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NI MÁS, NI MENOS

Drama de semana santa para jóvenes

Por Ismary Díaz

Personajes:

Narrador (a)-

Ana-

Aimara-

Amarilis

René-

Luis-

Escena-1

Narradora: Muchas personas piensan que la semana santa es una vez al año, poner guano
bendito detrás de las puertas o no comer carne ese viernes, umm o cualquier otra cosa que la
mente humana quiera inventar, realmente santa es toda la vida de los hijos de Dios, aquellos
que confiaron en Jesucristo como su único Salvador y Señor y que solamente esperan en su
misericordia. Pero entonces… ¿por qué se celebra esa semana cada año? Vamos a ver qué nos
dicen estos jóvenes.

(Están cuatro jóvenes sentados en un parque; ellos conversan entre sí)

Ana- Miren muchachos, la verdad es que si en la iglesia se entera cómo está viviendo Amarilis,
no la dejan que trabaje con los niños, es una hipócrita, con ese novio inconverso en la escuela y
el domingo va para allá con su saya larga.

Luis- No hables así de ella Ana, tal parece que tú no cometieras errores en tu vida.

Aimara- Pero tú me disculpas, Luisy, ese error es de los grandes.

René- Pero ante Dios todo pecado es pecado, no lo hay grande o pequeño. Todo lo mal hecho
está mal, así que ninguno de nosotros se puede hacer el súper perfecto delante de los demás.

Ana- No me digas, que ahora me tiras puyas, yo me hago…

Luis- Ya Ana, déjalo así. Miren, hay personas pasando y ellos nos miran; saben que vamos a la
iglesia. ¿Qué pensarán de nosotros y del Señor si nos ven tratándonos así?

Aimara- ¡Ay! Espérate; mira quien viene por ahí.


Luis- Es Amarilis, y parece que está llorando; vamos a llamarla. Eh, Amarilis, llega acá, ven
siéntate con nosotros. (Ana hace una mueca),- Ana tu puedes prestarle tu pañuelo por favor, es
que dejé el mío sin querer en el portafolios en la casa. (Ana saca un pañuelo de mala gana y se
lo da, ella se limpia los ojos)

Amarilis- (devuelve el pañuelo a Ana)- Gracias Ana, no sé qué hubiera hecho si no me


hubiesen llamado. Iba pensando tantas cosas malas de mí que ni quería seguir viviendo.

Luis- ¿Pero qué dices? Tú eres una hija de Dios y eso no debe pasar jamás por tu cabeza, y si
pasa, bórralo pronto en el nombre del Señor, todo en Cristo tiene solución, hermanita.

Amarilis- ¿Hermanita yo? No sabes todo lo que he hecho, por eso estoy tan mal. Ni tengo valor
para enfrentar a mis padres. Es que vengo ahora del hospital, es que… me hice un aborto y me
duele mucho.

Aimara- Ay niña, eso sí que es…, pero qué peligro, ¿no tienes mareos?

Amarilis- Si, un poco, y no sé a dónde ir. ¿Ustedes me pueden ayudar?

Ana- Bueno, de hecho hoy tenemos culto de resurrección; es semana santa. ¿Te acuerdas? Yo al
menos me tengo que ir a ensayar, ya estoy atrasada. Chao.

Aimara- Vamos para mi casa Amarilis; te acostarás allá y te preparo algo. Después le aviso a tu
familia.

Amarilis- A ellos no por favor, mis padres son líderes de la iglesia. ¿Qué dirán de mí y de ellos
cuando sepan…?

Luis- Eso es lo de menos. Ahora, vamos René; acompañemos a Aimara a su casa.

Ana- Bueno, los veo más tarde en el ensayo, si llegan a tiempo.

René- Está bien Ana, no hay problemas. Ahora es más importante ayudar a Amarilis,…y tu
Aimara, no tengas miedo alguno. Has cometido graves errores, es cierto, y ellos tienen sus
grandes consecuencias como ya sabes. Pero no te vamos a dejar sola. Realmente ha sido un
error tras otro, primero elegiste una mala pareja; luego, tuviste relaciones fuera del matrimonio
y arriesgaste tu vida por miedo al qué dirán; además de privar de su vida al que pudiera haber
nacido. Pero en fin…si el Señor te puso en nuestro camino, quiere que te ayudemos, y es porque
Dios tampoco te va a abandonar. Vamos.

(Todos salen)

Escena -2

Narradora- Dice la Palabra del Señor que él se compadece de los que esperan en su
misericordia, porque nos ama tanto que aun cuando nos disciplina, se duele del castigo. Sin
embargo, cuán difícil nos es el tener misericordia de otros aun cuando el Señor la tuvo y la tiene
siempre por nosotros. Es una realidad de que todo pecado nos aleja del Señor, pero no hay
pecado grande ni pequeño que la sangre de Cristo derramada en aquella cruz no pueda limpiar,
si acudimos delante de él verdaderamente arrepentidos.

(En la iglesia)

René- Eh ¿cómo estás, Aimara?; hace días no te veía.


Aimara- Estuve varios días con Amarilis en casa de mi abuela en el campo. Ella nos habló
mucho acerca del valor de lo que Jesús hizo por nosotros, y el valor que eso nos confiere a cada
uno. Fue muy bueno.

René- Y ella… ¿no vendrá más a la iglesia?

Aimara- Está algo avergonzada, pero la he visitado y pienso que sí. Sólo necesita aliento y un
poco de discipulado con amor. Aquel novio rompió con ella en cuanto supo…ya sabes.

Luis- Muchachos, ahora nos toca el himno especial. ¿Qué pasará que no llega Ana? Ella es
siempre tan súper puntual.

Aimara- No sé, en todo caso pasen a otra cosa primero.

Luis- Miren allí. Sí Ana está allí sentada al final; iré a buscarla.

(Va y la trae de la mano)

Aimara-¿Qué te pasa? Esperábamos por ti.

Ana- Me siento muy mal por lo del otro día. Fui tan egoísta al juzgar a Amarilis. En ese
momento estaba más ciega que cualquier inconverso. Cuando me vi sola en mi casa aquel día
pensé mucho en la actitud de ustedes con Amarilis y en mi hostilidad. La gente como yo es la
que daña la iglesia, no como ustedes que aquel día llegaron tarde pero hicieron lo que hubiera
hecho el Señor. Por eso decidí no cantar, no merezco servir a Dios.

Luis- ¡Ay! Ana. Ahora tampoco entiendes. No se trata de ti todo esto, ni de ninguno de
nosotros, ni aun de los pecados de Amarilis. Se trata de lo que hizo Jesús a favor de la
humanidad perdida. Nada somos sin él, nada podemos separados de él, y a lo que él hizo no se
le puede agregar ni quitar nada, su sacrificio fue perfecto.

René- Si, hermanita, ya todo está hecho. Jesús dijo en la cruz, consumado es. Nada se haría
luego sino confiar en lo que él hizo.

Aimara- Es eso, al perfecto cordero de Dios, que el pecado del mundo quitó, nada humano se
puede agregar ni tampoco se puede quitar.

Ana- De eso se trata, yo no entendía. Sumergida en mi vida religiosa pasé lo más importante
por alto. Gracias Señor, por tu enseñanza para mí. Eres tú el que lo hizo, yo no puedo, perdón
por mi egoísmo y arrogancia, tú viniste a salvar lo perdido, y yo lo he estado también en mis
razonamientos, mis acciones justas son porque tú las produces en mí, a tu obra Redentora no se
puede añadir, ni más, ni menos.

Narradora- Para sorpresa de muchos entra Amarilis y se para delante de todos. En ese
momento, con su cara triste pero serena se dirige a la iglesia y dice:

Amarilis-Hermanos en esta noche quisiera dar un testimonio. Algo que me pasó que me mostró
el amor de Cristo para mi vida, algo que mis amigos, estos jóvenes de acá (los señala) me
enseñaron, y que impactó mi vida. Y es que Cristo, nunca nos abandona, aunque nos parezca
que no tenemos solución, él sí la tiene, y eso me enseñó el verdadero significado de la semana
santa.

(Los jóvenes se miran asombrados, y sonríen. Le hacen gestos de que sea fuerte y valiente)
Narradora- Ese es el verdadero significado de la semana de la pasión, muerte y resurrección
de Jesús, el amor sacrificial que se da a sí mismo por toda la humanidad. Ahora la joven
entendía su razón de ser hija de Dios. (Lee Isaías 53:5)- Mas él herido fue por nuestras
rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga
fuimos nosotros curados.
(Se cierra el telón.)

Ni más ni menos (canción) (se puede leer como poesía)

Nada existe fuera de Ti, Jesús,


Que pueda lograr, con efectividad
El cambio completo, de una vida rota
Deshecha en este mundo de dolor y maldad
Nada existe fuera de Ti, Señor,
Que pueda hasta el Padre su mano alargar
Que pueda romper el velo fatal
Que existe en los ojos del que perdido está.

Coro
Ni más, ni menos,
Tú hiciste todo lo que fue necesario
Tu sacrificio fue en la cruz consumado
Para quitar la muerte, y mi condenación
Ni más, ni menos,
Cordero Santo cuya sangre vertida
Lava las culpas en la justa medida
Para que pueda recibir, por siempre, tu perdón

Nadie puede fuera de Ti, Jesús,


Llenar un futuro, con la felicidad
Y dar un presente que sin pasado queda
Porque haces todo nuevo y quitas la impiedad
Nadie puede fuera de Ti, Señor,
Llenar un vacío que dejara el dolor
Brindar nuevas fuerzas al que no puede más,
Colmar de bendiciones una vida y de amor.

Este escrito es una contribución del grupo de autores evangélicos cubanos denominado “Pluma Evangélica”.
Tiene su sede en Jatibonico, Sancti Spíritus, Cuba.

Usado con permiso

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