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Ya conoces la historia de Caperucita

Roja, pero seguramente nunca te han


hablado de caperucitas de otros colores...
Aquí están :
f"f abía una vez, en un pueblo cerca de
un pequeño bosque, una niña con los ojos
del color del cielo.
Su Abuela, que la quería mucho, le
regaló una capa con capucha de terciopelo
azul. La niña nunca se la sacaba, ni siquiera
para jugar. Por eso, todo el mundo la llamaba
Caperucita Azul.
U n día su mamá le dijo:
- Caperucita, lleva este pastel de mo-
ras a tu Abuela, por favor.
- No te preocupes mamá, se lo llevaré.
- Con cuidado ¿me oíste? Anda dere-
chito a su casa sin desviarte, porque el bos-
que es peligroso.
Entonces la niña puso el pastel de
moras en una canasta, le dio un beso a su
mamá y se fue cantando:

"Por el camino voy,


Voy tan sólita,
Tan desprotegida,
Ay de mí, pobrecita". mino y reunió muchas flores, mientras el
Lobo se fue por el camino más corto hasta
Caperucita llegó al bosque. A cada la casa de la Abuela.
paso que daba, el camino era más oscuro y Cuando llegó, tocó la puerta:
angosto, y la vegetación más frondosa. De 'TÓC, TOÓ, TOG.
pronto, el Lobo apareció detrás de unos - ¿Quién es?- preguntó la anciana.
matorrales y dijo: -Soy yo, tu nieta- dijo el Lobo imitan-
-Buenos días, niña de capucha azul. do la voz de la niña. -Te traje un pastel de
¿Qué llevas en esa canasta? moras. Abre la puerta, Abuelita.
- U n pastel de moras. La Abuela se levantó, tomó una esco-
- ¿Para mí? peta y abrió la puerta.
- No, señor. Llevo estas cosas a mi Cuando vio que era el Lobo, ni siquie-
frágil e indefensa Abuelita que vive en ra lo dudó. Tiró del gatillo y ¡BANC? Le dis-
medio del bosque. paró justo en el pecho.
El Lobo pensó: Luego, puso el Lobo en el horno para
"Caperucita es muy ingenua. Me asarlo y se acostó a esperar a Caperucita.
comeré a su Abuela, luego a ella y también La niña iba por el bosque sin apuro,
ese pastel de moras de postre". recogiendo flores, oyendo el canto de los
Pero no podía devorarla allí, ya que si pájaros, jugando con las ardillas, bebiendo
algún cazador andaba cerca oiría los gritos. agua de las vertientes y cantando su canción:
Entonces se le ocurrió una idea y dijo:
-¿Ves aquel sendero? ¿Por qué no vas "Por el camino voy,
por ahí y recoges unos ramos de nomeolvides Voy tan sólita,
azules para tu Abuelita? Te apuesto a que le Tan desprotegida,
gustarán. Ay de mí, pobrecita".
- Qué buena idea. ¡Eso haré! Ojalá Finalmente, cuando llegó a la casa
todas las personas fueran tan buenas como tocó la puerta:
usted... - POU, PÓU, P0II.
Entonces Caperucita tomó aquel ca- - ¿Quién es?- preguntó la Abuela.
- Soy yo, tu nietecita. ¿Puedo entrar? la panza llena, comenzaron a roncar muy
- Pasa querida, ¡te estaba esperando! fuerte. U n cazador que pasaba por ahí las
Caperucita entró y se acercó a la cama. escuchó y decidió echar un vistazo.
La Abuela estaba debajo de las mantas y Cuando abrió la puerta y vio los restos
usaba una enorme toca que cubría casi todo de comida en los platos, le dio mucha rabia.
su rostro. Nunca imaginó que ellas devorarían al
Entonces la niña le preguntó: Lobo.
- Abuelita, ¿por qué tienes las orejas Entonces las apuntó con su escopeta
tan grandes? y dijo:
- Son para oír mejor a los lobos. - ¡Están arrestadas!
- ¿Y esos ojos tan grandes? - ¿Nosotras? ¿Por qué, señor cazador?
- Son para ver de lejos a los lobos. - Este Lobo pertenece a una especie
- ¿Y esas manos tan grandes? que está desapareciendo del bosque, ¡y
- Son para agarrar grandes pedazos de ustedes se la están comiendo!
carne de lobo. Entonces las esposó y se las llevó a la
- ¿Y esa nariz tan grande? comisaría.
- Es para sentir el olor de los lobos en A l día siguiente, la mamá de Caperu-
el horno. cita fue a pagar la fianza para liberar a su
- ¿Y esa boca tan grande? hija y a su madre.
' ¡Es para comer carne de lobo!- gritó Y así, a excepción del Lobo, todos
la Abuela con alegría. Y después de dar una fueron felices para siempre:
gran carcajada dijo: El cazador porque ayudó a proteger
-Realmente nuestro plan nunca falla una especie.
¿no es cierto Caperucita Azul? La Abuelita porque salió de la cárcel.
- Es verdad, Abuelita. Los lobos Y Caperucita Azul porque aprendió
siempre caen en nuestra trampa. una lección:
Y se fueron a la cocina, sacaron la
fuente del horno y se comieron al Lobo.
Luego se quedaron dormidas y como tenían
A/O /i¿y fUe watar o. /os asii/yioj&s-,

CAPERUCITA AIARAAIIA
Hlabía una vez una niña gordita y muy
cachetona.
Su Abuela la quería mucho y le
regaló una capa con capucha naranja, muy
llamativa. Como nunca se la sacaba, la
gente le decía Caperucita Naranja.
U n día su mamá le dijo:
- Caperucita, lleva este pastel de
calabaza cubierto de crema chantilly y una
cereza de adorno a tu Abuela que vive en
el bosque. Está muy delgada y con esto se
sentirá mejor.
- No te preocupes, mamá- dijo Ca-
perucita lamiéndose los bigotes porque era
muy comilona.
-Y ten cuidado porque el bosque es
peligroso.
Entonces Caperucita puso el pastel en
una canasta, le dio un beso a su mamá y se
fue cantando:

"Acabo de almorzar,
Pero ya tengo hambrecita, cogiendo frutas. Mientras tanto, el Lobo
Qué pena que este dulce eligió el camino más corto hacia la casa de
Sea para mi Abuelita". la Abuela. Cuando llegó, tocó la puerta:
POÓ,
Caperucita caminaba por el bosque - ¿Quién es?- preguntó la anciana.
cuando de repente el Lobo apareció detrás - Soy yo, tu nietecita- dijo el Lobo
de unos matorrales. imitando la voz de Caperucita (era bueno
-Buenos días, niña de capucha naranja. imitando) -Le traje un pastel.
-Buenos días, señor. La Abuela se levantó feliz y abrió la
- ¿Qué llevas en esa canasta? puerta, pero entonces el Lobo se abalanzó
- U n pastel de calabaza cubierto de sobre ella y se la tragó de un tirón, ¡ÍÍ0££
crema chantilly y una cereza de adorno. Luego lanzó un tremendo eructo,
- ¿Para mí? [Uóttó!, se vistió con su ropa (que le quedó
- No. Y tampoco es para mí, lamenta- apretada ya que había engordado después de
blemente. Se lo llevo a mi Abuela que vive comerse a la anciana) y se acostó en la cama
en el bosque. a esperar a Caperucita.
Entonces el Lobo pensó: "Tengo tanta Cuando la niña llegó a la casa y tocó
hambre que me comería a esa niña de ten- la puerta, el Lobo le contestó imitando la
tempié, a su Abuela de plato principal y el voz de la viejita (¿ya había dicho que era
pastel de postre". bueno en eso?):
Pero no podía comerse ahí a Caperucita - ¿Quién es?
ya que algún cazador escucharía los gritos. - Soy yo, Abuela, Caperucita Naranja.
- ¿Ves aquel sendero? También llega a - Entra querida, ¡te estaba esperando!
la casa de tu Abuela. Es un poco más largo Caperucita abrió la puerta y se acercó
pero está lleno de jabuticabeiras1, manzanos, hasta la cama de la Abuela. El Lobo se
perales, higueras, ciruelos, bananos, paltos y cubría con las mantas y la toca tapaba parte
mangos. ¿Por qué no vas por allí? de su rostro. Entonces la niña preguntó:
- Qué deliciosa idea, señor. ¡Eso haré! - Abuelita, ¿por qué tienes las orejas
Y Caperucita se fue por el sendero tan grandes?
- Son para escuchar mejor cuando
Fruta brasilera.
pasa el lechero. comido, el Lobo dijo:
- ¿Y esos ojos tan grandes? - El cazador estaba muy salado. Me
- Son para ver cómo se hornean los dieron ganas de comer algo dulce. ¡Ya sé!
queques. Comeré el pastel que la niña le trajo a su
- ¿Y esas manos tan grandes? abuela.
- Son para recoger sandías y jacas. Entonces se comió el pastel de
- ¿Y esa nariz tan grande? calabaza cubierto de crema chantilly. Y
- Es para sentir el rico olor del pan cuando vio que había olvidado comerse la
caliente. cereza, pensó:
- ¿Y esa boca tan grande? "Creo que todavía me cabe alguna
-¡Es para comerte a ti!- gritó el Lobo cosita..."
abalanzándose sobre la niña y Se la El Lobo tomó la cereza y se la comió.
tragó de una vez. Pero estaba con la panza tan hinchada
Después regresó a la cama para que... [BUM! El goloso terminó por explotar
dormitar. Como estaba con la panza llena, y murió.
se puso a roncar muy fuerte hasta que un
cazador lo escuchó y decidió echar un Y así, todos desaparecieron.
vistazo. El cazador que iba a dispararle al Lobo.
Cuando abrió la puerta y vio al Lobo La Abuela que iba a comerse el gran
durmiendo con la ropa de la Abuela, ¡quedó pastel.
boquiabierto! Y Caperucita Naranja que, si hubiera
Entonces cargó su escopeta, apuntó al sobrevivido, habría aprendido una lección:
Lobo y... y no hizo nada.
No hizo nada porque pensó que la
Abuelita todavía podía estar viva dentro de
la panza del Lobo.
Tomó una gran tijera y cuando estaba a
punto de cortarle la panza, el Lobo despertó
y... ¡ÑíW, se tragó al cazador.
Lo peor es que después de habérselo
Fruta brasilera.
f"f abía una vez, en un pequeño pueblo
cerca de un bosque muy frondoso, una niña
con ojos color esmeralda.
Todos la querían, sobre todo su Abuela,
quien le regaló una capa color verde, como
el color de los billetes. La niña iba con ella a
todos lados y la gente la llamaba Caperucita
Verde.
U n día su madre le dijo:
-Caperucita, lleva este pastel de limón
a tu Abuela que vive en medio del bosque.
Ella es muy avara, y si no le mandamos algo
de vez en cuando, terminará delgada como
un palillo.
- No te preocupes, mamá, le llevaré el
pastel a la Abuelita. ¿Puedes darme dinero
para el bus?
- ¡Pero si allá no hay buses!
- A h , verdad, lo había olvidado. ¿En-
tonces me das dinero para una suela de za-
pato?
- ¡Nunca he visto una niña que le
guste tanto el dinero! Eres igualita a tu de la casa verde tiene un montón de joyas.
Abuela. Está bien, toma. Pero ten cuidado Creo que me la comeré a ella, a la niña y
porque el bosque es peligroso, no te desvíes. además me robaré las joyas."
Entonces la niña puso el pastel de Pero no atacó a Caperucita de inme-
limón en una canasta, le dio un beso a su diato ya que algún cazador podría escuchar
mamá y se fue cantando: los gritos de la niña.
Entonces se le ocurrió una idea y dijo:
"Por el camino voy, - ¿Ves aquel sendero? También va
Soy tan mezquinita, hacia la casa de tu Abuela. Es un poco más
Que le pediré más dinero largo, pero hay una fuente donde la gente
A mi Abuelita". tira monedas. ¿Por qué no te vas por ahí y
coges algunas para ti?
Caperucita entró al bosque y caminó - ¡Qué buena idea! ¡Eso haré!
y caminó, hasta que de pronto el Lobo Caperucita tomó el otro camino y
apareció entre los matorrales. recogió varias monedas, sin darse cuenta de
- Buenos días, niñita de capucha que se hacía tarde.
verde. Mientras tanto, el Lobo optó por el
- Buenos días, señor. sendero más corto hasta la casa de la Abue-
- ¿Qué llevas en esa canasta? la. Cuando llegó, tocó la puerta:
- U n pastel de limón. - roe, roe, roe.
- ¿Para mí? - ¿Quién es?- preguntó la anciana.
- Siempre y cuando usted tenga dinero - Soy yo, su nietecita, le traje un pastel
para comprarlo. de limón- dijo el Lobo imitando la voz de
- No tengo ni un centavo. Caperucita.
- Entonces se lo llevaré a mi Abuela La Abuela se levantó, se cercioró de
que vive en la casa verde en medio del que su cofre estuviera bien cerrado (creía
bosque. que su nieta tenía puesto el ojo en sus joyas)
El Lobo pensó: y abrió la puerta. N i siquiera tuvo tiempo de
"Todo el mundo dice que la viejita abrir la boca de espanto porque el Lobo se
abalanzó sobre ella y la devoró de un solo Se abalanzó sobre la niña y la tragó de
mordisco. \(MÍPÍ un golpe. Luego se puso a dormitar.
Después quiso robar las joyas, pero Como estaba con la panza muy llena,
como había comido mucho, se acostó a comenzó a roncar tan fuerte que un cazador
esperar a Caperucita. lo escuchó y decidió ir a ver qué ocurría.
Finalmente, cuando la niña llegó a la Cuando abrió la puerta y vio al Lobo
casa de la Abuela, tocó la puerta: durmiendo con esa panza tan grande, el
rué, rué, rué. cazador pensó:
- ¿Quién es?- preguntó el Lobo. "¡Caramba, ese Lobo es de una raza
- Soy yo, su nietecita. bien rara! Si yo lo descuerara, podría ven-
- Entra querida ¡te estaba esperando! derla y hacerme rico."
Caperucita abrió lentamente la puerta Entonces el cazador cargó su escopeta,
y se acercó a la cama. El Lobo estaba debajo apuntó hacia el Lobo y \GABUMÍ, mató al
de las mantas y usaba una toca que le tapaba animal.
casi todo el rostro. La niña, sospechando Luego, al abrirlo con cuidado para
que algo raro sucedía, preguntó: no dañar su piel, vio que Caperucita Verde
y su abuela estaban adentro. Como la
- Abuelita ¿Por qué tienes las orejas
oportunidad de ganarse un dinero extra no
tan grandes?
se da todos los días, el cazador dijo:
- Para oír el titilar de las monedas.
-Puedo sacarlas de ahí, pero me tomará
- ¿Y esos ojos tan grandes?
varias horas, entonces antes de comenzar,
- Son para ver las cartolas del banco.
quisiera saber si ustedes podrán pagarme el
- ¿Y esas manos tan grandes?
trabajo.
- Son para contar dinero más rápido.
- Puede llevarse las joyas que están en
- ¿Y esa nariz tan grande?
mi cofre- dijo la abuelita.
- Es para sentir el olor de los billetes.
- Y yo tengo varias monedas que recogí
- ¿Y esa boca tan grande?
en el camino- dijo Caperucita Verde.
Entonces el Lobo dejó de imitar la voz
Entonces el cazador tomó las joyas, las
de la Abuela y con una voz aterradora dijo:
monedas y las sacó de la panza del Lobo.
- ¡Es para comerte!
Y la moraleja de esta historia es:
<£7 difT&r-o s>o trae ¡a /e/ididad,
peto atrae a ¿¿r> /yjo/itón de. jpi/¡o3.
Hl abía una vez, en un pequeño pueblo
cerca de un oscuro bosque, una niña de ojos
y pelo muy claros. Su abuela, que la quería
mucho, le hizo una capa con capucha de
terciopelo blanco. La niña andaba siempre
con ella, tanto para jugar como para limpiar
la tumba de su padre que recién había
muerto. Por ello, todos en el pueblo la
llamaban Caperucita Blanca.
U n día, su mamá le dijo:
- Caperucita, lleva estos merengues
a tu Abuela que vive sola en medio del
bosque. Nadie va a visitarla y esto hará que
se sienta mejor.
' No te preocupes, mamá, se los llevaré
a mi Abuelita.
Entonces la niña puso los merengues
en una canasta, le dio un beso a su mamá y
se fue cantando por el camino:

"Por el camino voy,


Voy tan tristecita,
Ya no tengo padre, Pi.ee, ptee, w-e*.
Soy una huerfanita". - ¿Quién es?- preguntó la anciana.
- Soy yo, *su nietecita- dijo el Lobo
Caperucita iba tranquila por el bosque ocultando su voz. -Le traje unos merengues.
hasta que de pronto apareció el Lobo. Entonces la Abuela se levantó, se puso
- Buenos días, niña de capucha blanca. sus polainas y abrió la puerta. Cuando se dio
- Buenos días, señor. cuenta de que era el Lobo y no Caperucita
- ¿Qué es lo que llevas en esa canasta? quien estaba ahí, no le importó.
- Unos merengues. Sabía que iba a ser devorada, pero se
- ¿Para mí? sentía tan sola que le dio gusto que alguien
- No, lo siento mucho. Le llevo estas la visitara, aunque fuera por un breve
cosas a mi Abuela que vive en el bosque. instante. Por cierto, fue muy breve, ya que
Entonces el Lobo pensó: el hambriento Lobo se abalanzó sobre ella
"Ay, qué triste es mi vida... Me siento antes de que pudiera decirle "Bienvenido".
tan solo que para pasar el tiempo soy capaz Después de un pequeño suspiro de sa-
de comerme a la Abuela, a la niña y a los tisfacción, el Lobo se disfrazó de la Abuelita
merengues de postre." y se acostó a esperar a Caperucita.
Entonces el Lobo tuvo una idea y dijo: La niña caminaba con calma por el
- ¿Ves ese sendero? También llega a la bosque recogiendo hojas, escuchando los
casa de tu Abuela. Es un poco más largo, pájaros, jugando con las ardillas, tomando
pero hay un montón de niños jugando. ¿Por agua de las vertientes y cantando su canción:
qué no te vas por allí?
- Qué gran idea, señor ¡Eso haré! "Por el camino voy,
Y Caperucita fue por el otro camino, Voy tan tristecita,
pero no había niñas ni niños. Miró detrás de Ya no tengo padre,
los matorrales, sobre la copa de los árboles, Soy una huerfanita".
y nada. Mientras tanto, el Lobo se fue por el
camino más corto hasta la casa de la Abuela Finalmente, cuando llegó a la casa de
y cuando llegó, tocó la puerta: la Abuela, tocó la puerta:
- PLte, pute, Me, El Lobo, que era muy sensible, no
- ¿Quién toca?- preguntó el Lobo. esperaba escuchar esto. Entonces se sentó
- Abuelita, soy yo, tu nietecita. en la cama a llorar.
- Entra, querida, ¡qué bueno que lle- La niña, emocionada, también co-
gaste! menzó a sollozar. Entonces un cazador que
Caperucita entró y se acercó lenta- andaba por ahí los escuchó y fue hasta la
mente hasta la cama de la Abuela. El Lobo casa.
estaba debajo de las mantas con la toca Cuando vio al Lobo y a Caperucita
puesta, así que apenas se le distinguía. La llorando, cargó su escopeta y apuntó al
niña se dio cuenta de que algo extraño ocu- Lobo. Pero cuando iba a disparar, alguien
rría y preguntó: abrió la puerta de la casa.
- ¿Por qué tienes orejas tan grandes? Era la madre de Caperucita. Ella y
- Son para escuchar las voces de los el cazador cruzaron miradas, como si ya se
amigos. conocieran. Bajó el arma y preguntó:
- ¿Y esos ojos tan grandes? - Señora, por casualidad, cuando usted
- Son para ver mejor a la gente. era joven, ¿no vivía en una casita en lo alto
- ¿Y esas manos tan grandes? de la colina?
- Son para abrazar a las visitas. - Sí- contestó la madre de Caperucita
- ¿Y esa nariz tan grande? Blanca.
- Es para sentir el olor de los otros. - Entonces yo era su vecino.
- ¿Y esa boca tan grande? - ¿Astolfo?
- Podría ser para conversar, pero... ¡Es - El mismo.
para comerte! - ¡Tanto tiempo! ¿Cómo me recono-
El Lobo se puso de pie sobre la cama ció?
para abalanzarse sobre Caperucita, pero ella -La verdad es que nunca la olvidé.
levantó la mano y dijo: Confieso que estaba enamorado de usted.
- Quiero que sepa que no me importa -Hace que me sonroje... Pero debo
morir, porque extraño a mi padre que murió admitir que yo también lo quería.
y estoy muy triste. - Qué pena que mis padres hayan
decidido irse de la colina. - ¡Pues acepto!- dijo la madre de
- Así es... Caperucita.
- ¿Y qué pasó con usted? A l escuchar esto la niña dijo:
- Me casé y tuve esta linda niña. Pero - ¡Qué bueno! Ahora ustedes se tienen
sabe... su padre murió. el uno al otro, la Abuelita tiene compañía,
- Eso quiere decir que está libre, quiero ¡y yo tengo un padre! ¿Pero, y el Lobo?
decir, ¿viuda? En ese momento el Lobo dijo:
-Sí. - También me cansé de ser un solitario.
Los dos estaban conversando de lo ¿Qué tal si me adoptan como su mascota?
mejor cuando la Abuela gritó desde la panza Y así todos fueron felices para siempre.
del Lobo: El cazador y la madre de Caperucita
-¡Sáquenme de aquí! porque se casaron.
El cazador dij o a la mamá de Caperucita La Abuelita y el Lobo porque tuvieron
Blanca: compañía.
-¿No le importa que yo saque a la Y Caperucita Blanca porque aprendió
Abuelita antes de que continuemos con una lección:
nuestra conversación?
-No, no, adelante.
Entonces el cazador apretó la panza
del Lobo con tal fuerza que la Abuelita salió
disparada. A l verse libre, le dijo alcazador:
- Gracias, señor. Ha salvado mi vida.
Pero me siento tan sola que en realidad, me
dio lo mismo ser devorada.
- Su vida ya no será solitaria mi señora.
-¿No?
-No- contestó el cazador, -le pediré
matrimonio a su hija y si ella acepta, nos
iremos a vivir todos juntos.
CAPERUCITA LILA
Í"f abía una vez, en un pequeño pueblo,
una niña muy famosa.
Todo el mundo la quería, sobre todo
su Abuela, quien le cosió una capa con
capucha violeta. La niña jamás se la sacaba,
y por ello la gente la apodó Caperucita Lila.
U n día su mamá le dijo:
- Hija, lleva estas revistas con chismes
de gente famosa a tu Abuela que vive en
medio del bosque.
- ¿Tengo que ir mamá?- preguntó Ca-
perucita.
- Sí. ¿Acaso no quieres seguir siendo la
niña más obediente y trabajadora?
-Sí.
- Entonces, anda. No es fácil mantener
una buena fama.
- Está bien, iré...
La niña puso las revistas en una
canasta, le dio un beso a su madre y se fue
cantando:
"Quisiera que me conozcan, casa de la Abuela. Cuando llegó, tocó la
Y así ser muy famosita puerta.
Entonces no andaría PAM, PAM, PAM.
Nunca más por ahí sólita". - ¿Quién es?- preguntó ella.
Caperucita iba por el bosque cuando - Soy yo, su nietecita- dijo el Lobo
de repente, el Lobo apareció detrás de un imitando la voz de la niña.
matorral. La Abuela se levantó a abrir la puerta,
- Buenos días, niña de capucha Lila. pero no había nadie y dijo:
- Buenos días, señor. - Bah, tengo que haber imaginado que
- ¿Qué llevas en esa canasta? venía alguien. Je, je, me estoy poniendo
- Revistas de chismes. vieja.
- ¿Para mí? Entonces volvió a su cama.
- No, para mi Abuela que vive en el ¿Quieres saber por qué el Lobo no
bosque. estaba en la puerta? Te lo explicaré: el Lobo
Entonces el Lobo pensó: tuvo una crisis de conciencia y pensó:
"Caramba, estoy con tanta hambre "Qué cosa tan horrible: ¡Comerme a
que sería capaz de comerme a la Abuela y esta pobre viejita! ¡No, no lo haré! ¡Es hora
después a la niña de postre". de cambiar las cosas!"
Pero no podía atacar allí a Caperucita Entonces se escondió detrás de un
porque si algún cazador escuchaba los gritos matorral.
acudiría a ayudarla. Poco después, Caperucita llegó y tocó
Fue cuando se le ocurrió una idea: la puerta.
-¿Ves aquel camino? también llega a la PAM, PAM, PAM.
casa de tu abuela. Es más largo, pero podrías - ¿Quién es?- preguntó la viejita.
recogerle flores. - Soy yo, Caperucita Lila.
- Qué excelente idea, señor. ¡Eso haré! - Entra, querida. La puerta está abierta.
Entonces Caperucita se fue recogiendo La abuelita se tapaba con varias man-
lilas por aquel sendero. Mientras tanto, el tas y usaba una toca muy grande.
Lobo tomó el camino más corto hasta la La niña se acercó a ella y le susurró:
- ¿Abuelita, por qué tienes las orejas vio a los tres pensó:
tan grandes? "Conozco la fama de este Lobo. Se
- Son para escuchar mejor la radio. debe estar preparando para comer a las po-
- ¿Y esos ojos tan grandes? brecitas".
- Son para ver los programas de la tele. Entonces el Cazador apuntó al Lobo
- ¿Y esas manos tan grandes? con su escopeta y... Í\¡PUMM Disparó.
- Son para sostener los diarios. Y el pobre Lobo murió.
- ¿Y esa nariz tan grande? La Abuela y Caperucita Lila
-Es para meterla en la vida de los despertaron asustadas. Pero el cazador
otros. pronto las calmó diciendo:
- ¿Y esa boca tan grande? -Quédense tranquilas, estaban en
- Es para chismear- dijo la Abuelita. Y peligro. Pero llegué antes de que el Lobo
diciendo esto, comenzaron a reírse y a leer pudiera hacerles daño.
las revistas que Caperucita le había llevado. Y así, todos fueron famosos para
Leyeron hasta que se quedaron dormidas. siempre:
De pronto, el Lobo entró en la habi- El cazador porque mató al "peligroso"
tación y las vio dormir: "Qué bueno que no Lobo.
me las comí. Así la opinión que la gente tie- La Abuelita porque salió en el diario.
ne de mí cambiará". Y Caperucita porque le hicieron una
Entonces se acostó al medio y también entrevista en la televisión donde contó que
se quedó dormido. aprendió una importante lección:
Pero, como conté en un comienzo, el
Lobo tenía hambre. Su panza estaba vacía y
comenzó a roncar fuerte, más o menos así:
¡seseo**?
El ruido llegó hasta los oídos de un
cazador que pasaba por allí y decidió ir a ver
lo que pasaba.
Cuando abrió la puerta de la casa y los
5/' ¿y<e>5 hal/ar- MOJ de a/^a¡en) d&¿e
•Ser CLietto.

Será así? CAPERUCITA NEGRA


J*f abía una vez, en un pueblo cerca de
un oscuro bosque, una niña de ojos y pelo
negro. Su Abuela, que la quería mucho,
decidió hacerle una elegante capa con
capucha de terciopelo negro. La niña iba
a todas partes con ella. Por eso, la gente
comenzó a llamarla Caperucita Negra.
U n día la madre de Caperucita dijo:
- Hija, llévale estas jabuticabas a tu
Abuela.
- No te preocupes, mamá. Voy y vuel-
vo en un minuto.
- Pero cuidado, no te salgas del camino
porque el bosque es peligroso.
Entonces la niña puso las jabuticabas
en una canasta, le dio un beso a su madre y
se fue cantando:

"Por el camino voy,


Voy rapidita,
Para llevar estas frutas
A mi Abuelita".
Fruta brasilera.
Caperucita se adentró en el bosque. ciéndose pasar por Caperucita- le traje unas
A cada paso, los árboles estrechaban el ricas frutas.
camino oscureciéndolo más y más, pero La Abuela-se puso los lentes y abrió la
ella no tenía miedo. De repente, el Lobo puerta. Cuando se dio cuenta de que era el
apareció frente a ella: Lobo y no Caperucita, dijo:
- Buenos días, niña de capa negra. - A h , ¡Eres tú! Sabía que vendrías a
- Buenos días, señor. buscarme algún día. Entra, no te fijes en el
- ¿Qué traes en esta canasta? desorden, por favor.
- Algunas frutas. El Lobo se sentó en la cama y pre-
- ¿Para mí? guntó:
- No, son para mi Abuela que vive en - ¿Me estaba esperando?
el bosque. - Sí, sabía que llegarías. Aunque te
En ese momento el Lobo pensó: demoraste bastante.
"Qué hambre tengo. Seguramente un -Voy a tener que devorarla ahora,
día me comeré a esta pequeña". señora- dijo el Lobo.
Entonces le dijo: -Lo sé- dijo la Abuela cerrando los
- ¿Ves aquel sendero? Va hacia la casa ojos lentamente. Entonces el Lobo la devo-
de tu Abuela. Es un poco más largo, pero está ró tan rápido, que ella no tuvo tiempo de
lleno de unas flores llamadas siemprevivas. decir "Adiós".
¿Por qué no te vas por allí y le llevas algunas Después, el Lobo se acostó plácida-
a tu Abuelita? mente en la cama a esperar a Caperucita.
- ¡Qué buena idea, señor! ¡Eso mismo La niña iba tranquila por el bosque, sin
haré! darse cuenta del paso el tiempo. Finalmente,
Entonces, apenas Caperucita se fue cuando llegó a la casa de la Abuela, tocó el
por el otro camino, el Lobo tomó un atajo timbre:
hasta la casa de la Abuela. Cuando llegó, UNG, sute, eme.
tocó el timbre. - ¿Quién es?- preguntó el Lobo con
- ¿Quién es?- preguntó la viejita. voz ronca.
- Soy yo, su nieta- dijo el Lobo ha- - Soy yo, tu nietecita.
' Entra, querida. - Soy el Lobo de los lobos. La gente
Caperucita abrió la puerta y se me dice Tiempo.
acercó a la cama de la Abuela, pero antes - ¿También me vas a comer?
se encontró con un espejo y vio que había - Lo haré, pero no ahora. ¿Probemos
crecido. Ya era una mujer. estas frutas?
- ¡Ay! Creo que me quedé mucho rato Luego de saborearlas se quedaron
recogiendo flores. dormidos. Como estaban con la panza llena
- Sí, estás muy diferente- dijo el Lobo. roncaron tanto que un cazador que pasaba
Caperucita se miró nuevamente al por allí se acercó a la casa.
espejo y se preguntó: A l ver al Lobo, cargó su escopeta y
- ¿Por qué tengo las orejas tan grandes? disparó. Pero no acertó ningún disparo y
Y ella misma se contestó: exclamó:
- A h , es porque ahora puedo usar aros. - ¡Maldito Lobo! ¡No logro vencerte!
- ¿Y esos ojos tan grandes? - Eso es imposible, querido cazador,
- Es porque ahora puedo ver más cosas. pero podemos ser amigos.
- ¿Y esas manos tan grandes? - ¿Cómo, si un día me devorarás?
- Es porque ya puedo alcanzar lo que - Pero mientras no llegue ese día, te
antes no alcanzaba. propongo que seamos amigos.
- ¿Y esa nariz tan grande? Diciendo esto, el Lobo tomó las frutas
-Es porque ahora soy dueña de mi que sobraban, le dio una al cazador, otra
a Caperucita y se despidió saliendo por la
propia nariz.
ventana.
- ¿Y esa boca tan grande?
Y así todos fueron felices:
- Creo que es porque ya puedo hablar
El cazador porque reconoció que no
por mi misma- dijo Caperucita.
importaba vencer al Lobo.
Después se volvió hacia el Lobo y le
La Abuelita porque tuvo una larga
preguntó:
vida antes de ser devorada.
- ¿Dónde está mi Abuela?
Y Caperucita Negra porque aprendió
- Me la comí.
una lección:
- ¿Y quién eres tú?
ta/y?e.si¿e.} y apr&v&dhat- dada una d&
&/¡aS.

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