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Caperucitas de Colores PDF
Caperucitas de Colores PDF
CAPERUCITA AIARAAIIA
Hlabía una vez una niña gordita y muy
cachetona.
Su Abuela la quería mucho y le
regaló una capa con capucha naranja, muy
llamativa. Como nunca se la sacaba, la
gente le decía Caperucita Naranja.
U n día su mamá le dijo:
- Caperucita, lleva este pastel de
calabaza cubierto de crema chantilly y una
cereza de adorno a tu Abuela que vive en
el bosque. Está muy delgada y con esto se
sentirá mejor.
- No te preocupes, mamá- dijo Ca-
perucita lamiéndose los bigotes porque era
muy comilona.
-Y ten cuidado porque el bosque es
peligroso.
Entonces Caperucita puso el pastel en
una canasta, le dio un beso a su mamá y se
fue cantando:
"Acabo de almorzar,
Pero ya tengo hambrecita, cogiendo frutas. Mientras tanto, el Lobo
Qué pena que este dulce eligió el camino más corto hacia la casa de
Sea para mi Abuelita". la Abuela. Cuando llegó, tocó la puerta:
POÓ,
Caperucita caminaba por el bosque - ¿Quién es?- preguntó la anciana.
cuando de repente el Lobo apareció detrás - Soy yo, tu nietecita- dijo el Lobo
de unos matorrales. imitando la voz de Caperucita (era bueno
-Buenos días, niña de capucha naranja. imitando) -Le traje un pastel.
-Buenos días, señor. La Abuela se levantó feliz y abrió la
- ¿Qué llevas en esa canasta? puerta, pero entonces el Lobo se abalanzó
- U n pastel de calabaza cubierto de sobre ella y se la tragó de un tirón, ¡ÍÍ0££
crema chantilly y una cereza de adorno. Luego lanzó un tremendo eructo,
- ¿Para mí? [Uóttó!, se vistió con su ropa (que le quedó
- No. Y tampoco es para mí, lamenta- apretada ya que había engordado después de
blemente. Se lo llevo a mi Abuela que vive comerse a la anciana) y se acostó en la cama
en el bosque. a esperar a Caperucita.
Entonces el Lobo pensó: "Tengo tanta Cuando la niña llegó a la casa y tocó
hambre que me comería a esa niña de ten- la puerta, el Lobo le contestó imitando la
tempié, a su Abuela de plato principal y el voz de la viejita (¿ya había dicho que era
pastel de postre". bueno en eso?):
Pero no podía comerse ahí a Caperucita - ¿Quién es?
ya que algún cazador escucharía los gritos. - Soy yo, Abuela, Caperucita Naranja.
- ¿Ves aquel sendero? También llega a - Entra querida, ¡te estaba esperando!
la casa de tu Abuela. Es un poco más largo Caperucita abrió la puerta y se acercó
pero está lleno de jabuticabeiras1, manzanos, hasta la cama de la Abuela. El Lobo se
perales, higueras, ciruelos, bananos, paltos y cubría con las mantas y la toca tapaba parte
mangos. ¿Por qué no vas por allí? de su rostro. Entonces la niña preguntó:
- Qué deliciosa idea, señor. ¡Eso haré! - Abuelita, ¿por qué tienes las orejas
Y Caperucita se fue por el sendero tan grandes?
- Son para escuchar mejor cuando
Fruta brasilera.
pasa el lechero. comido, el Lobo dijo:
- ¿Y esos ojos tan grandes? - El cazador estaba muy salado. Me
- Son para ver cómo se hornean los dieron ganas de comer algo dulce. ¡Ya sé!
queques. Comeré el pastel que la niña le trajo a su
- ¿Y esas manos tan grandes? abuela.
- Son para recoger sandías y jacas. Entonces se comió el pastel de
- ¿Y esa nariz tan grande? calabaza cubierto de crema chantilly. Y
- Es para sentir el rico olor del pan cuando vio que había olvidado comerse la
caliente. cereza, pensó:
- ¿Y esa boca tan grande? "Creo que todavía me cabe alguna
-¡Es para comerte a ti!- gritó el Lobo cosita..."
abalanzándose sobre la niña y Se la El Lobo tomó la cereza y se la comió.
tragó de una vez. Pero estaba con la panza tan hinchada
Después regresó a la cama para que... [BUM! El goloso terminó por explotar
dormitar. Como estaba con la panza llena, y murió.
se puso a roncar muy fuerte hasta que un
cazador lo escuchó y decidió echar un Y así, todos desaparecieron.
vistazo. El cazador que iba a dispararle al Lobo.
Cuando abrió la puerta y vio al Lobo La Abuela que iba a comerse el gran
durmiendo con la ropa de la Abuela, ¡quedó pastel.
boquiabierto! Y Caperucita Naranja que, si hubiera
Entonces cargó su escopeta, apuntó al sobrevivido, habría aprendido una lección:
Lobo y... y no hizo nada.
No hizo nada porque pensó que la
Abuelita todavía podía estar viva dentro de
la panza del Lobo.
Tomó una gran tijera y cuando estaba a
punto de cortarle la panza, el Lobo despertó
y... ¡ÑíW, se tragó al cazador.
Lo peor es que después de habérselo
Fruta brasilera.
f"f abía una vez, en un pequeño pueblo
cerca de un bosque muy frondoso, una niña
con ojos color esmeralda.
Todos la querían, sobre todo su Abuela,
quien le regaló una capa color verde, como
el color de los billetes. La niña iba con ella a
todos lados y la gente la llamaba Caperucita
Verde.
U n día su madre le dijo:
-Caperucita, lleva este pastel de limón
a tu Abuela que vive en medio del bosque.
Ella es muy avara, y si no le mandamos algo
de vez en cuando, terminará delgada como
un palillo.
- No te preocupes, mamá, le llevaré el
pastel a la Abuelita. ¿Puedes darme dinero
para el bus?
- ¡Pero si allá no hay buses!
- A h , verdad, lo había olvidado. ¿En-
tonces me das dinero para una suela de za-
pato?
- ¡Nunca he visto una niña que le
guste tanto el dinero! Eres igualita a tu de la casa verde tiene un montón de joyas.
Abuela. Está bien, toma. Pero ten cuidado Creo que me la comeré a ella, a la niña y
porque el bosque es peligroso, no te desvíes. además me robaré las joyas."
Entonces la niña puso el pastel de Pero no atacó a Caperucita de inme-
limón en una canasta, le dio un beso a su diato ya que algún cazador podría escuchar
mamá y se fue cantando: los gritos de la niña.
Entonces se le ocurrió una idea y dijo:
"Por el camino voy, - ¿Ves aquel sendero? También va
Soy tan mezquinita, hacia la casa de tu Abuela. Es un poco más
Que le pediré más dinero largo, pero hay una fuente donde la gente
A mi Abuelita". tira monedas. ¿Por qué no te vas por ahí y
coges algunas para ti?
Caperucita entró al bosque y caminó - ¡Qué buena idea! ¡Eso haré!
y caminó, hasta que de pronto el Lobo Caperucita tomó el otro camino y
apareció entre los matorrales. recogió varias monedas, sin darse cuenta de
- Buenos días, niñita de capucha que se hacía tarde.
verde. Mientras tanto, el Lobo optó por el
- Buenos días, señor. sendero más corto hasta la casa de la Abue-
- ¿Qué llevas en esa canasta? la. Cuando llegó, tocó la puerta:
- U n pastel de limón. - roe, roe, roe.
- ¿Para mí? - ¿Quién es?- preguntó la anciana.
- Siempre y cuando usted tenga dinero - Soy yo, su nietecita, le traje un pastel
para comprarlo. de limón- dijo el Lobo imitando la voz de
- No tengo ni un centavo. Caperucita.
- Entonces se lo llevaré a mi Abuela La Abuela se levantó, se cercioró de
que vive en la casa verde en medio del que su cofre estuviera bien cerrado (creía
bosque. que su nieta tenía puesto el ojo en sus joyas)
El Lobo pensó: y abrió la puerta. N i siquiera tuvo tiempo de
"Todo el mundo dice que la viejita abrir la boca de espanto porque el Lobo se
abalanzó sobre ella y la devoró de un solo Se abalanzó sobre la niña y la tragó de
mordisco. \(MÍPÍ un golpe. Luego se puso a dormitar.
Después quiso robar las joyas, pero Como estaba con la panza muy llena,
como había comido mucho, se acostó a comenzó a roncar tan fuerte que un cazador
esperar a Caperucita. lo escuchó y decidió ir a ver qué ocurría.
Finalmente, cuando la niña llegó a la Cuando abrió la puerta y vio al Lobo
casa de la Abuela, tocó la puerta: durmiendo con esa panza tan grande, el
rué, rué, rué. cazador pensó:
- ¿Quién es?- preguntó el Lobo. "¡Caramba, ese Lobo es de una raza
- Soy yo, su nietecita. bien rara! Si yo lo descuerara, podría ven-
- Entra querida ¡te estaba esperando! derla y hacerme rico."
Caperucita abrió lentamente la puerta Entonces el cazador cargó su escopeta,
y se acercó a la cama. El Lobo estaba debajo apuntó hacia el Lobo y \GABUMÍ, mató al
de las mantas y usaba una toca que le tapaba animal.
casi todo el rostro. La niña, sospechando Luego, al abrirlo con cuidado para
que algo raro sucedía, preguntó: no dañar su piel, vio que Caperucita Verde
y su abuela estaban adentro. Como la
- Abuelita ¿Por qué tienes las orejas
oportunidad de ganarse un dinero extra no
tan grandes?
se da todos los días, el cazador dijo:
- Para oír el titilar de las monedas.
-Puedo sacarlas de ahí, pero me tomará
- ¿Y esos ojos tan grandes?
varias horas, entonces antes de comenzar,
- Son para ver las cartolas del banco.
quisiera saber si ustedes podrán pagarme el
- ¿Y esas manos tan grandes?
trabajo.
- Son para contar dinero más rápido.
- Puede llevarse las joyas que están en
- ¿Y esa nariz tan grande?
mi cofre- dijo la abuelita.
- Es para sentir el olor de los billetes.
- Y yo tengo varias monedas que recogí
- ¿Y esa boca tan grande?
en el camino- dijo Caperucita Verde.
Entonces el Lobo dejó de imitar la voz
Entonces el cazador tomó las joyas, las
de la Abuela y con una voz aterradora dijo:
monedas y las sacó de la panza del Lobo.
- ¡Es para comerte!
Y la moraleja de esta historia es:
<£7 difT&r-o s>o trae ¡a /e/ididad,
peto atrae a ¿¿r> /yjo/itón de. jpi/¡o3.
Hl abía una vez, en un pequeño pueblo
cerca de un oscuro bosque, una niña de ojos
y pelo muy claros. Su abuela, que la quería
mucho, le hizo una capa con capucha de
terciopelo blanco. La niña andaba siempre
con ella, tanto para jugar como para limpiar
la tumba de su padre que recién había
muerto. Por ello, todos en el pueblo la
llamaban Caperucita Blanca.
U n día, su mamá le dijo:
- Caperucita, lleva estos merengues
a tu Abuela que vive sola en medio del
bosque. Nadie va a visitarla y esto hará que
se sienta mejor.
' No te preocupes, mamá, se los llevaré
a mi Abuelita.
Entonces la niña puso los merengues
en una canasta, le dio un beso a su mamá y
se fue cantando por el camino: