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Texto de debate

De la razón jurídica hacia una ética peculiar. A


propósito del informe mundial sobre el derecho
a la educación de personas con discapacidad
From Law Reasoning to Singular Ethics. Comments
on World Report on Disabled People Educational Rights
Carlos SKLIAR1
FLACSO - Argentina
skliar@flacso.org.ar

Recibido: 17.7.09
Aprobado definitivamente: 3.11.09

RESUME
Este texto se plantea una relectura ética acerca del derecho a la educación de las personas con discapacidades,
con un énfasis prioritario de la situación en América Latina. A partir de considerar los sistemas jurídicos,
los modos de financiamiento políticos, los porcentajes de inclusión y los programas de seguimiento de la
población con discapacidad en edad escolar, se deriva toda una serie de discusiones sobre la idea de
formación educativa, el estar junto a otros y las responsabilidades éticas en la tarea de educar.
PALABRAS CLAVE: Discapacidad, inclusion, diferencias, responsabilidad ética.

ABSTRACT
This paper raises the need of an ethical re interpretation of the right to education of people with
disabilities, with a strong emphasis in Latin America. By considering juridical systems, political
fundings, inclusion percentages and monitoring programmes focused on people with dissabilities in
school age, a series of discussions is proposed: about the idea of educational training, about living and
being with others and about the ethical responsabilities in the task of teaching.
KEYWORDS: Disability, inclusion, difference, ethical responsability.

1 Coordinador del Área de Educación de FLACSO, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Buenos Aires e Investi-
gador Independiente del CONICET, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Argentina.

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ITRODUCCIÓ conocida?, ¿cuántas personas con discapacidad


están en el sistema educativo?, ¿y cómo les va,
Voy a intentar en este artículo poner en relie- es decir, qué pasa con su educación?, ¿en qué
ve un conjutno de cuestionamientos, dudas, pro- medida ha habido una deserción de esta pobla-
blemas, incertidumbres que se originan del infor- ción al no encontrar singularidades pedagógicas
me sobre el derecho a la educación de las adecuadas para ellos en las instituciones comu-
personas con discapacidad, realizado por Vernor nes, no especiales? Esto es especialmente grave
Muñoz2, Relator de la Organización de las en África y en América Latina, pero no deja de
Naciones Unidas sobre el derecho a la educación, ser preocupante en otros continentes.
en el cual colaboré humildemente con algunas Pero ya no se trata sólo de estadísticas, ya no
reflexiones general, junto a otras personas. se trata apenas de si sabemos o no sabemos de
Habrá que decir, con toda franqueza, que el cuánta población estamos hablando, o en qué
informe aborda todos los niveles gubernamenta- medida la cuantificación anuncia un cierto tipo
les, que pretende una mirada mundial sobre la de problema, sino que ya directamente tiene que
situación educativa de las personas con discapa- ver con una falta de información que preanuncia
cidad, que hurga en cada rincón del planeta en un devinir histórico y una dimensión ética del
busca de información relevante para repensar las todo particulares: como si hubiera una pobla-
políticas públicas específicas, pero que tropieza ción, en este caso la población con discapaci-
con una primera piedra, con un primer obstáculo dad, que preocupa poco y nada, que preocupa
que es el de no poder determinar la verdadera poco inclusive hasta el punto de no saber quié-
magnitud del problema. Y aunque uno intuye nes son, no saber dónde están, no saber qué les
que es un problema álgido, ya no se trata apenas pasa, qué necesitan, qué quieren, cómo sería
del lamento por algo “que está en crisis”, sino posible garantizar sus derechos más básicos.
que estamos frente a una cuestión verdadera- Por otra parte, creo que hay que tener cuida-
mente dramática –y no estaría nada mal ponerlo do en suponer que la información lo es todo, que
en esos términos– porque tiene que ver, ante lo puede todo; me refiero a que podemos dispo-
todo, con las condiciones de existencia de los ner de una información actualizada pero al mis-
demás y también con nuestra propia vida, nues- mo tiempo mantener una relación de ajenidad y
tra propia existencia. Desde el punto de vista de de desinterés. Por lo tanto no se trata simple-
cierto posicionamiento ético, que aquí asumiré, mente de censar la situación de las personas con
la separación entre “nosotros” y los “otros” ya ha discapacidad, sino plantear cómo efectivamente
dejado de funcionar –teórica y políticamente– y, la magnitud del problema se ve amenazada por
por el contrario, debemos presuponer la idea de la magnitud misma de la falta de información.
responsabilidad ante la existencia de los demás
en relación a nuestra propia vida.
El Informe se encontró, como he dicho, con SOBRE AMÉRICA LATIA, EL
una dificultad insalvable, que es la de la valora- DERECHO EDUCATIVO Y LA
ción de la magnitud del problema en sí, un pro- SITUACIÓ ESCOLAR DE LAS
blema del cual en verdad no se tiene una dimen- PERSOAS CO DISCAPACIDAD
sión precisa. La paradoja está, entonces, en
pretender discutir la magnitud de un problema Hay un detalle en particular, que no digo que
sin tenerla a disposición con claridad: ¿cuántas sorprenda, pero sí que causa cierto dolor –dolor,
personas con discapacidad podrían estar en el repito, que proviene y representa parte del len-
sistema educativo y no lo están?, ¿dónde están guaje del posicionamiento ético que aquí asu-
esos niños, esas niñas, esos jóvenes con disca- mo– acerca de la situación del derecho a la edu-
pacidad que no están en ninguna institución cación de las personas con discapacidad en

2 Documento: APLICACIÓN DE LA RESOLUCIÓN 60/251 DE LA ASAMBLEA GENERAL, DEL 15 DE MARZO DE


2006, TITULADA “CONSEJO DE DERECHOS HUMANOS”: El derecho a la educación de las personas con discapacidades.
Informe del Relator Especial sobre el derecho a la educación Vernor Muñoz.

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América Latina. Para referirme a ello, me voy a capacidad, las garantías legales o administrati-
servir de apenas cuatro de las variables analiza- vas de acceso a los edificios escolares, la nor-
das, en función de las respuestas obtenidas al mativa tendiente a garantizar las condiciones
cuestionario enviado por Vernor Muñoz a todos efectivas de aprendizaje, la existencia de servi-
los países. Mi intención es la de mostrar dónde cios de transporte gratuito, tipos de programas
radica el abandono, dónde es mayor la desidia, de promoción para la inclusión, el cociente de
dónde está la apatía e, inclusive, dónde se cons- deserción comparativo, el éxito o fracaso esco-
truye y constituye el desinterés por la población lar comparativo, otros factores de discrimina-
con discpacidad. ción que operan en el sistema educativo, el tra-
Para ello quisiera detenerme, primero, en el tamiento curricular de la diferencia, la
tipo de relevamiento que fue hecho a nivel mun- contribución de la educación al “empodera-
dial, para luego detenerme en algunos tópicos miento” de los sujetos, las condiciones del
cruciales de América Latina. entorno escolar, si el currículum incluye educa-
Fue elevada a casi todos los países del mun- ción en derechos humanos, la evaluación de la
do una cantidad determinada de preguntas, que calidad de la educación que se imparte a las per-
dieran orientaciones y reflejasen la situación de sonas con discapacidad, la evaluación del des-
las personas con discapacidad de la manera más empeño de los alumnos con discapacidad y, por
nítida posible. Entre esas cuestiones estaban último en esta extensa lista de preguntas y cues-
presentes: la existencia del reconocimiento jurí- tiones, el tipo de capacitación docente.
dico del derecho a la educación en términos Evidentemente se trata de un océano de pre-
generales, el reconocimiento jurídico del dere- guntas, un océano de cuestiones, que tal vez la
cho a la educación de las personas con discapa- mayoría de nuestros países todavía no estén en
cidad puntualmente, el papel de los marcos jurí- condiciones de responder. En los datos obteni-
dicos y las políticas públicas en cuanto a su dos se puede apreciar qué países respondieron y
cumplimiento efectivo, la importancia de la qué países no respondieron; se advierte una gran
educación inclusiva, las adaptaciones necesarias cantidad de respuestas que provienen sobre todo
en la educación regular, los impactos de la glo- de las organizaciones no gubernamentales, más
balización financiera y económica en los pro- que por los organismos del Estado, y es intere-
yectos educativos, el establecimiento de meca- sante advertir la discrepancia que hay cuando la
nismos de igualdad en el acceso, el porcentaje respuesta deviene de una ONG o del Estado o
de personas menores de 18 años con discapaci- Gobierno. Es peculiar esa diferencia de percep-
dad, el porcentaje de personas menores de 18 ción, aunque por supuesto ella es explicable por
años con discapacidad que están escolarizados, completo.
las instituciones responsables por la identifica- De frente a semejante cantidad de cuestio-
ción de las necesidades educativas especiales en nes, no cabe duda que el resultado es interesan-
cada país, qué medidas de inclusión se han te y a la vez tristísimo, es rico en sus matices y
tomado, qué servicios de apoyo especializados detalles, pero sombrío en su propia generaliza-
existen, qué porcentaje de escuelas están benefi- ción. Sin duda que ponerse de frente a los datos
ciadas, qué cantidad de escuelas especializadas obtenidos provoca, al menos, varias noches de
hay en cada país, qué otras alternativas educati- insomnio. La palabra insomnio tiene aquí una
vas se presentan, si hay o no un cobro directo o resonancia muy importante porque hay quien
indirecto en la educación pública, si hay o no diga que el sujeto ético es aquel que no puede
cobro directo o indirecto en la educación espe- “dormir”, que no puede “reposar” cuando sabe
cial, los costos en el acceso y la permanencia en que la existencia del otro está amenazada3.
el sistema educativo, la asistencia financiera a Cuatro son los elementos que, ahora, quisie-
familias cuyos integrantes tuvieran alguna dis- ra destacar:

3 Emanuel Lèvinas (1998) sugiere que la responsabilidad ética es un estado de perpetuo insomnio, un permanecer alerta. En
ese mismo sentido Joan-Carles Mèlich (2003) concibe la ética como un modo de relación con los otros, de una relación de no-
indiferencia frente al sufrimiento de la víctima.

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1. No cabe duda que se ha avanzado EL PRIMER PROBLEMA.


muchísimo en el reconocimiento jurídi- EL PROBLEMA DEFIITIVO
co o en la existencia misma de un siste-
ma jurídico adaptado, criterioso, justo, Más allá de lo que Informe señala como ina-
apropiado a la situación mundial, regio- propiado y más allá también de lo que debería
nal y local de las personas con discapa- hacerse, lo cierto es que en nuestros países de
cidad. Este es un primer dato interesan- América Latina apenas del 1 al 5% de la pobla-
te, pues permite revelar en qué medida ción con discapacidad en edad escolar está en el
los lenguajes jurídicos atienden o refle- sistema educativo. ¿Cómo pensar en este dato?
jan, desde su lenguaje y su estructura, ¿Qué significa ética y educativamente que apenas
esto es, desde su propia fisonomía, des- entre el 1 y el 5% de este grupo (por demás irre-
de su proclamación permanente, esta gular de personas, claro está) estén dentro del sis-
cuestión en particular. tema educativo de los países en cuestión? Y no se
trata apenas de proclamar políticas de acceso uni-
2. Ha habido, en nuestro contienente, niveles versal a las instituciones, la entrada irrestricta de
de financiamiento relativamente adecua- todas las personas con discapacidad a las escue-
dos pero que no se han relacionado en for- las, sino a la vez, al mismo tiempo, en el mismo
ma directa con el contenido y las preten- tiempo, crear un pensamiento y una sensibilidad
siones de los textos jurídicos relativos a la ligados a lo que significa estar juntos, el para qué
inclusión. Está claro que la cuestión del del estar juntos, la concepción del estar juntos.
financiamiento para políticas públicas en Alguien podría decir, y con justa razón, que
educación debe ser objeto de una cuidado- primero habría que “forzar” de una vez el ingre-
sa discusión. Sin embargo, es posible afir- so de esta población a las instituciones educativas
mar que la mayoría de los países han teni- y, más luego, desarrollar aparatos de formación,
do y tienen todavía ciertos recursos en este didácticas, programas y currícula adecuadas para
sentido, pero sólo han sido utilizados para la convivencia y la inclusión que sean significati-
implementar mecanismos parciales e insu- vas. No creo, honestamente, que sean procesos
ficientes de formación y capacitación diferentes y/o consecuentes o derivados uno del
docente. otro. No creo que primero haya que “incluir” y
luego pensar de qué se trata el habitar juntos la
3. Hay un bajísimo porcentaje de población escuela, el estar juntos en la escuela.
de personas con discapacidad en edad Es posible advertir cómo en muchos países
escolar que están efectivamente dentro de nuestro continente estas dos cuestiones están
del sistema educativo, independiente- radicalmente desvinculadas, disociadas, divor-
mente de si este sistema plantea una ciadas. Esto es: se ha subrayado imperiosamen-
división tajante entre educación especial te la afirmación que “hay que estar todos jun-
y educación común o si realiza una tos”, pero al mismo tiempo la pregunta del “para
matrícula única en el sistema general de qué y cómo del estar juntos” quedó relegado a
enseñanza. un segundo plano o, directamente, no ha sido
motivo de debate y profundización. En cierto
4. No existen, al menos por las informacio- modo parece quedar claro que hay que estar jun-
nes recabadas, proyectos de seguimiento, tos en el sistema educativo, pero aún no hay un
de acompañamiento de los proyectos de pensamiento firme acerca del encuentro en sí,
inclusión de las personas con discapaci- de la relación pedagógica como tal.
dad en el sistema educativo. O, dicho de No me compete ni soy partidiario de decir
otro modo, de un modo quizás más salu- qué es lo que debería ser la inclusión y lo reafir-
dable, no existe una compañía de la vida mo ahora, pues ésa es la principal conclusión a la
escolar para esta población, a no ser por que se llega a partir de cierta lectura del informe:
las excepciones mostradas en países como la inclusión “es”, al fin y al cabo, lo que haga-
Costa Rica y, pero en otro sentido, tam- mos de ella, lo que hagamos con ella. No “es” en
bién por Cuba. sí misma, por sí misma, desde sí misma, por pro-

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pia definición. Así, tendríamos que ver qué boca En segundo lugar, la idea de inclusión debe-
dice “inclusión” y no tanto qué dice la palabra ría estar fundamentada en la libertad de los
inclusión. Contradiciéndome en parte a mí mis- padres, de las familias para poder elegir el sis-
mo, dejo registrado que el origen de la palabra tema educativo para sus hijos. La localización
inclusión está en la raíz latina de la expresión in- geográfica y el tipo de proyecto educativo e ins-
clausere, es decir, enclaustrar, cerrar por dentro, titucional es una decisión centrada en la libertad
encerrar algo que no estaba en un determinado de elección de la comunidad familiar. Creo que
lugar, hacer que algo que no pertenecía a un este señalamiento que hace Vernor Muñoz tiene
espacio se vuelva interior a ese espacio. que ver con algunos datos que provienen de la
información que muchos países ofrecen: la deci-
sión de los movimientos y las trayectorias insti-
OCIOES DE ICLUSIÓ. tucionales de los niños, sobre todo en nuestro
OCIOES DE DISCAPACIDAD continente, han dependido y dependen de una
decisión técnica, de profesores, equipos docen-
Creo no equivocarme si digo que el informe tes y equipos directivos, dejando a un lado las
en cuestión presenta tres grandes modos de pen- percepciones y facultades de los padres para
samiento sobre qué significaría la educación tomar decisiones acerca de la inclusión de sus
inclusiva. Hay toda una primera parte donde hijos.
efectivamente surge una narrativa asertiva, casi Al alcance temporal y la elección familiar, se
diría no especulativa ni interpretativa, donde el sumaría un tercer elemento en la relación entre
texto da vueltas en torno acerca de aquello que inclusión y justicia, que tiene que ver con el
la educación inclusiva es, aquello que la educa- derecho de los niños a expresar sus opiniones.
ción inclusiva debería ser, cuánto la educación Esto resulta muy curioso, porque se diría qué
inclusiva tiene que estar fundamentada en un tienen qué pensar los niños, qué pueden decidir
conjunto de leyes específicas, fórmulas apropia- ellos (si esto ya se piensa sobre la infancia
das, mecanismos universales. “común”, imaginemos por un instante qué se
Sin embargo, el informe cambia su estilo piensa de la infancia “anormal”). Pero si para
narrativo enseguida, pues deja de lado un poco la algo vale la pena todo el trabajo que se viene
idea de “moral” inclusiva y avanza en su com- haciendo es, justamente, para pensar desde el
plejidad al incorporar ya no más y más leyes, más punto de vista de la infancia, y no desde el pun-
y más textos oficiales, más y más fórmulas o téc- to de vista del adulto. Ese enorme esfuerzo que
nicas, sino a los sujetos concretos de la acción todavía habría que realizar se hace necesario
educativa: hombres, mujeres, niños, padres, para pensar que esa educación es del niño, no es
madres, etc. Es allí, me parece, donde el informe hacia el niño, no es en dirección a, sino que es
cambia de una posición “técnica” de la inclusión de él, es de su propiedad. A veces cuando uno
hacia una dimensión más bien “relacional”. discute en términos de derecho, se olvida que el
Vernor Muñoz sugiere que hay tres condicio- derecho es del otro, no somos nosotros los que
nes para que la idea de inclusión quede empa- habilitamos o deshabilitamos un derecho, el
rentada con la idea de justicia, de lo justo: en derecho es propiedad de cada uno, de un otro
primer lugar la temporalidad del proyecto, es que, éticamente debe ser considerado como
decir, la idea que la educación inclusiva depen- anterior a nosotros mismos.
de de su trayectoria desde las instancias más Reparemos, entonces, en esa tríada, en esa
tempranas en los sistemas institucionales educa- suerte de triple afirmación sobre aquello que
tivos hasta la formación profesional. Esto debe torna justo el sentido de la inclusión educativa:
remarcarse, aunque probablemente ya es de la temporalidad “alargada” de los proyectos, la
común entendimiento, porque la educación libertad de los padres para tomar decisiones
inclusiva no se remite ni se refiere únicamente educativas y el derecho a la opinión de los
al sistema de educación básica; y sería una dis- niños sobre su propia educación. Yo creo que
crepancia pretender crear sistemas de inclusión estas son tres miradas, quizá una más institu-
en un cierto período de la vida institucional de cional, pero otras son decididamente éticas. Se
los niños y sólo en ellos. trata de un movimiento, de una tensión que tie-

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ne que ver con generar espacios –no tanto de Es verdad: podríamos detenernos un largo
enseñanza y aprendizaje en términos tradicio- tiempo a pensar en cómo poblar las instituciones,
nales– sino de establecer un modo de conversa- en cómo lograr que una población históricamen-
ción peculiar entre la comunidad educativa, la te distante e aislada pasa del “estar fuera” al
familia y los niños a propósito de qué hacemos “estar dentro”; pero la situación es de tal ambi-
con la escuela, qué hacemos con el proyecto güedad y de tal aspereza que habría que pensar al
escolar, qué hacemos con eso que llamamos de mismo tiempo cómo interpretar la fuga casi per-
inclusión. manente: casi el 80% de la población con disca-
He intentado decir desde el principio que el pacidad que están en la escuela regular desertan.
problema más grave es el de la enorme cantidad Se entiende que una propuesta de inclusión
de personas con discapacidad que están fuera requiere de variadas políticas a habilitar y a des-
del sistema educativo. No se trata ya de si están prender en una dimensión necesaria de simulta-
en escuela regular o en instituciones especiales, neidad. Y se comprende bien, además, que des-
se trata lisa y llanamente del hecho “que no de el punto de vista de los tiempos políticos todo
están”. Es cierto que en nuestros países esa el esfuerzo se haya ido en la preocupación sobre
situación no es privativa ni peculiar de esta la entrada de la población al sistema de ense-
población. Pero también es verdad que las infor- ñanza. Sin embargo, tengo la sensación que no
maciones reunidas en el informe aluden a dos se trata de un problema apenas de secuencia
cuestiones muy diferentes: por un lado hay temporal: primero, que estén en las institucio-
niveles profundos de deserción de la población nes, después a imaginar la naturaleza de esa
con discapacidad (¿expulsión?, ¿exclusión?); y “interioridad” inclusiva.
también hay un amplio sector que nunca ha esta- Dejemos de lado algunos de estos rodeos
do en el sistema educativo (¿desinterés?, ¿irres- para enfrentar ahora con mayor detenimiento
ponsabilidad?, ¿apatía?). algunas posibles interpretaciones acerca de lo
El informe muestra con meridiana claridad que nos está ocurriendo con la inclusión en fun-
que el problema adquiere mayor complejidad ción de los datos generados por el informe.
cuando pensamos de qué manera, si la hay, las Una de las conclusiones posibles, apuntada
instituciones educativas buscan en su comunidad con claridad por Vernor Muñoz, tiene que ver
o identifican en ella el lugar dónde se encuentra con las discrepancias presentes entre el progre-
esa población, sus formas de vida, su cotidiani- so inestimable de los marcos jurídicos y el retro-
dad. Tampoco es menor el problema de aquellos ceso o estancamiento de una política pública de
que sí están en el sistema educativo. Para volver financiación específica al respecto. El lenguaje
más transparente el debate: si la primera situa- jurídico se ha vuelto bellamente pretencioso,
ción –la de la ausencia de la población– es un está en su máximo nivel de expresividad, pero a
problema que se pretende básicamente cuantita- la vez sigue existiendo una cierta incapacidad
tivo, el segundo –el de la población que está pre- para determinar qué recursos específicos son
sente– es un problema de orden cualitativo y de necesarios para que la inclusión educativa sea
qué tipo de proyectos escolares pueden o no dar justa, en concomitancia con la justeza y preste-
acogida. Pero hay, todavía, algo más: si por un za del lenguaje jurídico: ¿se trata, acaso, de
lado la mayoría de la población no está en el sis- modificaciones arquitectónicas? ¿De programas
tema de enseñanza, la poca cantidad que hay de formación docente? ¿De políticas de, para y
probablemente se vaya del sistema educativo. La hacia los medios de comunicación? ¿De apoyos
mayoría no está pero los pocos que hay proba- económicos para las familias y las comunidades
blemente estén afectados del grave problema de pobres en situación de discapacidad? ¿De orien-
deserción. Está claro que si yo sigo esta línea de tar los recursos hacia salud pública a favor de
pensamiento, lo que hay que imaginar no es sim- políticas de prevención? ¿De apoyo a la innova-
plemente la entrada de esta población para mejo- ción en materiales escolares? ¿De mayores
rar los porcentajes, sino que lo que hay que pen- recursos para la investigación educativa? ¿De
sar es la finalidad del proceso. Ya no se trata de crear centros especializados en el interior de las
cómo evitar la exclusión inicial, sino de cómo instituciones educativas regulares? ¿De todo
prevenir la deserción. ello a la vez? ¿De nada de todo eso?

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Otra de las conclusiones puede resultar más No temo en afirmar que el problema, la cues-
que obvia, lo que no quita que también sea más tión de la inclusión depende, en mayor medida,
imprecisa y, porqué no decirlo, además, desola- del sistema general de educación. En principio
dora. Se trata de aquello que se da en llamar esta afirmación es un modo directo de evitar que
como la “falta de voluntad política”. Es cierto se siga identificando la inclusión como un movi-
que esta expresión no pasa de ser un latiguillo miento que depende por completo del sistema de
para justificar todo aquello que no ocurre, todo educación especial, sus instituciones, sus profe-
aquello que no puede hacerse, todo aquello que sionales, las familias y de sus saberes en particu-
se interrumpe por desaveniencias de superficie. lar y en conjunto. Habría que hacer una revisión
Sin embargo, en este contexto particular, puede teórica e histórica más detallada acerca de esta
tener una raíz bien precisa. En América Latina, cuestión, pero da la sensación que en la mayoría
ya históricamente, ocurre que la falta de volun- de los países la inclusión ha sido el resultado de
tad política genera la mayoría de las veces una una acción directa y exclusiva de la educación
sensación real de discontinuidad y abandono de especial. Inclusive esto es evidente cuando adver-
los proyectos educativos regionales y naciona- timos la transformación disciplinar y el travestis-
les. Para ejemplicar sin tapujos lo anterior debo mo discursivo que denota el pasaje de la educa-
retomar los cuatro puntos centrales con los que ción especial hacia la “atención a la diversidad”.
inicié mi intervención, indicando de ese modo la El protagonismo de la educación especial en
realidad de las políticas inclusivas actuales en la inclusión es indiscutible pero, a la vez, insufi-
buena parte de nuestro continente: hay, al mis- ciente, incompleto por necesidad y por naturale-
mo tiempo, una legislación impecable, una za. La inclusión no puede sostenerse nada más
financiación escasa y/o subutilizada, bajísimo que en los profesionales, los saberes, las prácticas
porcentaje de acceso, nulidad absoluta en el de la educación especial. No sólo porque justa-
acompañamiento pedagógico hacia los sujetos. mente han sido criticadas con vehemencia y, en
Con algunas excepciones puntuales, ésta es la casos, exceso de dureza, sino porque aún cuando
imagen nítida de la situación. Y, sepan ustedes se trata de saberes y prácticas sólidas, no siempre
perdonarme, voy a repetirlo una vez más, pues es decisorio o pertinente para una transformación
me parece que hay que enfatizar todavía esa radical de las instituciones educativas comunes.
suerte de tejido argumentativo que parece arro- El cambio de estas instituciones no depende sólo
jar, al fin, la clave de las dificultades y, en cier- de una transferencia disciplinar desde la educa-
tos casos, del desmoronamiento de los proyec- ción especial hacia la educación regular.
tos de inclusión: sistemas jurídicos impecables, En ese sentido, habría que revisar cuál es la
inespecificidad y/o insuficiencia financiera, pregunta de la inclusión cuya respuesta en la
poquísima población incluida, falta de segui- escuela común es, casi siempre, “no estamos
miento de la vida escolar de los “incluidos”. preparados”. Hay que volver sobre lo que deci-
mos de la inclusión como para que alguien con-
teste “no estoy preparado para atender a ese
¿DE QUIÉ ES EL PROBLEMA niño, a esa niña, a ese joven”.
DE LA ICLUSIÓ? Muchos países han decidido tomar el toro
por las astas, han decidido que todo depende de
Apartándome un poco del esquema formal una buena formación, de una buena capacita-
del informe y su relatoría, tengo la impresión ción en el orden de la inclusión, tratando de dar
que la pregunta crucial, la pregunta acechante, un sentido nuevo y diferente a aquello de qué
la pregunta molesta y necesaria a la vez sería, significa ese “estar preparado”.
entonces, la siguiente: ¿De quién es el proble- A esta altura de los acontecimientos es posi-
ma, la cuestión, de la inclusión? Sé que sobre- ble afirmar que no sabemos qué quiere decir
viene, inmediatemente, la tentación de respon- estar preparados. Lo digo con total honestidad,
der que ese problema, esa cuestión, es de todos. lo digo además con mucha responsabilidad, por-
Y así, quizá, con esa imprecisión generalizado- que en la medida en que hemos evaluado pro-
ra, también la complejidad y la seriedad se dilu- yectos de capacitación y formación donde se
yen con rapidez. sabía muy bien qué quería decir estar prepara-

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dos, esas preparaciones y esas capacitaciones En todo caso, toda pre-preparación, toda anti-
generaron al fin muchísimos obstáculos para la cipación, configura un dispositivo técnico, una
acogida de esta población. cierta racionalidad, pero no funciona necesaria-
¿Qué puede significar la expresión “estar mente como posicionamiento ético en relación
preparados” o “no estar preparados”? ¿Qué pue- con otros. Por esa misma razón es que no se tra-
de entenderse de esa afirmación a propósito de ta de una formación que se base apenas en
un supuesto “saber qué hacer” ante cada niño, incluir la temática en los currículos de forma-
ante cada cuerpo, ante cada lengua, ante cada ción, aún cuando la mayoría de los países que
aprendizaje, ante cada forma de estar en el mun- responden al informe ha afirmado que ésa es su
do? Personalmente creo que es un imposible el principal política, su principal transformación
saber, el sentirse y el estar preparado para aque- educativa. Entonces: no se ha hecho otra cosa
llo que pudiera venir. Hay que enfatizar la idea que hablar temáticamente sobre la discapacidad,
de que más que estar preparados, anticipados a hablar sobre la diversidad, hablar sobre la sorde-
lo que vendrá, que nunca sabemos que es, de lo ra, hablar sobre la pobreza, la ceguera, lo feme-
que se trata es de estar disponibles y ser respon- nino, lo indígena, lo negro, lo extranjero, etc.
sables. La idea de disponibilidad y responsabili- Quisiera ser todavía más enfático en este
dad es una idea claramente ética, claro está, punto. Desde los primordios de la idea de inclu-
estoy disponible para recibir a quien sea, a cual- sión educativa se ha pensado que la cuestión
quiera, a todos, a cada uno. ¿Cuál es, entonces, decisiva para la formación tendría que ver con el
el problema? ¿Por qué, como docentes, no se hecho de incluir las temáticas específicas de
puede ser responsable y estar disponible a que educación especial y/o de otras poblaciones
alguien, independientemente de su lengua, de su concretas. Para los docentes formados en educa-
raza, de su religión, de su cuerpo esté aquí? ¿Por ción general, queda claro, su conocimiento esta-
qué no podría, en cambio, estar disponible y ba habilitado y restringido a los saberes acerca
sentirse responsable? Estar preparado es otra de la infancia, adolescencia y juventud “nor-
cuestión. Estar preparado es además de un obje- mal”. Está claro que también se ha tematizado a
to de discrepancia permanente –pues vaya a ver la infancia, a la adolescencia y a la juventud.
qué querrá decir estar preparado para trabajar Hay un saber, por ejemplo, sobre la infancia, lo
con niños sicóticos, vaya a saber qué quiere que no supone que el tema reemplace sin más a
decir estar preparado para trabajar con niños la relación pedagógica que se establece con
con múltiples discapacidades– ¿Estar preparado cada niña, con cada niño.
quiere decir anticipar lo que vendrá y prefabri- Asumo aquí una posición en parte contraria
car lo que se hará pedagógicamente?. En todo a la tradición formativa. Creo que habría que
caso habría que hablar de un estar predispuesto, invertir la lógica entre el saber temático y el
o dicho de un modo más enfático, habría que saber pedagógico relacional. Creo, específica-
hablar de un “estar disponible”, sobre todo en el mente, que el saber relacional es anterior y
sentido de acrecentar, multiplicar, alargar y determina al saber disciplinar, pero no lo con-
diversificar la idea de un alumno tradicional, de trario: ¿cómo garantizar, entonces, relaciones
un alumno común, normal, así como también, pedagógicas entre actuales/futuros docentes.y la
para acrecentar, multiplicar, alargar y diversifi- población con discapacidad? ¿Cómo habitar,
car la idea impropia de un aprendizaje tradicio- éticamente, el encuentro con el otro? ¿Cómo
nal, de un aprendizaje común, normal. . evitar toda tematización del otro? ¿Cómo no
Por lo tanto el debate de si hay que hacer una caer en la tentación de confundir a una persona
formación específica o general en mi opinión sorda con el tema “sordera”; a una persona cie-
pasa a segundo plano, es un tipo de discusión ga con el tema “ceguera”; a una persona extran-
que o bien desborda o bien detiene la discusión jera con el tema “extranjería”?
fundamental: por más preparado –en el sentido En la tradición escolar parece subsistir un
de anticipado– a alguna situación educativa par- notable apego a la tematización, como cuando se
ticular, lo que cuenta, lo que vale la pena, es “habla” de las drogas, o se “habla” de los droga-
estar disponible, estar abierto a la existencia de dictos, pero no se conversa con ellos. Entonces
los demás. cabe la pregunta: ¿será que la pedagogía debe

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saberlo todo acerca de un tema, o su especificidad rios. Creo que algo ha pasado para que los siste-
está en un saber-conversar con cualquiera y con mas constitucionales y los lenguajes jurídicos
cada uno de los sujetos educativos? Podríamos sean cada vez más perfectos, mientras tanto la
hablar de la sordera, de la inmigración subsaha- razón ética va cediendo, ahogándose en sus pro-
riana, de la drogadicción, de la miseria, es verdad, pios dilemas, desapareciendo como valor pri-
pero lo que es importante sería el establecimiento mordial y universal. Algo ha pasado, algo que
de una conversación con ellos y ellas, y entre ellos quizá tenga que ver con que nos acontentamos
y ellas. En síntesis: no hay hecho pedagógico si no con los sistemas textuales implacables, los siste-
ponemos de relieve, si no colocamos en el centro mas jurídicos intachables, la invocación a la
de la escena el “qué pasa entre nosotros” (y ya no razón del derecho y la justicia. El informe con-
el “qué pasa con el otro”). firma, una vez más, la extensa brecha que exis-
Por lo tanto esta idea de estar o no estar capa- te entre la razón jurídica y la propuesta de inclu-
citado, de estar o no estar preparado es una res- sión en los sistemas educativos.
puesta a una pregunta por la inclusión quizá mal De alguna manera aquí se nos ha presentado
formulada. La pregunta de la inclusión podría una contradicción, toda vez que sólo se esgrime
ser una pregunta no ya ligada a la preparación una razón jurídica, pero no un planteamiento
específica para atender sujetos con tal o cual ético universal. Y la conversación educativa no
característica; habría que quitarle ese excesivo toma lugar: “yo tengo mis derechos, tú tienes
halo de misterio que rodea a algunos grupos, no tus derechos”. Ha habido situaciones muy lasti-
hay que híper especializar a los docentes. mosas en ese sentido: en algunos países al dere-
Recordemos que las opiniones acerca del cho del niño por estar en una escuela se oponía
supuesto anacronismo de la educación especial el derecho del docente a no recibirlo por no
fueron motivadas, entre otras razones, justa- “sentirse preparado”. Todos esgrimen sus dere-
mente en virtud de la híper especialización, es chos pero nadie se mira a los ojos.
decir, la obstinación por un doble exceso forma- Asistimos a una época de sobreabundancia
tivo: el exceso del particularismo y el exceso de de la razón jurídica y una carencia manifiesta de
generalización acerca de “sus” sujetos, “sus” discusión ética. Lo que quisiera decir es que la
técnicas, “sus” instituciones, “su” currículum, razón ética debería ser anterior a la razón jurídi-
“sus” saberes, etc. ca, darle sustento, darle fundamento, darle vita-
Si la primera cuestión a repensar tiene que lidad, tornarla humana, aunque suene extraño el
ver con las tradiciones de formación y tematiza- decirlo.
ción, la segunda cuestión estaría relacionada Un número inmenso de situaciones de inclu-
con otro orden de cosas, aunque sus efectos pue- sión educativa viene resolviéndose exclusiva-
dan ser en parte similares. mente por la vía legal. Sin intención de juzgar
Se trata de la relación ambigua y contradic- equivocado o no ese procedimiento, me pregun-
toria entre la razón jurídica y la razón ética. La to si la idea de inclusión no tendrá más que ver
inclusión es asumida, la mayoría de las veces, con una acogida, una bienvenida, un cierto
desde el punto de vista de un conjunto de dere- modo de decir: “ésta es tu casa”, dar hospitali-
chos inobjetables: hay el derecho a una educa- dad al otro, recibirlo.
ción igualitaria, hay el derecho a una escuela
para todos, hay el derecho a educar para la
diversidad, hay el derecho personal, hay el dere- IMÁGEES DE ICLUSIÓ.
cho social. Sin embargo ¿qué ocurre cuando la IMÁGEES DE HOSPITALIDAD
razón jurídica se presenta en exceso, esto es,
cuando se presenta como la única razón o, inclu- En este punto de la conversación me gustaría
sive, cuando se presenta como condición ante- introducir tres imágenes muy breves acerca de
rior, como precedencia, a lo que podríamos lla- la idea de inclusión como abertura y como aper-
mar como la razón ética? tura. De hecho, en muchas escuelas de muchos
Podrán decirme que allí no hay contradic- países la inclusión parece estar asociada pun-
ción alguna, que la razón ética y la razón jurídi- tualmente a una metáfora acerca del abrir las
ca pueden ser aliadas, en movimientos solida- puertas de las escuelas –mientras que la exclu-

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sión, claro está, tendría que ver con la imagen de esto es, una forma de categorización, separación
los portones cerrados–. Desde el punto de vista y disminución de algunas marcas identitarias
ético se presenta una imagen muy clara, pues con relación al vasto y caótico conjunto de las
“abrir” supone “abertura”, “apertura”, una aber- diferencias humanas. Las “diferencias”, cuales-
tura y una apertura del sí mismo (repetido, ence- quiera sean, no pueden nunca ser descriptas
rrado) hacia lo otro, apertura hacia lo que viene como mejores o peores, superiores o inferiores,
del otro, apertura hacia la existencia del otro. buenas o malas, normales y anormalesetc. El
Las tres imágenes de inclusión y hecho que algunas identidades o marcas de
abertura/apertura serían las siguientes: la ima- identidades sean consideradas diferentes, nos
gen de inclusión a puertas abiertas, la imagen sugiere que se ha producido un cierto tipo de
de inclusión y las puertas giratorias y la imagen diferencialismo, es decir, que esas marcas se
de inclusión y las puertas con detectores de consideran como negativas y están en oposición
metales. Me parece que las imágenes son de por a la idea de lo normal, de la normalidad. El dife-
sí suficientemente claras como para exigir más rencialismo, además de ser un proceso político,
comentarios. Aún así cabe decir ellas remiten a constituye una trampa cultural y educativa, que
tres experiencias diferentes de inclusión: la de hace que, por ejemplo, la mujer sea considerada
las instituciones que abren sus puertas o que ya como la diferente en la cuestión de género, los
tenían sus puertas abiertas o que no consideran negros como los diferentes de la raza, los niños
la existencia de puertas y que no solicitan ni exi- y los ancianos como los diferentes de la edad,
gen nada del que llega; la de las instituciones los deficientes como los diferentes de la norma-
que dejan entrar a alguien y que, en ese mismo lidad corporal, etc.
movimiento, también lo excluyen, lo expulsan; Vale la pena insistir una vez más en ello: se
y las instituciones que, antes de abrir sus puer- podría estar utilizando la idea de diferencia
tas, realizan un “diagnóstico” completo del que como valor, pero se acaba utilizando el término
llega (¿quién eres tú? ¿Qué lengua hablas? “diferentes” como una indicación hacia los
¿Cómo te llamas? ¿Cómo aprendes? ¿Qué tie- “anormales”. Fíjense qué curioso, que hasta no
nes? ¿Qué quieres de nosotros?). Quisiera dejar hace mucho tiempo, cuando alguien señalaba
registrado que el acto de “abrir las puertas” ins- con un dedo y decía allí hay un diferente lo que
titucionales no supone ninguna virtud moral de hacíamos todos era evaluar al diferente, porque
la cual jactarse; más bien se trata de una condi- le creíamos a ese dedo que señalaba, nos parecía
ción inicial, de una condición (si se me permite un dedo muy especializado, muy formado, inta-
el juego de palabras) incondicional. chable, y sin embargo hoy lo que está en tela de
Ahora bien: a la cuestión de la tradición for- juicio no es el niño o el joven diferente; lo que
mativa y el exceso de razón jurídica, se suma está en tela de juicio es el dedo que apunta. Lo
aquí otro problema para ser pensado, que yo lla- que nosotros decimos es que la inclusión puede
maría el problema del diferencialismo. La dis- volver a ser una política donde marcar a los
cusión que propongo hacer en relación a ello es diferentes, como si en vez de bienvenida, acogi-
múltiple y temo no poder abordarla con la pro- da, hospitalidad, disponibilidad y responsabili-
fundidad que merece. Para comenzar: ¿la inclu- dad hubiera un nuevo reposicionamiento de la
sión educativa tiene que ver con la igualdad y norma escolar.
con la diferencia? ¿Tiene que ver con la igual- Quizá habría que considerar como válida la
dad o con la diferencia? siguiente posición ético-discursiva: “en el pen-
Me parece oportuno y necesario describir e samiento de la diferencia no existen sujetos
intentar aclarar aquí una confuisión habitual que diferentes”. Y es que si hablamos de las dife-
se presenta en el campo educativo, derivado de rencias de cuerpo, todos los cuerpos forman par-
la utilización del término “diferencias”, en rela- te de ella; si hablamos de las diferencias de
ción a otro término semejante: los “diferentes”. aprendizaje, todos los modos de aprender caben
Los “diferentes” son sujetos señalados y apun- en ella; si hablamos de las diferencias de len-
tados, cuya descripción resulta de um largo pro- guaje, todos los modos de producción y com-
ceso de construcción e invención diferencial. prensión están allí. Sin embargo, siempre sobre-
Ese proceso es llamado de “diferencialismo”, viene una derivación sutil de la diferencia hacia

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los diferentes, como si no fuéramos capaces de nos de una calma ficticia, de una armonía sin
mencionar la diferencia por sí misma, y precisá- embates, de una empatía inmediata y de la solu-
ramos de sujetos anómalos, objetos de correc- ción de todos los conflictos habidos y por haber.
ción. En muchos escenarios educativos se ha Bien alejado de ello, la idea del estar juntos que
puesto en marcha un proceso de inclusión, pero entraña la inclusión siempre debería presuponer
todo el tiempo obsesionados con los diferentes. afección. Esa es la definición que nos propone
La diferencia está entre sujetos, no en el interior al respecto Jean-Luc ancy5: afectar al otro y
o en la naturaleza de un sujeto. Y ése es un cam- dejarse afectar por el otro. Si no hay afección en
bio paradigmático que, a mi juicio, aún no la inclusión se estaría creando un escenario por
hemos hecho: una transformación ética que des- demás paradójico: un encuentro con el otro, sin
plaze la mirada sobre sujetos apuntados como que nos pase nada. No se peude estar juntos sin
diferentes y pase a ser una mirada puesta en un ser afectados y afectar.
nosotros, en aquello que pasa –pedagógicamen- Ahora bien: a los docentes se les ha pedido
te– entre nosotros. hasta hace relativamente poco tiempo que ense-
ñen lo mismo a todos, mientras que hoy el pedi-
do es que enseñen a cada uno cosas diferentes.
UA COCLUSIÓ POSIBLE: Por eso el profesorado percibe estas transforma-
RESPOSABILIDAD Y O ciones bajo la exigencia (im)posible de tener
OBSESIÓ POR EL OTRO que producir actos heróicos, proezas enormes,
acciones desmesuradas. Tal vez la inclusión no
Me gustaría ir terminando esta escritura con solicite tanto de ese heroismo sino de aquello
algunas cuestiones que se alejan aún más de la que podríamos denominar como “pequeños ges-
literalidad y la materialidad del Informe pero tos”, “gestualidad mínima”. ¿A qué estoy
que, con certeza, también están en su intimidad, haciendo referencia? A mirar sin juzgamiento ni
en el centro de su corazón. Creo que el pensa- condena previa, a mirar para posibilitar otras
miento pedagógico de la inclusión debería aban- existencias diferentes de la nuestra, a saludar, a
donar de una vez esa suerte de obsesión por el dar la bienvenida, a preguntar, dar cauce, permi-
otro y dirigir su pensamiento hacia la idea del tir, posibilitar, dejar hacer, dar a hacer, sugerir,
estar juntos, como la cuestión educativa esen- conversar, etc.
cial. Esto quiere decir quitarse de encima aque- Es aquí donde la educación especial tiene
lla permanente e insistente pregunta acerca de: algo para decir, algo sobre esos saberes míni-
¿quién es el otro?, ¿qué tiene y/o de qué carece?, mos, algo sobre esa gestualidad sin estridencias.
¿por qué su aprendizaje no entra en los cánones ¿Seremos capaces de comenzar a pensar la inclu-
del “aprendizaje”?, ¿qué le pasa?, ¿qué tendrá sión en términos de pequeños gestos, más que de
su familia? Y poder pensar, como lo mencioné grandes hazañas que, al fin y al cabo, tornan
hace un instante: ¿qué pasa –pedagógicamente– imposible la relación de igualdad y diferencia?
entre nosotros? De lo que se trata es de transfor- Quisiera terminar este texto con dos grandes
mar ese registro que parte de una pregunta que preguntas que para mí están en el corazón, en la
apunta hacia el otro, en una pregunta que res- médula del acto de educar y por lo tanto también
ponda permanentemente a lo que pasa entre de la inclusión.
nosotros. Porque esa es la clave de la transfor- Hay dos preguntas6 que la educación no pue-
mación política y educativa4. de dejar de hacerse a sí misma y a los otros, inde-
Lo “que pasa entre nosotros” en la inclusión pendientemente de qué lengua hablen, qué cuer-
no puede ser sencillamente analizado en térmi- po tengan, independientemente de cómo

4 A este propósito puede consultarse el reciente libro de José García Molina, “Imágenes de la distancia”, Barcelona: Laertes,
2008 y el de Nuria Pérez de Lara, “La capacidad de ser sujeto. Más allá de las técnicas en Educación Especial”, Barcelona: Laer-
tes, 2002.
5 Jean-Luc Nancy, Ser singular plural, Madrid: Arena Libros, 2006.
6 En este punto, me apropio de las dos mismas preguntas formuladas por Jacques Derrida en el texto: “Aprender (por fin) a
vivir”. Buenos Aires: Amorrortu, 2004.

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aprendan. La primera pregunta –que en el pasado ponsable por tu propia vida? Y tengo la sensación
reciente podría considerar como una típica de la que la educación especial quiso enseñar a vivir “a
educación especial, es una pregunta ligada al pesar” del otro, y que la escuela común ha prác-
enseñar a vivir, es decir: ¿Es posible enseñar a ticamente abandonado el sentido vital de esa pre-
vivir? Esa pregunta está necesariamente vincula- gunta. Quizá la inclusión permita redescubrir una
da a una segunda pregunta: ¿cuándo serás res- ética educativa alrededor de esas dos preguntas.

BIBLIOGRAFÍA

APLICACIÓN DE LA RESOLUCIÓN 60/251 DE LA ASAMBLEA GENERAL, DEL 15 DE MARZO DE


2006, TITULADA “CONSEJO DE DERECHOS HUMANOS”: El derecho a la educación de las perso-
nas con discapacidades. Informe del Relator Especial sobre el derecho a la educación Vernor Muñoz.
DERRIDA, Jacques. Aprender (por fin) a vivir. Buenos Aires, Amorrortu, 2004.
GARCÍA MOLINA, José. Imágenes de la distancia, Barcelona, Laertes, 2008
LEVINAS, Emanuel. Entrevista con R. Kearney en La paradoja europea, Barcelona, Tusquets, 1998, pp. 208-209.
MÈLICH, Joan-Carles. La sabiduría de lo incierto: sobre ética y educación desde un punto de vista literario. En
Educar, Barcelona, n. 31, pp. 33-45, 2003.
NANCY, Jean-Luc. Ser singular plural, Madrid, Arena Libros, 2006.
PÉREZ DE LARA, Nuria. La capacidad de ser sujeto. Más allá de las técnicas en Educación Especial, Barce-
lona, Laertes, 2002.

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