SSE
El proceso econémico
Jorge Gelman
Laerisis de la monarquia espanola y la revolucién provaca-
ron fuertes cambins en la economia rioplatense, Algunos de
estos cambios se insinuacon antes de eomenzar el siglo Six
En 1796 la Corona perdié en buena medida la eapacidad
de controlarcl eomercio athintico y; porende, lnarticulacién
con sts colonias, stuaeién que se convirtio en irremedia-
ble con la destrucci6n de la Armada espafiola en Trats
0 1805, De alli en adelante se stuceden las inyasiones ingle=
sas de 1806 y 1807, la invasiGn napoledniea de la Peninsula
61 1808, la prisin dlel monarea el inicio de la rebelidn aan-
lifkancesa que pronto pareceria desesperada
Junto con las tormentas que provienen del orden polit:
0, s¢ pereibe una serie de mutaciones econdmieas que ten-
drain tanta o mas influencia que aquéllos en promover cam
Dios en clorden econdmieo internacional y en ka parte que a
diversas regiones de] mundo les tocar en suerte.
Al menos desde las tiltimas dé
adas del siglo svi co:
Imeri76 a manifestarse un proceso denominado Revolucion
Industrial, que —primero en Inglaterra y ns tarde en otros
Paises— generaria un crecimiento inusitado de la pro-duceidn de bienes manufacturados de bajo precio unitario,
ante todo textiles, lo que favorecié una division internacio-
nal del trabajo junto a un abaratamiento importante de los
costos de transporte maritimo, provocando con ello prove-
sos de especializacién y un ineremento y cambio del conte~
nido del comercio atkintico. Sin embargo, en este nuevo or-
den econémico internacional, recién se anunciaba por
entonces, sts efectos no podfan ser integrales. En un primer
momento afectaria fundamentalmente a las regiones a las
que se podia Hegar en arco, pero mucho menos a las €0~
‘marcas interiores alas que slo se podia aeceder con trans~
porte terrestre, mucho mas aro, lo que eonstitufa una ba-
rrera natural a su integracién global.
Estos fenémenos —Ia incapacidad espafiola de mante-
ner abierto el comercio con sus colonias y el impulso de la
Revolucién Industrial que alteraba el sentido del comercio
internacional— no podian més que afectar hondamente a
tuna regién como el Rio de la Plata, ubieada estratégicamen-
teen las rutas athinticas y con una amplia disponibilidad de
recursos naturales para emprender un proceso econGmiico
que le permitiera integrarse exitosamente en esa nueva divi-
sidn internacional del trabajo.
Si se mira en el largo plazo de un siglo, 1810-1910, el
desempeiio de la economia argentina es uno de los mis exi-
tosos del planeta. En parte del siglo x1x, einicios del xx, las
tasas de erecimiento que experimenté superaban casi todas
Jas economias més présperas, inclusive la norteamericana, y
hacian augurar parala «reina del Plata» un de
so al lado de los mas ricos del mundo.
‘Sin embargo, en el més estrecho plazo que a
sente volumen, 1808-1830, la situacién no pareefa tan hala-
giefa, Es mas, si se pudiera medir algo asi como el Producto
Interior Bruto entre ambos extremos, posiblemente el ereci~
tmiento fuera muy exiguo si es que lo hubo, y'sihiciéramos el
mismo cfleulo en términos per efpita, la ewenta seria sin
ua negativa por el crecimiento demogrifico que se produ-
jo sinmulténeamente.
Esto es asi porque si bien, como veremios, en este periodo
se estaban sentando las bases para el crecimiento econ6mico
posterior, por el momento prevalecfan los costos que dicho
cambio trata aparejados sobre sus beneficios, lo que se debe
sumar a la destruceidn que generaron las guerras de inde-
pendencia y civies que sacudieron al Rio dea Plata, como a
casi todo el territorio hispanoamericano.
En todo caso, si se debiera definir el eje del cambio evo-
némico que se produce en estas primeras décadas del si-
ilo xix, se podria sintetizar como la transicién entre un siste
ma econémico centrado todavia a fines de la colonia en el
mercado interno —motorizado por los centros mineros de
plata del Alto Pert— y ls inieios de un modelo agro-expor
tador que va a encontrar su nuevo motor en el comercio
atlantico. Es obvio que este comercio ya existia en los siglos
anteriores, pero a diferencia del de los siglos xv1 al xvi, dis-
tinguido porel intercambio de metales preciosos producidos
en Amériea por bienes de lnjo provenientes de Europa o es-
lavos africanos, el nuevo comercio atldntico del siglo xrx se
caracteriz6 por la importacidn de bienes manufacturados de
consumo masivo a cambio de materias primas y alimentos
que se enviaban desde las regiones periféricas. Mientras que
cl trifico de la primera etapa era compatible con la existencia
del mercado intemo colonial, que inclusive, como se ha de~
mostraco, leera funcional, nuevo tipo de economia atlén-
Songe Geatica iba & poner en euestisn el sistema de produeeién einter- 1 sistemas provinciales auténomos que no hi
cambio tipico del periodo colonial, Junto con esto, se war lus diferencias. Adem, esta divisi
produce nna serie de transformacion 1 institucional ra Buenos Aires un monopoliodel comerci
que aeompaiian, modifican o a veces frenan estos p rior que, la ve7, le brindaria una solider y riqueza fisea
de transicidn. Entre ellos se pneden eontar el fin del mone. pasada en el control de ese comercio, del que earecieran los
polio comercial espafioly’l inicio de politieas econémicas de 1s Estados provinciale
tipo liberal, la biisquedia de consolidacién de nuevos dere~ Otro tema central de esta etapa de transicidn son los cos
chos de ad que aseguuraran la libre disponibilidad de tos de las guerras.fistos afectaron a easi todos los grup
bienes, eteétera, Pero también se debe incluir en est regiones, pero no todos con la misma intensidad, Si alg
‘uentat la ruptura del espacio politico y eennémico de los vi- nas ronas del territotio riophitense aparecen naturalmente
inatos y la consolidacién durante varias dGcadas de ‘omo mas favoreeidias por el nuevo cantexto econémico,
: politica mente anténomos del minimo nivel territorial sobre taco las grandes planivies fértiles vercanas alos cursos
ss Estados provinciales) con sus respectivos sistemas polf= agua navegables, dentro de cada una de las regiones ki
eas, finaneieras y aduaneras, que, sin duda, constituyeron vosibilidades de insercidn fueron diversas por los ef
1 la integracién mercantil del espa
sueeras, la cestruecién de riqueza, la demand de sol
maviones favoreceran a algunas regiones alos y los problemas financieras asociados a los gastos de
vaaluunosseetores sociales mis que a otros, suerra, entre otras euestiones,
\de quie varios de estos cambios eneontra- Empecemos entonees por resumir lo mas brevemente
»pos! nia, para y rdar los cambios
licionales de vivir y hacer jos, En la nueva etapa se 1c aport6 el proceso i
an desigualdades regjonales pronunciadas que, hasta
momento, habian sido mitigudas por la existeneia de un
La economia rioplatense a finales de la colonia
via en una misma dite
bio institucional apuntaba a la consolidaeida de kas di Durante la mayor parte del periado colonial, las
ferencias, El marco politico colonial ineluia a todos en un jue Tos espaoles habian conquistado del tertitorio argent:
‘onjunto de veghas estables, cn una especie de mercado « no estaban integradas en un dirca mayor denominada cl
mtin protegido, con un sistema fiseal que hiteia eireu spacio peruano». Dicho espacio, desde el punto de vista
recursos excedentes cles las phizas con superivit a atras svondmico,tenfa dos vertices queelo guiaban; por un ado, la.
‘on dficit. Lego de la revolucién, y sobre todo de 1820, s produecién de metales preciosos, especialmente plata, realue cxisticron en asi tado el espacio colonial producian los
mismos bienes que los otros productores de cada regién, eo
mo mula, tejidos, aguardiente, vacunos, tedter
Dentro de este esquema, el rol de Buenos Aires, yen me
thor medida de Montevideo u otras zonas del Hitoral, fue algo
listinto, Por un lado, estas re
ban participar en
s cireuitos del comercio interno, como lo haefa Buenos
Aires con sus mus eriadas en la camps
las eriadas en la campana norteo Santa Fe
os metwaclos atkintivos. Pero ni uno ni otro se ubieaba en eb
comercio de larga distancia. Su privileginda ut
Jo interno (que no podia llegar
directamenteal Alto Peri por la fortaleza de los grupos indi
edi
nas chaqueiios que controlaban el espacio inte
iea del Sur con el Atlintico, dio asus élites u
ricter mercantil, Durante la mayor parte del pering
ninl este comercia se realiz6 sobre todo de manera no offeial,
Giant
metcio para los habitantes dela parte surdel eontinente, En
177lise eres el nuevo virreinato con capital en Buenos Aires,
1778 se proclumé el Reglamento de Libre Comercio,
que permitia articular mas ficilmente a la capital virveinal
nla metropoli
Alt
idm Lributatia), ol Paraguay y kt Banda C
ert (con suis minas y su enorme pobla
ital. A partir ¢
neste exquema El ms destacady para las élites de Bueno
que antes ejerefan sus contrincantes de
nopolin camer
de larga distancia, desde 176 no hardin
nos pudicron ser propictarios
en las cercanias de la ciudad, pero Gstas solo significan un
aban centrados en la
importacién de eselavos y de mereancias europeas denomi~
nadas genéricamente «efectos de Castilla, « cambio de lo
cual exportaban porel Atkintico, sabre todo, plat
Es verdad que la apertura de Buenos Aires y Montevidee
I comercio atkintico con la metr6poli y la ereciente deman:
da de materias primas del norte de Europa favoreei6 lo qu
podriamios llamar una primera «expansion ganadera» en el
tora, Esto se manifesta en una ereciente exportacién
tueros que alean7i un promedio de 300.000 a +00.000 a)
aio en el momento de apogeo entre 1783 y 1796. Pero est
jortadora aft
len ese momento territorios de reciente ecupacién, como el
rie dela Banda Oriental o Entre Rios, y mucho menos tlDe todos mi cfecte
Aires no se deben sobrevale
1. El primer
Jos altos costos del transporte tertestre entre Buenos Ai
manufieturas textiles a Buet
rar. Hay varius elementos que los miti
la mayoria de los grandes mereados intermos, que hic
«que existiera una barrera natural que protegia alas region
produetoras interiores de la competeneia atlantic, En
gundo lugar; las lam
cuarto del siglo xv también estimularon un renacer de
iento de la demanda de hienes de todo tipo por parte
Jas «reformas borbénieas» del dltimo
Jos mereados andinos. Esto constituyé un nuevo acicate
| eomienz:
800, al eolapsar nuevamente la producién minera potos
le la primera década avanzada de
la capacidad de procesamiento hideauliea del mineral has
ta la eseasez de insumos o de trabajo y el empobrecimient
rin a sufrirde manera agudit la caida de ka demanday de lo
itualmente vendfan en los m
cados coloniales
En suma, pesea algunos cambios importantes introdu
cidos por el Libre Comercio y los inivios del proceso de reve
némico colonial permanecid hastante parecide a lo qu
habia sido anteriormente: un conjunto de regiones euy
orientacidn y dindmica econémicas estaban muy vineulad
mereados interiores, en especial a los mineros, Est
1 articullindose bastante bien con los me
Jos atkinticos, aunque algun iu
la competenci
nsumidor de Buenos Aires, ejereia la llegada de los pr
1e, sobre todo en el puerto y en el centre
Pero si uno observa kevolucidn de la produecién agraria
Je las distintas regiones del Rio de la Plata en las titimas
dGeadas colonial table que, au a ritmos distintos
todas o casi todas eambiaron en el mismo sentido. ¥ és
mejor manera que tenemos de of
diezmos que los pro
nlerpr
lacién deestas cifras es discutible (porel sistema de pereep
ductores debian paga
la misma, Aunque la
in de este tributo, que solfa ser arrendado a particulares
quienes se han dedicado a estudiarlas han I ueoncl
platense en esta ctapa, Juan Carlos Garavaglia, mostré esta
evolucién. Es verdad que algunas regiones erecen despro
porcionadamente, come es el easo de Cordobst, pero.a la ve
- Muy pocats las que no se mueven cn el mismo sentic
Y esto tiene que verseguramente con una cuestion sobre |
jue hemos insistido: ef peso que todavia tenian los merca
zonas del virreinato, Algunas estaban més influidas por la
ganadera estinulada por la posibilidad de esportar cueros,
pero se tratabst de casos mits bien exeepeionales en el mae
le economfas que podrfamos llamar «mercontaban con planteles ganaderos muy abulkadlos a finales
le Entre Rios, Santa Fe y, aunque termi
jucna del territorio argentino, Ja Banda Oriene
te, tradicionalmente conflictiva, fae descuidada easi por
mpleto por las necesidades
sUINOS Case pos armados enwviados al Iut-
ar se comportaron como verdaderos vjércitos de acupa
vitica. Entre Rios, por su liclo, que contaba con un stock
la colonia, parece haber Hlegado a 1823 con poco mis
£0,000 animales, lado como su
»berniador Lucio Mansi
En cambio, Buenos Aire
lerras, pudo preservitr mayormente su sfoeh animal,
1 vez que su fortaleza politica y econémiea le permitirs
mprano que tarde comenzatr un proceso de expansidn
Ho,
interiza en el que multiplivard ripidamente su gi
inicialmente constreni
situaci6n relativa le permitié también continuar recibiendo
v tierra y eseapande de las penurias de sus lugares
Ae origen. Kn cuanto al resto del territorio, en el interior ven
Cuyo la situavibn es diversa, per ictos de las guerras
son muy pesados cn general, Las provineias de Tueumdn,
‘ay Jujuy vivirin en carne propia los avatares de las gue-
rts de independencia, con los avanees de los ejéreitos a un
slo ya otro, donde realistas y «patriotas» arrasaban eon To
te encontraban a su pasoy obligaban incluso a ke emigeat
na aquéllos que habian moste
do apoyo it la fraceidn en
pgnat momenténcamente derratada, Con todo, e308 eostos
repartieron de manera desigual. La otrora opulenta Salta
ws.
parecié muy alectada y sus lites disminui
ho expropiandoa sus seetores mis adinerados dle parte de
sus riquezas. Esto sera fvilitado por la violencia de las gue~
»tro bando, lo que permitid quel ejéreito de turne justifies
ra politieamente los embargos
us opositores. Salta tla
qne pasaban por la erfa y el comereio de mulas al Alto Per
del Atlintico. ¥ esta situacién no hizo mis que ageavarse eo
cel correr de la primera déeada revolucionaria, dado el afian:
zamiento del eontrol realista en el Alto Pera, territorio qu
vomenzé aclemas a abastecerse de efectos ultramarinos des
1 Pacifico, deiando de hacerlo de los que traian di
1clo.atkintico los eomerciantes salteflos u otros,
» cambio Tucumin, que lo} ilir de su tertitorio
buena parte de las batallas y tuvo durante I
ito del Norte, pudo al menos
Jejd de estimular a su alieaida economia. Asi, por ejempk
1815 lox 2.000 soldados enviados por Buenos Aires tliltimos tiempos han destacado la persisteneia de vircuitos podian enviar la ciudad-puerto, Pero este défieit lo cons
He comereio, por ejemplo entre el Alto Peri y Salta 0 Juj pensaban, a veces can ereees, por los envios de producto:
sin embargo, no menos evidente es que diehos cirenitos no propios (y parte de los «efectos» comprados en el puerto
podian tener la intensidad que tuvieron a fines de la colonia, hacia el Alto Perd, de donde sus comerciantes volvian carga:
Para poner un ejemplo, ul eomereio de malas, queen los Jos de plata, Al perderse en gran medida este filtimo sector
aiios finales de la primera déeada del siglo sty permitié la muchas balanzas comerciales perdieran el equilibrio y no
side Saltaal Alto fueron eapaces de compensar por kargus aos sus défiet, Hal
Perdi, no alcanaé las 7.000 en 1811, para desaparecer casi pareve haber sido el easo de Cordoba y seguramente el de
completamente en los aiios siguientes, muchas con sus gobiernos, de
fambién, obviamente, se trato de gravar todas las acti
dades ¢
mercio externo en el caso de Buene
Aires, pera sts recurs:
han al principio insuficiente
Estados yal esti
dela guerra. Asi, un efeeto directo
del problema fiscal de los gobiernos fixe el empc
de
rados, agravando las difieult
onomfasy en especial de aquellos sectores misadine
permitieran ef relanzamiento de las economias. ‘También eso
deres extranjeros, especialmente britinieos, que sibs
ces que dispondrin de algunas herramientas, como eapitales
q s,conexiones con las plas comer=
Fiquiddos ayés abundant }
jales mis dinimicas del espacio atlantico, kx prateecifn de
entes dip
sortunista para tomar posiciones ventajoss en,
Je manera
ia situacién tan volitil
En sintesis, medido de
les, o desde el conjunto del espacio que
Plata, el balance de una dé-
i abia eonsti-
tuido el virreinato del Rio de la
caula de revolucidn y guerra no podia ser més que negative:
lites diczmadas, cireuitos comerciales desarticul
worl falta de trabajo y el paso de los ejércitos, Finanzas des
Daratadas, etester
En algunos lugares empezaban a vislumbrarse los bene-
pecial en Buenos
fieios que podria traer el eambio, en esp
Aires, en donde ka apertura comercial permitira
austancial en los términos de intercam-
bio del comercio exterior
renovada por expandit la frontera; pero éstas eran, pr
astaba avizorar y que
tonces, sobre todo promesas que ¢
medianamente solid
que favorecicra la organizacion de
so Hegaron las élites de Buenos Aires después de la fero:
visis de 1820, lo que habria de dar lugar a
Ja revolucionatia. Esta posibilidad tami
del reconacimiento de la imposibilidad de extender, por
nto, la hegemonia de la ex capital virreinal sobre
cl resto del territori¢La desigual reconstruccién de las economias
provinciales. Un balance hacia 1830
Como sefialamos, con la revolneién de mayo entra en aeeién
nn factor econ lave, cuyos efectos se manifiestan
inmediatamente por la apertura comercial: la mejora sus
tancial y duradera en los términos de intercambio de la
economia local en el contest ntico. Los bienes manu:
facturados, que esta region importaba eada vez mas, estaban
bajando de precio de maneta sostenila mientras que la de-
manda de alimentos y materias prin
proce
de los bienes que esta rexién exportaba. Aunque hacia 1830
lizacidn producfa un alza de los precios
¢ prodyjo un cierto estaneamiento de esos términos de i
s Aires, lo que habia ganado entre
1810 y 1890 era suficientemente amplio para permitir ur
ceuero en Tos mereados del norte, por entonces prin=
cipal exportacién rioplatense, era compensada por la caida
nats que proporeional de los importados, lo que asegurabs
que continuara esa coyuntura comercial favorable para la
in, Por otra parte, el fin del monopolio comercial espa.
Holy el abaratamiento de los fletes maritimos aseguraban
que los productores ¥ exportadores portefios pereibieran
ana parte mayor de los beneficios de esta situavidn. Esto se
‘ucro en Tos mereados noratlinticus, los precios locales n¢
Jcjaron de erecer, acortandoast la brecha entre ambos. Algo
distinta seria la situacién de otras provineias rioplatenses,
neontraban alejadas del puerto y, ala vez
jones. De cualquier mane del preci
nos Aires permitir
un limitado desarre
to de mereados locale
luecidn extensiva de ganad
esterno, cuya capacidad de import
En primer lugar,
Iuabitantes,en partes iguaes, yen el momento de
de produceidn o
is estrechos
jue este factor permit
fa distingui-
mereantil y por
tudo sobre todo all aba:
volearse a la
1 poblacién de la ciudad de Buen
utamente ori-
ginal en el contexto rioplatense y que ponfa en evideneia el
si 50.000 vi
n eereat de 110.000
cidn de los padrones rosistas de 1836 y 1838 la poblacidnprimera y unos 65.000 la segunda. Tor
nos Tos aos 1815 y 1854-1
poblacién, la tasa de erecimiento demogeitico de
la provineia es bastante exeepeic »strando la buena
los 90.000 iniviales a eerea de 270,000 habitantes
reeimiento se compone de un incremento eseepeionial de
derado 1,49 por ciento de ka ciudad,
Segundo dat 1 la primera déeuda revolucionaria el
territorio bajo control portefio apenas habia llegado al rid
Salado, constituyendo el seetor rural del
itn
conoei como el «corredor porteho»— una modesta franja
de tierra que vorria paralcla a la costa del Rio de la Plata para
asegurar el control de la zona que rodeaba a la ciudad de
Buenos Aires, Este territorio avotado, a la ve que permitia
alimentar a los habitante
a
Glites de Buenos Aires, el «camino al Pere», es decir, la posi
ales, asegurabat una cierta
quilicac en lo que era realmente importante para las
sinas altoperuanas o también hast Chile, Pero mii
Salado, di
vomentos cuando se tomen iniciativas que terminaran pe
permitir una expansidn de la frontera que muttpl
grupos indigenes
oun
son muchos, pareve quealgunoshabitantes de Buenos Aires
ces estableviendo acuerdas diversos eon los grupos indi
Franciseo Ramos Mefi
aberles «comprido» las tierras que constituiein
sut famosa estancia de Miraflores en el sur de Buenos Air
Alliestablecié
istintos acuerdos de cooperacidn eon dichos
ndigenas, en los que incluia kx entrega de raciones, la pres:
y 1821 cuando el Estado de Buc
Martin Rod
Pero seri a partir de 18
6, cr STERN
nos Aires, gobernado px
trabajosos pactos que los particulares habian establ
1 Tos indigenas.
Lo cierto es que entre esas fechas y 18:38, cuando Juan,
Manuel de R
aie su famosa wespedticin al desiert
«l territorio a disposieidin de le provineia de Buenos Aires s
mnultiplicaré hasta aleanzar unos 180,000 kiléimetros cua
as cuadradas),y junt
drados (algo menos de 6.700 |
Glereverdi la poblacidn y el stack ganadero, que desde enton
ces pude expandirse a sus anchasen esas tierras masalld del
Salado.
Es evidente que este movimiento tenia un motor prine:
nal el hambre de tierras, para hacer erecer ka economia pre
vincial a través de la ganaderia extensiva. Esta espansién
lo era realizable en ese contexto de eseasez de eapitales y
le trabajo, provocando asi el abaratamiente de las tierras,
Lieseasez de eapitales en esta etapa es indudable. En el eascsolidé todus las deudas anterior
necesidadtes fiseales, abultadas en
guerrasy muy disminuidas en st
ercio exterior y el eseaso resul
no decid liherar de
fan emitiendo, haciéndolas ineonvertibles y decun
ndi
andes cantidades para pagar
a estructura fiseal me
aivdinenes consid Fendmeno muy ec
la produceidn ag 1 momento a mancjarse
Com estudié en detalle Samuel Amaral, se vaa
ado contribucién direc
so de inflavidn fidueiaria que alterardt
tiltimo se supon fisctaria de maner
tarel peso de los impr
i relativos en Buenos Aires. Ante la
Ja moneda bilk I. los
ulos se dispararon de manera mas
por it summa de la depreviacion monctaria
Buenos Aires de la de-
de unos ingresos a
Ibruptamente por sit
yonedt ineonvertible que emitta indiseri-
ns de la devahuacid:os rentistas v Tos asalariads, cuyos ingresos
importante en el evueleo» de las élites h
seguir creciendo y valorizéindose. Lampoco lo fie que se
rieneia de la expansi6n atlantic: gran
nedios de comunieacidn por agua. Sin embargo,
fectos devastadores que la
gravamiento de la contlietividad eon lo
Aires pero, al mismo tiempo, mant
* decir, a navegacidin fluvial, los te
ant consumidores) y especialmente los pe=
vuian
depreciacién de la moneda en la que cobrabsn,
Noresulta casual que durante estos afios se produjera un
’ Monetaria reciente en un seetor que prometi
los seetores mis humildes.
Veamos quésueede mientras tanto en ol resto del territo-
de Buenos Aires para inser
Buenos Aires para insertarse.en la expe
ras tuvieron en ellos,
en sus frontere
Bn el caso correntino, que habia vivido una etapa de es
ero entre esas fechas ¥ 18:39, esta pro:
incia conoci6 un periodo de estabilidad institucional que le
1 Su ver, un crecimiento econdmico interesant
insertindose en los circuitos del cometcio exterior de Buc
iendo parte de las
ividades tradicionales vineul
audicio) nculludas a los mereados intetio
dealgodénoel
sar una politica fiscal consistente, con
jomparados con Buenos Aires, pero que les perm
matntenersu autonomfa sin necesidad de endendarse, La
poblucidn crecié de manera sostenid en esta etapa, a ritmos
vor ciento anuall entre 1ST y 1833,
nesta dltima fecha a 55.897 habitantes, Pero este relative
pienestar comencaria pronto a mostrar sus limitaciones, La
pertura comercial de Buenos Aires facilits el ingr
productos del Brasil, como tabuco y-yerba, que lograron ir
Jesplazando a los que venfan desde Corrientes, provincia
suc tiene mis restriveiones que Entre Rios para enearar una
pansién ganadera ¢ insertarse mis en los fujos export
res atkinticos, No resulta castal que ella encabezara los
imios a Buenos Aires p
rrestricto de mereaderfas extranjers
Hel I
los efect
1, Entre Riosy Santa Fe, continué toda-
wi bi
menos hasta ht dea
de las guerras, tardando esta tiltima al
de 1840 en empezar car senales ¢
tor meri-
r
varse, suffird todavia la inestabilidad de su frontera norte
tuperaei’n, Aunque en ka década de 1820 su
Hional, cervano a la villay puerto de Rosario, empezs
asi como el agotamiento de sus ganados en las guerras,
Asi, de haber sido un actor central en la produceiébn y co:
nnses en la diltima etapa colonial
tefias de inicios de los aos treinta apenas aleanzaba un
iento del total. Mientras tanto, Entre Rios logré des-
con st neva expansion ganadera, aunque desde un
estrato muy bajo por las destruceiones de las guucrras, y ter
ininari convirtiéndose entre 1830 y 18-40 en la provincia
con las mayores tasas de crecimiento econdmien del territo-menvé a mejorar a partir de 1817, tras el éxito de la campati
Je San Martin en Chile, que aby
este lado de la cordillera, y
mrereados pani los dk
volverd a ser el polo de atraceidin que habia sido durante c
riodo colonial, y no silo porque su activicid minera hu:
biera perdiclo por mucho tiempo el esplendor de antai
sino porque partes erecientes de sus importaciones prove=
nian del Pacifico, perdiendo as los vomerciantes del norte
ioplatense una de las fonciones centeales en lr aricuacién
con este espacio, ¥ también porque de aqui en adelante se
tratarfa de una frontera internacional en yer de un espacio
pertenevienteal mismo virreinato,
Ein ol easo de Salta, que habiamos sefalado como una de
tas que més sulrié durante la «léeada revolucionaria, los aios
veinte sendin los de wna cierta vecuperacién, Aunque es dificil
vender productos (basicamente pecuarios) fuera desu terti-
Lorio por unos 68.000 pesos plata. sta cifta, que indica un
proceso interesante de reeuperaeién gunadera, sin embargo
estaba bastante lejos de ha que ht provincia aleanzaba a fines
de la colonia eon silo los ¢ ic mulas al Alto Peri, que
vodia llegar a euaitro veees esa cantidud, Y aunque muchas
as mulas fueran originarias de otras provinelus, no de-
aban de significar importantes ingresos para los comercian=
les y propietarins saltetios, quienes les arrendaban sus terre-
ura pastar, En el aio en que se cierra est
Salts habia log
cia Buenos Aires (mis del 30 p
ciento del total), pero esto
andinos. Con la entrada en
fameionamiento entre 1825 y 1827 del puerto bolivia
Cobifa, sobre el océano Pacitivo, los bajos aranceles y el bajo
costa de transporte en relacidn a Buenos Aires —euyo puer
tose encontraba a una mayor distancia— estimularon a
nt
comerciantes saltefios a diriginse alli y estableee
sto perturbs la importacion de efectos de ultramar dese
nos Aires, pero no parece que alectara demasiado el
lk
siguié sin rveobrar su ritmo tardocolonial
mportamiento onomia saltefia de conjunto, que
Enel caso de Jujuy, la situacion parece tan on
is compli
ida, Lat estrecha relacién de esta regién con el territoria
altoperuano se vio muy'afeetada por kas guerras de indepen:
dencia hasta 1825 y, del mismo moxlo, con el establecimien:
10 de una frontera internat taba incompren:
dv ella, Por otra parte, la poblacién indigena la mas nu
nerosit del territorio rioplatense— sufrira particularmente
durante este periodo, siendo carne de eaiién de las guerr
ademas, sospechos de poco fervor «patridtico» por los ge
iernos de distintas banderas. Lo cierto es que la poblacitr
indigena de la puna, muy dindmiea a finales de la colonia,
r
conocerd un fuerte estaneamiento y decadencia en las pr
eras décais del siglo x1x, asi como un proceso de fein}
las guerra y la emigeaein de rm
seidn por las gue la emigi
hacia otros lugares. Aun en las ona de Jujuy dond
tninaba la gran hacienda, se notd esta deeadeneia y muchos
hhacendados abandonaron la produveidn directa de sus tie
ras dejdindolas en las manos de humildes arrendatarios, los
cuales debjan organizar la produceién en pequeta e
ultivos o tejidus doméstiens, desarrollando
deesta manera complic ventas microse6picl pao de los arviendos,
el resto del interior, las provineias que stifricron me-
risis fueron aquellas que lograron desarrollar st soe-
tor ganadero, Este parece que fue el caso de‘Tucumin, que
og participar, aunque modestamente, en el comercio de
xportacidn de cureros de Buenos Aites, pero también en los
nnvios de giunado a pie que se realizaron desde finales de la
déecad
810 hacia Chile, Este desarrollo ganadero, as
‘omo la continuidad de una actividad agricola mis bien
nada al consumo local, no parece que alterara el carie=
tereminentemente mereantl y urbano de las ites tueuma:
nas. Aunque los datos no son claros, parece que kt eeonomia
‘ucumana sufrid menos que otras cercanas los efectos de la
pérdida de s
sen plata por las ventas al Alo Peri
La prestacién de servicios de transporte y arrievi, realizados
por los activos comereiantes tucumanos por toda la regi
pudo haberles permitide mantener una balanza comercial
is equilibrada que Core
hao Salt
ganadero parecido intents Santiago del
stero, pero hacia finales de los ailos veinte o inicio de los
uiios treinta. En las décadas anteriores, sin embargo, se
mantuvicron las dificultades en las actividades agricolas
tradicionales en la zona de aluvién entre los rios Dulee y
Salado, en las actividades de recoleceidin y en la produceién
extil doméstica, Estas dificultades, a
como un ineipiente
Proceso de privatizacién y concentracin de la tierra, favor
cieron el ineremento de lt ancestral emigracién de santia-
or parecid irle a Lat Rioja,
cial a la regidin de Los Llanos, tradicional regién
le la provincia y lugar de asentamiento de la fami
Quiroga, que se convirtié en la mis dinamica de la provin
ia tanto por st
alberygeba ganados de otras provincias interionesa los que se
aefa pastar al antes de enviatlos hacia Chil
Catamatea, por su parte, tuvo diffcultades en dos de sus
principales producciones: el aguardiente, que la provineia
vendlfa en distintos mereados del interior y del litoral y que
de ol Libre Comercio bor
yavenfa perdiendo terreno
nico, y la producciin textil, que se vio desplazada ripida
mente de Buenos Aires y poy a poco de otros mercado:
teriores por la competencia de los tejidos de algodén
ngleses. Ks verdad que la presencia de estos tejidos cata
marquefios era bien modesta frente al lugar eentral que oct
paban las cotonias de origen peruano, aliora reemplaadias
‘ono dejaba de ser cierto que para mu
chas familias locales significaba un ingreso que no podian
reemplazar févilmente. Al mismo tiempo, despunto una mo-
desta produceidn ganadera en sus sis, pero ello iba en de~
trimento de su agricultura, lo cual generaba problemas para
la subsistencia desu poblacién.
at economia habiamos visto alec~
En eleaso de Cuyo, ¢
tada por los acontecimientos de la déeada de 1810, la sit
ci6n no parece que eambiara mayormente en Tos afios vein
te, pese at lt apertura del eamino de los Andes desde los
cada anterior, Esto es asi, sobre todo, porque
finales de lac
tanto Mendoza como San Juan perdieron por varias déca
das Chasta la Hegada del ferroearril a finales del siglo xis) el
mercado porteiio y del litoral para sus vinos y aguardientes,
otras direcciones, Lentamente, Mendoza logrs estabilizar
1 frontera indigena y relanzar su actividad ganadera parajugar un rol importante para la alimentacidn del ganado
acuno que cada vez mis provineias del centro y norveste
como La Rioja, San Lads, Salta, Tucumdin o Cérdoba, envia
n hacia Chile. Mendoza también producia desde finales
de la década de 1820 cantidades significativas de trigo y
harinas que lograba exportara otras provineias ceranas. De
bre todo a la reaetivacidn de la ruta
que conducfa a Chile —cuyae
Mientras tanto, San Juan no logeaba salir de marasiio qu
Eleuade
estaria completo si no incorporiiramos al
territorio que desde el periodo colonial y hasta fines del si
glo sty permanecié bajo el eontrol de diverso-
que resistieron la dominacién blanca, Estos oc
sobre todo dos amplios espacio, el de Pampa-Patagonia vel
chaqueio. El eonocimiento de estas sociedadesy de kas rela-
tanciale
en los tiltimos tiemposy diffcilmente podemos
dar cuenta de ello en el eseaso espacio que aqui tenemos,
En primer lugar se trataba de pueblos que convivian en.
lianza y conflicto unos con otros, ¥ también con los veeinos.
del mundo colonial y luego eriollo, Ellos fueron profunda-
niente transformados por la presencia del n
asi como por la adopeién del eaballo y de otros ganados et:
ropeos, camo el vucuno 0 el ovino, del que extraéan su kina
para tejer ponchos que consumfan o vendian en los merea:
». Desde el punto de vista e
controlado por los indigenas que atraviesa la cordillera de los
Andes y se extionde dese el Pacifico al Atlinticn, una ciert
-o de bienes,
sentre grupos indig
‘que inclufa ferias estacionales, Una de clas se celebraba en la
yona de «Laas Manuanas» (actual Neuquén) hacia el mes de
rmitrzo, yen ella seintercambiaban ganados, tejidos, pihones,
slanco, eteétera, Otra feria anual tenia h
leufii,en el surde Buenos Aires
En los extremos de estos cirenitos, grupos indigenas se
snectaban con los eristianos del litoral pampeano, eon lo:
tienes adquiri
heses, mendocinos, eteétera, de
cord
bienes que se habian convertido en habituales en las tolde-
como el azieat la yerbat mate, el aguardiente, diversas
herramientas yarmas, consiguiendo igualmente ganado, x
veces po
anaclo, mas el que diversos grupos indigenas eriaban en la
‘ona de Tandilia-Ventania o en otras regiones, era Hevado
principalmente del lado chileno, a cambio del cual obtentan
ejidas, como los ponchos pampas de los araucanos, que s
vendian luego en mercados come el de Buenos Aires, En el
caso de los indigenas del Chaco, menos estudiados, éstos
parecen haber tenido un alto nivel deautarquia en euanto
sus necesidades de subsistemeia, a
coldgica que habitaban, pero, sin ¢
relaciones diversas en sus fronteras cun los blaneos, a travé
de los cuales adiquirian, ya sea por el comercio o por la gue
rra, diversos hienes que incorporaban a su consumo, a la vez
que offeeian en los mercados blancos sobre todo ganadosjdm expansiva del Estado dh
sue alteraria losacuerdos que mal
Sien casi toda la
contecimientos politicos
estos grupos indigenas, no
tefios y otros del territorio
piernos pa
ble de no alterar la relavi6n eon el mundo,
stabaun He
arlos, a veces intensamen trataron en lo pd
ambiaria sobre todd
de muchos conflictos, al ser convoeados por distinta
s perviben esa necesidad y ires en torno a 1840, cuando se propuso avan
sta a ello, la
In déeada de 1820 estard signada por el 1c
sidn blanea por avanzar sobre territorios que durante
abian dejado sis ma
Si cl periodo 1780-1810 esta si
relaciones mayor neando la politica que finalmente le permitiri
Hegur al poder en 182:
1 los avanees hechos en esa fronte
ituaci6n cambiara bas medi
1y los afios treinta, Hay al menos dos faeto: Iianzas eon diversos grupos indios, los cua
ecciin del Estado portefio para resolver sus disputas y
Fes que animaban la conflictividad al interior de los grupos
cnfrentar las presiones provenientes del flaneo andino. Esta
Ja con detalle por Silvia Ratto, lev el nom,
sus consecuencias al mund Negocio Pacifico d
grupos implicados, que a lt vez
bastante agudos para l
ante frente a otros que si
sde donde se desenc
ra con el mundo blane¢
‘rt al muerte» que desestabilizé a toda I
aidn, Hlevs también al la
contlicto, Desde all,
indios «chilenos»
xcordillera el mismo
oleadas de grupos ¢
dos de desertores blancos, realistas, eteétera, aguulizaindos:
con ello las disputas por territorios y recursos en toda la 70- 10, con sus fastos del c
perturbadores el ineremento d
nicio de ese presente venturoso. Sin embargeen este sentido una de
»rama bastante desalentador, casi tiniea
1s, cuando el tinieo empuje
parecia venir desde el Atkintico, para algunos
racias a que lngré cludir partede losef
sees en la zona cereana al
Estas dificultades se manifestaron inme
lela plata del Alto Perti que, adems de haber
lereancefa exportada por Buenos Aires dt Jida de la plata potosin
de pago yatesoramiento de lo
s ccondimiens de todas as n
in de que el mercado dk
», Vesto no se modified
1825, euando se reabre Ja ruta del comercio con Boliy
Buenos Aires stiponia un costo de transporte caro para casi
teriores pero barato pura las econe
tun pais extranjero, comien: fas atlinticas. Ustas diltimas, por lo tanto, podian pre
itorio rioplatense. Hasta ese momento, vatias nufaeturas producids
Jiterrineo, el azitear,
lebilidad politica, su limitada capacidad
\ctoves convirtieron estos ensaynsen s
este sentido fue l
cl terreno monetario con ores hacia ka gan
Jerfa para tratar d
se en la corriente
na muy mermatea
Aunque todavia no fiera muy evidente en 1850, se gene
r6-una desigualdad ereeiente entre las regiones del te
»platense, favoreciéndose aquéllas eapaces de emprender
tuna expansion ganadera y sobre todo las mas eereanas it lo
eursos de agua que conducian al AUlantieo. Los destinos en
paralelo de Cérdoba y Buenos Aires pueden ser un buen
ntes, Aunque Buenos Ai
es disfrutaba a fines de la colonia de su lugar eomo capital
1y com centro comercial monopdlico de un enorme
espacio que inelaia a las minas del Alto Per, todavia la citt-
dad mediterriinea y sti entorn: tian bien con
Ta capital en poblacién y produeeién. Al menos parecian di-
spués de la revolucion su
destinos se separan, Mientras la del interior se mantiene
mayormente estancada, la porte avanza raudamente pr
anzara finales de la década de 1830 un tamatio muy su-
periora ka mediterranea.
Algunos datos bastan para demostrarlo: mientras kt po-
uuperaba las 100,000
personas, la de Buenos Aires un par de afios antes exeedia
blacién eordobes hacia 1840 apena
los 150.000. Y sicl crecimiento demogritico habia favoreci-
ddo claramente a esta iltima contra la primera (en parte por
tllegada de migrantes desde el interior), la formacion de
riqueza se habia diferenciada mucho mas, Se
hts provineias en 1898 1899, los capi:
tales rurales de Buenos Aires tenian casi nueve veces el tite
mato de los de Cérdoba (sin medit los capitales urbunos
todavia mucho mayores a favor de la eiudad-puerto). El
stock ganadero vacuuno de la provincia portedta parcee habe
ido unas 30 veces superioral cordobés,y el ovino, que tenia
por entonces mayor desarrollo en esta tiltima, era casi dies
an desarrollo muy
veces superior en la ported, Como se ve
situacién del interior, frente a lam al
1 este cxtadro anadimos la eapacidad de accion de
i podria ser
para la provincia que p
favorecida del I
adios, espresida en un indicador parcial, pero contun
nate, como kt Fee a
se. La provineia de Cérdoba, una de las mis
nas 140,000
i
nia, Entre
s, por su parte, empieza la década de 1820 desile mii
50,000 ¥ 1.0003
pesos fuertes y la tendeneia en los 4
nante por las difieultades que atraviesa sue
xbajo, con ingresos que oscilan entr
se mantionen en niveles similares en la dé
iguiente, Corrientes tendra ingresos
ora en los afios treinta
Rios en los afios veinte, aunque mejora ¢
con minimos de unos 100.000 pesos. La provincia mis po
del litoral en esta etapa es si
super los 20.000 pesos
ingresos en 1820 no parecer
anuales, En el resto del interior, c
nes més humilde 0 francamente pobre. Frente a este
sanorama, Buenos Aires recanda en ese mismo afio cifras
Imente bajan de 1,6 millones de pesos fuertes, al
Es fill advertir ka
cos de mis de
canzando p
diferencia en
logrando en general k
ss capaeidades de estos Estados provineiales,
antigua capital del virreinato reat
Jar mas dinero que todas las ott
Henemos entonces os inicios de un camino de divergen
: ygravarse en las dé
nales muy fuertes, que parece agravarse
ramente hasta la Hegada del ferro:
cadas