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¢Cual es Ia funcién del conocimiento y del aprendizaje en una sociedad marcada por innumerables politicas de mercado? Las politicas neoliberales en verdad propician el crecimiento y facilitan el aprendizaje? Joseph E. Stiglitz y Bruce C. Greenwald arrojan una luz reveladora que nos irvita a entender la importancia de estas reflexiones para la teorfa politica y econémica. A partir del texto de Kenneth J. Arrow de 1962, Aprendienda a acer, los autores explican por qué la produccién de conocimiento és diferente de la de otros bienes y por qué las economfas de mercado por s{ mismas no suelen producir ni transmitir el conocimiento de»; manera eficiente, Para entender Ia forma en que los paises crecen y se desarrollan, es esencial conocer cémo aprenden, cémio se vuelven més productivos ¥ qué pueden hacer sus gobiernos para promover el aprendizaje) en el entendido de que si algo marca la diferencia entre los pafses <7), ), desarrollados y los menos desarrollados no son tanto los recutsos ini las capacidades de produccién, sino les brechas en el conocimiento: Entre las provocativas implicaciones deste libro se encuentra tue el libre comercio puede tener como consecuenciael estancamiento, en tanto que uni ‘amplia proteccién industrial y las intervenciones al tipo de cambio traen. consiga beneficios no solo al sector indusirial, sino a la economta entera. i Paes soc nh E. Stiglitz ~ austormacién social Bruce C. Greenwald Robert : |” | Herion isla Apijit Sen Daron Acemogi vegies 2 0 enfoque Ebr Solow i ih Arrow Nobel de Economis en 2001, Joseph E. Stiglit Poconos ct ieee Y exconsejero del Comité de Pensamiento Global de la misma Universidad: Formé parte del consejo de asesores del presidente Clinton, y se incoip Teo amet ete oa eee etre teeta Bruce C, Greenwald, destacada autoridad en in= versién de valores y expetto en productividad PCa eu ea corner rte tte eg Robert Heilbrunn ce Finaneas y Manejo de A tivos de fa. Escuela de Negocios de Columbia..Fs ntro Heilbrunn de invetsiones para i Sue Wall Street Serie de Conferencias Kenneth J. Arrow La creacién de una sociedad del aprendizaje Joseph E. Stiglitz Bruce C. Greenwald CRITICA Disefo de portada: José Luis Maldonado ‘Traduccién: Alms Aletandra Garcla Martner Revisién tcnice Héctor Wilftido Lozano Tieulo orginal: Cheating a Learning Soclty A New Approach to Growth, Development, and Social Progress © 2014, Columoia University Press “Todos los derechos reservados PPublicada medinte acuerdo con Columbla University Press, New York, NY, Esados Unidos [Derechos exclus os en espaol para Mésico, Latinoamérica y Estados Unidos © 2014, Ediciones Cultrales Padés, SA. de CV. Bajo el sell ediodal CRITICA MAR. ‘Avenida Presidente Masrile nim, 111, Piso 2 CColoaia Polance V Seccién elegacién Miguel Hidalgo CP. 11560, México, DE. woe planetadeleos.com.mx wwe paidos.con.mx Primers edicidn: septiembre de 2015 ISBN: 978-607.747-0564 Ealitoral Planets Colombiana S.A. Calle 73 N° 7-60, Bogots ISBN 13:978-958-42.4615-8 ISBN 10:958-2-4615-1 Primera edie (Colombia): septiembre de 2015 Impresdn y encuadernacin: Nomos Impresores Impreza en Colombia - Printed ix Colombia No se permit reproducién woul parcel dee i is ncorporactin un seme informa, asin an cul ora po ingles medi ex fee meno por roc, po basin te mado, nel prin previo oven dey cdl pig aif en eee menconads ude sr contra de dl cont propiedad nlc. SERIE DE CONFERENCIAS KENNETH J. ARROW Laobrade Kenneth J. Arrow ha moldeado el curso dela economia durante los pasados sesenta afos de una manera tan profunda que, en cierto sentido, todo economista modemo es su estudiante, Sus ideas, su estilo de investigicién y su amplitud de miras han sido tun modelo para las generaciones de los economistas md valientes, és creativos y més innovadorss. Su trabajo ha producido teoremas tan trascendentales como el del equilibrio general, el dela eleccin social y el del crecimiento endégeno, probando con ello que las ideas sencillas tienen efectos profundos, La Serie de Conferencias Kenneth J. Arrow selecciona a economistas —desde premios Nobel hasta estudiosos revolucionarios més jévenes— cuyo trabajo se ha construido sobre la base de la srudicién y el espiritu innovador de Arrow. Los libros en la serie son una extensidn de las charlas que se imparten en honor a Arrow en la Universidad de Columbia. CONTENIDO tex Prefacio a la edicién para el lecto: Prefacio a la edicin original Introduccién PARTE UNO La creacién de una sociedad del aprendizaje: ‘Un nuevo enfoque hacja el crecimiento,’el desatrollo “ y el progreso sociali conceptos bdsicos y andlisis CAPfrULO UNO La revolucién del aprendizaje CAPfruLo Dos Sobre la importancia del aprendiaje CAPITULO TRES Una economfa del aprendizaje CAPITULO CUATRO 13 19 35 6 87 Cteando una empresa que aprende y un ambiente de aprendizaje 143 8 Joseph E. Stiglitz y Bruce C. Greenwald CaPfruto cinco * Estructura de mercado, bienestar y aprendizaje CAPfFULO ses La economia del bienestar de la competencia schumpereriana CAapfruLo sere El aprendizaje en una economia cerrada CaPfrULO OCHO El argumento a favor de la proteccién de las economfas, incipientes: Las polticas comerciales en un ambiente de aprendizaje PARTE DOS Politicas para tina sociedad del aprendizaje CCAPETULO NUEVE EL papel de les politcas industriales y comerciales cn la creacién de una sociedad del aprendizaje CCAPETULO DIEZ Las politicas financieras y la creacién de una sociedad del aprendizsje CAPITULO ONCE PPoliticas macroeconémicas y de inversién para una sociedad del aprendizaje cartruto Doce Propiedad intelectual CAPETULO TRECE La transformacién social y la ereacién de una sociedad del aprendizgje CAPITULO CATORCE ‘Comentarios finales Referencias 163 201 269 287 331 375 397 4ai 467 491 507 PREFACIO A LA EDICION PARA EL LECTOR eee EN Los primenos meses posterionss a la publicacién de este libro qued6 claro que habfamos tocado uh punto sensible, El libro, que surgié de lana conferencia en honor a uno de los mas grandes economistas del mundo, Kenneth J. Arrow, estaba dirigido més a uuna audiencia académica que nuestros escritos més populares. Sin tapujos incluimos complicadés ecuaciones matemticas: las mate- ‘miticas se han convertido en el idioma prevalecierte entre los economistas académicos, Querfamos hablaees a ellos, persuadirlos de que algunos de sus mas arraigados preceptos —incluso, las vireudes del libre comercio—, al menos para los paises en vias de desarrollo, necesitaban repensarse, una vez que penséramos con ‘mayor profundidad acerca de lo que verdaderamente habia pro- ducido los aumentos en los niveles de vida que han marcado los tiltimos doscientos afios, y acerca de la creacién de sociedades del saprendizaje. Los gobiernos —argumentamos— deberian enfocar- sc en los elementos que crean una sociedad del aprendizaje. Algu- nas de las politicas que tradicionalmente habfan defendido los economistas, de hecho, lo impedfan, En las Gltimas dos décadas se habfa vuelto tradicional describir la economia hacia la que nos dirigéamos como una economia del 10 Joseph E. Stiglitz y Bruce C. Greenwald conocimiento y como una economia de la innovacién. Sin embar- g0, se habfa prestado muy poca atencién a lo que eso implicaba para fa organizacibn de la economia y la sociedad o, incluso, para preguntas todavia més especificas, como qué implicaba eso para las politicas econémicas, Sin embargo, nuestro argumento aqui era més general: que el éxito en potenciar los niveles de vida incluso pparalas ecozomias que estaban muy por debajo dela frontena—que no estaban a la vanguardia en cuanto a los avances en ciencia y tecnologia— requeria la creacién de una sociedad del aprendizaje. En consecuencia, la recepcién que tuvo el libro, no solo en los paises avansados de Europa, sino en los paises en desarrollo y en los mercados emergentes —en Malasia, Singapur, Turquia, Jordania, Sudéftica y en todas partes donde tuvimos la oportunidad de dis- cutit las ideas— fue alentadora. Un importante comité de expertos holandeses, con lazos cercanos al gobierno, emiti6 un reporte sobre La creacién de una economia del aprendizaje (Creating a Learning Economy): un modelo para que ese pais siguiera adelante.! ‘Muchos, tanto en los paises avanzados como en los mercados emergentes, nos preguntaron si podiamos producit una versién mis corta, enfocéndonos en los’ principales desarrollos tedricos, cn los mensajes mas importantes, en las presctipciones de politicas centrales, Est edicién responde a esa peticién, Durante casi un afio desde que terminamos el borrador de la primera edicién del libro hemos continuado con nuestra investigacién, afinando algu= nos resultados, claificando algunas de las complejas compensa ciones, vinculando a nuestro marco global algunos de los debates cen cutso sabre politicas. La edicién incorpora algunas de estas nuevas ideas, especialmente en el Capitulo 11 Los capitalos 5 y 6 que describen la relacién entre la competen- cia y la innevacién y discuten la eficiencia del mercado en lo refe- rente a la innovacién bésicamente fueron reescritos, pero el men- saje es el mismo: La relacién entre la competencia y la innovacién es compleja; mucho més compleja de lo que nos habfamos perca- Prefacio a la edicién para el lector u tado anteriormente. Aun asf, podemos identificar algunos de los facrores fundamentales, Ademés, no existe la presuncién de que el mercado sea eficiente ni en el ritmo ni en la direccién de la innovacién, El gobierno tiene un papel que llevar a cabo, y las reflexiones obtenidas a partir de nuestro anilisis de los factores que afectan el ritmo de la innovacién pueden y deberfan ayudar a moldear nuestras politicas de innovacién, En la versién original del libro, la Parte Dos se dedicé a desa- ” rrollar el estudio analftico matemético que subyace a la creacién de una sociedad del aprendizaje, Sin embargo, las revelaciones bé- sicas pueden transmitirse en palabras, y los capftulos 7 y 8 inten- tan hacer justamente eso, acompafiados por apéndices que brindan sencillas exposiciones diagramiticas de las ideas fandamentales. Los lectores que estén interesados en los modelos formales que subyacen al anélisis son referidos a la edici6n original del libro a los documentos més extensos que citaios. La versién original incluyé comentarios sobre la conferencia Arrow impartida por Robert Solow, Kenneth Arrow y Philippe Aghion, un resumen de la discusi6n que siguié a la conferencia Arrow y un documento complementario sobre politicas industria- les escrito por Aghion. Debido a las limitaciones de espacio, todo esto ha tenido que omitirse en esta edicién, Ademis de los agradecimientos mencionados en el «Prefacio a la edicién otiginal», deseamos agradecer la asistencia de Eamon Kircher-Allen y de Feiran Zhang para la preparaci6n de esta edicién. de La ereacién de tina sociedad del aprendizaje. Josers E, Sricurrz Bruce GRreenwAaLp Nueva York, noviembre de 2014 PREFACIO A LA EDICION ORIGINAL 4a Este voLUMEN es resultado de la primeraide una setie de confe- rencias pata honrar a uno de los més destacados graduados de la Universidad de Columbia, Kenneth J. Arrow, quien recibié su doctorado por parte de Columbia en 1951. Su tesis, publicada posteriormente como Eleccién individual y valores sociales (Indivi- dual Choice and Social Values), fue un punto de referencia en economia, filosofla y ciencia politica. Durante los més de sesenta afios que siguieton, Ken avanzé para convertirse en un gigante de la economfa, la ciencia politica, fa teorfa de la organizacién y la investigacién operativa. La Universidad de Columbiz ha tenido una larga lista de distin guidos graduados y miembros de su profesorado. La lista de pro- fesores de Economia incluye a Milton Friedman, quien impartid clases en Columbia durante diez afios; a Arthur Burns, quien sirvié en el Consejo de Asesores Econémicos durante ef mandato del presidente Eisenhower de 1953 a 1956 y como presidente de la Junta de la Reserva Federal de 1970 a 1978; ya Wesley Mitchell, Quien junto con Burns tuvo un papel fundamental en la fundacién de la Oficina Nacional de Investigaciones Econémicas, uno de los laboratorios de ideas mds importantes del pats, el cual se enfocé 4 Joseph E. Stiglitz y Bruce C, Greenwald durante sus primeros afios en mejorar la comprensién de las fluc- tuaciones econémicas, Existen muchos otros grandes, que son més conocidos para quienes se encuentran dentro de la profesién eco- nnémica que fara quienes estin fuera, incluyendo a Harold Hotelling, Albert Hart y John Bates Clark (cuya medalla que lleva su nombre se otorga cada afio al economista menor de 40 afios que ha hecho Ja contribuciSn més significativaa la economia; Arrow fue el quin- to galardonado con este honor) Con todas estas luminaias potenciales, nuestra decisién de honrara Kenneth Arrow fue ficl: nadie ha hecho més por cambiar la forma en que pensamos acerca de la economia —y acerca de la sociedad, més alld de la economia— durante las iltimas seis dé- cadas. En cierto sentido, pricticamente todos los teéricos —y la mayoria de los disefiadores de politicas— de nuestra generacién son estudiantes de Arrow (y, podria agregarse, nuestros estudiantes son, a su ver, sus enietos, en el sentido académico). Las ideas que €Lexpres6 por vex primera hace medio siglo han permeado nuestro pensamiento, Una serie de conferencias como esta brinda la oportunidad de aptoximatncs a los asuntos de una forma un poco més extensa que en los articulos de revistas cientificas. Cuando i serie tenfamos la esperanza de que abriera una animada sobre una variedad de areas dentro de la economfa, la ciencia politica y la flosofia. El Comiéé de Pensamiento Global abarca miltiples'disciplinas, y Arrow es uno de los pocos eruditos de décadas recientes cuyo trabajo ha traspasado campos de accién, teniendo profundos efectos sobre cada uno de ellos. Una de las razones por las que es un particular placer que Arrow sea el ga- lardonado con esta serie de conferencias es que esperdbamos enfocarnos cada afio en un aspecto de la obra de Ken. Ya que Ken ha escrito acerca de tantas dreas distintas, esto harfa que la serie de conferencias fuera extensa, involuctando a personas de toda la comunidad universitaria, Prefacio a la adicién original Is La serie de conferenciis ha estado a la altura de niuesttas expec- tativas. En la primera conferencia, a finales de 2008, Bruce Green- wald y yo nos enfocamos en un aspecto de la contribucién de Artow a nuestra comprensién del crecimiento: cémo se relaciona el progreso tecnoldgico con lo que hacemos. En cierta forma, fre el documento base de lo que, desde entonces, ha flotecido como un enotme corpus literario sobre el crecimiento endégeno, donde el ritmo de la innovacién es el objeto central de estudio. ‘La segunda confetencia tomé la tesis seminal de Arrow, donde 41 hace una pregunta dé mayor generalidad que la que alguna vez se hubiera planteado, y la academia ha luchado por aceptar la percurbadora respuesta que él brindé, Casi doscientos afios antes, el gran matemnético francés Nicolés de Condorcet habfa mostrado que una democracia, haciendo una eleccién entre tres alternativas Por un voto mayoritario, podia no ser capaz de llegar a una res- puesta detcrminada, La alternativa A podrfa ser preferida sobte B por una mayoria; B sobre C por una mayorla, y C sobre A por una mayoria. Bajo una serie de hisétesis viables, Arrow mostré que este problema podria surgir con cualquier mecanismo de votacién (con la obvia excepcién de otorgar un poder total de toma de decisiones a un solo individuo). Las implicaciones de esto —y las condiciones bajo las cuales sta aparente paradoja podria no sostenerse— se discutieron en la Segunda Conferencia Anual Arrow, impartida en-la Universidad de Columbia el 11 de diciembre de 2009 por dos distinguidos ganadores del Premio Nobel que han dedicado considerables energias intelectuales a la comprensiéa del Teorema de la Impo- sibilidad de Arrow: Erie Maskin y Amartya Sen. En 2010, volteamos la mirada hacia sus contribuciones a los mercados financieros con una conferencia impartida por José Schenkman, entonces de la Universidad de Princeton y ahora de Columbia (con discusiones por parte de Patrick Bolton de la Universidad de Columbia y Sanford Grossman), 16 Joseph E. Stiglitz y Bruce C, Greenwald Laconferencia de 2011 se enfocé en las contribuciones de Arrow al medioambiente, y en particular al cambio climético, con una charla por parte de Sir Partha Dasgupta, ydiscusiones por Geoffrey Heal y Scctt Barrett, ambos de la Universidad de Columbia. En 2012, Amy Finkelstein del atrr, junto con el orador y colega del marr, Jonathan Gruber, continué Ja obra revolucionaria de Ken ‘Arrow en la economfa de la salud, un ensayo escrito 47 afios antes, cuya influencia persiste en la actualidad, y que también fue un ensayo revolucionatio en el terreno més amplio de la teoria del riesgo moral. En 2013 regresamos una vex més al cambio climético, con una conferencia impartida por Christian Gollier, de la Escuela de Economia de Toulouse, titulada Poniendo precio al futuro del pla- neta: La economta del descuento en un mundo incierto (Pricing the Planets Fusure: The Economies of Discounting in an Uncertain World), ‘con discusiones por parte de Bernard Salanié, de Columbia, Stiglitz y Arrow. Lo que kizo que cada una de estas ocasiones fuera tan emocio- nante —y emotiva— fue la participacién de Arrow y sus reaccio- nes a estas chatlas inspiradas por su propio trabajo. Lo que también hizo que estas ocasiones fueran emotivas fue que los oracores no solo tenfan un fuerwe kazo intelectual con Arrow, sino lazos personales cercanos: algunas veces como estudiantes, y amenudo como colegas. Ninguno de aquellos a los que nos hemos acercado para impartir la Conferencia Arrow nos ha techazado: todos, a pesar de lo ocupados que se encuentran, hicieron un gran «sfuerzo po: reacomodar sus horarios de modo que pudieran tener esta oportunidad de mostrar su respeto y honrar a uno de los grandes cconomistas del siglo, Cada uno impartié una charla digna de la petsona a la que estaban honrando, La confecencia inaugural de la serie, que se impartié el 12 de noviembre de 2008, fue un evento especialmente importante ya que reunié a Ken Arrow y Robert Solow, dos economistas tespon- Prefacto a la edicién original 7 sables de la creacién’de un nuevo campo en la economia —la teorfa del crecimiento—, quizds el area més importante en las décadas inmediatamente posteriores ala Segunda Guerra Mundial. Los acontecimientos les dieror: la oportunidad de reflexionar sobre lo que habfa ocurtido en el teraa durante los cincuenta afios desde sus contribuciones trascendentales: Philippe Aghion, de Harvard, complementé sus comentarios sobre la charla ofteciendo sus ob- servaciones acerca de politicas industrales (tino de los principales tépicos de la charla) en el ersayo aqui publicado: The Case for Industrial Policy. La charla original se ha excendido (en parte, a sugerencia de Solow y Arrow) en un tratamiento més completo del tema. En la conferencia otiginal, Bruce Greenwald y yo habfamos enfocado nuestra atencién en mostrar e6mo las revelaciones de Arrow en ‘cuanto al aprendizaje hacian necesatio repensat uno de los postu- lados més fundamentales de ka economia moderna: las virtudes del libre comercio. Mostramos que habia un argumento a favor de Ia proteccién de las economias incipientes. Solow y Arrow opinaron que nuestro andlisis que mostraba la conveniencia de uuna intervencién por parte del gobierno en el mercado se aplicaba con la misma contundencia a una economia cerrada, sin comercio. Pablicamos aqui sts comentarios sobre nuestra charla original. La investigacién que llevamos a cabo posteriormente, y que reporta- mos aqui, muestra cudnta razén tenfan, Este volumen inicia con comentarios introductotios por paite de Bruce Greenwald y un servidos, nuestto tributo personal a Ken, donde fe mostramos nuestro aXecto y respeto. Josepu E. Srieurrz, profisor universitario y copresidente del Comité de Pensamiento Global, Universidad de Columbia INTRODUCCION eee FUE UN VERDADERO PLACER PARA NOSOTROS impartir la Primera Conferencia Anual Kenneth J. Arrow en-la Universidad de Co- lumbia para honrat a nuestro maestro, alguien que ha tenido una influencia permanente en nuestro pensamiento, tal y como la ha tenido en toda una generacién de economistas. De hecho, parecerfa como si todos en nuestra generacién hu- bigramos sido estudiantes de Kenneth Arrow, incluso quienes no fueron lo suficientemente afortunados como para tomar su clase. Sus ideas influyeron en nosotrés, igual que su estilo de investigacién y amplicud de miras. Es un verdadero modelo de cientifico. Podta brindar la prucba definiciva de la eficiencia de Pareto del equilibrio competitive (el primer teorema fundamental de la economta del bienestar), luego proceder a explicar que lés supuestos eran eq vocados, y, posteriormente, desarrollar modelos que incotporaran Suupuestos més realistas, anulando las primeras conclusiones sobre la eficiencia del mercado. Tanto Arrow como Robert Solow, otro de-nuesttos maestros honrados a través de nuestra cenferencia, llevaron a cabo ese tipo de hazafias analiticas en una serie de ensayos que inspiraron este Volumen, El primero fue un ersayo que Solow esctibid en 1956, 20 Joseph E. Stiglitz y Bruce C. Greenwald el cual mostraba que un aumento en la tasa de ahorros no llevarla aun aumento en la tasa de crecimiento de largo plazo: eso queda- bba determinado por la tasa de crecimiento de la productividad. Luego, en 1957, desglosé las fuentes del crecimiento econémico yargumenté que la mayor parte del crecimiento econémico se re- lacionaba no con aumentos en los Factores de produccién —como el trabajo y el capital— sino, més bien, con los aumentos en la productividad, Antes de eso, los economistas se enfocaban en los ahortos y en la acumulacién de capital, pero no en el papel del progreso tecnolégico como fuente de los enormes aumentos en nnuestto n.vel de vida a lo larga de los pasados doscientos afios. En 1962, Ken Arrow publicé dos importantes ensayos con la intencién de explicar el progreso tecnolégico. Uno se centrd en la investigacion y el desarrollo (1962b) y el otro, en aprender-ha- ciendo (1962a). Este tiltimo ensayo observaba que, en el proceso de producir ¢ invertis, se aprende. A medida que producimos ¢ invertimes, mejoramos en lo que hacemos. Si construimos més barcos, nos volvemos mis eficientes en la construecién de barcos. La ptoductividad aumenta. Este fue uno de los primeros ensayos sobre lo que ha llegado a denominarse la teoria del crecimiento endégeno, donde el ritmo de a innovacién se determina al interior del mode'o. Cada una de las conferencias Arrow pretende basarse en una de Jas contrisuciones revolucionarias de Arrow. Para nuestra confe- rencia, tomamos su trabajo sobre la innovacién; en particular, su destacadc ensayo de 1962 que trata sobre aprender-haciendo. Ese ensayo es, ¢n parte, un comentario sobre un importante ensayo anterior de Arrow. Hace 240 afios, Adam Smith hablé sobre la eficiencia de la economfa del mercado competitive ‘Argumenté que el equilibrio competitivo era eficiente; que la btisqueda del interés propio Hlevarfa, como por ‘arte de una mano invisible, al bienestar de la sociedad. ‘Tomé mucho tiempo a los economistas determinar en qué sentido esto era cierto (a lo que Introduecién 21 ahora los economistas se refieren como la eficiencia de Pareto) y las cizcunstancias bajo las cuales era cierto, Las obras analiticas que cdemostraban las condiciones bajo las cuales el equilibrio compe- titivo era, en efecto, eficiente en el sentido de Pareto, fueron es- citas por Arrow (1951b) y, en k época contemporinea, pot Gerard Debreu (1952; también, Arrow y Debreu 1954). ‘Arrow habia asumido en aquel ensayo que la tecnologta era estitica; esto es, que no habja innovacién.? Su ensayo que trata sobre aprender-haciendo desafié dicho supuesto. Claramente, para uuna economéa moderna la innovacién resulta fundamental. En dicho ensayo, asi como en su otro ensayo de 1962 sobre investi- gacién y desatrollo (1962b), Arrow explicé por qué la produccién de conocimiento difiere mucko de la produccién de bienes con- vencionales, Cuando Ia tecnologia es endégena, los mercados, en general, no son eficientes, Sin embargo, esto inmediatamente hace que surja otra pregunta: (industrial); el tamafo brinda una esfera de accién para la competencia, (Nuestro comentario anterior explica por qué el grado de proteccién debe recucirse con el tiempo), a estructura de las politicas comerciales en las economias en desarrollo exitosas —-como Japén, Europa después de la Segunds Guerra Mundial u otras economias en Asia— ha sido muy similar. Estas economfas no se han enfocado en industrias especificas ni Jas han protegido; han tendido a brindar una amplia proteccién a lo largo de una serie de industrias y, de hecho, han alentado la competencia detrés de esas barreras, ‘También surge la pregunta de oémo afecta esto a los mercados financieros, una pregunta donde la obra de Arrow y Solow esté particularmente bien posicionada para ayudar a responder, Cuan- do un pals exporta capital, los duetios de ese capital estén, efecti- vamente, importando servicias de capital del extranjero. As{ como las importaciones de bienes menufacturados e industrales no logran evar consigo el aprendizaje asociado’ con dichos sectotes, las importaciones de servicios financieros no llevan consigo el apren- dizaje que se asocia con dicho sector, Si existen argumentos pode- rosos a favor de que existan grandes barreras a los bienes indus- triales importados, dichos argumentos se aplican igualmente a las testricciones sobre las exportaciones de capital al extranjero y a la importacién de servicios financieros. En pocas palabras, esta teo- ‘fa ha brindado una nueva légica para explicar por qué la libera- lizacién de los mercados de capitales y de los mercados financieros Puede llevar a indices més bajos de crecimiento, Mostramos que ccxisten argumentos parecidos que se aplican a las exportaciones de mano de obra al extranjero. A partit de estos andlisis, el libro avanza hacia una discusién ‘més amplia sobre las politicas, comenzando con las politicas co- 30 Joseph E. Stiglitz y Bruice C. Greenwald merciales ¢ industrials, y continuando con las politicas macro, financieras y de inversién, y con la propiedad intelectual. Expli- camos por cué la objecién de la politica econémica hacia la pro- teccién de industrias incipientes especificas —que, por ejemplo, los incereses especiales que se benefician de dicha proteccién tra- bajan para mantener mucho después de que ha desaparecido la justificacién econémica para dicha proteccién— tiene mucho ‘menos fuerza en el contexto del argumento a favor de la proteccién de las econoaitas incipientes. Mostramos también que las preocu- paciones de a politica econémica no afectan si debe haber polfti- «cas industtiles y comerciales, sino qué politicas y cual es la mejor ‘manera de cisefiarlas. Mostramos también que las leyes de propic- dad intelectual, sino se disefian adecuadamente, pueden, de hecho, impedir el cprendizaje y que los regimenes «més fuertes» de pro” piedad intelectual pueden asociarse con un ritmo més lento de innovacién. Esta parte termina yendo més allé de crear una economia el aprendizaje a crear una sociedad del aprendizaje,’y més all del modelo econémico convencional, con sus supuestos de individuos tacionales con preferencias predeterminadas, incorporando reve- , laciones a partir de avances recientes en la economia conductual/ incluyendo el concepto de que las preferenciasy las ereencias Son, al menos en parte, determinadas socialmente, Por ejemplo, ‘nos / preguntamos si existen pol ! qmentalidad» de aprendizaje. Esperamos que esta seleccién de revelaciones sea lo suficiente- mente tentadora como para persuadir al lector a adentrarse de ‘maneta mds profunda a lo que sigue. Al intentar exponer nuestras ideas nos topamos con un importante dilema: el lenguaje de la economia moderna. Pueden ayudar a asegurar que las supuestas conclusiones sigan a los supuestos. Pueden ayu- dar a probar la robuster. de los resultados: ;Los cambios en los supuestos llevan a conclusiones marcadamente distintas? Sin 5 que pueden ayudar a crear una 1s mateméticas son Introduccién 31 embargo, también pueden oscurecer: la complejidad de los andli sis también puede ocultar el papel de supuestos particulares. Atrow y Solow nos ensefiaron el valor de los modelos sencillos: que de- bemos esforzarnos por encontrar el modelo mds sencillo y més general para explorary explica’ el asunto en particular que tenemos frente a nosotros. Esperamos que esta exposicién esté a la altura de los elevados estindares que ellos establecieron. No obstante; hasta los andlisis més sencillos en esta érea pueden’ resultar relativamente complejos, y probar la robustez de los re- sultados requiere explorar miltiples variantes del modelo bésico. Esca conferencia nos brinda la oportunidad de honrar a otro de nuestros inaestros, Robert Sclow, el padre de la teorla moderna del crecimiento. Solow y Arrow nos ensefiaron cbmo las ideas sencillas puedan tener efectos profuundos. Traer revelaciones toma das de la economia del conocimiento y el aprendizaje cambia de manera fundamental nuestro punto de vista sobre cémo pensar acerca de las politicas diseftadas para promover el crecimiento. ‘Crcemos que el argumento de las economias incipientes, inspira- do por el ensayo de Ken Atrow sobre aprender-haciendo, en la extensa tradicién de Ken Arrow y Bob Solow, consiste en extender las revelaciones econémicas hacia nuevas 4reas. Esperamos que los conocimientos que brinda ayuden a los paises més pobres 4’émplear politicas novedosas efectivas para promover su crecimiento y desarrollo econdmico. Nota ala introduccién "0, de forma mis precisa, que sihablainnovacién, era exégena, y no se vela afectada por lo que los participants del mercado hiieran, PARTE UNO. LA CREACION DE UNA SOCIEDAD DEL APRENDIZAJE Un nuevo enfoque hacia el crecimiento, el desarrollo y el progreso social conceptos bdsicos y andlisis CAPITULO | La rrevolucién del aprendizaje eke Despz Los TreMPos RoMaNos “que es de cuando se tienen dis- ponibles los primeros datos sobre producto per cdpita— y hasta 1800,¢L nivel de vida humano promedio aumenté apenas de forma imperceptible (véase, por ejemplo, Maddison, 2001), Para la gran mayorfa de los seres humanos el consumo consistfa, sobre todo, en alimentos, y estos estaban bisicamente limitados a los de primera necesidad: artoz, trigo y otros granos. La vivienda inclufa condi- ciones de vida como las que prevalecen en los graneros, sin priva- idad, y el control climético censistfa tan solo en el calor necesatio durante el inviemno, La ropa era un elemento utilitario y por lo general estaba compuesta por atuendos tinicos, y con el cambio de temporada, se agregaba mds repa para ponerse encima. Los viajes, locales y poco frecuentes, éran dificiles e incémodos. La diversin era autogenerada y primitiva. Solo una pequeria minorfaatistocré- tica disfrutaba de lo que én la actualidad podriamos considerar un nivel de vida humano adecuado: variedades de alimentos frescos, incluyendo carne, habitaciones privadas con buena temperatura, diferentes conjuntos de ropa para diversas ocasiones, cuidado per- sonal y médico rudimentatio, oportunidades de viajar y entreteni- into sofisticado. 36 Joseph E. Stiglitz y Bruce C. Greenwald Comenando en 1800 y acclerindose de forma marcada después de mediados del siglo x1x y hacia finales del mismo, ese nivel de vida privilegiado comenzé a extenderse a lo largo de Europa, Es- tados Unidos y Australia, El impacto de este cambio resulta evi- dente incluso en los comentarios contemporineos criticos. El ‘Manifiestc Comunista es, en muchos sentidos, un himno al po- tencial del recientemente notorio progreso econdmico, cuyos beneficios ain no se habfan compartido ampliamente. En el siglo xx, el nivel de vida de élite se generalizé en Europa, Estados Unidos, Australia y muchas partes de Asia, tendencia que continta en gran parte de Asia en la actualidad. El significado de esas transformaciones puede verse desde otra perspectiva: hasta inicios del siglo xnc la mayorfa de las personas pasaba gran parte del tiempo satisfaciendo las necesidades basicas de su vida: alimento, refugio, ropa. En la actualidad, para la ma- yorfa de quienes viven en los palses industrializados avanzados —y para un nimero cada vez mayor en los mercados emergentes— satisfacer estas necesidades bésicas de vida requiere apenas unas cuantas horas de trabajo a la semana, Las personas tienen la posi- bilidad de elegir cOmo ocupar el tiempo «extra» del que disponen: trabajando a fin de ganar lo suficiente para consumir més (ya sean enccesidades» de mayor calidad 0 lujos) 0 para disfrutar de més tiempo libre.! {Cuil fue la fuente de estas transformaciones sociales? zAcaso fue la'acumulacién de capital o el progreso tecnoldgico?“Auinque économistas como Schumpeter (1943) habfan identificado que la fuente principal de estos acontecimientos transformadores era el progreso tecnoldgico, no fue sino hasta Robert Solow (1957) que hubo una manera de cuantificar la importancia relativa de la acu- ‘mulacién de capital vysus el progreso téenico, Los cambios en la intensidac. de capital‘podfan explicar, como mucho, una tercera parte de los cambios en la produccién por trabajador. El resto era atribuible, principalmente, a diversas formas de progreso técnico? La revolucién del aprendizaje y La bibliograffa subsecuente sugerfa que la cuantificacién era, quizd, menos robusta que como parecia inicialmente, en parte debido que la medicién de los insumos clave (capital, capital hhumano) era mas dificil y problemética de lo que se habia pensa- do cn un principio, en parte debido a que el modelo subyacente —que-conllevaba una funcién de produccién agregada con ren- dimientos constantes a escala y una competencia perfecta— pare- cfa mds cuestionable.? Algunas de las dificultades de desglosar las fuentes del crecimiento residian en que se encontraban entrelaza- das, y se requerfan muievas méquinas (inversién) para implementar nuevas tecnologfas.* Aun asf, ao hay duda de que ha habido au- ‘mentos enormes en la productividad y que los avances en la tec- nologia as{ como en «aprender a hacer las cosas mejor» han des- empefiado un papel fundamental en estos aumentos de la productividad. Para nuestros fines, eso es todo lo que import El ritmo de aprendizaje (inrovacién) no solo es el determinan- te més imp nentos en los niveles que el coda seguridad, parcialmente, si no totalmente, endégeno. La velocidad del progreso ha sido no- tablemente distinta tanto a lo largo del tiempo como entre los paises, y aunque quizé no seamos capaces de explicar toda esta vatiacién, queda claro que las politicas gubernamentales han te- lo por el medio ambien- te econédmico y social, y por la estructura de la economfa, as{ como por las inversiones puiblicas y privadas dirigidas a la investigacién y la educacién. El hecho de que existan elevadas correlaciones respecto a los aumentos de la productividad entre las industrias, las empresas y las funciones al interior de las empresas sugiere que puede haber factores comunes (Factores ambientals, inversiones PUblicas) que tienen efectos sistémicos o efectos indirectos impor tantes de un aprendiz/innovedor hacia otsos, Sin embargo, el hecho de que existan diferencias grandes y persistentes entre paises Y entre compaiifas —en el aspecto microccondmico, grandes dis- - vida, sino mismo es, cas 38 Joseph E. Stiglitz y Bruce C. Greenwald ‘crepancias entre las mejores précticas, las précticas habitules y las peores précticas— implica que el conocimiento no necesatiamen- te se mueve con suividad entre fronteras 0 por encima de los It- mites empresariales, Todo esto pone de manifiesto que uno de los objetivos de la politica econémica deberla consistir en creat politicas y estructu- ras econémicas que mejoren tanto el aprendizaje como los efectos del mismo; es més probable que Iz éreacién de una sociedad del ‘prendizaje aumente los niveles de vida a que lo haga el hecho de llevar a cabo mejoras pequefias y tinicas en la eficiencia econd- micao sacrificar el consumo hoy para que haya una intensificacién de capital Todo esto ocurre més en los paises en desarrollo. Gran parte de Ja diferencia en el ingreso per cApita entre estos paises y los més avanzados puede atribuirse a diferencias en el conocimiento. Las politicas que transformaron sus economia y sociedades en wsocie~ dades del apretidizajer les habrfan permitido cetrar la brecha del conocimiento, con aumentos marcados en el ingreso.” El desarto- Ilo conlleva aprender a aprender (Stiglitz, 1987c). Solow, en su trascendental ensayo sobre los aspectos econémicos del crecimiento (1956), habla mostrado, por razones de simplici- dad; el ritmo del progreso tecnolégico como algo fijo y exégeno, que no se vela afectado por las decisiones de las empresas. Esto dejé sin explicacién la fuente més importante de los aumentos en los niveles de vida y, de este modo, brindé una orientacién mini- ‘ma sobre cémo la politica econémica podia aumentar ese ritmo. Asi pues, el trabajo de 1957 de Solow mostré que el foco principal de su ensayo de 1956, la acumulacién del capital, resultaba rela- tivamente poco importante; To crucial era lo que su ensayo de 1956 simplemente considerd evidente. No es de sorprender que poco después del trabajo pionero de Solow, comenzando la década de 1960, se >rodujera una gran cantidad de publicaciones sobre la teorfa del crecimiento que intentaba considerar endégeno el cambio La revolucién del aprendizaje 39 tecnolégico,® y durante la dé&ada de 1980 se hizo un progreso mayor? Por supuesto, el mejor trabajo traté de fandamentar el andlisis del comportamiento agregado (macro) en fandamentos micro. Hasta hoy existe una gran cantidad de bibliograffa sobre la mi- croeconoma del progreso tecnolégico,” pero muchas de las reve- laciones de esos trabajos no se han incorporado a los modelos de crecimiento macroeconémico, los cuales, a menudo, adopran una perspectiva simplista, ignorando, por ejemplo, las diferencias sectoriales en el ritmo de innovaci6n, la gran cantidad de formas en fas que el progreso ocurre, y las interrelaciones enere ellas y las politicas alternativas, Para lidiar con las complejidades planteadas por el crecimiento endégeno y con el desafio de producie un cre- cimiento sustentable a largo plazo, gran parte de las publicaciones se ha enfocado en parametrizaciones que tetminan siendo muy, ‘muy especiales. Aunque parte dela bibliografia ha reconocido que cuando la innovacién es endégena quiza los mercados no sean del todo competitivos, la interaccién entre la estructura del mercado y la innovacién no se encuentra, tipicamente, en el niicleo' del andlisis. Rs, siquiera, la clase de competencia que Schumpeter visualizaba como algo de veras viable? Parte de los libros plancean hipétesis que, précticamente, prejuzgan las conclusioncs: si se asume que el comercio mejora el aprendizaje (y que lo hace de manera més efectiva que una cantidad correspondiente de:pro- duccién local), entonces las barreras comerciales tienen un efecto adverso sobre el crecimiento econdmico. Como mostrdmos, las hipotesis alternativas (y, pod-famos argumentat, més factibles) sobre el proceso de innovacién sugieren que algunas restticciones comerciales pueden resultar convenientes, Si nuestra opinién acerca de que el éxito de las economifas mo- demas se debe a la innovacidn del aprendizaje es correcta, enton- ces comprender los procesos del aprendizaje y la innovacién, y la forma cn que las politicas pueden afectar su ritmo, deberia encon- 40 Joseph E. Stiglitz y Bruce C. Greenwald trarse en el nticleo del anslisis econémico."' Podemos considerar que, en términos generales, el esistema de innovacién> de una ‘economia pasa desde la investigacién bésica —financiada, por lo general por el gobierno y, en ocasiones, por un monopolio auto- rizado por el gobierno (como Bell Labs), y producido por univer- sidades y laboratorios gubernamentales de investigacién— hasta la investigacién aplicada, que algunas veces se desarrolla a partir de-estas ideas bisicas y otras perfecciona y desarrolla el conocimien- to previo. Las ideas tienen que darse a conocer y ser puestas én. prictica: gran parte del aumento de la productividad ocurre cuan- do las empresas aprenden unas de otras 0 cuando la tecnologia mejora a través de la préctica. Un mayor porcentaje de nuestro andlisis deberla enfocatse en cémo ocurre ese aprendizaje, Kenneth Arrow fue un pionero en el examen de la economia de estos uprocesos de aprendizajes —Ios Factores que los promueven ylos retardan, su probable respuesta alos incentives normales del mercado y su relacién con el medio ambiente macroeconémico y mictoeconémico més amplio— y destacé en sus ensayos sobre la economia de la investigacién y el desarrollo, y sobre éaprender- haciendox (1962a, 1962b). Llamé la atencién al hecho de que auingue se produce algo de conocimiento como resultado de la asignacién deliberada de recursos a la inyestigacién y el desarrollo, ‘gran parte del progreso técnico es un subproducto de la producciéa ola inversion. ‘Uno de los avances en las economias modernas ha sido las me- joras en.tes procesos a través de los cuales estas aprenden, es decis, hhan aprendido a aprender. No hay un logro exclusivo que Hlevara a mayores capacidades de aprendizaje, sino, més bien, una serie de innovaciones organizacionale: De conformidad con todo esto, los trabajos subsecuentes —in- cluido el de Nordhaus (1969, 1969b)— identificaron que la mayor parte de dicho progreso surgié de la acumulacién continua de pequefias mejoras en los procesos de produccién y no de avan- La revolucién del aprendizaje 41 ces ecnol6gicosespectaculares aunque algunas, quizd muchas, de estas mejoras pueden basarse en o relacionatse con cambios trans- formadores. Por ejemplo, la electrificacién y la computarizacién fueron grandes cambios, pero sus efectos plenos se manifestaron en pequefios pasos.'* Del mismo modo, la separacién entre la acumulacién del capital y el eaprendizaje» no queda clara: A me- nudo es a través de las nuevas inversiones como se descubren nuevas ideas y se cexpresa» ura nueva investigacién.” Si el ritmo” de la inversi6n determina el ritmo del aprendizaje, entonces, por supuesto, es imposible separar de manera clara qué parte del au mento de fa productividad ado de la acumulacién de ca- pical y qué parve To es de las mejoras_en la tecnologia, porque ambas estén indisolublemente entrelazadas, Los modelos agtegados que han sido el niicleo de la teorfa mo- derma del crecimiento y el desarrollo pierden de vista otto aspecto clave: en el paradigma convercional, excepto por las distorsiones del mercado (y la eliminacién de esas distorsiones del mercado es lo que apasiona a la mayoria de los economistas), siempre se asu- ‘me que las empresas se encuerstran en la curva de posibilidades de produccién (segiin el argot de la economia tradicional). En ese modelo convencional, la productividad aumenta como resultado de desplazar hacia fuera la curva de posibilidades de produccién, consecuencia ya sea de una mayor acumulacién de capital no 0 mae no 0 fisico, o de investigacién y desarrollo, Ciertamente, gran paite de Ta bibliograffa consideraba al conocimiento, en escncia, como otra forma de capital —capital de conocimiento— igno- rando sus capacidades distintivas, que serdn el centro del andlisis en capitulos posteriores, especialmente en el Capitulo 5. Sin em- batgo, en la realidad, muchas de las empresas operan muy por debajo de su curva de posibilidades de produccién, Existen gran- des brechas entte las «mejores précticas» y las «prdcticas promedion. Los paises dificren en cuanto al tamasio de estas brechas. Cerrar estas brechas puede, ‘menos por un tiempo, brindar un impetu a Joseph E. Stiglitz y Bruce C. Greenwald importante alos aumentos sociales dela productividad. En el caso de la empresa tipica, aun cuando cierre la brecha de ayer, se abren nuevas brechas. Gran parte de las empresas siempre estén «ponign- dose al die». Las economfas més exitosas son aquellas que lograron no solo dlesplazar aacia fuera su curva de posibilidades de produccién de forma més répida, sino que, también, se han asegurado de que la brecha entre las pricticas apromedio» y las umejores» pricticas sea pequefia, Hay més difusién del conocimiento, més aprendizaje, y son estos logros en el aprendizaje los que, a la larga, jusifican los niveles de vida més elevados en estas economias exitosas. En pocas palabras, la transformacién hacia las esoviedades del aprendizajen que ocurris alrededor del aio 1800 en el caso de las eco- nomias occidentales , mds recientemente, en el caso de las asidticas, parece haber tenido un mayor impacto en el bienestar humano gue las ‘mejoras en la eficiencia en la aplicacion de los recarsos 0 en su acurnu- lacién, Si esto es ast, comprender cémo creat una sociedad del aprendizaje deberia ser una de las preocupaciones centrales de los economistas y otros cientificos sociales. El éxito de este esfuerzo puede tener un impacto mucho mayor en Ia elevacién dellos niveles de vida que el hecho de determinar cémo incrementar [a acumula- cién de recursos 0 reducir las ineficiencias asignativas a corto plazo. Este libro busca presentar el marco més sencillo para compren- der algunas de las determinantes fundamentales del ritmo del progreso, suficientemente desagregadas como para que las politicas sectoriales marquen una diferencia, y suficientemente agregadas como part mantener nuestro foco de atencién en las determinan- tes del ritmo, del progreso general de la economfa. Existen dos preguntas basicas y cruciales para nuestra investi- gacidn: Los mercados, por si mismos, dan como resultado un nivel y ur. patr6n eficiente de aprendizaje e innovacién? Si no es asi, cules son las intervenciones convenientes por parte del go- bierno? | La revolucién del aprendizaje 8 Ineficiencia del mercado La respuesta a la primera pregunta es sencilla y directa: No existe la presuncin de que los mercados sean eficientes en la produccién diseminaci6n del conocimiento y el aprendizaje, Muy por el contvario, existe la presuncién de que los mercados no son eficiente. Las nociones modemnas sobre la eficiencia de los mercados se remontan al trabajo de Adam Smith (1776) y su mano invi el concepto de que la buisqueca del interés propio llevaria, como por obra de una mano invisible, al bienestar de la sociedad. Se requitieron 175 afios para que Arrow (1951b) y Debreu (1959) establecieran en qué sentido eso era cierto (cuando los mercados son eficientes en el sentido de Pareto; esto es, que nadie puede mejorar sin hacer que alguien empeore) y las condiciones bajo las cuales esto es cierto, Arrow aporté las condiciones suficientes para Ja ficiencia de Pareto de los mercados (véase Arrow 195 1b; Debreu 1959). Trabajos subsecuentes mostraron que dichas condiciones cran también esencialmente nzcesatias. Por ejemplo, su compro- bacién de la eficiencia de los mercados implicaba que la informa- cidn’fuera exdgena (esto es, no necesitaba ser perfecta, pero las cieencias no podian cambiar como resultado de lo que los indivi- duos observaran o hicieran); posteriormente se mostré que cuan- doquiera que los mercados estaban incompletos o la informacién cra endégena y asimétrica (esto es, en esencia, siempre) los merca- dos no eran eficientes en el sentido de Pareto (restringidos)." Sin embargo, para los propésitos de este libro, los supuestos centrales para la demostracién de la efi ia de la economia de ‘mercado fueron que los mercados eran perfectamente competiti- vos y que el estado de Ia tecnologia era fjo, exdgeno. En su de- mostracién de la eficiencia dela economia de mercado, Arrow y Debreu pasaron por alto la innovacién. Al hacerlo, dejaron sin responder la pregunta de si una economia de mercado era eficien- teen Io relacionado con la innovacién. Dado que muchos defen- “ Joseph E. Stiglitz y Bruce C. Greenwald sores de los mercados asumieron que su carécter innovador era su principal virtud, esto constituyé, obviamente, una laguna funda- mental, Cierto es que anteriormente Schumpeter (1943) habia ido tan Ijos como para argumentar que una de las distorsiones en las que los economistas habfan centrado su atencién —e] mono- polio— podta, de hecho, ser una virtud en una economfa de la fovacién: proporciona los recursos que soportan la investigacién y el desarrollo, y mientras haya competencia por el mercado no deberlanros preocuparnos por la competencia dentro del mercado, Sin embargo, ni Schumpeter ni otros que defendian las vireudes de los mercados sobre la base de su carécter innovador pudieron mostrar que los mercados eran eficientes en cuanto a innovacién, La razén por la que no lo hicieron es porque no podian hacer lo: el andlisis que se muestra més adelante, basado en el trabajo de Arrow y otros, muestra que hay una presuncién de que los mer- cados, por si mismos, no son eficientes en el nivel ni en el patron dela innovacién, Arrow reconocié que las fallas del mercado en la produccién y diseminacién del conocimiento (ya fuera como resultado de la asignacién de recursos a la investigacién y el desa- rrollo 0 como resultado del aprendizaje) eran generalizadas. Ast pues, seguir el ejemplo de Arrow en cuanto a la comprensién de los procesos de aprendizaje—y de las fallas generalizadas del mer- cado en los procesos de aprendizaje— resulta fundamental para formular politicas econémicas efectivas. Para analizar la naturaleza de estas ineficiencias —y sus reper- cusiones para las politicas puiblicas— se requiere la construccién de un modelo general de equilibrio donde la investigacién y el desarroll> o el aprendizaje, y las estructuras de mercado sean, ambas, endégenas. Las ineficiencias del mercado son miiltiples y complejas. Por ejemplo, explicaremos por qué algunos sectores pueden ser més susceptibles al aprendizaje que otross por qué al- gunos sectores son capaces de generar més externalidades (efectos indirectos en otros sectores) que otros. Veremos que los sectores \ La revoluciér del aprendizaje 45 cen los que el aprendizaje es irsportante a menudo son imperfec- tamente competitivos, de modo que no solo la produccién —y el aprendizaje— estarén restringidos por debajo de su nivel éptimo debido a que las empresas no toman en consideraci6a los derrames desu aprendizaje hacia otros sectores; no obstante, la produccién —y el aprendizaje— pueden estar constrefiidos como resultado del ejercicio del poder de mercado. Explicatemos la razén por la que cl punto de vista de Schumpeter de que semejante poder de mercado tenia un valor postive (ayudaba a financiasinvestigacio- nes que, de otro modo, no kabrian recibido fondos)’y que los abusos serian limitados debido a la plina de la competencia schumpeteriana (competencia por ser la empresa dominante a través de la innovacién) necesita ser matizado, Su opinién acetca de los monopolios era demasiado panglossiana. Se introducen otras ineficiencias en el proceso de innovacién como resultado de imperfecciones en el mercado de capitales y en los mercados de riesgos. El andlisis de Arrow y Debreu que esta- blece la eficiencia de los meicados requeria no solo suptiestos irracionales sobre la nacuraleza de la competencia y a innovacién, sino, también, que hubiera un conjunto completo de mercados de riesgo y mercados de capitals perfectos, Las imperfecciones en «estos mercados, especialmente en lo relacionado con la innovacién, no son mera casualidad, sino un rasgo inherente a la innovacién, tal y como lo explicamos en el Capitulo 6. EL papel del gobierno en la promocién de una sociedad del aprendizaje Siel aprendizaje—y, de maneta mas genefal, la investigacién y el desarrollo— se encuentra en el néicleo del éxito de una economia, y si no existe la presuncién de que los mercados son eficientes a la hora de tomar decisiones que afectan el ritmo del aprendizaje (0 investigacién y desarrollo),entonces las presunciones de toda 46 Joseph E. Stiglitz y Bruce C. Greenwald Ia vida en contra de la intervencién gubernamental simplemente estén equivocadas, La crisis financiera ha llamado la atencién all papel del gobierno en la prevencién de las crisis. Los problemas ambientales extendidos han llamado la atenci6n al papel del go- bierno a a hora de prevenit la contaminacién y el cambio climé- tico potencialmente catastr6fico, Existen ejemplos de} papel del gobiernoen la prevencién de externalidades negarivas“La produc- cidn de conocimiento conlleva externalidades pasiivas Zl sector privado produce demasiados bienes que hacen que sttjan exter- nalidades negativas, y esa es la razén por la que el gobierno debe imponer cargas cuando las empresas generen contaminacién 0 regular les actividades que la generan. En contaste, el sector pri- vado tipicamente produce muy pocos bienes que generen exter- nalidades positivas. Una vez. més, corregir esta distorsién del mercado requiere alguna forma de intervencién gubernamental. Estas .ntervenciones son més complejas de las que resultan necesarias para corregit las externalidades negativas; existen exter- nalidades ambientales limitadas y bien identificadas y un conjun- to de herramientas bien desarrolladas para abordar estas fllas del mercado, De igual modo, también hay un entendimiento genera- lizado sobre las externalidades que pueden generarse por los mer- cados financiéros subregulados, especialmente en el periodo pos- terior a la crisis financieras incluso, un entendimiento de lo que implica una buena regulacién, Sin embargo, el aprendizaje toca todos los aspectos de una economia dinémica moderna; incluso courte tedavia més en el caso de un mercado emergente que lucha por convertirse en un pais industrializado avanzado. Si existen fallas de mercado en el aprendizaje, entonces las fallas de mercado se generclizan en la economia. Son difusas. Se precisan interven- ciones gubernamentales més generalizadas para corregitlas, ‘Muchos de los avances en los que se basa nuestra economia dinamica dependen de la investigacién financiada por el gobierno, ysin ese apoyo el ritmo dela innovacién —y el ritmo de elevacién La revolucién del aprendizaje 7 de los niveles de vida habria sido mucho més lento, Por otta parte, muchos de los avances atribuibles al sector privado son moldeados por nuestro marco legal, incluidos los que gobiernan la propiedad intelectual. Los eriticos tanto de derecha como de izquierda aseveran, sin embargo, que este marco legal est muy Icjos de lo ideal, y algunos plantean que la innovacién se ve coat tada como resultado de una proteccién insuficiente a los derechos de propiedad; otros dicen queel progreso es obstaculizado debido aun régimen de propiedad intelectual pobremente disefiado que esté mds enfocado en aumentat las ganancias, digamos, de la in- dustria farmacéutica que en potenciat el nivel de vida. Sea cual fuere el punto de vista que se tenga sobre estas cuestiones, existe tun consenso acerca de que las politicas piblicas son fundamenta- les e inevitables, El gobicrno tiene la responsabilidad de «crear una sociedad del aprendizajes. Si queremos comprendet cudl es esa responsabilidad —y o6mo pusde cumplirse de mejor maneta—, debemos comprender por qué los metcados por si solos no «fun- cionan» y cémo ocurre la innovacién en nuestra sociedad. El anzlisis aqui presentado cambia, pues, la presuncién sobre la conveniencia de una intervencién gubernamental: ahora hay una presuncién sobre la falla del mercado y una presuncién de que el gobierno debe emprender acciones para corregir estas fallas del mercado Asi pues, este libro es un irtento por estudiar la economia de las esociedades del aprendizaje>, y se enfoca, especialmente, en el Papel del gobierno en la promacién del crecimiento.a través de la creacién o el fortalecimiento de una sociedad del aprendizaje. Este libro esboza modelos sencillosen los que los efectos indirectos del aptendizaje estin bien identifcados. Los modelos generan pres-

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