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1920
1927
1996
1919
‘Nivelos del Producta Bn
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at 4809 4908 4304571 5.782 512 Ganrgentina empezaba a creer que habia realizado la
promesa de ser grande y libre
El enfrentamiento politico-militar irreconeiliable que la gue-
ra europea generé entre los pafses aliados y las potencias centra-
cambié el panorama de un mundo exterior que se habia creido
janente. Europa era, para nosotros, fuente de inspiraci6n para
Argentina construyé, siendo Francia, In-
lemania, parte necesaria de los logros
-08 0 artisticos de la sociedad argenti-servaron, los argentinos
iy era ee vee
maaan
oe aaa lke
108 8 hazo a los métodos de.
idn diplomatic,
una actitud ética.
La neutralidad
En Buenos Aires, la Legacién Imperial y Real de Austria- Hun-
gria daba a conocer al gobier ional la ruptura de la relacio-
nes de este Imperio con S ‘asia y Alemania comunicaron
estar en guerra uno contra otro; Alemania informé haber decla-
rado la guerra a Francia; la Legacién de Su Majestad Britanica
informé que su pafs declaré la guerra al Imperio Alemdn, Estas y
otras icaciones fueron recibidas con menos de diez dias de
5 de agosto de 1914, el presidente
convencido de que era indispensable “asegurar la
uniformidad de procedimientos para con todas’
ligerantes”, suscribe un deereto segtin el eual el gc
Ja més estricta neutralidad” mientras dure el
El dia anterior el gobierno de Woodrow Wilson
también su neutralidad frente al conflicto.
‘Asumiendo las obligaciones y derechos 4
neutral exigia, se suspende el uso de cédigos
i 54toriores fue Luis Murature, y continga
‘Yrigoyen y sus ministros, Carlos Beet p
argentina
tes que exigieron del gobierno deliniciones politicas y recurren-
tes gestiones diplomaticas euyos resultados nunca tuvieron la
certeza de convencer ni a unos ni a otros. La politica de neutrali-
dad resulté compleja de aplicar en la practica porque las pala~
bras y acciones del gobierno, durante todo el curso de la guerra,
no llegaban a constituirse en hechos convincentes, jaqueadas como
‘uvieron por la permanente sospecha de parcialidad o de com-
icidad para con una u otra de las partes en conflicto,
56 :renevolencia que no ha dajada de dis-
ible a su condicién de neutral, que
‘tama recurrento. Loa barcos huun-
58ijentina suscripea por Pueyereton,
ASBecu, #00 irmor oon
ine |
con mi consideracion mas distinguida.
jeyrredén”
gobierno del Kaiser inform6 a la Argentina que “los buques
iles navegarén por las zonas de bloqueo a su propio riesgo”.
salidad Alemania pretendia que se respetase un bloqueo
cuando de conformidad a la legislacién sobre el derecho
de guerra maritimo (las convenciones de La Haya de 1899 y 1907,
la declaracién de Paris de 1856), un bloqueo para ser eonsiderado
60.‘Yrigoyen no estaba
jas de su caneilier Hono-
‘sus preferencias culturales y
‘También eran las del ministro de
mas de tres meses de comenzade el perfodo
reemplazado por Honorio Puey-
sargo en forma interina hasta sep-
presidente Yrigeyen mantuvo con conviccién.
pesar de un entorno que no siempre le
jue lo fue gratuitamente hostil, so-
permanentemente auscultada por
aliadas y de Alemania, que no se privaron de ningun medio dis-
ponible para evar a cabo su cometido. Fue sin duda, un apasio-
nante perfodo de nuestra politica exterior.
‘Se pensé que serfa una guerra corta pero los frentes se estabili-
zan ¥ los tiempos se alargan. 1916 fue favorable a los imperios cen-
trales y la situacién no se modifica visiblemente en 1916. Fl ato
64
dola
Unidos en el conflicto. La guerra serd larga ¥
métodos que se emplearon. Duré més de cuatro
La ejecucién de un vicecénsul argentino
‘A pocas semanas de iniciada la guerra, el diario La
conmueve a sus lectores publicando un despacho donde
que las fuerzas alemanas habfan ocupado la ciudad b
Dinant y fusilado al vieecénsul honorario
noticia aparecida en Buenos Aires el 22 deel buque argentino se detiene y lo abor-
dan dos oficiales briténicos y nueve marineros que toman posesisn del”
navio atin con la bandera argentina y emprenden rumba norte para
dirigirse a Montevideo. Bl bugue argentino es obligado a seguir al in
lis hasta jondear a diez millas al suroeste de la rada de Montevideo
donde los pasajeros y parte de la tripulacion son transbordados al
Orama que los traslada al puerto. BE Orama vuelve y ambos buques
navegan hasta fondear @ 23 millas al nordeste de la Isla de Flores
donde transbordan al buque inglés lo que quedaba de la tripulacién
del Mitte, Bl remotcador Ondine tos fleva a tierra'®,
1 apresamiento del vapor P.
1915, reactualiza la cuestion de
wuteal. La débil y dubitativa
iticada por el diputado Estanislao:
tencantraba frente a decisiones
de getubro de 1915 por el gobierno
los ingleses no reconoefan
tes por su bandera sino
Esta resolucién modificaba lo
de Londres de 1909 que definfa el carDbugues en la
entre los puertos argentinos de la costa",
‘egociaciones empiezan entre ol ministro Domingues y el
lord del Almirantasgo, Balfour, quien a pesar de su buena
surge de lo
puosios a aceptar el precedente sogiin el cual una nacién en tiempo
de paz ampare bajo su bandera una gran marina mereante con
armadores de un pais que, on tiempos de guerra, pase a ser ene~
rigo. Para ol Almirantacgo inglés los huques dela Sddameriae
sres —que se hallaba ausente— para que el go-
80
laciones Exte
bierno de Londres aceptase la concesién de no capturar més bu-
1a después de la decisién del tribunal que debfa expedir-
se sobre el caso. Tenfan bajo la mira otros buques de la misma
compaiiia. Nuestro representante insist{a sobre el valor juridico
ques bi
del pabellén, en el hecho de que la mayorfa de los tripulantes
eran argentinos —sdlo 11 eran i iz
de quo estaban embarcados en el Mid
Militar, como también maquinistas que hacian su aprendizaje™.
‘Murature, que seguia personalmente el desarrollo de la nego-
ciacién en Londres, le dio un nuevo argumento a Dominguez:
el caso no podifa constituir un precedente pues se trataba de
mas adoptadas con anterioridad al conflicto (a Decle
Londres) y que tratdndose de navegacién de cabotaje no
invocarse ni aplicarse. El gobierno quiso ast
que permitieran resolver el diferendo dentro de Ia
70ssponsabilidad, Ello demuestra que Borlin asigna-
‘buenas relaciones con el gobierno de
‘su parte le eacribe a Pueyrredén eontzito
‘un incidente “consecuencia lamentable
jeyrredén acepta las excusas en nombre del
'e se “reconoce la plenitud del derecho y satis-
“sucesivo. En ple-
Zimmermann y
conde Luxburg en Buenos Aires
frente de la
Seguro e intransigente en su posicién, el canciller Pueyrredén
insclita propuesta que significaria la renuncia de un8
vivo para ésto data de mds de cuatro aflos. En esa époce ficerort
hundiddos por fuerzas navales alemanas loe buques argentinos Monte
Protegido ‘Taro. Ya entoncea se expres6 al Gobierno argentino que
nos suceson de ninguna manera se basan en una fatta de considera
‘idm al Pabellén Nacional Argentino, el cual, como stmbato de
rronta de un pueblo amigo, era hanrada y respetado por todos fos ate-
‘nanes. Por consiguiende, l gobierno alemén no vsellé en dar ta pro-‘que legitima su politiea de neutralidad. ;
asil dice el éiplomatieo ‘Alfin y al cabo cuando ocurrié el hundimiento
aleza amiable puede des- teamericano Lusitania, donde murieron ciento
‘nas, Washington toleré durante dos afios la presencia
sentante alema4n, conde Von Bernstori'*,
Declarar persona no grata a Luxburg no fue:
el Congreso se plantean interpelaciones y duras
ion del gobierno. Varios sectores de opinién :
para darle seguridad al
1omento en Cérdoba— hasta su partida.
rial como el argentino tenian interés en
a de neutralidad, que la maniobra del De-
ann estaba de viaje—, quien le confié que
Bl gobierno de Yrigoyen diferencié desde un principio sua rela~
ciones con Berlin de las opiniones y manejos de sus representan-
tes en Buenos Aires. E] 21, Kuhlmann le entrega a Molina una
80fl derecho de libre navegacin de ios Buques de su bandera neutral en
{a presente guerra; en ia convicciin de que tales procedimientos pue-
dan comprometer la inmunidad de su bandera, la vida de sus nacio-
hale, 1 neutralidlad de la Reptblica y au roberai(a territorial al gir
cor dentrocdo su juriadiccién actos de espionayjeen perjuicio del comercio
H. de la Nacién y de naciones beligerantes amigas.de la Republica; ere-
i yendo que la actitud que adopte su gobierno en esta emergencia debe —
{i acentuar la no interrumpida amistad fraternal que la ha unido siern-
j _pre a todos los Hstados de este Continente, sobre la base de comunes
14) Ideals democrdticos y de justicia internacional, y no obstante la orden
i die expulsion det referido miniatro del territariode la Nocin lo que no
| basta como satisfaccién en vista de la gravedad de la falta y agravios
inferidos. imayoria de ollas confosadamente opo:
1 presidente Yrigoyen entondla que aa
mente proaruentina™
Visita de la escuadra norteamericana
Desde que Estados Unidos rompiera relaciones diplomaticas
;perio, los “rupturistas” encontraren un nuevo aliado en
as gestiones diploméatices con el Imperio por el hun-
buque Toro. El embajador de Estados Unidos,
sIc Stimson, le pidié una audiencia al canciller, quien lo
recibié de noche, para comunicarle que si el gobierno argentino
it flota norteamericana que se encontraba en el
ego de visiter Brasil y Uruguay, debfa dirigirle
ie cardcter jineondicional”!
Mas ita que inaudita, la pretensién de Stimson, en el
sentir de Pueyrreddn, era un atropello a la soberanfa argentina,
j“Incondicional” era una palabra inaceptable!
| presidente Yrigoyen de la peticién norteameriea-
comunicé al embajador Stimson que si deseaba
visitar la Argentina debia enviar una nota y que se le responde-
84
{P11 de julio por la noche, el eaneiller
texto del proyecto que servirfa de aceptacion
‘co en manifostar a usted que et gobierno orgenti
‘agraddo.en recibir su visita la de loa marinos deela por
timp ae el gobierno
inarinos. El presidente Yrij bs
0 estado mayor, y al parcirie
wnitieraa Wilson quo clin
rante Capertown a que se quedaran unos
ta norteamericana, precedida por insélitas
idas, y de informes que se conocen de la
na de que si se prolongaba la estadia mae
Ja Argentina debfa romper relaciones con
expresar su simpatia a Yrigoyen y por ello desautori26
embajador a cambio de que se aceptara el ingreso de la flota
srto de Buenos Aires?
Imente autorizada por el Derecho, como lo sefiala un informe
Cancillerfa y otro del procurador del Tesoro, En lo que respec-
ja intencién norteamericana, a nuestro juicio podia pensarse
que fue el embajador Stimson quien introduyjo el equfvoco exigien-
do la “incondicionalidad”. En un telegrama del embajador Naén
| (Gechado el 11 de julio) donde comenta una conversacién con el se-
cretario de Estado Lansing respeeto a publicaciones periodisticas
que manifestaban “resentimientos porque la escuadra americana
no hubiera visitado el puerto de Buenos Aires”, nuestro represen-
tante expresa que Lansing le dijo que esa visita no habia tenido
avin lugar por “el deseo de no comprometer en forma alguna 1a.
86ra que
los britanieos frente no
Se ofrece ‘Tower para actuar de mediador en
aalgtin caso conereto. Murature no esté satisfe-
Ia Repiiblica un estado de beligerancia comercial, cuyas perturbacio-
nes recaen indistintamente sobre los ciudadanos naturates.y los resi-
dentes de todas nacionalidades y cuyas consecwencias afectan (ali —ller Beew le pre-
‘Tower sobre las simpatias 0 antipatias del go-
hacia la Argentina, visto que todos nuestros
50 referfa al hecho de que el gobier-
ciséis barcos mereantes a Austria, que se
neutrales y dos buques mas de esa bande-
ice era tan irreductible como la posicién
, que la considerd inaceptable. Beet luego prop.
Jarcos Se usaran para traer carbon de Estados Unidos,
leses respondieron que primero deban transbortar tri-
por varios afios una preocupacién del gobierno.
A partir del aio 1917 la guerra empieza a tener efectos econd-
micos, enredando la politica de neutralidad en una serie de com- my
plicaciones. Por una parte las mencionadas listas negras y las :
interdicciones que imponfan a ciudadanos y empresas de origen
aleman con radicacién en la Argentina; por otra parte empiezan
92promesa verbal que ase u otro decreto
rts rigurosamente aplicado en el caso de barcos britdnicos",
En la Argentina Jo que estableefa Ia ley no era rigurosamente
i obligatorio. (Se podia hacer excepciones para algunos! En Ingia-
terra ello era impensable,
i
94
anaistado, Lansing, en noviembre de
sn Buenos Aires a fin de que le
slo por la im=
debié prope
entregarian obligaciones hasta cubrit el
itidas por Francia
Unidos quoria aportar sus
ser comprado por Bspana,
to de Estado norteamericano, estarfa orquestada por lve ale
compra de trigo, eon el permanente seguimiento y apoyo
da de Estados Unidos en Buenos Aires, Prederice Ste
transformado en un hébil gestor de negocios cuyo,
iitar el logro de un acuerdo que beneficiara a los
\doa su vez a los argentinos seguridades en el apro-
‘0 de carbon’,
desde el extranjero, actuaba como un tébano dedi-
psicologica. Segun un despacho periodistico pro-
Washington y reproducido en La Prensa de Lima el
re de 1917, Estados Unidos y sus Aliados estaban
ido a los prolongados disturbios que se producen
que han interrumpido seriamente el transporte
”. Decia el despacho que contemplaban la
a la Argentina por Australia como pro-
0 aparecieron noticias de que Estados Unidos
lente Yrigoyen que prohibiera a los eomercian-
inuaran sus transaeeiones™, Sin embargo el
do se apresura a negar que esta informacién
96epublica Argentina presté a los pafses
ares, pasando a ser un
que éste subeapftulo relata, pero serfa tedioso entrar
mecanismos, actuaciones y gestiones que tuvie
durante y un poco después de la guerra tanto por parte
98mm a rango
1914 y Nadn continga pres-
de Yrigoyen a pesar de una
rndalo de los telegramas del conde
ente partidario de unirno’ a la causa
norteamericanos surge que Nan
argentino-norteamericanas. Ante cada agravio que
nanes, Nan reservaba sus esperanzas de un
a de su gobierno. Proponia ideas raramente
8 poi Aires, pero nunca cambié de parecer.
wenté hacia fines de 1918 —no se ha encontrado la fecha
uncia ante Pueyrredén— en una carta que La
el 17 de noviembre de 1918:mbros de su gabinete, a juzgar por Ja documen-
una cierta discordancia 0 quiz4s una falta de disci
02la. guerra tenia parcialidades antialiadas especialmente a tre
vyés de los articulos del doctor Estanislao S. Zeballos, a quien los
ingleses en sus informes consideraban fuertemente proalemdn.
Luego La Razén fue moderadamente proaliada',
En el curso de este capitulo se ha sehalado la posieién de
muchas personalidades, y la del Congreso mismo en geasién dol
lente diplomético con el conde Luxburg. En momentos en que
.¢ unia a los beligerantes, el diario Le Razdn recabé opi-
a los ex ministros de Relaciones Exteriores, que publicé el
el 11 de abril de 1917, Estanislao Zeballos apoy6 sin reti-
a de neutralidad que no debfa modificarse, a su
, por el cambio de actitud del Brasil. Luis M. Drago sostiene
que la Argentina “debe acompanar a los Estados Unidos"; Bduar-
do Bidau apoyé la neutralidad pero la incorporaeién del Brasil al
grupo de beligerantes exigia, dijo, “una vigilante expectativ
Agustin Garcia se pronuneia por “continuar la politica
en 1914”. Carlos Bed —ex canciller de Yrigoyen— se pronuncia
por Ia modificacién de la politica argentina.
‘A pesar de la dureza de las criticas internas, de los dobleces
diplomaticos del embajador argentino en Washington, del cambio
de politica de Estados Unidos y muchos paises latinoamericanos
luego que los alemanes declararon la guerra submarina sin res-
104‘on. Al instruitlo,
on H. Yrigoyen para gone :
epartamento de Hstado dice lo siguiente’
este gobierno ningtin rastrode
rsentindent port polit ete
da durante la guerra por el. one tes
‘gobierno argentino”.
‘Hagale claro que este gobierno desea por todes loe medioe posiblea
reforzar en el futuro aus lazos de amistad e interés comin que unen a
los dos patees”.
Corroborando lo que este cable afirma existié un memordn-
dum de la Embajada de Estados Unidos, fechado el 4 de diciembre
de ese ano, donde se afirma “que no existe ni jamds ha existido
rio de Estado, Colby, visité la Argentina donde fue triunfal-
mento agasajado por el gobierno que lo habia declarado “huésped
de la Nacion 2, a
Los escasos articulos de Ja prensa norteamericana eriticos a
la politica argentina fueron poco consistentes y siempre desvir-
tuad
icos, a juzgar por las comunicaciones
ajadores, tenfan una percepcién el
politica argentina, del Preenieneey Ao
hubo oportunidad priblica en que los halagos y
cfprocas no exaltaran las histéricas relaciones entre Gran
106parecida se reoibe de la Camara de los Comunes.
‘clegramas también a los senados de Francia, Italia,
idos y Bélgica.
tica del poder y del equi
nuevo concepto de convi y seguridad. Seré el tiempo de la
sociedad de las naciones.