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¿Por qué asesinaron a Federico García Lorca?

La fecha exacta de la muerte Federico García Lorca ha sido objeto de una larga polémica.
Todas las últimas investigaciones apuntan a que fue fusilado en la madrugada del 18 de agosto
de 1936 en el camino que va de Víznar a Alfacar, en su provincia de Granada natal. Su cuerpo
no ha podido ser recuperado, ya que permanece enterrado en una fosa común anónima en
algún lugar cerca de donde fue fusilado, en las cercanías de la Fuente Grande de Alfacar.

Según un informe de 1965 que la Cadena Ser hizo público en 2015 y que incluyo como anexo,
Lorca era “un masón perteneciente a la logia Alhambra en la que adoptó el nombre simbólico
de Homero, desconociéndose el grado que alcanzó en la misma”. Asimismo, se explica que
“estaba tildado de prácticas de homosexualismo, aberración que llegó a ser voxpopuli, pero
lo cierto es que no hay antecedentes de ningún caso concreto”. También fue “conceptuado
como socialista”. Estos parecen los motivos para su asesinato, pero ¿hay algún motivo más
que provocara su asesinato?

Según el investigador Miguel Caballero Pérez, además de todo lo anterior, Federico García
Lorca se había ganado la enemistad de la Guardia Civil, y esto podría haber sido el
detonante de su asesinato.

Antecedentes

Lorca se encontraba en Madrid, donde trabajaba, unos días antes del golpe de estado
franquista. El 12 de julio de 1936, José Castillo, teniente de la Guardia de Asalto y militante
socialista, fue asesinado a tiros por unos militantes falangistas. Al día siguiente, José Calvo
Sotelo, ministro durante la dictadura de Primo de Rivera, fue asesinado por unos miembros de
las juventudes socialistas tras sacarlo de su casa con una orden de detención falsa.

Visto el clima de violencia en la capital de España, Lorca decide viajar a Granada en busca de
tranquilidad. Pero a los pocos días es detenido y fusilado bajo las acusaciones mencionadas al
principio.

Enemistad con la Guardia Civil. ¿Detonante de su muerte?

Lorca siempre había estado al lado “de los que no tienen nada” y esto lo reflejó en su obra. Y
especialmente se hace eco de la mala imagen de la Guardia Civil.

Encontramos en el Romance sonámbulo:

Guardias civiles borrachos

en la puerta golpeaban.

Donde acusa a la Guardia Civil de emborracharse y realizar sus servicios bajo los efectos del
alcohol.

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O en Prendimiento de Antoñito el Camborio en el camino de Sevilla:

A las nueve de la noche

lo llevan al calabozo,

mientras los guardias civiles

beben limonada todos.

Donde refleja la frialdad de la Guardia Civil, ya que mientras detienen a un hombre a quien van
a ejecutar, ellos beben limonada como si nada.

Además, Federico García Lorca había denunciado la brutalidad de la Guardia Civil en la


represión de una huelga de jornaleros en Jerez de la Frontera en 1923 en el Romance de la
Guardia Civil, ya que quemaron chozas de jornaleros y mataron ganado:

Cuarenta guardias civiles

entran a saco por ellas.

Pero la Guardia Civil

avanza sembrando hogueras,

Los sables cortan las brisas

Suben las capas siniestras,

Entonces, ¿qué tienen que ver los sucesos de 1923 con la muerte de Lorca?

Pues resulta que varios guardias civiles que estuvieron al frente de la represión de la huelga de
jornaleros, estuvieron bajo el mando del teniente coronel de la Guardia Civil Nicolás Velasco
Simarro. Las investigaciones más recientes destacan el papel clave desempeñado por Nicolás
Velasco Simarro quien, tras la sublevación militar, se convirtió en secretario y mano derecha
del gobernador civil de Granada José Valdés Guzmán. Y el destino quiso que en esos días del
mes de julio de 1936 el gobernador civil se encontraba ausente y Nicolás Velasco Simarro
ordenó el mismo día de su detención, el traslado de García Lorca al lugar donde sería
asesinado.

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ANEXOS

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Recientemente, el 17 de febrero de 2022, Ana Merino ha publicado la novela Amigo. Ella es
escritora y profesora de la universidad de Iowa y en esta novela describe el entorno y la
relación de amistad, tanto en lo profesional, como en lo personal, que mantenían Lorca y
Joaquín Amigo.

Es un ejemplo claro que con su relato incide que no sólo tuvo este trágico destino Federico
García Lorca sinó que otros escritores tuvieron la desgracia de ser asesinados, y además de
serlo por la izquierda, y algunos de ellos siendo izquierdistas.

Es lo que le pasó al filósofo Joaquín Amigo Aguado. Nacido en Granada, fue escritor, miembro
de la Generación del 27 y catedrático de literatura. Era miembro de la Adoración Nocturna y
devoto de la Virgen de Lourdes. Era amigo de Federico García Lorca y colaboró con él en la
revista “Gallo”. Fue asesinado por los republicanos el 27 de agosto de 1936 por ser católico; le
mataron nueve días después de que el otro bando matase a su amigo Federico. Sus asesinos le
despeñaron por el desfiladero del Tajo de Ronda (Málaga). Ninguno de los dos cuerpos, ni el
de Lorca ni el de Amigo, apareció nunca. Pero, ¿Es posible quitar la vida a un ser humano por
defender unos valores como la escucha, la armonía, la convivencia y el respeto por la
diversidad de opiniones y de creencias o por formar parte del mismo momento de ruptura que
los demás? Evidentemente que no. Lorca y Amigo estaban en el punto de mira de aquellos
grupos de reacción rápida y que salieron a buscar figuras que les parecieran del otro lado para
responder a la represión de los rebeldes. Joaquín y Lorca se encontraron con ellos y fueron sus
víctimas perfectas. Aquellos verdugos, unos y otros, eran aquellos fanáticos que se dejan llevar
por el odio contra quienes proclaman la tolerancia y la libertad de expresión.

Estos dos amigos fueron aniquilados porque a “todos caían mal” ya que decían lo que
pensaban y no les importaba pisar los callos de quien se lo mereciese.

Terminamos con estos versos de Lorca del poema Sorpresa:

Muerto se quedó en la calle

Con un puñal en el pecho

No lo conocía nadie

¡Cómo temblaba el farol,

Madre!

¡Cómo temblaba el farolito

De la calle!

Pero, no fue en la calle sino en una cuneta, no fue un puñal sino una bala, a Lorca le conocían
todos. No tembló el farolillo sino todo el mundo. Desde entonces una estrella brilla en el
firmamento y nadie la puede apagar porque representa la llama de la poesía que se quedó
huérfana un 18 de agosto entre las localidades granadinas de Víznar y Alfacar.

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Joaquín Amigo y Federico García Lorca

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