer, he-
patitis, cirrosis, insuficiencia renal como tal, alteraciones de la tiroides bien defi-
nidas y de otras glándulas endocrinas, anorexia nerviosa, bulimia, muchas enfer-
medades ocupacionales e incluso las infecciones de vías urinarias como tales.
52
dad farmacéutica y la percepción social de las enfermedades, la cual hoy, sin
embargo, se desarrolla en ámbitos demográficos mucho más amplios.
¿Qué tanto reflejan los anuncios publicitarios de remedios o de medicamen-
tos la situación epidemiológica existente, ya sea antes o ahora?, ¿qué tanto eran
entonces una expresión indirecta de las enfermedades más comunes que aque-
jaban a la población? Y a la inversa, ¿qué tanto influye la publicidad farmacéu-
tica en la percepción lega o profesional de los daños a la salud?
Es evidente que, además de las propias limitaciones, hay que advertir las del
material estudiado, pues nos estamos ocupando de representaciones de la realidad
y, en particular, de una realidad diagnóstica o nosológica como constructo social.
Sin duda, el anuncio publicitario se construye a partir de elementos provenien-
tes de la realidad clínica y epidemiológica, pero esa construcción la moldea un
interés mercantil, en un fenómeno tan vigente hoy como hace 100 años. Sin
embargo, por difícil de creer que resulte, el discurso actual de las empresas, si
bien presenta argumentos no desdeñables respecto a la capacidad crítica de los
posibles compradores, no reconoce posibilidad alguna de que la publicidad in-
cida en el modelaje de las necesidades, como se afirma en un texto de la empre-
sa Bayer publicado en 1993:
El enfermo dispone hoy de mucha más información que hace treinta años, por lo que
observa la publicidad de forma más crítica y hay que convencerlo con buenos argumentos
para que acepte que un medicamento es beneficioso y eficaz. Ha desarrollado un escepti
cismo general frente a todo tipo de publicidad y le atribuye un supuesto afán de seducir a
la gente para que compre lo que no necesita. Hace ya tiempo que se intenta una y otra
vez desvirtuar este prejuicio presentando investigaciones científicas que demuestran que
la publicidad no puede crear unas necesidades que no existen de antemano (Murken, 1993:
9) (cursivas añadidas por el autor).
53
sistema, el cual se fundamenta en la respuesta social a la enfermedad. Sin duda,
nos adentramos en un campo que no remite de modo exclusivo al pasado, ni es
sólo un espacio gráfico y discursivo interesante, sino que corresponde a un mo-
mento evolutivo del proceso de instrumentación mercantil de la medicina.
La figura 2 presenta a la afección como elemento clave que motiva la deman-
da; el anuncio publicitario construye la afección y a su vez ofrece su cura, que sólo
es posible mediante la adquisición —y uso— del remedio mercantil. La oferta
de cura responde entonces a la demanda originada por la afección y conlleva
otras promesas: salud, trabajo, eficiencia, plenitud, energía, armonía, bienestar.
En tal ordenamiento resultan fundamentales las diversas representaciones re-
lativas a la afección, a la cura y a las promesas asociadas a ella. En este sentido,
comprender la evolución de las representaciones sobre la salud y la enfermedad,
pero también de la atención y desatención, es una tarea sustantiva en el campo de
la epidemiología sociocultural, porque esas representaciones reflejan la realidad
sanitaria e inciden en ella, y en ese cometido, aun en el campo limitado de la pu-
blicidad de remedios, se inscribe el componente analítico exploratorio de este
trabajo.
Como marcadores históricos, estos anuncios dan cuenta de representaciones
sometidas a procesos permanentes de cambio, sean o no vigentes hoy. Éstas
Discurso Discurso
verbal
Anuncio
Elige
Anuncio
Construye llave de la su
publicitario publicitario
demanda cura
Sugiere
Postula
Discurso Discurso
gráfico gráfico
54
importan también a la salud pública porque la perspectiva epidemiológica,
entendida como una aproximación global al fenómeno de la enfermedad como
proceso colectivo, parte de que “en la medida en que el ambiente físico y social,
así como los comportamientos y las actitudes que lo sustentan, se encuentran
profundamente condicionados por la organización social y anclados en la cul-
tura, la epidemiología será sociocultural o no será epidemiológica”, como bien
ha señalado Massé (1995). Pero además porque, al ser una perspectiva vertida
en procesos dinámicos, la epidemiológica tiene una dimensión histórica esencial.
55
La tonificación requerida
•
57
Revitalizadores y tónicos
Debilidad nerviosa. Es la enfermedad más frecuente y que invade á todas las clases
sociales no respetando edades, y es consecuencia de la vida moderna. Así como no es
posible escapar al progreso de la humanidad tampoco puede Vd. escapar de sufrir dicha
dolencia, pero para curarla y dar al sistema nervioso toda la fuerza necesaria para sostener
esa lucha diaria, tome Vd. el gran tónico nervioso que se llama “Vino Cordial de Cerebrina”
del Dr. Ulrici de New York, bajo cuya mágica influencia desaparecen todos los trastornos
nerviosos vitalizando de manera asombrosa su sangre, cerebro y nervios, sustituyendo
la anemia —Prostración y debilidad, en Fuerza, salud y vigor corporal y mental— use
Vd. este afamado tónico nervioso y será Vd. mismo sorprendido por sus maravillosas
cualidades curativas. El Vino Cordial de Cerebrina Ulrici es el alimento cerebral más
completo y el único que puede sostener el equilibrio del sistema nervioso supliendo el
gasto originado por la vida moderna en todas las fases de la lucha diaria por la existen-
cia, y así; como para reponer las fuerzas corporales necesita Vd. el alimento del cuerpo,
del mismo modo para reponer el gasto ó trabajo del cerebro y nervios necesita Vd. un
alimento nervioso ó sea El Vino Cordial de Cerebrina Ulrici cuyos ingredientes se dirigen
á alimentar especialmente su cerebro manteniendolo fuerte y saludable. El Vino Cordial
de Cerebrina Ulrici es el más potente vigorizante y reconstituyente para fortificar á
las personas debiles en general y á las nerviosas en particular, debido á sus ingredientes
acorde á la última palabra de la ciencia y por ser fabricado en escala industrial, lo cual
permite obtener sus componentes (no importando su precio) de los más puros y escogidos
y ponerlos en dicho Vino en toda la cantidad necesaria para que produzca las asombrosas
curaciones que lo han acreditado en todos los países (texto como en el original).
58
En la cita precedente —algunos de cuyos pasajes podrían provenir del dis-
curso mercantil actual— es destacable la argumentación que pone de relieve:
a) la condición necesaria y usual que demanda el uso del remedio y remite a
menudo a una enfermedad; b) la calidad del preparado medicinal, y c) la credibi-
lidad de su efecto. Los términos y alusiones pretenden reforzar la argumentación.
El nombre del producto a menudo incluye el de quien lo creó. En el formato
del anuncio de la empresa norteamericana The Ulrici Medicine Company se
recurre a las mayúsculas y las cursivas para destacar ciertos términos. La tipo-
grafía, además del discurso en sí y de las imágenes, entra en juego. El cuadro 1
presenta las palabras así enfatizadas, aparte del nombre mismo del producto en
el caso del referido Vino Cordial de Cerebrina del Dr. Ulrici.
Cuadro 1
Vino cordial de cerebrina del Dr. Ulrici:
Términos con énfasis tipográfico
Gran tónico nervioso debilidad nerviosa
Vitalizando tónico-nervioso
Sostener alimento cerebral
Diaria (lucha) vigorizante
Reponer reconstituyente
Vino fortificar
nerviosas
anemia
59
Fuerza y virilidad produce a toda persona debil o delicada el Cordial de Cerebrina Dr.
Ulrici que elimina las impurezas del cuerpo, despeja el cerebro, alimenta los músculos,
fortifica los nervios, nutre y tonifica la médula, hace sentir el cuerpo con fuerza, vigor
y energía física é intelectual. Tomando el cordial de cerebrina ulrici puede decirse
que nada produce más completa nutrición y reparación de los gastos por excesos de tra-
bajos, abusos de la naturaleza, uso del café, tabaco y licores (texto como en el original).
1
Uno de los textos convocaba prácticamente a todo mortal: “[…] Si es Vd. estudiante ó se dedica
al estudio ó trabajos mentales en general, ó en negocios de cualquier clase, nada le aclarará su
mente y facilitará la resolución de sus ideas y proyectos como tomar El Vino Cordial de Cerebrina
Ulrici. Si es Vd. abogado ó literato, Médico, oficinista ó empleado, es muy fácil que pronto adquiera
Vd. debilidad nerviosa más ó menos intensa, así; para curarla ó evitarla, nada más seguro que usar
El Vino Cordial de Cerebrina Ulrici. Si es Vd. persona religiosa y dedica su mente á largas horas de
meditación, oraciones ó lectura, tarde o temprano su cerebro será invadido por cansancio y prostración
nerviosa, para evitar ambos y sostener fuerte el espíritu y poder continuar en dichas ocupaciones,
nada más efectivo y admirable que tomar El Vino Cordial de Cerebrina Ulrici. Si es Vd. padre de
familia y después de su trabajo diario, se encuentra con cansancio nervioso y preocupado con los
naturales pensamientos de ansiedad por el porvenir de su familia, nada dá más ánimo y vigor para
trabajar y aclarar la mente en resolver tales proyectos como tener fé en sus propias fuerzas y eso se
consigue manteniendo fuerte el cerebro con El Vino Cordial de Cerebrina Ulrici. Si es Vd. madre de
familia y al terminar el día se siente cansada por los que haceres domésticos y atención de su casa,
reponga su fuerza nerviosa, tomando El Vino Cordial de Cerebrina Ulrici. Si es Vd. persona nerviosa
ó histerica y sufre de dolores de cabeza —neuralgias— pérdida de memoria —fatiga— melancolía
ó tristeza —temor para todo— gran preocupación por adquirir enfermedades —falta de apetito con
malas digestiones —carácter irritable— insomnio ó somnolencia —pereza y enflaquecimiento—,
nada puede hacer desaparecer tales males como El Vino Cordial de Cerebrina Ulrici. Si es Vd. persona
que ha abusado de todas sus fuerzas vitales dispándolas, nada hay que las reponga y cure sus
consecuencias prematuras ó decaimiento como El Vino Cordial de Cerebrina Ulrici, debido á su efecto
especial y extraordinario que tiene sobre los centros nerviosos”.
60
Figura 4. Lunes 20 de abril
de 1914, núm. 4592, p. 7.
cidos, irritables, insomnes: “A personas que han abusado de todas sus fuerzas
vitales disipándolas, a padres preocupados con los naturales pensamientos de
ansiedad por el porvenir de su familia, para los requeridos de aclarar su mente
y de facilitar la resolución de sus ideas y proyectos”.
Eso se llama hoy un medicamento de amplio espectro. En otro anuncio, el mis-
mo producto (figura 4) aparece como “un potente vitalizador en la debilidad
sexual”, acompañado de la imagen de un hombre desnudo sosteniendo dos
briosos caballos.
El ámbito del sexo era usualmente vedado en los medios impresos y el reclamo
de no abandonar la salud sexual reflejaba esa veda. Entidad merecedora de aten
ción y origen de una cauda patológica impresionante, era preciso poner de re-
lieve la presencia de la debilidad sexual como:
Enfermedad frecuente que se soporta en secreto por creerse vergonzosa siendo debida a
veces á causas inocentes, abusos de la juventud o excesos. No se abandone pues es tan
importante conservar la salud sexual como la general, por que aquella se refleja en el
sistema nervioso y debido á esto la debilidad sexual transforma al hombre en inútil y a
la mujer en debil nerviosa é histerica; conduciendo á veces á la locura, parálisis, melancolia,
epilepsia y muchos trastornos que indican el profundo desequilibrio de los Centros ner-
viosos. Si su poder sexual está muerto ó dormido; no crea por eso que ha desaparecido su
función ó perdido su fuerza, pues solo es un estado de paralisis temporal que para curarlo
se necesita el uso del heroico vitalizador cordial de cerebrina compuesto del Dr.
Ulrici de New-York, que devuelve su actividad, sencibilidad y estado natural; tonifica
los Centros nerviosos Cerebro y Medula debilitados por los gastos de la vida moderna,
61
abusos ó enfermedades; por que su poder le ha dado fama y rechase todo sustituto (texto
y ortografía como en el original; cursivas añadidas por el autor).
62
de Pfizer. Podemos ir más allá: cierta publicidad actual de éste en televisión no
alude a la esfera del sujeto aislado, quien puede conseguirse una melancolía o
una locura gracias a su debilidad sexual, sino que coloca el énfasis en el gesto
de complacencia de la mujer satisfecha gracias al cliente que ha adquirido el
producto erector, el cual al fin resulta ser el protagonista. Así, no sólo la cons-
trucción de la afección originadora de otras graves patologías cede su espacio
central a la figura de un problema eminentemente técnico y de forma clara
circunscrito como la deficiencia del órgano específico, sino que la solución
pragmática ofrecida al pene desfalleciente se proyecta al ámbito relacional, y es
entonces la beneficiaria del producto quien lo recomienda.2
Pero regresando a Quina-Laroche, Blériot, “el célebre inventor y aviador
francés que primero atravesó el canal de la Mancha en aeroplano” y Mérignac,
“el más ilustre profesor de la esgrima francesa” (figura 6), enmarcados en cade-
nas de fuerza y resistencia y desde sus respectivos méritos, atestiguaban a su
modo hace 100 años la eficacia de ese vino: “considero a la Quina-Laroche
como un adyuvante precioso para los aviadores”, y “antes de un gran asalto, mi
costumbre es tomar una copita de Quina-Laroche”. Si el asalto de esgrima se
daba además al interior de un aeroplano, hemos de suponer, las copitas tendrían
que ser dos.
Como veremos, la quina figuraba en la composición de numerosos tónicos;
los atributos terapéuticos de la cinchona originaria del Perú habrán de llegar al
2
Para el caso de la promoción comercial del Viagra y del Viagra femenino, véanse Lexchin (2006)
y Tiefer (2006).
63
vasto dominio de la tonificación corporal, al rebasar su reconocido efecto anti-
palúdico. Como parte de ese discurso, la Quina-Laroche se apuntalaba proyec-
tando la figura amenazante de la anemia y del estado de debilidad asociado a ella:
64
Figura 8. La Ciudad de Dios, domingo 25 de diciembre de 1904, núm. 48, p. 1.
65
Figura 10. Jueves 12 de enero
de 1909, núm. 3625, p. 4.
¿Estais pálido, débil?; ¿os cansáis fácilmente?; ¿os falta potencia nerviosa? Entonces,
preguntad al médico si no os haría bien la Zarzaparrilla del Dr. Ayer. Con sus conoci-
mientos os dará un consejo acertado. Esta medicina no contiene una gota de alcohol.
Forma glóbulos rojos en la sangre; comunica fuerza constante y por igual á los nervios,
y todo ello sin estímulo. No os equivoqueis. Tomad sólo aquellas medicinas que los
mejores médicos abonan. Preguntádselo al médico.
66
La vitalidad de la neurastenia
67
cuya aparición se explica suficientemente por el sufrimiento, por el conocimiento de la
incurabilidad de la dolencia, por la preocupación del porvenir (Lyon, 1894: 315-316).
68
diversas” de la piel del cráneo, como sensación de vacío, de plenitud, “de algo
que se mueve dentro”, de calor, punzadas, dolor en nuca y hombros que corres-
ponde a la raquialgia, el oír crujidos y rechinidos al mover la cabeza, etc.); es-
tigmas de movilidad (“los neurasténicos se sienten sin fuerzas y se fatigan con
facilidad, y el sueño no les vuelve su energía muscular ó, más bien dicho, no se
sienten en posesión de ella”); estigmas de equilibrio (vértigos matutinos y “cuan-
do efectúan algún trabajo intelectual, aun la simple lectura” o cuando, “por el
temor que infunden, evitan transitar por sitios peligrosos, atravesar calles muy
concurridas”) y estigmas netamente psíquicos:
69
de la angina de pecho; mas sin alteración seria en la circulación y sin rematar en síncope. El
pulso no tiene caracteres fijos; pero á menudo es inestable, aumenta mucho de frecuencia
cuando el paciente está en pie; se retarda en la espiración hasta haber la mitad de pul
saciones que hay, en la unidad de tiempo, en la inspiración […] suelen los neurasténicos
adelgazar y palidecer, lo que depende del sufrimiento moral y físico, del insomnio y de la
dispepsia. Además, á menudo tienen fosfaturia. Pálidos ó no, sufren á menudo bochornos
y á las veces calor en la cabeza y frío en las extremidades. En pocos casos hay midriasis y
bradicardia, y en algunos molesta mucho la astenopia3 por falta de acomodación: los pa-
cientes ven algo borrados los objetos, no se dan cuenta exacta de las distancias y cuando
pretenden leer sienten ardor y tensión en los ojos, que lloran entonces (1910: 258-259).
Algunas veces ha habido hiperestesias y temblor. Los reflejos tendinosos han estado
alterados de distintos modos, aunque parece que más á menudo algo exagerados. Se
han señalado dolores, que varían de sitio ó están limitados y fijos en distintas partes
del cuerpo. Es fácil que en el segundo caso no sean síntomas de neurastenia pura. Las
funciones genitales suelen alterarse, pero de desigual modo: lo más común es que fácil-
mente haya pérdidas seminales nocturnas ó al evacuar el intestino ó al principiar los
contactos sexuales. Al principio hay á veces erecciones con demasiada frecuencia; pero
después siempre ocurre lo contrario y se han observado casos de impotencia completa,
ordinariamente con espermatorrea (Terrés, 1910: 259).
3
Definida como “debilidad o cansancio de los órganos visuales acompañada de dolor ocular y
oscurecimiento de la visión” (Salvat, 1977: 38).
70
Figura 14. Viernes 16 de mayo de 1913, núm. 4264, p. 4.
Sin embargo, en esa época, el contraste manifiesto con estilos de vida previos
a la vida moderna sí que era acentuado, en un mundo donde los procesos de
industrialización y urbanización se habían intensificado notoriamente y los
ritmos de vida se transformaban de manera rápida y radical. No cabe duda de
que, si se realizara una hipotética reconsideración en la Clasificación Interna-
cional de Enfermedades que volviera a colocar a la neurastenia como una en-
tidad nosológica oficialmente reconocida, como una especie de válvula de es-
cape frente a una serie de manifestaciones carentes de cuadro clínico al cual
adscribirse, muchos médicos, aliviados y tonificados, empezarían a su vez a
detectar neurasténicos y muchos pacientes se reconocerían como tales.
Sin embargo, las manifestaciones huérfanas de cuadro clínico definido sólo
serán inteligibles en la medida en que se lleve a cabo de manera personalizada
un ejercicio de reflexión clínica, semiológica y fisiológica de cada enfermo, que
no puede suplirse con la invención de un cajón de sastre que las reciba y congre-
gue. La taxonomía de las enfermedades necesita evolucionar de una etapa in-
ventarial que cosifica procesos al dar preeminencia a las entidades nosológicas
como si tuvieran verdaderamente una evolución propia y descontextualizada,
a una nosotaxonomía contextual, subordinada al estudio del terreno fisiológico
particular de cada paciente no estandarizado, y considerado, a su vez, en su
respectivo marco social y cultural.
Munyon
71
Figura 15. Lunes 10 de mayo
de 1909, núm. 3697, p. 4.
Con satisfacción hemos visto que por Real Orden el día 29 de julio último, se han hecho
retirar de las farmacias y droguerías los tan cacareados remedios del doctor Munyon;
remedios que en nada menos que en número de 57 querían abarcar una farmacopea en-
tera y que so pretexto de tener un remedio para cada enfermedad, explotaban sin querer
confesar (que) eran, como tantos otros existen, un curalotodo (Abogado, 1903: 275).
72
Figura 16. Sábado 11 de abril de 1914, núm. 4583, p. 4.
Clark, de Inglaterra, todos reconocidos en sus respectivos países como jefes de la Medi-
cina, han demostrado que el estreñimiento y todos los males que de él provienen son la
causa directa de casi todas las enfermedades. Esto mismo lo he sostenido yo por muchos
años. Yo he mantenido que la descomposición de los alimentos y la descomposición de
la sangre, por motivo de las impurezas formadas de este modo, son la causa de la vejez
(texto como en el original).
Combátase el estreñimiento y las arterias no se agrandarán ni se endurecerán. A la edad
de 70 años Ud. representara 35 y se sentira de 35. No hay remedio que elimine los
residuos de los intestinos, las bilis viejas, los alimentos corrompidos y fermentados y
sin digerirse, como mis píldoras de paw-paw. Curan el estreñimiento y conservan los
intestinos limpios y sanos. Las píldoras de paw-paw, de munyon, se venden en todas
las farmacias. Se garantiza que cada botella da resultados sarisfactorios. Botellas de 45
píldoras por 50 centavos (texto como en el original).
La Papaya ó Lechosa, es una agradable fruta tropical que posee la única pepsina vegetal
que se ha descubierto.4 Su acción sobre el hígado y el estómago es verdaderamente
maravillosa. Habiendo combinado el Dr. Munyon este remedio natural con otros efica-
4
En efecto, la papaína, enzima contenida en la papaya y equiparable a la pepsina, resulta de funda-
mental utilidad en los casos hoy frecuentes de sobrecarga de la función digestiva del páncreas. Sin
73
Figura 17. Sábado 20 de mayo
de 1911, núm. 3741, p. 4.
ces medicamentos, las Pastillas Paw-Paw, de Munyon, son la mejor medicina que se
conoce para el hígado y el estómago. Las Pastillas Paw-Paw, de Munyon, promueven las
secreciones del hígado y vigorizan los jugos gástricos del estómago, haciendo que estos
órganos funcionen saludablemente y evitando el estreñimiento, que es la causa de la
mayoría de las enfermedades. Cada ser humano tiene unos ocho metros de intestinos,
los cuales funcionan como cloacas del organismo. Cuando se obstruyen estas cloacas se
desarrollan la biliosidad y la indigestión, se envenenan el sistema y la sangre, lo cual produce
el reumatismo y los males de los riñones. Nueve de cada diez purgantes de los que algunos
ofrecen al público crean y enraízan distintas y trascendentales formas de indigestión,
paralizando de tal manera los intestinos que después no funcionan, sino forzados por
dañosas y perjudiciales drogas (cursivas añadidas por el autor).
embargo, la papaína es muy inestable, lo que sugiere que el contenido del producto en cuanto a dicha
enzima era nulo.
74
tome el remedio correspondiente de Munyon para esa enfermedad, no un re-
medio para todas las enfermedades”. Así, incluso la alusión a la guerra se con-
vierte en una oportunidad discursiva para desplegar una argumentación que,
como veremos, conjunta pautas comunes del producto a la venta: acceso, efi-
cacia, inocuidad y una amplia gama de afecciones que tratar.
De manera representativa respecto a la mayoría de los remedios publicitados
publicados en El País, el discurso de Munyon destaca además las enfermedades
específicas, más que la especificidad del sujeto enfermo como eje en el diseño de
sus remedios, lo que permite un modelo de mercadeo directo que prescinde del
médico y apuesta a las consultas por correspondencia:
consulta gratis. Los especialistas de Munyon están a las órdenes del público, ab-
solutamente gratis. Toda persona —rica o pobre, jóven o anciana— recibirá la mejor
atención médica. No cobraremos un sólo centavo por el diagnóstico, por difícil que
sea el caso, y por más tiempo que tengamos que consumir para estudiar sus síntomas.
Escríbanos hoy mismo, dándonos todos sus síntomas y a la vuelta de correo le diremos
qué tratamientos debe usted tomar. Los remedios de munyon se venden en todas las
farmacias y en las droguerías de J. Labadie Sucs. y Cía., J. Uilhein Sucr., Johansen, Felix
y Cía., Droguería del Elefante, Méjico y otras (texto como en el original).
75
estamos atravesando. Puede haber escenarios peores, por supuesto. Se trata de
una caricatura asumida ya al límite como algo natural.
Si se retorna a la época de los anuncios y con todo este telón de fondo, la
publicidad analizada sigue en general impertérrita su rumbo, reflejando muy
poco los sucesos por los cuales justamente el país atraviesa.
La tonificación energética
Granulado para anemia, clorosis, palidez cadavérica, desgano, desaliento y fastidio para
todo, falta de apetito, debilidad; indolencia y apatía; tisis, tuberculosis, llagas, úlceras,
tumores, diarrea por ulceración ó llaga intestinal, gastralgía, dispepsia, vejez prematura,
etc. (texto como en el original).
5
Hernández y Ortiz también promovía otros remedios anunciados como de su ideación, según
veremos más adelante.
76
que se recomendaba como digestivo. En otro anuncio, se refería su contenido
en aceite bacalao emulsionado con hipofosfatos, afirmándose:
77
Figura 21. Lunes 16 de junio de 1913, núm. 429, p. 5.
6
Véase <http://www.mocavo.com/Proceedings-of-the-American-Pharmaceutical-Association-at-
the-Annual-Meeting-1910-Volume-58/886539/171> y <http://www2.biusante.parisdescartes.fr/liva
nc/?p=782&cote=90014x1911x161&do=pag>, respectivamente.
7
Véase <http://www.worldcat.org/title/ferrovose-ferro-alcali-albumine-etude-therape>.
78
Figura 23. Jueves 1 de abril de 1909, núm. 3663, p. 3.
para los nervios después del cansancio”. El testimonio del personaje famoso no
sólo avala el remedio, como componente común de muchos anuncios, sino que
la artista además refiere haber sido curada de manera radical. Como veremos más
adelante respecto a los avatares del Peruna, tenemos aquí un ejemplo ilustrati-
vo no sólo de la pretensión de adecuar para México la publicidad de un produc-
to extranjero, sino del ilimitado margen de atribuciones y la aseveración de
curas radicales.
En otro anuncio de la Droguería del Elefante (figura 25), el vino de quina fe-
rruginoso Seravallo se recomendaba en casos de anemia, clorosis, debilidad, em-
barazo y en convalecencias. La clorosis, término médico hoy en desuso, se uti-
lizaba a menudo como sinónimo de anemia, pero el clínico francés Lyon (1894)
señalaba que su patogenia (origen) era “todavía muy oscura“, aunque existían
diversas teorías para explicarla (nerviosa, digestiva, vascular, genital, hemática);
79
se le refería también como enfermedad verde o cloranemia; se le consideraba un
tipo particular de anemia, más frecuente en jóvenes, acompañada de anorexia
(falta de apetito), trastornos digestivos, dismenorrea (menstruaciones difíciles
y dolorosas) y alteraciones nerviosas con hipohemoglobinemia (disminución
de la hemoglobina en la sangre). Lyon abundaba respecto a la teoría genital en
la patogenia de la clorosis:
8
Las combinaciones de hierro y quina continuaron a la venta en México durante muchos años,
como es el caso del Vino de quina ferruginoso que elaboraba la empresa de Carlos Stein, indicado en
“raquitismo, fiebres palustres y su convalecencia”, en “fiebres leves”, como aperitivo en las anorexias
y por su “acción remineralizante y hemopoyética” (Stein, 1937: 63).
9
Refería Lyon (1894: 801) como recomendaciones en la prevención de la clorosis al aproximarse la
pubertad en las mujeres, la exposición al aire libre, la hidroterapia, la buena alimentación, el reposo,
la prohibición de largas veladas, y añadía: “En las jóvenes procedentes de padres tuberculosos, el uso
prolongado de aceite de hígado de bacalao, del jarabe yodo tánico, ejercerá una influencia favorable
sobre la nutrición”; sin embargo, explicaba, revelando su sensibilidad de buen clínico: “Tales son,
brevemente enunciadas, las reglas higiénicas que deben ponerse en práctica como medios profilácticos
de la clorosis, pero desgraciadamente la desigualdad de las condiciones sociales dificulta la generalización de
su aplicación” (cursivas añadidas por el autor).
80
Figura 26. Viernes 17
de noviembre de 1911,
núm. 3740, p. 1.
81
vital de la sangre cura siempre. Es muy superior á la carne cruda, á los ferrugi-
nosos. Da salud y fuerza”.
En el Compendio de terapéutica de Manquat (1926b: 325), que estaba en uso
en México en la misma época que nos ocupa, la zarzaparrilla de Méjico se ubica-
ba entre los agentes modificadores de la función sudoral, aunque este autor
afirmaba que la planta provocaba la sudoración, pero “por el agua caliente que
se toma con ella, o como fenómeno secundario del efecto nauseoso”, y señala-
ba que había sido “el depurativo por excelencia de la medicina antigua”, pero
que ya para la época de la publicación apenas se empleaba, aunque algunos
autores le reconocían cierta utilidad en los casos de sífilis inveterada, en las
afecciones rebeldes de la piel, en el reumatismo crónico y en la escrófula.10
La zarzaparrilla (Smilax aristolochiaefolia, antes denominada S. medica) es una
de las plantas medicinales representativas de origen americano que con más
éxito se integró en la farmacopea europea. La planta era del mismo género de
la zarzaparrilla proveniente de China (Smilax aspera), la cual de hecho fue cul-
tivada también en México. Ambas especies eran exportadas a Europa por
Francisco de Mendoza, hijo del primer virrey de la Nueva España (Viesca, 1995:
42). Nicolás Monardes, introductor de muchas especies americanas desde la
puerta de entrada de Sevilla, la consigna contra las enfermedades de bubas, es
decir, como antisifilítica (Monardes, 1990: 60 y ss.). Mediando en ese efecto
las propiedades sudoríficas de la planta, Viesca ha destacado que la zarzaparrilla
podía ser eficaz en la sífilis pero de manera indirecta, dada la poca resistencia
del treponema pálido —bacteria causal de la sífilis— a las elevaciones térmicas
(Viesca, 1995: 40).11 Un antecedente indirecto de esta precisión lo hizo Perutz
en 1928, quien luego de una extensa revisión de evidencias recientes en su
época, concluía que la zarzaparrilla tenía una utilidad distintiva en el tratamien-
to de la sífilis, posiblemente estimulando los mecanismos de defensa corporal
(Perutz, en Osol y Farrar, 1947: 1009). Otros autores alemanes e ingleses publi-
caron evidencias del efecto positivo de la zarzaparrilla en las psoriasis entre 1929
y 1942, señalando además que las saponinas de la planta presentan una impor-
tante afinidad con el colesterol, lo que reduciría la proporción de éste en la
sangre (Thurmon, 1942, en Osol y Farrar, 1947: 1009).
Así, la zarzaparrilla se utilizaba como alterante (es decir, “que produce un
cambio favorable en el proceso de nutrición y reparación”, Salvat, 1977: 16)
en la sífilis, reumatismo y otras enfermedades de la piel; se decía, a su vez, que
10
Se trata de otro término impreciso, pero al fin emblemático de una docta indefinición: “estado
morboso indeterminado, constitucional, caracterizado por un conjunto de afecciones variables en su
asiento y modalidad patógena de los sistemas tegumentario, linfático y óseo” (Salvat, 1977: 174).
11
Para mediados del siglo pasado existían en el mercado cuatro tipos americanos de zarzaparrilla:
mexicana, hondureña, ecuatoriana y centroamericana o de Jamaica; la zarzaparrilla se exportaba
entonces a Estados Unidos desde los puertos de Tampico y Veracruz (Youngken, 1951: 241).
82
las saponinas contenidas en la planta facilitaban la absorción de los principios
activos de otras drogas administradas junto con ella. También otros autores
refirieron su uso en el tratamiento de las psoriasis (Youngken, 1951: 246).
Sin embargo, para el momento en que se publicita la zarzaparrilla del doctor
Ayer en México, el uso de la planta ya se consideraba por muchos como la
“sobrevivencia de una superstición ignorante“, y se decía que hubiera desapa-
recido completamente del armamento médico de no ser por otras propiedades
valiosas, por ejemplo, en su uso como vehículo para un jarabe compuesto (Osol
y Farrar, 1947: 1009).
El médico mexicano Mayoral Pardo (1946: 524) consignaba la zarzaparrilla
entre los medicamentos que aumentan y fluidifican las secreciones brónquicas
por su contenido en saponinas. En la actualidad se le atribuye a la zarzaparrilla
efecto diurético, sudorífico, laxante suave, hipolipemiante, expectorante y
antifúngico (Arteche et al., 1998: 467), y desde la perspectiva de la fitoterapia
clínica se le reconoce un efecto depurativo, luteotropo12 y diurético (Duraffourd
y Lapraz, 2002: 750).
En la misma época de los anuncios analizados, la zarzaparrilla Ayer fue mo-
tivo de análisis por parte de la American Medical Association (1912: 616), la
cual se ocupó de diversos preparados que contenían esa planta, afirmando de
la zarzaparrilla que “los únicos principios activos que tiene se encuentran pre-
sentes en tan bajas concentraciones que son prácticamente desdeñables […] el
hecho de que la droga (si se le puede llamar así) casi nunca se usa sola, sino
asociada a menudo a una sustancia más activa, como el ioduro de potasio, la
hace de valor aun más dudoso”. Ignoramos si más bien la ingesta de iodo pudie-
ra, mediando su acción a nivel tiroideo, explicar algun efecto del remedio cuya
composición había sido develada, porque a pesar de que desde la primera mitad
del siglo xix se había postulado y demostrado en Europa la relación entre el iodo
y la tiroides, no fue sino hasta 1917 que se aceptaron las evidencias de ello
gracias a los trabajos de Marine en pacientes con bocio (Carpenter, 2005).
Y es que, desde otra perspectiva, el anuncio publicitario de la zarzaparrilla
Ayer corresponde a un momento determinado en la biografía cultural de un re-
medio. El caso de la zarzaparrilla ilustra los vaivenes históricos sufridos en el
perfil de utilidad que se atribuye a una especie determinada. Así, incluso sin
reparar en sus usos prehispánicos, luego de la notoria incorporación de la zar-
zaparrilla como remedio antisifilítico en la farmacopea europea del siglo xvi, la
planta perdería gradualmente esa indicación, hasta que la relanzó Fordyce en
1757 para esa aplicación, y luego fue perdiendo notoriedad nuevamente (Osol
y Farrar, 1947: 1009). Después, se resignificó por los efectos diversos ya referidos,
hasta presentar el perfil de propiedades modificado actualmente. Introducidos
12
Afín a la acción de la progesterona.
83
en el campo de la vida social de las cosas (Appadurai, 1991), estamos ante la
trayectoria cultural de un remedio emblemático en función de la cambiante
perspectiva histórica y sociocultural misma de quien define su perfil.
Otro de los muchos reconstituyentes publicitados era el Ner-vita de Huxley
(figuras 29 a 32). Este remedio transformaría la extenuación en vigor, la debilidad
84
en fuerza y la anemia en riqueza de sangre; sin embargo, con el tiempo, vio exte-
nuado su vigor mercantil como sucedió con muchos otros productos publicitados.
Años después (1934) sería excluido del mercado en Estados Unidos por la Food
and Drug Administration, luego de analizar su contenido y el de su publicidad:
La debilidad instrumentada
Hay Que Ser Fuerte. Para obtener en la vida dicha ó provecho es necesario poseer cierto
grado de fortaleza. Las personas débiles se ven siempre privadas de las cosas que constituyen la
crema y nata de lo que el mundo puede ofrecernos. Esas personas darían sin vacilar todo lo
que poseen por adquirir fuerza y vigor, pero no saben donde podrían efectuar el cambio.
Tales personas se fatigan enseguida y caen en un estado de depresión y melancolía. Con
facilidad pierden peso y se quedan delgadas y enclenques. Lo mismo los jóvenes que las
personas de edad mediana y aún los niños sufren frecuentemente y hasta se mueren de
lo que parece ser un desgaste visible y debilidad. El desarreglo se halla en los nervios y
en el sistema digestivo. El remedio es, pues, un tónico seguro y poderoso, que limpie y
fortifique, la “Preparación de Wampole” […] se obtiene de Hígados Puros de Bacalao,
combinados con Hipofosfitos, Malta y Cerezo Silvestre. Los productos de la ciencia médi-
ca más adelantada entran en su composición. Miles de personas la deben renovación de
sus fuerzas y sus ánimos para trabajar y para estar alegres. En Anemia, Escrófula, Debilidad
General y Enfermedades de los Pulmones, no tiene igual. El Doctor M. Gutierrez, Profesor
en la Escuela Nacional de Medicina de México, dice: “La Preparación de Wampole se
toma tanto por los adultos como por los niños con el mejor gusto, porque se vigorizan
con la mayor facilidad. Por este motivo hace muchos años que yo uso esta medicina y
siempre he obtenido los mejores resultados”. Una botella basta para convencer14 (texto
como en el original; cursivas añadidas por el autor).
13
“22013. Misbranding of Ner-Vita. U.S. v. 12 bottles of Ner-Vita. Default decree of condemnation,
forfeiture, and destruction (F. & D. no. 31166). Sample no. 14108-A”, Food and Drugs Act. Notices
of Judgement 22001-22023”, septiembre de 1934, véase <http://archive.nlm.nih.gov/fdanj/
bitstream/123456 789/67053/5/FDNJ22013.pdf>.
14
Es posible que se trate de Manuel Gutiérrez, quien presentó en 1895 como tesis el trabajo “El
85
Figura 33. Sábado 11 de abril
de 1914, núm. 4583, p. 5.
tiempo como indicación de intervenir en obstetricia” (Castañeda de Infante et al., 1988: 121).
15
En 1915, el gobierno norteamericano ganó un juicio contra la Dr. Williams Medicine Company,
productora de sus píldoras rosadas, señalando como fraudulenta y falsa la información promocional
que les atribuía efecto curativo en casos de ataxia locomotora, parálisis parcial, danza de San Vito,
reumatismo, leucorrea, espermatorrea, impotencia y otros (Cramp, 1921: 336).
86
Figura 35. Jueves 23 de abril de 1914,
núm. 4595, p. 4.
Para adquirir riqueza basta tomar quinium labarraque. El uso del Quinium Labarraque a
la dosis de una copita de licor después de cada comida, basta, en efecto, para restablecer
en poco tiempo las fuerzas de los enfermos más agotados y para curar seguramente y sin
sacudidas las enfermedades de languidez y de anemia más antiguas y rebeldes. Las fiebres
más tenaces desaparecen rápidamente ante este medicamento heroico. El Quinium
Labarraque es todavía soberano para impedir para siempre el retorno de la enfermedad.
Ante tantas y tantas curaciones obtenidas, aún en casos desesperados, con el Quinium
Labarraque, la Academia de Medicina de París no ha vacilado en aprobar la fórmula
de esta preparación, honor en extremo codiciado y que por sí solo recomienda ya este
producto a la confianza de los enfermos de todos los países. Ningún otro vino tónico
ha sido objeto de una aprobación parecida. Por consiguiente, aquellas personas débiles
87
o debilitadas por la enfermedad, el trabajo o los excesos; los adultos fatigados por un
crecimiento demasiado rápido; las jóvenes que experimentan dificultad en formarse o
desarrollarse; las señoras que sufren las consecuencias del parto; los ancianos debilitados
por la edad; los anémicos, deben tomar vino de Quinium Labarraque, el cual está particu
larmente recomendado a los convalecientes […] P.S.- El vino de Quinium Labarraque
es de un sabor francamente amargo, lo cual se explica porque la quina es ya de suyo muy
amarga; así que el amargor del vino de Quinium es la mayor garantía de su riqueza en
quina y, por lo tanto, de su eficacia.
en sociedad. Así como antes de salir para el teatro o las tertulias, se procura dar el
último toque á la toilette, así también, antes de exponerse á los enfriamientos, á los
bruscos cambios de temperatura, á la aspiración de polvo, humo ó substancias irritantes,
es necesario encontrarse sanos de cuerpo y no estar debilitados por alguna enfermedad
que, ligera al principio, poco á poco puede ir presentando síntomas alarmantes. Para estar
sanos, es necesario, antes de todo, nutrirse bien, porque la nutrición es el acto esencial de
la vida vegetativa. Tomar prestadas substancias del mundo exterior, asimilarlas á su propia
substancia, después de una elaboración más ó menos complicada, echar fuera aquellas
que son usadas y resultan inútiles, este es el objeto al cual son inmediatamente adapta-
das todas las funciones de nuestro organismo, además de aquellas que deben asegurar la
vida de relación y perpetuidad de la especie. Muchos órganos se nutren y se mantienen
á expensas de sus substancias formadas en los otros órganos, particularmente en las
88
glándulas vasculares sanguíneas. Cuando esas substancias hacen falta, es perteneciente
á la terapéutica restituirlas al organismo. Ahí es donde el Vino de San Germán debe
entrar en acción, porque siendo una ayuda poderosa para la conservación y reparación
de las fuerzas, resulta un auxiliar inmejorable para combatir todas las enfermedades que
provienen de agotamiento. En el Vino de San Germán, se halla en positiva solución, los
tónicos reconstituyentes más apreciados en terapéutica y el sabor desagradable de éstos,
está tan cuidadosa y hábilmente disfrazado, que es absolutamante imposible percibirlos.
Con razón el Dr. R. N. de Arellano, Profesor de Medicina legal, en la Escuela Nacio-
nal de Medicina de México, dice: “El Vino de San Germán, es una feliz combinación
aceptable por su gusto á todos los enfermos y tiene propiedades curativas excelentes,
para los diversos estados patológicos. Al tomarse el Vino de San Germán se siente un
restablecimiento rápido de la salud, aumenta el vigor y el peso de la persona que lo usa,
prepara y vigoriza la absorción de los principios nutritivos, ejercita una acción favorable
sobre la digestión y reanima á los enfermos. Es de un valor medicinal inapreciable en
los siguientes desórdenes y afecciones: Debilidad Nerviosa, Insomnio, Pérdida de la voz
ó de la memoria, Histerismo, Anemia, Palpitaciones del corazón, Neuralgia, Impoten-
cia, Clorosis, Bronquitis, Parálisis, Tisis, Debilidad por cambio en el método de vida,
Mal parto ó tendencia al Aborto, Escrófula, Empobrecimiento de la Sangre, Eczema,
Afecciones pulmonares y afecciones nerviosas causadas y sostenidas por el estado de
postración del sistema orgánico, así como en toda clase de enfermedades de la piel
(cursivas añadidas por el autor).
89
Figura 38. Miércoles 27 de enero
de 1909, núm. 3600, p. 4.
Quien recuerda los antiguos medios de locomoción y los compara con los que actual-
mente usamos, notará la enorme diferencia entre lo antiguo y lo moderno. Así como en
la locomoción, en todos los demás ramos ha habido adelantos sorprendentes, y debido
indudablemente al desarrollo enorme de la instrucción pública y al aumento de fáciles
vías de comunicación, el periodismo que fué de mezquina importancia no ha muchos
años, ha llegado á adquirir colosal desarrollo, llevando la información y la cultura hasta
el último rincón de nuestra patria.
Por el periódico de gran circulación, cualquiera que sea el medio social en que vivamos,
estamos al tanto de los modernos descubrimientos, de los adelantos palpitantes que mar-
can el camino de la humanidad á través de los tiempos. Cualquiera gran idea, cualquier
mejora de importancia, encuentra cabida en el periódico, que se apodera de todo lo que
significa progreso, para lanzarlo después en el terreno de su gran circulación, con el objeto
de que todo el mundo se aproveche de los esfuerzos que en beneficio de la colectividad,
hacen particularmente los apóstoles de la ciencia y del trabajo. Años hace, causando
profunda sensación entre nosotros, comenzó á circular la noticia de un descubrimiento
del Dr. Latour Baumetz, que por relacionarse á la salud, es decir, á lo que juzgamos
como un bien inapreciable, despertó profunda curiosidad y empeño por conocer las ver-
dades y científicas propiedades del específico anunciado. Días después, nuestros médicos
eminentes, celosos de su buen nombre, se dedicaron al estudio y aplicación práctica del
Vino de San Germán, nombre de la preparación del Dr. Latour Baumetz, y después de
llegar al convencimiento íntimo, de que realmente reunía las condiciones de una buena
preparación médica, y sus virtudes curativas no estaban absolutamente exageradas, sino
que al contrario era eficazmente aplicable para otra infinidad de casos que hasta entonces
se consideraban casi como incurables, quedaron desde entonces conformes todos y cada
uno de nuestros médicos más ilustres, en admitir para su terapéutica especial, que el Vino
de San Germán tal como se encuentra preparado, es el mejor y más poderoso tónico
reconstituyente, que produce abundante sangre y gran número de fibras musculares, que
90
aumentan el poder vital conservando el equilibrio orgánico. El Vino de San Germán
conserva robusto y sano el cuerpo, vigorosa y brillante la inteligencia, cura en sus diversas
fases la Anemia, Tuberculosis, Impotencia, Afecciones del desarrollo infantil, Enfermedades
propias del sexo femenino en los periodos de la pubertad, puerperio y lactación, Insomnios, Ja-
quecas, Paludismo, Inapetencia, etc., bastando unas cuantas dósis del Vino de San Germán,
para conocer su poder maravilloso. Todo el mundo puede aprovecharse de las ventajas
que proporciona el Vino de San Germán, que probablemente en cada hogar ha marcado
la huella de su paso, proporcionando la salud y la alegría (cursivas añadidas por el autor).
Ahora bien, aunque los componentes del vino de San Germán no se revelan
en los anuncios consultados, habían sido dados a conocer en la publicidad de
El País años antes (por ejemplo, en su edición del primero de enero de 1901):
coca, aceite de hígado de bacalao, icthyol, estrictina y kola, de modo que venía
a ser una especie de primo segundo de la Coca-Cola, que, como bien se sabe,
inició su exitosa carrera comercial con un doble carácter: como tónico y reme-
dio contra dolores de cabeza y como refresco.16
El País también anunciaba al abuelo de la Coca-Cola: el Vin Mariani (figura
39), inventado por el médico y empresario corso Angelo Mariani en 1863, quien
no sólo combinaba ambas profesiones con éxito, sino también el vino de Burdeos
con las hojas de coca, recomendando su producto como el mejor tónico y recons-
tituyente. Mariani había sido un exitoso publicista; su vino con coca tuvo amplia
aceptación en Europa y Estados Unidos:
16
En 1909 había registradas sólo en Estados Unidos 69 bebidas que contenían cocaína en mayor o
menor proporción, y bastantes más con extractos de coca. Una de ellas era justamente la Coca-Cola,
que ese año sustituyó la cocaína por la cafeína, ante la pérdida de prestigio de la primera entre las
clases medias de ese país. Sin embargo, la empresa sigue siendo el principal y casi único importador
de una variedad de coca (Erithroxylon novogranatense), cuyo extracto desprovisto de cocaína se utiliza
como aromatizante de la bebida (Escohotado, 1998: 458-460).
91
genio del mercado, Mariani se especializó en testimonios de un increíble conjunto de
notables, incluyendo a Thomas Edison, Émile Zola, el presidente William McKinley, la
reina Victoria, Sarah Bernhardt, Lillian Russell, Bufalo Bill Cody y tres papas. León xiii
fue tan lejos como para otorgarle a Mariani una medalla de oro […] en reconocimiento
por los beneficios recibidos del uso del tónico (Pendergrast 1993: 21).
Mariani, quien además del vino producía con su extracto de coca y su nom-
bre un elíxir, pastas, pastillas y té, insistió en señalar como beneficio de su
producto que contenía un extracto completo de las hojas de coca y no la cocaí-
na aislada, pues las propiedades de esa planta se desvirtuaban si se le reducía a
dicho alcaloide, destacando que su acción era modificada por las demás sustan-
cias existentes en la hoja (Escohotado, 1998: 447-448), en una argumentación
del todo coherente con el uso actual en fitoterapia clínica de extractos totales
y no de principios moleculares aislados.
El producto de Mariani participa de una época en la cual la coca y su alca-
loide principal, la cocaína, acceden a un medio que articula cada vez más la
perspectiva académica y mercantil en el campo de la terapéutica. En una ins-
trumentación similar a la que veremos más adelante con el uso de los estudios
de Brown-Séquard por parte del químico italiano Malesci, con su Iperbiotina
(también anunciada en El País) las publicaciones de Freud respecto a la utilidad
médica de la cocaína —de la que cual se describen siete campos terapéuticos—
fueron instrumentadas por la empresa farmacéutica alemana Merck, que tradu-
jo sus trabajos al inglés modificando a su conveniencia las aseveraciones del
médico vienés, por ejemplo, al inventarle a Freud la afirmación de que la co-
caína ofrecía una cura radical del alcoholismo en 10 días, permitiendo con ello
prescindir totalmente de los asilos para alcohólicos (Escohotado, 1998: 455).
A su vez, fue precisamente una copia del Vin Mariani, el French Wine Coca,
creado por el farmacéutico John Pemberton, el producto antecesor inmediato
de su tónico más conocido, la ya mencionada Coca-Cola (Pendergrast, 1993).
No sólo estamos ante la evolución diferencial de mercancías que comparten su
genealogía como tónicos y vitalizadores, sino ante una demanda social, esencial
para el producto. Esa demanda generada mediante el concepto eje de la tonifi-
cación, sin embargo, no es mera ideación: tiene una vertiente fisiológica. No en
balde el mismo Pemberton era además un conspicuo adicto a la morfina (Pen-
dergrast, 1993).17
17
En cuanto a la inclusión de la cocaína en tantos remedios de la época, cabe mencionar lo que
destaca Escohotado (1998: 468) respecto a la existencia, a principios del siglo xx, de tres posturas
claramente delimitadas: la cocaína como panacea, la cocaína como maldición y una tercera,
mayoritaria, la de la cocaína como fármaco o veneno-remedio, útil para unas cosas y pernicioso para
otras; aún no se sugería ilegalizarla y los casos de sobredosis mortal sólo acontecían en quirófanos y
consultorios.
92
Entonces hay en muchos casos una sinergia entre los efectos objetivables del
producto y el perfil de la afección construida para el producto. Aquí cabe des-
tacar que la confiscación del efecto tonificante a favor de una sola vía, la del reme-
dio-mercancía, soslaya o minimiza otras modalidades de tonificación, reconsti-
tución y vivificación que remiten a la manera de vivir y a las condiciones que la
hacen posible. En síntesis, es preciso por ello rescatar a la tonificación y redimen-
sionarla fuera del cerco del consumo. Incluso, hoy en día esto es mesurable en
términos fisiológicos, pues al parecer la tonificación se encuentra en la creati-
vidad, en el buen trabajo, la dignidad, el amor, la democracia, la comunalidad.
Y seguramente nada de eso, si ha de ser real, se compra.
La exteriorización de la decrepitud
Si bien es verdad que nuestro clima tropical tiende á envejecernos prematuramente, no es, sin
embargo, por este sólo hecho por lo que vemos á hombres en la flor de la vida, que presentan
síntomas de una vejez temprana, exteriorizando una decrepitud que generalmente produce lásti-
ma y muchas veces hasta repugnancia. La causa de semejante estado proviene, bien de una
vida demasiado azarosa, ora de desgraciadas vicisitudes, ora de un pasado de orgías y excesos.
En lo general, estos seres están bien durante la comida, porque vuelven a encontrar un
simulacro de animación, pero temprano sienten la necesidad de acostarse; las diversiones
mundanas, el teatro, la música, el juego, los dejan adormecidos, caminan con indiferencia,
sin preocuparse de cuanto les rodea y huyen de todo, volviéndose tétricos y misántropos. Estas
personas que probaron todos los remedios sin resultados, llegaron al momento oportuno
de tomar el tónico de San Germán, que transforma a los extenuados, devolviéndoles la
salud, fuerza y equilibrio. La sangre viciada, la sangre ausente o debilitada, la sangre que no
se cuida bastante y que es, sin embargo, el gran factor de nuestra existencia, solo se recupera,
joven, sana y vigorosa, tomando el Vino de San Germán (cursivas añadidas por el autor).
93
Se anunciaba la recomendación del producto por Max Hanff (figura 41), su-
puestamente un médico suizo, para “todos los casos de empobrecimiento de
sangre”; así, con un margen tan amplio, ¿por qué no enriquecerla, cualquiera que
fuese el problema o incluso sin haberlo? Entonces desfilan una vez más las múl-
tiples afecciones en juego: “perturbaciones digestivas y nerviosas, anemia, cloro-
sis, estados escrófulo-tuberculosis, convalecencias difíciles y prolongadas, estados
seniles y valetudinarios,18 raquitismo, vértigo, insomnio y debilidad general”.
La sangre descuidada, viciada, debilitada, produce vejez temprana y resulta de
una vida azarosa. Al margen del estereotipo presente en el anuncio importado y
adecuado para su uso fuera de Europa, donde se atribuye al clima tropical la
producción de ancianos prematuros, la exteriorización de la decrepitud anuncia al
indiferente, tétrico, misántropo, lastimoso y hasta repugnante sujeto que el lector
puede ser de no adquirir lo que se le sugiere. La vejez está ahí, en su más descar-
nada versión, como otro recurso más para el mercadeo. A este grado no llegan
los anuncios de remedios para mujeres, que veremos en el siguiente apartado.
Malesci, químico florentino, promovía su Iperbiotina empezando por pregun-
tar al lector si acaso requería auxilio: “¿Ha perdido Ud. las fuerzas y se siente
18
Enfermizo, delicado, de salud quebrada. Alude al que sufre los achaques de la edad (Real Academia
Española, 1992: 2058).
94
con el cuerpo caído y debilitado? ¿Nota que su organismo no es lo que debiera y que
las enfermedades crónicas van poco a poco apoderándose de Ud.? Recurra entonces
de inmediato y sin pérdida de tiempo á ese gran auxiliar del cuerpo humano
[…] el gran reconstituyente de la sangre y de los nervios” (cursivas añadidas por
el autor).
La Iperbiotina Malesci (figuras 42 a 44) era “preparada de jugos naturales”. De
acuerdo con otro anuncio, estaba compuesta con “el elemento activo del jugo
orgánico testicular extraído de animales jóvenes y vigorosos”, además de “otras
substancias de origen vegetal y animal, excluyendo por completo los productos
minerales”. El producto, se explicaba, estaba inspirado en los trabajos del fisió-
logo Brown-Sequard, quien, al inyectar en el hombre extractos testiculares de
animales, había demostrado prácticamente “la facilidad con que puede llevarse
al organismo debilitado del hombre, la savia vigorosa de las razas inferiores”:
95
Figura 44. Domingo 13 de junio de 1909, núm. 3730, p. 4.
El Dr. Malesci, fundándose en estos experimentos dedicó sus esfuerzos durante muchos
años, á concienzudos estudios y laboriosas pruebas, alcanzando al fin, uno de los triunfos
más completos y brillantes que se ha arrancado á la ciencia. Un procedimiento de su
exclusiva invención, lo llevó á obtener idéntico resultado que Brown Sequard, sin tener
que recurrir empero á la molesta inyección.
96
Por muchos años he creido que la debilidad de los hombres viejos dependía de dos cau-
sas —una serie natural de cambios orgánicos y la acción, gradualmente disminuida, de
las glándulas espermáticas. En 1869, a propósito de varias conferencias impartidas en
la Facultad de Medicina de París sobre la influencia de diversas glándulas en el sistema
nervioso, propuse la idea de que si fuese posible, sin peligro, inyectar semen en la sangre
de hombres viejos, podríamos obtener posiblemente manifestaciones de incremento en
la actividad en cuanto al poder mental y diversos poderes físicos […] Eso lo he logrado
ahora (Brown-Séquard, 1889: 105).
Tengo setenta y dos años de edad. Mi fuerza en general, la cual ha sido considerable, ha
disminuido de manera notoria y gradual en los últimos diez o doce años. Antes del pasado
15 de mayo, estaba tan débil que necesitaba sentarme luego de media hora de trabajo en
el laboratorio. Aun cuando me quedara sentado todo el tiempo, o casi todo el tiempo,
acababa exhausto luego de tres o cuatro horas de trabajo experimental, y a veces luego
de dos horas. Por muchos años, el regresar a mi casa en un carruaje a las seis de la tarde
luego de varias horas pasadas en el laboratorio, estaba tan cansado que invariablemente
me iba a dormir luego de apenas comer algo. A menudo el agotamiento era tal que a
pesar de estar tan somnoliento, por horas no podía conciliar el sueño, y dormía muy
poco, despertando cansado. El día posterior a la primera inyección subcutánea, y aun
más luego de las dos inyecciones subsecuentes, surgió un cambio radical en mí, y tuve
amplia razón para decir y escribir que había recuperado al menos toda la fuerza que tenía
hace muchos años. Un trabajo de laboratorio muy intenso difícilmente me cansaba. Para
gran asombro de mis dos principales asistentes, los doctores D’Arsonval y Hénocque, y
de otras personas, podía hacer experimentos por muchas horas de pie, sin necesidad de
tomar asiento. Aun más: un día (el 23 de mayo), luego de tres horas y cuarto de intenso
trabajo experimental y de pie, me fui a casa tan poco cansado que después de la cena pude
trabajar y escribir durante una hora y media parte de un artículo sobre un tema difícil.
Durante más de veinte años no pude hacer tal cosa (Brown-Séquard, 1889: 105-106).
97
urinario, así como la fuerza de sus extremidades mediante el uso de un dinamó-
metro y atestiguando el incremento de la dinámica de la digestión y el de su
capacidad intelectual, todo ello como expresión del estímulo a la acción de los
centros nerviosos, en particular de la médula espinal. Al suspender su trata-
miento, regresaba al antiguo estado de agotamiento. El autor citaba otros tra-
bajos similares llevados a cabo por Variot a partir de los suyos, con resultados
similares, descartando alguna “idiosincracia peculiar” o la “auto-sugestión” que
luego sería bautizada como “efecto placebo” (Brown-Séquard, 1889: 106).
Sin embargo, la narrativa de Brown-Séquard no forma parte de un anuncio
publicitario, sino que se publica en una revista médica altamente prestigiada
desde entonces hasta la actualidad. Otros tomaron justamente estos elementos
para derivar de ellos productos como la Iperbiotina anunciada en El País, produ-
cida por una firma que actualmente ocupa un lugar destacado entre las empre-
sas farmacéuticas italianas.19
La Iperbiotina, cuyo nombre era derivado del griego y significaba exuberancia
vital, se recomendaba con éxito seguro en casos de neurastenia, falta de vigor,
senilidad prematura, cansancio físico y moral, anemia, clorosis, enfermedades
de la sangre, e incluso en padecimientos menstruales de la mujer, lo que lleva
a preguntarse sobre la lógica subyacente de utilizar un extracto testicular en esos
casos; posiblemente se trata de una lógica eminentemente mercantil que a su
19
Véase <http://www.malesci.it/homepage.htm>.
98
vez parte del uso de un extracto virtual. En todo caso, expresando determinan-
tes de orden sociocultural, Brown-Séquard no exploró el uso de extractos ová-
ricos en mujeres débiles.
De nuevo, es el hombre el sujeto vulnerable en ese campo; en la propaganda
del reconstituyente Roburol Brissac (figuras 45 a 47), “la fuerza viva que distri-
buye salud y vitalidad por todo el cuerpo, que conserva a los hombres jóvenes
y evita la vejez prematura” no está dedicada a reponer las fuerzas vitales de las
mujeres, sino las de los hombres, ninguno de los cuales:
Si se siente Vd. gastado, si encuentra Ud que el cerebro ha perdido algo de su viveza usual,
si por exceso de trabajo nota que el cuerpo pide descanso y, si a pesar de todo, no puede
Ud tomarse el descanso indispensable, entonces procure devolver las energías perdidas
a su cuerpo, a sus nervios y a su cerebro tomando diariamente el roburol brissac
aun tomándolo en dosis pequeñas. Rápidamente recobrará sus fuerzas, la mentalidad
vigorosa será de nuevo una de sus características, los nervios perfectamente equilibrados
dejarán de molestarle y la sangre pura, llena de glóbulos rojos, fluirá de nuevo por sus
venas. Cuando pase el verano se verá sorprendido del vigor y de la capacidad para el
trabajo con que entrará de lleno otra vez en la corriente de los negocios, pues su organismo
debidamente repuesto con este maravilloso preparado no sentirá la falta de la playa o de la
montaña donde hubiera Ud buscado, si hubiera podido, las quietud de los nervios y el descanso
del espíritu (negritas como en el original; cursivas añadidas por el autor).
99
Y la imagen del hombre elegante, bostezando, aburrido e inútil, sin fuerza
varonil, se acompaña de una meta a ser alcanzada con el producto, consistente
en la reconstitución de una nueva máquina humana sobre los cimientos de un cuerpo
derruido:
no hay vida más inútil que la del hombre que de todo se hastía; que no siente en sí
las energías y la fuerza varoniles necesarias; que se halla a sí mismo inferior en vitalidad
á los demás hombres que le rodean. el roburol brissac da un nuevo aspecto a la
vida. Hace reverdecer la juventud; fortifica los nervios y la mente; estimula las funciones
orgánicas de los órganos vitales; y, en general, reconstituye una nueva máquina humana
sobre los cimientos de un cuerpo derruido, cansado o envejecido antes de tiempo (texto
como en el original; cursivas añadidas por el autor).
100
A la imagen reiterativa del hombre debilitado e inútil, se suma una más por
cortesía de Bayer (figura 49), la de los fracasados, tan clientes como los demás:
Constituyen, hoy día, legión. ¡Cuántas energías perdidas! ¿Cuántos hombres fuera de
combate restan a la sociedad moderna una parte importante de sus fuerzas! Todos estos
hombres, que se conceptúan a sí mismos incapaces de todo éxito, y se abandonan a su
melancolía, no piensan que cometen con ello un absurdo: son tan hombres como los
demás, y su inteligencia y actividad, escondidas por causas diversas inherentes a nuestro
siglo, como son la nerviosidad, las malas digestiones, etc., pueden despertar y se despiertan
seguramente, si se someten a un tratamiento metódico de sus padecimientos.
20
Anuncio en la contraportada de la revista The Canadian Medical Review, VII (5), 1898.
Véase <http://scans.library.utoronto.ca/pdf/4/40/n05canadianmedicalr07torouoft/n05cana
dianmedicalr07torouoft.pdf>.
101
¡La Mesa está Servida! Al oír esta frase, si estáis sanos y vuestro estómago funciona,
normalmente, no podréis por menos de experimentar una agradable sensación: en ese
momento váis á reparar las pérdidas orgánicas que ocasiona el trabajo diario y á recobrar
nuevas energías para seguir la marcha de vuestras ocupaciones. Por el contrario: esas
palabras, dichas á un individuo que no digiere bien y cuyas digestiones constituyen para
él un constante tormento, son un sarcasmo. Sin embargo, hay que hacer una distinción:
á éstos enfermos no deberá decírseles que la mesa está servida hasta tanto que se haya
colocado sobre la mesa un frasco de somatose.
102
La mujer representada
•
103
Figura 2. Jueves 23 de mayo
de 1912, núm. 3918, p. 5.
ción de remedios en función de varios elementos distintivos que tienen que ver
con la condición fisiológica femenina, y con la discreción y secrecía que hace
un siglo se imponía de manera vehemente ante las alteraciones relativas al
ámbito de la hoy denominada salud reproductiva en la mujer (figuras 2 y 3).
Esto, además, ocurría en particular ante la práctica inexistencia de médicas. De
hecho, Matilde Montoya, la primera mujer que se graduó como médico en
México, lo que sucedió en 1887, también se anunciaba en El País (figura 4).1
1
Como parte del contexto de la época, cabe añadir que Montoya se había graduado primero como
partera en la Escuela Nacional de Medicina en 1873. “Interesada en los más diversos aspectos de la
ciencia y las letras, estudió luego griego y latín, cirugía y matemáticas, hasta que una grave enfermedad
la obligó a dejar la capital para radicarse en Cuernavaca, primero, y más tarde en Puebla. En ambos
lugares ejerció su profesión de partera, llegando a alcanzar enorme prestigio y clientela, a tal punto
que en Puebla tuvo que sufrir la oposición de los médicos, quienes la calumniaron y difamaron
obligándola a abandonar la ciudad para ir a radicarse en Veracruz […] a su regreso en 1880, se
matriculó en la Escuela de Medicina para seguir los estudios de médico cirujano. Nueva oposición
encontró con este acto en muchos de los sectores de la ciudad, los cuales la consideraban como una
impúdica y peligrosa innovadora” (Garibay, 1964: 966).
104
Si bien diversos problemas relativos a la salud del hombre también eran
motivo de atención en la publicidad de remedios curativos, hay una clara pre-
ponderancia de anuncios destinados a enfermedades y afecciones femeninas.
En términos generales, este material se dirigía a tres momentos específicos
en la vida de la mujer: pubertad, maternidad, y climaterio. Sin embargo, es
patente la caracterización directa o indirecta de la mujer respecto a cómo debía
ser su apariencia, su modo de vida, su estética.2 A un siglo de distancia de estos
anuncios, sin embargo, la instrumentación mercantil de la condición de la
mujer y la proyección de sus representaciones sigue siendo notoria, aunque es
evidente el cambio, tanto en el desarrollo tecnológico de los medios de comu-
nicación como en ciertos giros discursivos y gráficos. Abordaremos estos rubros
a continuación, iniciando por la proyección asociada de la salud y la belleza.
Al existir empresas que exportaban sus productos a diversos países, los anuncios
publicitarios de remedios destinados a la mujer y analizados por Goulet en
Quebec guardan una misma tónica general:
El caso de las mujeres es significativo. La relación del producto farmacéutico con sus
cuerpos nos introduce en efecto al interior mismo de un antiguo sistema de representacio-
nes que han poblado el imaginario occidental y que han contribuido a establecer ciertos
estereotipos sexuales. Encontramos dos tendencias principales en esta representación
publicitaria del cuerpo femenino: una representación trágica del fenómeno menstrual y de la
menopausia, y una insistencia en la legendaria debilidad de la constitución femenina. Dicho
de otra manera, la mujer se convierte en un objetivo ideal para el consumo de aditivos
químicos. El discurso médico publicitario del cotidiano La Presse de los años 1900 es
muy revelador al respecto: la mujer ocupa cerca del 38% de los anuncios publicitarios
comparado con el 17% del hombre (Goulet, 1987: 20) (Cursivas añadidas por el autor).
una palabra á la mujer que padece por causa de alguna violencia. ¿Está vd. débil,
nerviosa, fácilmente á encolerizarse? ¿Tiene vd. dolor en la espalda? ¿Padece vd. de
jaquecas y siente una especie de languidez? ¿Le es penoso subir escaleras? Si está vd. en
2
En el caso español, Rodríguez Marín (2007) señala que durante el primer tercio del siglo xx el papel
de ama de casa y de cuidadora del hogar, asumido por la mayoría de las mujeres españolas, se re
produce de manera puntual en los mensajes publicitarios de la época.
105
Figura 5. El Mundo Ilustrado, domingo 4 de febrero de 1900, t. I, núm. 5, p. 4.
En otra inserción publicitaria (figura 6) se informa que “en época del roman-
ticismo no dejaban de hacer furor y rendir corazones las mujeres flacuchas,
ojerosas, pálidas, desencajadas, de gesto melancólico y avinagrado”. Pero lo que
privaba, se afirmaba entonces, no era más el avinagramiento romántico de los
gestos: “lo que seduce en el bello sexo es un cutis fresco y sonrosado, formas
106
Figura 7. Miércoles 29 de enero de 1913,
núm. 4167, p. 5.
el secreto de la belleza no estriba en cremas, afeites, etc., que lo más que hacen es
embellecer aparentemente el rostro, pero, que en realidad, lo envejecen y marchitan
prematuramente. El semblante risueño, la expresión atrayente, el color y aterciopelamiento
de las mejillas, la animación que se retrata en los ojos, todos estos son los atributos de la belleza
femenina (cursivas añadidas por el autor).
107
Figura 8. Viernes 2 de junio de 1911, Figura 9. Jueves 16 de mayo de 1912,
núm. 3754, p. 3. núm. 3911, p. 3.
belleza y alegría, dones excelsos del cielo, cada día más mermados y escasos en
nuestra moderna sociedad. Belleza y alegría, inseparables compañeros de una buena
salud, se consiguen solo llevando una vida higiénica y arreglada, huyendo de los excesos
y fatigas, condiciones teóricas bien difíciles de llenar en nuestra actual manera de vivir
tan llena de obligaciones y exigencias que ponen á dura prueba aún a las más vigorosas
constituciones. De aquí la imperiosa necesidad de un eficiente tónico que nos ayude á
resistir ventajosamente á las múltiples causas que minan nuestra salud y corroen nuestro
organismo.
Belleza y salud son dos conceptos inseparables, pues la salud es una condición impres-
cindible para poseer una verdadera belleza. Si la salud flaquea y se trastornan el apetito
y la digestión, aparecen en cadena fenómenos como la nerviosidad, laxitud, malestar é
irritabilidad: el cuerpo y el espíritu se resentirán notablemente de la acción nociva de
dichos fenómenos, y la belleza perderá también considerablemente. Entonces el médico
recomendará el incomparable reconstituyente somatose, preparado de fama mundial
que hará desaparecer éstos trastornos y evitará sus lamentables consecuencias; la prueba
de esto la constituyen los innumerables dictámenes científicos que se han emitido sobre
esta preparación.
108
Figura 10. Miércoles 1 de enero de 1913, Figura 11. Jueves 2 de enero de 1913,
núm. 4139, p. 5. núm. 4140, p. 4.
109
Figura 12. Domingo 12 de abril
de 1914, núm. 4584, p. 7.
Las cremas de belleza (figuras 15 y 16) como la Flor de almendras para dar
“lozanía en la juventud”, “juventud en la caducidad”, y de paso una convenien-
te “blancura del lirio” se anunciaban a la venta en droguerías, igual que el Jabón
del Avellano de la Bruja (figuras 17 y 18) de diversas marcas, echando mano a su
vez de materias como glicerina, arroz, miel o azufre, y haciendo evidente la
heterogénea calidad gráfica de los anuncios (figuras 19 y 20).
111
Figura 19. Viernes 17 de septiembre Figura 20. Jueves 14 de diciembre
de 1909, núm. 3822, p. 8. de 1911, núm. 3767, p. 5.
La Pinkham
Cabe atender como ejemplo notorio de los remedios secretos para la mujer el
caso de la empresa norteamericana Lydia E. Pinkham Medicine Co. (figura 21),
ubicada en Massachusetts, una de las casas anunciantes de preparados medici-
nales más conspicua en la fuente consultada, a través del célebre Compuesto
Vegetal de Lidia Pinkham, del cual aún hoy se siguen ofreciendo imitaciones con
el mismo nombre en puestos de mercado y tiendas naturistas en México.
Pero el producto no destaca sólo por la frecuencia de sus anuncios, sino por
la sostenida proyección de la imagen de la mujer en diversas facetas funcionales,
lo cual resultaba en una profusa provisión de estereotipos.
El Compuesto Vegetal de Lidia Pinkham se introdujo al mercado estaduniden-
se en 1876 como un sedante uterino. Su composición original —entonces secre-
ta— incluía cinco plantas: fenogreco (Trigonella foenum-graecum), cimicífuga
(Cimicifuga racemosa), senecio (Senecio aureus), Aletris farinosa y Asclepias tube-
rosa, además de una buena proporción de alcohol. La composición fue cam-
biando y llegó a incorporar otras especies, como regaliz (Glycyrrhiza glabra),
diente de león (Taraxacum officinalis), genciana (Gentiana lutea), Leonurus
cardiaca y Piscidia erythrina (Stage, 1979).
De acuerdo con información de México (J. Ebrard, en comunicación per-
sonal) la empresa se proveía también de extractos de otro vegetal, el viburno
(Viburnum prunifolium) lo que condice con la relación de registros de su
112
Figura 21. Martes 26 de enero de 1909, núm. 3599, p. 3.
archivo,3 donde figuran diversos documentos sobre esa planta. Ahí se consig-
na que la empresa llegó a producir su famoso compuesto vegetal también en
México y Canadá.4
En estudios posteriores se han generado evidencias experimentales que sus-
tentan el uso terapéutico de algunas especies contenidas en el remedio de
Pinkham, y que anulan, a su vez, la toxicidad de otras. Así, por ejemplo, se ha
documentado la eficacia de la Cimicifuga racemosa en el tratamiento de diversas
manifestaciones del climaterio (Ross, 2012; Beer y Neff, 2013) y desde la pers-
pectiva de la fitoterapia clínica, como antiespasmódica musculotropa, estrogénica,
simpático y parasimpaticolítica, así como batmotropa negativa (Duraffourd y Lapraz,
2002: 735).5 En cuanto al fenogreco, la evidencia experimental apunta a un
3
Depositado en la Arthur and Elizabeth Schlesinger Library on the History of Women in America
de la Universidad de Harvard.
4
“Lydia E. Pinkham Medicine Company. Records, 1776-1968 (inclusive), 1859-1968 (bulk): A
Finding Aid”, Call No.) MC 181; M-79, Schlesinger Library, Radcliffe Institute, Harvard University,
Cambridge, véase <http://oasis.lib.harvard.edu/oasis/deliver/~sch00017>.
5
Es decir, en breve, disminuye los cólicos, estimula de manera indirecta la producción de estrógenos,
disminuye el tono simpático y parasimpático en el sistema neurovegetativo (lo que conlleva cierto
efecto sedante) y disminuye los estímulos del músculo cardiaco.
113
posible efecto hipoglicemiante y antihiperlipidémico (Basch et al., 2003),
mientras que desde la perspectiva de la fitoterapia clínica, se refiere su efecto
aperitivo, eupéptico, cronotopo positivo leve, dromotropo negativo por acción vago-
mimética, inotropo positivo, hipotensor, anticoagulante por actividad antivitamina K,
pancreatotropo endocrino, hipoglicemiante, probable efecto antihormona antidiuréti-
ca, diurético volumétrico y vagomimético (Duraffourd y Lapraz, 2002: 738).6 De
Aletris farinosa se ha reportado su efecto estrogénico en estudios de homeopatía
en vacas (Rajkumar et al., 2006), mientras que el Senecio aureus contiene un
alcaloide hepatotóxico, la senecionina (Tyler, 1993: 201) y la Piscidia erythrina,
cuyo efecto espasmolítico y analgésico sugerido mediante estudios experimen-
tales no basta para recomendarla, porque contiene rotenona, una sustancia
tóxica que explica su uso como veneno de peces (Della Loggia et al., 1988).7
En el caso de uno de los componentes posteriores del remedio de Pinkham,
el ya mencionado viburno, Phares había recomendado su uso en 1866 para tratar
diversos cólicos uterinos y en general como antiespasmódico (Osol y Farrar, 1947:
1273). Un texto médico francés de referencia, utilizado en México, preconizaba
el uso de la tintura de la planta precisamente para tratar los periodos menstruales
dolorosos, en casos de histeria con lesión útero-ovariana (Grasset y Vedel, 1910:
287). A pesar de la considerable popularidad que tuvo el viburno, Pilcher en
1917, al igual que Hager y Becht en 1919, luego de estudios farmacológicos
realizados con muestras comerciales del extracto, publicaron que la especie no
tenía efecto alguno en el útero (Journal of Pharmacology, 1919: 61, en Osol y Fa-
rrar, 1947: 1273). Sin embargo, como las preparaciones que utilizaron eran las
del mercado, y había sido común entonces la práctica de la adulteración de los
productos, sus conclusiones resultaban discutibles (Osol y Farrar, 1947: 1273).
Para 1940, Munch realizó experimentos en útero humano mediante la aplicación
por vía oral y local del extracto de Viburnum prunifolium, y, en efecto, registró la
disminución de la contractilidad y del tono uterinos.8 El extracto fluido contie-
ne salicina, vinculada al ácido acetilsalicílico, pero la aplicación de la salicina
sola en úteros de rata que realizaron Marriott y Munch en 1946 no provocaba
esa acción (Osol y Farrar, 1947: 1273) posiblemente por la sinergia entre diversos
6
Es decir, en breve, mejora el apetito y la digestión, mejora levemente el ritmo cardiaco, disminuye
la intensidad de la conducción para la contracción del corazón por acción del sistema nervioso
autónomo de la voluntad (neurovegetativo), aumenta la fuerza de las contracciones cardiacas, baja
la presión arterial, estimula la acción endocrina del páncreas, disminuye el azúcar en sangre, hace
orinar y con efectos similares a la estimulación del nervio vago o parasimpático.
7
University of Maryland Medical Center véase <http://umm.edu/health/medical/altmed/herb/
jamaica-dogwood>.
8
El extracto fluido de la planta formaba parte de la Farmacopea mexicana en su sexta edición, donde
se consigna como “tónico general del sistema nervioso, astringente, diurético. Se recomienda contra
la dismenorrea y las amenazas de aborto o de parto prematuro” (Ugalde et al., 1952: 418) y del
Formulario Nacional en los Estados Unidos (Powers et al., 1942: 196-197).
114
componentes del extracto total de la planta, pues el extracto fluido de V. pruni-
folium era reconocido como un sedante uterino en el tratamiento del aborto
(Youngken, 1951: 1089). En México, el texto de terapéutica y farmacodinamia
utilizado en aulas universitarias por el profesor Demetrio Mayoral Pardo (1946:
832) lo mencionaba en los siguientes términos: “entre los medicamentos repu-
tados como sedantes o antiespasmódicos uterinos todavía se utiliza el viburnio,
bajo la forma de extracto fluido, preparado con la planta de ese nombre […]
tiene como principio activo la viburnina y diversos ácidos orgánicos”.
La publicidad invitaba a las lectoras a escribir directamente a la señora
Pinkham, quien tuvo el indiscutible mérito de responder las cartas que las mu-
jeres le enviaban pidiendo consejo, incluso 30 años después de fallecida en 1883.
Aunque se ha estudiado detenidamente la historia de la empresa (Stage, 1979:
89-131; Starr, 1982: 128-132) no queda claro si el uso del producto por parte
de la misma Pinkham le permitió tal capacidad.
Los anuncios del remedio de Pinkham, tanto en su gráfica como en su dis-
curso, eran particularmente enfáticos en delinear una imagen precisa de cómo
debía ser la mujer sana y bella, y donde la energía corporal desempeñaba un papel
determinante. La estrategia publicitaria destacaba diversos momentos fisiológi-
cos y sociales en la vida de la mujer para subrayar la utilidad de su producto,
facetas capitalizables para su promoción. Incluso en la gama de destinatarios
del producto figuran las mujeres que viajan, en una época en que los viajes eran
menos frecuentes y más largos. En el ejemplo que sigue (figura 22), la imagen
importada en la publicidad no remite a alguna de las numerosas soldaderas
viajeras entonces en activo en México, sino a una viajera de clase acomodada,
y su fondo es una edificación de corte morisco y unas palmeras:
115
Las Mujeres Que Viajan. Cada vez que salga Ud. de viaje, aunque no sea sino para
estar ausente de la casa unos pocos días, no olvide de poner en su maleta una botella
del Compuesto Vegetal de la Sra. Lydia E. Pinkham. Se dará Ud. cuenta de que es un
remedio muy valioso cuando se apodere de Ud. un cansancio general. El cambio de ali-
mentos y de clima muchas veces causa irregularidades en el sistema de las mujeres, cuyas
irregularidades se complican y agravan si no son atendidas desde el primer momento.
Ninguna mujer enferma se hace justicia á sí misma si no prueba este simple remedio hecho
de hierbas y raíces que ha devuelto la salud á multitud de mujeres que sufrían (texto como
en el original; cursivas añadidas por el autor).
Estaba sufriendo de un flujo terrible, sentía peso en todo mi cuerpo, dolores de riñones
y me dominaba la tristeza. Estos síntomas me hacían sufrir mucho. Tomé el Compuesto
Vegetal de la Sra. Lydia E. Pikham y usé la Loción Sanativa y mi enfermedad cesó.
Toda mujer que sufre debería tomar en consideración este hecho y tener fé en estos
admirables remedios, el Compuesto Vegetal y la Loción Sanativa. No encuentro palabras
adecuadas para dar á Ud. las gracias por la ayuda que me prestó. Puede Ud. publicar
este testimonio si así lo tuviere por conveniente. Sra. Luz Sanza de Gutiérrez (texto
como en el original).
Otro ejemplo significativo (figura 23) presenta a una mujer saludando desde
el portal de su casa a su esposo e hija:
Una Mujer Saludable. Una mujer saludable es una bendición para su esposo. En cambio,
una mujer que esté siempre delicada y enferma es una desgracia para el hogar y mucho más
cuando es madre de familia. Si la mujer nota que sus energías flaquean y que todo la cansa;
si sus órganos femeninos no desempeñan bien su cometido, si hay nerviosidad, falta de
sueño, dolores de espalda y cabeza, dolores tirantes hacia abajo, irregularidades, etc., y
todo esto le causa melancolía y tristeza —una condición que muchas veces confunde al
más experto de los médicos— El Compuesto Vegetal de la Sra. Lydia E. Pinkham hará
desaparecer estos males pues él vá á la raíz de los mismos y cura lo que el doctor no puede
curar (cursivas añadidas por el autor).
116
Figura 23. Lunes 20 de octubre de 1913, núm. 4421, p. 5.
San Antonio, Texas.- “A todas las mujeres que deseen tener niños en su hogar y ser
felices les recomiendo el Compuesto Vegetal de la Sra. Lydia E. Pinkham. Yo sufría la
caída de matriz y de otros males propios de nuestro sexo y tomé su Compuesto Vegetal. Fué
la única medicina que me ayudó y soy ahora una madre feliz que mucho recomienda el
uso de su medicina á todas sus amigas.” — Sra. Aurelio B. Martínez, 645 Lopez Street,
San Antonio Texas […] Por treinta años ha sido el Compuesto Vegetal de la Sra. Lydia
E. Pinkham el mejor remedio para los males femeninos y ha devuelto la salud á miles de
mujeres (texto como en el original; cursivas añadidas por el autor).
117
Al invitar luego en la publicidad a las lectoras para que escribiesen a la em-
presa solicitando algún consejo especial —cuando la invitación no era para
escribir a Pinkham— se advertía que su carta sería abierta, leída y contestada
por una señora y considerada estrictamente confidencial.
Otro anuncio de la misma empresa (figura 24) liga explícitamente la salud
con la felicidad, presentando a un par de mujeres jóvenes que conducen un
automóvil en una imagen de modernidad, ubicada además en el horizonte de
una acomodada clase social. El texto proyecta la idea de la salud mental y cor-
poral como dependientes del “vigor” y ofrece el acceso al binomio salud-felici-
dad, prometido tácitamente a la mujer que adquiera el compuesto vegetal:
118
la condición de ésta no se los permite, o porque no existen musos o no hay un
remedio cuya promoción los requiera. Los papeles están claramente asignados.
Uno de los motivos a los que recurre la publicidad de Pinkham es la condi-
ción de la mujer como trabajadora (figura 25):
muy enferma para trabajar. ¿Se ha sentido Ud. alguna vez demasiado enferma
para poder trabajar? Se le ha dificultado en alguna ocasión el lavar y planchar la ropa
del día por encontrarse muy cansada y sufriendo terribles dolores de cabeza y espalda y
aquellos mareos que causan debilidad general? Si tiene Ud. estos síntomas y desea saber lo
que debe hacerse; lo que otras miles de muchachas han hecho en iguales circunstancias,
acuda á la botica y pida un frasco del compuesto […] Es un remedio muy simple hecho
de hierbas y raíces y cuidadosamente preparado para males femeninos (texto como en
el original).
119
Ayuda Para Mujeres Trabajadoras Es increíble cuantos dolores y sufrimientos a menudo
pasan muchas mujeres que trabajan. Que tristeza causa el ver á una mujer, luchando para
ganar el pan ó trabajando en el hogar, cuando tiene dolores en la espalda ó la cabeza. Se
siente tan cansada que sólo con mil esfuerzos puede seguir su faena pues cada movimiento
le causa dolor. El origen de estos achaques puede encontrarse en algún transtorno propio
del sexo. El remedio seguro es el Compuesto Vegetal de Lydia E. Pinkham (texto como
en el original).
Las Mujeres Deben Ser Fuertes Toda mujer debería poder gozar del ejercicio al aire libre
y hacerse fuerte. Las mujeres que están obligadas á pasarse la vida dentro de la casa se ponen
delicadas y son víctimas de la angustia y del abatimiento peculiares del sexo femenino. Por 30
años el Compuesto Vegetal de Lydia E. Pinkham ha transformado miles de mujeres en
fuertes y hermosas. Las enfermedades de los ovarios, caída de la matriz, irregularidades
de la menstruación y todo mal que sufren las mujeres, no importa cual, se curan de verdad
(texto como en el original; cursivas añadidas por el autor)
las jovenes á menudo sufren algún desarreglo del aparato femenino en vez de ser
jovenes bellas, saludables y fuertes. La Sra. Elodia Pacheco de Rodriguez, residente en
la calle Martí 96, Regla, ciudad de la Habana nos escribe de la siguiente manera: “los
médicos me dijeron que padecía de desviación del útero complicada con un padecimiento
120
de los riñones é intestinos y hasta me llegaron á decir que mi mal era del corazón. Tenía
adolorido é inflamado el abdomen y los intestinos, me dolía la pierna derecha, sentía
constante dolor de riñones, mucho flujo y el periodo era terriblemente penoso sintién-
dome toda enferma — un malestar general […] “Una amiga me aconsejó el Compuesto
Vegetal de Lydia E. Pinkham y leí su librito cuidadosamente, habiéndole escrito á
ella y comenzando inmediatamente la medicina. Todos mis achaques desaparecieron
después de su uso, y no puedo escoger palabras para expresarle mi agradecimiento por
esta maravillosa medicina para las mujeres sufrientes, pues hay millares de víctimas en
Cuba de enfermedades intestinales. Ahora me siento en perfecto estado de salud (texto
como en el original).
las peores formas de achaques juveniles, tales como la Tirantez, Debilidad de la Espal-
da, Caída y Desviación de la Matriz, Inflamación, Afecciones de los Ovarios y todas
las Enfermedades orgánicas del Utero ó Matriz, y es de sumo valor en el cambio de la
Vida; disuelve y arroja de la matriz los tumores que comienzan á formarse, y contrarresta
cualquier tendencia hacia Humores cancerosos. Quita Desmayos, Histerismo, Postración
Nerviosa, y Agotamiento, y vigoriza y entona el estómago. Cura las jaquecas, Debilidad
General, Indigestión, etc., y fortifica todo el sistema (texto como en el original).
Evitad Operaciones Las mujeres no debían someterse á operaciones quirúrgicas sin antes
probar lo suficiente el Compuesto Vegetal de la Sra. Lydia E. Pinkham. Considerad que
casi toda operación que se practica á las mujeres en los hospitales ha sido hecha necesaria
121
por descuidos de ciertos síntomas como irregularidades y desvíos. Es muy cierto que los
males propios del sexo pueden llegar á un estado en que la operación sea el único recurso
posible, pero muchas señoras han sido curadas con el Compuesto […] después de creerse
que sólo con una operación sanarían (texto como en el original).
La parte que de la mujer toma sea socialmente, moralmente ó fisicalmente [sic] es muy
rígida. Mucha de su existencia es monótona llena de penas y solicitudes. Ella parece haber
nacido para sufrir, creada por dolores y surtida para aguantar. Es dichoso que esté dotada así,
porque, ni hay duda que padece mucho y tiene muchas penas. Hay el desarrollo miste-
rioso de la doncellez ó solteria el cuidado de la maternidad y el cambio que se efectua
envejeciendose. Cuan grande causa, para dar las gracias, debiera ser el descubrimiento
científico que ha dado á la mujer el mejor amigo que jamás ha tenido. Es un amigo en
caso de necesidad. Es un amigo el ayuda [sic] de la cual es segura. Es un amigo durante
su doncellez su maternidad y su vejez. Es ese remedio maravilloso y digno de confianza
(ortografía, redacción y puntuación como en el original; cursivas añadidas por el autor).
122
Figura 32. Miércoles 16 de julio de 1913, núm. 4325, p. 8.
123
irregular y dolorosa, inflamación y ulceración de la matriz, flujos, etc”, así como
“para toda debilidad de los órganos generativos de cualquier sexo. No es secun-
dario a ningún remedio que haya sido disponible al público, y para todas las
enfermedades de los riñones es el mayor remedio del mundo”. La segunda
etiqueta (figura 34) sigue a la instauración del Acta de Alimentos y Drogas de
1905 que es el antecedente de la célebre fda actual. La diferencia con la pri-
mera es la mención del contenido en alcohol antes de cualquier atribución de
uso: 18% —lo que rebasa el contenido usual del vino y por supuesto del pulque,
la cerveza o la sidra— como “solvente y preservativo” y retira toda mención
respecto al efecto en “cualquier sexo” y en enfermedades de los riñones.
En la tercera etiqueta (figura 35), el porcentaje de alcohol anunciado se
reduce al 15%. Desaparece toda mención al supuesto efecto del remedio en el
prolapso de útero, incorpora el término de “recomendación” respecto a “debi-
lidades y desórdenes generativos de la mujer” acotándolos relativamente a los
“casos no quirúrgicos” y disminuye el tono categórico de las aseveraciones
previas, retirando toda mención a la menstruación, a la ulceración de la matriz
y la supuesta superioridad sobre cualquier otro remedio, además de limitar el
tipo de leucorreas tratables con el remedio a las “catarrales” e incluir el término
genérico de irritación. Todo ello, de acuerdo con Cramp (1921: 162) resultaba
de la intervención de la American Medical Association:
Estudie estas etiquetas; vale la pena: Tipifican los cambios llevados a cabo en los últimos
diez años en el membrete de las “medicinas de patente”. La (primera) etiqueta […] se
utilizó antes de que se instaurase el Acta de Alimentos y Drogas —los días felices del
explotador de “medicina de patente”- cuando todo iba. La (segunda) etiqueta […] fue la
que se usó luego de que el Acta se hiciese efectiva, pero antes de que la revista (Journal
of the American Medical Association) dedicara mucha atención a las patrañas curativas
de la “debilidad femenina”. La (tercera) etiqueta […] es la utilizada actualmente.
Figura 33. Cramp, 1921, Figura 34. Cramp, 1921, Figura 35. Cramp, 1921,
p. 162 (ver bibliografía). p. 162 (ver bibliografía). p. 162 (ver bibliografía).
124
Figura 36. Miércoles, 18
de junio de 1913, núm. 4297,
p. 4.
9
Informes publicados en la revista Salubridad, 1930: 1[3]: 811-812 y 2[1]: 420; Hersch, 2000:
421-427).
125
Figura 37. Lunes 13 de abril de 1914, núm. 4585, p. 6.
Consejo de Madre. La madre es en gran parte responsable por el futuro de la hija. Ella debe
ejercer la debida influencia y dar á la muchacha información de vital interés en tiempo
oportuno. Consejos de madre á tiempo no sólo salvan vidas de muchas lindas señoritas
sino que les proporcionan una existencia feliz. Cuando la señorita comienza á sentirse
indolente, á sufrir dolores de cabeza, desvanecimientos, mareos; cuando demuestra una
disposición anormal para dormir, siente dolores de espalda y en las piernas, tiene la
vista empañada, deseos de estar sola y evitar la sociedad ó compañía de otras señoritas,
cuando, en fin, es un misterio para sí misma y para sus amigas, la madre debe acudir en
su ayuda al momento. En este tiempo, el mejor socorro y ayuda á la naturaleza es el
Compuesto Vegetal de la Sra. Lydia E. Pinkham (texto como en el original; cursivas
añadidas por el autor).
Cuando el gasto de fuerzas necesario para el desarrollo es mayor que el que puede producir
por sí el cuerpo, aparecen en esas muchachas trastornos de distinta índole bien cono-
cidos, como son, por ejemplo, la fatiga, irritabilidad, nerviosidad, anemia, agotamiento
corporal y mental, falta de apetito.
126
Figura 38. Miércoles 16 de abril de 1913, núm. 4234, p. 5.
127
Figura 39. El Mundo Ilustrado, domingo 21
de enero de 1900, t. I, núm. 8, p. 21.
128
Sin embargo, el ya mencionado Demetrio Mayoral Pardo (1946: 832), al abor-
dar las sustancias de efecto emenagogo, refería en su libro de texto respecto al
apiol que su acción estimulante en la motilidad uterina se había demostrado de
manera experimental. Cabe señalar que aun conteniendo apiol, la publicidad
advertía expresamente al lector para que no confundiera a ese componente con
la apiolina Chapoteaut.
La literatura actual reconoce el efecto emenagogo del apiol (Bézanger-Beau-
quesne et al., 1986: 320); de hecho, es por su contenido en dicho componente,
un éter de fenol, que el aceite esencial del perejil puede resultar neurotóxico y
abortivo (Arteche et al., 1998: 366). Ahí está la clave: en un trabajo reciente,
Robin Ragan subraya que la apiolina Chapoteaut y otros remedios anunciados en
la prensa española de hace un siglo, como la apiolina Sol, o las cápsulas eupépticas
de apiol del doctor Pizá se preconizaban para su uso días antes del inicio de la
menstruación, es decir, antes incluso de que la mujer pudiese saber si la regla
llegaría retardada o no llegaría. Como ocurre que el principal origen del cese de
la menstruación es el embarazo, “tal vez este método”, destaca Ragan (2010: 46),
“se utilizaba para evitar cualquier duda, culpa o problema legal para el médico o
la paciente si tuvieran que especular sobre la razón de la tardanza o la supresión
de la menstruación. O tal vez se utilizó como un anticonceptivo mensual”. Mu-
chos productos en venta, como es el caso de la apiolina Chapoteaut contenían
ingredientes capaces de estimular las contracciones uterinas y, por tanto, provo-
car un aborto en la mujer embarazada (Ragan, 2010: 43).
La menstruación y sus irregularidades emergen como un nodo productor de
síntomas y signos que a su vez permitirían la venta de diversos productos no
específicos para la mujer, como es el caso de los tónicos y remedios de efecto
analgésico. La publicidad del ya mencionado Vino cordial de cerebrina (figura 41)
también recurría a las irregularidades menstruales como motivo de promoción
de la mercancía (véase figura 40), pues a ellas se les atribuía incluso la pérdida de
la salud, la belleza y la fuerza juvenil. Para fines de mercado, un proceso fisioló-
gico natural se carga con una connotación patológica, lo que denota de nuevo
la construcción social de la realidad terapéutica. El producto se anunciaba como
el tónico más completo para las mujeres debilitadas:
129
Es sabido que la belleza, salud y fuerza juvenil del bello sexo, se pierde en gran parte, debido
á las irregularidades ó trastornos de la menstruación. Muchas sufren silenciosamente en
esa época y ven se marchitar sus encantos sin saber qué hacer; pero el remedio existe y es el
cordial de cerebrina de ulrici que es el gran regulador (cursivas añadidas por el autor).
A su vez, los anuncios de las ya mencionadas píldoras rosadas del doctor Williams
que aparecen a menudo en El País, recomendadas para un extenso conjunto de
afecciones, recurrían a la pregonada condición vulnerable de la mujer (figura
42). Si el lector tuviese alguna hija, la publicidad estaba ahí para advertirle
sobre la peculiar semiología de las púberes:
Su hija de Ud. Necesita en esta ápoca de la vida sangre rica y pura, nervios fuertes,
músculos vigorosos. Es el periodo de prueba y es entonces que más falta hace un tónico
reconstituyente de eficacia conocida, si es que la niña, próxima á ser mujer, no posee el
grado de robustez necesario para atender á las exigencias de la naturaleza. Las Píldoras […]
han ayudado á millares de jóvenes á pasar sin contratiempos esta época de transición. Si su
niña está pálida y débil, triste y abatida, si no duerme bien y sufre de frecuentes dolores
de cabeza, si se inclina á la soledad y está sujeta á ataques de tristeza y melancolía sin
causa aparente, ponga Ud. de su parte todos los medios posibles para corregir este deplorable
estado (texto como en el original; cursivas añadidas por el autor).
La migraña era en dicho ámbito uno de los que podemos denominar ganchos
de enlace para la promoción. Se trata de claves que enlazan al producto con un
conjunto determinado de posibles compradores que no estarían aludidos directa-
mente, pero que se pueden atraer mediante un síntoma o signo funcionales para
expandir el universo potencial de clientes. Así, por ejemplo, el hacha en la ca-
beza de la mujer menstruante (figura 43) corona el título de un detallado texto:
130
Figura 43. Miércoles 13 de enero de 1909, núm. 3586, p. 4.
LA ATROZ MIGRAÑA. Las Píldoras Rosadas del Dr. Williams Curarán aun cuando
Todos los Demás Remedios no Curaron. El simple hecho de que los hombres padecen
raramente de migraña ó dolor de cabeza, mientras que la mujer lo sufre tan á menudo,
sugiere bien el que las causas tienen su origen en el temperamento delicado del sexo, y
sobre todo en las funciones orgánicas de la mujer. Si la regularidad de esas funciones se
hace difícil, las migrañas, dolores de espalda, nerviosidad, insomnia, son las penalidades
consiguientes. Para la migraña y demás dolencias nada iguala á las Píldoras Rosadas del
Dr. Williams. Modifican en efecto el estado general de todo el sistema. Enriquecen y
purifican la sangre, fortifican los órganos y regularizan sus funciones. El tratamiento de
las Píldoras Rosadas del Dr. Williams, tan simple, tan fácil, ha curado á miles (texto
como en el original; cursivas añadidas por el autor)
Sea que el tal doctor Williams sugiera o no tácitamente a los varones migra-
ñosos que recapitulen y revisen su identidad sexual, el discurso combina con
habilidad dos dimensiones: al temperamento delicado del sexo femenino se adicio-
na, como base firme, la de las funciones orgánicas de la mujer. El supuesto testi-
monio de origen nacional completaba el cuadro:
La Sra. Doña Cruz Romero, de Amatlan (Veracruz), Mexico, escribe: “Durante tres
años padecí una debilidad constante y progresiva, debido á la pobreza de sangre. Sentía
náuseas, fuertes palpitaciones al corazón, mal humor, inapetencia, y estaba poseída
de ese horrible dolor de cabeza casi constantemente. Todo cuanto para mi se hizo era
inutil y solo cuando tomé las celebradas Píldoras Rosadas del Dr. Williams, es que co-
nocí tranquilidad y alivio. Con un poco de tiempo de tomar esta medicina de acuerdo
á las indicaciones que acompañan al frasco, me hallo curada y sumamente agradecida,
motivo por el cual no vacilo en recomendar por estas líneas este valioso remedio á mis
semejantes (ortografía como en el original)
131
Varios años después, en septiembre de 1917, en el marco de los procesos
regulatorios de la Food and Drug Administration en Estados Unidos, se esta-
bleció un veredicto de la Corte de Apelaciones de ese país contra las píldoras
rosadas del doctor Williams, que ordenaba su destrucción por ostentar afirmacio-
nes falsas y fraudulentas respecto a muchos de los efectos publicitados, en par-
ticular porque la empresa llegó a anunciar sistemáticamente sus píldoras para
tratar casos de parálisis y de ataxia locomotora.10
Aunque la publicidad no lo revela, las píldoras rosadas del doctor Williams eran
un producto de origen canadiense que contenía sulfato de magnesio y óxido de
hierro. La concentración de hierro, si bien pudo contribuir en la mejoría de al
gunos casos de anemia ferropriva —el tipo de anemia susceptible de tratamiento
mediante hierro, siempre y cuando sea absorbible por el organismo—, resultaba
menor que la existente en otros productos de la época, que incluso eran más
económicos. La adición del sulfato de magnesio —conocido como sales de Epsom
por la comunidad inglesa de donde provenía originalmente dicha sustancia en
estado natural— suponía un efecto anticonvulsivante y anestésico, pero sólo
cuando se administraba por vía intravenosa o intramuscular (Osol y Farrar,
1947: 656-657).11 Sin embargo, además del desconocimiento de las cantidades
de ambos componentes en las famosas y multipublicitadas píldoras, está el
cúmulo de propiedades terapéuticas que se le atribuían en los anuncios. Se
trata de un producto que fue promovido profusamente en 82 países,12 y reco-
mendado incluso supuestamente por el médico del Papa (ver capítulo 6, sección
“Los recomendadores”).
10
Los alegatos del juicio mencionan, por ejemplo: “El efecto general de las afirmaciones publicitarias
es que las píldoras son valiosas como tónicos de la sangre y los nervios, y que son valiosas para ser
utilizadas en casos donde la afección es el resultado de anemia o es acompañado por ella. Tomando
esos hechos en consideración, y determinando si existía o no intención en el lenguaje, interpretándolo
como lo haría un hombre de inteligencia común, hay el propósito de dar la impresión de que esas
píldoras eran capaces de curar o de actuar como un remedio para las enfermedades o padecimientos,
aunque el lenguaje no lo exprese de manera directa”. Bureau of Chemistry, Supl. 17, Service and Reg
ulatory Announcements, caso 4849 de la fda; recuperado de <http://archive.nlm.nih.gov/fdanj/
bitstream/1234 56789/39830/9/fdnj04849.pdf>.
11
Al margen de su efecto laxante no persistente, el magnesio tiene un papel fisiológico fundamental,
que es aprovechado en la fitoterapia clínica actual, dada su relevante implicación metabólica a nivel
nutritivo y locomotor, lo cual significa que juega un papel primordial en la movilización y el uso de
la energía corporal. Su antagonismo con el calcio resulta funcional para el sistema neurológico y el
control que éste ejerce en la musculatura lisa y estriada. En la práctica presenta numerosas indicacio-
nes a nivel neurológico (espasmos, neuritis, irritabilidad), digestivo (enterocolitis, insuficiencia he-
pática funcional), cutáneo y reumatológico, entre otras (Duraffourd y Lapraz, 2002: 89 y 668).
12
Otro contenido develado por laboratorios gubernamentales era: 37% de azúcar, 13% de sulfato de
hierro, 11% de carbonato de potasio, 15% de almidón y 17% de sustancia vegetal, con trazas de talco
y una pequeña cantidad de estricnina (Cramp, 1921: 630-631). Véase también: <http://quackdoctor.
wordpress.com/2009/04/10/dr-williams-pink-pills-for-pale-people/>.
132
Maternidad y lactancia
¡Madres! La vida de vuestro hijo peligra si olvidáis que depende de la primera alimen-
tación. Vuestra leche debe ser Rica, Abundante y Nutritiva, de lo contrario, el niño
crecerá raquítico y enfermizo. Tomad “El tesoro de las madres” y habréis conjurado el
peligro (texto como en el original).
133
En contraste con la imagen del galactógeno de Garduño, donde la madre
que está dando pecho tiene otro crío de reserva en el fondo de la habitación,
otro anuncio del ya mencionado producto de Pinkham (figura 46) se dirije a
la mujer sin niños, necesitada de remedios para reforzar los órganos de la gene-
ración: en la imagen respectiva, atrás del niño en brazos se levanta una sombra
amenazante:
Palabras de Aliento para Mujeres Sin Niños. Los días más negros de un marido y su
mujer son aquellos en que piensan que llegará la vejez y los encontrará en un hogar sin
hijos. Muchas mujeres se han encontrado incapaces de ser madres debido á una gran
falta de fuerza en los órganos de generación. Frecuentes dolores de cabeza y otros do-
lores acompañados de flujos malignos y generalmente menstruación escasa e irregular,
indican degeneración del útero y órganos adyacentes. Si este mal no se ataca pron-
tamente, puede resultar la esterilidad completa (texto como en el original; cursivas
añadidas por el autor).
134
El cese de la menstruación
Peligro Entre Los 40 y 50 Años. En ningún otro tiempo está la mujer más propensa á sufrir
física y mentalmente como cuando le llega la “Edad Crítica” ó “Cambio de Vida”. El pro-
blema estriba entonces en la habilidad de ajustar el sistema á las nuevas condiciones. Algunos
de los síntomas del malestar nervioso que se experimenta son aquellas sensaciones terribles
como de llamas interiores que parecen afluir toda la sangre al corazón hasta que este órgano
parece que va á explotar y aquel desvanecimiento que se siente después el cual viene acompañado
de escalofríos, en cuyos momentos se llega á creer que el corazón dejará de latir para siempre. El
Compuesto Vegetal de la Sra. Lydia E. Pinkham fué preparado para llenar las necesidades
del sistema de la mujer (texto como en el original; cursivas añadidas por el autor).
135
Figura 48. Miércoles, 5 de marzo de
1913, núm. 4192, p. 8.
136
explícitamente en el Formulario de la Facultad Médica Mexicana editado por
Porfirio Parra (1921), conformado por contribuciones de diversos médicos
mexicanos de la capital y la provincia, fundamentadas en su experiencia tera-
péutica personal, y cuya quinta edición apareció en el año citado. Ello condi-
ce, por ejemplo, con lo que también afirma Ragan (2010) respecto a la publi-
cidad de medicamentos de la misma época aparecidos en España, donde las
explicaciones médicas sobre la fisiología femenina tienen una carga más ideo
lógica que objetiva. La menopausia como tal no era una entidad nosológica
para los médicos, como tampoco lo es hoy.
137
Figura 51. Jueves 23 de septiembre de 1909, núm. 3828, p. 4.
Una Señorita de Matanzas, que se curó de Anemia, escribe la siguiente carta que es bien
digna de leerse: “Por consejo de un reputable facultativo, tomé las Píldoras Rosadas del
Dr. Williams, para curarme de Anemia y estas píldoras han sido el único remedio que
me ha dado buen resultado. Con la anemia me daban dolores de cabeza muy frecuentes,
desvanecimientos, dolores de estómago, y la languidez consiguiente á la pobreza de sangre.
El resultado del tratamiento fue altamente satisfactorio, obteniendo mejoría oportuna
y completando la curación al cabo de pocos meses” (De la Srita. Filomena Alvarez, de
19 años de edad, calle Pavia 6, Matanzas, Cuba).
¡¡Dios Mío, Qué Mal Me Siento!!. La cabeza se me abre. Los ojos se me salen de las órbitas,
siento alternativamente calor que abrasa y frío que entumece. Estoy débil en extremo y
sin embargo, no puedo permanecer tranquila un minuto. Del llanto salto á la risa, como
el niño de un juguete á otro. Casi no me tengo en pie, y si me acuesto, me siento peor.
A veces creo que voy á morir. Todo esto debe ser de los nervios. Y usted ¿qué dice, Doc-
tor? ¿Qué he de decir? Que se halla usted en condición de isterismo incipiente y que con
el uso de grantillas, verá cuan pronto desaparece todo eso y mucho más y queda usted
sosegada, tranquila, feliz, en el mejor de los mundos posibles (texto como en el original).
llevo años de sufrimientos. Curada por último con el Compuesto Vegetal de la Sra.
Pinkham. Sn. Andrés Sierra, México.- “Tan agradecida le estoy á su Compuesto Vegetal
que recomiendo á todas las que cree lo necesitan á que lo compren. He recobrado de
138
las afecciones siguientes: pérdida de fuerza, mareos, palpitación en el corazón, dolores
de cabeza y en el costado. Sé por experiencia, que el Compuesto Vegetal fortalece los
órganos generativos, siendo posible de tal modo la procreación de criaturas saludables
y evitar los abortos á las mujeres débiles.”-Sra. Francisca Beltrán, S. Andrés, Sierra,
Dgo., Mexico (texto como en el original).
Figura 52. Sábado 3 de junio de 1911, Figura 53. Miércoles 13 de marzo de 1912,
núm. 3755, p. 3. núm. 3847, p. 8.
139
Los promotores actuales de los medicamentos de libre acceso u otc (Over
the Counter Drugs) saben bien que la autoatención y la medicina doméstica
constituyen nichos fundamentales de mercado, por lo que procuran su acceso
de manera sistemática. Sin embargo, la pregunta es qué se hace al respecto en
el ámbito de la salud pública; a propósito de estos remedios anunciados a las
mujeres de hace un siglo, ellos apuntan a espacios asistenciales no sólo inevita-
bles, sino legítimos, emplazados en el marco de una tensión entre la figura del
cliente-consumidor sometido al juego de intereses que instrumentan su condición,
y la del ciudadano, que reivindica un espacio de autonomía relativa en su propia
necesidad asistencial.
Finalmente, cabe mencionar que en la prensa existe una aparente contra-
dicción respecto a las menciones de las afecciones femeninas y su tratamiento:
al mismo tiempo que se alude a ellas con cierta circunspección como “enferme-
dades secretas” por involucrar al aparato reproductivo y en la sección dedicada
a dar cuenta de las personas enfermas en la capital (véase el apartado respecti-
vo adelante) sin especificar cuáles son esas enfermedades, aparecen sin embar-
go anuncios (figuras 54 y 55) que no sólo mencionan la afección ginecológica
y el nombre de la enferma, sino que consignan su fotografía. Juega aquí de
nuevo, para comprender eso, no sólo el interés del anunciante que publicita sin
reparo sus “logros” terapéuticos, sino la clase social de quien ha permitido que
se consigne públicamente su mal. Y es que no eran los enfermos de clase aco-
modada quienes harían pública su enfermedad, si en particular ésta refería al
ámbito reproductivo o genital.
140
Una recapitulación
141
Afecciones digeridas y respiradas
•
143
Constipaciones y dispepsias
1
La purga, en un sentido amplio, constituye una catarsis; al mismo tiempo se entiende como un me-
dicamento que provoca una acción evacuante intestinal. Los purgantes se clasificaban en hidragogos,
colagogos y drásticos (Salvat, 1977: 477).
144
Figura 5. Martes 4 de junio de 1912, núm. 3471, p. 3.
145
Figura 8. Martes 26 de agosto de 1913,
núm. 4366, p. 4.
146
Figura 11. Lunes 4 de agosto de 1913, núm. 4344, p. 4.
147
Figura 13. Martes 14 de mayo
de 1912, núm. 3909, p. 5.
Otro anuncio del Stomalix presenta una imagen de estilo art noveau, con una
mujer cuyo rostro no denota, suponemos, la afección dispéptica (figura 15). La
imagen, en este anuncio de 1914, difiere de la imagen femenina que acompa-
ñaba la promoción del mismo producto en 1909, donde una joven bailarina
presenta de manera sugerente el frasco del elíxir estomacal. De acuerdo con un
prospecto muy posterior del producto, el Stomalix contenía, en la versión regis-
trada en abril de 1959, citrato de bismuto, citrato de hierro amoniacal y clor-
hidrato de quinina.2
2
Véase <http://www.todocoleccion.net/stomalix-saiz-carlos-frasco-cristal-farmacia-antiguo-vacio-
caja-prospecto~x27123957>. En julio de 1959 aún se anunciaba en la prensa española el Elixir esto-
148
Figura 15. Viernes 13 de enero de 1911, Figura 16. Jueves 17 de abril de 1913,
núm. 3626, p. 7. núm. 4235, p. 5.
149
La esfera de los males digestivos se aprovecha a su vez, para incorporar la
figura dominante de los tónicos que aparece con frecuencia entre los remedios.
Como ya se vió en ese rubro, el caso del Somatose asocia en la imagen del ape-
ritivo la apertura del apetito con la reconstitución corporal (figura 19).
La tradición europea en la elaboración de licores con hierbas aromáticas
como aperitivos se adecua al cometido de reconstituir y tonificar los organismos
débiles. La llave de la puesta a tono del organismo es entonces la optimización
de su función digestiva. La terminología relativa a las propiedades de los reme-
dios fue progresivamente abandonada y pocos términos sobreviven en la jerga
médico-farmacéutica actual, de aquellos reconstituyentes, depurativos, pectorales,
carminativos, excitantes, emolientes, purgantes, béquicos, resolutivos, alternantes y
otros muchos más. No se trata de un mero anacronismo: la terminología des-
150
criptiva de los efectos sintomáticos o terapéuticos tiene plena correspondencia
con la práctica desde la cual se describen las acciones provocadas; así, la carac-
terización de la materia médica, antes del desarrollo de la farmacología moder-
na, aludía a los efectos de remedios complejos, a menudo fitocomplejos o ex-
tractos totales o in totum, es decir, extractos de una parte determinada de la
planta o de toda ella sin el aislamiento de principios activos. La naturaleza de
una materia médica cuya unidad discreta no era una molécula específica iba
aparejada con una caracterización de sus efectos radicada en el enfermo a tra-
vés de sus manifestaciones clínicas, y no en el orden de la realidad microscó-
pica o molecular que predomina en la biomedicina de hoy. Se trata de una
terminología clínica, relativa a los efectos tangibles al lado del paciente y no de
una terminología emanada de la realidad experimental, que focaliza mecanismos
particulares, detectables sólo mediante la tecnología actual. Así, el reconoci-
miento de la coexistencia simultánea y legítima de escalas diferentes constituye un
paso fundamental para la terapéutica heterológica y diversificada que hoy demanda
la sociedad.
Otro purgante era el Higuerol, elaborado a base de aceite de ricino y anun-
ciado junto con la Maravilla Dominicana proveniente de la Droguería Santo
Domingo de Salvador Serralta, en el puerto de Veracruz (figura 20). De posible
origen nacional, dicho producto era publicitado como infalible en toda clase de
dolores (reumáticos, de cabeza, oídos, ojos, cólicos e inflamaciones, quemadu-
ras, heridas, erisipelas, llagas, picaduras de insectos). De composición secreta,
se recomendaba para tratar diversos dolores y el torzón de los animales, de ahí
que se anunciase como disponible no sólo en droguerías y boticas, sino en una
tlapalería.
En una reiteración gráfica (figura 21), la publicidad de la Magnesia Sarrá
presenta a un anunciante ataviado con un gorro con la marca del producto;
dos atribuciones del preparado aparecen consignadas en el uniforme del suje-
to, que porta un letrero informando que las jaquecas y los mareos se asocian
151
con las indigestiones. Se recomienda entonces la incorporación mecánica y
rutinaria del producto a la vida cotidiana, consumiendo todas las mañanas
una cucharada para conservar el aparato —el estómago— en buen estado. Se
trataba posiblemente de una de las diversas sales de magnesio (citrato, hidróxi-
do, carbonato) utilizadas en la terapéutica principalmente por su efecto anti-
ácido, laxante y purgante (Osol y Farrar, 1947: 650-656; Mayoral Pardo, 1946:
459-461).
Asimismo, se anunciaba el Elíxir digestivo de pepsina promovido por Grimault
y Cía. (figura 22). Las afecciones clave del producto incluían los “embarazos
gástricos” y los “calambres del estómago”. La pepsina, el supuesto principal
ingrediente, fue la primera enzima en ser descubierta, cosa que hizo el investi-
gador alemán F. Schwann en 1836. La función digestiva principal del jugo
gástrico depende en gran parte de la presencia de esa enzima y de otra, la gas-
tricsina: ambas inician la digestión de todas las proteínas si tienen las condicio-
nes apropiadas para ello, lo que incluye un medio ácido y explica la presencia
de ácido clorhídrico en la secreción del estómago (Guyton, 1971: 816). Actual-
mente se reconoce que, entre otras condiciones, la pepsina requiere en su alma
cenamiento temperaturas muy bajas para evitar su autodestrucción, lo que hace
difícilmente creíble su viabilidad en el producto francés anunciado. De hecho,
la Pepsi Cola, que tomó su nombre de la pepsina y de la nuez de Kola, se supone
que tenía dichos componentes en su fórmula inicial. Algunos remedios de los que
contenían pepsina resultaron presentarla en cantidades infinitesimales y estar
152
compuestos por alcohol y azúcar en diversas proporciones (véase por ejemplo
Cramp, 1921: 751-752).
No podía faltar una alusión al empacho en la publicidad de remedios diges-
tivos; tal es el caso de los anuncios de las pastillas del Dr. Richards (figura 23).
Afección que empezaba entonces a caer en desuso como referente en la medi-
cina académica luego de haber figurado como motivo formal de atención de los
facultativos (Vargas, 1873 y Gutiérrez, 1875, en Campos, 2000), el empacho,
“molestia de sobremesa”, figuraba aún entre ese mundo y el de la interpretación
lega de los padecimientos. Por tanto, esta entidad, ubicua y bien arraigada en
la medicina popular, no podía pasar inadvertida como otro motivo de uso para
el comercio:
empacho. Es presabio (y otras veces síntomas) de dispepsia lenta y significa esa mo-
lestia de sobre mesa, aunque se haya comido moderadamente que solo se quita cuando
ha terminado la digestión y ésta es muy pesada y laboriosa. Mientras dura el empacho y
el vientre permanece duro “como un tambor” (frase censurada) y frío cual si dentro no
hubiese vida. Por lo general entra una modorra que obliga á cerrar los ojos resultando
que luego cuando natura manda á dormir y reparar las fuerzas, se pasan las noches de
claro en claro. El abuso del bicarbonato ó del bismuto no ha sido creado para depósito
de substancias minerales. las pastillas del dr. richards preparación exclusivamente
vegetal, es la mejor que se conoce para facilitar pronto y permanentemente la digestión
única manera racional de acabar con el empacho (texto y paréntesis como en el original).
153
irracionalidad atribuida a la terapéutica subalterna del empacho —aún vigente
a un siglo del anuncio—, que consiste además del uso de remedios por vía oral,
en tronarlo mediante procedimientos manuales, expresa no sólo la descalificación
de saberes propios de conjuntos de población jerárquicamente inferiores, sino
también el carácter irracional propio de un procedimiento, por no ser suscepti-
ble de explotación mercantil. Es decir, la inferioridad epistemológica resulta de la
irrelevancia comercial, determinante.
154
Cabe destacar que en su texto de enseñanza universitaria, el mismo Mayoral
Pardo (1946: 431-432) se refiere al agua de Tehuacán por su calidad de agua
bicarbonatada, con utilidad procesos hepatobiliares. ¿Es vigente hoy dicha in-
dicación?
Otra agua de uso medicinal anunciada era la Apenta (figura 25), presentada
como “la mejor agua purgante natural”, que procede de los manantiales de Uj
Hunyadi en Ofen, Hungría y todavía se consume en Europa.4
En El País también se anunciaba la Hunyadi János, agua importada de la
misma región en Hungría (figura 26). El anuncio recurría a la recomendación
4
Sobre las aguas minerales, Julius Althaus señalaba en 1896, en el British Medical Journal, que la pro-
porción de sulfatos y cloruros del agua de Apenta resultaba excelente, dada su composición, por su
contenido de sulfato de magnesio, sulfato de sodio y cloruro de sodio, lo cual la colocaba como el más
útil aperiente (laxante, purgante). Además de ello, contenía una proporción apreciable de cloruro de
litio, que la distinguía de otras aguas minerales por su calidad de modificante, respecto a lo cual afir-
maba: “Las diferencias individuales que se pueden encontrar en la composición química de las aguas
minerales que pertenecen a un mismo grupo tienen considerable interés desde el punto de vista far-
macológico y terapéutico. Las aguas minerales generalmente contienen uno o a lo mucho dos ingre-
dientes principales, además de contar, sin embargo, con otras dos o tres sustancias que pueden
modificar los efectos de los constituyentes principales de un modo peculiar. Estos ‘modificadores’,
como les llamaré, se encuentran a menudo en cantidades muy pequeñas y por ello han sido conside-
rados inoperantes. Tal opinión, sin embargo, es errónea, pues la observación clínica detallada de los
efectos de tales aguas muestra que los ‘modificadores’ pueden tener considerable importancia, al
grado que la individualidad de una determinada agua mineral puede ser impedida o destruida cuando
se les retira. Subrayaré que ésta es la principal razón por la cual las aguas minerales artificiales en las
cuales se han retirado los ‘modificadores’ para ahorrarse problemas en su manufactura, no tienen el
mismo efecto terapéutico que las aguas naturales”. Esta observación de Althaus refiere precisamente al
mismo fenómeno sinérgico que hace pertinente el uso de extractos vegetales totales. Althaus publicaba que
el agua Apenta resultaba de gran utilidad como purgante, debido a su equilibrio entre sulfatos de
magnesio y de sodio, mientras que sus principales modificadores eran los cloruros de sodio y el litio,
por lo que superaba a otras aguas minerales, como la Hunyadi János, también anunciada en la prensa
mexicana (Althaus, 1896: 841).
155
Figura 26. Martes 14 de mayo de 1912, núm. 3909, p. 3.
Sus efectos rápidos y seguros, suaves y moderados se dejan sentir sin cólicos ni molestias,
sin repugnancia en el gusto, ni perturbaciones gástricas, ni cansancio consecutivo […]
es un regulador y no un debilitante […] es, por excelencia, el purgante de las mujeres y los
niños. Es el laxante de los estreñidos y de los congestivos, el gran remedio de los sujetos
sedentarios y para los trabajadores intelectuales, en los cuales regulariza las evacuaciones
alvinas (?) y calma los síntomas dispépticos; es el específico de los afligidos polisárcicos6
(cursivas y paréntesis añadidos por el autor).
5
Se trata de Les Remédes qui Guerissent (Cures Rationelles des Maladies), París (Doin, 1896).
6
Proviene del término médico antiguo polisarcia, que significa “corpulencia, obesidad” (Salvat, 1977: 456).
156
les de Garci-Crespo, el autor señalaba su decreciente contenido respectivo en
carbonato de calcio y de magnesio, sulfato de sodio y cloruro de sodio (Mayoral
Pardo, 1946: 1091).
Un siglo después de los anuncios comentados, una cantidad mínima del agua
embotellada en México, en buena parte en poder de empresas transnacionales,
proviene de manantiales, y estas pocas no consignan con precisión la fuente.
El rubro de la crenoterapia, por su potencial terapéutico en México, sigue ame-
ritando una detenida caracterización, que a su vez implica revertir las modifi-
caciones hechas al artículo 25 Constitucional a fines de 2013, y que afectan la
accesibilidad pública a esas fuentes.
Diarreas, disenterías
7
Recordemos, por ejemplo, que de acuerdo con Orvañanos (1889), las principales causas de defun-
ción en la Ciudad de México eran entonces las enteritis y enterocolitis —manifiestas por diarrea—
generando 20% de la mortalidad general (193 por cada mil fallecidos).
157
(Osol y Farrar, 1947: 163). En cuanto a las
sales de cerio, un elemento químico muy raro,
años después del anuncio se le atribuyeron a
nivel experimental efectos astringentes y
atenuadores de la irritabilidad del sistema
nervioso central (Hara, 1923, en Osol y Fa-
rrar, 1947: 1394), así como acción sedante
en el centro del vómito luego de una inyec-
ción intravenosa, pero muy baja absorción
por la vía digestiva (Uruzawa, 1923, en Osol
y Farrar, 1947: 1394).
Un preparado francés de ruibarbo, los
gránulos de ruibarbo de Mentel, era promovido
contra la disentería (figura 28). La publicidad
del producto recurría al carácter epidémico
de la disentería en los países cálidos. Al con-
siderársele como fortaleciente general de la
economía y como estimulante enérgico del estó-
mago y de los intestinos, supuestamente hacía
desaparecer de inmediato la disentería, ade-
más de ser un remedio soberano contra la
constipación de vientre, advirtiendo contra
ciertas imitaciones o sustituciones supuestamen-
te de ruibarbo, pues a menudo todas esas drogas
están malísimamente preparadas y son, por
consiguiente, ineficaces. La raíz del ruibarbo
(Rheum officinale) es en efecto laxante, pur-
gante y tónica; en éste último sentido aumen-
ta el tono muscular y la secreción glandular
de los intestinos, lo que condice con la ase-
veración de ser un estimulante intestinal. Sin
embargo, su promoción contra la disentería
entra en contradicción con su efecto laxante
Figura 27. Miércoles 4 de junio y purgante, pues si bien eventualmente pro-
de 1913, núm. 4283, p. 3.
158
duce estreñimiento, lo hace sólo a partir de su uso a largo plazo, lo que implica
entonces una ingesta excesiva de ácido oxálico, perjudicial en personas con
gota o con ciertos cálculos urinarios (Berdonces, 1998: 844). El perfil del rui-
barbo daba pie a que se le recomendase luego de ingerir comidas demasiado
fuertes:
Ocurre con mucha frecuencia, después de haber comido exageradamente, que el apetito
decae, y esa inapetencia debilita cual si se tratase de un estado de comvalecencia […] El
uso de estos gránulos basta, en efecto, para hacer desaparecer en seguida el estreñimiento,
por tenaz que sea, y para levantar rápidamente el apetito y las fuerzas; y al contrario de
los demás purgantes, que, en lugar de fortalecer al enfermo le debilitan, el Ruibarbo
Mentel es un fortaleciente a la vez que un purgativo (texto como en el original).
Como la mayor parte de las enfermedades del aparato digestivo son debidas á infec-
ciones microbianas ó á fermentaciones anormales, el Dr. Huchard ha formulado una
asociación de substancias antisépticas del todo inofensivas y de un poder extraordinario.
La persona que padezca de diarrea, debe inmediatamente tomar las píldoras del Dr.
Huchard, y después de pocas horas comenzará á sentir sus efectos benéficos y un alivio
verdadero; al decaimiento sobreviene un bienestar agradable, porque además de calmar
y suprimir el dolor, tiene por objeto obrar sobre el órgano enfermo restableciéndolo
en sus funciones normales. Por ser tónicas regularizan los movimientos del aparato
intestinal y favorecen la secreción de los jugos digestivos. No necesitan régimen es-
pecial, basta con seguir tomando alimentación sana y nutritiva. Para los casos en que
haya constipación, tómese las píldoras plateadas que están preparadas especialmente
para el estreñimiento.
8
El caso de las píldoras de Williams, cuyo propietario murió siendo millonario, refleja la magnitud
que llegó a tener la industria de los remedios secretos: “en Inglaterra, el considerable crecimiento de
los periódicos a partir de 1855 fue financiado en buena parte gracias a los ingresos provenientes de la
159
popular: pensemos no sólo en los sueros inyectables, a menudo solicitados a
médicos y practicantes, pero que deben tener el intenso color rojo o amarillo
proveniente de ampolletas vitamínicas para que tengan fuerza, sino en el caso
de medicamentos como las célebres aureomicinas, comprimidos de tetraciclina
que aún se expenden en unidades y se utilizan contra la diarrea en algunas
comunidades rurales del país, y cuyo rasgo identitario es precisamente su color
rojo. Pero Huchard incluía en su publicidad la inevitable representación de una
realidad fisiopatológica, necesaria para sustentar la promoción, centrada en la
figura del dedicado doctor que idea su fórmula eficaz… y secreta:
Buena parte del discurso resulta ser el mismo, independientemente del color
de las píldoras; tal vez de ahí viene aquello de “dorarle la píldora” a la gente,
como expresión del parloteo envolvente y embaucador que no ha perdido ac-
tualidad en absoluto en nuestros días, sea por medios directos o cibernéticos.
En otros anuncios, el discurso publicitario de la misma empresa abunda sobre
el tema de la digestión:
publicidad de este tipo de productos; mientras que para 1880, su comercio sostenía a unos mil pro-
pietarios y a cerca de 19 000 empleados” (Bartrip, 1990: 47-48).
160
La lectura del proceso diarreico ofrecida desde la óptica mercantil es em-
blemática en este ejemplo, ya que aun cuando se trata de un mecanismo de
defensa del organismo ya reconocido como tal desde la época que nos ocupa,
y donde el componente de deshidratación consecutiva a la diarrea tampoco
era entonces un misterio, el acento en la representación fisiopatológica del
proceso es funcional para subrayar la necesidad del producto. La prudencia
invocada, sin embargo, aconsejaría considerar el cuadro en su conjunto y
también el contenido del remedio necesario. Estamos ante el origen de un
soslayo construido:el de marginar en la terapéutica la relevancia crucial de
intervenir de manera práctica en el estado hidroelectrolítico del enfermo,
clave para su sobrevivencia. No es casual que ese soslayo se haya prolongado
de manera imprudente hasta el penúltimo decenio del siglo pasado, cuando
apenas entonces se reconocería la importancia capital de un procedimiento
simple, lógico, accesible… y poco comercial: el de la rehidratación oral. ¿Era
hace un siglo un misterio que la diarrea propiciaba la deshidratación? Aunque
para vender píldoras de Huchard, o incluso sin ese móvil, se anunciara que la
diarrea podía provenir incluso del calor, el sentido común ya estaba a mano.
Adquirir un producto cuya composición secreta podía ser parte de su eficacia
simbólica implicaba llevar a cabo algo más elaborado y costoso que rehidratar
por vía oral a un enfermo diarreico; en particular en una época en que las
sulfas y los antibióticos no habían ingresado a la farmacia, las enfermedades
diarreicas alcanzaban una letalidad considerable y los saberes herbolarios es-
taban vigentes en buena parte de la población.
Se argumenta que las fuerzas del mercado estimulan la inventiva, pero en la
conjunción de procesos que desemboca en la figura del remedio comercial, el
model o de explotación de las necesidades no implica necesariamente la
optimizaciónde los recursos desde una perspectiva de salud pública. La misma
secundarización de la terapéutica en el campo de la salud pública ha sido fun-
cional a ese proceso. La asignación dominante de los sanitaristas al rubro del
saneamiento ambiental permitiría librar a la terapéutica de consideraciones colec-
tivas, relativas al bien común, protegiendo su vertiente comercial. Así, los
recursos terapéuticos, asumidos bajo el cobijo del modelo económico del libre
mercado, se han caracterizado desde su óptica, y no desde una de salud colec-
tiva, que exigiría poner de relieve el tema central de su accesibilidad. Si estos
remedios tenían en efecto una pertinencia terapéutica —y la debieron tener
en algún grado, aun mediando el efecto placebo cuya instrumentación prece-
dió en decenios a su denominación y reconocimiento formal—, su función
quedó supeditada a la dinámica mercantil. La secrecía vino a consolidar la
confiscación y a su vez el desperdicio de su potencial, junto con el cambio del
paradigma farmacéutico.
161
Afecciones hepato-vesiculares
162
de la manzanilla más utilizada (Matricaria recutita), lo que coincide directa o
indirectamente con buena parte de las aseveraciones publicitarias terapéuticas
de entonces, aunque otras parezcan hoy disparatadas, como su utilidad en los
malos humores o en la purificación de la sangre.
La afección de la biliosidad era motivo de promoción también para la anti
calculina Ebrey, con un discurso categórico, donde inclusive se le perfila como
un remedio heroico contra el suicidio:
biliosidad Amable lector: casi todos los males que ha sufrido usted y los que sufrirá
en esta vida son causados por un hígado inerte. Quemazón en el corazón, indigestión,
tez amarilla, dolor de cabeza, mal aliento, agrura en el estómago, desvanecimientos,
somnolencia, son causados directamente por un estado bilioso. Biliosidad es el resulta-
do de un hígado inerte. Si permite a su sistema que contienda en un estado bilioso, se
sucederán serias complicaciones como Diabetes, Enfermedad de Bright, Piedras en el
Hígado y Riñones, Reumatismo, Gota y un largo tren de sufrimientos. La Anticalculina
Ebrey regulariza el hígado; lo mantiene en estado activo y saludable, e impide todas las
enfermedades que provienen de un estado enfermizo del hígado. Cuando su hígado no
marche bien y se sienta usted con ideas de cometer suicidio, vaya a la botica más cercana y
adquiera un frasco de Anticalculina Ebrey, el gran remedio para hígado, riñones y vejiga,
y comience usted a curarse. Su boticario la tiene en venta (texto como en el original).
9
Respecto a la evolución del concepto véase el trabajo de Peitzman (1997: 3-19).
163
Manifestaciones ligadas al aparato digestivo
164
Figura 33. Sábado 13 de mayo de 1911,
núm. 3734, p. 5.
su caso, la posibilidad de evitar una cirugía también es apreciada hoy, ¿se fabri-
caba con materia existente en el país?, ¿era en efecto útil? ¿serán aprovechados
en la actualidad los ingredientes que la componían?
Otra alternativa para tratar las hemorroides era anunciada por las Farmacias
Sanborn: se trataba de un implemento que era insertado en el recto para con-
tenerlas mecánicamente (figura 34).
165
Figura 35. Jueves 11 de diciembre de 1913, núm. 4473, p. 4.
166
En una época de elevada mortalidad infantil, la frase de entrada encabezan-
do el anuncio de la leche malteada de Horlick era el llamado a salvar al hijo evi-
tándole la ingesta de leche impura o adulterada, mediante el consumo de una
leche pura y nutritiva y como el alimento ideal para el tierno estómago de los niños,
anunciando, ya hace un siglo, el soslayo de la lactancia materna para aprovechar
otro posible nicho de mercado, pero también en respuesta a problemas objetivos
relacionados con los casos en que en efecto, era preciso complementarla o sus-
tituirla. La leche malteada de Horlick era una fórmula derivada del producto
inicial generado en 1865 por el investigador alemán Liebig (al que denominó
su nueva sopa para niños) elaborado originalmente con harina de trigo, leche
entera, malta de cebada y bicarbonato potásico (Boatella, 2012).
La publicidad de la harina lacteada de Nestlé recurría a la imagen de un niño
que deja la pelota para levantar una pesa (figuras 37 y 38). De acuerdo con la
versión actual de la empresa, ese producto fue formulado en 1866 por el suizo
Henri Nestlé a partir de leche, azúcar y harina de trigo;10 prácticamente fue la
llave de origen del desarrollo inicial de la compañía, que llegó a producir medio
millón de latas en 1873. Dos años después, la empresa pasó a manos de otros
dueños y para 1905, manteniendo su nombre, se fusionó con la Anglo Swiss
Condensed Milk Company.11 En 1908 se anunció la modificación de la fórmu-
la, reduciendo la cantidad de almidón y aumentando la proporción de maltosa
y dextrina (Boatella, 2012).
10
Esa Farine Lactée de Nestlé era elaborada con 35% de leche, 47% de galleta de harina tostada y
20% de azúcar (Boatello, 2012: 176).
11
Véase <https://www.nestle.es/web/docs/historia_nestle.pdf>.
167
Figura 39. Domingo 3 de agosto de 1913,
núm. 4343, p. 3.
Acreditado desde hace muchos años y recomendado por las primeras autoridades, como
alimentación para el enfermo, niño o adulto, en las perturbaciones de la digestión, en
la debilidad y en la inapetencia. Como puede prepararse de muchas maneras, permite
una gran variación, resultando así un fortificante ideal que toman los convalecientes y
que estimula el apetito y favorece la digestión (negritas en el original).
Los usos de la harina anunciada obedecían a “la gran repugnancia que tienen
los enfermos anémicos á un alimento tan sano como la leche”, lo cual “se co-
rrige mejor que con nada” mediante la adición del producto, “de sabor muy
grato para modificar el sabor de la leche de vaca, haciéndola más digestible,
puesto que impide se coagule en copos espesos”. La argumentación recurría también
a los niños criados con biberón, respecto a los cuales
Lo que más importa es cuidar de darles un alimento adecuado porque están mucho
más expuestos á peligros que los niños criados de pecho. Una madre cuidadosa siempre
empleará por esta razón Kufeke para añadir a la leche de vaca. Kufeke es preparado que
168
Figura 41. Miércoles 19 de junio
de 1912, núm. 3945, p. 4.
12
Se le anunciaba en el diario vespertino La Prensa Libre, de San José (Mora Carvajal, 2008). Véase
<http://viejo.eccc.ucr.ac.cr/pdf/mujeres_publicidad_vm.pdf>.
13
Se aludía al producto en Chile en las actas del Primer Congreso Nacional de Protección a la In-
fancia. Véase <http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0023729.pdf>.
14
Aparecía anunciado en el “Almanaque del labrador”. Véase <http://www.bse.com.uy/almanaque/
Almanaque%201921/pdf/0%20-%2048.pdf>.
15
Figura en 1938 como sometido a análisis químico en el Diario Oficial de Brasil. Véase <http://www.
jusbrasil.com.br/diarios/2428615/dou-secao-1-10-09-1938-pg-23>.
169
Figura 42. Domingo 17 de agosto
de 1913, núm. 4357, p. 4.
A las personas delgadas, y especialmente á las que carecen de unas 10 á 30 libras del
peso natural, interesa el que se enteren de un descubrimiento maravilloso con el cual
puédese aumentar hasta una libra diaria, embelleciendo admirablemente á los que la
usan, y engordando sorprendentemente á las personas flacas aunque lo hubieran estado
por varios años. No cierre los ojos á tan magnífica verdad, diciendo “Imposible”. Pruebe
este nuevo tratamiento y se convencerá á sí mismo […] No hay razón que le defienda
ahora para continuar enjuto y falto de peso el resto de su vida aunque hubiera ya probado
cuantos remedios conoció para engordar […] Con este nuevo descubrimiento puédese
prescindir de las recomendaciones de dieta generalmente prescriptas y de todo lo que
aparte de la vida regular de los negocios. Siga como de costumbre, y coma cuanto guste
y apetezca (texto como en el original).
Además es un inofensivo remedio para el sistema más delicado, pues no contiene aceites,
emulsiones, ni alcohol. Es sólo una pastilla concentrada que puede tomarse sin que nadie se
entere. Sus más próximos amigos no necesitan saber lo que Vd. toma hasta que queden
asombrados de sus adelantos en peso y hermosura. La excesiva delgadez es tan mortificante
como el exceso de carne. Los hombres delgados tropiezan con grandes dificultades en el
camino del éxito, y si tuvieran dinero “nunca aparentarán ricos”. Las mujeres huesosas,
raramente son populares, y aunque vistan elegantemente, los ricos adornos no pueden
disimular el contorno del rostro y lo prominente de los huesos. Tome sin pérdida de
170
tiempo Sargol y abandone el campo de los flacos […] Nuestro remedio naturalmente le
añadirá la carne de que al presente escasea. No hay pues necesidad de aquí en delante de
seguir huesoso, enjuto, é incompletamente desarrollado […] Sargol, el remedio casero
por excelencia […] hará á las personas delgadas, rollizas y atractivas (texto como en el
original; cursivas añadidas por el autor).
El Sargol había sido creado en Nueva York por Wylie Jones y Oliver Kinsley
en 1908; cuatro años después, Herbert Woodward reemplazó a Kinsley en el
negocio. La publicidad ofrecía un incremento seguro de peso al margen de la
condición subyacente de los clientes. Luego de un juicio que duró 13 semanas, se
encontró a los empresarios culpables de fraude. Pagaron una multa de 30 000
dólares en febrero de 1917, pero ya para entonces se habían hecho de la robusta
suma de cerca de tres millones procedentes de su flaca, enjuta y huesuda cliente-
la. Incluso se calculó que el procedimiento penal mismo le costó unos 100 000
dólares al erario público (Cramp, 1921: 332-338). El contenido de las pastillas de
Sargol era casi exclusivamente un extracto de la palma oriunda del norte de Mé-
xico y del sur de Estados Unidos, denominada Serenoa repens (Cramp, 1921: 334)
cuyo principal uso médico en la actualidad es contra la hipertrofia prostática.16
Otra versión del mismo producto y con el mismo perfil publicitario era el
Certone (figura 43), maravilloso y nuevo remedio para crear carnes. La diferencia
de edad entre la joven pareja de cuerpos sanos y los ancianos emaciados, evi-
dente en el anuncio, es irrelevante.
16
En un ejemplo ilustrativo de la dilución de responsabilidades orillada por el modelo económico,
cabe destacar que quien formuló y fabricaba esas pastillas era la empresa farmacéutica Parke Davis,
que la vendía a los empresarios de Sargol a un precio que fluctuaba entre 53 y 78 centavos de dólar
el millar. Entonces, estos la vendían al público a 25 dólares el millar (Cramp, 1921: 333-334).
171
Toses rebeldes, asmas, bronquitis
Un tratamiento simple, seguro y efectivo para los padecimientos bronquiales sin llevar
al estómago drogas. Se ha usado con buen éxito durante 30 años. El aire hecho vigo-
rosamente aséptico que se aspira con cada resuello, hace la respiración fácil, alivia el
dolor de garganta y detiene la tos, asegurando así noches descansadas. Cresolene es de
inapreciable valor para las madres que tienen niños pequeños y una bendición para los
que sufren de asma.
17
Véase también el sitio The Virtual Dime Museum: <http://www.thevirtualdimemuseum.com/2008
/12/vapo-cresolene.html>.
172
Sin embargo, más allá del contenido a difundir en el aire, el procedimiento
mismo de la difusión aérea amerita reconsideración. Aquí cabe referir la perti-
nencia actual de las vaporizaciones, pero mediante la difusión de aceites esen-
ciales y no de desinfectantes tóxicos, como el cresoleno y otros cresoles.18
Casi como una respuesta al riesgo de someter a un enfermo de las vías respi-
ratorias al efecto de una sustancia tóxica como el cresoleno, aparece otro anun-
cio que advierte: cuando la sangre se empobrece o se vicia, se inflaman fácilmente
las membranas mucosas, produciéndose los catarros. La terapéutica del catarro
debería por tanto fortalecer la sangre mediante las pastillas restauradoras del
doctor Franklin, marca Velcas, cuyo anuncio explica al posible cliente: Un ciego
puede ver que el uso de licores ó estimulantes irritan y lo que aquí falta es suavizar.
No hay, pues, que curarse su catarro dándole con el jarro.
Otro producto emparentado con el cresoleno era el denominado alquitrán de
Guyot (figura 46), recomendado en accesos de tos, catarros y bronquitis. La
intensidad —y eventual toxicidad— de estos productos desinfectantes tenía su
contraparte en la importancia del acecho microbiano. La gráfica con un moti-
vo bélico acorde con las confrontaciones de entonces así lo refleja; el cañón-
frasco es activado por una peculiar soldadera que parece provenir de la Grecia
clásica, ante un blanco microscópico irradiado por el remedio, al tiempo que el
texto consigna las usuales desmesuras discursivas:
18
En un estudio in vitro llevado a cabo en el Hospital de Pediatría del Centro Médico Siglo XXI, del
Instituto Mexicano del Seguro Social, diversas cepas bacterianas altamente resistentes a los antibió-
ticos potentes fueron aisladas de niños gravemente enfermos, internados en dicho nosocomio; varias
de esas cepas fueron inhibidas por aceites esenciales, en especial de canela, tomillo y clavo. Entre las
conclusiones del trabajo figura precisamente la pertinencia de utilizar difusores ambientales de acei-
tes esenciales en salas de enfermos infecciosos (Hersch Martínez et al., 2005).
173
Lo mismo que el cañón mata a los enemigos de la Patria, mata el alquitran guyot a
todos los malos microbios, que son los enemigos de nuestra salud y aun de nuestra
vida. Nadie ignora hoy que los microbios son la causa de la mayor parte de las enferme-
dades graves. Pues bien: el Aquitrán Guyot mata a la mayoría de estos microbios, por
lo cual el mejor modo de preservarse de las enfermedades epidémicas es tomar a las comidas
Alquitrán Guyot. Y es que el Alquitrán es, en primer término, un antiséptico y, al matar
a los microbios dañinos, nos preserva y nos cura de multitud de enfermedades, aunque
más particularmente está recomendado contra las enfermedades de los bronquios y del
pecho. El uso del Alquitrán-Guyot, a todas las comidas y a la dosis de una cucharadita
cafetera por cada vaso de agua, basta, en efecto, para hacer desaparecer en poco tiempo
aun la tos más rebelde y para curar el catarro más tenaz y la bronquitis más inveterada. Es
más: a veces se consigue dominar y curar la tisis ya declarada, pues el Alquitrán detiene
la descomposición de los tubérculos del pulmón al matar a los malos microbios, causa
de dicha descomposición. ¡Desconfiad del consejo, realmente interesado, si, en lugar del
verdadero Alquitrán-Guyot, os propusiesen tal o cual producto! Para lograr la curación de
bronquitis, catarros, resfriados antiguos descuidados y, necesariamente el asma y la tisis,
es absolutamente preciso especificar en las farmacias que lo que deseais es el verdadero
Alquitrán-Guyot. Aunque lo mejor para evitar todo error es fijarse en la etiqueta que,
si es el verdadero Alquitrán-Guyot, lleva el nombre de Guyot, impreso en grandes letras
y su firma en tres colores: violeta, verde y rojo […] como las señas: Maison L. frere, 19,
Rue Jacob, Paris. El tratamiento, solo cuesta 10 centavos al día — y cura (texto como
en el original; cursivas añadidas por el autor).
19
La esencia de brea rectificada, por su acción similar a la del creosote y sus constituyentes fenólicos,
fue en efecto utilizada por vía interna en el tratamiento de las bronquitis crónicas. Se administraba
en emulsión o diluida en azúcar (Osol y Farrar, 1947: 1188).
174
Figura 47. Viernes 5 de febrero de 1909,
núm. 3609, p. 3.
de diverso tipo. De nuevo, sin una individualización diagnóstica y sin una diversidad
terapéutica, la idea de enfrentar el caso de un paciente tuberculoso o asmático
se convierte en un mero artificio conveniente para las ventas, pero no para el
ejercicio de la medicina, para la salud del paciente, ni para la salud pública que
debiera presidir y orientar ambas.
A su vez, el nombre del producto proyecta la imagen del término científico-
químico, pero de fácil repetición, como era el caso del Pulmofosfol (figura 47).
Muchas alusiones a la tisis no explicitaban su identidad como tuberculosis
(véase el apartado siguiente). Por ejemplo, Koch había identificado al micoba-
cilo de la enfermedad desde 1882, pero aún 30 años después de ello, la preten-
dida cura implicaba remedios no necesariamente validados como tales.
Respecto a la publicidad de la Creofosfatina (figuras 48 a 50), la omnipresen-
te tonificación del sistema aparece ahora permitiendo la desinfección, lo que en la
perspectiva actual no deja de tener sentido independientemente del remedio
anunciado, ante el papel determinante de los propios recursos del organismo
ante las infecciones.
La Creofosfatina se anunciaba contra las tuberculosis, afecciones respiratorias,
raquitismo, fermentación gastrointestinal y otras dolencias. La rentabilidad del
producto se incrementa cuando se asocia con la prevención y la curación: “Ni
como medicamento ni como preventivo tiene igual en el mundo”. Hoy, sin
175
Figura 48. Revista de Revistas, domingo 5 de noviembre de 1911, año II, núm. 93, p. 12.
entrar en las connotaciones sociales del término tonificación del sistema, a un si-
glo de distancia, sigue siendo un referente terapéutico necesario que remite sin
embargo al terreno fisiológico particular de cada paciente (Lapraz y Hedayat, 2013;
Lapraz, Hedayat y Pauly, 2013).
Otra modalidad de propaganda de la Creofosfatina era la publicación de
notas sin gráfico, donde se recurría a discursos morales en torno al deber o al
mañana, desafiando al amor propio del posible cliente:
el deber Al cumplimiento exacto del deber, es á lo que debe aspirar todo corazón bien
puesto: hay muchas clases de deberes, pero entre éstos, uno de los más importantes, y tal
vez el más descuidado, es el que tenemos de procurar la conservación y mejoramiento
de la especie. Hay hombres que, consumiendo todas sus energías en el desempeño de sus
176
diarias obligaciones, se sienten contentos y creen no tener nada que reprocharse. Ellos
están equivocados si descuidan la salud y olvidan que es necesario ser fuerte para poder
crear un hogar feliz. ¡Pobre de aquel que engendre seres débiles y que sólo sirvan para
inspirar lástima! Su memoria no será respetada por propios ni extraños. Si Usted se siente
fatigado del pulmón ó pecho por el exceso de trabajo, debe atenderse inmediatamente.
Podemos recomendar como el mejor remedio y preventivo, la “Creofosfatina”.
mañana…….. Es el grito, esperanza y refugio de los débiles. Es bandera de los que nunca
tienen éxito. Es el manto con que se cubre la cobardía, la impotencia y la ignorancia.
¡Tristes hogares donde impera esa palabra! Infelices seres aquellos que tienen que espe-
rar la nueva aurora para calmar sus angustias y dolores! Hombre, mujer ó niño en cuyo
cerebro germinen las ideas de éxito, salud y felicidad, deben olvidar esa palabra para los
actos que dependen de su voluntad. ¿Cuántas vidas segadas por esperar á mañana! Entre
nosotros es muy común tratándose de negocios y sobre todo de la salud, decir: mañana
haré esto, mañana me curo, etc., etc. Se comienza, por ejemplo, con un simple catarro,
nos viene en seguida una bronquitis y ….. no hacemos caso, mañana me curo; luego una
laringitis y ….. mañana me curo. Después viene la calentura en la tarde, la tos muy seca,
los imsomnios [sic] y sudores nocturnos: vemos á un médico, nos examina, se pone serio
y frunce el entrecejo porque comprende que la Tisis ha comenzado su obra. Entonces nos
receta lo mejor que todo médico honrado conoce para la Tuberculosis: “Creofosfatina”.
para los aficionados a los estudios medicos. Cómo se cogen los resfriados.
¿Cómo se cogen los resfriados? Un individuo robusto y saludable, cuyas funciones or-
gánicas marchan equilibradas, difícilmente coge un catarro ó resfriado. Pero cuando el
estado general vacila, cuando se toman algunas libertades contra el régimen regular del
estómago, fácilmente sobreviene el desequilibrio, y, sobreviene igualmente algún accidente
más débil del individuo, tomando la forma ya de una pulmonía, de un simple resfriado
177
y hasta de una ictericia. Una de las causas más eficaces del resfriado (vulgo catarro), es
la debilidad y la fatiga. El hombre cansado que llega en la noche á su casa, después de un
largo y fatigoso día de trabajo; el joven adolescente que, sacrificando dos o más horas de
sueño, en espectáculos nocturnos, dos ó tres veces por semana, ó la joven señora, que
además de la obligación de la lactancia á que obligan su estado y posición social, sacrifica
igualmente dos ó tres horas de sueño en reuniones de sociedad, son las que constituyen
el terreno más fecundo para los resfriados ó catarros. La abundancia y bienestar también son
favorables á este molestoso accidente; los cuartos bien calientes, los colchones de plumas, las
sillas bien acoginadas son fuente propia de resfriados. Pero no es el resfriado precisamente el
que constituye, en estos casos de peligro, sino los antecedentes ó condiciones en que este se
produce. Estas clases de dolencias ¡y las más notables! sobrevienen en aquellos que no
salen de sus casas, y, muchas veces, ni aun del lecho, observándose, como contraste, que
son invulnerables á ellas, los que se exponen a los rigores de la intemperie, los que duermen
suficiente y que con baños fríos competentes, y costumbres regularizadas y metódicas, saben
buscar el equilibrio de su sistema nervioso y circulatorio. Probablemente muchas de estas
indisposiciones, se contraen cuando, después de un día fatigoso, se expone al paciente
á diversas circunstancias desfavorables. Esto acontece con frecuencia en los hombres
de edad. En estos casos, el accidente no siempre se presenta de golpe, sino que se va
elaborando lentamente, no determinándose, sino de manera insidiosa, precediendo
muchos días y muchas noches (texto como en el original; cursivas añadidas por el autor).
Figura 51. Lunes 3 de noviembre de 1913, Figura 52. Lunes 20 de octubre de 1913,
núm. 4435, p. 4. núm. 4421, p. 4.
178
Figura 53. Jueves 11 de septiembre de 1913,
núm. 4382, p. 5.
aunque hoy sean otras sus indicaciones, otro el fabricante y otro el estatuto
legal en que actualmente se encuentran. Eran cigarrillos de Cannabis indica,
preconizados entonces no sólo contra el asma y el catarro, sino también contra
la opresión y el insomnio, afecciones que explican sólo en parte el persistente
consumo de churros, porros o carrujos, en proceso actual de revaloración por sus
efectos terapéuticos. Regresa pues la mariguana.
A su vez, la empresa Ayer, que mercaba su tónico con zarzaparrilla, ya men-
cionado, publicitaba también su pectoral de cereza contra toses y resfriados y
contra debilidad de la garganta y debilidad de los pulmones (figuras 53 y 54).
El remedio se anunciaba con una gráfica sugerente, pero al ser la tos un
mecanismo fisiológico de defensa y, a su vez, una manifestación inespecífica
de trastornos respiratorios, podía ser en sí un aviso, según sus características, de
afecciones severas como la tuberculosis, en una época previa a la aparición
de las sulfas y los antibióticos. Una imagen de apremio aparece a menudo en la
publicidad de remedios para las vías respiratorias. Tal es el caso de otro anun-
cio del mismo producto, que destaca la tradición del remedio promovido
(figura 55):
Por más de 50 años he tenido constantemente en mi casa el Pectoral de Cereza del Dr.
Ayer. Mi padre me dijo repetidas veces que me salvó la vida cuando yo era muy joven.
En miles de hogares el Pectoral de Cereza del Dr. Ayer es cual la consigna tradicio-
nal de la familia. Primeramente lo tomaron los abuelos, luego los padres y ahora lo
toman los niños. Para resfriados, toses, bronquitis, crup, tos ferina, gripe, inflamación
de la garganta ó de los tubos bronquiales, el Pectoral de Cereza del Dr. Ayer se halla
preeminentemente sobre todos sus rivales. No contiene alcohol ni veneno. No ha de
aceptarse ningún sustituto. Cada frasco ostenta la fórmula en la rotulata. Pregunte usted
á su médico lo que opina del Pectoral de Cereza del Dr. Ayer. Preparado por el dr. j.c. ayer
y cia., Lowell, Mass. (cursivas añadidas por el autor).
179
Figura 55. Jueves 18 de marzo Figura 56. Sábado 13 de mayo de 1911,
de 1909, núm. 3646, p. 3. núm. 3734, p. 6.
Otro anuncio del mismo remedio (figura 56) alude a la tosecilla seca; la grá-
fica resalta al producto —el frasco en manos del sujeto—, al afectado —cubier-
to su cuello— así como a la ubicación de la afección, mediante flechas, seme-
jando involuntariamente, suponemos, la imagen de algún mártir por las saetas
que le envía algún gentil y el halo en torno a la cabeza del tosijoso. El título
mismo del producto destacaría su principal componente (figura 57). De ahí
proviene el acento en la compra del producto auténtico:
Setenta años atrás los médicos usaron por primera vez el Pectoral de Cereza del Dr.
Ayer, y desde entonces ha sido el remedio tipo para la tos en todo el mundo. Millares
de familias en Europa, Asia, Africa y América guardan siempre en su casa un frasco de
esta medicina para poder usarla en cualquier caso imprevisto de urgencia. El Pectoral
de Cereza del Dr. Ayer domina los esfuerzos espasmódicos del toser, alivia la con-
gestión de la garganta, calma la inflamación de los tubos bronquiales é impide que la
afección interese los pulmones. Hay muchos substitutos é imitaciones. Cerciórese de
que se obtiene el Pectoral de Cereza “del Dr. Ayer”.
180
del periódico. La empresa de James C. Ayer no sólo producía sus remedios, sino
que publicaba un almanaque anual que incluía centralmente, entre otros con-
tenidos, los anuncios de sus productos, entre ellos el de su embuste pectoral
(Young, 1962: 160). Y es que, a la par de los anuncios publicitarios de remedios
en la prensa, los productos medicinales también se promovían en diversos al-
manaques anuales.20
Ejemplos célebres de este tipo de publicaciones en México en el siglo xix son
los de Maillefert (1867) y Mille y Leduc (1897). En ambas figuran diversas dro-
guerías y farmacias, así como anuncios de diversos preparados de uso medicinal.21
Maillefert, no sólo era editor del almanaque de referencia, fue también dueño
de una farmacia en la Ciudad de México, y por tanto, anunciante en un modelo
similar al que aplicara Ayer, al publicitar sus productos en sus propios almanaques.
Así, en la época en que El País publica en México los anuncios de Ayer, la
empresa farmacéutica ubicada en Lowell, Massachusetts, obtenía ingresos anua-
les por cerca de 120 000 dólares sólo por la venta de 17 millones de sus almana
ques en todo el mundo, y en un año publicaba 25 millones de ellos (Young, 1962:
160).22 Varios rasgos en la publicidad de remedios que aparece en la prensa son
comunes con los descritos sobre los almanaques publicados por Ayer y otros, tal
como señala Young (1962: 162):
Ciertamente para muchos […] lo que podían leer sobre salud y enfermedad era lo que
estaba escrito en los anuncios de remedios en el almanaque o en el periódico […] Con-
diciones que eran compartidas por la mayor parte de la gente sana […] se convertían en serios
síntomas de enfermedades temibles. Y temibles enfermedades como el cáncer o la consunción
eran convertidas en simples variantes de un solo padecimiento que lo abarcaba todo, como la
mala sangre, el catarro o la dispepsia. Todo ello era solucionable mediante el magnífico
específico del impresor del almanaque o mediante la serie de sus remedios empacados […]
La prueba de eficacia era aportada por cientos de testimonios, muchos ficticios y otros
seguramente arreglados, de gente humilde que creía haberse curado […] En el mejor de
20
Para una relación de almanaques que contenían remedios, véase Hoolihan, 2008: 665-666.
21
De hecho, varios de los productos que aparecen en El País figuraban ya en esos almanaques mexi
canos dominando los remedios franceses, como la inyección Brou y las píldoras de Blancard en el Direc
torio del comercio del Imperio Mexicano (Maillefert, 1867) o la pasta pectoral y el jarabe de Nafé de
Delangrenier en el Almanaque Bouret, 30 años después (Mille y Leduc, 1897).
22
En 1889, casi en el culmen de su empresa, Ayer celebraba la compra de nuevos equipos de impren-
ta para publicar la edición número 21 de su almanaque, bajo la idea de imprimir ejemplares que
también se exportarían para anunciar que luego de la Biblia, el Almanaque Ayer era el libro con
mayor circulación en el mundo (Young, 1962: 160). Young destaca que en el material contenido en
los almanaques, además de la publicidad de remedios, figuraban secciones relacionadas con la infor
mación del calendario del año y consejos para agricultores y amas de casa, todo ello flotando en un
mar terapéutico. Pero también se incluían secciones de caricaturas y chistes con estereotipos racistas
dirigidos a las mismas minorías étnicas que eran, en parte, consumidores de los mismos almanaques.
El humor en el almanaque era tan burdo como las doctrinas seudomédicas presentes en sus anuncios
de remedios (Young, 1962: 162-163).
181
los casos los medicamentos de patente eran costosos placebos, curando una enfermedad
inexistente creada por la publicidad. En el peor, como en el caso de laxantes implacables
o de preparados conteniendo opio y una gran proporción de alcohol, constituían una
amenaza directa para la salud. La dilación en consultar al médico, a menudo consecuencia
de la confianza en las medicinas de patente, podía convertir a una enfermedad remediable
en una incurable (cursivas añadidas por el autor).
Estos elementos clave coinciden no sólo con los rasgos que presenta una gran
parte de la publicidad de remedios de El País, sino con parte de la argumentación
que fundamentaba la crítica de estos y que emitían algunos médicos y farma-
céuticos mexicanos, como se analiza al inicio de este trabajo. Cabe añadir,
atendiendo a la frecuencia de los anuncios de sus productos en periódicos
mexicanos, que James C. Ayer era un químico práctico y analítico con algunos
estudios de medicina, quien luego de adquirir la farmacia en que trabajaba como
auxiliar inició la venta de su pectoral de cereza, que consistía en un jarabe de
cebolla albarrana (Urginea maritima) con licores dulces nitrosos y almendras
amargas.
En el, para México, fatídico año de 1848, Ayer comenzó a comerciar el que
tal vez fuera su más conocido producto, ya referido: la zarzaparrilla de Ayer. Su
negocio prosperó, llegando a generar una de las fábricas de remedios más gran-
des y eficientes de su época. Se decía que Ayer diseñó la mayor parte de la
maquinaria utilizada y se ha calculado que a lo largo de su carrera comercial e
industrial acumuló una fortuna de más de 20 millones de dólares (Hoolihan,
2008: 41-42). Ayer fue uno de los publicistas más prolíficos de la época, e im-
primió mucho de su material en sus propias prensas. Sus almanaques incluían
ediciones en castellano para Argentina, España, Ecuador y otros países. Como
muestra fehaciente de lo dañino que puede ser ganar tantos dólares, los últimos
años de su vida los pasó en un asilo para dementes, antes de fallecer en 1878.
Para el momento en que aparece la publicidad de Ayer en El País, la empresa
estaba ya en manos de sus hijos. Los almanaques dejaron de publicarse en 1927
(Hoolihan, 2008: 43).
Ahora bien, otro producto preconizado en padecimientos de las vías respi-
ratorias era el fosfoglicerato de cal (figura 58), de acuerdo con las prescripciones
médicas de la época. Fue elaborado por Chapoteaut en vino, jarabe y cápsulas,
y extendía sus aplicaciones respiratorias (tisis y grippe) a otras afecciones como
anemia, neurastenia y convalecencias.
A su vez, la pasta y jarabe de Nafé Delangrenier se anunciaba de manera más
escueta contra la tos, catarro y bronquitis (figura 59), en contraste con otro
producto francés similar, el jarabe Roche (figura 60), preconizado no sólo contra
catarros, influenza, bronquitis, escrófula, linfatismo y tuberculosis, sino como
tónico estomacal maravilloso y sus agentes en México eran Koehn y Stein. Este
último, el alemán Carlos Stein, estableció en México varias empresas farma-
182
Figura 58. Viernes 18 de abril
de 1913, núm. 4236, p. 8.
183
Figura 61. Jueves 15 de marzo de 1913,
núm. 4200, p. 4.
184
oleorresina obtenida de Pinus maritima y de otras especies de pino procedentes
del sudoeste de Francia (Youngken, 1951: 142).
En un texto médico francés utilizado en México en la misma época que
corresponde al anuncio, la esencia de terebentina, obtenida a su vez de la tremen-
tina, se recomendaba para tratar catarros de la vesícula y de la uretra, bronquitis
185
crónicas, neumonías crónicas y bronconeumonías, gangrena pulmonar, incluso
neuralgias, parasitosis; también como antídoto en envenenamientos por fósfo-
ro, hemostático, etc. (Berlioz, 1901: 439-44).
Una obra posterior también de origen galo y de uso en nuestro país coincide
en general con las mismas recomendaciones para la esencia de terebentina:
“catarros crónicos de bronquios, gangrena pulmonar, catarros de la vejiga, neuralgias,
parasitosis (triquinas no infestadas), cálculos biliares, envenenamiento por
fósforo, hemorragias” (Manquat, 1926a: 524 y ss.). A su vez, en el Formulario
de la Facultad Médica Mexicana —con cinco ediciones entre 1893 y 1921—, la
trementina era referida en uso por varios médicos del país, en afecciones como
cólico hepático, disentería, blenorragia, cistitis catarral crónica y angina difté-
rica, así como en diversas parasitosis, reumatismos y neuralgias (Parra, 1921).
En 1937, la empresa Codex comercializaba en México pastillas antisépticas
para la garganta, procedentes de Liverpool, de marca Throatlets, cuya fórmula
incluía la terebentina (Stein, 1937: 198).23 Para 1946, el ya mencionado texto
de terapéutica de Demetrio Mayoral Pardo (1946: 405-406), utilizado en la for-
mación médica, consignaba al aceite esencial de trementina en un perfil similar de
aplicaciones (afecciones respiratorias, neuralgias, mialgias de origen reumático
e intoxicación por fósforo), pero lo contraindicaba formalmente en procesos re-
nales agudos. Luego, Youngken (1951: 143) refiere un perfil más limitado de uso
de la trementina y similares, sólo como estimulante en linimentos y en fomentos
para tratar inflamaciones profundas. Así, con el paso de los años, las preparacio-
nes terapéuticas atribuidas a la trementina se fueron acotando. Estos procesos de
delimitaciones sucesivas ameritan análisis porque reflejan dinámicas susceptibles
de contextualización y reinterpretación. En el curso de la primera mitad del siglo
pasado, la variedad de usos terapéuticos de los extractos de resina de pino del
tipo de la trementina y su aceite esencial evolucionó poco, para luego disminuir
considerablemente, a tal grado que textos biomédicos posteriores (Goodman y
Gilman, 1978; Krupp y Chatton, 1982) no la consignan en absoluto.
Sin embargo, de acuerdo con los antiguos farmacéuticos del país, la resina de
diversos pinos tenía uso medicinal como estimulante y balsámico; tal es el caso
de la cuarta edición de la Nueva farmacopea mexicana de la Sociedad Farmacéuti-
ca de México (Calderón et al., 1905: 303-304), que incluye a la trementina ob-
tenida del ocote como sucedánea de la resina importada de pino marítimo o de
Burdeos (1905: 303-304). Además de la resina del ocote (Pinus hartwegii), los
pinos que más trementina producen en México son P. montezumae, P. teocote
(el oyamel) (Noriega, 1941: 344) y P. ayacahuite (Martínez, 1928: 325-26). A
nivel popular, la resina, tallo, hojas y corteza de diversos pinos (incluidos también
23
Sobre la historia y productos de dicha empresa, véase Hersch Martínez (2008b).
186
P. oocarpa, P. patula, P. pseudostrobus y otros) se usa para tratar ronquera, infla-
maciones, ansia, granos, disentería, dolor de cintura y muscular, y pulmón frío
(Aguilar, 1994: 159). La resina del ocote, añadida a la decocción de otras plan-
tas, también se utiliza a nivel popular contra la tos y resfriados, además de sus
aplicaciones rituales (Martínez Alfaro, 1987; Zolla et al., 1988). A su vez, el
aceite de pino que se vende hoy en plazas de Michoacán, se recomienda, por
ejemplo, para tratar reumas, bronquitis y asma, y se aplica tópicamente.
A diversos componentes (corteza, resina, hojas, yemas, aceite esencial) del
pino marítimo (Pinus pinaster, común en España y Francia) (Font Quer, 1982:
90) se les reconoce utilidad en la fitoterapia actual contra afecciones respirato-
rias (rinitis, sinusitis, faringitis, laringitis, bronquitis) y urinarias (cistitis, ure-
tritis, prostatitis), en reumatismos y en casos de várices, hemorroides y fragilidad
capilar; y en uso tópico, en inflamaciones osteoarticulares, parodontopatías,
vulvovaginitis y heridas (Arteche et al., 1998), mientras que en el campo más
específico de la fitoterapia clínica se utilizan varias especies de pino (P. pinaster,
P. palustris, P. sylvestris) por su efecto antiinfeccioso en el ámbito otorrinolaringo
lógico y pulmonar, estimulante de la corteza suprarrenal, expectorante, antiar-
trósico (yemas), antiosteoporótico (yemas) y simpaticomimético24 (Duraffourd
y Lapraz, 2002: 747 y 790).
Al destacar los usos medicinales de los derivados de resina de pino a propó-
sito del anuncio de la savia de pino marítimo de Lagasse, simplemente se pre-
tende ejemplificar la suerte que han corrido diversos remedios a lo largo del
tiempo, con variaciones en la lectura de su efecto terapéutico y donde, sin
embargo, algunos componentes emergen de nuevo pero en el marco de un co-
metido de diversificación terapéutica, subordinado a un enfoque clínico y fisiológico
riguroso de los procesos patológicos.
Remedios muy anunciados también contra la tos eran diversas pastillas de
composición secreta, como las del doctor Andreu (figuras 65 y 66):
24
Afín a la acción simpática neurovegetativa, que forma parte de la regulación nerviosa autónoma
de la voluntad.
187
Figura 65. Domingo 14 de diciembre
de 1913, núm. 4476, p. 4.
189
gitis y tuberculosis.25 A su vez, la asociación de la menta y poleo con benzol y
mentol (figura 75) era un producto nacional anunciado por el farmacéutico
Francisco Bustillos, de la farmacia del mismo nombre.26 No se trata ya de un
remedio secreto, sino de una fórmula preparada por dicho profesor como “el
mejor polvo para el catarro”.27
25
A pesar del subregistro sin duda existente, recordemos que, de acuerdo con Orvañanos (1889), la
tuberculosis en la Ciudad de México causaba 66 de cada mil muertes cada año.
26
Bustillos se graduó en 1892 con una tesis sobre la planta Cheilantes elegans o cola de zorra (Ortiz
Reynoso, 2002: 245-246).
27
Es posible que en el nivel empírico, en España existan testimonios que confirmen la utilidad de lo
que allá se entiende por “polvos” en la terapéutica del catarro.
190
Tuberculosis
191
Figura 77. Domingo 19 de abril
de 1914, núm. 4591, p. 4.
28
Una digresión tal vez disculpable: el asunto semeja la especulación actual de quienes detentan
concesiones de minería a tajo abierto obsequiadas por la Secretaría de Economía en México, donde
“Esperanza Silver”, de Vancouver, le vende a una tal “Alamos Gold” de Toronto sus concesiones en
Morelos. El usufructo del regalo alienta la denodada especulación. Y si a unos se les ofrecía hace un
192
Figura 78. Revista de Revistas, domingo 5
de noviembre de 1911, año II, núm. 93, p. 7.
siglo azúcar disfrazada como remedio contra la tuberculosis, a otros hoy se les ofrece depredación y
servidumbre encubiertas como desarrollo y empleo. La regla de oro del modelo económico dominante
es simple, al margen del tipo, materia y época del embuste: todo es susceptible de ser convertido en
mercancía.
193
Figura 80. Domingo 7 de febrero de 1909,
núm. 3611, p. 4.
194
Figura 81. Miércoles 3 de marzo
de 1909, núm. 3635, p. 4.
195
Yonkerman afirma ser “graduado del Colegio de Ontario, Toronto, Canada”... ¡No
existe tal colegio! Hay un Colegio Veterinario de Ontario en Toronto, cuyo director
reconoce que Yonkerman se graduó en dicha institución en 1882. Yonkerman afirma
también haber tomado “un curso especial en la Universidad de Stuttgart, Alemania”...
¡No hay tal universidad! […] D.P. Yonkerman, de Kalamazoo, es un veterinario con
registro […] desde su cualificación como doctor de caballos dispensa tratamientos por
correo para la “cura” de la tuberculosis en seres humanos (American Medical Associa-
tion (1912: 177-178).
29
Diario ABC, 18 de octubre de 1935, p. 51. Recuperado de <http://hemeroteca.abc.es/nav/Naviga-
te.exe/hemeroteca/madrid/abc/1935/10/18/051.html>.
196
azúcar quemada para darle color (American Medical Association, 1912: 175-
182).30 El embuste duró décadas. Otros, siglos.
Respecto al tratamiento de la tuberculosis por médicos e instituciones en
México, en El País se anunciaba regularmente el doctor José M. Hidalgo (figu-
ras 82 y 83), como único especialista en su curación radical, ofreciendo atención
“con decencia y esmero a su numerosa clientela”. Otra instancia que ofrecía
curación de la tuberculosis era el Sanatorio Botelho (figura 84), en el pueblo
de Mixcoac, dirigido por el doctor Oliveira Botelho.
30
Véase <http://www.thevirtualdimemuseum.com/2008/04/yonkermans-tuberculozyne.html>.
197
Figura 85. Miércoles 5 de marzo
de 1913, núm. 4192, p. 4.
198
de este tónico, basta recordar que lo recomiendan los principales Médicos de la Escuela
Nacional de Medicina de México y de la Faculté de París (texto como en el original).
199
Hubo una vez un médico de Ohio que definió al catarro de cualquier modo que se le
ocurriera, propuso una cura para ello, se hizo de millones en ventas, y entonces provocó
(involuntariamente, por supuesto) una ley para regular los remedios de los charlatanes
[…] el genio particular de Hartman reside en que definió virtualmente al catarro como la causa
raíz de todas las enfermedades conocidas. Para Hartman —y sus anuncios— la neumonía
era el catarro de los pulmones, igual que la tuberculosis. Las úlceras cancerosas eran
el catarro de la boca; la apendicitis, el catarro del apéndice; la indigestión crónica, el
catarro del estómago; las paperas, el catarro de las glándulas; la enfermedad de Bright
[insuficiencia renal] el catarro de los riñones. La Peruna, afirmaba, podía curar todo
ello, incluso la fiebre amarilla, otra forma de catarro. La confianza del buen doctor en
su producto parecía ser ilimitada (Sullivan, 2007: 28-29) (corchetes y cursivas añadidos
por el autor).
En países cálidos es frecuente el catarro de la cabeza y garganta, pero catarro del estó-
mago, intestino, riñones y órganos pélvicos es prevaleciente. El catarro de países cálidos
asume fases peculiares de dichos países. Puede, ó no asemejarse al catarro de países fríos,
pero no deja de ser la misma enfermedad. Catarro significa congestión de la membrana
mucosa. Las membranas mucosas que generalmente afecta el catarro en países fríos son
los de la nariz, garganta, pulmones y cavidades de la cabeza. En países cálidos afecta la
membrana de los órganos del abdomen y pélvicos. El catarro es la enfermedad que más
persigue á la raza humana. La Peruna hace tiempo que universalmente se reconoce
como el primer remedio para el catarro en todas sus fases, estados y variedades (texto
y negritas como en el original).
200
Durante una larga entrevista, Hartman admitió libremente que el Peruna no curaba nada.
“No existe ninguna cura”, afirmó al asombrado Adams. Más bien, afirmó de su clientela:
“Ellos ven mis anuncios. Leen los testimonios y quedan convencidos. Tienen fé en el
Peruna. Les brinda un estímulo suave, y entonces se sienten bien” (Sullivan, 2007: 30).
31
Véase también American Medical Association (1912: 690-692).
201
la empresa fue el establecimiento de estaciones y programas de radio, lo que le
permitía anunciar sus productos a gran escala; incluso inició la operación de
una estación ubicada en Ciudad Acuña, Coahuila (Sullivan, 2007: 31). La
ubicación de la radiodifusora en el lado mexicano de la frontera le proporcio-
naba mayor libertad en sus anuncios, también escuchados en Estados Unidos.
La situación fue denunciada entre la clase médica en México, en una editorial
anónima de la revista mexicana Medicina, en 1932, a pocos años de la crisis
económica de 1929:
[La] Experiencia Es El Mejor Maestro. Muchas madres han descubierto que la Peruna
es el remedio que alivia á sus niños de las enfermedades á que están constantemente
expuestos. La Peruna es el mejor remedio que se ha inventado para el catarro. No hay
medio de calcular cuántas familias hay en los Estados Unidos solamente que dependen
de la Peruna para las muchas enfermedades á que están expuestos sus hijos. El número
debe ser considerable. Varios millones quizás. Ellos han aprendido á usar la Peruna para
202
Figura 88. Miércoles 3 de septiembre
de 1913, núm. 4374, p. 3.
32
Sobre el develamiento de falsedades de los testimonios del producto, consultar Cramp (1921:
545-547).
204
Este hecho explica en parte la persisten-
cia en la publicación de este tipo de anuncios
en periódicos, en una situación que no se
modificaría en México sino hasta 1927,
cuando se llevó a cabo un ordenamiento
regulatorio de medicamentos, que fue refor-
zado con nuevas medidas en 1941 (Hersch,
2000: 369 y ss.).
El conflicto inherente de publicar este
tipo de material en las revistas médicas, cuya
sobrevivencia se debe todavía en gran me-
dida a la publicidad de medicamentos, es un
fenómeno que amerita mayor análisis por las
consecuencias que implica. Un caso emble-
mático de ello fue, a principios del siglo
pasado, el de la revista de los médicos ingle-
ses colegiados, la célebre Lancet, cuya prác-
tica publicitaria generó una controversia con
sus pares estadunidenses, quienes reiterada-
mente denunciaron la contradicción, con-
sistente en publicar anuncios con asevera-
ciones cuestionables, pues quienes debían de
orientar y de orientarse en virtud de su condición
profesional resultaban más bien desorientadores
(Bartrip, 1990: 48 y ss.). Y es que además,
de manera simultánea con la práctica de
anunciar remedios de dudosa eficacia, Lancet
contenía una sección dedicada al análisis de
la composición, de las aseveraciones publi-
citarias y de los costos de ese tipo de produc-
tos, llegando incluso a publicar dos libros
sobre el tema. Así, en un peculiar ejemplo
de esquizofrenia pragmática, Lancet obtenía
ingresos tanto de los anunciantes de reme-
dios secretos como de la venta de dichos
libros, donde se les analizaba y denunciaba.
Así, en 1909 la British Medical Associa-
tion publicó en Londres su libro Secret Re-
medies, What they Cost and What they Con- Figura 91. Martes 16 de abril de 1912,
tain. Based on Analyses Made for the British núm. 3881, p. 4.
Medical Association. Ahí se señala que:
205
Una de las razones de la popularidad de los remedios secretos es (precisamente) su secrecía
[…] Para empezar, en general todo hombre o mujer comunes tienen cierta fascinación por lo
secreto. El charlatán toma ventaja de esta flaqueza de la naturaleza humana para impresionar
a sus clientes. Pero la secrecía tiene otros usos en su mercado; le permite utilizar nuevas o
viejas drogas, y proclamar que su producto posee virtudes que van más allá del alcance de un
mero doctor; sus hierbas pueden haber sido recogidas en alguna remota pradera de América o
en las montañas del Africa Central, y el secreto de sus virtudes puede haberle sido confiado por
algun jefe tribal venerable; o también puede hacernos creer que su droga ha sido descubierta
por investigación química de la profundidad de la alquimia […] La Asociación Médica Bri-
tánica consideró, por tanto, que sería útil e incluso instructivo analizar algunos de los
remedios secretos, las virtudes acerca de las cuales tanto se les anuncia (prefacio, p. V,
en Hoolihan, 2008: 94) (paréntesis y cursivas añadidos por el autor).
33
Véase <http://www.diarioregistrado.com/politica/67904-en-mexico-televisa-tiene-telebanca.html>.
206
Afecciones disparadas
•
Figura 1. Sábado 17 de
mayo de 1913, núm. 4265,
p. 4.
207
Enfermedades venéreas y genitourinarias
208
Figura 4. Domingo 22 de diciembre de 1912,
núm. 4130, p. 6.
Figura 6. Martes 30 de mayo de 1911, núm. 3751, Figura 5. Viernes 23 de mayo de 1913,
p. 4. núm. 4271, p. 6.
209
compuesto con yerbas. el mejor remedio del mundo […] quita el escurrimiento y
también el ardor de caño, de 2 a 5 días, sin inyecciones algunas y sin dolor en los riñones.
No pierda usted su tiempo en hacer experimentos peligrosos con remedios no probados.
El Específico cadym nunca falla. Tiene muchos años de éxito en México.
sifilis — Esta terrible enfermedad que se adquiere de mil modos, aunque las más de
las veces proviene de contaminación carnal, es, como todo el mundo sabe, enfermedad
de la sangre y no solo se labra una existencia miserable quien la contrae y descuida, sino
que incurren en la tremenda responsabilidad de exponer a dejar por toda herencia una pos-
teridad enclenque, raquítica, escrofulosa, una pesada carga para sus semejantes y un tétrico
porvenir para la raza humana. Sin embargo, la sífilis no es incurable como muchos han
temido y aún temen: pero no hay más que un medio de curarla y este es el de atacarla
en su raíz, que es la masa de la sangre. ¿Por qué medios? Tomando las célebres pastillas
restauradoras del dr. franklin, marca velcas, que limpian, purifican y enriquecen
la sangre, penetrando hasta en las más diminutas células y desterrando en todas ellas el
virus sifilítico con todos sus gérmenes (cursivas añadidas por el autor).
1
En México, el axocopaque o xocopa tiene las mismas características de contenido y uso (Gaultheria
acuminata).
210
conteniendo aloes, podophyllum, estricnina, brucina y trazas de escamonea. Se
les anunciaba en Estados Unidos contra las enfermedades de la sangre y los
nervios, incluida la anemia, el catarro crónico, la escrófula, las enfermedades
del corazón, el reumatismo, la ciática, las úlceras, ciertos tipos de parálisis, la
ataxia locomotora, las erisipelas, la pérdida de memoria, la epilepsia, la tubercu
losis y otras más. En enero de 1918, todas esas afirmaciones fueron declaradas
falsas y fraudulentas, por lo cual la Corte impuso al productor, una multa por…
25 dólares (Cramp, 1921: 627).
211
en una semana. Resulta significativo que sea en este terreno de la patología
venérea donde existan más alusiones a los jóvenes varones. Así, en otro anun-
cio del mismo remedio secreto, se conmina con apremio al joven a que no es-
pere hasta la última hora y a que use con tiempo las cápsulas en una medida urgen-
te, pues ellas “le curarán en pocos días cualquier afección de las vías urinarias o
de la vejiga”, afirmando perentoriamente que “cada día que deje pasar sin cu-
rarse con este remedio equivaldrá a 10 días de retraso” (sic).
Si los jóvenes —y no las jóvenes— cobran protagonismo publicitario en
estas afecciones se debe no sólo a su sintomatología, más evidente en el hombre.
En un rasgo que se puede aplicar a otros rubros, las restricciones sociales preva-
lecientes respecto a la vida sexual implicaban confinarla a lo clandestino, lo
punible, y por tanto, lo no atendido. Las complicaciones de una blenorragia
descuidada o tratada a destiempo eran ampliamente descritas en los textos
médicos de la época. Por ejemplo, Grasset y Vedel (1910), de la Universidad
de Montpellier, en la sexta edición de su obra Consultations Médicales, que era
utilizada en México, ubicaban la blenorragia simple como aquella que no rebasa
ba las 48 horas de aparecida y en ella preconizaban un tratamiento abortivo,
consistente en aplicar lavados en la uretra anterior con permanganato de potasio
diluido. Si el escurrimiento persistía, recomendaban, entre otros tratamientos,
el uso del salol, incluso en blenorragias complicadas con cistitis, es decir, cuan-
do el proceso infeccioso había alcanzado ya la vejiga. No indicaban el salol en
blenorragias crónicas (Grosset y Vedel, 1910: 75-82). El salol, salicilato de fe-
nilo, se administraba por vía oral; luego se supo que en el intestino delgado se
dividía en ácido salicílico y en fenol, de efecto antiséptico pero también capaz
de generar intoxicaciones salicílicas y de afectar la estructura secretoria renal,
sobre todo en riñones enfermos (Osol y Farrar, 1947: 878-879).2 El salol también
era utilizado en casos de blenorragia por médicos mexicanos como Gregorio
Benítez, de la Ciudad de México, y Ernesto González, de Huamantla (Parra,
1921: 134 y 139).3 Aun años después Mayoral Pardo (1946: 215-216) consig-
naría su uso entre los antisépticos intestinales, pero advirtió que dicho produc-
to, junto con otras sustancias, como el salacetol y el benzonaftol, habían sido
relegadas con el desarrollo de la sulfamidoterapia. El salol dejó de figurar en la
Farmacopea mexicana a partir de 1962 (ssa, 1962: xi).
Sin embargo, la gonorrea aún constituye un serio problema de salud pública
en todo el mundo y aunque desde los años cuarenta del siglo pasado se extendió
2
El salol formaba a su vez parte del sucedáneo del dentífrico Odol consignado por el farmacéutico
Agustín Guerrero (véase más adelante en este capítulo).
3
La formulación de Benítez también contenía urotropina, benzoato de sodio, antipirina, terpina,
ácido gálico y azul de metileno. El médico capitalino indicaba que cada toma debía ser seguida por la
ingesta de un pozuelo con cocimiento de estigmas de maíz y bicarbonato de sodio. González también
recomendaba de manera complementaria dicho cocimiento diurético.
212
el uso de los antibióticos para tratar con eficacia la enfermedad, recientes estu-
dios destacan el surgimiento e incremento de cepas resistentes a los antibióticos
disponibles (Unemo y Dillon, 2011).4
Si bien han sido superados los remedios que contra la gonorrea y la sífilis se
anunciaban hace un siglo, en la actualidad estas enfermedades presentan un
repunte en México. De acuerdo con el Boletín de Epidemiología (Secretaría de
Salud, 2010), las infecciones de transmisión sexual (its) se han incrementado
recientemente en el país, en particular la sífilis, el herpes genital y el virus del
papiloma humano (vph). La incidencia actual de las dos últimas es diez veces
mayor que la de infecciones bacterianas, como la sífilis, la gonorrea y la clami-
diasis. A pesar del subregistro en este tipo de padecimientos, se calcula que, en
México, cada año ocurren 7 millones de casos nuevos de infecciones curables
de este tipo, entre ellas las causadas por tricomonas (3.39 millones de infeccio-
nes) y clamidia (1.92 millones), además de las clásicas gonorrea (1.36 millones)
y sífilis (0.24 millones) (Conde y Uribe, 1997).
En términos absolutos, y dado el crecimiento demográfico en el país, estas
cifras superarían a las reportadas anualmente hace un siglo en México, con la
diferencia de que ahora se cuenta con mejores registros y medicamentos de
probada eficacia. Sin embargo, en el caso de la gonorrea, se ha reportado el
surgimiento de la Neisseria gonorrhoeae H041, una cepa resistente a las cefalos-
porinas, antibióticos que constituyen el principal tratamiento de elección actual
(Ohnishi et al., 2011).
Regresando a la publicidad de remedios contra enfermedades venéreas anun-
ciados en la prensa mexicana de hace un siglo, las imprudencias de la juventud
eran ocasión y argumento para recomendar preparados de supuesto efecto
también por su acción indirecta en los enfermos. Tal es el caso de las ya referidas
píldoras rosadas del doctor Williams (figura 9), de fórmula secreta entonces y de
pretendido efecto tónico (léase también el recuadro del anuncio):
4
Actualmente, si bien el tratamiento clásico de la gonorrea mediante penicilina sigue siendo utili-
zado, la existencia de cepas resistentes ha requerido el empleo de otros antibióticos. Los cuadros no
tratados y que generan las complicaciones clásicas de la enfermedad han dado paso a secuelas que de
todas maneras son de consideración. Los gonococos infectan las mucosas de las vías genitales, el
recto y la faringe: en el hombre provocan uretritis; en la mujer, la infección en el cuello del útero
puede luego abarcar la uretra, la vagina e incluso las trompas del útero. Las complicaciones que se
observan en el hombre pueden ser abscesos en la próstata, epididimitis e infertilidad; las mujeres
pueden sufrir una enfermedad pélvica inflamatoria que provoca esterilidad (Conde y Uribe, 1997).
213
Figura 9. Jueves 6 de mayo de 1909, núm. 3693, p. 4.
volviendo á la sangre las fuerzas perdidas, con este eficaz remedio renacerá la vitalidad
y virilidad propias de la juventud. Estas píldoras fortalecen la digestión y el apetito,
despejan las facultades mentales y restauran la energía (cursivas añadidas por el autor).
Se trata de otra supuesta aplicación de las ya mencionadas pink pills for pale
people, que por su efecto anunciado en la sangre, atacarían la pérdida de vitalidad
resultante de las inespecíficas imprudencias de los jóvenes, ejercidas en el terre-
no de la sexualidad. A los desobedientes se les aparece satanás y de ello hay
incluso evidencias gráficas, como atestigua el anuncio de las cápsulas Gonosan
al reproducir su efigie (figura 10). Y no se trata de cualquier pobre diablo poco
dotado: éste dispone de cuatro cuernos. Ninguna afección ha ameritado su
presencia publicitaria: sólo la innombrable gonorrea, presente sin embargo
desde el nombre mismo del producto en venta.
El joven libertino es colocado frente a un tribunal: en el maridaje entre la
enfermedad y la conducta, las cápsulas preconizadas serán la cuña (figura 11). El
enfermo, único culpable ante un jurado que ha pronunciado ya su veredicto,
tiene sin embargo salvación si adopta el carácter de cliente. Ese cliente era
214
Figura 11. Domingo 17 de agosto de 1913,
núm. 4357, p. 3.
Lo primero que debe pensarse al sentirse afectada la uretra es en los Metiloides […] Son
fáciles de tomar. No proporcionan inconveniencia ni publicidad […] Contienen el flujo
inmediatamente […] curan permanentemente […] Representan el tratamiento más
moderno, seguro y eficaz de la gonorrea y otros flujos purulentos. Sus efectos se notan
á las pocas horas de tomarlos y no causan estrechez y molestias como sucede con las
inyecciones (cursivas añadidas por el autor).
Dos preparados franceses con sándalo promovidos en El País para tratar afec-
ciones venéreas era el Santal Monal (figura 14) y el Santalol Montagu (figura 15).
El Oleum santali o esencia de sándalo es el aceite volátil obtenido mediante
destilación por arrastre de vapor de la madera del sándalo blanco (Santalum al-
bum), un árbol originario del archipiélago malayo y la India que se cultiva en el
sur de ese país. Su madera y aceite esencial fueron utilizados como medicinales
desde mediados del siglo xv (Osol y Farrar, 1947: 1002-1003). Si bien la aplica-
215
Figura 13. Domingo 16 de octubre de 1910,
núm. 3538, p. 5.
ción primordial del sándalo es como perfume, también se aplicaba como medici
na en el tratamiento sintomático de la disuria (emisión dolorosa o difícil de la
orina) y formalmente se empleó en las uretritis y cistitis por gonorrea, aunque
su poder antibacteriano es relativamente bajo (Osol y Farrar, 1947: 1003).
El sándalo era mencionado por el farmacéutico mexicano Juan Manuel
Noriega en su curso de Historia de drogas, refiriendo que desde 1868 Henderson,
de Glasgow, había llamado la atención sobre la utilidad del aceite esencial de
dicha planta en la blenorragia, en un efecto confirmado luego por Panas y Glu-
ber, pues resultaba menos desagradable que la copaiba y la cubeba en la cistitis,
el catarro crónico de la vejiga y la bronquitis crónica (Noriega, 1941: 124).
Todavía a mediados del siglo pasado, en el texto de terapéutica y farmacodina-
mia de Mayoral Pardo (1946: 529), el sándalo figura como un medicamento
balsámico —calmante— con propiedades antisépticas y acción terapéutica
electiva sobre sus vías de eliminación, la respiratoria y la urinaria. Sin embargo,
dicho autor (1946: 511-512) advertía entonces que los antiguos antisépticos
respiratorios habían experimentado un “verdadero colapso” con la penicilina y
la sulfamidoterapia, “que primero con la sulfapiridina y después con la sulfadia-
zina y el sulfatiazol transformaron ese capítulo de la terapéutica”.
La presentación publicitaria del cuadro clínico en la afección venérea ha de
ser sugerente, de ahí que se haga en primera persona:
216
Joven, Señor o Señora ¿Qué tiene Usted? No me explico. Tengo falta de fuerzas, no
duermo bien, me duelen los huesos, mucho en las noches, estoy flaco, mi memoria no está
en su estado normal, me duele la garganta, tengo erupciones en la espalda y el pecho, he
perdido diez kilos de mi peso habitual; la vista me falta, y en la cabeza tengo unas liagnitas
que no me duelen ni se quitan. Ud. ve el estado lamentable de mi dentadura, he tomado
mucho mercurio, yoduro, y no sólo he tenido malos ratos, sino que no estoy bien nunca.
La impotencia me amenaza, no quiero vivir así.. ¿Qué haré? (texto como en el original).
Primero sepa que su sangre enferma por la inoculación Sifilítica necesita depurarse, y consi-
guiendo esto, quedará sano. Hay dos medios, el que Ud. conoce, y el nuevo en México. Los
Extractos Vegetales del Dr. J. D. Nations, preparados químicamente puros; estos pueden
usarse sin dejar de trabajar, sin sufrimientos y en un periodo de 40 á 60 días quedará curado,
como muchos, quizá amigos suyos […] No le costará mucho curarse, mis medicinas están
al alcance de todos (texto como en el original; cursivas añadidas por el autor).
217
Figura 17. Jueves 20 de julio de 1911, Figura 18. Sábado 18 de septiembre
núm. 3622, p. 3. de 1909, núm. 3823, p. 3.
218
Figura 20. Lunes 13 de noviembre de 1911, núm. 3737, p. 4.
so efecto afrodisiaco, bien conocido por su uso popular en África, fue descrito
formalmente por Oberwarth y Loewy en 1900, y siete años después, Muller
atribuyó esa acción a un incremento en la excitabilidad de los centros inferio-
res de la médula vertebral. Otros autores explicaron este efecto como resultado
de un aumento en el flujo local de sangre (hiperemia). Muchos clínicos utiliza-
ron la yohimbina con resultados favorables en casos de impotencia neurasténi-
ca, pero se afirmó que no tenía utilidad si la impotencia provenía de un proble-
ma nervioso orgánico, y podía ser dañina si el problema se originaba por
inflamación crónica de los órganos sexuales o de la próstata. Se utilizó también
en casos de angina de pecho y de arteriosclerosis (Osol y Farrar, 1947: 1651;
Youngken, 1951: 1079-1080).
5
Miguel Mendizábal de la Torre se graduó en la Escuela Nacional de Medicina en 1897 con una
tesis intitulada “Algunas consideraciones relativas a la habitación humana”, elaborada junto con
Jesús Ramos (Castañeda de Infante, 1988:122).
219
rayos X, mostrando en su publicidad una fotografía de su máquina para baños
eléctricos (figura 24), anunciados como el reconstituyente más valioso conocido.
Dichos baños, se afirmaba, eran capaces de estimular el apetito, “devolver
rápida y positivamente la salud perdida”, curar la clorosis, la anemia cerebral,
la debilidad general, la neurastenia y la excitación nerviosa resultante de ataques
de histeria y del mal de San Vito. El doctor Mendizábal publicaba diversos
testimonios sobre la eficacia de sus métodos, como el que suponemos escribe un
tal Marcial Moreno desde la hacienda de San Juan Tolomeque en Durango, en
marzo de 1912:
testimonio de curacion de avería… Muy querido doctor: Cumplo con gusto mi ofre-
cimiento, remitiéndole el adjunto retrato, para hacerle presente mi reconocimiento por
la curación tan sorprendente que sólo en tres semanas me hizo usted de la cruel avería,
que por espacio de 16 años me hizo sufrir de un modo indecible, tanto física como mo-
ralmente. Puede usted estar seguro de que por estos rumbos yo pregonaré entusiasmado,
la justa fama de que está rodeado su popular Instituto Médico.
220
Pero ¿qué era la cruel avería? Un sinónimo discreto y mecánico de la sífilis.6
Mendizábal preconizaba su electroterapia en una gama de enfermedades que
abarcaba la atonía intestinal, diabetes, insomnio y estreñimiento (figura 25).
Los tratamientos eléctricos tuvieron un auge inicial hace un siglo: la innovación
derivó en su uso incluso en cinturones y cepillos para peinarse.7 Es el caso del
Cinturón Eléctrico Supremo, del cual se afirmaba (figura 26):
Probándolo cinco minutos conocerá usted el poder que éste tiene para comunicar vigor
y energía. Usado debidamente le restablecerá a usted su vigor perdido. Muchas enferme-
6
En la jerga popular y con carga misógina, el término de averiada remitía en México a la mujer que
había perdido la virginidad fuera del matrimonio (Santamaría, 2000: 99); sin embargo, las tasas actua-
les de tal “afección” han cambiado tanto que perdió su pretendida condición patológica.
7
Por ejemplo, el cepillo eléctrico del doctor Scott, de Londres, se anunciaba en la prensa inglesa de en-
tonces bajo el aserto de que “el germen de toda vida es la electricidad”, de modo que los dolores
nerviosos de cabeza, la jaqueca biliosa y la neuralgia desaparecían en cinco minutos. Se afirmaba que
prevenía la calvicie, canas prematuras y caspa, y que estimulaba el crecimiento de un cabello largo y
sedoso, además de aliviar los cerebros cansados. Coincido con Bartrip (1990: 49) en que es una lás-
tima que no podamos disponer de tal cepillo.
221
dades nerviosas, sexuales, de la vejiga, de los riñones, del hígado, tales como impotencia,
varicocele, espermatorrea, etc., ceden inmediatamente á su mágica influencia […] es
infalible para la curación de Reumatismo, Lúmbago, dolores de Espalda, agotamiento
nervioso (texto como en el original).
Figura 27. Lunes 3 de febrero Figura 28. Domingo 2 de abril de 1911, núm. 3698,
de 1913, núm. 4172, p. 8. p. 6.
222
de la afección: electrolisis en los estrechamientos uretrales; corriente de alta
frecuencia para el asma; ionización salicilada contra el reumatismo y las neu-
ralgias; la electricidad, “aplicada correctamente”, para tratar la neurastenia,
impotencia sexual y la espermatorrea; la luz violada contra la gonorrea; la
ionización de yoduro de mercurio o de 606 contra la avería; las corrientes
d’Arsonval contra la diabetes (rebelde enfermedad que “era clasificada hasta
hace pocos años entre el grupo de los padecimientos incurables”) (figura 29)
y el método de Bergonié, es decir, el ejercicio eléctricamente provocado para
tratar la obesidad.
Acorde con esa variedad de tratamientos, los aparatos reflejan esa diversidad.
El aparato es el gran protagonista en el anuncio, como sucede al representarse
una sesión de fulguración para tratar tumores malignos (figura 30). A su vez, la
ionización salicilada se aplicaba a enfermos articulares, presentada en los siguien-
tes términos (figura 31):
223
Figuras 31 y 32. Miércoles 24 de diciembre de 1913, núm. 4486, p. 4.
224
Figura 35. Miércoles 3
de septiembre de 1913,
núm. 4374, p. 4.
8
Véase, por ejemplo, el artículo de Eric Petersen sobre electrocución (4 de noviembre de 2004).
Recuperado de internet <http://www.lasalud.com/pacientes/electrocucion.htm>.
225
nitiva cualquiera de sus enfermedades mediante el expedito recurso de eliminar
por sobrecalentamiento no global a su portador.
Sin duda, la representación gráfica de los rayos X queda plasmada en un anun-
cio que reza: “El Dr. Palmero transparentando el cuerpo humano con los rayos X”
amerita detención. Los aparatosos artefactos abarcan parte relevante del anuncio,
casi tanto como el que ocupan en la pared del consultorio los diplomas del facul-
tativo, al tiempo que Palmero, sin ningún tipo de protección contra los rayos X,
descubre al parecer una cuchara que se tragó la transparentada mujer (figura 37).
226
etc., lo mismo que el ceceo, la balbucencia, la farfulla, la tartamudez y se
extrae la solitaria y los cuerpos extraños (agujas, monedas, etc.) (texto como en el original).
9
La aplicación de corriente eléctrica directa de baja intensidad en ciertos tumores productores de
ascitis es motivo de atención actual en la investigación biomédica (Camué et al., 2001).
227
cido, aunque su enfermedad haya sido considerada como incurable. Recomendamos ese
Gran Consultorio seguros de hacer un bien al que sufre. Está asistido por los médicos
más notables y cuenta con los mejores aparatos para rayos X, para hacer ver con claridad
el interior del enfermo, evitando así errores de diagnóstico […] Cura especialmente la
impotencia, debilidad, neurastenia y nerviosidad que producen sufrimientos del espíritu
y desaliento; cura la anemia, enfermedades del estómago y de los intestinos, hígado,
corazón (cuando no hay lesión orgánica), riñones, pulmón, las más graves enfermedades
de la orina que alivia desde luego, sífilis, haciendo desaparecer muy pronto todas las ma-
nifestaciones, gonorrea, en unos cuantos días, obesidad, volviendo la agilidad, la energía
y las formas esbeltas, reumatismo, cuyos dolores desaparecen desde luego, así como las
parálisis y ataques de origen histérico. Los estrechamientos de la uretra quedan curados
en unos cuantos minutos por Electrolisis de Newman, sin peligro, sin dolor y sin sangre.
(También sin operación con muchos mejores resultados). Almorranas, hernias, ataxia,
diabetes, alcoholismo, morfinomanía, llagas, granos, manchas y arrugas prematuras con
su admirable tratamiento de la belleza que tanto hermosea á las señoras. Sus medica-
mentos son todos especialidades patentadas por el Gobierno. Si desea Ud. sanar pronto
y con seguridad, ocurra Ud. allí y esté seguro de que saldrá curado y de que encontrará
las maravillas de la ciencia y no los milagros de los charlatanes. Si es Ud. pobre tendrá toda
clase de consideraciones. Dirección:- Gran Consultorio del Dr. R. A. Camps. 4ª. Bolívar
34. México (texto como en el original; cursivas añadidas por el autor).
Por lo general, los remedios para el riñón y el hígado se anunciaban poco vincu
lados con la esfera urinaria y digestiva a la que corresponden, respectivamente
(véase también el apartado sobre “Afecciones hepatovesiculares” en el capítulo
previo). Producto de composición secreta, la Anticalculina Ebrey se promovía
sin gráfica alguna como el gran remedio de los riñones, subrayando que tenía la
228
capacidad de atacar el origen de las manifestaciones de enfermedad; sin embargo,
en el texto publicitario ese origen es el órgano afectado mismo, al tiempo que un
elemento usual en el discurso son las alusiones, directas o indirectas, a la esfera
de las emociones y los afectos:
¿Padece Ud. del Hígado ó Riñones? Un número considerable de personas sufren del
hígado o de los riñones, y continúan padeciendo, por que dan atención á los síntomas
sin curar el origen de la enfermedad. Hígado y riñones enfermos son causas de innume-
rables síntomas, como dolor de espinazo, estreñimiento, diarrea, reumatismo, catarro de
la vejiga, sedimento en la orina, dolor sordo en la espalda, manchas en el cuerpo, dolores
de cabeza, coyonturas, piernas y rodillas, hinchazón de pies y manos, indigestiones, tez
amarilla y llena de granos, ojos hinchados, amarillosos y círculos pardos a su alrededor,
algunas veces se siente dolor sobre el corazón, tiene usted ambiciones, pero carece de fuerzas,
y se siente usted débil, sin que el mundo le ofrezca halago alguno. Debe usted poner remedio
inmediato a la enfermedad, haciendo uso de la Anticalculina Ebrey, el gran remedio
para los riñones, hígado y vejiga, y entonces no deberá usted temer las consecuencias
desastrosas que se producen cuando se abandonan estos padecimientos (texto como en
el original; cursivas añadidas por el autor).
Debe usted recordar que la mortalidad a causa de disturbios producidos por padecimientos
del hígado y riñones es mayor que por cualquiera otra causa. Si necesita usted un remedio
para el hígado, riñones o vejiga, debe usted procurar el mejor. Póngase en cura con la
Anticalculina Ebrey y sus sufrimientos desaparecerán. La Anticalculina Ebrey actúa
directamente sobre el hígado y los riñones, disolviendo las acumulaciones de piedra en
dichos órganos, neutralizando el ácido úrico y de ese modo poniendo término al derrame
de materias venenosas en la sangre, que producen el estado enfermizo en que se encuentra
usted (cursivas añadidas por el autor).
229
notado usted partículas en la orina, como arenilla ó cascarillas? Si presenta usted alguno
de esos síntomas, sus riñones están enfermos. Si sufre usted de varios de esos síntomas,
su organismo está en mala condición, está usted enfermo gravemente y le pueden atacar
convulsiones ó morir cuando menos lo sospeche. Usted puede salvarse; curarse fácil-
mente. Sólo tiene usted que empezar á tomar dosis regulares de Anticalculina Ebrey,
el gran remedio para el hígado, riñones y vejiga, y se curará usted. Comience usted á
tomar la Anticalculina Ebrey y los síntomas alarmantes desaparecerán gradualmente.
Esto quiere decir que su organismo volverá á ser compacto, fuerte, robusto (cursivas aña-
didas por el autor).
ictericia y su cura. ¿Se siente Ud. adormecido, lánguido y torpe? ¿Padece de constante
dolor de cabeza? ¿Está su cutis amarillo, lo mismo que el blanco de sus ojos? ¿Tiene Ud. mal
gusto y olor en la boca? Estos son los síntomas de un hígado enfermizo —el principio de
la ictericia— síntomas que dan lugar a la enfermedad de piedra en el hígado, riñones enfermos,
reumatismo y piedra en la vejiga. La Anticalculina Ebrey pondrá remedio a esos síntomas
y librará al cuerpo y al cerebro de esa opresión, languidez y estupidez en que se encuentra el
paciente. La Anticalculina Ebrey llevará brillo a los ojos, color a las mejillas, pondrá
salud y vigor en el cuerpo, llevará actividad al cerebro y dará a los enfermos apego a la vida.
Un frasco de Anticalculina Ebrey lo pondrá a Ud. en el camino de la salud, le dará fuerzas
para que obtenga éxito (negritas como en el original; cursivas añadidas por el autor).
Enfermedades de Brigth [sic] de los Riñones Puede ser que esté Ud. sufriendo enferme-
dad de Bright en los riñones y no lo sepa Ud. mismo. Puede Ud. morirse á consecuencia
de ella, y su doctor lo averiguará después. Hay poca satisfacción en ello. Sin embargo, la
enfermedad de Bright hace saber su presencia generalmente por medio de bien definidos
síntomas, como dolores sordos y constantes en la región baja de la espalda, albúmina
230
en la orina, dolores de cabeza frecuentes, anemia, degeneración del corazón y vasos
sanguíneos, hinchazón y color pardo alrededor de los ojos y en la cara, saquillos bajo los
ojos, indigestión, hidropesía y ojos rojizos (cursivas añadidas por el autor).
231
Es fácil curar cualquier forma de mal de los riñones con las Píldoras de Foster antes que
la enfermedad llegue (texto como en el original).
232
Figura 42. Viernes 9 de junio de 1911, Figura 43. Viernes 2 de junio de 1911,
núm. 3581, p. 5. núm. 3754, p. 4.
Tal como si fuese una estocada. La aguda punzada en los lomos al dar un traspié
ó por algun movimiento descompasado del cuerpo, denota invariablemente la debilidad
de unos riñones enfermos ó inflamados. Cuando los riñones están indispuestos prevale-
cen los dolores dorsales, tanto en los hombres como en las mujeres y aun en los niños,
aunque los mayores son naturalmente más propensos á padecer de los riñones, puesto
que son estos los órganos más ejercitados del cuerpo y una vida larga y activa tiende á
gastarlos, notándose su decadencia aun antes que otras señales precursoras de la vejez.
No hay que mirar con indiferencia los primeros indicios de unos riñones afectados pues
su tratamiento en tiempo con las Píldoras de Foster para los riñones, evitará peligrosas
consecuencias y resultará en una curación rápida y duradera. Los primeros indicios de
unos riñones decadentes son: Dolor de espalda, lomos ó cintura, dolores reumáticos,
punzadas al inclinarse ó al levantar algun peso, neuralgia, nerviosidad, decadencia de
la vista, palidez, ojeras oscuras, desvanecimientos, cansancio, melancolía, ocurriendo
también por lo general desórdenes urinarios tales como emisiones demasiado frecuentes,
emisiones escasas y de mal color con ardor en el conducto, orina espesa (texto como
en el original).
233
Buena parte de la sintomatología mencionada en el anuncio es tan inespe-
cífica que propicia justamente, en la marginación del acto médico profesional en
su mejor sentido, complicaciones tan indeseables como las que se pretende evitar
en el discurso. Aunque algunos de los síntomas inespecíficos, como el dolor en
los lomos, ojeras oscuras o cansancio, pueden referir más a una implicación de
las glándulas suprarrenales por estrés sostenido (situación poco definida enton-
ces por el estado de avance en el conocimiento de la fisiología y la fisiopatolo-
gía endocrina), la adscripción misma de los riñones como parte de un sistema
que comprende las vías urinarias y la relevancia de los procesos infecciosos en
éstas, como elemento a menudo causal de la afectación renal, eran ya conocidas
en la época, pero convenientemente ignoradas en el discurso publicitario. Sin
embargo, el efecto de fondo, independiente de la secrecía en la composición de
las píldoras, es la exclusión deliberada del proceso diagnóstico riguroso y del acto
terapéutico que debería derivar de éste, rasgo común en la actual promoción
comercial de “medicinas alternativas”.
234
Se considera que la era moderna de la farmacoterapia inició en 1909, con
el descubrimiento que hizo Ehrlich del Salvarsán, aunque fue hasta 1935, con el
desarrollo de las sulfamidas, que el arranque en la producción de nuevos prin-
cipios activos se concretó en el terreno de la quimioterapia antimicrobiana; la
primera sulfamida, la sulfaimido-crisoidina, se sintetizó siguiendo los postulados
de Ehrlich (Gracia Guillén et al., 1985: 205). Pionero de la terapéutica expe-
rimental y de la inmunología, Ehrlich planteó la existencia de receptores espe-
cíficos y la posibilidad de incidir en ellos mediante fármacos particulares, por
efecto de la célebre “bala mágica”; en esa perspectiva:
Sólo pueden anclarse en una parte específica las sustancias que encajan en la molécula
de la combinación receptora, tal como un pedazo de mosaico corresponde a un patrón
determinado […] las sustancias bacterianas son, por así decirlo, proyectiles encantados
que únicamente dan en aquellos objetos para cuya destrucción han sido producidos
(Dubos, 1975: 171).
10
De Kruif (1979: 355), en su famosa semblanza de Ehrlich, refiere: “Este Atoxil era un medicamen-
to siniestro, del que deberían avergonzarse sus inventores, de vivir estos todavía. En su constitución
entraba un ciclo de benzol, que no es otra cosa que seis átomos de carbono persiguiéndose unos a
otros en un círculo, como un perro que da vueltas alrededor de sí mismo para morderse la punta del
rabo; cuatro átomos de hidrógeno, amoniaco y óxido de arsénico que, como todo el mundo sabe, es
venenoso”.
235
muchos. Así, debido a que los tripanosomas eran fácilmente visibles en el mi-
croscopio, era evidente que se desarrollaban en los roedores y los mataban con
una regularidad perfecta. Por ello, Ehrlich los eligió como objetivo en su mo-
delo experimental (De Kruif, 1979: 349-350).
Luego de demostrar su efecto curativo en ratas enfermas con mal de caderas
provocado por tripanosomas, Ehrlich orientó la experimentación con el 606
hacia otro agente microbiano recién identificado por Schaudinn en 1906, la
Spirocheta pallida, agente microbiano causante de la sífilis, partiendo del razo-
namiento de que dicho microorganismo estaba relacionado de manera estrecha
con los tripanosomas; de hecho, las espiroquetas se transforman a veces en
tripanosomas (De Kruif, 1979: 357-359).
El desarrollo del Salvarsán como agente contra la sífilis y su patente, ambos
consumados en 1909, son representativos de la síntesis de productos químicos
aplicados a la terapéutica; además, la orientación innovadora de dicho desarro-
llo se manifiesta claramente en la argumentación y gráfica de la publicidad a
nuestro alcance en El País.
Los anunciantes se presentaban como especialistas expertos en la aplicación
del 914 para la sangre, correspondiente a la última modificación del 606: es decir,
se publicita en 1914 el célebre Salvarsán anunciado como una nueva versión
(el 914) que no implicaba peligro alguno, lo que responde justo a las modifica-
ciones generadas por Ehrlich ante los efectos adversos del primer 606. Cabe
destacar que no hay ilustración alguna en el anuncio del Instituto Médico
Alemán, sino los números, propios de las fórmulas seriadas que habrían resul-
tado efectivas: el 111 como específico poderoso para curar las gonorreas; el 505
como el último descubrimiento alemán para el reumatismo, o el 96, preconizado
para tratar la impotencia. Ha surgido ya un enfoque y un discurso que no sólo
anuncia el producto que ha dejado de ser un remedio de composición secreta; la se-
crecía será sustituida por el laconismo del nombre técnico revelado: Salvarsán
es 606, y 606 es propil-para-dihidroxi-diaminoarsenobenceno. Pero en particular,
el discurso publicitario anuncia la terapéutica experimental. A través de los
productos que emanan de este proceso, una tensión en la obra de Ehrlich me-
rece señalarse, y es que por un lado se encuentra la posición explícita del inves-
tigador destacando la necesidad de no supeditar la medicina a la química, y por el
otro, paradójicamente, la estrecha articulación de su obra con la iniciativa
privada, en un arreglo peculiar que colocaba a la institución pública al servicio de
la privada, como destaca Liebenau (1990: 76-78).
Así, Ehrlich denunciaba ya desde 1904 lo que entendía como una seria
amenaza para la medicina: que la nueva organización y las nuevas técnicas que
estaban surgiendo en torno a la experimentación de medicamentos implicaban
la proliferación de productos, así como la pérdida del control que se había
mantenido desde el campo de la medicina; y afirmaba que el frente de la inves-
236
tigación se estaba desplazando de la tarea inconclusa de producir nuevos agen-
tes terapéuticos hacia la exclusiva preferencia dada a la producción de drogas de
efecto puramente sintomático que no eran verdaderos medicamentos curativos
(Liebenau, 1990: 74). Sin embargo, el mismo Ehrlich no culpaba de ello a los
productores y publicistas, sino a la subordinación del pensamiento médico y biológi
co respecto al químico. En un rasgo que parece también paradójico, el pionero de
la terapéutica experimental señalaba una salida: que se subordinara la lógica
de la química a la de la biología, transfiriendo la iniciativa del laboratorio quí-
mico al laboratorio biológico. Ello suponía, como destaca Liebenau (1990: 75):
“una acción positiva para recuperar el control del tratamiento y para emplazar
a la terapéutica teórica como una parte de la medicina práctica. Sólo así los médicos
podrían asegurarse de que la medicina no fuese supeditada a la química”, en
palabras que no han perdido actualidad:
Como médicos debemos de dejar de contentarnos con el papel auxiliar de consejeros en estos
asuntos relevantes. En este tema [de la terapéutica] nuestro desde tiempo inmemorial,
debemos de ocupar el primer lugar. Es ahora que tenemos que regresar a las concepciones
más generales de la biología, y es por ello tarea de cada uno de nosotros la de aportar su
ladrillo para la construcción de esta nueva terapéutica (Ehrlich, 1897-1998, en Liebenau,
1990: 75) (corchetes y cursivas añadidos por el autor).
237
de composición secreta en el cúmulo de productos generados y anunciados por
productores nacionales. El Instituto Médico Nacional, carente de vinculaciones
con la industria, no logró generar las propuestas de medicamentos de origen
vegetal que eran parte relevante de su cometido, aunque en 1913 publicó, entre
su vasta producción, su texto denominado Farmacología nacional (Instituto
Médico Nacional, 1913).
En el marco de los remedios de origen alemán cuya publicidad proclama la
superioridad de la ciencia moderna, destacan los anuncios de la Aspirina de Ba-
yer que ya se promovía como analgésico, antitérmico, antipirético y antirreumá-
tico (figura 45), pero todavía no su efecto antiinflamatorio. La publicidad de
Bayer dedicada al entonces novedoso medicamento toma una clara distancia
respecto a los remedios caseros. Un anuncio significativo en ese sentido contras-
ta la Aspirina que “la ciencia moderna ha preparado”, con el botiquín casero
“patriarcal”, que el desuso ha cubierto con una gran telaraña, pues contiene
“hierbas, píldoras y cataplasmas, en su mayoría de valor muy dudoso” (figura 47).
A partir de entonces inició el sistemático desprestigio de las plantas medicina
les y de otras terapéuticas ajenas al paradigma químico, tendencia aún dominan
te en la biomedicina que, sin embargo, a fines del mismo siglo se verá atenuada
238
por parte de las mismas empresas farmacéuticas, al disminuir de manera progre-
siva la incorporación anual al mercado de nuevas moléculas bioactivas de
efecto terapéutico y al elevarse los costos de investigación y desarrollo a partir
de 1975, con el denominado efecto tijera (véase figura 48; Pignarre, 2005: 48).
Ante esta situación, casi un siglo después de los anuncios que nos ocupan,
surgirá la figura reactiva de los fitomedicamentos, pero como parte de una estra-
tegia general de control de mercado (Hersch Martínez, 2000: 43-45).
Pero volvamos a la Aspirina como figura clave en el desarrollo de la industria
farmacéutica moderna. Recordemos que el ácido acetilsalicílico fue sintetiza-
do en su forma más pura y estable por el químico Félix Hoffmann en 1897,
cuando estaba buscando un nuevo antirreumático; dos años después sería in-
cluido con el nombre de Aspirina en el registro de marcas de la Oficina Imperial
de Patentesde Berlín (Bott, 1993: 11).11 El nuevo medicamento resultó emble-
mático en la evolución de la farmacia industrial, y su publicidad refleja ese
papel. A propósito de uno de sus anuncios (figura 49), Bayer se deslinda de los
remedios secretos, los cuales considera “una funesta plaga de nuestros tiempos”,
11
A pesar del imaginario de la ciencia y la tecnología médicas como si fueran regidas por una
comprensión a priori de los fenómenos, fue después de 74 años de haber sido introducida al mercado
que se logró dilucidar el mecanismo de acción de la aspirina, que consiste en interferir la biosíntesis
de las prostaglandinas. Este descubrimiento, de 1971, le valió a John Vane recibir el premio Nobel de
Medicina (Botting, 2010).
239
Figura 49. Viernes 24 de enero de 1913, Figura 50. Viernes 12 de diciembre
núm. 4162, p. 5. de 1913, núm. 4474, p. 5.
pues “el público sacrifica dinero y salud al adquirir píldoras, compuestos y jara-
bes de dudoso valor, que se anuncian por ahí á bombo y platillos”, rematando
en una contundente aseveración: “únicamente un preparado obtenido cientí-
ficamente y experimentado largamente por los médicos merece confianza”.
Por supuesto, como se ha constatado en muchos casos, las patrañas, exage-
raciones, farsas, engaños y artificios acompañaban a muchos de esos remedios
secretos. Sin embargo, al margen de la indiscutible necesidad de eficacia, segu-
ridad y accesibilidad en los recursos y procedimientos terapéuticos, subyace
poderoso otro embuste: el de la descalificación misma de los saberes que no
condicen con el paradigma en ascenso de una ciencia exclusivista y constreñida
por el comercio.
Una sola ciencia. Lo demás es basura. La publicidad de hace un siglo de este
medicamento se deslinda no sólo de los remedios antiguos, la medicina domés-
tica y su dimensión no industrial, sino además del conjunto de los saberes po-
pulares. Es una expresión más, en el campo biomédico y farmacéutico, de au-
sencia programada y de epistemicidio (Santos, 2005: 135); de la jerarquización
impuesta y naturalizada, propia de la colonialidad del saber y del poder (Restrepo y
Rojas, 2010).
La comparación con remedios inferiores es una constante en la publicidad
de los medicamentos modernos (figura 50). Y es que no es lo mismo tomar un
240
Figura 51. Viernes 3 de noviembre Figura 52. Martes 16 de abril de 1992,
de 1913, núm. 4141, p. 5. núm. 3881, p. 3.
241
Figura 54. Viernes 3 de noviembre de
1911, núm. 3728, p. 4.
242
Figura 56. Miércoles 26 de marzo de 1913, núm. 4213, Figura 57. Lunes 13 de abril
p. 5. de 1914, núm. 4585, p. 5.
243
guardan mayor número de curaciones radicales, que los de todos los demás competidores.
Al hacer esta declaración, lo hago poseído de toda autoridad y puedo probarla. Yo no
remiendo: curo. Muchos llamados Especialistas atienden a sus Enfermos y eso es, más o
menos, todo lo que hacen. Yo hago más; yo los atiendo y los curo permanentemente (cursivas
añadidas por el autor).
En 1914, la oferta del médico alemán “no remendón”, que archiva sus casos
se apoya en el producto estrella de su coterráneo Ehrlich:
curo como por magia el mal venereo. Por medio del nuevo remedio alemán
llamado “606”. Una o dos dósis son bastantes para curar por completo y para siempre
aun los casos más desesperados que hayan resistido durante años a los tratamientos por
mercurio y yoduro. La aplicación del tratamiento es sólo cuestión de media hora. No causa
al enfermo el menor trastorno, y al cabo de unos cuantos días comienzan a desaparecer
las manchas de la piel, llagas —si las hay— dolores y todos los demás síntomas del mal.
La habilidad, la experiencia y el conocimiento del curso de la enfermedad y del procedi-
miento científico para reconocer la sangre, son absolutamente indispensables para aplicar
con éxito y sin peligro el nuevo remedio. Pocos médicos reunen todos estos requisitos.
Entre ellos descuella, en esta capital, el Dr. Swaim. El nuevo tratamiento es en extremo
delicado en su composición química y no debe ser aplicado, sino por médicos que conocen
a fondo la naturaleza de la droga, su preparación y sus efectos. El tratamiento es rápido
y absolutamente eficaz. Los médicos más eminentes del mundo abonan su eficacia. Por
cuanto a mis aptitudes con relación al nuevo remedio, los numerosos enfermos que he
curado en esta ciudad y procedentes de todas partes de la República, son mi mejor ga-
rantía. La ocasión es ahora propicia para que se libre Ud. por completo y para siempre
del terrible mal y sus funestas consecuencias y complicaciones. Yo aplico el remedio
por medio de inyecciones intravenosas, o sea directamente en las venas, las cuales no
ocasionan al enfermo el menor trastorno ni dolor, ni durante la inyección, ni después.
Recurra Ud. en persona o por correspondencia si vive fuera de la capital— al Doctor que
ha aplicado y continua aplicando con todo éxito el prodigioso remedio muchas veces al
día (texto como en el original; cursivas añadidas por el autor)
244
Figura 58. Miércoles 15 de febrero de 1911, Figura 59. Viernes 9 de junio de 1911,
núm. 3658, p. 4. núm. 3581 p. 5.
245
Figura 61. Lunes 3 de febrero de 1913, núm. 4172, Figura 62. Miércoles 30 de abril
p. 5. de 1913, núm. 4248, p. 8.
246
Figura 63. Sábado 18 de febrero
de 1911, núm. 3661 p. 4.
12
El término de bad blood fue hábilmente aprovechado por los experimentadores del servicio oficial de
salud pública de Estados Unidos para eludir toda mención a dicha enfermedad en el marcode los es-
tudios que llevaron a cabo entre 1932 y 1973 para analizar, entre cientos de sujetos enfermos en Tus-
kegee, Alabama, los efectos a largo plazo de la sífilis no tratada (Jones, 1981). No precisar la enfermedad
a quienes la padecían permitió a los investigadores médicos no dar tratamiento a ninguno de los enfer-
mos y poder observar con detenimiento y método cómo se deterioraban hasta la muerte. Respecto a
experimentos del mismo corte promovidos desde Estados Unidos en Guatemala en 1946-1948 y hechos
públicos apenas en 2010, véase el informe de la comisión oficial nombrada para su esclarecimiento
(abril de 2011) en <http://enriquebolanos.org/data/media/file/COMISI%C3%93N_PRESIDEN-
CIAL_PARA_EL_ESCLARECIMIENTO_DE_LOS_Experimentos_en_seres_humanos.pdf>.
247
Figura 65. Domingo 2 de noviembre
de 1913, núm. 4434, p. 4.
Reumatismos
reumatismo por rebelde y antiguo que sea, es sanado con el incomparable específico que
lleva por título: nervalina india. Bastan unas cuantas fricciones para hacerlo desa
parecer, así como también las punzadas, dolores nerviosos y las neuralgias
cuando la luna declina.- Pasados los cuarenta (digamos los 45 ó 50) empieza la
persona a declinar, á debilitarse gradualmente, á notar de año en año, mayores dificul-
248
Figura 66. Viernes 14 de marzo Figura 67. La Ciudad de Dios, domingo 2
de 1913, núm. 4201 p. 5. de octubre de 1904, año vi, núm. 36, p. 17.
tades en combatir las enfermedades. Entonces es cuando los malos humores acumulados
en la sangre, se revelan en dolores reumáticos, —breves como toques de alarma,- por las
coyunturas, los músculos y la espalda, y á los que se debe atacar prontamente, si han de
evitarse o prevenirse reumatismos de carácter grave y permanente. Las Pastillas Restau-
radoras del Dr. Franklin marca “Velcas” son el remedio por excelencia para conservar
la sangre en perfecto estado de circulación y de pureza, que es seguro preventivo contra la
invasión del sistema por los ácidos y virus reumáticos (texto como en el original; cursivas
añadidas por el autor).
249
La naturaleza crónica de la afección resulta útil para la colocación de pro-
ductos de múltiple propósito, como también es el caso de las ya referidas píldo-
ras rosadas del doctor Williams, cuya publicidad implicaba a su vez la recomen-
dación de ciertas medidas que acompañarían el uso del remedio secreto (figura
68): “comer con moderación, evitando carnes de vaca y puerco; exceso de sa-
lado y dulce; abstenerse de bebidas alcohólicas y guardarse de la humedad”.
La salvación de los artríticos. El artritismo es una enfermedad general, cuya causa ín-
tima es la presencia en la sangre de un exceso de ácido úrico. La nutrición en el artrítico
se encuentra paralizada y retardada por este transtorno permanente. Es un verdadero
temperamento morboso, que lleva consigo trastornos profundos en la vitalidad general
y en la actividad de las funciones. De aquí que el artrítico resista tan mal á las fiebres y á
las enfermedades reinantes: es más vulnerable a todas las causas epidémicas producidas por las
250
estaciones ó los climas. El gran remedio de los artríticos es la Piperazina Midy, que, á la
dosis de 2 á 4 cucharadas de las de café por día elimina los productos uráticos, endereza
en poco tiempo la viciación orgánica, suprime todo olor y transforma en sujeto robusto y
bien equilibrado al individuo más enfermizo y más deteriorado. Dr. Marcel Lobel. En
venta en las farmacias y droguerías del país. Exíjase la marca midy (texto como en el
original; cursivas añadidas por el autor).
¿Mas que el maximum! — Nadie niega ya hoy que el artritismo, bajo todas sus
formas, que van desde la gota y el reumatismo hasta el excema y el herpetismo y el acné,
pasando a ella por la jaqueca crónica, la obesidad, la ciática, las neuralgias, los cólicos
251
hepáticos, la nefritis, la arterio-esclerosis, etcétera, no resulte del exceso de ácido úrico
en la sangre, y no sea, por consiguiente, justiciable en una terapéutica basada sobre la
solubilización del ácido úrico y de los uratos insolubles. Nadie puede negar tampoco que,
entre los numerosos disolventes del ácido úrico, una mención especial y un puesto de
honor deben reservarse a la piperazina midy, cuyo poder disolvente, superior a los
demás medicamentos similares, incluso la misma litina, puede evaluarse en el noventa
y dos por ciento. Por este hecho, se pudiera decir que no existe un solo medicamento
realmente eficaz contra el artritismo, que no contenga Piperacina y que no tome de
ella sus mejores virtudes. En cambio, no hay uno solo de estos medicamentos que no
sea inferior a la piperazina midy, puesto que los otros ingredientes que se mezclan a
ella no pueden por menos de atenuar su acción. No hay duda que hay algunas de estas
especialidades cuyos promotores no temen afirmar que son dos, tres, cuatro veces más
enérgicas que la Piperacina… Pero, en vista de esta afirmación, sería necesario que
aquellas disuelven el ciento ochenta y cuatro, doscientos setenta y seis, o el trescientos
sesenta y ocho por ciento de ácido úrico, o sea que tiene mas poder rivolvente
que el maximum, y, ¡el que quiere probar demasiado, no prueba nada! dr. pierre
duplan. A tomar: dos cucharaditas de las de café, por día (texto como en el original;
cursivas añadidas por el autor).
252
dos directamente por las farmacias, como es el caso del Fausto (figura 70); en
otros casos, la receta para la artritis podía surtirse adquiriendo directamente sus
componentes en la farmacia (figura 71).
Neuralgias y jaquecas
253
A su vez, las obleas de Stearns (figura 73) se recomendaban contra el dolor de
cabeza, como alivio instantáneo, fácil y eficaz de neuralgias y jaquecas. Este caso
de la cura de Stearns permite ilustrar un manejo de la información que podría
considerarse peculiar, pero que pasa por natural al develar y ocultar de manera
simultánea un aspecto crítico del remedio secreto, anunciando justamente lo que
no contenían (Antipirina) pero no lo que contenían, en un llamado a la confianza
ciega del posible cliente:
una sola oblea alivia al momento el más fuerte dolor de cabeza. No contiene
Antipirina ni otras drogas peligrosas. Insista siempre en que le den la de Stearns, que
es la única legítima […].
Otras eran las píldoras del doctor Miles contra el dolor (figura 74), recomenda-
das contra jaqueca, neuralgia, dolor de espalda, ciática y reumatismo, cuyo
anuncio contenía su testimonio correspondiente. Su publicidad también seña-
laba que eran seguras y efectivas, y que no contenían opio, morfina, cocaína u
otras drogas adictivas. También se promocionaban contra el nerviosismo. El
Dr. Franklin Miles, estadunidense oriundo de Elkhart, Indiana, había fundado
la Miles Medical Company en 1884. Para 1922, la empresa cambió su nombre
254
Figura 75. Sábado 30 de enero de 1909, núm. 3603, p. 3.
por Miles Laboratories. Su producto más célebre sería el Alka Seltzer, introdu-
cido al mercado en 1931. La empresa alemana Bayer adquirió la compañía
Miles en 1978.13
Las píldoras de Brandreth (figura 75), a su vez, ejemplifican de nuevo el papel
de la pretendida calidad tónica y purificadora de la sangre como eje del cual deri-
va una multiplicidad de aplicaciones: para el dolor de cabeza, estreñimiento,
biliosidad, indigestión, vahídos; mientras que del remedio, como en otros casos,
se comunica su origen vegetal pero no su composición. Aunque el anuncio
remite la antigüedad de las píldoras al año 1752, fue en 1835 cuando Benjamín
Brandreth estableció su empresa, la cual se convirtió en uno de los negocios de
remedios más exitosos en Estados Unidos (Hoolihan, 2008: 91).14
A su vez, el jarabe Follet (figuras 76 y 77) también de composición secreta,
era anunciado “para calmar en unos cuantos minutos aun aquellos dolores más
vivos e intolerables, procurando al paciente muchas horas de bienestar, de re-
poso y de sueño tranquilo”. Como estaba dirigido contra todo tipo de dolor, la
gama de aplicaciones incluía a los “dolores violentos causados por la gota y los
reumatismos”, los “atroces sufrimientos ocasionados por los cólicos hepáticos o
13
Los viejos recipientes de medicamentos secretos ahora forman parte de los acervos de museos. En el
caso de las píldoras de Miles contra el dolor consulte <http://www.indianamuseum.org/museumco-
llections/detail.php?t=objects&type=browse&f=maker&s=Dr.+Miles+Medical+Co.&record=6>.
14
Brandreth publicaba, además, como en el caso de Ayer, un almanaque anual donde figuraban
anuncios de sus píldoras y de sus parches porosos de Allcock ya mencionados, e incluso escribía acer-
ca de la filosofía de su sistema brandretiano de curación (Hoolihan, 2008: 91).
255
Figura 77. Viernes 17 de abril
de 1914, núm. 4589, p. 5.
nefríticos”, las enfermedades del hígado o de los riñones, en los cuales el pro-
ducto se presentaba como verdaderamente soberano para adormecerlos igual que
con las neuralgias, por dolorosas que fueren, pues “se calman casi instantánea-
mente, cualquiera que sea su asiento (cabeza, dientes, costados, etc.)”. También
la tos sería calmada, aun la más violenta, en particular en la coqueluche (tosferina),
que impide el sueño del afectado e “imita el canto del gallo”.
Fiel al principio de abarcar cuantas afecciones fuese posible, el margen del
jarabe se ampliaba todavía más al preconizarse contra las preocupaciones, sinsa-
bores de la vida e incluso la cobardía, porque permitía dormir y con ello “recu-
perar fuerzas, valor y energía”.
256
Figura 78. Martes 23 de mayo
de 1911, núm. 3744, p. 4.
Es la reina de las pomadas porque siempre cura, siempre alivia y siempre es eficaz. Mi-
llares de personas curadas por ella, testifican sus maravillosos resultados, y por eso es
que se ha hecho la preferida del público. Basta usarla una vez para tenerla siempre en
prevención. Produce efectos segurísimos en Granos, Tumores, Almorranas, Heridas,
Pústulas, Llagas, Ulceras, Quemaduras, Fístulas, Erupciones, etc., etc. (texto como
en el original).
Toda solución de continuidad en la piel, toda herida por pequeña que sea; un granito
abierto; una ulcerita, es una puerta abierta a la infección; la mayor parte de los microbios
patógenos se encuentran en el polvo de las calles; allí se hallan el de la tuberculosis,
el del tétanos, el del cáncer, etc., y estos microbios penetran en el organismo cuando se
ponen en contacto con la piel desnuda de su epidermis. Además, las afecciones de la
piel, granos tumores, heridas, erupciones y otras, se hacen más graves, a medida que no
se les cura y se vuelven crónicas y a veces incurables, por falta de tratamiento oportuno
(texto como en el original; cursivas añadidas por el autor).
257
Figura 80. Jueves 23 de abril de 1914, núm. 4595, p. 4.
15
Mariano Lozano y Castro se graduó como médico en 1889 con la tesis “La contrahierba blanca o
de México”, utilizada como antiperiódica (antipalúdica) en sustitución de la quinina. Ortiz Reynoso
refiere sobre la tesis de Lozano y Castro que se trata de un trabajo excepcionalmente estructurado,
con una extensa revisión bibliográfica y un estudio botánico y químico; además, el autor encontró un
alcaloide en la planta y lo bautizó como Psoralina, realizando dos estudios fisiológicos con dicho al-
caloide en palomas. Lozano fue alumno de la Escuela Nacional de Medicina de México, de la Escue-
la Práctica Médico-Militar y “ex aspirante” al Cuerpo de Sanidad del Ejército Mexicano (Ortiz
Reynoso, 2002: 233-235).
258
La medicina depurativa racional es un medicamento cuya importancia nadie ignora. No
quiero hablar naturalmente de los fantásticos medicamentos que aparecen cada día
y que se anuncian por propaganda más ó menos lisonjeras; éstos son más peligrosos
que útiles. Quiero hablar de una medicina seria, científica, teniendo por resultado, no
solamente purgar la sangre de los “Humores” (materias agrias), de los “Virus” que
le han invadido, sino también reconstituirla por decirlo así, clarificarla, devolverle su
composición normal y ponerla al abrigo de toda corrupción ulterior. En las enferme-
dades de la Piel, por ejemplo, que se manifiestan por Botones, Humores, Eczémas,
Furunculos, Herpes, Sarpullidos, Royeres, Picazones, Apostemas, Enfermedades del
cuero cabelludo, Evacuación de la nariz y de las orejas, donde la sangre infectada lleva
á las diversas regiones del organismo los virus mórbidos que las envenena; en donde la piel
y las mucosas se cubren de Botones, Royeres, Ulceras, el Elixir Dépuratif Richelet
produce un resultado casi instantáneo. Ataca directamente la causa y accesoriamente
los efectos de la enfermedad. Bajo su acción el germen se destruye y, por consiguiente,
no hay que temer más las manifestaciones que provengan de su existencia (texto como
en el original; cursivas añadidas por el autor).
259
Aun cuando el discurso entra en giros un tanto cantinflescos, bajo el concep-
to inicial de una medicina depurativa racional, el acento se coloca en el papel
determinante de la sangre viciada, que gracias al producto en venta, después será
desembarazada de humores, clarificada, purificada y regenerada:
Además, el sujeto que padece Dermatosis (enfermedad de la Piel) está prevenido, por
decirlo así, por las manifestaciones exteriores que se encuentre amenazado de perturba-
ciones internas, ligados por su origen mismo, a las que se producen en la superficie de la
piel. Eso es como una advertencia característica que es menester tener mucho cuidado.
Nos es superfluo decir que tal advertencia no es atendida en la mayoría de los casos,
mientras que sería tan fácil en este momento, por el empleo del Tratamiento depurativo
Richelet desembarazarse, de una vez, de una incomodidad exterior desagradable y de
un mal interior muy temible. Una vez terminado el tratamiento, la sangre viciada no
solamente está purificada, sino que está regenerada. Además de la certeza de la cura-
ción, el Elixir Dépuratif Richelet aun ofrece ventajas preciosas. Estas consisten en la
simplicidad del tratamiento que no exige ni descanso, ni cesación del trabajo. Todas las
personas que necesitan refrescar, purificar, clarificar la sangre y desembarazarla de los
humores que contiene han de hacer uso de este depurativo y así evitarán los gastos de
medicamentos y de tratamientos sin resultado que anuncian por todas partes. Todos los
ensayos tuvieron buen éxito, y no se ha producido jamás una recaida, después de la curación
(texto como en el original; cursivas añadidas por el autor).
16
El término corresponde a la infección del folículo piloso de la barba (foliculitis).
260
Figura 84. Domingo 5 de noviembre de 1911, núm. 3729, p. 5.
17
La expresión Ecce Homo corresponde a las palabras de Poncio Pilatos al mostrar públicamente a
Jesucristo, coronado de espinas y azotado antes de su crucifixión.
261
Figura 85. Jueves 15 de mayo Figura 86. Miércoles 17 de mayo
de 1913, núm. 4263, p. 5. de 1911, núm. 3786, p. 4.
manchas en la cara y contra la caída del cabello, y el luego muy popular em-
plasto Monópolis (figura 87) para curar heridas, llagas, tumores, úlceras, golpes
y etc. A su vez, el doctor Enrique Hernández y Ortiz, productor de varios
remedios (véase el apartado sobre productos nacionales) convocaba a los
enfermos de la piel a acudir a su casa, atrás del Palacio Nacional, fundada en
1885 (figura 88).
La levadura de cerveza importada de Francia y anunciada como Cerevisina
(figura 89), no se preconizaba para mejorar la composición de la flora intestinal
o por su contenido nutricional (complejo vitamínico B), sino para tratar en-
fermedades de la piel, en primer término furúnculos, pero también urticaria,
acné, psoriasis, herpes y eczema. El fundamento era la idea de que, para su cura,
dichos padecimientos requerían el restablecimiento del estado general del
enfermo. Y en efecto, la levadura de cerveza fue preconizada en la medicina
262
Figura 89. Sábado 6 de diciembre
de 1911, núm. 4468, p. 5.
Se ha dicho y con razón que unos dientes sanos son el pronóstico más seguro de la
longevidad. Debemos, pues, tratar de conservar nuestros dientes intactos y sanos. Esto
fácilmente se logra usando con regularidad el dentífrico odol. Es fácil comprender la
importancia enorme de la acción enteramente nueva y peculiar del odol: mientras
que los otros dentífricos no obran sino durante los cortos momentos en que le emplean;
el ODOL por el contrario, ejerce su acción antiséptica por varias horas después de
18
Se indicaba también en el tratamiento de cirrosis, pelagra y anemia perniciosa. Se le consideraba
un complemento nutricional de bajo costo; aunque su contenido en tiamina es pequeño, y aun me-
nor es el de ácido nicotínico, cuya carencia es causante de pelagra, podía utilizarse en grandes canti-
dades (Osol y Farrar, 1947: 1290).
263
Figura 94. Sábado 9
de diciembre de 1911,
núm. 3762, p. 3.
haberse aplicado para el aseo de la boca. El odol penetra en los dientes picados é
impregna las encías, y por este motivo, el antiséptico que en ellas ha penetrado, obra
todavías horas después. Esta notable propiedad del odol es la que produce la asepsia
de la boca, ó lo que es lo mismo, la preserva contra las fermentaciones y putrefacciones
que sin él se producen inevitablemente y ocasionan las cáries de los dientes (texto
como en el original).
Cuando reflexionamos acerca de los miles de microbios que pululan en una boca
desaseada —véase nuestro cliché que reproduce una gota de líquido bucal— entonces
comprendemos cuán repugnante es dejar permanecer nuestra boca y nuestros dientes
en ese estado. No concebimos cómo existen personas ilustradas que no reconocen la
necesidad absoluta del cuidado diario y regular de la boca, no sólo para la conservación de
los dientes, sino también para la salud en general. el odol detiene la marcha progresiva
de los elementos destructores de los dientes. Todas las personas que diariamente usan el
dentífrico Odol cumplen con los preceptos más avanzados que la Ciencia sugiere para
la conservación de los dientes. Esta agua dentífrica antiséptica es la que usan millares
de médicos y dentistas del mundo entero (texto como en el original).
Los fumadores no se dan cuenta de lo importante que es para ellos el aseo diario de la
boca con Odol. Con su uso se quita al aliento ese tufo de nicotina que tan desagradable
264
resulta, sobre todo para las señoras, y los que fuman mucho deberán como precepto de
higiene emplear diariamente el Odol para evitar el ennegrecimiento y la destrucción
de sus dientes (texto como en el original).
El Dentol (agua, pasta y polvo) es, en efecto, un dentífrico que, además de ser sobera-
namente antiséptico, está dotado de un perfume, como ningún otro agradable. Creado
de conformidad con los trabajos de Pasteur, destruye todos los malos microbios de la
boca; impidiendo, por tanto, o curando seguramente las caries de los dientes, las infla-
maciones de las encías y los males de la garganta. En muy pocos días comunica a los
dientes una blancura sorprendente, destruye el sarro y deja en la boca una sensación de
frescura deliciosa y persistente. Su acción antiséptica contra los microbios se prolonga
en la boca 24 horas cuando menos. Aplicado sobre algodón calma instantáneamente
los dolores de muelas por violentos que sean.
265
El discurso del Dentol comparte la reiterada tendencia de atribuir al produc-
to un amplio conjunto de aplicaciones, incluyendo algunas poco verosímiles
para una solución de enjuague oral, como la de curar con seguridad la caries; se
le atribuía también dotar de blancura los dientes, curar los males de la gargan-
ta, destruir el sarro, curar la inflamación de las encías y cortar de tajo los dolo-
res de muelas más violentos, todo lo cual en conjunto supondría una temible
amenaza para la viabilidad de la profesión odontológica. Pero el discurso además
recurre a la figura de Pasteur y a la de los microbios para resaltar el papel “sobe-
ranamente antiséptico” de este remedio secreto. La estrategia publicitaria para
el mismo producto recurría también al fumador como posible cliente, lo que se
puede apreciar en el anuncio que sigue (figura 98), donde entre el hombre y la
mujer se ubica el Dentol, al tiempo que el varón, en afectada pose y atuendo,
oculta el cigarro encendido. La mujer lo interpela en diplomáticos términos:
“fuma cuanto quieras, amigo mío, pero a condición de que antes de
acercarte a mí te has de enjuagar con dentol la boca”.
En efecto, creado el dentol, de conformidad con las doctrinas del sabio Pasteur, des-
truye los microbios nocivos para la boca; impide la formación de caries en los dientes
y destruye ésta de un modo infalible, así como las inflamaciones de las encías y de la
garganta, comunicando a la dentadura en muy pocos días, una blancura brillante y des-
truyendo el tártaro. Deja en la boca una deliciosa y persistente sensación de frescura. Su
acción antiséptica contra los microbios, se prolonga en la boca durante 24 horas como
mínimum. Una bolita de algodón impregnada de dentol, calma instantáneamente
los dolores de muelas, por violentos que sean (texto como en el original).
266
Otro producto de perfil similar eran los polvos dentífricos Sozodont (figuras
99 y 100), exentos de polvo y arena, anunciados como polvos vegetales cuya
publicidad destacaba la antigüedad del producto, aludiendo a su evolución
desde su surgimiento inicial como agua dentífrica, para pasar a polvo de dientes y
luego a pasta dentífrica, de tal forma que al cuidado de los dientes por la noche
se destinaba el agua “para prevenir los efectos de los ácidos que se acumulan en
la boca durante el sueño”, y por la mañana se recomendaban los polvos o la
pasta para pulir la dentadura.
267
Figura 101. Jueves 11 de diciembre de 1913,
núm. 4473, p. 3.
268
Figura 104. Miércoles 19 de julio de 1911, núm. 3621, p. 4.
Si usted tiene dos ó más dientes ó muelas en cada mandíbula, nosotros por el método alveolar
le podemos suplir los faltantes, sin el uso de puentes ó placas quedando en aptitud de
usarlos como si fuesen los legítimos. Al ejecutar este trabajo, seguimos un plano tan
natural como sencillo. No cortamos sus encías ni le causamos molestia alguna. Es un
trabajo que le dicta el sentido común (cursivas añadidas).
269
Como los “dentistas americanos” al parecer marcaban la pauta en este cam-
po, otros estadunidenses más se anunciaban como empleados de la Compañía
Dental Fox (figura 106), supuestamente el mejor gabinete dental de México,
donde se realizaban extracciones sin dolor con Soemnoform.
A su vez, aparece promocionada la fábrica de dentaduras del doctor A. C.
Estrada, cirujano dentista de la Facultad de México, quien las garantizaba por
cinco y 10 años. El anuncio (figuras 107 y 108) se acompaña de la imagen de
unos diablillos destruyendo afanosamente una pieza dental.
En cuanto al cabello, la publicidad del remedio llamado vigor del cabello del
doctor Ayer recurría a la figura de una naturaleza previsora, incorporando la
referencia a un tratamiento constitucional (figuras 109 y 110):
¿Qué es lo que hace? Pone el cabello suave y lustroso, precisamente como la naturaleza
lo había previsto. Limpia la caspa del cuero cabelludo, y elimina así una de las causas
poderosas de la calvicie. Mejora la circulación en el cuero cabelludo é impulsa, como
270
Figura 109. Martes 17 de junio Figura 110. Jueves 9 de mayo de 1912,
de 1913, núm. 4296, p. 8 núm. 3904, p. 5.
consecuencia, el crecimiento del cabello, al paso que ataja la caída. No afecta nunca
el color. Consultad al médico; seguid su consejo […] La caída del cabello es debida a
veces á impurezas en la sangre ó, á debilidad nerviosa. En este caso se adoptará además un
tratamiento constitucional con la Zarzaparrilla del Dr. Ayer, y, con seguridad, se obtendrán
pronto buenos resultados (texto como en el original; cursivas añadidas por el autor).
¿Quereis Tener Cabello Largo y Espeso? Nutridlo como se debe. Todo crecimiento re-
quiere una nutrición adecuada. El cabello no nutrido se hiende en los extremos, vuélvese
gris antes de tiempo, y se mantiene corto y reseco. Nutrid entonces el cabello; emplead
un nutricio del cabello regular. Nutridlo con el Vigor del cabello de Ayer. Restregadlo
bien en el cuero cabelludo.
271
Figura 111. Domingo 4 de abril Figura 112. Sábado 13 de febrero de
de 1909, núm. 3666, p. 4. 1909, núm. 3617, p. 4.
19
El producto se anunciaba también en periódicos españoles, como La Vanguardia (por ejemplo, 21
de noviembre de 1910, p. 3) o ABC (por ejemplo, 12 de abril de 1911, p. 7), con amplios textos ex-
plicativos que señalaban el origen del producto como un derivado de la brea, obtenido mediante un
procedimiento patentado. Recuperado de <http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/1910/11
/21/pagina-3/33359361/pdf.html> y <http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/ma-
drid/abc/ 1911/04/12/007.html>.
273
Figura 119. Sábado 21 de diciembre de 1912,
núm. 4129, p. 3.
20
Para mayor información consulte <http://www.facmed.unam.mx/bmnd/plm_2k8/src/prods/34365.
htm>.
274
Figura 121. Sábado 13 de febrero
de 1909, núm. 3617, p. 4.
¿Es Ud. calvo, tiene el pelo en mal estado (duro ó debilitado) ó se le cae? Pues le con-
viene entonces conocer perfectamente mi verdadero “Hair Grower”: Experiméntelo y
se dará cuenta de su eficacia. No quiero que lo compre si no ha de darle buen resultado,
y por eso voy á hacer á Ud. la proposición siguiente: Si me escribe Ud en los tres días
que vienen le enviaré gratis una caja de mi verdadero “Hair Grower”. Quiero que
use Ud. esa muestra ateniéndose al modo de empleo que le indicaré. Si reconoce Ud.
luego que le da buen resultado y desea más, me complaceré en mandárselo por un precio
reducido. El ofrecimiento de esta muestra absolutamente gratis es la mejor prueba
de la confianza que yo tengo en mi verdadero “Hair Grower” de John Craven-Burleigh.
Lo que deseo ahora es su confianza de Ud. Y conste que en este caso el unico que sale
perdiendo soy yo. A Vd. solo le cuesta una tarjeta postal, franqueada de 4 cents, que me
escriba pidiéndome dicha muestra (texto como en el original).
275
Craven-Burleigh les volvió á salir el pelo y muy poco después tenían la cabeza cubierta
de fuerte y sedosa cabellera. Mi preparación no es un líquido. Preséntase bajo forma de
pomada y su empleo es sencillo y agradable. Surte tan buen efecto en el hombre como
en la mujer sea cual fuere su edad, y es absolutamente inofensiva. Nada envejece tánto
como la calvicie. Nada afea tanto la fisonomía de las personas! (texto como en el original).
Señora: Sabe Ud. que nada impresiona tanto a un hombre como la aparición de una
cana en la cabeza de la mujer amada? Se imagina inmediatamente que los esplendores de la
juventud van palideciendo; su ánimo experimenta una sensación dolorosa. Señor: Sabe Ud.
21
Véase <mywdfamilies.wordpress.com/2013/04/16/trove-Tuesday-beautiful-hair/>.
276
Figura 123. Viernes 20 de diciembre
de 1912, núm. 4128, p. 4.
lo que piensa la mujer al ver en su cabeza o en su barba las primeras canas? Pues se imagina
en seguida que sus facultades tanto intelectuales como físicas empiezan a decaer. Evítense un
mal tan grande. Usen solamente la maravillosa loción-tintura ideal ORINOKA. Ella
ha resuelto el problema de la juventud eterna (negritas como en el original).
Otros remedios para ocultar canas eran la Tintura Hermin (figura 124) y la
tintura Instantánea D. Richards (figura 125).
Producto de fórmula secreta y destinado a la piel y el cabello era también la
Fitaceína, anunciado como remedio vegetal y al parecer de origen nacional (figura
126). Se supone que incidía de manera simultánea en la piel y el cabello: vivifi
cación y blanqueamiento de la piel, retiro de pecas y arrugas, curación de la
acnea y otras enfermedades cutáneas, crecimiento, suavizamiento y ondulamiento
del cabello, limpieza: todo en un mismo preparado vegetal. Ahora bien, si la
falta de pelo en la cabeza de los hombres era signo distintivo de fealdad, la pre
sencia de vello facial en las mujeres era claramente su equivalente. El pelo y el
277
Figura 126. Lunes 20 de abril de 1914, Figura 127. Domingo 12 de abril de 1914,
núm. 4592, p. 5. núm. 4584, p. 4.
el vello superfluo, que tanto afea a las damas quita en un minuto con el
depilatorio solvent (líquido), sin causar daño en la piel y desaparece permanente-
mente usándolo conforme a las instrucciones de cada frasco (texto como en el original).
A su vez, Vaseline (figuras 128 a 131) se presentaba como una línea de reme-
dios domésticos de la Chesebrough Manufacturing Co., y la distribuía Sanborn
Brothers en varias modalidades: blanca perfumada, fenicada, boratada, cold cream,
mentolizada, capsicum, etc. La Vaseline Mentolizada anunciaba así una serie de
pomadas del mismo tipo, incorporadas con éxito en la medicina doméstica.22
Los productores de la pomada anunciaban sus especialidades de Vaseline enva-
sadas en tubos manuables de estaño que sólo hay que oprimir, y la recomendaban
no sólo para “conservar sano y hermoso el cabello, precisamente como la natu-
raleza quiso que fuera”, sino también para aplicarse de vez en cuando en las cejas.
Vaseline promovía también su propia cold cream para “proteger el cutis de la as-
pereza del viento y del sol”, prometiendo que su producto no se haría rancio.
A su vez, la empresa Hershey Medical Co. promovía la Sudorina contra los
dolores y malos olores de los pies (figura 132), presentándola como una mara-
villa científica.
22
Años después, la publicidad de remedios similares en la prensa de otros países refiere su aceptación
previa en México. En España, los anuncios del ungüento Vicks Vaporub decían: “Si bien nuevo aquí,
hace mucho tiempo que el Vicks ha sido el remedio casero favorito en México y en los Estados Uni-
dos” (anuncio de 1932); “Veintiséis millones de madres, en 70 países, han probado y comprobado
este remedio para usted, han aprendido por experiencia que nada hay tan de confianza y tan rápido”
(anuncio de 1934) (Rodríguez Marín, 2007).
278
Figura 128. Miércoles 8 de mayo de 1912,
núm. 3903, p. 4.
Ya no sufrirá Ud. por más tiempo con los pies fríos, los cuales son la causa de más de la
mitad de las enfermedades que afligen á la humanidad. Neumonía, Bronquitis, Reumatismo,
Lumbargo y otras enfermedades, son causadas, y en ocasiones acrecentadas, por la
frialdad de los pies. Dichos males se curan pronto y permanentemente con el uso de las
Entre-Suelas magnéticas del famoso Dr. Wingren. No puede Ud. tener idea del alivio y
comodidad que estas entresuelas imparten, hasta que no haya usted usado un par. Existen
más de 4.000.000 en uso. Siempre hemos de tener presente este proverbio de nuestros
abuelos: “Conserva tus pies calientes y tu cabeza fresca y el médico no llamará a tu puer-
ta.” Podemos seguir este sabio consejo de una manera bien sencilla y á poco costo, con
el uso de las “Entre-Suelas Magnéticas” del Dr. Wingren (texto como en el original).
280
Figura 133. Martes 4 de junio de 1912,
núm. 3471, p. 5.
23
El Radium Corn Cure era una adecuación industrial de los colodiones elaborados tradicionalmente
por los boticarios: un “líquido siruposo, incoloro y amarillento que por evaporación deja una pelícu-
la dura y transparente” (Salvat, 1977: 96-97). Entre los colodiones, al ocuparse de los medicamentos
externos, el farmacéutico queretano Agustín Guerrero consignaba justamente, en su Manual del Far-
macéutico, el Corn-cura; se elaboraba con un colodión compuesto por algodón pólvora, éter sulfúrico y
alcohol, al cual se añadía ácido salicílico y extracto fluido de cáñamo (Cannabis) (Guerrero, 1925:
338-339).
281
Figura 135. Martes 26 de diciembre Figura 136. Lunes 13 de abril de 1914,
de 1911, núm. 3779, p. 5. núm. 4585, p. 8.
282
Figura 138. Martes 12 de mayo
de 1912, núm. 3846, p. 5.
La más perfecta, porque no contiene grasa ni hace crecer vellos. Comunica al rostro un
luminoso blancor, una lozanía y un esplendor tales, que hacen soñar el poético idilio de la his-
tórica Cloe. Da al pecho, la espalda, el cuello y los brazos voluptuosos tonos nacarados, cual si
bajo la epidermis pasaran suaves corrientes eléctricas rejuvenecedoras. Oculta las huellas de la
viruela, y á las carnes les proporciona suavidad de azalea y lindos amorosos tintes de rosa que
despiden perfumes de lilas y el de una juventud fascinadora (cursivas añadidas por el autor).
Ojos y oídos
283
Figura 139. Domingo 12 de abril de 1914, núm. 4584, p. 7.
Multiplex (figura 142), que sirve a su vez como prueba diagnóstica de la agudeza
visual, colocándolo a 30 cm del lector. Del resultado de la prueba derivaba un
pedido de los lentes por correo, cuyos cristales, de acuerdo con la publicidad,
constituían “el descubrimiento más asombroso de la ciencia moderna”.
Un Dr. H. P. Rank se anunciaba como especialista alemán domiciliado en
Filadelfia. En 1911 ofrecía gratuitamente un libro sobre enfermedades de los
ojos, oídos y catarro: “el libro es escrito en español y todo el mundo se acuerda
de mí por haber tenido por muchos años mi clínica en México, la capital” (fi-
gura 143). Dos años después, con otro ojo ilustrando su anuncio (figura 144),
aparece ya remitiendo a su clínica y horario de atención en la Ciudad de Mé-
xico y afirmando: “diagnosticaré su enfermedad y le diré qué método debe seguir,
sin cobrarle por esto. Me intereso en todos los casos difíciles”.
Rank, en otro de sus anuncios de 1913, ofrece evitar la cirugía ocular, pues
cuenta con “un método que sin hacer uso del bisturí ni producir dolor alguno
hace que los ciegos vean”, refiriéndose a las cataratas:
Las cataratas y todas las otras enfermedades de los ojos que causan ceguera, son ocasiona-
das por mala circulación de la sangre en los ojos, siendo esto muchas veces el resultado de
haber abusado de ellos en una época más o menos remota. Se ha esforzado usted en pensar
alguna vez en el complicado mecanismo de estos delicados órganos con sus numerosos
músculos, nervios y arterias […] puede comprenderse la tontería de volverse su utilidad
perdida ó disminuida aplicando el bisturí a cualquiera de sus intrincadas partes. Hay que
pensar en los dolores, sufrimientos, y aún ceguera y muerte que han sido causados por
haber hecho uso del bisturí en los ojos. Hace varios años que descubrí un método para
devolver la circulación natural de la sangre en los ojos, y el cual es tan sencillo, que un
niño puede aplicarlo. Por medio de este tratamiento simple e inofensivo, he devuelto la
vista a miles de personas […] mi tratamiento cura la parálisis del nervio óptico, párpados
granulados, y todas las enfermedades de los ojos.
285
Enderezo, los Ojos Bizcos por un método nuevo, en unos cuantos minutos. Pagaré
$500 en efectivo por cualquier caso que deje de enderezar en dos minutos, sin dolor,
sin vendas, ni cloroformo. Mi método nunca falla. ¿Qué necesidad hay de que las
personas afligidas con esta humillante deformidad pasen su vida sin aplicarse el medio
que tienen en la mano? (texto y negritas como en el original).
Usted sufre con esa terrible y penosa enfermedad que se llama catarro. Hace tiempo
que anhelaba su alivio. Hace mucho que deseaba verse libre de la necesidad de desgarrar,
esputar, del aliento fétido, del constante flujo tan molesto de la nariz, de las mucosi-
dades tan asquerosas que caen en la garganta. sordera. Tal vez está usted sordo con
ruidos en la cabeza al mismo tiempo. Se le ha dicho a usted que una curación ya no era
posible. Ya ha probado hartos médicos y métodos distintos y no ha conseguido éxito
alguno con nada y nadie. escucheme ahora. Aquí estoy ahora para decirle que
puedo curar su enfermedad. Si usted puede curarse en su propia casa por medio de un
método sencillo e infalible que no produce ningún dolor. Usted puede desembarazarse
de una vez todos los inconvenientes, las molestias y los odios de su enfermedad. He curado
a miles de personas y le puedo curar a usted también, si me consulta antes de que sea
demasiado tarde. Estoy dispuesto a dar por un tiempo limitado, una consulta personal
enteramente gratis a todos los que padecen de catarro, sordera o ruidos de la cabeza. Si
usted quiere conocer mi método, conózcalo por lo que he hecho para otros enfermos.
una consulta gratis. He pasado toda mi vida profesional en el estudio de las causas,
efectos y curación de estas enfermedades y ahora le ofrezco hacer partícipes de toda mi
experiencia y ciencia. Las estoy curando con feliz éxito y quiero que Ud. participe de
286
mi éxito y aproveche mi ofrecimiento de una primera consulta enteramente gratuita.
Si le es posible venga usted personalmente a mi despacho; pero si no puede, escríbame
inmediatamente, sin demora. Una tarjeta postal que me dirija, basta para recibir gratis
un libro que explica mi nuevo método seguro de curación, o bien una carta en la cual
me dé los detalles y síntomas de la enfermedad, será también suficiente para recibir mi
dictamen sobre la manera de que usted pueda obtener perfecta curación. Escríbame
hoy mismo pues quizá mañana sea demasiado tarde (texto como en el original; cursivas
añadidas por el autor).
Este libro explica cómo el método usado por el Dr. Rank ha devuelto el oído y la vista
á cientos de personas que se suponían incurables y habían sido desahuciadas por varios
especialistas. Escasamente habrá un estado ó territorio donde no exista una ó más per-
sonas curadas por el Dr. Rank. El método que él sigue, el tratamiento Disolvente, hace
innecesario el someterse a ninguna operación, cualquiera que sea la enfermedad (texto
como en el original).
Asombrosa curación de sordera. Habiendo padecido por más de 25 años una constante
sordera y supuración de oídos, el señor don Rodrigo Rodríguez, que vive en el rancho de
“El Martineño”, Ciudad Guerrero, Tams., medicinóse con infinidad de doctores peritos en
la materia, sin resultado satisfactorio, pues que su enfermedad bajo ningún medicamen-
to cedía. Este señor se dirigió al Sr. Dr. H. P. Rank en busca de alivio, y en término de dos
meses fue curado radicalmente con su tratamiento, lo cual ha llenado de felicidad á dicho sr.
Rodríguez, y ha dejado asombradas á las personas que lo conocieron sordo-tapia. De lo cual
doy fe, porque me consta y lo he visto. pablo navarrete y cortina.- San Ignacio, Mex.,
marzo 6 de 1909 (texto como en el original; cursivas añadidas por el autor).
287
Figura 146. Miércoles 13 de enero Figura 147. Viernes 19 de marzo
de 1909, núm. 3586, p. 3. de 1909, núm. 3651, p. 3.
no mas sordos!! oye ud. bien?? […] Con esta nueva invención la cual está pro-
tegida por muchas patentes, viene á acabar con las trompetas, cornetas, tubos para los
oídos y otros tantos inventos que, además de no haber dado resultado, causan molestias
al llevarlos por su tamaño y aspecto exterior. Nuestro aparato es un pequeño teléfono de
bolsillo, que se adapta al oído y que inmediatamente que se aplica, aumenta las ondas
sonoras de tal manera, que refuerza notablemente la claridad al oír (texto como en el
original; cursivas añadidas por el autor).
Fiebres y calenturas
24
Precisamente ese mismo argumento puede ser de utilidad para fundamentar adecuaciones eventua-
les entre parejas mal avenidas, donde la sordera total o parcial es común.
288
Figura 148. Lunes 11 de
agosto de 1913, núm. 4351,
p. 5.
289
paralelo al reborde de las falsas costillas. Cuando la hipertrofia es considerable, el bazo
forma un enorme tumor paralelo a la línea media, invade el hipocondrio izquierdo y
predomina sobre las regiones vecinas. El bazo hipertrofiado da una sensación de pe-
santez y de tracción.
Este específico ha sido ensayado en todos los lugares de la República donde las
calenturas son endémicas y especialmente en las costas y en lugares pantanosos, el
resultado obtenido siempre ha sido muy lisonjero. Los médicos que residen en las
zonas tropicales recomiendan siempre el ESANOFELE, como el más eficaz y seguro
de sus efectos, pues aun los casos más rebeldes han cedido á su influencia. Este me-
25
Graduado como médico en 1883 (Castañeda de Infante et al., 1988: 26).
290
dicamento ha salido siempre victorioso donde la quinina sola y otras medicinas, no
dieron ningún resultado.
Un escopetazo drenador
El ejemplo de las píldoras vegetales Indianas de Wright (figura 153), “Gran Éxito
durante más de medio siglo”, ilustra el caso de los remedios compuestos de diver-
sas plantas, prescripciones estandarizadas de fórmula secreta que podrían abarcar
una amplia gama de problemas, dada su composición múltiple; sin embargo, en
la lógica subyacente en ésta no mediaba necesariamente una perspectiva clínica.
Lo que hoy puede considerarse en fitoterapia clínica como un drenaje simul-
táneo de diversos emuntorios (Duraffourd y Lapraz, 2002: 324-329)26 es men-
cionado en el anuncio como “vías naturales de desahogo”, un escopetazo que
supone tener bastante ocupado al paciente, porque de acuerdo con la publicidad
de las píldoras vegetales Indianas, estas implican la posibilidad de purgarlo, ha-
cerlo orinar, expectorar y sudar:
un verdadero purgante vegetal de mayor eficacia que otras medicinas de esta índole ya
ofrecidas al público. Estas píldoras contienen en combinación ciertas raíces y yerbas,
26
Emuntorio: “cualquier conducto, canal u órgano excretor”, “depurante, excretorio” (Salvat, 1977: 158).
291
siendo la propiedad de una Sudorífica, otra Diurética, la tercera Expectorante, la cuar-
ta Catártica. Por consiguiente, por una sola operación, las vías naturales de desahogo
de los Riñones, del cutis, de los pulmones y del estómago, se abren bajo la acción del
medicamento, eliminando así del cuerpo, todas las enfermedades que afecten las partes
nombradas (cursivas añadidas por el autor).
Sin embargo, como sucedió con otros tantos remedios secretos de la época,
la publicidad de las píldoras vegetales indias de Wright fue señalada en 1916 como
fraudulenta, falsa y desorientadora por el gobierno norteamericano, en cuanto
a que se afirmaba que podían curar la fiebre amarilla, viruela, erisipelas, consun
ción, cáncer, enfermedades venéreas, parálisis, epilepsia y “otras condiciones
demasiado numerosas como para ser nombradas” (Cramp, 1921: 630).
El ejercicio físico
292
Sin embargo, de manera contrastante, la publicidad de una empresa aún hoy
existente, la Spalding, ocupaba el nicho comercial del ejercicio físico (figura
155) involucrando a toda la familia y afirmando de manera categórica que “para
conservar la salud hay que hacer ejercicio. Haciéndolo se evitan enfermedades
y sufrimientos y se economiza dinero, pues no se gasta en médicos ni medicinas”.
Lo que habría que adquirir, por consiguiente, eran “aparatos sencillos a colocar
en cualquier parte de una recámara”.
La familia aparece entonces de manera conjunta, aplicada de manera diligen
te al ejercicio físico prescrito, gracias a la mediación de los aparatos publicitados.
Alcoholismo
Figura 156. Sábado 16 de agosto de 1913, Figura 157. Doctor Leslie E. Keeley
núm. 4356, p. 5. Fuente: White, 1998.
293
Illinois. Para 1895 ya se habían establecido 81 sucursales por todo Estados
Unidos y otras más fuera de ese país, una de ellas en Puebla. En 1966 cerró el
último establecimiento que funcionaba de la cadena —el inicial— al no poder
operar más como un negocio lucrativo, dado el surgimiento de servicios guber-
namentales de apoyo a alcohólicos (Spence, 1966: 413).
Los anuncios del Keeley Institute of Puebla ofrecían la curación del hábito
del morfinismo en seis semanas (figura 158), convocando además a los señores
militares por si tenían algún amigo que desgraciadamente se hallase “dominado
por el hábito del alcohol, tabaco, opio, morfina o demás drogas” (figura 159),
lo que refleja no sólo la confrontación armada de entonces, sino la distribución
diferencial de las adicciones si hemos de tomar por cierta la reiterada alusión
al consumo de mariguana entre los soldados de nivel más bajo del ejército, pues a
ellos no iba destinado el llamado a los “señores militares”; de hecho, la adicción
a la mariguana no figura en la relación del anuncio, tal vez por ser una “droga
294
de baja alcurnia”. En otro anuncio del mismo instituto (figura 160), aparece su
Sanatorio para alcohólicos, mencionando además el tratamiento de las neuras-
tenias y el “hábito del cloral”.
La experiencia del Keeley Institute fue controvertida; su creador falleció sin
haber revelado la composición precisa de su doble cloruro de oro y de otros re-
medios que se utilizaban en su clínica, y sin confirmar los diversos análisis que
se llegaron a practicar sobre ellos; y si bien su socio Oughton reconoció que las
inyecciones tenían “eméticos, antagonistas y tónicos”, nunca dio a conocer
tampoco su composición exacta.27 Sin embargo, White (1998) ha señalado que
el legado principal del Instituto Keeley no reside en esos remedios, sino en otros
aspectos del abordaje del alcoholismo:
Keeley fue notoriamente exitoso en atraer a muchos alcohólicos y otros adictos hacia su
tratamiento. Declarando que su condición era producida por una enfermedad y no por
un vicio, prometiendo dar alivio a la incomodidad física resultante de la recuperación y
permitiendo cierta libertad entre los adictos, los institutos Keeley llevaron a tratamiento a
una considerable cantidad de alcohólicos […] Sus agresivas campañas también ayudaron
a educar al público […] disminuyendo el estigma de la adicción y aportando un equilibrio
ante la satanización del adicto, en boga por los movimientos prohibicionistas de la época
(White, 1988: cap. 7, pp. 16-17; cursivas añadidas por el autor).
27
“Keeley aseguraba haber descubierto un “específico” que curaba la ebriedad al eliminar de manera
permanente el ansia morbosa de tóxicos a nivel celular. El Instituto Keeley inició, en efecto, muchos
tratamientos, pero no existió en los hechos tal “específico”. Si hubiera existido, el rechazo de Keeley
a revelar su composición hubiera constituido un abuso inaceptable desde la ética médica, justifican-
do todas las críticas que recibió. Los posibles ingredientes de su Doble Cloruro de Oro y de sus tóni-
cos —alcohol, atropina, estricnina, apomorfina— ayudaban en efecto a la desintoxicación, y las
tomas generaron repulsión hacia el alcohol (al menos en aquellos cuyas tomas provenían de la mis-
teriosa y temida botella azul)” (White, 1998; paréntesis en el original). Véase <http://dig.lib.niu.edu/
ISHS/ishs-1966winter/ishs-1966winter-413.pdf> y Barclay (1964): <http://dig.lib.niu.edu/ISHS/is-
hs-1964winter/ishs-1964winter-341.pdf>.
295
Figura 161. Lunes 20 de septiembre de 1909, núm. 3825, p. 4.
La creación de Keeley de una atmósfera de apoyo en la cual los adictos eran tratados
con confianza y respeto y animados a apoyarse entre sí, se anticipó en casi un siglo a los
usos terapéuticos modernos del hoy llamado “medio dinámico”. Los institutos Keeley
combinaban una atmósfera familiar y un efusivo entusiasmo […] con los métodos físicos
de tratamiento (White, 1998: 17).
Una química especial ocurría en las relaciones que había entre aquellos que formaban
fila cuatro veces al día esperando sus tomas, y [también] entre aquellos que las recibían
y las entregaban: como sabemos, muchos de los médicos mismos que trabajaban en el
Instituto eran a su vez alcohólicos recuperados. Jim Baumohl y Cheryl Walsh sugirie-
ron de manera independiente que parte de la eficacia de este medio era su llamado a la
camaradería y la dignidad. Los “hombres de Keeley” eran apoyados para enfrentar sus
tomas animosamente y luego para proclamar públicamente y de la manera más notoria
posible su recuperación del alcoholismo. Los hombres eran desafiados a restaurar su
identidad y su orgullo personal como hombres, soltando las amarras de la ebriedad y
haciéndose cargo de su propia reforma personal […] El espíritu de apoyo mutuo naci-
do de los institutos Keeley y formalizado en las ligas Keeley fue la fuente de muchas
recuperaciones permanentes. Keeley integró elementos que continuaron a través de la
296
historia: la desintoxicación con apoyo médico, la conceptualización del alcoholismo como una
enfermedad, un medio de apoyo mutuo entre aquellos sujetos a tratamiento, la restauración
tutelada de la salud física y emocional y, algo no insignificante, un amuleto que instrumentaba
la propensión de los adictos hacia el pensamiento mágico y los ayudaba durante las primeras
semanas y meses de tratamiento. Tanta atención se ha dado al misterioso medio de la
cura de Keeley —la fórmula del “Doble Cloruro de Oro”— que la mayor parte de los
críticos ha fallado en apreciar el poder curativo del medio de tratamiento existente en
cada Instituto Keeley. En síntesis, fue el medio, y no el medicamento, el aporte mayor
del doctor Leslie Keeley (White, 1998: 17) (corchetes y cursivas añadidos por el autor).
No Bebas más, este vicio no es más que nuestra ruina. Ahora es posible curar la pasión
por las bebidas embriagadoras. Los esclavos de la bebida pueden ser librados de este vicio.
Una cura inofensiva llamada Polvo Coza ha sido inventada: es fácil de tomar, apropiada
para ambos sexos y todas edades y puede ser suministrada con alimentos sólidos ó bebidas,
sin conocimiento del intemperante. Todas aquellas personas que tengan un bebedor en
la familia ó entre sus relaciones, no deben dudar en pedir la muestra gratuita del Polvo
Coza. El Polvo Coza puede ser obtenido en todas las farmacias y en los depósitos al pie
indicados. Para adquirir la muestra gratuita, diríjase directamente a Inglaterra (negritas
en el original).28
297
El caso del polvo Coza que se anunciaba en nuestro país a principios del siglo
pasado es significativo, porque ejemplifica el esfuerzo ya referido que entonces
realizaba el órgano de la asociación médica británica, el British Medical Journal,
por develar el contenido de muchos remedios secretos, en una tarea de salud
pública que resulta ilustrativa hoy para México, respecto al papel que debe
desempeñar de mejor manera la clase médica y el mismo Estado en la protección
de la población.
En el número del British Medical Journal correspondiente al 10 de abril de
1909, en el apartado número 23 de una sección de la revista destinada a publi-
citar los resultados del análisis de ciertos productos, en este caso el de determi-
nadas Inebriety cures,29 se publica una nota sobre la composición de diversos
remedios secretos contra el alcoholismo. El primero de ellos es precisamente el
Coza Powder anunciado en El País; ahí se consigna un resumen de lo que los
productores del remedio afirmaban en un libro de promoción:
29
British Medical Journal, 10 de abril de 1909, véase <http://www.bmj.com/content/1/2519/909.full.pdf>.
298
Figura 163. El Castellano, Diario de
Información, Toledo, 7 de febrero
de 1924, vol. XX, núm. 5069, p. 3.
30
El Castellano, Diario de Información, Toledo, 7 de febrero de 1924, vol. XX, núm. 5069, p. 3, véase
<http://biblioteca2.uclm.es/biblioteca/CECLM/ARTREVISTAS/NUEVO/castellano/Pdf/5069(7-
2).pdf>.
31
Como tantos otros hallazgos en farmacología, el del efecto del disulfiram fue más el producto de la
observación de situaciones no planificadas que el resultado de un estudio específico programado para
analizar determinados efectos. La introducción del disulfiram surgió muchos años después del caso
del Polvo Coza, a partir de los trabajos iniciales de Williams en 1937 y de Hald et al., en 1948 (Good-
man y Gilman, 1978: 125).
32
Fue en 1948 cuando se estableció en Inglaterra el primer ensayo clínico doble ciego, tomando en
cuenta el efecto placebo (es decir, sin que el contenido del “tratamiento” sea conocido por quien lo
dispensa ni por quien lo recibe), para lo cual, además de la estreptomicina, se utilizó un medicamen-
to ficticio en un grupo de tuberculosos (Medical Research Council, 1948; Yoshioka, 1998).
299
Figura 164. Sábado 18 de noviembre de 1911,
núm. 3741, p. 6.
Fácil de administrar sin que se sepa. No afecta al paciente en nada más al vicio. Si tiene
usted un esposo, hermano, padre ó hijo, quien ha dado la palabra para dejar el uso de
bebidas alcohólicas y no lo ha hecho, es porque tiene la enfermedad del “alcoholis-
mo” y no la puede abandonar. Si usted quiere librarlo de ese vicio horrible, consígase el
famoso específico del Dr. Hershey, contra el alcoholismo. Se puede administrar en té,
café y refrescos, sin que lo sepa y sin afectar en nada, más que al vicio, que, por arraigado
que esté, se cura infaliblemente (texto como en el original).
Cura completa con el específico del altruista y eminente Dr. Herrmann Graf, de la
Universidad de Berlín (Alemania) y de cuya carta al otorgarnos la Agencia General
para la República Mexicana, traducimos lo que sigue: “El alcoholismo no es un vicio,
es una enfermedad curable. El organismo irritado del enfermo encuentra en el alcohol
un calmante momentáneo que le consuela. Haced que cese esta irritación y cesará lo
que llamáis vicio.” […] Desde la primera toma el enfermo deja de sentir la necesidad del
alcohol. Neutraliza el efecto de este lento, pero seguro veneno, el alcohol, impidiendo que
sea absorbido. La medicina roba al alcohol todos sus principios tóxicos y podéis dársela
mezclándola con toda clase de alimentos, evitando así la extenuación y sufrimientos de
una naturaleza que se envenena (texto como en el original).
300
Figura 166. Miércoles
22 de mayo de 1912,
núm. 3917, p. 6.
301
Figura 168. Jueves 11 de diciembre de 1913, núm. 4473, p. 4.
Diversos implementos eran promovidos para evitar las temibles cirugías, como
los bragueros y las fajas abdominales; los primeros recomendados en hernias y
las segundas contra la obesidad, para el embarazo y en enfermedades de la
cintura.
Dichos implementos eran ofrecidos por el ortopedista Augenio Villain (figu
ra 170), ubicado en la calle de Motolinía, en el centro de la Ciudad de México,
precisamente donde un siglo después se siguen ofreciendo en venta aparatos
ortopédicos y diversos instrumentos e insumos médicos.
302
Figura 170. Sábado 7 de junio de 1913, Figura 171. Sábado 18 de febrero
núm. 4286, p. 5. de 1911, núm. 3661, p. 3.
Jamás había conseguido detener mi hernia durante 35 años que hace la tengo, habiendo
comprado más de 20 clases de bragueros, y entre ellos unos de París y otros de Londres,
y todos anunciados y recomendados, por lo cual dudaba tuviese éxito con el suyo (texto
como en el original).
303
Figura 172. Miércoles 3 de septiembre Figura 173. Miércoles 4 de junio de 1913,
de 1913, núm. 4374, p. 5. núm. 4283, p. 5.
en Inglaterra, sino también en todo el mundo. Cuando digo curar, no quiero simplemente
significar que suministro un braguero, almohadilla u otro aparato, que tendrá que usarse
continuamente por los pacientes con objeto de conservar su quebradura en su lugar, Yo
quiero decir que mi sistema permite a la quebradura dejar de tales irritantes aparatos y
convierte la parte tan buena y fuerte como antes de ocurrir la quebradura […] Mi libro,
una copia del cual enviaré a Ud. con mucho gusto, explica claramente cómo Ud. puede
curarse asimismo sin dolor o inconveniencia por este sistema. Yo lo descubrí después de
haber sufrido yo mismo por muchos años de una quebradura doble, la cual los médicos
decían era incurable. Me curó y yo me creí en el deber de dar al mundo entero el be-
neficio de mi descubrimiento, con el resultado de que ahora hace muchos años que he
estado curando quebraduras en todas las partes del mundo (texto como en el original).
Una cura significa la cesación de todo sufrimiento, un crecimiento notable del vigor
físico y mental, la facultad de gozar de nuevo las delicias de la vida y muchos años de
304
bienestar y de satisfacción añadidos a su vida […] no descuide, ni por un solo día, este
importante asunto, ni continue usted dejarse atormentar más por bragueros ya hechos,
baratos y comunes. Esta oferta es la más equitativa que jamás se haya hecho y todos los
que padecen de hernia deberían aprovecharla inmediatamente […] Entre los millares a
quienes él [el braguero] ha curado son Sr. Pbro. Luis Batis, 4a. de Guerrero 12. Canatlán,
Durango; Sr. A. Hondal, San Cristóbal Llave, Est. de Veracruz (Dependiente curado á
la edad de 55 años); Sr. F. Carbajal, 3a. de Cuauhtemoc 82, Pachuca, Hidalgo (niño,
edad 11 años). Sr. M. Larraburu, Hacienda de Jaral Grande, Estación de Ceballos, F. C.
C. M., Durango (quebrado por cinco años); y el Sr. T. M. C Lunes, Droguero, Guanapo,
Trinidad, que sufrió de quebradura doble por muchos años (texto como en el original;
corchetes añadidos por el autor).
Todos los importantes descubrimientos en conexión con el Arte de Curar no son hechos
por personas médicas. Hay excepciones y una de ellas es el verdaderamente maravilloso
descubrimiento hecho por un astuto y hábil anciano William Rice. Después de sufrir
de quebradura doble por muchos años, la cual los médicos decían que era incurable,
se decidió dedicar sus energías a tratar de descubrir una cura para sí. Después de hacer
toda clase de investigaciones, leer numerosas obras acerca de la quebradura, etc., se hizo
un verdadero especialista en quebraduras, pero sin hallar lo que deseaba, hasta que por
casualidad vino a parar en lo que verdaderamente buscaba y no solo pudo curarse com-
pletamente a sí mismo, sino que su descubrimiento fue probado en repetidas ocasiones y
en toda clase de quebraduras con el resultado de que todas fueron absolutamente curadas
y los pacientes supieron una vez más cómo gozar de una perfecta salud y poder ir de un
lado a otro sin llevar braguero.
305
Las hernias eran negocio mediado por el correo. Lo anunciado era promo-
vido en Estados Unidos como The Rice Rupture Cure, donde el tal Rice daba
por dirección una de Nueva York. De acuerdo con la American Medical Asso-
ciation (1912: 415-423), la cual denunció diversos Rupture Cures de la época,
en su caso, Rice obtenía sus clientes mediante anuncios no sólo en Inglaterra
y Estados Unidos, sino también en Europa continental. Cuando algún hernioso
contestaba el anuncio enviando el cupón que aparecía en el periódico, recibía
una carta con un folleto correspondiente al Método de Rice. Éste consistía en
el uso de una trusa —denominada por Rice appliance, es decir, aparato o dispo-
sitivo— y la aplicación de un fluido en ella, llamado Developing Lymphol. La
trusa tenía una banda elástica con una almohadilla y una banda interna y ahí
se vertía el líquido, que fue analizado a su vez por químicos de la British Medi-
cal Association, y el cual contenía 60 partes de tintura de Capsicum (red pepper:
chile o pimiento rojo), seis partes de aceite esencial de orégano, una de aceite
esencial de menta (peppermint), 0.3 partes de menta verde (spearmint), coloran-
te rojo, y alcohol en suficiente cantidad para completar las 100 partes.
Sin entrar en el tema de su efecto —eso de verter tintura de chile con acei-
te esencial de menta en la trusa del hernioso podría seguramente, con el apremio
obtenido, hacerle olvidar su condición inguinal—, los analistas destacaban más
el precio del tratamiento, que variaba entre los 9 y 16 dólares; a su vez, cuatro
onzas del líquido a ser aplicado se vendían en 4 dólares, cuando su costo aproxi-
mado para el productor era de 18 centavos, de acuerdo con los químicos ingle-
ses (American Medical Association, 1912: 415).
306
El mecanismo de sugerir el envío de cupones para solicitar textos también era
llevado a cabo por otros médicos o supuestos médicos del extranjero, como era el
caso de un tal doctor James W. Kidd (figura 177), quien ofrecía el envío de una
carta especial de consejos enlistando en el cupón 16 enfermedades a manera de menú,
entre ellas la sangre impura, estrechez, debilidad sexual y debilidad nerviosa, para que
el lector del periódico subrayase la que padecía o la que gustaría padecer.
33
De hecho, la obesidad ni siquiera figura como rubro de tratamiento en el Formulario de la Facultad
Médica Mexicana (Parra, 1921), texto que recogía la experiencia de diversos médicos de todo el país
y que estuvo en uso durante más de medio siglo (Hersch Martínez, 2000: 218-225 y 476-492).
307
contra la obesidad. Aprobado y rceetado por los médicos más notables. (autorizado
por el consejo médico ruso) (texto como en el original).
34
Cabe citar a Lyon (1911: 1535) en ese sentido, ya que su perspectiva conlleva precisamente el
proceso de individualización diagnóstica, soslayado por efecto de la mercantilización dominante en la
terapéutica, y tan contrastante con toda la publicidad analizada: “Hoy se considera a la obesidad no
como una especie de enfermedad debida a causas precisas, sino como un síndrome generado bajo la
dependencia de múltiples causas articuladas entre sí que ejercen su influencia en el mecanismo ner-
vioso regulador de la nutrición. No hay por lo tanto una obesidad, sino obesidades, como hay diabetes,
albuminurias, etc. De esta nueva concepción, más acorde con los datos de la patología general, deri-
van indicaciones terapéuticas más racionales, que intentan adaptarse, en cada caso particular, a la
patogenia de la obesidad. Para curar al obeso conviene, sobre todo, descubrir la causa de su problema
mórbido y tratarla. La acumulación de grasa no es más que un hecho secundario que no amerita concentrar
toda la atención del practicante” (cursivas añadidas por el autor).
308
Sin embargo, en ciertas circunstancias era preciso obrar con más contun-
dencia ante el obeso, y ahí aparecían otras medidas terapéuticas:
Se llegará a ello fijando una ración bien estudiada, que comprenda sobre todo alimentos
acuosos y voluminosos, que engañen el hambre (legumbres verdes, frutas, ensaladas,
caldos, alimentos celulósicos, etc.). A veces se intentará cortar el apetito por ciertas
sustancias nauseosas, tales como la ipeca, pero lo más a menudo con resultados mediocres.
Se usarán purgantes periódicos (Carnot, 1929: 26).
Manquat, otro autor francés, refería que el tratamiento tiroideo había sido
intentado con éxito en la obesidad, con las siguientes salvedades:
¿Debe usted reducir su gordura? Si ha llegado usted al punto, respetable señora ó señor,
de reducir su gordura que le molesta, no se apure. No necesita usted recurrir á las puer-
tas de los gimnasios, ni cansarse su estómago con dietas peligrosas. Usted puede comer
309
cuanto guste y á la hora que más le agrade, y para esto sólo le basta pedir en cualquier
botica ó droguería, la siguiente receta: ½ onza de Marmola, ½ onza de Extracto Fluído
de Cáscara Sagrada y 3 ½ onzas de Jarabe Simple. La Marmola debe venir en paquete
cerrado y sellado. Mézclese en su casa y después tomará una cucharadita después de cada
comida y al acostarse, por varias semanas. Después de esto obtendrá usted una buena
salud; su carne se reducirá paulatina y firmemente á un estado natural y sin molestias.
Después usted dirá: ¡qué simpleza! Afortunadamente sencilla, digo yo. Las cosas más
simples son siempre las mejores (texto como en el original).
310
Figura 181. Jueves 15 de mayo de 1913, núm. 4263, p. 8.
Los recomendadores
Certifico que he empleado las Píldoras Rosadas del Dr. Williams, en cuatro diferentes
casos de simple anemia del desarrollo orgánico. Después de pocas semanas de tratamiento,
los resultados llenaron plenamente mis esperanzas. Por esta razón no dejaré en adelante,
311
Figura 182. Lunes 18 de enero
de 1909, núm. 3591, p. 4.
35
La anemia significa un reducido contenido de eritrocitos en la sangre, o bien, de la hemoglobina
presente en ellos, con lo cual la capacidad de transporte de oxígeno por la sangre se encuentra dismi
nuida. La falta de hierro hace que se altere la síntesis de hemoglobina, pues ésta lo contiene (Lüllman
et al., 1992: 132). Si bien el óxido de hierro contenido en las píldoras rosadas no es tan absorbible
como el sulfato ferroso (Krupp y Chatton, 1982: 332), pudo tener efecto positivo en la síntesis de
hemoglobina de los consumidores de dichas píldoras. En cuanto al sulfato de magnesio, cabe recordar
que los iones de magnesio activan el peristaltismo y por lo tanto tienen un efecto laxante; se utilizan
actualmente para realizar limpieza intestinal previa a algunas cirugías o para acelerar la eliminación
de sustancias tóxicas (Lüllman et al., 1992: 160). El cloruro de magnesio tiene diversas aplicaciones
terapéuticas como oligoelemento (Duraffourd y Lapraz, 2002: 89 y 668-669). La combinación no
estaba exenta de efectos terapéuticos interesantes.
312
Figura 183. Viernes 17 de noviembre
de 1911 núm. 3740 p. 4.
313
Figura 185. Lunes 18 Figura 186. Sábado 18 Figura 187. Jueves 16 de
de enero de 1909, de febrero de 1911, mayo de 1912, núm. 3911,
núm. 3591, p. 4. núm. 3661, p. 3. p. 3.
36
Gama se había graduado en la Escuela Nacional de Medicina en 1878 con dos trabajos: “De la
queratitis y su tratamiento” y “Contribuciones al tratamiento de los estrechamientos de la uretra.
Estudios sobre la uretrotomía de la estema” (Castañeda de Infante, 1988: 49 y 52).
37
Distrofia caracterizada por aumento de volumen de los órganos linfoides y palidez y empastamiento
de los tejidos (Salvat, 1977: 324).
38
Macías se había graduado en 1877 en la Escuela Nacional de Medicina con la tesis intitulada “Es-
tudio clínico de la cloformización”, elaborada conjuntamente con Rafael Lavista (Castañeda de In-
fante, 1988: 43). Si no se trata de un homónimo, se reportan asímismo los siguientes trabajos de su
autoría: “Contribución al diagnóstico patogénico y a la terapéutica de las neuralgias del quinto par”
(1879) y “Estrechamientos uretrales venéreos, cómo se previenen y cómo se diagnostican y operan
sin peligro” (1885), elaborado junto con Francisco Álvarez (Castañeda de Infante, 1988: 54 y 74).
39
Roque Macouzet se graduó en 1899 en la Escuela Nacional de Medicina con la tesis intitulada “El
lavado del estómago en los niños”, elaborada con Lamberto Barreda. Otros trabajos de Macouzet, repor-
tados en la misma institución fueron: “Algunas consideraciones: la epilepsia jacksoniana”, elaborado
con Reynaldo Deffis (1893) y “El concurso de profesor adjunto de clínica de enfermedades de los ni-
ños”, elaborado con Manuel Uribe Troncoso (1898) (Castañeda de Infante, 1988: 90, 105 y 125-126).
314
vino de san germán’ es una buena preparación, tónica y reconstituyente, la
he empleado siempre con buen éxito”.
El fortalecimiento de las células orgánicas es el postulado científico que preside
la publicidad del mismo remedio (figura 188), en un inusual anuncio de dos pla
nas completas en El País, donde los recomendadores son médicos mexicanos
315
cuyas efigies están colocadas en un arco que recuerda la disposición de ángeles
y santos en los retablos religiosos.
El talco era a su vez recomendado por el doctor Carlos Tejeda (figura 189),
profesor de clínica infantil en la Escuela Nacional de Medicina de México.
Otros recomendadores son los políticos. Uno de Colima, Enrique O. de la
Madrid,40 gobernador del estado, supuestamente informaba al doctor Hartman
de los buenos resultados obtenidos con el producto Pe-ru-na (figura 190), que
como vimos en páginas previas, ha sido uno de los más célebres embustes en la
historia de los remedios secretos, reconocido por el mismo Hartman en 1904
(Sullivan, 2007: 30). Tal vez se trata de una metáfora, donde el político, fami-
liarizado con los embustes por su condición profesional, tampoco rehuiría de
los remedios secretos de dudoso efecto, como son a menudo las medidas adop-
40
Gobernó Colima de 1902 a 1911, cuando fue derrocado por la Revolución maderista. Dejó de
aplicarel decreto del 5 de enero de 1882, que consideraba robado el dinero que los peones recibían
anticipado a cuenta de trabajo si abandonaban éste. Durante su gestión, Porfirio Díaz inauguró el
ferrocarril Guadalajara-Manzanillo. Abuelo de Miguel de la Madrid, quedó desacreditado a raíz del
proceso del crimen de Tepames de 1909 (Pineda Gómez, 2014: 97). Para una narrativa del tema y las
maniobras oficiales para bloquear recientemente esa información, consúltese Ortoll (2009) y <http://
www.letralia.com/ed_let/14/20.htm>. Murió en 1935 (Garibay, 1964: 862).
316
Figura 191. Martes 11 de mayo
de 1909, núm. 3698, p. 4.
tadas por su gremio. De acuerdo con la publicidad (figura 191), otro gobernador
supuestamente agradecido a la Pe-ru-na era el de Zacatecas, Eduardo Pankhurst,
como parte de un conjunto de “gobernadores, cónsules, miembros del Congre-
so, embajadores y representantes de diferentes repúblicas americanas”. Pankhurst
(1840-1908), periodista, abogado, magistrado, catedrático y político, llegó a ser
secretario de Gobernación en el gabinete de Porfirio Díaz antes de gobernar su
estado natal (Garibay, 1964 :1179). Su renombre no provenía, como es ahora
el caso de tantísimos gobernadores, de su conducta criminal. Los publicistas se
abstenían de aclarar que Pankhurst había ya fallecido antes de publicarse el
anuncio del remedio que tal vez contribuyó a su marcha.
Otro político, un tal Licenciado E. Pimentel, ex gobernador de Oaxaca (fi-
gura 192),41 expresaba en supuesta carta de agosto de 1906 , el notable provecho
del específico medicinal Peruna. Tantos políticos recomendando un mismo pro-
ducto, generarían hoy con sólido fundamento su categórico rechazo.
Tal fue la relevancia del político como recomendador, que Francisco I. Ma-
dero aparece avalando las aguas minerales Cruz Roja de Tehuacán como las
mejores (figura 193).
41
Este E. Pimentel parece ser el oaxaqueño Rafael Pimentel, en efecto gobernador interino, pero de
Chihuahua, en 1892, gobernador de Chiapas entre 1899 y 1903, y luego senador por Oaxaca en
1913. Como gobernador de Chihuahua, este recomendador de la panacea reprimió la rebelión indí-
gena de Tomochic y como senador exigió la renuncia de Madero y apoyó a Huerta (Garibay, 1964:
1120), lo que nos hace sospechar que consumió demasiada Pe-ru-na.
317
Figura 192. Miércoles 8 de mayo de
1912, núm. 3903, p. 6.
Muy Sr. Mio: —Tuve el gusto de recibir las dos botellas que Ud. se sirvió enviarme que
contienen el famoso remedio contra el catarro. Al dar a Ud. las gracias por tan valioso
obsequio, me es grato hacerle presente que, la persona á quien pasé dicha medicina para
su uso, me ha asegurado que ha obtenido un resultado satisfactorio de su aplicación; en
consecuencia, como un testimonio de gratitud y de justicia me encarga decir á Ud. que
318
Figura 195. Martes 7 de septiembre de 1909,
núm. 3812, p. 3.
su remedio “La Peruna” es excelente para la curación del catarro. Soy de Ud. con el
mayor placer su atto. y afmo. s.s. juvencio robles (texto como en el original).
Poco tiempo después del anuncio, que data de septiembre de 1909, Robles
cambatió al movimiento maderista; en 1912, ya bajo órdenes de Madero, dirigió
las acciones de las tropas federales en contra de los zapatistas en Morelos, estado
del cual fue gobernador en 1913 durante el gobierno espurio de Victoriano Huer-
ta. Sus campañas se caracterizaron por la saña sistemática mostrada contra el
campesinado, al incendiar y devastar los pueblos, ultrajando y masacrando pobla-
ciones en una campaña de exterminio deshonrosa para el ejército.
Otro ejemplo de recomendación castrense es la del general francés Verdal y
del ya referido Dentol (figura 196):
319
El general no especificaba si la petición de parte de esas personas era la de
usar ellas el producto, o bien, todas ellas consideraban necesario que el mili-
tar lo usase. En todo caso, el discurso publicitario que sigue a la supuesta
misiva refleja el momento determinante que se estaba viviendo para la llama-
da era bacteriana en medicina, y destaca el efecto antiséptico del dentífrico y
los trabajos de Pasteur para aludir a las propiedades destructivas de la mer-
cancía en promoción contra los malos microbios. Posiblemente, dado su
efecto analgésico, contaba entre sus ingredientes con el aceite esencial de
clavo (eugenol):
El Dentol (agua, pasta y polvo) es, en efecto, un dentífrico que, además de ser soberana-
mente antiséptico, está dotado de un perfume, como ningún otro agradable. Creado de
conformidad con los trabajos de Pasteur, destruye todos los malos microbios de la boca;
impidiendo, por tanto, ó curando seguramente la caries de los dientes, las inflamaciones
de las encías y los males de la garganta. En muy pocos días comunica á los dientes una
blancura sorprendente, destruye el sarro y deja en la boca una sensación de frescura
deliciosa y persistente. Aplicado sobre algodón, calma instantáneamente los dolores de
muelas, por violentos que sean… (cursivas añadidas por el autor).
320
Otra recomendación proveniente del gremio era la obtenida para la Creo-
fosfatina, ya referida en el anterior capítulo, y donde el presbítero Manuel
P. Tejada afirma, muy en el tono de su profesión, respecto al remedio (figura
198):
Cumplo con un deber sagrado y por todos títulos de justicia, al enviar un voto de gracias no
sólo en nombre mío, sino también de algunos respetables sacerdotes compañeros míos,
por el alivio que hemos experimentado […] con franqueza le manifiesto que muchos
de nosotros ya decepcionados por inveteradas enfermedades del pecho, garganta y pul-
món, contraídas por lo arduo y laborioso de nuestro ministerio, no encontrábamos una
medicina que si no nos aliviara, por lo menos mitigara nuestros sufrimientos y parece
que la Providencia nos ha deparado esta prodigiosa medicina […] Ojalá que el público
convencido de la eficacia de esta medicina llegue á comprender en donde puede encon-
trar su salvación, yo por mi parte procuraré no sólo extenderla entre los Sacerdotes, sino
también entre mis feligreses (cursivas añadidas por el autor).
321
Figura 199. Miércoles 18 de junio Figura 200. Domingo 1 de enero de 1911,
de 1913, núm. 4297, p. 8. núm. 3614, p. 3.
en este caso al doctor Mendizábal y su Instituto Médico, por parte del Presbí-
tero Fray Ildefonso Ortega (figura 199), religioso agustino de San Nicolás To-
lentino de Michoacán, fechada en Celaya, Guanajuato, en mayo de 1913:
Durante muchos años padecí Diabetes y esta enfermedad fué minando mi salud hasta
llegar a producirme un estado serio de gravedad. En 21 días he sido curado radicalmente,
y esta curación muy bien puede considerarse como un milagro portentoso que Dios quiso
hacerme por mediación de usted que es mi salvador. Actualmente me encuentro fuerte
y gozando cada día de mejor salud. Siempre pediré al Señor de Todas las Misericordias
que siga iluminando á Ud. para bien de la humanidad que sufre.
En otros casos, son los remedios secretos creados por curas los que reciben
publicidad, como es el caso de la Boisson Blanche del cura Antonin Magnat
(figura 200), recomendado contra tifo, escarlatina, sarampión y viruela.
Los artistas también tenían algo que recomendar, y más si se dedicaban al
teatro, como es el caso de la actriz mexicana Virginia Fábregas, quien aparece
elogiando a la ya referida Peruna (figura 201). Con la ingesta de dos frascos
había desaparecido su catarro y aumentado su salud y vitalidad, refería la artista,
en los mismos años en que el productor del remedio reconocía que era un embuste.
Hemos mencionado ya las recomendaciones de artistas franceses respecto al
Dentol, al tiempo que la española Carolina Otero, exitosa bailarina en París,
debía al producto una parte de su suerte (figura 202):
Unas cuantas tournées por las capitales de Europa, le dan fama y dinero, y en Folies-
Bergéres crea canciones que se bailan con aplauso, en Marigny cultiva la pantomima, y
322
Figura 201. Martes 4 de febrero de 1913, Figura 202. Miércoles 13 de marzo
núm. 4173, p. 7. de 1912, núm. 3847, p. 8.
por su talento como por su belleza se apodera del público en los principales music-halls
[…] Todos estos encantos han contribuido, sin duda, en gran parte, á los triunfos de tan
singular artista, pero no es menos cierto que también debe a Quina Laroche el conservar
todavía su gracia, su agilidad y su frescura.
Sin embargo, los recomendadores no tenían que ser tan brillantes, venales,
marciales, canallas, piadosos o glamorosos para proveer de testimonios al mar-
keting; tenemos el caso de un trabajador manual reconociendo los méritos del
alquitrán Guyot (figura 203):
un herrero feliz. 14 de abril de 1896. Muy señor mío: soy herrero de profesión.
Con frecuencia he visto turbado mi sueño por una opresión grande que me asaltaba
durante la noche, y muchas veces también al despertarme, muy particularmente cuando
el tiempo estaba húmedo y de niebla; y esa opresión era á veces tan fuerte que apenas
si me dejaba respirar. Al mismo tiempo sufría de una tos continua y los accesos dura-
ban siempre, cada uno, de veinte á veinte y cinco minutos cuando menos. Tenía por
costumbre tomar una taza de leche bien azucarada, ó de café solo, antes [de] irme por la
mañana al trabajo (corchete añadido).
323
Figura 203. Lunes 27 de mayo de
1912, núm. 3922, p. 5.
324
productos nacionales y
anuncios de ocasión o clasificados
Además de los remedios que se publicitaban por separado, El País contaba con
una sección de anuncios clasificados, donde, entre otros rubros, aparecían el de
“Médicos titulados” y el de “Medicinales“. Dicho apartado se utilizaba princi-
palmente para dar a conocer específicos de origen nacional, tal vez por ser
menos costosa su publicidad, al tratarse de textos breves y carentes de ilustra-
ciones. El diario mismo anunciaba su sección de anuncios (figura 205).
Por otro lado, la información que sobre enfermedades aparece en El País
incluía una sección denominada “Enfermos”, dedicada a dar cuenta de los mis-
mos entre la clase acomodada de la capital, usualmente convalecientes en sus
residencias (figura 206).
325
ataque de ansiedad, cuyo remedio sería la compra de un buen discurso median-
te el pago adelantado de 10 pesos (figura 207). Las contrariedades y desengaños
podían a su vez ser enfrentados mediante apoyo moral ofrecido en el diario (fi-
gura 208); otros anuncios, al ser publicados, permitirían atenuar la afección
melancólica producida por la ausencia de la amada, aunque si ésta no consul-
taba la sección de anuncios clasificados o era analfabeta, el vehemente buscador
tenía menos oportunidades de hallarla (figura 209). El anuncio clasificado
prevendría además la complicación de otro tipo de afecciones angustiosas de
orden económico, como la producida en un padre por un hijo demandante o
deudor (figura 210), o la generada entre corredores de caballos ante la eventual
“debilidad de las patitas” de sus animales (figura 211).
326
Figura 211. Domingo 2 de noviembre de 1913, núm. 4434, p. 6.
42
Garduño se graduó en la Escuela Nacional de Medicina en 1888 con la tesis “Indicaciones y con-
traindicaciones de algunos agentes terapéuticos en obstetricia”; otro trabajo de su autoría fue “Abs-
cesos del hígado” (1889), elaborado conjuntamente con Rafael Norma (Castañeda de Infante, 1988:
83 y 89).
327
Figura 214. Martes 12 de octubre
de 1909, núm. 3847, p. 3.
En otro anuncio clasificado se afirmaba: “no sea Ud. desgraciada sin hijos:
tome Fecundating Tablet, absolutamente eficaces e inofensivos, y los tendrá”:
la conformación del texto llevaría a preguntarse si cualquier padre o madre, en
efecto, desea tener hijos eficaces e inofensivos.
Algunos de los remedios aparecen en los anuncios clasificados de manera
subordinada a la publicidad de servicios médicos. Es el caso de los específicos
vegetales (figura 215) contra enfermedades de la sangre, reumatismo y parálisis
que promovía un tal doctor P., quien no consignaba la dirección de su consul-
torio, sino un apartado postal, y la interesante mención: “honorarios después
de la curación”.
Otra constante en la publicidad de los médicos es la mención de la afección
que atendían, como es el caso del ya referido José M. Hidalgo respecto a la tu-
berculosis (figura 216), de Arturo Palmero y las enfermedades de la cintura (figura
217) y de Miguel Mendizábal y Ernesto Duplan y su Instituto Médico de Agentes
Físicos (figura 218), también especializado en diversas enfermedades de la mujer.
328
Figura 217. Viernes 26 de diciembre de 1913, núm. 4488, p. 5.
329
Figura 219. Jueves 11 de diciembre de 1913, núm. 4473, p. 5.
330
Figura 220. Domingo 2 de noviembre de 1913, núm. 4434, p. 3.
Magnesia han sido tan asombrosos, que cada día es mayor su consumo; al extremo de
que la hoy propietaria —también mexicana— tiene el proyecto de instalar la Fábrica
dentro de la República Mexicana, teniendo ya adelantados los trabajos para su implan-
tación. El asombroso éxito alcanzado del Producto Mexicano — Magnesia Márquez
“Padre”— ha dado lugar que de otras naciones se fabriquen productos con parecido
nombre —queriendo ponerlos al igual— que el producto mexicano.
332
Figura 224. Domingo 5 de noviembre
de 1911, núm. 3729, p. 4.
hacia la ruina van irremisiblemente esos pobres seres humanos cuyas fuerzas físicas y
nerviosas se debilitaron tanto, que están a punto de desvanecerse completamente. Es
que en sus organismos hubo un agotamiento progresivo, de los principales elementos
que constituyen estas fuerzas indispensables y vivificadoras, y es preciso por lo tanto
reponerlos inmediatamente. Tres productos medicinales contienen al completo estos
elementos, y son: la kola, para los múscuslos, el glicerofosfato de cal, para el cerebro,
la hemoglobina, para la sangre. Asociar estos tres compuestos en uno solo que formase
333
Figura 227. Lunes 17 de julio de 1911,
núm. 3619, p. 6.
334
Figura 228. Jueves 8 de junio
de 1911, núm. 3580, p. 5.
43
Por ejemplo, justo en la época de estos anuncios y respecto a esta enfermedad ligada estrechamente
a las condiciones de pobreza y falta de servicios higiénicos básicos, está el caso del incremento neto
de casos de tifo exantemático en 1915 y 1916 en la ciudad de Puebla, analizado por Cuenya (2008).
335
En efecto, de acuerdo con el Formulario de la Facultad Médica Mexicana (Pa-
rra, 1921), obra colectiva ya referida, basada en la experiencia terapéutica de
muchos médicos en ejercicio en diversas regiones del país, aunque no se utili-
zaba tanto como otros recursos —la quina, la canela o la antipirina— en el
tratamiento del tifo, el cloruro de calcio era recomendado por Manuel Aveleyra,
de la Ciudad de México, y por Ernesto González, de Huamantla. El primero
señala su experiencia administrando una poción de cloruro de calcio en casos
de tifo, además de otras medidas como tónicos generales y cardiacos, laxantes
y baños de inmersión, según la sintomatología (Parra, 1893: 967-969).
El caso del específico de J.M Amezcua (figuras 230 y 231), preconizado contra
la avería, es representativo de otros preparados en tres rasgos comunes ya descritos:
su composición secreta, su origen puramente vegetal y la amplia gama de indica-
ciones que se añade a la principal de la sífilis: herpes, eccema, acné, escrófulas,
mal del pinto, llagas, úlceras varicosas, gomas.44 Si bien éstas y las llagas podían
corresponder con las manifestaciones de la sífilis, es claro que otras indicaciones
no, y que posiblemente se trataba de una medicación sintomática de tipo derma-
tológico, aunque el anuncio ofrezca una cura pronta y radical de la avería.
El caso del jarabe calmante de Bustillos (figura 232) también ejemplifica la ver
sión mexicana de los remedios con ese propósito y cuya propaganda tendía
solamente a advertir sobre lo que no contenían, en particular por el uso fre-
cuente de alcaloides procedentes del opio45 en su preparación. La advertencia
en cuanto al contenido o ausencia de derivados de ese narcótico en los remedios
obedecía, en efecto, a su presencia dominante en la farmacia de entonces.
Además de su jarabe calmante y de su vino de Kola-Quina (véase el capítulo
“La tonificación requerida”), la farmacia de Bustillos vendía otro preparado
44
Goma: “tumor que aparece en la sífilis terciaria” (sifiloma) (Salvat, 1977: 241).
45
Sobre el marco histórico de la adicción a la morfina, cocaína, opio y otras drogas y la “sociología
del morfinismo”, véase Escohotado (1994: 45).
336
Figura 232. Lunes 3 de abril
de 1911, núm. 3694, p. 3.
337
Figura 234. Jueves 5 de octubre de 1911, núm. 3699, p. 4.
46
Véase, de Félix Báez-Jorge (s/f), <http://www.uv.mx/lapalabrayelhombre/7/contenido/estado_so-
ciedad/EyS1/articulo1.html>.
338
Figura 236. Sábado 13 de mayo de 1911, Figura 237. Domingo 14 de febrero
núm. 3734, p. 5. de 1909, núm. 3618, p. 3.
Con Privilegio Concedido el Año 1842. Con certificado químico de ser puramente
vegetal. Empleado con mejor éxito en la Sala de Avería de la Beneficencia Española
de México. Setenta años de éxito nunca desmentido en la curación radical de la sífilis
en todas sus manifestaciones y periodos.
una desgracia mortal que comienza con malos modos, enfado, violencia, disgusto,
aun por nada, sabor amargo, boca seca, desabrida, sin apetito: molestia, dolencia o calor en el
340
Figura 243. Lunes 7 de
abril de 1913 núm. 4225
p. 7.
hígado, estómago, vientre, etc.; cansancio, debilidad, pesadez, sueño escaso e inquieto; mente
confusa, abrumada, pletórica de enfado, olvidadiza, sin acierto y que divaga, recordando e
imaginando aun lo que no le interesa, siempre dispuesta a odiar y a manifestar hostilidad, y
rencor de palabra y de acción; piel amarillosa, pálida, demacrada, de aspecto triste y repugnante;
ojos amarillosos, desdeñosos, de mirar áspero y despreciativo; pies fríos, calosfríos o fiebre;
sudores, diarrea o estreñimiento; orina amarillosa y de mal aspecto; esta desgracia, decimos,
que comienza así, termina con frecuencia en la plancha de un hospital después de la
operación en el hígado, que se hace como último recurso, o termina en medio de aflicción
y de dolor intenso, enfado, desesperación y angustia en una cama solitaria y triste, en donde
ya no hay amigos constantes, labios piadosos que animen con frases consoladoras, ni mano
cariñosa que roce con suavidad el rostro hundido en la más completa desgracia, pues a todos
ha alejado la mala cara biliosa, ahuyentándolos con ese mal modo característico que se grava
tan hondamente en el ánimo que cual inmenso abismo impide volver más… Estos trances
lastimeros que se ven muy frecuentemente me hacen decir a quien padezca algo de
esto, que me vea o me escriba oportunamente a fin de evitar con tiempo la agravación
fatal en el hígado, pues dedico mucha atención a las enfermedades biliosas desde 1885,
341
fecha en que se comenzaron a vender
mis Pildoritas Antibiliosas en todas las
mejores droguerías y boticas, con cuyo
producto me basta; pero agradándome
esta profesión y teniendo verdadero
placer en atender a los enfermos de bi-
liosidad, principalmente cuando no han
podido lograr alivio, me veo impulsado
a decirles: Véanme o escríbanme, estoy
a sus órdenes en la 2a calle del Carmen,
21 (a la que se llega andando dos calles
hacia el norte, desde la que está tras del
Palacio Nacional) (cursivas añadidas por
el autor).
342
resultado no se hizo esperar mucho tiempo, pues al tomar el primer tubito, desapareció
otro mal todavía más terrible […] Cada año, al entrar la estación de calores, le retienta
el mal, pero ningún cuidado nos da teniendo esta medicina, porque á los primeros sín-
tomas le damos las Pildoritas y ni quien vuelva á acordarse de que había enfermedad
(texto como en el original; cursivas añadidas por el autor).47
47
Esto de los males que retientan con los cambios de estación o sin ellos, remite precisamente a la
necesidad de una regulación fisiológica de base, particularizada de acuerdo con la condición de cada
paciente postulada en la endobiogenia actual (Lapraz y Clermont-Tonerre, 2017).
48
El mismo periódico El País publicaba una nota sobre la presentación de un trabajo en la Sociedad
de Medicina Interna, dedicado al papel de la leche de burra en la patología infantil, a cargo del doctor
Rafael Carrillo. La leche de burra había sido motivo de atención entre los médicos mexicanos, como
se refleja, por ejemplo, en trabajos publicados por la Academia Nacional de Medicina, con presenta-
ciones formales en 1921 (vol. 2: 483) y en 1946 (vol. 76: 165) (Fernández del Castillo, 1959: 315).
343
Figura 246. Martes 4 de marzo de 1913,
núm. 4191, p. 6.
Habría que preguntarse cómo un purgante podía tener efecto similar en esa
amplia gama de piquetes y mordeduras, cuando no todos esos incidentes cursan
con efecto a nivel digestivo. A la vez, en la línea de los aperitivos y tónicos que
incorporaban un efecto antipalúdico por la inclusión de la quina, el creador de
otro remedio nacional, Félix Ruiz y Ruiz, reivindicaba su autoría, señalando ver
345
Figura 251. Domingo 12 de febrero
de 1911, núm. 3656, p. 7.
346
Figura 254. Domingo 9 de mayo de 1909,
Figura 253. Jueves 12 de enero de 1909, núm. 3696, p. 4.
núm. 3625, p. 7.
347
Figura 256. Viernes 17 de abril de 1914,
núm. 4589, p. 4.
348
Cuadro 1
Algunos remedios de origen nacional o así presuntamente
anunciados en El País, 1909-1914
Nombre Indicación Productor o referente
Agiotina Cólico del caballo, aventazón de la res Dr. Emilio Fernández
(uso veterinario)
Antigonorreico Maravilloso Gonorrea —
Bálsamo Aberroniano — Dr. Río de la Loza
Legítimo
Boromentol Catarro, influenza, gripa —
Chalaita Tosferina Dr. Adrián Garduño
Deodorina Sudor y olor repugnante de pies —
Digestivo rápido Enfermos del estómago —
Electricina Supuraciones de oído, ozena, catarros Dr. Miguel Mendizábal
crónicos de la nariz, inflamaciones de
la matriz, llaga en la cadera
Elíxir J.M. Lasso de la Calenturas Lasso de la Vega
Vega
Elíxir y Hojas de Damiana Impotencia y enfermedades del estó- —
de California El Gallo mago
Elíxir Tolteca Ranilla o piroplasmosis del ganado (uso Dr. Emilio Fernández
veterinario)
Elíxir Vegetal Guadalu- Tuberculosis, bronquitis, tosferina, Carrillo y Castella
pano pulmonía
Emulsión Estela Tos, resfriados, raquitismo, enfermeda- —
des pulmonares
Específico Antivenéreo de Sífilis Beltrán Hermanos (ver
Beltrán adelante: Rafael y
Francisco)
Específico Blanco Alcoholismo —
Específico Cadym Gonorrea, espermatorrea, gota militar Cía. Americana de Yerbas
Medicinales
Específico Culebrina Purgante, mordeduras o piquetes de Emigdio Osorio
víboras de cascabel, maguaquite,
coralillo, lincor, escorpión, araña ca-
pulina, tarántula, alacrán, vinagrillo,
insectos
Específico de J. M. Amez- Avería, reumas, anginas, hervor de san- J. M. Amezcua Moreno
cua Moreno gre, gonorrea, escrófula, eczema
Específico de José M. Avería José M. Dávila
Dávila
Específico de la Estrella Diversas afecciones según específico —
de Oro
Específico de la Sra. A. A. Tifo A.A. Viuda De León
Viuda de León
Específico de la Sra. E. Enfermedades del cuero cabelludo, tiña, E. Casasola
Casasola eczema
Específico de Lugarda Silva Impureza de la sangre, gonorrea Lugarda Silva
Cuadro 1
Algunos remedios de origen nacional o así presuntamente
anunciados en El País, 1909-1914 (continuación)
Nombre Indicación Productor o referente
Específico del Dr. Juan Epilepsia Dr. Juan Corona Rivera
Corona Rivera
Específico Orihuela Caspa, pérdida de cabello Orihuela
Específico Vegetal Henry Manchas blancas de la cabeza, jiotes, Henry
erupciones de la piel, paño de la cara
Específico Vegetal Rafael y Señoras que no reglan o reglan mal, Rafael y Francisco Beltrán
Francisco Beltrán blenorragia, espermatorrea, aprosta-
titis, úlceras inveteradas, avería y su
último periodo (gálico cristalino),
tumores blancos, reumatismo, escró-
fulas, erisipela, anemia
Específico Vegetal del Dr. Sangre impura o avería Dr. A. Esparza
A. Esparza
Específicos Vegetales Enfermedades de la sangre, parálisis, Dr. P.
reumatismo
Extracto Vejetal Antidia- Diabetes L. F. Jiménez
bético
Filoderma Pecas, barros, espinillas J. M. de la Garza
Fitaceína Pecas, arrugas, acné
Flourina Retención de secundinas (uso veteri- Dr. Emilio Fernández
nario)
Fosfohemoneurol Parra Anemia, clorosis, males de los huesos y Dr. Guillermo Parra
de los nervios, nerviosidad, debilidad
Fumigador Antipalúdico Calenturas Tenorio
Gluteína Alimento racional para niños en época Dr. Adrián Garduño
de destete
Gotas Americanas Embriaguez —
Grantillas Tónico uterino, enfermedades de las —
mujeres
Higuerol Purgante Salvador Serralta
Jabón de Hamamelis Manos ásperas, cabello Dr. Rosa
Sulfuroso
Jabón de hiel de toro Pecas, barros, manchas en la cara, caída Félix Miret
del cabello
Jabón Kuro-Barros Espinillas, grietas, barros, sabañones, piel —
quemada por el sol, eccema, afeccio-
nes cutáneas
Jabón Taurochol Obesidad —
Jalea Heminto-Tenicífuga Solitaria J.M. de la Garza
Jarabe Calmante de Insomnio, llanto en niños inquietud ner- Farm. Francisco Bustillos
Bustillos viosa, molestias por dentición
Jarabe de Capulín Tos J.M. de la Garza
Jarabe de Cloruro de Tifo Dr. Horacio Rubio
Calcio Compuesto
Cuadro 1
Algunos remedios de origen nacional o así presuntamente
anunciados en El País, 1909-1914 (continuación)
Una gran araña (figura 1) tiene por patas diversas enfermedades: gonorrea, sí-
filis, impaludismo (sic), mal de orina, epilepcia, dispepcia, reumatismo; incluso
una de sus peludas extremidades constituye hoy un serio problema de salud
pública en México, escasamente comprendido hace un siglo en las atribuciones
de los remedios en venta: la diabetes.
353
El texto que acompañaba a la peculiar araña combinaba el carácter supues-
tamente viral de todas esas disímiles enfermedades con el burdo apremio de la
mercancía en oferta:
Si siente usted su sangre emponzoñada con el virus de estas enfermedades tan funestas,
compre en cualquiera de las droguerías el específico de la estrella de oro para la enfer-
medad que usted padezca. Son los más eficaces, últimamente descubiertos, y por unos
días estarán á precios baratísimos con objeto de darlos á conocer. Pronto se pondrán á
precios altos como todo lo bueno (cursivas añadidas por el autor).
Vuelve con todo a tus actividades […] [nombre de la empresa] te da la energía para
rendir al máximo […] la tienda de las vitaminas […] vuelve con energía. Complementa
la nutrición de niños y adolescentes con los multivitamínicos que les brindan energía,
vitaminas y minerales que necesitan todos los días para crecer sanos, fuertes y saludables
[…] vuelve con inteligencia. Los niños en etapa escolar pueden mejorar los niveles de
concentración, lectura, agilidad mental y memoria al incluir en la dieta diaria suple-
mentos con ácidos Omega 3 derivados de pescados […] vuelve más joven. Renueva
tu belleza desde adentro y atenúa las líneas de expresión con infusiones bebibles de
colágeno que devolverán a tu piel su firmeza y elasticidad. Ilumina tu rostro y mejora su
apariencia haciéndolo ver mucho más terso […] vuelve protegido. Eleva las defensas
con las cantidades recomendadas de hierro, calcio, vitamina C y equinacea de manera
divertida, protege de enfermedades a niños y adolescentes con sabores deliciosos […]
vuelve más fuerte. Si cursas la prepa o la universidad y además practicas algún deporte
con intensidad, tus músculos requieren ser alimentados y protegidos con los nutrientes
que te ayudarán a rendir más. Cuando no queda mucho tiempo para una comida, toma
354
una barrita nutritiva o una malteada lista para beber que te darán la energía que necesitas
para seguir en la jugada (texto como en el original; corchetes añadidos por el autor).
355
Ahora bien, al margen de señalar que la gráfica de anuncios de remedios en
El País tenía en la época analizada un escaso componente fotográfico, cabe
destacar uno de otra fuente de la época, que anuncia ya una entrada publicita-
ria llamativa en el caso de la publicidad de la emulsión de Scott (figura 2). ¿El
llorón busca brazos o pecho? No. No sólo nadie repara en su llanto: tampoco se
percatan sus mayores de que desde esa edad, y antes, los seres humanos están ya
transitando, lo sepan o no, en el mundo de la economía, y que lo suyo es en
esencia, ya desde entonces y desde esa perspectiva hoy dominante, un acto y
una vida susceptibles de atención comercial.
Pero la gráfica de los anuncios, como vimos, a menudo recurre a la proyección
de estereotipos, particularmente en los remedios destinados a la mujer (figura
3). Hemos visto que las pautas descritas en otros estudios al respecto coinciden
con lo encontrado en este trabajo: la genitalidad femenina como una patología
latente o patente, el discurso aparentemente protector, la confiscación de la
naturaleza femenina para reducirla a debilidades naturales, el reclamo publicita-
rio que cultiva la ignorancia y la ilusión, son todos rasgos descritos por Goulet
(1987: 67-69), claramente aplicables a muchos de los anuncios de remedios
analizados.
El estereotipo es funcional para provocar el acto de compra; la realidad se
define en función del interés mercantil; las vicisitudes de la vida se caracterizan
para ser instrumentadas.
Como parte de esa estrategia, las piezas clave son los síntomas y signos (figu
ra 4) donde la eficacia de la argumentación y de la imagen inciden en su calidad
para ser sugerentes. El lector del periódico —como hoy el televidente o el in-
ternauta— se encuentra con la definición operativa de su problema brindada
por la publicidad; sin embargo, ese remedio no puede venderse si antes no se
356
Figura 5. Sábado 3 de junio
de 1911, núm. 3755, p. 4.
357
Figura 6. Sábado 9 de enero de Figura 7. Miércoles 5 de junio de
1909, núm. 3582, p. 4. 1912, núm. 3931, p. 5.
358
El discurso publicitario, como vimos, recurre a estandarizar, a igualar a los
pacientes; ejemplo de esta tónica ya señalada (figura 9) es el anuncio donde
figuran ricos y pobres, príncipes y aldeanos, millonarios y jornaleros, en un
mundo que los iguala a todos… como consumidores, a propósito de las píldoras
igualitarias del próspero Ayer.
Para concitar el consumo en torno a las enfermedades, los anuncios no ha-
brían de ser necesariamente de remedios o de servicios médicos. Así, el fonó-
grafo es digno ejemplo de mercancía sanitaria, en virtud del consuelo que
prodiga al paciente (figura 10). En ese rubro de
mercancías vinculables con la salud aparece
también la ropa interior de lana (figura 11):
359
Figura 12. Lunes 13 de noviembre
de 1911, núm. 3737, p. 7.
360
Ante Todo Su Salud ¿Quién gusta de estar raquítico, falto de apetito y de un humor
insoportable aún para sí mismo? Nadie, seguramente. Sin embargo, muchas personas se
encuentran en ese estado ignorando que el remedio está a la mano. Las famosas cervezas
Saturno y Carta Blanca son conocidas por todo el mundo como bebidas puras, bien
elaboradas, sanas y de un sabor exquisito muy agradable al paladar […] sus cualidades
tonificantes regeneran cualquiera organismo gastado (texto como en el original).
La obesidad sirve como elemento para destacar otra constante de los anun-
cios que hemos visto: la elocuencia o vehemencia de las argumentaciones (fi-
gura 16).
Obesidad. La obesidad es un defecto físico que quita al hombre su varonil gallardía. Para
las señoritas es un verdadero martirio, puesto que por su causa tienen formas exageradas
y antiestéticas que las hacen presentar un conjunto desagradable y mortificante. Todos
estos inconvenientes desaparecen con las ya famosas Pastillas Alemanas “salome.”
361
Figura 17. Martes 21 de marzo
de 1911, núm. 3681, p. 4.
La idea de hacer una publicación anual que contenga todo lo que la práctica de la
clase médica mexicana haya sancionado con su experimentación, la creo útil, porque
362
trae un cambio de conocimientos entre los médicos. Cada uno sabe, y en su práctica
ha podido observar, la acción más ó menos eficaz de sustancias conocidas; pero la aso-
ciación con otras sustancias, las dosis y condiciones de aplicación, vienen á formar en
cada médico un conocimiento especial, una terapéutica individual que en nada se parece
á la de sus compañeros. Los que ejercen en el campo tienen ocasión de conocer y valorizar
la aplicación médica de plantas indígenas, que una vez comprobada su utilidad, entrarán
en la terapéutica: No es otra la historia del Pambotano y de la Contrayerba; y como
éstas hay muchas otras plantas dignas de estudio y cuyas aplicaciones médicas no conocemos,
porque no hay un cambio de ideas entre los miembros de nuestra clase, y el compañero que
llega á adquirir un conocimiento no tiene medio de generalizarlo. Si los tratamientos
y fórmulas que tan grande y merecida fama le dieron á Jiménez, á Lucio, á Ortega, á
Vértiz, á Montes de Oca, y á tantas notabilidades como hemos tenido, hubieran quedado
consignados en algún libro, cuánta enseñanza nos darían, qué útil nos sería consultar á
cada momento su sabia experiencia, pero desgraciadamente son muy pocas las fórmulas
que de ellos conocemos, porque las daban á conocer en un grupo reducido y no tenían
publicidad necesaria para que todo el cuerpo médico las utilizara (Parra, 1893: v-vi)
(cursivas añadidas por el autor).
363
ciones al final del texto). Mucho menos, en cambio, aparecen entidades como
la diabetes, mucho menos el cáncer en cualquiera de sus modalidades y en ab-
soluto la hipertensión arterial, los infartos de miocardio y otras realidades epi-
demiológicas actuales, presentes sin duda en algún grado, que habrían de llamar
luego la atención del mercado farmacéutico.
La primacía que actualmente detenta el medicamento en la terapéutica
biomédica, señalado por Lebrun (1993: 54-55) como el imperialismo del objeto
terapéutico, así como el fenómeno del urdimiento de enfermedades con fines co-
merciales, de larga data, pero conocido hoy como disease mongering (Payer, 1992;
Moynihan y David, 2006), tienen un referente en el fenómeno evolutivo de la
publicidad de medicamentos.
De hecho, el urdir enfermedades inexistentes es un ejercicio que tiene en esta
publicidad parte de su genealogía:
364
da, ya estaba presente en los anuncios publicitarios de remedios de principios
del siglo pasado.
Volvamos un momento a otro rasgo
de los anuncios explorados: el juego de
conceptos de orden fisiológico, fisiopa-
tológico e higiénico incorporados en el
discurso. Por ejemplo, para la venta del
Olugna (figura 18), purificador de la san-
gre, había que dejar en claro que ésta es
la savia del cuerpo humano, y que toda
alteración o impureza de la misma se
manifiesta en enfermedades más o menos
graves —pero siempre peligrosas— de
los diferentes órganos del cuerpo; de ahí
que para combatirlas habría que comba-
tir su causa, es decir, purificar la sangre.
Y como todas las enfermedades sifilíticas
se suponían producidas por esa impureza,
había que recurrir “al más poderoso
purificador de sangre”: el Olugna.
El lavado y la purificación forman
parte de un mismo proceso. Para la
venta de la Anticalculina Ebrey, era ne-
cesario empezar por recordar el valor del
baño (figura 19): “los baños frecuentes
se hacen necesarios para que el cuerpo
goce de salud y confort. De nada vale
que una persona sea limpia y cuidadosa Figura 18. Viernes 5 de diciembre
y que viva rodeada de todos los adelan- de 1913, núm. 4467, p. 7.
365
tos sanitarios, si no se baña a menudo”. De ahí se menciona que el organismo
interno es idéntico: “el sistema debe ser bañado. La sangre se carga de materias
inertes que deben ser lavadas del sistema. El hígado y los riñones no funcionan
activamente y deben ser lavados. Los intestinos se adormecen y pierden su
actividad muscular, y deben ser lavados”. Entonces aparece la Anticalculina
Ebrey, la que “lava todas las materias impuras y venenosas del sistema humano,
del mismo modo que el agua y el jabón lavan el cutis”.
El anuncio es una tribuna desde donde se proyectan definiciones funciona-
les. Así, por ejemplo, si se ha de promover un remedio contra los riñones, se
postula su relevancia anatómica y fisiológica. Sin embargo, implícita o no, la
promoción de las afecciones tiene su contraparte, necesaria, en la definición
proyectada de la salud misma (figuras 20 y 21). Y entonces la salud, en su po-
lisemia, en su multiplicidad de implicaciones y representaciones, ¿es el fulgor
de los ojos o es el empuje de la bestia?
Depende de la tribuna. En lo personal, prefiero el fulgor en los ojos. Pero en
todo caso, expandir la definición de la atención y de la salud hoy en día es una
tarea esencial de salud pública, de alcance individual y colectivo, que de nin-
guna manera puede seguir confiscada por la bestia.
Figura 20. Miércoles 2 de abril de 1913, Figura 21. Martes 16 de diciembre de 1913,
núm. 4220, p. 5. núm. 4478, p. 3.
366
construcción social de la realidad terapéutica
367
Instrumentación mercantil
Mercader
Príncipe Profesor
Subciudadano
De la terapéutica
1
Se trata de una expresión del fetichismo al que aludía Marx, como proceso derivado de las relacio-
nes sociales mecantiles en el capitalismo. En ese marco, el fetichismo genera la personificación de las
cosas y la cosificación de los seres humanos (Kohan, 2008: 195).
368
Figura 23. Miércoles 9 de abril
de 1913, núm. 4227, p. 5.
no es el profesor ni el príncipe en buena parte del relato que generan los anun-
ciadores de remedios, sino el ciudadano, cuya faceta de consumidor cosificado y
aislado es la única relevante.
Es la preeminencia del mercader. No se precisa sino la mercancía. La enteri-
tis, la gastralgia y el estreñimiento operan al margen del individuo desde entonces.
El vínculo es entre afecciones instrumentadas y mercancías estandarizadas. No
hay lugar para las condiciones de vida, para la calidad de las relaciones inter-
personales, para el estatuto de ciudadanía, ni para el referente de la comunali-
dad, esencial en los pueblos originarios. Ni la manera de trabajar, sentir, pensar,
amar o desamar tienen algo que ver con esos padecimientos: en el torneo ha
sido desplazado el padeciente. Esto no es de hace un siglo, ni asunto de nostalgias
historicistas, sino un reto de plena actualidad.
Una segunda imagen publicitaria (figura 24) coloca al medicamento-mer-
cancía en el sitio central de la tensión dramática de la enfermedad. Una joven
y alba mujer asusta a una espantosa anciana esgrimiendo frente a ella, cual
exorcista, el frasco del remedio, protegiendo así al menor que reposa en su cuna.
En el anuncio se plasma un momento de transición múltiple, pues no refleja
solamente el protagonismo del objeto terapéutico ni el aporte de los descubri-
mientos microbianos en el desarrollo de la medicina moderna, ni solamente el
arranque de una fase de consolidación de la industria químico-farmacéutica, sino
el abandono progresivo en la práctica de la formulación prescriptiva por parte de los
médicos —al que se refería el citado Parra (1893)—, y el abandono, por lo tan-
to, de la dispensación de recetas magistrales por parte de los farmacéuticos.
La tensión entre el perfil del objeto medicamentoso que surge autónomo de los
médicos en ejercicio clínico, y el perfil del facultativo que formulaba recetas
magistrales y del farmacéutico que las dispensaba, es la tensión existente entre
fuerzas económicas en competencia frente a un panorama de necesidades so-
ciales. En la lucha por la jurisdicción de tareas sociales que Abbott (1988)
369
Figura 24. Viernes 10 de abril
de 1914, núm. 4582, p. 7.
370
Figura 25. Medicina, octubre de 1934,
núm. 230, p. IV.
371
género o etnia: desprovistos de cultura, de territorio, de adscripción laboral, de
colectividad. Ellos, pacientes-consumidores, sólo requieren asirse a la molécula
para salvarse, y ese sólo acto tiene, de nuevo, una dimensión mercantil esencial.
La publicidad de remedios, independientemente de la época, desemboca
además en el ámbito de la autoatención y la medicina doméstica, desde cuya
perspectiva cabe formular dos preguntas, entre otras posibles: ¿Quién, además
de la necesidad misma de los afectados y ante el requerimiento de un saber
técnico y clínico que complemente a los propios saberes inherentes a esos es-
cenarios asistenciales, define el margen operativo pertinente de la terapéutica en
ese ámbito de relativa autonomía? ¿Ha de seguir siendo modelado por la nece-
sidad inmediata de los enfermos y/o por su instrumentación mercantil, o puede
ser motivo formal de optimización desde una perspectiva sanitaria ciudadanizada
y regida por el bien común, en el marco de una redistribución y articulación
dialógica de tareas en niveles de atención?
Hay otro elemento a considerar. Hemos visto que los anuncios publicitarios
reflejan la supremacía asignada al medicamento-mercancía y anuncian su futu-
ro dominio en la biomedicina. Si en un primer momento la publicidad reivin-
dica —de manera explícita o no— la práctica de la automedicación, dos prin-
cipios referenciales del ejercicio clínico, enaltecidos antes en textos médicos
académicos en México, también son descuidados en la práctica: la individuali-
zación diagnóstica y la diversificación terapéutica.2 Y son las fuerzas del mercado
las que propician la anulación de estos cometidos médicos, porque si en un
principio la publicidad banaliza al ejercicio diagnóstico, despojándolo del re-
querimiento de criterios diferenciales e invitando al consumidor a ejercerlo con
los referentes semiológicos que brinda en sus anuncios, lo que proyecta como
terapéutica se encuentra determinado por la iniciativa promocional. Se trata
de dos rasgos hoy vigentes, heredados de esa época. Es el anuncio de la estan-
darización diagnóstica y de una terapéutica monológica. La primera elude la particu
laridad fisiológica y social de cada individuo, determinante en la dinámica de
su atención-salud y de su desatención-enfermedad.
La segunda decide, al margen de criterios objetivos orientados por el interés
del padeciente-ciudadano, qué sustancias y procedimientos sirven y serán pro-
movidos como recursos terapéuticos, y qué otros no merecen ser explorados
como tales. En cambio, la diversificación terapéutica milita contra el propósi-
to de una terapéutica monológica, determinada principalmente por el interés
mercantil o profesional-corporativo.
Es claro que en México, como en otros países, fue prolongada la permisividad
de la que por años gozaron muchas empresas e individuos en la promoción de
2
Al respecto se pronunciaron de manera explícita diversos autores, como Manquat (1926) y Mayo-
ral Pardo (1946) (Hersch Martínez, 2000: 212-214, 249 y ss.).
372
sus remedios y procedimientos de supuesto efecto terapéutico, a pesar de los
lúcidos y categóricos señalamientos pronunciados en contra por parte del gremio
farmacéutico y de una parte del gremio médico. En ese sentido, sin embargo,
hay que advertir sobre las limitaciones inherentes a una normativa excesiva,
ante la necesidad de expandir el margen de posibilidades imprescindible para
generar iniciativas de producción y abasto responsable.
Cuando a finales de los años veinte del siglo xx se estableció en México una
reforma regulatoria para fijar límites a la práctica de la elaboración, promoción
y venta de remedios y procedimientos supuestamente curativos, habían trans-
currido tres décadas de indiferencia gubernamental y corporativa ante los seña
lamientos profesionales claros y fundamentados referidos al inicio de este
trabajo. Esa reforma tendría otro momento relevante en los años cuarenta, pero,
en general, la ausencia de la protección del Estado respecto al ejercicio y desarro
llo de los farmacéuticos y de su industria ha tenido un severo efecto limitati-
vo, que se ha manifestado, por ejemplo, en la desaparición de iniciativas
nacionales promisorias, como las que se reflejan en el cuadro del capítulo ante-
rior, o la de laboratorios como Garcol o Codex, el cual ha tenido continuidad
en empresas actuales (Hersch Martínez, 2008a y 2008b), o bien, la de los labo-
ratorios nacionales farmacéuticos propuestos en México como instancia estatal
de interés público durante la posguerra o la experiencia de Proquivemex en los
años setenta (Hersch Martínez, 2000: 358-367).
La argumentación publicitaria de remedios curativos existente desde hace
un siglo ya practicaba el discurso de la eficacia y la seguridad. Los testimonios
que formaban parte estructural de los anuncios reflejaban también ese énfasis.
En contraste, la accesibilidad al remedio constituye un factor de carga política
más neta, y determinante aun cuando estamos hablando de la época inmedia-
tamente previa y luego coincidente con el inicio de la Revolución.
Sin embargo, algunos anuncios también consignaban el precio. Este soslayo de
la accesibilidad se repite en la publicación que se considera heredera de la farmaco
pea y de los anuncios de medicamentos en la prensa: el Diccionario de Especialidades
Farmacéuticas, teóricamente destinado a la clase médica, pero utilizado por muchos
terapeutas legos en otros ámbitos asistenciales, como la medicina doméstica y el
no menos relevante de la consulta de mostrador en las farmacias. En dicho sosla-
yo, a diferencia de la versión francesa de la publicación, el célebre Diccionario
Vidal, cuya primera edición es de 1913, y donde para cada medicamento se con-
signa su coste y fecha de introducción al mercado, la accesibildad no aparece como
un criterio de elección, ni siquiera para quien prescribe, pues desde 1944 las pu-
blicaciones de este tipo en México jamás han incorporado el precio de los medi-
camentos, lo que resulta muy significativo.
No debiera ser necesario subrayar que la accesibilidad a los recursos tera-
péuticos es un elemento crítico en las políticas públicas de atención. Sin
373
embargo, la red de centros de salud, de clínicas y hospitales públicos sufre a
menudo limitaciones notorias precisamente en ese rubro, incluidos el imss, el
issste, los servicios de salud pública para población abierta en diversas enti-
dades del país o el peculiar seguro popular ya mencionado, que subvierte el
cometido central de la plena cobertura asistencial a pesar del perorado derecho
ciudadano a la salud.
La publicidad analizada reivindica la capacidad del posible comprador como
protagonista de su diagnóstico y su terapéutica, pero a condición de que sume,
a su situación de enfermo, la de consumidor. En ese proceso, si las profesiones
de la medicina y la farmacia querían seguir funcionando, tendrían que hacerlo
articuladas a la metamorfosis propuesta, a la alquimia doble de convertir al sano
en enfermo, y al enfermo en consumidor. Se trata, pues, de una autoatención ins-
trumentada, de la confiscación de la medicina doméstica como nicho de merca-
do, en un proceso hoy plenamente vigente. No, por cierto, como un espacio de
autonomía relativa relevante para la salud pública. Muchos de los anuncios son
hoy televisivos y se distribuyen en horarios específicos de acuerdo con la propia
programación de barros, espinillas, próstatas crecidas, calvicies, insuficiencias
eréctiles, cólicos, jaquecas, agruras y gorduras por agrupaciones de edad y sexo
de los teleconsumidores. Con la excepción valiosa de ciertos canales, en otros
se anuncian jabones y cosméticos para mujeres, remedios para varones (prósta-
ta, energía, cabello), para adolescentes (barros y espinillas, energía, etc.), para
lactantes. Los teleconsumidores creen que son televidentes: desconocen que lo
relevante y estructural de la programación reside en los mensajes comerciales,
ya sea en su modalidad de anuncios promocionales de mercancías, o en su mo-
dalidad de noticieros cargados de mensajes políticos controlados. Ése es el con-
tenido televisivo realmente estructural e imprescindible dominante.
Hoy queda mucho por hacer. La historia brinda ejemplos referenciales ilus-
trativos también en un sentido positivo, que no remiten solamente a las inicia-
tivas nacionales de producción ni a los señalamientos críticos, objetivos, gene-
rados por las profesiones de la farmacia y de la medicina en nuestro país respecto
a la promoción de remedios. También está la experiencia regulatoria que en
México ha tenido avances, tanto en el esfuerzo de generar y actualizar las farma-
copeas, como en el que posibilitó los procesos de regulación sanitaria referidos.
Sin embargo, al tratarse de un rubro esencial que demanda el concurso de diver-
sas perspectivas, es preciso que la regulación sanitaria actual relativa a la terapéu-
tica se dinamice, cobre una dimensión más dialógica y propositiva, y se nutra de
la reflexión socioantropológica e histórica, ante la evidencia de que la realidad
terapéutica no se encuentra en absoluto ajena a sus determinantes sociales y culturales.
A un siglo de que fuesen publicados los anuncios de remedios que nos han
ocupado, hay rasgos que persisten. La reivindicación, a menudo comercial, de
las denominadas terapias alternativas, la mercantilización de lo natural, los dis-
374
cursos laudatorios y a veces contradictorios sobre la flora medicinal y la medici-
na tradicional, la optimización del potencial terapéutico de nuestra flora, la ac-
cesibilidad como referente esencial, son todos fenómenos significativos —por
sintomáticos— que nos hablan de la necesidad de profundas transformaciones
que encuentran, en la construcción de una ciudadanía crítica, informada y
propositiva, un referente necesario.
A riesgo de incorporar a la utopatía como una nueva afección susceptible de
remedios a publicitar, retomando las figuras simbólicas del sistema mundial ya
mencionadas, es preciso ciudadanizar el proceso de construcción social de la
realidad diagnóstica y terapéutica, así como subordinar al mercader, al príncipe
y al profesor al interés rector de la salud pública, de acuerdo con la figura 27.
Si hoy la publicidad de medicamentos recurre a otros elementos discursivos
y gráficos que no son los de hace un siglo, el móvil mercantil es, sin embargo, el
mismo; por lo tanto, el interés de la salud pública demanda instancias que ejer-
zan un control inteligente que, limitando los excesos, trascienda no sólo el al-
cance punitivo de la regulación sanitaria, sino su tónica insular en el sentido de
privilegiar su comunicación con el capital y reproducir la ausencia programada
de la ciudadanía y de los conjuntos de la sociedad civil, excluyéndolos de las
iniciativas necesarias para la producción y promoción de recursos terapéuticos
eficaces y seguros. Pero además, en esta dinámica incluyente es donde cabe un
rubro ya señalado, como un tercer puntal aunado al de la eficacia y la seguridad,
el de la accesibilidad económica y cultural a esos recursos terapéuticos y del proce-
so en que se inscriben. Los recursos que no son accesibles, simplemente, no son
ni seguros ni eficaces… porque no existen en la práctica para la población.
La terapéutica
Ciudadano
Príncipe Profesor
Mercader
375
Sabemos que la publicidad desempeña un papel determinante en el capita-
lismo, aunque no siempre se le reconozca esa relevancia: “verdadera fábrica de
descontento, la publicidad nos orilla a sentirnos desgraciados por lo que somos,
para hacernos desear aquello que no necesitamos”; ella constituye “un arma de
colonización masiva que permea todo, contamina los espacios públicos y priva-
dos, vicia las conciencias y pervierte los corazones y los valores” (Moins, 2014).
En el campo sanitario, estas características adquieren connotaciones damnifi-
cadoras, acompañando la preeminencia del objeto terapéutico en la biomedi-
cina actual, en virtud del dominio de una racionalidad mercantil.
A 100 años de estos anuncios, los avances científicos y tecnológicos han
derivado en nuevas posibilidades, pero también en nuevas contradicciones y
retos; sin embargo, la mercantilización de la terapéutica se mantiene, aunque
surjan variantes. Por ello, no sólo cabe reconocer la dimensión constitucional
y relacional de las afecciones, sino la necesidad de tonificar la condición ciuda-
dana de quienes las padecen, y la relevancia actual y potencial de la autoaten-
ción y la medicina doméstica para la salud pública; es momento de rescatar y
reubicar a la terapéutica en el marco de un abordaje que, autónomo de la na-
turaleza mercantil impuesta a la medicina en su conjunto, la subordine al inte-
rés del padeciente y de la salud pública. Sin embargo, nada de eso es posible
entre subciudadanos o ciudadanos de baja intensidad, es decir, en la ausencia de
una verdadera democracia participativa.
Ante la impostura del mercado y la confluencia de viejos y nuevos males en
juego, hoy resulta determinante reconocer que no tendremos jamás remedio
eficaz si no nos convertimos, nosotros mismos, en el remedio.
376
Bibliografía
•
377
Álvarez Fernández, Susana, 2005, “Terapéutica y farmacia a finales del siglo xix.
Los orígenes de la industrialización farmacéutica”, tesis de licenciatura en
Historia, Facultad de Filosofía y Letras-unam.
American Medical Association, 1912, Nostrums and Quackery, 2a. ed., Chi-
cago, American Medical Association Press.
Aminoff, Michael J., 2010, Brown-Sequard: An Improbable Genius Who Trans-
formed Medicine, Oxford University Press.
Anónimo, 1903, “Impuesto sobre las especialidades farmacéuticas”, La Farmacia,
periódico de la Sociedad Farmacéutica Mexicana, reproducción de Farma-
cia Española, s/f, vol. XII, núm. 3, pp. 49-56.
Appadurai, Arjun (ed.), 1991, La vida social de las cosas. Perspectiva cultural de
las mercancías, México, Conaculta/Grijalbo.
Arteche, Alejandro (coord.), 1998, Vademecum de fitoterapia, Barcelona,
Masson.
Azuela, Luz Fernanda, 1995, “Los estudios de las aguas minerales en México
en el siglo xix y su impacto sobre la ciencia y la sociedad”, en Patricia Aceves
Pastrana (ed.), Farmacia, historia natural y química intercontinentales. Estudios
de historia social de las ciencias químicas y biológicas, núm. 3, México, uam-X,
pp. 241-255.
y Rafael Guevara, 1998, “Las relaciones entre la comunidad científica
y el poder político en México en el siglo xix, a través del estudio de los far-
macéuticos”, en Patricia Aceves Pastrana (ed.), Construyendo las ciencias
químicas y biológicas. Serie Estudios de Historia Social de las Ciencias Químicas y
Biológicas, México, uam-X, pp. 239-257.
Báez-Jorge, Félix, 2009, “La política en el cuadrante de la antropología: Gon-
zalo Aguirre Beltrán”, La Palabra y el Hombre, núm. 7, tercera época, en:
<http://www.uv.mx/lapalabrayelhombre/7/contenido/estado_sociedad/EyS1/
articulo1.html>.
Barajas, Carlos, 1919, Manual de Medicina Usual. Elementos de medicina y cirugía
de urgencia al alcance de todas las personas, México, Librería Vda. de C. Bouret.
Barclay, George, 1964, “The Keeley League”, Journal of the Illinois State Historical
Society, núm. 57, pp. 341-365.
Baron, Harold, 1909, Chemical Industry on the Continent, Manchester, Publications
of the Victoria University of Manchester, en: <https://ia600404.us.archive.
org/0/items/chemicalindustry00barorich/chemicalindustry00barorich.pdf>.
Barquín, Manuel, 1979, La historia de la medicina. Su problemática actual, Mé-
xico, Francisco Méndez Oteo.
Bartrip, Peter, 1990, “Quacks and cash”, History Today, septiembre, pp. 45-51.
Basch, Ethan, Catherine Ulbricht, Grace Kuo, Philippe Szapary, P. y Michael
Smith, 2003, “Therapeutic Applications of Fenugreek”, Alternative Medicine
Review, vol. 8, núm. 1, pp. 20-27.
378
Bazant, Mílada, 1982, “La República Restaurada y el Porfiriato”, en F. Arce
Gurza et al., Historia de las profesiones en México, México, El Colegio de
México.
Beer, Andre Michael y A. Neff, 2013, “Differentiated Evaluation of Extract-
Specific Evidence on Cimicifuga racemosa’s Efficacy and Safety for Climacteric
Complaints”, Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine, vol.
2013, 21 pp., en: <http://dx.doi.org/10.1155/2013/860602>.
Berdonces, Josep Lluís, 1998, Gran enciclopedia de las plantas medicinales, Bar-
celona, Tikal.
Berlioz, Fernand, 1901, [1882], Manuel de Thérapeutique, París, Masson et Cie.
Eds.
Bermúdez, María Teresa, 1984, “La docencia en oferta: anuncios periodísticos y
escuelas particulares 1857-1867”, Historia Mexicana, vol. XXXIII, núm. 131,
pp. 214-253.
Bézanger-Beauquesne, Lucienne, Madeleine Pinkas y Monique Torck, 1986,
Les Plantes dans la Therapeutique Moderne, París, Maloine.
Boatella, Josep, 2012, “Las harinas malteadas en España (I): 1865-1965”, Re-
vista Española de Nutrición Humana y Dietética, vol. 17, núm. 4, pp. 172-178.
Bott, Elizabeth, 1993, “Breve historia del ‘Departamento de Productos Farma-
céuticos’ ”, en Elizabeth Bott, Axel H. Murken y Michael Pohlenz, 100 años
de historia farmacéutica en carteles publicitarios, Barcelona, Bayer, pp. 10-12.
Botting, Regina M., 2010, “Vane’s discovery of the mechanism of action of
Aspirin changed our understanding of its clinical pharmacology”, Pharma-
cological Reports, núm. 62, pp. 518-525.
Brown-Séquard, Charles E., 1889, “Note on the effects produced on man by
subcutaneous injections of a liquid obtained from the testicles of animals”,
Lancet, núm. 137, pp. 105-107, en: <http://www.usrf.org/news/TRT/Brown-
Sequard,%20Lancet,%201889.pdf>.
Calderón, Juan B., 1896, “Discurso pronunciado por el socio Prof. J. B. Cal-
derón en la sesión solemne de la Sociedad Farmacéutica, verificada el 15 de
febrero último”, La Farmacia, periódico de la Sociedad Farmacéutica Mexi-
cana, vol. V, núm. 4, pp. 78-83.
et al., 1905, Nueva Farmacopea Mexicana de la Sociedad Farmacéutica de
México, México, Oficina Tipográfica de la Secretaría de Fomento.
Camacho Morfín, Thelma, 1996, “Juan B. Urrutia. Sus imágenes de México
a través de las historietas de El Buen Tono (1909-1912)”, tesis de maestría
en Historia Contemporánea, México, Instituto de Investigaciones Dr. José
María Luis Mora.
Campos, Roberto (comp.), 2000, El empacho en la medicina mexicana. Antología
(siglos xvi-xx), México, Instituto Nacional Indigenista.
Camué, Héctor M., Luis E. Bergues, Magalys Suárez, Demetrio Segura y Miriam
379
Fariñas, 2001, “Efectos de la corriente eléctrica directa en el crecimiento del
tumor de Ehrlich”, Revista Cubana de Oncología, vol. 17, núm. 3, pp. 167-170.
Carnot, Paul, F. Rathery y P. Harvier, 1929, Compendio de Terapéutica. Terapias
de órganos, Barcelona, Salvat.
Carpenter, Kenneth J., 2005, “David Marine and the problem of goiter”, The
Journal of Nutrition, núm. 135, pp. 675-680.
Castañeda de Infante, Carmen (coord.), 1988, Catálogo de tesis de medicina
del siglo xix, México, Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina y
Centro de Estudios sobre la Universidad-unam.
Cerbelaud, René, 1920, Formulaire des principales spécialités de parfumerie et de
pharmacie, París, edición del autor.
Conde González, Carlos y Felipe Uribe Salas, 1997, “Gonorrea: la perspectiva
clásica y la actual”, Salud Pública de México, vol. 39, núm. 6, pp. 1-7.
Conrad, Peter y Valerie Leiter, 2008, “From Lydia Pinkham to Queen Levitra:
direct-to-consumer advertising and medicalisation”, Sociology of Health and
Illness, vol. 30, núm. 6, pp. 825-838.
Cortés, José Luis, 1972, Dermatología Clínica, México, Clínicas de Alergia.
Coudart, Laurence, 1998, “Periódicos franceses de la Ciudad de México: 1837-
1911”, en Javier Pérez Siller (coord.), México Francia. Memorias de una sensibilidad
común. Siglos xix-xx, México, buap/Colegio de San Luis/cemca, pp. 103-141.
Cramp, Arthur J., 1921, Nostrums and Quackery, vol. II, Chicago, American
Medical Association, en: <https://ia600800.us.archive.org/5/items/nostrum-
squackery02amer/nostrumsquackery02amer.pdf>.
Cuenya, Miguel A., 2008, Revolución y tifo en la ciudad de Puebla 1915-1916.
Un estudio sociodemográfico, Puebla, buap.
De Kruif, Paul, 1979 [1926], Los cazadores de microbios, México, Época.
De Martino, Ernesto, 2004 [1948], El mundo mágico, Buenos Aires, Libros de
la Araucaria.
Della Loggia, R., C. Zilli, P. Del Negro, C. Redaelli y A. Tubaro, 1988, “Iso-
flavones as Spasmolytic Principles of Piscidia erythrina”, Progress in Clinical
and Biological Research, núm. 280, pp. 365-368.
Di Liscia, María Silvia, 2002, Saberes, terapias y prácticas médicas en Argentina
(1750-1910), Madrid, csic.
Díaz y de Ovando, Clementina, 1990, Odontología y publicidad en la prensa
mexicana del siglo xix, México, unam.
Díaz y Díaz, Luis, 1892, La medicina doméstica. Periódico Teórico-Práctico de
Medicina y Cirugía, año I, t. I, México, Antigua Imprenta de las Escalerillas.
Diccionario Médico, 1977, Barcelona, Salvat.
Diehl, C. Lewis, 1910, “New remedies and trade-named preparations”, Pro-
ceedings of the American Pharmaceutical Association, Filadelfia, American
Pharmaceutical Association, pp. 128-145.
380
Dubos, René, 1975 [1959], El espejismo de la salud. Utopías, progreso y cambio
biológico, México, fce.
Duraffourd, Christian y Jean Claude Lapraz, 2002, Traité de Phytothérapie
Clinique. Médecine et Endobiogénie, París, Masson. Edición en español: Tratado
de Fitoterapia clínica. Medicina y Endobiogenia, México, Sociedad Mexicana de
Fitoterapia Clínica, 2017.
Ehrlich, Paul, 1957 [1897], “Die Wertbemessung des Diphterieheilserums
und deren theoretischen Grundlagen”, en P. Himmelweit et al. (eds.), The
Collected Papers of Paul Ehrlich, Londres, Permagon.
Escohotado, Antonio, 1998, Historia de las drogas, t. I, Madrid, Alianza Editorial.
Esteva de Sagrera, J., 1992, Historia de la farmacia, Barcelona, Departamento
de Farmacia, Universidad de Barcelona.
Fernández del Castillo, Francisco, 1959, Bibliografía general de la Academia
Nacional de Medicina 1836-1956, México, Academia Nacional de Medicina
de México, Ed. Fournier.
Font Quer, Pío, 1982, Plantas medicinales. El Dioscórides Renovado, Barcelona,
Labor.
Friberg, Mats y Björn, Hettne, 1988, “Movilización local y política del siste-
ma mundial”, Revista Internacional de Ciencias Sociales (Unesco), núm. 117,
pp. 361-383.
Gagnon, Serge, 1987, Préface, en Denis Goulet, Le commerce des maladies: La
publicité des remedes au debut du siecle, Quebec, Edmond-de-Nevers, pp. 11-13.
Garibay, Angel (dir.), 1964, Diccionario Porrúa. Historia, biografía y geografía
de México, México, Porrúa.
Gómez de Silva, Guido, 1989, Breve diccionario etimológico de la lengua española,
México, fce.
González Chévez, Lilián y Paul Hersch Martínez, 1993, “Aportes para la
construcción del perfil epidemiológico sociocultural de una comunidad rural”,
Salud pública de Mexico, vol. 35, núm. 4, pp. 393-402.
Goodman, Louis y Alfred Gilman, 1978, Bases farmacológicas de la terapéutica,
México, Interamericana.
Goulet, Denis, 1987, Le commerce des maladies: La publicité des remedes au debut
du siecle, Quebec, Edmond-de-Nevers.
Gracia Guillén, Diego et al., 1985, Historia del medicamento, Barcelona, Edi-
ciones Doyma.
Grosset, Joseph, y V. Vedel, 1910, Consultations Médicales, Montpellier, Coulet
et Fils y Masson.
Guerrero, Agustín, 1925 [1881], Manual del Farmacéutico, 6a ed., México, Socie-
dad de Edición y Librería Franco-Americana (Antigua Librería de Ch. Bouret).
Gutiérrez, Manuel, 1875, “El vómito y sus indicaciones en la primera infancia”,
El Observador Médico, vol. 3, núm. 21, pp. 313-317.
381
Guyton, Arthur C., 1971, Tratado de Fisiología Médica, México, Ed. Interame-
ricana.
Hellion, Denise, 2008, Exposición permanente. Anuncios y anunciantes en El
Mundo Ilustrado, México, inah.
Hersch Martínez, Paul, 2000, Plantas medicinales: relato de una posibilidad confis-
cada. El estatuto terapéutico de la flora en la biomedicina mexicana, México, inah.
, 2004, “Tres textos de medicina doméstica en México: Velasco, Barajas
y López Tilghman”, Boletín Mexicano de Historia y Filosofía de la Medicina, vol.
7, núm. 1, pp. 11-18.
, 2008a, “La industrialización químico-farmacéutica mexicana y la flora:
el caso de los Laboratorios Garcol”, Boletín de la Sociedad Química de México,
vol. 1, núm. 1, pp. 5-12.
, 2008b, “La flora como recurso terapéutico: el caso ilustrativo de los
extractos fluidos de los Laboratorios Codex en México”, Dynamis, núm. 28,
pp. 329-352.
, 2013, “Epidemiología sociocultural: una perspectiva necesaria”, Salud
Pública de México, vol. 55, núm. 5, pp. 512-518.
, Blanca Leaños y Fortino Solórzano, 2005, “Antibacterial Effects of
Selected Essential Oils Over Pathogenic Strains at the Pediatrics Hospital,
Centro Médico Siglo XXI, México”, Fitoterapia, núm. 76, pp. 453-457.
y Robert Glass, 2006, Linaloe: un reto aromático. Diversas dimensiones de
una especie mexicana, Bursera linanoe, México, inah.
Hinke, Nina, 2001, “Entre arte y ciencia: La farmacia en México a finales del
siglo xix”, Relaciones, núm. 88, pp. 49-78, Zamora, El Colegio de Michoacán.
Hoolihan, Christopher, 2008, An Annotated Catalogue of the Edward C. Atwater
Collection of American Popular Medicine and Health Reform, vol. III, Rochester,
University of Rochester Press.
Huerta Jaramillo, Ana M., 1994, Los boticarios poblanos 1536-1825, Puebla, buap.
Hunt, Reid y A. Seidell, 1908, “Commercial Thyroid Preparations and Sugges-
tions as to the Strandardization of Thyroid”, Journal of the American Medical
Association, núm. 51, pp. 1385-1388.
Instituto Médico Nacional, 1913, Farmacología Nacional, México, Tipografía
Económica.
Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2010, “Estadísticas Históri-
cas de México”, Comunicado 008/10, México, inegi, en: <http://www.inegi.
org.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/boletines/Boletin/Comunicados/
Especiales/2010/Enero/comunica.pdf>.
Jones, James H., 1981, Bad Blood. The Tuskegee Syphilis Experiment, Nueva
York, The Free Press.
Kohan, Néstor, 2008, Aproximaciones al marxismo. Una introducción posible,
México, Ocean Sur.
382
Krupp, Marcus A. y Milton J. Chatton, 1982, Diagnóstico clínico y tratamiento,
México, El Manual Moderno.
Laín Entralgo, Pedro, 1978, Historia de la Medicina, Barcelona, Salvat.
Landero, Ignacio, et al., 1944, Diccionario de Especialidades Farmacéuticas, Mé-
xico, P.L.M. Agencia de Propaganda para los Médicos.
y Emilio Rosenstein, 1960, Diccionario de especialidades farmacéuticas, 8ª
ed., México, P.L.M. Agencia de Propaganda para los Médicos.
Laplantine, François, 1992, Anthropologie de la maladie. Étude ethnologique des
systèmes de représentations étiologiques et thérapeutiques dans la societé occidentale
contemporaine, París, Payot (Bibliotèque Scientifique Payot).
Lapraz, Jean Claude, y Kamyar Hedayat, 2013, “Endobiogeny: a global approach
to Systems biology”, Global Advances in Health and Medicine, vol. 2, núm. 1,
pp. 64-78.
, Hedayat, Kamyar y Patrice Pauly, 2013, “Endobiogeny: a global approach
to Systems biology”, Global Advances in Health and Medicine, vol. 2, núm. 2,
pp. 32-56.
y Marie-Laurie de Clermont-Tonerre, 2017, La medicina personalizada.
Recuperar y conservar la salud desde una perspectiva endobiogénica, México,
Sociedad Mexicana de Fitoterapia Clínica.
Lasso de la Vega, José M., 1895, “Discurso del Presidente”, La Farmacia, pe-
riódico de la Sociedad Farmacéutica Mexicana, vol. IV, núm. 3, pp. 52-56.
Laurell, Asa Cristina, 2011, “Los seguros de salud mexicanos: cobertura uni-
versal incierta”, Ciência & Saúde Coletiva, 16(6): 2795-2806.
Lebrun, Jean-Pierre, 1993, De la maladie médicale, Bruselas, De Boeck Uni-
versité.
Lefévre, André y N. Hildt, 1911, “Ferrouose (ferro-alcali albuminae) Fer
organique entièrement assimilable, Combinaison organique de fer et de
produits dérivés de l’albumine d’oeuf (ovalbumose),” Bulletin géneral de
thérapeutique médicale, quirurgicale, obstétricale et pharmaceutique, Paris, pp.
774-781.
Lexchin, Joel, 2006, “Bigger and Better: how Pfizer Redefined Erectile Dys-
function”, PloS Medicine, vol. 3, num. 4.
Liebenau, Jonathan, 1990, “Paul Ehrlich as a commercial scientist and research
administrator”, Medical History, núm. 34, pp. 65-78.
López Acuña, Daniel, 1989, La salud desigual en México, México, Siglo XXI.
López León, Ricardo, 2009, “La ciencia y la tecnología como tópicos de la
publicidad gráfica en la prensa de 1922 en México”, Pensar la Publicidad, vol.
III, núm. 1, pp. 219-238.
López Tilghman, Juan, 1920, Medicina práctica al alcance de todos, México, Ed.
del Instituto Médico Dosimétrico.
Lyon, Gaston, 1894, Tratado elemental de clínica terapéutica, Barcelona, Salvat.
383
Lyon, Gaston, 1911, Traité Élémentaire de Clinique Thérapeutique, París, Masson.
Lüllman, Heinz, Mohr, Klaus y A. Ziegle, 1992, Atlas de Farmacología, Barce-
lona, Ediciones Científicas Técnicas.
Maillefert, Eugenio, 1867, Directorio del Comercio del Imperio Mexicano para el
año de 1867, 2º año, México, E. Maillefert (edición facsimilar del Instituto
Mora, México, 1992).
Manquat, Alfred, 1926a, Compendio de terapéutica. Medicamentos de la práctica
usual, t. I, Barcelona, Salvat.
, 1926b, Compendio de terapéutica. Medicamentos de la práctica usual, t. II,
Barcelona, Salvat.
Mariel, Petr y Susan Orbe, 2005, “Nonparametric Estimation of the Effects
of Advertising: The Case of Lydia Pinkham”, Journal of Bussiness, vol. 78,
núm. 2, pp. 649-674.
Martínez, Maximino, 1928, Plantas útiles de México, México, Talleres Linoti-
pográficos de H. Barrales Sucs.
Martínez Alfaro, Miguel Angel, 1987, “Investigaciones en plantas medici-
nales en la Sierra Norte de Puebla”, Cuadernos de Extensión Académica, núm.
36, pp. 59-63.
Massé, Raymond, 1995, “Les apports de l’anthropologie à l’épidémiologie: le
cas du rôle étiologique de l’isolement social”, Ruptures, revue transdisciplinaire
en santé, vol. 2, núm. 1, pp. 102-117.
Mayora, Martín; Juan Ramírez y Manuel Soriano, 1891 [1873], “Dictamen de
la comisión nombrada al efecto para estudiar las causas de la decadencia de la
profesión farmacéutica, y la manera de levantarla al rango que ha tenido y
debe tener”, La Farmacia periódico de la Sociedad Farmacéutica Mexicana,
vol. I, núm. 16, pp. 246-256.
Mayoral Pardo, Demetrio, 1946 [1939], Nociones de terapéutica y farmacodina-
mia, México, Talleres Gráficos de la Nación.
McKeown, Thomas, 1976, The Role of Medicine: Dream, Mirage or Nemesis,
Londres, Nuffield Provincial Hospitals.
Medical Research Council, 1948, “Streptomycin treatment of pulmonary
tuberculosis”, British Medical Journal, vol. 2, núm. 4582, pp. 769-782.
Mille, Raúl y Alberto Leduc (comps), 1897, Almanaque Bouret para el año 1897,
México, Librería de la Vda. de C. Bouret (edición fascimilar del Instituto
Mora, México, 1992).
Moins! Journal Romand d’Écologie Politique, 2014, “L’aliénation publicitaire”,
núm., 10, pp. 11-22, Vevey.
Monardes, Nicolás, 1990 [1574], Primera / Segunda / y / Tercera partes / De la
Historia Medicinal: de las cosas que / se traen de nuestras Indias Occidentales /
que sirven en Medicina, Sevilla, Casa de Alonso Escribano, México, edición
del imss, como Herbolaria de Indias.
384
Monin, Ernest, 1896, Les Remédes qui Guerissent (Cures Rationelles des Maladies),
París, O. Doin.
Mora Carvajal, Virginia, 2008, “Mujeres y publicidad impresa en Costa Rica
(1900-1930). Una aproximación preliminar”, ponencia presentada en las
IV Jornadas de Investigación de la Escuela de Ciencias de la Comunicación
Colectiva de la Universidad de Costa Rica, San José, mayo.
Moynihan, Ray; Iona Heath y Henry David, 2002, “Selling sickness: The
pharmaceutical industry and disease mongering”, British Medical Journal,
núm. 324, pp. 886-889.
y Henry David, 2006, “The fight against disease mongering: Generating
knowledge for action”, PloS Medicine, vol. 3, núm. 4, en: <http://collections.
plos.org/plosmedicine/pdf/plme-03-04-diseasemongering.pdf>.
Murken, Axel H., 1993, “La publicidad: un testigo del pasado. Historia de los
medicamentos a través de carteles publicitarios”, en E. Bott, A.E. Murken y
M. Pohlenz, 100 Años de Historia Farmacéutica en carteles publicitarios, Bar-
celona, Bayer, pp. 7-9.
Nerfin, Marc, 1983, “Neither Prince nor Merchant: Citizen. An introduction
to the Third System”, en Krishna Ahooja-Patel, Anne Gordon Drabec y
Marc Nerfin (eds.), Word Economy in Transition, Oxford, Pergamon Press.
Noriega, Juan Manuel, 1941, Compendio de historia de las drogas, México, Li-
brería de Porrúa Hermanos.
Novo, Salvador, 1968, Apuntes para una historia de la publicidad en México, Mé-
xico, Organización Editorial Novaro.
Ohnishi, Makoto et al., 2011, “Is Neisseria Gonorrhoeae Initiating a Future
Era of Untreatable Gonorrhea?: Detailed Characterization of the First Strain
with High-Level Resistance to Ceftriaxone”, Antimicrobial Agents and Che-
motherapy, vol. 55, núm. 7, pp. 3538-3545.
Ortiz Gaitán, Julieta, 1998, “Arte, publicidad y consumo en la prensa. Del Por-
firiato a la Revolución”, Historia Mexicana, vol. XLVIII, núm. 2, pp. 411-435.
, 2000, “La imagen publicitaria en la prensa ilustrada mexicana (1894-
1939“, tesis de doctorado en historia del arte, México, unam.
, 2003, Imágenes del deseo. Arte y publicidad en la prensa ilustrada mexicana
(1894-1939), México, unam.
Ortiz Reynoso, Mariana, 2002, Las tesis de farmacia del siglo xix mexicano,
México, uam-X.
Ortoll, Servando, 2009, Apostillas al crimen de Tepames, Mexicali, Rafael
Rodríguez Editor/Center for Latin American Studies, University of Arizona.
Orvañanos, Domingo, 1889, Ensayo de Geografía Médica y Climatología de la
República Mexicana, México, Oficina Tipográfica de la Secretaría de Fomento.
Osol, Arthur y George E. Farrar, 1947, The Dispensatory of the United States of
America, Filadelfia, J. B. Lippincott.
385
Palda, Kristian S., 1964, The Measurement of Cumulative Advertising Effects,
Englewood Cliffs, Prentice-Hall.
Parascandola, John, 1999, “Patent Medicines and Public’s Health”, Public
Health Reports, vol. 114, núm. 4, pp. 318-321.
Parra, Guillermo, 1921 [1893], Formulario de la Facultad Médica Mexicana, 5a.
ed., México, Eusebio Gómez de la Puente.
Payer, Lynn, 1992, Disease-mongers: How Doctors, Drug Companies, and Insurers
are Making you Feel Sick, Nueva York, Wiley and Sons.
Peitzman, Steven J., 1997, “From Bright’s Disease to End-Stage Renal Disea-
se”, en Charles Rosemberg y Janet Golden (eds.), Framing Disease. Studies in
Cultural History, New Brunswick, Rutgers University Press, pp. 3-19.
Pendergrast, Mark, 1993, For God, Country, and Coca-Cola. The Unauthorized
History of the Great American Soft Drink and the Company that Makes It, Nueva
York, Charles Scribner’s Sons.
Pérez Rayón, Nora, 1994, “La publicidad en México a fines del siglo xix: Ex-
presiones del progreso económico y la modernidad porfirista, transmisora de
nuevos valores y modelos culturales”, Sociológica, vol. 9, núm. 26, en: <http://
www.revistasociologica.com.mx/abstract.asp?uid=477>.
, 2001, México, 1900. Percepciones y valores en la gran prensa capitalina,
México, uam/Miguel Ángel Porrúa.
Pignarre, Philippe, 2005, El gran secreto de la industria farmacéutica, Barcelona,
Gedisa.
Pineda Gómez, Francisco, 1997, La irrupción zapatista, 1911, México, Era.
Pollay, R.W., 1979, “Lydiametrics: Applications of econometrics to the history
of advertising”, Journal of Advertising History, núm. 1, pp. 3-18.
Pouard, G., 1912, Le Ferrouose (ferro-alcali-albumine)=ètude thérapeutique et
clinique, son application dans les diverses formes d’anémies, París, A. Brochard
et Cie.
Powers, Justin L. (dir.), 1942, The National Formulary, 7ª ed., Washington,
American Pharmaceutical Association.
Ragan, Robin, 2010, “ ‘Desarreglos propios del sexo’: Advertising Menstrual
Disorders and Regulating Women in fin-de-siglo Spain”, Decimonónica, vol.
7, núm. 1, pp. 40-60.
Rajkumar, R., S.K. Srivastava, M.C. Yadav, V.P. Varshney y H. Kumar, 2006,
“Effect of a homeopathic complex on oestrus induction and hormonal profile
in anoestrus cows”, Homeopathy, vol. 95, núm. 3, pp. 131-135.
Real Academia Española, 1992, Diccionario de la lengua española, Madrid, Real
Academia Española/Espasa Calpe.
Restrepo, Eduardo y Axel Rojas, 2010, Inflexión decolonial: fuentes, conceptos y
cuestionamientos, Popayán, Universidad del Cauca.
Ricœur, Paul, 1995, Tiempo y narración, México, Siglo XXI.
386
Río de la Loza, Maximino, 1898, “Concurso Científico Nacional. ¿Cuál es
el límite obligatorio á que debiera estar sujeto el Farmacéutico para con la
Autoridad?”, La Farmacia, periódico de la Sociedad Farmacéutica Mexicana,
vol. VII, núm. 1, pp. 2-15.
, 1899, “Venta de medicinas”, La Farmacia, periódico de la Sociedad
Farmacéutica Mexicana, vol. VIII, pp. 165-169.
Rodríguez Kuri, Ariel, 1991, “El discurso del miedo: El Imparcial y Francisco
I. Madero”, Historia Mexicana, vol. 40, núm. 4, pp. 697-740.
Rodríguez Marín, Nuria, 2007, “La publicidad comercial moderna es uno de los fe-
nómenos culturales más significativos del siglo xx”, Congreso Internacional Familia
y Organización Social en Europa y América, siglos xv-xx, Universidad de Murcia/
Universidad de Castilla La Mancha, Murcia-Albacete, 12-14 de diciembre.
Ronzón, José, 2008, “Prólogo”, en D. Hellion, Exposición permanente. Anuncios
y anunciantes en El Mundo Ilustrado, México, inah, pp. 9-12.
Ross, Stephanie M., 2012, “A Standarized Isopropanolic Black Cohosh Extract
(Remifemin) is Found to Be Safe and Effective for Menopausal Symptoms”,
Holistic Nursing Practice, vol. 26, núm. 1, pp. 58-61.
Ruiz Castañeda, Carmen, 1980, El periodismo en México. 450 años de historia,
México, unam.
Saborit, Antonio, 2003, El mundo ilustrado de Rafael Reyes Spíndola, México,
Grupo Carso/Centro de Estudios de Historia de México Condumex.
Saloma Gutiérrez, Ana María, 1997, “La imagen de la mujer en los anuncios de
la industria tabacalera en la segunda mitad del siglo xix”, en Hilda Iparaguirre
y Mario Camarena (coords.), Tiempo y significados, México, Plaza y Valdés.
Santamaría, Francisco J., 2000 [1959], Diccionario de mexicanismos, México,
Porrúa.
Santos, Boaventura de Sousa, 2005, El milenio huérfano. Ensayos para una nueva
cultura política, Madrid, Trotta/ilsa.
Secretaría de Salubridad y Asistencia, ssa, 1962, Farmacopea Nacional de
los Estados Unidos Mexicanos, 3a. ed., México, Talleres Gráficos de la Nación.
Selye, Hans, 1950, “Stress and the general adaptation syndrome”, British Medical
Journal, 17 de junio, pp. 1383-1392.
Sigerist, Henry, 1981, Hitos en la historia de la salud pública, México, Siglo xxi.
Silverman, Milton y Philip R. Lee, 1983, Píldoras, ganancias y política, México,
Siglo xxi.
Spence, Paul, 1966, “Recent acquisitions of the Historical Library”, Journal of
the Illinois State Historical Society, vol. 59, núm. 4, pp. 413-415.
Stage, Sarah, 1979, Female Complaints: Lydia Pinkham and the Bussiness of
Woman’s Medicine, Nueva York, Norton.
Starr, Paul, 1982, The Social Tranformation of American Medicine. The Rise of a
Sovereign Profession and the Making of a Vast Industry, Nueva York, Basic Books.
387
Stein, 1937, Catálogo general de especialidades para médicos y farmacéuticos, Mé-
xico, Carlos Stein y Cía.
Stengers, Isabelle, 1997, Sciences et Pouvoirs. La démocratie face à la Technos-
cience, París, Èditions la Dècouverte.
Strasser, Susan, 2007, Commodifying Lydia Pinkham: A Woman, a Medicine,
and a Company in a Developing Consuming Culture, Cultures of Consumption,
Working Paper No. 32, Londres, Birkbeck College.
Sullivan, Jack, 2007, “The Peruna Store: Strumming That Old Catarrh”,
Bottles and Extras, revista oficial de la Federation of Historical Bottle Co-
llectors, mayo-junio, pp. 28-31, en: <http://www.fohbc.com/PDF_Files/
Peruna_JSullivan.pdf>.
Terrés, José, 1910, Manual de Patología Interna. Enfermedades del Sistema Ner-
vioso, t. 3, México, Tipografía Económica.
Tiefer, Leonore, 2006, “Female Sexual Disfunction: a Case Study of Disease
Mongering and Activist Resistance”, PloS Medicine, vol. 3, núm. 4.
Toussaint Alcaraz, Florence, 1989, Escenario de la prensa en el porfiriato,
México, Universidad de Colima/Fundación Buendía.
Tyler, Varro E., 1993, The Honest Herbal. A Sensible Guide to the Use of Herbs
ans Related Remedies, Nueva York, Pharmaceutical Products Press.
Ugalde, Amador (dir.), 1952, Nueva Farmacopea Mexicana de la Sociedad Farma-
céutica Mexicana, Unión Nacional de Farmacéuticos Científico-Cooperativa,
6a. ed., México, Botas.
Unemo, Magnus y Jo-Anne Dillon, 2011, “Review and International Re-
commendation of Methods for Typing Neisseria Gonorrhoeae Isolates and
their Implications for Improved Knowledge of Gonococcal Epidemiology,
Treatment, and Biology”, Clinical Microbiology Review, vol. 24, núm. 3, pp.
447-458.
Valdés, Porfirio, 1977, “Signos en la ruta. Sr. Lic. D. Rafael Martínez Illescas”,
Senda, órgano oficial del Consejo Bartolomé de Medina, núm. 4459 de la
Orden de Caballeros de Colón, Pachuca, núm. 98, pp. 31-34.
Vargas, Gregorio, 1873, ¿Existe el empacho en los niños?, tesis en medicina,
México, Escuela Nacional de Medicina.
Velasco, Antonio, 1886, Medicina doméstica o tratado elemental y práctico del arte
de curar, México, Oficina Tipográfica de la Secretaría de Fomento.
Viesca, Carlos, 1995, “Nicolás Monardes y las plantas medicinales mexicanas”,
en P. Aceves (ed.), Farmacia, historia natural y química intercontinentales, Mé-
xico, uam-Xochimilco (Estudios de historia social de las ciencias químicas
y biológicas), pp. 35-43.
White, William L., 1998, Slaying the Dragon: The History of Addiction Treatment
and Recovery in America, Bloomington, The Chestnut Health Systems/
Lighthouse Institute.
388
Williams, Edwin B., 1980, Diccionario Inglés-Español, Español-Inglés, Nueva
York, Bantam Books.
Williams, Simon J., Jonathan Gabe y Peter Davis, 2008, “The Sociology of
Pharmaceuticals: Progress and Prospects”, Sociology of Health and Illness,
vol. 30, núm. 6, pp. 813-824.
Yoshioka, Alan, 1998, “Use of randomisation in the Medical Research Council’s
clinical trial of streptomycin in pulmonary tuberculosis in the 1940’s”, British
Medical Journal, núm. 317, pp. 1220-1223.
Young, James H., 1962, “The Patent Medicine Almanac”, Wisconsin Magazine
of History, vol. 45, núm. 3, pp. 159-163.
Youngken, Heber, 1951, Tratado de Farmacognosia, México, Atlántico.
Zolla, Carlos et al., 1988, Medicina tradicional y enfermedad, México, ciesas.
389
Índice analítico
•
391
ánimo, apocamiento: 147 derrame: 340
anorexia: 52, 80 blancura
ansiedad: 60-61, 326 dental: 265-266, 320
aparato cardiovascular: 335 “de lirio” en la piel : 111
aparato digestivo blenorragia o gonorrea: 67, 186,
empacho: 153 208, 211-212, 216, 292, 338, 350
manifestaciones ligadas: 164 boca
apetito gangrena, causa de defunción: 51
estimulante: 114, 158, 199, 220 higiene: 263-265
falta o trastorno: 60, 64, 76, 80, mal olor: 230
108-109, 126-127, 137, 243, 309, seca: 340
341-342, 362 bochornos: 70
hiporexia: 309 bocio: 83, 154
apostemas: 259 exoftálmico: 136
aprostatitis: 338, 350 bradicardia: 70
ardor de caño: 210 bronquios
arenilla en la orina: 232 bronquitis: 179
arrugas: 277, 350 catarros: 49, 186
prematuras: 228 buen humor: 148
arterioesclerosis: 67, 252 bulimia: 52, 308
ascitis o hidropesía del vientre: 227
aspiración de polvo: 88 cabello: 257, 272, 275, 277
astenopia o cansancio de órganos caída: 109, 262, 270
visuales: 70 cabeza, dolor de: 64, 109, 117-120,
ataxia locomotora: 86, 132, 211, 126, 139, 229-231, 241
228 en mujeres: 132, 134, 137-139
avería o sífilis: 208, 220-221, 243- migraña: 131
244, 246, 336, 350, 352 por bilis: 163
azote blanco o tuberculosis: 204 por estreñimiento: 149, 151
cadera
balbucencia: 227 llagas: 228
barros: 256-262, 345-346, 350 calambre del estómago: 152
bazo cálculos: 226
calenturas e infartos: 289 biliares: 186
hipertrofia: 290 del hígado, hepáticos: 163
belleza: 108-109, 228, 256, 354 urinarios: 159, 251
pérdida por menstruación: 129- calores, temporada de: 160, 343
130 calosfríos: 341
bilis: 73, 149 calvicie: 275-276
afecciones hepato-vesiculares: 162 por caspa: 270, 272
biliosidad: 74, 163, 255 cáncer: 52, 68, 181, 257, 307, 311
392
causa de defunción en 1889: 51 cefalea o dolor de cabeza: 67-69
humores: 121 ceguera: 285-286
úlceras: 200 celdillas pulmonares gastadas: 199
cansancio: 60, 65, 99, 109, 233, 341 cerebro: 58, 60, 62, 77, 99, 101,
en mujeres: 115, 156 226, 334
cara cansado: 221
biliosa: 341 cerebrastenia: 68
paño: 345 despeje: 60
carácter languidez: 230
irascible: 109 ciática: 211, 251, 254
irritable: 60 cintura
violento: 340 dolor: 187, 233
caries: 264, 266-267, 320 enfermedades: 40, 226, 302, 328
carminativos: 150 circulación, turbaciones: 145
carnosidades: 287 cistitis: 187, 212, 247, 267
caspa: 221, 256, 270-271, 274 catarral: 186
cataratas: 285, 287, 347 por gonorrea: 216
catarro: 74, 157, 173-174, 177-178, clamidia: 213
182-183, 186, 189-190, 195, clorosis: 80-81, 89, 94
199-201, 204, 248, 284-287, 319, cólera: 157
322, 329, 359 infantil: 169
como origen de toda patología: cólicos: 127, 151, 186, 204, 374
200-201 de caballo: 349
crónico: 189, 211 hepático: 252, 255
crónico de la nariz: 224 miserere u obstrucción intestinal:
gástrico de los bebedores: 147 226
glándulas: 200 uterino: 114
intestinal: 49, 169 colitis: 49
nasales y bronquiales: 49 mucomembranosa: 69
—de comezones o prurito: 69, 260, 274,
apéndice: 200 344
bronquios: 186 congestión: 136
cabeza: 200 garganta: 180
estómago: 200 membrana mucosa: 200
glándulas: 200 pulmonar: 51
órganos pélvicos: 200 riñones: 231
riñones: 200 constipación o estreñimiento: 73,
vejiga: 211, 216, 229 144-147, 158-160, 192, 357
causas de defunción en México en consunción o tuberculosis: 81, 181,
1889: 51 [cuadro 3] 184, 192, 195, 292
ceceo: 227 contaminación carnal: 210
393
contracciones: 69 espíritu: 146
cardiacas: 114 matutino: 135
uterinas: 129 prematuro: 100
corazón decadencia: 40, 213, 233
ácido úrico: 251 defensa corporal o defensas: 82, 161,
contracción: 114 179, 258, 354
dolor: 229 demacración: 77, 341
enfermedades: 74, 211, 231 depurativo: 66, 82-83, 145, 150,
menopausia: 135 197, 260
palpitaciones: 89, 131, 136 dermatología: 259-262, 274, 336
quemazón: 163 dermatosis: 260-261
corteza suprarrenal: 187 enfermedades: 260
coyunturas: 229 desaliento: 76, 228, 340, 343
cutáneas desarreglo
afecciones: 257, 259, 278, 332 aparato femenino: 120
erupciones: 261 nervios: 85
cuticulares, enfermedades: 111 sistema digestivo: 85
cutis: 292 desequilibrio: 177
aterciopelar: 282-283 nervioso: 61, 77
barros, espinillas: 261 desesperación: 100, 341
blanqueamiento: 343, 351 desgano: 76, 343
mal color, amarillo: 108, 230 desintoxicación: 65, 295, 297
desvanecimiento: 125-126, 135,
debilidad: 76-86, 93-96, 119-121, 138, 163, 233
131, 220, 228, 244, 329, 333, diabetes: 51, 67, 154, 163, 221, 223,
334, 341-344, 356 228, 307-311, 322, 327, 346,
anemia: 64, 84, 149, 168, 312, 353, 363
314 diarrea: 147, 159-161, 169, 189,
astenopia u órganos visuales: 70 229, 341-342
espalda: 121 biliosa: 342
fatiga: 178 de tísicos: 157
femenina : 105, 124-125, 135, por ulceración: 76, 343
137, 246-247 dientes: 256, 263-269, 320
hombres: 97, 124 digestión: 66, 74, 89, 98, 102, 108,
instrumentada: 85 114, 143, 152-153, 160-162,
nerviosa: 58-60, 86, 89, 218, 168-169, 192, 198, 214, 242
243, 270-271, 307 difícil o dispepsia: 68-70, 74,
riñones: 233 76, 144, 147-148, 153, 156,
sexual: 61-63, 307 181, 343
vías respiratorias: 179 pacientes dispépticos: 136, 147,
decaimiento: 60, 159 360
394
indisposiciones: 157 tirantes: 117
mala o indigestión: 60, 74, violentos: 255, 266, 320
101, 121, 148-149, 152, 163,
200, 204, 229, 231, 249, 255, eccema o eczema: 89, 256, 259, 262,
332 274, 336, 350-351
disentería: 157-159, 186-187 elasticidad: 100, 242, 354
disfunción eréctil: 62 embarazo: 79, 129, 302
disgustos: 67, 340 gástrico: 152
diuréticos: 83, 114, 212, 292, 335 vómitos: 157, 335
dolor(es): embellecimiento de la tez: 111
brazos: 248 emociones: 67-68, 229
cabeza: 64, 109, 116, 118-120, emoliente: 150
126, 139, 229-231, 241 empacho: 153-154, 363
ciática: 211, 251, 254 enajenados: 301
cintura: 187, 233 encías, inflamación: 266-267, 320
cólicos: 127, 151, 374 energía, intelecto: 54, 60, 69, 99-
columna vertebral: 67 102, 109, 115-116, 132, 176,
corazón: 229 214, 221, 228, 232, 256, 305,
costado: 64, 139, 241, 253 354-355, 374
dorsales: 233 enfado: 340-341
erisipelas: 50, 151, 211, 267, 292 enfermedad(es)
espalda o lomos: 105, 117-121, aliadas: 195
125-127, 131, 139, 222, 229-234, biliosas: 341
248, 253-254 conocidas: 200
espinazo: 229 crónica: 39, 95, 192, 209, 327,
estómago: 138, 144, 146, 341 329, 351
garganta: 172, 204, 217 curable: 300
hígado: 341 cutáneas: 244, 277
menstruación: 80, 120, 122, 129 cuticulares: 111
muelas: 241, 266-267, 320 dermatológicas: 260
muscular: 187 diarreicas: 161
nervioso: 221, 248, 351 epidémicas: 174
nuca: 69 graves: 64, 104, 174, 228, 365
oídos: 151 incurables: 43, 68, 182, 228, 329
ojos: 70, 151 inexistente: 182, 364
piernas: 126, 229, 248, 260 infecciosa: 64, 166, 191
precordiales: 69 intestinales: 40, 49-50, 121, 145,
reumáticos: 151, 233, 249-250 226, 329
riñones: 116, 121, 210 larga: 68
sordo: 229-230 nerviosas: 76, 217, 222, 329
supresión: 127 orgánicas: 121
395
óseas: 334 orina: 228
peculiares: 217 piel: 82, 89, 207, 243, 258, 260,
peligrosas: 195, 204, 365 262, 274, 329
pélvica inflamatoria: 213 sangre: 74, 99, 210-211, 243,
primitivas: 68 248, 260, 328, 350
propias del sexo femenino: 91 vida: 62, 204
psíquica: 67 —de los
reinantes: 250 bronquios: 174
remediable: 182 hombres: 217, 243
renal: 229, 232 nervios: 58, 77, 218, 222, 245,
respiratorias: 184, 189, 198, 351 329
secretas: 140, 313, 336 ojos: 283-286
sexuales: 245 órganos sexuales: 219, 247, 313
sifilíticas: 260, 365 ovarios: 120-121, 226
terminal: 230 pulmones: 85, 89, 177, 180, 192,
terribles: 210, 286, 327 195, 228, 322, 337, 349, 351
venéreas: 207-211, 213, 215, riñones: 74, 116, 121, 124, 217,
217, 244, 292, 363 222, 229-230, 232, 256
verde: 80 enfriamiento: 88, 280
—de enriquecimiento de la sangre: 58, 86,
Basedow: 136 198, 210, 250
Bright: 51, 163, 200, 230-231 envenenamiento
buba: 82 por fósforo: 186
languidez: 87 por virus mórbidos: 259
piedra en el hígado: 163, 229, 230 epidémicas, enfermedades: 174, 250
—del epilepsia: 61-62, 211, 226, 248, 292,
alcoholismo: 300 314, 346, 350-351
aparato digestivo: 159-160 equilibrio: 69
cerebro: 77 eréctil, insuficiencia: 62, 374
corazón: 74, 211, 231 erupciones, piel: 217, 243, 257, 261,
cuero cabelludo: 259, 360 263, 327, 350-351
estómago: 228, 333, 349 eructos fétidos: 157
hígado: 74, 145, 222, 256 escarlatina: 51, 168, 191, 322, 352
pecho: 51, 64, 70 escasez de leche materna: 133, 169,
sueño: 235 330
—de la escrófulas: 76, 336, 338, 350
cintura: 40, 226, 302, 328 esperanza: 17, 39, 72, 100, 148, 177,
diabetes: 51, 67, 154, 163, 221, 311, 364
223, 228, 307-311, 322, 327, espermatorrea: 70, 86, 208, 219,
346, 353, 363 222-223, 226, 246-247, 338,
garganta: 195, 321, 352 349-350
396
espinillas: 257-258, 261, 327, 345, 255, 341, 357, 369
350-351, 374 estrógenos, estimulante: 113
espíritu, decadencia: 146 estupidez: 230
espiroqueta: 236 exceso(s): 60
estado bilioso: 149, 163 diversión: 93, 99
estática abdominal, desórdenes: 67 funcionamiento psíquico: 68
esterilidad: 134, 213, 218, 226, 247 placeres: 99
estigmas: 68-70 excitante: 69, 151
estimulantes: 64, 173, 187, 311 existencia penosa: 64
acción endocrina: 114 expectorante: 83, 184, 187, 292
aparato cardiovascular: 335 extremidades, frío: 70
apetito: 289
contracciones uterinas: 129 falta de
corteza suprarrenal: 187 ambición: 109, 118
crecimiento: 184 jovialidad: 109
cabello: 273 farfulla: 227
defensa corporal: 82 fastidio para todo: 76, 343, 351
defensas: 354 fatiga: 60, 62, 67-69, 76, 85-86, 88,
estómago: 158 108, 125-126, 139, 178
estrógenos: 113 fermentaciones de los dientes: 264
fósforo: 334 fiebre: 49-51, 80, 87, 201, 207, 250,
funciones orgánicas: 100 288-292, 341, 352, 370
intestinal: 158 tifoidea: 49, 51, 64, 168
inventiva: 161 fístulas: 226, 243, 257, 343, 352
motilidad uterina: 129 flores blancas: 208
revulsión cutánea: 228 flujo(s): 121, 124, 208, 215, 219,
sistema nervioso central: 334- 226, 338
335 antiguos: 208
sistema organovegetativo: 335 de la nariz: 286
estómago energético: 281
calambre: 152 malignos: 134
calor: 341 menstrual: 128
catarro: 157, 200 purulentos: 215
dolencia: 340 recientes: 208
enfermedades: 146, 149, 228, terrible: 116
330, 333, 349 fortificantes: 78, 165, 168
molestia: 341 fósforo: 169, 186, 334
estrabismo: 285 ausencia en la alimentación: 334
estrechez, uretra: 223, 228, 314, 329 estimulante: 335
estreñimiento: 72-74, 135, 144-145, envenenamiento: 186
149, 159-160, 221, 229, 245, fracaso: 308
397
fragilidad capilar: 187 hígado: 67, 73-74, 149, 154, 162-
frío en las extremidades: 70 164, 228-230, 251, 289, 342,
fortificar, fortalecer o fuerza: 58-61, 351, 366
63-66, 69, 81, 84-87, 89, 94-101, abscesos: 327
106, 126, 129-130, 134, 139, calor: 341
153, 159-160, 174, 177, 198, dolencia: 340
213-214, 217, 229-230, 256, 261, enfermedades: 74, 145, 222, 228-
272-273, 334, 360 229, 256
inerte: 163
gangrena pulmonar: 186 insuficiencia: 132
garganta: 177, 179, 186, 189, 226, molestia: 341
266-267, 286, 320, 329, 338, 352 piedras: 163, 229-230
allagada: 338 hinchazón de vientre: 144, 146
catarro: 200 hiperestesia: 68, 70
congestión: 180 hiperexcitabilidad: 136
inflamación: 180 hipertensión: 52, 136, 365
gases: 144, 146, 149 hipertrofia del bazo: 290
gastralgia: 76, 135, 343, 351, 369 hipoazoturia: 136
gastropatías: 67 hipotensión: 136
gérmenes: 195, 210, 258, 288, 361 histeria, histerismo: 77, 89, 114,
goma o sifiloma: 336 121-122, 220, 226
gonorrea: 208-209, 212-216, 223, hombres, enfermedad de los: 217, 243
226, 228, 234, 236, 246-247, hostilidad: 341
349, 353 humo, aspiración: 88
gota: 52, 67, 145, 147, 159, 163,
224, 251, 255, 260 impotencia: 86, 89, 91, 177, 213-
militar: 208-209, 219, 349 228, 236, 246, 349
granos: 187, 228-229, 257 sexual: 70, 218-223, 247
grietas: 256, 258, 351 imprudencias de la juventud: 213-
gripe: 67, 179 214
intestinal: 189 impurezas: 60
intestino grueso: 72
halitosis: 146 inapetencia: 77, 91, 131, 159
hemorroides: 145, 164-165, 187, incurables, enfermedades: 68, 223,
226, 244, 352 329
hepática, insuficiencia: 132 indigestión: 74, 121, 148-149, 152,
hereditaria, enfermedad: 67 160, 163, 200, 204, 229, 231, 249,
hernias: 228, 303, 306 255, 332
herpes: 256, 259, 261-262 indisposiciones del tubo digestivo:
genital: 213, 336 157
hidropesía del vientre: 226-227, 231 indolencia: 76, 127, 343, 351, 363
398
infecciones: 175 regularizar movimientos: 158-160
microbianas: 159 ruidos: 69
piel: 274 secreción glandular: 158
transmisión sexual (its): 213 tisis: 145
vías urinarias: 52 tránsito lento: 144
inflamación: 121, 151, 187, 267, tuberculosis: 192
274 intoxicaciones: 67
crónica: 219 inutilidad: 62
coyunturas: 248 inventiva, estimulante: 161
encías: 266-267, 320 irritabilidad: 77, 108, 126, 132, 158
garganta: 180, 267
matriz: 124, 224, 349 jaquecas: 91, 105, 121, 127, 145,
osteoarticular: 187 151, 221, 253-254, 340, 363, 374
profundas: 187 jiotes: 327
recto: 343, 352 jovialidad, falta de: 109
tubos bronquiales: 180 jugos digestivos: 159, 160
influenza: 48, 182, 241, 349, 351, juventud
352 abusos: 61
insectos: 151, 345, 349 errores: 217
insomnio: 60, 67, 69-70, 77, 89, 91, imprudencias: 213-214
94, 136, 179, 221, 350
insuficiencia languidez: 127, 138, 230
eréctil: 375 laringitis: 51, 177, 187
hepática: 132 laxante: 83, 132, 145, 149, 152,
leche materna: 169 155-159, 182, 201, 210, 263,
miocardio: 309 310, 312, 336, 352, 357, 362
ovariana: 136 laxitud: 108
ovárica: 136 leche materna
renal: 52, 163, 200 insuficiente: 169
intelectos faltos de energía: 60 leucorrea: 86, 124, 208
intestinos, intestinal: 40, 73-74, llagas: 76, 151, 228, 244, 260, 336,
121, 145, 158, 226, 228, 366 338, 343, 351
atonía: 221 cadera: 224
catarro o gripa: 49, 169, 189, 200 piernas: 260
enfermedades: 40, 49-50, 121, garganta: 338
145, 157, 168, 175, 230 intestinal: 343
estimulante: 158 locura: 61-63
flora: 262 longevidad: 144, 263
limpieza: 73, 312 lozanía: 111, 148, 242, 283
llaga o ulceración: 76, 343, 351 lumbago: 222
obstrucción: 226 luteotropo: 83
399
mal nervios: 58-62, 66-67, 69, 77, 79-81,
color del cutis: 108 85-86, 89, 94-95, 99-102, 105,
humor: 72, 131, 163, 249, 261 109, 118, 121-122, 130, 132, 137-
olor de pies: 280 138, 211, 213, 218, 220, 222, 243,
—de 245, 249, 261, 271, 285, 307, 329,
caderas: 236 334-335, 351, 371
San Vito: 220, 226 nerviosidad: 105, 108, 116, 127,
pinto: 48, 336 131, 228, 233, 334, 350
males que retientan: 343 neumonía: 49-50, 186, 200, 280
malos modos: 340 neuralgia: 60, 81, 89, 136, 186, 221,
manchas blancas, cabeza: 327, 350 223, 226, 228, 233, 248, 252-254,
mareos: 119, 126, 137, 139, 151 256, 314
matriz, inflamación: 124, 226, 349 neurastenia: 67-68, 70-71, 76-77,
médulas: 60 80-81, 86, 94, 136-137, 188, 207,
melancolía: 60-63, 85, 101, 117- 218, 220, 223, 226, 228, 245,
118, 130, 136, 233, 363 295, 312, 334
menstruaciones: 80, 120, 122, 129
cese o menopausia: 129, 135-140 obesidad: 136, 145, 156, 223, 228,
difíciles: 80 251, 302, 307-311, 346, 350, 361
dolorosas o dismenorrea: 80 oídos: 226, 283-288, 329
irregularidades: 120, 124, 129- supuraciones: 224, 287, 349
130, 134 ojos: 70, 107, 138, 153, 226, 243,
perdidas: 122 283-287
supresión: 80, 127, 129 amarillosos: 229-230, 341
tardías: 122 color pardo: 231
trastornos: 80, 125-126, 128, de mirar áspero y despreciativo:
130, 338 341
mente: 60-61, 100, 341 desdeñosos: 341
menopausia: 105, 135-137 enfermedad: 284-286
mialgias: 87 rojizos: 231
midriasis: 70 saquillos: 231
militar, gota: 208-209, 219, 349 sin brillo: 64
miocardio, insuficiencia: 309 opresión: 136, 178, 230, 323
molestia de sobremesa: 153 organismo, reconstitución: 62, 150,
mordedura de víbora: 345 198
morfinismo: 226, 294, 302, 336 órganos sexuales: 219, 247, 313
morfinomanía: 24, 228 órganos pélvicos, catarro: 200
movimientos lánguidos: 64 orina: 136, 229, 231, 233, 353
músculos, muscular: 60, 69, 76, 86, amarillosa: 341
90, 130, 158, 169, 187, 199, 228, arenilla: 230, 232
249, 251, 285, 292, 354, 366 turbia: 229
400
disuria o emisión dolorosa: 216 vitalidad: 100, 213-214
enfermedad: 228 voz: 89, 338
mal aspecto: 341 persona(s)
orquitis: 219, 226 con temor: 60
óseas, enfermedades: 334 delicada: 60
ostearticular, inflamación: 187 desmemoriadas: 60
ovarios enflaquecidas: 61
enfermedades: 120-121, 226 histérica: 60-61
insuficiencia: 136-137 insomnes: 61
ozena: 224, 349 irritables: 61
nerviosa: 60
palidez: 108, 233 perezosas: 60
cadavérica: 76, 343, 351 perturbaciones
palpitaciones: 69, 89, 131, 135 digestión: 94, 168
paludismo: 26, 192, 226, 289-291, gástricas: 156
353 internas: 260
plasmodium: 235 nerviosas: 94
paño: 327, 350 picadura
paperas: 200 alacrán: 346
parálisis: 61-62, 86, 132, 211, 226, animales ponzoñosos: 346
228, 248, 292, 328, 350 araña capulina: 346, 350
agitante: 67 lincor: 346, 350
nervio óptico: 285 maguaquite: 345, 349
parasitosis: 186 tarántula: 345, 349
parodontopatías: 187 piel: 48, 69, 82, 89, 157, 207, 224,
párpados granulados: 285, 287 243, 251, 257-283, 329, 354
parto: 45, 160 amarillosa: 341
consecuencias: 88 aspecto triste y repugnante: 341
mal: 89 demacrada: 341
prematuro: 114 erupciones: 217, 243, 257, 261,
pecas: 258, 261, 277, 327, 345, 350 263, 327, 350
pecho: 51, 64, 70 pálida: 106, 341
pélvica inflamatoria: 213 piernas, llagas: 260
pene desfalleciente: 63 pies: 229, 280, 349
pérdida(s) pinto, mal del: 48, 336
nocturnas seminales: 70 piroxis: 157
—de pobreza de sangre: 86, 131, 138
confianza: 72 polvo: 88
energía: 60, 69, 101 postración: 60, 89, 121
fuerza: 60-61, 134, 139, 213-214, preocupaciones: 15, 256
229, 334 preservativo: 124, 330
401
principales enfermedades en México sabañones: 256, 350
en 1889: 49 [cuadro 1] salvar al hijo: 167
prostatitis: 187, 247, 338, 350 San Vito, mal de: 220, 226
psoriasis: 82-83, 260 sangre: 58, 74, 82, 85, 90, 97-100,
pulmones: 85, 89, 174, 177, 179- 109, 114, 132, 135, 137, 160,
180, 192, 195, 200, 226, 228, 181, 195, 210-211, 214, 226,
292, 321, 329, 337, 349, 351 229, 231, 236, 243-244, 248-252,
celdillas gastadas 199 258, 260-262, 285, 333, 357, 365
congestión: 51, 136, 180, 200 ausente: 93
frío: 187 debilitada: 86, 94, 210
gangrena: 186 delgada: 81
purificar descuidada: 94
boca: 109 impura: 65, 81, 210, 246-247,
sangre: 65, 125, 131, 163, 177, 261, 271, 307, 350, 365
210, 255, 260, 358, 365 pobreza de: 86-87, 89, 94, 125,
pústulas: 257, 351 132, 138, 173
productor: 219, 312
quebraduras: 303-305 purificar: 65, 125, 131, 163, 177,
quemaduras del sol: 258, 351 210, 255, 260, 357, 365
requerida de limpieza: 65, 365
raquialgia: 67, 69 viciada 94, 173, 260
raquitismo: 76, 80, 94, 169, 175, saquillos bajo los ojos: 231
184, 334, 337, 349 secreción de jugos digestivos: 152,
recalcificante: 335 159-160
regulador: 130, 156, 159, 308 sed: 340
recto, inflamación: 343, 352 semen: 97
renal: 228-234 sensación(es)
insuficiencia: 52, 163, 200 adormecimientos: 69
rencor: 341 algo que se mueve dentro: 69
resfriado: 109, 174, 178-180, 187, comezones: 69, 260
189, 198, 241, 337, 349, 352, 359 contracciones: 69
reumatismo crónico: 67, 82, 136 calor: 69
rinitis: 187 punzadas: 69, 233, 249, 351
riñones: 74, 116, 121, 124-125, 163, ruidos intestinales: 69
212, 226, 228-234, 256, 289, 366 vacío: 69
catarro: 200-201 terribles :135
congestión: 231 sexo femenino, enfermedades: 91, 120
riqueza: 85, 87-88 sífilis o enfermedades sifilíticas: 48, 51
ronquera: 187, 189 82, 157, 192, 210, 213, 217, 221,
royeres: 259 236, 245-247, 260, 329, 336, 338,
ruidos intestinales: 69 340, 345, 349, 352-353, 365
402
Spiocheta pallida: 236 cardiovasculares: 228
simpaticomimético: 187 de la mujer: 338
síncope: 70 digestivos: 80
sinsabores: 256 menstruales: 125
sinusitis: 187 metabólico: 52, 334
sistema nervioso: 58, 81
digestivo: 85 respiratorios: 179, 228
nervioso: 58, 61, 67, 86, 97, 114, uterinos: 114, 128
158, 178, 312, 334-335 traumatismos: 67
neurovegetativo: 52 treponema palido: 82
organovegetativo: 335 tricomona, infección: 213
soledad, amor a la: 109 tripanosoma: 235-236
sordera: 286-288 tristeza: 60, 116-117, 130
sudoración, sudores: 82, 136 posterior a la comida: 146
sueño tuberculosis: 45, 48, 50, 67, 76-77,
enfermedad del: 235 91, 94, 145, 168, 175, 177, 179,
escaso: 341 182, 184, 190-197, 200, 204,
inquieto: 341 211, 257, 328, 334, 343, 349,
sufrimiento moral: 68, 70 351
supresión del dolor: 159 tumores
supuraciones de oídos: 224, 287, 349 blancos: 338, 350
malignos: 223
tabardillo: 335 turbaciones de la circulación: 145
tabes dorsal: 68
taquicardia: 69 úlceras: 76, 157, 164, 200, 211, 226,
tartamudez: 227 257, 259, 262, 343, 350-351
tétanos: 51, 257 inveteradas: 338, 350
tez amarilla: 163, 229 varicosas: 336
tifo exantemático: 336 uretra: 185, 209, 212-213, 215, 217
tifoidea, fiebre: 49, 51, 67, 168 catarro: 185
tisis: 64, 67, 76, 89, 174-175, 177, estrechez: 223, 228, 314, 329
182, 184, 192-199, 225-226, 248, uretritis: 187, 213, 216
344, 351 urticaria: 262
intestinal: 145 útero: 67, 114, 120-122, 124, 134,
tosferina o coqueluche: 49-50, 191, 213, 246
256, 327, 337, 349, 352 dislocación: 246
trabajo manual excesivo: 67 motilidad: 129
transmisión sexual, infecciones:
208, 213 vahídos: 135, 255
trastorno(s) várices: 187
bioquímico: 52 varicocele: 222, 226, 243
403
vejez prematura: 76, 93-94, 99, 276, cassia: 195
343, 351 hígado de bacalao: 64, 80, 91,
vejiga, catarro: 186, 211-212, 216 184
venéreas, enfermedades: 207-208, ricino: 151
213, 215, 217, 219, 292, 363 esencial de trementina: 186
verde, enfermedad: 80 vegetal: 273
vértigo: 69, 94, 136, 351 ácido
vesícula, catarro: 186 oxálico: 159
vías urinarias, infecciones: 52, 212, para-amino-salicílico: 191
234 pipitzaóico: 337
vibración: 227 riolózico: 337
vida purgante vegetal: 337, 352
azarosa: 93-94 Afaco: 347
moderna: 58, 61, 70-71, 108 Agiotina: 349
sedentaria: 160, 360 agua: 12, 82, 85, 148, 155, 174, 201,
vientre: 144, 146, 153, 158 226, 241, 264-267, 320, 366
calor: 341 agua mineral: 154-157
dolencia: 340 Cruz Roja: 154, 317
molestia: 340 de Tehuacán: 154, 156, 317
vigilias: 67 de Vichy: 154
vinagrillo: 345, 349 Agua purgante Apenta: 155, 312
violencia: 105, 340 albúmina de huevo: 78
viruela: 26, 49, 50, 168 ,192, 283, alcaloides: 127, 336
292, 322 Almendras, Flor de: 111
virus: 259, 354 alquitrán: 173-174, 273-274
mórbidos: 259 Alquitrán de Guyot: 173-174, 323
reumáticos: 249 alternantes: 150
sifilítico: 210 antiácido: 152
visceral, congestión: 136 Antibiliosas, pildoritas: 341-343, 351
vitalidad: 67, 72, 99-100, 213-214, Anticalculina Ebrey: 163, 229-230,
250, 322 366
vitalizador: 58, 61, 86, 92 Antiembaracina: 245
vómitos, mujeres embarazadas: 157, antiescorbútico: 197
335 antiespasmódico: 114-115, 162
vulvovaginitis: 187 antifúngico: 83
Antigonorréico Maravilloso: 349
antiinfeccioso: 162, 187
REMEDIOS Y USOS antiinflamatorio: 162, 238
antiosteoporótico: 187
Aberroniano, bálsamo: 349 antipalúdico: 64, 288, 345, 350, 352
aceite antipirina: 212, 254
404
antirraquítico: 184 Brandreth, píldoras: 255, 357
antiséptico: 145, 172, 174, 184, brea de madera: 184
191, 212, 216, 264, 266-267, Brewster, método: 268
274, 320 Brissac
antisifilítico: 83 cápsulas Urosalol: 211
Antivenéreo Beltrán, específico: 340, Roburol: 99-100, 292
349 Bromoaspirina: 241
Apenta, agua purgante: 155, 312 bromuro de potasio: 196
aperitivo: 80, 114, 150, 345, 352 Brown, pastillas: 187
apiol, cápsulas: 129 Burdeos, vino: 91
Apiolina burra, leche: 343, 351
Chapoteaut: 128-129 Bustillos
Sol: 129 jarabe calmante: 336, 350
Aspirina: 238-239, 241 vino de Kola-quina: 64, 336, 352
Aureomicina: 160
Avellano de la Bruja, jabón: 111 Cadym, específico: 208-210, 349
azúcar: 85, 114, 132, 153, 167, 174, calcio: 85, 132, 334, 354
197, 201, 210 caléndula, jabón: 109, 111
olorosa: 194 canela, corteza: 197, 336
cápsulas
bálsamo Aberroniano: 349 Cognet: 189
baño de inmersión: 336 eupépticas de apiol del doctor Pizá:
baños eléctricos: 219, 329 129
barreno del vientre: 227 Gonosan: 214
Bayer Urosalol Brissac: 211, 292
Aspirina: 238-239, 241 capulín, jarabe: 327, 350
Bromoaspirina: 241 carbohidrato vegetal hiperoxidado: 194
Somatose: 101, 108, 126, 241-242 carbonato de calcio: 157
Beltrán, específico vegetal: 338, 340, Casasola, específico: 349
350 cáscara sagrada: 197, 201, 210, 310
benzol: 190, 235 cassia, aceite: 196
benzonaftol: 212 Cassia senna o augustifolia: 201
béquicos: 150 cebada, malta: 167
berros, extracto fluido: 197 Cerevisina: 262
bicarbonato potásico: 167 cerezo silvestre: 85
Biophorine: 81 cerio, salicilato: 157
bismuto Certone: 171
citrato: 148 Chalaita: 327, 349
subsalicilato: 157 Chapoteaut, apiolina: 128-129
Blanco, específico: 301, 349 cigarrrillos
Boisson Blanche: 322 Cannabis indica: 179, 358
405
del doctor Andrew: 188 Coza, polvo: 45, 297-299, 358
Esco: 178 Crema Sirena: 282-283
indios de Grimault: 178 Crenoterapia: 156-157
cinchona del Perú: 63 Creofosfatina: 176-177, 321
Cinturón Eléctrico Supremo: 221 creosota: 184, 191, 274
ciruela, pastillas: 351 Cruz roja, aguas minerales: 154, 318
citrato cubeba: 216
bismuto: 148 Culebrina, específico: 345, 349
hierro amoniacal: 148
sildenafil: 62 Damiana
clorhidrato de quinina: 148 de California El Gallo: 349
clorhidrofosfato de cal: 191 elíxir: 349
cloruro De los Ángeles, pomada: 164, 352
calcio: 335-336, 350 Dentol: 265-267, 318, 320, 322
sodio: 155, 157, 310 Deodorina: 280, 349
cobre, sales de: 196 Dermophile: 359
coca: 91-92, 313 Deschiens Hémoglobine: 81
cocaína: 91-93, 254, 336 dextrina: 167
coclearia: 197 diálisis peritoneal: 231
Cognet, cápsulas: 189 diatermia: 228
Compuesto vegetal de L. Pinkham: Dinamógeno, Tónico: 76
112, 117-118, 120-121, 126, 135 Doctor
compuestos orgánicos fosforados: Ayer, zarzaparrilla: 149
334 Enrique Hernández y Ortiz,
coníferas, resina: 184 pildoritas: 340-343, 351
Contra borrachera del doctor Graf: Hershey, pastillas: 189
300 Huchard, píldoras doradas: 159,
copaiba: 208, 215-216 161
Cordial de cerebrina, vino: 58-61, 86, Miles, píldoras: 254
129-130 Richards, pastillas: 146, 153, 192
Córdova, tintura: 352 Ulrici, remedio: 58-61, 86, 130
Corona Rivera, específico: 350 Williams, píldoras rosadas: 78, 86,
corriente(s) 109, 130-132, 137-138, 213, 250,
alta frecuencia: 223 261, 312
continuas: 329 Duval, jabón: 282
farádica: 329
inducción: 228 Ebrey, preparado: 276
corteza ejercicio eléctricamente provocado:
canela: 197 223
naranja amarga: 197 Electricina: 224, 349
Corynanthe yohimbi: 218 electrolisis: 223, 226, 228
406
electroterapia: 221, 227-228, 308 Flor de almendras: 111
Elíxir Follet, jarabe: 255
Antiperiódico Lasso de la Vega: fosfoglicerato de cal: 182-183
327, 349 Fosfohemoneurol: 333-335, 350
Digestivo de pepsina: 152 fósforo: 169, 186, 334
El Gallo: 349 fototerapia: 227, 327
J. M. Lasso de la Vega: 349 French Wine: 92
Tolteca: 349 Fumigador antipalúdico Tenorio: 288
Vegetal Guadalupano: 337, 349
Emplasto Monópolis: 262 Gastralina Pollet: 146
Emulsión Estela: 337, 349 Gastrocura Mayo: 370
Esanofele: 290 Girard, vino: 64
esencia de terebentina: 186 glicerina: 85, 111, 196
Específico glicerofosfatos: 85, 334
Antivenéreo Beltrán: 340, 349 Gonosan, cápsulas: 214
Blanco: 301, 349 Gotas Americanas: 350
Cadym: 208-210, 349 Grajeas del doctor Hecquet: 77
Culebrina: 345, 349 Gran Solenoide d’Arsonval: 222
de Juan Corona Rivera: 346, 350 grana cochinilla: 196
de Lugarda Silva: 349 Grantillas: 138, 350
de la Sra. E. Casasola: 350 Gránulos de ruibarbo de Mentel: 158
Orihuela: 271, 350 Grimault, cigarrillos: 178
Vegetal Maravilloso Henry: 327, Guerrero, pastillas: 351
350
Vegetal Rafael y Francisco A. Hamamelis, jabón: 350
Beltrán: 338, 340, 350 harina(s): 165-172
estreptomicina: 191, 196, 299 lacteadas: 166-167
estricnina o estrictina: 85, 91, 132, malteada: 165
211, 295, 313 trigo: 167
Eugenina: 218 Hecquet, grajeas: 77
extracto fluido de berros: 197 Helminto-Tenicífuga, jalea: 334
Extracto vegetal antidiabético: 346, hemoglobina: 80, 312
350 vino: 333, 352
Hémoglobine Deschiens: 81
fenoles: 172, 184 hemostático: 186
Fermentín: 311 Henry, Específico vegetal: 327, 350
Ferrovose: 77-78, 291 Hermin, tintura: 277
Figadol: 184 Hiel de toro, jabón: 261, 350
Filoderma: 327, 350 hierro: 67, 77-78, 80-81, 85, 132,
Filtro Pasteurizador Mallie: 361 210, 291, 312, 354
Fitaceína: 277, 350 Higuerol: 151, 350
407
hipofosfitos: 85 Kufeke: 168-169
hipolipemiante: 83 Kuro-Barros, jabón: 256, 350
Horlick, leche: 166-167
huevo, albúmina: 78 Lagasse, jarabe: 184
Larexina: 267
icthyol: 91, 313 Lasso de la Vega, elixir
inyección antiperiódico: 327, 349
Brou: 181, 208 Laxin: 357
G: 208 leche: 133, 165-169, 191, 298, 323,
ionización: 223, 329 330
Iperbiotina Malesci: 92, 95, 98 de burra: 343, 351
isoniazida: 191 entera: 167
malteada: 165-172
jabón Leche malteada de Horlick: 167
Avellano de la Bruja: 111 Lezama, polvos vegetales: 337,
caléndula y verbena: 109 351
Hamamelis Sulfuroso: 350 Litoquimol, pastillas: 163, 351
hiel de toro: 261, 350 luz: 246, 327, 329
Kuro-Barros: 256, 350 luz violada: 223
Simon: 282
Taurochol: 346, 350 Magnesia
vegetal Duval: 282 Márquez Padre: 332, 351
Jalea Helminto-Tenicífuga: 334 Sarrá: 151
jarabe magnesio, sales de: 152
Calmante de Bustillos: 336, 350 Mallie, Filtro pasteurizador: 361
capulín: 327, 349 malta: 85, 167
cloruro de calcio compuesto: manganeso: 85
335, 350 Man-ilin: 362
Follet: 255 manzanilla: 162-163
rábano iodado: 197-198 Aromática Espigadora de las
Roche: 183 Montañas de Aragón: 162
savia de pino marítimo de Lagasse: de los Pirineos: 162
184 Maravilla Dominicana: 151, 351
jugo orgánico testicular: 95 Mariani, vino: 91-92
Julien, fruta: 149 mariguana: 197, 294, 358
Marmola: 309-310,
Kalodermogeno: 258, 332, 351 masaje: 111, 246, 329, 346
Kaspool: 271 Matricaria recutita: 163
Kleo, pastillas: 189, 351 menta y poleo: 190
kola: 91, 313, 333 Mentel, ruibarbo: 158-159
Kola-quina, vino: 64, 336, 352 mentol: 190, 265
408
Montaño, pomada virginal: 343, 351 Pautauberge, solución: 191
morfina: 67, 92, 127, 241, 254, 294, Paw-Paw, píldoras: 72-74
296, 336 pectorales: 150, 189
Morrhuol Creosotado: 183-184 de Cereza del Dr. Ayer: 179-182
Mosquito, píldoras: 337, 351 penicilina: 213, 216
Muñoz, píldoras: 351 pepsina: 73, 152
Myroxylon pereirae: 273 Perezia adnata: 337
peritoneal, diálisis: 231
Nacionales, píldoras: 288, 329, permanganato de potasio: 212
351 Perú, cinchona: 63
Nafé Delangrenier, pasta y jarabe: Peruna: 78-79, 200-205, 317, 319,
181-182 322, 324, 358-359
naranja amarga, corteza: 197 Phosphogenol: 218
Nervalina India: 248, 351 píldoras
Ner-vita de Huxley: 84-85 Mosquito: 337, 351
Nestlé, harina: 167 Nacionales: 288, 329, 351
rosadas del doctor Williams: 78,
Obleas de Stearns: 254 86, 109, 130-132, 137-138, 159,
ocote, resina: 187 213, 250, 261, 312
Odol: 212, 263-265 vegetales Indianas de Wright: 291-
Oleozone: 192 292
Oleum morrhuae: 184 —de
Olugna: 365 Brandreth: 255, 357
opio: 182, 254, 294, 296, 336 Foster: 232-233
Orihuela, específico: 271, 350 Muñoz: 351
Orinoka: 276-277 Paw-Paw: 72-74
oxálico, ácido: 159 —del
Oxidaze: 192 doctor Ayer: 149, 359
Oxydase: 194 doctor Enrique Hernández y Ortiz:
351
papaya o lechosa: 73 doctor Miles: 254
pastillas doctor Huchard: 159-160
Aztecas: 351 Pildoritas Antibiliosas: 340-342, 351
Bronquiales de Brown: 189 Pinkham, compuesto vegetal: 112-
Ciruela compuestas: 351 113, 115, 117-118, 120-121, 123,
doctor Hershey: 189 126, 135, 138
doctor Richards: 146, 153, 192 pino(s): 185, 187
Kleo: 189, 351 Pioptoro: 76, 343, 351
Litoquimol: 163, 351 Piperacina Midy: 250-253
Tito Carrillo: 337, 351 Pirineos, manzanilla: 162
Prof. A. Guerrero: 351 Pixiavon: 273
409
Pizá, cápsulas eupépticas de apiol: 129 Radium Corn Cure: 281
poleo, menta: 190 raíz
Poleo-Benzo Mentol: 351 pipitzáhuac: 337
polvos rascapetate: 209
Cassia Richelet: 145 ruibarbo: 158
Coza: 45, 297-299, 358 Rambelli: 189
laxativos Rocher: 145 rascapetate: 209
vegetales de Lezama: 337, 351 rayos X: 219-228
pomada reconstituyente(s): 57-59, 64, 77,
Balsámica Maravillosa: 256, 343, 84, 89-91, 95, 99, 101, 108, 130,
351 150, 184, 191, 198, 207, 220,
de los Ángeles: 164, 351 243, 315, 333, 354
Virginal Montaño: 343, 351 remedio
potasio del Dr. Ulrici: 57-61, 86, 130
bicarbonato: 167 vegetal Xicotl: 327, 352
bromuro: 196 viburno: 112, 114
ioduro: 83, 197 resina
permanganato: 212 coníferas: 184
Preparación de Wampole: 85-86 ocote: 187
Preparado de Ebrey: 276 pino: 186-187
Prof. A. Guerrero, pastillas: 351 ricino, aceite: 151
Pulmofosfol: 175 Richelet
purgante: 74, 144-159, 201, 259 polvos: 145
Apenta: 155 tratamiento depurativo: 260
Fruta Julien: 149 Roburol Brissac: 99-100, 292
Higuerol: 151 Roche, jarabe: 183
Magnesia Sarrá: 151 Rocher, polvos laxativos: 145
Purgatina: 144-155 ruibarbo: 158-159
raíz de ruibarbo: 158
Tamarindo: 352 salacetol: 212
vegetal de ácido riolózico: 337, 352 sales
bismuto: 157
quebraduras: 302-305 cerio: 158
quina: 80, 87-88, 290, 329, 336, 345 cobre: 196
Kola-quina: 64, 336 Epsom: 132
Laroche, vino: 79-80 hierro y potasio: 210
quinina: 127, 148, 210, 258, 291 magnesio: 152
vino ferruginoso: 79-80 salicilato cerio: 157
Xerez-Quina-Ruiz: 352 fenilo: 212
de Vivas Pérez: 157
Rábano iodado, jarabe: 197-199 Salol: 212, 265
410
San Germán, té: 145 352
sándalo: 208, 215-216 testicular, jugo orgánico: 95
Santal Monal: 215 tetraciclina: 160
Santalol Montagu: 215 Throatlets: 186
Santalum album: 215 tintura
saponinas: 82-83 Córdova: 352
Sargol: 169, 171 Hermin: 277
Sarrá, Magnesia: 151 Instantánea del Dr. Richards: 277
Savia de pino marítimo, jarabe y Tito Carrillo, pastillas: 337, 351
pasta: 184 Tolteca, elíxir: 349
Seravallo, vino de quina ferruginoso: Tónico Dinamógeno: 76
79-80 tónico(s)
Serenoa repens: 171 antibilioso: 332
sildenafil, citrato: 62 cardiaco: 336
Silva, Lugarda, específico: 349 enérgicos: 160
Simon, jabón: 282 nervioso: 58-59, 66, 109, 335
sodio: 85, 155 transplante: 231
Solución Pautauberge: 191 Tratamiento depurativo
Somatose, aperitivo: 108, 126, 150 Richelet: 260
Sozodont, polvos dentríficos: 267 trementina, aceite esencial: 186
Stearns, obleas: 254 trifolio: 197
Stolz Electrophone, aparato para trigo, harina: 167
sordera: 287, 288 Trociscos Zymole: 337, 352
Stomalix, elixir estomacal: 147-149 Tuberculozyne: 195, 197, 201
subsalicilato de bismuto: 157
sudorífico, sudoración: 82-83, 136 Ungüento de la Tía: 352
Sudorina, polvo para pies: 280 útero, estimulantes: 129
sulfadiazina: 216
sulfamidoterapia: 212, 216 Vapocresolene: 172
sulfapiridina: 216 Vaseline: 278-279
sulfato de sodio: 155, 157 Vegetal Guadalupano, elíxir: 338,
349
Tamarindo, purgante: 352 Velcas: 173, 210, 249, 261
Taurochol, jabón: 346, 350 verbena: 109, 111
té Viagra: 62-63
de San Germán: 145 Vial, harina: 165
del Tepeyac: 352 viburno: 112, 114
Tehuacán, agua mineral: 155-156, Vichy, agua mineral: 154
317 vientre, barreno: 227
Tenorio, antipalúdico: 258 vigor, vigorizar: 57-58, 60, 62, 64,
Tesoro de las Madres: 133, 327, 330, 72, 74, 84-85, 89, 99, 106, 118,
411
121, 198, 221, 230, 249, 253, Amezcua, J. M.: 336, 349
292, 304, 360 Aminoff: 97
garganta: 338 Anglo Swiss Condensed Milk
varonil: 72 Company: 167
para trabajar: 60, 100 Appadurai: 84
vino Arellano, R. N. de: 89
Cordial de cerebrina: 58-61, 129-130 Argentina: 78, 182
—de Arteche: 83, 129, 187
Burdeos: 91 Aveleyra, Manuel: 329, 336
Kola-quina: 64, 336, 352 Ayer, Dr. : 66, 81, 83, 149, 179, 180-
Kola-quino Bustillos: 64, 352 183, 255, 270-271, 359
La Quina-Laroche: 62-64, 323 Azcapotzalco: 133, 327
Quina ferruginoso Seravallo: 79 Azuela: 37, 154
Girard: 64
Hemoglobina Parra: 333-334, 352 Banting: 51
Mariani: 91-92 Barajas: 48
Vivas Pérez, salicilatos: 157 Baron: 101
Barquín: 45
Wampole, preparación: 85-86 Bartrip: 160, 204-205, 221
Wright, píldoras vegetales Indianas Basch: 114
de: 291-292 Baumetz, Latour: 90
Bazant: 47
Xicotl, remedio vegetal: 327, 352 Becht: 114
Beer: 113
Beltrán, Rafael y Francisco: 338,
ONOMÁSTICO 340-341, 349-350
Benítez, Gregorio: 212
Abogado, Enrique: 45-47, 72 Berdonces: 159
Academia de Medicina de París: 77, Bergedorf: 169
87, 159 Berlín: 239, 300, 329
Adams H., Samuel: 200-201 Bermúdez: 15
Addison: 52 Bernard, Claudio: 96
Agostoni: 15, 37, 47 Bernhardt, Sarah: 91
Aguirre Beltrán, Gonzalo: 338 Bézanger-Beauquesne: 129
Alfaro, José: 329 Bilbao: 46
Almería: 157 Bilhaut: 62
Álvarez Amézquita: 49 Blériot: 63
Amatlán, Veracruz: 131 Boatella: 166-167
American Medical Association: 83, Botelho, Oliveira: 197
123-125, 172, 194-197, 201, 206, Bouchardat: 159
265, 306, 311 Bouret: 181
412
Brandreth, Benjamín: 255, 357 Compañía Mexicana de Aviación:
Brasil: 169 13
Brochard, A.: 78 Compañía Mexicana de Luz y
Brown-Sequard: 92, 96-99 Fuerza Motriz: 21
Bufalo Bill Cody: 92 Compañía Mexicana de Petróleo El
Burdeos: 91, 184, 186, 320 Águila: 21
Burgrave: 72 Congo: 218
Bustillos, Francisco: 64, 190, 336, Córdova: 352
351-352 Coria, Jesús: 329
Corona Rivera, Juan: 346, 350
Calderón: 41, 186 Cosío, Luis G.: 329
Camacho: 15 Costa Rica: 169
Camerún: 218 Cramp: 86, 124, 132, 153, 171, 193,
Campos: 153 204, 206, 211, 292
Carbonell Hnos.: 338 Craven-Burleigh, John: 275-276
Carnot, Paul: 309 Cruz Romero: 131
Carpenter: 83 Cuauhtémoc: 360
Carrillo y Castella: 337, 349 Cuernavaca: 17, 22, 104, 303
Carrillo, Tito: 351
Casasola, E.: 349 D’Arsonval: 97, 222-223
Castillo, José Luis: 352 Darwin: 20
Celaya: 322 Dávila, José M.: 349
Cerbelaud: 197 De Kruif: 235-236
Chalma: 35 De la Garza, J.M.: 327, 334, 350
Chapoteaut: 128-129, 183-184 De la Madrid, Enrique O.: 47, 316
Charcot: 68 De Martino, Ernesto: 36
Charrin: 80 Della Loggia: 114
Chatton: 186, 312 Departamento de Salud Pública: 128
Chicago: 217 Di Liscia: 78
Chile: 169 Díaz, Porfirio: 47, 345
China: 82 Díaz y de Ovando: 15
Chorne F., Rafael: 268 Díaz y Díaz: 48
Ciudad Acuña, Coahuila: 202 Droguería Elefante: 75, 79
Clark, Andrew: 73 Droguería Santo Domingo: 151
Colima: 48, 316 Duplan, Ernesto: 328
Colombia: 329 Duraffourd, Christian: 83, 113-114,
Comisión Dictaminadora de 132, 187, 291, 311-312
Medicamentos: 125 Durango: 220, 305
Compañía Americana de Yerbas Duval: 282
Medicinales: 208, 349
Compañía Editorial Católica: 20 Ebrard, Jorge: 112
413
Ebrey: 163, 229-230, 276, 366 347, 349-350, 352
Edison, Thomas: 92 Getsinger: 192
Ehrlich, Paul: 234-237, 244 González, Abraham: 24
Elguero, José: 20 González, Ernesto: 212, 336
Escohotado: 91-92, 336 Goodman y Gilman: 186, 274, 299
Escuela Nacional de Medicina: 85, Goulet: 15, 30, 32-33, 105, 135,
89, 104, 199, 219, 228, 258, 314, 356, 364
316, 327 Gracia Guillén: 235
España: 44-45, 137, 182, 187, 190, Graf, Herrmann: 300
196, 278 Grasset: 114, 136, 212
Esparza, A.: 350 Grecia: 173, 246
Espinosa: 329 Grimault: 128, 152, 178, 184, 197
Estrada, A. C.: 270 Goetschel, B. y G.: 20
Etienne: 80 Gómez de Silva: 37
Guanajuato: 322, 346
Fábregas, Virginia: 322 Guerrero, Agustín: 212, 265, 281,
Fábrica de Corsés de Lavillete: 360 351
Facultad Médica Mexicana: 137, Gutiérrez, M.: 85, 153
186, 332, 336, 362 Gutiérrez Sanza, Luz: 116
Farmacopea Mexicana: 46, 114, Guyton: 152
186, 212
Farrar: 82-83, 114, 128, Habana, La: 120
132, 152, 158, 174, 212, Hager: 114, 265
216, 219, 241, 251, 263, Hale, Guillermo E.: 248
334, 345 Hamburgo: 169
Félix Miret, Rosa: 350 Hanff, Hans: 329
Fernández, Emilio: 349-350, 352 Hanff, Max: 94
Flores Valderrama, P.: 248 Hara: 158
Folies-Bergéres: 322 Hartman: 200-202, 204, 316
Follet: 255 Hecquet: 77
Food and Drug Administration: 85, Hellion: 14-15, 20, 30-31, 35
132, 199, 201 Hénocque: 97
Franklin: 173, 210, 249 Henry: 327, 350
Freud: 92 Hernández, Eduardo: 338
Friberg: 367 Hernández, Fortunato: 224
Hernández, Francisco: 209
Gabón: 218 Hernández y Ortiz, Enrique: 76, 262,
Gagnon: 34-36 340, 342, 351-352
Gama, José María: 314 Hettne: 367
García, Luis: 302 Hidalgo, José M.: 197, 328
Garduño, Adrián: 133, 327, 330, Hildt: 78
414
Hipócrates: 80 Lee: 191
Hoffmann, Félix: 239 Lefévre: 78
Hoffmann La Roche: 183 León, Guanajuato: 248, 346
Hoolihan: 181-182, 195, 206, 255 León XIII: 92
Huamantla: 212, 336 Lezama Hermanos: 351
Huchard: 159-161 Liceaga, Eduardo: 302
Huerta, Victoriano: 22, 319 Liebenau: 234, 236-237
Hungría: 155 Liebig: 167
Hunyadi: 155 Lister: 217
Huxley: 84 Loewy: 219
López Acuña: 48-49, 192
imss: 374 López de Santa Ana, Antonio: 22
Instituto Médico de Agentes López León: 15
Físicos: 222, 328 López Tilghman: 48
issste: 374 Lowell: 179, 181
Iturbide: 20 Lozano y Castro, Mariano: 258,
332, 351
Jacob, Rue: 174 Lyon, Gastón: 67, 70, 79-80, 289,
Jalapa: 338 308
James C. Ayer: 181-182
Janowsky, Antonio: 244 Macías, R.: 314
Jiménez, L. F.: 346, 350, 363 Macouzet, Roque: 314
Jones, Wylie: 171 Madero, Francisco I.: 24, 154, 317,
Juquila: 35 319
Magnat, Antonin: 322
Kahlo, Frida: 34 Maillefert, Eugenio: 181
Keeley Institute: 24, 293-297 Maison, L.: 174
Keeley, Leslie E.: 293, 295-297 Malesci: 92, 95-96
Kinsley, Oliver: 171 Manquat: 82, 186, 309, 372
Krupp: 186, 312 Mariani, Angelo: 91-92
Mariel: 123
Labadie: 75, 282 Marigny: 322
Laín Entralgo, Pedro: 96 Marine: 83
Landero: 62, 128, 184 Márquez, Antonio: 302
Lapponi, Giuseppe: 311-312 Márquez, Juan José: 332, 351
Laplantine: 33 Marriott: 114
Lapraz, Jean Claude: 83, 113-114, Martínez, Aurelio B.: 117
132, 176, 187, 291, 311-312, 343 Martínez Barranco, Rafael: 12
Larralde, José M.: 329 Martínez Illescas, Rafael: 12-13, 17
Laverán, Alfonso: 235 Martínez, Nicolás: 302
Lebrun: 33, 364 Massachusetts: 112, 180-181
415
Massé: 55 Novo: 15
Maximiliano: 20 Nueva España: 82
Mayora: 40-41 Nueva York: 171, 276, 301, 306
Mayoral Pardo, Demetrio: 83, 115,
129, 152-157, 172, 186, 212, Oaxaca: 317
216, 228, 334-335, 372 Ochoa, Adalberto: 303
Mc Laughlin: 105 Ochoa Alcaraz, Guilebaldo: 351
McKeown: 191 O’Farrill, Alberto: 293
McKinley, William: 92 Ohnishi: 213
Medellín: 209 Orbe: 123
Mendizábal, Miguel: 219-224, 246, Orihuela: 271, 350
322, 328, 349 Ortega, Ildefonso: 322
Mendoza, Francisco de: 82 Ortega, Rafael B.: 248, 351-352, 363
Merck: 92 Ortiz Gaytán: 15
Mérignac: 63 Orvañanos, Domingo: 49-51, 157,
Merino, G. F.: 189, 351 190
Mexicana de Aviación: 13 Osler, William: 33-34
Michoacán: 187, 322 Osol: 82-83, 114, 128, 132, 152,
Miles, Franklin: 254 158, 174, 212, 216, 219, 241,
Milk Company: 167 251, 263, 334, 345
Mixcoac: 197, 288, 329 Osorio, Emigdio: 345, 349
Monardes, Nicolás: 82 Osorio, I.: 351-352
Mondragón, Guillermo: 248 Otero, Carolina: 322
Monin: 156, 308 Oughton, John R.: 293, 295
Monterde, Pilar: 78 Over the Counter Drugs: 140
Monterrey: 318, 360
Montes de Oca: 363 Pacheco, Jenaro: 302
Montoya, Matilde: 104 Pacheco de Rodríguez, Elodia: 120
Morelos: 11, 17, 24, 192, 319 Palacio Nacional: 262, 342
Moreno, Marcial: 220 Palda: 123
Moynihan: 16, 365 Palmero, Ricardo: 225-226
Muller: 219 Pankhurst, Eduardo: 317
Munch: 114 Parra, Guillermo: 186, 208-209,
Munyon: 24, 26, 71-76, 144, 248 212, 289, 307, 334-336, 350-352,
Muñoz: 351 363, 369
Murken: 53, 364 Parra, Porfirio: 137
Paulesco: 51
Neff: 113 Pauly: 176
Nestlé, Henri: 166-167 Paw-Paw: 72-74
Noorden: 72 Payer: 364
Noriega, Juan Manuel: 186, 216 Pellicer, Tomás: 289-290, 352
416
Pemberton, John: 92 Rubio, Horacio: 335, 350
Pendergrast: 92 Ruiz, Vicente: 287
Peralvillo: 329 Ruiz Castañeda: 15
Pérez Rayón: 15 Ruiz Erdozáin, Alfonso: 302
Perú: 63, 273 Ruiz y Ruiz, Félix: 345, 352
Perutz: 82 Russell, Lillian: 92
Pfizer: 62-63
Pignarre: 16, 239 Saborit: 15
Pilcher: 114 Saiz de Carlos: 76, 144, 147, 149
Pimentel, E.: 317 Saint-Marc, Rosalía: 320
Pineda Gómez, Francisco: 24, 48, Sainte Rapegonde, Sor María de:
316 320
Pinkham, L.: 112-126, 134-135, 138 Saloma: 15
Pollay: 123 Salvat: 70, 82, 144, 146, 149, 156,
Pouard: 78 281, 291, 314, 336
Programa Actores Sociales de la San Antonio, Texas: 117
Flora Medicinal: 17, 27 San Juan Tolomeque: 220
Puebla: 11, 24, 104, 178, 248, 293- San Nicolás Tolentino: 322
295, 335 Sanatorio Botelho: 197
Sanatorio para Alcohólicos y
Québec: 15, 105, 135 Morfinómanos: 24, 293, 295
Querétaro: 330 Sanborn, Farmacias: 165, 278
Sánchez León, Manuel: 20
Ragan: 122, 129, 137 Sánchez Santos, Trinidad: 20
Rajkumar: 114 Saucedo, Ruperto: 232
Real Academia de Medicina: 157 Schwann, F.: 152
Restrepo: 240, 318 Selye, Hans: 70
Rice, William: 303-306 Seravallo: 79
Richards: 146, 153, 192, 277 Serralta, Salvador: 151, 351
Richelet: 145, 258-260 Sevilla: 82
Ricœur: 14 Silva, Lugarda: 349
Río de la Loza, Juan: 337, 352 Silverman: 191
Río de la Loza, Leopoldo: 337, 349 Sociedad Farmacéutica Mexicana:
Río de la Loza, Maximino: 38, 42- 38, 40-41, 43, 186
43 Société Mutuelle de Publicité: 20
Robles, Juvencio: 319 Spillmann: 80
Rodríguez Kuri: 20 Stage: 112, 115
Rodríguez, José V.: 352 Starr: 115, 194, 201
Rojas: 240 Stearns: 254
Rosenstein: 128 Stein, Carlos: 80, 169, 183, 186,
Ross: 113 197
417
Stengers, Isabelle: 46 Yonkermen, Dirk P.: 45, 195
Stevenson, H. R.: 192 Young: 181
Sullivan: 201-202, 316 Youngken: 82-83, 115, 184-186, 219,
263, 273-274
Tejeda, Carlos: 316
Tejada P., Manuel: 321 Zacatecas: 317
Tepalcingo: 11 Zamora: 342
Tepeyac: 35 Zola, Émile: 92
Tepoxtlán: 24 Zwaim, Clemente: 243-244
Terrés, José: 68-70, 77
Thurmon: 82
Tizayuca, Hidalgo: 116 PUBLICACIONES
Toussaint: 15, 35
Tulancingo, Hidalgo: 12-13, 345 Collier’s Weekly: 201
Tyler: 114 Crónica Médica Mexicana: 45, 250
Diccionario de Especialidades
Uilhein, José: 75, 260 Farmacéuticas: 62, 128, 184, 373
Ulrici: 58-61, 86, 130 Diccionario Vidal: 373
Ulrici Medicine Company: 59 El Imparcial: 20
Uruguay: 169 El Mundo Ilustrado: 17, 57, 103, 106,
Uruzawa: 158 128, 313
El Nacional: 20
Vargas: 153 El País: 12, 17-20, 24, 26, 36,
Variot: 98 41, 44, 57, 75-76, 85, 88, 91-92,
Vedel: 114, 136, 212 98, 104, 130, 141, 154-155, 157,
Velasco: 48 162, 166, 168, 181-183, 194-208,
Verdal: 319 215, 224, 235-237, 243, 252,
Vértiz: 363 283, 298, 301, 315, 325, 330,
Viesca: 27, 82 343, 349-352, 356, 371, 374
Villain, Augenio: 302 El Tiempo: 20
Villegas, R.: 164 Gaceta Médica del Norte: 46
Viuda de León, A. A.: 349 Journal of Pharmacology: 114
La Ciudad de Dios: 17, 65, 188, 249,
Waltz y Compañía: 62 292
Wampole: 85-86 La Voz de México: 20
Williams, Dr.: 78, 86, 109, 130-132, La Presse: 105
137-138, 159, 213, 250, 261, Lancet: 96, 205-206
299, 312 Revista de Revistas: 17, 176, 193, 289,
Woodward, Herbert: 171 347, 355
Xochitepec: 11
418
•
Afecciones en juego.
Remedios anunciados en El País de 1909 a 1914
se terminó de imprimir en agosto de 2018
en los talleres gráficos del Instituto Nacional
de Antropología e Historia.