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00085 EL DANO AL PROYECTO DE VIDA’ Carlos Fernandez Sessarego ‘SUMARIO 1-Introdueeién 2- El proyecto de vida Libertad, temporalidad y proyecto de vida = Proyecto de vida y valoracién + Aleances del concepto “dato la persona’ = Dato la persona o dato subjetivo ? b= ¢ Dato la persona o dato moral? {= Dao ala porsona y dao moral en el Cédigo civil peruano de 1984 a= Sentido resting y amplo det "gato moral” 2 ¢ Dao ala persona o dafio “no patimonial”? 4 LEsisto un dato al proyecto de vida? a> Sus supuestos 9- El proyecto y ls proyectos - Dafo al proyecto de vida y dar psiquico 4 Sintomatologia del dato al proyecto de vida = Consecuencias del dao al proyecto de vida "1 ail he sido pubicado en “Derecho PUC™, revs defn Fac de Dexcho 6 ePoifiia Universidad aia, N° 0. Li heme de 1996, y co “Revs Jus” de Ia Univesead Irion se Panne Ren, Yolunn OO, Nyon del 200, Untreated Belanger exit" de Jud N. Dug Ge, Edi en de Colombia gat Sa, 00086 {.-Dafo al proyecto de vida y dato moral 5 Proteccién juridica del proyecto de vida 8-Corolario 1. INTRODUCCION En el presente trabajo pretendemos, dentro de nuestras limiaciones, contribuir a presisar, como lo venimos haciendo desde hace casi dos décadas, los alcances Corceptuales, a la altura de nuestro tiempo, del comdnmente denominado “dafio moral. Homos tenido presente para esta finaliad los amplos e importantes desarrolos logrados {en tiempos recientes en tomo al genérico y riquisimo concepto de “dafto a la persona” 0 “dafio subjtivo", tanto de parte de la doctrina como de la jurisprudencia comparada y de la ‘mas reciente codficacion civil latinoamericana *. No hemos tampoco perdido de vista, en funcién de la particular situacién legislatva italiana, los desarolos doctrinarios |urisprudenciales del denominado ‘dafo a la salut Es nuestro propésito, por su relevancia sistemética y conceptual, destacar desde ‘nuestra perspectiva la nitida distinién entre la genérica nocién de "dato a la persona’ y el lespecifico concepto de “dato moral’, asi como poner de manifest la relacion de ambos Conceptos con la novisima nocién de “dafio al proyecto de vida" y su vineulacion con el ‘dario Dslquico”.Consideramos que traindose de una materia novedosa y en constante evolucién, ‘Como es la referente al dafo a la persona en su mas amplia acepcion, es imprescindible esindar y delinear los alcances y las relaciones existontes entre los anteriorments mencionados conceptos los que en la actualidad, segin nuesto eritero, deben ser sometidos @ un redimensionamiento conceptual para evitar confusiones, imprecisiones 0 innecesarias superposiciones ante los desarrollo alcanzados por la més avanzada doctrina ¥ por a cia jurisprudencia en los dias que corren, Pero, de manera preferente, cantramos nuestra atencién y ensayamos algunas nuevas Teflexiones sobre un tema que atrajo nuestro interés desde fines de la década de los hos Ssetonta, como es el por nosotros denominado “dario al proyecto de vida", el que constituye, lun importante componente del genérico "dafo ala persona". Como el concepto de “dao al proyecto de vida" implica nada menos que una grave limtacién al ejerccio de la libertad -on {ue consiste el ser humano- nos hemos visto obligados a una previa aproximacion a la fassinante y decisiva discipina de la Antropologia Filoséfca, la que nos suministra el ‘conespondiente sustanto tedrico, Recurtir ala Antropologia Floséfica en busca de un imprescinditle fundamentacion ‘uestras reflexiones no supone, por cierto, levar @ cabo una pura especuiacién sin fines Préetics. Por el contrario, efectuamos esta aproximacién en cuanto somos de la opinion 49, si no poseemos algunos previos y genéricos planteamicntos en el marco de esta basta disciplina, podria no resultar faci para los iniciados en la mataria de este trabajo ‘prehender, en su profunda dimensién, la nocién de "dan al proyecto de vida". Sino ‘acusiéramos a la Antropologia Filoséfica con el propésito de poner en evideneia ciertos Brinipios rectores que sirven de necesaro @ ineludible sustento a nuestra exposicin, no * Nosreferins al Cian cil pono de 1984 lca en ae 1985, incorpo el eer de inden n limincn agun, tao a eon 00087 Seria improbable el que se pudiera pensar que el "dafo al proyecto de vida" podria ser tan s6lo una mera abstraccién, un engafioso juego conceptual, una simple iusién, algo lreal, en ‘sum, O, en el mejor de los casos, padriase recusar el concepto de “dafo al proyecto de, Vida", que integra la genérica nocién de “dao a la persona’, para intentar reducro a los precisos alcances del “dafio moral” o del “dar psiquico”. 'No es esta la oportunidad para enumerar los importantes trabajos publicados en estos Limos afios. no s6lo en algunos paises europeos sino también ‘en ciertos paises: latingamericanos, principaimente en la Argentina, sobre el dana a la persona y el dao ‘moral, No obstante, reconforta observar como en nuestros dias, a nivel jurdico, se ha revalorizado al ser humano y, por ende, se han fortalecido y afinado sus téonicas de tutela ‘cuanto las consecuencias dei daio son de caracter no palrimorial o estrictamente personal Es decir, no tradueibles en dinero de mode directo @ inmediato, Este fendmeno fue advertido en 1992 por Clovis V. do Couto e Siva, juste civilsta brastefo recientemente desaparecide. Al reconocer ol aporte del Cédigo civil peruano de 1984 y de la doctrina pertinente, tanto argentina como peruana express, refiéndose a la pluraidad y calidad de los trabajos aparecidos en los ttimos tiempos, que ellos conforman “un miero sistema avanzado, a la altura de los mejores del mundo juries en simier estado ¢ Dafio ala persona o datio subjetive ? En |a titima década se ha inorementado notablemente la Feratura sobre el ser humana fen cuanto sujelo de derecho y, mas precisamente, sobre el denominado "daho a la persona". Ello delat la influencia del personalismo o humanismo en el pansamiontojuridico, lo que proviene de las formulaciones 0 propuesias de la flosofla dela existencia, Personalmente, ol tema nos sedujo desde que tomamos contacto oon 6! a finales de la \écaria de fos setenta, lo que nos permis introducir en el art 1986 del Cédigo civil peruano do 1984, después de intensos y prolongados debates, el deber de Indemmnizar el dafo a la Persona, considerado en si mismo, al lado del dafio emergente, del hue cesante y del dao ‘more en sentido esticto, El tema fue tratado por nosotros en 1984, 0s decir en el mismo afo en el que se prorrulgaba, un 24 de ju, el Cédigo civil peruano, Fue asi que le dedieamos al asunto del ‘af @ la persona un ensayo que aparecié en el Libro Homenaje a José, Ledn Barandiaran bajo l itlo de "El datio a la persona en el Cédigo civil de 1984". En este ensayo se eslindaban las nociones de “dafio a la persona’ y “dao moral" y se indicaba, al mismo ltempo y como una intuicién central, que el mas grave dafio que se puede causar a la persona es aque! que repercute de modo radical en su proyecto de vida, es decir, aquel acto que impide que el ser humano se realice existencialmenta de conformidad con dicho © Se, en Pot El ery dT. Hp. 25, © re Jan Pal lacy pi 34 ' "FeminderSesarego, Carlo," dao ala psn en el Cio cil de 1984, en Lib Homer José Lae Barflarin Ei Cuzco, Lina 198, pp. 163 9 spy em “Mocs lends one Src des pone ‘nies de Lina in, 1950 pp 261) 00092 proyecto libremente escogido, atendiendo a una personal vocacién’ ". Esta fue la primera ‘oportunidad en que hicimos referencia escita a esta radicsl modalidad de dao al proyecto de vida, idea que habia madurado en nosotros a través del tiempo, 2 partir de una mas hhonda relexién sobre la estructura misma del ser humano, artifice y protagonista. del Derecho, Dicha inquietud nos movié también a presentar una ponencia sabre el mismo tema, incluyende nuevas reflexiones, en el Congreso Internacional " El Cédigo civil peruano y el ‘sistama jridco latinoamericano", que organizara en 1985 la Universidad de Lima. Desde ‘aqvel enionces la idea encontré Su propio camino, Por nuestra parte, hemos continuado en lo posible, muy atentos, estudiando y enriqueciéndonos con la valiosa y cada vez més ‘rumerosa produccién sobre este capital asunto, lo que nos ha incentivado a dedicarle ‘nuestro méximo intorés. Nos reconforta advertir como el dato a la persona, en todas sus complejas y ricas modalidades, ha logrado ocupar en la actualidad la prferente atencién de los uristas, Es conveniente aclarar que el lamado dafo ala persona incluye también los perjucios {ue se pusdan causar al concabide o persona por nacer. Fue esta la atendble razon por la ue Carlos Cardenas Quirés propusiera que el dao @ la persona deberia denominarse “dato subjetivo", a fin de que,no cupiera duda alguna que también se inclula dentro del referido concepto al nasciturus No obstante compartir a plenitud los propésitos antes enunciados, continuaremos. Litlizando, at menos por el momento, la expresién “dario a la persona", como equivalente de “dato subjetivo". Ell, como tibuto a una demasiada reciente y naciante concepcién, en trarce de consolidarse, y con el objeto de evitar confusiones en un asunto que, por Io ereral, no termina de aclararse a nivel de la doctrina donde se sigue superponiendo o Confundiendo por ejemplo, "dato a la persona” con “dafio "moral", ‘Aunque no es nuestto propésitoreferimos en esta oportunidad ¢ las modalidades de prossccién de la persona frente a los dafios que se le pueden infer, no es posible dejar e aludir, aunque fuere esqueméticamente, al hecho que la tuela de la persona, aparte de ‘erpreventiva,untaria e integral -como correspond a su naturaleze-, no solo se reduce a la afectacion de los aspectos de la vida humana tutelados especifcamente por los derechos subjtivos perfectos, alojados en las normas del ordenamiento juridico positvo, sino que también incluye a los intereses existenciales atin no recogidos por dicho ordenamiento. ES ‘dear lo que designamos como derechos subjetivos imperfectos. Es por ello, como es sabido, que el ser humano esta protagide por cldusuias gereraies, 0 ablertas © en blanco, que incluyen, precisamente, aquellos intereses ‘xistenciales © derechos subjetivos imperfectos que no estan expresamente tutelados a ‘través de una norma del ordenamiento jurdico. A este respacto podemos citar, a titulo de ejemplo, ol articulo 3 de la Constitucién Poitica del Pert de 1993”. El artculo § del Cédigo ™ Femindce Sewarego, Caos “El dao a a person en el Cia etl de 1984, en Lito Homenaje José Lei ‘ror pl 208 2 erin Sesarez, Cals," oa a penn en ol Cig iil pero de 984 yl Cio cv tino de {942 en"E ici cv peruano yesstoma utc loner” La Cure Lim, 88 pn. 21 ye * Girents Quix, Cato, “Apunes sobre el denomirad dei In person” eo “Revia de Deeo Cheek tan, acl de Deco ea Unies de San Maro, 4 se 1871989, Lin 198 2 Fleihan eo del anor “Psectn us dela person” Univeral Lina ina, 1982 ® Flsgint el testo del art. 3 dea Consttaconprana de 1998 “La cnumercion des deren ebro on ‘spite no exlie ls dem que la Consitcin aria, msde mule anos tees und ‘ina dt home, © ens picpios de sober el puto, dl Estado deimerio de erty eos repli de ober 00093 lvl peruano de 1964 concuerda con la amplitud de esta cléusuia general de proteccién del ‘ser humana“ bog Datio ala persona o dario moral 2 Debemos aciarar que es importante remarcar, al como lo hemos venido sostienda por més de una década y como también ocurre en la obra de algunos autores, el distingo texistente enire la tradicional expresién de “datio moral" y la contemporinea de “dato ala persona’. De su simple enunciado, apicando una logica mas que elemental, se deduce que €2l“dafo moral” (pretium doloris) no es otra cosa que una modalidad del dafo ala persona y, bor consiguiente, es una especie de un concepto comprensivo, es deci, de una nocién genérica que lo engloba y subsume. Y ésta, obviamente, es la de dafo a la persona. Lo “mora”, quien lo duda, es solo un “aspecto" de la compleja estructura del ser human, En 1985 sosteniamos que “la restringida acepcion de dafio moral a que nos hemos ‘eferio, no coincide, por cierto, con al conceplo de dar a la persona qus hemos esbozado. El dafio a la persona tiene alcances muchos mas amplios y profundes que un sentimiento, un dolor o sufrimiento” Y agregabamos que el dafio a la persona “significa al agravio 0 lesion un derecho, a un bien 0 un interés de la persona en cuanto tal- comprerdiéndose dentro de 61 “hasta lafrustracién del proyecto existencial de la persona humana’. Todo ello, deciamos, “9s més complejo que ol sufrimiento 0 el dolor". Hoy més que nunca, al encontrarse en juego dos conceptos, que para algunos autores Podtrlan tener la misma signin -situacion que negamos pero que se presenta en la lteraurajurdica, tenemos e! convencimionto de la necesidad de que cada autor, que trate © ‘ove este tema, deberta esciarecer su posicién en tomno a los alcances yrelacion que dentro de su personal concepcién otorga a los conceptos de “dafo a la persona y de “dato moral La tradicional concepcién del dafio moral se centra en el dafio ocasionado al émbito ‘afectvo 0 sentimental de la persona, lo que trae como consecuencia, sufrimiento, dolor, Perturbacién espritual. Decimos que es un dao a determinado "aspecio" de la persona, al igual que una multiplcidad de otros dafios lesionan otros tantos aspactos del complejo y, «la vez, unitario ser humano. Se trata en este especiico caso de la lesion a una modalidad del ‘género "dafio a la persona". Por esta razén somos de la opinién que debe incluise la restrngida nocién de dafio moral dentro de aquella otra, genérlea y comorensiva, de dafio & la persona. Y es que el dafio moral no es olra cosa, como esta cicho, que un dan ‘especitico que compromete basicamente la esfera afectiva o sentimental de la persona, ‘ocasénéndole una perterbacién, un dolor, un suftimiento que carece de un sustento patolgio0. No tiene sentido, por lo tanto y en nuestro concepto, seguir oorgando autonomia Juridha a una voz que se encuentra conceptualmente subsumida dentro de otra que es ‘genézica y comprensiva, La ciencia progresa, nos proporciona nuevas informaciones, inétas revelaciones. Los juristas debemos estar atentos 2 estos mensajes de los tiempos, que provienen de la incortrolable realidad de la vida. No podemos seguir aferrados a viejos esquemas, que la vida se encarga de superar o de transformar. El "descubrimiento” del concepto de dao a la PL esto et ar 3 del Cio cit peruano de 1984 sgn “E eco avid, I neg A, 0 ier honor y demis derechos aherentes Is persona hans se ivenancoies mo pense objets de {est Serio no pede sutra vol salvo spss ene ate * FenesSesire, Cros, El daa la eso nel Cig cl peruano de 198° en bo Homene os8 tain Farad p21 00094 Persona no obedece @ un capricho, a un afin de novedad, a una vana pretension académica. Responde, simplemente, a la realidad y se genera, como se ha puesto de manifesto, cuando los juristas contamos con una mayor informacion sobre la estructura y ‘comportamiento del ser humano a partir de los hallazgos y de los aportes de la flosofia dela ‘existencia, Cuando se llega a comprender que el ser humano no es sélo y icamente, como prelendia Boscio en el sigio Vi de nuestra era, un ser “racional’, sino también, y fundamentaimente, un ser libre, temporal y coexistencial, Es a raiz de esia nueva vision del Ser humano que ls juristas nos vemos obligados, con honesta humildad cientifia, a ravisar Y abtualizar nuestras convicciones, alojados de toda soberbia o vanidad, a la luz de las Truevas percepciones sobre el creador, protagonista y destinatario del derecho: el ser humano. ‘Miimaiene sostiene una posicién particular en lo atinente al distingo que cabe formula, por ejemplo, entre dafio moral y dafio psiquico. Sostiene que al dara moral supone “un Ssufimiento subjetivo que no necesariamente se expresa a través de sinomas o de cualquier ote alteracion psicopatolégica’. Es decir, que ol dafio moral no accrrea consecuencias Psicopatolégicas sino sentimentales. De ahi que, en opinién del autor, “el dafo moral Corfigura una categoria ajena a los métodos y posibilidades de la psicologia, debiéndosele insenbir en el amplio campo de una teoria de los valores". Debemos recordar que antes que los jurstas advitieran con clardad fos genéricos ‘leances del dafio a la persona -es decir, al considerar al ser humane en su inescindible Lunia algunos jueces, en las ultimas décadas, se mostraban procves a reparar dispersas Y espectcas lesiones al ser humano, otorgaindole autonomia a una inconexa dversidad de ‘datos referidos a determinados y concrotos aspectos de la persona, Nos referimos a la ™utiplc:dad de denominaciones 0 de etiquetas, que inicialmento a nivel jurisprudencial y luego doctrinaro, reclamaban autonomia conceptual para cada una de elas, sin percibir la Unidad en que consiste el ser humano. ASi, se aludia, entre tras, alas voces de dao @ la vida de relacién, de dafo estético, de dafo psiquico, de dafo sexual, de dafo por muerte Enlexposcn de Motives y Comenrios" al Céxio chil eran de 1984 (Lin, 1988, V) al eomenas lt 1522.0 que conte a dao mor we expres extant ena pagina 49 seen “Dase me aaa Fatimid a derechos de a peronala svlres qu perenecen nn lcamerte nacivinn ee 'Ndelareaidad esininic™ Com we avin de ctr dct comentaie! pons del forte cane st Cotigo de 1984 se inind por na ineetcin amp del concpt de at moral a Seas de Se ‘anes no sl dao nesters feta desta sing en gnea, aos fon neen sapere sees susie specs, 00098 ‘al tabajo de la Comision Revisora habia concluido. Esta incorporacén, como lo hemos ‘exgresado en precedencia, hubiera corrido serio peligro de no concretarse si, dados los _antecedentes expuestos, se hubiera reabierto un debate en el cual, en mérto a la novedad de ia figura, no se habria acordado, muy probablementa, tal inelusién. El costo de dicha incorporacién fue el de no insist en replantear dicho debate con la fnalidad de obtener, ‘como lo pretendiamos, a eiminacién de la voz dao moral tanto en el aticulo 1985 como en los articulos 1984 y 1322 del mencionado Cédigo evi La incorporacién en el articulo 1985 del Cédigo civil peruano de la obligacién da reparar el dafo a la persona, sin limitacién de ninguna especie, a diferencia de los pocos ctres cédigos que la incluyen con graves resticciones, constituye una novedad en la ‘odiicacién civil comparada, tal como se ha puesto de manifesto por los comentarstas de dicho cuerpo legal" ‘Como se ha expresado, hubiera sido deseable exclu a voz dao moral no s6lo del texto del aticulo 1985 del Cédigo sino que también habria sido oportuno sustitur coherent Yy sistematicamente dicha expresion por la de dafo a la persona en al aticulo 1322, ast Como reformular el articulo 1984 dodicado a la regulacién del dafo moral. Ello, como ddecimos, no fue posible en aquella oportunidad. Esperamos que en un futuro, después de lune necesaria sedimentacién de las ideas y como una demostracién de apertura mental frerte alas nuevas realidades, se acceda a corregir los yertos que observa Mossetlturraspe que compartimos plenamente- y que se escuche su razonada y aulorizada recomendacion, {que compartimos, en el sentido de no mantener tales errores. 1» Sentido restringido y amplio del “dafio moral” Existe una importante y extendida tendencia doctrinaria que ha encontrado una PPoailar solucién para superar el problema que verimos tratando, Ela consiste en dstingui, para tal efecto, dos conceptos diferentes de dario moral: el que denominan restringido © Festictivo y el que aman genérico. Dentro de este planteamiento, el significado otorgado al {dafo moral en sentido restingido equivalria a su tradicional contenido que no es oo que la formulacién, esquematica y simplista, de dolor 0 sufrimiento. Es del caso advert, por lo demas, que en esta hipétesis, como es sabido, la designacién de dafio moral no toma en ‘cusnta el aspecto del ser humano que se lesiona que es su esfera afectiva o sentimental. sino que se hace referencia a la consecuencia del dafo que es, precisamente, dolor 0 sufimient. No podemos perder de vista que ol ser humano puede padece: dolor 0 sufrimiento como resultado de otro tipo de lesiones a otros aspectos de la multfcética personaliiad humana que no es, precisamente, aquella esfera afectiva 0 sentimental. Asi, se puode sulir © sentir dolor por una agresién fisica 0 verbal, por un atentado conta ia verdad personal © fonira el honor y en tanlos otros casos que seria largo enumerar. Por alo, como sofialaremos mas adelante, deberlamos tener presente, a propdsito del dafo, una doble, Slasificacién que contibuye a aciarar la temtica que venimos abordando, por la cual Se ‘istnguen los davis en funcién del ente afectado de as consecuencias que los generan, En efecto, consideramos que existe, de conformidad con la realidad del mundo, una Primaria clasificacion del dafo segin sea el tipo de ente afectado. En este sentido podemos Teferimos @ un dato subjetivo, que lesiona sl ser humano en si mismo y un dafo abjevo, ‘que se centra en las cosas del mundo, en el patrimoni del ser humano. 260, al lado de esta Ene ls vr Mosset urape, fre, “valor de vids aan” RabinzaChlon, Sana, 191,38 skin, ig 327 yg “Edn funda ena dmeasen del hombre, "Revs de Dee Pita Conair Rubia Czy Sana Fe, Nol 1992 pi 22 st 00099 primara distincién, cabe situar aquella otra que se refiere al dafo ya no en funcion del ente \dafiado sino en razbn de las consecuencias que de él se derivan, ya sea traténdose tanto de la lesion al ser humano mismo como alas cosas que poses, ‘Como esté dicho, la primera de tales distinciones tiene en consideracion la naturaleza ‘misma del ente dafiado y, Ia segunda, toma en cuenta las consacuencias que produce ol dato en cada uno de fos entes que pueden ser afectados, es deck, tanto el ser humano ‘come su patrimonio. Consecuencias que son peculiares, que se diferencian, precisamente, sobre la base de la diversidad ontoldgica que existe entre los bienes lesionados por el dato, ‘Aunque dafo y consecuencia conforman un procaso inescincible, cabe distinguir und de Iactra para el efecto de aplicar, en cada caso, una correcta nica juridica tanto para la proteccién del objeto como para la reparacién del dato. Lo dicho sustenta nuestra afirmacién precedente en el sentido que dolor y sufimiento son “consecuencias” de la lesion {un determinado aspecto de la persona. A los juristas decimondnicos se les ocurré Hamar “mort” al dolor 0 suftimionto derivado de la lesién a una particular esfera del ser humana ‘comp es la afectiva 0 sentimental, Elos también determinaron, sin mayor fundamento, que la persona coleciva ojuriica se designase como persona "moral. En est iimo caso, se ha logrado superar ta tradicién ya que son escasos fos que siguen designando @ la persona “Juricica" como persona “moral”. yAcaso se descubrié tardiamente que, no obstante la vinculacion existente, que fo moral y 10 juridico pertenecian a dos distinias esferas del ser hhumano, subjetva la una e inereubjetiva la otra? Es importante tener en consideracion la naturaleza del ente dafiato ya que, como se hha expresado, de ello depende la técnica, el ipo 0 modalidad de proteccién juridica que dobe otorgérsele al ente asi como la manera adecuada de indemnizar el dafo sult. ‘Aiguna vez, en el aula, ante los alumnos, solemos decie que las técnicas de protecclén de luna piedra son distintas de aquellas que se debe brindar a una copa de cisal, a un perro 0 al ser humano. Asi como cada ente exige una determinada via de conocimieonto para ‘acceder a él, asi también cada ente exige una técnica de proteccién adecuada @ su calidad contotigica y, llegado ef caso, una pecullar modalidad de reparacion del dafio quo se le hubiere ocasionado. PPor lo anteriormente expuesto, somos del parecer que ha contribuido a una falta de Precision en la cueston atinente a distinguir con pulertud conceptual al "dano moral” del dafo la persona, el no haber considerado que no cabe confundir el "enta dafiado” de las ‘consecuencias” derivadas de su correspondiente lesion. Es diverso el hecho que el dao Incida sobre el ente denominado "persona" del tipo o modalidad de las consecuencias que Puedan generar los multiples y especificos dafios a dicho ente, Una de dichas ‘consacuencias es el dolor o sufiiento que originan ciertos tos de dao. Entre estos cabo. sefiaar el dolor 0 sufrimiento que se deriva de una lesién a la esfera afeciva o sentimental dol ser humano, el que tradiionalmente se ha identicade con la expresiin "moral". Desde. ‘nuosro punto de vista, contrariamente a lo que generaimente acontece cuando se trata de. indernizar un dao, no partimos de las "consecuencias" del dafio sino de la naturaleza del fente dafiado. , si se trata del ser humano, interesa precisar,primariamente, que aspecto 0 aspectos son los que han sido lesionados. Luego se determinan las’ especificas consecuencias do la lesién. No podemos. por consiguiente, partir gewericamente de un “dolo” 0 “sufrimiento” para caracterizar el dafo sufrdo, ya que el dolor tiene diversos Crigenes, los que no se limitan tan sélo a fos que se generan por una lasién a la esfera afectia 0 sentimental del sujeto. Un sector de la doctrina al tomar conciencia que al lado de la lesion a la esfora ‘afectva © sentimental de la persona se prasentaban muchisimas oltas lesiones al sor hhumeno, no encontré mejor formula que en vez de adoptar una nueva. genérica ‘denominacion que las comprendiera -como seria ol caso de la expresién “dato ala 00100 persona’ prefiera, sustentindose en nuestro concepto en una mal entendida tradicién, inclufas, sin mas, dentro del hasta ese momento restringido y especifico concept de dario moral. De este modo, sin mayor esfuerzo, se decidié por dicho sector de la docrina que esta restictva expresién -con la que hasta se momento se distingula un caso conereto de dafio- Ccutriera una multipiciéad de hipdtesis de dafios que no se identficaban, precisamente, con ‘al contenido conceptual de su precisa y tradicional _nocién. Es deci, se produjo lo que Ppocriamos llamar, apelando a una metéfora econémica, una “hipernlacdn’ conceptual dela tracicional nocién de dafio moral. Se conviré, asi, en lo que en el lenguaje coriente solemos designar como "un cajén de sastre", es decir, aquel espacio donde se yuxtaponen ns infinidad de objetos heterogéneos. Es asi que bajo el concepto de “dafio moral'se crearon dos diversas situaciones juridicas-una restringia y otra amplia- dando lugar a frecuentes ¢ innecesarias confusiones. ‘Al raspecto nos preguntamos, zs como los economistas aplican "teajstes" para combatir la hiperinflacién, no podriamos ios jurstas adoptar las medidas oportunas para rectifcar un errr terminolégico y conceptual en la medida que no encuentra su corralato en la realidad?. Es decir, un innecesario error que origina confusiones y difcuitades que los juristas podrian superar fécimente si no persistieran en ullizar la expresién "moral a la manera de los jurstas franceses del siglo XIX, para designar una institucion exquisitamente "juriioa” y de ‘uns mucha mas amplia comprensién conceptual. {si entre otros autores, Jorge Gamara, en reciente obra, que data de 1994, reconoce esto hecho al expresar que la definiién tradicional y restringida de dafo moral resultaba “incompleta’. Para subsanar esta deficiencia, el prestigioso profesor uruguayo postula, como solucién, que el concepto de “dafio moraf" abarca, en realidad, un sector mayor de aos. por lo que esta nocién coincide enteramente con la esfera del dah no patrimonial Porlo tanto, es més adecuado hablar de dafto no patrimonial *. Racanace expliitamente, e este modo, que existe una opcién sobre dos nociones distitas de dao. moral (estringida la una y ampiia la ota. El mencionado autor, siguiendo a Vaz Ferreira, es de la opinién que el dolor no es esancial al dao moral por lo que “desaparece la Unica nota que jstifceia distinguir al dao ‘moral dentro del daft no patrimonial,y a base para crear dos especies diversas dentro del {aro no patrimonial" *. Segin el profesor Gamarra son figuras que responden a una misma efhicion, es decir, que carecen de efectos patrimoniales y tienen la misma regulacion. Prefiere, por consiguiente, Ia denominacién de dato no petrimonial para englobar en ella las {08 figuras del dao moral a restringida y la ampiia, Frente a las afmaciones de Jorge Gamarra es dable formula algunas observaciones. En primer lugar, habria que inguir sobre cudl seria la razén por la que se debe seguir Ltlizando la tradicional expresion de “dafio moral” para roferirse al dafo a la persona, que ‘Gamarra y otros autores equiparan al dafio no patrimonial, situacién que, de hecho, causa ‘confusion sobre todo entre los iniciados en la disciplina juridica. La segunda observacion se ‘eflere @ que, on supuesto negado de admit tal equiparacién entre dafto moral y dafto no pattimorial, cabe preguntarse por cual seria la razén para designar como “no petimonial"- Priviegiando asi al patrimonio sobre el ser humano- a lo que es, simple y lanamente, un ddafo @ la persona en toda la extensién del concepto, Nos parece que ambas son dos seculares tradiciones que ha legado la hora de cuestionar a la luz de los hallazgos de la Anttopologia Filosofia, * Gama, Jorge, “Trado de Desto Civil Umguyo", Funai de Cultrn Univer, Momevites, 198 * Gana, Jorge, “Trad de Deresho Chi Una", p18 00101 ‘No advertimos e motivo, aparte del probable culto @ una tradicién mal entendida oa la ley del minimo esfuerzo, para seguir denominando coma “moral” un dafio de indudable naturaleza y consecuencias juridicas. Al compartir las precsiones de Jorge Mosset Iturraspe ‘no comprendemos por qué debemos seguir rindiendo tnbulo a una tracioién que el tempo hha desdibujado, que ha sido desmentida por la realidad. No entendemos, por consiguiente, por qué se continda denominando "mora" a lo "juriico". Sila gran mayeria de los autores y de los cuerpos legales han sido capaces de abandonar, por no ser descitiva de su objeto, ‘a tradicional expresiin de persona "moral y sustituria por la de persona “jurldiea" -que en verdad es colectva-, no vemos Ia razén para que en un caso similar, como es ol del daiio ‘moral, no se produzca idéntico cambio. 2Por qué, asimilar a la expresién "moral’, que {radicionalmente se ha empleado para significar dolor sufrimiento derivado de una lesion a {a esiera afectiva, los miitiples y diversos da/ios que se producen en agravio de la persona, lestonando su cuerpo, su psique 0 su proyacto de vida?. Nos pregurtamos, asi mismo, qué tione que ver todo esto, que es estrctamenta “lurdieo", con lo "mora. Pareceria que, {com en otros tlempos que son ya hisloria, seguimas confundiendo empecinadamente lo “mora”, que se enraiza en la pura subjetividad, con lo juridico que aparece a partir Je la intersubjetividad. ‘Cuando escribimos estas lineas emergen en nuestra memoria dos nombres iustros que son orgullo del pensamiento juridico latinoamericano. Nos refermos a Teixeira de Freitas y Vélez Sarsfield. Admiramos, a mas de un siglo y medio de distancia en ol lempo, ‘su lusidez, su coraje intelectual para enfrentar, en la segunda mitad del siglo XIX. el {tradicional pensamiento dominante sobre ol tralamientojuridico del convebido, al que so lo consideraba, por todos los cédligos civiles del mundo, en aquel entorces y hasia ahora, ‘como una simple ficién. Es decir, un ente que carecia de signifcackén para el Derecho y «que, cuando se suponia que deberia ser lo que es, dejaba de serlo por cuanto ya era un ‘naciéo, una persona natural. Por ello, resumiondo esta pecullarsituacior en que el Derecho habia sumido al concebido, deciamos que éste "es lo que no es que, cuando es, ya'no es”, Sogtin la hasta ahora dominante tooria de la foci, se ignoraba que el Concabido fra realmente un ser humano, que deberia ser una realidad para el Derecho, un sujeto, Com es sabido, se le consideraba como una ficcién, "algo que deteria esperar nacer Para recién adquirr la categoria juridica de sujeto de derecho. Pero, como es evidente, ‘cuando el concebido nacia ya no era ts, pues nos hallamas en este instante existencial ante ‘una Fersona natural, Tanto Teixeira de Freitas, a mitad del siglo pasado, como Vélez Sarsfield en 1869, intuyeron fa realidad de! concebido como ser humano y, con valentia que.nos enorguilece ‘com latinoamericanos tributarios de su pensamiento, Io consideraron y lo denominaron ‘come, “persona por nacer”, desaflando, de este mado. una consagrada, fémrea y undnime tradicién, Su conviccién, que superaba las “construcciones" conceptuales y que ms bien se Inspiraban en la observacién de la realidad y las voces de la ciencia, fue ignorada 0 silenciada por cerca de siglo y medio hasta que llegé el Cédigo civil peruano de 1984 que, deniro de su linea de pensamiento y en sinionia oon la ciencia, oloryo al concebide la calidad de “sujoto de derecho". El ejemplo creativo y ol coraje intelectual de Tobeeira de Freitas y de Vélez Sarsfeld, estamos seguros, han de ser motivo de constante inepiracion para os juristaslatinoamericanos, os que no estamos obligados. siempre y necesariamente, 4 recoger y consagrar teorias sin antes someterias a un repensamionts y a una reflexion cea « 2 Dafio ala persona o dafio no patrimonial ? 00102 Una tercera observacién sobre el tama que nos ocupa se refers alintento de equiparar la nocién de dao a la. persona con el concepto de dario no patrimonial. Aparte de que no llegamos a entender la preferencia de los juristas por la expresion “patimonio" sobre la de “persona”, consideramos que no siempre el dano a la persona tiene consecuencias no patimoniales. Por el contraio, generaimente, a las consecuencias de carécter no patiimonial se suman otras de naturaleza patrimonial. Es decir que, desde nuestro punto de Vista, no cabe equipaar el concepto de ‘dato a la persona’ con el de “dao no patrimanial’. Ell, siempre dentro de nuestra dptica, supone mezciar dos niveles conceptuales diversos ‘como son, de un lado, la naturaleza del ente dafado y, del otro, las consecuencias que {ereran dichos dafos, ya sea ala persona o al patrimonio o a ambos, En un trabajo publicado hace mds de tres afios expresdbanos que debiamos fencaminamos a una nueva sistematizacion dol dafio ala persona”. En efecto, en aquella pcrtunidad sosteniamos que, a nuestro parecer, y tal como lo hemos adelantado, la primaria clasicacién del dafo deberia atender ala naturaleza del ente dafiado, ya que las ‘écnicas de proteccién y de reparacién juridca del ente variaban segin los casos. A este proaésito proponiamos que "la primera distincion que habria que hacer respecto al dati, daca su importancia tebrica y practica, @s la que se sustenta en la calidad ontolégica dei tents afectado por dicho dafo". Es decir, quo debia privilegiarse Ia calidad del ente dafiado a les "consecuencias" producidas a raiz del dafo °* Por lo expuesto, éramos del parecer que, primordiaimente, deberia atenderse a si el ente daftado es una cosa u objeto del ‘mundo, por mas valioso que fuera o, si, por el contri, e! ente danado es, nada menos, que cl sor humano, el sujeto de derecho. Nadie puede discutir la fundamental diferencia ontoligica que existe entre el ser hhumano, que es ibertad y sensibiiza valores, las cosas del mundo que, contrariamente, ccarocen de libertad, no vivencian valores y son acabadas, terminadas, macizas. Esta diferencia marca el diverso tratamionto técrico-juridico que merece cava una de estas tan disimiles calidades de entes. Ello, con mayor razén, debe manifestarse cuando se trata de ‘apraciar la! magnitud de! dato, considerado en si mismo, y sus consecuencias, ya sean 6stas patrimoniales 0 no patrimoniales, ‘Como es fécil percibir, la posicién antes sustentada se inspire en una concepcién Personalista 0 humanista del Derecho, que coloca al ser humane, y no al patrimonio, como je centro de la discipina juriica. Razén que ha llevado, a ciertos autores, a concertar Su Preferente atencién en tomo a la victima del dafo ante la humana necesidad de que ella no uede sin reparacién. Esta acttud supone que al derecho le interssa priortariamente tender a la vieima frente a la indagacién destinada a determinar el grado 0 intensidad de la ‘culpa del agente del daro que, en algunos casos, como sefiala Mossel Ituraspe, pareciera Ponerse del lado del agente del dario con ol propdsito de dura debidaindemnizacion En vitud de lo expuesto, apreciabamos que existen dos tipos baslcos de danos si se tions en cuenta, como se ha dicho, la naturaleza misma del ente que ha suftido sus ‘onsecuencias. Asi, y tal como se ha seftalado, es posible hacer una primera y amplia dlstncion que atiende a la calidad ontoligica de los entes pasibles de ser dafados. En este sentido, como se ha mencionado, encontramos, de un lado, a los seres humanos, sujetos de orecho y, de! otro, a las cosas u objetos del mundo, de los cuales se valon Ferner Sere, Carlos, ain na navasistertzcion del dat persons en “Essen Honor de Fis, Academia Naciomal de Dtecoy Ciencias Seve de Cat, 194 pl T087 gta Ete ake lamin se public en “Cuadermns « Derech,3, Universi de Lim. 199, pg. 28y seu eh “Ponce Pinar ones Naina de Derecho Ci y Comercial’, Unveil Nacional Mayo de San Mart, Lins 194 pi 3 7 * Famine Sessareg, Cals, "Hac uta mira sistematizscin el dao a person”, "Cuadernos de Deets 3nie 2. 00103 instrumentaimente las personas para realizarse. De ahi que podamos referimos al dafo subjelivo, que es el que agravia o afecta a los sores humanos, y al dafo objetivo, que es el que incide sobre los objetos que integran el patrimonio da las personas. El primero de Jlichos dafos, por lo tanto, se refiere al "ser humano", considerade en si mismo, y el segtndo de ellos atiende al "haber" del sujeto de derecho, Esta constuye, desde nucstra <6plica la primera y basica clasificacisn de los datos, ‘Anadie escapa, por lo dems, que la diversidad ontoligica entre el ser humano y las 0888 que integran su haber o patrimonio, se reflela en las especiales y.distintas caracteristicas que asume la indemnizacién por las consecuencias derivadas del daiio que afecta especificamente a cada una de tales calidades de entas. No se puede, "con un sritefo economicista y materiaista, dejar de reconocer el diverso rol que cumple la indemnizacion en el caso que se desiuya una cosa que cuando se agravia al ser humane mismo, creador,eje y centro del Derecho" El dafio subjetivo o dao ala persona es aquel cuyos efectos recaen en el ser humano, ‘considerado en si mismo, en cuanto sujeto de derecho, desde la concepeion hasta el final de la vida, Por la complejidad del ser humano, los dafios pueden afectarelguna o algunas de US maiiples manifestaciones o “"maneras de ser Como ol ser humano es una unidad psicosomética, sustentada en ta libertad, los dfs que se le causen pueden incidr ya sea en su cuerpo, en senio estico, 0 en su Psique 0 afectar su propia libertad. El dato psicosomatico puede recaer directamenie en el ‘cuerpo 0 soma del sujeto 0 en la psique, bajo el entendido que en cualcuier caso el dao a Una de tales esforas repercute, en alguna medida, en la otra sobra la base de la inescindible lunidad antes reerida El dao psicosomatico puede desplosarse a su vez, pare fines escrptivos 0 didécticos o para orientar mejor la debida reparacién, en dao "bioligico” y dafo @ la “salud”. En realidad, metaforicamente hablando, se trata de dos caras de una ‘misma moneda. El dafto biol6gico representa la vertiente estdtica y el dafio a la salud la vertiente dindmica del genérico dano psieasomatico El dato biolégico se identifica con la lesién, considerada en si risma, causada a la Persona vietima del dafio. En el dafto denominado “biolégico" se compromete, en alguna ‘medida, fa integridad psicosomiatica del sujeto, de modo directo e inmediato, causandole heridas de todo tipo, lesiones varias, fracturas, perturbaciones psiquicas de diversa indole Las sonsecuencias de una accién dafiina contra | cuerpo & soma son, generalmente, visibles y elocuentes al margen, claro esti, del preciso diagnéstico mac legal que formula Ln prondstico de las mismas, En cambio, una lesion psicosomética que incide preferentemento en la psique resulta, ‘come 8 obvio, menos elocuente y visible y probablemente mas difcl de diagnosticar. Yon erics casos, puede pasar inadvertida para cualquier persona que 70 sea un médico cespecialsta on la materia. La lesion que afecta la psique, en cualquiera de. sus ‘manfestaciones, puede ser el resultado de una previa agresién somdlica aunque puode fambén presentarse inicialmente desvinculada de dicha agresion, no obstante. las conexiones existantes en virud de la unidad psicosometica en que consiste la naturaloza del ser humano, El daito que compromete preferentomente la esfera siquica del sujeto puede incidir brimeria y notoriamente en alguna de las manifestaciones en quo tedricamente solemos \descomponeria, como son el aspecto afectivo, el voltivo y el infelecivo. Precisament, ™ Feiner Sesare, Carlos, "Hacia um maa sisenizacin el ao a psn" en-Cderos de Dec" el 00104 incidencia se presenta fundamentalmente on la estera afsctva 0 sentimental solemos aludir al dato moral en su resringido sentido tradicional de “ddor de afecci6n’, El dafio psicosomatico por lo tanto, puede incidr ya sea sobre el soma 0 cuerpo, en sertido estricto, 0 sobre la psique. En el primer caso se suele denominar como dato sic, mientras que, en el segundo, se alude al dato psiquico. En cualquier caso una lesion somética repercute de diferente manera en el psiquismo segin sea el sujeto de que trate y, Viceversa, un dato psiquico suele tener una manifestacién somatica El dao fisico Incide sobre el cuerpo 0 soma y puede consistr en contusiones, heridas, fracturas, de todo tipo y magnitud. El dao psiquico se configura por “la alleracién 0 ‘mogificacion patolégica del aparato psiquico como consecuencia de un trauma que \desborda toda posibidad de elaboracion verbal o simbolica” *, Es decir, el dafo psiquico supone una modificacién o alteracién de la personalidad que se “expresa a través de siniomas, inhbiciones, depresiones, bloqueos..-". La lesion en si misma que consttuye, como se ha sefialado, el dafo biolégico, debe ser apreciada por sus particulares caracteristicas por un médico-lezista, el que ha de formuiar_un diagnéstico y un prondstico de la lesién, determinando su magnitud y peculiaridades, El dafo a la salud, en cambio, alude alas inevitables y automatices repercusiones que produce cualquiera lesion psicosomatica en el bienestar de la persona, con prescindencia de su magnitud e intensidad. El dafo ala salud es de tal amplitua que compromete el estado do bienestar integral de la persona. De ahi que, coincidiendo con 3argagna, podemos ‘sostener que abarca, por consiguient, las normales y ordinarias activdades del sujeto, ya ‘sean elias, entre otras, laborales, domésticas, sexuales, recreativas, sentimentales, de relcién social, deporivas, entre otras “. El desencadenamiento de un dafo inferido a alguna manifestacién de la esfera psicosomatica repercute de inmediato y automticamente, en alguna medida, en la salud del ‘sujeto, afecténdola en diverso grado intensidad segin los cascs. Relteramos que, ‘iguiendo la orientacién de la Organizacién Mundial de la Salud, entendemos que con el Concepio salugsee alude a la més amplia nocién de bienestar integral del sujeto. De ser asi, fn aigin momento deberiamos también adecuar el lenquaje a esta Leva realidad, de ser lia admitida por un sector mayortario de la doctrina, sustituyendo, cuando el respective ordsnamiento juridico positvo fo permita, la expresién dao a la sakid por la de dafo al bienestar del sujeto. O, por el contrario, precisar conceptualmente que la salu, en sentido ticto, es un importante componente del genérico blenestar integral da sujeto ‘Dentro de la orentacion anteriormente seftalada, la Constitucién periana de 1993, en ‘su articulo 2 inciso 1, ha incorporado como derecho de la persona que merece tutela el ‘derominado derecho al bienestar. El dafo a la salud, a estar por lo precedentemente expresado, compromete, por lo tanto, el entero "modo de ser” de la persona. Supone, por dedio de alguna manera, un défet de diversa magnitude intensidad en el bienestar integral del ser humano, De lo expuesto se concluye que el dafo bioligico, en cuanto vertiente estatica del {dato psicosomatico, como el dafo a la salud, que representa la dimension dinamica de dicho dafo, consttuyen solo dos aspectos de una misma realidad en cuanto el ser humano 5 una inescindible unidad psicosomitica. De lo dicho se desprende, por consigulente, que mae Jost E, "ldo pica p70 { Mimaepe Jose El dato pgs” pg 4 “zee, Marino, “Riv il de pun ona “La vation del dao ssa”, Cod, Padova, tot ple. 70 * La Const pers de 1953 incue al bienstar em os deco fundamentals el init de ata 2, ens qu eal sel rosin cl derecho aaa, 00105 ‘ambos tipos de daiio sdio pueden ser tedricamente diferenciados para el efecto de su \debida avaluacién y uleror reparacién, Allado de esta clasificacién del daio en funcién de la naturaleza del ente afectado, a la cual nos hemos referido en los pérrafos pracadentes, cabe fonrular una segunda Clasicacién, ya no en funcién de la calidad ontol6gica dal ente dariado, sino en virtud de las ‘consecuencias derivadas de cada uno de tales datos. Son, pues, dos materias distintas, ue no cabe confundir si pretendemos clarficar nuestra visién sobre el contenido y alcances del dar a la persona. La primera, reteramos, se sustenta en la naturalaza misma del ente \dafado -y 68 de fundamental importancia para la reparacién del dafio y la segunda se conttae a las consecuencias mismas del dafo producido @ cualquiera de los entes afectados, En atencién a las consecuencias derivadas del dafio se pueden distinguir las que la mayoria de autores designan como no patrimoniales" o “extrapatrimoniaks’ -y que nosotros, desdo una éptica antropolégica, preferimos. aludir como “personales” de aquellas olras ‘consecuencias conocidas como “paliimoniales’ que nosotros, asi mismo y por idéntica Fazén, optamos por nominatias como “no personales” o “extrapersonales" ‘Si consideramos el dafo a la persona en toda su latitud conceptual, advertimos que puede generar consecuencias tanto personales -o no patrimonlales- como no personales © Datrimoriales- 0, como ocurre frecuentemente, puede originar, de modo simultane, ambos tipos de consecuencias. Asi, por ejemplo, araiz de un aceidente de autonotor, se planioa la hipotesis que la persona del conductor de uno de los vehicules sufre craves lesiones que requieren su hospitalzacién ya que, como consecuencia de las mismas, pierde los dos bbrazos. La pregunta que surge frente a este caso es, en primera insiancia, si se ha Droducido 0 no un dafo a la persona y, de ser asi, en segunda instancia, side este dario se ‘gonera tan s6lo una consecuencia personal ono paltimonialo si también y al mismo tiempo 0 detiva una consecuencia de orden no personal o palrimonial. El senido que corileve la respvesta nos permiiré apreciar si es correcto, como propone un sector de la doctina y en ‘especial el profesor Jorge Gamarra,identifcar, sin més, dafio la persona, que ationdo a | aturaleza del ente dafiado, con dafo no patrimonial (a personal) que s2 refiore a solo una {de las dos consecuencias que puede producir el dafio a la persona, En el caso propuesto no cabe duda que se han producide dafos a un ente que es una Persona humana. Como no se trata de una mera cosa del_ mundo exterr, que seria la otta Linice posible altemativa, no podemos dudar que estamos frente a un dafo @ un enta que no. ‘98 ot que la persona. Asi quedarla respondia la primera cuestion que vemos plantoado. |Luego de haber precisado la calidad ontolégica del ente daado es menester, en segundo término, apreciar que tipo 0 tipas de consecuencias se derivan de los dafos de ‘ue ha sido victima la persona. En la hipétesis que se ha planteedo advertimos, de inmediato, que la victima presenta lesiones multiples, heridas, fracturas, contusiones. Si _apreciamos tan séloy en si mismas las lesiones que se han producido estariamos frente alo que hemos denominado como dafo biolégico. Este dafo es susceptible de sor sliagnosticado por un médico legista quien daterminaré su magntud y sus efectos. Estas lesiones deben ser materia de una justa reparacién utlizandose para elo, cuando existen, los baremos 0 tablas de infortunios 0, en su defecto, el principio de eduidad, o ambos criteros, Pero, a su vez, dichas lesiones psicosomiticas ~dafa biolégico- causan un deteriora €n Ia salud de la victima, alteran en alguna medida su bienestar inlegrl. Este efecto debe: ‘ser epreciado y reparado por el juez sobre la base del informe mético-legal, empleando “ Ferines Seve, Calo “aca uma nueva sistemosin dl dato apron en“Caaderos de Derecho, 3 ie. 00106 para el efecto el crterio de equidad iuego de observar y calibrar las consecuencias producidas, Dano bioldgico, o sea a lesién considerada en si misma, ydafio ala salud, que su repercusién en el bienestar integral de la persona, deben ser consderados, finalmente, como un todo para el efecto de fjar la correspondiente reparacién, no obstante que la ‘preciacién por el juez de cada uno de dichos dafos obedece, como se ha sefialado, a Alstintos crteros. ‘Ambos dafios -l dato biolbgico y el dati a la salud- generan censecuenclas que no sor apreciables, directa e inmediatamente, en términos dinerarios. No generan, por corsiguiente, consecuencias de carécter patrimonial o extrapersonal siro, mas bien, se rata de 2onsecuencias de orden personal ono patrimonial. Son dafios cers y efectivos que, en inguin caso, pueden soslayarse de parte del juez. Felzmento los erterios puramente ppatimonialstas van siendo desplazados en ol mundo actual al lugar que, sin desconoceros, Jerérquicamente les corresponde, es decir, subordinados a la priviegiada proteccion Juridica ue merece el ser humano. Cada vez se comprende con mayor clariéad, pese al embate de los materialistas de toda laya y de los absolutamente pragmatcos, que el ser hurmano es un finen si mismo y que el patimonio es un instrumento indispensable a st servicio". La cada vez mayor difusion y comprension de los principlos personalistas ha provocado una revision 0 replanteo de la insitcionalidadjuridica. De do hay innumerables Drusbas en la doctrina, la jurisprudencia y la legslacién contempordnea, Esta nueva actitud liege, como no podia ser de otra manera, al campo de la responsabilidad civil. Es por ello ue, de hacer girar el problema en tomo al agresor y a su consiguiente responsabilidad, se Cort Ia atencién de los jurstas en tomo a la justa reparacién de los dafos sufrios por el serhumano. De ahi que pueda sostenerse que la vision moderna sobre el derecho de datos resaonde principalmente a princpios humanistas y solidarios. Se protege a la persona por el lino y fundamental argumento de su propia cignidad, Es decir, por lo cue ella realmente es y tepresenta en el mundo, No es este el lugar para reproponer un debate que, a nuesto entender, ha sido actualmente superado. Sin embargo, elo no Impide formular algunas precisiones al respecto. Nos referimos, en concreto, al argumento cantral que giraba en tomo a la cuestion {do i se debia 0 no repararse un daio a la persona que, no obstante se" cierto y efectivo, no pocia ser apreciado en dinero de modo directo e Inmediato. De acuerdo con una vision Imeteralsta de la vida ~de cualquier signo o ideologla- dominante en el derecho hasta no. hace mucho, sélo era posible reparar las consecuencias del dafo que tenian un “precio” en ‘el mercado, que se podia traducir en dinero. De conformidad con esta estrecha concepcion, deri de la cual a vida humana y os derechos fundamentales de la persona carecian de un “precio, resultaba imposible far una indemnizacion como consecuercia de un dane de Carictor no patrimonial. Es decir, prevalecia un critoro economicista, dentto del cual se trataba con absoluto desdén -o desprecio- lo que significaba el ser humano, \desconociéndose ol auténtico valor de la vida humana, ‘Como argumento para negar tal indemnizacion se sostenia, por un sector mayoritario de la doctrina, que la reparacién de las consecuencias de los dafs a la persona que carecian de efectos patrimoniales, era un forma de "materializa”la vida humana. Con este pretextuoso y falaz argumento se dejaba sin reparar lo dafios cometides contra ia persona, ‘considerada en si misma, desconaciéndose su intrinsaco valor. Contrerlamente, por cierto, Provedia siempre el resarcimiento de los dafos que generaban consecuencias {Eda aun objeto pode produc, ium, lado de un lo m pron painonila un dato prin © xnpatinona. Pare fata el caso poets reer a itn semplo pore cal enters eds I ose ‘oxide wn erm gerd, isa qu tea par propia che Valo seta o scan wns ‘ue tarecia eu alr penal pasion, 00107 patimoniales. Es decir, so privilogiaba a los enles del mundo exterior, a las cosas, en dtrimento del ser humano, Felizmente, 1 criterio materialista que campeaba en la responsabilidad civil cuando se lralaba de reparar un dafio a la persona, va quedando arés. Son cada dia menos ‘humerosos los jurstas que sostienen esta actiud. En la Argentina, para citar un caso femblamitico, existe, como se ha puesto de manifesta, una corriente personalista que ha logrado hacer prevalacer un criteria humanista en esta especfia area dela responcablidad Cl. si, hace ya varias décadas, el maestro Orgaz expreso con contundante conviccién quo, “resarcir los dafios morales, aunque sea de modo pecunlario -a fata d3 otro mejor- no es ‘materalizar los intereses morales, sino, al contratio, espnitualizar el derecho, en cuanto és ‘no s2 limita a Ia proteccién de los bienes econémicos y rodea también de seguridad aquellos otros bienes no econémicos, que son inseparables de la persona humana" “ ‘Goma es obvio, cuando Orgaz escribia este parrafo aun no habia aparecido sl genética coneapto de dafo a la persona por lo cual el maestro argentino utliza la consagrada ‘expresién de dario moral En el "il Congreso Intemacional de Dafios", reunido en Buenos Alres en 1991, se doclerd al respecto que “el enfoque meramente patimonialista del dafo se encuentra en ‘ance de quedar divorciado de las pautas el Derecho en nuestros clas". De donde se ‘coneiuia que debiase jerarquizar "ia esfera bioligica, espirtul y socal dal hombre, sin dejar de tener en cuenta que los bienes materiales son necesarios para preservar su dignitiad" En esta misma ocasiin se estableci6, siempre por unanimidad, que "la reparacion del dao 4 Ia persona debe ser plenamente adecuada a la magnitud de lo que ésla (la persona) representa, descartando las indemnizaciones meramente simbolicas”. ‘Ademds del dafo bioligio y del dato a la salud, alos que nos hemos referido en precedencia, hay un dafio que frecuentemente se ignora 0 se olvida por quienes no logran ‘aun descubriro concebir Ia calidad ontolégica del ser human como ser Ibre y temporal que '8e propone fines, los mismos que estén contenidos en su “proyecto de vida" La pérdida de los dos brazos de parte de una persona, en ol caso del ejemplo bropuesto en su lugar, podria traer como consecuencia la frustracion de su principal proyecto. do vida, expresado a través de su actividad cotidiana, situacion en la cual se privaria de sentido la existencia misma de la victima. Esta es, sin duda, una consecuencia personal o ‘no patrimonial en tanto carece de signiicacion dineraria, directa e inmediata, lo que no urs decir, obviamente, que se niogue a la victima una justa satisfaccion por el enorme: dato quo se le ha ocasionado, Pero, en el caso del ejemplo antes citado, que es el de la victina de un accidente automovilstico, s9 aprecia que al lado de las consecuencias no patrimoniales o personales. que genera el elocuente dafio a la persona, antes mancionadas, se) presentan simuténeamente consecuencias exquisitamente patrimoniales 0 no personales que deben, ser también debidamente indemnizadas. Nos referimos al reembolso, entre otfos, de los ‘asics de hospitaizacién, los honorarlos médicos, la adquisiciin de medicinas, ios que pueden considerarse integrantes del denominade dafo emergente. Al mismo tempo, y siempre en ol campo de las consecuencias patrimoniales 0 extrapersonalos, “debe Indagarse si, como consecuencia del dafio, el sujato se halla imposibiltado de realizar eu actividad laboral habitual o si a ralz de las lesiones sufidas se ve privado de obtener los Ingresos que le corresponden o deja de porcibir rentas, ganancias 0 nqueza, en genera, ues en esta hipotesis, como es sabldo, debe resarcirse ol lamado lucro cesante. De lo expuesto se percibe que ol dafo a la persona ha producide, al mismo tiempo, ‘onsecuencias de caracter palrimonial 0 extrapersonal al lado de consecuencias de orden ‘Og Alida "dao saci, emer, Ca, 2s ii, 180 pl. 185 00108 personal 0 no patrimonial. De ahi que el dafo a la persona no puede ser caracterizado Pari solo de las consecuencias que genera". Después del somero andlisis efectuado, y por las razones que de él fuyen, somos de la opinién que no es correcto asimilar, sin mas, la nocién de dafo a la persona, que se ‘erira en la peculiar calidad ontolégica del ente daftado, con la de dato patrimonial (0 no personal) que ince, ya no en la naluraleza del ente sino, més bien, en uno de los tipos de consecuencias generadas por el dafio. Estimamos, por consiguiente, que debe diferenciarse, para estos efectos, la naturalaza del ente dafado de las consecuencias del ‘Si nuestra reflexiones no estan erradas, deberiamos conclu afimando la autonomia {del concepio de dao a la persona en funcion de la calidad ontologice del objeto daniado y no iratar de Iigaro a las consecuencias que pueden derivarsa de él, ls que como hemos apraciado pueden tener un cardcter extrapersonal 0 patimonial 0 ser de orden no ppatimonial o personal. De ahi que no compartimos la propuesta de quienes equlparan el corcepto de “dafo a la persona” (0 de dafio moral en sentido amplo) con la nocién de “dalio no patrimoniat’. No siempre el dao a la persona tiene tan sob consecuencias no patimoniales 0 personales sino que, con frecuencia, elias asumen un cardcterextrapersonal © patrimonial. No son las consecuencias del dao. por consiguiente las que tpfican al dato {le persona. Se debe atender, orimariamente a la naturaleza del ente dafiado para luego \detarminar las consecuencias, de cualquier indole, que genere el daf a fin de precisar el mer y més adecuado modo de repararas, 4- JEXISTE UN DANO AL PROYECTO DE VIDA? a+ Sus supuestos Hemos adherido a la flosofia de Ia existencia que consitera que la libertad ‘corstituye el ser mismo del hombre. Esta libertad es lo que lo diferencia, radicalmente, de losdemas seres de la naturaleza y le otorga dignidad, Se trata de una potencialidad que nos emnite decidir, elegir, entre muchas posiblidades de vida, eso que, precisamente, llamamos proyecto de vida o proyecto existencial. Gracias a la liertad somos seres torporales, histéricos, estimativos, creativos, proyectivos, dindmicos. Careceria de sentido ‘unser libre que no fuera, simuiténeamente, un ser temporal Como lo hemes puesto de manifesto, el “proyecto de vida" es posible en tanto el ser hhumano es libre y temporal. ¥ es que el proyecto surge necesariamente de una decision libre ‘para su realizacion en el futuro, ya sea éste mediato o inmediato. 2or elo, solo el ser hhumano es capaz de formular proyectos. Es mds, no podria existr sn decidir ser lo que Pre‘ende ser, es decir, sin proyectar. Libertad y tiempo son, por consiguiente, los dos Sunuestos existenciales del proyecto de vida. Todos los sores humanos, en cuanto ibres, ‘gereramos proyectos de vida. Nos proponemos realizarnos, vivir de ceterminada manera, haciendo aquello que se nutre de nuestra vocacion personal, El proyecto de Vida, si bien apunta al futuro y se despliega en el tempo, se decide en 1 presente, al cual condiciona el pasado. Como apunta Jaspers, "consziente de su libertad, ‘el hombre quiere llagar a sero que puede y quiere ser“ © inde Seog ane, es Ka “La fe lost pl, il "asia una mara sitematzacin eda a person t “Cuadernos de Derecha 00109 Para decidir sobre un cierto proyecto de vide, que responda a nuestra recéndita y raiga vocacién personal, debemos valorar, os decir, precisar aquello que para nosotros resula valoso realizar en la vida, aquello que le va a olorgar un sentido a nuestra cotidiano ‘exist. El proyecto supone trazar anticipadamente nuestro destino, un rrodo cierto de llenar nuestra vida, de realizamos. El vivenciamiento de valores le otorga sentido y, por ende, ‘rascondencia al vivir. El proyecto de vida no es concebible sin un vivenciamiento axiolegico de pate del sujeto Una vez que, por ser libres y tener la capacidad de valorar, decidmos o olegimos un proyecto de vida, tratamos por todos los madios o instrumentos a nuestro aleance de ‘cumplrlo, de concretarlo, de ejecutarlo durante al curso de nuestra vida, salvo que, en algun momento de nuestro existr, cambiemos o modiiquemos, en alguna nedida, el proyecto txistencal. Al mencionar “madios” nos referimos, en general, a todo aquello de que se vale ruest ser para realizarse, para convert en acciones o conductas el proyecto existencial Entre estos instrumentos contamos con nuestro cuerpo © soma, nest pique, los "otros", las cosas del mundo. Todo ell, en una w otta medida o manera, corkribuye ya sea a la realizacion exitosa del proyecto de vida o a su fracaso, a su destruccién,a su fustracion, La vida, bien lo sabemos por experiencia, esté llena de graifcanles realizaciones pero, tamtién, de trauméticas fustraciones, La libertad, en sf misma, se juega entera en la decisin del proyecto. Su actuacién, en cambio, significa su expresién fenoménica, cuya realzacién o fustracin depende de las Positilidades de cada cual, condicionadas por los medios o instrumentos con que cuenta paraconseguir este fn, Para lograr la efectva realizacién de nuestro proyecto de vida se requlere contar con positilidades, empero, perseverancia, energia, constancia, coraje De esto somos ‘conssientes, porque son muchos y muy variados los obstdculos que debamos vencer 0 ana los cuales habremos de sucumbir en la persecucién de esta propdsic, Por eso, como lo Fecalba Mounier, 8 del caso recordar que la vida es una guerra civil consigo mismo, La realizacién del proyecto es una conquista. Es el resultado de una licha permanente otidana contra los condicionamientos que agobian a la persona. Como expresa Mounier, “hay en mi libertad un peso muitipl, el que viene de mi mismo, de mi ser particular que la limita, y et gue fe Noga del mundo, de las necesidades que la constren y de los valores que | umen’ “Es decir, como sefiala el propio Mounier “la libertad se gana contra los, determinismos naturales, se conquista sobre ellos, pero con los" Pues bien, después de lo expuesto cabe preguntarse, una vex mas, si existe un "proyecto de vida". Por nuestra parte, desde antiguo, estamos convenciios de ello porque, fundamentaimente, tenemos experiencia de nuestra libertad y de nuesta temporalilad, del viverciamiento valores y, por consiguiente, de la formulacién de proyectos. Es decir, somos conssientes, de acuerdo con nuestra inclinacién vocacional, de lo que hemos elegio realizar niavida para otorgarle a ésta un sentido, para dignlicaria, para encontrar una razén al vivi. ‘Lo que no es poco, si apreciamos en todo su valor ysignificacion el precioso don de la vida, ‘Somos también generalmente conscientes de nuestras realizaciones, de su ocasional Plenitad 0 de sus frecuentes limitaciones. Pero también se hacen patentos nuvstras frustraciones, nuestros fracasos. Tratamos, a menudo, de Indagar por los ‘ondcionamientos, endégenos 0 exdgenos, que han gravitado en nuestros éxitos y, con ‘mayer razén, por aquellos que determinaron nuestra frstraciones. Después de fo hasta aqui expresado es licilo preguntarse i sera posble causar un dafo e tal magnitud que frustre nada menos que el radical proyecto de vida de la persona, El Nowra El psoas" phe 36. © Moun, Enmanac "Epes p36 00110 ‘mayor conocimiento que en la actualidad se tiene de lo que significa el ser humano, de lo {ue constituye su estructura, asi como de lo que surge de a experience del puro vivir, hacen posible una respuesta afirmativa. De ello estamos plenamenta convancidos y deseariamos, or consiguiente, contrbuir con estas modestas y embrionarias refleiones a fin de que uienes alin no comparten estas experiencias nos acomparien, en algin momento, en la farea de precisar los alcances y la importancia de una proteccion plea e integral del ser hhumano en todo lo que 6! significa y representa, El proyecto y los proyectos Cabe distinguir entre el proyecto de vida", on singular, y os "proyectos de Vida", en plural. Si bien el hombre vive proyectndose es dable distingulr entre los mistiples proyectos {que el ser humano disefia en su vida, al manos uno de entre ellos que fene la caracteristica do su fudamentalidad para la existencia, que es radical, que comprometa todo su ser, que ©3 aque! en el que se juega su destino y el que otorga sentido a su vida. Nos referimos, en este ‘cas, al "proyecto de vida" que es, por fo demas, el que nos inleresa y al cual venimos ‘fiiéndonos en en el presente trabajo. Obviamente, es posible que al lado de este proyecto de vida pueda existir otro que también adquiere para el ser humano una especial trascendencia El dafo al proyecto de vida acarrea como consecuencia un colapso psicosomatico de fal magnitud para el sujeto -para cierto sujoto- que afecta su libertad, que lo fustra. El impacto psicosomatico debe ser de una envergadura tal que el sujeto experimente un “vacio ‘existoncia” En esta sitacién, el ser humano se enfrenta a la nada al perder su vida su rumbo axiol6gico. Recogiendo una expresion de Mimaiens, "el desconsuelo invade a un hombre que pierde la fuente de gratficacion y el campo de despiegue de su apuesta vita. ‘Como el autor fo expresa con precision, en el dafo al proyecto de vida el impacto Psicosomatico es tan fuerte que ataca “el nicieo existencial del sujto, sin el cual nada tiene Sertido" *'. El vacio existencial os el resultado de la pérdida de’ sentido que sufre la existencia humana como consecuencia de un dafo a su proyecto de vida. El dato al proyecto de vida, que bloquea la libertad, es la consecuencia de un dafio Pslcosomatico, ya que no es posible dafar "directamente’ aquollo de lo que so tiene. “experiencia pero que carece de "ubicacién' en tanto se trata del ser mismo del hombro. Si ‘1 colapso es de una magnitud tal que sume al sujeto en un esiado de perdida de consciencia. que metaféricamente se suele describir y conocer como “vagetatvo", es deci, de mposibiiiad de comunicacién, si bien no se aniquila la libertad en si misma -o que s6lo ‘seria posible con la muerte- se esta , de hacho, anulando su capacidad de decision. Si el df, en cambio, ¢s de un grado inferior en fo que se refiere a sus consecuencias, si bien no 'e anula la capacidad de decision, se infiere al sujeto un dario que incide decisivamente en 4 posiblidad de "realizar" una decisién libre, de actuar un proyecto de vida. En este sentido, ol dato al proyecto de vida compromete, seria y profundarrente, la libertad del sujeto a ser "él mismo" y no "otro", afecténdolo en aquello que hemos denominado si identidad dinamica, es decir, el despiogue de su personalidad". ‘Al lado del mencionado "proyecto de Vida", el ser humano esté constantemente elaborando una pluralidad de proyectos sobre su cotidiano exist. Estos, no comprometen el ® Moni Jot, El di paguico”en-Los maevos dos" pi. 7. Es sonnenieme star, sin marge gue e toro stings edo al proyesio de via, a ps que lo dete Son sce el ha pgic sl cul Mace * Famindr Senne, Carls, “Derecho ala dei pers Asia coos Aes 19%, pp 113 ys 00111 {destino mismo del ser humano ni el sentido de su vida. Ellos caracen de la trascendencia del singular “proyecto de vida’ en cuanto, de frustarse, no afectan el niceo existencial del ‘sujet. En estas situaciones no se producen, por consiquiente, as devastadores efectos del

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