Está en la página 1de 90
Capiroto WL VALOR, TRABAJO Y DINERO VALOR DE USO, VALOR DE CAMBIO Y VALOR Marx va a investigar en El Capital el modo de produccién capitalis- ta, pero no comienza su andlisis directamente con el capital. En los tres primeros capftulos se habla s6lo de la mereanefa y del dinero, y hasta el capitulo cuarto no se trata explicitamente del capital. En el mareo del tipo de lectura chistoricista» que antes se mencion6, los tres primeros capitulos se interpretaron como una deseripcién abstracta de una (Wark también hablira Veees de «determinad némiea formaly). La eforitia vata’ de la silla@5 Simple ‘ituci6n material (si esté hecha, por ejemplo, de madera o de metal); en cambio, con la «forma social» se alude a que la silla es «mercancia», una cosa que se intereambia y que posee por eso un valor de «cambio». El hecho de que la silla sea mercancia no se debe a ella misma como cosa, sino a la sociedad en la que esta cosa existe. Actos de intercambio ocasionales se dan en todas las sociedades que conocemos. Pero el hecho de que casi todo se cambie es algo especifico de las sociedades capitalistas. Esto tiene consécuencias para las relacio- néS Ciantitativas de cambio. En el intercambio como fenémeno aislado se-pueden dar las més diversas relaciones cuantitativas de cambio: piled vaiibiar Ja silla una vez por dos sag ‘a vez, por tres, ete. Pero sfé'cambio es la forma tiormal en la que se transfieren los bienes, las rélaciones de camnbio individuales tienen que lad, pot ds elas y, de oo lado, por 100 ners, nen que eambiar- | a ecenates oe | setaml las por 100 huevos. ee eee Pues bien, si se da tal regularidad en el cambio (y ésta tiene que darse «Los valores de uso constituyen el os valores de uso constituyen él para que el eambio funcione sin dificultades), se impone la pregunta de | Guéttienen en comin una silla, dos telas y 100 huevos. La respuesta que | lo, consiste en que uno sé puede liente de qué la cosa se intetcam- dos telas, por ejemplo, el valor de i cambio la silla por 100 huevos, huevos. Si no cambio la silla, sino no tiene ningiin valor de cambio, en la que uno puede sentarse més a . nos sugiere nuestro saber cotidiano es que estas tres cosas tienen «el 1 otis ARIS) se Sse de mismo valor. A través de la experiencia en el camo podemos hacer jglorma naturals) se dsting we de ‘una evaluacion muy precisa del valor de muchas cosas. Silo que tenemos tt naclén eco- | que dar porellasen el cambio aifere de esta evaluacion, conciarmes qu jemplo, de madera o de metal); en pcan taro «cara: Pero ahora hay que Bresntar- eaquelasillaes «mercancia», una se qué-constituye este el que yo quiera vender cara mi propia ‘mercancfa y comprar la mercancia ajena barata, es que no me queda mas remedio (a no ser que sea tan rico que puedan no interesarme ya las rela- ciones de cambio). ¥ puesto que no veo otra alternativa, pereibo mi com- portamiento incluso como «natural. Si la i ‘del iS 1 sociales a v-con ello.también la coacein s ara comportarse reiteradamente Por consiguiente, Marx no fundamenta la teoria del valor en las reflexiones de los individuos que intercambian. En contra de un frecuen- te malentendido, su tesis no es que los valores de las mereancias corres- ponden al tiempo We trabajo necesario para si produccion porque los sne precisamente que las personas, en el intercambi niente Io que hacen (cf. MEW 23, p. 88 / 90). Con la teorfa del valor, quiere pone subi estructura social que los individuos deben segui déTo-que piensen al respecto (cf. capftulos THLVI y IIL. Vill). EI plantea- rilento de Marx €§ aqui Completamente distinto al de los clasicos y los neoclasicos: Adam Smith comenzaba considerando un acto de intercam- bio particular, y se preguntaba cémo se puede determinar aqui la rela- cién de cambio. Marx, por el contrario, ve la relacién de cambio particu- lar como parte de un determinado contexto social global -un contexto lobar et que la reproduccidn dela sociedad esté medida através del cambio- y se pregunta qué significa esto para el trabajo gastado por la sociedad or Su eonjunto. Como puso de manifesto en una carat 3a amigo-Ludwig-Kugelmann, para él no se trata en absoluto de una «demostracién» de la teoria del valor-trabajo: «La verborrea sobre la necesidad de demostrar el concepto de valor se debe s6lo a la mas completa ignorancia tanto de la cosa de la que se trata como del método de la ciencia. Hasta un nifio sabe que cualquier nacién perecerfa si cesara en ella el trabajo, no digo por un afo, sino por unas cuantas semanas. Del mismo modo que sabe que las masas de productos correspondientes a las distintas masas de necesidades requieren masas de trabajo social global dis- tintas y cuantitativamente determinadas. El hecho de que esta necesidad de 6 Critica de la economia politica la divisin social del trabajo en determinadas proporciones no puede ser suuprimida de ninguna manera por una forma determinada de la produccién sotial, sino que ésta s6lo puede transformar su modo de manifestarse, es Sef-ebident.(..) Yla forma en la que se realiza esta division proporcional del trabajo en un estado de la sociedad en el que el trabajo social se presenta como eambio privado de los productos del trabajo individual es, precisamen- te, el valor de cambio de estos productos» (MEW 32, p. 552 55.) Si en las condiciones de la produccién de mercancias la divisién del trabajo privado gastado en cada una de las ramas de la produccién est mediada por el valor de las mercancias (pues no existe un control cons- ciente o una divisién fijada de manera tradicional), entonces la pregun- ta interesante es cOmo, en definitiva,.es. posible esto, o expresado de manera general: cdmo el trabajo privado gastado puede convertirse en | rants acaetitutioa del trabajo social plobal-Por to tanto. Ta toorfa del valor no pretende “demiostiar> que Teaco de cambio particular esta determinada por las cantidades de trabajo necesarias para la produc- cién?, Mas bien pretende plea el caréterespecfeaments social de) trabajo ds prodice mercaneisry ToTo hace Marx mas allé delas siete primeras paginas de ET Capital déTas que se ha hablado anteriarmente, totistteratas por €l arxismo tradicional, asi como por muchos eriticos de Marx, como lo mas importante de la teoria marxiana del valor. IIT TRABAJO ARSTRACTO: ABSTRACCION REAL ¥ RELACION DE VALIDEZ Para entender qué tiene que ver el trabajo que produce mereancias con el cardcter especificamente social, tenemos que ocuparnos de Ja dis- tincion entre trabajo «concreto» y «abstracto». En la mayoria de Tas éxposicionés sobre Marx, esta distincién se nombra sélo de pasada y con frecuencia no se comprende su alcance. El mismo Marx habia advertido de su importancia fundamental: «He sido el primero en demostrar eriticamente esta naturaleza doble del ‘trabajo contenido en la mercancia. Dado que este punto es el eje alrededor del que gira la comprensién de la economia politica, tenemos que analizar- To aqui més detalladamente» (MEW 23, p. 56 / 51). De qué se trata? Sila mercanefa es algo doble, valor de uso v valor, el trabajo que produce Tercancias tiene que poseer también un carde- ter doble* es trabajo qué no s6lo produce valor de uso, sino también valor de cambio (8s fmportante notar que no cualquier trabajo posee un catécter doble, sino s6lo el trabajo que produce mereancias). F De hecho, Marx muestra en el bro tercero de Bl Capital que les relaciones de earsbio cfectivas no corresponden a las cantidades de trabajo empleadas en la producci6n (et. el capftulo VILID. —— 64 Valor, rabe Los «trabajos conereti de uso cualitativaménte distintos. Ei sill, trabajo del tejedor una tela, aprendemos las particularidades de ¢ bajar a una persona, vemos realizar Pero el valor no se constituye po concreto o a través de un determir Cualquier trabajo cuyo producto (qu intereambia produce valor. Como \; amenteiguales, por lo que tambien jenen que vale conto trabd El trabajo del carpintero no prodiict (como tal trabajo produce la silla), si humano cuyo producto se intercarnl humano. Por consiguiente, el trabajo samente en la abstraccién de su for pintero. De ahi que eee «trabajo abstracto». El trabajo abstracto no es, pues, bajo, Comio puede ser el trabajo en c saat Gel Garpinteros. Comio trabajo bajo en cadena es un trabajo concrei bajo del earpinters, “El trabajo en cac bajo del carpintero) slo como traba, do abstraccién de su caracter concret cadena genera valor, al igual que el trabajo abstracto. Las mercancias nes» (MEW 23, p. 52 / 47) del trabej ina también el trabajo abstracto come mas concisamente como «sustancia —urexpresion «sustancia def val manera cuasi-material, «sustanciali: determinada cantidad de trabajo abs en la mercancia como sustancia del objeto de valor. El hecho de que Mar como una «objéfividad espectral» (0 ya de manifiestorqueestorn de 2s» cualitat Fal comprensién del trabajo abstracto es st referencia al concepto de trabajo abstracto, abstracta» (un concepto que no explica despe ferencia reciproca y enajenacion» (Kurz 199t ‘trata en ningtin easo del modo en que los Bc socialmente su trabajo: como constituyente de trabajo abstracto, que se confronts er ‘encuentran frecuentemente, puede verse en nomia politica erminadas proporeiones no puede ser aa forma determinada de la produecién asformar su modo de manilestarse, es se realiza esta division proporcional del en el que el trabajo social se presenta »sdel trabajo individual es, precisamen- tos» (MEW 32, p. 552 y $5). ccién de mereancias la divisién del de las ramas de la produccién esta ias (pues no existe un control cons- ta tradicional), entonces la pregun- a,.es. posible esto, o expresado de vado gastado puede convertirse en Global. Por lo tanto, la teoria del relacion de cambio particular esta trabajo necesarias para la produc- cardcter especificamente social del foTo hace Marx més alld de las siete ‘Sque se ha hablado a te, ional, asi como por muchos eriticos »la teorfa marxiana del valor. (ON REAL ¥ RELACION DE VALIDEZ. el trabajo que produce mercancfas I. tenemos que ocupamos de la dis- Sabstracton. En la mayoria de Tes ion se nombra sélo de pasada y con tee. El mismo Marx habia advertido criticamente esta naturaleza doble del Dado que este punto es el eje alrededor ‘onomia politica, tenemos que analizar- 23, p. 56/51). 1s algo doble, valor de uso v valor, iene que poser también un carde- Toduée valor de_uso, sino también F que no cualquier trabajo posee un tue produce mereancias}) + de El Capital que las relaciones de cambio fe trabajo empleadas en la produceién (cf. el Vator; trabajo y dinero Los «trabajos coneretos» cualit ativamente distintos producen valores de uso Cualttativamente distintos. El trabajo dél carpintero produce una silla, & trabajo del tejedor una tela, ete. Si «aprendemos un trabajom, aprendemos las particularidades de una actividad concreta, si vemos tra- bajar a una persona, vemos realizar un trabajo conereto. Pero el valor no se constituye por medio de un determinado trabajo concreto 0 a través de un determinado aspecto del trabajo concreto. Cualquier trabajo cuyo producto (que también puede ser un servicio) se intercambia produce valor. Como valores las mercancias son cualitati- vamente iguales, por lo que también los distintos trabajos qué producen alates Tehen que vales sorte trabaje hiniaito sualiteeoeete ea, El'trabajo del carpintero no produce valor como trabajo del carpintero (como tal trabajo produce la silla), sino que produce valor como trabajo hhumano cuyo produicto se intereambia por el producto de otro trabajo humano. Por consiguiente, el trabajo del carpintero produce valor preci- samente en Ia abstraccién de su forma concreta como trabajo del car pintero. De ahi que Marx designe el trabajo que produce valor como «trabajo abstracto». El trabajo abstracto no es, pues, xn tipo particular de gasto.de-t bajo, como puede ser el trabajo en cadena a diferencia del trabajo arte- sana del carpintero’. Conio frat jenera valor, el monétono tra- ajo en cadena es un trabajo concreto del mismo modo que lo es el tra- bajo del carpiners- EI wabajoen cadena genera valor Gaual que el tra. bajo del catrintero) s6lo como trabajo humano igual, por tanto, hacien- do abstraccin de su carcter concreto, o dicho brevemente: el trabajo en cadena genera valor, al igual que el trabajo del carpintero, slo como trabajo abstracto. Las mercancias son «valores» como «cristalizacio- nes» (MEW 23, p. 52 / 47) del trabajo abstracto. Por lo que Marx desig fatambign el trabajo abstracto como «sustancia generadora de valors.o més concisamente como «sustancia del valor». resion «sustancia def valor» se ha entendido a menudo de manera cuasi-material, «sustancialista»: el trabajador ha gastado una determinada cantidad de trabajo abstracto, y esta cantidad se introduce en la mercancia como sustancia del valor y hace de la cosa singular un objeto de valor. El hecho de que Marx designara la objetividad del valor como una «pbjétividad espectral» (MEW 23, p. 52 / 47) deberfa poner ya de manific sucede en absoluto de manera tarshaple. acemen ‘Tal comprension del trabajo abstracto es sugerida por Robert Kurz, cuando sefala, en referencia al concepto de trabajo abstracto, que los hombres gastan «fuerza de trabajo abstracta» (un concepto que no explica después) y cooperan «en un grado sumo de indi- ferencia recfproce y enajenacién» (Kurz 1991, p. 273). Pero en el trabajo abstracto no se trata en ningin caso del modo en que los hombres cooperan, sino del rode como vale socialmente su trabajo: como constituyente de valor. Una breve introduccign al oncepto de trabajo abstracto, que se confronta criticamente con las simplifcaciones que’ se encuentran frecuentemente, puede verse en Reiter (2002) Le « Critica de la economia politica En el manuscrito de revision a la primera edicién de El Capital (Grgénzungen und Verdinderungen zum ersten Band des «Kapital»)" se habla incluso de una «objetividad puramente fantastica» (MEGA IL.6, p. 32). Si fuese correcta la concepcién «sustancialista», no resulta posible comprender por qué Marx habria calificado la objetividad del valor como «espectral» 0 «fantastica». Tenemos que analizar el trabajo abstracto de manera mas precisa. El trabajo abstracto no es visible, sélo es visible un determinado trabajo conereto. Del mismo modo que no es visible el «Arbol», pues lo que yo puedo ver en cada caso es sélo una planta concreta. En el trabajo abs- tracto se trata ciertamente de una abstracci6n, como en el caso del «4rbol», pero es un tipo completamente distinto de abstraccién. ‘Normalmente las abstracciones se forman en el pensamiento humano. ‘Tomamos los caracteres comunes de los ejemplares individuales y for- mamos un concepto genérico abstracto (como, por ejemplo, «arbol>). Pero en el trabajo abstracto no se trata de tal «abstraccién mental», sino de una «abstraccién real», es decir, de una abstracci6n que se realiza en el comportamiento efectivo de las personas, independientemente de que To sepan o no. En el cambio se hace abstraccién del valor de uso de las mercancias. ‘Sistas Se igualan como valores (el comprador individual compra si esté interesado en el valor de uso de la mercancia, o bien se abstiene del cam- bio si no quiere este valor de uso; pero si realiza el cambio, entonces se igualan las mercancias como valores). En tanto que se igualan las mer- cancfas como valores, se abstrae faicticaménite de la particularidad del trabajo: gue las produce, V&ste tar SOlo vale ahora como trabajo «abs- . Por lo tanto, la abstraceion tietie lugar real- mente, con independencia de To que piensen al respecto los poseedores @ mercancias implicados. “ste punto no siempre fue explicado por Marx con suficiente clari- dad. De hecho, habla también del trabajo abstracto como «gasto de fuerza de trabajo humana en sentido fisiolégico» (MEW 23, p. 61 / 57). La reduccién de los distintos trabajos a trabajo en sentido fisiologico es precisamente una abstraccién mental, en la que por lo demas se puede Subsumir cualquier trabajo, independientemente de que produzca mereanefas o no. Ademés, con esta formulacién se sugiere que el tra~ bajo abstracto tiene un fundamento completamente independiente de lo social, un fundamento, por asi decir, natural, lo que provoca enton- *Se trata de un manuserito en el que Marx estuvo trabajando para preparar la segunda edicion de EI Capita, y que contiene las motifcaciones al primer capitulo de la primera edicidn, que fue reelaborado de manera considerable. En este manuserito, en el que Marx comenta detalladamente su propia exposicion de la teoria del valor, se encuentran impor tents reflxiones que fueron recogias despues en a segunda eden Ge £1 Capital 66 Valor; mat ces las correspondientes interpre abstractos. En otros pasajes, sin embargo, ? mente inequivoca sobre el fundamer to. En el manuscrito de revisién a la «La reduccién de os distintos trabe del trabajo humano igual se realiza la, de hecho, las productos de los d Por consiguiente, es sdlo en el cz que esté a la base del trabajo absti personas que TitercamBian sean o° Pero entonces et trabajo abstracto i vés de las horas de trabajo, pues cai daxcor el reloj es una hor por un individuo determinado (ei to del trabajo se cambie o no). El tr do». El trabajo abstracto es una cambio: ol trabajo concreto gastadc minada cantidad de trabajo abstract initegrante det trabajo social global. ‘Para que el trabajo privado conc yuna determinada cantidad de’ “reduiccioness 4 @p tiempo de trabajo gastado dg eebabo Socalmicnie AIMICHTE HECESATIO. S6 loF éI trabajo que es necesario parz condiciones medias. Pero la magn depende de los productores individ ductores de un valor de uso. Este pr y.s6lo se manifiesta en el cambio, si productor mdividual en qué medida dial or cemrlo, esando WF Hauge Capt que Mar ba eto el tabu ah 22d Heltentado mostra ein, 1999) Jes) de algo mds que de ons formulation de Gra dela economfaplites Ge Mare por tira con el campo teria dela economia pl tay ofa ves su angumentaron residue marco de una intoducdén slo podemos re Inargumentacin, Sita ease central fue recogda también en decir emia tm eon de Et Copal 6 momia politica a primera edicién de El Capital um ersten Band des «Kapital>)' se ramente fantastica» (MEGA IL.6, p. «sustancialista», no resulta posible calificado la objetividad del valor abstracto de manera més precisa. El es visible un determinado trabajo 's visible el «érbol», pues lo que yo planta concreta. En el trabajo abs- abstraecién, como en el caso del tamente distinto de abstraccién. orman en el pensamiento humano. e los ejemplares individuales y for- acto (como, por ejemplo, «érbol»), tade tal fisiologico» (MEW 23, p. 61 / 57). »8a trabajo en sentido fisiologico es al, en la que por lo demas se puede vendientemente de que produzca formulacién se sugiere que el tra- > completamente independiente de seir, natural, lo que provoca enton- sstuvo trabajando pare preparar la segunda lifcaciones al primer capitulo de la pamera iderable. En esto manuscrito, en el que Marx 1 dela teoria del valor, se encuentran impor- spués en la segunda edicion de El Capital WV. Valor, trabajo y dinero ces las correspondientes interpretaciones «naturalistas» del trabajo abstracto'. En otros pasajes, sin embargo, Marx se expres6 de manera completa- ‘mente inequivoca sobre el fundamento no-naturalista del trabajo abstrac~ to. En el manuscrito de revisi6n a la primera edicién de El Capital se dice: « distintas: Qn tiempo de trabajo gastado individualmente se reduce a tiempo dg abajo FOciMEMENERESATD- Solo cuenta como Waliaia generador de ‘ValOFEl trabajo que es necesario para la producei6n de un valor de uso en condiciones medias. Pero la magnitud de la productividad media no depende de Tos productores individualés, sino de Ia totalidad de los ‘pro- ductores de un valor de uso. Este promedio se modifica constantemente, y.s6lo se manifiesta en el cambio, slo en este momento Mega a saber el prodiaiormarrdual en qué meddle arose demoinio momio ean dualmente corresponde af tiempo de trabajo social ‘Asi, por ejemplo, cuando W. F. Haug establece en sus Lecciones de introduccin a Et Capital que Marx ha reducido el trabajo abstracto a una «base natural» (Haug 1989, p. 121), He intentado mostrar (Heinrich, 1999) que para Marx se trata aqui (yen ofros pasa Jes) de algo mas que de una formulaci6n desafortunada: ciertamente encontramos en la critica de la economia politica de Marx, por un lado, una revelucign cientifca, une rup- ‘ura con el campo tedrieo de la economia politica elasiea, pero, por otto lado, se edhieren ‘una y otra vez a su argumentaciOn residuos de las concepelones ye superadas, En el marco de una intwoducelén slo podemos refrimos de paseds a tales arabivalencias de la argumentacién. 5 Esta frase central fue recogida también en Ia traduccién francesa (MEGA IL.7, p. 55), es decir, en la iltima ediciOn de Et Capital que Marx control6 personalmente, 67 Critica de la economia politica (2) En el marxismo tradicional _se interpretaba_por lo general el «tiempo dé trabajo soctalments necesario» como el tinieo factor deter- imate del trabajo gute genera valor. El hecho de que los valores de uso producidos encontrasen también tna demand solvente parecta no de- sefnpeliar ningtin papel para la determinacion del valor. Sin embargo, Marx sefalaba que para producir miereanefas no hay que producir sim- plemente valor de uso, «sino valor de uso para otros, valor de uso social» (MEW 23, p. 55 / 50). Si de un determinado valor de uso, por ejemplo, de tela, se produjera por encima de la demanda existente (solvente) en Ja sociedad, esto significa que una parte demasiado grande del tiempo total de trabajo de Ia sociedad se ha gastado en forma de fabricacién de tela. El efecto es el mismo que si cada uno de los tejedores hubiese empleado en su producto individual més tiempo de trabajo del socialmente necesario» (MEW 23, p. 122 / 131) Unicamente produce valor aquel tiempo de trabajo que no sélo se ha gastado en condiciones-“medias sToduccién, sino que también es necesarig para li satisfaccion de Ia demanda social solvente. En qué niedida ef trabajo privado gastado ha sido realmente necesario para cubrir la demanda depende de la magnitud de esta demanda y del volu- men de produccién de los otros productores. Ambas cosas s6lo se hacen vvisibles en el cambio. (g) Los distintos gastos de trabajo no sélo se diferencian en su cardc- ter concreto (conio carpinteria, sastrerva, etc.) se diferencian también en cuaiito ta Gualificaci6n de la fuerza de trabajo nécesaria para tealizarlos. EL atrabajo medio simple» es el «gasto de fuerza de trabajo simple que posee, por término medio, todo hombre corriente» (MEW 23, p.59 / 54). Lo que se considera como cualificacién de la fuerza de trabajo simple ~si se considera, por ejemplo, que leer y escribir o los conocimientos infor- méticos forman parte de ello~ cambia segiin el pafs y la época, pero esté ‘ijado para un pais determinado en un periodo determinado. El trabajo de elevada cualificacién es trabajo «complejo». Vale como trabajo que produce valor en més alta medida que el trabajo medio simple. En qué pfoporeién una determinada cantidad de trabajo complejo produce mas valor que la misma cantidad de trabajo simple tambiénres algo que solo se poHidF#de inanifiesto en el Cambio. No Obstahte, para la relacion cuan- titative no Solo Wee UN papel Ia cuilificacién de Ta fuerza de trabajo (cf. MEW 23, pp. 21212 /'239-290); tambiee Tos: process dejernmuizacion social pueden tener aqui un efecto decisivo; por ejemplo, el hecho de que Jas «profésione’ de mujeres» tengan un status.més bajo que las onomia politica Se interpretaha_por lo general el gario» como el tinieo factor detér- El hecho de que los valores de uso 1a demarida solvente parecfa no de- orminacién del valor. Sin embargo, Breancias no Hay que producir sim- 2uso para otros, valor de uso social» rminado valor de uso, por ejemplo, Ja demanda existente (solvente) en el tiempo total de trabajo de le sociedad 6n de tela. El efecto es el mismo que si mpleado en su producto individual més fecesation (MEW 23, p. 122 / 133). tiempo de trabajo que no sélo se ha “Producci6n, sino que también. es i demanda social sofvente. En qué hha sido realimiente necesario para agnitud de esta demanda y del volu- iuctores. Ambas cosas sélo se hacen isto de fuerza de trabajo simple que bre cortiente» (MEW 23, p. 59 / 54). 6n della fuerza de trabajo simple —si y escribir o los eonocimientos infor- ia segiin el pais y la época, pero esta un periodo determinado. El trabajo «complejo». Vale como trabajo que SR eae ad de trabajo complejo produce mas \ajo Simple también es ago qUE solo ). No obstathte, para la relacion cuan- iificacién de Ta fuerza de trabajo (cf. mbién los provesos de jerarquizacién vo; por ejemplo, el hecho de que status.mas bajo que las «profe- cerminacién de las actividades consi- jmaplejage, aoe be Valor, trabajo y dinero En qué medida el trabajo individual gastado privadamente vale como trabajo abstracto que produce valor es el resultado de estas tres reducciones, que tienen lugar simulténeamente en el cambio, IV «Onserrvmap ESPECTRAL>. TEORIA DE LA PRODUCCION 0 DE LA CIRCULACION DEL VALOR? Las mercancias no poseen objetividad de valor como objetivacién de ‘trabajo concreto, sino como objetivacién de trabajo abstracto. Pero si, como se acaba de indicar, el trabajo abstracto es una relacién social de validez que existe s6lo en el cambio (el trabajo privado gastado val como trabajo abstracto que genera valor), entonces también la objeti dad de valor de las mercancias existe sélo en el cambio: la objetividad de valor no es una propiedad que pueda tener para s{ una cosa aislada. La sustancia del valor, qué Func que fundamenta esta objetividad, no les corres- mercancias aisladamente, sino s6lo conjuntamente en el Inereambio ‘Marx lo sefiala con total claridad en su manuscrito de revision a la primera edicién de El Capital (Ergiinzungen und Vertinderungen zum ersten Band des «Kapital»). Aqui se dice que si se cambian una chaque- ‘tayuna tela, se «reducen a la objetivacién de trabajo humano como tal». Pero ademés no debe olvidarse «que ninguna es para s{ tal objetividad de valor, sino que s6lo lo son en tanto que es una objetividad comtin a ambas. Fuera de su mutua relacion la relaci6n en la que se igualan~ ni le chaqueta ni la tela poseen objetivi- dad de valor, esto es, objetividad como gelatina de trabajo humano en cuan- to tal» (MEGA TL6, p. 30). Esto tiene como consecuencia que «un producto del trabajo, consi- derado para si aisladamente, no es valor, del mismo modo que no es mercancia. S6lo llega a ser valor en su unidad con otros productos del trabajo» (MEGA IL.6, p. 31). Con esto nos acercamos también al cardcter «espectral» de la objeti- vidad del valor, del que habla Marx al comienzo de Bl Capital (MEW 23, p. 52 / 47). La sustancia del valor no es comtin a dos mercancias del mismo modo en que, por ejemplo, un coche de bomberos y una manza- natienen en comin el color rojo (cada uno para si es rojo, y cuando estén ‘uno junto a otro constatamos que tienen efectivamente algo en comin). La sustancia del valor, y con ello también la objetividad del valor, les corresponde a las cosas s6lo cuando se refieren las unas a las otras en el intercambio. Por lo tanto, algo asi como si el coche de bomberos y la manzana sélo fuesen rojos cuando efectivamente se presentan uno al Critica de la economia politica lado del otro, mientras que en su aislamiento (el coche de bomberos en el parque de bomberos, la manzana en el Arbol) no tuvieran ningin color. Normalmente les corresponden propiedades objetivas a las cosas como tales, con independencia de su referencia a otras cosas. Las pro- \\piedades que sélo estén presentes dentro de determinada referencia no \\las consideramos precisamente como propiedades objetivas que le lcorresponden a la cosa aislada, sino como relacionéS)Si el soldado A lesta sometido al mando del sargento B, entonees es in subordinado y B un superior. Las propiedades de ser subordinado o superior resultan de la relacién especifica entre A y B dentro de una jerarquia militar, pero estas propiedades no les corresponden como personas fuera de dicha jerarquia. ‘Sin embargo, en el caso de la objetividad del valor, una propiedad que sélo existe dentro de una relacién parece ser una propiedad objeti- va de las cosas, que también les corresponde fuera de esta relaci6n. Si ‘buscamos fuera de la relacién de cambio esta objetividad, no podemos aprehenderla en ningin sitio. La objetividad del valor es, en un sentido totalmente literal, una objetividad «espectral». ‘Una gran parte del marxismo tradicional se ha dejado engafiar tam- bién por esta apariencia de que la objetividad del valor es una propiedad de la mercancia considerada aisladamente. La sustancia del valor se entendié de manera «sustancialista» como propiedad de la mercancia i aislada. Por eso se consideré también la magnitud del valor como una ‘propiedad de la mercancia aislada, que es independiente del cambio y «| est determinada s6lo por la cantidad de tiempo de trabajo socialmente | necesario gastado en la produccién dela mercaneia. A las interpretacio- = | nes que, por el contrario, destacaban la importancia del cambio, se les \ reprochaba sostener una «teoria de la circulacién del valor», por tanto, || situarse en el lado supuestamente no esencial® Pero ya la misma pregunta acerca de si el valor y la magnitud del valor se determinan en la esfera de la produecién «o» en la esfera de la circulacién (es decir, en la esfera de la compra y Ia venta) se debe a una funesta simplificacién. El valor no «surge» en alguna parte y entonces esta «ahi». En el caso de una barra de pan se puede al menos plantear la \ pregunta (si bien la respuesta es inequivoca) de dénde ha surgido, si en el horno del panadero o en el mostrador de la tienda. Pero el valor no es ‘una cosa como la barra de pan, sino una relacién social que aparece 7 ise veproche me lo hizo mi también Norbert Trenkle, uno de los ms destacados fepretafantes junto a Robert Kur, del grupo «Krits» CTrenkle 1098, fal respecto ‘HBinsch ro95b) Foto e tanto mas notable por cuanto que el grupo «Kris se presenta fhmu cites de ip que denowina sel mardomo el movimiento ebreror (eon To que se fee relerencs « algo paeedo al mantamo deolgico aoteriormente esbozado\. Sin Enbargo noes at Unico lugar.en el que permanecen presos del smarsisio Ge moe filets brero» que eean (ef eaptte BC, 70 Vator, te como una propiedad de la cosa. valory en. Ja magnitud del valor se cién «y» en la circulacién, de mo en una esfera wo» en la otra carce Ciertamente, la magnitud de antes del cambio, pero no surge di laFesultante de la triple reduecié Teducci6n de trabajo individual ; abstracto. La magnitad del valor ‘una relacién énitre & trabajo indi esto va a parar, én iiltima instané valor), sino una relacién entre el. trabajo social global. ET cambio | tiediacion en esta relacion. En ut ion privada, esta mediacién sélo ninguna otra parte”. Antes del cambio, las magnitu o peor. Este célculo es responsable cancias dé comienzo o no a una de lo del valor de una mereanefa no ¢ tencia de ese valor, lo que algunos tar dolorosamente. _Traslas consideraciones precer sicién de Marx sobre la sustancia d manera «sustancialista», en el sei presente en la cosa aislada. La ob hender en la mercanefa aislada. $ una forma de valor objetiva, de orgie de valor=S para la teoria del in cambio, las interpretacione: del valor no saben muy bien qué Te eta mtn cn ic ee Speer derpelimgnfiteiniteat Sirbihonmht oats egeentaalt tothe Sigma Renrgh ates nat jaca crema aera RERA Soot pine Boise a clei ttle faaeta oe cntateted EMBERS cae tttions ce conde ts snomia politica Iamiento (el coche de bomberos en en el arbol) no tuvieran ningin propiedades objetivas a las cosas areferencia a otras cosas. Las pro- antro de determinada referencia no mo propiedades objetivas que le 9 como relacione3Si el soldado A 'B, entonees A’éSun subordinado y er subordinado o superior resultan B dentro de una jerarqufa militar, asponden como personas fuera de ajetividad del valor, una propiedad in parece ser una propiedad objeti- responde fuera de esta relaci6n. Si mbio esta objetividad, no podemos ietividad del valor es, en un sentido espectrals. idicional se ha dejado engafiar tam- jetividad del valor es una propiedad lamente. La sustancia del valor se » como propiedad de la mereancia 6a la magnitud del valor como una que es independiente del cambio y cd de tiempo de trabajo socialmente JeTa mercancia. A las interpretacio- nla importancia del cambio, se les la cireulacién del valor», por tanto, o esencial®, cea de si el valor y la magnitud del la produecién «o» en la esfera de la Ta compra y la venta) se debe a una xsurge> en alguna parte y entonces te pan se puede al menos plantear la quivoca) de donde ha surgido, si en ador de la tienda. Pero el valor no es ao una relacién social que aparece lorbert Trenkle, uno de los mas destacados tupo «Kriss» (irenide 1999, cl respecto Dor cuanto que el grupo «Kriss» se presenta mo del movimiento obrero» (con lo que se 20 Ideol6gleo anteriormente esborado). Sin >ermaneden presos del «mardsmo del movi in Valor, trabajo y dinero como una propiedad de la cosa. La relacién social que se expresa en el valor yen la magnitud del valor se constituye precisamente en la produc- cién «y» en la circulacién, de modo que la pregunta de si se constituye en una esfera «o» en la otra carece de sentido. Ciertamente, la magnitud del_valor todavia no_esté determinade antes el cambio, pero no.surge de manera contingénte en clcambio. Es lg résultante de la triple reduecidii sefialada én la seccid Abstracto. La magnitud del valor de una imercaneia no es simplemente ‘una relacién éntre €] trabajo individual del productor y él producto (a esto va a parar, éti Ultima instancia, la coficepcién «sustancialista® det valor), sino una relacién entre el-trabajo individual del productor y el trabajo social global. EI cambio no prodiice el valor, sino que hace de imediacion en esfa relaci6n. En una sociedad que se basa en la produc- Gon privada, esta mediacién sélo puede tener lugar en el cambio yen ninguna otra parte” Antes del cambio, las magnitudes del valor pueden calcularse mejor o peor. Este eélculo es responsable también de que un productor de mer- canefas dé comienzo o no a una determinada produccién. Pero el cdleu- lo del valor de una mercancia no es ni mucho menos idéntico a la exis- tencia de ese valor, lo que algunos productores tendran que experimen- tar dolorosamente. ‘Tras las consideraciones precedentes deberia estar claro que la expo- sicién de Marx sobre la sustancia del valor no tiene que ser entendida de manera «sustancialista», en el sentido de que una sustancia estuviera presente en la cosa aislada. La objetividad del valor no se puede apre- hender en la mercancfa aislada. Sélo en el intercambio recibe el valor una forma de valor objetiva, de importancia del-canali: la forma de valor» para la teoria del valor de Marx. in cambio, las interpretaciones sustancialistas de la teoria marxiana del valor no saben muy bien qué hacer con el andlisis de Ia forma de 7 Como priebe de que Marx también considera que el valor queda establecdo en la pro- uci ¥ antes del abi os sual tar suanacon fe eque no se nterexmbo lo ‘ue egulela magitud de valor dea mereanla, sno que, al etruro, ela magus da Yalorde la mercancia la que regula sus Ylaconcs de tntefcambion EW 29 78 78). Con ello se pasa por alto que en esta fase se trata de una relaion de regucetr yoo 86 tune relacin temporal (ein a cual el valor prime esaia ahi eps sentercambie, Fa), Por lo que rnperta ala. conexon tempor), Marx arguments Ge srapraInequioc: *Sbio tn itera eben es ras dl tabjouna eda eva wal ‘mente ga, seperada de su objetvdad de uso materialmonte diversas MEW 29, 89] 8; subrnade MHL), No oltte, aot da valor ene un ppl cetelane para los productores de mereancas, por lo que étosctoman en considera el care: {er de valor de as coss yen la produecion misma> (ibid, subvayado St Tt). Bee que ¢lvalr sea tomado wen eonsideracans, que Tos productores hogan une eatinaion el futuro valor, es algo completamente dstnto de que el valor ya et, £'En Hl Capital este ans del forma de valor ene lugar one extonsasubsecia ter cera del primer ease, n a n Critica de la economia politica valor: para ellas los problemas dela teoria del valor ya estén resueltos con la simple afirmaci6n de que el valor de las mereancias depende del tiem- po de trabajo socialmente necesario para la produecién de la mercancfa. \V FORMA DE VALOR ¥ DINERO (DETERMINACIONES ECONOMICAS FORMALES) ‘Marx reivindica haber realizado con el andlisis de la forma de valor algo que no ha hecho nunca la economia burguesa. De manera prelimi- nar eseribe: « sepa nada més, que las mercancias 2contrasta de manera muy notoria con us valores de uso: la forma de dinero, tar algo que la economia burguesa ni ‘ar la genesis de esta forma de dinero» enudo como si Marx quisiera expo- rel surgimiento histérico del dine- de productos. Pero én este caso su srguesa (realizar algo que la econo- >) seria totalmente exagerada. Pues 20s historico-abstractos formaban conomistas®. esto ya de manifiesto con la prime- Je analizar una mercancia precapi- alismo (cf. el comienzo del capitulo refiere aqui con «génesis» a un sur- una relacién de desarrollo concep- nacién histérica del dinero (tampo- sstracto), sino de la reconstruccién forma simple de valor» (una mer- rancia) y la «forma de dinero», una zal. Expresado en términos genera~ sil dinero es meramente un medio den el andlisis de Ia forma de valor en este tan el nicleo de a argumentacion de Marx. tone al «desarrollo histérico real» el andlisis Aesarrollo de In forma de valor en condicio- serefiere de manera aprobatoriaalaformu- ‘onceptal) es s6lo lo historico depurado de dlemtiea de tipo de lectura engelsiana el ‘Truvo lugar una diseusion entre Haug y yo 53, b), Heinrich (2003; 2004). Valor; trabajo y dinero auxiliar practico en una sociedad que produce mercancias (al que, en. ‘iltima instancia, también se podria renunciar) o si el dinero es realmen- te necesario. Esta pregunta no sélo tenfa un interés cientifico en tiempos de Marx. Diversas corrientes socialistas aspiraban, como alternativa al capitalis- mo, a una sociedad en la que deberia seguir habiendo produccién priva- da de mercancias, pero en la que el dinero deberia ser suprimido y sus- tituido por meros certificados 0 «papeletas horarias» (en las que se ano- tara el rendimiento laboral de cada uno). La demostracién de que la pro- duccién de mercancias y el dinero no se pueden separar pretendia servir también como critica a tales corrientes. 5 borer lane procede en tres pasos en su analisis del dinero: aeons ({a) Primero se desarrolla de modo analitico-formal (es decir, se ana- lizim-determinaciones formales prescindiendo de los poseedores de mercancias) la forma de equivalente general {o sea, la forma de dinero) como forma del valor necesaria para el Valor (a) Beso ‘se toman en considetacién las acciones de-tos poseedores de mercarctas: el dinero real (que fiene que corresponder a las determinacionesde Ia forma de “equivalente general) surge a causa de auc) filtimo, se desarrollan las distintas fimeiones que adopta el dinero dentro dela Be aed de la circulacién de mereanciasy dinero prescindiendo del capital). La econom{a burguesa suele comenzar su anélisis del dinero con la enumeracion de sus distintas funciones. El hecho de que exista el dine- zo se fundamenta con el argumento de que sin dinero seria muy dificil organizar el intercambio, es decir, la fundamentacién tiene lugar al nivel Ge la accion de los poseedores de mercancias. En la economia burguesa no es posible encontrar en ningtin lugar consideraciones analitico-for- males sobre la conexin entre el valor y la forma de valor, y esta cone- xi6nes justamente la egénesis» de a que hablaba Marx en el pasaje cita- do anteriormente. ‘También muchos marxistas tienen problemas para comprender el anilisis de Marx. Las interpretaciones sustancialistas generalmente cen- tran su atencién, de manera similar a la economia burguesa, en las fun- ciones del dinero, y no saben muy bien qué hacer con el desarrollo con- ceptual de la forma de dinero. Pero también las interpretaciones no sus- tancialistas ignoran a menudo la diferencia entre los dos primeros pasos (desarrollo conceptual de la forma de dinero y desarrollo conceptual del dinero). Nos ocuparemos del primer paso en esta seccién, y de los pasos 2y gen las dos préximas secciones, ‘Marx comienza el anilisis de la forma de valor con -de la forma simple, singular o-contingente devalor. Es la expresion de valor de tina mercancia en una segunda mercancia: A Critica de la economia politica xde la mercanefa A vale y de la mereancia B con el célebre ejemplo de Marx: 20 varas de tela valen 1 chaqueta Elvalor de a tela es lo que debe expresarse y la chaqueta sirve como medio para expresar el valor de la tela. Por lo tanto, las dos mercancias tienen en la expresin de valor papeles completamente distintos, para, los que Marx reserva conceptos diferentes. El valor de la primera mer- cancia (Ja tela) se expresa como «valor relativo» (es decir, por referencia avotra cosa): se encuentra en. for lativa de valor. La segunda mer- cancfa (la chaquéta) sirve como para el valor dele prime- rai Se encuentra en forma de equivalente. “fn la expresion simple de valor solo puede expresarse en cada caso el valor de una mercancia: sélo se expresa el valor de Ja tela como una determinada cantidad de chaqueta. En cambio, el valor de la chaqueta no se expresa. Ahora bien, la expresién de valor 20 varas de tela valen 1 chaqueta contiene también la expresién inversa de que 1 chaqueta vale 20 varas de tela. Ahora se encuentra la chaqueta en forma relativa de valor y la tela en forma de equivalente. En un valor de uso aislado no se puede aprehender el valor. Sélo en Ja expresi6n de valor recibe el valor una forma objetiva: la mercancia que se encuentra en la forma de equivalente (mercancia B) actia como la encarnacién del valor de la mercanefa que se encuentra en la forma rela tiva de valor (mercaneia A). Pero considerada aisladamente, la segunda mercancia es un valor de uso del mismo modo que lo es la primera mer- caneia, Dentro de la expresién de valor, sin embargo, la segunda mer- canefa, que se encuentra en la forma de equivalente, representa un papel especifico. No sélo es un determinado valor de uso, sino que su valor de uso actia al mismo tiempo como encarnacién inmediata del valor: ««Bin la relacién de valor en que la chaqueta constituye el equivalente de la ‘ela, la forma de la chaqueta acta, por tanto, como forma del valor» (MEW 23, D. 66 / 64). S6lo porque el valor adopta la forma de una chaqueta, recibe el valor dea tela una forma objetiva, su valor se hace aprehensible, perceptible, ‘mensurable: como un determinada cantidad de chaqueta. Marx resume este resultado de la siguiente manera: «La oposicién interna contenida en la mercancia entre valor de uso y valor se presenta, por consiguiente, a través de una oposicion externa es deci, a través de larelacion entre dos mereanefas, en la que una mereaneia, aquélla ‘cuyo valor debe ser expresado, actia direetamente solo como valor de uso, ‘mientras que la otra, aquélla en la cual se expresa el valor, acta s6lo como valor de cambio» (MEW 23, pp. 75-76 / 75)- "4 Valor; rab El valor es algo puramente so, trabajos completamente diferents determinada relacién social. Esta 1 equivalente la figura de una cosa; ser idéntico de manera inmediata como enearnacién del valor, pero expresién del valor. EI hecho de ¢ expresién del valor otras propiedac todavia evidente con la chaqueta, f sin més. La forma simple de valor expre: cancia A, lo hace aprehensible y m es todavia insuficiente, pues relaci mercancfa, la mereancfa B, pero ta demas. Siconsideramos ahora la relacié con todas las demas mereancfas, ob: dade valor»: 20 varas de tela valen 1 chac 20 varas de tela valen 10 libi 20 varas de tela valen 4o lib El valor de la tela esté referido at cias (y no a una tinica mereaneia) y a el valor de la mereanefa es indiferen uso en la que aparece: como enearn: virla chaqueta, pero también el té, ¢ nece igual si se representa en la chz claro también que la relacién cuantit alguno contingente, algo que no se p ple de valor. Sin embargo, también la forma c la expresion de valor de la mereanc nunea. Ademés, las expresiones de \ tenemos muchas formas particulare mutuamente. La forma total de valor no es otra ples de valor. Pero cada una de esta: también su inversién, Si invertimos | obtenemos la «forma general de valo vomia politica y dela mercancfa B len 1 chaqueta xpresarse y la chaqueta sirve como a. Por lo tanto, las dos mercancfas les completamente distintos, para entes. El valor de la primera mer- trelativor (es decir, por referencia elativa de valor. La segunda mer- Yaleiite> para el valor dea prime- Slo puede expresarse en cada caso presa el valor de la tela como una cambio, el valor de la chaqueta m de valor 20 varas de tela valen 1 ‘on inversa de que 1 chaqueta vale la chaqueta en forma relativa de juede aprehender el valor. Sélo en ta forma objetiva: la mercancia que ente (mereancia B) acttia como la que se encuentra en la forma rela- siderada aisladamente, la segunda no modo que lo es la primera mer- lor, sin embargo, la segunda mer- le equivalente, representa un papel > valor de uso, sino que su valor de anacién inmediata del valor: aqueta constituye el equivalente de la or tanto, como forma del valor» (MEW na de una chaqueta, recibe el valor :se hace aprehensible, perceptible, antidad de chaqueta. Marx resume ‘a mereancia entre valor de uso y valor 's de una oposicidn externa, es decir, a reas, en la que una mereaneta, aquélla directamente s6lo como valor de uso, al se expresa el valor, actia sélo como 6/75). | | Valor, trabajo y dinero El valor es algo puramente social, expresa la validez igual de dos trabajos completamente diferentes. Por consiguiente, expresa un: determinada relaci6n social. Esta relacién social recibe en la forma de equivalente la figura de una cosa; en nuestro ejemplo, el valor parece ser idéntico de manera inmediata a la chaqueta. La chaqueta actia como encarnacién del valor, pero ello sélo tiene lugar dentro de la expresién del valor. El hecho de que la chaqueta tenga dentro de la expresién del valor otras propiedades de las que tiene fuera de ella es todavia evidente con la chaqueta, pero con el dinero no es éste el caso sin més. La forma simple de valor expresa objetivamente el valor de la mer- cancia A, lo hace aprehensible y mensurable. No obstante, esta forma es todavia insuficiente, pues relaciona la mereancfa A con una tinica ‘mercancia, la mercancia B, pero todavia no la relaciona con todas las demés. Si consideramos ahora la relacién de valor de la mercanefa A (la tela) con todas las demas mercancias, obtenemos la «forma total o desplega- da de valor»: 20 varas de tela valen 1 chaqueta, 1 20 varas de tela valen 10 libras de té, 20 varas de tela vilen 40 libras de café, ete. } Elvalor de la tela esté referido ahora a todo el mundo de las merean- fas (y no a una tinica mercancfa) y al mismo tiempo se hace patente que el valor de la mercancia es indiferente a la forma particular del valor de uso en la que aparece: como encarnacién del valor de la tela puede ser- vir la chaqueta, pero también el té, el café, ete. El valor de la tela perma- nece igual si se representa en la chaqueta o en el café. Con ello queda claro también que la relaci6n cuantitativa de intercambio no es en modo alguno contingente, algo que no se podfa apreciar atin en la forma sim- ple de valor. Sin embargo, también la forma desplegada de valor es insuficiente: la expresin de valor de la mercancia A es incompleta y no coneluye nunca. Ademés, las expresiones de valor son totalmente heterogéneas, tenemos muchas formas particulares de equivalentes que se excluyen mutuamente. a forma total de valor no es otra cosa que una serie de formas sim- ples de valor. Pero cada una de estas formas simples de valor contiene también su inversion. Si invertimos la serie de formas simples de valor, obtenemos la «forma general de valor»: Critica de la economia politica iw 1 chaqueta vale x0 libras de té valen 40 libras de café valen 20 varas de tela El valor de la mercanefa esté expresado ahora de manera simple y unitaria, porque el «equivalente general» sirve como expresiOn de valor para todas las otras mercancfas. Por eso esta forma ofrece algo absoluta- mente decisivo: «Ahora el valor de cada mereancfa, en tanto que igual a la tela, no s6lo se distingue de su propio valor de uso, sino de todo valor de uso, y precisamen- te por eso est expresado como lo que es comiin a ella y a todas las demas mercancias. Sélo esta forma, por tanto, relaciona efectivamente las mer- canefas entre si como valores» (MEW 23, p. 80 / 81; subrayado M. HL). - La objetividad del valor no es un atributo que les corresponda a las |, mercanefas aisladas, se trata mas bien de un cardcter social que expresa la relacién de la mereanefa individual (0 del trabajo individual que la produce) con todo el mundo de las mereancias (0 con el trabajo social global). Por eso el valor no sélo hace necesaria una forma social de valor en general, sind que have necesaria Una forr valor que exprese este caracter social, y esto s6lo se consigiie con la, Jorma general de valor. — “Ta dimension especificamente social de la foritia general dé valor se muestra también en una propiedad ulterior, que la diferencia tanto de la forma simple de valor como de la forma desplegada. En estas dos formas de valor «es, por decirlo asf, un asunto privado de la mercanefa indivi- dual el darse una forma de valor». Ahora, por el contrario: «La forma general de valor surge como obra comtin del mundo de las mer- cancfas, Una mercancia sélo adquiere expresién general de valor porque todas las demas mercancias expresan simulténeamente su valor en el mismo equivalente, y cada nuevo tipo de mereaneia que aparece tiene que hhacer lo mismo. Con ello se pone de manifiesto que la objetividad del v de las mercancias, dado que es la mera “existencia social” de estas cosas, solo puede expresarse a través de su relacién social con todas las demds» (MEW 23, pp. 80-81 / 81; subrayado M. HL). Lo que aqui se pone de manifiesto no es evidente para la conciencia espontinea, sino que es el resultado del andlisis cientifico: la dimensién social del valor se expresa en una forma de valor especificamente social | ,_Elvalory a magnitud del valor ~que en realidad no son una propi | dad de la mercancia aislada— se pueden expresar ahora, con ayuda del equivalente general, como si fueran tales propiedades simples. Cualitativamente: el valor de la chaqueta (té, café, ete.) consiste en su 16 - Valor; rat igualdad con la tela; cuantitativan seideté, 40 libras de café, ete, i Por diltimo, la forma de dinero ¢ de valor @n_que Ta forma de equi (MEW 25, p. 84 / 86), se ha fundid ral especifica de una mereanefa det ofdy, ef menor medida, también la cia llega a ser la “mereane dinera La referencia a le«costumbre si de dinero nos encontramos-yarerret res de mereancias. Hasta este mom seedores de mercaneias. Se habfa « del producto del trabajo y las relaci fas, pero no los actos de intereamt ‘VI DINERO ¥ PROCESO DE INTERCAt (Actuactones DE Los PosEEDORES ‘Marx comienza a ocuparse ex mercancfas y de sus aetuaciones er como tales, ias personas sélo son re que es la mercanefa lo que se tiene Si se considera s6lo la relacién vale como forma de manifestacién d otra mercanefa con la que se interce fas no quiere intercambiar su mer una determinada: su propia mercar cambio ha de proporcionarle el valor ‘mereaneias querria, por-tanto, pode lente general, querria que fuera in ‘todas las demas mereancias. Pero d quier poseedor de mercancfas con mercaneia es equivalente general. Parece que los poseedores de mi problema en el proceso de intercamt a este problema de manera pregnant «En su confusi6n, nuestros poseedot En el principio fue la accion. Por esc do. Las leyes de la naturaleza propia ‘into natural de los poseedores de m ‘cancias unas a otras como valores nomia politica 20 varas de tela presado ahora de manera simple y eral» sirve como expresién de valor 30 esta forma ofrece algo absoluta- en tanto que igual a la tela, no sélo se fing de todo valor de uso, y precisamen- ue és ebmiin a ella ya todas las demas, ito, relaciona efectivamente las mer- ‘W 23, p. 80 / 81; subrayado M. H1.). 1 atributo que les corresponda a las mn de un cardcter social que expresa aal (0 del trabajo individual que la mercancias (0 con el trabajo social necesaria una forma social de valor sia forma de valor que exprese este ie con la, Jorma general de valor. — - ocial de fa forma general Wé valor se alterior, que la diferencia tanto de la ma desplegada. En estas dos formas nto privado de la mercanefa indivi- shora, por el contrario: mo obra comin del mundo de las mer- ‘ere expresién general de valor porque esan simulténeamente su valor en el po de mercancia que aparece tiene que 2 manifiesto que la objetividad del valor mera “existencia social” de estas cosas, su relacién social con todas las demas» oM.H,). ‘to no es evidente para la conciencia ‘del andlisis cientifico: la dimensién rma de valor especificamente social que en realidad no son una propie- eden expresar ahora, con ayuda del eran tales propiedades simples. aqueta (té, café, etc.) consiste en su Valor, trabajo y dinero igualdad con la tela; cuantitativamente: el valor de una chaqueta (20 libras deté, 40 libras.dé café, ete.)-es 20 Varas = Por ditimo, la forma de diner erenc de valor en qué a forma de equivalente,, (MEW23, p. 84 / 86), se ha fundido definiti ral especifica de una mercaneia deteriitiada (historicamiente ha sido el ofO7, ei menor medida, también la plata). De este modo, dicha mercan- cfa llega a ser la «mercancia dinieraria». La referencia a I€ccetuntre social» hace patente que con la forma de dinero nos encont ‘el Tiivel de las acciones de los poseedo- res de mercancias, Hasta este momento no se habia hablado de los po- seedores de mercancias. Se haba considerado la forma de mercancia del producto del trabajo y las relaciones de intercambio de las mercan- clas, pero no los actos de intercambio de los poseedores de mercancias. ‘VI DINERO ¥ PROCESO DE INTERCAMBIO (ACTUACIONES DE LOS POSEEDORES DE MERCANCIAS) Marx comienza a ocuparse explicitamente de los poseedores de mereancfas y de sus actuaciones en el capftulo segundo de El Capital: ‘como tales, las personas s6lo son representantes de la mercancfa, por lo que es la mercanefa lo que se tiene que investigar en primer lugar. Si se considera sélo la relacién de intereambio de las mercancfas, vale como forma de manifestacién del valor de una mercanefa cualquier otra mercancfa con la que se intercambie. Pero el poseedor de merean- cfas no quiere intercambiar su mercanefa por cualquier otra, sino por una determinada: su propia mercancia no es valor de uso para él, y su cambio ha de proporcionarle el valor de uso que necesita, El poseedor de mereancias querria, por tanto, poder tratar su mereancia como equiva- lente general, querria que fuera inmediatamente intercambiable por todas Tas demas mercancias. Pero dado que esto es lo que quiere cual- quier poseedor de mercancias con respecto a la suya propia, ninguna mercancia es equivalente general Parece que los poseedores de mercancias se encuentran frente a un problema en el proceso de intercambio. Marx resume la solucién féictica aeste problema de manera pregnante: «En su confusién, nuestros poseedores de mercaneias piensan como Fausto, En el principio fue la aceién. Por eso ya han actuado antes de haber pensa- do. Las leyes de la naturaleza propia de las mercaneias se cumplen en el ins- tinto natural de los poseedores de mercancias, Sélo pueden referir sus mer- canefas unas a otras como valores y, por tanto, como mercaneias, refirién- Critica de la economia politica oe dolas por oposicién a alguna otra mercaneta que haga de equivalente gene- tal, Bste fue el resultado del andlisis de la mercanefa. {Bs decir, el andlisis| Asi pues, el dinero no es un sin formal realizado por Marx en el primer capitulo, que fue tratado en la sec- practico, ni un mero apéndice de cign precedente, M. H.]. Pero slo un acto social puede comvertir una deter- teoria del valor de Mary. es més bic Jin merece equlente genera a acon src oT ns le forina de valor no pueden referi: (deride mioreaclas segrega, pues, una determinada mercancia en la que iaformade dineroerla fier 1a de ve todas ellasrepresentan sus valores. De esta manera, la forma natural de esta pretaciones «austenite mercaneia llega a ser la forma de equivalente socialmente valida. El proceso social hace que el ser equivalente general se convierta en funcién especifica- cosa aisladay son, ‘por él contrariy mente social de la mercaneta segregada. Asi es como ésta se convierte en Creen poder desar‘ollay el valor sit dinero» (MEW 23, p. 101 / 105-106; subrayado M. H.). del valor-trabajo de la economia po | ta del valor de los neoclisicos soi Elandlisis de la mercancia habia mostrado la necesidad de la form «marxista» usual del valor, que coi general de equivalente. Para comportarse hacia las tosas efectivamente nado de manera definitiva con el « | oino niereanetas, es decir, para reférir las cosas unas.a.otzas.como-val0- sario», es premonetariat!, eferir sus mereancias a un { social tiene que convei s modo en «dinero» real. ‘VII Funciones DEL DINERO, MERC fercan | Y SISTEMA MONETARIO MODERNO poseedores de mercancfas tienen que seguir las «leyes de la naturaleza propia de las mercancias». Como ya sefialé Marx en el Prologo a El | Marx distingue tres funciones b Capital, las personas s6lo aparecen en tanto que «personificacion de «cireulacién simple» de la mercane a b 3 g 8 4 5 zi g j Hi a 5 2 8 3 categorias econémicas» (MEW 23, p. 16 / 8). Sien el andlisis se parte de ees0 global dela produccién y la rep las actuaciones y de la conciencia de los poseedores de mercancias, otras funciones del dinero (cf. capit entonces se esta presuponiendo ya el contexto social que hay que expli- car. Por eso era necesario que Marx distinguiera en su exposici6n entre las determinaciones formales de la mereancia y las acciones de los T poseedores de mercancias, y expusiera en primer lugar estas determina- ciones formales como tales, ya que constituyen el presupuesto de las @ila Revere fa ién del dinero ¢ Valor para todas lag" mercancias. | expresa como una determinada can Las mereancias son valores coi | acciones y reflexiones de los poseedores de mercanefas (y que éstos comin a ellas, el trabajo abstracto. reproducen de nuevo con sus acciones, cf. éapitulo TI.I. comparables a las mercanefas, sino ¢ El dinero real es ciertamente el resultado de la actuacién de los po- ‘tracto. Por lo que Marx constata: seedores de mercancias, pero no se basa de ningfin modo en un contra- to técito, como sostenfa John Locke, uno de los filésofos més importan- tes de la burguesia naciente. EI dinero no se introduce en um momento dado a través de una deliberacién consciente, como suponen aquellos | «EI dinero, como medida del valor, | de la medida inmanente del valor 4 (MEW 23, p. 109 / 115) economistas que sostienen que el dinero se utiliza para simplificar el Pero con ello se plantea inmedi: ‘intercambio. Los poseedores de mercancias, sefiala Marx, «ya han | valor no puede medirse igualmente « actuado antes de haber pensado», sus acciones deben dar como resulta- por qué el dinero no representa int do el dinero, pues de otro modo no se pueden referir las mercancias unas Marx aborda brevemente esta preg a otras como valores!®. El Capital y remite a su obra Contr Nitica. Alli habia “Blo despuds de que el dinero se ha desarrollado como resultado necesaro(eunque ec inconsciente) de la accién de los paseedores de mercancias, se puede comprender el pro- _ a oe ceso histérico que produjo este resultado: en la exposicién de Marx, tras el desarrollo cate- W Fue sobre todo Flans-Georg Backhavs qui fori se presenta tn breve csbouo dele ormaciou hstnca dl dinero (EM 23, DD 102- Tater tal lob een ena nd 104 / 107-110) 1 Man dela que se hablé anteriormente en v B | * somia politica reancia que haga de equivalente gene- de la mercancia. (Es decir, el andlisis rer capitulo, que fue tratado en la sec- ‘acto social puede convertir una deter- rier. Ta accor SOCiaT WE Todas las fa determinada mereancia en la que esta manera, la forma natural de esta ivalente socialimente valida. Fl proceso eral se convierta en funci6n especfica- ada. Asi es como ésta se convierte en subrayado ML. 1). mostrado la necesidad de la forma tarse hacia las Cosas efecivamente lasoosas unes aotsesomocalo- Jen que referir sus mereancias a un ‘sacei6n social» tiene que convertir Ly de ese ibio.en cdinero» real. mm libres en sus acciones, pero como: e seguir las «leyes de la naturaleza a sefialé Marx en el Prélogo a El en tanto que «personificacion de 16 / 8). Sien el anilisis se parte de de los poseedores de mercancias, contexto social que hay que expli- distinguiera en su exposicién entre t mercanefa y las acciones de los raen primer lugar estas determina constituyen el presupuesto de las dores de mercancias (y que éstos 2s, ef. capitulo ILI). esultado de la actuacién de los po- vasa de ningtin modo en un contra~ uno de los filésofos mas importan- ro no se introduce en un momento Eaasierisfenso separ eyalizg ‘inero se utiliza para simplificar el tereancfas, sefiala Marx, «ya han 1s acciones deben dar como resulta- pueden referir las mercancias unas rrollado como resultado necesario (aunque Jeena, ne puede comprendet el o- aexpasicion de Mary, tras el desarrollo cate~ tcign histories del dinero (MEW 23, pp. 102- a | Valor, trabajo y dinero sf pues, el dinero no es un simple medio auxiliar de cambio a nivel préctico, ni un mero apéndice de la teorfa del valor a nivel teérico, La ‘eoria del valor de Marx es mas bien una teoria monetaria del walor: sin i form: referirse las mercancias unas a otras, y s6lo jorma de valor adecuada para el valor. Las inter- ‘del valor (que quieren fijar el valor a la _teorfas premonetarias del valor. al dinero. Tanto Ta teoria del valor-trabajo de la economfa politica clasica como la teorfa utilitaris- ta del valor de los neoclésicos son premonetarias. También la teoria «marxista» usual del valor, que considera que el valor esté ya determi- nado de manera definitiva con el «tiempo de trabajo socialmente nece- sario», es premonetaria!!. la forma dé dinero es I pretaciones «sustancialistas» cosa aislada) son, por el cont Creen poder desarvollar ef valor sin referencia ‘VII FUNCIONES DEL DINERO, MERCANCIA DINERARIA Y SISTEMA MONETARIO MODERNO Marx distingue tres funciones basicas del dinero, que resultan de la «cireulacién simple» de la mereancia y el dinero. Si se considera el pro- ceso global de la produccién y la reproduceién eapitalista, se afiaden atin otras funciones del dinero (¢f. capitulo VIII). @la primera funcién del dinero consiste en ser medida universal del Valor para todas las mercancfas. El valor de cualquier mercancia se expresa como tna determinada cantidad de dinero. Las mercaneias son valores como «cristalizacién» de Ia sustancia comin a ellas, el trabajo abstracto, No es el dinero, pues, lo que hace comparables a las mercancias, sino esta referencia comin al trabajo abs- tracto. Por lo que Marx constata: «Bl dinero, como medida del valor, es la forma de manifestacién necesaria de la medida inmanente del valor de las mercanefas: el tiempo de trabajo» (MEW 23, p. 109 / 115). Pero con ello se plantea inmediatamente la pregunta de por qué el valor no puede medirse igualmente en tiempo de trabajo, o mejor dicho, por qué el dinero no representa inmediatamente el tiempo de trabajo, ‘Marx aborda brevemente esta pregunta en una nota a pie de pagina de EI Capital y remite a su obra Contribucién a la critica de la economia politica. Alli habia escrito: YR we {FR sb toda ans-Gcorg Dake gue pso de relieve! carictercmonetario» de la teova del valde Mary lo nfluy de mane decison la sauevelecura de ‘Man» dela que se hablé anteriormente en el capitulo 1.11. 9 Critica de Ta economia politica «Las mercanefas son, de manera inmediata, productos de trabajos privados aislados e independientes entre sf, que a través de su enajenacién en el pro- ‘coso de intereambio privado se tienen que confirmar como trabajo social ‘general, esto es, el trabajo, sobre la base de la produecin de mercanctas, oy Sélo llega a ser trabajo social a través de la enajenacidn universal de los trabajos individuales» (MEW 13, p. 67; subrayado M. H.). Lo que podemos medir con el reloj es solamente el trabajo privado gastado antes del cambio. Como ya se ha constatado en la seccién sobre el trabajo abstracto, sélo en el cambio se puede comprobar cuanto de este trabajo privado gastado fue realmente generador de valor (y vale - ll por eso como parte integrante del tiempo social de trabajo). El tiempo de trabajo-generador de valor (o la cantidad de trabajo abstracto) no se paede medir antes, sino > blo ere eaio- #1 TOF valores de todas las mereancfas deben ser referidos Uuhos a otros, entonces esta medicion sOlo-sé piiéde efectuat por medio del dinero. De ahi que Marx pueda Yablar-del dinero como la forma de manifestacién «necesaria» de la |] medida inmanente del valor, el tiempo de trabajo: el tiempo de trabajo | generador de valor no se puede medir de ringtin otro modo que no sea por medio del dinero**. La expresién del valor de una mercanefa en dinero es: sufprec) Para indicar el precio de una mercanefa, tiene que estar claro qué esémpefia, “ne funcién de dinero (oro, plata, billetes, etc.), pero el dinero no tiene que KS" estar presente realmente (junto a la mercancfa), el dinero sirve aqui s6lo “2° como «dinero figurado o ideal» (MEW 23, p. 111 / 117). gid} La magnitud ‘del valor de la mercancia se expresa en el precio: ésta vy ff es la tinica posibilidad para poder expresar la magnitud del valor. Si se ‘Yell transforma la magnitud de valor de la mercancia (si el trabajo gastado | OY!” individualmente se encuentra en una nueva relaci6n con el trabajo socal v \ global), se transforma también el precio de esta mercanefa. Sin embar- | © 1) go, to contario no es vélido: ni cada precio es expresi6n de una magnitud y” devalor, ni cada transformacién del precio indica una transformaci6n de 1°" Ta magnitud de valor. ‘También pueden tener un precio cosas «sin valor», es decir, cosas {que no son producto del «trabajo abstracto». Puede tratarse de estados de cosas econémicamente irrelevantes (por ejemplo, del precio de un titulo nobiliario) o absolutamente relevantes (por ejemplo, del precio de tuna opeién sobre acciones, que es el precio por el derecho a realizar una ‘compra de acciones bajo condiciones garantizadas). El cambio de precio de una mereancia individual puede indicar un cambio de su magnitud de valor, pero también puede indicar simple- mente la existencia de circunstancias favorables o desfavorables (despla- zamientos momentineos de la oferta y la demanda) bajo las que puede ‘Por eso en la Contribucién también se designa el dinero como la «forma de existencia | inmediata» del trabajo abstract (MEW 23, p. 42). 80 Valor, rab venderse temporalmente la mercar de todas las mercancias, es decir, ca.en general un cambio de todas I: bio del valor del dinero: la disminu. una subida general de precios (in " dinero en una bajada general de lo. En lo sucesivo se presupone g venden a su valor». Esto significa ¢ la expresiGn adecuada de los valor nes momenténeas. Sin embargo, e condiciones capitalistas normales sus valores, es decir, que los prec expresi6n de las magnitudes de val @) a segunda funcién del dinero ‘actiia de intérmetiario én el intere el proceso de intercambio, el poset un tejedor que produce tela), que transformarla en la mercancia B (} de uso esta interesado. Vende la te cién una silla por otros 20. Marx d fosis de la mercanefa» (para el teje El contenido material de esta valor de uso por otro. Marx habla materia». El resultado es el mismo ductos, la tela por la silla. Sin embi tamente distinta, y precisamente importa aqui, La metamorfosis de la merca intercambio de productos, por el d cancia — dinero — mereancia (M — dor: tela — dinero — silla. Pues bien, lo que para el tejedor transformacién de la tela en diner ‘compra tela, la conclusién de la me comprador de la silla representa pa morfosis de su mercancia; para el c es, por el contario, el comienzo de ‘Las metamorfosis de las merea nunca: en ‘su totalidad constituy¢ intercambio simple de productos — el contrario, sdlo un asunto bilater: realizacién del intercambio. La cir: ‘bio de productos son, por tanto, es womia politica adiata, productos de trabajos privados éea través de su enajenacion en el pro- 2m que confirmar como trabajo social base de la produecién de mereancias, 16s de la enajenacién universal de los 57; subrayado M. H.) oj es solamente el trabajo privado 2ha constatado en la seccién sobre io se puede comprobar cuanto de Imente generador de valor (y vale apo social de trabajo). El tiempo de itidad de trabajo abstracto) no se Tabio,¥-81 Tos valores de todas las 5 a otros, enitonces esta medicion ST dinero. De ahi que Marx pueda Yimanifestacion «necesaria» de la 20 de trabajo: el tiempo de trabajo r de ningtin otro modo qué no sea :canefa en dinero es su| pret) Para ene que estar claro qué tiesémpefia es, etc.), pero el dinero no tiene que aercancia), el dinero sirve aqui s6lo W 23, p. 111 / 117). zancfa se expresa en el precio: ésta spresar la magnitud del valor. Si se la mercanefa (si el trabajo gastado nueva relacion con el trabajo social acio de esta mercancfa. Sin embar- recio es expresion de una magnitud »recio indica una transformacién de > cosas «sin valor», es decir, cosas stracto». Puede tratarse de estados tes (por ejemplo, del precio de un evantes (por ejemplo, del precio de precio por el derecho a realizar una # garantizadas), cancia individual puede indicar un xo también puede indicar simple- favorables o desfavorables (despla- 1y la demanda) bajo las que puede {gna el dinero como la «forma de existencia 42) Valor, trabajo y dinero venderse temporalmente la mercancia. El cambio simultaneo del precio |, de todas las mercancfas, es decir, el eambio del nivel de precios, no indi- caen general un cambio de todas las magnitudes de valor, sino un cam- bio del valor del dinero: la disminucién del valor del dinero repercute en una subida general de precios (inflacién), y el aumento del valor del dinero en una bajada general de los precios (deflacién). En lo sucesivo se presupone generalmente que las mereancias «se venden a su valor». Esto significa que los precios de las mereancias son la expresiOn adecuada de los valores y que prescindimos de fluctuacio- nes momenténeas. Sin embargo, en el capftulo VIL-II veremos que bajo condiciones capitalistas normales las mereancfas no se intereambian a sus valores, es decir, que los precios normales no son simplemente la expresiOn de las magnitudes de valor de las mereancias. @ a sepunda faci el dinero es Inde ser meio decreulaion que ‘acti de intel (én el intercambio efectivo de las mereancias. En el proceso de intercambio, el poseedor de la mercancfa A (por ejemplo, un tejedor que produce tela), que no es un valor de uso para él, quiere transformarla en la mereancia B (por ejemplo, una silla), en cuyo valor de uso esta interesado. Vende la tela por 20 euros y compra a continua- cin una silla por otros 20. Marx designa este proceso como «metamor- fosis de la mercancia» (para el tejedor, la tela se transforma en silla). El contenido material de esta metamorfosis es la sustitucién de un valor de uso por otro. Marx habla aqu{ también de «cambio social de materia». El resultado es el mismo que en el intercambio simple de pro- ductos, la tela por la silla. Sin embargo, la forma del proceso es comple- tamente distinta, y precisamente esta diferencia de forma es lo que importa aguf. intercambio de productos, por el dinero. El proceso tiene la forma mer- cancia ~ dinero — mereanefa (M ~ D ~ M), concretamente para el teje- dor: tela ~ dinero ~ silla. Pues bien, lo que para el tejedor es el primer acto del proceso, MD, transformacién de la tela en dinero, es para el poseedor de dinero, que compra tela, la conclusién de la metamorfosis de su mereancia inicial. El comprador de la silla representa para el tejedor la conclusién de la meta- morfosis de su mercanefa; para el carpintero, que vende la silla, este acto es, por el contario, el comienzo de la metamorfosis de la mercancfa. Las metamorfosis de las mercancfas estiin entrelazadas y no acaban munca: en sitotalidad constitiyé culacién.demereancias. El inte¥cambio simple de productos —valor de uso por valor de uso es, por el contrario, sélo un asunto bilateral que se acaba definitivamente con la realizacién del intercambio. La circulacién de mercancias y el intercam- bio de productos son, por tanto, esencialme | La metamorfosis de la mercancia esté mediada, a diferencia del 81 Critica de la economia politica El que en la circulacion de mercancfas (a diferencia del mero inter- cambio de productos) tenga lugar la conexién de los actos individuales a través del dinero significa que con la intervencién del dinero se da tam- bién la posibilidad de una interrupcién de esta conexi6n. Si el tejedor vende su tela, pero no compra nada y conserva el dinero, no sélo se inte- rrumpe con ello la metamorfosis de su propia mereancia, la tela, sino también la metamorfosis de las mercanefas ajenas (por ejemplo, la silla). En consecuencia, con la mediaci6n del metabolismo social a través del dinero se da también la posibilidad de su interrupeién, y con ello de la |e Pero para que de la mera posibilidad de la crisis se pase a una! sis real tienen que sobrevenir toda una serie de circunstancias adiciona- les (cf. capitulo 1X). La metamorfosis de la mercancia, M - D ~ M, comienza con una mereancfa y termina con una mercancfa del mismo valor, pero con otro valor de uso. La mercancfa parte del poseedor de mercancias y vuelve de nuevo a él con otra forma, y en este sentido describe un ciclo. Bl dinero, que actiia de mediacién en este ciclo, no describe él mismo ningén ciclo, sino una circulaci6n: en el primer acto M ~ D, el poseedor de mercanef- as recibe dinero, pero sdlo (en una circulacién de mereancfas que trans curre con normalidad) para gastarlo de nuevo inmediatamente y realizar el acto final D ~ M. En su funcién como medio de circulacién, el dinero | permanece continuamente en la esfera dela circulacion, Pero ya que los | |, poseedores de mercanefas s6lo han tenido en cuenta las mereancias que | {) pueden comprar con la ayuda del dinero, para la circulacién basta sim- plemente el dinero simbélico, y como mero medio de circulacién el dine- ro puede ser sustituido por «signos de valor» que carecen ellos mismos de valor (como trozos de papel). En sutercera funcién, el dinero acttia como dinero real. Como medi- ero no tOnia- que estar presente realmente, bastaba ‘0 ideal. Como medio de circulacién el dinero tenia que estar presente realmente, pero bastaba como dinero simbélico. Sélo_ como unidad de medida del valor y medio de circulaciért el dinero es dinero cir, forma auténoma del valor, to que encierra toda una serie ciones nuevas, — “Mientras que Tas mereancias individuales Tepresentan en su existen- cia material un determinado valor de uso y su valor (la «riqueza abstrac- ta») s6lo puede estar figurado en ellas, el dinero real es «la existencia material de la riqueza abstracta» (MEW 13, p. 102). Lo que hace las veces de dinero actia en su existencia material inmediata como cosa de valor. Como tal cosa de valor puede cambiarse en todo momento por t {{ cualquier mercane‘a, transformarse en enalquier valor de uso. El dinero |{real es, por tanto, «el representante material de la riqueza material» oF (MEW 13, p. 103), 82 Valor; rab El dinero real, es decir, el dine tiene fanciones totalmente determi __ [medio de pago y como dinero munc Como tesoro el dinero se retiy mediacién en la cireulacion de mer auitonromna del valor. Para atesorar riuacién una compra. El fin dela ve ‘aatonoma del Walor. Para no tene hastarque esté Véhdida la tiereanc so de la ventay, todo producto dé menor atesoramiento. ‘Asimismo, el dinero como form, medio de pago, StenTa compra de t inente, sino después, entonces el co vendedor en acreedor. El dinero n¢ circulacién que hace de meédiacién' ago que salda la compra que ya hj de paigos solo 65 utilizadaien este se como emia ‘qUE Sitve para pagar una compra ti hace con posterioridad). $i se empl ci6n, el poseedor de mercancias pri lizado el acto M — D. A continuacié empleo de dinero como medio de p de mereancfas compra primero y | cumplir con su obligacion de pago. noma del valor se convierte ahora ¢ Por iiltimo,_el dinero actia- co, mundial. Aqui puede ser utilizado ¢ para Weédiar una comp)

También podría gustarte