MARTIN HEIDEGGER
EL SER Y EL TIEMPO
FONDO DE CULTURA ECONOMICA
MEXIOOPLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 63
§ 11. La ANALITICA EXISTENCIARIA Y LA EXEGESIS DEL “SER AHI”
PRIMITIVO. DIFICULTADES PARA OBTENER UN “CONCEPTO NATURAL
DEL MUNDO”
La exégesis del “ser ahi” en su cotidianidad no se identifica
con la descripcién de una fase primitiva del “ser ahi”, cuya no-
cién pueda procurar empiricamente la antropologia. Cotidianidad
no es lo mismo que primitividad. La cotidianidad es un modo
de ser del “ser ahi” también cuando y justo cuando el “ser ahi”
se mueve dentro de una cultura altamente desarrollada y diferen-
ciada. Por otra parte, tiene tabién el “ser ahi” primitivo sus
posibilidades de ser no-cotidiano y su especifica cotidianidad. El
orientarse el andlisis del “ser ahi” por la “vida de los pueblos pri-
mitivos” puede tener positiva significacién metédica en cuanto
que los “fenémenos primitivos” estén frecuentemente menos com-
Plicados y encubiertos por obra de una ya amplia auto-interpre-
tacién del respectivo “ser ahi”, El “ser ahi” primitivo habla con
frecuencia mas directamente desde una absorcién radical en los
“fendmenos” (tomado el término en el sentido prefenomenold-
gico). El repertorio de conceptos, que mirado bajo nuestro pun-
to de vista quizds es tosco y desmafiado, puede resultar positiva-
mente favorable para poner de relieve en forma genuina las
estructuras ontoldégicas de los fenédmenos.
Pero hasta ahora quien nos depara la nocién de los primitivos
es la etnologia. Y ésta se mueve ya desde el primer momento, de
“recogida” del material, y en el cribado y elaboracién del mismo,
dentro de determinados conceptos previos e interpretaciones del
humano “ser ahi” en general. No esta dicho que la psicologia
vulgar, ni siquiera la psicologia cientifica y la sociologia que em-
plea el etndlogo, ofrezcan la garantia de representar una adecuada
posibilidad de acceso a los fenédmenos que se trata de investigar,
ni una adecuada trasmisién e interpretacién de los mismos. Tam-
bién aqui nos encontramos con la misma situacién que en. las
disciplinas consideradas en el pardgrafo anterior. También la et-
nologia presupone como hilo conductor una analitica del “ser
ahi” satisfactoriamente desarrollada. Pero como las ciencias po-
sitivas ni pueden ni deben aguardar al trabajo ontoldgico de la
filosofia, el avance de la investigacién no tendra lugar como un
“progreso”, sino como una “reiteracién” y una depuracién de
lo descubierto énticamente por la que quepa “ver a través” onto-
Iégicamente
1 Ultimamente ha hecho E, Cassirer del “ser ahi” mitico el tema de una64 ANALISIS DEL “SER AHf”
Por facil que sea deslindar formalmente los problemas onto-
légicos de la investigacién éntica, no carece de dificultades la ed:
ficacién y ante todo la cimentacién de una analitica existenciaria
del “ser ahi”. En el problema de ésta se encierra un desideratum
que agita hace mucho a la filosofia, pero en la realizacién del
cual fracasa ésta una y otra vez: el desarrollo de la idea de un
“concepto natural del mundo”. Favorable a un fructifero ataque
de este problema parece ser la riqueza en nociones acerca de las
mas variadas y remotas culturas y formas del “ser ahi” de que se
dispone hoy. Pero sélo parece ser. En el fondo es semejante su-
perabundancia de nociones la tentacién que lleva a desconocer
el verdadero problema. El sincrético compararlo todo y tipizar
no da simplemente de suyo un genuino conocimiento de esen-
cias. La posibilidad de dominar lo miltiple dentro de una tabla
no garantiza una real comprensién de lo que se tiene ordenado
alli delante. El genuino principio del orden tiene su peculiar con-
tenido material, que no se encuentra jamds mediante la operacién
misma de ordenar, sino que ya est4 dado por supuesto en ella.
Asi, es menester, para instituir un orden de imagenes del mundo,
la idea explicita de mundo en general. Y si “mundo” es é1 mismo
un ingrediente constitutivo del “ser ahi”, pide el apresar en con-
ceptos el fenémeno del mundo ver dentro de Jas estructuras fun-
damentales del “ser ahi’.
La caracterizacién positiva y las consideraciones negativas he-
chas en este capitulo, tenfan el fin de dirigir por el camino recto
la comprensién de Ja tendencia de la siguiente exégesis y de su
manera de plantear la cuestién. Al fomento de las disciplinas po-
sitivas que ahi estin sdélo indirectamente puede contribuir la on-
exégesis filosdfica, cf. Philosophie der symbolischen Formen. Zweiter Teil:
Das mythische Denken, 1928 [Filosofia de las formas simbélicas, IL (México:
FCE, 1972)]. Esta investigacién pone mds amplios hilos conductores a dispo-
sicin de la ciencia etnolégica. Mirada bajo el punto de vista de los proble-
mas filoséficos, subsiste la cuestién de si los fundamentos de la exégesis son
suficientes para “ver a través” de ellos, y en especial de si la arquitecténica
de la Kritik der reinen Vernunft de Kant y en general del contenido sistematico
de ésta pueden ofrecer el posible plan para un problema semejante, 0 no
serd menester aqui un nuevo y mds radical punto de partida. Cassirer mismo
ve la posibilidad de semejante problema, como muestra la nota de la pagina
16 s., donde alude al horizonte fenomenoldgico abierto por Husserl. En una
conversacién que con Cassirer pudo sostener el autor, con ocasién de una con-
ferencia de éste en la Seccién Hamburguesa de la Sociedad Kantiana, en diciem-
bre de 1923, sobre Problemas y métodos de la investigacién fenomenolégica, se
puso ya de manifiesto un acuerdo de la necesidad de una analitica existen-
ciaria, cuyo esbozo se hizo en la conferencia.EL “SER EN EL MUNDO” EN GENERAL 65,
tologia. Esta tiene por si misma una finalidad peculiar, aunque
por otra parte sea la cuestion del ser, por encima de un mero
adquirir nociones acerca de los entes, el aguijén de toda investi-
gaciér cientifica.
Capitulo 17
EL “SER EN EL MUNDO” EN GENERAL COMO
ESTRUCTURA FUNDAMENTAL DEL “SER AHI”
§ 12. Espozo DEL “SER EN EL MUNDO”
BAJO EL PUNTO DE VISTA DEL “SER EN” COMO TAL
En las consideraciones preliminares (§g) pusimos ya de relieve
caracteres del ser del “ser ahi” que sin duda han arrojado clara luz
sobre el curso ulterior de nuestra investigacién, pero cuya estruc-
tura uinicamente en este curso alcanzara su concrecién. El “ser
ahi” es un ente que en su ser se las ha relativamente —compren-
diéndolo— a este su ser. Con esto queda indicado el concepto
formal de existencia. El “ser ahi” existe. El “ser ahi” es, ademas, un
ente que en cada caso soy yo mismo. Al existente “ser ahi” le es inhe-
rente el “ser, en cada caso, mio” como condicién de posibilidad de
la propiedad y la impropiedad. El “ser ahi” existe en cada caso en
uno de estos modos o en la indiferenciacién modal de ellos.
Pues bien, es forzoso que estas determinaciones del ser del
“ser ahi” se vean y comprendan a priori sobre la base de aquella
estructura del ser del “ser ahi” que llamamos el “ser en el mun-
do”. El justo punto de partida de Ja analitica del “ser ahi” esta
en la interpretacién de esta estructura.
La forma misma de la expresién “ser en el mundo” indica ya
que con ella se mienta, a pesar de ser una expresién compuesta,
un fenémeno dotado de unidad. Hay que ver en su integridad
este fundamental fendmeno. La imposibilidad de resolver esta es-
tructura en piezas ensamblables no excluye una multiplicidad de
elementos constitutivos. El fenémeno indicado con esta expresién
permite, en efecto, que se le mire por tres lados. Si lo recorre-
mos, después de fijar la vista en él ‘en su integridad, se destacan:
1. El “en ef mundo”; relativamente a este elemento brota el
cometido de preguntar por la estructura ontoldégica del “mundo”
y de definir la idea de la “mundanidad” como tal (cf. el capi-
tulo III de la presente seccién).
2. El ente que es en cada caso en el modo del “ser en el mun-66 ANALISIS DEL “SER AHI”
do”. Lo que se busca es aquello por lo que preguntamos cuando
decimos “gquién?” Se trata de determinar fenomenolégicamente
quién es el “ser ahi” en el modo de la cotidianidad del término
medio (cf. el capitulo IV de la presente seccién).
3. El “ser en” como tal; se trata de poner de manifiesto la
constitucién ontolégica del “en” (cf. el capitulo V de la presente
seccién). Todo destacar uno de estos elementos estructurales sig-
nifica destacar con él los demds, es decir, ver en todos los casos
el fenémeno entero. El “ser en el mundo” es sin duda una estruc-
tura necesaria a priori del “ser ahi”, pero que dista mucho de
determinar plenamente el ser de este ultimo. Antes de entrar en
el anilisis explicito de cada uno de los tres fenémenos destacados
debe intentarse caracterizar, por via de orientacién, el elemento
estructural nombrado en ultimo término.
Qué quiere decir “ser en”? Como completamos inmediata-
mente la expresién en el sentido de ser “en el mundo”, nos incli-
namos a comprender el “ser en” en el sentido de este comple-
mento. En este sentido se trata de la forma de ser de un ente
que es “en” otro como el agua “en” el vaso, el vestido “en” el
armario. Mentamos con el “en” la reciproca “relacién de ser” de
dos entes extendidos “en” el espacio, por respecto a su lugar en
este espacio. El agua y el vaso, el vestido y el armario, estan am-
bos de igual modo “en” un lugar “en” el espacio. Esta “relacién
de ser” es susceptible de ampliacién, por ejemplo, el banco est4
en el aula, el aula estd en la Universidad, la Universidad esta en
la ciudad, etc., etc., hasta llegar a: el banco estd “en el espacio
césmico”. Estos entes cuyo ser unos “en” otros puede determi-
narse asi, tienen todos la misma forma de ser, la del “ser ante los
ojos”, como cosas que vienen a estar delante “dentro” del mun-
do. El “ser ante los ojos” “en” algo “ante los ojos”, el “ser ante
los ojos” “con” algo de la misma forma de ser, en el sentido de
una determinada relacién de lugar, son notas ontoldgicas que
Hamamos “‘categoriales”, notas peculiares de los entes que no tie-
nen la forma de ser del “ser ahi”.
“Ser en”, en nuestro sentido, mienta, por lo contrario, una
estructura del ser del “ser ahi” y es un “existenciario”. Pero enton-
ces no cabe pensar en el “ser ante los ojos” de una cosa corpérea
(el cuerpo humano) “en” un ente “ante los ojos”. El “ser en”
dista tanto de mentar un espacial estar “uno en otro” entes “ante
los ojos”, como dista “en” de significar primitivamente una re-
lacién espacial de la indole mencionada; 1 “en” procede de “habi-
1 Cf. Jakob Grimm, Kleinere Schriften, t. VII, p. 247.