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CARLOS I. MASSINI CORREAS LOS DERECHOS HUMANOS EN EL PENSAMIENTO ACTUAL [SEGUNDA EDICION Se ABELEDO-PERROT BUENOS AIRES Carino Vi NOTAS PRINCIPALES DEL PENSAMIENTO CONTEMPORANEO: ACERCA DE LOS DERECHOS HUMANOS Una vez estudiadas aunque a veces de modo somero- las mas notorias lineas de pensamiento acerca de losl*derechos humanos”, corresponde in- tentar una sistematizacién de sus caracteres funda ‘mentales, a los efectos de poder realizar, posterior- ‘mente, una evaluacidn global de Ia flosofia contem- pordnea de esos “derechos”, Y esta caracterizacién es necesaria, toda vez que sin un conocimiento ami- plio, es decir, sin una captacién de la situaciGn ge- neral del pensamiento de nuestros dias, resultaré ificl elaborar una respuesta a las cuestiones que plantean los “derechos humanos” a la filosofia Practica, ‘Ahora bien, como la primera de las notas se r= fiere a la “gran dispersidn de enfoques", resultard arduo Tograr una caracterizacin que abarque vn vocamente a Ia totalidad de los pensadores y co- rrientes; por ello, haremos ante todo la salvedad de {que se trataré séio del establecimiento de una serie de notas aplicables analdgicamente a las diversas 10 CARLOS 1 MASSIST CORRIEAS docirinas. Por otra parte, cuando uno de los earac- teres, a pesar desu cardcter analégico, no pueda ser correctamente referido a una determinada escuela 0 peasavor, lo consignaremos expresamente, De este modo, podremos lagrar un cuadro fo suficientemen- te preciso, a pesar de su amplitud, como pi posible uns evaluacién de conjunto del pensami de nuestros dias acerca de los “derechos humanos 1 DISPERSION EN LOS ENFOQUES aeeplaeién de un “estado de naturatza” el hombre govaba. de derechos ional; Tesistencia a Tn opresii convicciin acerca de la existencia de una naluraleza isniinl del hombre”, eteéter ‘cabo por el [Badlivirin jel Nidoreinn sore Ge wopuetar ond, sti ol sig pasa, ln perdi 0 3 menos al debi del ue exis ‘Hsu reqeeto, Jean Rivero precisa esta fea Goan sere que *markismo, personalivma, prstismo juridico... han atacado, €l uno ka le permanen- 08 DERECHOS HUMANOS m Estado. de" naturaleza, los dos mitos funJadores no_han . Han ingresado en la his- fo proveerin ya a los derechos in engendrado~ ra los esp ‘contemporaneos” Esta pérdida del consenso originario ha gene- ado una multplicidad de intentos de fundament alirmaciones eminent Emil Brunner al marsismo. de los te6ricos sovigticos; del jon al axiolo de la Cited France Sa te Ot41H0, Andes fn Amoles de he Cate Fre Gana, 188/84, pg VE Sie I ica al Catbuades Toten, Rubia, | Comirat Social de Resco", en 1s fe un "unin “Agana refletones we Tarn 1215, oem Artes VAS, pe in ‘CARLOS 1. MASSIST CORREAS bien se puede hablar de un cierto “aire de familia” cuando nos referimos sl campo anclosajén, esa si militud ~aunque mas no sea de lenguaje- desapa- rece por completo cuando pasamos a otros dmbitos de pensamiento. Lo que es més, en ciertos casos pareciera que los diferentes autores se estuvieran Tefiriendo a una problemdtica distin, tan hetero- ‘géneos son el Lenguaje, los planteos y los supuestos que se emplean en los diversos ensayos de justifica- cign de los “derechos hurmanos”, ‘Las consecuencias de esta “dispersién” de las ideas, propia, por otra parte, del pensamiento ac- uaF, han de'ser necesariamente nesativas para la fundamemtacion de Tos “derechos humanos”, isi Gamente porque unas exigencias mnexcusables que eLhombre en cuanto sujeto eserime frente a otros, {to pueden tener su “razdn” en tan méltiples y di Versas "razones”, Dicho de otro modo:|Is_disper- jén de las doctrinas acerca_del_fundamento_no uede sino conducir a-su debilitamiento y en de- Fives 3 su-difuminacién) En. Ghima instancia, unos derechos que se intents justificar de modo tan desemejante y hasta contradictorio, tienden apa- recer como postulados gratuitos, como afirmacio- res meramente dogméticas, tal como lo sostiene 2 vid, tssenanrry, Daniel, “Hacia una eccloio ls ran Considercioncs sobre 11 [losofia de Ia postmodemidad”, en ‘Anuatio Flessfeo, 2 1/SXI, U. &2 Navara, Pamplona, 1988, pigs 133142, LOS DERECHOS TUMANOS 173 agudamente Julien Freund. Y es evidente que unos derechos sustentados por el solo argumento de uu- toridad o impuestos ideol6gicamente, tienen pocas probabilidades de obtener el respeto y la vigencia {que son necesarios para que no se transformen en meras declamaciones vacias de todo contenido sig- nificativo’ IL TENDENCIA “INFLACIONARIA" Ctra de las notas que caracteriza siempre en general a In Iiteratura contempordnea acerca de fos “derechos humanos", radica_en_su_tendencia reciente a incrementar ef nimero y 1a calidad de fos “derechos” que se considera debido satisfacer. Es bien sabido que en fos "derechos del hombre” es posible distinguir varias “generaciones” o etapas en el proceso de su proclamacién y tematizaciOn: i) ante todo, una primera etapa de proclamacién de Jos lamados “derechos-fibertades”, que se plasman enla "Declaracién de los derechos del hombre y del 2 Farunn, Julien, “Les droits de Thomme au regard de Ta science et de Ja politique’, en Politique et impottique Sirey, aris, 1987, pigs. 189.200. + Vata contribasiéa de Benedetto CROCE en el volumen Las derechos del humntve, Etalios ycomentarics en tomo 2 fa nueva deelaracin waivers pélogo de Joeques Maritain, CLE} Mex 60,1953, pg. 8889. m4 ‘CARLOS 1 MASSINT CORREAS ciudadano" de la Revolucién Francesa y que consis- ten_en deberes de abstencién impuestos al poder politico, con Tos consiguientes dmbitos de sutoni ‘min de los individuos particulares; ii) una seeun: qe corresponde a los asi denominados “derechos les que consisten en demandas de prestacis 8 por parte del poder politico, 2 los efec- tos de subsidiar las earencias més urgentes de los ciudadnosy colores en ona ciertaigaldad de condiciones para el ejercicio de los “derechos- liber ) una tercera, de los que podriamas il. “derechos difusos": al desarrollo, a la pay, al ‘medio ambiente proveeido, a ia comuniesci@n, ala diferencia’, etectera, en ios que no queda bien en laro quiénes son sus tiulares. 9 los oblieados, ni Su objeto o contenido iv),una-euarta, que corres- wonde a {9 que Cotta desiena como libertario™ y_que_son_enumerados_por_Joseph- Marie Lo Ducea fajo el titulo de “derechos al erotismo": Theriad de relaciones sexuales, a ba Ubertad de relaciones seauales, ty ho- mosexwalidad, al aborto libre, a la contracepeidn * Exon derechos hon si prclamades por ders eiso- ‘cs de ly ONU a UNESCO y en expel enun prope ds do (Taran eaborsé en 1977 por la Acambled Nason ances id, Raveo Jean.op et, pg 1S Scarra Segi “Le probitme du fondament dt droits de homme", ea Memon del 0 Congreso Mundo de Bava det Derecho (LVR), UNAM, Mésin, 192, val VI, ples. 46 vgs {Los DERFuos HeMANos subsidiads por el Estado, eteétera’: ¥) par dltimo, ‘una etapa que coincide con los “derechos” que por driamos calificar de “inirahumanos”: de los 31 @ Tos fios y montajas, de los mare De la sola enumeracién de los “derechos” qh integran las diversas “generaciones” o “etapas”. surge con toda evidencia que Ia nocién de “dere cho* que en ellss se utiliza resulta ser absolut mente equivoca;_en efecto, poco puede existir et comurenire ts “Teriad de ren las vacaciones”, ef lde os animales a no ser comidas y el deTos rias 3 0 Sef contamiaados. En estos cases, aj) el sen, que va desde el homhre alos seres inanimados, ps ssndo por los grupos sociales y los animales; ni il bligado, que abarca desde el Estado a fa comui- ddid de las naciones, pasando por los individucs par- ticulres y las asocinciones; ai ii) el objeto, que en ‘muchos de ios casos (al desarrollo, wt pt) 1 sulta totalmente indeterminable; ni iv) * to Ducca, Joseph Mari, "Derechos del ertame y dte- tos al exis" en Jus, 5, Hachette, Buenos Airs 1966, gs. 74. " Vi. Stan. Peer, Net for humans only the place of ron humans in exsronrenal ues" on Labice & pollen of the 2 cetuy ed KE Gowyauer & KOM, Sate, Notre Dame UP 19 pips the inviaisy of R. sed V, “Ags ee 3659, en Enkice probit. an ee RAO One en many a Dede Ned te he dee trtii rte eet ed rd rt ol 176 CARLOS 1. MASSIST CORKEAS ‘mento, que en cietas ocasiones puede ser Ia natu: faleza humana, en otros la animalidad, en otros las pulsiones erdtias, en otros“la pureza de las aguas” J asf sucesivamente, pueden ser'considerados como feneciendo a una categoria unitaria, Por otra parte, el solo hecho de ampliar el mbito de aplica- Cin de un concepto de modo tan desmedido con- duce neceseriamente a su gifuminacién nocional, ya que es una regla l6giea bien conocida la que est blece que cuanto mayor es la extensién de un con- cepto, menor resulta su comprehensién, es decir, su precision significa “Todo esto. puede sino conducir, en cl orden de a aR ue st dogaucin de una tea a8 ‘ ignifiearlo todo, termina no Simificando nads. En efecto, i bajo el concepto de jeniamos subsumirlibertades, reela- ‘snns_aspiraciones leeitimas, deseos ui6picos, debe: es de moral personal para con los.animales, pol- sjones_insintvas_e ideales.conservacichistas, no pueden quedar dudas acerca de la vaguedad, jade finisiém y por consiguiente~ jnurilidad préctica.n {que se veré abocada ese concepta. Y séré muy dif Gi que se tome en serio una nocin de esas caracte- risticas, sobre todo cuando su aceptacién implica Siempre obligaciones, a veces muy gravosas, para un sujeto oun grupo de sujetos. "vid, Jouaver, Régis Leica, trad Leandro de Sesma, Cat- toe Late, Buenos Ales, 196, i, 58 LOS BERECHOS ILAEANOS 7 Por otra parte, esa misma imprecision en que re- su id cacao hase de end Se SaSstee_ deity maripuladlén poise dona, ea van eee algn provaso polten 0 SEogt Sia redvecion del dscurso acerea de los ‘derechos humanas a mera retérica ideologizada, es tin peligro que lo acecha constantemente y que ha wIa Januniado con agodezs por tris autores, fanto desde el punto de vista estrctamente posit- vista, como es el caso de Gregorio Robles, como desde una perspectiva jusnaturalisa, en el e280 at aquetipico de Michel Villy ¥ dacimos que se trata oun peligro, porque no slo desealifiea a la nocién Sofas humanos" sino gue hice pos dete wt i ctr fas gue poco enon que ver con I nkncion orig Sondldches dectracionesue derecho a proteuiin eletgduane conta abuso njsto dl poser gocren de Is noc de ideslogi y Is tas dl pense sent wesgic, vid MASS Cad grain, EF nacre as ects, Lariam, Menta, 15S Ya Routes. Gregor, pity pasin: y VILE. Michel, Le dl eles ete Tmme, BOF, Pa, 3, tame pe crite a este respect juris fancesa J. LOscaak, gue ni eateort de hs detects dl ore, d= a misma manera td eteche, CEM), 48 essaturtza 2 fuera de inflate Sy ino eplna es pgs, habicndo peedio toda consinencia copcclicn, es par de sburber Yo que 5, incluso aqvclly ms CARLOS 1 ASSIST CORREAS IIL INCLINACION AL COMPROMISO POLITICO Con el punto anterior se vincula estrechamente esta nueva caracterstica, que afecta a una gran parte del pensamiento y la literatura contempors- acerca de los "derechos humanos”: la inclna- ion a tematizarlos en esitecha relacién con algun SGmoromiso pollo pariclar. Esto, que aparece fxidente en Tos autores marxistas, se revels, aunque sea de modo més matizada y encubierto, en una ‘buena mavoria de quienes hablan y excriben acerca de los “derechos humanos”. De este modo, s¢ pro- duce un fensmeno paradojal: que se esariman esos derechos desde posiciones politicas estrctamente 5 fain nical la proteein co Si qeecn lor ceecnos da tore, rls G Gaunovase €e siesnna; "Mutation dss cris de Frome, {@ mtation 6s Dio ex Rew Interdscpina dBase arid Coss (ce tose srs usa oe 0 ns derechos que $a ess eneieidos cx ssvton del cdvers, 0 unos simples dress pibtene whjthew una rupra o¢ Ia uided eoscptesl €@ e pene crue que el rit ces (esusino sea pou so a base Oe pete ao oP Be aos oe Contaisn, BUNSA, Papa. 18, 10S DERECHOS HIUMANOS 179 respetarlos. ‘No puede negarse que este empleo e politico del discurso acerca de los “derechos huma ademés de resultar, como todo discurso ideo- gonduse 2 ua desalee meate al se Vicio de cualquier causa, defendiéndose m veces derechos contradictorios entre si, como el ‘derecho dz los animales” a 1a vids, ‘al mismo tiempo que el “derecho de las madres al sborto™™, Y como el empleo estratécivo-ideolseico adquiere mis notoriedad que el que se lleva 3 cabo en los cireulos académicos. et hombre comin tiende a identificar “derechos humanos” con esa verborragia postidisa Pero lo que es mis grave ain, varias veces se ha intentado basor una politica exclusivamente -0 casi exclusivamente- en La defensa de los derechos humanos, intento en el que se han visto comprome- tidas varios de los autores que mis escriben acerca de esos derechos. Y sucede que resulta imposible basar exclusisamente en ellos la actividad politica fen s3 conjunto, y2 que el principal problema poli tico, es decir, el de ls cohesién del grupo, no puede lest aun de Pater SNGER Wd Ana! Libero, Now 1, mm mmeeeb eee eeaeatannwn nw. IO OS OOOO OOS ee ee ll le ale lll a a 180 CARLOS 1. MASSI| CORREAS sleanzar una soluei6n desde una perspectva exclu- Swameate “derechohumanista”, Esta perspectiva fs, por su misma naturaleza, centripets y tiende al gregamiento socal, ya que se centra en [os re~ lamas de los sujetos individuales frente a sus {gales y frente al gobierno, Por elo, sin otros ele- mentos conceptuales que proxoquen y cohesionen Th unidad de ln socitdad politica, fungamental- mente la idea de ciertos bienes comunes®, no seré posible [a existencia misma de fa poltica, que St: Bone una unidad de eardcter préctico de tas conduc: fas humanas exteriores", Por todo ello, elaborar tuna politica sobre la sola base de una reivindicacién de derechos puede resutar ifusamente atractivo, pero de un aleance préctico muy dudoso, Y fue e3- vralmente una pretensién de ese tipo In que dio Hagar a Tos alaques y alas burs que tanto Hegel como Burke y Bentham dirigieron a la nocién ilus- trad de "derechos del hore” 15 cr Ra Josepha "Right ~ Based Moris cn Theos of Rg, comp. 1. Walla, Onford, U. Py Neve Yor 188, pes 19220. Ta peor de naturale dsl grep socal yen especial el oii id Soa Rasa. Gul, FY gop wil ine BEA vem Aites, 19% pgs 79 17 ste la ica de Bush, VI phe da ero de Bue", en A.D, a A Michel, "La plo: RY, Shey. P38, 17, 105 DERECHOS HUMANOS 181 IV, MENOSPRECIO DE LOS FUNDAMENTOS ULTIMOS Otro de los rasyos propios de las corriente predo- rminantes en el pensamiento acerea de los "derechos umanos” es su reticencia a tematizar sus fonda este en el que se deja ver el profundo impacto ejercido por el positvismo en ta filosofia contemporines. Con si negativa a conside~ rar vid cualquier tipa de conocimiento metafisica empiricas o tautol6vicas: Iuica v matemdticas” pesto ctr el eamino Tpasqueda de cule Siar fordamento medisto y supruempirica de las Tidades pricticas. entre ells, Jos “derechos hu- fecbert Hart intenta just ‘contenidos minimos del derecho natural en "consideraciones mis simples y menos filos6fi- cas", Margaret Mac-Donald reehiaz como “fanta- 's” 0 “tautologtas estériis" os intentos de fundar filosficamente los derechos, y Norberto Bobbio ¢3~ lifica de “ilusoria” a La pretensiGn de buscarles un fundamento absoluto®. rmentos cltimos, asp "i. Sanfente da Cede Vienne, Antonia Soule, Poi 1, Arnis Sten RUE, star ether, L An Bl concep de derecho, a8 Garo Cars, AbsledsPeret, Bens ites, 197, pig 38. rat Nosber, Sul fanart de ii del fs, Dot A. Gili, Milano, fags 20180) 182 CARLOS 1 MASGIST CORREAS Con esto se vincula también un fenémeno que podriamos denominar “horvor al iusnaterslisma", y Be eonsine en que lok mas acérimos dsfensores Feit existencia de derechos superires a cualquier jnstancia positiva rechacen enféticamente que se {os denomine "iusnaturalisa”. Aun cuando desde un punto de vista estricamente técnico-filoséfico les corresponde esa calificacién', esos autores se tmpefian en los més slambicados razonamicntos on la finalidad de demostrar que a pesar de que Sus afirmaciones aparecen como “iusnaturalisas", ‘en realidad no lo son. Y el pracedimiento es casi siempre ¢l mismo: se_clabora_una versiGn_capri- hows y tidiula del japaturalisma con To cual no ofneide pricticamente ningin autor y se la com Sacco con a progi, como no exit enipiden- Te no podria haberla, ya que la version del iusna Eifalismo ha sido claborada para que no la haya, se concluye ~con un suspiro de alivio~ que su po- ‘Siemon no es “jusnaturalista"™. En realidad, este horror a la metafisica y a cual- quier imputacin_de jusnaturalismo Wenen su ase 21 veg, Mass, Carlos 1 “usaturatsmo y Derechos manok”, en Comunicaciones ef Scgando Congreso Isemacionel eff del Derecho, Asc, Arg, 62 dat Derecho, La Pita, Yaa, Hexesioe Matis, Rafael, Hate deta isis el Derecho Contenpornea, Teanes, Maaed, 186, rigs. Los DEREIOS HUMANS 183 ‘comén en la nega ro moderna”, ‘ra aceptaciin de cualquier objetiv- Ghd ses aa de carter eroseaigce 0 ts, ems acerca-del eval no podemos extendemos en iad, Pero lo que si nos interesa, es que in auscacia de un fundamento Ghimo ¥ objetivo trans- fiere una alarmamte debilidad a la exigencia que los spresentan; en efecio, es bie Said ~ya lo hemos dicho que la debiidad de es premmisas se waslada necesarismente_a las conclu: sine. co nfo oi tora lo a cchgs una fundamentacién contingente y.subjetia tendremos “derechos _humané eile es decir, no netesarios, ¥subje de imponer coherentement ente a 10s otfos sujetos juri dices. ¥ ya hemos visto cémo los sucedneos inven- lads por los pensadores contempordnees para pa- liar esta debilidad de fundamento -el més comin ig lad obtener y slo pueden dar razn de unos derechos condicio- ” Milpeeo ets wae 0s vue wi ‘Test RARMY. Daniel, fitaby amos ee os po PP inet sein ort Wel Eded Mona, sited Pee, Duets Ate, 1, « ¢ ¢ ¢ € ¢ € ¢ ‘ ‘ ‘ ‘ ‘ ‘ . f eee See eee eeevVVIV00000000" 184 CARLOS 1. MASSISI CORREAS nados y relativos, demasiado endebles para hacer frente a una voluatad de poder segura de si misma. Dicho de otro modo, todas los ensayos de justi ‘carlos "derechos humanos” de modo meramente procedimental” 0 “coniracival=o “intersubjeiva” sealan nsf ya_que_w fandamentsia ‘SGo “plausible” 0“ Jonsble™ =pero no estita- ee alr~ 9 paable’ a cone. ae jeden olorear esos procedimiedtas, ls deia—en itima instancia~ en manos de Jos mismo sujetos y agegueados_por eee rafolad mdeamente ‘fimera y provicoria. Ademés, esas fundamentacio- Ger ee aceptan por sus propios autores como mex pemente formales, es decir, como jneapaces de {un- Uar el contenido de los derechas™, con lo que ter- mins transformindase la nocién de “derechos hu. Thanos" en un coneepto vacio y de una operatividad mencuada 0 ~en ultima instancia~inenstente, or fp tao, results indspensae ss due ss fechas el recurso a quiere "tomar en serio” alos dere dicta Toner lima y_ objetivo, que_aparezs Subjetivisias y formalistas, Este Srciide Tos emsayos de varios pensadores contem- yp ineresante intent de fandae mormalmente ee id ds los dereches ese go efeia Hort Oued, Esai, ie adel dereha pj, Ata, Barcelona, 1988, pes en Los DERECHOS HLMASOS. 185 persoos etre log. que pute mencioare Ro: bert Spuemann y Christopher Berry, quienes inten- {ai un redeseubtimiento del hasta ahora denostado concepto de “naturaleza", coma instancia objetiva de apelacién moral. V, ANTROPOLOGIA INAPROPIADA También cabe destacar en este intento de carae~ terizacién, que la mayor parte de Jos ensavos oc hen, expresa_o implicitamente, una antropalowia 0. Gonception del Rambre inapropiada para ese pro- fhsilo. Efectiamente, para que sea posible habler de “derechos humanos” es preciso aceptar bi exis tenia de un sujto existencialmente auténomo en ‘el que esos derechos inhieran; y ello es estricta- mente necesario en razén de que los "derechos", fn que se los consiere como evalidades,relacio- nes 0 poderes, consituyen entidades evstencial- mente no-auténomas”, es decir, necesitadas de un sujeto “en” el cual existir. Ademas, es preciso que 4 Sn ier Be Caer fda, "Vagus EUNES, Pumps Tp US 9s: Fonte Chater lima Na, Munmasce Pas Ret ea ik pat 2” La terminologies tomada de KALNONSE. Georges, Sings némpyequr, Deaeneae, Pr, WA, pat 186 CARLOS 1. MASSISI CORREAS ese sujeto existencialmente auténomo sea racional, sya que los “derechos” suponen ~entre otras cosas {a posiblidad de una eleccin justifieable por parte del sujeto titular, ero un sujeto existencialmente auténomoy espi- ritual es lo que tradicionalmente se denominé “per- " fini6, siguiendo a Boecio, como “sus- ada de naturaleza racional"™. Ahora est nocign resulta extrafa a una buena parte Gel pensamiento contempordneo acerca de los “de rechos humanos"; bien podria decirse que, con I excepcién de los ensayos realists, todo ese pensa~ mmiento se levanta sobre la base de la negacion o de Ia incomprensign de ese concepta, En efecto, desde el crude mterialismo marxista hasta el empirismo profesado por la Ue los pensadores anglo- ajones se termina reduciendo al hombre aun mero trozo de materia, a un simple conjunto de fenéme- ‘nos 0 a un puro soporte de earacteres empiricos®. ‘Con lo cual, privado de unidad sustahtiva y de espiritualidad racional, el hombre ya. no puede 2x ‘ujeto de atributos morales que le pertenezcan por r,s nbs “Fist ‘Anita’ de see anon el yc asl bh homens 2 Min ues. > potcia, De duces natu, TI, Rin, Madd, 19%, a So pigs S800 Tid Suabsen LW, op. ot, pgs 25:26; y Wu Als Rigs, Clarendon Press, Onur 195, pg 8 que Tos pero’paderosa idea de la dig Sa que siel hombre ha de tener alguna Teminencia, ella debe ser fundada y ‘hosimplemente sunuesta, “Todo esto significa que las bases antropaligieas de las exis corrientes fundamentaciones de los “de~ fechos humanos” no son las mis adecundus pa los racionalmente; hay una evidente con- hos” indlienables de los que puede dispaner con ierad Por ello, son mis coherent’ ix dct estructuralistas que, congruentes con su mater mo, niegan la realidad misma del sujeto y de eu uier “derecho” que fo tenga por titular. Vi. INMANENTISMO Por altima, la revisia del actual pensamiento cera de les derechos humanos” pone en exer cls el eardcter inmanentsta de casi todas ls pro- 2 Dsoants Re ¥ Taking va 6g 18 Vd. EStTastan, Ricardo y tos FY dieu juien, Mae tse, Boers ites, TSS, pigs IMT y pai, 188 ‘CARLOS J, MASSINI CORKEAS wocaciones al puestas; han quedado muy atris las NCreador” de las primeras declaraciones de dere- cos norteamericanas y al “Ser Supremo™ de la irancesa de 1789, Las doctrinas que se debaten en nuestros dias, asf como Jos documentos que se pro- laman acerca de los “derechos”, se mantienen en tun disereto plano terrenal, evitando cuidadosamente cualquier alusign a un principio de fondamentacién fabsoluto y trascendente. Sdlo unos pocos autores personalistas o realistas se atreven 2 mencionar Is posibilidad de una fundamentacién, pero sus afirma- Ciones se ven sofocades por Ia avalancha de papel Yertida en sentido meramente inmanentsta, Lo ave emis, ciertos avlores rechazan expresomente to¥3 fHerefcis a “Tactores supranaturales” © a"esa mi Tologia” de la voz de Dios como fundament ble de los derechos de los hombres”. "Pero sucede que, segin Ia mis elemental de las eglas de la légica™ las conclusiones fundamenta- das no pueden resultar més “fuertes” que las pre- mmisas fundantes; por lo tanto, de una serie de afir- maciones acerca de la mera inmanencia -y por Consiguiente, no absolutas~ no pueden seguirse afirmaciones acerca de derchos absolutes. Es sudo e otra manera, el cardcter relativo de ciertas afirmaciones acerca de fenémenos de conciencia 0 Syd Macnt J.Lo op cits 882 Che, Cons, living, Inimaacein x Lia, 2d. Ns A Miguer, EUDEDA, Buenas Aires, 198, pigs. 227 y posi, 10S DERECHOS HUMANOS 189 acerca de realidades finitas se trasleda necesaria- mente a los derechos que se pretende justfiear con cells, es decir, que con ese tipo de enunciaciones no-absolutas sélo restita posible fundar derechos relativas, del tipo de los siguientes: ("todo hombre tiene detecho a no ser torturado si s6l0 si ha sido declarado por las Naciones Unidas”, 0 “todo hom bye tiene derecho a no ser muerto injustamente siy slo siresulta de utilidad para el mayor némero”, 0 iodo hombre tiene derecho a ser retribuido por su taj sly sos exe conensoa ese respecte. as{sucesivamente. ‘Ahora bien, unas derechos asi fundados v dota- ‘dos ~como consecuencia~ de una exiitilidad me- mente felativa 0 hipotético-condicional, no pue- den tener [a fuerza moral que el uso habitual del Jenguaje y la Iiteratura mas corriente les atrihuven. Nose tratard va de "cartas de riunfo” frente al po- der_nisde_derechos “tomados_en_seri “deredtids inalienables®, sino solamente de exigen- clas mediatas, subordiniibles a otras instancias que Variarin’seuin cual sea la doctrina particular de ue se trate, Esto no es sino una consecuencia ne cesaria del sesgo inmanentista del pensamiento moderna, que va del inmanentismo gnoseol6gico al tivo y metafisico®, es decir del “cogito” de Desear- "id * Vid, sobre todo esto, nuestro trabajo "Inmanendia, tras "pen Persona y Derecho, 9° 2), 199 tes a ta conocida efirmacisn de Jean-Paul Sartre: “todo estf permit (aun la violacign de los dere- chos humanos, C.LM.C.) si Dios no existe y en con- seeuencia el hombre esté sbandonado, porque no encuentra en st ni fuera de s{ una posibilidad de aferrarse™, Y la conclusién es es necesariamente, ‘aunque muchos de los pensadores de nuestros dias ppartan de las mismas premisas pero no se atrevan 3 apurar todas sus consecuencias. % samen, Jean-Paul EL exonctstime es wn daamanismo, Musecar, Hanes Aires, 1972 pg 2 CONCLUSION La conclsiin central del estudio que hemos ve- nido realizando acerca del pensamiento contempo- Tineo sobre los “derechos humanos" se resume en una paradgja. Tal como lo indica su etimalogia (@éxa, opinin,y pard, fuera de, mis alli de), en la Parada, una’ sfirmacioa contraria-a Ta opinign comun ocilta um verdad, que se develn slp des- ude del amilsis de sus términos". Lo paradijieo de huestra conelusidn radica en que en el mismo mio- mento en que se proclaman y defienden con mis énfasis los “recs humanos", es evando menos las principates corrientes de pensamiento. se n= cuentran habiftadas para fundarlos. Dicho de otto ‘modo, la capacidad de justificacién racional de los “derechos” por parte de las docrinas que nos son "15d. Penuises Chaim y Otanscitte TVA Le Vaqpimentaion= La nowsele rhdwiga, Ute Dh Fraliss, 1976. Acerca ds esa etimaoghy, vis MUSGLIA, Santage, Dicunani» Biola Laine Espa, Anaya, Madrid WS, nig. S08; y CoRowint Jn Roe Die nario Euan de a Lengua Casella, Gres, Maid, 1956, nig 39 ee eee rr 192 CARLOS 1 MASSIST CORREAS contempordneas es inverscmente proporcional a la insistencia y notoriedad zicanzada por la ret6rica * derechohumanista”. Evidentemente, esto results paradojal, ya que la" opinién comin no puede dejar de pensar natural mente que en tiempos de una proclamacién tan in- sistente de esos “derechos”, debiera existir todo un cuerpo de doctrina, homogénco y completo que die- fa cuenta y razén de aquello que se declama. Pero sucede que, como lo hemos visto a lo largo de las péinas precedentes, en la realidad ocurre todo lo Eontrarig; en rigor, slo el realismo filosdfico, que fe entronca en una tradicién de pensamiento or prada en la Grecia cisica y que resulta ser, por lo tanto; Ia doctrina menos “contemporinea”, oftece tn ensayo de fundamentacin que reine los requis tos minimos que esa fondamentacién exige. éCémo ts posible es preciso preguntarse~ explicar est paradoja? éCuales son las causas de que se hays Tlegndo a esta situscién que golpea al espiritu de quien toma conciencia de ella? . ‘Una explicacin plausible es la que atrbuye es paradoja a un cierto desfase existente entre el oF- Ben de la praxis juridico-paltica y el de fas teorias filoséficas¥ cienifias. En efecto, estas élkimas tar- dan unos cuantos afas ~ Bochénski caleula que ak revedor de cien- en llegar al conocimiento del tran piblico, y sucede que en el orden de In praxis politica, lo que importa ante todo, lo que determina Oe hecho las conductas, son Iss ideas que han To- 1108 DERECHOS HUMANOS 193 grado la adhesin del gran pablico. Es por ello que, én general, las ideas dominantes en ese orden son las que en el siglo ~o en los siglos~ precedente ‘gozaban del fevor de os intelectuales?. _ Esto es Jo que ocurre en nuestros dias con la no- cin de “derechos humanos"; ella no es sino la de- cantacién de una serie de ideas que tuvieron su ori- gen en los siglos anteriores: i) la de derecho natural, Cuyo germen se encuentra en el pensamiento erie {al como lo ha desarrollado licamente Jacgersi las nociones juridicas fundamentales, como las de “vital 2", “obligado”, “potestad”, etcétera, ‘que fueron precisidas a partir dela experiencia juz iea romana’; ii) Ia de persona, que tiene su ratz en el pensamiento cristiano’; iv) Ia de sujeto, gesta- a en el transcurso de la modernidad’s yw) la idea, tipicamente cristiana, de que el hombre tiene un destino individual mds allé de la comunidad politica y de que no pertenece a ésta “segin todo él y segin Vid Rocitxsis, Joseph, M, La flosoffa aol, tad. E. Inaz, PCE, Mexico, 196, pgs 10 sas 2 azcen, Werner, dlabenca del ey, rad. A. Tray, Cem {e Estudios Consttuconales, Madrid, 192, pgs. 7-79. Sid, Kosciaxr, Pasi, Eurpa y ef Derecho Rewano, eyica de Derecho Prd, Masi 195, posi. Che. VIAEY, Michel, Peis de Phtosphie da dit, T. 1. Dali, Paris, 1978, pgs 1569 sigs 17g, Scuuiz. Water, ET doe dela mtaica mem, ad E,Linatesy E. Frog, ECE, Mésic, 1961, poasn. 194 ‘CARLOS 1, MASSINT CORREAS todo lo suyo"”. Ahora bien, la mayoria si no to- das de estas ideas son cuestionadas por el pen- samiento contemporineo preponderante; asi, por ejemplo, i) la de “derecho natural” es atacada por todas las formas de positivismo; ii) la de “derecho” ~y todas las que les estén vinculadas~ por los di vversos historicismos, que lo consideran un epifend. meno de otra realidad fundamental; ii) Ia de "pere sona”, por las varias formas de fenomenismo, que la reducen a un mero haz o conjunto de fendmenos sin arraigo sustantivo; iv) la de “sujeto”, por los asi llamados tardomodernismos, que declaran pom. Posamente su “muerte” y reducen el Ambito de lo Juridico a “textos sin sujeto"; y, por timo, v) la visign cristiana de la politica por los diversos total- tarismos, entre los que debe incluirse el “totalitari mo demoeritico”, acerca del que han hablado con claridad tantos pensadores, desde Tocqueville a Talmon’, | Pero debemos preguntarnos: équé suceder4 si estas ideas que socavan los fundamentos sobre los que se levanté la nocién de “derechos humanos" 7 Toss De AOUINO, Santo, Summa Theolsiae, Ll. 24, 4. 3. id. MotsaR, Thomas, Poles andthe Site Fanci an Herald Press, Chicago, 1980, passin. "Vd. Foucawer, Michel, La venta y las formas jurdcas, trad E- Lynch, Gea, Méven, 98, plge 33 y paren "Che TALON, J.S, Lac niones dela denivemcia tata, nad. M.C. Ircheia, Aguila, Madrid, 1956, pain. 10S DERECHOS HUMANos 195 ‘leanzan un estado piblico preponderante? Qué fos espera si el pensamiento contemporéneo, que se reduce en palabras de Gilson a un esceptic cismo en Occidente 0 a una tiranfa intelectual en ‘as naciones orientale, Hega a permear toda nues- tra cultura politica y juridica? Como la filosofia es Arhol de frutos tardies pero seguros, no parece que ueda esperarse otra cosa sino la difuminacién del concepto de “derechos humanos" y, con ello, de lo {que pretendié ser un “remedio a la inhumanidad de tn derecho que ha roto sus amarras con la justi cia". Expresado de otro modo, serd la desintesra. ign del dtimo de los intentos del hombre oeciden. tal para resguardar su dignidad y su racionalidad. Ahora bien, écuil ha de ser la actitud del fildsofo frente a esta perspectiva tan poco ulentadora para el hombre? Ante toda, levar a cabo un andlisis er tico de esta realidad que se nos viene encima, de. hunciando sus ineoherencias, sus reduccionismios y sus consecuencias, Y, en segundo lugar ~y esto es lo mis importante. ya que la filosofia surgié yf fecid como metafisica, es decir, coma el conoci- ‘miento buseado por una azn, naturalmente tease cendente. de los principios primeros de lo que nos es dado en la experiencia sensible, renconitar una ‘vez més su naturaleza propia: escrutar el ser de las * Vue, Mi 15, ple 9 cl, Le dit tts dats de Thome, PU. 7 RN teen vBvU.IVIVIGI0000"E VesvevvVve wee 196 ‘CARLOS 1 MASstST CORREAS cosas". Esta posibilidad de eserutar el ser de Ia realidad ha sido negada por la filosofia moderna; [pero es asi como aboed a las aporias hoy denuncia= das desde las més diversas posturasflos6ficas y en ‘especial ala que hoy n0s interesa: la ineapacidad de fundar los derechos de las personas. Por ello, de lo que se trata es de volver a plantear una vez més la ‘cuestign del “ser en lugar del “aparecer”, del “esto es asi” en lugar del “como si”, del “debo"” en lugar del “me agrada”, de los derechos “objetivos” en lu- gar de los “inventados”. Solo asi seré posible atrai- gatos derechos dels personas en el seo fme de in realidad ~en este caso dela realidad humana~ y de su conocimiento, otorgéndoles, de ese modo, una justificacién racional acorde eon la seriedad y gra "id, Gisos, Elen, La uniad de la erences «a tra. C. Balas, Rip, Madd, 196, pg 336 APENDICES, Avexpice 1 TUSNATURALISMO ¥ DERECHO HUMANOS: LINTRODUCCION Es un hecho incontestable que los “derechos ‘humanos” se han convertido en el centro de Ta ética cial cle-nuesteos dias y que practicamente todo el mundo los s minorlas raciales 0 religiosa, js sexvales, los padres que no quieren dos. @ a giados, los desocupadas,etcétera, Por su parte, go- bernantes y ‘opositores se aeusan mutuamente de iarlos, y los pensadores politicos llenan las tas y los escaparates de una verdadera avalancha de trabajos que los tienen por objeto, Michel Villey ha llamado a este fenémeno “inflacién de los derechos humanos"';y el filésofo canadiense L- W. Sumner ha legado’a afirmar que "la retGriea de los dere- chos humanos esti fuera de todo control”. Por "Vaux, Michel, Le drat ot es dite de Phomme, PUP. Paris IDS pgs Ny Ss P suseser, LW, "Rights denatured", en Utils and igh, comp. R. G. Fey, Bas Bladovel, Oxford 1985, pg 20, Yj VVOVIVYDVOUG OEE HE VIIIVIIIvVVvVIve 200 (CARLOS 1 MASSISI CORREAS. nuestra parte, sin poner calificativos a los hechos, nos limitaremos a registrar la.vigenci i de Ia idea de." }0S"como.pauta 0 Pero ocurre que ese hecho es acompanado por otro, que resulta a primera vista desconcertante ¥ ‘paradojalya lo largo de todo el planeta se suceden de mode ininterrumpido las denuncias.ce,violacions nes reiteradas.y graves-de esos derechosaEste con- taste ha llevado al publicista francés Jean Rivero a sostener que la situacién actual de los derechos hu- manos puede sintetizarse del siguiente modo: “uni- rersalid imiento (emlasideas)-univer~ salidad. Frente a eslos hechos coniradictorios y parado- jales, que se refieren a una de las ideas nucleares del pensamiento contemporinco, Is filosofia préic- tica ha de ensayar una explicacién que dé cuenta en un nivel de maxima generalidad y profundi- dad de esa situacién ambigua en que se encuentra I nocién de “derechos hummanos”. Dicho en otros términos, tiene el deber de buscar una respuesta a Ja pregunta siguiente: Zeusl es la razdn de que unos derechos, aceptados y proclamadas por todos, sean vviokidas ~al menos casi~ por todos? ‘Una primera.tespuesta, aparentemente simpley> direetayafirma que el problema planteado es de ca- > Ruveno, Jeon, Les libenés pabliques -J— Les dts de Phone, PU. Pari, 1985, pig. 150, 10S DERECHOS HUMANOS 201 rdcter meramente prictico y radica en la ausencia de umorganismo judicial-internacional.con-facultades F oie cderechos- hu manos”; de ese modo, una vez establecido ese tril na esullarfa posi nak-supraestataly resultaria_posible-quesesos.dere- chos aleangaran vieencia universal Io -sensteoriapsino-en la:praxis-concreta af, Sergio Cotta ha demostrado que esta pretensin no sélo es sim- plist, sino infurdada © sora que el impel nento fundamental para que ese tribunal se esta- ‘lezen radiea en la negativa de fos Estados a “reco. cia de_un Estado heeménico, sino por una reela de derecho superior a la voluntad leuislativs de los diferentes Estados] ¥ este reconocimiento result imprescindible, oda vez que de no existir esta reg! de derecho, 00 se alcanza a ver cuales podrian ser cl fundamento y Ia justificacién de las decisiones {del mencionado tribunal Pero planteadas asi las cosas, ya no puede ha- burse de un problema meramente prictico, sino de una cuestién eminentemente teérica, pues teérica + a esl opiniin preponderanteentee los internacional tas; sid, TALYOL SERRA. Antonio, Lor Derechos Humanos, Tec- gs. 10 sigs. S Corn Sergin, “Le problme da fondament des droits de X Congreso Munisl Onlinario de Fi lonofia Saal (1 R), corp, José L. Cutiel, UNAM, México, 1983.0 202 CARLOS 1, MASSINI CORREAS es la cuestin de Ia existencia -o inexistencia~ de tuna regla de derecho independiente de las decisio, -nes de los gobiernos. Adem, es indudable que esta cuestin tedrica se vincula necesariamente con 's problemsti del denominado jusnaturalisme, ya que este dltimo representa el arguetipa de Taeten Mins aera del Yontainane. eee fcacion y alean- ces_de_aguella resla superior. Por lo tanto; dep cuestign préctica referida a la instalaeién de vn tee bbunal supraestatal, dehemos pasar a la euestion i iorde'las-> “#eglas que ese tribunal habria de aplicar, lo que ine= cluye necesariamente una consie {uralismo como conjuntorde-doetrings que'intentan= ‘agiacsasionalmeniocssceghae Ahora bien, no han faltado fil6sofos del derecho ~algunos de ellos bastante notorios~ que defien. dan Jn inutilidad 9 falta de interés de plantear y debatir Ie_eyestign del fundamento de-los dere chos humangs. Asf por ejemplo, Norberto Bobbio, fen su muy eitado trabajo Sul fondamento det dri dell womo, ba sostenido que “después de estas de- « claraciones (de derechos humanos) el problema del fundamento ha perdido gran parte de interes (..); ahora no se trata tanto de buscar otras razones, © irectamente, como pretenden los iusnaturalistas redivivos, la raz6n de las razones, sino de poner las condiciones para una mis amplia y eserupulosa ‘ealizacién de los derechos proclamados (..), El Los DERECHOS HUMANOS 203, Problema de fondo -concluye Bobbio~ es hi tanto el de justificarlos cuanto el de protegerios™ Por supuesto que casitodos'esténreoncor rdes.en fa.» necesidad de promover.la.vigencia de-los-derechos. Pero nos parece claro:quecello sue Pone=y de mado necesario- que esos derechos esténmsériarente-funcados, es decir, que-cuenten on alguna justificaei6rrracionalde lo contrario, no se ve eémo podria promoverse la vigencia de unos derechos sin fundamento o euya justficacién se desconoce 0 se considera superflua, Por otra parte. ¢s_evidente que las meras “declaraciones” de est | ‘ipo de derechos ne son un fundamento suficienter | ‘mc todo i) poraue se “declaran™ unos derechoe S0lo_si se los considera fundadas, y ii) porque es | aniliesto que Ia proliferacién de esos instrumen tos no ha loerado impedir Ia veneralizada violacin delos derechos que prociaman: Dello expuesto hasta ahora surge claramente ka necesidad de intentar, en sede filosdfica, la elucidae cién del fundamento racional ~o , en su caso, del no fundamento~ de los derechos humanos. Dada la no. % Boutio, Noxbert, “Sul fondamento dei dvi deuoms", cn Bisiaa Inemasionale di Flsofa det Dis, abibjuaie ds 1965, fos. I, Dat. Gitte ed, Milano, 1965, pas 308-30, 4d, esimimo, en un scatida parcalment dif Norberto, Furdamenta y Futur de la Democrat vi eS ee Se ere ee eee eee 204 CARLOS 1 MaSSINT COREAS vastedad de Ia problemética, vamos a limitarnos 2 ‘atar el tema de las relaciones entre el iusnaturalis- mo y la fundamentacién de esos derechos, intentan- do precisar el eardcter y alcance de un vinculo que ha sido, sobre todo en los tltimos aftos, objeto de i tensos debates. En esta tarea daremos por supuestas las nociones de “derechos humanos", de “derecho subjetivo” y de “derecho natural”, ya que su desa- ‘roll ~aunque fuera somero~ implicaria dar a es- tas consideraciones una extensién desmesurada; de todos modos, como hemos tratado estos temas en ‘Rumerosos trabajos, remitimos a ellos a quienes pue- dan interesarse por nuestra posicién a su respecto”. I ACERCA DEL IUSNATURALISMO Aparece como necesario, antes de encarar el tema de las relaciones que puedan existir entre la 7 Vid. Massist, Carlos 1, “Los derechos humanas on debate”, a Lor Dench Haman, comp CLM, exam, Nendo 1965 pen Ty sles rec jets ead wn oir natn Uren ae Si Io ge 194 "Tee presses enamels ncn ce derecho ater en Ef Dechy ne SI, Unsere, Boenos Dies St Relate aot elles muri a spe 152, UGA, Bucs os 198, pgs IELTS Slnetondrentor dl eechos ntl ar en ensine to de Michel Vil” endear, U.S Menges, Meno 23.19% pis Sys 1.05 DERECTIOS HUMANOS 205 st de los derechos humanos y el iusnaturalismo, ‘efectuar algunas precisiones acerca de este dltimo, concepto, precisiones que resulian indispensables hhabida cuenta de la vaguedad y ligereza con que se ‘maneja habituslmente esa nocién. primera de las precisiones se refiere a la exis ‘encia de diferentes concepcianes del derecho natural (eens Se eer doctrina jusnaturalsta 0 ‘wr usnaturalismo, tal eomo parecen pensarlo alzu- ‘oS autores, sina varias corrientes de pensamiento ‘que_pueden’ser_consideradas jusnaturalistas. Son rumerosos fos trabajos, algunos de ellos de real valor, que se han dedicado a discriminar pro mente estas diversas concepciones iusnaturalistas’ por nuestra parte, y sin entrar en demasiados deta- Hes, recordaremos que puede distinguirse entre: i) Us snaturalismo racials pincipalmente el de ia Escuela Moderna del Derecho Natural, eneabe- Alone Cane Eeastiaiany cee ‘Ewe puede ser ejemplifieado en Ia figura de Hob- ‘Sbes/iflun_jusnaturalismo reaista de raiz aristoté- lisa, y_cuyo principal representante es Tomas de * Nis, Carlos S, Frcay derechos humans, Paids, Buenos 8, 1984, ples. 23 y sigs. Vid. avestco comentario a ete Ibo, Filesefianaliticey Derechos Manancs, en elapéndie ld exe Hiv. "Vid, Sonte Rawos. Guido, “Diferentes concepciones det Derecho Notura’, en Fikos, nos. 1011, INFIP, Buenos Aires, 1982.85, pgs, 317359 y Sexaaso Vis arAte Emilio, Cone cones iusratratiasactuaes, Eitra Nacional, Madrid, 1997 * Asi. por ejemplo, debe ser consideradd iusnatues 206 CAKLOS 1 MASINI CORNEAS ‘Aquino; iv) (un iusnaturalismo manisa] intentado por Emest Bloch y Hermann Klenner;v)fun jusm- turismo Kantiand) como el propuesto por Stamm- er, eteétera, ia sopunda de las precsiones afta a la noclén noma de usianralcng, i {Ende usposiivisma Reconociendo de antemano que estamos frente a una cuestidn controvertida, ‘amos proponer una caraeterizacign del iusatura> Tiamo que se corresponde adzcuadamente con ls realidad de ls contenidas de lis diversas doc sfilosfieas, Expresado brevemente, es posible ca- lificar de iusnaturalista’/a toda doctrina o escucla ce afr la insliiendla el dereehormeremene™ sino para copula coexisiencia via prosecucin dels fines humanos que svperan as sanaciides de> ls ndiduos islalns dicho dectromado, secon Slderan iusnaturallsts a todis aguelas posciones, {usilostificas que sostienen la exivtencia de alin os sufieiente, que sea uno principio de derecho cuvis fuente no es ln mera sancidn estatal 9 social {a Herbert Hart, quien ha deféndido rei ‘ces existencia de al menos un derecho natural: “El derecho igual de todos fos hombres a ser libres". Soqse RAMOS, Guide op. cit, pips 235336. NW jtgrr H, LA "Ate tte any nota righ en Theo ries of Rig, comp, Jeremy Waldron, Oxford U. Py Now Yor, 1984, pg 90. 10s DERECHOS HUMANOS 207 Si pasamos ahora xl positvisma jurdico, és puede ser ido como aquella concepcidn ue sostiene que toda norma, deber 0 derecho es iene por una autoridad extatal 0 o-existe ninguna norma o psincipio en erecho que no sea la mers ereacida del des sociedad misma, En este sentido, a7 ‘como positivists 1 ‘Antonio Robles, Roberto Vernenco 0 AILROSS ta quienes no existe ninguna otsa dimensién jurid cca que la estritamente po ‘Si consideramos shora la relacidn Weica en qu: se eneventran estas Uns concepciones, veremos qui in; en efecto, ef iusnaturalismes aficma que ex echo no positiva, y el iuspasitivism sosti toda norma de derecho es positiva, Como fa prsne- Gn es particular negatva y is sal afer, se encuentran en contradietoria y, porto tanto, siuna de ells es Tn outa ha de ser verdadera y viceverss, )existen ols posiidad de una posiciin intetmedis™ De "ete Sons Raw, iy op it pig. 337 Save Rese, vi, VALLEY DE PMT OMOKAAMRAAMAHHANATAY mano ne 208 [CARLOS 1, MASSINI CORREAS aqut se sigue que una jusfilosofia o es posit rechaza la existencia de alg principio no posit _de derecho, 0 ¢s iusnaturalista, si acepta la existen- ade alpdnpritcpiosupaposiv de derecho. existe otra alternativa, v aquellos autores que pre- {enden eolocarse en posturas intermedia. ni posi Vistas. oj jusnaturalistas, pueden hacerlo sélo_ de ‘nombre, va que en realidad terminan voledndose ne- cesariamente hacia uno de las extremos de la aller fativa, Tal es el caso, entre muchos otros, de Hans ‘Welzel, quien, 2 pesar de sus protestas en contrario, adopta una. postura iusnaturalisa, al ‘menos en I determinacién genérica que hemos realizado mas arriba®. Sabemos que este modo de plantear fa relacién jusnaturalismo-iuspositivismo no concuerda con las ideas expuestas a ese respecto por una buena canti dad de autores contemporineos; Hart, Bobbio, ‘din Gnilor de fa opescidn iosatraismo-iuspesiviso: PECESBARIA. Gregorio, Duxchos fidamentoes ~ 1. Teoria Gener, Gvatisna, Madd, 193, pero apes dello sotiene la postbiided ce “superar” esa opotitn, gs 53.8, 8 Werzet, Hans, lavoducciéa a la forofa del Derecho ~ Derecho Natural y Jusicia Material, rad. F. Goran Vieén, ‘Aguilar, Madrid, 197), pigs. 250 y passin, Asimisma, de exe ‘plumo autor vid Mas ald del derecho naa y del poss jiwiico, rad E. Gsraén Valdés, 2.06, U.N. de Cérdoss, Cor (08a, 1970, pig 11. 105 DERECHOS HUMANOS 209 Dworkin" y, en nuestro pais, Carrié y Nino!” han desarrollada doctrinas diversas acerea de Ta distine cin aludida. Por elementales razones de espacio, vamos a referimos aguf solamente a las ideas de- senwueltas por el profesor espaiiol Rafsel Hemndn- dez Marin, en su recientisimo libro Historia de 1a Filosofia del Derecho Contempordnea’. Su novedad y la extensién de sus investigaciones hacen de ese ‘Volumen un buen exponente de las posiciones opues- tas a la aquisustentada, ara Herniindez Marin, la oposicién se plantea entre, por un lado, Ta que él llama “tesis iusnatura Tista", que resume del siguiente modo: “Para toda entidad juridica positiva existe un derecho natural Vid, Hane, Herbert LA, "Positivism and the Separation of Law and Morals" en Tie Pilasophy of Law; comp. Ronald Dworkin, Oxford U.P, London, 1977; Bowbio, Norberto, El pro Mena de position uritio, wad. E, Garaéa Vals, EUDEBA, Buenos Aiees, 165; y Dwonkts, Renal, “atroducion”, en The Philosophy of Lae, ety "The Model of Rules”, en U of Chica- ‘0 Law Review, 1°35, Chicago, 1967, pigs. ty Sigs. ® Canmid, Genaro, Prncpis juices y psitvimo junio, Abeledo-Perot; Bucnos Aices, 170, y NINO, Carls S. peracién de la controversi ‘pois vs. iesnatualismo a pare tir de i ofensha anipestniia de Dworkintremta-vaides del derecho, Astrea, Buenos Aires, 1985, pips. 45 ysigs. CARR cri- tiea ese trabajo en su opsculo Un inemto de superacie de (1) convoversia enue posits ¢ iusnauralisas, Abeledo-Perrt, Boones sites. 1986 ' Hensisoee Manis, Refecl, Iistori de fa Filosofia det Derecho Contenporinea, Teenos, Madd 1986, 210 CARLOS 1 NASSINI CORREAS dl cual deriva 0 en el cual se inspira (.). © fo que cs lo mismo: para toda entidad pastiva, si no existe tun derecho natural del cual derive, no es juridica™®, Por el oiro lado se encuentra ~en oposicién con la tesis anterior el positivismo juridico, al que define como wna “doctrina idealista y no iusnaturalista"™, agregindo que “es posible que una doctrina que sostenga que existe un derecho natural, 0 incluso {que sostenga que existen entidades juridicas po tivas inspiradas en el derecho natural, sea iuspo- sta”, Si esquematizamos Ja oposicin analizada tal co- mo la piensa el profesor spatial, ella quedaria planteada del siguiente mado: 1) feesis_jusnaturalista) “toda positiva deriva del derecho natural ') {isis iuspositvistal alguna entidad jor positiva no deriva del derecho natural” ‘Como resulta evidente a Ia luz dé To estudiado hasta ahora, también estamos en este caso frente a tuna oposici6n contradictaria, que no admite térm nos intermedios; es decir, que también para Her- vindez Macin una doctrina jusflos6fiea ha Ue ser 0 sta o iuspositivista, sin que exista la posi- de sostener mtidad juridiea tide, pig 6. 2 thier, ig 88. * anideon pig 88. LOS DERECHOS L1UMANOS 2u En este punto, por lo tanto, las afirmaciones el profesor espaol coinciden con las ideas desa- rrolladas por nosotros mas arriba. Pero la coincidencia termina abruptamente cuan- do se analiza el contenido de los términos de la coposicita, es decir, las tesis iusnaturalista e iuspo- ivista, Ea cuanto a la primera, resulta que casi iguna de las teorias consideradas iusnaturalistas responde a la definicién propuesta por Herndndez Marin; asf ocurre, entre otras, con las de Arist6teles y de Santo Tamés, asf como, ya en nuestros dias, con Is de Dabin y Villev. Para comprobarlo, realiz cemos una breve revista de estas doctrinas: i) Aris Aateles habla en la Erica Nicomaquea de los “justo legal” como distinto de lo “justo natural"; ii) Santo Toms distingue en la Suna Teolégica entre To que'es derecho “por Ia misma naturaleza de las cosas", que Him “derecho natural’, y lo que es de- recho “por convencién privada o piblica", que de- nomina “derecho positivo™; ili) el profesor de Banstoraies fica Ncomaguee, V, 7, 138b. 18-19 sige ® Towus ox AauIN. Sano, $7, It, q 8, 4.26 Hernine ‘dez Marin (pps 4-65) rela ura interpreta literal y fuera & conieato del frase de Sano Toms conten en ll, 995 2.6. El egudio integral de las lugares en los que Sanit Toms ord el tema demuesra que és defends fa exsencia de un erect ponitvo per se re deducida del derecho watutals sire esto, Casatroons Juan A., “La justia y et derecho pene tiv’, en Maran, nos, 4/5, U. de Mendous, Mendoza, 1979, pigs 57-72. 212 ‘CARLOS 1. MASSINI CORREAS Lovaina, Jean Dabin, afirma la existencia de un de- recho natural no juridico, ya que el tnico propia- ‘mente juridico seria el derecho positives iv) p ‘lkimo, Villey distingue netamente entre las “leyes’ producto de la raz6n de! legislador trabajando di lécticamente y el " menterlos derechos humanosnacierorren'eldmbito, del jusnaturalismos-tanto-del-iusnaturalismo=racio- salntedeGrodi, Pufendarf, Wolf Wale Burlameoul vss vs larga serie de seguidores”, mlnauacesboake, Func ps Teeny ae jones? 7” ya, nue iro La desimegracén del penser co en la dad Madera, Abeledo-Perel, Buenos Aires, 1980, pussy ly bixiografia al ctads. Sabre Ios eseoraistas, vid. simi el rvable eo de Aled DuroUR. Le mage dors Vecoe ale mande da droit naturel modeme au XVille sel, LG.D.), Pati 1982, pgs 15.219, y PECES.DARMA, Gregorio, Trdasia a la mx derided y derechos fandamentale, Mexasita, Macri, 192, pgs 1Méy sigs Sobre Groci, wi Heavana, Javier, "Lo muss y lo visjo en Ta hpttesisEtiamsi Daremus' "en Revs ee Estate Hinevico-urticos, n° VI, U. de Valparaiso, Vslparas, 198, pigs 351368 * Vid. Viiuny. Michel, “Les fondateus de Tecate da drei naturel modemne av XVI stic", en chives de Pilosophe du Drat ® 6 Sites, Pais 1961, pgs. 7 y sigs: y Fast 1.05 DERECHOS HUMANOS 215 quesejercieronestos;pensadoresssobre:lasiprimerase declaracionesdesderechosen lo que respecta a la de Virginia es conocido el infljo qué tuvieron en su redaccién John Locke y Samuel Pufendorf, este Gltima a través de un diseipulo suyo, el clériga John Wise”. Por lo que respecta a la declaracién francesa, st origen iusnaturalista aparece como innegable, aun- que un reciente articulo de Patrick Wachsmann ha- ya intentado cuestionar ese cardeter; bajo el titulo de “Naturalisme et volontarisme dans la Déclara- tion des droits de "homme", su autor intenta des- cubrir un mero voluntarismo en ese documento, afirmando que las apelaciones al derecho natural cefectuadas en el texto son una simple coartada para ‘cultar el innegable voluntarismo legislative que la declaracién consagra™. Mis alld de ciertas observa~ anes jmeresantes contenidas en el articulo, la tesis ‘Centiabaparece como esencialmente errénea: i) por- {ieindfes incompatible un jusnaturalismo respecto lel tema del derecho natural con un voluntarismo fespecto al derecho positivo, tal como To evidenci Tistora de la Flosofa del Derecho, T. 2, tad. Jost F. Loves, Pirdmide, Madeid, 1979, pgs. 133 y sigs +B ch Wetzel Hans imu iy pgs. 6-89. % Wacussuass, Purch, “Naturalisme et volontarisme dans 1a Déclaration des droits de Phomme ée 1789", en Drois-Revue Frangaise de Théorie Jurdigue, 0° 2, P.ULF., Pais, 1985, pigs. 13.22, OO eee 216 ‘CARLOS 1. MASSINI CORREAS el ejemplo de Rousseau” y ii) porque del anilisis de los debates de la concn conaiuyente gue sancion6 la declaracién-surge de modo manifiesto que la inmensa mayorfa de sus miembros eran ius- naturalistas convencidos®. Habiendo recordado ya la vinculacién histérica centre iusnaturalismo y derechos humanos, es pre- ciso que volvamos una vez més a nuestra pregunta originaria:/ces esta vinculacién, ademés de hi ricamente comprobada, teri dicho en otros térmi vmeni nosiusnaturalista es decir, iuspositivista, ya que =tal como lo hemos visto~ no existe Ia posibilidad de posiciones intermedias entre esas dos concep- ciones? Luego de lo que hemos desarrollado hasta ahora, Ta respuesta parece clara: s. i: nee : § i ! Stodasver=quessislos | de imirse 3 Yea, ANDRE-ViNceNT, Pilipe, “La notion moderne de droit naturel et le volontarismé (de Vitoria ct Suérez a Rows emu)" on crchives de Piloophie du Dr, 0° 8, Sitey, Paris 1963, pégs. 237-299 32 id, DELAUK, Paul, “Analyse leviesle des débats de 18 Constiuante sur Io Déearation des droits de homme", e” Droits, it, pgs 23-3, El teto completo de a Declaracién puc- ‘de verse en GOVARD-FAIRE, S.y SEVE, R, Les grandes questions dela Philasophie du drt, P.U.E. Fai, 1986, pigs 235.257. LOS DERECHOS HUMANOS 217 Tesultwevidente que han de.tencr.sufundamentoren rechos-querd s ara el principio serd i) el individuo aistado en su estado hhatural, si partimos del iusnaturalismo individualista ‘modern; serd ii) Ia coexistencialidad ontoléeica de Ja_persona_humana, si_adoptamos el fusnaturais- mo existencial de Sergio Cotta™; serdsti).elprimes. Pringipiowat § en ‘sera iy) 1 de la ustiia, si sequimos un iusnaturalismo Ge Pero tarsedeun principio normarde fuente no positiva, deem esos derechos aun contra la legislacién vigente 0 los actos de la administracisn o ta judicatura que la aplican a los casos coneretos. Y si se trata de un. principio de fuente no positiva, no podemos sino fencontrarnos en presencia de una posicién iusnatue ralista, en el sentido genéricamente determinado mis arriba. % Corra, Sexsio, Giustcatione ¢ cbligatoried dele nor, Giffg, Miki, 1981, passim. 3 id. Baostto, Roberto, Il conceto di dirito matarae i Sian Tommaso d’Aquino, Gis Te, Milano, 1983, pigs By sigs. 218 CARLOS I MASSINE CORREAS Esta conclusién resulta confirmada si analizamos, aunque sea de modo sucinto, el lenguaje en que se expresa el discursé habitual acerca de los derechos humanos; porque cuandoniseshablasdesderechos nos"= afirma’Hervada~yconvestaexpresiOn'se. A n piece des ar tum aire c eats de deneshes, une {o ‘anteriores’, segin el lenguaje mas generalizado) fiiplpeonhiveetror Jo menos avesarconclusién» leva el sentidovobvio del lenguajesutilizado, tanto por las declaracionesantiguasy-modemnasy los pac- tos™faternacionalescomo por los distintos movi mientos en favor de esos derechos 0 ~en general— por quienes sobre ellos hablan 0” escriben™™®. La simple lectura de los més conocidos documentos declarativos de estos derechos confirma amplic mente esta afirmacién; en efecto,’en 1a Declaracién Universal de los Derechos Humanos de las Nacio- nes Unidas se habla de “la dignidad intrinseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana’™, de_donde se desprende, de modo inequivoco, que nowsetrala, en SESS gecaresoe HUT Tennemnsion * Henvapa, Javier, “Problemas que una nota esencial de fos derechos humanos planteo a la Filosofia del Derecho", en Ter song y Derecho, 9°9, EUNSA, Pamplona, 182, pgs. 245-285, % Vid. exo de Ia Declaracién en Hust Gallo Jorge ly Penorana de los Derechos Munanos, EUDEUA. Buenos Aires, 4971, Apéncice, pigs. 7-151. Los DERECHOS HUMANOS 219 del:fstado-odesurrmero’consensorsocialesinoder iporquesse sigue deta “dignidad intrinseca”-det0= dgsslosshombres”. Para reafirmar Jo antedicho, el articulo 30 expresa que “nada en la presente Decla- Tacién podré interpretarse en el sentido de que con- fiere derecho alguno al Estado, © a un grupo 0 a ‘una persona, para emprender 0 desarrollar activi- dades o realizar actos tendientes a fa supresién de cualquiera de los derechos y libertades proclamadas. en esta Declaracién”, con lo que se coloca’ expre- Spumante of fupcamento.de.esos derechos fuera de! aleaneesdelarbitrioshumano. De modo semejante y con mayor claridad aun se expresa Ja Convencién Americana sobre Derechos Humanos y ~en gene- ral todos Jos documentos en que se irata de esos derechos. IV. CONCLUSIONES _ Llegado el momento de concluir estas considera- ciones acerca del iusnaturalismo y su relacidn con el concepto de derechos humanos, podremas ser su- mamente breves: 1. Ante todo, se ha puesto en evidencia la rela- cién_de contradiccién “que existe entre las tesis Vid, Cassns, René, "La proteccién internacional de tos de- rechos gal hombre y sus difewtades”, en Revive Jurtdica de ‘Duero Aires, 1985, Abelodo Pero, pigs. 63 y pai, 20 ‘CARLOS I, MASSIN CORREAS =previamente precisadas~ del iusnaturalismo v del positivismo juridico, relacién que excluye necest- riamente toda posiciGn intermedia, 2, Ademés, ha quedado demostrado que sélo desde una perspectiva iusnaturatista es posible hablar y pensar acerca de los derechos humanos. 3, ‘También hemos remarcado que existen dic versar versiones-dentro del iusnaturalismo, algunas mis aplas que otras para fundarlo de modo conve- niente, pero que ha de ser de entre ellas de donde habra de escoverse el fundamento -si ¢s que que- rremos ser coherentes~ de los derechos humanos, 4. Finalmente, y respecto a nuestra pregunta inicial, podemos responder que s6losiseacentaun rated Suexistencia,no sereduzca-asmerasvexpresiones:en a = dentro dde los limites de la condicién humana~ ensurvpost- ivoelementodel biewhumanosocial, Avéspice U1 FILOSOFIA ANALITICA. Y DERECHOS HUMANOS. Consideraciones sobre la obra de Carlos S. Nino Etica y Derechos Humanos 1. LAOBRA Terminada de imprimir en diciembre de 1984, salié a la venta en 1985 la obra de Carlos S. Nino Eaica y Derechos Humanos; con motivo de su apari- cidn ‘se realizaron numerosas presentaciones en citculos acadmicos, y algunos period! la citaron con entus! istas notorios mo. Ademés, coma su autor _ estaba a cargo de una de las citedras de Filosofia del Derecho de la Universidad Nacional de Buenos Aires y el libro ha logrado una eiesta notoriedad, justifica que dediquemos a € algunas consi ciones? * scuba de apotecer Ia versiéminglesa de exe tbro, con el tiulo de The Kuki of Human Rights, Clarendon Press, Oxford, 1993,

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