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Alfarería y metales[editar]

Los diaguitas eran diestros alfareros. Cada familia fabricaba sus ollas, cántaros y vasijas.
Además, había artesanos especializados que realizaban, por ejemplo, las urnas funerarias,
donde los diaguitas enterraban a sus muertos. Algunas de estas urnas decoradas, se han
conservado y son expuestas en museos, en la zona chilena su cerámica recibió influjos
culturales procedentes de culturas que habitaron el actual litoral al norte de la región, por
este motivo su cerámica suele tener formas antropomorfas y zoomorfas ("ánforas-pato",
etc.).
El Museo Arqueológico Inca Huasi de La Rioja, guarda piezas excepcionales de cerámica
diaguita. Fue construido por fray Bernardino Gómez en 1926, y es uno de los más
importantes de Latinoamérica en su especialidad, al igual que el Museo "Eric Boman" en la
ciudad de Santa María, en Catamarca y el Museo Arqueológico Adán Quiroga, en la capital
de Catamarca, que posee una las colecciones más importantes de vestigios arqueológicas
del país.
Practicaron un activo comercio con los indígenas de la costa y del interior. Confeccionaron
de piedra puntas de flecha, boleadoras, raspadores, cuchillos, etc. Trabajaron el cobre y el
bronce aunque de oro y plata se han encontrado muy pocos objetos.
Cerámicas y metalurgia de los diaguitas en Chile[editar]
La característica más relevante del pueblo diaguita es su cerámica, una de las más
variadas, delicadas, imaginativas y elaboradas de Chile. Ella constituía su rasgo más
notable. Los usos que se le daban eran ceremoniales y utilitarios. El desarrollo de la
alfarería ha llevado a la clasificación en etapas:

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