Reinhart Koselleck
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Futuro pasado
Para una semantica
de los tiempos histéricos
Barcelona
Buenos AiresIv
LA PROGNOSIS HISTORICA EN EL ESCRITO DE
LORENZ VON STEIN
SOBRE LA CONSTITUCION PRUSIANA
1
Es posible predecir el porvenir, con tal de que no se quiera profe-
tizar lo particular.’ A través de su gran obra, Lorenz von Stein con-
firmé la verdad de esta frase que formulé en 1850. Desde la historia
de las ideas se puede considerar que esta afirmacién es una secula-
rizacién de las profecias cristianas sobre el fin del mundo, cuya cer-
teza permanente pasaba por encima del acierto o la inadecuacion de
las esperanzas concretas sobre su cercania. Pero el enunciado de
Stein, que se fundaba en laboriosos estudios sociohistéricos y de de-
recho administrativo, adquiere su sentido inmediato desde la situa-
cion hist6rica en la que surgié. Stein se convirtié en pronosticador
al tematizar en sus diagndsticos el movimiento de la historia moderna
y, con ello, también su caracter de futuro, Una mirada retrospectiva
demuestra que sus vaticinios han resistido la prueba de la historia
y, por cierto, en un sentido mayor que el meramente historiografico.
El poder de los acontecimientos, tanto los pasados como los de nues-
tro presente, ha acreditado sus prondsticos.
Los vaticinios a largo plazo de Stein son, al igual que los de Toc-
queville, Bruno Bauer, Friedrich List o Donoso Cortés, un momento
integral de la historia moderna. Por su forma de reflexién y su al-
cance, pertenecen a la era revolucionaria, remiten a nuestro siglo, slo
unos pocos se relacionan con épocas anteriores. El arte de presagiar
y de prever en cualquiera de sus formas es antiguo. ¢Cual es el ambi-
to histérico-temporal en el que Stein desarroll6é su propio arte hasta
alcanzar la maestria mas elevada? ¢Qué distingue a’ Lorenz von Stein
de otros pensadores de la historia?
Hasta el siglo XVIII existié una teoria muy extendida y apenas
1. Lorenz von Stein: Geschichte der sozialen Bewegung in Frankreich von 1789
bis auf unsere Tage, 3 vols. (1850), reimpreso en Darmstadt, 1959, III, pag. 194.88 RELACION PASADO Y FUTURO EN LA HISTORIA RECIENTE,
discutida, acerca de que de la Historie del pasado se podia aprender
para el] futuro. El conocimiento de lo pasado y la prevision del por-
venir se mantenian unidos por un horizonte casi natural de experien-
cia, dentro del cual no podia suceder nada que fuera verdaderamen-
te nuevo. Esto cra valido tanto para los cristianos creyentes en la
esperanza de los tiltimos tiempos, como para un politico maquiavé-
lico. La historia servia como receptaculo de experiencias ajenas alec-
cionadoras, de las que uno podia apropiarse estudiandolas. Asi, se
crefa estar bien preparado para repetir los éxitos del pasado en vez
de caer, en el presente, en antiguos errores. En el espacio abarcable
por la politica personal de las clases altas curopeas y aun en el te-
rreno neutral [Vorfeld] de las transformaciones procesuales de la téc-
nica y del capitalismo industrial, la historia garantizaba y atestigua-
ba la continuidad juridica, moral, teolégica o politica. Y ningtin
cambio carecia de la interpretaci6n flexible establecida por la. divi-
nidad o de la regularidad condicionada por la naturaleza. Las sor-
presas tenian su sentido mas profundo o mas elevado. La tesis de la
repetibilidad y, asi, la de la posibilidad de aprender de la experien-
cia histérica era un momento de la propia experiencia: historia ma-
gistra vitae. Ningin vaticinio abandonaba el Ambito de la historia pre-
cedente y esto era valido para las profecias, tanto astrolégicas como
teolégicas, que permanecian vinculadas a leyes planetarias 0 a anti-
guos augurios.
Todo esto fue cambiando lentamente a partir de la Ilustracién,
y radicalmente a causa de la Revolucién francesa. Primero se fue am-
pliando el horizonte de lo que era posible pronosticar; finalmente fue
traspasado. Mientras que hasta el siglo XVIII el futuro estaba ocu-
pado por la ejemplaridad de los antiguos o por las figuras de la tipo-
logia biblica, a partir de las tormentas de la revolucién eso ya no fue
posible. La década de 1789 a 1799 fue experimentada por los que ac-
tuaron en ella como la irrupcion en un futuro que no habia existido
nunca antes. Y los propios afectados, que apelaban a su conocimien-
to del pasado, no tardaron mucho en constatar el caracter incompa-
rable de la revolucién. Este caracter incomparable no consistia tan-
to —segtin Rupert Kornmann— en las nuevas situaciones como en
la extrema velocidad con la que se producian o se originaban... Nues-
tra historia contempordnea es una repeticion de los hechos y sucesos
de algunos milenios ~en un periodo de tiempo muy breve—. Es de-
cir, incluso quien no creia sorprenderse, fue dominado por cl enor-
me fempo que parecia inaugurar una época nueva, distinta.
2, Rupert Kornmann: Die Sybille der Zeit, vease antes pag. 60 (nota 63).LA PROGNOSIS HISTORICA DE LORENZ VON STEIN 89
En la conciencia de este nuevo comienzo general, que hizo que
la historia precedente se convirtiera en prehistoria, la revolucién mo-
dificé el espacio de la experiencia. La nueva historia se convirtié en
un proceso a largo plazo que, si bien habia que conducir, se desenca-
denaba, sin embargo, lejos de las cabezas de los participantes. Sien-
do esto asi, parece que cualquier conclusién del pasado para el futu-
ro es. no slo inoportuna, sino también imposible. La castucia de la
razon» prohibe que se aprenda de la historia, puesto que obliga al
hombre. Sin tener en cuenta hasta qué punto se corresponde con la
realidad la formula de Hegel, si indica una nueva experiencia. Cier-
tamente, la experiencia de Hegel se refiere también a «la historia»,
pero a la historia en su totalidad, que con una conciencia creciente
de la libertad ha desembocado en la Revolucion francesa. En su cur-
so procesual, esta historia es siempre tnica.’ A partir de aqui,la his-
toria y el pronéstico cambian su cualidad historica, perdiendo su con-
sistencia pragmatica ingenua para volver a lograrla en un plano
reflexivo. Lorenz von Stein dara testimonio de esto.
De hecho, la revoluci6n libera un nuevo futuro, sea progresista
o catastréfico, y del mismo modo un nuevo pasado que se condensé
como objeto especial de la ciencia critico-histérica al ir haciéndose
extrafio. Progreso e historismo, aparentemente contradictorios, nos
ofrecen un rostro de Jano, el rostro del siglo XIX. S6lo muy pocos
ciudadanos de este siglo legaron a mantener este doble rostro sin
desmoronarse con él. Lorenz von Stein es uno de ellos. El pudo reu-
nir una vasta erudicién de datos y hechos histéricos sin perder de
vista el futuro como algo inminente. Por el contrario, se convirtié en
regulador de su conocimiento.
«La historia en y para si» —expresi6n que surge en el ultimo ter-
cio del siglo XVILI— y «el trabajo de la historia» requerian, una vez
que se convirtieron en retos,‘ algo mAs que una simple retrospecti-
va hist6rica. Provocaron una filosofia de la historia y se referian al
futuro, tan ansiado como desconocido. Por eso, el progreso no era
solamente una manera ideolégica de considerar el futuro; correspon-
dia a una nueva experiencia cotidiana que se nutria permanentemente
de muchas fuentes: del desarrollo técnico, del crecimiento de la po-
3. G. W. F Hegel: Die Vernunft in der Geschichte, Hamburgo, 1955, pag. 19, 156.
‘Véase antes, pag. 60. La afirmacién de Hegel sobre que nadie puede aprender de la
historia nose refiere, a diferencia de muchos de sus contempordneos, a la acelera-
cién de la historia, El espiritu del mundo, tnico consigo mismo, no sabe de acelera-
ciones de su realizacion histérica
4. Para Ly, Stein véase su Geschichte der sozialen Bewegung, 1 84, 146, 502 passim.90 RELACION PASADO Y FUTURO EN LA HISTORIA RECIENTE
blacién, del despliegue social de los derechos humanos y de los cam-
bios correspondientes de los sistemas politicos. Surgié un «laberin-
to del movimiento», segun lo calificé Stein en una ocasion,° y clari-
ficarlo fue el objetivo que sc fijé en su investigacion. Si avanz6 en
el curso de sus anilisis histéricos y sus diagnésticos sociales, para
aclarar pronésticos que atin hoy resultan soprendentes, fue porque
entendié que también habia que desarrollar las teorias historicas en
el horizonte del progreso.
Ciertamente, Lorenz von Stein no se caracteriza sdlo por esto. El
reto del progreso repercutia por todas partes en la historia. Desde
que la falla revolucionaria destruy6 el Ambito tradicional de la expe-
riencia, separando violentamente pasado y futuro, la historia cam-
bié también, como maestra, su cualidad habitual. El topos ciceronia-
no alcanz6 una nueva dimensién, una dimensién especificamente
temporal que atin no habia podido tener cn cl horizonte de una his-
toria, en comparaci6n, estatica y natural. Como se sabe; se abrié un
Ambito de experiencia con puntos de fuga perspectivistas que remi-
tian a las diferentes fases de la revolucién en curso. Desde la caida
de Napoleon, los estadios pasados de la Revolucién francesa presen-
taron un curso nuevo y paradigmatico de la historia, en el que las
generaciones posteriores creyeron poder leer, dependiendo de su es-
tructura politica, el camino futuro de su propia historia. Con otras
palabras: también la perspectiva progresista del futuro se orientaba
al ambito histdrico de experiencia que le era propio: el de la Revolu-
cién francesa y el del despliegue de sus etapas. Afiddase sucesiva-
mente de Oeste a Este la experiencia de la industrializacién, junto
con sus efectos sociales, que no son conocidos por ahora. Lo que ca-
racterizaba a Stein era que supo colocarse en una relaci6n critico-
histérica respecto a este Ambito de experiencia movil y que se des-
plazaba permanentemente.
El movimiento de la modernidad era el tema principal de su in-
vestigacién. Para la investigacién critico-histérica como tal seguia
siendo una proeza situarse en esta actualidad, y sus representantes
mis importantes se conformaron progresivamente con el pretérito
y renunciaron a una aplicacion inmediata de sus conocimientos y teo-
rias. Perthes® tuvo ciertas dificultades para encontrar colaborado-
res en su gran empresa editorial de escribir una historia de los Esta-
5. Op. cit., 165.
6. Friedrich Perthes' Leben, edit. por Cl. Th. Perthes, Gotha, 1872, 3 vols, IL
pag. 146 sigs. passim, ITT pag. 23 sigs. passim,LA PROGNOSIS HISTORICA DE LORENZ VON STEIN OL
dos europeos, que se atrevia a rozar hasta su propio presente: pero
el presente parecia cambiar cada dia mas répidamente evitando, de
ese modo, un conocimiento cientificamente seguro.
Stein se cuenta entre los pocos investigadores del siglo pasado
que no han capitulado ante la aceleracion de la historia. Dispuso su
investigacion bajo el precepto de un pronéstico que debia satisfacer
los tempi cambiantes. Las circunstancias-antiguas quedan invalida-
das, aparecen nuevas circunstancias, incluso combatidas por otras aun
mas nuevas; las legislaciones enteras cambian, estructuras contradic-
torias pasan rdpidamente; es como si la historiografia apenas fuera
‘ya capaz de seguir a la historia. En 1843, el joven Stein describia la
situacién’ con estas palabras, y proseguia asf: ¥, a pesar de eso, con
una consideracién mds detallada se muestra precisamente lo contra-
rio. Como todas aguellas configuraciones diferentes han surgido de
golpe, se pueden abarcar con una mirada. Esta es la diferencia esen-
cial entre este tiempo y los anteriores: en éstos, el juicio correcto esta-
ba condicionado més por el punto de vista; en aquél, mds por el co-
nocimiento hist6rico.
Ciertamente, habia ido creciendo la concepcién de la referencia
situacional de todos los conocimientos histéricos ya desde el siglo
XVI —asi es como los ilustrados se complacian en considerar la
mera erudicién de tiempos pasados—. Pero Stein no trata de hacer
consciente la subjetividad del juicio histérico o de apostrofar la ori-
ginalidad de su trabajo. Lo que Stein queria —y hace patente esta
voluntad en cada pregunta que formula— era manejar la historia des-
de una posicién que correspondiera a la estructura del movimiento
de Ja historia moderna. Con respecto a la historia de las ideas, pode-
mos situarlo en las periferias de la certeza.filoséfico-histérica que
se nutre del espiritu del mundo —o en el terreno neutral de las rela-
tivizaciones tedricas del conocimiento que destruyen toda certeza—.
Pero la referencia situacional de los diagnésticos de Stein no se pue-
de-tomar en cuenta de ese modo. Sélo aquélla posibilité un punto
de coordinacién perspectivista, cs decir, adecuado a los movimnien-
tos sociales y politicos. Si se pretende conocer la historia como un
movimiento de diferentes corrientes cuya relacion mutua cambia per-
manentemente debido a los diferentes grados de intensidades, rigi-
deces 0 aceleraciones, entonces el movimiento conjunto sélo puede
abarcarse desde un punto de vista adoptado conscientemente. Stein
alcanzé este punto de vista unificando el distanciamiento critico con92 RELACION PASADO Y FUTURO EN LA HISTORIA RECIENTE
las perspectivas progresivas. Por eso, se diferencia tanto de los his-
toriadores convencionales como de los filésofos utépicos de la histo-
ria. Mas bien se sirvid de las herramientas de los primeros para de-
senmascarar como ideales las teologias rectilineas de los otros, del
mismo modo que supo valorar sin resentimiento los intereses, espe-
ranzas y planes de todos los partidos, como potencias historicas de
un movimiento comin.
Seria muy desacertado relativizar la posicioén de Stein como una
situacion intermedia entre el idealismo histérico pasado y una in-
vestigacion empirica que estaba por llegar. Asi se habria errado en
lo que lo caracteriza. Stein renuncia a proyectos totales tanto como
a una cronologia aditiva puntual. Pero introdujo ambos aspectos, el
metahistérico y el cronolégico, en su teoria de la historia. De este
modo, la desnud6 de cualquier ropaje utopico y la despojé de la con-
tingencia de la politica cotidiana para despejar el panorama sobre
el gran movimiento histérico.
Stein desarrollé una teoria de la historia® Le sirvié para poner
en claro todos los acontecimientos: por un lado, desde sus presupues-
tos permanentes y, por otro, desde sus fuerzas motrices. Stein era
un ontdlogo de la historia, en el sentido doble y pleno de la palabra.
Separé la permanencia de la temporalidad histéricas con Ja wnica
finalidad de poder concebir la unicidad del acontecer. Este trabajo
te6rico ha probado su eficacia. Consiguio dos aspectos que se clari-
_fican mutuamente’sin tener que ponerlos como absolutos.
Stein podia evaluar las pretendidas clases sociales y los estamen-
tos ya en extinci6n en la direccién supuesta de su movimiento, pro-
yectando teéricamente estructuras permanentes sin rebasar la fron-
tera de la utopia. Aventuré principios casi axiomaticos, que remitian
a condiciones constantes del movimiento moderno. A este tipo per-
tenecen sus afirmaciones sobre la sociedad econdmica, que impulsa
hacia el dominio de una clase en la lucha juridicamente abierta por
el poder politico; 0 que la democracia pura sigue siendo irrealiza-
ble; o que el proletariado como tal sélo tiene una pequefia oportuni-
dad de'alcanzar el poder, pero, aun teniendo éxito, la falta de liber-
tad no se termina; o que la prioridad de la administracion en la
retirada de las cuestiones de organizacion no elimina los problemas
de dominio, sino que s6lo los reformula de otra manera; o que todo
8. Sobre esto, Ernst-Wofgang Bockenforde: «Lorenz.von Stein als Theoretiker der
Bewegung von Staat und Gesellschaft zum Sozialstaats, en Alteuropa und die mo-
deme Gesellschaft, Festschrift fiir Otto Brunner, Gotinga, 1963.LA PROGNOSIS HISTORICA DE LORENZ VON STEIN 93
ordenamiento social se basa en el reparto de su patrimonio; y que,
por eso, el Estado se encuentra siempre con el desafio de regular el
reparto de los bienes, para proteger a la sociedad de clases de la gue-
rra civil. La lista se podria alargar mucho.
Todos estos elementos de la historia, que él subsumié bajo él nom-
bre de moda en su tiempo de leyes, s6lo tenian en la teoria de Stein
el caracter de una permanencia relativa. Ciertamente, abarcaban
«toda» la historia, pero slo hasta donde se podia llegar a conocer.
¢Quién ha explorado el porvenir2, preguntaba el mismo hombre que
se atrevia a hacer vaticinios. Sélo desde el trasfondo de sus enuncia-
dos estructurales podia clarificar Stein el movimiento como tal mo-
vimiento, e indicar la posibilidad de su direccién. Aqui esta el segundo
aspecto de su teorfa,, que ponia en mutua consonancia ontoldgi-
co-historica la permanencia y el tiempo.
Al aceptar el movimiento moderna, es decir, al aceptar el futuro,
no podia hacer otra cosa que analizar junto al ser, el deber y el que-
rer: si es que no queria intercambiarlos ut6picamente. Sigue siendo
sorprendente hasta qué punto aprendié Stein a proyectar las cosas
descables en el futuro, sin abandonarse a ellas ni perseguirlas, sino
para fortalever el sentido de lo posible. Era un socidlogo con una vi-
sién politicamente clara. Si postulé que era deseable una republica
de intereses contrapuestos relacionandola con la democracia social
y con la monarquia social, era porque tenia el conocimiento previo
de que la futura administracion se ampliaria, posiblemente de for-
ma objetiva, pero que no podria quedar sin gobierno. Las formula-
ciones temporales no pueden hacer olvidar que Stein unié sus espe-
ranzas en las posibilidades optimas, sabiendo que en los conflictos
sociales todos los intentos de solucién mediante las armas... no pue-
den conducir, de hecho, a ningun resultado definitivo.” El sabia que
los problemas del periodo de transicién que se plantearon desde la
emancipacién, no podian solucionarse forzandolos mediante un pre-
sunto objetivo hipotético y los medios correspondientes, sino por el
conocimiento del camino y de la direccion a los que hay que atenerse.
‘Asi pues, Stein no era un adivino politico que vaticinaba esto o
aquello, que computaba segtin el cameralismo, interpretaba quimé-
ricamente o calculaba politicamente. Stein investigé las condiciones
9. Lorenz von Stein: System der Staatswissenschaft, vol. II: «Die Gesellschaftsleh-
rev, Viena, 1856, Aqui se cita segtin la seleccién de KG. Specht: L.v, Stein, Begriff und
Wesen der Gesellschajt, Colonia y Opladen, 1956, pag. 21
10. Lorenz von Stein: Gesch. d. soz. Bew., III, pag. 216.94 RELACION PASADO Y FUTURO EN LA HISTORIA RECIENTE,
de posibilidad a largo plazo del movimiento social, lo que sdlo fue
posible a partir de la Revolucion francesa. Para ello, agoté con gusto
la pretension de necesidad. Pero seria injusto acusarle, por eso, de
arrogancia en filosofia de la historia. Es cierto que para un historia-
dor estricto se adentra en la zona de la tautologia, pues el epiteto
afiadido de «necesario» no le puede proporcionar nunca una funda-
mentacién adicional. La consagracién de una necesidad no cambia
nada en la facticidad. La cuesti6n es distinta para Stein, cuya consi-
deracion de la unicidad del suceder en la modernidad tenia que te-
ner en cuenta también la unicidad que se obtenia en su tiempo cuando
queria arriesgar un pronéstico. Asi, se remitié a la categoria de lo
necesario, pero incluyéndola en su teoria. Aplicado a su investiga-
cién, el concepto de lo necesario es andlogo a la demostraci6n de ten-
dencias irreversibles a largo plazo. Sélo pasando por la investigacion
critica —sociologica e histérica— pudo él averiguar el minimo de
necesidad futura que lo facultaba para vaticinar un maximo de po-
sibilidades. En esto llegé mas lejos que los historiadores convencio-
nales de su tiempo. Pero no fue tan lejos como los progresistas inge-
nuos, que confundieron su optimismo con la providencia.
Asi pues, lo que caracterizé a Stein fue su teoria de la historia:
en ella unificaba estructuras permanentes y fuerzas motrices, pero
s6lo para verificarlas historicamente. La via del progreso sélo se po-
dia trasladar a la-previsién en el medio de la demostracién cientifi-
ca. Si Stein consiguié mostrar empiricamente el hic et nunc, en esa
prueba estaba contenida una indicacién para la accion inmanente
a la historia. Tal indicacién no concernia al hoy y al majiana, que es
a lo que tiende la prognosis politica, modificando ya la situacién tan
pronto como se formula. Stein hizo prondsticos racionales de condi-
ciones que dejaban al descubierto un amplio margen para el poder
en la reducida via del deber. Asi pues, sus vaticinios contenian ense-
fianzas de la historia; pero ensefianzas que sdlo repercutian en la pra-
xis mediatamente porque clarificaban lo invariable para dar lugar
a la libertad del obrar. Es posible prever el porvenir, con tal de que
no se quiera profetizar lo particular.
Un caso ejemplar de este arte fue el pequefio escrito del ano 1852
sobre la cuestién de la constitucion prusiana.LA PROGNOSIS HISTORICA DE LORENZ VON STEIN 95
2
Stein publicé su trabajo en la revista trimestral de Cotta," que,
al reunir en torno a ella a la intelectualidad burguesa, hacia de caja
de resonancia de la opinién publica de aquel momento, y que empe-
26 a publicarse en el periodo previo a la revolucién de marzo de 1838,
atravesé la revolucién del 1848 y dejé de aparecer con las guerras
de unificacién de 1869. Hoy se puede decir que es una época que Stein
abareé con una mirada en 1852. Formulada en una sola frase, su te-
sis fundamental decia que Prusia no era capaz de tener una consti-
tucién —entendida en el sentido occidental—, pero que todos los obs-
taculos historicos para una constitucién prusiana empujan hacia su
superaci6n en una constitucién alemana. Asi pues, se trata de un pro-
néstico estructural, cuya correccién demostraron los afios de 1860
a 1871; tan poco previsibles eran los tortuosos caminos por los que
Bismarck se vio obligado a caminar como presidente del gobierno
prusiano durante esta década.
El trabajo de Stein sobre Prusia es un apéndice de su gran Histo-
ria del movimiento social en Francia, que habia publicado dos afios
antes, en 1850. Fl lazo ideolégico de unién se encuentra en el Gltimo
capitulo de la introduccién teérica, donde Stein midié la capacidad
de resistencia de las deducciones analégicas entre Francia y Alema-
nia. Aqui formulé la diferencia decisiva entre las dos naciones y
sus modos de movimiento. La simple teoria de las etapas, que cons-
truy6 una linea forzosa desde el ordenamiento estamental, pasando
por el movimiento liberal hasta el-movimiento social, estaba obsta-
culizada en Alemania por la cuestion nacional que en Francia se ha-
bia resuelto hacia tiempo. El resultado paraddjico, segin resumia
Stein la experiencia alemana de la revolucién del 48, era que-ambas
direcciones, la liberal y la social, se paralizaron reciprocamente —con
lo que Stein tenia mds razén de la que él podia sospechar—. El ele-
mento social y el de la libertad social se entorpecieron mutuamente
y fueron cémplices de la reaccién. Por eso, en 1852 siguié diciendo
Stein que en los tiempos venideros el movimiento politico nacional
refrenaria todas las cuestiones sociales para hacerlas resaltar tras
11, Lorenz von Stein: «Zur preussischen Verfassungsfrage», en Deutsches Vier-
teljahrschrift, 1852; reimpresién 1940 (sobre ésta, véase Carl Schmitt: «Die Stellung
Lorenz von Steins in der Geschichte des 19. Jahrhunderts», en Schmollers Jahrbuch,
1940, pag. 641 sigs.) y reimpresién en Darmstadt, 1961, que es la que se emplea aqui,
12. Lorenz von Stein: Gesch. d. soz. Bew., I pag. 139 sigs.96 RELACION PASADO Y FUTURO EN LA HISTORIA RECIENTE
consumar la unificacién —como se sabe que sucedié—. Este era el
horizonte previsible dentro del que Stein pretendia responder la cues-
tion especifica de la constitucién prusiana.
En una consideracién previa de la unidad nacional, Stein no se
sometié precipitadamente a deducciones analdgicas que pudieran im-
ponérsele, lo que Io diferencia de la mayoria de los ciudadanos
nacional-liberales, ni partié de esperanzas patriéticas que interpre-
taran el presente desde un futuro cualquiera, ni de la fijacién del fin
del Estado de derecho, que él consideraba deseable, pero se guarda-
ba de la confusion entre lo correcto en abstracto y lo posible en la
prdactica." Stein preguntaba por los presupuestos concretos de una
constitucion, por las condiciones de su posibilidad, pues el derecho
constitucional no surge a partir del derecho de las leyes, sino del de-
recho de las situaciones.* Considerado de este modo, el modelo par-
Jamentario, tomado en si mismo, no le proporcionaba una garantia
suficiente para su instauracion. Por eso seria gratuito tildarlo de falta
de liberalidad sélo porque ha puesto de manifiesto verdades desa-
gradables, ante las que él hubiera sido el ultimo en no sentirlas como
desagradables. Pero Stein pensaba de forma historica, no ut6pica-
mente; por el hoy conocido, dedujo el mafiana posible; pasé desde
el diagnéstico al pronéstico y no al revés. A menos que también aqui
se confirme la vieja experiencia de que los hombres prefieren no te-
ner raz6n seguin el orden acostumbrado de las ideas, a tenerla en un
orden inusual.'°
Aunque en lo sucesivo se bosquejan los factores del diagnéstico
de Stein, no por ello se desenlaza la urdimbre de su argumentacién
ni se pueden enredar las explicaciones historicas, ex post, de la pro-
ducci6n teérica de Lorenz von Stein. Su trabajo sigue siendo tan tnico
en su género como el tema que él planted.
Stein no vaticind el conflicto militar que anticiparia el pretexto
para la crisis constitucional prusiana y que habria de resolverse, so-
bre todo, en la unidad alemana. Pero si previo que donde constitu-
cion y gobierno entran mutuamente en una lucha seria, el gobierno
se impone invariablemente a la constitucién.'* Stein analiz6 las con-
tradicciones ideolégicas del sistema constitucional con una precision
asombrosa sin negarle a este sistema su viabilidad histérica. Inclu-
13. Lorenz von Stein: Verfassungsfrage, pag. 24.
14, loc. cit. pag. 36,
15. loc. cit. pag. 4.
16. loc. cit. pag. 35.LA PROGNOSIS HISTORICA DE LORENZ VON STEIN oF
y6 la constitucién prusiana de 1850 bajo el concepto de «pseudocons-
titucionalismo». Aqui la oposicién no se sentaria en el parlamento,
sino mas bien el parlamento en la oposicién; aqui el gobierno for-
maria su partido y no seria un partido el que formara el gobierno.
Estos eran enunciados estructurales universales que, desde 1815, po-
drian basarse también en Ja pasada Revolucion francesa. Pero él de-
finid el caso de un conflicto en Prusia como una disputa sin drhitro”
en la que la representacion popular babria sido derrotada.
Qué razones puso Stein en juego para hacer posible un pronés-
tico presentado de forma tan apodictica? Un pronéstico que atrave-
s6 el horizonte de esperanza del movimiento liberal y que se colocé
transversalmente al curso progresivo de las etdpas, curso que alen-
taba las esperanzas de los ciudadanos entusiastas.
Desde tres presupuestos cuestioné Stein una constitucion parla-
mentaria fuerte y sostenida por la sociedad: desde un presupuesto
histérico, desde otro de economia politica y desde uno social. Nin-
guna de estas tres condiciones consideraba que existieran en Prusia.
1. En Prusia faltaba por completo el presupuesto histérico, una
tradicion de ser Estado que en Occidente habia demostrado su fuer-
za intcgradora cn cl camino hacia la formacién de una nacién. Pru-
sia, una formacién territorial no concluida, que carecia del nucleo
histérico de una representacién popular, debia su surgimiento mas
bien al ejército del rey y a la administracién del Estado. Asi, es el
gobierno el que representaba casi exclusivamente el elemento confor-
mador del Estado ast como de su sostenimiento en Prusia® Con esta
formulaci6n, Stein asume un lugar comtin del funcionariado prusiano
que, desde las grandes reformas, consideré asegurada la unidad del
Estado mediante la unidad de la administracion.”? No es que Stein
profesara grandes simpatias por la «burocracia pululante», pero tuvo
en cuenta su autoconciencia y su organizacién: cualquier represen-
tacién popular que no se hubiera anticipado histéricamente sélo po-
dia ser concebida por la administracién prusiana como «participa-
cion» en el Estado que habia que fomentar o dosificar. El camino
hacia la soberania popular apenas podia pasar por la administracién.
Por otra parte, la antigua tradicién del Estado conducia, en ulti-
mo término, a la via parlamentaria en aquellos lugares en los que
17. loc. cit. pag. 30.
18. loc. cit, pig. 12.
19. Véase las pruebas en mi libro sobre Preussen zwischen Reform und Revolu-
tion, Stuttgart, 1975, 2.4 edic., pag. 258 sigs. passim.98 RELACION PASADO Y FUTURO EN LA HISTORIA RECIENTE
se habia conservado, como al este del Elba. En su época, Hardenberg
fue alejado de la constitucionalizacién, porque cada paso en esta di-
reccién fortalecia los antiguos estamentos que, una vez establecidos
en la totalidad del Estado, habian recortado las reformas tendentes
acrear los presupuestos econdmicos de una constitucion: Los esta-
mentos formaron alli donde perduraban con mayor fuerza, en su or-
bita, un‘sistema estanco que cortaha la formacién de una sociedad
civil en Ja region.
A través de las elecciones de distrito, controlaban indirectamen-
te muchas de las pequefias ciudades con autonomia administrativa
yen la llanura, al este, dominaban de forma mas o menos legal a cer-
ca de la mitad de la poblacién. Por esto, Stein diagnosticé correcta-
mente en un doble sentido: la tradicién de los antiguos estamentos
no sdlo no fomentaba la formacién de una sociedad libre, sino que
la impedia. La revolucién proporcioné la prueba. Apenas algtin lati-
fundista alcanzé la Asamblea Nacional mediante las elecciones ge-
nerales, pero desde las posiciones obtenidas en el ejército podian
avanzar hacia la contrarrevolucién y volver a instaurar la antigua or-
ganizacién en distritos.
2. Era mucho menos tcrminante discutir la capacidad de Prusia
para tener una constitucién si se consultaban los datos de la econo-
mia politica. En esta 4rea la administraci6n prusiana habia perseve-
rado desde la reforma de toda politica interior reaccionaria, casi im-
perturbablemente y hasta la obstinacién, en Ja consecucién de los
objetivos de la economia liberal, no siendo irrelevante la dura lucha
que mantuvimos contra las posiciones de los antiguos estamentos
en la ciudad y en el campo. La administracién habia promovido for-
mas de economia libre que relativizaban la contraposicién entre el
Este y el Oeste y que implicaron reglamentaciones cada vez mas ge-
nerales. Desde el final de los afios treinta abundaron las leyes uni-
versales: en 1838 se promulgé la ley de ferrocarriles; en 1839 la de
defensa para impedir el trabajo de los nifios; en 1842-1843, siguieron
las leyes de los habitantes, de los mendigos y de los pobres; en 1843,
la reglamentacion de las sociedades anonimas; en 1844, la oficina de
comercio; en 1845, el cédigo industrial general y, finalmente, poco
antes de la revolucién, la fundacién general de las camaras de co-
mercio. Desde la perspectiva de la politica econémica, la adminis-
tracién prusiana habia creado, sin duda, las condiciones que dispo-
nian al homo oeconomicus para una participacion en el ejercicio
politico del poder. Como dijo Stein, de aqut que la representacién po-
pular tenga en la vida buena del pueblo un presupuesto suficiente,LA PROGNOSIS HISTORICA DE LORENZ VON STEIN 99
incluso ahi donde renuncidis al fundamento de la justificacidn his-
torica.®
Igualmente, Stein no vio que en 1852 llegara la victoria, a la larga
ineludible y necesaria, de la representacion popular sobre la admi-
nistracion. Para ello, se refiere al mayor adelanto de la administra-
cién prusiana, la Unién Aduanera. En aquel momento habia entrado
precisamente en una grave crisis: Stein tuvo por imposible que la ad-
ministracion pudiese desprenderse de su obra, cuando se trataba de
impedir que la contraposicién de los intereses en el interior de Pru-
sia golpeara sobre la comprometida unidad econdémica de toda Ale-
mania. En esto también tuvo raz6n Stein, pues su prondéstico estruc-
tural se cumplia de acuerdo con los umbrales de dificultad que él
indicé: en 1868 se reunio por primera vez la representacién convoca-
da en toda Alemania: era el parlamento de Aduanas, la preparacion
del Reichstag.”' Las dificultades comparativamente pequefias sc car-
garon sobre el 4rea puramente econémica: fueron apartadas en pri-
mer lugar.
Stein vio en las condiciones sociales las verdaderas dificultades
para una representacién popular fuerte en suelo prusiano. Esto nos
conduce al tercer y definitivo punto de vista que é] introdujo. Como
es conocido, Lorenz von Stein subdividié la historia moderna en la
que se descomponia lentamente la vieja societas civilis, segim la con-
traposicién entre Estado y sociedad: de qué tipo era esta pareja de
conceptos que se mostraba en la aplicaci6n a la cuestion de la cons-
titucién prusiana —se trataba, dicho de forma exagerada, de un prin-
cipio heuristico, mas que de factores reales palmarios—: Segun su
teorfa, cada clase dirigente tendia a una sociedad en la que se desa-
rrollara una constituci6n politica para usarla como instrumento de
dominio de las clases bajas. Consideré tan fundamental el cardcter
condicionado del derecho pitblico y social respecto a log movimien-
tos sociales que incluso consideré que mostrarlo era la meta ultima
de cualquier historiografia verdadera.”
El resultado con el que dio Stein al aplicar sus premisas tedricas
a la realidad prusiana era suficientemente desconcertante. Afirmé
que este Estado apenas tiene un ordenamiento social propio y éste
es el auténtico sentido de lo que se oye con frecuencia: que no existe
20. Lorenz von Stein: Verfassunsfrage, pag. 14
21, E.R. Huber: Deutsche Verfassungsgeschichte seit 1789, Stuttgart, 1963, IIL
pag, 635.
22. Lorenz von Stein: Gesch. d. soz. Bew., I pag. 149.100 RELACION PASADO Y FUTURO EN LA HISTORIA RECIENTE,
un pueblo prusiano.? La antinomia ente «Estado y sociedad» no es
procedente, pues, en el sentido habitual de aquella época, articulado
en la coordinacién correspondiente entre parlamento y gobierno, en
el campo de las tensiones entre el principio monarquico y la sobera-
nia popular. Que la desavenencia interna descansa en los prusianos,
lo encontré Stein no en Ja disputa habitual, entre el Estado politico
y la sociedad burguesa que se prohiben mutuamente entrar en con-
flicto, La desavenencia de Prusia se basa, mas bien, en la carencia
de aquella sociedad homogénea que habria podido conseguir su‘ex-
presion adecuada en una constituci6n politica. Considerado de este
modo, el conflicto constitucional se convertiria en un epifendmeno
de una situaci6n conflictiva de otra indole, como seria la de un Esta-
do que ha de organizar una sociedad heterogénea y cambiante. Esta
conclusion resulta tan extrafia como sorprendente.
Fra totalmente obvio que la Prusia de entonces no presentaba una
unidad ni territorial, ni confesional, ni juridica, ni lingiiistica. Stein
tuvo en consideracién todos estos factores, pero su auténtico proble-
ma apuntaba hacia la estructura social. Dentro de ella se tenfa que
marcar un ordenamiento que comportara organizaci6n, pues, de otro
modo la constitucién no dejaria de ser mas que una «pseudoconsti-
tucién». Por eso, Stein investigé los hechos juridicos que aseguraban,
de facto, en Prusia una sociedad de economia libre. De acuerdo con
su'teoria ontolégico-historica buscé los elementos perdurables de un
orden econémico en su distribucién de los bienes —como si consi-
derara que una nacion politica no est condicionada por la raza, na-
vionalidad 0 lengua, sino, en primer lugar, por el ordenamiento so-
cial peculiar de la poblacién—.* Con estas cuestiones estructurales
generales, pretendia determinar el lugar histérico tinico de Prusia
dentro del gran movimiento moderno. Y alcanz6 el resultado de que
la articulacion y diversidad social de la sociedad prusiana no indi-
caban una homogeneidad suficiente como para poder fundar y sos-
tener una constitucién parlamentaria.
La teoria de Stein revelé su riqueza al mostrar la peculiaridad
del Estado prusiano mediante las deficiencias de un concepto inge-
nuo de sociedad. En otras expresiones de Stein, Prusia tenia una so-
ciedad econémica, pero no una sociedad civil. Para explicar esto, per-
mitase una breve referencia a la burguesia prusiana, presunto soporte
de aquel ordenamiento en el que el derecho constitucional y la es-
tructura social hubieran debido ajustarse uno a otro.
23. Lorenz von Stein: Verfassugsfrage, I pag. 23.
24. loc. cit., pag. 21LA PROGNOSIS HISTORICA DE LORENZ VON STEIN 101
A causa del desarrollo social del siglo XIX, la burguesia prusia-
na estaba socialmente desunida y politicamente mediatizada. Una
gran parte, financieramente poderosa y con iniciativas, se desplazé
al estamento abierto de los latifundistas. A mediados del siglo ya te-
nian en su poder mas del 40 % de lo que antes fueron propiedades
de la nobleza. Una vez en el campo, estos homines novi fueron absor-
bidos por la nobleza, a mas tardar después de una generacién. Con
otras palabras: la nobleza no habia perdido ni sus privilegios, ni su
primacia. Las reformas agrarias liberales resultaron suficientes en
su momento para fortalecer a los antiguos estamentos a costa de la
burguesia en ascenso. Otra parte, especialmente de la burguesia cul-
ta, entro al servicio del Estado. La cantidad de exenciones que enca-
denaban a los funcionarios medios e intermedios.al Estado se habia
suprimido en ‘1848, pero convertirsé en miembro de la administra-
cién séguia significando tener participacién en derechos de domi-
nio cuasi estamentales. El funcionariado constituia el ultimo nivel
en el que coincidian funciones sociales y de Estado; también aqui
se fusionaron la burguesia y la nobleza a costa de los primeros. De-
pendiendo del prestigio social de este estrato intelectual que en 1848
colocé en Berlin a cerca del 60 % de los diputados, los burgueses es-
pecificos, los empresarios y comerciantes estaban situados en una
zona politica en sombras sin que se tomara en consideracién a sus
representantes significativos ni.su poder econémico. La burguesia
prusiana de 1848 era lo suficientemente homogénea para iniciar una
revolucién, pero no para ganarla.?>
Por muy diferenciada que fuese esta imagen, la pregunta de Stein
acerca del reparto de la propiedad y de la correspondiente articula-
cion social para juzgar acerca de la capacidad de tener una cons-
titucién por parte de una sociedad cayé en el olvido. La sociedad he-
terogénea atin no estaba capacitada en si misma para tener una cons-
titucién adecuada a ella.
Ahora ya se puede entender por qué Stein definia el Estado no
sdlo como de clases e intereses, sino también como una-magnitud
historica sui géneris. Se trata del doble aspecto que lo capacitaba
para describir la realidad constitucional del Estado prusiano, lo que
es mas, para prever el conflicto constitucional y su salida. Sdlo ésto
debiera ya impedirnos acusar a Stein de inconsecuencia metédica
a causa de su concepcién idealista y subjetivamente normativa de
la monarquia social. La historicidad de su pensamiento estaba in-
25. Para méé detalles véase el libro citado en la nota 19.102 RELACION PASADO Y FUTURO EN LA HISTORIA RECIENTE
cluida en ta limitacién de enunciados de condiciones estructurales
y en el analisis de factores timicos.
El hecho de que el Estado prusiano, en especial en los afios cin-
cuenta, representara deseos especialmente corporativos y rigurosos
intereses de clase no le impidié ser mas que un Estado de intereses,
considerando que los estratos sociales se habian roto en diversas oca-
siones. Que impulsara en la politica econémica el cambio, desde el
orden estamental a la sociedad de clases, caracteriza su modernidad.
En cierto modo, incluso fue el proletariado no estamental el que, se-
gan su situacién social cuando no segun su conciencia, configuré de
oeste a este el primer estrato homogéneo de la sociedad prusiana.
Asi, el Estado se convirtio nolens voleris en responsable del proble-
ma social, cuyo dominio politico esperaba Stein, sobre todo en la épo-
ca posterior a la fundacién del Reich. A partir de ahi ya no existid
ningin problema especificamente prusiano, sino una nueva sociedad
industrial y una constitucién para toda Alemania, con cuya deman-
da y vaticinio termina el escrito de Stein.
Lorenz von Stein fue el primero que estudié teéricamente el con-
flicto constitucional prusiano y su solucién en un Reich aleman y,
por cierto, no como programa de una politica nacional alemana, sino
como la via de la posibilidad politica condicionada social y econé-
micamente. Su pronéstico de las condiciones era lo suficientemente
elastico como para localizar no un momento del tiempo o una forma
constitucional, pero si los‘obstaculos y los grados de urgencia que
se iban a preseniar en el futuro.
Ahora bien, en absoluto se debe —ni tampoco se puede— com-
probar la correccién de los andlisis steinianos desde una realidad
que se ha presentado con posterioridad. Esa correci6n era también
contingente en muchos aspectos. Bismarck sigue siendo el individuo
unico sin cuya peculiaridad la unificacion no se hubiera realizado
de la manera que sucedi6. Que el pronéstico de Stein se ajustara a
la realidad nos indica, mas bien, la claridad historica de su teoria:
delimita lo imposible y abre la perspectiva de la realidad histérica,
en la que las relaciones existentes significan siempre algo distinto y
més extenso de lo que son.®
26. Lorenz von Stein: Verfassungsfrage, pag. 35