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i + fy iVamos mds lento, iVamos mas lento, por favor! por favor! Neva Milicic Tlustraciones de Loly & Bernardilla ediciones Me volvieron a retar por apurén. Fsta vez fue la profesora de mate- mitica. —iPor qué se apura en contes- tar, Rafael? Resulta que ella habia comenzado a preguntar: —Si en una sala hay cuatro alum- nos trabajando cada uno en un com- putador y hay ocho computadores més desocupados... Pero antes de que terminara la pregunta, grité con voz de triunfo: —iHay doce computadores! Pensaba que iba a preguntar cuén- tos computadores habia, pero la pre- gunta era cudntos alumnos pueden trabajar en la sala ocupando un com- putador cada uno. Igual eran doce; pero nifios, no computadores. Ella me explicé: —Rafael, si usted hubiese espe- rado y dado el tiempo para que yo ter- minara la pregunta, su respuesta habria sido correcta. Pero como se apuré, se cequivocé. Yo le discuti que estaba casi bien, pero ella me contesté —Casi bien no es igual a bien, especialmente en matematica. Cuando Megué a la casa, mi mal- humor empeor6. Iba a hacer la tarea de Lenguaje, pero no pude porque habfa olvidado el cuaderno. Total, tuve que hablar con mi mamé para que ‘me hiciera una comunicacién explicén- dole el problema a la profesora. Pero mi mamé, que es muy comprensiva y que sabe que no lo hago por moles- tar, me dijo en buena: —Rafael, tenemos que encontrar tuna forma para que te acuerdes de traer y levar todas las cosas que necesitas. —1Qué puedo hacer? —pregunté bien urgido—. No sé lo que me pasa, trato de hacerlo bien, pero me resulta mal. Mi mamé, muy calmadamente, me dijo: —Ya lo hemos conversado otras veces Rafael, ite acuerdas? —Si —dije—, tengo que prestar ‘més atencién y parece que para eso debo hacer las cosas més lentamente, —Bien —me felicité mi mamé—, es un gran avance entender lo que a uno le pasa. Cuando vas muy répido no pones la atencién suficiente. Ima- gina lo que pasa cuando un conduc- tor que maneja a gran velocidad no alcanza a ver la luz. roja del seméforo: puede provocar un grave accidente. ‘A veces me acelero tanto que no logro descansar. Por ejemplo, el otro dia, en que teniamos un paseo de curso, me desperté a las cuatro de Ja manana y me levanté a revisar si evaba todo lo necesario. Mi hermano Andrés, que se des- perté furioso por el ruido que meti, me grits: —iRafael, déjame dormir! El resultado fue que dormé poco y ‘mal, me peleé con mi hermano y, para colmo, en la mafiana tenfa mucho pero ‘mucho suefio y andaba como aton- tado. Al ver mi cara de suefio para el desayuno, mi mamé me dijo: —iVes, Rafael? Tal como con- versamos: jno por mucho madrugar, amanece més temprano! $6 que cuando hago las cosas més despacio y me tomo mi tiempo, todo me resulta mejor. Pero me cuesta mucho bajar las revoluciones, como dice mi mamé. A mi cabeza se le ocu- rren las cosas tan pero tan répido que no aleanzo a terminar una idea cuando ya estoy pensando en otra. Pero no crean que no he progre- sado algo. He aprendido a decirme: “Anda un poco mas lento y te ir mejor”. Incluso, me hice un cartel en la pizarra para recordarme que tengo que ir més lento. En eso estaba, cuando mi abuela legé a la casa. Ella es muy pero muy activa. Mi mamé dice que heredé de mi “Abu” Ia energia que tengo. Ella es muy simpética. Mi papé dice que es hiperkinética. Cuando me vio, mi abuela me pregunté: —

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